Para hacer frente a los créditos que se le concedieron en 1590 para reponer las pérdidas de la Armada Invencible y por los que los usureros o banqueros europeos exigían tipos de interés leoninos, de hasta el 30%, Felipe II puso a la venta, en 1557, 150 hidalguías a 5.000 ducados de oro cada una (unos 300.000 euros) - aunque no logró venderlas todas - y 37 más en años posteriores. Su nieto, Felipe IV, continuó con la venta, pero tuvo que bajar el precio a 4.000 ducados pagaderos incluso a plazos. Durante el siglo XVII se crearon 5 vizcondados, 128 condados y 269 marquesados.

Como hoy en día los ricos son más ricos y, normalmente, suelen tener aires de grandeza, seguro que sería más fácil colocar unos cuantos marquesados o condados que colocar deuda pública. Sin embargo los regalamos: marqués de Del Bosque, al seleccionador nacional de fútbol, marqués de Villar Mir, al empresario así llamado, marqués de Vargas Llosa, al Nobel de Literatura… Todo un despilfarro en tiempo de crisis.

El 18 de agosto de 1936, el capitán de la Guardia Civil Santiago Cortés decidió refugiarse en el Santuario de Nª Sª de la Cabeza, en Andújar (Jaén). El grupo de refugiados estaba compuesto por 165 miembros de la Benemérita, 44 paisanos y 4 sacerdotes, junto con sus familiares; en total unas 1.200 personas. Pronto comenzaron a sufrir un duro asedio por parte de las tropas republicanas.

Para hacerles llegar cargas ligeras, como medicamentos, se utilizó una curiosa técnica que consistía en sobrevolar el Santuario y soltar pavos, a los que previamente se les habían atado los paquetes, desde la vertical del objetivo para que, con su frenético aleteo, que no les permite volar pero sí frenar la caída, aterrizaran sin que se rompiese la carga. Además, estos curiosos "paracaídas" también eran comestibles.

El euskera se usó como uno de los lenguajes en clave en el ejército estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial. El impulsor de su uso fue el teniente coronel norteamericano Ernesto Carranza, de origen mejicano y ascendencia vasca, tras comprobar que había suficientes soldados que conocían el idioma.

El mensaje más importante que se emitió en euskera salió a las ondas a las 02:30 horas de la madrugada del 7 de agosto de 1942 y decía: “SAGARRA ERAGINTZA ZAZPI” ("La Operación Manzana comenzará a las siete"). Esa frase establecía la hora “H” del desembarco en Guadalcanal, una de las batallas más decisivas de la guerra del Pacífico.

El historiador griego Polibio describió la guerra hispano-romana como “purinos polemos”, en español guerra incendiaria o guerra fiera, debido a la ferocidad e imprevisibilidad de las tribus de la Hispania Ulterior. Algunos pueblos íberos llevaban un pequeño receptáculo con un veneno de acción rápida que ingerían cuando se veían derrotados y que producía una contracción de la mandíbula, lo que dejaba en el rostro de los cadáveres hispanos una mueca sardónica que aterrorizaba a los legionarios romanos.

El Imperio Romano copió la forma de la espada íbera, llamada por los romanos “gladius hispaniensis”, debido a su mayor eficacia y dureza. El historiador Diodoro afirma que la “falcata”, otro tipo de espada hispana, era de tal calidad que no había casco, escudo o hueso que se le resistiese.

Es bien sabido que Filipinas se llama así en honor al monarca español Felipe II. El archipiélago fue descubierto en 1521 por Fernando de Magallanes quien reclamó su soberanía para España. En 1571 se estableció en Manila la capital de las Indias Orientales Españolas. Los 327 años de presencia española en el archipiélago dejaron marcas indelebles a pesar de los esfuerzos por borrarlas.

Una tercera parte del vocabulario del tagalo proviene del español. Por ejemplo, "¿Cómo está?” se dice hoy en tagalo “Kumustá?”. La frase: "¿Puede encender el ventilador de la ventana?" en tagalo es "Puwede buksan ang bentilador na malapit sa bintana?". Algunas palabras se conservan, pero cambiadas de significado, por ejemplo, "syempre" equivale hoy a “por supuesto” y "siguro" a “quizás”.

En junio de 1942 los japonesas tomaron la isla norteamericana de Kiska, muy cerca de Alaska. Sólo era una pequeño islote volcánico cubierto de nieve… pero se convirtió en una espinita clavada en el orgullo yanqui. Tras largos bombardeos, en agosto de 1943 se inició la operación anfibia para retomar la isla con una fuerza compuesta por 34.000 soldados y 95 barcos, incluidos 3 acorazados, 2 cruceros y 19 destructores.

Frente a este formidable poderío militar… ¡NADIE! Los 9 japoneses que la ocupaban habían abandonado la isla aprovechando el mal tiempo y la densa niebla. Pero lo peor de todo estaba por llegar: la fuerza anfibia tuvo que lamentar 200 muertos y más de 300 heridos, causados por fuego amigo, trampas japonesas y la voladura del destructor USS “Abner Read” al chocar con una mina nipona.

Juan de Lepe era un marino español que comenzó trabajando para un magnate inglés y, no se sabe cómo, fue requerido por el mismísimo rey de Inglaterra, al parecer para actuar como bufón. Con el tiempo, se convirtió en amigo íntimo del monarca con quien jugaba a las cartas con alguna apuesta de por medio. Un día, pensando que Juan se echaría atrás, el rey apostó la soberanía de Inglaterra, que podría convertir a Juan en rey durante 24 horas.

Obviamente - porque si no no tendría gracia esta anécdota - el lepero ganó la partida, convirtiéndose en Juan de Lepe, Rey de Inglaterra. Sería conocido por los ingleses como “The little King of England”, debido a su corto, cortísimo, reinado. Pero nuestro pequeño rey no perdió el tiempo: organizó fiestas para celebrar su nombramiento y aprovechó para hacerse con un buen montón de riquezas y con el permiso para llevárselas a España.

En la Inglaterra del siglo XVIII, cuando un matrimonio de gente humilde se rompía, sólo había dos soluciones: aguantar y hacer de tripas corazón o vender a la esposa. Esta costumbre no tenía ninguna base legal, pero como la actitud de las autoridades era equívoca se practicaba. El marido sólo tenía que llevar a su esposa a la plaza del mercado con una soga atada al cuello, e intentar colocarla alabando sus virtudes y ocultando sus defectos.

No se han registrado casos de esposas que hubiesen sido subastadas más de una vez por distintos maridos, pero sí algunos en los que el marido tuvo que volver a la plaza porque en su primera subasta no encontró compradores. Respecto a los precios, variaban mucho y, en ocasiones, además del dinero se añadía a la puja algún barril de cerveza.

Jamás circularon en España billetes con la efigie de Franco, pero lo cierto es que hubo un par de intentos que fracasaron. En septiembre de 1936, la Junta de Gobierno de Burgos encargó la fabricación de billetes de 25, 50, 100 y 500 ptas. a dos empresas inglesas. La primera rechazó el pedido porque ya era el fabricante contratado por el Gobierno de la República, y la segunda, aunque llegó a fabricar las planchas y comenzar la impresión, desistió por las presiones del gobierno británico.

Terminada la guerra, y siendo ya Franco Jefe de Estado, se volvió a intentar. Esta vez se encargó el pedido a la empresa italiana Coen & Cartevalori, pero los problemas no vinieron por parte del fabricante sino por decisión del propio Franco que consideró que dichos billetes serían rechazados por el comercio internacional que no simpatizaba con el Régimen. En el año 2002, la casa Afinsa subastó ejemplares de prueba que llegaron a venderse a 23.000 euros el pliego.

El “Semanario Pintoresco Español”, fundado por Mesonero Romanos en 1836, se propuso “popularizar entre la multitud aquellos conocimientos útiles o agradables de las ciencias, las letras y las artes”. Alcanzó una difusión insólita para la época, 6.000 suscriptores, y fue ampliamente imitado por otras publicaciones posteriores.

En una de sus ediciones de 1840 clasificaba las ciencias y las artes, según el beneficio, de la siguiente forma:

• Que dan pan y gloria: Jurisprudencia, Medicina y Teología • Gloria sin pan: Poesía, Literatura y Ciencias Exactas• Pan sin gloria: Anatomía, Economía y Aritmética• Ni pan ni gloria: Metafísica, Lógica y Crítica

En 1810, el inglés Peter Durand revolucionó el mundo de las conservas reemplazando los botes de cristal por recipientes de hierro forjado recubiertos interiormente de estaño para evitar su oxidación. Pero la fama se la llevaron Bryan Donkin y John Hall, que le compraron la patente por 1.000 libras y fundaron la empresa Donkin and Hall cuyo primer cliente fue la Royal Navy.

¿Qué problema tenían estas primeras latas? Que no se había inventado el abrelatas. Según se indicaba en las etiquetas, para abrirlas era necesaria la ayuda de un martillo y un cincel. Muchos soldados las abrían utilizando las bayonetas, o disparando contra ellas o golpeándolas con piedras. El primer abrelatas fue inventado en 1855 por Ezra. J. Warner.

Antes de que aparecieran en las mesas de los poderosos exóticas viandas procedentes de lugares tan dispares como Guinea (faisanes), Persia (gallos), India (pavos), Hispania (conejos), Ambracia (corzos), Calcedonia (atunes), Tarento (ostras y almejas), Ática (mejillones) o Dafne (tordos), los romanos no conocieron más que los alimentos básicos que proporcionaba la tierra: cereales, legumbres, hortalizas, leche o huevos.

Cuando los recursos escaseaban, el alimento básico fue el puls durante más de 300 años. Se trataba de una especie de gachas de harina de trigo. La carne más consumida era la de cerdo, aunque la plebe solo accedió a ella en la época de Aureliano (siglo III), cuando se repartía gratis… pero era de burro.

Según el libro Guiness de los records, la bandera nacional más antigua es la de Dinamarca que, según documentos de finales del siglo XIII, “bajó del cielo para inspirar a los daneses en la batalla de Lyndanisse”. Fuesen cuales fueren los motivos, los daneses fueron los primeros en usar banderas rectangulares, costumbre que se extendió por toda la región escandinava y, finalmente, por toda Europa.

La principal razón por la que la bandera de Nepal es diferente es porque no se sometió a la moda europea. Nepal se convirtió en reino en 1768 y no fue colonizado ni estuvo bajo una gran influencia de los europeos por lo que las banderas rectangulares llegaron allí, no hace mucho tiempo, en las mochilas de los alpinistas.

Aunque pueda sorprender, la rueda es una creación tan ingeniosa que no vio la luz hasta el 3500 a.C. Eso prácticamente es “ayer” ya que en aquel tiempo los humanos ya dominábamos las aleaciones de metales, construíamos canales y barcos, e incluso diseñábamos instrumentos musicales complejos como el arpa. Entonces ¿por qué se tardó tanto en inventar la rueda?

Lo realmente brillante fue materializar el concepto rueda-eje, pero hacerlo resultó muy dificil. Para mantener fijo un eje y una rueda hace falta trazar círculos muy precisos, tanto en el contorno del eje, como en el agujero de la rueda. Ambos tienen que encajar firmemente. La firmeza de la unión no debería resultar excesiva, para que no hubiera demasiada fricción. Quedarse corto tampoco era una opción, o el conjunto sería incapaz de soportar cargas importantes.

El evangelio de S. Mateo incluye un versículo en el original griego que durante siglos se ha traducido así: “¿No es éste el hijo del carpintero?”. Una expresión muy parecida la recoge también S. Marcos: “¿No es éste el carpintero, el hijo de María?”. En ambos casos, la palabra griega “tekton” se ha tradujo como carpintero. Pero recientes investigaciones han puesto de manifiesto que con esa expresión se designaba al profesional que trabajabala la madera y la piedra, especialmente en la construcción; lo que hoy sería una mezcla de albañil y artesano.

De hecho, la palabra “arquitecto” designaba al jefe de obra que dirigía a los diversos “tectones” que intervenían en la construcción. Así pues, José y Jesús fueron carpinteros, pero algo más que eso. Fueron artesanos que con ese oficio se santificaron y santificaron también la realidad que les tocó vivir.

Luis XIV, “el Rey Sol”, estuvo durante varios años “sufriendo en silencio las hemorroides”, para ser más precisos una “fístula anal”, hasta que llegó un momento en que la situación era insostenible y le ordenó a su médico personal un remedio definitivo. Éste decidió que la única solución era una intervención quirúrgica. La operación fue todo un éxito y la curación del rey fue motivo de que uno de los mejores músicos de la época, Jean Baptiste Lully, decidiese componer la canción/himno “Grand Dieu sauve le Roi”, que llegaó a convertirse en el himno de la monarquía hasta la llegada de la guillotina.

En 1714, el compositor G. F. Handel, de visita en Francia, se quedó con aquella pegadiza música. Así que, dándole vueltas y haciéndole algún arreglo, se la ofreció en Londres, como propia, a Jorge I y terminó por convertirse en “God save the King” (o “the Queen”), el actual himno británico y de otros territorios de la Commonwealth.

El Missile Mail era un sistema de envío rápido del correo mediante cohetes o misiles. La primera prueba con éxito tuvo lugar en 1931, cuando Friedrich Schmiedl inició un servicio de correo por cohetes en Austria. Pero fueron los estadounidenses los que decidieron mejorar este sistema para hacerlo más preciso y fiable. El 8 de junio de 1959, y tras un acuerdo entre el United States Postal Service y el Departamento de Defensa, se probó este sistema con el envío de un misil que podría transportar el correo con mayor precisión que los cohetes.

Para ello se eligió el misil de crucero "Regulus", con un alcace de 1.000 Km., y el lanzamiento se realizó desde el submarino USS "Barbaro" situado cerca de Norfolk. Unos 22 minutos más tarde el misil, y su carga de 3.000 cartas, llegaban a la Base Naval de Mayport (Florida). No obstante, el coste de este peculiar envío era demasiado alto y la idea se desechó.

En 1493, cuando Colón regresó de su primer viaje a las Indias, y a petición de los Reyes Católicos, el Papa Alejandro VI les otorgó las llamadas Bulas Alejandrinas. En ellas se impuso a los reyes la obligación de enviar misioneros para convertir a las poblaciones descubiertas a la fe católica, aunque en esos momentos se planteaban muchas dudas sobre los nativos que poblaban aquellas tierras: ¿eran seres humanos o sólo tenían apariencia humana? ¿tenían alma?

Fue en 1537, cuando el Papa Paulo III puso luz ante tanta oscuridad. En la Bula Sublimis Deus sentenció: “Nos, que aunque indignos, ejercemos en la tierra el poder de Nuestro Señor, y luchamos por todos los medios para traer el rebaño perdido al redil que se nos ha encomendado, consideramos que los indios son verdaderos hombres y que no sólo son capaces de entender la fe católica, sino que, de acuerdo con nuestras informaciones, se hallan deseosos de recibirla.”

The Locomotive Act, promulgada en Gran Bretaña en 1865, establecía unos límites de velocidad para los automóviles de 6 Km/h en el campo y 3 Km/h en las ciudades, además de la obligación de circular, delante del vehículo autopropulsado, un hombre con una bandera o linterna rojas. En 1896, Walter Arnold se convirtió en la primera persona sancionada por exceso de velocidad: circulaba a 12 Km/h. El policía que lo detuvo, tras la correspondiente persecución, iba en bicicleta.

Ese mismo año, Bridget Driscoll se convertía en la primera víctima del tráfico automovilístico. Arthur Edsell conducía su flamante Roger-Benz por el barrio de Crystal Palace, Londres, cuando atropelló a Bridget que, al caer, tuvo la mala suerte de golpearse la cabeza y fallecer al instante. Arthur circulaba a 6 Km/h… un imprudente exceso de velocidad.

Defendía Trofim Lysenko, biólogo soviético, que la adaptación de las especies - según Darwin, natural y a lo largo de las generaciones - podía ser modificada radicalmente exponiendo a las especies a estímulos ambientales apropiados, por ejemplo, enfriando semillas para adaptarlas a climas extremos, etc. El resultado final fue un desastre para la agricultura rusa.

Cierto día, el físico Lev Landau le preguntó: "Así pues, ¿usted argumenta que si cortamos la oreja a una vaca, y a su descendencia y así sucesivamente, tarde o temprano nacerán vacas sin orejas?". "Sí, es correcto" - repondió Lysenko. "Entonces, ¿cómo explica Vd. que sigan naciendo mujeres vírgenes?"

El rey Ricardo III de Inglaterra, más conocido por Ricardo “Corazón de León”, creció rodeado de trovadores, poetas y artistas, que influyeron en su personalidad hasta dotarle de lo que podríamos denominar “una sensibilidad exquisita”. En otras palabras, Ricardito más que “león rugiente” era “gatito maullador”. Con el tiempo, llegó a establecer “pactos" con el rey Felipe Augusto de Francia, que también se mostraba “esquivo con las damas”. Ambos convencieron al Papa Gregorio VIII para que les financiara una Cruzada en Tierra Santa en la que fueron derrotados por el turco Saladino.

Más tarde, Felipe Augusto sufrió un ataque de celos cuando, bajo el pretexto de estar “negociando la paz", sorprendió a Ricardo en la tienda de Saladino en “postura indecorosa”, motivo por el que abandonó la Cruzada. Ricardo pasó los ultimos años de su vida en tierras gabachas luchando contra su anterior “aliado”, perdiendo la vida atravesado por una flecha durante el asedio a la fortaleza de Château-Gaillard. Una flecha que no fue precisamente lanzada por “Cupido”, como lo habian sido las anteriores.

En el actual escudo de Guipúzcoa se ha querido eliminar todo lo que huela a español. Lo único que queda del histórico son tres tejos (no confundirlos con el árbol de Guernica, que es un roble) a los que se han añadido unas fajas azules de agua. Este flamante escudo fue aprobado por la Norma Foral 6/1990, de 27 de marzo de 1990. Ahora bien, en él se ha colocado una leyenda que dice: "FIDELISSIMA BARDULIA NUNQUAM SUPERATA", que traducido al castellano quiere decir: "Bardulia, la más fiel, nunca conquistada".

Pero… ¿qué es Bardulia? Pues en un documento del Siglo VIII se dice: "Bardulia, qui nunc vocatur Castella", o sea, "Bardulia, a la que ahora llamamos Castilla". O sea, que el nombre de Castilla aparece en el escudo de Guipúzcoa. ¡Oh!