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Incrustado en un rinconcito del anexo de Nueva Italia, en Chanchamayo, se esconde el Pampa Hermosa Lodge. Un encantador hotel que cuenta con once cataratas y que está envuelto de la más pura selva virgen del departamento de Junín.

PURA SELVA Arriba. El comedor y bar de este hotel ecológico están al aire libre, mientras que el Gallito de las Rocas se deja ver a diario. Las caminatas guiadas garantizan seguridad y adrenalina. Izq. Carmen Pastorelli con su hijo Alex Signori (Gerente de Operaciones) en franca lucha por la preservación del medio ambiente.

Dicen que al final del camino

está lo bueno. El Pampa Her-

mosa Lodge, que cuenta con 12

cabañas y que se inserta en el meollo

de la selva central peruana, sin duda,

no es la excepción.

La urbe de Lima, sus combis y caos

quedan atrás, a siete horas de distan-

cia. Los separa un hermoso trayecto

por la Carretera Central, pasando

por Ticlio, Tarma y San Ramón. Para

el último tramo se necesita una ca-

mioneta 4x4 que desafíe una espec-

tacular trocha de 24 km bordeando el

río Ulcumayo.

Carmen Pastorelli, co-propietaria

del Pampa Hermosa Lodge y aven-

turera por naturaleza, nos acompaña

todo el camino. Con picardía cuenta

que ella fue una de las mujeres pione-

ras en la tabla hawaiana en la década

de los sesenta y que a los 14 años fue

la pareja en tándem de Carlos Dogni.

Eso explica su nivel de osadía para

lanzarse a la construcción de este

mágico lugar. “Este es mi pequeño

paraíso”, asegura al llegar. “Mi socio

(su ex esposo Alejandro Signori) y yo

lo construimos a pulso durante once

años. No nos financió un banco, ni re-

cibimos la ayuda de una ONG. Todo

esto fue hecho a pulso”.

El sonido de la selva es tan intenso

que uno enmudece. Atrás quedaron las

conexiones al celular, Internet y tele-

‘EL ABUELO’ Este cedro de 600 años de antigüedad y 40 metros de alto requiere de 16 personas tomadas de la mano para abrazarlo.

visión. La energía

eléctrica del hotel se

logra gracias a una

pequeña hidroeléc-

trica que han insta-

lado en una de las

once cataratas que

existen dentro de

su propiedad de 53

hectáreas. La expe-

riencia se inicia con

un trago propio de la

casa: el ‘Tranca Her-

mosa’ (aguardiente

de raíces nativas,

destilado al estilo

de los antiguos colo-

nos italianos, limón

y hielo).

BUENA ESTANCIASi el diablo perdió el poncho en este

lugar, lo debe haber estado pasando muy

bien. Los 1,300 msnm hacen que el aire

sea liviano, que el calor no sea tan inten-

so y que los zancudos y mosquitos bri-

llen por su ausencia la mayor parte del

día. Las cabañas, construidas de madera

y piedra, tienen una capacidad de cinco

a ocho personas cada una. El comedor y

reportaje

EncantoEscondido

Texto y fotos: DRUSILA ZILERI

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DESAFÍOS Y AGUA Izq. Bañarse bajo la voracidad de las aguas del ‘Huillca Yacu’ (Catarata Sagrada) y el ‘camarotaje’ en el río Ulcubamba son toda una fiesta. Arriba. La prueba de fuego se produce al descender a rappel la ‘Anden Yacu’, catarata de 40 metros de altura.

MAGIA NATURAL Arriba: Desde el mirador del hotel se observa el danzadero del Gallito de las rocas. Abajo: Original camino a la Catarata Sagrada.

bar están al aire libre y tienen una poza

de agua de río como piscina. A diez mi-

nutos de caminata se encuentra el dan-

zadero del Gallito de las Rocas. Esta rara

especie de ave protegida del Perú se deja

ver todos los días del año sin falta y en

grupos de hasta 60 pájaros a la vez.

LA RUTA AL SANTUARIOUbicado en la ribera del río Ulcu-

mayo, en el anexo de Nueva Italia, en

Chanchamayo, Junín, este Lodge tiene

además el privilegio de estar a los pies

del imponente ‘Santuario Nacional de

Pampa Hermosa’. Bosques vírgenes que

abarcan hasta 11 mil hectáreas y que

fueron declarados área protegida por el

Ministerio del Medio Ambiente en mayo

de 2008. “Este es el pulmón de los hom-

bres”, nos asegura Urbano Aguilar, guía

oriundo de la zona y que trabaja en Pam-

pa Hermosa Lodge desde su fundación.

La visita exige cierto grado de estado

físico y altas dosis de adrenalina. Con

botas de jardinero y un palo de aprendiz

explorador uno trepa 400 metros por un

sendero accidentado. En el camino se

ven variedades de orquídeas silvestres,

ficus de hasta 30 m. de altura y una va-

riedad de más de 280 especies de plan-

tas por hectárea. La estrella del lugar

es, por excelencia, el ‘árbol del Abuelo’.

Un impresionante cedro de más de 600

años de antigüedad, considerado el más

grande de América Latina y que re-

queriría de 16 personas tomadas de la

mano para abrazarlo.

EL RETO DE LAS CATARATAS.Son 11 cataratas comprendidas en

la propiedad, a tres de ellas se puede

llegar a pie sin mayor nerviosismo. La

primera es la ‘Azul Yacu’ (Catarata

Azul), está a 5 minutos del hotel y tie-

ne una caída de 30 metros. Su nombre

lo indica: el azul intenso de sus pie-

dras es todo un espectáculo.

A 20 minutos de allí, luego de zigza-

gueantes trochas y cruces de río de por

medio, uno se sumerge bajo el boquerón

de la ‘Huillca Yacu’ (Catarata Sagrada).

Una inmensa bóveda de piedra a 40

“ El sonido de la selva es tan intenso que uno enmudece. Atrás quedaron las conexiones al celular, Internet y televisión ”

metros de altura por donde se filtra, no

solo la luz del día, sino también el voraz

torrente de agua que cae con furia a una

poza natural. Sumergirse en esas aguas

y extirpar pecados, podría sugerir un

bautizo que le compra siete vidas.

La prueba de fuego, dedicada a los

más osados del grupo, es sin duda la

‘Anden Yacu’. Una catarata escalona-

da de 40 metros de profundidad que lo

reta a una bajada a rappel. Armados

de cascos, botas, guantes y un arnés se

lanzan los más valientes desafiando la

fuerza del agua y sus propios temores.

Vale arrepentirse a último minuto,

aunque no es bien visto.

Mujer que no se sienta Jane, la

esposa de Tarzán, al final de la expe-

riencia Pampa Hermosa, es porque no

tuvo infancia. Nunca es tarde. ■

lima

Pampa Hermosa

LODGE

LA RUTA AL SANTUARIO Las trochas en el ‘Santuario de Pampa Hermosa’ son empinadas, bellas. Existen más de 250 variedades de plantas por hectárea.

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