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3 Es la hora en punto, se abren las puer- tas del templo y la Hermandad pone, pun- tual, su cruz de guía en la calle…. Tienes en tu mano el primer número de una ilusión, eso es Paciencia y Penas, la ilusión de seguir la senda que en su día nos marcó, la madre de las publicaciones cofrades de nuestra ciudad, esa que jamás debió perderse y que vuelve a ver la luz en un fecha tan señalada como hoy, ca- torce de Septiembre, y es que hoy nues- tra Hermandad cumple cincuenta años de existencia, desde aquí, queremos agrade- cer a todas y cada una de las personas que han aportado su esfuerzo, ilusión y lo mas importante, su amor a nuestros titulares: Nuestro Padre Jesús de la Paciencia y Maria Santísima de las Penas, sin todos y cada uno de nosotros este pequeño cami- no recorrido no hubiera sido posible. Paciencia y Pe- nas ve la luz, en esta nueva época, con la única intención de ser un vínculo de información, unión y formación para todos los hermanos de nuestra Herman- dad, y por extensión, para todos aque- llos cofrades que de un modo u otro, se sienten cercanos a todos nosotros. Para su elaboración con- tamos con miembros de la Hermandad y con colaboradores que no lo son, y que de forma desinteresada aportaran su saber a las páginas de nuestra publicación, regalán- donos así sus conocimientos, desde estas lí- neas queremos agradeceros a todos, vuestra colaboración. En estas páginas vas a encontrar el día a día de nuestra Hermandad, de la cual to- dos debemos estar orgullosos y sentirnos útiles, solo de este modo seremos verdadera Hermandad, es hora de eliminar comple- jos y trabajar por nuestros titulares, porque dentro de cincuenta años, nosotros quizás no estaremos aquí, pero debemos de pre- ocuparnos por dejar a nuestros menores un camino lleno de fe y amor a nuestras devo- ciones, tal y como han hecho con nosotros nuestros mayores, ellos, con su esfuerzo, han llevado a la Hermandad a cumplir cin- cuenta años, somos responsables del pre- sente y del futuro de nuestra Hermandad, del pasado, solo nos queda recordarlo, ad- mirarlo y disfrutarlo. Este boletín también pretende llegar a los que están lejos y disfrutan ya de la mira- da cercana del Señor de la Paciencia, ellos también son nuestra Hermandad. Con esfuerzo y un trabajo admirable, el último varal del palio ha superado la di- ficultad de la puerta…. Ahora solo nos queda disfrutar del tra- bajo realizado y esperar que tu, ferviente nazareno, disciplinado costalero, sacrifica- do mayordomo, tradicional mantilla, o sen- cillamente, circunstancial hermano de a pie, esperes impaciente, que las páginas de Pa- ciencia y Penas se vuelvan abrir cuando el azahar y el aroma a incienso anuncien una nueva Estación de Penitencia. Editorial

Paciencia y Penas Nueva Época Nº1

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Es la hora en punto, se abren las puer-tas del templo y la Hermandad pone, pun-tual, su cruz de guía en la calle….

Tienes en tu mano el primer número de una ilusión, eso es Paciencia y Penas, la ilusión de seguir la senda que en su día nos marcó, la madre de las publicaciones cofrades de nuestra ciudad, esa que jamás debió perderse y que vuelve a ver la luz en un fecha tan señalada como hoy, ca-torce de Septiembre, y es que hoy nues-tra Hermandad cumple cincuenta años de existencia, desde aquí, queremos agrade-cer a todas y cada una de las personas que han aportado su esfuerzo, ilusión y lo mas importante, su amor a nuestros titulares: Nuestro Padre Jesús de la Paciencia y Maria Santísima de las Penas, sin todos y cada uno de nosotros este pequeño cami-no recorrido no hubiera sido posible.

Paciencia y Pe-nas ve la luz, en esta nueva época, con la única intención de ser un vínculo de información, unión y formación para todos los hermanos de nuestra Herman-dad, y por extensión, para todos aque-llos cofrades que de un modo u otro, se sienten cercanos a todos nosotros. Para su elaboración con-tamos con miembros de la Hermandad y con colaboradores que no lo son, y que

de forma desinteresada aportaran su saber a las páginas de nuestra publicación, regalán-donos así sus conocimientos, desde estas lí-neas queremos agradeceros a todos, vuestra colaboración.

En estas páginas vas a encontrar el día a día de nuestra Hermandad, de la cual to-dos debemos estar orgullosos y sentirnos útiles, solo de este modo seremos verdadera Hermandad, es hora de eliminar comple-jos y trabajar por nuestros titulares, porque dentro de cincuenta años, nosotros quizás no estaremos aquí, pero debemos de pre-ocuparnos por dejar a nuestros menores un camino lleno de fe y amor a nuestras devo-ciones, tal y como han hecho con nosotros nuestros mayores, ellos, con su esfuerzo, han llevado a la Hermandad a cumplir cin-cuenta años, somos responsables del pre-sente y del futuro de nuestra Hermandad, del pasado, solo nos queda recordarlo, ad-mirarlo y disfrutarlo.

Este boletín también pretende llegar a los que están lejos y disfrutan ya de la mira-da cercana del Señor de la Paciencia, ellos también son nuestra Hermandad.

Con esfuerzo y un trabajo admirable, el último varal del palio ha superado la di-ficultad de la puerta….

Ahora solo nos queda disfrutar del tra-bajo realizado y esperar que tu, ferviente nazareno, disciplinado costalero, sacrifica-do mayordomo, tradicional mantilla, o sen-cillamente, circunstancial hermano de a pie, esperes impaciente, que las páginas de Pa-ciencia y Penas se vuelvan abrir cuando el azahar y el aroma a incienso anuncien una nueva Estación de Penitencia.

Editorial

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Edita: Imperial y Venerable Hermandad Sacramental del Apóstol San Matías e Ilustre y Fervorosa Cofradía de Penitencia de Nues-tro Padre Jesús de la Paciencia y Maria Santísima de las Penas. Hermano Mayor: Jose Luís Pérez-Serrabona González. Dirección y Redacción: David Morente Rivas, Raúl Morente Rivas. Colaboraciones: Jose Luís Clements Sánchez, Álvaro Luís Barea Piñar, Jorge Mario Martín Guerrero, Juan Spizley Vilchez, Vicente Gomariz Belda, Carmen Jiménez Garzón, Emilio Caro Rodríguez, Jose Luís Pérez-Serrabona González, Cecilio Cabello Velasco. Diseño Portada: Rafael Reina. Pintura Portada: Rafael Reina. Fotografía contra-

portada interior: Rebeca Collado Pérez. Colaboraciones graficas: Rebeca Collado Pérez, José Velasco Fernández, Fernando Daniel Fernández Álvarez, Ricardo Díaz García, Juan Spizley Vilchez, Vicente Gomariz Belda, Fernando López, Joaquín León, Carmen Jiménez Garzón. Diseño y Maquetación: ñ-Creativa (Buensuceso 1 - Telf.: 958 26 67 92).

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21

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Sumario

EditorialCarta del Hermano Mayor

Alrededor de San MatiasFormación

Unidos por el Bautismo

Conociendo a nuestros hermanosD. José Luís Pérez-Serrabona González,

nuestro Hermano Mayor

18 Asociación Cultural 13 Granadas

Tertuliando con... “La Familia León”Especial Passio Granatensis

32 Saeta en San Matías36 Cofrades y Cofradías

El Manto de Nuestra Madre Diseño y Simbología

La tribuna de los pobresVolvamos la vista atrás

Investigación CofradeEl Cristo Flagelado de la Paciencia

de Pablo de Rojas

5864

ColaboraciónCofrades de a pie

20 Grupo de Teatro “Paciencia y Penas”

Pasará a la historia

7

35

Nuestro Patrimonio

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Carta del Hermano Mayor

Debe el Hermano Mayor escribir su carta en esta nueva publicación que, con la ilusión renovada de un grupo de jóvenes cofrades, ve la luz y llega a manos de los hermanos y de los lectores, en un momento ciertamente especial para la Hermandad o (esa es una de las grandezas de las publicaciones impresas) en cualquier tiempo mas allá de cuando se pu-blica o se distribuye efectivamente. Lo escrito permanece. Y por ello, no hay que quedarse en constatar la satisfacción porque esta nueva Paciencia y Penas llegue a manos del lector ni, por supuesto, en dejar constancia simplemente a aquellos que, con igual ilusión, con extraordinario merito y con reconocimiento general, iniciaron en 1983 la publicación de un modesto boletín interior, que llego a ser la mejor revista de la Semana Santa de Granada en aquellos años. Pioneros también en eso en Granada, no tuvieron dificultad, sin embargo no solo en dejar de editar aquella revista cuando apareció Gólgota -entonces de similar factura a la nuestra y casi con las mismas pretensiones-, sino en ayudar a la federativa y encargarse de que fuera una realidad, siendo para ella entonces su tiempo, su esfuerzo y hasta su material: generosos, pues, con su Hermandad, con la Federación y con la Semana Santa de Granada. Gracias a ellos desde luego y gracias a quienes ahora quieren –y lo van a hacer- recuperar este boletín interno que muchos leerán desde el exterior y de ahí la gran responsabilidad que se asume.

Se dice de una revista, cuando tras un tiempo sin editarse vuelve a hacerlo, que se trata de una nueva época. Y así será con esta. Pero es que, además, Paciencia y Penas, la nueva, aparece en el inicio de “una nueva época para la Hermandad”. Efectivamente: el 14 de sep-tiembre de 2009 (que ha de ser una fecha emblemática también para el boletín) se cumple, de un lado, los 50 primeros años de una Cofradía de Penitencia con rasgos particulares, con gran vida interna (e interior) y alejada de foros y focos (y de polémicas) y se inician -eso si que es importante- los siguientes, los años del presente y del futuro, los años del día a día. Somos lo que somos y como somos, porque antes que nosotros nos hicieron así, porque no-sotros día a día vamos construyendo un edificio con cimientos y con altura. Los hermanos de Paciencia y Penas iniciamos nuestro cincuentenario con la firme decisión de conservar (de mejorar) la imagen y el interior, el fondo. Siempre las Hermandades han estado en permanente renovación y, en ellas, también los cofrades. No tiene sentido pertenecer a una Hermandad si no es para mejorar, para andar juntos por un camino que se nos ha presentado (que no podemos inventar nosotros) y que hemos elegido libremente.

En esta “nueva época” queremos profundizar en nuestra misión: el culto (al Santísimo, a nuestros Sagrados Titulares, Nuestro Padre Jesús de la Paciencia y María Santísima de las Penas), practicándolo nosotros y atrayendo a los demás en nuestra tarea de apostolado; el ejercicio de la caridad, que corresponde a todo cristiano y que va mucho mas allá de la simple solidaridad que a todos se les puede exigir; la formación, que nos exigimos, que reclamamos y que nos ayudara a la tarea de renovación permanente. Todo lo que hagamos en este año de celebración, todo lo que hagamos ahora y siempre, tendrá como razón de ser, como base y como meta, esos tres puntos que son los que caracterizan a una Cofradía de Semana Santa.

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Carta del Hermano Mayor

Por ello la carta del Hermano Ma-yor no será mas que una convocatoria al compromiso. Pedimos a todos los her-manos de Paciencia y Penas que, apro-vechando la ocasión del cincuentenario, den el paso al frente o un paso más, y se incorporen activamente a la vida de la Hermandad. Pertenecer a ella nos exige determinadas condiciones, determinadas actitudes ; es cierto que quizás no to-dos los que firmen una hoja de solicitud pueden ser hermanos, pero a todos están nuestros brazos abiertos para acogerlos, ayudarles y hacerlos mejores a la vez que ellos nos hacen a nosotros. Cristianos y cofrades no son dos cosas distintas. Los cofrades somos un grupo de cristianos (católicos) que creemos podemos servir a la Iglesia de un modo especial, que a veces, sin embargo, no se entiende por muchos o algunos quieren solo utilizar en su beneficio. Ser cofrade es tener unas convicciones y unas actitudes -o luchar para conseguirlas- que nos ayu-den a vivir, a convivir, con otro grupo de hermanos que han querido lo mismo que nosotros. Sin exclusiones y sin dis-criminación alguna, hemos de ayudarnos todos en esta tarea de la mejora personal.

Os convoco a los cultos, a la forma-ción, al ejercicio de la caridad, a cumplir con nuestras obligaciones, en este ins-tante –no importa cual- en que leéis este boletín que ilusionadamente se ha pre-parado para vosotros. Sentíos hermanos de Paciencia y Penas, estad presentes, ayudadnos a mejorar, ayudaos a voso-tros mismos. Con este espíritu, que es de compromiso, bien puede iniciarse el año del cincuentenario, bien puede iniciarse un curso; es la mejor forma de comenzar una “nueva época”.

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Alrededor de San Matías

Procesión del corpus

El pasado 11 de Junio, una amplia representación de nuestra Hermandad, encabezada por el Hermano Mayor D. José Luís Pérez Serrabona, acompañó al Santísimo en la habitual procesión de Corpus que se llevó a cabo por las céntricas calles de Granada. La ciudad presentó sus mejores galas, en una jor-nada donde las Hermandad cumplió con su carácter Sacramental.

Lotería de Navidad

Ya está disponible para todos las Hermanos las participaciones y los décimos correspondientes a la Lote-ría de Navidad, todo aquel que este interesado en adquirir la misma, debe ponerse en contacto con Ana, en el número de teléfono 958.27.98.50, es-tamos todos “obligados” a participar en la venta de lotería, es una forma de colaborar económicamente con la Hermandad y de paso nos puede to-car un pellizquito.

Cultos conmemorativos del Cincuentenario fundacional de la Hermandad

Antes de la finalización del pre-sente año, se va a desarrollar un Triduo para conmemorar la celebración del Cincuenta aniversario de la Herman-dad, la fecha exacta está pendiente de fijar, en breve se comunicará la misma, uno de los días del triduo estará dedica-do a los Hermanos difuntos, a aquellos que nos han guiado hasta aquí.

RM

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DM

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Alrededor de San Matías

La Hermandad está trabajando en una completa agenda de actos para celebrar el L aniversario de la misma. Según ha podido conocer la redacción de Paciencia y Penas, se van a llevar a cabo dos exposiciones, la primera, irá dedicada a insignias y enseres singulares de nuestra Semana Santa y la se-gunda, estará orientada a Maria Santísima de las Penas. Es intención también de la Her-mandad, editar una publicación en la que se recojan todos los Pregones de la Hermandad, el proyecto se encuentra muy avanzado y verá la luz en una fecha muy entrañable.

D u r a n t e el mes de Sep-tiembre se van a llevar a cabo re-uniones con los diferentes gru-pos que forman la Estación de Penitencia (cos-taleros, manti-llas, nazarenos,

etc…) con el fin de aportar ideas para la celebración del Cincuenta Aniversario de la Hermandad.

Misa de Hermandad

Recordar que todos los primeros domigos de cada mes, a las 12:30h., como es habitual, la Hermandad cele-bra una misa de Hermandad, siendo este buen momento para fomentar la vida de Hermandad, es recomendable la asistencia a este y al resto de actos que la Hermandad convoque.

Actos celebración del 50 aniversario Reuniones de Hermanos

FDFA

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Nuestros padres nos dieron la vida na-tural del cuerpo, pero Dios nos da el alma y nos destina, además, a una vida sobrenatu-ral; nacemos privados de ella por el pecado original, heredado de Adán. El bautismo borra el pecado original, nos da la fe y la vida divina, y nos hace hijos de Dios. La Santísima Trinidad toma posesión del alma y comienza a santificarnos, pues según el plan de amor del Señor, el bautismo es ne-cesario para la salvación.

La palabra “Bautismo” se deriva de la palabra griega bapto o baptizo, que significa lavar o sumergir. A través del bautismo, el alma es limpiada del pecado al mismo tiem-po que se vacía agua sobre el cuerpo.

El Sacramento del Bautismo fue ins-tituido por Cristo, quien no sólo ordena a Sus Discípulos (Mateo 28,19) bautizar y les da la forma a ser empleada, sino que tam-bién declara explícitamente la absoluta ne-cesidad del bautismo (Juan 3): “Salvo que el hombre nazca de nuevo del agua y del Espíritu Santo, no podrá entrar en el Reino de Dios”.

El Bautismo es uno de los Siete Sacra-mentos de la Iglesia Cristiana, frecuente-mente llamado el “primer sacramento”, la “puerta de los sacramentos” (sin él no se puede recibir ningún otro sacramento) y la “puerta de la Iglesia”. Mediante el mismo, los creyentes pasan a formar parte de la Igle-sia, que es la unión de todos los cristianos. Es el sacramento por el que renacemos a la vida divina y somos hechos hijos de Dios.

Los efectos que produce el bautismo son: perdona el pecado original, y cualquier

otro pecado, con las Penas debidas por ellas. Se nos dan las tres divinas personas junto con la gracia santificante. Infunde la gracia santificante, las virtudes sobrenatura-les y los dones del Espíritu Santo. Imprime en el alma el carácter sacramental que nos hace cristianos para siempre. Nos incorpora a la Iglesia.

Ordinariamente puede bautizar el obis-po, el sacerdote y el Diácono, pero en caso de necesidad puede hacerlo cualquier per-sona que tenga intención de hacer lo que hace la Iglesia.

Todo aquel que, habiendo alcanzado el uso de razón, desee ser bautizado, debe someterse a un período de preparación de-nominado “Catecumenado”.

Según el ritual autorizado actualmente por la Iglesia, el bautismo debe ser llevado a cabo por el lavado de la cabeza del can-didato. Sin embargo, en caso de necesidad, el bautismo probablemente sería válido si el agua fuera aplicada en cualquier otra par-

Unidos por el Bautismo

FormaciónJuan Spitzley Vilchez

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te principal del cuerpo, como el pecho o el hombro. En este caso, se administraría el bautismo condicional si la persona sobrevi-viera. De la misma forma, se consideraría probablemente válido el bautismo de un in-fante en el vientre de su madre, siempre y cuando el agua, por medio de un instrumen-to, realmente fluyera sobre el niño. Dicho bautismo debe, sin embargo, repetirse des-pués condicionalmente, si el niño sobrevive a su nacimiento.

La única forma requerida y válida del bautismo es: “Yo os bautizo (o Esta per-sona es bautizada) en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. Esta fue la forma dada por Cristo a Sus Discípulos en el capítulo veintiocho del Evangelio de San Mateo, al menos hasta donde se trata de la cuestión de la invocación de las Personas separadas de la Trinidad y la expresión de la naturaleza de la acción llevada a cabo.

Asociados al Bautismo, podemos destacar:

- El Baptisterio: Según los cánones de la Iglesia, excepto en caso de necesidad, el bau-tismo debe ser administrado en iglesias don-de exista una pila bautismal, o donde exista un baptisterio cercano a la iglesia. El término “baptisterio” es comúnmente aplicado al es-pacio destinado para conferir el bautismo.

- El agua Bautismal: Todo lo que se re-quiere para que el sacramento sea válido es agua verdadera y natural. Sin embargo, al administrar el bautismo solemne, la Iglesia prescribe que el agua utilizada debe haber sido consagrada el Sábado de Gloria o en la víspera de Pentecostés. Por lo tanto, el sacer-dote está obligado a utilizar agua consagrada.

- Los Santos Óleos: En el bautismo, el sacerdote emplea el óleo de los catecú-menos, el cual consta de aceite de oliva y crisma, éste último siendo una mezcla de bálsamo y aceite. Los óleos son consagra-dos por el obispo el Jueves Santo.

- Los Padrinos: Cuando los infantes son solemnemente bautizados, las perso-nas asisten a la ceremonia a hacer la pro-fesión de fe a nombre del niño. Dichas personas son designadas como padrinos y, a falta de los padres, están obligados a instruir en lo referente a la fe y la morali-dad. Es suficiente un padrino y no se per-miten más de dos. En el caso de que sean dos, uno debe ser hombre y el otro mujer. Los padrinos mismos deben ser personas bautizadas que tengan uso de razón y de-ben haber sido designados como padrinos por el sacerdote o los padres. Los padrinos también son empleados en el bautismo so-lemne de adultos. Nunca son necesarios en el bautismo privado.

- El Nombre Bautismal: Desde los pri-meros tiempos se daban nombres en el bau-tismo. Al sacerdote se le indica que nombres obscenos, fabulosos y ridículos, o aquellos de dioses paganos o de hombres infieles no sean impuestos. Al contrario, el sacerdote ha de recomendar nombres de santos.

- La Túnica Bautismal: En la Iglesia pri-mitiva, el recientemente bautizado vestía una túnica blanca por un cierto tiempo después de la ceremonia. Como los bautismos solem-nes se llevaban a cabo en vísperas de Pascua o Pentecostés, las vestiduras blancas se aso-ciaron con aquellas festividades. En nuestro ritual hoy en día, se coloca un velo blanco por un momento en la cabeza del catecúme-no como un sustituto de la túnica bautismal.

Formación

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Conociendo a nuestros hermanos

¿Como y cuando llega a la Herman-dad y que recuerda de esos años?

Yo llegué a la Hermandad en 1967 junto con Tomás Gómez Quesada y con mi herma-no, pero solo con la idea de salir de penitente, y como el padre de Tomás había sido uno de los fundadores y amigo de Francisco Gómez Montalvo, pues decidimos salir ese año en Semana Santa, siendo por tanto a los 11 años cuando hago por primera vez Estación de Penitencia, acercándonos de esa forma sólo a la procesión y no a la Hermandad, repitien-do al año siguiente, siendo en 1969 cuando me doy de alta y entro a formar parte de la nómina de hermanos, y desde entonces no he dejado de formar parte en la Estación de Penitencia, salvo un año, y por tanto, no he dejado de pertenecer a nuestra Hermandad.

Los recuerdos de aquellos primeros

años son muy débiles pues contaba sólo con 11 años, pero sí recuerdo lo importantes que eran los directivos en aquella época, o por lo menos eso me parecía a mi, recuerdo también las discusiones momentos antes de comenzar la procesión, a veces de circunstancias que pensaba yo que en ese momento deberían ya estar resueltas, cosas que me llamaban muchísimo la atención, y por supuesto, re-cuerdo también la Imagen de un Señor de la Paciencia deterioradísimo, oscurísimo, y una Virgen sin palio, con unas plantas grandísi-mas, pues no eran ni siquiera flores de esas que aparecen en las fotos aun conservadas y que se colocaban aquella misma mañana del Miércoles Santo, y por último, también re-cuerdo de aquella época, la Cofradía de los gitanos, a la vez preparándose para salir de la Iglesia de San Matías.

En una noche de verano, cuando ya el termó-metro comienza a dejarnos respirar, nos encon-tramos con nuestro Hermano Mayor, D. José Luís Pérez-Serrabona González, donde siempre sabemos que podemos encontrarlo, en el Colegio Mayor San Bartolomé y Santiago. Nos recibe con gesto cansado, acaba de aterrizar de un viaje fugaz del cual se ha traído el sabor del éxito, pues aún resuenan en sus oídos los acompasados olés tributados al maestro José Tomás en su histórica encerrona con seis toros en la monumental de Barcelona, pues no hay que olvidar que, además de EXCELENTE profesor de Derecho Mercantil, GRAN cofrade, es un AUTEN-TICO aficionado al mundo de los toros.

D. José Luís Pérez-Serrabona González, nuestro Hermano Mayor

Comienza un nuevo mandato al frente de la Hermandad y lo hace con el reto prin-cipal de conmemorar los cincuenta primeros años de existencia de nuestra Hermandad.

“ Ser cofrade es una forma de vida y de hecho formar parte de una Hermandad condiciona tu vida ”

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Conociendo a nuestros hermanos

¿Pertenece o ha pertenecido a otra Hermandad?

Pertenezco a la Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia, desde hace mu-chísimos años, habiendo dejado de pertene-cer sólo dos o tres años, probablemente des-de 1989 hasta 1992, año en el cual solicito de nuevo el alta, antes de ser pregonero de nuestra Semana Santa, pues no quería dejar de pertenecer a una Hermandad, de la que había sido hermano durante tantos años, y de la cual, no se porqué, dejé de pertenecer.

Creo que también he sido hermano de la Cofradía Universitaria durante mucho tiempo, pues tenía tratamiento como tal, ya que todos los profesores de la Facultad de Derecho lo éramos, nunca he formado parte en sus órganos de decisión, sí que he participado alguna vez en sus cultos y por supuesto, nunca he realizado Estación de Penitencia, por una causa lógico, salía el Miércoles Santo.

Y no he sido hermano, pero la Cofradía del Santísimo Cristo de San Agustín me im-puso la medalla, el día que en la bendición de Nuestra Señora de Consolación, realicé la exaltación a la Santísima Virgen.

Pertenezco también desde hace bas-tante años a la Hermandad Sacramental del Sagrario.

Y por último, soy de la Hermandad del Señor de la Caja de Vélez Rubio, que es mi primera devoción, pues me viene de familia, ya que a ella pertenecía mi tatarabuela y des-de pequeño he oído hablar de ella en mi casa.

En

una

pala

bra:

En una palabra:

Hermano Mayor: Disponibilidad permanente

Hermano Mayor de Paciencia y Penas: Una satisfacción impagable

Nuestro Padre Jesús de la Paciencia: La devoción

Maria Santísima de las Penas: Confidente

Costaleros: Hermanos

Iglesia: San Matías

La Iglesia: Institución a la que las cofrades se em-

peñan en pertenece San Juan de Dios:

HermandadJunta de Gobierno:

ServicioJuventud:

La gran ausenteCincuentenario:

Punto de partidaCalle San Matías:

Granada en Semana Santa

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En todos estos años, ¿Qué le ha apor-tado la Hermandad?¿y que le has apor-tado a la Hermandad?

Exactamente no puedo decir ni expli-car lo que la Hermandad me ha aportado, y de hecho lo he pensado muchas veces, y es verdad, que ser cofrade, es una forma de vida y de hecho formar parte de una Her-mandad, condiciona una vida y lo que me ha aportado es ser como soy, mis amigos es-tán el la Hermandad, mis recuerdos están en la Hermandad, si hace más de treinta años que pertenezco a ella y todas las semanas estoy con la gente de la Hermandad, quiere decir que soy de una determinada manera, porque así me ha hecho la Hermandad.

Y lo que yo le he aportado a la Her-mandad, es nada más que el tiempo que he podido dedicarle, al igual que cualquier otro hermano, y prestándole yo mi tiempo y mi manera de ser, y los demás su tiempo y su manera de ser, hacemos un sistema de vida. Yo a veces pienso en que en todo este tiem-po que he estado en bautizos, en comunio-nes y en bodas de gente de la Hermandad, lo que quiere decir que llega un momento en que la Hermandad se convierte en una familia escogida voluntariamente por uno mismo. Por tanto, y al igual que pasa en el seno de una familia, tu pasas a ser una pie-za más de esa familia, lo cual traducido a la Hermandad quiere decir que yo me veo como una pieza mas de esa gran familia la cual componemos todos y mientras cada uno de nosotros vivamos, es uno necesario que estar ahí.

¿Cómo ha visto la evolución de la Cofradía en todos estos años?

Partiendo de la base de que yo exacta-mente no se muy bien lo que es la evolución. Si se trata de una evolución de tipo material, es una Hermandad que ha hecho las cosas

con gran tranquilidad, digamos que lenta-mente y yo creo que bien, no se trata de una Hermandad de explosiones en materia de estrenos, sino que estos se realizan poco a poco. Por ejemplo el paso de María Santísi-ma de las Penas ha ido evolucionando muy poco a poco, pero es un trabajo bien hecho, porque desde aquel paso con unas randas pintadas con purpurina de respiradero, has-ta que en el mandato de Gómez Montalvo decide ponerse el palio, o hasta que se han estrenado el manto y los bordados del palio, han pasado bastantes años pero se ha reali-zado un grandísimo trabajo, evolucionado extraordinariamente. O cuando se estrenó el paso del Señor, en 1974, se acogió con gran entusiasmo por su belleza, tanta que luego se han visto copias literales de éste en la Se-mana Santa de Granada.

Si repasáramos sus años en el cargo,

nos encontraríamos momentos inolvida-bles y también duros, ¿cual destacaría como el mejor y el peor momento de estos años que dejamos atrás?

El mejor momento, sin lugar a dudas es cuando la Diputación y la Delegación de Cultura, cedieron la Imagen de Nuestro Pa-dre Jesús de la Paciencia a la Hermandad, ya

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que antes ya se había decidido retirarlo del culto público y prohibir su procesionamiento cada Miércoles Santo.

Y el peor momento, desde el punto de vista humano, puedo recordar la muerte de determinados hermanos, y desde el punto de vista más cofrade, es ese momento en el que en el año 1988 yo me hago cargo de la Her-mandad y suspendo la Estación de Penitencia por el tema de la Inmaculada Concepción.

¿Qué no olvidará nunca de estos años atrás? Y ¿Qué cambiaría de sus an-teriores mandatos?

Yo creo que cuando uno mira hacia atrás y ve todas las cosas que ha hecho, piensa que cambiaría muchas cosas, o que no hubiese hecho algunas cosas como en su momento las hizo, pero en realidad, no cambiaría nada, seguramente porque cuan-do uno hace una cosa, piensa que en ese de-terminado momento es lo mejor que puede hacer. Pero creo que lo mejor que uno pue-de hacer es sentirse orgulloso de todo lo que ha hecho, pero no de forma chulesca, sino responsable, para bien y para mal. Pero si pudiese cambiar algo, sería, algunas perso-nas que se han marchado de la Hermandad que no lo hubiesen hecho.

Y de estos años atrás no olvidaré nunca cuando a la gente la has llamado para que hicieran algo y han dicho que sí, y como tampoco olvidaré, el momento de ver al Se-ñor salir restaurado por primera vez, el 19 de Marzo de 1997, después de verlo práctica-mente embalado para llevárselo al museo de Bellas Artes cuando en la Revista Fiesta y durante su restauración a cargo, de Bárbara Hasbash la noticia de que el Señor de la Pa-ciencia nunca mas saldría en Estación de Pe-nitencia, y a través de una carta de la Diputa-ción, comunicándole a la Hermandad dicho acuerdo, informándonos ya en una reunión, de que se iba a realizar una copia sufragada por la propia diputación, propuesta que se realiza incluso por escrito y es una semana antes de Semana Santa cuando se comunica que el Señor no va salir, en esos días, y gra-cias a la intervención de muchas personas, se consigue la cesión para la Estación de Peni-tencia de ese año, trasladándose entonces el Señor a San Matías, y será al año siguiente cuando el Diputado D. Carlos Martínez, lo cede en un documento válido pero jurídica-mente con muchas excepciones, hasta que en Noviembre de hace dos años se entrega la Imagen en depósito, que es lo máximo que concede la ley, 30 años renovables.

Conociendo a nuestros hermanos

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Tras 20 años ocupando el cargo de Hermano Mayor, en el último cabildo, la Hermandad volvió a elegirlo con mayo-ría absoluta, ¿Cómo afronta este nuevo periodo al frente de la Hermandad? ¿Y cuáles son los principales objetivos de es-tos próximos cuatro años?

Afronto el nuevo mandato exactamen-te igual que el primero, con mucha ilusión, aunque ahora con mucha más experiencia que en mis primeros años. Y no me cuesta trabajo, decir que lo hago sin ningún pro-yecto, pues al no presentarme a las eleccio-nes y ser elegido libremente por el cabildo, carecía de tal proyecto. No obstante al ser reafirmado en el cargo por la curia duran-te los próximos cuatro años, mi principal y más inmediato proyecto es celebrar con dig-nidad el cincuentenario de la Hermandad. En cuanto al aspecto material, el proyecto a corto plazo es la finalización de las dos capillas de los titulares en la Iglesia de San Matías. Y como proyecto muy en último lu-gar, nos encontramos la finalización de los pasos de nuestras Sagradas Imágenes.

Reciente queda aún la participación de la Hermandad en la Passio Granaten-sis, ¿Cómo se vivió en el seno de la Her-mandad la celebración de la misma?

Fué un acontecimiento único que que-dará para todos como uno de los recuerdos cofrades más importantes en nuestras vidas, debiéndoselo agradecer tanto la Ciudad como la Granada cofrade a las personas que consiguieron realizarlo. Y es que lo hemos vivido con el sentido crítico el previo, pero con una emoción extraordinaria en los días próximos y el día de su celebración, sien-do un día irrepetible y dificilísimo de poder contar y fantástico el poder haberla vivido.

Fue un modo diferente de vivir una Es-tación de Penitencia, en nuestra Hermandad

se vivió como una fiesta y encima tuvimos “la ayuda divina” de que salió bien, en ge-neral y en particular.

Estuvo la Granada cofrade a la al-tura de tan importante celebración? ¿ y la Granada no cofrade?

Yo creo que se puede afirmar que el día de la passio granatensis la Granada co-frade si estuvo a la altura, en cambio en los días anteriores y posteriores con las diferentes críticas la Granada cofrade es-tuvo a su altura, que es, la de una crítica permanente con una falta de colaboración grandísima.

En lo que se refiere a la Granada no cofrade, la actitud de las instituciones dejó mucho que desear, sin excepción, y es que con la mayor colaboración del ayunta-miento, de los demás organismos públicos, de la Iglesia y de los ciudadanos de a pie, no sé si hubiese salido mejor o peor, pero lo que sí está claro, es que hubiese sido todo mas fácil.

Conociendo a nuestros hermanos

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¿Cómo afecta la situación actual del país a las Hermandades?

Al afectar la situación actual del país a las familias entonces afecta a las Herman-dades, y lo hace en una doble dirección, pri-mero que no se dispone de los fondos con los que normalmente se dispone, aunque nuestra Hermandad no ha movido las cuo-tas en los últimos años, y segunda en que hay que tener mucho cuidado en como se invierte.

¿Hay sitio para mas Hermandades en nuestra Semana Santa? ¿Que pasaje bíblico le gustaría ver representado en nuestras calles?

Yo siempre he pensado que si lo ha-bría, y como pasajes muchas veces he pen-sado que faltaba en Granada el que recogie-ra la traición de Jesús con el beso de Judas, pero ahora estoy profundizando en un pasa-je posterior al de Jesús de la Paciencia que sería Jesús Recogiendo las Vestiduras, de hecho, en Granada existe una imagen en el Convento de Siena donde se recoge ese mo-mento, me gusta también por que histórica-mente los devotos de ese pasaje, son unos cristianos mucho mas elevados, los que ha-bían llegado a un compromiso mayor, por tanto como aspiración, me gusta.

Volviendo a nuestra Hermandad, llevamos a gala el mantener las tradicio-nes (ciriales alineados, albarcas, traba-jaderas a hombros, etc…) pero los tiem-pos cambian…¿nos adaptaremos a los tiempos?

Seguramente, aunque las buenas tradiciones hay que conservarlas. En el trabajo costalero Granada era distinta al resto gracias a las trabajaderas a hom-bros, y Granada ha ido evolucionando copiando, por ejemplo Málaga se ha mantenido al margen de esa evolución, precisamente porque su forma de llevar los pasos, es una buena tradición y de ahí que la conserven.

En el caso de que algún día se propu-siera el cambio, se estudiaría y se decidiría cambiar o no.

Llegado el momento del adiós, le gustaría que le recordaran como el Her-mano Mayor que…

A mi me gustaría que en la Hermandad una vez que no ocupase el cargo la gente dijera “mira, este fue Hermano Mayor”, y nada más.

Numerosos son los casos de cofrades de otras Hermandades que han perte-necido a nuestra nómina de Hermanos, al igual que pregoneros de Paciencia y Penas, que posteriormente han pregona-do a nuestra ciudad desde el atril oficial ¿Somos cuna de cofrades?

Cuna de pregoneros sin duda, y descu-bridores de pregoneros también sin duda, pero muchos hermanos nuestros que se ha-yan ido a otras, no lo creo. Lo que sí creo, es que gente que ha realizado en algún mo-mento Estación de Penitencia en nuestra Hermandad, presume de haberlo hecho, lo cual tiene que enorgullecernos.

Conociendo a nuestros hermanos

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Mirando hacia el futuro, se observa un movimiento joven importante en el seno de la Hermandad (grupo de teatro, fundación Trece Granadas, revista Pa-ciencia y Penas, etc…) ¿Es hora de que esta gente joven de un paso al frente?

Creo que sí es el momento de que la gente joven de un paso al frente, pero para mí siempre es el momento, pero dar un paso al frente no debe ser necesariamente ocupar un cargo. En ese aspecto nuestra Herman-dad también es un poco pionera, ya que en su día tuvo un Hermano Mayor con 30 años, siendo el mas joven de la Federación de Cofradías durante muchos años, aunque en contrapunto, luego no se ha producido una renovación en el cargo.

En la nueva junta, de los llamados jó-venes, es decir menores de treinta años, va a ver ocho incorporaciones.

Cincuentenario de la Hermandad, ¿Cómo va a celebrar la Hermandad sus cincuenta primeros años de existencia?

La Hermandad aparte de iniciar el día 14 de septiembre los actos conmemorativos del cincuentenario, con una función religio-

sa, de realizar una salida extraordinaria, de intentar que el vía crucis cuaresmal con la Imagen del Señor de la Paciencia tenga un carácter especial y extraordinario, intentan-do que sea a la Iglesia de San Juan de Dios, y si dentro del año conseguimos tener las capillas terminadas dicha celebración seria una enorme satisfacción. A todo ello habrá que unir diferentes actos culturales tales como exposiciones, conciertos y algunas publicaciones.

Tres deseos para los próximos cincuenta

Uno, que la Hermandad siga viva en el seno de un mundo cofrade activo.

Dos, que aumentando considerable-mente el número de hermanos, se asumiera verdaderamente un compromiso cofrade y de Hermandad.

Y tres, que se le pueda preguntar al Hermano Mayor que haya dentro de otros 50 años, que proyectos tiene para la Her-mandad, porque significará que esta sigue muy viva. Porque una Hermandad no pue-de acabar.

Conociendo a nuestros hermanos

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El Grupo de Teatro Paciencia y Penas, en su afán por seguir desarrollando su ac-tividad de una forma cada vez más profe-sional y seguir colaborando con otras or-ganizaciones benéficas, decidió fundar una Asociación Cultural con la que ampliar su campo de actividades y, por tanto, contar con otras alternativas al teatro con las que llegar a todo tipo de público.

Así, nació la Asociación Cultural Tre-ce Granadas, en la que el Grupo de Tea-tro Paciencia y Penas, conservando su nombre, quedaría integrado. Orgullosa de llevar por delante el nombre de nuestra Hermandad en cada actividad y vinculada totalmente a ella, adoptó su nombre de las trece granadas (doce de plata y una de oro) que lleva la empuñadura del martillo, ése enser propio de nuestra Hermandad que se muestra al inicio del cortejo procesional cada Miércoles Santo.

Es deseo de todos los que hicieron rea-lidad este propósito contar con el mismo apoyo recibido hasta ahora, ya que el pro-yecto es ambicioso y necesita de la colabo-ración de todos.

TRECE GRANADAS también trabaja por nuestra Hermandad. Nueve años después de su reaparición, el Grupo de Teatro Pacien-cia y Penas volvió a preparar la obra “Tan perfecto no te quiero” que abriría también la actividad de la Asociación en dos funcio-nes extraordinarias en Mayo del pasado año, cuyo objetivo era colaborar con el proyec-to que la Hermandad tiene entre manos: la ansiada renovación de hábitos. A este fin se destinó también la recaudación de la obra si-guiente: “¡Que viene mi marido!” (Enero de

2009) y la primera actividad realizada ajena al teatro: el “I Concurso y Exposición de Fo-tografía: Andalucía es Cofrade”, clausurado el 12 de Julio de este año, y que fue todo un éxito en aceptación y participación, con 82 preciosas fotografías cofrades presentadas a concurso tanto de Hermandades de Granada capital como de otros puntos de la provincia e incluso de Andalucía (Loja, Málaga, Alme-ría, Sevilla, Úbeda, Baeza, Ronda, Sanlúcar de Barrameda...).

Están en mente otra serie de activi-dades que la Asociación irá llevando a cabo, a través de las cuales seguirán cola-borando activamente con la Hermandad, como sigue siendo el objetivo del grupo diez años después. Para contactar con la Asociación Cultural Trece Granadas y así colaborar, aportar sugerencias o resolver cualquier cuestión relacionada con ésta o su actividad, está a disposición una cuenta de correo electrónico: [email protected]. Para más información, pueden visitar su página web: www.trecegranadas.es

Un nuevo proyecto:Asociación Cultural Trece Granadas

13 Granadas

1er Premio del ConcursoPaciencia y Penas

Autor: Ángel Emilio Muñoz Rueda

1er Premio del Concurso GeneralAutor:Diego José Paredes Jaldo

Carmen Jiménez Garzón

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Grupo de Teatro

Se cumple ahora una década desde que el Grupo Joven de nuestra Hermandad, con Mª Eugenia García a la cabeza, decidiera retomar una actividad con la que años an-tes, cuando aún eran niños, consiguió hacer reír incluso al más exigente: el TEATRO. La propuesta surgió con el objetivo de co-laborar con el “Proyecto Oasis” de Cáritas Diocesana de Granada. Teatro Solidario: ¿qué mejor forma de ayudar?

Fue Mª Carmen Sáez la que aceptó una vez más el reto de dirigir el grupo, que to-maría de nuevo por nombre (como no podía ser de otra forma) “Grupo de Teatro Pacien-cia y Penas”. Así, comenzaron los ensayos para el estreno de “Tan perfecto no te quie-ro” (una comedia de Adrián Ortega), que tuvo lugar el día 26 de Diciembre de 1999, en el salón de actos del Colegio Mayor San Bartolomé y Santiago.

A partir de entonces, y siempre con un fin benéfico, se han ido preparando diferen-tes comedias teatrales de autores como Jar-diel Poncela, los Hermanos Quintero, Car-los Arniches... “Las de Caín”, “El cadáver

del Señor García”, “Madre, el drama padre” o “¡Que viene mi marido!” son algunas de las obras con las que hemos recaudado más de 15.000 €, destinados a colaborar con di-ferentes organizaciones: nuestra Herman-dad, Cáritas Diocesana de Granada, GAEN (Grupo de Afectados de Enfermedades Neurodegenerativas), Fe y Alegría en sus misiones en Venezuela, AJDEM (Asocia-ción Jienense de Esclerosis Múltiple)...

También son muchas las personas que, siendo de la Hermandad o no, decidieron en algún momento participar desinteresada-mente en el Grupo de Teatro, algunos de los cuales no pudieron seguir con esta activi-dad muy a su pesar. Todos nos regalaron su trabajo y entusiasmo persiguiendo una mis-ma causa: colaborar con quien lo necesita. Tanto los actores como equipo de dirección, atrezzo, vestuario, peluquería, maquillaje... todos y cada uno de ellos son fundamenta-les para que cada año la obra salga adelante.

X Aniversario del Grupo de Teatro Paciencia y PenasCarmen Jiménez Garzón

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Si hay un lugar en Granada donde el cofrade se siente como en su casa, ese es en el Bar León, esta entrañable familia, forma-da por Joaquín, Antonio y Junior, ha sabido conquistar el corazón de todos los que por allí pasan.

Al igual que nuestra Hermandad, la fa-milia León llega a Granada en el año 1959, desde la vecina localidad de Andujar, lugar en el que “se suceden nuestros primeros recuerdos cofrades, nuestro padre partici-paba de penitente en la Hermandad del Si-lencio y al igual que aquí, todas las calles se apagaban y nosotros nos dedicábamos a tirar basura en las colas de los penitentes”, en el año 1961 desembocan en la que para siempre pasará a ser su Hermandad, y lo hacen de la mano del novio de su hermana “Paco (D. Francisco González Arcas) nos apunta a la Hermandad de la Cañilla y en ese mismo año le pido a mi padre salir en la procesión, quería acompañar a D. Arturo Gómez Sán-chez Reina, Hermano Mayor en aquel año, y salí de caradura, es decir, con traje y dan-do la cara, ese año íbamos delante del paso de Cristo el Hermano Mayor y yo” comenta Joaquín León.

Tradicionalmente, la familia León, cie-rra las puertas de su negocio todos los martes del año, decisión ésta, que toman en el año 1963, año en el que participa por primera vez toda la familia en la salida procesional de su Hermandad. Ése mismo año, entran a formar parte de la Junta de Gobierno de la misma. De aquellos primeros años Joa-quín guarda recuerdos inolvidables, “en ése año Jacinto Morente sale elegido Hermano

Mayor y junto a nosotros, mi hermano y yo, recuerdo que entraron a formar parte de la Junta gente como Enrique Padial, Pepe Campos, Paco González Arcas. El primer cargo que desempeñamos fue de albacea, aunque en aquellos años todos hacíamos de todo, aún recuerdo los martes por la maña-na junto a mi hermano Antonio montando las hachetas con el camping gas de mi pa-dre”, en este mismo sentido Junior recuerda que “pertenezco a mi Hermandad desde el minuto uno, actualmente ocupo el cargo de Diputado Mayor de Gobierno, pero antes de ocupar ese cargo, he salido de mayordo-mo, he portado el Senatus e incluso he sido acólito”. “De aquellos primeros años, re-cuerdo con curiosidad la importancia en mi

Hermandad de las mujeres, las cuales formaban un amplio cuerpo de mantillas,

el cual, tenía incluso directiva propia, tanta era su importancia, que fueron las primeras en tener medalla de la Hermandad, de ahí que a fecha de hoy, porten una medalla dis-tinta al resto de hermanos”.

Las relaciones entre las Hermandades de La Cañilla y la nuestra, siempre han sido buenas, prueba de ello es que los primeros

“La Semana Santa es por lo que existimos y en lo que creemos”

50 años haciendo amigos

Tertuliando con... “La Familia León”

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Tertuliando con...

recuerdos que guarda Joaquín de nuestra Hermandad “son a la Junta de Gobierno, con Don Francisco Gómez Montalvo al frente, esperando en la Plaza de Santo Do-mingo a que nosotros termináramos nues-tra Estación de Penitencia para recoger los faroles de nuestro paso de Cristo, para utilizarlos ellos en el paso de Virgen, que por aquella época, final de los setenta, aún no tenía palio, en éste sentido, antes todo era más fácil, no existía tanto papeleo y formalismo como ahora y así debería se-guir siendo”.

Este año 2009, el ya tradicional cartel del Bar León, ha estado protagonizado por una instantánea de Nuestro Padre Jesús de la Paciencia, quedando ya lejos el año 1992, año en el que vio la luz el primer cartel publicado por la familia León “la idea de crear un cartel surge de Manolo Ocón, Ángel Luis Sabador y Antonio Cua-dros, siempre nos juntábamos a opinar de todos los carteles que nos llegaban al bar y a todos les poníamos alguna falta, de ahí que decidiéramos publicar el nuestro propio, siendo ya diecinueve los carteles que hemos publicado. Paralelo a la pu-blicación de nuestro cartel, está nuestra exposición de carteles, en nuestro poder tendremos unos tres mil aproximadamen-te, llegando los más lejanos desde Colom-bia o Méjico”

Conocido es por todos, que la familia León colabora con todo aquel que se lo pide, como ellos mismos dicen “estamos a lo que haga falta” curioso es el caso de Joaquín, que pertenece a Hermandades como la del Silencio, María Santísima de la Alhambra, Escolapios, Nazareno ó La Concha, incluso en algunas de estas Hermandades, aparece el Bar León como hermano de las mismas,

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Tertuliando con...

“nos gustaría pertenecer a todas pero no es posible, pero eso sí, ayudamos a todas las que nos lo piden, curioso y entrañable es el caso de La Concha, durante años la Hermandad paraba sus pasos al pasar por la Calle Elvira y a todo el que nos lo pedía le obsequiábamos con un caldo, incluso un año el bar se llenó de costaleros y mantillas teniendo que esperar los pasos a que éstos volvieran para seguir su recorrido hacia el convento. Desde ese día, esperan en la Ca-lle Elvira a que nos acerquemos para rea-lizar una llamá en ambos pasos, incluso mi hermano Antonio se mete debajo del paso de palio a dar una chicotá y desde hace un par de años, les llevamos caldo al finalizar su Estación de Penitencia”.

Muchos de nosotros, recordamos mo-mentos entrañables en casa de la familia León, rodeados siempre de amigos y buen ambiente. Ellos también guardan en su re-tina momentos buenos y malos ligados a su vida cofrade, aunque el que con más tris-teza recuerda Joaquín no tiene mucho que ver con la Semana Santa “hace unos años, en la planta alta del antiguo Bar León, se hundió el techo, por esa fecha yo tenía so-bre las mesas recortes de prensa y revistas de todos los rincones del planeta ya que a mí me gusta viajar, pero sin salir de la Calle Pan, todo lo que conozco del mundo estaba en aquellos recortes de periódicos. A nivel cofrade, mi peor momento y el me-jor al mismo tiempo, lo viví en la Semana Santa del año 2007, año en el cual mi Her-mandad se quedó sin realizar Estación de Penitencia por vez primera, me emocionó ver la inmensa iglesia de Santo Domingo llena de hermanos de mi Hermandad com-portándose de forma ejemplar, recuerdo también como nota curiosa, el año que tuve que salir de traje, ya que cuando el Martes Santo fui a ponerme mi hábito había enco-gido de tal manera, que los ojos me queda-ban muy por encima del lugar indicado, ese año era Diputado Mayor de Gobierno, la

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cara de Laureano al verme entrar de traje era un poema”; en esta misma línea Antonio recuerda de forma inolvidable el primer año que consiguió portar la Cruz de Guía de su Hermandad, lugar éste que no ha abandona-do hasta la fecha.

Con motivo de la realización del cartel de este año, la familia León ha podido cono-cer más de cerca la vida interna de nuestra Hermandad y reconocen que “nos ha sor-prendido el movimiento interno de todos los hermanos y la inquietud que muestran, es una Hermandad que poco a poco y sin ha-cer ruido, va haciendo cosas bien hechas, aunque desde fuera puede parecer que tie-ne poca vida”. De la primitiva revista Pa-ciencia y Penas “guardamos un recuerdo imborrable, era la mejor revista que se ha hacho durante muchos años, de hecho a mí, reconoce Junior, me gustaba tener dos, una para recortar y otra para coleccionar”.

Es tal el amor de esta familia hacia nuestra Semana Santa que les cuesta trabajo reconocer que lugar ocuparía la misma en sus prioridades “en primer lugar pondría a mi familia, reconoce Joaquín León, a la cual les estoy agradecido por aguantar mi

ritmo de trabajo, en segundo lu-gar aparecería la Semana Santa que es por lo que existimos y en lo que creemos… , sin vosotros, refi-riéndose a los cofrades, no sería posible el Bar León, nos sentimos muy queridos y desde estas líneas quiero dar las gracias a todos, nuestro deseo es cumplir cincuen-ta años más y mi sueño, con ayu-da de una primitiva, sería crear la Fundación Bar León para ayudar a los enfermos relacionados con la Semana Santa y a todos los que lo necesiten”.

Nuestra Hermandad esta muy agrade-cida a la familia León por el trato recibido desde hace muchos años, pero mas en con-creto, por el trato recibido durante este año 2009, en el que ambas corporaciones cum-plimos cincuenta años de vida, esperamos poder seguir sintiéndonos como en nuestra casa muchos años mas, es cierto el eslogan que anuncia su establecimiento, y es que en el Bar León no hay clientes, hay amigos, y eso en esta vida que nos ha tocado vivir, es todo un éxito, aunque con gente como voso-tros es facil sentirse como en la casa de uno. Gracias y ….felicidades.

Tertuliando con...

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No pudieron tener mejor colofón los primeros 49 años de vida de nuestra Her-mandad. No han podido tener mejor inicio los próximos cincuenta años de vida que con toda seguridad alcanzará nuestra Co-fradía allá por el año 2059. Y es que ese memorable colofón, no fué un Miércoles Santo como debiera haber sido, sino que fue un Sábado Santo. Y es que como si de una salida extraordinaria se tratara, el Sá-bado Santo del 2009 quedará para siempre en la memoria de todos los hermanos de Paciencia y Penas, que lo pudimos vivir y disfrutar de primera mano, desde por la ma-ñana, en que a las claras del día el Señor de la Paciencia salió de la Iglesia Imperial de San Matías.

No sonó Saeta, tampoco la Marcha Real, ni tan siquiera el bullicio de palmas deseosas de Ti jalearon a la cuadrilla de cos-taleros mas veterana de cuantas se pasean por las calles de Granada durante nuestra Semana Mayor, al bajar las escaleras, sola-mente Tú y el amanecer. El rocío impregnó tu calvario de claveles para no pederse tu caminar temprano. Era distinto y emocio-nante, solo se oía el rachear de albarcas costaleras que avanzaban a paso acompasa-do por la Calle San Matías, hasta que tuvo que detenerse para esperar a incorporarse al cortejo que desde el Realejo tenia que mar-char hasta la Catedral desde donde saldría por la tarde la magna procesión.

Un golpe seco de martillo que indicaba una levantá fuerte al cielo de un paso soña-do en rocalla nos anunció que por la Cuesta del Progreso llegaba un Realejo hecho paso de misterio, Santa Cena Sacramental, Ora-ción en el Huerto, Humildad y Tres Caídas

hicieron sitio para que el cortejo que acom-pañaba el paso de Nuestro Padre Jesús de la Paciencia, avanzara a su par, buscando la calle Ganivet, para a continuación, con tráfico incluido y dejando patente la poca colaboración de nuestro excelentísimo Ayuntamiento, en la organización de un evento de tal magnitud, conseguir avanzar hacia la calle Mesones, que poco a poco se inundaba de madera tallada a golpes de ilu-siones cincelados durante cien años, al final de la cual, se uniría Nuestro Padre Jesús del Rescate, para poner fin a la mañana de un Sábado distinto, la mañana de un Sábado soñado, de un Sábado Santo que pasará a la historia...

Ante tan magno acontecimiento no po-día faltar algo que tantísimas veces ha esta-do presente, de forma negativa, en nuestra Semana Mayor, la lluvia.

Especial Passio Granatensis

Pasará a la historia...

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Especial Passio Granatensis

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Especial Passio Granatensis

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Horas antes de que se abrieran las puertas de la S.I. Catedral las calles por las que discurriría el corte-jo, se fueron abarrotando de miles de granadinos que

no querían perderse este portentoso capítulo de la Semana Santa de Granada, que quedará para siempre en las retinas y los corazones de los cofrades, que ya desde por la maña-na latían de forma diferente al vivir los traslados de cada uno de los pasos desde sus sedes canónicas hasta la S.I Catedral.

Eran las 16:30 de la tarde, cuando el muñidor de la Cofradía del Santísimo Cristo de San Agustín abría el ca-mino a un espectacular cortejo formado, en principio, por 22 imágenes, aunque finalmente serían 21 las que lo com-

pondrían, como consecuencia a la decisión de no salir del Santísimo Cristo de la Misericordia, debido a las previsiones

meteorológicas que se barajaban.

Pronto aparecieron las primeras gotas, provo-cando los primeros momentos de tensión y ner-

viosismo, tanto en la organización del cortejo, como en el público presente en todo el reco-rrido. Los pasos, fueron cubriéndose de plás-ticos, desluciendo el paso de las imágenes por las calles del recorrido oficial. Pero antes, el

sol, quiso asomarse para iluminar plenamente la abarrotadísima Plaza de las Pasiegas cuando Nuestro Padre Jesús de la Paciencia inicio su his-tórico caminar en la Passio Granatensis, comen-zando así un capítulo escrito con renglones de

oro en la vida de la Cofradía de Paciencia y Penas.

Quiso la lluvia verte de cerca y a primera hora de la tarde se presentó ante Tí, sin avisar y tu cuerpo quedó cubierto por un bendito, pero incomodo plástico, que tampoco se quiso perder la oportunidad de rozarte, fue en la calle Mesones donde todo esto sucedió, pero para ese momento, tu cuadrilla se había reservado el mejor momento de sus treinta años de historia, chicotá

para el recuerdo: desde el silencio de las trabajaderas, alguien anónimo, se atrevió a dirigirse a ti y rogarte por

su familia, por el día a día, por los que están junto a Tí y por todos los que de Tí presumimos, en ese momento,

Especial Passio Granatensis

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solo se escuchaba esa voz y el sollozo de costaleros anónimos, fue algo difícil de contar y para recordar eternamente….

El silencio de cada chicotá se mez-claba con los aplausos de la gente, que en gran número, disfrutaban de este precio-so día, que hermosura ver ese majestuo-so cortejo avanzar por Puerta Real y ver como los ojos de la gente se iban inundan-do de lágrimas.

Pero pronto el silencio se tornó en trompetas y como siempre sonó Saeta, en honor a los que nos ven desde la me-jor de las tribunas, desde el cielo, y des-de ahí hasta el final se fueron repitiendo chicotas trabajadas muy de cortito por un recorrido íntimo e irrepetible, adornadas de sones flamencos llegados desde el Al-baycín, calles como la de Elvira donde la Familia León disfruto del paso del Señor en un año tan especial para tan querida familia y para los hermanos de Paciencia y Penas, calle Pavaneras donde TODA la Hermandad arropo a su Sagrado Titular en su lento y precioso caminar, introducien-do en el Barrio cofrade por excelencia de nuestra ciudad, y sobre todo, ese acerta-dísimo recorrido de vuelta por la Placeta de la Iglesia de San Matías donde por su recogimiento, el Señor brilló de manera especial, sencillamente emocionante.

Por todo ello, y por infinidad de vi-vencias que cada Hermano de nuestra Hermandad guardará para si mismo por las emociones vividas a lo largo de todo el día, ese Sábado Santo de año 2009, la Passio Granatensis pasara a la historia…

Especial Passio Granatensis

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La Imperial y Venerable Hermandad Sacramentaldel Apóstol San Matías e Ilustre y Fervorosa Cofradía de

Nuestro Padre Jesús de la Paciencia y Maria Santísima de las Penas

celebrará Función de Instituto

en honor a María Santísima de las

PENAS el próximo dia 8 de diciembre, a las 12:30 h.

Festividad de la Inmaculada Concepción

Ocupará la Sagrada Cátedra el Rvdo. P. Manuel Carrillo Benítez,

consiliario de la Hermandad

En el trancurso de la misma se procederá a la imposición de la medallas de la Hermandad a todos aquellos nuevos Hermanos que lo deseen

Al finalizar la Celebración Eucarística permanecerá expuesta en

Devoto Besamanosla Sagrada Imagen de

María Santísima de las Penas

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Saeta en San Matías

Ese año la Semana Santa fue fría. Al salir del paso, en el primer relevo que te-nia fijado la cuadrilla del paso del Señor, me llamó poderosamente la atención aquel penitente que colocado delante del bande-rín de la banda, portaba una pesada cruz, lo hacía descalzo y con unas cadenas engan-chadas en sus tobillos, no pude evitar fijar-me en sus manos, eran finas y los primeros síntomas del paso de los años habían hecho acto de presencia en su piel, en ese momen-to, me pregunté que penitencia llevaría, me puse la sudadera y me fui buscando el si-guiente punto de relevo.

Al llegar a la iglesia, no busqué a mis compañeros para abrazarlos y felicitar-los, me senté en un banco y esperé a que ese penitente se quitará su hábito morado para poder verle su rostro, los hermanos entraban en el templo y se sentaban en los bancos esperando la llegada del paso de palio, unos lo hacían en silencio, otros comentaban la Estación de Penitencia, y

al fondo, junto a dos pequeños monagui-llos, estaba él, aún con su rostro tapado, y en absoluto silencio. Las puertas se cerra-ron, se rezaron las preces y se agradeció a todos los Hermanos el comportamien-to durante la Estación de Penitencia, en ese momento observé como ese peniten-te ejemplar, se quitaba el antifaz, tras el mismo, se escondía el rostro cansado de una mujer, sus ojos inundados de lágri-mas estaban cansados, los dos pequeños querubines vestidos de monaguillo, la abrazaron y el llanto se apoderó nueva-mente de ella, los niños emocionados le limpiaban las lágrimas de su cara y una de ellas, la mas pizpireta de los dos, le cogió la mano y le dijo:

- No llores mas abuela, pronto será Miércoles Santo de nuevo

- Lo se niños, pero lloro de alegría, por veros aquí vistiendo el hábito de mi Her-mandad, de la Hermandad de vuestros pa-dres, y por supuesto la vuestra.

- Y asi será siempre abuela, pero el año que viene mejor te quedas en el pal-co para darnos el bocadillo, como todos los años

Al instante, tres compañeros de traba-jadera, hermanos entre ellos, se fundieron en un abrazo interminable a esa mujer que no paraba de darles las gracias mientras la lágrimas volvían a inundar sus tiernos ojos.

En ese momento me senté, le dí la mano a mi mujer, besé a mis dos hijos y abandonamos la iglesia.

Ejemplo de Amor

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Saeta en San Matías

Durante varios días no pude quitarme de la cabeza la imagen de ese penitente, me hubiera gustado saludarla y darle las gra-cias por su titánico esfuerzo, e incluso pre-guntarle el porque de esa penitencia, pero no era el momento ni el lugar.

Pocos días después, me encontré con el mayor de los hermanos y tras analizar detalladamente alguna de las ya lejanas chicotás, hablar de proyectos e incluso de sueños, al despedirnos, no pude resistir pre-guntarle por ella, por ese penitente anónimo que me había dado un ejemplo de sacrificio y de amor a nuestra Hermandad.

- No llevaba ninguna penitencia, que-ría dar las gracias por tenernos a todos a su lado y por volver a salir todos en la Her-mandad después de tantos años.

- Volveréis a hacerlo

- Mientras ella viva y la salud nos deje, así será.

Pasó el tiempo y nuevamente amaneció Miércoles Santo, al llegar a la iglesia, no había nin-gún penitente tras el paso del Señor, pero delante del paso de palio, estaban ellos, dos preciosos mo-naguillos cogidos de la mano y nerviosos como su padre lo estaba, cuan-do también vistió el hábi-to de monaguillo, hace de eso muchos años ya, junto a ellos estaba ella, elegan-temente vestida, y suje-tando en sus brazos una

niña recién nacida, que ya llevaba colgada la medalla de su Hermanadad en esta ocasión fue el niño, el que la miró y le dijo:

- Abuela al pasar por el palco yo me quedo contigo

- Lo que tú quieras

- Yo lo que quiero es estar siempre a tu lado y que me des el bocadillo todos los años.

Me metí en el paso, sonó el llamador, el capataz llamó a uno de sus hijos y este con la voz rota les dedicó levantá a su ma-dre y a las madres de todos los costaleros por ser ejemplo de amor para sus hijos, dándolo todo, sin esperar nada a cambio.

Espero que dentro de cincuenta años mis hijos me dediquen una levantá por ha-ber sido un ejemplo para ellos.

A mi madre

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Cofrades y Cofradías

Aquello que no aparece en los medios de comunicación, según cuentan, no existe para la audiencia. En la actualidad, Internet plantea la posibilidad de abarcar todo lo que no recogen los anteriores. El caso que nos compete, la Semana Santa de Granada, goza de una buena salud en la red. Algunas pági-nas webs y numerosos blogs son testigos del movimiento cofrade granadino. En cuanto al resto de soportes al servicio de la informa-ción –prensa, radio y televisión-, la oferta es muy reducida durante el año puesto que la mayoría de los espacios se concentran en la Cuaresma, salvo en casos excepcionales.

De esta realidad, se deriva la importan-cia que tiene a día de hoy la red de redes para la difusión de la Semana Santa. El co-frade de a pie, gracias a Internet, puede es-tar al tanto de lo que acontece en el seno de las Cofradías de su ciudad, permaneciendo en la misma o residiendo en otro punto geo-gráfico. Los medios de comunicación, sabe-dores de esta situación, han sido los prime-ros en subir sus contenidos para aprovechar sinergias entre el medio tradicional y el más reciente como lo es la web o el blog. Por otro lado, las Cofradías mantienen el con-tacto entre sus hermanos con la publicación de noticias y convocatorias.

En conclusión, el uso de Internet, ya sea por parte de los medios, por las Cofradías o la labor callada y anónima de personas amantes de lo cofrade; viene a sumar y aunar esfuer-zos en torno a un trabajo que desarrollan las distintas Hermandades a lo largo de todo el año y que vienen a situar a la Semana Santa de Granada en un peldaño cada vez más alto. Sin duda, es un eslabón muy importante en la cadena que llevará tarde o temprano a nues-tra Semana Santa a ser mencionada de Inte-

rés Turístico Internacional. Recuerden que el mencionado título depende también de la difusión que esta celebración tiene fuera de nuestras fronteras, y su ubicación en Internet es clave para ello.

Los medios de comunicación

La información cofrade ha venido co-brando mayor protagonismo en los últimos años respecto a épocas anteriores. Las tres cabeceras de prensa de la provincia dedican un espacio a este tipo de información, si bien es más preponderante durante las fe-chas precedentes a la semana más esperada del calendario. Todo no queda ahí. Apro-vechando el tirón de Internet, algunas de las ediciones digitales de estos periódicos ofrecen al usuario una sección dedicada a la Semana Santa con la información de cada una de las treinta y dos Hermandades, re-portajes gráficos sobre los desfiles procesio-nales y noticias relacionadas con el ámbito cofrade. Por otra parte, en el medio más caliente y más vivo como lo es la radio, la Semana Santa tiene una relevancia especial en cuanto al resto de soportes. Algunas emi-soras dedican un espacio semanal durante el curso cofrade. Todas ellas intensifican la programación durante la Cuaresma sin ol-vidar las retransmisiones a lo largo de los siete días de la Semana de Pasión. Se da el caso, de que todos los programas de radio de este tipo poseen su sitio web en Internet donde dan a conocer paralelamente la ac-tualidad cofrade de la ciudad. En cuanto a la televisión, la situación no es la misma en relación a hace unos años. Programas con tradición en Granada se han caído de la pa-rrilla a causa de la reestructuración de los canales por la televisión digital y la situa-ción económica de gran dificultad en la que

La Semana Santa a través de los Medios de ComunicaciónVicente Gomariz Belda

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Cofrades y Cofradías

nos encontramos. Pese a ello, Internet suele ser la gran alternativa y donde se encuentra la máxima actualidad por lo que el cofrade si no está informado es porque no quiere.

Las Hermandades

La mayoría de las Cofradías de Granada cuentan ya con un dominio en el que ofrecen todo tipo de información. Desde la historia a la más rigurosa actualidad, pasando por las imágenes de sus sagrados titulares; el usua-rio encuentra una ventana a la cual se puede asomar y conocer todos los detalles sobre la Cofradía en cuestión. Además, a través de estas webs los propios hermanos pueden ha-cerse eco de las convocatorias y actividades que desarrolla cada una de las Hermandades. Cada vez más, predomina el diseño correc-to para este tipo de páginas cofrades y los contenidos son verdaderamente cuidados e interesantes.

Esta iniciativa es el complemento per-fecto a los distintos boletines internos que editan las propias Cofradías. Como este por ejemplo de ‘Paciencia y Penas’, un histórico en nuestra Semana Mayor y acertadamente rescatado.

El fenómeno de los blogs

En los últimos cinco años las bitácoras han ido tomando auge en Internet. Lo cofra-de ha ocupado un papel muy interesante en este tipo de blogs, dedicándose una cantidad importante de ellos a esta temática. Princi-palmente, esto se debe a la labor altruista de personas cuya pasión no es otra que la Se-mana Santa. Son de sobra conocidos algunos rincones en la red dedicados a una Herman-dad en concreto, a colectivos como el de los costaleros, celebraciones extraordinarias como la Passio Granatensis o aquellos que

poseen contenidos heterogéneos pero cuyo eje central es el universo de las Cofradías.

Los blogs son como testigos de la in-trahistoria del movimiento cofrade. En algu-nos de ellos, se pueden ver el progreso de los proyectos que lleva a cabo una Hermandad o la evolución del trabajo de una cuadrilla costalera. A su vez, son lugar de encuentro de numerosas personas que tienen a bien per-tenecer a esta gran ilusión que dura todo un año y que tiene su manifestación en las calles al llegar la primavera.

La Semana Santa de Granada tiene que aprovechar muy bien el tirón de este tipo de páginas, puesto que es fundamental para que perviva el sentimiento cofrade fuera de las fechas álgidas. Gracias al trabajo de algu-nos cofrades todos podemos tener al alcance de un solo ‘clic’ textos, imágenes y vídeos de gran valor que vienen a reforzar y a mostrar nuestra Semana Mayor al resto del mundo.

En definitiva, esto lo están entendiendo muy bien los medios de comunicación que, a día de hoy, ofrecen al internauta una amalga-ma de recursos en red con el fin de llevar la Pasión, Muerte y Resurrección según Grana-da a las cotas más altas posibles.

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El Manto de Nuestra Madrey la Simbología

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Fué en la Semana Santa del 2001, estando las caídas laterales a

punto de estrenarse, cuando José Luis Perez-Serrabona, nuestro

Hermano Mayor, me dijo que hiciera el diseño del manto.

Yo pensé que se le había ido la cabeza, pero al

decirme que hablaba en serio por poco

me provoca un in-farto, recuperado

del susto, me puso manos

a la obra.

Tenía en mis manos el diseño del man-to de Reina, de mi Virgen querida de las Pe-nas, Virgen entre las Vírgenes y sobre todo, Madre. Las ideas se me amontonaban en la cabeza y todo me parecía poco para Ella. Tenía claro que los motivos ornamentales tenían que ir en consonancia con el Palio, aunque la duda me surgió en los motivos centrales, me fui a la Iglesia, me senté frente a Ella y me puse a pensar, como le gustaría su manto. Sentí que le gustaría que no fuera solo un manto bonito, un dibujo perfectamente conjuntado,sino que como cada segundo de su vida terrenal, fuera un mensaje de amor a su Hijo.

LA PALOMARepresenta el Espíritu Santo, muy

unido a Ella desde el comienzo.

LOS ANGELESSujetando los cuernos de la abun-

dancia, representa la gracia que Dios nos concede a través de Ella.

LOS ANGELITOSVan en la parte baja representando

a esos monaguillos, que revolotean delante del paso, con la ilusión de acompañarla en su Estación de Peni-tencia, algunos con la ilusión de ser costaleros, pregunta cuál es la edad

para llevar a su Madre en sus hom-bros, le contestamos cuando tengáis

18años. Se dan la vuelta contando con sus deditos cuando les faltan.

LAS GRANADASSímbolo de nuestra ciudad, en

nuestro manto adquiere un doble signi-

La Simbología del Manto de Nuestra Madre

Jorge Mario Martin Guerrero

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Nuestro Patrimonio

ficado, ya que también puede representar símbolo de madre, porque la granada se quebraja, se abre, y pierde su figura, para dar paso al fruto que nace en su interior, siendo en este momento, donde adquiere su autentica belleza.

LA CUSTODIANo la puse, por ser esta Hermandad

Sacramental, pues ya la tenemos en la ca-pilla del frontal del paso, sino porque Ella fué la primera custodia del mundo, pues Jesús estuvo en su vientre. Cuando se ale-ja el paso, ya no se refleja la candelería en las pupilas de la gente, queda la mirada con pena, pensando en lo que padeció, viendo a su Hijo atado a la columna y azotado. Ve-rán por detrás la custodia y sentirán en su corazón, que a cambio de su sacrificio nos abrió las puertas del cielo y se quedó entre nosotros, ¡Ahí esta el Cuerpo de Cristo, su Hijo Corpus Christi! Muy unido a Granada.

LOS ANGELITOS QUE PORTAN LA CUSTODIA

Danza alrededor con manifiesta alegría, porque Jesús Resucitó y se quedo entre no-sotros. Son los hermanos de la Hermandad.

Todos estos sentimientos los trasladé al dibujo, lo arropé con flores de oro y seda, hojas y motivos ornamentales. Entregué mi diseño y cuando fué aprobado, dejo de ser mío, para ser nuestro.

Nos trasladamos a Brenes al taller de Fernández y Enriquez donde Fernan-do y Rafael (los mejores bordadores) junto con su equipo, supieron darle for-ma, belleza y resplandor a todo lo que yo dibujé y veía en mi mente, creando una verdadera obra de arte.

Gracias Fernando, gracias Rafael, me gustaría que trasladarais mi agra-decimiento a todo el taller por esa maravillosa joya que habéis realizado para la Semana Santa de Granada. Yo no digo que el manto que estrenara el Miércoles Santo nuestra Madre este entre los mejores de Granada, soy in-capaz de catalogarlo, lo que sí puedo decir y lo digo, que desde el primer trazo que hice hasta la última puntada que se ha dado en su bordado, se le ha puesto mucha ilusión, cariño y se ha rezado y se le ha pedido:

A LA SEÑORA DE SAN MATIAS, A LAS Penas DE GRANADA, A LA MA-DRE DE DIOS, para que nuestros sueños llegarán a buen fin.

Esto es lo que dije en su presentación en la Semana Santa del 2002, no quito nada, salvo que si lo catalogo, y está entre los mejores de Granada y Andalucía. Pues cada vez que lo veo me gusta más, porque oyes comentarios, porque ves año tras año a personas no vinculadas con la Herman-dad, que vienen a verlo y a enseñárselo a otras personas.

Y por último, mi más sincero agra-decimiento a José Luis Pérez-Serrabona y Gonzalez , Hermano Mayor de esta Nuestra Hermandad por haber apostado por mí desde el primer momento, por esto y muchas cosas más, y felicitarle por todos sus logros, que son los nues-tros. Y al cabildo de hermanos por apro-bar mis diseños, porque entre todos me habéis dado el mayor regalo que un co-frade pueda tener, diseñar para su Her-mandad, muchísimas gracias.

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Cincuenta años dan para mucho. Para todos, casi una vida. Para una Hermandad, un escalón por el que otros pasarán. Para mí, mi vida co-frade.

Si. Paralelamente a la Hermandad de Paciencia y Penas, yo también voy cum-pliendo años cofrades. Los mismos que ella. Nacimos a este movimiento cristiano a la par, juntitos y en el mismo barrio. Hoy, en las puertas de tan importante efeméride, damos gracias a Dios porque nos ha prepa-rado para que podamos disfrutar viviendo este evento.

En primer lugar, tengo que agradecer la amable invitación que se me ha hecho por parte de la Hermandad para que participara en este boletín, que deseo nunca vuelva a desaparecer, hablando de la calle más co-frade de Granada. La calle San Matías. Por ella pasan la totalidad de las Cofradías de nuestra ciudad y a su particular emplaza-miento, se le reconoce un balcón privile-giado que en los ambientes cofrades se le denomina la Tribuna de los Pobres y que graciosamente da titulo a esta sección.

Pero en este primer número de este recién recuperado boletín no puedo, como decía al principio, dejar de celebrar junto a la Hermandad nuestros cincuenta años de vida cofrade. Por eso me van a permitir que les cuente, como ya lo hice en la lectura del XXV pregón de la Hermandad que tuve el honor de pronunciar el 3 de abril de 2004, como fueron mis primeros años cofrades siempre al lado de Paciencia y Penas.

Por aquellos entonces era práctica ha-bitual que los niños de esa época jugáramos

y casi viviéramos en la calle, de tal forma y manera que todo lo que ocurría en aquel entramado de calles perpendiculares y para-lelas a la Carrera de la Virgen, corría la no-ticia más que la pólvora. Y sucedió que en los primeros días del mes de marzo del año 60 y en el entresuelo de la casa número 9 de la calle Ancha de la Virgen, se reparten tra-jes de penitentes para una Cofradía nueva que iba a salir de la Iglesia de San Matías.

Ni que decir tengo la “bulla” que allí se formó. Todos los críos del barrio, corri-mos a preguntar “cuánto valía salir”, y con la misma velocidad del rayo, en dirección a nuestras casas para pedir dinero y permiso, y digo bien en ese orden –dinero y permi-so-. Algunos lo conseguimos, y en menos que canta un gallo, nos vimos con un hábi-to, un fajín y un capillo, todo más reluciente que el mismo oro, pero con la advertencia de que no se cortaran los trajes y también, con una dirección en la calle Jesús y María para que nos hicieran el capirote de cartón.

Cincuenta años pasando por San Matías

La tribuna de los pobresJosé Luis Clements Sánchez

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Pues bien, cuando tu madre te ve en-trar en casa y te hace poner la túnica, com-prueba, no sin antes decirte que dónde vas con aquello, que te la han dado como para que te sirva cinco años después. Y decía yo para mis adentros, “no sé de qué se extra-ña, cuando ella me compra la ropa dos ta-llas más grande para que me sirva un par de años”. Y es que la bendita de Dios, tenía que sufrir lo indecible para meter aquellos cua-renta centímetros de más que te arrastraban de la túnica.

Y llego el día. Yo sólo sé que era miércoles santo. Hoy sé que fue un 13 de abril de 1960 cuando vestí por primera vez una túnica nazarena y realicé por primera vez mi Estación de Penitencia, lo mismo que lo hizo por primera vez esta Hermandad, recién apro-bados sus estatutos el 14 de sep-tiembre de 1959. Testigo mudo de aquel día y que siempre permane-cerá conmigo en mi cartera, es la vieja fotografía de aquel niño de diez años que en la escalinata del altar mayor de la iglesia de San Matías, vestía de penitente con su capirote al hombro y que perpe-tuaron para siempre los que al dorso la sella-ron: “Lozano y Rivas. Fotógrafos. Minas S. Lázaro, 13 y P. Realejo, 19-2º interior. Gra-nada”. Y después, los nervios de la primera vez, la cera, el alto capirote que se dobla, la fila, el de delante que se mueve y la oficiali-dad de los palcos en la calle Ganivet. Todo un compendio de nuevas sensaciones de las que ya hace la friolera de 50 años.

Y así fueron sucediendo los años y mi vida cofrade corría paralela a la vida de la Hermandad de las Penas. Recuerdo que, unos años después, llegamos a la placeta aneja a la

iglesia y antes de entrar nos esperábamos los amigos para intentar estar unos junto a los otros en la misma sección, cuando de pronto a nuestras espaldas, el sonido de unos cascos en el pavimento de la calle, casi a trote. Era la policía local de gala a caballo que llega-ban a las puertas de la iglesia para preceder a la cruz de guía en el desfile procesional. Con tan mala fortuna que uno de aquellos policías tenía desviada la mirada de un ojo, vamos que era bizco, y ante la posibilidad de que aquel hombre fuera “pájaro de mal

agüero” nos dio por tocar madera, es decir como posesos, pegando con los dedos índice y pulgar en la puerta de la iglesia, porque tan convencidos estábamos de que la mala suerte nos rondaba y se iba a traducir en agua y consiguien-temente en que no saldría la Co-fradía a la calle. Afortunadamente no fue así y culminamos nuestra Estación de Penitencia, acompa-ñando a Jesús de la Paciencia y a María Santísima de las Penas que aún tenía por palio el estrella-do cielo de Granada y su saya y manto eran de raso en los mismos colores de la Hermandad.

Pero si recuerdo, y permítanme que les cuente este mi último recuerdo, lo que pro-bablemente fuera el inicio de lo que años después sería el sentir de las Hermandades, de las Cofradías y de las salidas penitencia-les. Por primera vez, esta Hermandad y sus gentes sabían lo que debe ser en momentos especiales y que después se confirmaría en otros momentos muy comprometidos en la vida cofrade de la ciudad.

Con la túnica recién planchada y ya sin ningún centímetro de falso, con mi capirote al hombro, eché a andar, Concepción arri-

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ba, desde mi casa a la iglesia de San Matías. Siempre recordaré aquel momento. Todo el mundo me miraba y casi me hacían sentir como un ser extraño, pues el cielo gratuita-mente nos estaba haciendo su pequeña ofren-da anual de agua. Menudita, pero que calaba.

Llegué a la iglesia y me senté en un banco frente a la Virgen de las Penas. Es-taba triste, pensaba que no era justo que no saliera la Cofradía, y de pronto, casi sin dar-me cuenta, pensé en todo lo que Ella había sufrido con la Pasión y Muerte de su Hijo, y yo estaba allí preocupado por que no sa-líamos. ¡Qué poca cosa me sentí en aquel momento! Y mi mente se quedó en blanco, sin saber que hacer ni decir, pero con mis ojos fijos en Ella. Hasta que un revuelo y un murmullo, me devolvió al lugar donde esta-ba. Observé que nadie estaba en su lugar y que las puertas no se abrían de para en par. ¿Qué pasará?

Me fui acercando hacía un grupo que es-taba al lado de la puerta. Eran costaleros –de los de antes- nazarenos, mantillas, mayor-domos. También había algunos señores con chaqueta. Les noté nerviosos y con mala cara. Aprecié, a través de la luz de la farola, que caían pequeñas gotas. Seguía lloviznando.

La tensión iba en aumento. Los ma-yordomos iban y venían. Y el nerviosismo se apoderó de mí. Me dirigí a un señor que portaba un báculo, que por su aspecto pare-cería el más tranquilo, aunque se le notaba una honda tristeza, y le pregunté:

“Oiga, ¿sabe usted si vamos a salir?El señor me miró con los ojos llorosos,

y, me dijo: “No lo sé, hijo, no lo sé”

Inmediatamente me dí cuenta, real-mente, de lo que sentían aquellos hombres.

La lluvia apretó y ya pasaba algo más de media hora sobre la hora de salida. Todo el mundo se consolaba y se abrazaba mutua-mente y en ese mismo instante, desde el al-tar, comenzó a hablar aquel señor del báculo y la capa dorada a quien yo le pregunte.

“Hermanos, reunida la Junta de gobier-no ha tomado la decisión de que, a causa de la lluvia, nuestra Cofradía no hará su anual Estación de Penitencia…”

No pudo seguir y bajó lentamente la cabeza ocultando el rostro. En ese momento subieron hacia el altar, mayordomos, naza-renos y mantillas… Todos lloraban y abra-zaban al señor del báculo y la capa dorada.

Maldije una y otra vez a la lluvia. Em-pezaron a sudarme las manos y el nervio-sismo, nuevamente, se apoderó de mí y no pude aguantar más: Y lloré sin consuelo, como nunca había llorado.

El señor de la vara y la capa se acercó a mi y con voz quebrada me dijo: “Llora hijo, llora. Llora, porque esto también es Semana Santa.

Todavía me acuerdo, cuando mi Cofra-día no salió aquel año.

Indudablemente, son muchos más los recuerdos de esta Hermandad de la calle San Matías que se almacenan en mi memo-ria, pero los que acaban de leer, son aque-llos que quise contar en mi pregón a Pacien-cia y Penas. También es cierto, que año tras año, así durante cincuenta, de alguna forma u otra, mí paso por la calle San Matías vesti-do de nazareno es una realidad de la que me siento totalmente orgulloso.

Felicidades a la Hermandad por este aniversario tan especial para ella y para mí.

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Volvamos la vista atras

no sería justo comenzar esta Nueva Época de “Paciencia y Penas” sin rendir un mereci-do homenaje a aquel

boletín que fue santo y seña de este tipo de publicaciones dedicadas a la Semana Santa de Granada.

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Volvamos la vista atras

Y que mejor sitio para hacerlo que en una sección dedicada a repasar la historia de nuestra Hermandad, y es que para todos los hermanos y cofrades, esa revista ocupará un importante hueco en nuestros recuerdos co-frades, siempre ocupará un lugar importante en la historia de nuestra Hermandad.

Sin duda, gran parte de culpa de la cali-dad que la revista alcanzó en su época, se le debe a Eduardo García Román, que con su trabajo, dedicación, esfuerzo, sapiencia co-frade, y también mucha Paciencia, supo man-tener esta querida publicación durante casi 10 años, desde que en el año 1983, surgiera la idea en la cuadrilla de Costaleros de Nuestro Padre Jesús de la Paciencia, encargada de editar y realizar totalmente a mano el primer numero de esta publicación, en el que desta-caba la entrevista a Manolo Lachica, primer costalero e impulsor de la cuadrilla, y de ahí hasta 1992 en que con el especial de Semana Santa dijo adiós a la Granada Cofrade.

Desde que esta publicación viera la luz en Marzo de 1983, 27 fueron los números pu-blicados, desde 1983 hasta 1988 eran tres los números que se publicaban anualmente, pa-sando a 2 en 1989, y solo uno en 1990 y 1992.

Tendríamos que destacar aquellos tres números especiales de Semana Santa en que con mas de 200 Paginas y casi 100 fo-tografías a todo color, Paciencia y Penas se convertía en la publicación mas deseada del mundo cofrade granadino, pues en ella po-díamos encontrar totalmente actualizados los estrenos de todas las Cofradías, así como todos los datos y detalles referentes a las Es-taciones de Penitencia.

Muchos fueron los cofrades, hermanos y no hermanos de Paciencia y Penas, que

participaron con colaboraciones en sus pági-nas. Colaboradores habituales como Enrique Seijas Muñoz, Miguel Luis López-Guadalupe Muñoz, Juan Jesús López-Guadalupe Muñoz, Antonio Olivares Cano, Ángel Luis Sabador Medina, Toñi Pérez García, Manuel Ocón, Manuel Cañones Rodríguez, y muchos mas que seria interminable nombrarlos.

Varias eran las secciones fijas que com-ponían el boletín:

Crónicas Cofradieras, en donde se daba a conocer la historia de la Semanaza Santa de Granada, a través de la infinita sa-biduría de Miguel Luis López-Guadalupe.

Sentir del Capataz, en la que los ca-pataces granadinos reflejaban sus vivencias personales delante de los pasos.

Semana Santa de Ayer, Recuerdos de Pregones de la Semana Santa Granadina, re-cogiendo fragmentos de los mejores prego-nes dados en nuestra ciudad.

Templos y Monasterios Cofradieros, donde podíamos conocer detalles jamás co-nocidos de nuestras iglesias.

Y como no aquella sección de humor que daba un toque gracioso a las paginas del boletín, El infante terrible, cuyos dibu-jos realizados por J. Alberto Ortiz, servían para arrancarnos una sonrisa.

Serían necesarias innumerables páginas para recopilar todo lo que supuso aquella queridísima publicación, muchas horas de dedicación en sus ya gastadas páginas, de las cuales recoge el testigo este nuevo bole-tín “Paciencia y Penas” para intentar, cuanto menos, alcanzar el mismo cariño que recibió aquella.

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La imagen titular de la Cofradía de la Paciencia es sin duda una de las tallas más interesantes de la Semana Santa de Granada, a lo largo de estas páginas, trataremos de estudiarla en tres puntos, el primero dedicado a hacer un repaso por las representaciones de los Flagelados en la Granada del siglo XVI, que pudieron constituir algún influjo sobre Rojas a la hora de concebir su escultura. A continuación ahondaremos en la personalidad artística del escultor alcalaíno y finalmente repasaremos los avatares históricos que lleva-ron al Cristo de la Paciencia desde el Hospital de San Lázaro a la parroquia de San Matías.

El Cristo Flagelado de la Paciencia de Pablo de Rojas

El Relato. Los Antecedentes Iconográficos

Las representaciones del Cristo atado a la columna se generan durante la Edad Me-dia, inspiradas en el relato evangélico, aun-que será gracias a las Revelaciones de Santa Brígida de Suecia y sus famosas oraciones de principios del siglo XIV, cuando la co-lumna se convierta en atributo indispensa-ble de la representación de este momento de la Pasión de Cristo.

El tipo iconográfico creado en este momento, basado en la colocación de Cris-to atado a una columna que pertenecía al pórtico del Templo de Jerusalén –según el testimonio de San Jerónimo que vio “una columna manchada de la sangre del Señor, a la cual se dice fue atado y flagelado” –, continúa usándose hasta finales del siglo XVI convirtiéndose en una de las principa-les devociones de la época. Como escribe Martínez Medina, la columna al menos, por pertenecer al pórtico, debía tener la altura de una persona de ahí que se represente alta, con basa, fuste y capitel, y superando o igualando la altura del Flagelado.

Sin embargo, a principios del siglo XVII, empieza a representarse la escena con una columna baja a modo de balaustre, basándose en la columna conservada en la basílica de Santa Práxedes de Roma, y traí-da desde Jerusalén por el Cardenal Colonna

en 1223. Este tipo de columna se adaptaba extraordinariamente a los postulados del Concilio de Trento, presentado a la figura de Cristo, inclinada, vencida por el dolor, con un cuerpo sangrante que mueve al fiel a la piedad.

La pintura, desde luego, siempre ha propiciado la aparición de una escenografía y personajes que acompañen al Flagelado, por lo que al margen de discusiones de in-terpretación, se prestaba más a la aparición de una columna alta insertada en el propio pórtico del Templo, de hecho en pintura se-guirán apareciendo columnas altas en pleno siglo XVII como demuestran los lienzos de Juan de Sevilla de la Catedral o del Museo de Bellas Artes. En escultura sin embargo las tres dimensiones suelen propiciar que el Flagelado aparezca aislado o a lo sumo con la imagen de San Pedro, independientemen-te del tipo de columna.

Así en Granada las primeras represen-taciones de Cristo atado a la columna o de la Flagelación están principalmente relaciona-das con la pintura –para hacer un recorrido por la evolución de esta iconografía segui-mos a Martínez Medina–, así encontramos entre las tablas que la Reina Católica orde-na enviar a la Capilla Real de Granada a su muerte, una tabla con un Cristo y San Pedro arrepentido que se conserva aún adosada a la puerta de uno de los relicarios del cruce-

Investigación Cofrade...Emilio Caro Rodríguez

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ro. En la iglesia de San José se conservan un par de retablos góticos de gran interés en la capilla del Cristo de la Misericordia, uno de ellos realizado por Petrus Cristus II ha-cia 1506 contiene una bella representación de la Flagelación en la que Cristo aparece atado a una mientras es azotado.

La primera representación tridimen-sional, o con algo de relieve, aparece en la reja que separa el crucero de la nave de la Capilla Real, realizada por el Maestro Bar-tolomé y colocada en 1520, donde aparece Cristo atado a una columna alta azotado por un par de sayones.

La siguiente representación, se trata de una de las más singulares, aparece en el cuerpo superior de vidrieras de la cúpula de la Capilla Mayor de la Catedral. Realizada por Teodoro de Holanda en 1559, su interés radica especialmente en que los cartones o diseños sobre los que trabaja el artista fue-ron facilitados por Diego de Siloe, al que debemos una de los mejores Cristos atados a la columna de Granada.

Cronológicamente la siguiente repre-sentación será una pintura sobre tabla con-servada en la parroquia de San Pedro y San Pablo, atribuida con muchas dudas al entor-no de Machuca, que muestra a Cristo apo-yado en una esbelta columna. La siguiente pintura es un lienzo pegada a tabla, que rea-liza el pintor Juan de Aragón hacia 1570. Se trata de Cristo atado a la columna con San Pedro arrepentido, una de las iconografías que tendrá gran fortuna a partir de este mo-mento. Conservada en el Museo de Bellas Artes ingresó procedente de algún convento granadino durante la Desamortización de Mendizábal, en mi opinión, y dada la rela-ción entre Aragón y la obra de San Jeróni-

mo, es muy posible que esta pintura proceda de este monasterio, lo que pondría en con-tacto a Rojas con esta iconografía mientras colaboraba en el retablo jerónimo.

En el Monasterio de San Jerónimo se conservan también dos de los flagelados más cercanos a Rojas como antecedente. Procedente del monasterio de Santa Paula se encuentra en una de las capillas laterales un Cristo atado a la columna con San Pedro arrepentido, una escultura romanista que los expertos coinciden en situar a finales del s. XVI y muy cercana al arte de Rojas. El otro Flagelado se encuentra en el gran retablo y está emparejado con un Ecce Homo atribui-do por la crítica a Rojas. El reducido espacio que la hornacina del tercer piso del retablo deja a la escultura hace que no aparezca la columna y que el Cristo aparezca girado de

Cristo atado a la columna con San Pedro arrepentido obra firmada por Juan de Aragón conservada en el Museo de Bellas Artes de Granada. Foto: www. museosdeandalucia.es

Investigación Cofrade...

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tres cuartos, los expertos coincide en atri-buirla a Juan Bautista Vázquez “el Mozo”.

Por último tres extraordinarias escul-turas muy cercanas ya a la cronología del Cristo de la Paciencia. El primero de ellos conservado en la Catedral de Granada, en la que actualmente es capilla de Santa Lucía, aunque originalmente lo fuera del Cristo ata-do a la columna. El Flagelado tiene una co-lumna alta y ha sido muy retocado a lo largo del tiempo por lo que poco se puede apreciar de la obra original. Hay otro extraordinario Flagelado en la iglesia de los Hospitalicos, realizado en 1564 por Baltasar de Arce, que lo regaló a la Hermandad del Corpus Christi cuando ingresó en ella. Se trata de una sin-gular escultura, pues ya podemos enmarcarla en la corriente Manierista, colocando a Cris-to apoyado delante de la columna y con las manos anudadas a la espalda. El tercero de estos Cristos es del Perdón, realizado por Diego de Siloe para la antigua parroquia de San Miguel, hoy recibe culto en la de San José. Siloe muere en 1568 y su Flagelado de-bió realizarlo en la década de los 60, ya que frente a otros realizados por el burgalés este tiene características que lo alejan del clasicis-mo escultórico en el que militaba, pudiendo considerarse como anticipo de las corrientes manierista que llegan a continuación. Escri-be Gómez-Moreno que el Cristo se retuerce de dolor, y se desploma apoyándose en la co-lumna, también alta.

Tras el Concilio de Trento (1545-1563) la columna conservada en Santa Práxedes fue tomada como reliquia auténtica, lo que provocó la aparición de este tipo de colum-nas en las representaciones artísticas. En Granada el seguidor de Rojas, Alonso de Mena, influido por la nueva moda, incorpo-ra la columna baja a modo de balaustre con

una argolla en la parte superior a la que se atan las manos de Cristo, como demuestran su escultura del desaparecido Convento de Belén, hoy en la Parroquia de San Cecilio –curiosamente este Cristo atado a la colum-na procesionó como Cristo del Perdón jun-to a la Virgen de la Aurora a finales de los años 40–, la de la Parroquia de Santa Fe o la de la iglesia de San Francisco de Priego. Con posterioridad su hijo, Pedro de Mena también utiliza la columna baja, aunque no haya en Granada ningún Flagelado de este artista. El resto de artistas andaluces y espa-ñoles, pongamos por caso Gregorio Fernán-dez o más tarde Francisco Salzillo, utiliza-rán desde este momento preferentemente la columna baja abalaustrada.

El Escultor y La Imagen

Pablo de Rojas nace en la localidad giennense de Alcalá la Real en 1549, en el seno de una familia de artistas venidos de Italia, los Raxis de Sardo. Su formación se circunscribe por tanto al ámbito familiar, aunque a su llegada a Granada, hacia 1580, se le relaciona con un tal Rodrigo Moreno –del que aPenas tenemos noticias–, e instala su residencia y taller en la calle Elvira junto a la parroquia de Santiago.

El panorama que se encuentra Pablo de Rojas a su llegada a Granada, es el de una ciudad en la que en pocos años se han generado un importante número de pro-yectos de templos que en mayor o menor medida precisan de alhajamiento. La gene-ración renacentista que se formó con Siloe en las obras de San Jerónimo y posterior-mente en la Catedral, artistas como Diego de Aranda, Sebastián de Alcántara, Balta-sar de Arce o Toribio de Liébana junto a artistas llegados de fuera de España, como

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Jacobo “El Florentino”, cumplieron satis-factoriamente con los encargos que surgie-ron. Sin embargo uno de los proyectos más ambiciosos que se gestaron en la Grana-da de mediados de siglo fue el retablo del Monasterio de San Jerónimo encargado por la Duquesa de Sessa a Siloe, junto con la realización de los sepulcros y de la reja del Monasterio. Años más tarde el contra-to no estaba aún resuelto y tras la muerte de Siloe, ya en 1576 los descendientes del Gran Capitán retoman el olvidado retablo y contratan con el pintor Juan de Aragón su realización, que después de distintas alteraciones sería concluido en las prime-ras décadas del siglo XVII. En las tareas escultóricas colaboraron artistas como Diego Pesquera, Bernabé de Gaviria, Juan Bautista Vázquez “el Mozo”, Rodrigo Mo-reno, Pablo de Rojas y probablemente su joven discípulo Juan Martínez Montañés. Este retablo ha sido considerado por mu-chos expertos como el auténtico laborato-rio de tendencias artísticas donde se fraguó el naturalismo andaluz en escultura.

Hemos de puntualizar que Rojas es un tallista en estado puro, y que sólo se le conocen obras realizadas sobre madera , además habitualmente las policromaba su sobrino Pedro de Raxis, que es considerado por Sánchez-Mesa como el gran maestro de la técnica conocida como “estofa”.

A Rojas se le atribuyen la parte escul-tórica de numerosos retablos, como los des-aparecidos de la Merced, el de San Francis-co Casa Grande, o el retablo de la Virgen de la Antigua de la Catedral de Granada, tam-

bién se le atribuyen los Calvarios de los re-tablos de Albolote y de Santa Isabel la Real. Es autor de numerosas imágenes de culto entre las que destacamos la Inmaculada de San Juan de los Reyes, hoy en la Catedral, la Santa Bárbara de la Catedral, un San Se-bastián y San Roque hoy en el Museo de San Juan de Dios “Casa de los Pisa”, o el San Pedro en la parroquia del mismo nom-bre.

Pero si por algo es conocido Rojas es por sus imágenes de Pasión. Podemos con-siderarlo como un creador de tipos invaria-bles, que se repiten en sus diferentes tallas, y que posteriormente otros artistas segui-rán. Su escultura es fácilmente reconocible pues incorpora los mismos gestos técnicos en todas ellas, usando habitualmente el mis-mo patrón humano sobre el cual construye las distintas iconografías.

Destacan sus Ecce Homo o sus Naza-renos como los de las Angustias, Huétor Vega (procedente de los Mártires), Priego y Archidona o sus famosos Crucificados, como los del Sagrario, el Seminario Mayor, y especialmente el Cristo de la Esperanza realizado por Rojas en 1592 para presidir el

Rostro del Crucificado de la Esperanza realizado por Rojas en 1592 para la

Catedral de Granada donde aún se conservaFoto Carlos Choín

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coro de la Catedral de Granada. E incluso sus Cristos yacentes, como los que se le atribuyen sin demasiadas certezas del Mo-nasterio de San Jerónimo o de la Clausura de San Antón.

Pero centrándonos en la iconografía del Cristo atado a la columna, Rojas sigue la tipología habitual en sus predecesores, que ya hemos repasado. Que conozcamos al menos, existen tres esculturas de Flage-lados atribuidas a Rojas por comparación, ya que no existe documentación al respecto de ninguna de las tres. Jesús de la Pacien-cia es la de mayor tamaño y mayor calidad artística, se conserva una versión de menor tamaño y algo más floja en la parroquia de San Ildefonso procedente del cercano y des-amortizado Convento de la Merced, y la ter-cera, de propiedad particular, es similar a la talla conservada en San Ildefonso.

Sea como fuere, Jesús de la Pacien-cia se presenta como una extraordinaria talla ejecutada con casi toda probabilidad por Pablo de Rojas a finales del siglo XVI (1580-1600). De correctas proporciones y estudiada anatomía, con perizoma (paño de pureza) de pliegues simples anudado a la derecha, cabello tallado en amplios me-chones dejando descubierta una de las ore-jas, barba partida que cubre parcialmente los pronunciados mentones característicos del trabajo de Rojas y policromía ejecuta-da probablemente por Pedro de Raxis, rea-lizada en tonos claros, aunque la maestría del policromador permite que se aprecien los moratones por todo el cuerpo, con muy poca presencia de sangre como es habitual en la escultura del alcalaíno. El perizoma muestra además, tras la última restauración, una interesante decoración dorada propia del trabajo de Raxis.

La Historia *

La escultura se encontraba original-mente en una de los retablos laterales de la capilla/ermita del desaparecido Hospital de San Lázaro para el cual fue realizado. Cu-riosamente dos de los Flagelados más em-blemáticos del arte granadino fueron reali-zados expresamente para hospitales, tal es el caso de la obra que nos ocupa y del Cristo atado a la columna de los Hospitalicos obra de Baltasar de Arce.

El Hospital de San Lázaro fue funda-do por los Reyes Católicos hacia 1502 para asistir a los enfermos de lepra [Lázaro el mendigo de la parábola del rico Epulón, padecía la lepra], y aunque tuvo distintas sedes, finalmente se estableció aproxima-damente en lo que hoy es la Caleta. Con la Desamortización, escribe Encarnación Cambil, el Hospital de San Lázaro pasó a depender de la Junta de Beneficencia de la Diputación Provincial, continuando su labor asistencial hasta 1971 y siendo final-mente derruido en 1973.

El gran historiador granadino Manuel Gómez-Moreno González, escribe en su famosa Guía de Granada de 1892 cuando describe la capilla del Hospital de San Lá-zaro: “…entre las imágenes hay un pequeño S. Lázaro, una St. Ana y el Señor atado á la columna, del siglo XVI”.

Gallego y Burín en su Guía histórica y artística…, cuando se refiere al viejo Hos-pital de San Lázaro, escribe: “En sus altares se veneraban un Cristo a la columna del tipo de Pablo de Rojas, actualmente en el hospi-tal de San Juan de Dios”.

La imagen había sido traslada probable-mente a principios de los 70, a la capilla del

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Hospital de San Juan de Dios, que en 1835 había pasado también a manos de la Junta de Beneficencia tras la exclaustración de la Orden Hospitalaria, y por tanto pertenecía igualmente a la Diputación Provincial, aun-que eran las religiosas de la Caridad las que asistían ambos hospitales. Según Martínez Medina la imagen respondía por entonces a la advocación de Cristo del Perdón.

Entre tanto, y aunque no haya cons-tancia gráfica, algunas fuentes señalan que fue trasladado a la escalera del palacio de Bibataubín, antigua sede de la Diputación Provincial, propietaria de la imagen.

La siguiente noticia en relación a la imagen es que procesionó en 1948 acompa-ñando a la Virgen del Rosario bajo la advo-cación del Cristo atado a la columna. Esta situación se repite hasta 1952, año en que se incorpora al desfile de la Hermandad del Rosario un Nazareno del Convento de San Bernardo. Años más tarde, ya en 1960, la imagen de Rojas se incorporó como titular de la Hermandad de San Matías, ahora sí, como Jesús de la Paciencia.

Durante los años 1972-73 sufrió una restauración llevada a cabo por Aurelio López Azaustre, que fue costeada por la Diputación Provincial ya que al parecer se encontraba en mal estado de conservación. Durante esta intervención se cambió la co-lumna que acompañaba al Cristo. A través de las antiguas fotografías de 1948 y 1960 publicadas por Manuel Lirola y Fernando López, se constata que la imagen del Cristo estuvo acompañada de una columna baja de fuste liso. López Azauste incorporó una co-lumna alta dorada y con capitel dórico con un pronunciado éntasis (ensanche del fuste de la columna en la parte central para corre-gir errores de percepción óptica). En 1974 el Cristo de la Paciencia procesionó por pri-mera vez con la columna alta.

Según mi opinión, originalmente el Cristo debió tener columna alta por varias razones. En primer lugar si lo comparamos con las tallas hermanas de menor tamaño, las de San Ildefonso y la de propiedad par-ticular, ambas conservan sus columnas ori-ginales y tienen el mismo movimiento que el del Cristo de la Paciencia, en palabras de Juan Jesús López Guadalupe “ensaya

Fotografía del Cristo entrando en la plaza de Mariana Pineda desde la Cuesta del Progreso, cuando procesionó como titular de la Hermandad del Rosario en 1948

Fotografía del Cristo de la Paciencia en 1960 el año que procesionó por primera vez como titular de la Hermandad

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un difícil giro que presenta las piernas de modo frontal, una de apoyo y la otra suel-ta, la espalda encorvada y girada hacia la columna y el rostro girado hacia el especta-dor, algo vencido para acuciar la expresión dramática”. En segundo lugar, según las fotografías que hemos podido consultar, la columna baja era de fuste liso y tenía colla-rino a modo de capitel en el remate, aspecto que nada tiene que ver con la columna aba-laustrada conservada en Santa Práxedes de Roma. En tercer lugar la visión frontal del Cristo permite observar que los brazos se separan del tronco y se arquean en un claro movimiento para abrazar la columna. Y fi-nalmente las manos del Flagelado quedan por encima de la altura de la cintura, obli-gando a que la columna sea mucho más alta sin permitir que el Cristo arquee la espalda, movimiento que los artistas buscaban al in-

corporar la columna abalaustrada. Todo ello nos induce a pensar que la columna baja que acompañó a la imagen de San Matías fue una transformación que se realizó en un momento indeterminado, quizá cuando se adaptó a la hornacina que ocupaba en la pe-queña capilla oratorio del Hospital de San Juan de Dios.

En el año 1997 fue nuevamente inter-venida, por la restauradora Bárbara Has-bach, que logró recuperar su antigua poli-cromía, oculta parcialmente bajo repintes. Ese mismo año 1997, tras su restauración, fue depositada por la Diputación en San Matías, aunque con anterioridad había per-manecido al menos un par de años en la parroquia. Desde entonces y hasta la ahora recibe el culto de sus cofrades en este cén-trico templo granadino.

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* Agradezco el testimonio de Don José Luis Pérez-Serrabona, aclarándome algunos datos y fechas que de otra forma hubieran sido difícilmente constatables.

Para saber más

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Llegaba a su fin la década de los 50. Eran tiempos de cierta recuperación econó-mica, pero también de nuevos recelos ante la que se conoce como “guerra fría”. O no tanto, pues los conflictos de Corea y del Ca-nal de Suez hicieron que el mundo temiera lo peor.

La Unión Soviética y los Estados Uni-dos de Norte América inician una carrera armamentística sin precedentes.

También fue el tiempo de varias y va-riadas revoluciones; la de Cuba, la de la moda - los jóvenes, y sobre todo las chicas, en esos años, dejaron de vestir como sus progenitores-, la del rock y la espacial son sólo algunos ejemplos.

Nuestro país, con sus treinta millones de habitantes, ve como llega a su fin el ais-lacionismo internacional al que había esta-do sometido, y el inicio de ciertos cambios. Se producen mejoras sociales tales como la implantación de importantes prestaciones en la seguridad social, del seguro escolar o de la pensión de viudedad. Se empieza a suprimir el racionamiento de ciertos ali-mentos. Se inauguran pantanos y se realizan obras públicas de envergadura.

Las gentes se entretenían y se sentían acompañadas con la radio, “el medio de la cultura”, como lo denominaba Mercedes Domenech, la voz amiga de los radioyentes granadinos de aquella época, y se divertían con el cine -censurado previamente, eso sí-, el futbol, los toros, los bailes y, a partir de 1956, sólo en algunas zonas del territorio nacional y sólo los económicamente pu-dientes, con la televisión -en blanco y ne-gro, por supuesto-.

A los populares “biscuter” les salió un competidor, pues por las carreteras de doble sentido y por las calles de las ciudades se dejaban ver los primeros “Seat 600”, que tanta incidencia tuvieron en la evolución del estilo de vida de los españolitos junto con el naciente “boom” del turismo.

¿Y nuestra Granada?

Pues la Granada de los “prodigiosos 50” era una ciudad que reaparecía con letra gruesa en los mapas y que se internacio-naliza por mor de la cantidad de persona-lidades y turistas nacionales y extranjeros que hasta aquí llegaban atraídos por una ciudad legendaria con un interés artístico, histórico y cultural sin par. Las cuevas del Sacromonte guardan en su encalado y tibio interior testimonios fotográficos de aquella avalancha de ilustres y famosos visitantes que tanto hicieron por la promoción de la ciudad “mora, cristiana y gitana”. Tan era así, que el turismo experimentó un creci-miento espectacular; de los 34.000 visitan-tes que habían venido en 1950 se pasó a los 250.000 en 1959. Empezaba, pues, un

CumpleañosCecilio Cabello Velasco

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tiempo de cierta bonanza económica. Así, “La Ciudad de la Alhambra” o “de los Cár-menes”, como se le denominaba incluso en los medios de comunicación, conoció un rápido desarrollo de las edificaciones im-pulsado, entre otros, y para los más modes-tos, por los patronatos de Sta. Adela y de la Virgen de las Angustias. La ciudad creció por las prolongaciones de Recogidas, del Carril del Picón, del Callejón de Fuente Nueva y de la Avenida de Calvo Sotelo. Nacían el Zaidín, Haza Grande, las Angustias, la Encina y la Chana.

El ayuntamiento, en cuya pre-sidencia se sucedieron durante esta década tres alcaldes, los Sres. Galle-go Burín, Osorio Morales y Sola Ro-dríguez-Bolívar, creó nuevas líneas de autobuses urbanos y, en algunos casos, sustituyó las del tranvía. La ciudad alcanzó una población de 155.000 habitantes.

Entre los capitalinos se empezó a po-ner de moda “bajarse” a la costa durante los fines de semana y los “puentes” esti-vales. Algunos, incluso, se compraron un apartamento.

En lo cultural, fue en aquella década cuando se creó el Festival de Música y Danza Española, que muy pronto alcanzó la categoría de Internacional, y cuando se produjo el renacer del pensamiento, las letras y las artes, con nombres tan signi-ficativos, como Antonio Aróstegui, José Carlos Gallardo, Elena Martín Vivaldi, Manuel Maldonado o Antonio Moscoso, entre otros.

En 1959, el Granada C. de F. alcanzó lo que hasta hoy ha sido su máximo éxito,

pues llegó a la final de la Copa del Genera-lísimo. Se jugó en Madrid. El contrincante fue el F. C. Barcelona. Perdió el equipo ro-jiblanco por 4 a 1, pero los más veteranos aficionados al balompié granadino aún lo recuerdan con alegría.

En el aspecto laboral local, la indus-tria alimenticia daba trabajo a casi 2000 obreros, siendo sólo superada por la cons-trucción, en tanto que el comercio era, ante todo, de tipo familiar. Escaseaban negocios como las librerías, las papelerías y los co-mercios de lujo, pero abundaban las tiendas de alimentación seguidas de los cafés, las tabernas y los bodegones.

A esta Granada que se desperezaba de una posguerra demasiado dura y demasia-do larga, llega, Antonio Guerra Mena, un iliturgitano que se había ido tiempo atrás a Almería a “ganarse la vida” para mantener a su famila. Las cosas dejaron de irle tan bien como deseaba y decidió hacer nueva-mente la maleta y probar fortuna en nuestra ciudad. Aquí llega, sólo, hacia mediados de 1959. Tomasa, su mujer, y sus hijos, Teresa, Joaquín y “Junior”, quedaron en la luminosa capital indálica hasta que él logró situarse y asentarse. Pronto encontró trabajo como ca-

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marero en el Bar “Las Vegas”, junto al des-aparecido Teatro-cine Regio, en la calle Es-cudo del Carmen. Allí estuvo poco tiempo, porque enseguida se quedó en traspaso con el Bar “Aguilera”, en la Placeta de la Sille-ría. Por él pagaba un diario de 100 pesetas. Otro andujareño, D. Santiago García Olalla, a la sazón director de una sucursal bancaria, le “echo” una mano en aquellos momentos de incertidumbre y despegue.

Poco a poco, con los altibajos propios, el negocio, que abrió al público el 14 de septiembre de aquel año, -curiosamente, el mismo día en que nació oficialmente, con la aprobación de sus Estatutos, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Paciencia y María Santísima de las Penas- fue asentán-dose y haciendo clientes. El porvenir pare-ció, al fin, sonreír a nuestro amigo Antonio y a su familia, abuela Manuela incluida, que en pocos meses se reunificaría en Gra-nada. Y aquí continúan desde entonces, multiplicándose y ganándose el pan con el sudor de sus frentes. Trabajando dura

y honestamente en la empresa que nació hace justo medio siglo, y para la que nunca hubo clientes, sino amigos.

El bar cambió de ubicación en 1964, pasando a la cercana calle del Pan, nº 3, donde se le añadió el restaurante en un piso superior y que, luego, en 1984, pasa al local de enfrente, donde, a final de 2008, se ha vuelto a reunificar con el bar.

Hasta aquí estos breves apuntes de la historia del “León”, nombre con el que se conoce al Restaurante-bar que, afortunada-mente, alcanza su 50 Aniversario fundacio-nal. ¡Toda una vida!

Aquel mismo año iniciaba la suya la Cofradía granadina antes aludida, -la de Pa-ciencia y Penas-.

Fue el 7 de julio. Timoneaba la barca de del Apóstol Pedro S. S. el Papa Juan XXIII, quien tan solo hacía ocho meses había sucedido a Pío XII. Pastoreaba la ar-chidiócesis granadina Monseñor D. Rafael García y García de Castro que, a su vez, ha-bía sucedido seis años antes a D. Balbino Santos Olivera.

Aquel día de San Fermín, un grupo de jóvenes amigos entre los que se encontra-ban D. Antonio Martínez-Carrasco Gallego, D. Antonio Taboada Camacho, D. José Ca-lero Quesada, D. Miguel Villarejo Cruz, D. Tomás Gómez Quesada, D. Francisco Rive-ra Verdejo, D. Enrique Garrido del Mármol, D. Rafael Herrero Chico, D. Rafael Varón Sierra, D. Pablo Vergara Reyes y otros, re-mitieron dos ejemplares debidamente fir-mados de los Estatutos de una nueva Co-fradía que, con el beneplácito del Sr. Cura Párroco de la Imperial de San Matías, de

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Granada, Rvdo. D. Julio Aneas Martín, pre-tendían fundar en dicho templo. Firmaron el documento solicitando del Arzobispado la aprobación canónica D. Francisco Gó-mez Montalvo, D. Serafín López Cuervo, D. Antonio Ávila Correal y D. Francisco Tamayo Cabrera. Y ocurrió que la alta au-toridad episcopal acogió favorablemente los deseos de aquellos jóvenes cofrades, muchos de ellos provenientes de las Co-fradías de penitencia de la Humildad y del Rosario, de “dar Gloria a Dios y a su Ben-dita Madre… y de ayudarse mutuamente a la santificación propia” y les refrendó los Estatutos el día 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Sta. Cruz.

Bien cimentada la empresa, el 20 de noviembre se constituyó oficialmente la pri-mera Junta Directiva. Fue nombrado Hno. Mayor D. Luís García-Alix Fernández; Vice-hermano Mayor, D. Serafín López- Cuervo Arroyo; Celador Mayor, D. Fran-cisco Gómez Montalvo. Además se integra-ron en ella los señores Varón Sierra, Martín Valle, Tamayo Cabrera, Herrero Chico, Taboada Camacho, Ávila Correal, Prieto Castro, Vergara Reyes, Garrido del Castillo, Pelsmaeker Cassinello, Gardó Muñoz, Or-tega Ruiz, Martín Espinosa, Casares Anías y Garnica Martín.

Para titular se eligió la sagrada ima-gen del Señor Atado a la columna, obra del imaginero alcalaíno Pablo de Rojas (1549-1611), que se veneraba en la Capilla del tristemente desaparecido Hospital de San Lázaro, que estuvo situado donde hoy lo están los Juzgados de la Caleta, y que es propiedad de la Excma. Diputación Pro-vincial, de la que había sido presidente el padre del Sr. López-Cuervo, que, a su vez, siendo Hno. Mayor de la Cofradía del Ro-

sario de Semana Santa, ya había sido pro-cesionada unos años antes precediendo a la Virgen dominica.

Para titular mariana se decidió encargar al escultor y profesor de la escuela de Artes y Oficios, D. José Jiménez Mesa (1907-1981) la realización de una imagen de candelero. Debería inspirarse para ello en la cabeza de una Dolorosa atribuida por unos a Mena, por otros a Mora, que se venera en el tem-plo conventual de Sta. Catalina de Zafra. El resultado final, sin embargo, fue una obra de inspiración propia y original, que desde el mismo día de su bendición, el Domingo de Ramos de 1960, se ganó la devoción y el amor de sus cofrades y parroquianos.

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Restauradas ambas imágenes con pos-terioridad y con desigual fortuna, el Cristo lo fue por López Azaustre en 1973, quien decidió, muy acertadamente en mi opinión, restituirle la columna de alto fuste con que, sin duda, fue concebido, y, no ya tan certe-ramente, lo repolicromó.

Bárbara Hasbach le devolvió, afortuna-damente, el aspecto original en 1997.

La intervención de Barbero Gor en la imagen de la Virgen, en 1984, supone un importante cambio en su fisonomía, ya que se abrieron los ojos, se le rectificaron las cejas y se oscureció notablemente la car-nación, perdiendo con dichos cambios, en mi opinión, aquella tan marcada “personali-dad” que tuvo.

La Cofradía de San Matías ha sido pionera en muchas cosas en nuestra ciudad. Entre otras, fue la primera en crear una cuadrilla de costaleros, en editar un boletín in-formativo y formativo “como Dios manda” y que ahora, como bien pue-de comprobar el lector, se reinicia en su nueva época, que deseo larga y fructífera. Pero también ha sido valiente esta corporación en cuan-to a la defensa de derechos y cau-sas justas se ha referido. Ahí estuvo su defensa del mantenimiento de la festividad laboral del día de la In-maculada Concepción de María, o su persistencia en solitario en llamar a las rejas cerradas que impedían el acceso al interior de la Catedral a las Hermandades y Cofradías granadi-nas, o en su lógico empeño en que la institución provincial le cediera la imagen de Jesús de la Paciencia.

Hay ocasiones en que “vidas” o histo-rias diferentes -o quizás no tanto- coinci-den y crecen en paralelo, acaso sin saberlo. Pero, como bien dice D. José Luís Pérez-Se-rrabona González, “la Divina Providencia, que escribe derecho en renglones torcidos, hace que el destino, que está en sus manos, una aún más, y ahora de verdad, “empre-sas” que ya lo estaban desde sus respectivos nacimientos en un mismo lugar, día y año”

Y es que, en efecto, han tenido que trascurrir diez lustros para que, por fin, se consumara el hermanamiento. Tal ocurrió el 24 de febrero de este 2009 con ocasión de la presentación del cartel de Semana Santa que cada año, desde hace dieciocho, edita el Restaurante-bar León, sin más afán que el de contribuir al engrandecimiento y difusión de esta tradición religiosa y popu-

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lar de nuestra tierra. Según establecen las bases del concurso fotográfico que convo-ca anualmente este establecimiento, habría tenido que ser en 2008 cuando lo protago-nizara la Cofradía de Paciencia y Penas, pues el cartel de cada año se ilustra con una instantánea de la pública Estación de Penitencia de la Hermandad o Cofradía a la que le corresponda por riguroso orden de salida en los días de Semana Santa, se-gún el protocolo establecido por la Real Federación, pero la lluvia le impidió reali-zarla en 2007 y, por tanto, según las mis-mas bases, el turno corrió a la siguiente Cofradía que si lo hiciera. De tal suerte que, retomando el orden normal, al pro-cesionar la que nos ocupa en 2008, si se pudo fotografiar su discurrir por las ca-lles de Granada y, por tanto, una de esas instantáneas fue la elegida para ilustrar el cartel con el que los “leones” anunciaron la Semana Santa de 2009.

En aquél entrañable y ya tradicional acto de la víspera de cada Miércoles de Ceniza, a quien esto escribe, le cupo el honor de “apadrinar” un “hermanamien-to” sencillo, pero sólido y definitivo.

Medio siglo después de nacer, dos vidas y dos historias se encuentran y se abrazan.

Estamos, pues, de enhorabuena. Y doble, además, porque celebramos sendos 50 Aniversarios.

Cumplir años es, de algún modo, renacer cada aniversario. Es, a la vez, madurar un poco más y, aunque parez-ca contradictorio, recomenzar desde la meta que supone cada cumpleaños, para proponerse otra nueva que, a su vez, será punto de partida para las sucesivas. Quizás por eso pienso que los años que se cumplen en el presente sólo tienen sentido, sólo existen en su proyección hacia el futuro en que empieza a con-vertirse. Cada cumpleaños no es sino un hito, un recordativo, la invitación a subir a la azotea-mirador del presen-te para, desde ahí, mirar el pasado que se aleja y el futuro que se aproxima. Es la posibilidad valiosa de ajustar, de realizar un inventario y un balance de la propia existencia y resituarnos para afrontar el porvenir. En todo caso, como

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escribió Antonio Gala, “sería impres-cindible reflexionar”. Tal vez recuperar un sueño antiguo.

Pero el aniversario trae consigo un regalo impagable; el rememorar los bue-nos recuerdos y los seres ausentes con quienes se convivió y se compartió.

Cumplir los cincuenta, llegar al quincuagésimo aniversario es, además, por la propia redondez de la cifra, un motivo más que sobrado para justificar una cierta desmesura celebrativa que la media centena casi exige. No se muy bien si por lo que se ha alcanzado, o por lo que aún se puede lograr. Quizás por las dos cosas y por el hoy al que se llega, que no es poco.

Tampoco estaría de más que, con ocasión de estos aniversarios de la Co-fradía de Paciencia y Penas y del Res-taurante-bar León, las corporaciones nazarenas de Granada, y las de Gloria también, y las instituciones a ellas vin-culadas, se sumasen a esta celebración con un más que merecido reconocimien-to y homenaje.

A la de San Matías, por su trayecto-ria, y al “León” por ser como una casa-Hermandad de todas ellas, sin exclusión, y por colaborar con la Semana Santa de Granada y con las “penitencias” y “glo-rias” de la ciudad.

Por mi parte, sólo puedo y quiero concluir de este modo:

De todo corazón.

¡Felicidades y gracias!

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¿Está en crisis el hermano costalero?El mundo costalero ha evolucionado

muchísimo desde aquellos lejanos finales de los 70 en los que se fundaron las primeras cuadrillas de hermanos para sacar nuestros pasos en Semana Santa. Las mimbres que sirvieron para construir una Semana Santa joven, implicada, ilusionante y activa poco a poco se están retirando de la mayoría de las cuadrillas de Granada. Y con ellos, está desapareciendo, en parte, aquel viejo espíri-tu de servicio a la Hermandad con el que un costalero enfocaba su trabajo.

El sentimiento colectivo de la cuadri-lla como “grupo de todos” se va perdiendo, disgregando a sus componentes en peque-ños grupos de amigos, o en seguidores de tal o cual capataz, o en admiradores de de-terminadas maneras de andar bajo los pa-sos, o en defensores tan solo de una forma de llevar los pasos (hombros o costal), o simplemente, en muchas ocasiones, en ais-lados individuos que anteponen su persona a todo lo demás: antes que nada mi comodi-dad, antes que nada mi estética o antes que nada mis gustos o preferencias. Hace tan solo unos días, contemple en televisión un

anuncio de una compañía de teléfonos que loaba el “Mundo Tú”. Aunque extrapolado a esto, más explícito y egoísta, imposible. Esa es la manera de influenciar a los actua-les jóvenes.

Ahora, la disponibilidad de la cuadrilla de una Hermandad como grupo de herma-nos no va más allá de la propia Estación de Penitencia, aunque exista una obligatorie-dad de asistencia a cultos y convocatorias propias de la Hermandad o de la cuadrilla. Es prácticamente imposible juntar a la cua-drilla completa para cualquier cosa: ni para ensayar, ni para realizar una convivencia, ni para asistir a un acto. Hay ocasiones (y así se ha producido en la recientemente cele-brada Passio Granatensis) en que ni siquiera para la propia salida del paso de la Herman-dad es posible juntar a la cuadrilla comple-ta. Y eso ya podría ser preocupante.

¿Se están perdiendo los valores de los hermanos costaleros?. Es posible que así sea, porque la sociedad de la que formamos parte influye decisivamente en la formación personal de cada uno, y todos sabemos en

que estado se en-cuentran la educa-ción y la cultura general de nuestro país. Esa menor for-mación personal del individuo, junto con la pérdida de los tra-dicionales valores que se le deben pre-suponer a un cristia-no practicante, con-siguen que a la hora de ingresar en una cuadrilla de costale-

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ros, un joven lo haga bien atraído por sus amigos o conocidos, bien solamente orien-tado por sus gustos personales. Y en ocasio-nes sus gustos se convierten en posteriores exigencias.

Aquel sentimiento de grupo, aquella actitud de servicio, aquellos valores (humil-dad, sacrificio, respeto), aquella inocencia (por qué no decirlo) a la hora de hacer las cosas… se están perdiendo. Ahora cualquier costalero cree saber más que el capataz res-ponsable del paso; ahora se es más impor-tante por llevar un zanco que por ir en una corriente; ahora se está más pendiente de fo-tografiarse debajo o delante de los pasos que de llegar puntual a un relevo; ahora se busca ante todo la como-didad personal debajo de los pasos, reinterpretando cada cual a su gusto las reglas de la Hermandad que lo englo-ba; ahora se seleccionan los ensayos a los que uno debe acudir porque pertenece a diversas cuadrillas. Esas, y muchas más actitudes de costaleros, son reales. Tan reales como la vida misma, porque a veces nos damos (me-támonos todos y que se salve el que pueda) más importancia a nosotros mismos que a la propia labor que desarrollamos. Y eso es precisamente lo que está matando la figura del “hermano costalero”.

Cierto es que durante muchos años, las exiguas listas de las Hermandades han ne-cesitado rellenarse a base de obligar a los costaleros a hermanarse contra su propia vo-luntad, y eso ha provocado unos falsos vín-culos. Cierto es que al “hermano costalero”

siempre se le ha tenido miedo en los cabildos electorales (por su fácil manipulación am-pliamente demostrada a lo largo del tiempo). Cierto es que al costalero siempre se le ha mirado como una fuente de obligaciones, que no de derechos, y se le ha exigido más que a cualquier otra agrupación de hermanos (camareras, mayordomos, nazarenos, grupos jóvenes). Cierto es que el costalero ha sido siempre un aporte económico para las arcas de las Hermandades a través de rifas, lote-rías, donativos, mini-cuotas para parihuelas, martillos, placas, homenajes…

Todo eso es cierto. Pero también es cierto que el costalero ha aguantado el ti-rón porque en la balanza, siempre ha pesado más el disfrute de la actividad que desarro-lla que las cargas que conlleva su militancia obligada en las Hermandades. Las puer-tas siempre estuvieron abiertas: tanto para llegar como para irse. Y precisamente ese aperturismo ha provocado, a lo largo del tiempo, que muchos costaleros buscaran nuevos horizontes donde poder desarrollar su trabajo de la manera más acorde a sus gustos o sus formas de pensar. Hasta ahí, estaremos casi todos de acuerdo.

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Ahora bien: el momento actual ha variado sustancialmente. La facilidad con la que muchos costaleros critican abierta-mente el modelo de “hermanos costaleros” indica de forma clara que algo está cam-biando más allá de los gustos personales de cada cual. La vinculación de los cos-taleros con sus Hermandades cada día es menor, y se antepone a ello casi cualquier motivo (gustos, relaciones personales, es-tética, mentalidad). Comienza a imponer-se el “costalero atleta”, que afronta una Semana Santa como una participación en unas Olimpiadas, confundiendo términos

como “trabajo” y “afición”, y en-frentándolos a otros términos como “devoción” o “Hermandad”. Como bien comentaba al afamado capa-taz sevillano Antonio Santiago, proliferan cada vez más los cos-taleros que se toman su actividad como un “deporte sacro” en vez de cómo una actividad de unión, ser-vicio, fe y disfrute.

En este cambio de mentalidad del grupo a lo personal, lógicamen-te han jugado un papel fundamental las tecnologías de la información cofrade (inexistentes en los albo-res de las cuadrillas de hermanos): foros, blogs, páginas web, portales temáticos, programas de radio y televisión, etc. El enriquecimiento que han producido en nosotros y en nuestra cultura cofrade, ha venido acompañado de un empobrecimien-to de esos sentimientos grupales a los que me refería. Y, lamentable-mente, por los derroteros que vie-nen tomando los tiempos, esto ya no se va a arreglar.

Por eso sería importante que todos recapacitáramos sobre la figura del “her-mano costalero”, y que nos preguntára-mos como podemos ayudar a que no se pierda la estirpe que resucitó nuestra de-cadente Semana Santa de finales de los 70. Hay que trabajar desde la base para intentar fortalecer esos vínculos grupales que hace ya más de 30 años consiguieron revolucionar la actividad cofrade de Gra-nada.

Si lo dejamos pasar, nos arrepentire-mos… tiempo al tiempo..

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