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El pasaje del Evangelio de Lucas que hemos escuchado (7,11 -17) nos presenta un milagro de Jesús realmente grande: la resurrección de un niño. Aún así, el corazón de este cuento no es un milagro, pero la ternura de Je- sús hacia la madre de este niño. Misericordia aquí toma el nombre de la gran compasión hacia una mujer que había perdido a su marido y ahora va al cementerio a su único hijo. Es este gran dolor de una madre que tocó a Jesús y provoca el milagro de la resurrección. En la introducción de este episodio, el evangelista persiste en muchos detalles. En la puerta de la pequeña ciu- dad de Naín, un pueblo, se reúnen dos que grupos procedentes de direcciones opuestas y no tienen nada en común. Jesús, seguido por sus discí- pulos y una gran multitud va a entrar en la ciudad, mientras está cerrando la triste procesión acompañando a un difunto, con su madre viuda y un montón de gente. En la puerta de los dos grupos casi exclusivamente cada uno va su propio camino, pero es entonces que San Lucas señala el sentimiento de Jesús: "ver [la mujer], el Señor fue llevado por la gran compasión por ella y le dijo:"no llores!". Llegó y tocó el féretro y los porta- dores todavía estaba parados "(VV. 13-14). Gran compasión guía las acciones de Jesús: él paró la comitiva tocando el ataúd y, movidos por la profunda piedad de esta madre, decide afrontar la muerte, por decirlo así, cara a cara. Y dirección permanente, cara a cara, en la Cruz. Durante este jubileo, que sería una buena cosa, pasar a través de la puerta Santa, la puerta de la misericordia, los peregrinos acordaría de este episodio del Evangelio, se produjo en el puerto de Naín. Cuando Jesús vio a esta madre en lágrimas, entró en su corazón! La puerta Santa, que todo el mundo llega a su vida con sus alegrías y sufrimientos, los proyectos y los fracasos, dudas y miedos, para presentar a la misericordia del Señor. Estamos seguros de que, en la puerta Santa, el Señor se hace cerca a cumplir con cada uno de nosotros, y ofrecer su consolador de pode- rosa palabra: "Don ' t cry!" (v. 13). Esta es la puerta de la reunión entre el dolor de la humanidad y la compasión de Dios. Cruzando el umbral que llevamos a cabo nuestra peregrinación en la misericordia de Dios, como el niño muerto, repetido en todos: "te digo, levántate!" (v. 14). Cada uno de nosotros, dice, "Levántate"!. Dios quiere estar de pie. Nos creó para estar de pie: para esto, la compasión de Jesús conduce a ese gesto de sanación, nos sane, de que la palabra clave es "¡Levántate! Que consiga en sus pies, cómo le hizo Dios! " De pie. "Pero, papá, así que a menudo caemos" – "¡Venga, levántate!". Esta es la palabra de Jesús, siempre. Al pasar a través de la puerta Santa, tratamos de sentir en nuestro corazón esta palabra: "¡Levántate!". La palabra poderosa de Jesús puede ayudarnos a levantar y trabajar en nosotros el paso de la muerte a la vida. Su palabra nos hace revivir, da esperanzas, actualizaciones de corazones cansados, se abre a una visión del mundo y la vida más allá del sufrimiento y la muerte. En la Santa puerta se registra para cada uno el tesoro inagotable de la misericordia de Dios! Alcanzado por la palabra de Jesús, "el muerto se sentó y comenzó a hablar. Y le dio a su madre "(v. 15). Esta frase es tan hermosa: indica la ter- nura de Jesús: "él lo dio vuelta a su madre." La madre encontró a su hijo. Recibir de las manos de Jesús se convierte en madre por segunda vez, pero el hijo que ahora se devuelve no es de ella que recibió la vida. Madre e hijo reciben así su identidad a través de la palabra poderosa de Je- sús y a su cariñoso gesto. Por lo tanto, especialmente en el Jubileo, la iglesia madre recibe a sus hijos reconociendo en ellos la vida dado por la gracia de Dios. Es por esta gracia, la gracia del bautismo, la iglesia se convierte en una madre y que cada uno de nosotros se convierte en su hijo. Frente al niño viene a la vida y devuelto a su madre, «todos se llenaron de asombro y glorificaban a Dios, diciendo:» un gran profeta ha surgido entre nosotros "y"Dios ha visitado a su pueblo". Lo que Jesús hizo no es sólo una acción de salvación destinado a la viuda y su hijo, o un gesto de Amabilidad se limita a esa ciudad. En Jesús, rescate misericordioso de Dios llega a su pueblo, él aparece y continuará apareciendo a la humani- dad toda la gracia de Dios. Celebración de este jubileo, que deseo que él había vivido en todas las Iglesias particulares, es decir, en todas las iglesias en todo el mundo y no sólo en Roma, es como si toda la iglesia en todo el mundo se unió en una canción de alabanza al Señor. Aún hoy la Iglesia reconoce la visita de Dios. Para ello, al llegar a la puerta de la misericordia, todo el mundo sabe para llegar a la puerta del corazón mise- ricordioso de Jesús: él es en realidad la verdadera puerta que conduce a la salvación y vuelve a una nueva vida. Misericordia, en Jesús en noso- tros, es un viaje que comienza desde el corazón a físicas. ¿Qué significa esto? Jesús te está mirando, te cura con su misericordia, le dice: "¡Levántate!" y su corazón es nuevo. ¿Qué hace un viaje desde el corazón a las manos? Esto significa que con el nuevo corazón, corazón sanado por Jesús puede hacer las obras de misericordia a través de las manos, tratando de ayudar, para curar a tantos necesitados. La misericordia es un viaje que comienza desde el corazón y llega a las manos, es decir, a las obras de misericordia. Noticias y avisos ángelus (10.08.16) Parroquia Ntra. Sra. del Carmen (Aguadulce) Revista Semanal 14 de agosto de 2016, Núm. 122 + El día 15 (lunes) festividad de la Asunción, es día de precepto y habrá Misa a las 11.00h, a las 20.00h y a las 21.00h. + El día 16 (martes) no habrá despacho parroquial por la mañana. + De lunes a viernes el rezo del Santo Rosario es a las 19.30 h y la Misa a las 20.00 h. + Los sábados la celebración de la Santa Misa en la Ermita es a las 10.00 h y a las 21.00 h en la parroquia. + Los Domingos la celebración de la Santa Misa es a las 11.00 h, a las 20.00 h y a las 21.00 h Universal. Deporte y fraternidad. Que el deporte fomente el encuentro fraternal entre los pueblos y contribuya a la paz en el mundo. Por la Evangelización. La exigencia del Evangelio. Para que los cristianos vivan la exigencia del Evangelio dando testimonio de fe, honestidad y amor al prójimo. INTENCIONES DEL PAPA

Parroquia Ntra. Sra. del Carmen (Aguadulce) Revista Semanal fileY dirección permanente, cara a cara, en la Cruz. Durante este jubileo, que sería una buena cosa, pasar a través de

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Page 1: Parroquia Ntra. Sra. del Carmen (Aguadulce) Revista Semanal fileY dirección permanente, cara a cara, en la Cruz. Durante este jubileo, que sería una buena cosa, pasar a través de

El pasaje del Evangelio de Lucas que hemos escuchado (7,11 -17) nos presenta un milagro de Jesús realmente grande: la resurrección de un niño. Aún así, el corazón de este cuento no es un milagro, pero la ternura de Je-sús hacia la madre de este niño. Misericordia aquí toma el nombre de la gran compasión hacia una mujer que había perdido a su marido y ahora va al cementerio a su único hijo. Es este gran dolor de una madre que tocó a Jesús y provoca el milagro de la resurrección. En la introducción de este episodio, el evangelista persiste en muchos detalles. En la puerta de la pequeña ciu-dad de Naín, un pueblo, se reúnen dos que grupos procedentes de direcciones opuestas y no tienen nada en común. Jesús, seguido por sus discí-pulos y una gran multitud va a entrar en la ciudad, mientras está cerrando la triste procesión acompañando a un difunto, con su madre viuda y un montón de gente. En la puerta de los dos grupos casi exclusivamente cada uno va su propio camino, pero es entonces que San Lucas señala el sentimiento de Jesús: "ver [la mujer], el Señor fue llevado por la gran compasión por ella y le dijo:"no llores!". Llegó y tocó el féretro y los porta-dores todavía estaba parados "(VV. 13-14). Gran compasión guía las acciones de Jesús: él paró la comitiva tocando el ataúd y, movidos por la profunda piedad de esta madre, decide afrontar la muerte, por decirlo así, cara a cara. Y dirección permanente, cara a cara, en la Cruz. Durante este jubileo, que sería una buena cosa, pasar a través de la puerta Santa, la puerta de la misericordia, los peregrinos acordaría de este episodio del Evangelio, se produjo en el puerto de Naín. Cuando Jesús vio a esta madre en lágrimas, entró en su corazón! La puerta Santa, que todo el mundo llega a su vida con sus alegrías y sufrimientos, los proyectos y los fracasos, dudas y miedos, para presentar a la misericordia del Señor. Estamos seguros de que, en la puerta Santa, el Señor se hace cerca a cumplir con cada uno de nosotros, y ofrecer su consolador de pode-rosa palabra: "Don ' t cry!" (v. 13). Esta es la puerta de la reunión entre el dolor de la humanidad y la compasión de Dios. Cruzando el umbral que llevamos a cabo nuestra peregrinación en la misericordia de Dios, como el niño muerto, repetido en todos: "te digo, levántate!" (v. 14). Cada uno de nosotros, dice, "Levántate"!. Dios quiere estar de pie. Nos creó para estar de pie: para esto, la compasión de Jesús conduce a ese gesto de sanación, nos sane, de que la palabra clave es "¡Levántate! Que consiga en sus pies, cómo le hizo Dios! " De pie. "Pero, papá, así que a menudo caemos" – "¡Venga, levántate!". Esta es la palabra de Jesús, siempre. Al pasar a través de la puerta Santa, tratamos de sentir en nuestro corazón esta palabra: "¡Levántate!". La palabra poderosa de Jesús puede ayudarnos a levantar y trabajar en nosotros el paso de la muerte a la vida. Su palabra nos hace revivir, da esperanzas, actualizaciones de corazones cansados, se abre a una visión del mundo y la vida más allá del sufrimiento y la muerte. En la Santa puerta se registra para cada uno el tesoro inagotable de la misericordia de Dios! Alcanzado por la palabra de Jesús, "el muerto se sentó y comenzó a hablar. Y le dio a su madre "(v. 15). Esta frase es tan hermosa: indica la ter-nura de Jesús: "él lo dio vuelta a su madre." La madre encontró a su hijo. Recibir de las manos de Jesús se convierte en madre por segunda vez, pero el hijo que ahora se devuelve no es de ella que recibió la vida. Madre e hijo reciben así su identidad a través de la palabra poderosa de Je-sús y a su cariñoso gesto. Por lo tanto, especialmente en el Jubileo, la iglesia madre recibe a sus hijos reconociendo en ellos la vida dado por la gracia de Dios. Es por esta gracia, la gracia del bautismo, la iglesia se convierte en una madre y que cada uno de nosotros se convierte en su hijo. Frente al niño viene a la vida y devuelto a su madre, «todos se llenaron de asombro y glorificaban a Dios, diciendo:» un gran profeta ha surgido entre nosotros "y"Dios ha visitado a su pueblo". Lo que Jesús hizo no es sólo una acción de salvación destinado a la viuda y su hijo, o un gesto de Amabilidad se limita a esa ciudad. En Jesús, rescate misericordioso de Dios llega a su pueblo, él aparece y continuará apareciendo a la humani-dad toda la gracia de Dios. Celebración de este jubileo, que deseo que él había vivido en todas las Iglesias particulares, es decir, en todas las iglesias en todo el mundo y no sólo en Roma, es como si toda la iglesia en todo el mundo se unió en una canción de alabanza al Señor. Aún hoy la Iglesia reconoce la visita de Dios. Para ello, al llegar a la puerta de la misericordia, todo el mundo sabe para llegar a la puerta del corazón mise-ricordioso de Jesús: él es en realidad la verdadera puerta que conduce a la salvación y vuelve a una nueva vida. Misericordia, en Jesús en noso-tros, es un viaje que comienza desde el corazón a físicas. ¿Qué significa esto? Jesús te está mirando, te cura con su misericordia, le dice: "¡Levántate!" y su corazón es nuevo. ¿Qué hace un viaje desde el corazón a las manos? Esto significa que con el nuevo corazón, corazón sanado por Jesús puede hacer las obras de misericordia a través de las manos, tratando de ayudar, para curar a tantos necesitados. La misericordia es un viaje que comienza desde el corazón y llega a las manos, es decir, a las obras de misericordia.

Noticias y avisos

ángelus (10.08.16)

Parroquia Ntra. Sra. del Carmen (Aguadulce) Revista Semanal

14 de agosto de 2016, Núm. 122

+ El día 15 (lunes) festividad de la Asunción, es día de precepto y habrá Misa a las 11.00h, a las 20.00h y a las 21.00h. + El día 16 (martes) no habrá despacho parroquial por la mañana. + De lunes a viernes el rezo del Santo Rosario es a las 19.30 h y la Misa a las 20.00 h. + Los sábados la celebración de la Santa Misa en la Ermita es a las 10.00 h y a las 21.00 h en la parroquia. + Los Domingos la celebración de la Santa Misa es a las 11.00 h, a las 20.00 h y a las 21.00 h

Universal. Deporte y fraternidad. Que el deporte fomente el encuentro fraternal entre los pueblos y contribuya a la paz en el mundo. Por la Evangelización. La exigencia del Evangelio. Para que los cristianos vivan la exigencia del Evangelio dando testimonio de fe, honestidad y amor al prójimo.

INTENCIONES DEL PAPA

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El profeta proclama con audacia el mensaje que Dios ha pues-to en sus labios. Son palabras que maldicen, que hieren. Pala-bras que anuncian la verdad, palabras que no sonaban bien a los oídos del pueblo, palabras que exigían fidelidad heroica a Dios, pala-bras que no admitían arreglos ni com-ponendas. Por eso le atacan con auda-cia y con rabia, le acosan sin piedad, le acorralan como jauría de perros hambrientos. Le calumnian, mienten sin pudor. Intentan ahogar su voz, taparle la boca, reducirlo violenta-mente al silencio. Y casi llegan a con-seguirlo. Hoy también sucede lo mismo. Hay voces que caen mal, palabras que no se conforman con las tendencias he-donistas del momento. Profetas que hablan en nombre de Dios, que trans-miten el mensaje divino hecho de renuncias a las malas inclinaciones, profetas que condenan con claridad y valentía la cómoda postura de los que quieren facilitar el áspero camino que conduce a la Vida, los que quieren ensanchar la estrecha senda que mar-có Cristo con su vida y con sus pala-bras. Y también hoy se trata de tapar la boca al profeta, se intenta que sus palabras se pierdan en el silencio. En el aljibe no había agua, sino lodo, y Jeremías se hundió en el lodo. Había sombras densas en el fondo de la cisterna, olor nauseabundo de aguas podridas, barro sucio y luctuoso que pringaba. El profeta está pagando el precio de su audacia, de su atrevimiento en decir la verdad de Dios sin paliativos ni tapujos. No importa la persecución, no importa el no caer bien, el desprecio o la sonrisa burlona. No importa el juicio desfavorable, el ser llamado con los peores apelativos del momento. El verdadero profeta es fiel hasta los peores extre-mos, hasta la renuncia más dura que darse pueda. Fidelidad a la doctrina católica. Fidelidad a lo que es depósito de la reve-lación divina, a ese conjunto de verdades que, partiendo del mismo Cristo, ha venido enseñando y defendiendo el Magiste-rio auténtico de nuestra Santa Madre la Iglesia Católica y Apostólica. Hay que afrontar con gallardía el momento difícil que atravesamos, hay que defender la verdad, la santa doctri-na. Cueste lo que cueste, digan lo que digan, duela a quien duela. En ocasiones se puede pensar que el Evangelio es un libro sin aristas, y que las palabras de Jesús fueron siempre suaves y dulces. Sin embargo, no es así. Muchas veces, más de las que creemos, el tono de las intervenciones de Cristo se carga de energía y poderío, las suyas son palabras ardientes y pene-trantes, estridentes casi. Por eso pensar que el Evangelio es un libro irenista, o de consenso, es un error de grueso calibre. No, el Evangelio no contiene una doctrina acomodaticia ni

Comentario bíblico

fácil, no es tranquilizadora para el hombre, no es el opio del pueblo como decía uno de los santones del comunismo. En el pasaje de esta dominica oímos a Jesús que dice haber traído

fuego a la tierra para incendiar al mundo entero. ¡Y ojalá estuviera ya ardiendo!, añade con fuerza. Sí, sus palabras son brasas incandescentes, fuego que devora y purifica, que enardece y enciende a los hombres que lo escuchan sin prejuicios, que ilumina las más oscuras sombras y calienta los rincones más fríos del alma humana. El Evangelio es, sin duda, una doctrina revolucionaria, la enseñanza más atrevida y audaz que jamás se haya predicado. La palabra de Cristo es la fuerza que puede transformar más hondamente al hombre, la energía más poderosa para hacer del mundo algo distinto y formidable. Nuestro Señor Jesucristo ha prendido el fuego divino, ha iniciado un incen-dio de siglos, ha quemado de una forma u otra todas las páginas de la historia, desde su nacimiento hasta nuestros días, y hasta siempre, Es verdad que en ocasiones nosotros, los cristianos, ocultamos con nuestro egoísmo y comodidad, con nuestras pasiones y torpezas, la antorcha en-

cendida que Él nos puso en las manos el día de nuestro bau-tismo. Pero el fuego sigue vivo y hay, gracias a Dios, quienes levantan con valentía el fuego de Dios, el fuego del amor y de la justicia, el fuego de la generosidad y el desinterés, el fuego de una vida casta y abnegada, el fuego de la verdad que no admite componendas. ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz?, nos pregunta Jesús también a nosotros. Qui-zá tendríamos que responderle que sí, que pensamos que su mensaje es algo muy bello pero algo descabellado y teórico, un mensaje de amor mutuo que se reduce a buenas pala-bras, que es compatible con una vida aburguesada y como-dona. Si eso pensamos, o si vivimos como si eso fuera el Evangelio, estamos totalmente equivocados, hemos conver-tido en una burda caricatura el rostro de Jesucristo, hemos apagado en lugar de avivarlo el fuego de Dios. Vamos a rec-tificar, vamos de nuevo a prender nuestros corazones y nuestros entendimientos en ese celo encendido, varonil y recio, que consumía el espíritu del Señor.

Antonio García-Moreno www.betania.es

Lunes 15 11.00h / 20.00h / 21.00h Pro populo / Antonio y José Antonio / María Fernández

Martes 16 20.00h ———

Miércoles 17 20.00h Virginia

Jueves 18 20.00h Antonia

Viernes 19 20.00h Eduardo Martin Fernández

Sábado 20 10.00h / 21.00h Carmen Martín Carmona / ———

Domingo 21 11.00h / 20.00h / 21.00h Pro populo / ———/ ———

Intenciones de Misa

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Escucha su voz

Lunes 15 Asunción de la Virgen María Ap 11,19;12,1.3-6.10 / Sal 44 / 1 Cor 15,20-27 / Lc 1,39-56

Martes 16 San Roque Ez 28,1-10 / Sal Dt 32,26-28.30.35-36 / Mt 19,23-30

Miércoles 17 San Jacinto Ez 34,1-11 / Sal 22 / Mt 20,1-16

Jueves 18 Santa Elena Ez 36,23-28 / Sal 50 / Mt 22,1-14

Viernes 19 San Ezequiel Moreno Díaz Ex 37,1-14 / Sal 106 / Mt 22,34-40

Sábado 20 San Bernardo Ez 43,1-7 / Sal 84 / Mt 23,1-12

Lecturas de la Misa para la Semana

En aquellos días, los príncipes dijeron al rey: Muera ese

Jeremías, porque está desmoralizando a los soldados que

quedan en la ciudad y a todo el pueblo, con semejantes

discursos. Ese hombre no busca el bien del pueblo, sino su

desgracia. Respondió el rey Sedecías: Ahí lo tenéis, en

vuestro poder: el rey no puede nada contra vosotros. Ellos

cogieron a Jeremías y lo arrojaron en el aljibe de Melquías,

príncipe real, en el patio de la guardia, descolgándolo con

sogas. En el aljibe no había agua, sino lodo, y Jeremías se

hundió en el lodo. Ebedmelek salió del palacio y habló al

rey: Mi rey y señor, esos hombres han tratado inicuamente

al profeta Jeremías, arrojándolo al aljibe, donde morirá de

hambre (porque no queda pan en la ciudad) Entonces el rey

ordenó a Ebedmelek, el cusita: Torna tres hombres a tu

mando, y sacad al profeta Jeremías del aljibe, antes de que

muera.

Señor, date prisa en socorrerme

Yo esperaba con ansia al Señor;

él se inclinó y escuchó mi grito.

Me levantó de la fosa fatal,

de la charca fangosa;

afianzó mis pies sobre roca,

y aseguró mis pasos.

Me puso en la boca un cántico nuevo,

un himno a nuestro Dios.

Muchos, al verlo, quedaron

sobrecogidos y confiaron en el Señor.

Yo soy pobre y desgraciado,

pero el Señor se cuida de mí;

tú eres mi auxilio y mi liberación:

Dios mío, no tardes.

Hermanos: Una nube ingente de testigos nos rodea: por

tanto, quitémonos lo que nos estorba y el pecado que nos

ata, y corramos en la carrera que nos toca, sin retirarnos,

fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe: Jesús,

que, renunciando al gozo inmediato, soportó la cruz, des-

preciando la ignominia, y ahora está sentado a la derecha

del trono de Dios. Recordad al que soportó la oposición de

los pecadores, y no os canséis ni perdáis el ánimo. Todavía

no habéis llegado a la sangre en vuestra pelea contra el

pecado.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: He venido a

prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo!

Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta

que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo

paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco

estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán

divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la

madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra

contra la nuera y la nuera contra la suegra.

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Una casa para el Señor Carta a los diocesanos

en la Jornada «Pro Templos» Queridos diocesanos: La Jornada Diocesana «Pro Templos» llega a me-diados de agosto, en torno a la solemnidad de la Asunción de la Virgen María, para llamar la aten-ción de todos sobre la necesidad de mantener las iglesias en buen estado y construir las que la comu-nidad cristiana necesita. En ellas se celebra la sagrada liturgia y el culto devocional, fin principal al que sirven estos edificios que dedicamos a Dios. En ellas además se concentra se conserva el patri-monio cultural histórico-artístico que habla de nuestra historia y de la identidad de la civilización cristiana. Cuando retornan al pueblo por vacaciones los que se encuentran fuera por razones laborales y, bus-cando una vida mejor, se han instalado lejos del hogar en el que vinieron al mundo la iglesia del pueblo, su torre y sus campanas vuelven a llenar el corazón de nostalgia. La iglesia parroquial es un referente de la propia historia personal y desde el punto de vista del patrimonio cultural es un edificio de verdad relevante, a veces único en un pueblo por su volumen y su configuración propia. Hoy los pue-blos del interior de la provincia, algunos muy despoblados, tienen dificultades para mantener sus iglesias, mientras se nos reclaman nuevas construcciones en los lugares donde se juega la producción y la economía provincial. Mantener nuestras iglesias exige notables inversio-nes, en la que colaboran de modo particular los fie-les con sus donaciones, las más importantes, a las que se suman las ayudas de las instituciones públicas y algunas veces las iniciativas de instituciones priva-das. Pero no sólo se trata de ponderar las restaura-ciones que se llevan a cabo constantemente, sino del mantenimiento funcional de edificios que de otro modo tendrían difícil conservación. Son muchos los miles de millones que la Iglesia ahorra al Estado, facilitando así la perduración en el tiempo de la historia y cultura cristiana, que se manifiesta en las fiestas patronales con un acento propio en cada

En nuestra Diócesis

Para profundizar

Parroquia Ntra. Sra. Del Carmen (Aguadulce)

lugar, y que da razón de los usos y costumbres lugareños. La Iglesia diocesana necesita los complejos parro-quiales para celebrar la fe y, manteniendo con dignidad el culto católico, administrar los sacra-mentos; para transmitir mediante la catequesis la visión cristiana de la vida, los valores que nos iden-tifican y promover la práctica de las virtudes mora-les que ayudan a cumplir mejor con los deberes ciudadanos. La educación en la fe y la práctica de la religión necesita espacios adecuados, que es necesario construir con valor artístico y funcional al mismo tiempo. Una nueva iglesia bien construida enriquece una población igual que una barriada de nueva construcción, da personalidad al urbanismo residencial tan impersonal y, por faltarle el edifi-cio de una iglesia, un urbanismo carente de una referencia trascendente que nos recuerde el des-tino de la vida humana.

Hay, además, una demanda real de los fieles en aquellos barrios y lugares donde no hay templo, porque los fieles son asimismo ciuda-danos y el ejercicio de la religión es un derecho que debe proteger-se como un bien social. No podemos ignorar que es así, y quienes tenemos la responsabilidad de mantener en su identidad propia la comunidad eclesial, que sigue siendo extensa entre nosotros, aun-que nuestra sociedad sea más plural y diversificada que en el pasa-do, tenemos el deber de afrontar esta demanda para que mantenga-mos una iglesia histórica con su propia función religiosa, y para que construyamos una nueva iglesia allí donde hace falta.

Por todo esto, queridos diocesanos y visitantes que pasáis el período vacacional entre nosotros, os pedi-mos la contribución que haga posible la celebración del culto y la transmisión de la fe cristiana. Vuestra generosidad no quedará sin recompensa. Con mi afecto y bendición.

+ Adolfo Gonzalez Montes Obispo de Almería

www.diocesisalmeria.es

Ntra. Sra. del Carmen Patrona de Aguadulce ruega por nosotros

PARROQUIA ERMITA

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www.parroquiacarmenaguadulce.es

los rincones del planeta llovieron las solicitu-des a Roma, y a todas se dio respuesta afir-mativa. Finalmente, gracias a las presiones de los obispos de Francia, el Papa Pío IX ex-tendió la fiesta a la Iglesia Universal bajo la modalidad de rito doble mayor. En 1889 la Iglesia la elevó a rito doble de primera clase.

En todos lados se realizaban actos de consagración y repara-ción junto con la devoción. En ocasiones, en especial después de 1850, grupos, congregacio-nes y hasta naciones enteras se han consagrado al Sagrado Corazón. En 1875 todo el mun-do católico se consagró de esa manera. Aún así, el Papa aún no había decidido tomar la iniciativa o intervenir directa-mente. Eventualmente, el 11

de junio de 1899, por orden de León XIII, y con una fórmula prescrita por él, toda la humanidad fue solemnemente consagrada al Sagrado Corazón. La idea de llevar a cabo esa acción, que León XIII calificó como "el gran acontecimiento" de su pontificado, le había sido sugerida por una religiosa del Buen Pastor, de Oporto (Portugal), quien afirmó que ella lo había recibido directamen-te de Cristo. Ella, cuyo nombre de religión era María del Divino Corazón, murió en la fiesta del Sagrado Corazón, dos días antes de la consagración, que había sido pospuesta hasta el siguiente domingo. (Fin)

La muerte de Margarita María, el 17 de octu-bre de 1690, no asfixió el entusiasmo de quienes estaban interesados en la devoción. Todo lo contrario. La pequeña narración que hizo el Padre Croiset en 1691 de la vida de la santa, como un apéndice de su libro "De la devotion au Sacre Coeur", sólo sirvió para aumentarlo. A pesar de todo tipo de obstáculos y de la lentitud de la Santa Sede, que en 1693 concedió indulgencias a las cofradías del Sagrado Corazón y que en 1697 otorgó a la Visitandinas licencia para celebrar la fiesta junto con la de las Cinco Llagas, pero que se negó a otorgar una fiesta común para toda la Iglesia, con Misa especial y oficio, la devoción se extendió, en particular entre las comunidades religiosas.] Quizás la primera ocasión para realizar una consagración so-lemne al Sagrado Corazón y un acto público de culto fuera de las comunidades religiosas la proporcionó la plaga de Marsella, en 1720. Otras ciudades del sur siguieron el ejemplo de Marsella y a partir de ahí la devoción se popularizó. En 1726 se consideró oportuno acudir de nuevo a Roma para solicitar una fiesta propia, pero en 1729, de nuevo, Roma se negó. Mas por fin, en 1765, finalmente cedió y ese mismo año, a petición de la Reina, la fiesta fue aceptada semioficial-mente por el episcopado francés. De todos