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Año 2. No. 08 26 agosto 2018 Palabra Dominical XXI Domingo del tiempo Ordinario Antífona de entrada Sal 85, 1-3 Inclina tu oído, Señor, y escúchame. Salva a tu siervo, que confía en ti. Ten piedad de mí, Dios mío, pues sin cesar te invoco. Se dice Gloria. Oración Colecta Señor Dios, que unes en un mismo sentir los corazones de tus fieles, impulsa a tu pueblo a amar lo que mandas y a desear lo que prometes, para que, en medio de la inestabilidad del mundo, estén firmemente anclados nuestros corazones donde se halla la verdadera felicidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Serviremos al Señor, porque él es nuestro Dios. Del libro de Josué: 24, 1-2. 15-17. 18 En aquellos días, Josué convocó en Siquem a todas las tribus de Israel y reunió a los ancianos, a los jueces, a los jefes y a los escribas. Cuando todos estuvieron en presencia del Señor, Josué le dijo al pueblo: "Si no les agrada servir al Señor, digan aquí y ahora a quién quieren servir: ¿a los dioses a los que sirvieron sus antepasados al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país ustedes habitan? En cuanto a mi toca, mi familia y yo serviremos al Señor". El pueblo respondió: "Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a otros dioses, porque el Señor es nuestro Dios; él fue quien nos sacó de la esclavitud de Egipto, el que hizo ante nosotros grandes prodigios, nos protegió por todo el camino que recorrimos y en los pueblos por donde pasamos. Así pues, también nosotros serviremos al Señor, porque él es nuestro Dios". Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. Del salmo 33 R. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo. R. Los ojos del Señor cuidan al justo, y a su clamor están atentos sus oídos. Contra el malvado, en cambio, está el Señor, para borrar de la tierra su recuerdo. R. Escucha el Señor al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. R. Muchas tribulaciones pasa el justo, pero de todas ellas Dios lo libra. Por los huesos del justo vela Dios, sin dejar que ninguno se le quiebre. Salva el Señor la vida de sus siervos; no morirán quienes en él esperan. R. Este es un gran misterio, y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia. De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 5, 21-32 Hermanos: Respétense unos a otros, por reverencia a Cristo: que las mujeres respeten a sus maridos, como si se tratara del Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza y salvador de la Iglesia, que es su cuerpo. Por lo tanto, así como la Iglesia es dócil a Cristo, así también las mujeres sean dóciles a sus maridos en todo. Maridos, amen a sus esposas como Cristo amó a su Iglesia y se entregó por ella para santificarla, purificándola con el agua y la palabra, pues él quería presentársela a sí mismo toda resplandeciente, sin mancha ni arruga ni cosa semejante, sino santa e inmaculada. Así los maridos deben amar a sus esposas, como cuerpos suyos que son. El que ama a su esposa se ama a sí mismo, pues nadie jamás ha odiado a su propio cuerpo, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. Éste es un gran misterio, y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Palabra Dominical XXI Domingo del tiempo Ordinario...desear lo que prometes, para que, en medio de la inestabilidad del mundo, estén firmemente anclados nuestros corazones donde se

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Page 1: Palabra Dominical XXI Domingo del tiempo Ordinario...desear lo que prometes, para que, en medio de la inestabilidad del mundo, estén firmemente anclados nuestros corazones donde se

Año 2. No. 08 26 agosto 2018

Palabra Dominical

XXI Domingo del tiempo Ordinario

Antífona de entrada Sal 85, 1-3

Inclina tu oído, Señor, y escúchame. Salva a tu siervo, que confía en ti. Ten piedad de mí, Dios mío, pues sin cesar te

invoco.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Señor Dios, que unes en un mismo sentir los corazones de tus fieles, impulsa a tu pueblo a amar lo que mandas y a

desear lo que prometes, para que, en medio de la inestabilidad del mundo, estén firmemente anclados nuestros

corazones donde se halla la verdadera felicidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la

unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Serviremos al Señor, porque él es nuestro Dios.

Del libro de Josué: 24, 1-2. 15-17. 18

En aquellos días, Josué convocó en Siquem a todas las tribus de Israel y reunió a los ancianos, a los jueces,

a los jefes y a los escribas. Cuando todos estuvieron en presencia del Señor, Josué le dijo al pueblo: "Si

no les agrada servir al Señor, digan aquí y ahora a quién quieren servir: ¿a los dioses a los que sirvieron

sus antepasados al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país ustedes habitan?

En cuanto a mi toca, mi familia y yo serviremos al Señor".

El pueblo respondió: "Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a otros dioses, porque el Señor es nuestro Dios;

él fue quien nos sacó de la esclavitud de Egipto, el que hizo ante nosotros grandes prodigios, nos protegió por todo el

camino que recorrimos y en los pueblos por donde pasamos. Así pues, también nosotros serviremos al Señor, porque

él es nuestro Dios". Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Del salmo 33

R. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.

Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su

pueblo al escucharlo. R.

Los ojos del Señor cuidan al justo, y a su clamor están atentos sus oídos. Contra el malvado, en cambio, está el Señor,

para borrar de la tierra su recuerdo. R.

Escucha el Señor al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las

almas abatidas. R.

Muchas tribulaciones pasa el justo, pero de todas ellas Dios lo libra. Por los huesos del justo vela Dios, sin dejar que

ninguno se le quiebre. Salva el Señor la vida de sus siervos; no morirán quienes en él esperan. R.

Este es un gran misterio, y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.

De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 5, 21-32

Hermanos: Respétense unos a otros, por reverencia a Cristo: que las mujeres respeten a sus maridos,

como si se tratara del Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza y

salvador de la Iglesia, que es su cuerpo. Por lo tanto, así como la Iglesia es dócil a Cristo, así

también las mujeres sean dóciles a sus maridos en todo. Maridos, amen a sus esposas como Cristo

amó a su Iglesia y se entregó por ella para santificarla, purificándola con el agua y la palabra, pues

él quería presentársela a sí mismo toda resplandeciente, sin mancha ni arruga ni cosa semejante, sino santa e

inmaculada. Así los maridos deben amar a sus esposas, como cuerpos suyos que son. El que ama a su esposa se ama a

sí mismo, pues nadie jamás ha odiado a su propio cuerpo, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la

Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su

mujer y serán los dos una sola carne. Éste es un gran misterio, y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia. Palabra de Dios.

R. Te alabamos, Señor.

Page 2: Palabra Dominical XXI Domingo del tiempo Ordinario...desear lo que prometes, para que, en medio de la inestabilidad del mundo, estén firmemente anclados nuestros corazones donde se

Aclamación Antes del Evangelio Jn 6,56

R. Aleluya, aleluya.

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna. R.

Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.

+ Del santo Evangelio según san Juan: 6, 55. 60-69

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida". Al oír sus

palabras, muchos discípulos de Jesús dijeron: "Este modo de hablar es intolerable, ¿quién puede

admitir eso?".

Dándose cuenta Jesús de que sus discípulos murmuraban, les dijo: "¿Esto los escandaliza? ¿Qué

sería si vieran al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da la vida; la

carne para nada aprovecha. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida y a pesar de esto,

algunos de ustedes no creen". (En efecto, Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y

quién lo habría de traicionar). Después añadió: "Por eso les he dicho que nadie puede venir a

mí, si el Padre no se lo concede".

Desde entonces, muchos de sus discípulos se echaron para atrás y ya no querían andar con él. Entonces Jesús les dijo

a los Doce: "¿También ustedes quieren dejarme?". Simón Pedro le respondió: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes

palabras de vida eterna; y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios". Palabra del Señor.

R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo

Creo en un solo Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo

Señor, Jesucristo, Hijo Único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz Dios verdadero

de Dios verdadero engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros,

los hombres, y por ,nuestra salvación bajó del cielo (en las palabras que siguen, hasta se hizo hombre; todos se inclinan) y

por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos

de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la

derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu

Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y

gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo

bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

Plegaria Universal.

Confiadamente, presentemos ahora nuestras oraciones al Padre que nos ama. Después de cada petición diremos Padre escúchanos.

Para que la Iglesia de todo el mundo, edificada sobre la fe de los apóstoles, de testimonio de Jesús, el Hijo de Dios

vivo. Oremos.

Para que en todas las naciones, sus gobernantes luchen sin descanso para que las victimas desaparecidas, sean

encontradas y regresen a sus hogares. Oremos.

Para que los adultos mayores sean tratados con el afecto y la dignidad que les corresponde. Oremos.

Para que en todos los matrimonios las relaciones entre los esposos se basen siempre en el amor y el respeto. Oremos.

Para que esta celebración sea para nosotros fuerza que transforme nuestra vida entera. Oremos.

Escucha, Padre, las oraciones que te hemos presentado con fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre las Ofrendas

Señor, que con un mismo y único sacrificio adquiriste para ti un pueblo de adopción, concede, propicio, a tu Iglesia,

los dones de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de la Comunión Jn 6,54

El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, dice el Señor; y yo lo resucitaré en el último día.

Oración después de la Comunión

Te pedimos, Señor, que la obra salvadora de tu misericordia fructifique plenamente en nosotros, y haz que, con la ayuda

continua de tu gracia, de tal manera tendamos a la perfección, que podamos siempre agradarte en todo. Por Jesucristo,

nuestro Señor.

Reflexión:

«¿También vosotros queréis marcharos?» (Jn 6,67). La palabra de Dios nos convoca este domingo a tomar una decisión trascendental: ¿somos de Cristo o nos desligamos

de Él? Lógicamente, los que hemos acudido a celebrar la Eucaristía es porque nos consideramos discípulos suyos y queremos seguirlo.

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Previamente nos presenta la opción del pueblo de Israel por el Dios que los había sacado de la esclavitud de Egipto y constituido como pueblo; y la decisión de los

discípulos de Jesús, de los cuales unos libremente dejaron de seguirlo mientras que otros reafirmaron voluntariamente su fe en Él y su discipulado. La determinación del pueblo de Israel es provocada por Josué, el caudillo que sucedió a Moisés y condujo al pueblo de Dios a la conquista de la tierra prometida. Terminado el asentamiento de las tribus en el territorio que se les adjudicó, Josué las convoca en Siquem, en el centro del país, para que libremente opten por dar culto al Señor su Dios o a los dioses de sus antepasados o de los habitantes de la tierra de la que han tomado posesión. El pueblo resueltamente se decide por el Señor, al igual que Josué y su familia. Jesús expuso claramente a los judíos, en el discurso del capítulo 6 del evangelio de san Juan, que Él había venido con el encargo del Padre de comunicar la vida eterna a los hombres a condición de que éstos creyeran en Él. Y culminó su discurso proponiéndose a sí mismo como el pan de vida, que da la vida eterna a quienes se alimentan de él, en un anuncio inequívoco de la institución de la Eucaristía. Una y otra propuesta resultaron inaceptables incluso a muchos de los que lo habían seguido. Jesús se hace cargo de la situación, pero no suaviza su discurso, que contiene palabras de vida, sino que, elevando el tono de su discurso, los emplaza al momento en que presencien la gloria del Hijo del hombre, que comparte con el Padre desde su preexistencia eterna: entonces las palabras de Jesús resultarán evidentes. Pero no hay tiempo para una espera tan dilatada, sino que hay que tomar la decisión ya. Para esto, es determinante la

intervención del Padre, pues nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede (Jn 6,65). Así se lo ha otorgado a Pedro, que lo confiesa como el

Santo de Dios y le atribuye palabras de vida eterna, a quien no se lo reveló ni la carne ni la sangre, sino el Padre que está en los cielos (Mt 16,17). Con el apelativo de Santo de Dios, Pedro da a entender que “Jesús no pertenece a la esfera terrestre, sino a la ultra terrena, al mundo de lo divino, y se encuentra con Dios en una relación que ningún otro ser

tiene, porque Dios lo consagró y envió al mundo (Jn 10,36)” (Wikenhauser, Herder, 203). Planteadas las decisiones del pueblo de Israel por Dios, y de los discípulos de Jesús, unos reafirmados en su fe y otros desencantados y en desbandada, la palabra de Dios nos confronta con nuestro propio discipulado: ¿qué representa para nosotros ser cristianos?, ¿cómo afecta a nuestra vida personal, familiar, social, laboral, política?, ¿los que nos conocen pueden decir que se nos distingue de los que no se consideran cristianos?, ¿somos personas agradecidas a Dios por el don de la vida, la nuestra y la de los demás?, ¿apreciamos la dignidad de todos los hombres?, ¿usamos de las cosas con gratitud y respeto, cuidando de nuestra casa común?, ¿confiamos en Dios en todas las circunstancias, incluso las adversas?, ¿nos sentimos queridos por un Dios que es Padre entrañable?, ¿nos consideramos distinguidos por un Dios que se ha hecho hombre como nosotros?, ¿nos alimentamos frecuentemente con el pan de vida para fortalecer nuestra vida de hijos de Dios?, ¿nos sentimos concernidos a vivir en el amor por poseer el Espíritu de un Dios que es Amor?, ¿vivimos con la esperanza de que toda nuestra existencia, hasta en los detalles cotidianos, tiene sentido y será reasumida en el cielo nuevo y la tierra nueva? Y echando mano del pasaje de la carta a los efesios que hoy se nos ha leído, sobre la relación entre los esposos, que el Apóstol refiere a Cristo y a su Iglesia, os pregunto a los esposos: ¿sois conscientes de la gran dignidad de vuestra

condición de casados? Seguramente el apóstol Pablo –que vivió en una sociedad patriarcal–, hoy habría enfocado la relación de los esposos de una manera más igualitaria, para transmitir el

mensaje cristiano imperecedero sobre el matrimonio, que, en el Antiguo Testamento, era considerado como la representación de la relación amorosa de Dios con su pueblo, y, en el Nuevo Testamento, como la expresión del amor de Cristo a su Iglesia, por la que entregó su vida para hacerla partícipe de lo mejor de sí, su condición divina. Así es como debéis amaros mutuamente, entregándoos lo mejor de cada uno, ofreciendo a vuestros hijos un ejemplo de respeto y consideración, de delicadeza y generosidad, de paciencia y madurez. Que así sea. Modesto García, OSA

Avisos parroquiales: En la parroquia la catequesis infantil inicia curso el miércoles 29 de agosto de 5pm a 6.30pm. En la capilla del

Inmaculado Corazón de María Miércoles 5 septiembre inicio de catequesis de 5pm a 6.30pm. Catequesis

sabatina Inician curso el sábado 1 septiembre. En la capilla de la Divina Providencia (Cruz de Fuego)

catequesis sabatina Inician curso el sábado 1 septiembre. En la capilla del Divino Rostro Inician curso el 5

septiembre.

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El Movimiento de Encuentros Conyugales invita a los matrimonios a vivir un fin de semana que cambiará sus

vidas, en el taller de excelencia matrimonial, el próximo 1 y 2 de septiembre. Para mayor información

comunicarse a los teléfonos 442 4743345 y 442 6470965 con Yarim y Miguel coordinadores del encuentro.

La escuela de Pastoral inicia su curso el próximo 2 de septiembre, para formar agentes de evangelización y

católicos con buen conocimiento de su religión. Informes al final en la mesa que se encuentra en la parte

posterior.

La Unión de Minusválidos de Querétaro, Escuela de ciegos y baja visión, les invita al gran evento recreativo

cultural, el sábado 22 septiembre en el auditorio Josefa Ortiz de Domínguez, tendrán la presentación de la

Sonora Santanera, Cadetes de Linares y Magia Blanca, tenemos boletos disponibles en la oficina parroquial.

El jueves 4º de cada mes se tendrá la celebración de la misa por los familiares y amigos de Sacerdotes y vida

consagrada, en la cual se pedirá por su vocación sacerdotal y vida consagrada, a las 8pm. Terminando la misa

hora Santa vocacional dirigida por los jóvenes. Se les invita a todos los jóvenes a participar.

Tu oración es muy importante para el buen desarrollo de la construcción de la capilla del Santísimo, sigamos

orando y ofreciendo nuestra Eucaristía para que se llegue a buen término.

En la oficina parroquial les ofrecemos misales mensuales del mes de septiembre, cirios pascuales, veladoras

a la divina providencia, oración de los 5 minutos del mes de agosto y septiembre, veladoras, vino para

consagrar, Hostias para consagrar, para el servicio del altar, los cuales los puedes ofrecer como una ofrenda

a la Parroquia.

¿Eres titular de una gaveta en el área de criptas de la Parroquia, conoces el reglamento del derecho de uso de

las gavetas que emitió el Sr. Obispo en el año 2006, tienes actualizados tus datos, sabes qué procedimiento debes

seguir si vas a hacer uso de una gaveta? Pasar a la oficina Parroquial con tu recibo de titular, para que recibas

toda esta información.

Cápsula litúrgica Sabías que …

¿Qué elementos principales hay en una iglesia? Algunos gestos litúrgicos La señal de la Cruz

Es como un sello de Cristo, una profesión de fe. También se usa para bendecir personas y cosas. Se alza la mano derecha, con los dedos juntos, desde la frente hasta el pecho, justo encima donde descansa la mano izquierda (En el nombre del Padre y del Hijo); después, la mano derecha va desde el hombro izquierdo al

hombro derecho (y del espíritu Santo) Escribe Joseph Ratzinger en El espíritu de la liturgia: La cruz se ha convertido en signo universal de la presencia de Dios (...). La liturgia cristiana es precisamente por esto, liturgia cósmica, por el hecho de que dobla sus rodillas delante del Señor crucificado y ensalzado. El gesto humilde con el que caemos a los pies del Señor, nos inserta en el verdadero camino de la vida, en armonía con todo el cosmos. Josep Ratzinger, El Espíritu de la liturgia. Tu nombre será una bendición había dicho Dios a Abrahán al principio de la historia de la salvación. En Cristo, hijo de Abrahán, se cumple esta palabra en su plenitud. Él es una bendición, para toda la creación y para todos los hombres. La cruz, que es su señal en el cielo y en la tierra, tenía que convertirse, por ello, en el gesto de bendición propiamente cristiano.

Hacemos la señal de la cruz sobre nosotros mismos y entramos, de este modo, en el poder de bendición de Jesucristo. Hacemos la señal de la cruz sobre las personas a las que deseamos la bendición. Hacemos la señal de la cruz también sobre las cosas que nos acompañan en la vida y que queremos recibir nuevamente de la mano de Dios. Mediante la cruz podemos bendecirnos los unos a los otros. Personalmente, jamás olvidaré con qué devoción y con qué recogimiento interior mi

padre y mi madre nos santiguaban, de pequeños, con el agua bendita. Nos hacían la señal de la cruz en la frente, en la boca, en el pecho, cuando teníamos que partir, sobre todo si se trataba de una ausencia particularmente larga.

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