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Primer trimestre 2012 Primer trimestre 2012

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CRISTIANACRISTIANACONQUISTACONQUISTA¨̈

Primer trimestre 2012Primer trimestre 2012

L a r e v i s t a p a r a l � d e r e sL a r e v i s t a p a r a l � d e r e sq u e s e p r e p a r a n p a r a l a a c c i � nq u e s e p r e p a r a n p a r a l a a c c i � n

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Volumen 8 N¼ 17 Primer trimestre2012

Director: Carlos ZelayaEditora: Grace Mart�nezAdministradora: Roc�o Le�n

Publicaci�n trimestral del Centro para Desarrollo Cristiano, que perte-nece a la Fraternidad de Ministerios e Iglesias del Pacto Ñ © Derechos Reservados.

Los puntos de vista expresados re-presentan la opini�n de sus escrito-res y no necesariamente del director o editor.

A menos que se indique de otra manera, las citas corresponden a la Biblia Reina Valera Revisada o la Reina Valera 1995.

Agradecemos a nuestroscolaboradores el env�o de trabajospara ser publicados. Seleccionaremos s�lo art�culosrecibidos oportunamente.

Una vez publicados, los art�culos nopodr�n reproducirse con alteraciones orevisiones de ninguna forma. S�lopodr�n reproducirse en su totalidadpara la circulaci�n gratuita y con eldebido cr�dito de fuente y autor.

Contenido

3. La terapia de la real idad

Por Charles Simpson

6. El propósito de la iglesia

Por Hugo M. Zelaya

10. Elías y Eliseo

Por Carlos Zelaya

13. Dos clases de salvación

Por Derek Prince

Invitamosa pastores y ministerios

para que colaboren con

art�culos deactualidad

que sirvan de bendici�n

al cuerpo de Cristo.

Env�e los

art�culos a:

Grace Mart�nez

Barrientos Editora de Conquista Cristiana

Apdo 200- 2150 Moravia, Costa

Rica

E-mail:

[email protected]

Las cartas y donaciones debe

enviarlas al Apartado 618-2200

Coronado, Costa Rica

E-mail:

[email protected]

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Ò El Gran PerdedorÓ (TheBiggest Loser) es un programade televisi�n de los EEUU, al

que concurren hombres y mujeresobesos y, si son escogidos,participan en un programariguroso de p�rdida de peso. Van aun rancho donde los entrenanprofesionales, quienes losconfrontan con la realidad, elejercicio, la dieta, y c�mo cambiardesde adentro.

Recientemente, recibimos lavisita a nuestra iglesia de lasganadoras de la temporada 11, quecompartieron un fin de semana detestimonios poderosos. Lasganadoras son las hermanas OliviaWard y Hannah Curlee, hijas denuestros amigos de muchos a�osKeith y Betsy Curlee. No s�loOlivia y Hannah perdieron peso,sino tambi�n el esposo de Olivia,sus padres y su hermana; entretodos m�s de 230 kilogramos. Losresultados son sorprendentes yhermosos. Los ÒGrandesPerdedoresÓ fueron, en realidad,grandes ganadores.

No puedo resumiradecuadamente sus testimoniosaqu�, pero me sorprendi� elaspecto espiritual de su logro. Loscambios internos sucedieronporque enfrentaron la realidad ehicieron las cosas que erandif�ciles, pero necesarias paraalcanzar sus metas de salud. La

iron�a fue que los entrenadores delcampamento no eran ÒcristianosÓ.No existe una Òrealidad cristianaÓ,al igual que no existen Òproblemascard�acos cristianosÓ, o ÒdiabetescristianoÓ, o Òc�ncer cristianoÓ. Larealidad es lo que es para todosnosotros; y tratar con ella es unasunto espiritual.

La gran mentiraKeith Curlee mencion� en

uno de los servicios, que lasmentiras m�s grandes son las quenos decimos a nosotros mismos.ÒEl arrepentimiento s�lo puedevenir cuando enfrentamos laverdad. Ese es el deseo del Esp�rituSanto para nosotros. Si lo hacemos,�l nos ayudar�Ó.

La triste realidad es que tenemosun enemigo que nos ayuda aaceptar la mentira. �l es mentiroso,el padre de las mentiras, y nosdestruye por medio de la mentira.S�lo la verdad nos puede hacerlibres. Jes�s es la verdadencarnada, y quiere que tengamosesa verdad en nosotros,empezando por nuestro esp�ritu ynuestra alma. La fantas�a es fatal, ymuchos viven en ella. La ÒrealidadvirtualÓ no es real; es una fantas�a.

La gran mentira es que nonecesitamos a Dios; que nonecesitamos arrepentirnos,cambiar y ser transformados.Decimos: ÒYo estoy bien, y t� est�sbienÓ, pero eso no es cierto. Elsecularismo es una mentira. El

verdadero Ògran perdedorÓ es lapersona o naci�n que cree esamentira. Rusia la crey�, tambi�nChina, y as� multitud de personas.La mayor�a de Europa la cree. Creoque cada vez m�s vivimos unamentira, y necesitamos una terapiab�blica de la realidad.

La mentira secularLa libertad de religi�n se ha

convertido en libertad contra lareligi�n. ÒNo necesitamos a DiosÓ,dicen los secularistas. El conceptode la separaci�n de la iglesia y elestado ha llegado a ser laseparaci�n de Dios del estado.Muchos dicen: ÒLa religi�n no es larespuesta; es el problemaÓ. Noimporta lo que haya pasado a lasnaciones id�latras o ate�stas delpasado; si quitamos nuestra fe enDios, la pondremos en algo m�s,en nosotros, o el estado, yempezamos a vivir en la mentira.Rehusamos mirarnos en el espejode la verdad.

El ideal marxista que dice: ÒDecada uno seg�n su capacidad, acada uno seg�n su necesidadÓ, enprimera instancia parece muybenevolente (excepto para el quetiene capacidad). Sin embargo, haproducido una dependencia cadavez mayor del estado.

Esa idea se puso en pr�cticaen una comunidad antigua;produjo hambruna porque muchosse rehusaban a trabajar, y no hab�asuficiente alimento para la

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Por Charles Simpson

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comunidad (en aquellos d�as nopod�an simplemente imprimirdinero). Despu�s, se puso enpr�ctica un nuevo principio: ÒElque no trabaja, no comeÓ. A cadauno se le dio una parcela parasembrar y cosechar. El resultadofue la abundancia. Les pareci�duro al principio, pero fue muymotivador. Enfrentaron larealidad, y la comunidad tuvoalimento. ÀCu�l principio fue m�sbenevolente al final?

Rendir cuentasQuitar la necesidad de

rendir cuentas del proceso, quitanuestra responsabilidad. Lairresponsabilidad es irrealidad.Dios nos cre� para que lerindi�ramos cuentas, y todos loharemos tarde o temprano. Esohace que seamos y actuemosresponsablemente.

G�latas 6:7 dice: ÒNo os enga��is;Dios no puede ser burlado: pues todolo que el hombre sembrare, esotambi�n segar�Ó. Vemos variosprincipios b�blicos y naturales eneste vers�culo: 1) Nos enga�amossi ignoramos las leyes naturales; 2)Ignorar las leyes naturales, enrealidad, es burlarse de Dios; 3) Sino sembramos, no segaremos; 4) Sisembramos s�lo para nosotrosmismos, segaremos corrupci�n; 5)Al final, rendiremos cuentas a Diosy a la realidad. El d�a de pagopuede ser pospuesto, pero no parasiempre.

Hoy en d�a, nuestra naci�n,nuestras iglesias, y nuestrasfamilias no rinden cuentas.Sacamos de apuros a los bancos ya las compa��as irresponsables.Subsidiamos el fracaso. Damosdinero a los que lo consumen endrogas y alcohol. Invitamos a losmiembros de las iglesias a queformen parte de la comunidad de

Cristo sin que tengan que rendircuentas. Criamos y mantenemos ahijos desobedientes. La lista eslarga. Prestamos dinero sin pedircuentas. Pedimos prestado deaquellos que no tienen principiosmorales. Nos hemos convertido endeudores que creen una mentira.

Edificamos prisiones comomonumentos a lairresponsabilidad; hacemos que eldivorcio pague y reproduzca m�scandidatos irresponsables paraesas prisiones. Mientras tanto,pensamos que los ricos tendr�nsuficiente dinero para sufragar elgasto. Llamamos a lo que es malo,bueno, y a lo que es bueno, malo.Ovacionamos a las celebridadesque ostentan la inmoralidad yperseguimos a los que se paranfirmes. Promocionamos elmatrimonio homosexual, yacusamos de intolerantes a los que

se oponen. Actuamos como si nohubiese consecuencias. ÒLo queseaÓ est� bien; Òtodo da igualÓ,piensan algunos.

ÀEs el ÒamorÓ un escape?Hablemos del amor.

Amamos tantas cosas: la comida,el entretenimiento, el f�tbol, ycualquier cosa que desee nuestracarne. Y por supuesto, Dios nosama, y nosotros a �l. Dios es amor,y nos am� tanto que envi� a suHijo. Entonces, Àqu� es el amor?ÀQu� es el amor de Dios?Obviamente, su amor es diferenteal nuestro. ÀEs el amor de Dios unescape de la realidad? Si Dios nosama, Àpodremos vivir de cualquiermanera sin consecuencias aqu� yen el m�s all�? Si Dios nos ama,Àsignifica que no importa nuestradieta y el ejercicio f�sico? Si Diosnos ama, Àsignifica que no hayinfierno?

Yo estoy a favor del amorverdadero; me ha salvado la vidamuchas veces. El amor verdaderoes el amor a la verdad. Conrespecto a Olivia y Hannah, fueronpersonas no creyentes las que lasamaron lo suficiente para decirlesla verdad acerca de s� mismas, yc�mo mejorar su condici�n. Nos�lo les dijeron la verdad;estuvieron con ellas en el procesode cambio. No s�lo las retaron conla verdad; las amaron en laverdad. Ese es el amor de Dios.

Los cristianos que piensanque porque Dios los ama puedenser irresponsables, desobedientes,y escapar de las consecuencias,s�lo est�n demorando el Òd�a depagoÓ. Y los predicadores que nodicen la verdad, en realidad noaman a su gente con el amor deDios. Jes�s amaba a Israel; llor�por ellos, pero les dijo la verdad Ðuna que muchos ignoraban.Tristemente, lleg� el Òd�a depagoÓ. Las mentiras no evitan quevengan los Òd�as de pagoÓ, s�lo losdemoran.

En el a�o 2001 tuve unaderivaci�n vascular cu�druple.Fue un Òd�a de pagoÓ. Claro queDios me amaba; me hab�aadvertido. Me faltaba el aliento,Òpero era sencillamente por estarfuera de condici�n f�sicaÓ. Casimuero. Un doctor jud�o me dijo laverdad.

S�, la sangre de Cristolimpia y cubre nuestro pecado(vea 1» Juan 1:7; �xodo 12:13).ÀSomos libres, entonces, parapecar? No; si lo hacemos, nosconvertimos en esclavos. Esa es larealidad (vea Romanos 6:1-16). S�,somos libres para recibir los donesde Dios, pero no somos buenosadministradores de ellos,Àtendremos que rendir cuentas? S�

(vea 1» Corintios 4:1-5). Israel fueliberado de Egipto por medio de lasangre, pero muri� en el desiertopor su desobediencia. Muchoscristianos est�n en el Òdesierto dela irresponsabilidadÓ. ÀIr�n alcielo? Si, pero seguro que lo har�nm�s pronto, y tendr�n queresponderle a Dios.

ÀEs esa una declaraci�n muy dura?Probablemente lo sea; es comodecir: ÒSi no trabaja, no comeÓ.Pero, a la larga, es mejor advertir alos que se ama (vea Ezequiel 2). Laesperanza es que la verdad enamor nos haga crecer, no s�loenvejecer (vea Efesios 4:15-16).

Las recompensas de larealidadHay muchas y grandes promesaspara los que enfrentan y tratan conla realidad. Jes�s dijo: ÒYo hevenido para que tengan vida, y paraque la tengan en abundanciaÓ (Juan10:10). Jes�s no vino acondenarnos, sino para salvarnos(vea Juan 3:16-17). �l vino amostrarnos la verdad y el amor deDios, para librarnos de lasmentiras del diablo y de lasmentiras que nos decimos anosotros mismos, las cuales nosdestruyen. ÀC�mo ser�a la vida si�l no hubiese venido a traernos laverdad?

Cuando vi la hermosura deOlivia y Hannah, s�lo vi algunasde las recompensas de la realidady de cambiar nuestra realidad. Noes f�cil; puede ser muy dif�cil, peroel camino nos puede llevar a unosresultados celestiales: salud,abundancia, y el cielo mismo.Puede llevarnos a salvarmatrimonios, hijos, y trabajos; atener mayor influencia, y sobretodo, el placer de Dios.

Aceptar la realidad nospuede hacer llorar, pero el cambiopuede traer gozo. La verdad podr�herir nuestros sentimientos, peroel amor de Dios nos sostendr�. Lamentira nos cegar�, pero la verdadnos har� ver la luz.

No estamos solosLas buenas nuevas son que

cuando enfrentamos la verdad,hay otros que nos ayudar�n. Talvez tengamos que encontrarnuevos amigos, pero aquellos quehan vencido las mismas pruebasest�n m�s que dispuestos aarrimar el hombro.La Iglesiapuede ser tal lugar. Hay muchasclases de grupos de apoyo, ypueden ser buenos lugares paraencontrar ayuda. Sobre todo, elmismo Esp�ritu Santo quien nostrajo la verdad nos ayudar� en elproceso de cambio. �l es el quecamina a nuestro lado.

ÀPodremos enfrentarlo?ÀPodr� nuestra familia? ÀPodr�nuestra naci�n? Yo oro para queas� sea. Recientemente, me enter�de una familia que estaba en unconflicto serio. Estaban intentandoÒarreglarse el uno al otroÓ.Despu�s de escuchar por un rato,les suger�: ÒDet�nganse. Cada unoarr�glese a s� mismoÓ. Les aconsej�que cada uno hiciera una lista derealidades que pod�an cambiar.ÒP�danle a Dios que les ayude aenfrentar y arreglar esas cosas.Ó �lnos puede arreglar si enfrentamosla realidad. Eso se llamaÒarrepentimientoÓ, una buenamanera de empezar el a�o nuevo. Æ

Charles V. Simpson es maestro con unministerio internacional y director dela revista One-to-One.

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HHechos 15 describe parte delsegundo viaje misionero dePablo. Bernab� quiso que su

sobrino Juan Marcos los acompa�ara,pero Pablo se opuso porque Marcosno hab�a continuado con ellos en elprimer viaje y le pareci� que el jovenera inestable. Pablo y Bernab� seseparan y Silas acompa�a a Pablo.

Pablo y Silas llegan a Tesal�nicadonde predican que Jes�s es el Cristoy muchos, jud�os y gentiles, creen sumensaje. Pero los que oyeron y nocreyeron alborotaron la ciudad ytrataron de echarlos de la misma. Laconsigna de los revoltosos era: ÒÁEsosque est�n trastornando el mundo entero,ya han llegado ac�!Ó (ver Hechos 17.1-7)

La iglesia debe causar un granefecto en la comunidad o no est�cumpliendo con el prop�sito para elcual fue establecida. La implicaci�n delas palabras de Jes�s que Òlas puertasdel Hades no podr�n vencerlaÓ (Mateo16.18), es la de una acci�n decidida,resuelta y din�mica hacia un mundogobernado por el reino de lastinieblas.

El derrotismo de la Iglesia

Muchos en la iglesia se quedanmarchando en un solo lugar, porquecreen que el mundo no puedecambiar. Ciertamente, muchos no lohar�n, pero como en Tesal�nica, habr�quienes oir�n y creer�n. Es importanteque el mensaje sea el mismo: CristoJes�s crucificado, resucitado yglorificado. No los llamadosÒevangeliosÓ predicados en tiemposmodernos. Nadie se salvaprosperando, ni con mensajespositivos que evitan la confrontaci�ncon el pecado en la condici�nhumana. Las iglesias podr�n abundaren las cosas de este mundo, sentirsebien por un tiempo y llenar sustemplos con cabras ÒrobadasÓ de otrascongregaciones, pero llegar� el d�acuando el Se�or separar� las ovejas delos cabritos y a unos bendecir� y otrosmaldecir� (ver Mateo 25.31-46).

No entreguemos el mundo aSatan�s aunque �ste haya usurpadotemporalmente su derecho deposesi�n. Yo no logro ver en lasEscrituras donde Dios se lo hayacedido. Al contrario, una y otra vez

vemos pruebas de que Dios es amo,due�o y Se�or de su creaci�n. ElSalmo 24.1-2 dice:

ÁDel Se�or son la tierra y suplenitud! ÁDel Se�or es el mundo y sushabitantes! ÁEl Se�or afirm� la tierra sobrelos mares! ÁEl Se�or la estableci� sobre losr�os!

De manera que nuestra actitud nodebe ser que el Se�or venga asacarnos pronto de este mundoporque no sabemos qu� hacer con estasociedad. No est� ni remotamentecerca al sentido de Mateo 16. Nuestraactitud debe ser quedarnos aqu� comoiglesia hasta que el Se�or hayaconcluido su prop�sito en la tierra yno haya nadie m�s a quien cambiar.

La realidad es que mucha gente est�cambiando. Muchas quiz�s no.

Viv� por un tiempo en un pa�s delnorte y tuve la oportunidad de visitarvarias iglesias. Recuerdo en una nochede testimonios escuchar a personasdecir disparates queriendo serparticipativos en la din�mica del

Por Hugo M.Zelaya

E lE lp r o p ó s i t op r o p ó s i t od e l ad e l ai g l e s i a i g l e s i a

E l p r o p ó s i t o d e l a i g l e s i a e s E l p r o p ó s i t o d e l a i g l e s i a e s

c a u s a r u n i m p a c t o e n l a s o c i e d a dc a u s a r u n i m p a c t o e n l a s o c i e d a d

grupo. Era obvio que su concepto deDios era muy superficial y que nohar�an un impacto en su comunidad.

Una de ellas se maravillabaporque durante la semana Òel Se�or lehab�a reparado un lugar paraestacionar su auto cerca de la tienda yno tuvo que caminar muchoÓ. Otraporque Òhab�a ganado dinero en unBingoÓ. Y una tercera, porque en ellugar de trabajo se hab�a formado unsindicato y Òahora no ten�a quetrabajar tantoÓ. Seg�n estas personasDios es un Dios de conveniencias.Estas personas no demuestran ning�ncambio. Son iguales a las personas enel mundo. Muchos todav�a est�n ensus pecados. Quiz�s repitieron unasecuencia de frases religiosas, pero nohubo un cambio de coraz�n.

No obstante, el prop�sito de Dioses cambiarnos y devolvernos laimagen de Dios con la que fue creadoel primer hombre. A esto Jes�s llam�nacer de nuevo (ver Juan 3.3-7). As�como hay personas dentro de laiglesia que no han nacido de nuevo,hay otros que s� y reflejan unadiferencia entre antes y despu�s. Noscambi� a usted y a m�, y cambiar� amuchos que ahora est�n en el mundo.Nos corresponde hacer un ajuste ennuestra actitud negativa hacia elmundo. Dios quiere usar la Iglesia ydar oportunidad para que otrosvengan a conocerlo personalmente.

Otra realidad es que quiz�s la iglesiano est� causando un efecto en el mundo,pero el mundo s� en la Iglesia. A veces lasinfluencias del mundo son muysutiles, casi imperceptibles, yaparentemente inofensivas. Pero laintenci�n es alejarnos de Dios ytransitar por caminos que conducen amuerte. El que se descuida con elmundo, un d�a tal vez sea demasiadotarde para hacer correcciones y tendr�que pagar las consecuencias.

Las modas son un ejemplo de lainfluencia del mundo en la iglesia. Laropa fue dise�ada por Dios paracubrir la desnudez (G�nesis 3.21). A�nlas hojas de higuera tejidas por Ad�ny Eva fueron hechas para cubrirse(G�nesis 3.7). ÀQu� sucede ahora? Losdise�adores (hombres pervertidos en

su mayor�a) desvisten a las mujeres,sea disminuyendo la tela, o ci�endolas ropas para revelar m�s de loconveniente. Se entiende que esto nosea extra�o en el mundo. Pero, qu�lucha tienen los pastores para que sucongregaci�n femenina se cubra y nose descubra siguiendo las modas.

La Escritura dice que el cuerpo esel templo del Esp�ritu Santo (1»Corintios 6.19). Tambi�n dice enLev�tico 19.28: ÒNo se hagan ningunaclase de tatuajeÓ (Dios Habla Hoy).Algunos argumentar�n que lo queesto proh�be es alguna clase de marcasupersticiosa en honor al objeto de suadoraci�n, como en el caso de loshind�es. En occidente, no es raro vertatuajes de cruces, de la virgen, yhasta vers�culos de la Biblia y otrostemas religiosos.

Sin �nimo de ser un santurr�n,afectando virtudes o una santidad queno tengo, la realidad es que lostatuajes son una influencia del mundo,com�n entre pandillas, maras,marineros y mujeres de malareputaci�n, y no debe ser imitado porel pueblo de Dios. De igual manera,son reprensibles los tales ÒpiercingsÓ.

Recientemente, un joven quehab�a sido miembro de una c�lula denuestra iglesia, Òse hab�a ido almundoÓ alej�ndose del Se�or, yregres�. Tra�a toda clase deperforaciones en su cuerpo pero und�a fue tocado grandemente por Dios.Antes que nadie tuviera ocasi�n dedecirle algo, �l mismo, limpi� sucuerpo de todo objeto extra�o y est�siendo bendecido por Dios.

Todos dentro de la iglesia, adultosy j�venes, estamos expuestos a lainfluencia del mundo. Es una luchaconstante que debe librarse sincuartel. No podemos ser pasivos eneste aspecto. Santiago 1.27 exhorta aÒ Émantenerse limpio de la maldad de estemundoÓ.

Algunas iglesias llamadascristianas se han vuelto irrelevantesporque sus miembros se parecen m�sal mundo que a Dios. Est�n ah�, songrandes, pero carecen de importanciao significaci�n en el plan de Dios de

redimir al mundo. Han perdido su luzy su sal.

ÒUstedes son la sal de la tierra, perosi la sal pierde su sabor, Àc�mo volver� aser salada? Ya no servir� para nada, sinopara ser arrojada a la calle y pisoteada porla gente.

Ustedes son la luz del mundo. Unaciudad asentada sobre un monte no sepuede esconder. Tampoco se enciende unal�mpara y se pone debajo de un caj�n, sinosobre el candelero, para que alumbre atodos los que est�n en casa. De la mismamanera, que la luz de ustedes alumbredelante de todos, para que todos vean susbuenas obras y glorifiquen a su Padre, queest� en los cielosÓ (Mateo 5 13-16).

Una realidad m�s: Se necesita m�sque cultos para cambiar al mundo. No setrata de restarle importancia a lareuni�n de los santos. Una iglesiasaludable debe tener una visi�n clarade la importancia de reunirse engrupos peque�os para recibir pastoreocercano, tener comuni�n con unn�mero reducido de hermanos, yalcanzar a los vecinos con eltestimonio de una vida de servicio aDios y a la comunidad. Tambi�n esimportante la celebraci�n regular detodas las c�lulas reunidas en un sololugar, en un tiempo determinado. Estadebe ser una fiesta dedicada a lagracia y misericordia de Dios.

Celebrar es loar, aplaudir a lapersona de Jesucristo; venerar enp�blico los misterios de nuestro Dios;festejar el hecho de que Cristo muri�por nosotros en la cruz y nos redimi�del pecado y de la muerte espiritual.Es conmemorar los sucesosimportantes en nuestra relaci�n conDios. Es esto y m�s, pero tambi�nnecesitamos direcci�n, disciplina y laformaci�n de car�cter, y a esto se lellama discipular. Es edificar sobre elfundamento, es levantar las paredesdel edificio.

Muchas iglesias hoy tienen unfundamento fuerte. Predican aJesucristo como el �nico Salvador.Creen y administran el bautismo enagua y el bautismo en el Esp�rituSanto, los miembros han recibidodones y los practican en las reuniones.

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Ministran liberaci�n y suscongregaciones son libres y vivenvidas relativamente sanas. Testifican ycrecen num�ricamente; pero no vanm�s all�. El discipulado que manejanse limita a cursos y lecciones. No hayrelaciones de compromiso, no haypastoreo cercano. La disciplina espracticada s�lo en el aspectocorrectivo y no en el edificativo. No sedirige a sus miembros, y la edificaci�nde car�cter en el individuo es vistocomo una intrusi�n en su vidaprivada.

La iglesia debe impedir por todoslos medios que el mundo entre en ella.No s�lo en las cosas externas como enel vestido, comportamiento, creencias,y costumbres. Tambi�n es necesarioimpedir que entren sustitutos delpoder de Dios, como volumen porunci�n, t�cnicas de mercadeo porevangelismo b�blico, sicolog�a por elEsp�ritu Santo, autosuficiencia pordependencia de Dios, superaci�npersonal por entrega total a Dios,inteligencia natural pordiscernimiento espiritual,conocimiento secular por la Palabrade Dios, confianza en losprofesionales expertos en vez de fe enDios, y tantas otras cosas.

Debemos cuidar que los deadentro no vuelvan al mundo.Cuando miembros de la iglesia se dancuenta de que �sta no es diferente alextremo ÒamableÓ del mundo,prefieren dejar la iglesia. Por ladoÒamableÓ me refiero a lo que no esobviamente crudo y grosero delcomportamiento humano sin Dios.Pablo habla en 1» Corintios cap�tulo 1al 3 de una Òsabidur�a del mundoÓ,pero dice que con �sta el mundo no loconoci�. Por lo tanto ÇDestruir� lasabidur�a de los sabios, y desechar� lainteligencia de los inteligentes (1.19).ÈY Çque [Dios] se dispuso salvar a losque creen por la locura de lapredicaci�n (1.21).È

ÀPor qu� entonces insistir enbuscar otros medios para alcanzar alos perdidos? ÀPor qu� muchosÒgrandes l�deresÓ, pr�speros,populares y peligrosos, prefierenechar mano a la inteligencia del

mundo para hacer la obra de Dios? Und�a dar�n cuentas al Se�or.

ÀQU� NECESITAN LAS IGLESIASCAMBIAR?

Los siguientes cuatrorequerimientos los aprend� de mimaestro y pastor, Charles Simpson.Quiz�s no vengan en el orden que �lme los dio y tengan algo que hayatomado en el camino o que Dios mehaya mostrado a lo largo de los a�os,pero siguen siendo tan v�lidos hoycomo entonces.

1. Tenemos que cambiarlo que creemosTenemos que creer que Dios quierecambiar al mundo. 2» Pedro 3. 9 dice:Ò El Se�or no se tarda para cumplir supromesa, como algunos piensan, sino quenos tiene paciencia y no quiere queninguno se pierda, sino que todos sevuelvan a �lÓ (Ver tambi�n Juan 3.16).Sabemos que no todos en el mundoresponder�n al mensaje de la cruz yque Dios conoce qui�nes son, peronosotros no.

Dios nunca entreg� este mundo aldiablo. No lo hagamos nosotros. Diosno cedi� sus derechos al diablo, a losateos, ni a los comunistas. Es m�s, �ltiene planes para la tierra. En elPadrenuestro, �l nos ense�a a orar:Ò Venga tu reino. H�gase tu voluntad, enla tierra como en el cieloÓ (Mateo 6.10).

Tenemos que creer que Diosquiere establecer su gobierno en latierra y no conozco de nada que �l seha propuesto hacer que no se hayacumplido. Nada lo va a impedir. M�sbien quiz�s algunos de su pueblo leestorben con su incredulidad, pero �lbuscar� a quienes se atrevan a creerle.El reino es primero interno cuando seestablece en el coraz�n, y despu�sexterno cuando �l venga a gobernarcon sus santos (ver Apocalipsis 20.6).

Habr� quienes nieguen que Diostenga un plan para su creaci�n y nopuedan esperar que Dios los saque deeste mundo. El rapto no es una v�a deescape para la Iglesia. Dios no est�nervioso ni impaciente porque eldiablo le vaya a quitar su creaci�n.

Dios cre� este mundo para llenarlocon su gloria y eso har�.

ÒPorque as� como el mar rebosa deagua, tambi�n la tierra rebosar� conel conocimiento de la gloria delSe�orÓ (Habacuc 2.14).

Gloria es la revelaci�n de lasantidad, pureza y car�cter de Dios (verSal 24.10).

La mente es una fortalezaEl enemigo ha construido

fortalezas por siglos. Ha metido susideas contrarias al pensamiento deDios en la cabeza de los hombres ycuando venimos a Dios, tenemos quedejar que el Esp�ritu Santo nos limpiede toda esa Òsabidur�aÓ humana.Frases como: ÒOrando y con el mazodando.Ó ÒAy�date que yo te ayudar�.ÓÒçmate a ti mismo para que puedas amara otrosÓ, suenan l�gicas pero no est�nen las escrituras. Se argumentaerr�neamente que la �ltima es unaforma de ÒAmar�s a tu pr�jimo como ati mismoÓ en Mateo 22.39.

Adam Clarke hace el siguientecomentario de este vers�culo: ÒEl amora nuestro pr�jimo proviene del amorde Dios como su fuente; se encuentraen el amor de Dios como su principio,patr�n, y fin; y el amor de Dios seencuentra en el amor de nuestropr�jimo, como su efecto,representaci�n, y marca infalibleÓ. Esdecir, que no tiene nada que ver connosotros, y todo con Dios. Siempreestaremos en terreno inestable cuandolo que Dios ordene dependa denosotros y no de �l. La batalla es porla mente y coraz�n de los hombres.

2. Tenemos que CREER enel poder del evangelio Pablo dice en Romanos 1.16 y 17: ÒNome averg�enzo del evangelio, porque espoder de Dios para la salvaci�n de todoaquel que cree: en primer lugar, para losjud�os, y tambi�n para los que no lo son.Porque en el evangelio se revela la justiciade Dios, que de principio a fin es pormedio de la fe, tal como est� escrito: ÇEljusto por la fe vivir�ÈÓ.

Este es el evangelio que cambiar� almundo. No el de la prosperidad, ni el

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del pensamiento positivo, ni el de la ley, ni el de la supergracia, ni el de los ap�stoles falsos, ni el del movimiento dela fe, ni el de los 12, ni el de ning�n canal.

Es importante preguntarse: ÀQu� clase de evangeliohemos cre�do? El �nico evangelio que cambia es el quepredic� Jes�s y sus ap�stoles en el Nuevo testamento y quehemos cre�do por medio de la fe en Jesucristo. Es el �nicoque es poder de Dios. Este es el evangelio que hace temblaral diablo. Ninguno otro lo altera.

El evangelio que cambia son las buenas noticias de queJes�s es el Se�or y �l y su dominio se han acercado anosotros. ÒVayan y prediquen: ÒEl reino de los cielos se haacercado.Ó Sanen enfermos, limpien leprosos, resuciten muertosy expulsen demonios. Den gratuitamente lo que gratuitamenterecibieronÓ (Mateo 10.7 y 8).

El testimonio que da Pablo es: Jes�s se me apareci� y mecambi�. Su cambio fue radical. Impactado �l, impact� aotros. Nadie quedaba indiferente.

Ò En primer lugar, les he ense�ado lo mismo que yorecib�: Que, conforme a las Escrituras, Cristo muri�por nuestros pecados; que tambi�n, conforme a lasEscrituras, fue sepultado y resucit� al tercer d�a; y quese apareci� a Cefas, y luego a los doce. Despu�s seapareci� a m�s de quinientos hermanos a la vez, de loscuales muchos a�n viven, y otros ya han muerto.Luego se apareci� a Jacobo, despu�s a todos losap�stoles; y por �ltimo se me apareci� a m�, que soycomo un ni�o nacido fuera de tiempoÓ (1» Corintios15.3-8).

ÒSi alguno les predica un evangelio diferente delque han recibido, quede bajo maldici�nÓ (G�latas 1.9).

ÁDios m�o, yo no lo dije!

3. Tenemos que comprometernos con elevangelio del reino

El reino de Dios no es jugar de iglesita los domingos.El reino de Dios penetra en todas las esferas de la vida,ll�mese espiritual, natural o material. Un problema con lamanera de pensar de muchos cristianos es la separaci�nestricta de estos tres sectores de la vida y el �nfasis puestoen lo espiritual en detrimento de los otros dos. Es obvioque esto proviene de una influencia griega, como elgnosticismo que cree que Òel mal y la perdici�n est�nligados a la materia, mientras que lo divino y la salvaci�npertenecen a lo espiritual. Hay corrientes que afirman que,siendo la salvaci�n dependiente �nicamente de la gnosisdel alma, el comportamiento del cuerpo es irrelevante,disculp�ndolo de toda atadura moral y libr�ndolo a todaclase de goces.Ó1

El reino de Dios requiere una entrega o compromisototal de todas las �reas de nuestras vidas. Dios no aceptaentregas a medias o compromisos parciales. Es todo o

nada. La soberan�a de Dios no est� en discusi�n. Si loaceptamos como amo, due�o y se�or de nuestras vidas, �lnos libra del reino de Satan�s y nos introduce en el reinode su amado Hijo (ver Colosenses 1.13). La gente respondeseg�n la intensidad de su compromiso con Dios.

Este es un compromiso que va en aumento. ÒLa sendade los justos es como la aurora: Ásu luz va en aumento, hasta laplenitud del d�aÓ (Proverbios 4.18). El compromiso de ayerno es suficiente. Cuando no hay esta clase de compromisola relaci�n con Dios no crece y no hay cambio en nosotros.El evangelio pierde su poder si deja de cambiarnos. Uncristiano comprometido es una amenaza para el diablo.

4. El poder del Esp�ritu SantoTenemos necesidad del poder del Esp�ritu Santo no s�lopara milagros, sino tambi�n para ser testigos del Se�or:mensajes vivientes, portadores de su vida. Recordemosque el poder para cambiar a otros es de Dios. No trate dehacerlo usted sin �l. Si Dios no los cambia ser�n comousted no como Dios.

Testifique con su vida del poder de Dios. Es f�cil decirun testimonio, vivirlo es otra cosa. No tema vivir paraCristo. Vivir para Cristo llena al enemigo de terror.

ÇYo s� que el Se�or les ha dado esta tierra. Todos loshabitantes del pa�s les tienen miedo. Por causa de ustedesest�n tan atemorizados, que su �nimo est� por los suelos.Sabemos que, cuando ustedes salieron de Egipto, el Se�orhizo que el Mar Rojo se secara al paso de ustedes. Tambi�nsabemos lo que ustedes hicieron con Sij�n y Og, los dos reyesamorreos al otro lado del Jord�n, a quienes ustedesdestruyeron. Cuando lo supimos, nuestro �nimo decay�. Porculpa de ustedes, ya no les queda �nimo a nuestros hombres,pues el Se�or es Dios en los cielos y en la tierraÓ ( Josu�2.9-11).

Vivir para s� mismo es vivir en vano. Viva para Cristo;si fracasa, lev�ntese y siga adelante.

Oraci�n:Se�or, ll�vanos a los que tienen deseos de cambiar. Rompeel esp�ritu de desaliento y apat�a en nuestras iglesias.Rev�lanos la realidad de tu evangelio transformador. Hazcon nosotros lo que quieras. Æ

Nota. A menos que se especifique de otra manera, las citasb�blicas son de la Reina Valera Contempor�nea.

1 Wilkipedia

Hugo M. Zelaya es pastor de la Iglesia de Pacto NuevaEsperanza en San Jos�, Costa Rica. Es el fundador de laFraternidad de Iglesias y Ministerios del Pacto que da coberturaa varias iglesias en Costa Rica. Actualmente reside con suesposa y su hija, en Alajuela, Costa Rica.

EEs normal que todos queramoscrecer y dar fruto para Dios.No hay iglesia sana que desee

estancarse y dejar de ver el mover deDios. Sin embargo, muchas vecesnuestro deseo nos lleva a hacer cosasfuera de su voluntad. Entonces, Àqu�debe hacer una iglesia paramantenerse viva, fruct�fera yrelevante?

La historia que se relata en IReyes 19 y II Reyes 2:1-11, de El�as yEliseo, nos muestra algunos principiosde la vida de la iglesia. Hemos crecidocon la convicci�n de que Dios serelaciona con su pueblo por medio delpacto Ð un v�nculo santo que nosidentifica, califica, y se�ala como hijosdel Dios Todopoderoso. Tambi�nsabemos que �l usa siervos comoinstrumentos en tiempos ycircunstancias espec�ficas paramostrarnos su voluntad y movernoshacia el cumplimiento de su plan.El�as era uno de estos siervos.

El�as hab�a sido fiel a Dios.

Estuvo enfrascado en una tenaz luchaespiritual y natural contra losesquemas de Satan�s quedescarriaban al rey y al pueblo deIsrael. Fue instrumento del poder deDios, haciendo descender fuego delcielo, ganando una gran victoriacontra las fuerzas del mal (I Reyes 18).

Pero el profeta cometi� unerror fundamental Ð uno que cometenmuchos siervos de Dios, y quetambi�n empa�a la visi�n de muchasiglesias. El�as hab�a asumido queestaba solo (I Reyes 19:10,14). Elproblema de muchos hoy en d�a espresumir que son los �nicos Òcuyasrodillas no se doblaron ante Baal, ycuyas bocas no lo besaronÓ (19:18).Cuando pensamos que somosadministradores exclusivos de larevelaci�n, el poder, y la verdad deDios, nos metemos en seriosproblemas, primero de orgullo, yluego de des�nimo cuando las cosasno resultan como esper�bamos. Larevelaci�n y la gracia vienen seg�n lasoberan�a de Dios; �l usa a quienquiera, sin que necesariamente sea de

nuestra misma denominaci�n oiglesia. El reino de Dios es muyamplio, y creo que nossorprenderemos cuando lleguemos alcielo de ver qui�nes estuvieron dentroy qui�nes no (vea Mateo 7:21-23).

El�as se hundi� en una depresi�nsuicida (19:4), y decidi� que era horade acabar su ministerio y su vida,porque sus esfuerzos no hab�anlogrado convencer al pueblo de seguira Dios. Pero en la cueva de Horebhubo un cambio en la visi�n y elprop�sito de este gran siervo de Dios.Un hombre desanimado y acabado esreavivado y reenviado a terminar loque Dios lo llam� a hacer.

Claridad Dios no hab�a terminado con

El�as ni con Su pueblo. El�as recibi�instrucciones espec�ficas y claras:deb�a ungir a dos reyes, y a su sucesor(I Reyes 19:15-18). Es interesante notarque los ministerios de estos tres(cuatro, si contamos a El�as) estabanmuy ligados entre s�, y eran claves enel prop�sito de Dios para su pueblo.

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Por Carlos Zelaya

E l í a s y E l i s e oE l í a s y E l i s e o

L e c c i o n e s d e l a v i d a d e L e c c i o n e s d e l a v i d a d e

Dios tiene un plan espec�fico para cada persona ycada iglesia. Cada iglesia local es una expresi�n del Reinode Dios. No todos hacen todo; as� como Pablo habla de quecada creyente es parte de un cuerpo (1» Corintios 12), elprincipio se aplica en la misma forma a cada iglesia local.Dios no ve a cada iglesia como un ente separado de losdem�s, nosotros tampoco debemos hacerlo.

La clave es buscar claridad en el llamado de Diospara cada individuo, y en la tarea de cada iglesia. La visi�nde cada uno debe estar bien definida, para el liderazgo ypara los miembros de la iglesia. Es un error copiar lo quehacen otros esperando que haya crecimiento, eso noproduce vida, menos crecimiento.

El profeta supo distinguir, en el silbo apacible, lavoz que le dar�a instrucciones claras para su tarea (I Reyes19:12). Dios no estaba en la tormenta ni en el terremoto.Cuando nos dejamos llevar por otras cosas que no son lavoz de Dios, sufrimos una de dos consecuencias: o nosquedamos en la cueva sintiendo l�stima de nosotrosmismos, o nos desbocamos en actividades que no cumplenel prop�sito para el que fuimos llamados.

Ahora El�as sab�a lo que Dios quer�a de �l: formarun disc�pulo, alguien que aprendiera a escuchar la voz deDios, y seguir el ministerio de transmitir al pueblo lo queescuchaba. Si eso no es lo que hace la iglesia, no esrelevante, no tiene vida; se convierte en un espect�culo derayos y terremotos que no producen fruto para Dios.

OrdenDespu�s de tener claro el llamado de Dios, hay

que establecer orden. El orden es sencillamente unaestructura de trabajo. Hay muchas estructuras, pero esnecesario definir cu�l es la tarea, la funci�n y el prop�sito.La estructura no tiene sentido si no se cumplen doscondiciones: La visi�n debe estar clara para el siervo y laiglesia; y debe ser eficaz para llevar a cabo la misi�n.

Si pensamos que hay variedad de ministerios,entonces suponemos que hay variedad de estructuras oesquemas eclesi�sticos. La sorpresa para muchos es queDios, en su creatividad y soberan�a, usa a siervos enmaneras que los que est�n detr�s de las cuatro paredes dela iglesia no pueden comprender.

El orden en la manera de trabajar es muyimportante. Cuando nos dejamos guiar por el Esp�rituSanto en nuestra misi�n, podemos confiar que hay unfundamento que nos mantiene firmes en medio de laspruebas. Hay una rigidez que mata, pero el desorden esigualmente destructivo. El peligro de no seguir un orden

es que nos desviamos de nuestro prop�sito, y eso esexactamente lo que quiere el enemigo. El resultado: laiglesia no es edificada, la palabra de Dios no es predicadaeficazmente, y los imp�os ven reflejada su propia condici�nca�tica en la iglesia.

Pablo dio direcci�n clara con respecto al coraz�nde Dios sobre este tema; en 1» Corintios 14 explica que hayun orden dentro del culto. Si hay orden dentro de laactividad del culto, se entrev� un orden en la estructura dela iglesia tambi�n. La Biblia habla de obispos y di�conos.Pero, m�s all� de una jerarqu�a de l�deres y seguidores, esun modelo de trabajo donde cada uno cumple el llamadode Dios para su vida; e incorporados dentro de laestructura, cumplen el llamado de Dios para la iglesia. Noes s�lo el pastor, o grupo de liderazgo, es toda la iglesia. Elmodelo de trabajo m�s eficiente es aquel que reconoce yutiliza los dones de todos los creyentes para alcanzar unameta com�n.

En la vida de El�as y Eliseo, la estructura era que elsegundo serv�a al primero. ÀSignifica que Dios prefer�a aEl�as? No lo creo. ÀEra la misi�n de Eliseo menosimportante? La Biblia registra m�s milagros de Eliseo quede El�as. No se trata de lucir t�tulos acad�micos o deposici�n. Jes�s dio una lecci�n incontrovertible de esto aJacobo y Juan (Mateo 20:20-28). Ellos deseaban estar enuna posici�n predilecta cuando llegaran al cielo. Pero Jes�sdijo que el esquema de trabajo estar�a basado en elservicio.

Dios quiso mostrarle a El�as Ð y a nosotros Ð quelos siervos fungen dentro de su prop�sito, elestablecimiento de su reino en la tierra. Cuando El�asfaltase, habr�a otro que tomar�a su lugar. La estructura y elorden son para la edificaci�n del reino de Dios. Es unaestructura viva que crece y madura con los individuos quela componen (Colosenses 2:19). Los que act�an sin rendircuentas, operan fuera del orden que Dios ha establecido, yno cooperan con la misi�n de la iglesia.

La obedienciaLa obediencia es una palabra pesada para muchos.

El problema de la sumisi�n es que presupone una relaci�njer�rquica. Es decir, uno ejerce una posici�n de poder oautoridad sobre otro. Sin embargo, la Biblia es clara conrespecto al tema (Efesios 5:21, Hebreos 13:17). Eldiscipulado, la autoridad y la sujeci�n est�nintr�nsecamente ligados entre s�; y son necesarios para elcrecimiento de la iglesia.

Note que despu�s de haber sido escogido porDios, Eliseo deb�a pasar por un periodo de preparaci�n

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bajo la tutor�a de El�as. Deb�a servirle (I Reyes 19:21) ypermanecer con �l en todo tiempo (II Reyes 2:10). As� es elverdadero discipulado. El�as no le dijo que llegara a sucasa tres veces por semana para impartirle lecciones sobreel ministerio de profeta. No exist�a un plan de estudiosacad�micos que Eliseo deb�a cumplir antes de recibir elt�tulo de ÒProfeta de DiosÓ.

La relaci�n de ellos era cercana: caminaban juntos,com�an juntos, viv�an juntos. El�as ya hab�a echado sumanto sobre Eliseo Ð una se�al de autoridad (I Reyes19:19). Pero, as� como Cristo se despoj� a s� mismo yaprendi� obediencia (Hebreos 5:8), Eliseo no consider� sullamamiento como una carta de presentaci�n ostentandosu t�tulo de profeta. Por el contrario, se sujet� a su maestro,al ungido de Dios, para aprender obediencia, dentro delllamamiento y prop�sito de Dios. Eliseo deb�a aprender lavisi�n de lo que Dios quer�a para su pueblo: c�moescuchar y obedecer la voz de Dios, c�mo relacionarse conlas personas del pueblo y con los gobernantes. Deb�aexperimentar el poder de Dios por s� mismo, y saber queno era un asunto de antojos personales. Para dirigir, deb�aprimero aprender a servir; porque, como dijimos antes, dell�der se requiere mayor servicio.

ÀCu�l fue su recompensa? La doble porci�n quepidi� (II Reyes 2:9). Dios honr� su elecci�n y bendijo a estesiervo para grandes cosas.

La abundanciaÀQu� pastor no quiere ver crecer a su iglesia, en

n�mero y en madurez? Nuestro deseo sincero es que losperdidos vengan al conocimiento del mensaje redentor.Queremos ser relevantes, pero, ante una sociedad c�nica yap�tica, cada vez es m�s dif�cil. Todo lo han visto. Elmundo del espect�culo, con sus luces y efectos especiales,ha hipnotizado a las masas; y se han cre�do los espejismoscomo si fuera la realidad de la vida. Los h�roes de lasociedad son hombres y mujeres que predicanabiertamente su libertinaje y su desprecio por Dios. Lasleyes abogan cada vez m�s por la eliminaci�n de Dios delos procesos de la sociedad. La humanidad moderna essincretista, y acepta cualquier idea o filosof�a como v�lida.

Nuestra soluci�n no es imitar al mundo en susformas vac�as. El�as se burl� de los profetas de Baal porquehac�an aspavientos y gesticulaciones que no resultaban ennada (I Reyes 18:27). ÀSer� que algunas iglesias han ca�doen la trampa de pensar que con su ajetreo est�nimpresionando a Dios? Si lo que hacemos no refleja elpoder de Dios, entonces vivimos una ilusi�n.

Estar conectados con Cristo, quien es la verdad(Juan 14:6), es lo que da el crecimiento (Juan 15:5). Larevelaci�n de la Verdad de Dios viene por medio de unosolo: el Esp�ritu Santo. Cristo nos dijo que �l nos guiar�a atoda la verdad (Juan 16:13). Si el Esp�ritu Santo es el quelleva al conocimiento de la Verdad, Àno ser�a mejor buscarm�s al Esp�ritu Santo? Esa fue la clave en la iglesiaprimitiva. ÀQuiere crecimiento? Cultive una relaci�n m�scercana con el Esp�ritu Santo.

Despu�s de la partida de El�as, Eliseo empieza suministerio dando evidencia del poder de Dios en su vida(II Reyes 2:14-15). Y as� lo sigui� haciendo por el resto desu vida.

Podemos hacer lo dem�s Ð recibir una direcci�nclara, hacer la obra siguiendo un orden, sujetarnos enobediencia a quienes Dios pone en nuestras vidas Ð perosin el caminar diario con el Esp�ritu Santo, noalcanzaremos las metas que Dios tiene para nosotros. Lodem�s se vuelve mec�nico y sin vida. Lo intuimos, peronos cuesta ponerlo en pr�ctica; preferimos m�todos yf�rmulas. Como una receta de cocina: agregue tres cantosalegres y uno meditativo, una corta pr�dica positiva contres puntos claves, y una oraci�n que contenga muchaspalabras distinguidas para impresionar a las personas;a�ada luces de colores, efectos electr�nicos varios, yprovea las mayores comodidades para el oyente; h�gasetodo con mucha energ�a, dinamismo, fluidez, y listo.

Ninguna de esas cosas es mala en s� misma. Sinembargo, sabemos que esas formas, sin su debidocontenido Ð la unci�n del Esp�ritu Santo Ð son huecas. Laabundancia que buscamos no est� en la imitaci�n o en elactivismo. Jes�s dio fruto porque hac�a y dec�a lo que v�ahacer y decir al Padre. Igualmente, nosotros daremos frutopara Dios escuchando y obedeciendo la voz del Esp�rituSanto.

En los d�as de Eliseo, Dios hab�a escogido a sietemil que no doblar�an sus rodillas ante los dioses paganosde la tierra. No tenemos sus nombres, pero recibimos sulegado de fe y perseverancia. Creo firmemente que hoy end�a Dios sigue reuniendo a su remanente, y que sepresentar� al final una novia pura y sin mancha (Efesios5:27). Æ

Carlos Zelaya ha servido en el ministerio por m�s de 15 a�os.

Reside con su esposa e hijos en San Jos�, Costa Rica.

EEn Juan 20:19-23 tenemos el relato de laprimera aparici�n de Jes�s a sus disc�pulos engrupo despu�s de su resurrecci�n. El

vers�culo 22 dice: Sopl� y les dijo: ÇReciban el Esp�rituSantoÈ. El art�culo definido ÒelÓ aqu� es ofrecido porlos traductores. Tambi�n, la palabra griega ÒneumaÓtraducida Òesp�rituÓ, podr�a ser igualmentetraducida ÒalientoÓ. De manera que las palabras deJes�s se podr�an traducir: ÒReciban alientosagradoÓ. En este sentido, las palabras que �l habl�acompa�aron apropiadamente su acci�n cuandosopl� en ellos o, m�s literalmente, exhal� en ellos.

El tiempo griego del verbo ÒrecibanÓ indicaclaramente dos cosas. Primero, el recibimiento delEsp�ritu Santo por los disc�pulos ocurri� como unacontecimiento hist�rico en ese momento. Ensegundo lugar, fue un acto completo que nonecesit� ser continuado o repetido. No hayposibilidad de interpretar estas palabras de Jes�s enlo referente a alg�n acontecimiento que fuera aocurrir m�s adelante.

En ese momento, estos disc�pulosexperimentaron una transici�n de vital importancia.Pasaron de la Òsalvaci�n del Antiguo TestamentoÓ ala Òsalvaci�n del Nuevo TestamentoÓ. En el consejoeterno de Dios, este acontecimiento, que dividi� endos la historia humana, fue la muerte y laresurrecci�n de Jes�s. Antes, todos los creyentes

verdaderos hab�an recibido lo que podemos llamarla Òsalvaci�n del Antiguo TestamentoÓ. Larecibieron sobre la �nica base en la cual Dios ofrecela salvaci�n a cualquier persona: la fe en la palabrade Dios. Sin embargo, esta fe miraba hacia adelante,a trav�s de tipos y promesas que no fueroncompletamente comprendidas, a un Salvador quedeb�a de venir. Era una fe incompleta, y procurabas�lo una salvaci�n incompleta.

Concerniente a los creyentes que vivieron deacuerdo a la ley de Mois�s, se nos dice en Hebreos7:19: La ley no perfeccion� (complet�) nada. M�sadelante, en Hebreos 11:39-40, se nos informaconcerniente a todos los creyentes del AntiguoTestamento en general: ÒY aunque por medio de la fetodos ellos fueron reconocidos y aprobados, no recibieronlo prometido. Todo esto sucedi� para que ellos no fueranperfeccionados (hechos completos) aparte de nosotros,pues Dios hab�a preparado algo mejor para nosotrosÓ.

Este Òalgo mejorÓ que Dios hab�a preparadopara nosotros es la Òsalvaci�n del NuevoTestamentoÓ. �sta, tambi�n, tiene su base en la fe enla palabra de Dios. Pero la fe ahora miraretrospectivamente hacia un hecho hist�ricorealizado: la muerte y la resurrecci�n de Jesucristo.Esta fe produce una seguridad y una plenitud desalvaci�n que no estaba disponible para loscreyentes del Antiguo Testamento.

La base esencial para recibir esta salvaci�n13

D o s c l a s e s D o s c l a s e s d e d e

s a l v a c i � ns a l v a c i � nPor Derek Prince

del Nuevo Testamento esdeclarada por Pablo en Romanos10:9: ÒSi confiesas con tu boca queJes�s es el Se�or, y crees en tucoraz�n que Dios lo levant� de losmuertos, ser�s salvoÓ. Hay doscondiciones: primero, confesar aJes�s como Se�or y, segundo,creer que Dios lo levant� de losmuertos. Cuando Jes�s seapareci� a sus disc�pulos, eldomingo de resurrecci�n,entonces creyeron, por primeravez, que Dios en verdad lo hab�alevantado de los muertos.Podemos dar por entendido quetambi�n renovaron su confesi�nde �l como Se�or. Estoespec�ficamente no se indica delos diez que estuvieron presentesen ese entonces, pero en Juan 20:

28 se nos dice que cuando Jes�s sele apareci� a Tom�s una semanam�s tarde (que no hab�a estadopresente en su primera aparici�n),Tom�s le dijo: ÁSe�or m�o, y Diosm�o! Sabemos que todos los otroshabr�an hecho la mismaadmisi�n.

En este punto, entonces,estos disc�pulos satisficieron losrequisitos para la salvaci�nperfecta y completa. Confesaron aJes�s como Se�or, y creyeron queDios le hab�a levantado de losmuertos. As� pasaron de lasalvaci�n provista en el AntiguoTestamento a la salvaci�nprovista en el Nuevo Testamento.

En Tito 3: 5, Pablo da unadescripci�n m�s de la salvaci�n

del Nuevo Testamento. �l diceque ÒDios nos salv�É por ellavamiento de la regeneraci�n, y porla renovaci�n del Esp�ritu SantoÓ.Esto destaca otros dos aspectosrelacionados con la experienciatotal de la salvaci�n: laÒregeneraci�nÓ (un nuevonacimiento); y la Òrenovaci�nÓ(una nueva creaci�n). En cadacaso, el agente que produce estosresultados es el Esp�ritu Santo.

La condici�n paraexperimentar el nuevo nacimientoest� en 1» Juan 5: 1: ÒTodo aquelque cree que Jes�s es el Cristo (elMes�as), ha nacido de DiosÓ. Noteque Juan escribi� estas palabrasdespu�s de la muerte yresurrecci�n de Jes�s, y que ladeclaraci�n de la identificaci�n deJes�s como Mes�as est� en eltiempo presente: ÒJes�s es elCristo (el Mes�as)Ó. As� la fe aqu�requerida para el nuevonacimiento incluye fe en laresurrecci�n de Jes�s.

La condici�n para entraren la nueva creaci�n es declaradapor Pablo en 2» Corintios 5: 17:Ò De modo que si alguno est� enCristo, ya es una nueva creaci�nÓ.La condici�n necesaria es Òestaren CristoÓ. En el vers�culoanterior, el 16, Pablo dice: ÒAs�que, de aqu� en adelante, nosotros yano conocemos a nadie desde el puntode vista humano; y aun si a Cristo loconocimos desde el punto de vistahumano, ya no lo conocemos as�Ò. Demanera que la relaci�n de Òestaren CristoÓ no es la comuni�nterrenal con Jes�s que losdisc�pulos hab�an experimentadomientras �l estuvo con ellos en lacarne. Es una relaci�n con �l quese hizo realidad despu�s de quesu conocimiento de �l Òdesde elpunto de vista humanoÓ, hab�aquedado atr�s. Esta relaci�n fue

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posible s�lo cuando se encontraron con Jes�sdespu�s de su resurrecci�n.

Por consiguiente, en base al testimoniocombinado de todas estas escrituras, podemosaseverar que fue en el domingo de resurrecci�n quelos disc�pulos entraron en la salvaci�n del NuevoTestamento. En ese momento nacieron de nuevo(fueron regenerados). En este punto tambi�n fueronrecreados: entraron en la nueva creaci�n.

Esto pone en relieve un paralelo muycercano entre la primera creaci�n, relatada enG�nesis y la nueva creaci�n desarrollada en elNuevo Testamento. Concerniente a la Creaci�n deAd�n, G�nesis 2: 7 dice: ÒEntonces, del polvo de latierra Dios el Se�or form� al hombre, e infundi� en sunariz aliento de vida. As� el hombre se convirti� en un sercon vidaÓ. Esto produjo la primera criatura ad�mica.El domingo de resurrecci�n, fue el aliento exhaladodel Cristo resucitado lo que produjo en losdisc�pulos la Ònueva creaci�nÓ. En ese instantefueron creados nuevamente; entraron en la nuevacreaci�n en Cristo.

La palabra que Juan usa en Juan 20: 22 paradescribir a Jes�s Òsoplando enÓ los disc�pulos, esusada en la literatura griega secular para describir aun flautista soplando en la boquilla de suinstrumento, para producir m�sica en ella.Obviamente el instrumentista pone su bocadirectamente en la boca de la flauta. As�, lasugerencia es que Jes�s no sopl� meramente en elgrupo de sus disc�pulos colectivamente, sino m�sbien que �l sopl� en ellos individualmente, uno poruno, poniendo en cada disc�pulo su boca y sus fosasnasales en contacto directo con las de los disc�pulos.En esta interpretaci�n, el paralelo entre el m�todode la primera creaci�n y el m�todo de la nuevacreaci�n se vuelven sumamente exactos.

Sin embargo, los disc�pulos en quienes Jes�ssopl� su aliento recibieron una nueva clase de vida.No solamente vida creativa. Sino vida deresurrecci�n. Era vida que hab�a pasado por lamuerte y hab�a salido triunfante de la tumba. Sobreesta clase de vida, la muerte no hace m�sdemandas, ni tiene dominio alguno. En Romanos6:9, Pablo dice: ÒSabemos que Cristo resucit� y que novolver� a morir, pues la muerte ya no tiene poder sobre�lÓ. Esta declaraci�n no es cierta s�lo del Cristoresucitado, sino de la vida de resurrecci�n que �l leimparte a cada creyente en el Nuevo Testamento.

El efecto directo de este aliento sagrado,soplado en los disc�pulos, es que nacieron de nuevo(fueron regenerados). En Juan 3:6 Jes�s dice: ÒLo quenace de la carne, carne es; y lo que nace del Esp�ritu,esp�ritu esÓ. Por medio del Esp�ritu Santo, sopladopor Jes�s, los disc�pulos recibieron un nuevonacimiento Ð un nuevo comienzo espiritual; unanueva clase de vida Ð una nueva naturaleza.Nacieron del ÒEsp�rituÓ que recibieron en ellos deJes�s.

La salvaci�n de los creyentes en el AntiguoTestamento no inclu�a el nuevo nacimiento, o lanueva creaci�n. Esto explica las palabras de Jes�scon respecto a Juan Bautista en Mateo 11:11: ÒDecierto les digo que, entre los que nacen de mujer, no hasurgido nadie mayor que Juan el Bautista. Aun as�, elm�s peque�o en el reino de los cielos es mayor que �lÓ.Juan era uno de los m�ximos creyentes del AntiguoTestamento. No obstante, �l era s�lo hijo ÒdemujerÓ. Nunca hab�a nacido de nuevo del Esp�rituSanto. Mediante la experiencia del nuevonacimiento, incluso el m�s peque�o de loscreyentes del Nuevo Testamento es inmediatamenteelevado en una dimensi�n espiritual m�s alta queJuan durante su vida terrenal.

Adem�s, los creyentes del AntiguoTestamento no hab�an recibido la vida deresurrecci�n. Al final de su vida terrenal estabantodav�a sujetos a la muerte. No s�lo la separaci�ndel alma del cuerpo. Quiere decir que despu�s de lamuerte, el alma de ellos descend�a al Hades (sheol).Esto es cierto de creyentes como Abraham o David(vea Lucas 16:22-26 y Hechos 2:25-29). En el Hades,las almas de los justos eran separadas por un granabismo de las almas de los injustos. Es de estoscreyentes justos del Antiguo Testamento que Pedrohabla en 1» Pedro 4:6: ÒPor esto tambi�n a los muertosse les predic� el evangelio, para que sean juzgados en sucuerpo seg�n los criterios humanos, pero vivan en elesp�ritu seg�n DiosÓ. Fue a estos creyentes justos queCristo mismo, descendiendo al Hades despu�s desu muerte, trajo las Òbuenas nuevasÓ, los reclamosde Satan�s hab�an sido ahora finalmente decididosy, como consecuencia, sus esp�ritus pod�an serliberados de ese lugar de confinamiento, ytrasladados al para�so que est� ubicado en Òel tercercieloÓ (ver 2» Corintios 12: 2-4). As� su salvaci�n fuecompletada s�lo despu�s de la muerte.

Sin embargo, concerniente a los que entran15

en la salvaci�n del NuevoTestamento, Jes�s dice en Juan5:24: ÒEl que oye mi palabra, y creeal que me envi�, tiene vida eterna; yno ser� condenado, sino que hapasado de muerte a vidaÓ. Y otra vezen Juan 8: 51: ÒEl que obedece mipalabra, nunca ver� la muerteÓ. Estono quiere decir que tal creyenteno experimente la separaci�n delalma del cuerpo por la muertef�sica. Quiere decir que, despu�sde esta separaci�n, el alma delcreyente no tiene obligaciones conla muerte, sino que tiene derechode acceso directo a la presencia deDios en cielo.

Esto es confirmado por eltestimonio de Esteban y Pablo.Cuando Esteban muri�apedreado por sus perseguidores,�l dijo: ÒVeo los cielos abiertos, y queel Hijo del Hombre est� a la derechade DiosÓ. Despu�s rog� a Diosdiciendo: ÒSe�or Jes�s, recibe miesp�rituÓ (Hechos 7:56-59). �l sab�aque, en su muerte, su esp�rituascender�a directamente a lapresencia del cielo cristiano. ParaPablo, la muerte significaba partiry estar con Cristo (Filipenses 1: 23).

En Hebreos 12:22-23, elescritor dice a los creyentes delNuevo Testamento: ÒUstedes sehan acercado al monte de Si�n, a lacelestial Jerusal�n, ciudad del DiosvivoÉ a la congregaci�n de losprimog�nitos que est�n inscritos enlos cielosÉ a los esp�ritus de losjustos que han sido hechos perfectosÓ.Mediante el nuevo nacimiento,los creyentes, ya han venido a laJerusal�n celestial, aun estandovivos en la tierra. Sus nombreshan sido escritos en cielo. Ya sonmiembros de la congregaci�ncelestial. Contrastados con estoscreyentes est�n los creyentes delAntiguo Testamento: Òel esp�ritude hombres justos hechos

perfectosÓ Ð hombres cuyasalvaci�n fue forjada a trav�s detoda una vida caminada en fe, yfue completada s�lo despu�s deque hubieran pasado la muerte.�stos eran hombres comoAbraham, que Òesperaba llegar auna ciudadÓ que a�n estaba porvenir (Hebreos 11: 10). Durante suvida esperaron con granexpectativa esa ciudad, pero enverdad la alcanzaron s�lodespu�s de la muerte.

A la luz de este contraste,podemos resumir lascaracter�sticas principales quedistinguen la salvaci�n del NuevoTestamento de la salvaci�n delAntiguo Testamento como sigue:

1. El creyente del NuevoTestamento ha experimentado nos�lo un nacimiento natural en lacarne, sino un nacimientosobrenatural en el esp�ritu.

2. En este nuevonacimiento, �l ya Òha pasado demuerte a vidaÓ. Ha recibido vidade resurrecci�n, sobre la cual lamuerte no tiene m�s dominio.

3. �l ya se ha convertidoen un ciudadano de la Jerusal�ncelestial. Su nombre est� inscritoya en la congregaci�n celestial.

El patr�n para recibir estasalvaci�n del Nuevo Testamentoes la experiencia de los disc�pulosen el domingo de resurrecci�n. Eneste punto confesaron a Jes�scomo Se�or y creyeron que Dioslo hab�a levantado de la tumba.Cada uno experiment� unencuentro personal directo con elCristo resucitado. Este encuentrono fue con Cristo Òen la carne Ò,sino por una revelaci�nsobrenatural de Cristo en sunueva naturaleza despu�s de lamuerte. Mediante este encuentro,los disc�pulos recibieron el soplo

del Esp�ritu Santo, y as� fueronregenerados y hechos una nuevacreaci�n.

La experiencia de cadacreyente verdadero que recibeesta salvaci�n del NuevoTestamento deber�a corresponderen cada uno de estos puntos conesos primeros disc�pulos. Æ

Notas

Publicado originalmente en NewWine de diciembre de 1969. Usadocon permiso.

A menos que se indiquede otra manera, todas las citas sonde la Biblia Reina ValeraContempor�nea

Biograf�a

Derek Prince (1915-2003)

Naci� en Bangalore, India,de una familia militar brit�nica.Se gradu� como Licenciado yMaster en Filosof�a de lasUniversidades de Eton yCambridge y posteriormente dela Universidad Hebrea en Israel.

En 1968 se mud� a Ft.Lauderdale, Florida, y en los a�ossetenta trabaj� estrechamente conotros renombrados maestros de laBiblia: Don Basham, Ern Baxter,Bob Mumford y Charles Simpson.

Prince ense�� y ministr�en seis continentes a lo largo dem�s de siete d�cadas. Escribi�m�s de 45 libros, incluyendoÒCambiando la historia a trav�sde la oraci�n y el ayunoÓ y ÒElmanual del creyente lleno delEsp�rituÓ que ha sido traducidoen m�s de 60 idiomas en elmundo.

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