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1 EL TESTIMONIO DE NUESTRA ESPERANZA P. ANTONIO VAN RIXTEL Martes 8 noviembre 2011 por Federico Ledesma DIOS MEDIANTE DURANTE LOS PRÓXIMOS MARTES ESTAREMOS PUBLICANDO “EL TESTIMONIO DE NUESTRA ESPERANZA” ESTUDIO ESCATOLOGICO POR EL P. ANTONIO VAN RIXTEL S.C.J CAPITULO I EL DOGMA DE LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO. Artículo 1: El Dogma. Nuestro Señor Jesucristo está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso .Desde allí, ha de venir a juzgar a los vivos y los muertos. Este es el gran dogma de la Segunda Venida de Cristo o de la Parusía, que todos los católicos confesamos. Estamos de acuerdo, y debemos creer que Nuestro Señor Jesucristo "ofrecido una sola vez para quitar los pecados de muchos, segunda por vez aparecerá sin pecado a los que estén esperando para su salvación” (Heb. 9, 28) Nadie que piense rectamente en esta materia de fe, acepta o propugna una tercera venida de Cristo. Artículo 2: El deseo de la Venida. Un profundo conocimiento y un constante anhelar el segundo Advenimiento o Parusía de Nuestro Señor, debe ser la disposición habitual y necesaria de un buen cristiano; porque "basta abrir un poco el Evangelio, para reconocer enseguida que la Parusía es

P van Rixtel - EL TESTIMONIO DE NUESTRA ESPERANZA - Capítulo 1

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EL TESTIMONIO DE NUESTRA ESPERANZA P. ANTONIO VAN RIXTEL

Martes 8 noviembre 2011por Federico Ledesma

DIOS MEDIANTE DURANTE LOS PRÓXIMOS MARTES ESTAREMOS PUBLICANDO “EL TESTIMONIO DE NUESTRA ESPERANZA” ESTUDIO ESCATOLOGICO POR EL  P. ANTONIO VAN RIXTEL  S.C.J

CAPITULO I

EL DOGMA DE LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO.

Artículo 1: El Dogma.

Nuestro Señor Jesucristo está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso .Desde allí, ha de venir a juzgar a los vivos y los muertos. Este es el gran dogma de la Segunda Venida de Cristo o de la Parusía, que todos los católicos confesamos. Estamos de acuerdo, y debemos creer que Nuestro Señor Jesucristo "ofrecido una sola vez para quitar los pecados de muchos, segunda por vez aparecerá sin pecado a los que estén esperando para su salvación” (Heb. 9, 28) Nadie que piense rectamente en esta materia de fe, acepta o propugna una tercera venida de Cristo.

Artículo 2: El deseo de la Venida.

Un profundo conocimiento y un constante anhelar el segundo Advenimiento o Parusía de Nuestro Señor, debe ser la disposición habitual y necesaria de un buen cristiano; porque "basta abrir un poco el Evangelio, para reconocer enseguida que la Parusía es verdaderamente el Alfa y Omega, el comienzo y el fin, la primera y la última palabra de la predicación de Jesús; que ella es la llave, el desenvolvimiento, la explicación, la razón de ser, la sanción, que es, en fin, el acontecimiento supremo al cual se refiere todo lo demás, y sin el cual todo lo demás se derrumba y desaparece" (Card. Billot S.J. "La Parusía", pág. 10).

"Toda la Sagrada Escritura está llena de testimonios que a cada paso se ofrecerán a los Párrocos no solamente para confirmar esta Venida, sino también para ponerla bien patente a la consideración de los fieles, para que…deseemos nosotros con vehementísimo anhelo el otro día del Señor, esperando el premio eterno y la gloriosa Venida " (Cat. Rom., pág. 148).

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Entre muchos, hemos querido citar estos dos testigos insospechados, los cuales, a pesar de que no dan ningún pie a posibles interpretaciones milenaristas, sostienen con vigor la Parusía o día de la "Redención de nuestro cuerpo", como le llama San.Pablo (Rom.8,23). Jesús " mismo, le llama lisa y llanamente "Vuestra Redención" (Luc.21,28).

Articulo 3: la importancia del dogma.

Seria falso tratar la Parusía como si no tuviera mayor importancia. Tenemos el deber de predicarla y para eso, es preciso examinarla con amor, porque es una cuestión de importancia trascendental.

"Porque la gracia salvadora de Dios fue manifestada a todos los hombres, instruyéndonos para que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en el presente siglo, prudente, justa y santamente, aguardando la bendita esperanza y la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador Nuestro, Jesucristo". (Tito 2,12-13).

Quien ama a Cristo, desea su Venida y quiere conocer todo cuanto ha sido revelado de la Parusía del Señor, cuando venga El para redimir nuestro cuerpo por la resurrección y transformación, y para tomarnos asimismo y celebrar las Bodas. Esto vale tanto para el cristiano considerado individualmente, como para el conjunto de los cristianos. Porque si la iglesia como cuerpo místico de Cristo, ha de ser su esposa, entonces, no se puede concebir esta iglesia, ni a su miembros, sin estar arrebatada por el deseo de este encuentro con su Esposo, y sin alimentar y avivar constantemente su feliz Esperanza, por un creciente conocimiento un amoroso examen de cuantas profecías nos ofrecen las Escrituras acerca de aquel día glorioso.

Artículo 4: El conocimiento del dogma.

No hay duda que los misterios que abarca este dogma de nuestra fe y esperanza son grandes y maravillosos. Su conocimiento no puede ser fruto de carne y sangre, sino sólo del Espíritu Santo. Pero si, llevados por una curiosidad mundana, sino por un deseo santo, nos ponemos a los pies de Cristo, el Maestro Divino nos hará conocer estos misterios. Nos dará su Luz en la medida de nuestra fe.

Ya en el Antiguo Testamento, el Espíritu Santo nos exhorta por boca de Jeremías, diciendo: "Clama a mí y te responderé; y te haré conocer cosas grandes y encubiertas, que tú no sabes”. (Jer.33, 3).

Y San Juan dice en el Prólogo del Apocalipsis, libro inspirado que trata exclusivamente los misterios de la Parusía del Señor: "Bienaventurado el que lee y escucha la palabra de esta profecía y guarda las cosas en ella escritas". Si fuera verdad, como pretenden algunos, que los cristianos no han llegado a través de los siglos, a entenderse ni aún en los puntos fundamentales de esta cuestión, ciertamente es, porque el apasionamiento para tener razón ha suprimido el amor a la verdad, con que tenemos que buscar el conocimiento de los misterios de la Palabra de Dios. Si clamando al Padre de las luces para que nos enseñe, meditamos y

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escudriñamos las Escrituras, entonces, seguramente, El responderá y nos hará conocer la verdad.

Articulo 5: Nuestra finalidad

Con este espíritu, vamos a examinar la discusión que (muy lamentablemente) se llama: "controversia entre milenaristas y antimilenarístas".

Nadie puede negar, que esta discusión que se ha presentado en varios países de Sud-América en estos últimos años, no ha fomentado el deseo de la Parusía, ni aclarado el conocimiento de este gran dogma en la mayoría de los fieles. Más bien al contrario. Creemos pues, que es un deber de apostolado sacerdotal el hablar con tanta claridad como caridad. Los fieles tienen derecho a una aclaración objetiva, porque tienen el deber de conocer y anhelar el Advenimiento de nuestro Señor Jesús, acontecimiento grandioso y consolador en el cual culminan nuestras Bienaventuradas Esperanzas.

TOMADO DE RC:

http://radiocristiandad.wordpress.com/2011/11/08/el-testimonio-de-nuestra-esperanza-p-antonio-van-rixtel/