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1 Isla Negra 6/264 Casa de poesía y literaturas diciembre - 2010 suscripción gratuita. Lanusei,Italia. Dirección: Gabriel Impaglione. Publicación inscripta en el Directorio Mundial de Revistas Literarias UNESCO [email protected] - - http://revistaislanegra.blogspot.es Martín Micharvegas Argentina Yo también como Borges quiero ser enterrado en Ginebra", dijo el viejo curda: "Pero la mía que sea Bols!" "Parajodas (sic)", es una recopilasión escrita en fonética rioplatense, ante los "Fastos del Biserpentario Gustavo Pereira Venezuela - 1940 Dejaste el aire lleno de tu cuerpo y en la cama el vacío ¡Cuánta ceniza de hoja yerta entonces! ¡Cuánto espasmo frenético sin ti! Reinventaste la ausencia y el frío de las sábanas y el eco casi ahogado de saberte cadera muslo orgánico boca entreabierta paraíso perdido paraíso perdido perdido paraíso de nada De: Escrito de Salvaje Jacobo Rauskin Villa Rica, Paraguay - 1941 Compañeros Un pedazo de pan, un rayito de sol en la rubia corteza del pan. Un rayito de vino en medio del pecho y en el antiguo comedor obrero. Después volvían a la fábrica, al desgano secreto, subversivo, al tiempo del trabajo comprado y la vida robada. En una claraboya envejecía el cielo. Con el cansancio, el fin de la jornada. Con el atardecer, el silbato. Triste, mecánica cigarra patronal, y aun así les cantaba. de Los años en el viento, 2008. “Mi vida no es mía, pertenece a los que mueren y a los que sufren porque no hay justicia”.- Carlos Fonseca

Parajodas (sic), es una recopilasión escrita en fonética ... filePor eso la defiendo chavalita y amplia como el planeta. Dibujada en mi mano la extiendo por todas las galaxias. De

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Isla Negra 6/264 Casa de poesía y literaturas

diciembre - 2010 suscripción gratuita. Lanusei,Italia. Dirección: Gabriel Impaglione.

Publicación inscripta en el Directorio Mundial de Revistas Literarias UNESCO [email protected] - - http://revistaislanegra.blogspot.es

Martín Micharvegas Argentina

“ Yo también como Borges quiero ser enterrado en Ginebra",

dijo el viejo curda: "Pero la mía que sea Bols!"

"Parajodas (sic)", es una recopilasión escrita en fonética rioplatense, ante los "Fastos del Biserpentario

Gustavo Pereira Venezuela - 1940

Dejaste el aire lleno de tu cuerpo

y en la cama el vacío

¡Cuánta ceniza de hoja yerta entonces! ¡Cuánto espasmo frenético sin ti!

Reinventaste la ausencia y el frío de las sábanas y el eco casi ahogado de saberte cadera muslo orgánico boca entreabierta paraíso perdido paraíso perdido perdido paraíso de nada De: Escrito de Salvaje

Jacobo Rauskin Villa Rica, Paraguay - 1941 Compañeros

Un pedazo de pan, un rayito de sol en la rubia corteza del pan. Un rayito de vino en medio del pecho y en el antiguo comedor obrero.

Después volvían a la fábrica, al desgano secreto, subversivo, al tiempo del trabajo comprado y la vida robada. En una claraboya envejecía el cielo.

Con el cansancio, el fin de la jornada. Con el atardecer, el silbato. Triste, mecánica cigarra patronal, y aun así les cantaba. de Los años en el viento, 2008.

“Mi vida no es mía, pertenece a los que mueren y a los que sufren porque no hay justicia”.- Carlos Fonseca

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Adriano Corrales Arias Costa Rica - 1958 Patria

Nací en este pequeño país. Pero vengo del sol, del viento, del fuego, del socavón en el agua, del arroyo de la sangre. Del barro rojo, de las arenas calcinantes, del vuelo de las primeras aves. De los cráneos que brillaron en la noche de multitudinaria caza o en las innúmeras batallas contra la espada de nuestros contrincantes.

Vengo del África milenaria y renovada en sus tambores. De las estepas del Asia. De las playas, llanuras y montañas de Abia Yala. Y del rayo que no cesa: la cuchillada de la bárbara Europa.

Llevo a cuestas equipajes, siglos, la custodia cubriendo mis espaldas. Traigo la palma, el papiro y el amatl; la vihuela, el laúd y la guitarra; las monedas de la suerte dibujadas en el golpe místico de los dados de la muerte. Llevo un pan y un pescado, tortillas de maíz y casabe. Y el vino en todos los costados.

Despliego dioses tallados en humo y piedra, en las cuentas largas y cortas de las cosechas, en el estallido de la primavera.

Y una tristeza que no se apaga sino en el encuentro con ella, la belleza del tiempo estampada en sus pechos y caderas.

Sostengo lanzas y fusiles que cumplieron la hazaña, armas de la derrota, piélago de la victoria. Porto el talante de lucha y resistencia porque soy guerrero de cabellera larga y mirada tenaz. Libertario de barricada y trinchera.

Un manantial de placeres en el susurro del vendaval.

Y millones de palabras para defenderme cuando mi cuerpo ya cansado traza el itinerario por mi pequeñina comarca, que es la de todos.

Por eso la defiendo chavalita y amplia como el planeta.

Dibujada en mi mano la extiendo por todas las galaxias. De San José Varia, ediciones Arboleda, 2009 Ernesto Cardenal Nicaragua - 1925 Epitafio para Joaquín Pasos

Aquí pasaba a pie, por estas calles, sin empleo ni puesto y sin un peso. Sólo poetas, putas y picados conocieron sus versos.

Nunca estuvo en el extranjero. Estuvo preso. Ahora está muerto. No tiene ningún monumento...

Pero recordadle cuando tengáis puentes de concreto, grandes turbinas, tractores, plateados graneros, buenos gobiernos.

Porque él, purificó en sus poemas el lenguaje de su pueblo, en el que un día, se escribirán los tratados de comercio, la Constitución , las cartas de amor, y los decretos. Envío Natalio Kopaitich

Gonzalo Arango Colombia - 1931

Revolución

Una mano más una mano

no son dos manos Son manos unidas

Une tu mano a nuestras manos

para que el mundo no esté en pocas manos sino en todas las manos

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Mayra Oyuela Tegucigalpa, Honduras - 1982 Nos compromete el grito

Buenos días sindicatos, buenos días socialistas, buenos días trotskistas y seguidores de Gramsci. Buenos días populistas y proletariado. Buenos días campesinos, buenos días campesinas, buenos días científicos, intelectuales, lideres, zapateros, ebanistas, y poetas. Buenos días amas de casa, anarquistas, historiadores, niños, niñas, buenos días marxistas, emos y punks. Buenos días dramaturgos, actores, músicos, y orejas. Buenos días docentes, buenos días artistas buenos días estudiantes, feministas, taxistas escultores, camareros e incrédulos. Bienvenidas ratas, bienvenido sol, bienvenida piedra, zanates, seudo derechos humanos garrotes e infiltrados: Estamos todos reunidos aquí porque en casa presidencial hoy amaneció gobernando una cucaracha. Camaradas puristas del lenguaje, no pediré disculpas por el panfleto porque desde los estercoleros de New York se promueve la sangre, residimos en el lugar que habita el hombre, convivimos en el lugar donde lapidan al hombre y no queremos más hijos para llorar, nos compromete el grito, nos compromete la luz que se dispara desde los fusiles de nuestras gargantas desde la gallardía de sabernos todos hijos de la carne, dioses de carne. Pedimos pan y nos dan hambre, pedimos respeto y nos proveen soborno. No doblaremos las rodillas, no es tiempo de orar, no esperaremos que crucifiquen nuestra opinión para que resuciten nuevas democracias, en nuestras manos la esperanza de levantar la vida y honrar la sangre de los que hundieron el anhelo como anzuelo a la tierra, aferrados al consuelo de devolvernos la esperanza. Los que custodiamos los sueños en las noches baldías no instigaremos en el llanto de las madres que hacen patria con los nombres de sus hijos muertos. ¿Quién amará al hombre con su destello verduzco de azufre? humanoides mercenarios de humanos, líderes de un sol que no sabe alumbrar, melodías tristes son las marchas tras sus pasos con la furia incesante en cada pie, con la madrugada reciclada en los ojos y un ataúd de paisajes por derribar.

¿Quién habitará a este hombre? Selva de carne atravesada por la desgracia de lo insuficiente licántropo de ciudades hundidas bajo sus huellas ave fénix que la muerte vencerá ante la desgracia de llevar a cuestas un precio.

¿Quién pereció en este hombre? ¿La bondad, la esperanza en lo verdadero? Avanza con armas el humanoide, animal de vértigos criatura extraña y rebelde, domesticada por el lujo, por la avaricia, por el poder y el descaro.

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Raúl Henao Cali, Colombia - 1944 Damas de luto

La noche del sábado arrimaban a mi mesa una botella de brandy y dos mujeres de luto. Era muy negra, muy negra ese día mi estrella. Fuímos a un teatro de pacotilla donde había la escalera a la luna de un pintor que sacudió un tarro de pintura en mi solapa. El villano que paseaba en escena las narices puestas en el escote de las damas de luto, me miraba a la salida desde el espejo empañado de la taquilla. Se hicieron gárgaras mis palabras de amor y tomé el primer taxi a la vuelta del teatro, mientras la luna escupía huesos de fruta a mi paso y el viento en las esquinas, pasaba lista a la aurora. de Sol Negro José Gregorio Bello Porras Caracas, Venezuela – 1953 Miro las hojas que fui dejando en el camino para no perderme de regreso a sabiendas que nadie las comería

Algunas palabras han envejecido sobre sus amarillentas superficies Tanto que en el otoño mental se confunden con el paisaje y se visten de tierra con la esperanza de renacer en otras palabras vivas aún

De El paso de la serpiente

Susy Delgado San Lorenzo, Paraguay - 1949 La vida

La vida tiene burlas, hermanito, muy trágicas. Si hay espacios oscuros de esta mujer hecha y derecha, desabrochados, desmaquillados, desamparados, tembladerales de aire enrarecido y hervores fatigados, lastimados de tanto sueño inútil, que solamente vos alcanzarás a ver...

Esa mirada no se apiada no tiene una migaja de ternura para esta mujer hecha y deshecha

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Gustavo Valcarcel Arequipa, Perú – 1921- 1992 Pájaro de amor

Si pájaro de amor de amor moría, era su amor el ala que volaba, geografía amorosa la surcaba, aérea remembranza la envolvía.

Su pico temporal se estremecía, al recuerdo de rama que anidaba, dulce aroma en la noche que cavaba en pos del cuello, amor que amanecía.

El cielo en su plumaje desplegado, el viento en lejanía gemebundo, a pluma de nostalgia desterrado.

Sola moría el ave bajo el mundo, y la estrella en su pico iluminado era trino de amor ya moribundo. Euler Granda Riobamba, Ecuador - 1935 Una fecha y el mar

Una vez, un pescador se fue cortando al viento; tiró la red, la recogió vacía; en tanto ensangrentado el sol con todo el peso de su cuerpo se arrimaba en la tarde; de pronto, el mar comenzó a sacudirse como animal mojado; el pescador cayó en brazos de las algas; en la espina de un pez se fue su corazón, aguas abajo, y en la porosa playa ese día encontraron un pedazo de sal semejante a una lágrima. Natacha Santiago

Ciudad de la Habana, Cuba Tiendo una mirada paralela

cristales cantan entre hiedras en mi cráneo donde retumban ideas hasta el máximo

y sensuales llevan al borde del disfrute aumentan los deseos de compartir

un cuadro verde en movimiento que refulge entre coros

cuando atraviesan tus fugaces apariciones enmarcadas en la sedienta ventana

mi solitaria humedad enajenante. “En Argentina, el olvido ocupa gran parte de la memoria…” M .Longarini

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Violeta Luna Guayaquil, Ecuador -1943 La hierba

Cuántas cosas que pude haberlas dicho y no las dije. Cuántas horas que pude disfrutarlas y no fueron. Cuántas letras que se quedaron sueltas sin remedio. Cuánta vida que pudo ser raíz y es hoy astilla.

Por conservar las normas de algún juego, por no poder salirme de las reglas no pude ser gaviota ni marinera espuma. Y apenas me quedé como la hierba: tenaz y humedecida.

Claudio Willer Sao Paulo, Brasil - 1940 Llego más cerca

atravieso un filtro de marejadas recojo de las olas la simetría de este poema nubes se deshacen en un combate final de colores mientras el mar (un río más indomable) respira pesadamente pasando a frente a mí con la lentitud solemne de las procesiones de barqueros religiosos extendiendo su cobija de noches sofocando las hogueras de lo hondo prendidas en los claros en donde los ahogados intentan calentar las manos la presencia humana es murmullo y soledad quedan apenas estos dos navíos cargueros sombras recortadas contra la lejanía dos barcos – dos puntos voces solitarias insignificantes y nulas zambulléndose en el vacío grisáceo y este velero mancha agitada sobre un mapa de negaciones se desliza rápido hacia la oscuridad lo humano retrocede de una sola vez ahora todo es distancia y vacío se disuelven las palabras y el paisaje queda apenas el otro todo lo que no somos todo lo que nos es extraño como un texto hueco de la memoria viva trama oscura de encuentros amorosos lo negativo de ese mundo nuestro de coordenadas terrestres con su sordo murmullo de infinitas fuentes

“En España lo mejor es el pueblo. Por eso la heroica y abnegada defensa de Madrid, que ha asombrado al mundo, a mí me conmueve, pero no me sorprende. Siempre ha sido lo mismo. En los trances duros, los señoritos –nuestros barinas– invocan la patria y la venden; el pueblo no la nombra siquiera, pero la compra con su sangre

y la salva. En España, no hay modo de ser persona bien nacida sin amar al pueblo. La demofilia es entre nosotros un deber elementalísimo de gratitud.”- Antonio Machado

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Jorge Palma Montevideo, Uruguay - 1961 No soy libre a José Luis Moreno del Toro ¿Soy libre o no soy libre? No soy libre.

Si quiero comprar ropa nueva y no puedo, porque mi magro salario me lo impide, no soy libre.

Si quiero viajar y ver otros crepúsculos, y no puedo, no soy libre.

¿Soy libre o no soy libre? No soy libre.

Si quiero comprar dos panes y sólo puedo llevar uno a la mesa de mi casa, no soy libre.

Si quiero pagar el alquiler de un cuarto de pensión y no puedo, ni siquiera, pagar el alquiler de un cuarto, no soy libre.

Si quiero comprar un jabón para estar bien limpio y me falta una moneda y no puedo estar limpio, no soy libre.

¿Soy libre o no soy libre? No soy libre.

Si tengo que pedir dinero prestado para vivir, no soy libre.

Si no tengo trabajo, no soy libre.

Si tengo empleo y luego de trabajar todo el día no me alcanza para vivir de mi trabajo, no soy libre.

Si en vez de vivir, tengo que sobrevivir, no soy libre.

¿Soy libre o no soy libre? No soy libre.

Adélia Luzia Prado Freitas Divinópolis, Brasil – 1935

Día

Las gallinas asustadas abren el pico y se paran de aquel modo inmóvil

-iba a decir inmoral- los buches y las crestas enrojecidas,

sólo las arterias palpitando en el pescuezo. Una mujer espantada con el sexo:

pero gustándole mucho.

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Antonio Preciado Esmeraldas, Ecuador - 1941 Este hombre, su fusíl y su paloma

Soy un sobreviviente que apenas ha nacido; viejo y reciente, como el sol temprano. Soy el mismo de ayer, pero crecido, y estoy tocando el cielo con mis manos. Soy el mismo de ayer, enloquecido, y trepo tempestades con mi brazo. Daniel Viglietti Uruguay - 1939 Cuántos quiénes

Cuántos seres han cruzado por mi cuerpo Como flechas, como flechas. Cuántos seres han entrado por mis ojos Y se han ido por mi olvido. Cuántos son los que quedaron En la casa roja de mi corazón.

Soy de quiénes el constante pasajero, Siempre en vuelo, siempre en vuelo, siempre en vuelo Y de quiénes habitante bienvenido Para siempre, para siempre.

Quiénes tienen mi lágrima en sus ojos, Mi error en su ternura.

Cuántos cambian de zapatos y de senda, de destino. Cuántos rompen la memoria de sus pasos, sus acasos. Cuántos han elegido lazarillo, desatino.

Por quién soy yo traicionado cada día, Una herida y otra herida. A quién voy traicionando si desarmo Mi conciencia de su cargo. La exigencia que ponga en mis vacíos es un río, Es corriente de amor que vence al odio.

Y son tantas las preguntas tan urgentes, Ya no hay tiempo, ya no hay tiempo, ya no hay tiempo, Como flechas, como flechas, como flechas, Para siempre, para siempre, para siempre.

Es que acaso habré quedado En la casa roja de algún corazón.

Víctor Manuel Ramos Honduras - 1946

Los herederos

Los soldados dicen ser herederos de Morazán.

Para hacerse de la herencia Tuvieron que asesinarlo.

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Kamau Brathwaite Barbados – 1930 Y Miles y Millas y Miles para Miles Davis Se marea con la altura

berrea el sol

oye sólo el bronce de su ánimo

si volara sería águila

miraría yacer la tierra suave

contornos yacen campos rayados

las casas encajan en los valles

podría ver nubes sobre el agua bogar por tierra como cascos de enormes barcos

pero es sólo un gallo

no ve

nada

no oye nada

aspira al cielo con ojos cerrados

el cuello hinchado .

& trinó hasta que un ojo

se A

brió a la luna &

azules notas osci. laron osci.

laron de las tres.

esquinas del útero

cuando se acabó

el clic cloc

el

reloj

paró

. & la roca de su cráneo se cayó

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Benjamín Ramón Colón, Panamá - 1939 Árbol verde olivo No por callado eres silencio - Nicolás Guillén Qué te parece Chang mataron al Comandante Ramón. Qué te parece Pedro lo mataron lo mataron de golpe lo mataron qué te parece Carlos José qué te parece lo mataron está muerto.

Era domingo y apretada geografía era la tarde.

Lo mataron de asma noche altura tos ahogándose mataron al Comandante Ramón.

Lo mataron fantasmas, verdes fantasmas Duros, entrenados

Lo mataron pero contó niños ante de dormirse

Fue trabajo de hormiga voz de plomo polvo la mirada árbol cada sueño.

Sin tumba sin manos qué te parece Carlos mataron al Comandante Ramón.

De verdad, lo mataron, lo mataron mojado roto triste en la quebrada del Yuro Valle grande Higueras Selva oriental Fumando hasta la muerte siempre qué te parece. octubre de 1967

“La verdad es hija del tiempo” - Aulo Gelio

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Miguel Angel Asturias Guatemala - 1899- 1974 Tecún-Umán

Tecún-Umán, el de las torres verdes, el de las altas torres verdes, verdes, el de las torres verdes, verdes, verdes, y en fila india indios, indios, indios incontables como cien mil zompopos: diez mil de flecha en pie de nube, mil de honda en pie de chopo, siete mil cerbateneros y mil filos de hacha en cada cumbre ala de mariposa caída en hormiguero de guerreros. Tecún-Umán, el de las plumas verdes, el de las largas plumas verdes, verdes, el de las plumas verdes, verdes, verdes, verdes, verdes, Quetzal de varios frentes y movibles alas en la batalla, en el aporreo de las mazorcas de hombres de maíz que se desgranan picoteados por pájaros de fuego, en red de muerte entre las piedras sueltas. Quetzalumán, el de las alas verdes y larga cola verde, verde, verde, verdes flechas verdes desde las torres verdes, tatuado de tatuajes verdes. Tecún-Umán, el de los atabales, ruido tributario de la tempestad en seco de los tamborones, cuero de tamborón medio ternero, cuero de tamborón que lleva cuero, cuero adentro, cuero en medio, cuero afuera, cuero de tamborón, bón, bón, borón, bón, bón, bón, borón, bón, bón, bón, borón, bón, bón, borón, bón, bón, bón, borón, bón, bón, pepitoria de trueno que golpea con pepitas gigantes en el hueso del eco que desdobla el teponastle, teponpón, teponpón, teponastle, teponpón, teponpón, teponastle, tepón, teponpón, tepón, teponpón, teponpón, teponpón, teponpón... Quetzalumán, el de las tunas verdes, el de las altas tunas verdes, verdes, el de las tunas verdes, verdes, verdes. Las astas de las lanzas con metales preciosos de victoria de relámpago y los penachos despenicados entre los estandartes de las tunas y el desmoronamiento de la tierra nublada y los lagos que apedrean con el tún de sus tumbos sin espuma. Tún, munición de guerra de Tecún que llama, clama, junta, saca hombres de la tierra para guerrear el baile de la guerra que es el baile del tún. Tún, tambor de guerra de Tecún, ciego por dentro como el nido túnel

del colibrí gigante, del Quetzal, el colibrí gigante de Tecún. Quetzal, imán del sol, Tecún, imán del tún, Quetzaltecún, sol y tún, tún- bo del lago, tún-bo del monte, tún- bo del verde, tún-bo del cielo, tún, tún, tún, tún-bo del verde corazón del tún, palpitación de la primavera, en la primera primavera tún-bo de flores que bañó la tierra viva. ¡Abuelo de ambidiestros! ¡Mano grande para cubrirse el pecho con tlascalas y españoles, fieras con cara humana! ¡Varón de Galibal y Señorío de Quetzales en el patrimonio testicular del cuenco de la honda, y barba de pájaros goteantes hasta la última generación de jefes pintados con achiote rojo y pelo de frijol enredador en penachos de águilas cautivas! ¡Jefe de valentías y murallas de tribus de piedra brava y clanes de volcanes con brazos! Fuego y lava. ¿Quien se explica los volcanes sin brazos? ¡Raza de tempestad envuelta en plumas de Quetzal, rojas, verdes, amarillas! ¡Quetzalumán, la serpiente coral tiñe de miel de guerra el Sequijel el desangrarse el Arbol del Augurio, en el augurio de la sangre en lluvia, a la altura de los cerros quetzales y frente al Gavilán de Extremadura! ¡Tecún-Umán! Silencio en rama... Máscara de la noche agujereada... Tortilla de ceniza y plumas muertas en los agarraderos de la sombra, más alla de la tiniebla, en la tiniebla y bajo la tiniebla sin curación. El Gavilán de Extremadura, uñas, armadura y longinada lanza... ¿A quién llamar sin agua en las pupilas? En las orejas de los caracoles sin viento a quién llamar... a quién llamar... ¡Tecún-Umán! ¡Quetzalumán! No se corta su aliento porque sigue en las llamas Una ciudad en armas en su sangre sigue, una ciudad con armadura de campanas en lugar de tún, dueña de semilla de libertad en alas del colibrí gigante, del quetzal, semilla dulce al perforar la lengua en que ahora le llaman ¡Capitan! ¡Ya no es el tún! ¡Ya no es Tecún! ¡Ahora es el tán-tán de las campanas, Capitán!

“El amor y la poesía me embriagan, inocentemente, como al tigre la sangre”. Fernando Arrabal

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Pablo Neruda Chile - 1904 - 1973 Luis Muñóz Marín

Hay un gordo gusano en estas aguas en estas tierras un rapaz gusano; se comió la bandera de la isla izando la bandera de sus amos, se nutrió de la sangre prisionera, de los pobres patriotas enterrados. En la corona de maíz de América creció la gusanera del gusano prosperando a la sombra del dinero, sangriento de martirios y soldados, inaugurando falsos monumentos, haciendo de la patria que heredaron sus padres, un terrón esclavizado, de la isla transparente como estrella una pequeña tumba para esclavos, y convivió este verme con poetas por sus propios destierros derribados repartió estímulo a sus profesores pagando a pitagóricos peruanos para que propagaran su gobierno, y su Palacio era por fuera blanco y adentro era infernal como Chicago con el bigote, el corazón, las garras de aquel traidor, de Luis Muñoz Gusano, Muñoz Marín para la concurrencia, Judas del territorio desangrado, gobernador del yugo de la patria, sobornador de sus pobres hermanos, bilingüe traductor de los verdugos, chofer del whisky norteamericano. Juan Gregorio Regino Nuevo Paso Nazareno (Chichicazapan), México- 1962 Caracoles cantores

A diario suenan los caracoles cantores, son las voces de antiguas raíces que se entretegen con el brillo del cielo. Son los sentidos del crepúsculo, la brisa del mar, el murmullo del aire, el rocío de la madrugada. Son lenguas vivas; memorias del mañana, evocación del espíritu, guitarras y violines que cantan solos. En los colores de la lengua nuestra hay sangre y raíz. El sol le da calor, la tierra la fecunda, la acaricia el viento, la opresión le da fuerza. Nuestra lengua gobierna en el silencio y en la paz del universo.

“La poesía es el eco de la melodía en el universo, en el corazón de los humanos”. Rabindranath Tagore

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Saúl Ibargoyen Montevideo, Uruguay - 1930 (reside en México) Lluvia en Coyoacán

(para Carlos López) Detrás de los vidrios lastimados por sudores de insectos y la cagazón de suspiros y derrotas y el previsible olvido está la lluvia. La lluvia disuelve carreteras de polvos volanderos mete aquí sus uñas fabricadas por el frío escupe sus lenguas de dragón moribundo arrastra sus sandalias de papel en trituración balbucea por los caños burbujas babeantes expulsa orines y alimentos masacrados perturba el idioma de los teléfonos interrumpe colores luces nieblas siluetas mezcla y entreteje sus gotas sus goterones sus chorros sus escurrimientos sus filtraciones sus violencias. Y en sí misma se llueve se salpica bebiéndose y así se reconstruye. Y el hombre sale de nuevo hacia la lluvia: el paraguas es una sombra de metales negros y envueltos y revolvidos en las ropas del día dos montones de huesos quieren descansar.

Oliverio Girondo Buenos Aires, Argentina - 1891- 1967

Topatumba

Ay mi más mimo mío mi bisvidita te ando

si toda así

te tato y topo tumbo y te arpo y libo y libo tu halo

ah la piel cal de luna de tu trascielo mío que me levitabisma

mi tan todita lumbre cátame tu evapulpo

sé sed de sed sé liana

anuda más más nudo de musgo de entre muslo de seda

que me ceden tu muy corola mía

oh su rocío qué limbo

ízala tú mi tumba así

ya en ti mi tea toda mi llama tuya

destiérrame aletea

lava ya emana el alma te hisopo toda mía

ay entremuero vida

me cremas te edenizo

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Eliseo Diego La Habana, Cuba –1920 Asombro

Me asombran las hormigas que al ir vienen tan seguras de sí que me dan miedo porque están donde van sin más preguntas y aunque asomos de vida son perfectas si minúsculas máquinas que saben el dónde y el adónde que les toca y a la muerte la ignoran como a nada si no fuese tan útil instrumento con que hacer de lo inerme nueva vida.

Pero aunque agrande su minucia viva el azoro redondo en que las miro y me apena que no se sepan nunca tal como son en su afanarse oscuro ya tan inmemorial como la Tierra

más me asombra mi pena y me convence de que saberse el ser bien que la vale aun cuando el precio sea tan alto como el enorme silencio de allá afuera. Joumana Haddad Beirut, Líbano – 1970 La pantera escondida donde nacen los hombros

Ella tiene la cabellera más lejana que un placer que acaba de pasar y en la sonrisa mil promesas que no impiden la lluvia. Sus colores son una paleta de temblores, ya cicatriz de ondas, ya claro de cuchillo. Ningún cartero llama a su puerta porque no se le conoce morada. Tampoco se le conoce fin, porque es libre como un árbol. Y como un árbol, sube.

Ven

Recógela a flote en tus ojos. Arnold de Vos Holanda - Reside en Italia Para una trascendencia del cuerpo

Tu eres de mi alma el pensamiento: te piensa como cuerpo. Ella que es el residuo de mi cuerpo cuando este se duerme, te ve aparecer como le apareciste la primera vez que te ha visto desnudado, despojo del triunfo del amor. No creas que haya olvidado aquel simulacro: la vida deja apuntes, viáticos del alma que le dan eternamente de que vivir. Trad. Isabel Ruiz Boggio

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Gustavo Díaz Iximulew, Guatemala Con Miguel Hernández en el corazón

Hijo y padre Del amor cantado A la luz Del fogonazo Campanada que no duerme Gorrión destrozador De impunes apatías Suspiro armado Hasta los dientes Pleno de amargores Y ternuras celestiales y terrenas

No nos dejes caer En el pantanal del consumismo

Aliméntanos de insomnios libertarios Anímanos de ánimos de luchas populares

Estréchanos al jurar Guerra a muerte y sin cuartel A las dueñas y dueños de este Estado Perverso y pervertidor De este Estado Inmundo que admite Permite y fomenta Entre impunidad y corrupciones

La violación de miles Miles y miles de niñas La violación de miles Y mi miles de niños

De miles y miles y miles Y miles y miles de inocencias

Año a año Mes a mes miles y miles y miles y miles…

Miguel Tu entre nos Serás luz y fusil de verdades Mis murciélagos mis serpiente Y mis ancestrales dragones Te dan la bienvenida.

2 de Noviembre de 2010 Agron Tufa Suhadoll, Albania – 1967 Orfeo

Tu vida - tan perfectamente aprisionada, Sin titubeos envuelta y prieta Entre las capas esféricas de una cebolla Sacrificó, ah, su alma Con los últimos secretos: Cuando el filo del cuchillo brilló Punzante, apuñalando Tu tierno corazón, Aturdido de ficticias erudiciones. Las lágrimas de Eurídice en la cocina Otra causa no tienen Más que el hecho De que tú no eres sino un ingrediente lacrimoso En la asidua ensalada familiar.

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Mario Jaime Y aprenderás a leer, hija mía Tu inocencia de nereida acabará con el advenimiento de la letra Y quiero aullar, gemir, desgarrar con ácido el miocardio Y derramar también una bendita aurora de palabras suaves Pues leerás las odiosas mentiras de los hombres Sus estúpidas leyes y sistemas Sus códigos oscuros que enajenan la limpieza También a Sade y su victoria, y la potencia del océano en un poema La erudición del ciego y la falsa épica del otro Aprenderás el sueño derivado de la letra De Marossa vegetal belleza y el trastorno tan avispa de Enriqueta El azul anhelo de Delmira y el girar esquizoide de Alfonsina Las fabulaciones de un judío que hace discutir a una burrita Las obscenidades en los baños, los contratos absurdos que se anegan, Titulares fútiles y sermones tercos Las memorias de Berlioz, la dignidad de Papillon y las iridiscentes alas de un haiku Y hasta los malos versos rotos de tu padre Cicatrizadas notas después del huracán Leerás el finísimo sarcasmo de Lord Byron Y los mandalas sabios de Leonardo Los letreros prohibitivos, el menú, las listas Las tesis, los artículos científicos, las malas traducciones Pero no les creas a nadie, a nada, ni a Shelley con su dulce y sublime libertad Ni a cualquier político de quinta con su demagogia pancastrada en un cartel Ni siquiera estas palabras congeladas en la tinta El alfabeto real está sobre tu lira Lee constelaciones, lee el rumor de las mareas, lee la piel del sapo El alfabeto de los besos, la gramática exacta del deseo, La semiótica nihilista del destino, la sintaxis en los ojos de los niños Y escribe tu camino en el papiro dramático de acciones Las tablas invisibles de la vida Santiago Bao Villa Gesell, Argentina Precauciones

Conservar mi naturaleza de fantasma ha sido conveniente. En muchas ocasiones he intentado materializarme y sólo logré convertirme en aire en una especie de lluvia que se disipaba en irrecuperables lejanías.

José Emilio Pacheco México - 1939

No saben lo que valen estas orquídeas bárbaras, muriéndose

ante el televisor de pantalla inmensa, la videocasetera de lujo,

el celular y los discos ópticos, el kitsch irredento

en las altivas fotos familiares de quienes conquistaron este mundo

destruyendo con su ganado y con su ganancia la misma selva condenada a morir

que hizo posibles las orquídeas

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Abdul H. Sadoun. Bagdad, Irak – 1968 Ahogados

Los ahogados, indigestos de sal y musgo, salvaron a las aguas de su soledad. Aquí están, uno tras otro hacia la insignia del coral. Sus voces y sus pasos, antaño indetenibles, rebosantes en el agua. Aquellas banderas, ahora de lapislázuli, y el himno secreto, sin olor, olvidado de las letras. Mis amigos, los ahogados, sin gloria, alabaron mi nombre vuelto en sus bocas agua y me llevan en la marea de sus rostros Graciela Wencelblat Buenos Aires, Argentina

Erizada y temblando quiero caer sobre el principio de la vida después de estar llevándome de aquí para allá y volviendo de allí para acá. Destruir hileras de sombras angostas No abrir más mi blusa pues muestro la muerte Y todos se cansan. Por eso no hablo ya que envuelta en niebla No se oye nada. Esto natural y misterioso me dice : marcharse O no haber venido nunca. Ahora caer en el color de la amapola Dejar que una rosa florezca en mi sangre. Olvidar y hacer lo que se me dé la gana. Seni Labart Montevideo, Uruguay –1957 -1998. Fressia

un esqueleto y una agonía me recuerdan que existes en algún bar lejano de este hostal donde turistas japoneses ametrallan con sus cámaras nikon las calles de málaga. pertenece a una obra inédita, todos los derechos corresponden a Eduardo Lenga Avilo- Colaboración de A.P y IPN.

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Zwetelina Damjanova Sofía, Bulgaria - 1979 VII- La cena

Mi boca cae gota a gota y abraza en un Mar Negro Las primeras caídas de mi sangre en tus dientes que me prometen que he esperado que me revelan prieta Tanto y tanto chorrea la huella transparente de tu centro y gotea en mis vasos desbaratados En el fondo del pecho inundado flotan las frases, lenguas incompletas Tu barco, piel de madera, recibe mis alteraciones, alzamientos encuentran su lugar Las oleadas comen el barco beben las voces gota por gota transparentes y negras

Carlos Bustriazo Ortíz La Pampa, Argentina – 1929 - 2010 16 puedes llamarme vuelta oreja o vuelta chiva rosillona diuquita negra o tamarisca achaparrada sombra lobuna puedes venírteme del salado del cerro azul del cerro del sable puédesme dar muerte trenzada bajo la quincha más secreta bajo el zumbido de la vinchuca sobre las cruces pastoriles sobre las paletas de patiños sobre las tabas de garcías yaupis llámante llámante los vientos sobre las dulcespintas vacadas puedes arrojarme a las cenizas con las penúltimas vihuelas oh mía mía de tordo y luna bajo las lámparas disgregadas puedes y tan dejarme en el hueso más despojado de lo penumbro!

Rafael Alberti Cádiz, España- 1902 - 1999

Elegía

Las cochinillas de humedad, las mariquitas de San Antón,

también vagaba la lombriz y patinaba el caracol.

Infancia mía en el jardín;

¡Reina de la jardinería! El garbanzo asomaba su nariz

y el alpiste en la jaula se moría.

Infancia mía en el jardín:

La planta de los suspiros el aire la deshacía.

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U Sam Oeur Camboya – 1936 El mundo cazador

Es un mundo extraño- incontables serpientes de toda clase yacen como centinelas, listas a golpear en cuanto altere mi ruta;

De repente una joven va caminando a mi lado, luego dos más vienen también; mientras me abro paso entre este mundo fluido, las escucho que hablan acerca de cacerías;

“le asesté a un ave con mi ballesta”, dice una joven alta, y todas ellas comienzan a hablar acerca de cuán maravillosas fueron sus cacerías.

Llegamos a un poblado desconocido donde las aves vuelan sin cesar por encima de los cazadores;

Cuidadosamente, ellas apuntan y derriban algunas con sus ballestas;

Ellas atraviesan los corazones de las aves y ríen.

Alda Merini Milán, Italia -1931- 2009

Los cincuenta años de Angelo G.

Edad de hierro, donde los rieles

se hacen ya pesados de recuerdos.

Pero los vagones están hechos para partir.

Y yo soy el guarda-de-tren. Guarda-de-tren de mi familia.

Alguna vez me gustaría descarrilar e irme lejos

para ver el cielo, donde nunca fluye

palabra alguna. Ya el amor

en nuestra casa se ha vuelto un silencio grande hecho de luz y contemplación.

Salvatore Quasimodo Italia – 1901- 1968 Milán, agosto de 1943

En vano buscas entre el polvo, pobre mano, la ciudad ha muerto. Ha muerto, se oyó el último trueno en el corazón del barrio viejo, y el pájaro ha caído de la antena, allí arriba sobre el convento, en dónde cantaba, antes del crepúsculo. No cavéis pozos en los patios, ya no tienen sed los vivos. No toquéis a los muertos, tan rojos, tan hinchados: dejadlos en la tierra de sus casas, la ciudad está muerta, muerta.

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María Pugliese Argentina d.- a Chule

duerme en mi misma posición un brazo extendido el otro se repliega por debajo del cuello boca abajo todo el peso recae sobre el costado diestro una pierna extendida la otra en curva ajena permanece a mi costado habla en sueños del poemario Ejecuciones. Cristina Villanueva Argentina Irse

En un espacio sin orillas La cabeza da vueltas. Es un fuego de derretidas memorias desenlazadas. Volver a ver la tierra Pasto seco

Que suena como seda En un espejismo barato.

Perdida Mientras la otra

En una fiesta, en una calle, o en una vida Con aspecto de maniquí sin vidriera Espera que vuelva. Estoy faltándome a la cita.

Alejandrina Devescovi Argentina

Fue una de ellas, la que menos se pensaba.

La palma de mi mano tocó la mitad de su cuerpo, mitad que nada reconoce.

Encarnada flor de piedra.

La otra mitad era llama de contacto y puntos de fuga.

Allí replegada, guardaba la razón de todos sus orgullos, recordar que fue libre.

La puerta entreabierta fue el despertar de su memoria.

La que menos se pensaba se fue sin saludar.

Leve es el aire de lo inesperado. En: Pascual y Margarita, 1989

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Carlos H. “Tata” Herrera Catamarca, Argentina - 1937 Canción de un mundo feliz *

"El peor enemigo del siervo no es su amo, sino el que lleva adentro: el espíritu de servidumbre."

"El tirano es la negación del hombre. El tirano es el coeficiente del esclavo."

Luis Leopoldo Franco Gobernamos ahora Los Negros. En realidad, gobierna EL NEGRO, ungido por La Negrada. Estoy llegando a mi casa. Antes de trepar al tercer piso, me tomo un respiro. Acaso esto merezca una explicación: EL NEGRO decretó que las casas se construyan sin puertas. Que sólo tengan ventanas. Las casas de La Negrada, son de cuatro pisos. Construidas en módulos de cemento, como homenaje a Santa Amalita. Cuando los estadísticos informaron a EL NEGRO que los Fumigados, (ex jubilados) estaban a punto de superar en número a los Activos, EL NEGRO dispuso que la población ocupara las viviendas siguiendo este inexcusable orden: Valetudinarios de Primera (de más de sesenta y cinco años) cuartos pisos; Valetudinarios de Segunda (franja comprendida entre los cuarenta y cinco y sesenta y cuatro años) terceros pisos; Brigadas Negras (franja comprendida entre los veinticinco y cuarenta y tres años) segundos pisos, e Infra Activos -Cuasi Negros- (edades comprendidas entre cero y veinticuatro años) primeros pisos. Gracias a esta sabia decisión, EL NEGRO borró de un plumazo, el riesgo de una Sociedad Valetudinaria. Trepamos hasta nuestras residencias, mediante escalas. Las escalas de los Valetudinarios de Primera, están pintadas de negro. ¡Hay que ver los descansos que necesitan efectuar, hasta llegar al cuarto piso! Nosotros, hacemos apuestas, procurando acertar cuando van a aflojar las manos, viniéndose en banda. En seguida que esto acontece -y esto es muy frecuente-, llamamos a la Pietísima Brigada de Atención a los Valetudinarios Renunciantes. Los Negros no morimos: renunciamos.

Trepo ágilmente por la verde escala de los Valetudinarios de Segunda. En la ventana, me aguarda mi Dulce Mariela. Con su habitual destreza, me ayuda a entrar por la ventana. Se adelanta a mis deseos, poniendo en el televisor el Informativo General y Permanente de EL NEGRO, donde Éste se muestra en un nuevo día de Navegaciones, Inauguraciones, Rescates, Piscolabis, Comuniones, Trascendencias, Virilidades..., hasta exhibirse en su Retiro Patriótico, que no es otra cosa que su Fragata, apta para marchar sobre mar y tierra.

Ayer, ayer nomás, nos sorprendió con otra de sus hazañas: La Recuperación de Las Malvinas. Tuvo la generosidad de enseñarnos que Las Malvinas estaban frente nuestras narices. Ahí nomás, a tiro de piedra, como quien dice: Resultó que los enemigos de la Negra Patria, las habían rebautizado con el nombre de Martín García. Extendió su brazo, quitó el negro paño que cubría una enorme placa de bronce, y descubrió el glorioso nombre de Las Malvinas. "Las Malvinas fueron, son, y serán Negras", nos enseñó con la parquedad que es ínsita a su Negritud. Yo adiviné cierto escepticismo en los ojos de los Valetudinarios de Primera, siempre remisos en aceptar con humildad y entrega, las enseñanzas de EL NEGRO. ¡Me dieron ganas de reventarlos, les juro! Lo mismo aconteció cuando luego de gloriosas jornadas, recuperó para su invicta propiedad, Las Chacras de Coria, inolvidable escenario de una de sus batallas.

Resplandece ahora la pantalla con la imagen de EL NEGRO nadando hacia el futuro. La imagen nos emociona y conmueve como el primer día. Cenamos frugalmente. Mariela me invita que entonemos el Himno a EL NEGRO: Tomados de la mano, lo hacemos: "Desde Las Chacras de Coria, / vela EL NEGRO nuestros sueños, / para que todos Los Negros / tengamos fresca memoria, / de la Gigantesca Gloria / que nos legara El Marino, / el Forjador del Destino / del pueblo que lo venera, / y que arrodillado espera / que EL NEGRO marque el camino."

Dejamos, como es obligatorio, el televisor encendido, para que EL NEGRO nos contemple toda la noche. Antes de abrazarnos, gritamos al unísono, para que escuchen todos nuestros vecinos: ¡Salud, Negro Massera!.- (*)- (De “Canciones para lavarle la cara a la ciudad mientras tomás un mate” Ésta pertenece a la serie: Si ciertas cosas... se hubiesen consumado...

Casimiro de Brito Portugal - 1938

Quem se julga dono da viagem navega no vazio — nem a todos cabe ter por amante a água, a sua têmpera lunar. Nem o silêncio carnal das raparigas. Nem o brilho fugaz das palavras. Arte de Bem Morrer

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Silvio Rodríguez Cuba - 1946 Sea Señora

Sea señora la que fue doncella. Hágase libre lo que fue deber. Profundícese el surco de la huella; reverdézcanse sol, luna y estrellas en esta tierra que me vio nacer.

A desencanto, opóngase deseo. Superen la erre de revolución. Restauren lo decrépito que veo, pero déjenme el brazo de Maceo y, para conducirlo, su razón.

Seguimos aspirantes de lo mismo que todo niño quiere atesorar: una mano apretada en el abismo, la vida como único extremismo y una pequeña luz para soñar.

Las fronteras son ansias sin coraje. Quiero que conste de una vez aquí. Cuando las alas se vuelven herrajes, es hora de volver a hacer el viaje a la semilla de José Martí. De Segunda Cita Jeannette Clariond Chihuahua, México - 1949 Fría llama

Como si palpitara un silencio el oro de las luciérnagas entre abetos llameaba.

Caía la luz sobre el agua y tú te alejabas como quien sale de una escena sin su cuerpo.

Lumbre en el centro del agua, trazabas una estela sin saber que el sol te miraba

por vez primera. De: 7 Poetas Mexicanos (1940 - 1960) -Selección de Mario Meléndez - Proyecto Patrimonio – 2009- www.letras.s5.com: Página chilena al servicio de la cultura dirigida por Luis Martinez S. Pere Bessó Valencia, España - 1951 Vivir es un hurto Para André Cruchaga

Soy una rosa que no oyó las palabras dulces

Mehmet Erte

Contaminado por la mirada en el espejo que lame un gato callejero maullando a las puertas de la mansión de Varlik el pensamiento es ahora una habitación hirviente en el umbral de conciencia un pozo de aguas obscuras una sed de luz que no sacia no ilumina una penumbra de rayos que ni siquiera asedia piedras cargadas de la metralla del tiempo que lleva en el corazón el poeta lágrimas de sangre de ángeles al rescate del sueño raudo sin memoria la anécdota del desamor tiznada por el tufo de los versos de años a la intemperie sobras copia en desatino alma desnuda elige la solidez nocturna del farol originario la mirada danza en la naturaleza de órbitas vacías descenso ingenuo al fuego a la lluvia al jardín azul que el azogue remuerde

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Rodolfo Alonso Buenos Aires, Argentina - 1934 Vizcacha

¿La metáfora viva que buscaron para buscarse todos, al buscarse, vuelve como parodia e ironía? ¿Este misterio, este país que somos y que se enzarza fiero en su destino como luz mala en el desierto, ahora o siempre bajo el solazo crudo, al rayo del deseo, la impaciencia y su hermana ciega: la impotencia? ¿Ni civiles ni bárbaros, apenas decadentes? ¿Esa imagen profunda de uno mismo donde abrevaba el mito, la verdad oculta porque oscura, oscura porque honda, eso que nos hacía ser y que íbamos a ser, culpables, desolados, quejosos, engreídos, ni Cruz ni Fierro fueron, sino El Viejo? Antonio Miranda Brasil - 1940 Bestiario 1

Amores frívolos ou de arremedo para vivê-los não para contá-los e a paixão numa rinha de galos fogo cruzado provocando o medo.

Tesão de juventude e de folguedo da carne, galopes de cavalos Carnaval celebrado mais cedo no embate tenebroso dos falos.

Volúpias, clamores, nunca mais só dores, associados aos prazeres só dizeres, ais, furiosos animais

que se estranham e que se enfrentam neste breve festim de comensais dos imorais, que se atormentam. do livro Perversos (Brasília: Thesaurus, 2004).

Albano Martins Portugal -1930

Dêem-me um arco e recriarei a infância, os tordos sob a neve,

o rio sob as tábuas.

Dêem-me a chuva e a gávea duma figueira,

a flor dos eucaliptos, um agapanto de água.

"En las épocas modernas el Estado Nacional es un castillo de naipes frente al viento neoliberal. Las clases políticas locales juegan a que son soberanas en la decisión de la forma y altura de la construcción, pero el Poder

económico hace tiempo que dejó de interesarse en ese juego y deja que los políticos locales y sus seguidores se diviertan ... con una baraja que no les pertenece ( ...) En la nueva Torre, la arquitectura es la guerra al diferente,

las piedras son nuestros huesos y la argamasa nuestra sangre."- Subcomandante Insurgente Marcos

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Yevgueny Yevtushenko Siberia, Rusia - 1933 Ciudadanos, oídme Para John Updike Estoy a bordo del barco Friedrich Engels, pero en mi mente hay tal herejía de pensamientos que rompen las puertas. No comprendo, ¿qué oigo?, llena de confusión y de dolor, la invocación: "Ciudadanos, oídme".

La cubierta se inclina y se lamenta, mezcla de concertina y charlestón, pero en el puente, queda, suplicante, intenta abrirse paso con violencia la imponente canción: "Ciudadanos, oídme".

Sentado en un tonel hay un soldado. Su pelo cuelga sobre su guitarra mientras rasguea despacioso. Y enardecido como su guitarra de sus labios escapa con tormento: "Ciudadanos, oídme".

No nos quieren oír los ciudadanos. Preferirían comer, beber, bailar. Y no les interesa lo demás. Sin embargo, dormir es importante.

¿Y por qué ese estribillo interminable? "Ciudadanos, oídme".

Alguien echa sal a un tomate, otro tira unas cartas grasientas, otro golpea el suelo con las botas, otro despliega ansioso el acordeón; mas, cuántas veces a cualquiera de ellos el grito o el susurro, le brotó: "Ciudadanos oídme".

Y cuántas veces nadie lo escuchó. Hinchando el pecho y retorciéndose, no pudieron decir lo que sentían. Reaccionando con alma indiferente, oyen a los demás con dificultad: "Ciudadanos, oídme".

Mira, soldado encaramado en un tonel: Yo soy igual que tú, mas sin guitarra, sobre ríos, montes, mares, soy un vagabundo de manos extendidas, la voz ya ronca repite sin cesar: "Ciudadanos, oídme".

Terrible si no quieren escuchar. Terrible si comienzan a oír. ¿Y si al final la canción no valiera la pena? ¿Y si nada en ella tuviera sentido salvo el tormentoso y sangrante estribillo: "Ciudadanos, oídme"? Versión de Heberto Padilla

“(...) Si el hombre es un pueblo/ el agua es el mundo./ Si el hombre es recuerdo/ el agua es memoria (...)”. J.M. Serrat

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Eugenia Fernandes Campinas/SP, Brasil soneto IX

Na hora imprecisa da tarde caminha um sujeito estranho (nada único, tudo é estranho), hora em que o mundo encarde.

Sua presença é um sem alarde, mas a vontade é um destamanho. E saiba que tudo é destamanho no segundo indeciso da tarde.

Sombra que vai alameda acima sem século que a contenha, eternefêmera que se arrima.

Por mais que insistir venha na ida em que toda se esgrima será sempre uma sombra nas brenhas. Tomado de revista Escritoras Suicidas.

Carlos Briones España, 1969

Habitante del bosque

Tengo un bosque sereno entre mis manos con árboles que fluyen como esencias

azules del enebro. Entre un rumor de pájaros y savias

se mecen los nogales y tiemblan como lágrimas los sauces.

Sangra el drago en heridas de caoba para que el haya juegue a ser cerezo

o se refleje el fresno en el abeto. La humedad de los álamos, el sol de los olivos,

se trenzan en sus sombras como el sueño blanco abedul, gris olmo, ébano negro.

Destilo el tejo, tejo el tilo : tengo entre mis manos luz de los senderos del bosque transparente de tu pelo.

Leticia Herrera Michoacán, México Reencuentro

Uno de estos días decidiré embarcarme en la espiral sin fin del cigarrillo desde lo alto recorreré la casa llenaré los rincones de mí misma después escaparé por la ventana mi casa no volverá a estar sola De: Ver al volar, Mèxico, 1988

“¡Cómo te pareces al agua, alma del hombre! ¡Cómo te pareces al viento, destino del hombre!”J. W. Goethe

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Hugo Francisco Rivella Argentina Mujeres, la eternidad

Mujeres en donde la eternidad es un pañuelo. Locas. Invencibles Locas de la Plaza de Mayo. La ronda ya no es el obelisco, es el mundo, porque el mundo gira como un gran remolino, y cuando gira, ay, gira la vida. porque giran los peces y giran los helechos y giran los fantasmas y gira la palabra. Aquellos pasos tímidos. Esta victoria. ¿En qué lugar del corazón de Dios tiembla el Cachorro Menéndez o se arrodilla Astiz con su vergüenza rubia? Desde aquella mentira a esta verdad. Mujeres -“Apártense, paso, paso, paso al General Díaz- decía el General Díaz delante de la manifestación que le cortaba el paso. Lucía Belén Gutierrez de Mendoza, frente a las 300 mujeres anarquistas Las Hijas de Anahuac, le dice al generaL: -Buscamos un patriota para que de respuestas a tanta muerte y a tanto desamparo, que no sea corrupto, ni cobarde y que nos sintamos cobijadas bajo el amparo de la ley y no sojuzgadas por los fusiles y por la tortura; Lucía Belén Gutierrez de Mendoza, mirándolo a los ojos, continúa : -Retírese usted señor- general-ceda el paso que con nosotros va la Patria. Y allí va el general humillado con su uniforme de guerrero torpe camino de Sonora, camino de la sombra, mientras Lucía Belén Gutierrez de Mendoza se besa con la vida. Mujeres “Tengo a casi todo el mundo contra mío. Los hombres, porque pido la emancipación de la mujer, y los poderosos porque pido la emancipación de los hombres” Flora Celestine Tristán no va sola por las calles de París. Mucho antes que Marx, luchaba por un frente de obreros y la mujer en él, al lado de los hombres. Con los hombres. Flora Tristán me mira con los ojos mojados y se apiada de mí. De este esqueleto. De este hombre que ignora lo que ocurre en la piel de los sapos. Que se ha puesto anteojeras para no espantarse del abismo. Mujeres. Arrojaron su cadáver al río. Los peces la llevaron mar adentro. Cuentan que los caballitos de mar la subieron a grupas, mientras pájaros marinos le tejían con el pico una cabellera de conchas y de perlas. Rosa de Luxemburgo se niega a huir del país y cae asesinada junto con otros activistas. Atreverse a pensar no es sólo la posibilidad de reflexionar sobre las cosas, lo peor de pensar, es que el que piensa puede volar y volar es tocar la libertad. Mujeres “Por que vi que la mujer no era tenida en cuenta, ni en lo material ni en lo espiritual y porque advertí que la mujer era una reserva moral y espiritual, me puse al lado de todas las mujeres del país, no sólo por nuestra reivindicación, sino por la de nuestros hijos y de nuestros hombres” Antes de morir. Pequeña y consumida como una llama obscura, con los ojos hundidos en su gente Eva Perón resistía en Villa Manuelita cuando los fogonazos de la Revolución Libertadora la perseguían con su odio sin fronteras. Mujeres. El Ejército de los Estados Unidos ha bombardeado Afganistán. Los talibanes cayeron y el gobierno ha cambiado de signo, pero nosotras las mujeres, escudo y botín del imperio, seguimos perseguidas. Todavía nos persiguen, nos palpan la ternura, nos roen el sexo los soldados con ropa de fajina. Antes nos flagelaban.y ahora nos violan. La calle es insegura. El barrio es inseguro. Es inseguro el mundo bajo balas silbando y perforando el cielo como un techo de lana. Mujeres. Las Mujeres de Negro escapan del paisaje. América Latina vuelve a besar los días, y en ella la memoria. “El tesoro más grande que tengo en la vida es la capacidad de soñar. En los momentos más difíciles, más complejos, he sido capaz de soñar con momentos más hermosos” Rigoberta Menchú, mujer maya – quiché, en tu lengua todavía los pueblos develan su misterio y se agazapa para saltar de pronto hacia el futuro. Mujeres. Mujeres cotidianas. Mujeres que despiertan al lado de nosotros y entre sus manos vuela toda la fantasía. Mujer que en el poema me mira y se deshila como un tejido su cuerpo de secretos Mujer que entre mis dedos se parece al aleteo del pájaro en la rama Mujeres que destierran el cansancio para que el niño corra por su infancia lo mismo que si fuera un astronauta. Mujeres en los cortes de rutas con los puños alzados. Mujeres en las fábricas Mujeres en los trenes que vienen del pasado. Mujeres en la lluvia que me moja. Mujeres en las luchas campesinas Mujeres en el mar y en la palabra abriéndose a la vida. Mujeres que en la rosa como un ángel se han dejado caer en mi costado. Texto del libro La Palabra y los Días de Hugo Francisco Rivella, para Los Ocultados

“Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano.”- Isaac Newton

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Jorge Castañeda Argentina El sacrificio – fragmento- A Andréi Tarkovski

Sacrificio que giras con la oscuridad del día, Tu temblor atraviesa la puerta para protegerte de Alexander Y del hijo que crece sin hablarte.

La garganta del niño es fuego suave Pero alcanza a quemar La pradera del ojo en picada.

Sacrificio negro de día Nunca tuvimos una escritura apócrifa Solo vientos expuestos Para salvar la palabra de la dictadura.

La muchedumbre ¿Rebalsa en el estanque?

¿Cortan la miseria de los días?

La fuga óptica seduce las garras de un cuervo de Edgar Allan Que sueña con el sacrificio acústico.

Sacrificio Te observamos Con los que cruzan la esfera y no regresan.

María Te abres hacia el como hechicera (Para sacrificarlo en la pequeña isla) Mientras se ocultan en la reserva ecológica Donde por primera vez mordieron del sacrificio Ocultándolo bajo los árboles (Parados en el circulo de existencia mutua).

María En diciembre La mano del poeta se hincha Se hace música En el pensamiento ahorcado en el arrozal.

Los parpados ajenos a la pregunta musical Quiebran las notas del sacrificio eterno,

Las aves cruzan la línea y rompen la estructura.

¡Humilde noche ¡ Han sacrificado la piel de los cipreses (Que saben a intoxicación pura y enferma) Salpicando al niño con música acuática Penando por la secuencia que atraviesa la sien.

Noche Debajo de la alfombra esta la pesadilla y el cansancio Esta la regla manchada de sangre con paños originales Esta la roca lamiendo las hojas.

El sacrificio tiene Conservación de altura de cuerpos y espacios,

El ritual no ha comenzado.

Los pasos vienen Se sacuden Se convierten en cenizas Destrozando la conciencia del vacío (Pero el vacío es puro) Ella lo sabe

Tu...no. (...)

“El hombre ha hecho de la Tierra un infierno para los animales.”- Arthur Schopenhauer

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José Manuel Caballero Bonald Jerez de la Frontera, España - 1926 Defiéndame Dios de mí

Entre muros de vidrio y de papel, sangrientas láminas de tinta agraz y vino intraducible, voy recogiendo cada furtiva noche alguna palabra, algún rescoldo de humildad o de olvido con que pueda perder mi lucha contra mí. Yo imploro al miedo, a la locura, al delincuente corazón, para que no mancillen este piadoso vértigo de tierra podrida, esta borrosa efigie del desdén, y que me dejen desoír los oráculos, andar a tientas hasta poder llegar a equivocarme impunemente, mereciendo mi propia perdición. Usurpadores panes, sucios oros coléricos, vaso y libro malditos, libradme del laurel alevoso, de la paz enemiga. ¿Quién eres tú que osas profanar este inviolable cerco de esclavitud: la mesa vil, la sábana cobarde, los oficios degradados del tiempo? ¿Para qué tanta propiciatoria rebelión? Nunca más, nunca más. Estoy solo mirando las cenizas de la noche indefensa, los rastros del azar trunco en vida sin nadie. Tumba y tesoro, duermo conspirando conmigo, levantando setenta veces siete la bandera del miedo, la culpable rapiña de los años. Madre primera, búscame entre los hijos de la ira, ciégame el pecho injusto, restáñame este vidrio desolado, este papel escrito para nunca. Aquí se yergue la equidad de mi derrota. Defiéndame Dios de mí.

Luis Luchi Buenos Aires, Argentina - 1921 – 2000

El buen pensador

Desde su sitio de bronce sin ningún apuro

dejará pasar el ruido y el cansancio, la cabeza no se le caerá de sueño.

No cuenta las balas ni el cálculo infinitesimal.

A su lado de espantapájaros está su padre,

sentado, reproduciéndolo.

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José María Millares Sall Las Palmas, Islas Canarias – 1921 - 2009 De: Hago mía la luz (1977) - 5

Si desde que nacemos comienzan los pulmones a gemir, la cama a respirar su nocturno delirio, su duelo alucinante, su abrazo delicioso; a rascar las paredes de la carne, las llagas del futuro, las uñas a carecer, los pelos a caerse; si desde que nacemos de un golpe se nos cierran las ventanas, las calles se ensordecen y el campo es un diluvio de pájaros y verdes aguaceros de amor, de labios y camastros prendidos de las ramas de la dicha, del segundo infinito, cuando apenas los ojos comienzan su lección a conocer el lenguaje sediento de este mundo que a diario está sufriendo la puerca ingratitud del hombre que lo explota, le hiere, le tortura, le asesina...

Yo pienso, pese a tantos campanarios, sonrisas y canciones que un voraz animal miserable llevamos siempre a punto de odiar la arena que alimenta nuestras vísceras, cuando el sudor nos crece atornillado el sol sublime de la sangre que nos marca con su voz el sentido, sin sueños de la noche.

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Rafael Felipe Oteriño Argentina, La Plata - 1945

Desde esta edad se ve todo: se ve la orilla impetuosa, se ve el fulgor de las colinas, se ve el patio donde todo sucede, se ven las puertas que nadie abre, se ven los desiertos que ninguno celebra, se ve el mar y se ve la espuma del mar, se ve el río que viene desde la infancia, se ven las nubes corriendo ligeras más allá, se ve la luna y el resplandor de la caverna -la cumbre como un pensamiento inacabado-, se ve el centro del mundo sin cambiar de lugar, se ve arriba y abajo, a derecha e izquierda, con los ojos fijos, y se ven nítidos, hechos de espanto y libertad, nuestros pies desnudos en el aire, lejos aún de las colinas, del caritativo viento y del mar. Alfredo Palacio Buenos Aires, Argentina - 1949 Si apenas soy un número

en lo más oscuro de tu cálculo

entonces

no existe la fórmula

que arroje

un resultado cierto. (inédito Rodolfo A. Álvarez Junín, Argentina - 1957 lobo?

en nombre del lobo feroz vino el hombre feroz y fundò la miseria sin lìmites en calcuta en darfur en haitì en el mundo los pobres apilados son recogidos muertos por muertos municipales

no se sabe porquè pero una vez comenzado el teatro infinito de la infinita miseria no supo ya tener fin

y asì andamos señora los relojes parados en la miseria humana y un bostezo caliente con el odio latente.

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Juana Bignozzi Buenos Aires, Argentina -1937 La vida en serio

Ahora he descubierto el sol, los perros y las mentiras. La vida es más lógica, no he dicho mejor, sino más lógica. Cierro los ojos y tomo sol, juego con un perro tan vulgar que es imposible sentirse separada de él y miento. Eso me obliga por las noches a sacarme los zapatos como quien se desnuda, a caminar descalza por mi casa, a llorar a solas cada tanto. Ahora miro a una mujer ni linda ni fea, pienso que la pequeña vida continúa y que todo dolor importante tiene testigos, aunque sean un perro, el sol o las mentiras. de Mujer de cierto orden (1967), reeditado por Libros de Tierra Firme en 1990. Susana Cattaneo Argentina

Seré la luz que esplende por todas las penumbras. El invierno de cada enamorado. La erosión del mar en las piedras solas. Las tempestades que golpearán raíces. La noche plata sobre un callado océano. Aquellas vacaciones. Aquel viaje. Cada tarde vivida entre la lluvia. Seré las huellas de la playa en otros mundos. La sal de los orientes. Lejanías de puertos y leyendas. La extranjera errante. Aquella que encuentres en tus pasos. Seré todas las cosas. Seré el olvido. De: Lluvia sobre toda soledad.

Isla Negra no se vende ni se compra ni se alquila, es publicación de poesía y literaturas.

Isla Negra es territorio de amantes, porque el amor es poesía. Isla Negra también es arma cargada de futuro, herramienta de auroras repartidas. Breviario periódico de la cultura universal. Estante virtual de biblioteca en

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(Quijote, 11, cap. 74.) Miguel de Cervantes Saavedra