20
Para una tipología de los novios de la nena Hay que aclararlo de entrada: la Nena era un minón infernal, rubia, dieciocho años, un metro setenta y seis o setenta y siete, labios carnosos como Kim Basinger, un lomo inenarrable; bueno, en definitiva hubiera sido perfecta salvo por el hecho de que hablaba, pero siempre se podía encontrar algo con qué taparle la boca, según la obscena e imperdonable expresión de Daniel. Justamente, a Daniel se le había puesto en la cabeza levantársela y los Misóginos querían colaborar para que el fracaso se llevara a cabo con la necesaria cientificidad. También hay que reconocer que Danielito, el Abogado del Diablo del Club, era el único que estaba a la altura de la Nena, en varios sentidos. Pese a su innegable condición de misógino, Daniel tiene cierto éxito con las mujeres en general, sobre todo por temporadas, y ésta, según él mismo y pese a la incredulidad del resto, parecía ser una de ellas. —Consideremos una primera dificultad —pontificaba el Líder, en la reunión inicial—. La Nena es una máquina impresionante. La Nena no le da bola a nada que circule por debajo del metro ochenta. La Nena tiene novio, siempre tuvo novio y siempre tendrá novio. —Protesto —exclamó el interesado—. Yo mido un metro ochenta y cuatro, ochenta y cinco con el pelo sucio. Invoco la Teoría del Agujero Negro. (Cf. “Enigma para misóginos”, en este mismo volumen.) —Concedido —concedió Carlos—. Si no, ¿para qué corno estamos acá, en vez de estar suicidándonos en masa? La cuestión es cómo se va a realizar la delicada operación. Eduardín, aquí presente, que 1

Para Una Tipología de Los Novios de La Nena

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Cuento.

Citation preview

Page 1: Para Una Tipología de Los Novios de La Nena

Para una tipología de los novios de la nena

Hay que aclararlo de entrada: la Nena era un minón infernal, rubia, dieciocho años, un metro setenta y seis o setenta y siete, labios carnosos como Kim Basinger, un lomo inenarrable; bueno, en definitiva hubiera sido perfecta salvo por el hecho de que hablaba, pero siempre se podía encontrar algo con qué taparle la boca, según la obscena e imperdonable expresión de Daniel.

Justamente, a Daniel se le había puesto en la cabeza levantársela y los Misóginos querían colaborar para que el fracaso se llevara a cabo con la necesaria cientificidad. También hay que reconocer que Danielito, el Abogado del Diablo del Club, era el único que estaba a la altura de la Nena, en varios sentidos. Pese a su innegable condición de misógino, Daniel tiene cierto éxito con las mujeres en general, sobre todo por temporadas, y ésta, según él mismo y pese a la incredulidad del resto, parecía ser una de ellas.

—Consideremos una primera dificultad —pontificaba el Líder, en la reunión inicial—. La Nena es una máquina impresionante. La Nena no le da bola a nada que circule por debajo del metro ochenta. La Nena tiene novio, siempre tuvo novio y siempre tendrá novio.

—Protesto —exclamó el interesado—. Yo mido un metro ochenta y cuatro, ochenta y cinco con el pelo sucio. Invoco la Teoría del Agujero Negro. (Cf. “Enigma para misóginos”, en este mismo volumen.)

—Concedido —concedió Carlos—. Si no, ¿para qué corno estamos acá, en vez de estar suicidándonos en masa? La cuestión es cómo se va a realizar la delicada operación. Eduardín, aquí presente, que tiene el dudoso privilegio de ser vecino de la Victimaria, aportará las primeras informaciones.

—Cómo no, Venerable —acotó el nombrado—. Es poco lo que puedo decir, en principio. Pero sí confirmar que la Nena está de novia. El afortunado machista en cuestión data de dos semanas atrás, exactamente 16 días y medio.

—Admirable precisión —aprobó el Gran Maestre—. Así que estamos ante una relación muy reciente, diría fresquita.

—No crea, Maestro. Si hiciéramos un promedio de lo que le duran los novios a la Innombrable, estaríamos cerca de tres o cuatro semanas. Es decir que el machista afortunado está entrando en la segunda mitad de su Única Oportunidad de Conocer el Paraíso...

—Notable —comentó Carlos, que no es precisamente pródigo en elogios. —Ustedes digan lo que quieran, pero yo me la levanto —porfió Daniel,

desafiante.—Vos te la levantás, las pelotas—comentó Carlos—. Acá las cosas se

hacen con rigor científico o no se hacen. ¿O querés fracasar sin pena ni gloria? Al menos, que te quede la satisfacción de haber contribuido al desarrollo de Nuestra Teoría. Mirá, Danielín —continuó, contemporizador—, la idea es que te la levantés, por supuesto, ¿qué duda cabe de que lo vas a lograr...? —Eduardo se rió por lo bajo, a la manera del mismo Daniel—. Pero hay que aprovechar la

1

Page 2: Para Una Tipología de Los Novios de La Nena

ocasión para hacer observaciones, tomar datos, en fin, laburo científico, ¿entendés? Y de paso, ya que estamos, aumentar las posibilidades, por si las moscas, ¿no?

Daniel no parecía muy convencido y se sacó la mano traicionera que el Líder le había depositado en el hombro.

—Sí, sí, vos gozá, ya vas a ver cuando salga con la Nena y pase adelante de ustedes, agarrándome las bolas...

—Qué fino —desaprobó Eduardo.—Está bien, hermano, lo vamos a gozar con vos, te lo aseguro... Para lo

que te va a durar... Y ya que estás tan agrandado y no das bola a los amigos, decime, ¿cuál va a ser tu táctica para levantarte a la Nena? Porque no pensarás ir al muere sin un plan preestablecido, me imagino.

—No sé, viejo, voy a improvisar, estas cosas no se planifican —dijo Daniel, desafortunadamente.

Ante esas palabras inverosímiles, el Gran Maestre se declaró deprimido y comenzó a murmurar por lo bajo.

—Y para esto uno se mata teorizando... Vos te das vuelta y te la dan por atriqui... Ya van a volver a pedir consejo... minga de consejo... Acá el único misógino auténtico soy yo, carajo... —y otras frases apenas audibles.

—Bueno, no es para tanto —dijo Daniel y abrazó cariñosamente al alicaído Presidente.

—Atrás, Judas —dijo éste, solemne—. Señor, señor, si es posible, aparta de mí este caliz...

—Está bien, no exagerés. Mirá, hagamos una cosa, dejemos pasar un tiempito. Si me animo, me tiro un lance. Y después hablamos.

—Hacé lo que quieras. Improvisá, “si te animás”... Así anda el país, por los improvisados. Pero después no vengás a quejarte acá. Y vos andá con él, andá —se dirigió imprevistamente a Eduardo, que observaba la patética escena con una media sonrisa estampada en la cara.

—Eh, pare, Maestro, yo no tengo nada que ver, yo no hice nada. Che, Daniel, hermano, aflojá... Cómo te vas a tirar un lance así nomás... ¿Y si te da bola?

Al verse entre dos fuegos, en franca minoría, Daniel tuvo que transar, a regañadientes.

—Está bien, ganaron. Pero mi última oferta es ésta: una semana para tantear el terreno. Y que Eduardo observe. Después nos reunimos y sacamos las primeras conclusiones...

—Me alegra que vuelvas al redil, espero que con sinceridad. Además, aunque sea sin querer, has tomado la decisión más sensata y apropiada. Durante este tiempo, el actual noviazgo de la Máquina habrá avanzado hasta la etapa de su decadencia y rápida definición. Tendremos mucho más material para pensar y alguna que otra posibilidad concreta.

—Sea.

2

Page 3: Para Una Tipología de Los Novios de La Nena

Como premio y estímulo ante la final aceptación de Daniel, el Maestro accedió a leer un texto prometido en el otro relato de esta serie, ya mencionado.

Contrateoría de la mujer con novio

Por razones estrictas de salud mental, es necesario relativizar e incluso refutar la anterior teoría de la MCN. En realidad, el punto débil de dicha teoría es lo que nos permitirá deconstruirla, según el método de Jacques Derrida, filósofo muy apreciado entre nuestras amigas, las críticas feministas.

Si el objetivo básico de toda M es convertirse en una MCN y luego en una MC, es obvio que se encuentra presionada a conseguir cuanto antes un gil. Este gil no necesariamente es el hombre que ella necesita y/o quiere; incluso, por las reglas de la sociedad de consumo, se hace evidente que siempre va a buscar algo más, otro gil, que se aproxime más y más, diríamos asintóticamente, a su ideal.

De esto se deduce que una MCN es, más profundamente, una MSN, aunque esto parezca una contradicción fundamental.

Si su mirada es alta (cf. la “Teoría...”), es para disimular, porque siempre se reserva el derecho de elegir. Incluso puede afirmarse que la persistencia retiniana de la MCN (o MSN real), es superior al promedio. Ella ve más profunda y ampliamente que cualquiera, de qué gil se trata.

La ventaja que tiene es su mayor tranquilidad, y margen de maniobra, respecto de la MSN restringida, e incluso de la MS.

Estamos de acuerdo (reiterando la parte rescatable de las conclusiones anteriores) en que la MCN es difícil. Pero no imposible, porque siempre está en la búsqueda de un gil intermedio hacia su ideal. La prueba accesoria es que las mujeres que van acompañadas por la calle miran de frente a los hombres y no desvían nunca la mirada. Pero esto es otro tema que será tratado en su oportunidad.

Después de las aclamaciones de rigor, y merecidas por cierto, se procedió a otra vuelta de cerveza, prácticamente reglamentaria a esas alturas. Así quedó sellado el acuerdo, celebrado, como no podía ser de otra manera, en el sacrosanto recinto de La Giralda, bajo la mirada atenta del mozo pelado, parecido al viejito de Benny Hill. Dejemos que pase el tiempo, simbolizado por el siguiente espacio en blanco.

Y sí, la semana pasó, más o menos en blanco. No valdría la pena describir las actividades particulares de los integrantes del Club, ya que carecen de mayor interés, para este relato y para cualquier otra finalidad, si vamos al caso. Lo que importe será narrado por sus protagonistas, a continuación.

3

Page 4: Para Una Tipología de Los Novios de La Nena

—Se los ve preocupados, muchachos —comentó Carlos, haciéndose el inocente, porque se daba cuenta muy bien de que algo malo pasaba e iba a tener mucho en qué cebar sus ironías. Además, era cierto que tanto Danielito como Eduardito tenían caras de velorio, especialmente el primero.

—No es para menos —aportó Eduardo —. Estuve observando a la Nena toda la semana, como habíamos quedado.

—¿Y? ¿Qué sapa?—Pasa que tiene otro novio, pasa —intervino Daniel, cabizbajo.—Mierda. El machista de turno le duró menos de lo habitual. ¿De cuánto

era el promedio?—Yo creí que de tres a cuatro semanas... Habrá que confirmar. En todo

caso, ahora bajó.—¿Ven lo que yo decía? Lo que pasa por no hacer las cosas

científicamente... ¿Y cómo es el flaco...?—Qué sé yo... —se amoscó Daniel.—Una facha de aquéllas. Rubio, alto, de pelo muy largo.—Un ser despreciable —redondeó Carlos—. Siento en el alma decírtelo,

Danielín, pero vos no te ajustás a esa descripción ni por puta... Bah, salvo por la altura, sos el polo opuesto.

El interpelado no contestó, revolvía su café giraldiano con peligrosa violencia contenida. Las gotas que se desbordaban con sus sacudidas tenían como hipnotizados a los otros dos.

—Mirá, no es por darle ánimos al compañero, pero no es tan así como vos decís, Carlos. Los gustos de la Nena son más eclécticos de lo que podría suponerse, por lo menos hasta donde me acuerdo. Grosso modo, debo conocerle unos catorce, quince novios, si no me los confundo entre ellos, y la mayoría eran muy distintos...

—Tus cualidades de observación ya han sido puestas en duda más de una vez, hermano, y no por mí sino por circunstancias concretas. Hoy mismo tuvimos un ejemplo de ello... —parecía que el Maestro iba a seguir, implacable, cuando sus facciones se alteraron de golpe, anunciando la génesis de una idea—. Pará, pará, se me acaba de ocurrir algo.

—Cagamos —murmuró Daniel, volcando otro poco de café en el platito. El Inefable no le dio bola y siguió.

—La cuestión es así. Eduardo afirma que la Nena ha tenido muchos novios, lo cual no es una novedad para nadie. Pero dijo algo muy importante, y he decidido creerle... Perdón si te ofendí antes, con mis injustificables dudas...

—No es nada, Troesma, proceda nomás.—... Más allá de que Eduardín tenga o no razón personalmente, lo que dijo

es razonable. La Nena será un poco tonta —acá miró a Daniel de reojo, por las dudas, pero el aludido en sus gustos ni mosqueó—, pero no creo que coma vidrio. Pudiendo, a cualquiera le gusta variar. Lo interesante sería descubrir la ley de esa variación, ¿me explico?

4

Page 5: Para Una Tipología de Los Novios de La Nena

—Un carajo, como siempre.—Tranquilo, Daniel, dejá que hable la ciencia —aduló abyectamente

Eduardo, reivindicado de manera provisoria por el Líder.—Lo que quise decir es que puede haber grandes probabilidades de que el

Monstruo no elija a sus novios de manera totalmente azarosa. Además, el azar no es científico...

—¿Oíste hablar del principio de incertidumbre de Heisemberg, tío? —interrumpió Daniel, que estudia en la Tecnológica y odia las ciencias sociales. El Indiscutible ni se dignó mirarlo.

—... Como decía, el azar no es interesante. Todo sigue alguna ley, todo es explicable por alguna teoría, incluso las mujeres. Al menos, ésa es nuestra Utopía, ¿o no? —preguntó, retóricamente, pero mirando hacia Eduardo, donde tenía respuesta afirmativa asegurada. Por las dudas, no esperó confirmación—. Y, si estoy en lo cierto, descubriendo la ley que rige las elecciones de la Nena, sería teóricamente posible introducirse en su vida justamente en el momento oportuno...

—O sea, si no te entiendo mal, cuando la Nena esté por engancharse con alguien más o menos parecido a Danielito —dijo Eduardo, maravillado.

—Si el susodicho no se ofende, porque a lo mejor cree ser único... —repuso Carlos, con excesiva mordacidad.

Pero el susodicho, más que ofendido, estaba al borde de la explosión. Había escuchado con paciencia encomiable la exposición teórica del Maestro, por costumbre y para ver con qué salía, pero después de lo principal, y cuando fue directamente nombrado, no dio más y tuvo que saltar.

—Ya me tienen podrido, ustedes, sus teorías y la puta madre que los parió.—Eh, che, a mí no me metás, yo qué tengo que ver —exclamó Eduardo,

alarmado, aunque se dio cuenta enseguida del error cometido y miró de cotelé al Jefe, que se tomaba las cosas con una fingida calma.

—Rebelión en la granja —dijo éste, impasible—. Muerden la mano que les da de comer. Está bien, para qué tirar margaritas a los chanchos, ya van a venir al pie, papito los espera con los brazos abiertos...

Hubo un silencio embarazoso por tres minutos y medio. Pero estaba claro que no podía pasar a mayores. Mientras, se entretuvieron observando cómo el mozo tartamudo cagaba a pedos a una pareja que se había sentado en una mesa para cuatro. Tratando de escuchar las inextricables explicaciones del mozo, los ánimos se distendieron y el Club volvió a su jolgorio habitual.

—Está bien, chicos, está bien —dijo Daniel—. Admito que me excedí en mis funciones de Abogado del Diablo. Lo que pasa es que esta cuestión de la Nena me tiene un poco preocupado. No puedo estar en las dos cosas al mismo tiempo.

—Che, no te estará gustando en serio la Nena, ¿no? —preguntó Carlos, suspicaz.

—Y... me parece que sí.

5

Page 6: Para Una Tipología de Los Novios de La Nena

—Dónde vamos a parar. Así no hay ciencia que aguante. Se viene el oscurantismo. En todo caso, razón de más para que me des bola, no estás en condiciones de existir por vos mismo. Pensalo: la Nena anda con otro flaco, tenemos cierto tiempo para pensar nuestra estrategia.

—Me rindo. Estoy en tus manos.—Las bolas. Yo no me hago responsable. ¿Acaso Einstein tuvo la culpa

por Hiroshima? Nones.—Bueno, bueno, qué hacemos.Carlos miró a Eduardo, que todavía no estaba del todo repuesto de su

última defección. Y sabía que tenía que pagarla con creces.—A sus órdenes, Su Majestad.—No exageres. Tu tarea es esencial: tenés que recabar todos los datos

posibles sobre los novios de la Nena. Características físicas, intelectuales, morales. Es un decir. Historias familiares, detalles de la relación. Dónde los conoció, etc.

—Eh, no puedo acordarme de tanto, Maestro, me los confundo, qué sé yo...

—Más bien. Tu memoria no tiene nada que hacer en esto. Preguntá a las mujeres de tu familia, ellas deben saber todo, hasta el detalle más íntimo. Que te lo cuenten es otra cosa. Tratá de ser sutil, dentro de lo poco posible.

—Gracias —Eduardo inclinó la cabeza, resignado.—Una vez que tengamos los datos —siguió Carlos—, sacamos las

estadísticas correspondientes y vemos qué se puede hacer.Pero Eduardo se había quedado pensando, lo cual era evidente para los

otros dos. Carlos, sin ningún tipo de celos, estaba dispuesto a admitir un aporte creativo a la Teoría.

—¿Me equivoco o algo parecido a un pensamiento cruzó por tu neurona? —preguntó, solícitamente.

—No se equivoca, Supremo. Pero se lo debo a usted... —No podía ser de otra manera. ¿Qué sapa?—Cuando nombraste a las mujeres de mi familia me acordé de mi cuñada,

Pamela (a) La China.1 Si hay alguien que puede ayudarnos, es ella. La conoce a la Nena, sabe todo lo que pasa en el barrio... y es Mujer.

—Debo reconocer que estuviste inspirado. Pamela es ideal para aconsejarnos, si ella está dispuesta.

—Mirá, ella es admiradora de nuestro Club, está de acuerdo en casi todo con nosotros... Es cuestión de convencerla.

Carlos esbozó un gesto sutil de duda, como resguardo por futuras contingencias.

—Bueno, sobornala, si es necesario. Vos la conocés, prometele algo que le guste.

—¿Qué querés, que mi hermano me mate?

1Cf. "Táctica del Chino", en este mismo volumen.

6

Page 7: Para Una Tipología de Los Novios de La Nena

—Pará, pará, algo razonable, quise decir. Encargate vos y la próxima semana nos reunimos con los datos y con Pamela. Ahora va otro espacio en blanco.

En la tercera reunión, hubo verdadero clima de investigación científica, pese a la presencia inquietante de una Enemiga por Naturaleza. Cabe aclarar que la simpatía y el espíritu de colaboración de Pamela no alcanzaban a ocultar su potencial peligrosidad, todo lo contrario, pero en principio no había razones específicas, más allá de su Sexo, para desconfiar a priori de ella. Bastaba con tomar algunas precauciones epistemológicas que funcionaran, para citar las excelsas palabras del Líder, “como una ristra de ajo contra los vampiros”.

—Junto con Pamela —decía Eduardo—, hicimos una lista exhaustiva.—“Aramos dijo el mosquito” —comentó Daniel, por lo bajo.—A ver —dijo Carlos. —Faltan algunos detalles —aclaró Eduardo, inhibido por la inspección del

Jefe—. Pero podemos ir completándolos acá.—Ésa es la idea.—Ahora, digo yo —intervino Pamela por primera vez en este relato—,

¿para qué quieren todo esto? —¿No te explicó tu cuñado?—Sí, pero no le entendí mucho. Me dijo que querían levantarse a la Nena

—Eduardo y Carlos señalaron a Daniel, que bajó los ojos modestamente—, y que querían conocer sus gustos para ver qué posibilidades hay.

—Como me imaginaba, no es una buena explicación de la presente Teoría —suspiró el Líder, y pasó a explicar más ajustadamente lo que se proponían los Misóginos.

—¿Entendiste? —preguntó al final.—Creo que sí, pero me parece muy rebuscado. ¿Por qué no van y la

encaran directamente?La intervención no fue muy bien recibida que digamos. Daniel lanzó una

risotada impúdica, Eduardo se puso colorado y Carlos agachó la cabeza, abatido. Por suerte, se repuso enseguida.

—Eduardo, ¿no dijiste que ella estaba con nosotros? Nena, ¿quién te manda, el enemigo? Acá ya tenemos Abogado del Diablo, que es Daniel y rompe bastante la paciencia.

—Sí, pero, si se quiere levantar a la Nena, no creo que esté en condiciones de ser abogado de nadie.

Esta observación sarcástica de Pamela ya estaba más en la onda del Club, así que fue inmediatamente aclamada por los Misóginos. Pero no había sido convocada como Abogada del Diablo, sino como simple asesora en el tema la Nena, de manera que los datos aportados fueron extendidos sobre la mesa y evaluados. El proceso de clarificación fue más que arduo, habida cuenta del particular concepto de orden que Pamela parecía haber impuesto a su

7

Page 8: Para Una Tipología de Los Novios de La Nena

información. Pero finalmente ésta fue traducida a la fría estadística y estuvo lista para usar. No podemos exponer todos los pasos que fueron necesarios, ya que esto requeriría otro libro, pero el resultado podría ir resumiéndose así.

N.° Fechas Características Dónde los Estudiosfísicas conoció

1 5/89 alto, rubio baile secundario 2 ? alto, morocho baile terciario 3 12/89 alto, morocho calle secundario 4 1/90 bajo, morocho ? ninguno 5 2/90-4/90 alto, rubio calle primario 6 4/90-5/90 bajo, morocho colectivo ? 7 ?-8/90 alto, pelado calle terciario 8 9/90-9/90 alto, ? baile ninguno 9 11/90-12/90 alto, pelirrojo calle ?10 1/91-1/91 alto, rubio calle terciario11 1/91-2/91 bajo, morocho baile terciario12 2/91 ? calle ?13 4/91-5/91 alto, morocho trabajo secundario14 5/91-6/91 alto, rubio calle terciario15 7/91-7/91 alto, morocho trabajo terciario16 7/91-8/91 alto, ? ? ?17 7/91-9/91 ? calle terciario18 9/91-9/91 alto, morocho baile terciario19 10/91 y ss. alto, rubio calle terciario

Fuente: Eduardo, Pamela, doña Pola (mamá de Pamela), doña Dominga (abuela de Pamela), doña Emilia (tía de Pamela), doña Matilde (dueña del kiosco de la esquina).

ResumenTotal de novios registrados: 19, entre 5/89 y 10/91. Discriminados por Año: 3 en 1989, 6 en 1990, 10 en 1991 (hasta la fecha).Altos: 14; bajos: 3; no se sabe: 2.Morochos: 8; rubios: 5; pelado: 1; pelirrojo: 1; no se sabe: 4.Conocidos en la calle: 9; en bailes: 5; en el trabajo: 2; en el colectivo: 1;

no se sabe: 2.Estudios terciarios: 9; secundarios: 3; ninguno: 2; primarios: 1; no se sabe:

4.

—Lo que se desprende de nuestro trabajo es más o menos lo siguiente. La Nena tiene una inclinación obvia por los hombres altos, lo cual te favorece claramente, Danito. (Reconozco que esto ya lo sabíamos de entrada por

8

Page 9: Para Una Tipología de Los Novios de La Nena

definición.) Otra inclinación, menos conocida: los morochos. Ahí también vas bien. Pero hay algo más interesante todavía: en los últimos tiempos, la Nena está manifestando una importante tendencia hacia sujetos que tienen estudios terciarios y la encaran en la calle. Esto indica que tenés que arrimar decididamente en ese ámbito, demostrando que sos universitario, lo cual es relativamente cierto, por otra parte.

—¿Y tanto lío para esto? —la objeción fue, muy previsiblemente, de Pamela—. A cualquier mina le gusta un tipo alto, morocho, universitario y que te apura en la calle.

En vano los muchachos trataron de matizar la cuestión y convencer a Pamela, finalmente, de que, si bien las conclusiones intuitivas eran más o menos similares a las científicas, éstas tenían todo el prestigio que el pensamiento occidental otorga a la ciencia, esa forma solapada de ideología. Pero Pamela, oriental al fin, escuchaba apenas con una simpatía condescendiente, pero no transaba. Eduardo era el más interesado en contemporizar, por su cuñadez responsable, pero Carlos estaba especialmente chivo.

—¿Estás segura de que querés ayudarnos, Pamela? ¿No serás doble agente, vos? ¡Una espía del Enemigo! Sí, compañeros, en nuestra inocencia infinita, los Misóginos hemos sido infiltrados por el Sexo Omnipotente y Omnisciente. No porque necesiten saber algo de nosotros, ya lo saben Todo. Sino porque quieren humillarnos más todavía con otra definición de sus poderes y nuestra incapacidad.

—Cortala, ganso —repuso lacónicamente la imputada.—Bueno, che, entonces yo qué hago —intervino Daniel—. Todo muy

lindo pero el pescado sin vender.—¿Y yo qué dije? Vos vas y la encarás a la Nena, en la calle, con libros

bajo el brazo, una carpeta con calcomanías de la facultad, algo así. Eduardo te puede presentar, de refilón nomás, ojo, que las presentaciones no son del gusto de la Nena. Solamente para poder saludarla después. Más o menos, sabemos sus horarios. Durante un par de días, te la cruzás cuando sale de la casa, la saludás, y al tercero o cuarto, te parás y le hablás.

—¿Tres o cuatro días? Para entonces ya consiguió cinco tipos más.—No, hay que agarrarla justo en el Agujero Negro. Estemos pendientes.

Vos, Pamela, rehabilitate.—Sí, mejor que lo presente yo, porque con Eduardo va al muere de

entrada.—Gracias —dijo el nombrado, aliviado en serio por no tener que meterse.—Como decían Ortega y Gasset —agregó Carlos—, Danielito, a las cosas.—¿Va espacio en blanco? —preguntó Pamela, canchera.

Parece que la primera parte del plan funcionó bien. El rubio fue arrojado a las tinieblas exteriores más o menos en la fecha prevista, y este hecho auspicioso, inmediatamente constatado por Pamela y Eduardo, abrió el camino

9

Page 10: Para Una Tipología de Los Novios de La Nena

para la intervención de Daniel, que a estas alturas estaba más caliente que culo de pava, con perdón del grosero símil.

El hombre, flanqueado por los dos celestinos ad hoc, hizo la guardia correspondiente hasta que apareció la Nena. La presentación fue adecuadamente informal, gracias a la mano maestra de Pamela. Eduardo ni abrió la boca, por suerte, evitando que se le escurriera un traicionero hilillo de baba. Daniel echó mano a su famosa mirada penetrante y la Nena no le mezquinó sus ojazos azules, grandotes, vacíos.

La segunda parte era más difícil, sobre todo por ser exclusiva responsabilidad de Danito. Pero lo hizo bien, dentro de lo posible: conociendo los horarios y las rutas del Monstruo, pudo cruzársela tres veces en dos días, y saludarla, según él, con la correcta combinación de interés y reciedumbre. El Club (o sea Carlos) manifestó ciertas dudas sobre esto último, pero no había testigos para corroborarlo. Todo estaba listo para la tercera parte, la decisiva... Mejor que lo cuente la propia víctima.

—El cuarto día, como estaba programado, me planté frente a la Nena y la saludé con un beso. Hablamos algunas boludeces. Todo parecía ir bien, porque no hacía ademán de irse, ni de estar fastidiosa con mi presencia. Pero a mí se me estaba acabando el rollo. Bueno, era toda una hazaña, la Máquina me había dedicado casi quince minutos de su vida, sin manifestar ningún signo de náuseas. Entonces me agrandé. Ése fue mi error.

El Club en pleno, incluida Pamela, estaba en vilo por las palabras de Danielín, que los hizo esperar bastante, sabiendo lo que se le venía.

—Antes de que se fuera, le regalé un chocolatín que había comprado especialmente para ella. Y la Nena lo agarró, me miró y dijo: “¡Qué dulce!” Me dio un beso y se fue.

El Club hizo un silencio absoluto, de muerte. Alguna lágrima asomó virilmente en el ojo izquierdo de Daniel, mientras sus compañeros le palmeaban la espalda, compadecidos. La más preocupada, sin embargo, era Pamela.

—Lo siento mucho, hermano —repetía Carlos, cada vez más sombrío.—No te pongás así —balbuceaba Eduardo.—¿A quién se le ocurre regalar un chocolatín? Hay que ser otario... —

intervino Pamela, implacable; y después, cambiando de tono: —Ahora me explico ciertas cosas...

—¿Qué cosas?—Después les cuento.—Sí, es mejor consolarse con un poco de Teoría —concluyó Carlos—.

¿Por qué no confeccionamos un Diccionario de Lenguaje Femenino? Ya tenemos un reciente ejemplo: qué dulce significaría...

—Qué boludo —dijo Pamela.Daniel lanzó un suspiro de asentimiento, pero ya se veía más repuesto. De

inmediato el Club en pleno se puso a aportar ideas para el Diccionario, que quedó más o menos así.

10

Page 11: Para Una Tipología de Los Novios de La Nena

¡Qué dulce!: Qué boludo.Más o menos: Mucho.Te quiero mucho: Ni por puta me acuesto con vos.Te llamo: Si te he visto no me acuerdo.Soy feliz con vos: Estoy enamorada de otro.X es un machista: X no hace lo que yo quiero/X está muy bien.¿Qué tal, qué es de tu vida?: ¿Cómo carajo se llamaba este chabón?Hablame de vos: ¿No estoy espléndida?Decime la verdad: Decime lo que quiero oír. Qué tipo varonil: Se parece a mi papá.Dame tiempo: No me rompás más las bolas.No quiero lastimarte: Te voy a lastimar.No sé, estoy confundida: ¿Me conviene bancarme a este otario hasta que

consiga algo mejor?¿Puedo ser sincera con vos?: ¿Puedo cagarte la vida?Yo, para acostarme con alguien, tengo que estar enamorada: Antes de

encamarme con vos, prefiero una buena paja.Tenemos que hablar: Se pudrió todo, hermano.Sí: No.No: Sí.

Estas dos últimas entradas fueron muy debatidas, por su dogmatismo. En realidad, le mera idea del Diccionario era contradictoria, porque presuponía la existencia de un código fijo para descifrar el lenguaje femenino, lo cual está muy lejos de la consoladora verdad.

Después de la febril actividad lingüística, Pamela volvió a la carga con lo que se traía entre manos desde el principio, y que había reservado sutilmente hasta una ocasión más propicia para ponerlo sobre la mesa.

—Che, en serio, les tengo que contar algo.Todos la miraron, sospechando algo bastante importante, incluso al lado

del fracaso reciente de Daniel.—Cuando venía para acá, vi a la Nena con un tipo. No estoy segura, pero

creo que ya consiguió otro novio.La noticia no cayó como un balde de agua fría porque el clima no era del

todo festivo, pero causó una impresión considerable. El Líder, por supuesto, trató de morigerar el asunto.

—Era previsible, ya pasaron los días reglamentarios del Agujero Negro; en el caso de la nena, particularmente escasos. Y, no habiendo tenido éxito nuestro hermano, se veía venir. ¿Cómo es el machista?

—Alto, morocho... y tenía un maletín con un aplique que decía “Universidad de Belgrano”... —contestó Pamela.

11

Page 12: Para Una Tipología de Los Novios de La Nena

Los Misóginos en pleno lanzaron una exclamación de sorpresa, en Carlos mezclada con indisimulable alegría.

—¡La Teoría tenía razón! —gritó—. Mirá, Danielito, no importa que hayas fracasado, si nuestra amada Teoría estaba acertada. Igual, por lo que te iba a durar... ¿Acaso la Ciencia no es un bien permanente?

Daniel, aunque no muy convencido, tuvo que admitir algún grado de razón en las palabras del Ideólogo, que pasó a explicar cómo la Historia demuestra, por ejemplo, que a fines del siglo XVIII Europa necesitaba alguien como Napoleón, aunque el mismo Napoleón no era necesario, pudo haber sido cualquier otro. Bueno, la cuestión es que, en cierto sentido, esta aventura de los Misóginos tuvo un final feliz. Pamela, por su parte, fue nombrada Asesora Honoraria del Club, Daniel volvió a su puesto central como Abogado del Diablo, y todo se celebró con un brindis ritual. Hasta el próximo Relato.

12