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. Candice Swanepoel mostró sus alas Los ángeles pasean por Nueva York Un okupa vende ‘su’ casa del Maresme Cadena a favor. Los chefs Albert Adrià, Sergi Arola y Carles Abellán, con el equipo del colmado Quílez en la esquina de Aragó con rambla Catalunya GENTE PÁGS. 8 A 11 CRISTINA JOLONCH Barcelona Comparten la búsqueda de la ex- quisitez y de los sabores auténti- cos. Son cocineros, propietarios de restaurantes, profesionales del mundo del vino, de la pastele- ría, de la hostelería o expertos en alimentación. A todos ellos les preocupa que Barcelona pueda perder algunos de esos estableci- mientos vinculados a la gastrono- mía o a otros ámbitos que se han convertido en parte de la imagen barcelonesa. Hace unos días, el cocinero Sergi Arola reaccionaba al leer, en las páginas de Vivir, que el vie- jo colmado Quílez engrosa la lis- ta de cierres de tiendas debido a la aplicación de la ley de Arrenda- mientos. Arola colgó en Twitter el artículo que firmaba Silvia An- gulo y pidió al alcalde que aplica- ra el sentido común ante la posi- ble pérdida de negocios emble- máticos, mensaje que recibió la respuesta de Xavier Trias, quien aseguraba en otro tuit que se está trabajando en el asunto y pronto darán noticias. A raíz de la inicia- tiva del chef, La Vanguardia ha invitado a un amplio grupo de profesionales vinculados al mun- do de la gastronomía a dar su opi- nión en este debate. La mayoría coincide al lamentar los cierres, pero también señala que es com- prensible que los propietarios tra- ten de obtener un beneficio jus- to, que los comerciantes deben ponerse al día a la hora de gestio- nar sus empresas o incluso que hay cuestiones más preocupan- tes, como el incremento del alqui- ler a personas en riesgo de exclu- sión social, donde la administra- ción debería tomar cartas.c PEDRO MADUEÑO Reclama derechos sobre una vivienda de lujo inacabada Sagarra culpa a la Administración y a los ciudadanos CIUDADANOS PÁG. 6 ¿Perder el sabor? Reflexiones del arquitecto brasileño Comercios históricos en peligro Domingo, 9 de febrero de 2014 Barcelona, según Jaime Lerner LA TERRAZA PÁG. 4 c Personajes del mundo de la gastronomía reflexionan sobre el cierre de casas que aportan sabor a la ciudad LA PROTESTA DEL CHEF Los tuits que intercambiaron el cocinero Sergi Arola y el alcalde de Barcelona, Xavier Trias URBANISMO PÁG. 5

PÁG. 4 PÁG. 5 PÁG. 6 GENTE PÁGS. 8A11 · hayrazones de peso económico que empujan adecidir bajar la persiana apesar de la historia y la huella cultural de casas que ... raciones

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Candice Swanepoelmostró sus alas

Los ángeles paseanpor Nueva York

Un okupa vende ‘su’casa del Maresme

Cadena a favor. Los chefs Albert Adrià, Sergi Arola y Carles Abellán, con el equipo del colmado Quílez en la esquina de Aragó con rambla Catalunya

GENTE PÁGS. 8 A 11

CRISTINA JOLONCHBarcelona

Comparten la búsqueda de la ex-quisitez y de los sabores auténti-cos. Son cocineros, propietariosde restaurantes, profesionales

delmundo del vino, de la pastele-ría, de la hostelería o expertos enalimentación. A todos ellos lespreocupa que Barcelona puedaperder algunos de esos estableci-mientos vinculados a la gastrono-mía o a otros ámbitos que se hanconvertido en parte de la imagenbarcelonesa.Hace unos días, el cocinero

Sergi Arola reaccionaba al leer,en las páginas deVivir, que el vie-jo colmado Quílez engrosa la lis-ta de cierres de tiendas debido ala aplicación de la ley de Arrenda-mientos. Arola colgó en Twitterel artículo que firmaba Silvia An-gulo y pidió al alcalde que aplica-ra el sentido común ante la posi-ble pérdida de negocios emble-máticos, mensaje que recibió la

respuesta de Xavier Trias, quienaseguraba en otro tuit que se estátrabajando en el asunto y prontodarán noticias. A raíz de la inicia-tiva del chef, La Vanguardia hainvitado a un amplio grupo deprofesionales vinculados al mun-do de la gastronomía a dar su opi-nión en este debate. La mayoríacoincide al lamentar los cierres,pero también señala que es com-prensible que los propietarios tra-ten de obtener un beneficio jus-to, que los comerciantes debenponerse al día a la hora de gestio-nar sus empresas o incluso quehay cuestiones más preocupan-tes, comoel incremento del alqui-ler a personas en riesgo de exclu-sión social, donde la administra-ción debería tomar cartas.c

PEDRO MADUEÑO

Reclama derechossobre una viviendade lujo inacabada

Sagarra culpa ala Administracióny a los ciudadanos

CIUDADANOS PÁG. 6

¿Perder el sabor?

Reflexiones delarquitecto brasileño

Comercioshistóricos en peligro

Domingo,9de febrerode2014

Barcelona, segúnJaime Lerner

LA TERRAZA PÁG. 4

cPersonajesdelmundodela gastronomíareflexionan sobreel cierredecasasqueaportansabora la ciudad

LAPROTESTADELCHEF

Los tuits que intercambiaron elcocinero Sergi Arola y el alcaldede Barcelona, Xavier Trias

URBANISMO PÁG. 5

2 LAVANGUARDIA V I V I R DOMINGO, 9 FEBRERO 2014

EL MUNDO DE LA RESTAURACIÓN OPINA

Carme Ruscalleda Sant Pau

“Quizás tendremosque acostumbrarnos aabandonar la nostalgia”En todas partes sufrimos la nos-talgia del cierre de estableci-mientos centenarios que consti-tuyen la fisionomía, la personali-dad y la estética cultural de lospueblos, de las comarcas y delas grandes ciudades como Bar-celona. Es muy difícil hacerfrente a alquileres inviables co-mercialmente, y es inimagina-ble que la administración los sal-ve económicamente. ¡Todos so-mos culpables y todos perde-mos! ¿Tal vez hemos dejado deser sus clientes? ¿Tal vez el co-

merciante noha sido bastan-te competitivo?Sea como sea,siento que cie-rren Quílez, laColmena o lachocolater íaFargas, tres es-tablecimientos

que quiero y a los que entré acomprar en más de una ocasióncuando era niña conmis padresy he entrado a comprar con mishijos para mostrarles casas concarácter. Tres establecimientosfrente a los que me gusta pasary admirar la belleza que apor-tan a la ciudad. Quizás hemosde acostumbrarnos a abando-nar la nostalgia y aceptar quehay razones de peso económicoque empujan a decidir bajar lapersiana a pesar de la historia yla huella cultural de casas quetanto queremos y admiramos.

Albert Adrià Tickets, 41˚,Pakta, Bodega 1900

“Nos estamos quedandosin marcas que vendanBarcelona en el ámbitogastronómico”

Es trágico que los establecimien-tos emblemáticos cierren, y mepreocupa. Lo veo comouna pér-dida de identidad y tengo la im-presiónde que nos estamos que-dando sin marcas que vendanBarcelona en el ámbito gastronó-mico.Es inevitable hacer compa-raciones respecto a nuestros

competidores:cuando piensasen la fuerza quela gastronomíay lo relacionadocon ella tienenpara atraer a tu-ristas ávidos desol, cultura y co-mida, buscas re-

ferentes en París, Londres oMi-lán y ellos tienen Fauchon, He-diard, Harrod’s o Peck. Noso-tros tenemos nuestros merca-dos, colmados, tiendas y, por su-puesto,Quílez... Pues bien, senci-llamente no puede desaparecer,

porque es un referente de la ciu-dad como lo son Gaudí, el Palau,el Liceu, Tàpies, Montjuïc o elBarça. Así de simple.

Sergi Arola Restaurante Arola

“También los propietariosde la Pedrera podríanhaberla vendido y hoy seríaun edificio de Núñez yNavarro”

El Quílez es un lugar muy espe-cial para mí desde los tiemposenque trabajaba en el restauran-teAram. Siempre que faltaba al-go en la cocina nos escapába-mos allí a comprarlo. Me sabemal que una ciudad que siem-pre ha hecho santo y seña de su

patrimonio cul-tural puedaper-der estableci-mientos comoeste, que leaportan sabor yque la genteaprecia. Tam-bién en su día laPedrera era de

una familia que hubiera podidodecidir venderla y hoy ocuparsu espacio un edificio de NúñezyNavarro. Si Barcelona ha sabi-do hacer algo durante los últi-mos veinticinco años es tratardepreservar su identidad. Ya sa-crificó en su día la Barceloneta,pero aquellos eran los tiemposde los Juegos Olímpicos, y aho-ra se trataría de pura especula-ción.Nopuedes cambiar unQuí-lez por un Mercadona, porquetodo ese tipo de establecimien-tos antiguos forman parte denuestra identidad.Hay que bus-car un equilibrio.Sinceramente, no sé cual es la

mejor forma de preservar estoslocales, y entiendo que ha dehaber un equilibrio y que loscomerciantes también debenhacer un esfuerzo para ponerseal día, pero probablementerequerirían cierta tutela por par-te de la administración, que através de unas normas hicieraposible la continuidad delmodelo de negocio que hastaahora conocemos preservandola identidad.

Paco Torelló Caves Torelló

“Casas como Quílez actúancomo prescriptoresgastronómicos”Estoy muy preocupado porquese trata de establecimientos em-blemáticos.Muchos de estos lo-cales, debido a su estructura in-terior, a los techos bajos, las es-caleras interiores o a sus pecu-liares escaparates, no siguen lasúltimas normativas y por elloson difícilmente aprovechables

tal como están.Pero estoy con-vencido de quecasas comoQuí-lez han marca-do historia ycumplen unafunción impor-tantísima en elbarrio, como

prescriptores gastronómicos.Tienen las últimas novedades yestán al día de todo lo que llegapara poder competir con lasgrandes superficies.Muchos ex-tranjeros lo primero que visitanpara conocer las novedades soneste tipo de comercios. La admi-nistración debería tomar con-ciencia de la importancia de es-tas casas y plantearse que re-quieren un régimen especial.

Pere Monje Via Veneto

“Si perdemos nuestraidentidad, dejarán de venirlos turistas que buscan loauténtico”

Las ciudades adquieren su per-sonalidad gracias a los comer-cios, bares, restaurantes y a laspersonas que las habitan. Va-mos a París con la imagen desus terrazas y bistrós en la me-moria, a Nueva York pensandoen sus delis, sus galerías de arte;nos perdemos en el Trastévereromano suspirando por comeren una trattoria familiar. Barce-lona son sus colmados (Murriao Quílez…), sus viejas tiendascentenarias, las farmacias mo-dernistas. Si perdemos esto, per-demos nuestros recuerdos ynuestra identidad, y amedio pla-zo dejarán de venir esos turistas

tan importantes para Barcelonaque buscan lo auténtico.La ciudad tiene un deber y

responsabilidad con ese patri-monio: los gerentes de estos lo-cales, para mantenerlos compe-titivos; los dirigentes de la ciu-

dad, para bus-carun tejido co-mercial queequilibre turis-mo y cotidiani-dad (lo global ylo local) y queno nos desper-sonalice; lospropietarios de

los locales deben cuidar de suapariencia y tener responsabili-dad y comprensión con esos ne-gocios; y por último, los barcelo-neses tenemos quemantenerlosvivos visitándolos y comprandoen ellos.Tenemos un valor como ciu-

dadpor nuestra personalidad, sino invertimos en ella, seremosunamás entre otrasmuchas ciu-dades que a buen seguro tienenmásdinero para invertir que no-sotros. Barcelona es ya una me-trópolimundial y como tal tieneque cuidar todo aquello que con-figura su identidad. Es nuestrodeber y a la vez nuestra armapa-ra competir en el mundo.

Mey Hofmann Rest. Hofmann

“Deberíamos pensar en elfuturo no sólo a corto sino alargo plazo”Es época de cambios, y es biensabidoque el ser humano es rea-cio a los cambios y más si le su-ponen emocionalmente un pro-blema. Estamos viviendo, desdehace ya tiempo, situaciones críti-cas, sobre todo económicamen-

te, y el país estáresentido. Bar-celona vive y so-brevive a estasmareas de cam-bios sociales yeconómicos .Ahora nos en-contramos quelos pequeños

privilegios que los comercios te-nían en cuanto a alquileres derenta antigua y precios en cierta

manera asequibles se ven altera-dos frente a la libre subida de es-tos. Muchos de esos locales es-tán llenos debuenas ideas y gen-te que las mueve y hace que laciudad cobre protagonismo yvengan a visitarnos turistas detodos los rincones del mundo.Hoy que las redes sociales noshacen llegar de forma instantá-nea a todas partes, es muy pocointeligente y demoledoramentetriste que lo que llegue es quecerramos negocios en vez de fo-mentar y ayudar a mantenerlos.Tendríamos que reflexionar yser conscientes del futuro no só-lo a corto sino también a largoplazo.

Rosa Gil Casa Leopoldo

“La ciudad está en manos delos intereses de algunos”Tengo la impresióndequenues-tra ciudad está más en manosde los intereses de algunos que

propiamentedel corazón delos barcelone-ses. Si una ciu-dad como Paríso Lisboa estu-viese a puntode perder unatienda emble-mática como es

el caso del Quílez, la gente sal-dría a la calle para llamar la aten-ción del Ayuntamiento. ¡Quépena!

Jordi Cruz Àbac, L’Angle

"La excepción hay quehacerla con el inquilinoanciano, no con elcomerciante"

Una ley que actualiza una situa-ción, que supone una puesta aldía para responder a nuevas ne-cesidades, nunca es mala. Loque ocurre es que a veces nosquedamos con los titulares y noleemos detenidamente las le-yes. No se puede afirmar a la li-gera que la nueva norma acaba-rá con las tiendas antiguas. Yola he leído detenidamente y meparece que tiene un sentido yque todos debemos jugar con

DOMINGO, 9 FEBRERO 2014 V I V I R LAVANGUARDIA 3

las mismas reglas de juego. Porsupuesto hay casos de estableci-mientos muy entrañables que atodos nos apena perder, perohayque saber gestionar y poner-se al día. Esta crisis nos ha obli-gado a aprender a gestionar, a

ponernos las pi-las. Y si se hace,no hay por quécerrar. Es cier-to que en mu-chas viviendashay inquilinosque pagan 800o 1.000 euroscuando otros

pagan apenas cien. En muchoscasos se trata de personas ancia-nas. Si hay quehacer una excep-ción debería ser con esas perso-nas más vulnerables, no con elcomerciante.

Quim Vila Vila Viniteca

“La situación afecta tanto acomercios céntricos como ala mercería de una callejueladel Carmel”

La nueva situación supone unempobrecimiento del tejido ur-bano del comercio. Está claroque hay que mirar por ambaspartes y que el propietario ha desacar lo máximo de su local, pe-ro ese salto puede suponer la

desapariciónde algunos hi-tos de la ciudadque sobrepasanel valor del pro-pio comercio.Sinceramente,cuando voy porBarcelona, nomegusta la sen-

sación de no saber si estoy en elpaseo de Gràcia, la Quinta Ave-nida o los Campos Elíseos. Peroesta es una situación que afectadel mismo modo a tiendas em-blemáticas del centro de la ciu-dad que todos conocemos yapreciamos que a lamercería si-tuada en un callejón del barriodel Carmel, que nunca saldrá enel diario y cuyos propietariostendrán que dejar un estableci-mientoque seguramenteperma-necerá vacío durante mucho

tiempo, hasta que el propietarioencuentre ese inquilino que lepague un dineral. La propia cri-sis atenuará las pretensiones deobtener un gran beneficio porparte de los propietarios.

Josep Solà Casa Sepúlveda

“El dicho ‘renovarse o morir’esconde una gran verdad:porque vales lo que generas’Todos queremos que las viejastiendas sigan abiertas, pero com-pramos en las nuevas. Debería-mos ser sus clientes si quere-mos que semantengan. Y los es-tablecimientos deben renovar-se, sin perder su identidad. No-sotros abrimos en el año 52yhe-mos ido modernizando todas

las instalacio-nes sin perderel estilo. Haytiendas como lapasteleríaEscri-bà de la Ramblaque constitu-yen unmagnífi-co ejemplo: hansabido mante-

ner toda la belleza de su estiloantiguo sin que se note la impe-cable rehabilitación que hicie-ron en sudía. El dicho “renovar-se o morir” esconde una granverdad: vales por lo que generasy no puedes limitarte a exten-der la mano para recoger.

Maria Abellanet Grup CETT

“Propietario e inquilinodeben encontrar unequilibrio responsable”Bajo mi punto de vista, los con-flictos que genera actualmentela LAU son debidos a la contra-posición de intereses entre lapropiedad y los arrendatarios,

que han agota-do el periodode moratoriasin llegar a unacuerdo, porejemplo, deadaptaciónpro-gresiva de larenta a las con-diciones de

mercado. Ambas partes debe-rían buscar un equilibrio res-

ponsable porque, si las condicio-nes son abusivas por un lado uotro, el acuerdo se hace inviabley la demagogia está servida.

Carles Abellán Bravo, Comerç24, Tapas 24, Suculent

“No tiene sentido queun gran colmado cierrea mediodía y hagaun horario imposible”

No creo que debamos ser alar-mistas. Lo que ocurrirá es quehabrámás oferta porque queda-rán establecimientos vacíos ytendrán que bajar precios, queacabarán regulándose. Es tristeque puedan cerrar negocios em-blemáticos, pero es importanteque los comerciantes se ponganal día y hagan un esfuerzo pormantener y hacer prósperos sus

negocios. Notiene sentido,por ejemplo,queungran col-mado cierre almediodía y ha-ga un horarioimposible parala mayoría dequienes trabaja-

mos. Hay que adaptarse a lasnuevas necesidades de la socie-dad. Sí creo que la administra-cióndebería intervenir, enmate-ria de alquileres, para protegera las personas en riesgo de ex-clusión social, como los ancia-nos, que no pueden asumir deningún modo un incrementodel precio de su alquiler.

Josep Roca RestauranteEl Celler de Can Roca

“Estaría bien que elAyuntamiento hiciera demediador en los locales deinterés turístico y cultural”

Es una lástima que se puedanperder establecimientos queson un icono cultural y una es-tampa costumbrista del comer-cio del detalle barcelonés; luga-res emblemáticos que compo-nen una foto de gran interés tu-rístico y cultural. Pero tambiénentiendo que estamos inmersos

enuna sociedadde consumode-moledora de recuerdos, de acti-vos sentimentales ydeunabelle-za que aporta singularidad. En-tiendo que el propietario de uninmueble que durante años ha

visto infravalo-radosupatrimo-nio por una leyque ha protegi-do al arrendata-rio tenga en es-te momento lasensación deque se hace unpoco de justi-

cia. Estaría bien que el Ayunta-miento pudiera hacer demedia-dor en cada uno de los casos es-pecíficos de los establecimien-tos que son iconos, entendiendoel interés turístico y cultural ytratando de compensar a ambaspartes para bien de la propiaciudad.

Christian EscribàPastisseria Escribà

“Habría que mantenerno sólo el patrimonioarquitectónico sino tambiénel mobiliario”

Creo que este tipo de estableci-mientos son los que dan identi-dad a una ciudad, los que hacenque las avenidas no sean idénti-cas en todos los lugares delmun-do. Soy partidario demantener-los en la medida de lo posible,pero no podemos olvidar que elmercado es lo que es. Y piensoque la mejor manera de que si-gan vivos es consiguiendo que

la gente vaya acomprar. En lastiendas anti-guas ocurre lomismo que conel mercado dela Boqueria. Aquienes se que-jan de que yano es lo que era

y se ha vuelto un reducto paraturistas, yo les pregunto: “¿Yadónde vas tú a comprar el pes-cado?”. Pienso que sería impor-tante que el Ayuntamiento con-tribuyese a que semantuviera elpatrimoniono sólo arquitectóni-

co sino incluso el mobiliario demuchos de estos establecimien-tos, que tienen un gran valor.Ennuestro caso, en la pasteleríade la Rambla, invertimos cons-tantemente para mantener in-tactas las frágiles cristaleras quedan a la calle y el mosaico queenvuelve la fachada.

Toni MassanésFundació Alícia

“Hay que sumar sabiduría,estrategia y una visiónglobal que vaya más alláde la ganancia inmediata”

La autenticidad es un conceptodifícil de definir, tan preciadocomo etéreo. Mirar, escuchar,probar, experimentar, embobar-se, sentir... el turismo que buscavalores diferenciales ofrece a lavez posibilidades de negocio.Cada caso es distinto, pero pue-den haberse generado dinámi-cas despersonalizadas. Hay que

sumar sabidu-ría, estrategia yuna visión glo-bal que vayamás allá de laganancia inme-diata para queel aprovecha-miento sea vir-tuoso. También

compromiso ciudadano; inteli-gencia para saborear los huevossin matar a la gallina ni conver-tirla en un lobo.

Fermí PuigRestaurante Fermí Puig

"Lo que hay que preservares el inmueble"Creo que lo que hay que prote-ger, porque formaparte del pai-saje urbano, es el inmueble ensí. Hay tiendas que tienen unascaracterísticas determinadasque las convierten en un espa-cio valiosoparaBarcelona, y pa-ra mí ese espacio es el que hayque preservar. En cuanto al ne-gocio quealbergan estos inmue-bles, entiendo que el propieta-rio que pueda alquilar la tienda

para que seauna joyería oun horno depan y que ob-tenga muchomás dinero delprimero optepor convertirloen una joyería.Forma parte de

las reglas del comercio. Sientolástima por el cierre de algunalibrería que frecuentaba, peroentiendoque son cosasque ocu-rren, porque el propietario hade sacar beneficio. Y digo estoa pesar de que soy de aquellos aquienes disgusta la uniformiza-ciónde las ciudades y las aveni-das idénticas en la mayoría delas ciudades.c

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Q uílez echa el cierre.No al término deuna nueva jornadacomercial, sino pa-ra siempre”. Asíempezaba el edito-rial deLaVanguar-

dia (1 de febrero) sobre “el futurodel comercio histórico”. Y seguíaasí: “El propietario del caracterís-tico colmado de la calle Aragó es-quina Rambla de Catalunya diceno poder hacer frente al alquilerdel 700%. La ley deArrendamien-tos Urbanos de 1994, cuya pró-rroga de veinte años expira, lefuerza a una adecuación de lamensualidad del alquiler a pre-cios de mercado actuales. Así, elplan de negocio del veterano col-mado se va al traste. Y con él, unatienda singular que da carácter ala ciudad”.Pero, por desgracia, el caso de

Quílez está lejos de ser una excep-ción. “Se calcula”, leemos en eleditorial, “que esta adaptación dela normativa vigente amenaza lasupervivencia del 12% de los co-mercios de Barcelona, una ciu-dad que distingue 108 de estos es-tablecimientos como singulares,y que tiene una lista de otros 164destacados. Con lamisma proble-mática se encuentran, entreotros comercios emblemáticos,la camisería Deulofeu, en la plazaSant Jaume, el colmado Murrià,en Roger de Llúria, o la pastele-ría La Colmena, en la plaza delÀngel”.Es incuestionable que determi-

nados comercios, comercios his-tóricos, dan carácter a una ciu-dad, como es cierto que hay ciu-dades que velan por ellos y otrasno. Hace un par de domingos ha-cía referencia a unamesita-corde-ro, inspirada en un cuadro deDa-lí, obra del arquitecto Óscar Tus-quets, que se presentaba en un lo-cal de la plaza Reial, como home-naje a El Taxidermista, uno deesos comercios históricos, crea-do por Lluís Soler Pujol en 1926 yque cerró sus puertas en 1991. Pa-ra el niño que yo fui, El Taxider-mista, con su familia de gorilas–¿o eran chimpancés?– en el esca-parate, era una de las maravillasde Barcelona. Pues bien, en lapresentación de esta mesita-cor-dero, junto al arquitecto Tus-quets, estaba Peio Rahola, el ac-tual director de la tienda Deyro-lle, de París. Una tienda, muchomás vieja que El Taxidermista, yque en el París de 1947 represen-tó para mí lo mismo que, un parde años antes, representaba el co-mercio de la plaza Reial: una au-téntica maravilla. Con la ventaja,respecto a El Taxidermista, queyo era su vecino –vivía con mispadres en el número 42 de la Ruedu Bac, en Saint-Germain-des-

Prés, justo al lado de la tiendaDeyrolle–, y que en su escaparatehabía unas mariposas –como laTozena fasciata de Tailandia, o laUrania rifeus, de Madagascar–que jamás había visto en El Taxi-dermista.El Taxidermista cerró en 1991,

pero Deyrolle –que sufrió un in-cendio que destrozó gran partedel local y sus preciosas criatu-ras– sigue en pie. Saint-Germain-des-Prés ha cambiado muchodesde los años en que lo conocí yfui su vecino; hoy en día está lle-no de turistas y de tiendas degrandes marcas de la moda –co-mo ocurre con nuestro paseo deGràcia–, pero Deyrolle sigue ahí,como siguen las terrazas del Caféde Flore, de los Deux Magots, dela Rhumerie Martiniquaise, y la

brasserie Lipp, y la librería LaHune –trasladada a la plaza de laiglesia, junto a la calle Bonapar-te–, y el Hôtel de la Louisiane,donde el lecho de una joven Ju-

liette Gréco daba cobijo a un nomenos joven Miles Davis…El carácter de una ciudad, en

este caso de sus comercios histó-ricos, pero también de sus terra-zas y de sus cines, de sus salas de

fiestas…, depende del carácter desus ciudadanos y de sus gober-nantes. Los vecinos de Saint-Ger-main-des-Prés, junto con los re-presentantes de su barrio en la Al-caldía de París, se pusieron deacuerdo para que el carácter desu barrio no desapareciese: per-mitieron innovar, dieron cabidaa un nuevo paisaje comercial, pe-ro respetando tiendas comoDey-rolle. Aquí, en Barcelona, tantolos ciudadanos como las autorida-des de los barrios no han hechonada o casi nada. En los veinteaños que ha durado la prórrogade la ley de Arrendamientos Ur-banos, no se ha tomado ningunamedida para evitar cierres comolos del colmadoQuílez o la paste-lería La Colmena. Desde 1992, lafecha histórica en la que la ciu-

dad se transforma y se da a cono-cer al mundo entero, no sólo nose ha hecho nada para evitar esosdesastres, sino que parece que laciudad se nos haya escapado delas manos. Cuando cerró La Pu-ñalada, en lo alto del paseo deGràcia, a mí me dolió, pero luegome puse a pensar y escribí: “¿Có-mo quieres que no desaparezcaLa Puñalada si aquellos que ibana hacer el aperitivo en esa terra-za ya no viven ahí?”. Y me puse acontar el número de amigos quehabían nacido en ese paseo, conlos que yo de niño iba a jugar asus casas, y hoy se han ido a viviraPedralbes, a Sant Cugat, a Llava-neres o a la Costa Brava. Les ase-guro que en Saint-Germain-des-Prés La Puñalada no hubiese des-aparecido, y tendría su premio li-terario –el premio Rusiñol–, co-mo lo tienen el Café de Flore ylos Deux Magots.Mi viejo amigo y colega Lluís

Permanyer, que durante unmon-tón de años ha descubierto y con-tado a los lectores de este diariola historia de los principales co-mercios singulares, históricos, deesta ciudad, coincide conmigo:“Innúmeros ciudadanos claman,como es tradicional, contra estasituación desesperada. Exigenmedidas, se rasgan las vestidurasy apuntan toda suerte de medi-das, casi todas ellas inaplicables.Así las cosas –escribe Lluís–, mepregunto qué han hecho estosbarceloneses para proteger los co-mercios que aseguran apreciarcon toda su alma” (La Vanguar-dia, 2 de febrero).Walter Benjamin, en su estu-

pendo libro Paris, capitale duXIX siècle, cita una divertida fra-se de Balzac a raíz de la instala-ción de una tienda de novedadesen los antiguos locales de la edito-rial Hetzel, el editor de La Come-dia humana: “La Comédie humai-ne a cédé la place à la comédiedes cachemires”. Afortunada-mente, todavía no existían losMcDonald’s.c

¿VALE LA PENA?

La tienda Deyrolle, deSaint-Germain-des-

Prés (ver arriba), no cerró, y noporque su propietario no quisie-se sacar un pastón alquilando elespacio a una tienda de noveda-des. Sí que quería, pero los clien-tes de la tienda, mundialmentefamosa, y los representantes delbarrio se lo impidieron. Tras elincendio, se llegó a un nuevocontrato de alquiler, muy razona-ble. Si tienes una tienda emble-mática, en París estás protegido.No siempre, es cierto, pero en elcaso de Deyrolle así fue.

NoEl próximo jueves, 13de febrero, a las siete y

media de la tarde, Enrique Vi-la-Matas presenta en la libreríaLa Central de la calle Mallorca,el libroMi Carso, de ScipioSlataper, editado por ArdiciaEditorial en una traducción dePepa Linares y con un prólogode Claudio Magris.Mi Carso esun canto nostálgico a la tierranatal, a la infancia y al amorperdido. La oportunidad deconocer una de las plumas másilustres de la literatura triesti-na de comienzos del siglo XX.

Es incuestionableque determinadoscomercios históricosdan caráctera una ciudad

ÀLEX GARCIA

El histórico colmado Quílez tiene dificultades para afrontar el incremento del alquiler que le exige el propietario

LaBarcelonadel lloriqueo

LA TERRAZA JOAN DE SAGARRA