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Panorama - bvsde.paho.org · índice PRESENTACióN PROGRESOS EN EL COmbATE AL hAmbRE Consideraciones preliminares El hambre en América Latina y el Caribe La desnutrición infantil

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Panorama del hambre en América

Latina y el Caribe

FAO, 2008

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Las denominaciones empleadas y la forma en

que aparece presentada la información que

contiene esta publicación no implica, de parte de

la Organización de las Naciones Unidas para la

Agricultura y la Alimentación, juicio alguno sobre

la condición jurídica de países, territorios, ciudades

o zonas, o de sus autoridades, ni con respecto a la

delimitación de sus fronteras o límites.

Las opiniones expresadas no representan

necesariamente las de la Organización de

las Naciones Unidas para la Agricultura y la

Alimentación. Todos los derechos reservados. Se

prohíbe la reproducción del material para reventa

u otros fines comerciales sin previa autorización

escrita de los titulares de los derechos de autor.

índice

PRESENTACióN

PROGRESOS EN EL COmbATE AL hAmbREConsideraciones preliminares

El hambre en América Latina y el Caribe

La desnutrición infantil

Los grupos vulnerables: indígenas y afro-descendientes

El costo económico del hambre

ACCiONES NACiONALES EN LA LUChA CONTRA EL hAmbREEl sector público y la institucionalidad

El Derecho a la Alimentación

Los programas para la seguridad alimentaria en ALC

El rol de la sociedad civil

ALzAS DE LOS PRECiOS DE LOS ALimENTOSFactores detrás del alza y volatilidad de los precios de los alimentos

Factores por el lado de la demanda

Factores por el lado de la oferta

La especulación

Riesgo de inseguridad alimentaria en los países de ALC

Respuestas nacionales e internacional

REFLExiONES FiNALES

REFERENCiAS bibLiOGRáFiCAS

SiGLAS mENCiONADAS

ANExO ESTADÍSTiCO

7

1111

16

22

26

27

2931

32

33

38

4143

43

45

45

46

49

53

55

61

63

presentación

El año 2015 marcará un momento histórico en el que se evaluarán los progresos hacia el cumplimiento de

los objetivos establecidos en la Cumbre mundial de la Alimentación en 1996 y la Cumbre del milenio del

año 2000: reducir a la mitad el número y proporción, respectivamente, de personas que padecen hambre

alrededor del mundo.

Sin ignorar los avances en la reducción del hambre que algunas regiones del mundo han alcanzado, los

compromisos establecidos por la comunidad internacional continúan siendo vigentes al constatar que han

emergido nuevos retos en el entorno internacional y que existen alrededor de 963 millones de personas

que padecen hambre en 2008, según indica la estimación de diciembre del mismo año. De este total, 115

millones se encuentran en situación de subnutrición, principalmente por el efecto del alza de los precios de

los alimentos que se experimentó con mayor fuerza entre el año de 2006 y los primeros meses de 2008.

Con respecto a los países de América Latina y el Caribe (ALC), el tránsito por un entorno económico

ampliamente favorable durante los últimos cinco años le ha permitido a lo países mejorar y expandir sus

intervenciones de política pública, especialmente aquellas dirigidas a garantizar la seguridad alimentaria.

Reforzando dicho entorno favorable, se encuentra el rol activo de algunos países para impulsar el combate

al hambre como una prioridad política a nivel regional. Ejemplo de ello es la iniciativa América Latina y

Caribe Sin hambre (ALCSh)1, perteneciente a los países y respaldada por la FAO a través de un proyecto

que cuenta con el apoyo financiero de España.

Con el fin de fortalecer las capacidades de los países para emprender políticas públicas y programas para

erradicar el hambre, la FAO en su contribución a la iniciativa ha apoyado los Programas de Erradicación de

la Desnutrición y contra el hambre en diversos países como bolivia, Perú, Paraguay, Nicaragua, Guatemala

y haití. Respecto al monitoreo del estado de la Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN), se ha dado inicio

al Observatorio Regional de SAN mediante el cual se ha llevado a cabo análisis y seguimiento de la situación

de hambre y desnutrición en los países de la región, además de promover la Red de investigación sobre

Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina y el Caribe (REDSAN) y el apoyo a Observatorios

Nacionales de SAN.

� La iniciativa ALCSh fue lanzada en Septiembre de 2005 por el presidente Luiz inácio Lula da Silva de brasil y el entonces presidente de Guatemala, Oscar berger, para sensibilizar a tomadores de decisiones, formar a gestores de gobierno e informar a la población en general sobre el problema del hambre, con el objetivo de eliminarla de la Región. La iniciativa ha recibido el respaldo político de todos los presidentes de la Región, tanto de manera individual como en declaraciones y políticas de alcance regional. más información en: http://www.rlc.fao.org/iniciativa

De este modo, las líneas de trabajo en apoyo a la

iniciativa ALCSh se complementan con el Programa

Especial para la Seguridad Alimentaria (PESA), como

parte de la contribución de la FAO al objetivo de

que ALC sea la primera región en desarrollo libre de

hambre.

El presente documento ofrece un panorama de la

situación del hambre y la pobreza en ALC, una de

las principales regiones productoras de alimentos,

abundante en recursos humanos, naturales y

financieros, pero al mismo tiempo marcada por una

gran desigualdad en la distribución de los mismos.

Adicionalmente, busca entregar una visión resumida

de las acciones que gobiernos y sociedad civil han

emprendido, así como de los retos que se avecinan

para el cumplimiento de uno de los derechos más

básicos: vivir sin hambre.

Nuevas estimacioNes sobre Hambre y el

impacto del alza eN los precios de los alimeNtos

En septiembre del presente año el Comité de Seguridad Alimentaria mundial (CSA) dio a conocer su evaluación de la seguridad alimentaria y situación de la nutrición a escala mundial, que se basa en el «Estado de la inseguridad Alimentaria en el mundo» (SOFi 2008). Este documento presenta las nuevas estimaciones sobre el hambre a partir del ajuste al cálculo de las necesidades mínimas de energía alimentaria per-cápita (NmE), producto de una revisión de las cifras de población mundial y las necesidades de energía en la nutrición humana.

El cambio de estos dos parámetros claves en el cálculo de la NmE, modificó los puntos de corte o umbrales a partir de los cuales la FAO estima el número y porcentaje de población que padece hambre. En consecuencia, las cifras vigentes de subnutrición experimentaron dos cambios fundamentales: 1) las estimaciones sobre los avances y retrocesos registrados hacia el progreso de las metas de la CmA y ODm, se modificaron para todo el periodo (incluido el periodo base 1990-1992); y 2) se amplió a los años 2003-2005 el periodo final de estimación.

Estas nuevas estimaciones reportan que la población mundial que padece hambre pasó de 842 millones a 848 millones entre 1990-1992 y 2003-2005. Sin embargo, a raíz del alza de los precios de los alimentos, la situación de la inseguridad alimentaria se agravó: cifras provisionales de la FAO difundidas por el CSA muestran que el número de personas subnutridas en los países en desarrollo se habrían incrementado en 75 millones entre 2005 y 2007, totalizando así 923 millones de personas a nivel mundial. Ahora bien, durante 2008 se calcula que se han sumado 40 millones más de personas a la población que padece hambre, según estimaciones presentadas en diciembre.

De acuerdo a la información desagregada por regiones disponible, el efecto del alza de los precios de los alimentos habría significado 6 millones de personas más subnutridas al cierre del 2007 en América Latina y el Caribe.

Efecto del Aumento de los precios de los alimentos por región 2003-05 a 2007

millones de personas subnutridas

Fuente: FAO

El análisis contenido en este reporte, particularmente en la sección «Progresos en el combate al hambre», se basa en las nuevas cifras sobre subnutrición cuya estimación corresponde 2003-2005, periodo más reciente para lo cual existen cifras sobre subnutrición desagregadas a nivel país.

progresos en el combate al hambre

coNsideracioNes prelimiNares

La palabra hambre se usa comúnmente para describir la sensación de malestar que sigue después de un

período de tiempo sin comer. Sin embargo, desde la perspectiva de políticas públicas, es necesario utilizar

una definición objetiva. Por tal motivo, se recurre a conceptos relacionados como son la pobreza extrema,

la subnutrición, la desnutrición, la inseguridad alimentaria y nutricional y la vulnerabilidad. Tomando como

referencia lo establecido por el Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre hambre, el hambre se define

como una situación de inseguridad alimentaria y de inseguridad nutricional, caracterizada por la falta de

ingesta de alimentos básicos que proveen la energía y los nutrientes para una vida productiva y activa de

las personas (Sánchez et al., 2005).

En tanto, la Cumbre mundial de la Alimentación de 1996 adoptó como definición de Seguridad Alimentaria

aquella “situación que existe cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico

a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades nutricionales y sus preferencias

alimentarias a fin de llevar una vida activa y sana”. Desarrollos recientes, especialmente en América Latina,

llevan esta definición un paso más allá y establecen que la seguridad alimentaria es “la realización del derecho

de toda persona a tener acceso físico, económico y social, oportuna y permanentemente, a una alimentación

adecuada en cantidad y calidad, con pertinencia cultural, así como a su adecuado aprovechamiento biológico,

para mantener una vida saludable y activa”2. El objetivo de una política de alimentación nacional en el

marco de los derechos humanos consiste, entonces, en garantizar el derecho de alimentación adecuada en

cantidad y calidad a todos los ciudadanos de un país.

Otro de los conceptos estrechamente relacionado con el hambre y ampliamente utilizado es el de pobreza

extrema o indigencia. A grandes rasgos, es posible entender la indigencia como una medida monetaria

� Las Leyes de seguridad alimentaria de Guatemala (Decreto 32-05), Ecuador (Decreto marzo-06) y brasil (Ley 11346, Septiembre 06) así lo establecen, mientras que la Ley de Argentina (Resolución ministerial 29 Dic 03) incorpora adicionalmente una referencia al derecho a la alimentación.

11

12

del hambre, al definirse como el ingreso per cápita

por debajo del umbral necesario para comprar una

canasta básica de alimentos que satisface todos los

requerimientos diarios mínimos de energía.

medir el hambre requiere de indicadores objetivos

del estado alimenticio en una sociedad, no sólo por

la posibilidad de monitorear cambios en el estado

del hambre a lo largo del tiempo o ante eventuales

shocks, sino porque ofrece la oportunidad de medir

los potenciales impactos de las intervenciones

públicas dirigidas a combatir este problema3.

Los indicadores de brecha (pobreza e ingresos)

planteados por la CEPAL han tenido una

predominancia clara en la toma de decisiones de

políticas públicas para combatir la pobreza. Existe,

además, una gama de indicadores adicionales cuyo

objetivo es entregar una visión multidimensional de

la inseguridad alimentaria y del estado de precariedad

en las condiciones de vida de la población. Al

respecto, existen indicadores que miden dimensiones

específicas del hambre (disponibilidad, acceso, uso)

y niveles de agregación diferentes (nacional, hogar

o individuo), por lo que no existe un único indicador

que recoja todas las dimensiones del hambre.

� El Programa interinstitucional para fomentar los Sistemas de información y Cartografía sobre la inseguridad Alimentaria y la Vulnerabilidad (SiCiAV o FiVimS, por sus siglas en inglés) ha desarrollado un marco conceptual y metodológico para la selección de indicadores de inseguridad alimentaria (www.fivims.net). Asímismo, una revisión completa y actualizada sobre la medición y evaluación de la privación de alimentos y desnutrición se encuentra en las memorias del Simposio Científico internacional, realizado en Roma, del 26 al 28 de junio de 2002 (FAO, 2003).

pobreza y seguridad alimeNtaria: ¿EnfoquEs sustitutos o complEmEntarios?

En América Latina y el Caribe el combate a la pobreza es uno de los principales

objetivos del desarrollo.Para entender los vínculos entre pobreza y seguridad

alimentaria, se debe partir de la idea de bienestar, un concepto que hace

referencia al nivel o calidad de vida de las personas, hogares o grupos

sociales.

Derivado de desarrollos teóricos, el enfoque de la economía del bienestar

se asocia los conceptos de eficiencia y desigualdad del ingreso o gasto.

Alternativamente existen otros enfoques del análisis del bienestar: el de

capacidades de Sen, el de justicia social de Rawls y el de DD.hh. (particularmente

el apoyado por la ONU que incorpora los Derechos Económicos, Sociales y

Culturales).

En la práctica, domina la visión unidimensional y monetaria -medida por

ingreso o gasto- conocida como el enfoque de la línea de la pobreza.

La seguridad alimentaria con su enfoque multidimensional (con cuatro

dimensiones: disponibilidad, acceso, estabilidad y uso) es válida en diferentes

niveles (mundial, nacional, subnacional, hogar e individual) y se sustenta

en una de las principales necesidades básicas de los seres humanos: la

alimentación. La seguridad alimentaria se sitúa en un intervalo entre un nivel

mínimo (inseguridad alimentaria o hambre) y un nivel máximo (obesidad) de

consumo suficiente de alimentos para llevar una vida activa y saludable. Este

concepto, además, incorpora explícitamente la idea de vulnerabilidad y riesgo.

En América Latina y el Caribe se hace explícita la dimensión de uso y por tanto

el concepto se extiende a seguridad alimentaria y nutricional.

El punto en común entre la seguridad alimentaria y la pobreza monetaria en el

hogar lo constituye una línea de pobreza absoluta-nutricional. Concretamente,

la coincidencia se da en el uso del mismo umbral físico de requerimiento

energético para calcular el indicador de pobreza extrema o indigencia y el

indicador de subnutrición o insuficiencia calórico-alimentaria. El Gráfico A

relaciona la ingesta de calorías, el gasto en alimentos y los ingresos monetarios,

donde se identifican tres líneas de pobreza absoluta-nutricional. La línea z1 se

refiere al umbral físico de requerimiento mínimo energético (ej. 2000 kcal)

usado para identificar a las personas en estado de subnutrición; las líneas z2 y

z3 son la expresión monetaria de este umbral físico utilizado para identificar

a las personas en pobreza extrema. z2 se refiere al gasto promedio observado

de la ingesta de energía y z3 al costo mínimo de una canasta de referencia que

satisface estos requerimientos energéticos. En general, la línea de pobreza

extrema más utilizada es z3.

En síntesis, los enfoques de pobreza y seguridad alimentaria no son excluyentes sino complementarios,

ya que mientras el primero se centra en un mínimo de bienestar alimentario y no alimentario, el segundo

se centra en el bienestar alimentario considerando ambos extremos (mínimo y máximo).

gráfico a. Líneas de pobreza absolutas-nutricionales

Fuente: Adaptado de De Janvry y Sadoulet, 2006

alguNas reFereNcias de iNterés:

Expert Group on Poverty Statistics- Rio Group. 2006. Compendium of best Practices in Poverty measurement. Chile, may 2006.Grusky, D. y Kanbur, R. (eds). 2006. Poverty and inequality: The conceptual foundations of poverty and inequality measurement. Stanford University Press. Ortega, J., Rivera, R. Pérez, R. y Valle. P. 2008. Pobreza y Seguridad Alimentaria en América Latina y el Caribe: ¿Enfoques excluyentes? Documento de Trabajo (en proceso). Observatorio Regional de Seguridad Alimentaria y Nutrición. FAORLC. Ravallion, m. 1998. Poverty lines in theory and practice. Living Standards measurement Survey (LSmS). Working Paper No. 133. World bank. Washington D.C.

16

el Hambre eN américa latiNa y el caribe

De acuerdo a las últimas estimaciones desagregadas por país de la FAO, correspondiente al periodo 2003-

2005, en el mundo existen alrededor de 850 millones de personas padecen hambre, de las cuales la gran

mayoría se encuentra en los países en desarrollo (ver Tabla 1). Dentro de este grupo de países, áfrica

Subsahariana es la región con mayor prevalencia de subnutrición, donde una de cada tres personas está

privada de acceso a una alimentación suficiente (FAO, 2006).

Por su parte, si bien ALC ha logrado avances importantes desde el periodo 1990-1992, aún queda un

largo camino por recorrer hacia el cumplimiento de las metas del milenio, y especialmente hacia la meta

establecida en la Cumbre mundial de la Alimentación. En ese sentido, el problema del hambre persiste

afectando en el 2003-2005 a aproximadamente 45 millones de personas, pese a que se trata de una región

que produce alrededor de 30% más alimentos que los necesarios para satisfacer las necesidades energéticas

mínimas de todos sus habitantes4.

tabla �. Población e incidencia de la Subnutrición en el mundo y América Latina y el Caribe

regióN / país

�990-�99� �00�-�005 diferencias �990-�005

millones de personas

% respecto población

total

millones de personas

% respecto población

total

millones de

personaspuntos %

mundo 84�.9 �6 848 �� 6.� -�

países en desarrollo 8��.8 �0 8��.� �6 9.4 -4

américa latina y el caribe 56.� �� 45.� 8 -7.4 -4

méxico y Centroamérica 9.3 8 8.8 6 -0.5 -2

El Caribe 7.5 26 7.6 23 0.1 -3

América del Sur 35.8 12 28.8 8 -7 -4

Fuente: FAO, 2008

En las últimas dos décadas, los esfuerzos por erradicar el hambre en ALC han significado la reducción de 7

millones de personas en condiciones de subnutrición. Este hecho explica que entre 1990 y 2005 la incidencia

total de la subnutrición haya pasado del 12% al 8%, y aproxime así a la Región hacia el cumplimiento del

primer Objetivo del milenio (6% de subnutrición como meta para el 20155). En contraste, el compromiso de

reducir a la mitad el número de personas hambrientas permanece lejano: mientras los progresos observados

hasta el año 2005 reflejan que la Región estaba a sólo un tercio de cumplir la meta del primer ODm, los

avances hacia la meta de la CmA representaban apenas 30% del progreso necesario (ver Gráfico 1).

4 Para una mirada a detalle sobre los indicadores más recientes de hambre, malnutrición y pobreza extrema en los países de América Latina y El Caribe, ver Tabla 1A del Anexo Estadístico.5 Es importante aclarar que el Primer Objetivo de Desarrollo del milenio corresponde a dos metas: la erradicación de la pobreza extrema y el hambre. El presente documento se referirá al ODm 1 (meta 2) para dirigirse específicamente al tema del hambre. Para más información sobre los ODm visite: http://www.mdgmonitor.org

1�

Los progresos globales en el indicador de la subnutrición esconden enormes diferencias nacionales, fiel

reflejo de las desigualdades sociales y económicas entre e intra países. En esa línea, desde 1990 países como

Guyana, Jamaica, Nicaragua, Perú, brasil y Ecuador han tenido notables progresos en reducir el número de

población subnutrida, mientras que países como El Salvador, Venezuela y Guatemala retrocedieron en ese

aspecto.

gráfico �. Avances hacia el cumplimiento de las metas de la CmA y el ODm 1, 1990 - 2005

Nota 1: 100% o más representa el cumplimiento de cualquiera de las metasNota 2: No se presentan los casos de Costa Rica, méxico, Cuba, Argentina, Chile y Uruguay por no existir la estimación puntual sobre el número de personas subnutridas, sin embargo, se estima que la incidencia de la subnutrición en estos países es menor al 5%Fuente: Elaboración propia con base a estimaciones de FAO

Los casos de Paraguay, República Dominicana, Trinidad y Tobago, haití, bolivia y Panamá reflejan claramente

el reto que significa avanzar simultáneamente en ambas metas, ya que a pesar de los progresos observados

en reducir el porcentaje de subnutridos, el número absoluto de personas en condición de subnutrición se ha

estancado o incluso incrementado (observado en el nulo movimiento o retroceso en la meta CmA).

1�

paNorama de Haití eN breve

Con una población de 9.5 millones de habitantes al 2006, haití es el país más pobre de América Latina y el

Caribe. Se estima que 75% de la población vive con menos de 2 dólares por día y el 55% con menos de un

dólar por día.

La economía de haití no sólo no ha crecido para mejorar las condiciones de vida de la población, sino que

ha disminuido de modo continuo desde los años 70 del siglo pasado. Así, el Pib per-cápita en 2005 era del

orden del 65% del que correspondía a 1986 (Gráfico b).

La población ocupada es de alrededor del 45% de la población activa y el 96% de los ocupados lo están en

la agricultura y los sectores denominados informales.

La producción de alimentos de la isla supone el 45% de las necesidades alimentarias de la población,

cubriéndose el resto con las importaciones y la ayuda alimentaria. Se estima que poco más de la mitad de

la población está subnutrida y que el 23.8% de los menores de 5 años presentaban desnutrición crónica en

2006.

Gráfico B. Evolución del Pib Total y Pib Agrícola

Fuente: CNSA, 2008

1�

A grandes rasgos, la vulnerabilidad de la población

ha crecido principalmente por:

» Deterioro del grado de autoabastecimiento y

aumento de la dependencia exterior en un contexto

de disminución del Pib per cápita, lo que se ha

agravado en los últimos años en que los precios de

los alimentos (importados) han aumentado. El peso

de los alimentos respecto a las importaciones totales

pasó del 18.3% en 1981 al 26.8% en 2004.

» Situación en una zona vulnerable (huracanes y

tormentas) con un creciente deterioro ambiental

(deforestación en el 98% territorio) y una población

creciente que se asienta cada vez más en zonas de

riesgo.

En Abril de 2008, en un marco de turbulencia

política asociada al alza de precios de los alimentos

y otros factores, el gobierno perdió la confianza

del parlamento, lo que abrió paso a un prolongado

periodo de interinazgo para nombrar un nuevo Primer

ministro. En los 20 años precedentes ha habido 15

gobiernos.

Previo al recrudecimiento de la situación, el

Programa mundial de Alimentos atendía a unas 800

mil personas. Actualmente se estima que en total se

debe atender a 2.3 millones de personas -nivel que se

espera alcanzar a final de año 2008-, distribuidas de

la siguiente forma: 700 mil en las zonas rurales más

pobres, 800 mil en las zonas urbanas y otras 800 mil

en las zonas rurales menos desfavorecidas.

20

Visto como unidad, América Central es una subregión en la que se registran leves avances y mucha

heterogeneidad en el combate a la subnutrición. Entre 1990 y 2005 se estima que el número de personas

subnutridas se redujo apenas en 100 mil personas (ver Tabla 2). Destaca el caso de Nicaragua en la

reducción del total de subnutridos y de la prevalencia de la subnutrición. Sin embargo, aún así un quinto

de su población se mantiene subnutrida (equivalente a 1.2 millones de personas). Finalmente, dentro de

este grupo de países se sabe que la mayor incidencia del hambre y desnutrición se encuentra en las áreas

rurales, especialmente en las zonas montañosas y marginales, afectando principalmente a los segmentos

más vulnerables (niños, mujeres y ancianos) de los grupos indígenas y afro-descendientes (León et al.,

2004; martínez, 2005).

tabla �. Población e incidencia de la Subnutrición en los países de América Central

regióN / país

�990-�99� �00�-�005 diferencias �990-�005

millones de personas

% respecto población

total

millones de personas

% respecto población

total

millones de personas

Puntos %

El Salvador 0.5 9 0.6 10 0.1 1

Guatemala 1.3 14 2 16 0.7 2

honduras 1 19 0.8 12 -0.2 -7

Nicaragua 2.2 52 1.2 22 -1 -30

Panamá 0.4 18 0.5 17 0.1 -1

américa central 5.5 �9 5.4 �4 -0.1 -5

Nota: Excluye Costa Rica por no existir estimación puntual sobre el número de personas subnutridas.Fuente: FAO, 2008

Respecto al combate a la pobreza, si bien en ALC se ha reducido de forma importante el porcentaje de la

población en condiciones de pobreza e indigencia entre 1980 y 2008, las cifras absolutas aún evidencian

una situación preocupante: el número de personas indigentes y pobres al 2008 está por encima de los

niveles observados en el año 1980, y ligeramente por debajo de las cifras del año 1990. mientras en 1980

se estimaba que alrededor de 136 millones de personas en ALC era pobre, la cifra para 2008 se situaba en

aproximadamente 182 millones de personas, equivalente al 33% de la población de la Región (ver Gráfico

26). Es importante notar que a pesar de que se estima una disminución en la cifra global de pobreza en el

último año, la población en condiciones de pobreza extrema se pronostica haya aumentado en 2 millones de

personas durante el mismo periodo.

6 Vale la pena analizar con cautela el caso de Venezuela que si bien presenta fuertes retrocesos en el combate al hambre entre el periodo 1990-90 y 2003-05, tal como muestra el Gráfico 1, cifras de la CEPAL indican que se trata de uno de los países que ha logrado reducir de forma importante la extrema pobreza en años recientes al pasar de 19% a 9.9% de su población entre 2004 y 2006.

21

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ALC

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21

22

» La desnutrición infantil

La falta de acceso a los alimentos encuentra su manifestación más grave en la desnutrición infantil, ya sea

en cualquiera de sus dos modos: global o crónica. La situación de la desnutrición crónica es particularmente

grave en los países de la Región, debido a la alta incidencia e irreversibilidad de sus efectos negativos sobre

el desarrollo de los individuos y de la sociedad.

En promedio, en ALC la prevalencia de la desnutrición crónica (o baja talla para la edad) duplica la

desnutrición global (o bajo peso para la edad) con 15.6% y 7.3% respectivamente, lo que equivale a más

de 9 millones de niños y niñas con retraso en el crecimiento (ver Gráfico 3). De los países de la Región,

Guatemala muestra progreso pero mantiene la peor situación, mientras que méxico y brasil, por su elevada

población, concentran el 43% del total de casos de baja talla para la edad a pesar de que la prevalencia no

es tan elevada. Esta proporción aumenta a 74% cuando se suman Guatemala, Perú, Colombia y Argentina

(Gráfico 4)7. También existen casos como Nicaragua, haití, Guatemala, honduras, bolivia, Ecuador y Perú

donde los niveles de desnutrición crónica permanecen muy altos.

� Las cifras presentadas corresponden a aquellas disponibles bajo las antiguas normas del National Center for Health Statistics (NChS) difundidas por la OmS. Cifras de malnutrición infatil -incluyendo desnutrición crónica- bajo el nuevo Patrón Internacional de Crecimiento Infantil (PiCi) de la OmS se presentan en la Tabla 2A del Anexo Estadístico. Para mayor información sobre el PiCi visite: http://www.who.int/childgrowth/en

Gráfico 3. incidencia de la desnutrición crónica infantil (%)

23

Fuente: CEPAL, basado en: banco mundial, Departamento de Análisis Económico y Social de la ONU (DESA), macro-Demographic and health Survey (DhS), UNiCEF - multiple indicators Cluster Surveys, UN Standing Committee on Nutrition e informes nacionales

Gráfico 4. Desnutrición crónica infantil (miles de personas)

mapas para la lucHa coNtra el Hambre

Conocer la ubicación y severidad con que se presenta el problema del hambre en un área geográfica es

central para la toma de decisiones. Al respecto, los Mapas del Hambre permiten de forma rápida y sencilla

conocer el estado de la seguridad alimentaria y nutricional en un área determinada, comparar entre áreas

distintas, establecer patrones y determinantes y, finalmente, focalizar las intervenciones en los sectores

donde la ayuda es más urgente.

bolivia: mapeo del Hambre y la pobreza

desnutrición crónica incidencia de la pobreza extrema

Fuente mapas: Observatorio del hambre, FAORLCFuente datos: UDAPE, bolivia. Para mayor detalle sobre los indicadores y datos visitar: www.udape.gov.boNota: La información sobre la construcción de los mapas se encuentra disponible en www.observatoriodelhammbre.net/mapasbolivia

A la izquierda se muestra la distribución

subnacional de la pobreza, la desnutrición y

la mortalidad infantil para el caso de bolivia.

Fácilmente puede observarse que en los

municipios de Cochabamba y Potosí (al centro

de los mapas) se concentran los mayores

niveles de incidencia en los tres indicadores, y

en consecuencia, es donde idealmente debieran

intensificarse las estrategias de desarrollo

social.

Es importante destacar el carácter clave de contar

con información confiable y actualizada durante

este proceso de mapeo y toma de decisiones.

alguNos liNks de iNterés:

mapa del Hambre de la Faohttp://www.fao.org/es/ess/faostat/foodsecurity/Fsmap/map�4_es.htm

gieWs WorkstationSistema de información Global de Alerta Temprana para la Agricultura y la Alimentaciónwww.fao.org/giews/workstation

FivimsSistemas de información y mapeo de la inseguridadAlimentaria y la Vulnerabilidad www.fivims.org

mapeo de la pobreza y de la inseguridad alimentariawww.povertmap.net

ipcFases de Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentariawww.ipcinfo.org

mapa del Hambre Programa mundial de Alimentoswww.wfp.org

mapeo de la pobreza del banco mundialhttp://go.worldbank.org/9CYUFEUQ30

tasa de mortalidad infantil

26

» Los grupos vulnerables: indígenas y afro-descendientes

Según diversos estudios, las poblaciones indígenas sufren pobreza no sólo por la falta de propiedad y

disponibilidad de la tierra, sino también por la fragmentación de las economías comunitarias, la estructura

de la nueva economía e inserción laboral, así como los prejuicios étnico-raciales de los que son víctimas

(Pasacharopoulos y Patrinos, 1994; Plant, 1998; CEPAL, 2006a). A esto se suma que los indígenas y afro-

descendientes habitan actualmente en tierras de poca calidad productiva en lugares de difícil acceso y con

fuertes carencias de acceso a infraestructura y servicios básicos de salud, educación y seguridad social.

Datos del banco mundial indican que 10% de la población de América Latina y el Caribe se identifica como

indígena en la actualidad. Sin embargo, estas cifras varían dentro y entre los países: en bolivia y Guatemala

la población que se identifica como indígena supera el 50%, alcanzado el 71% y 66% respectivamente,

mientras que en países como Perú y Ecuador la población originaria conforma una parte importante de su

sociedad con 47% y 38% respectivamente (Ferranti et al., 2003).

Respecto a la población afro-descendiente localizada en América Latina, entre un 17 y 30% de la población de

la Región se identifica como afro-descendente, siendo brasil el país que mantiene la mayor concentración:

45% de brasileños se identifican a sí mismos como población afro-descendente, equivalentes a alrededor

de 80 millones de personas. En el mismo sentido, en Colombia, Nicaragua y Venezuela esta población

alcanza el 25%, 13% y 10%, respectivamente, de la población total.

En el Caribe, la mayoría de la población se identifica a sí misma como Africanos-Creoles, equivalente al

80% de la población de haití, barbados, Granada, Guadalupe, Jamaica, San Vicente y las Granadinas y

Santa Lucía, que asegura ser sólo descendiente de africanos (ibíd.).

De acuerdo a la CEPAL (2005), los mayores problemas de pobreza, desnutrición y hambre se encuentran

entre los menores de 5 años y mujeres pertenecientes a minorías étnicas y hogares pobres que habitan en

zonas rurales. Así, por ejemplo, las probabilidades de presentar desnutrición crónica son mayores: entre

1.8 y 2.9 veces más para niños de zonas rurales, y entre 1.6 y 2.4 veces cuando se comparan niños y niñas

indígenas con no indígenas. más aún, en países andinos como bolivia y Perú el problema de la desnutrición

crónica entre la población indígena se agrava cuando adicionalmente es considerada pobre. Al respecto, la

prevalencia de desnutrición crónica en hogares indígenas pobres alcanza el 44% y 50% de la población en

bolivia y Perú, respectivamente (ver Tabla 3).

tabla �. Desnutrición Crónica según la Lengua hablada en el hogar y condición de Pobreza en bolivia y Perú, 1999 (Porcentajes)

paísiNdígeNa No iNdígeNa

pobre No pobre pobre No pobre

bolivia 44.8 21.6 30.3 13.0

Perú 49.1 37.4 38.7 11.3

Fuente: CEPAL, 2005

2�

» El costo económico del hambre

La desnutrición y sus efectos en salud y educación se traducen también en importantes costos económicos

para el conjunto de la sociedad. Estos costos pueden ser clasificados en tres tipos: a) costos directos por

tratar los daños que causa; b) costos indirectos, a través de productividad e ingresos y c) los costos de

prevenir y eliminar la desnutrición (FAO, 2004). Como resultado, para los países en desarrollo los costos

directos se estiman en 30,000 millones de dólares de EE.UU. al año, mientras los costos indirectos,

combinados la malnutrición proteico-calórico, el bajo peso al nacer y las carencias de micronutrientes, se

estiman entre el 5% al 10% del Pib. En contrapartida, los beneficios de reducir la desnutrición, en términos

de mayor esperanza de vida, se estiman en 120,000 millones de dólares de EE.UU. al año (ibíd.).

De acuerdo a estimaciones para América Central y República Dominicana (CEPAL-PmA, 2007), la historia de

la desnutrición global en las últimas décadas habría generado un costo de casi 6,700 millones de dólares en

el año 2004, derivado de mayores gastos por tratamientos de salud, ineficiencias en los procesos educativos

y pérdida de productividad, equivalentes al 6.4% del Pib de los siete países, con un rango entre 1.7% y

11.4% (ver Tabla 4)8. Dichas diferencias se deben a la discrepancia en el perfil epidemiológico y la etapa de

transición nutricional en que se encuentran, así como por los distintos costos operacionales de cada sector

y de mercado laboral en cada país. El 90% de los costos estimados en dicho estudio reflejaría las pérdidas

de productividad resultantes del 1.7 millón de personas que de no haber muerto por causas asociadas a

desnutrición formarían parte de la población en edad de trabajar y por la pérdida promedio de dos años de

escolaridad, estimada para quienes sufrieron desnutrición infantil.

tabla 4. Costo de la desnutrición infantil de cada país, 2004

país

total

costa rica

el salvador

guatemala HoNduras Nicaragua paNamárep.

dom.

total (millones $ ee.uu.)

��8 �,��5 �,��8 �80 �64 ��� 6�� 6.659

% del pib 1.7% 7.4% 11.4% 10.6% 5.8% 2.3% 3.6% 6.4%

% gasto público social

9.5% 136.6% 185.4% 80.9% 64.3% 13.2% 59.1% Na

Fuente: CEPAL-PmA,2007

8 Aún cuando la desnutrición crónica es el mayor problema nutricional de la Región, este estudio se enfoca al indicador de desnutrición global (bajo peso para la edad), por diferentes razones: a) existe evidencia empírica sobre la magnitud los impactos del déficit de peso en morbilidad, mortalidad y resultados educativos; b) el déficit de peso permite mayor comparación entre países, siendo la desnutrición global el indicador nutricional definido para el primer ODm; y c) el bajo peso para edad es el indicador más visible del problema nutricional en los primeros meses de vida, aunque no permite distinguir cómo se originó el problema. Finalmente, el primer impacto de las intervenciones nutricionales se verifica en la recuperación del peso.

2�

Otro elemento a destacar de dicho estudio es que de no hacer nada

el costo seguirá incrementándose. En cambio, si se redujera a la

mitad la desnutrición infantil al año 2015, es decir si se alcanzara la

meta 2 del ODm 1, durante este proceso se estima que se ahorrarían

alrededor de 1,000 millones de dólares de 2004, y más de 2,200

millones de erradicarse el problema, con ahorros crecientes en los

años siguientes.

Estas estimaciones confirmarían la hipótesis de que más allá del

imperativo ético, la erradicación de este flagelo genera importantes

impactos sociales y significativos ahorros económicos. Así, todo

programa efectivo en disminuir la incidencia de la desnutrición,

generará impactos en la calidad de vida de las personas e importantes

ahorros para toda la sociedad.

Finalmente, existen varios estudios que muestran la rentabilidad

social de las intervenciones en nutrición. Una revisión de estos

estudios fue presentada por berhman et al. (2004) en el Consenso de

Copenhague de 20049. Las intervenciones socialmente más rentables

(las que tienen una tasa de retorno a la inversión más alta) apuntan

a la seguridad nutricional, específicamente a reducir las deficiencias

de micronutrientes (yodo, hierro, vitamina A) en grupos vulnerables

(niños y mujeres). También son rentables las que buscan mejorar la

nutrición de los niños desde antes de nacer y a mantener la lactancia

materna el mayor tiempo posible.

En el mismo sentido, un estudio reciente y pionero para el caso de

Guatemala, estima el efecto de largo plazo que una intervención

nutricional en la niñez tuvo sobre los ingresos en la etapa adulta de

los mismos individuos. Este estudio presenta evidencia concreta de

que mejorar la ingesta de nutrientes en niños menores de tres años

redundó en mayores ingresos -46% superiores en promedio- para

los beneficiarios de la intervención alrededor de 25 años después

(hoddinott et al., 2008). Este hecho reafirma la importancia de que

mejorar la nutrición durante el embarazo de la madre y a edades

tempranas de los niños, representa adicionalmente una forma de

inversión de largo plazo en los países en desarrollo.

9 más información en: http://www.copenhagenconsensus.com/Default.aspx?iD=158

acciones nacionales en la lucha contra el hambre

2�

Después de cinco años de crecimiento sostenido en la mayor parte de los países de la Región (durante este

periodo el crecimiento promedio anual del ingreso por habitante en ALC fue de 3%), de una importante

reducción de la indigencia, de una mayor preocupación de los gobiernos por los problemas sociales y de

una institucionalización democrática creciente, las condiciones son favorables para reducir la profunda

brecha económica y social que ha afectado históricamente a la Región.

Como parte de las iniciativas recientes de algunos países de ALC para abordar el problema del hambre, se

encuentra la promulgación de leyes que garantizan el derecho a la alimentación para toda la población.

Tal es el caso de Argentina, brasil, Ecuador y Guatemala, en donde el espíritu de los programas nacionales

destinados a erradicar la subnutrición y la desnutrición infantil son considerados el resultado de un amplio

acuerdo entre gobiernos, poder legislativo, sociedad civil y sector privado. No obstante estos avances

en el derecho a la alimentación, debe reconocerse que no se trata de casos generalizados sino más bien

excepcionales.

Lo anterior se ha sumando a las políticas que desde hace varias décadas los países de ALC han instrumentado

para el combate al hambre y la pobreza, tales como la fijación de precios de garantía, subsidios a la

producción, entrega de alimentos en especie y los actuales esquemas de transferencias monetarias

condicionadas.

De esta forma, gobiernos (de todos los niveles), sociedad civil y organismos internacionales han buscado

emprender acciones coordinadas para superar el hambre: los gobiernos, a través del establecimiento

de marcos legales que reconocen explícitamente el derecho a la alimentación y/o por la vía del diseño e

implementación de políticas públicas para la seguridad alimentaria; la sociedad civil al empujar y mantener

el tema vigente en las agendas nacionales; y los organismos multilaterales a través de la cooperación

técnica, financiamiento y/o donaciones directas.

Esta sección profundiza y presenta de forma organizada un análisis de las acciones, independientes y

conjuntas, que estos actores han emprendido para combatir el hambre en la Región.

acciones nacionales en la lucha contra el hambre

el sector público y la iNstitucioNalidad

El marco institucional de la lucha contra el hambre se presenta como un área multidisciplinaria que involucra

a ministerios y poderes del Estado cuya coordinación hacia una estrategia definida es determinante para

sostener los esfuerzos de largo plazo contra el hambre y la desnutrición. Esta estrategia representa sin duda

un reto, en tanto comprende instituciones regidas por un marco legislativo y normativo con un presupuesto

asignado para llevar a cabo una serie de intervenciones contenidas en planes nacionales de acción con

objetivos específicos y monitoreables.

La planificación estratégica requiere de un marco regulatorio construido con un respaldo político,

económico y social que no sólo abarque las políticas directamente relacionadas con la SAN, sino aquellos

aspectos legales y políticos vinculados con actividades o sectores involucrados directa o indirectamente

con la seguridad alimentaria. Esto implica elementos como el peso relativo y la estructura del gasto social

en el presupuesto, las orientaciones de la inversión en infraestructura rural, el estímulo a la difusión del

progreso técnico en el sector rural, entre otros aspectos.

Con respecto a las intervenciones concretas para combatir el hambre y la desnutrición infantil, estas

pueden ser articuladas en torno a un Enfoque de Doble Componente10 que comprende la vía de la asistencia

alimentaria y nutricional y la vía del desarrollo económico (ver Esquema 1).

�0 El enfoque de Doble Componente fue presentado por primera vez por FAO, PmA y FiDA en la Conferencia internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, realizada en monterrey, méxico (FAO-PmA-FiDA, 2002), y confirmado posteriormente durante la CmA: cinco años después. ha sido posteriormente revisado y precisado en sucesivos documentos conjuntos (FAO 2003b, FAO-iFAD-WFP 2005, FAO-iFAD-WFP 2005a, Pingali et al. 2006).

el retorNo del Hambre a la ageNda política

Diversos gobiernos de América Latina y El Caribe han reafirmado su apoyo al combate al hambre en la Región en

los últimos meses. La lista incluye a Argentina, barbados, bolivia, brasil, Chile, Colombia, Guatemala, Panamá,

Paraguay y Uruguay, países cuyos líderes confirman no sólo que el tema es prioritario para sus gobiernos, sino

que el primer compromiso necesario para erradicar el hambre es político. En este sentido, en diciembre 2007, el

comunicado conjunto de los presidentes de los Estados Parte del mERCOSUR (Argentina, brasil, Paraguay y Uruguay)

difundido al final de la 34a Reunión del Consejo, en la que también participaron los presidentes de bolivia y Chile,

reitera el compromiso de estas naciones con la erradicación del hambre y la lucha contra la pobreza, así como su

respaldo a la iniciativa América Latina y Caribe sin hambre (ALCSh). El combate al hambre también fue destacado

en la Declaración de La Paz, firmada durante la visita del presidente brasileño Luiz inácio da Silva a su homólogo

boliviano Evo morales. Durante el 2008, la iniciativa ALCSh recibió el apoyo expreso en la declaración final de los

jefes de Estado de América Latina, el Caribe y la Unión Europea, durante la V Cumbre de ALC-UE en Lima.

Además del apoyo explícito de los Jefes de Estado de países de la Región para conseguir una América Latina libre

de hambre, la idea de que ALC puede librarse de una vez y para siempre de un flagelo como éste ha sido también

reforzado expresamente en declaraciones políticas hechas en reuniones regionales. Al respecto, en la declaración

final del la xVi Cumbre iberoamericana de Uruguay que tuvo lugar en Octubre de 2006, todos los Jefes de Estado

y de Gobierno mostraron su apoyo específico a la iniciativa ALCSh. Así como en la declaración final del iii Foro

Parlamentario iberoamericano, celebrado en Valparaíso los días 11 y 12 de Noviembre de 2007, donde se hace una

referencia explícita a la formulación de leyes que garanticen el derecho a la alimentación.

30

esq

uem

a �.

Enf

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de

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Fuen

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, 200

5

32

En líneas generales, la vía de asistencia alimentaria y nutricional enfoca sus esfuerzos en los efectos

del hambre (en particular la desnutrición infantil) y enfatiza en intervenciones nutricionales y de salud

a través del establecimiento y/o reforzamiento de redes de protección social que garanticen el acceso

directo e inmediato a los alimentos. Los programas nacionales de asistencia alimentaria obedecen a dos

objetivos principales: a) incrementar el acceso de los individuos a los alimentos (por medio de subsidios,

estabilización de precios de alimentos, cupones de alimentos, suplementos alimenticios y esquemas de

trabajo por alimentos) y b) mejorar el uso de alimentos o aumentar su impacto nutricional (fortificación de

micronutrientes, educación en nutrición y sistemas de información y sistemas de alerta temprana).

Por su parte, la vía del desarrollo económico comprende todas aquellas acciones que buscan garantizar

que los hogares tengan acceso a los medios necesarios para producir el alimento que necesitan o puedan

generar los ingresos necesarios para adquirir dichos alimentos. Esta vía persigue la creación de una

institucionalidad que asegure la sustentabilidad de largo plazo en la lucha contra el hambre, a través de

mejorar la productividad de los pequeños agricultores y los ingresos de las familias más vulnerables.

Vale la pena mencionar que algunos países de ALC están realizando esfuerzos para que estas vías de acción

se enmarquen a su vez bajo el enfoque del derecho a la alimentación.

En resumen, el grupo de programas de emergencia puede considerarse subconjunto de las Políticas

y Programas Sociales, específicamente denominados Programas de Asistencia Alimentaria y/o Redes

de Protección Social11. En contraste, el grupo de programas de la vía estructural puede verse como

subconjunto de lo que la CEPAL llama “Políticas y Programas de Desarrollo Productivo” (CEPAL, 2004), o

a nivel macroeconómico, como aquellas políticas que promueven el crecimiento económico de las áreas

rurales y las conexiones entre éstas y las áreas urbanas, lo que caracteriza a la Nueva Ruralidad en la Región

(Clemens y Ruben, 2001; Vivero y Porras, 2006).

A continuación se presenta una breve discusión sobre lo que el sector público ha venido impulsando para

combatir el hambre, especialmente en lo que respecta a los avances en la implementación del derecho a

la alimentación y a al sistema de políticas y programas de Seguridad Alimentaria y Nutrición en América

Latina y el Caribe.

» El derecho a la alimentación

Desde 2003 hasta la actualidad, se ha producido en ALC un notable desarrollo del marco legal e institucional

cuyo objetivo es garantizar el derecho a estar libre de hambre y a tener una alimentación adecuada para

todos y cada uno de los ciudadanos de la Región. De manera progresiva el tema de la lucha contra el

hambre se está insertando y fortaleciendo en las agendas públicas nacionales.

Este impulso político a nivel nacional, subregional y regional12 se refleja en el hecho de que en ALC existen

cinco leyes de Seguridad Alimentaria (Argentina, brasil, Guatemala, Ecuador y Venezuela) y diez proyectos

�� Entre otros autores que han tratado el tema, podemos indicar a barrett (2002) y Raczynski y Serrano (2005).�� Que tiene su manifestación más evidente en las numerosas declaraciones públicas de apoyo que ha recibido la iniciativa América Latina y Caribe sin Hambre. Ver apartado 2. www.rlc.fao.org/iniciativa/historia.htm

33

de ley en discusión en Nicaragua, Panamá, honduras, Perú, méxico, Paraguay, bolivia, Costa Rica, haití y

República Dominicana.

Además del desarrollo de los marcos legales que protegen el derecho a la alimentación, hay numerosos

países donde el poder ejecutivo está impulsando programas nacionales prioritarios contra la desnutrición

crónica infantil (Luiz inácio Da Silva y el Fome Zero de brasil, que fue el precursor de este impulso político,

Evo morales y el Desnutrición Cero de bolivia, Alan García y el Programa de Desnutrición Crónica de Perú,

álvaro Colom y el Programa de Erradicación de la Desnutrición Crónica de Guatemala, y Daniel Ortega

con el Hambre Cero de Nicaragua). A estos países habría que sumarle Panamá con el Presidente martín

Torrijos, álvaro Uribe en Colombia, Fernando Lugo en Paraguay, entre otros, que también han manifestado

públicamente y de manera explicita su apoyo a este tipo de estrategias.

Finalmente, un aspecto que afecta directamente el pleno disfrute del derecho a la alimentación es la

posibilidad de reclamar la violación del mismo, e incluso un resarcimiento por ello13. Sin embargo, hasta la

fecha los casos resueltos sobre violación del derecho a la alimentación son muy escasos a nivel mundial,

con apenas tres ejemplos en la Región.

Aunque se requieren mayores avances en la implementación del derecho a la alimentación, sin duda ALC se

coloca como la Región del mundo que está a la vanguardia en la materia.

» Los programas para la seguridad alimentaria en ALC

Además de los esfuerzos en materia del derecho a la alimentación y fortalecimiento institucional, el desafío

venidero consistirá en acompañar este desarrollo con una inversión social adecuada que sea perdurable en

el tiempo y se consolide como una verdadera política de Estado en todos los países.

En ALC se ejecutan muchos programas orientados implícita o explícitamente al mejoramiento de la

seguridad alimentaria. Sin embargo, muchas veces la falta de institucionalidad jurídica y financiera para

mantener los programas, aunado a la falta de consensos políticos, han dificultado que las intervenciones

integren una verdadera política de Estado, entendida como una política que cuenta con amplio consenso

consagrado jurídicamente que asegura la continuidad y sustentabilidad financieras entre gobiernos a lo

largo del tiempo.

La Tabla 5 presenta una distribución de los programas vigentes en ALC dirigidos a garantizar la seguridad

alimentaria. En total se recopiló información y se identificaron 86 programas en 17 países y CARiCOm14, los

cuales se clasificaron según las dimensiones de la seguridad alimentaria, el enfoque de Doble Componente

y el área geográfica de intervención.

�� Esto se conoce como justiciabilidad, y seguramente recibirá un notable impulso cuando a fines de año se apruebe en la Asamblea General de Naciones Unidas el Protocolo Facultativo del Pacto internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que creará una Comisión ante la cual se podrán elevar casos de violación por parte de particulares u organizaciones que los representen.�4 CARiCOm se refiere a la Comunidad del Caribe formada por 14 países: Antigua y barbuda, bahamas, barbados, belice, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, haití, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Suriname, y Trinidad y Tobago.

34

tabla 5. Distribución de programas de SA en América Latina y el Caribe

clasiFicacióN categorías porceNtaje

Según dimensiones de la Seguridad Alimentaria

Disponibilidad 26

Acceso 47

Estabilidad 9

integrala 19

Según enfoque del doble componenteAumento de la productividad e ingresos 41

Asistencia alimentaria y nutricional 59

Según tipo de población

Rural 40

Urbana 2

Ambos 58

a/ Programas que incluyen dos o más dimensionesFuente: Elaboración propia en base a inventario de programas de seguridad alimentaria, FAORLC

De los programas identificados, 13 (15% del total) corresponden al Programa Especial para la Seguridad

Alimentaria (PESA) que la FAO impulsa. Estos programas tienen como objetivo apoyar a los países en la

implementación de un Programa Nacional de Seguridad Alimentaria. Desde 1996 se han llevado a cabo

programas PESA en más de 105 países, atendiendo a más de 80 millones de personas alrededor del mundo.

En la Región, actualmente hay 9 programas PESA operativos, dos de ellos subregionales: en Centroamérica

y el CARiFORUm (CARiCOm más República Dominicana).

Siguiendo las tres clasificaciones, es notorio que la mayoría de las intervenciones corresponden a programas

de acceso a alimentos, de asistencia alimentaria y nutricional y aquellos que están orientados a la población

tanto urbana como rural. Los tipos de programas dominantes se orientan básicamente a la población que

padece hambre crónica y hambre oculta (déficit de micronutrientes y proteínas).

Dentro del conjunto de programas para facilitar el acceso a los alimentos a la población, se encuentran

los programas de transferencias de efectivo -ya sean de tipo condicionados o no condicionados. A partir

de los resultados satisfactorios del programa Oportunidades en méxico (antes PROGRESA), y en muchos

casos con el apoyo del instituciones financieras internacionales, se han implementado programas de

transferencia monetaria condicionada en varios países. Estos programas están dirigidos a la población

en extrema pobreza y buscan romper el círculo vicioso del hambre, la desnutrición y la exclusión social a

través de inversiones en salud, nutrición y educación.

Uno de los aspectos positivos de este tipo de programas es que se pueden abordar dos aspectos relevantes

de forma simultánea: primero, se abordan las necesidades más urgentes a través de la entrega de la ayuda

monetaria, y segundo, se fortalece el capital humano en el mediano y largo plazo al comprometer a los

beneficiarios a acudir a controles de salud y asistir a los centros educativos regularmente. La Tabla 6

presenta una descripción de algunos de los actuales programas de este tipo que operan en ALC.

35

tabla 6. Programas de Transferencia de Efectivo para el Combate a la Pobreza en ALC

país programavalor meNsual

de la traNsFereNciapúblico

beNeFiciariocoNdicioNalidad

Argentina Jefes y Jefas de hogarFamilias para la inclusión

US$ 50 mensual

Jefes y Jefas en situación de desocupación, con hijos hasta 18, o discapacidad

Niños en la escuela y salud

bolivia bono Juancito Pinto US$ 30 anualNiños y niñas en primaria para asegurar la permanencia escolar

Asistencia a escuela

brasil bolsa Familia US$12 a US$107 mensualFamilias con ingreso per cápita mensual hasta US$70

Asistencia escolar, control prenatal y vacunación

Chile Chile Solidario

US$ 20 mensual inicialmente por 6 meses y reducción gradual hasta los 18 meses. bolsa mensual hasta los 3 años

Familias en situación de indigencia y adultos mayores

Niños en la escuela, vacunación, cursos de capacitación para los padres

Colombia Familias en Acción

US$ 25 bono de nutrición mensual por familia. De US$ 7 a US$ 30 por hijo inscrito en escuela

Familias en situación de pobreza extrema, desplazadas e indígenas, con menores de 18 años

Niños en la escuela y acompañamiento nutricional con cuidados de salud

República Dominicana Programa Solidaridad

US$16 para la compra de alimentos mensual, entre US$ 9 y US$17 por hijo inscrito en escuela

Familia en extrema pobreza con niños de 6 a 16 años. También admite a hijos pequeños para el alimento

Salud preventiva, niños en la escuela y registro de ciudadanos

El Salvador Programa Oportunidades y Red Solidaria

Entre US$ 15 y US$20 mensual como bono de educación y de salud por familia

Familias en extrema pobreza con hijos menores de 15 años sin haber cursado primaria y/o, al menos una mujer embarazada

Niños en la escuela, vacunación, registro de cédula, programas de desarrollo comunitario

Ecuador bono de Desarrollo humano

US$ 30 mensual por bono salud y educación (por hogar), US$ 30 mensual como pensión asistencial (por individuo)

madres, adultos mayores y personas discapacitadas en 1 y 2 quintil más pobre

Asistencia Escolar, salud y nutrición

Jamaica PAThUS$ 7 mensual (por beneficiario)

Niños hasta 17 años, embarazadas madre lactante, adultos mayores y discapacitados

Salud infantil y geriátrica, control prenatal y Asistencia Escolar

méxico Oportunidades

US$22 en apoyo alimentario y energético, US$ 25 por adulto mayor, entre US$12 y 76 como bono educativo

Familias necesitadas, adultos mayores

Educación, salud y alimentación

Paraguay Tekoporá y Ñopytyvo Las mujeres reciben el bonoFamilias en extrema pobreza con niños en área rural

Educación y salud

Panamá Red de oportunidadesUS$ 50 mensual y bono alimenticio

Familias en extrema pobreza

Vacunación, control prenatal, asistencia escolar y capacitación

Perú Juntos US$ 34 mensual por familia

hogares con mujeres embarazadas, padres viudos y personas de la tercera edad con niños hasta 14 años

Educación, salud y alimentación

UruguayPlan Alimentario Nacional Programa de ingreso Solidario

Entre US$15 y US$40 mensual para la compra de alimentos, y plazas de trabajo

Familias pobres y con niños

n.d.

Venezuelabono de Alimentación para trabajadores; bolsa bolivariana

Venta subsidiada o donación de alimentos

Familias pobres en el ámbito regional

n.d.

n.d. / No disponibleFuente: Elaboración propia basada en belik (2006), Fonseca (2006) e información oficial de los países.

36

Ahora bien, en algunos países de la Región existen programas encaminados a mejorar la productividad y el

ingreso, pero en general no tienen el objetivo explícito de contribuir a la seguridad alimentaria.

Una de las carencias detectadas al analizar los programas de seguridad alimentaria, es la relativa escasez

de programas cuyo objetivo es la estabilidad en la disponibilidad y el acceso a los alimentos (apenas 9

de ellos). Este tipo de programas son relevantes en tanto protegen a la población vulnerable ante shocks

adversos como pueden ser los climatológicos o económicos15. Ejemplo de este tipo de programas son el

seguro de desempleo y el seguro agrícola y desarrollo productivo.

�5 Para profundizar sobre la falta de protección hacia la vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria ver De Janvry y Sadoulet (2005).

3�

accioNes públicas de saN eN sudamérica

La Oficina Regional para América Latina y el Caribe de la FAO se encuentra realizando un estudio para

mejorar el conocimiento que se tiene sobre las políticas públicas en seguridad alimentaria y nutrición (SAN).

Con una muestra de diez países de Sudamérica se establecieron cinco ámbitos de acción que permiten

procesar y organizar la información sobre los planes, programas y proyectos en SAN: pequeña agricultura

y desarrollo rural; protección social y alimentación; asistencia en salud nutricional; mejoramiento de

condiciones sanitarias en áreas rurales y educación y formación en alimentación y nutrición.

El cuadro A muestra que en el ámbito de la pequeña agricultura y desarrollo rural los ministerios de agricultura

representan en promedio algo más de la mitad de las acciones públicas, en tanto que los ministerios del

área de protección social abarcan un 35% de tales acciones. Esto es indicativo de que en muchos casos las

familias rurales son sujetos de políticas sociales antes que de fomento productivo. En el otro extremo,

es interesante notar la nula intervención de los ministerios de educación en las acciones educativas en

nutrición, responsabilidad que recae principalmente en los ministerios del área de protección social (50%)

y los ministerios de salud (28%).

cuadro a. Acciones públicas SAN por ámbitos de acción y sector ministerial

ámbito de accióN pública (porcentajes)

sector ministerioPequeña

Agricultura y Desarrollo Rural

Protección Social y

Alimentación

Asistencia en Salud

Nutricional

Educación y Formación en Alimentación y Nutrición

Agricultura 53.4

Protección Social 35.6 60.0 11.1 50.0

Salud 72.2 28.6

Trabajo y Empleo 16.0 16.7

Educación 13.3

Otros 11.0 10.7 21.4

total 100 100 100 100

Nota: La categoría de Mejoramiento de Condiciones Sanitarias en Áreas Rurales no se incluye debido a que las acciones en este rubro se encuentran dispersas en varios ministeriosFuente: FAORLC

3�

el rol de la sociedad civil

El posicionamiento del hambre en la agenda política latinoamericana obedece también al resultado de

otras fuerzas que, sin proponérselo necesariamente así, están empujando en la misma dirección. Por un

lado una sociedad civil verdaderamente organizada a nivel nacional y regional en comparación con áfrica

y Asia, y que ha conseguido crear, desarrollar y hacer valer planteamientos sólidos para mantener el tema

del hambre en la agenda; y por otro, los académicos, organismos internacionales y thinks-tanks de opinión

político-estratégica, que están desarrollando el nuevo paradigma de desarrollo dominante en ALC: la

cohesión social.

La cohesión social implica dos grandes grupos de acciones, aquellas destinadas a reducir la brecha económica

y de acceso a recursos entre los ciudadanos, y aquellas destinadas a fortalecer el sentido de pertenencia

de cada uno a la sociedad (CEPAL, 2007). Aunque sea redundante mencionarlo, la reducción de brechas

económicas y el fortalecimiento del sentido de pertenencia pasa necesariamente por la eliminación de la

manifestación más extrema de la pobreza: el hambre16.

En este contexto, los esfuerzos de la sociedad civil para erradicar el hambre se han canalizado parcialmente a

través de impulsar el derecho a la alimentación. Al respecto, el desarrollo institucional, legal y programático

de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, denominados derechos de segunda generación tras los

civiles y políticos, contribuyen al combate del hambre.

Otra parte de los alcances de la sociedad civil provienen de mantener el debate sobre la Soberanía

Alimentaria, cuya intención final es la erradicación del hambre bajo una perspectiva que enfatiza la

participación de los pequeños productores en la producción de alimentos. De esta forma las organizaciones

de la sociedad civil (ONGs, colectivos de productores y consumidores, sindicatos, etc.) han manifestado

su compromiso con la agricultura campesina e indígena, la pesca artesanal, los sistemas alimentarios

sustentables con el medio ambiente, así como los modos de vida asociados a esos sistemas de producción

basados en la agricultura familiar.

En la búsqueda de alternativas exitosas para acabar con la inseguridad alimentaria de la población, la

Soberanía Alimentaria trata de un paradigma cuyas repercusiones no son menores. Actualmente está

siendo incorporado como planteamiento político e ideológico por varios gobiernos de la Región (tales son

los casos de bolivia, Venezuela, Ecuador y Nicaragua), e integrado propiamente como concepto en las leyes

del sistema de seguridad alimentaria y nutricional de Guatemala y Ecuador.

�6 Estas ideas han sido plasmadas recientemente en el documento conjunto de CEPAL, FAO y PmA que busca insertar el tema del hambre en el debate político-intelectual de la cohesión social. Para mayor referencia revisar: CEPAL-FAO-PmA (2007). Hambre y cohesión social: cómo revertir la relación entre inequidad y desnutrición en América Latina y el Caribe. FAO, Santiago, Chile. Disponible en: http://www.rlc.fao.org/iniciativa/librocs.htm

3�

soberaNía alimeNtaria eN américa latiNa y el caribe

Soberanía alimentaria es un concepto reciente, todavía en

construcción, impulsado y promovido inicialmente por la sociedad

civil organizada. De un enfoque exclusivamente reivindicativo,

la soberanía alimentaria ha evolucionado a un marco de políticas

articulado para abordar de una manera alternativa el problema del

hambre en el mundo.

El concepto de soberanía alimentaria fue desarrollado por Vía

Campesina y su presentación a nivel mundial tuvo lugar en 1996, en

un evento paralelo a la CmA, celebrada en Roma. El concepto está

íntimamente ligado a la soberanía nacional y reivindica el papel del

Estado y de los pueblos de un país determinado a definir sus propias

políticas alimentarias y garantizar así que toda su población tenga para

comer en cantidad suficiente y en calidad adecuada. Esta propuesta

incorpora el derecho a la alimentación y posiciona al productor del

alimento y al consumidor final como los elementos centrales de la

cadena agroalimentaria, frente a los eslabones relacionados con el

comercio y la distribución; prioriza los mercados nacionales y los

productores locales frente a la producción para exportación y la

importación de alimentos subvencionados.

La soberanía alimentaria está siendo incorporado por numerosos

gobiernos de la región, en la búsqueda de una alternativa para

acabar con la inseguridad alimentaria de su población. La soberanía

alimentaria está recogida como principio en la Ley del Sistema

Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional de Guatemala y en la

Ley de Seguridad Alimentaria y Nutricional de Ecuador. Además, este

mismo principio se ha incorporado y desarrollado en la propuesta de

Constitución que se someterá a referéndum en Ecuador a finales de

Septiembre, y está también en los borradores de Constitución más

actuales de bolivia. El artículo 347 de la Constitución de honduras

reconoce que la producción agropecuaria nacional ha de orientarse

preferentemente a satisfacer las necesidades alimentarias de los

hondureños. Recientemente, Venezuela a promulgado una Ley

orgánica de Seguridad y Soberanía Agroalimentaria donde se le da

un pleno reconocimiento como política de Estado. Además, en el

momento de la redacción de este texto, hay propuestas de Ley de

Seguridad y Soberanía Alimentaria en debate en los Congresos de

méxico, Nicaragua, bolivia, honduras y Costa Rica.

41

El alza en los precios de los productos básicos, especialmente de los alimentos, ha puesto en riesgo la

seguridad alimentaria de millones de personas alrededor del mundo. Se estima que el reciente fenómeno

de escalada de precios podría conducir a más de 100 millones de personas a la indigencia en los países de

bajos ingresos (World bank, 2008a) e incrementar entre 75 y más de 130 millones el número de personas en

inseguridad alimentaria, principalmente en áfrica Subsahariana (FAO, 2008a; Rosen et al., 2008).

En ALC la situación no es muy optimista. Cifras de la CEPAL (2008b) y el biD (2008) indican que la

pobreza extrema podría incrementarse entre 10 y 26 millones de personas como resultado del alza de

los precios de los alimentos ―alcanzando o incluso superando los 200 millones de pobres en 2008. Con

respecto a la subnutrición, estimaciones provisionales de FAO señalan que entre 2005 y 2007, 6 millones

de personas podrían haberse sumado a la población en situación de hambre en la Región (FAO, 2008a),

lo que representaría prácticamente el retroceso total del progreso realizado desde 1990. Los países más

vulnerables serían haití, República Dominicana y Nicaragua, donde entre el 80 y 60 de su población estaba

en inseguridad alimentaria en 2007 (Rosen et al., 2008).

Durante 2008 el precio promedio de los alimentos alcanzó el incremento anual record de los últimos 18

años al superar el 55% en marzo, según el índice de precios de los alimentos de la FAO. Al desagregar por

grandes grupos, se aprecia que entre enero de 2007 y junio de 2008, los precios de los cereales, productos

lácteos, aceites y grasas, carne y azúcar habían experimentado crecimientos de 87, 58, 16, 14 y 11%,

respectivamente, llegando a mostrar sus niveles máximos a fines de 2007 y principios del presente año (ver

Gráfico 5).

Ante este escenario no sorprende que cereales básicos en la alimentación humana, tales como el arroz, el

trigo y el maíz hayan también experimentado un importante cambio de tendencia, particularmente en los

últimos dos años (ver Gráfico 6).

alza de los preciosde los alimentos

42

gráfico 5. Índice mensual de la FAO para los precios de los alimentos (1998 - 2001 = 100)

gráfico 6. Evolución de los precios internacionales de los principales commodities alimentarios (Enero 2000 - Octubre 2008)

Fuente: FAO, 2008b

Fuente: Elaboración propia con información de FAO, 2008c

42

43

Aunque en la actualidad existen indicios sobre qué factores explicarían este incremento estrepitoso en el

precio de los alimentos, poco se conoce sobre la contribución específica de cada uno de los factores o de si

se trata de un fenómeno permanente que conducirá hacia un nuevo equilibrio agroalimentario mundial17.

Factores detrás del alza y volatilidad de los precios de los alimeNtos

» Factores por el lado de la demanda

El fuerte crecimiento económico, particularmente en las economías en desarrollo, explica en gran medida la

mayor demanda por productos básicos o commodities alrededor del mundo. En los últimos años la demanda

por productos como el petróleo crudo, el estaño, el níquel, el cobre, la soya y los cereales ha crecido de

forma considerable. En particular, la demanda mundial de cereales creció alrededor de 10% entre 2000 y

2007 (FAO, 2008d).

Adicionalmente, la mejora en los ingresos de las economías emergentes ha motivado el cambio en los

patrones de dieta, impulsando la demanda de alimentos de alto contenido proteico como carnes y lácteos,

e indirectamente presionando el precio de los granos básicos que son insumos claves para la ganadería.

De forma paralela al crecimiento económico mundial, se encuentra el deterioro sostenido del valor del

dólar norteamericano frente a otras monedas. Considerando que la mayoría del comercio de commodities

se expresa en dólares, este hecho ha contribuido a acentuar el incremento de precios de este tipo de

bienes, primero, porque refuerza el ingreso real del resto de las economías y, segundo, porque obliga a los

productores a ajustar precios por la pérdida de valor de sus productos.

Otro factor que ha contribuido al incremento de los precios de los alimentos es la producción de

biocombustibles. impulsada principalmente por los altos precios del petróleo, la producción de biodisel y

etanol ha tenido efectos indudables al reducir la disponibilidad de soya y maíz, respectivamente, para otro

tipo de usos18, al mismo tiempo que ha generado competencia entre éstos y otros cultivos por la tierra.

�� Para una revisión sobre las causas de los actuales movimientos en los precios internacionales de los alimentarios, ver Von braun (2007), FAO (2008b), OECD-FAO (2008), World bank (2008). �8 En 2008 se prevé que alrededor de 100 millones de toneladas de granos se destinen a la producción de biocombustibles (de los cuales 95 millones de toneladas corresponde a maíz) (FAO, 2008d). Esta cifra es equivalente a casi 60% del total de producción de granos de América Latina.

44

¿qué son los BiocomBustiBlEs y cuál es su relacióN

con los alimEntos?

El biocombustible es un tipo de combustible -

obtenido a partir de biomasa- que puede ser

sólido (leña, carbón vegetal, pellets, etc.), líquido

(etanol, biodiesel, bio-oil, etc.) o gaseoso (biogás,

biometano, etc.) y cuya energía renovable

producida se conoce como bionergía. Los

biocombustibles se clasifican como de primera

generación cuando utilizan materias primas

agro-alimentarias (ej. cereales, oleaginosas,

cultivos azucareros); de segunda generación

si utilizan materias primas no alimentarias (ej.

álamo, eucalipto, gramíneas, residuos forestales,

residuos agrícolas, etc.) pero que compiten

indirectamente con la alimentación por recursos

naturales como agua y suelos; de tercera

generación, que utilizan cultivos específicamente

diseñados y adaptados (biología molecular); y de

cuarta generación que incorporan en el diseño de

los cultivos la habilidad de secuestrar carbono.

El debate actual sobre biocombustibles y

alimentos se circunscribe principalmente a los

biocombustibles líquidos de primera generación

derivados de cereales -principalmente maiz-

, los cuales compiten de forma directa con la

alimentación humana y son destinados sobre

todo al sector del transporte.

Plantaciones de caña de azúcar

45

» Factores por el lado de la oferta

La reducción en la producción y stocks mundiales de ciertos granos explican en gran medida por qué los

dinámicos cambios en la demanda de alimentos básicos no han sido compensados por cambios de igual

magnitud en la oferta.

Al tiempo que se incrementaba la demanda de cereales, la producción mundial sufrió una fuerte reducción

de 2.4 entre 2005 y 2006, provocada básicamente por disminuciones en plantaciones y factores climáticos

adversos. Esto es particularmente cierto en el caso de Australia, uno de los principales exportadores

mundiales de trigo que lleva varios años afectado por la sequía.

El otro factor determinante en la inflación de los commodities agrícolas es la caída, a niveles no observados

en 25 años, de los stocks mundiales de cereales. Así por ejemplo, el stock de trigo en China (que representa

el 40 del stock mundial) ha caído consistentemente desde 2000 hasta acumular una baja de alrededor de

35% hacia fines de 2007.

» La especulación

La especulación en los mercados financieros, entendida como la compra-venta de bienes de cualquier tipo

con el propósito de beneficiarse de las variaciones en precio, se menciona también como uno de los factores

del alza de los precios de los commodities.

De acuerdo con el Fondo monetario internacional, este fenómeno se explica por las políticas de reducción

de tasas de interés observadas en los principales mercados financieros internacionales, lo que induce a los

agentes económicos a cambiar instrumentos del mercado de dinero por instrumentos de mayor rendimiento

como aquellos fondos indexados a commodities (imF, 2008). Este hecho es particularmente cierto en los

mercados de maíz, trigo, soya y arroz, en donde el número total de posiciones en los mercados a futuro

ha crecido de forma significativa desde inicios de 2008, especialmente impulsadas por operadores no-

comerciales (Von braun y Torero, 2008).

46

riesgos de iNseguridad alimeNtaria eN los países de alc

En una Región donde hasta 2005 alrededor de 45 millones de personas vivían en condiciones de subnutrición,

los altos precios de los alimentos exigen de acciones eficaces y oportunas que minimicen los retrocesos en

la lucha contra el hambre.

Los primeros efectos del encarecimiento de los alimentos básicos son los movimientos y protestas sociales

que se han suscitado alrededor del mundo. En ALC estos actos se han observado en países como haití,

honduras, Nicaragua, El Salvador, méxico, Perú, bolivia y Argentina.

Por otro lado, los efectos macroeconómicos de reducción del poder adquisitivo de la población ya se

manifiestan en su forma más evidente: el incremento de la inflación general y, especialmente, la inflación

de los alimentos19. Tan sólo en el trienio comprendido entre 2005 y 2007, la inflación de alimentos ha crecido

de forma más acelerada que la inflación general en la mayoría de los países de la Región (ver Gráfico 7)20.

gráfico �. inflación General vs inflación de Alimentos en ALC, 2005 - 2007 (Porcentajes)

Fuente: Elaboración propia con datos del Anuario Estadístico de ALC (CEPAL, 2008)Nota: El dato de haití se refiere al promedio de los años 2005 y 2006

�9 Se estima que por cada 1% de incremento en los precios de la comida, el gasto en consumo de alimentos en países en desarrollo decrece en 0.75% (Von braun, 2007).�0 Este hecho responde a que los alimentos son un componente fundamental de la estructura de los índices de precios en los países de ALC: en Chile, Argentina, brasil, Colombia, Costa Rica y méxico, por ejemplo, alrededor de 20% a 30% del gasto medio total se destina a alimentos, mientras que en Perú y Nicaragua el gasto en alimentos supera el 35%.

4�

Los impactos particulares dependerán de las posiciones relativas de los países y los hogares en la producción

y consumo de alimentos. A nivel país, el efecto del aumento del precio de los alimentos responderá según

la posición relativa en el comercio mundial de dicho país: el efecto será positivo si son exportadores netos

de alimentos y negativo sin son importadores netos. Especialmente si son países de bajos ingresos y

deficitarios de alimentos (PbiDA)21.

En este contexto, la capacidad para importar alimentos es un indicador clave para evaluar el impacto global

del alza de precios de los alimentos en los países. Una clasificación acorde a este indicador se presenta en

la Tabla 7.

tabla �. Capacidad para importar alimentos, promedio 2001-2005

capacidad paraimportar alimeNtos*

países

alta (0-�0)Argentina, Chile, Costa Rica, méxico, Panamá, Trinidad y Tobago y Venezuela

media (��-�0)barbados, bolivia, brasil, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú y Uruguay

baja (mayor �0)belice, Dominica, El Salvador, Grenada, Guatemala, haití, honduras, Nicaragua, Jamaica, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucia, San Vicente y las Granadinas

*medida como el porcentaje de ingresos por exportaciones de bienes y servicios que se destinan a la importación de alimentosFuente: Cálculos propios a partir de los indicadores de Desarrollo del banco mundial

Así, es de esperar que la mayoría de los países de Centroamérica y el Caribe sean más vulnerables ante los

shocks de precios, dado que tienen baja capacidad para importar alimentos. En particular, para el caso de

Centroamérica esta relativa vulnerabilidad presupone una mayor desaceleración económica comparada

con los países andinos y del mERCOSUR, en los que el dinamismo de sus exportaciones de petróleo, gas

natural, minerales y/o alimentos amortigua los impactos externos (FAORLC, 2008).

De forma similar, a nivel de los hogares, los efectos dependerán de si se trata de un hogar productor o

comprador neto de alimentos22, la estructura de su consumo, de la proporción del gasto en alimentos en

el consumo total, entre otros factores. El Gráfico 8 presenta la estructura de consumo promedio de las

distintas subregiones de ALC, evidenciando la enorme participación que los granos básicos tienen en la

ingesta calórica diaria dentro de la población de la Región.

�� Según la última clasificación de FAO, los países de la Región dentro de esta categoría son haití, Nicaragua y honduras.�� Aunque en principio es presumible que los hogares productores netos de alimentos se beneficien de las alzas en los precios de los granos básicos, se debe ser cauteloso en esta interpretación debido a falta de evidencia precisa y a factores que de hecho inciden negativamente en la rentabilidad tales como mayores costos de los insumos (semillas y fertilizantes), transmisión de precios imperfectas y la transabilidad de los productos.

4�

gráfico 8. Distribución del consumo de calorías/per cápita/día en ALC, 2003(Productos seleccionados dentro de los 10 principales)

Fuente: Elaboración propia con base a información de FAO, 2007

Respecto a la estructura de gasto, cifras de algunos países de América Latina muestran que la proporción

que destina la población más pobre a la compra de alimentos es el doble que la que destina la población

más rica. El Cuadro 8 muestra que el promedio de gasto en alimentos de la población más pobre para el

caso de siete países bordea el 46% del gasto total, mientras que la población más rica destina alrededor de

un cuarto al gasto en el mismo rubro.

tabla 8. Proporción del gasto destinado a alimentación, países seleccionados de América Latina

paísestrato de gasto

más bajo más alto

Argentina 53.9 23.8

brasil 35.7 23.8

Chile 37.5 14.6

Colombia 41.4 14.7

Costa Rica 45.4 21.5

méxico 46.0 18.6

Nicaragua 60.9 43.5

promedio 45.80 22.90

Fuente: Elaboración propia con datos de encuestas de gastos de los hogares de cada país

4�

respuestas NacioNales e iNterNacioNal

indudablemente el presente contexto exige acciones inmediatas y coordinadas entre los gobiernos de

países desarrollados y en desarrollo, primero, para enfrentar los efectos de corto plazo y, segundo, para

establecer acuerdos que se adapten a la nueva realidad del sistema alimentario mundial.

Las respuestas de los países de ALC no pueden entenderse sin considerar la heterogeneidad de las naciones.

Factores como el tamaño económico y poblacional, la disponibilidad de recursos fiscales, los niveles de

dependencia a las importaciones de alimentos, la magnitud y localización de los sectores sociales más

vulnerables, la capacidad de los sistemas y redes de protección social y ayuda alimentaria existentes para

enfrentar la emergencia y la orientación política de los gobiernos, han condicionado el tipo de medidas

adoptadas en cada caso.

Ante el inminente riesgo de inseguridad alimentaria, y con ello la amenaza en el estatus nutricional de

la población, las medidas adoptadas han estado orientadas principalmente a incrementar la oferta o

disponibilidad de alimentos, ya sea a través de acciones en el ámbito del comercio internacional o de apoyo

a la producción interna23.

En el mismo sentido, es destacable el rol activo de los gobiernos de la Región por retomar o intervenir en

áreas donde habían dejado de hacerlo o no lo hacían. En este marco se puede mencionar la participación o

coordinación de procesos productivos y/o de abastecimiento directo de alimentos a la población. A manera

de ejemplo, hay que considerar los programas de compras públicas de productos agrícolas a pequeños

productores para su posterior distribución en las redes de alimentación social (como son los casos de brasil

y Panamá) o los dispositivos de abastecimiento de alimentos a la población (en Perú, bolivia, Ecuador,

brasil, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Panamá, Nicaragua, Venezuela y Uruguay). Finalmente, aunque

menos extendido, se puede señalar la gestión pública de reservas estratégicas (inventarios) de algunos

alimentos básicos, que países como brasil, honduras, Ecuador y méxico están implementando.

Otros países han optado por la cooperación multilateral. Ejemplo de esto es la iniciativa Petroalimentos,

un fondo impulsado por 16 países miembros de PetroCaribe y cuyo objetivo es el financiamiento de áreas

prioritarias para la producción de alimentos. Al momento, se ha anunciado la asignación de US$ 2 millones

a cada país participante y la creación de una empresa denominada Alba-Alimentos que coordinará la

cooperación técnica y financiera entre los países.

A nivel internacional, también se han impulsado iniciativas para enfrentar esta situación. Al respecto, se

puede citar la Iniciativa sobre la Subida de los Precios de los Alimentos (ISPA) de la FAO y el reciente anuncio

del banco mundial (bm) para construir un Nuevo Acuerdo para la Política Alimentaria Mundial. Ambos

esfuerzos buscan crear sinergias entre gobiernos y organismos internacionales para abordar el incremento

en precios a través de la cooperación técnica y financiera.

�� Para una revisión detallada de las medidas implementadas, ver Tabla 3A del anexo que presenta la diversidad de acciones públicas, ordenadas según la dimensión de seguridad alimentaria a la que se orientan (esto es, «disponibilidad», «acceso», «estabilidad» y «utilización»), el área y sub-área de política a la que pertenecen, y finalmente los países (o agrupaciones de países) que están implementando cada una de esas acciones. Cabe señalar que las medidas referidas a la dimensión «estabilidad» son escasas por ahora, probablemente porque se tratan de medidas más complejas de diseñar e implementar, generalmente con horizontes de más largo plazo y por lo tanto menos propicias para atender situaciones de mayor urgencia. Respecto a la «utilización», en este caso no se incluyen medidas ya que no se encontraron iniciativas específicas de ese tipo.

50

El objetivo de la iSPA es apoyar técnicamente a algunos gobiernos

de países de áfrica, Asia, América Latina y el Caribe para identificar

intervenciones específicas y reforzar la capacidad de resistir las

alzas en los precios. En el corto plazo se contemplan intervenciones

principalmente en ámbitos como el de la ayuda alimentaria, la

distribución de semillas y/o insumos y el apoyo a los programas de

nutrición. En tanto, a largo plazo se consideran acciones de mejora de

la productividad de los agricultores -especialmente de los pequeños-

, inversiones en infraestructura rural, diversificación e intensificación

de la agricultura, así como de mejora de los sistemas financieros, entre

otras cosas24.

Por su parte, con el llamado a crear un Nuevo Acuerdo para la Política

Alimentaria Mundial, el bm anunció que duplicaría el financiamiento a

la agricultura en el áfrica Subsahariana y que apoyaría a los gobiernos

de los países a expandir y mejorar el acceso a programas de redes de

seguridad, así como la sensibilización acerca de los impactos negativos

que políticas como las de prohibición de exportaciones o las de altas

tarifas y subsidios comerciales de los países desarrollados tienen, en

particular en el contexto actual.

Como complemento a estos esfuerzos y con la meta de construir

acuerdos internacionales para dar soluciones y aprovechar las

oportunidades presentes, la FAO y otros organismos internacionales

(CGiAR, FiDA y PmA) organizaron el pasado junio la Conferencia de

Alto Nivel sobre la Seguridad Alimentaria Mundial: los Desafíos del

Cambio Climático y la Bioenergía, en la que participaron representantes

de 180 países, incluyendo Jefes de Estado. La Declaración final de la

Conferencia reafirmó el compromiso de la Comunidad internacional con

la erradicación el hambre y representó un avance efectivo al reconocer

el papel central de la inversión en la agricultura para lograr esta meta25.

No obstante, pocos acuerdos se lograron en materias como políticas

comerciales, biocombustibles, redes de seguridad social y formas de

implementación de algunas de las medidas anunciadas.

�4 A julio de este año la iSPA cubría 54 países con un presupuesto total de 21 millones de dólares de $EE.UU. Para más detalles ver: http://www.fao.org/worldfoodsituation/isfp/soaring-food/es/ �5 La Declaración final se encuentra disponible en: http://www.fao.org/fileadmin/user_upload/foodclimate/hLCdocs/declaration-E.pdf

51

agricultura urbaNa eN el marco de los altos precios de los alimeNtos

El estatus nutricional de la población urbana en ALC está en riesgo por el bajo

consumo de nutrientes y ahora agravado por el alza de los precios de los alimentos.

Ante esta alza de precios, las familias urbanas son especialmente vulnerables

porque basan su dieta en alimentos básicos derivados de granos comerciables y,

simultáneamente, no producen alimentos para consumo propio o para venta.

Dentro de este contexto, la Agricultura Urbana (AU) surge como una opción que

promueve la producción de alimentos frescos, saludables y a bajo costo. Algunos

de los impactos de la AU son:

» Producción de alimentos para el autoconsumo y la generación de excedentes a

nivel familiar y comunitario: la producción de alimentos representa un ahorro de

ingreso familiar como resultado del no gasto en la compra de algunos productos

como frutas, vegetales y ciertas formas de proteína vegetal y animal. En ciudades

como bogotá, Colombia, se estima un ahorro de 1.3 dólares de EE.UU. diarios por

la producción de huertas familiares urbanas de 4m².

» Diversificación de la dieta: las familias involucradas incrementan de manera

significativa su consumo de vegetales frescos y de otros alimentos ricos en

micro-nutrientes, fibra y vitaminas. Una reciente evaluación del proyecto de

micro-huertas de El Alto, bolivia, confirma que las familias con alguna forma de

producción incrementaron su consumo en 85% y ampliaron su canasta de consumo

de 6 a 15 productos incluyendo nuevas especies de frutas y vegetales.

» Organización comunitaria y de género: alrededor de las huertas familiares y

comunitarias las personas inician redes de mercadeo e intercambio de productos y

conocimientos. En ciudades como Caracas, Venezuela o belo horizonte, brasil, los

restaurantes populares son abastecidos por la producción de huertas comunitarias

localizadas en barrios y áreas periurbanas. En Rosario, Argentina, la Secretaría de

Promoción Social promueve el establecimiento de mercados verdes en pequeños

kioscos, generalmente liderados por asociaciones de mujeres. Este tipo de

iniciativas incluyen la formación en contabilidad y metodologías para mejorar la

participación de los productores. El ingreso y la generación de empleo son una

consecuencia de la asociación de recursos y valores.

» Educación y Nutrición: la huerta escolar es una propuesta conjunta entre

educación básica con los beneficios de la buena nutrición. En brasil, un proyecto con

el ministerio de Educación estableció huertas escolares en 15 municipalidades en

los estados de Goiás y bahía. Esta iniciativa busca mejorar la seguridad alimentaria

en las escuelas con micro-huertas, la educación nutricional y las buenas prácticas

de manufactura en los productos preparados en los restaurantes comunitarios.

Si bien América Latina y el Caribe ha avanzado en la lucha contra el hambre, debe reconocerse que aún

quedan esfuerzos por realizarse para alcanzar las metas fijadas en la Cumbre mundial de la Alimentación

y en la Cumbre del milenio. En este marco, las políticas y programas destinados al combate al hambre

y la pobreza en la Región debiesen además considerar especial énfasis en grupos vulnerables como los

indígenas y afro-descendientes.

Adicionalmente, existen claras muestras de que gobiernos, sociedad civil, congresos y jueces trabajan

activamente para afianzar el derecho a la alimentación y la institucionalidad nacional de seguridad

alimentaria, y con ello lograr que el combate al hambre sea un verdadero asunto de Estado y no sólo la

voluntad aislada y temporal del gobierno de turno de un país. En este sentido, se debe crear jurisprudencia

respecto al derecho a la alimentación, así como la intensificación de la formación de los jueces y

procuradurías de los derechos humanos. De la consolidación de estos marcos legales dependerá que

se afiance una institucionalidad capaz de dar continuidad y soporte a las políticas implementadas para

eliminar el hambre.

La nueva coyuntura, marcada por el alza de los precios de los alimentos, representa una amenaza a la

seguridad alimentaria de la gente, en vista que las poblaciones más vulnerables destinan una mayor

proporción de su gasto a la alimentación. Este panorama exige acciones conjuntas y coordinadas entre

los actores para convertir las recientes alzas en los precios de los alimentos, los fenómenos climáticos

adversos y la mayor demanda por biocombustibles, en verdaderas oportunidades de desarrollo. Se trata

de aprovechar esta coyuntura, en una Región productora de alimentos básicos y abundancia relativa en

recursos naturales, para integrar a las comunidades rurales, especialmente a los agricultores pequeños, a

la dinámica del crecimiento económico.

Para abordar las necesidades más urgentes, las políticas de redes productivas y de seguridad social

pueden contribuir a enfrentar el problema de corto plazo, mientras se diseñan políticas que favorezcan

la estabilización y la expansión de la disponibilidad de alimentos en el mediano y largo plazo. Destacan

en este sentido las políticas de infraestructura rural y de inversión en la agricultura, orientadas a la zona

reflexiones finales

53

54

donde viven y a las principales actividades de la

que dependen las personas en condiciones de

pobreza y hambre.

Por el lado de la producción, las intervenciones que

mejoren la productividad y el acceso a mercados

de la llamada agricultura familiar campesina son

claves, considerando que en países como brasil,

Chile, Colombia, Ecuador, méxico y Nicaragua se

estima que la participación de este sector en la

producción total agrícola fluctúa entre uno y dos

tercios.

Conjugar estrategias que reduzcan los efectos

adversos y maximicen potenciales beneficios

requiere también de un papel activo de los

organismos internacionales para promover

acuerdos entre la comunidad internacional

acerca de las ventajas de favorecer un mayor

acceso de los países en desarrollo a los mercados

internacionales, así como la eliminación de los

subsidios ineficientes aplicados especialmente en

las economías desarrolladas.

Por último, se debe trabajar en la expansión

y profundización de iniciativas como América

Latina y Caribe sin Hambre -apoyada por la FAO-,

la Estrategia Regional sobre Nutrición en la Salud

y el Desarrollo -de la OPS- y la Iniciativa Hacia la

Erradicación de la Desnutrición Infantil en America

Latina y el Caribe -apoyada por el PmA, UNiCEF,

OPS y el biD-, emprendimientos que apoyan a

los gobiernos de la Región para la consecución

de un mismo objetivo: erradicar el hambre y la

desnutrición de nuestro continente.

55

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62

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Fuente: Estadísticas sobre Seguridad Alimentaria, FAO 2008

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agradecimieNtos

El presente reporte es el resultado del trabajo conjunto entre

la iniciativa América Latina y Caribe Sin hambre, a través del

Observatorio Regional de Seguridad Alimentaria y Nutricional,

así como de los cuatro Grupos Temáticos de la Oficina Regional de

la FAO para América Latina y el Caribe (FAORLC): Alza de Precios

Agrícolas, Seguridad Alimentaria y Lucha contra el hambre;

Políticas, desarrollo territorial, empleo rural y promoción de la

agricultura; bioenergía, y Agricultura Urbana y Periurbana.

La coordinación general de esta publicación fue responsabilidad

de Jorge Ortega, Oficial de Economía en Sistemas Alimentarios

y Coordinador del Grupo de Alza de Precios Agrícolas, Seguridad

Alimentaria y Lucha contra el hambre. Especial mención

merece el trabajo de integración, redacción y edición técnica del

documento final a cargo de Rodrigo Rivera, consultor en análisis

de la Seguridad Alimentaria de FAORLC.

Se agradecen los comentarios y materiales preparados por los

siguientes Oficiales, Consultores y Voluntarios de la Oficina

Regional: Jorge Ortega, Juan Carlos García Cebolla, José Luis

Vivero, Alejandra Ortiz, Sergio Faiguenbaum, Pier Paolo Piras,

Sara Granados (quien también aportó las fotos), Rodrigo Pérez,

Alberto Saucedo, Neimeyer Almeida, Andrés Pascoe, Paola Valle

y Vera Scholz.

Asimismo se agradecen los valiosos aportes y comentarios

técnicos que fueron recibidos de José Graziano da Silva

(Representante Regional de FAO para América Latina y el

Caribe); margarita Flores (Representante Regional Adjunto de

FAORLC y Representante de FAO Chile); Fernando Soto (Oficial

Principal de Políticas); Juan Carlos García Cebolla y José Luis

Vivero (Coordinador y Oficial Técnico, respectivamente, del

Proyecto de la iniciativa América Latina y Caribe sin hambre).

Finalmente se agradece la edición de Andrés Pascoe y el diseño

de Pablo Loschi, consultores del Proyecto de la iniciativa América

Latina y Caribe sin hambre.

66

El año 2015 marcará un momento histórico en el que se evaluarán los progresos hacia el cumplimiento de los objetivos establecidos en la Cumbre Mundial de la Alimentación en 1996 y la Cumbre del Milenio del año 2000: reducir a la mitad el número y proporción de personas que padecen hambre alrededor del mundo.

A pesar de los avances en la reducción del hambre en las últimas dos décadas, los compromisos establecidos continúan siendo vigentes al constatar que nuevos desafíos han emergido en el entorno internacional y que alrededor de 963 millones de personas padecen hambre en 2008, según indica la estimación de diciembre del mismo año. De este total, 115 millones se encuentran en situación de subnutrición, principalmente por el efecto del alza de los precios de los alimentos que se experimentó con mayor fuerza entre el año de 2006 y los primeros meses de 2008.

Esta publicación ofrece un panorama de la situación del hambre en América Latina y el Caribe, además de una visión de las estrategias seguidas por gobiernos y sociedad civil en sus intentos por erradicarla. Finalmente, se discuten los retos que se avecinan para el cumplimiento de uno de los derechos más básicos: vivir sin hambre.