20
PARTE SEGUNDA LA VILLA DE SAN MIGUEL EL GRANDE. SU ESPLENDOR LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII S I el esplendor económico puede decirse que empieza con la misma Villa, tiene, desde luego, su mayor auge en el siglo XVIII, que es el siglo de oro colonial mexicano. Riquísimas familias sostienen y engrande- cen las industrias y llenan de edificios y templos a San Miguel. Sus fábricas, sus tenerías, sus haciendas, sus ganados y el enorme desarrollo comercial, hacen de la Villa una de las pobla- ciones más importantes de la Nueva España dieciochesca. Empieza la centuria pidiendo los procura- dores de la Villa, don Matías de Cisneros y don Juan de Ceballos y Ortega, la licencia nece- saria para la erección de una alhóndiga, donde se conducirían "semillas y granos y demás co- sas que hubiese de comercio". El permiso se obtuvo sin dificultad y empezó la fábrica del edificio una vez que estuvo terminada la de las Casas Reales que se construían frente a la plaza. Además de las industrias que provenían del ganado y la fabricación del sarape, se tejían en San Miguel sobrecamas, colchas bordadas y pa- ños ordinarios. Bustamante cuenta que se tejían "pañetes, zarapes y frazadas en gran cantidad y también ricos tapetes, de los cuales llevó algu- n -s el virrey marqués de Branciforte y se ofen- sa ió de que en su reverso se pusiese que habían a do hechos en San Miguel el Grande".' Prueba ca la buena calidad de los tapetes y de la estulticia del marqués. Cuando Maximiliano llegó a México a ha- cerse cargo de su efímero y trágico Imperio, uno de los regalos que recibió fue una caja de madera en la que iba "un finísimo jorongo tejido en San Miguel el Grande, formando el pabellón nacional y ostentando en el centro el águila mexicana", y dos años después de con- (1) Carlos Ma. de Bustamante. Suplemento a Los tres siglos de México de Andrés Cavo. cluída la fachada gótica de la Parroquia se le envió de regalo al Papa Pío IX un sarape con un bordado en el centro que representaba nada menos que el pórtico ojival dé la primera igle- sia de la Villa.2 Todo esto, que no pertenece al siglo XVIII, muestra, sin embargo, que aun después de la guerra de Independencia, que destruyó la riqueza de San Miguel, se hacían notables trabajos de artesanía. A la par que los tejidos, se hacían primoro- sos arneses para montar a caballo, y armas blan- cas, como machetes, espadas y cuchillos y otras cosas, siendo muy solicitados en todo el país las espuelas y estribos hechos en San Miguel. Los telares a fines del siglo XVIII eran dieciocho de españoles y trescientos cuarenta y ocho de indios. En 1810 se contaban "diez telares de jergas, jerguetillas, frazadas, sabani- llas y sayales; seis telares de paños y bayetas y curtidurías de tambores, baquetas, cordobanes y otras especies", que desaparecieron durante la guerra de Independencia, pues si bien es cierto que ésta le dio la gloria a San Miguel, también lo es que mató su riqueza acumulada en tres siglos. Es preciso ir hasta 1873 para encontrar nuevamente 350 telares trabajando. No siempre eran cordiales las relaciones entre trabajadores y patrones. No sólo los bajos precios que aquellos recibían, sino el despotismo y malos tratos de los últimos, produjeron luchas y "huelgas" de parte de los obreros. Una de esas luchas del proletariado sanmiguelense, y que hizo mucho ruido, fué la de don Baltasar de Sauto con sus trabajadores. Fué el motivo las injus- tificadas demasías de aquél, y tanto creció el asunto que tuvo que intervenir el alcalde mayor de la Villa, que lo era entonces el conde de Casa de Loja, poniendo preso al propietario y enviándole a Puebla ante el temor de que fuese asesinado. Don Baltasar fué condenado, por cé- dula de 1761, después de habérsele probado in- numerables fechorías, a que se le demoliera su ( 2) Según otras noticias fue a León XIII, en 1902. 19

PARTE SEGUNDA - HispanistaPARTE SEGUNDA LA VILLA DE SAN MIGUEL EL GRANDE. SU ESPLENDOR LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII S I el esplendor económico puede decirse que empieza con la misma

  • Upload
    others

  • View
    1

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: PARTE SEGUNDA - HispanistaPARTE SEGUNDA LA VILLA DE SAN MIGUEL EL GRANDE. SU ESPLENDOR LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII S I el esplendor económico puede decirse que empieza con la misma

PARTE SEGUNDA

LA VILLA DESAN MIGUEL EL GRANDE.

SU ESPLENDOR

LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII

S I el esplendor económico puede decirseque empieza con la misma Villa, tiene,desde luego, su mayor auge en el siglo

XVIII, que es el siglo de oro colonial mexicano.Riquísimas familias sostienen y engrande-

cen las industrias y llenan de edificios y templosa San Miguel. Sus fábricas, sus tenerías, sushaciendas, sus ganados y el enorme desarrollocomercial, hacen de la Villa una de las pobla-ciones más importantes de la Nueva Españadieciochesca.

Empieza la centuria pidiendo los procura-dores de la Villa, don Matías de Cisneros y donJuan de Ceballos y Ortega, la licencia nece-saria para la erección de una alhóndiga, dondese conducirían "semillas y granos y demás co-sas que hubiese de comercio". El permiso seobtuvo sin dificultad y empezó la fábrica deledificio una vez que estuvo terminada la delas Casas Reales que se construían frente a laplaza.

Además de las industrias que provenían delganado y la fabricación del sarape, se tejían enSan Miguel sobrecamas, colchas bordadas y pa-ños ordinarios. Bustamante cuenta que se tejían"pañetes, zarapes y frazadas en gran cantidad ytambién ricos tapetes, de los cuales llevó algu-n -s el virrey marqués de Branciforte y se ofen-sa ió de que en su reverso se pusiese que habíana do hechos en San Miguel el Grande".' Pruebaca la buena calidad de los tapetes y de laestulticia del marqués.

Cuando Maximiliano llegó a México a ha-cerse cargo de su efímero y trágico Imperio,uno de los regalos que recibió fue una caja demadera en la que iba "un finísimo jorongotejido en San Miguel el Grande, formando elpabellón nacional y ostentando en el centro eláguila mexicana", y dos años después de con-

(1) Carlos Ma. de Bustamante. Suplemento a Los tressiglos de México de Andrés Cavo.

cluída la fachada gótica de la Parroquia se leenvió de regalo al Papa Pío IX un sarape conun bordado en el centro que representaba nadamenos que el pórtico ojival dé la primera igle-sia de la Villa.2 Todo esto, que no pertenece alsiglo XVIII, muestra, sin embargo, que aundespués de la guerra de Independencia, quedestruyó la riqueza de San Miguel, se hacíannotables trabajos de artesanía.

A la par que los tejidos, se hacían primoro-sos arneses para montar a caballo, y armas blan-cas, como machetes, espadas y cuchillos y otrascosas, siendo muy solicitados en todo el paíslas espuelas y estribos hechos en San Miguel.

Los telares a fines del siglo XVIII erandieciocho de españoles y trescientos cuarenta yocho de indios. En 1810 se contaban "dieztelares de jergas, jerguetillas, frazadas, sabani-llas y sayales; seis telares de paños y bayetas ycurtidurías de tambores, baquetas, cordobanes yotras especies", que desaparecieron durante laguerra de Independencia, pues si bien es ciertoque ésta le dio la gloria a San Miguel, tambiénlo es que mató su riqueza acumulada en tressiglos. Es preciso ir hasta 1873 para encontrarnuevamente 350 telares trabajando.

No siempre eran cordiales las relacionesentre trabajadores y patrones. No sólo los bajosprecios que aquellos recibían, sino el despotismoy malos tratos de los últimos, produjeron luchasy "huelgas" de parte de los obreros. Una de esasluchas del proletariado sanmiguelense, y que hizomucho ruido, fué la de don Baltasar de Sautocon sus trabajadores. Fué el motivo las injus-tificadas demasías de aquél, y tanto creció elasunto que tuvo que intervenir el alcalde mayorde la Villa, que lo era entonces el conde deCasa de Loja, poniendo preso al propietario yenviándole a Puebla ante el temor de que fueseasesinado. Don Baltasar fué condenado, por cé-dula de 1761, después de habérsele probado in-numerables fechorías, a que se le demoliera su

( 2) Según otras noticias fue a León XIII, en 1902. 19

Page 2: PARTE SEGUNDA - HispanistaPARTE SEGUNDA LA VILLA DE SAN MIGUEL EL GRANDE. SU ESPLENDOR LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII S I el esplendor económico puede decirse que empieza con la misma

obraje. El escándalo fue grande. "Fue tal ladivisión que se produjo entre las principalesfamilias -dice Díez de Sollano- que los misio-neros de Propaganda Fide, de Querétaro, fuerona San Miguel a hacer unas misiones , que cul-minaron con una escritura pública de mutuosperdones y desagravios hecha por todos los ve-cinos principales, en mayo de 1763. En losautos del proceso a que me refiero -añade- seve el fondo de toda aquella vida colonial en susmás nimios detalles; la situación social preva-leciente, los caracteres de todos los miembros detodas las clases sociales y esa escritura de mu-tuos perdones, es una muestra de la fuerza delcristianismo en la sociedad de esa época, quese imponía con su fuerza regeneradora sobre laspasiones y odios sociales como lábaro de paz".

Por pertenecer a San Miguel en la épocaque venimos estudiando y ser documento curiosoque habla en general sobre los gastos públicosde los ayuntamientos coloniales, copio aquí la"Revisión de Gastos" llamada de "Propios Arbi-trios", que por orden de las Ordenanzas de In-tendentes se hizo poco después del año de 1784.

Productos de Propios:

Productos de las entradas de maíces ...... 1514Productos de las entradas de harinas ..... 889Arrendamiento de la casa de matadero y

tabla ................................. 250Repartimiento de pesas y medidas ........ 248Producto anual de la Plaza de Toros ..... 1975

Total con otros productos ......

Gastos de la villa:

ps. jugasen por sí algunos toros ... pero ha aumen-tado esta función hasta el extremo de que sehalla de ser una fiesta de las más ruidosas de

ri i il l b l l d dase que ce e ran as p nc pa es c u a esHonorario anual del escribano de Cabildo ... 300 ps. esa cSalario del alhondiguero ................. 400 " y con plaza formal que se levanta y concurso deSalario del recaudador de puestos en las gentes de todas partes que van a aquella villa

plazas y en las calles ....... .......... 208 " de muchas distancias y por consecuencia es yaSalario del guarda de la Alhóndiga ...... 150Salarios de los maceros . . . . . . . . . . . . . . . . . . 180 el teatro de comedias, bailables y juegos, y cuan-Salario del relojero ....................... 125 " tos desórdenes pueden imaginarse".Salario del maestro fontanero ............. 50 " Los toros se lidiaban en la plaza mayor,Salario del carretonero de la basura ....... 18 „ pues entonces no tenía árboles, siendo solamenteSalario del pregonero ..................... 40 el lugar de mercado. Se cercaba con tablas y se

20

Total ........................... 1471

Réditos de capellanías y capitales impuestosa conventos ........................... 1000

Por gastos de novenarios, sobre todo los muylujosos de Loreto, Guadalupe y San Mi-guel .................................

Gastos de la villa de San Miguel el Grandeen México:

ps.

Para alojamiento y manutención de indios ycustodia que los conduce "

Para gastos de cera e iluminaciones ....... 120 "Otros .................................... 156 11

Total .......................... 3935 ps.

Lo que sobraba entre las entradas • y losgastos se dejaba como fondo de reservas paracasos imprevistos.

LAS CORRIDAS DE TOROS Y OTRAS FIESTAS

Desde la fundación de San Miguel se diopermiso a los indios para que celebrasen el díade su patrono San Miguel Arcángel, con dossemanas de corridas de toros a mañana y tarde,en las que únicamente ellos toreaban y en lascuales se prohibía toda intervención de los veci-nos españoles . "Los naturales" -dice don Nico-lás Rangel- dirigidos por sus caciques, cerca-ban la plaza mayor con talanqueras para correren ellas las reses bravas adquiridas en las ha-ciendas inmediatas, principalmente la del Jaral.Lo que al principio fué diversión para sólo loshabitantes de la localidad, se convirtió más tardeen rumbosa feria con espectáculo de comedias,juegos de azar, peleas de gallos, bailes públicosy demás alicientes para traer concurrencia delos puntos más apartados de la comarca".'

Corroborando esto decía a fines del sigloXVIII el intendente de Guanajuato, don JuanAntonio de Riaño: "Los toros empezaron conel permiso o disimulo de dejar a los indios que

4201

140

Para el hospital de San Hipólito ......... 50Para el hospital de San Lázaro ........... 25Para la Academia de San Carlos (según or-

den del virrey Gálvez de febrero de 1783) 50Importe anual de rentas públicas ......... 200Por portes de pliegos dirigidos al Ayunta-

miento ............................... 37Por gastos del cuartel de milicias ......... 144Por gastos de escoltas del Real Tesoro 182Para procesiones , celebridades , tiempos de

escasez o "cosas por el estilo " ......... 62Para composturas de las Casas Reales, alhón-

diga , casa de recogidas y prisiones .. 46Para reparos del matadero y compostura del

reloj ................................. 26Para cochera del carretón de la basura y

mantener al macho que lo tira ......... 70Para composturas y limpieza de cañerías,

alcantarillas y pilas y fuentes ........ 20Para reparos de caminos .................. 120Para reparos de empedrados de las calles .. 40Para gastos del cabildo en defensa "de sus

justos derechos" ....................... 200

ps.

ps.

hacían los asientos, dejando lugar para las auto-ridades, todo por los indios, que traían la maderade los cerros inmediatos, adjudicando para losgastos llamados "propios" de la villa el productode las corridas y dando de limosna cincuentapesos al principio y veinticinco después para lafunción de iglesia.

Los toreros eran indios aficionados que to-maban sus nombres según las suertes que hacían,como "lazadores", "picadores", o se llamabantambién "capitanes" y "locos".

A principios del siglo XVII hubo un torerosanmiguelense que, aparte de no tenerle miedoa los toros, tampoco se lo tuvo al diablo, pueshasta hizo con él un pacto para que le enseñaseel arte del toreo. Llamóse Miguel Yáñez, y ha-biéndose juntado con Francisco Rodríguez yJuan Alvarado, toreros de Celaya, decidieronprobar aventuras por los pueblos del camino deZacatecas, sustentándose de sus conocimientosen tauromaquia y prestidigitación. Contaban quepor Durango se les había aparecido el Diabloy les había preguntado, como en los cuentos dehadas, qué era lo que deseaban, pidiendo tres

(1) Nicolás Rangel. Historia del Toreo en México.

Page 3: PARTE SEGUNDA - HispanistaPARTE SEGUNDA LA VILLA DE SAN MIGUEL EL GRANDE. SU ESPLENDOR LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII S I el esplendor económico puede decirse que empieza con la misma

cosas. Los tres aventureros pidieron ser amadosde las mujeres, ser magníficos toreros y jinetesconsumados . El demonio prometió solemnementeconcederles sus deseos , pero exigió antes, comoera de rigor , una escritura firmada con sangre..Esta leyenda no prueba , según Rangel, "sinoque ya en 1612 se ejercía la profesión de toreroen Guanajuato , que por chiste o por hacer másinteresante su profesión , inventaron lo del dia-blo". En efecto , la leyenda se inventó parahacer más atractivas sus profesiones de torerosy prestidigitadores ambulantes , como después tu-vieron que declarar a la Inquisición , que lesechó mano, probándose que el cuentecito les dabamás dinero que todo su saber y todo su arte.

La afición taurina se conservó en San Mi-guel a través de toda su historia. Varias vecestendré ocasión de hablar de ella, recordandoaquí que en 1800, fueron muy serios los dis-gustos por la negativa del virrey Marquina, tau-rófobo rematado, de conceder su permiso paralas corridas anuales . El subdelegado de entonces,don Francisco Veyra y Pardo, le pedía al incon-movible virrey, por amor de Dios y "porque hasido estilo e inveterada costumbre" que conce-diese las dos semanas taurinas. Marquina, antetanta súplica y en vista de los derechos y anti-güedad que asistían a la Villa, accedió a dar, supermiso, pero sólo por tres días.

Don Ignacio de Allende era un gran aficio-nado y valiente torero . Dió muchas veces mues-tras de su entusiasmo y de su audacia en lasfiestas de San Miguel . Se cuenta que una vezel toro le tuvo miedo y le huía, impacientándosetanto Allende que hizo que le rodearan sus ami-gos hasta estrecharlo y "luego le tomó con lamano izquierda del tercio de la llave, y conla derecha le traspasó el corazón con su espada,haciéndole caer muerto a sus pies". Además, lafractura que tenía en la nariz , que le daba unaspecto un tanto fiero, se la produjo una resbrava en un coleadero.

A estas famosas corridas asistieron muchasveces notables personajes de la historia de Mé-xico, como don Agustín de Iturbide, don Anas-tasio Bustamante y don Antonio López de SantaAnna. También asistía a los llamados "toros deonce", por ser a las once de la mañana, el propioSan Miguel , por medio de una imagen suya quesacaban de la Parroquia, dedicándole los torerossus suertes y brindándole los toros los mata-dores.

A más de los toros había comedias, juegosde azar, bailes públicos y peleas de gallos. Estasúltimas y las comedias se hacían en "corrales"especiales que días antes se levantaban por -losempresarios y de tal manera se hicieron famosasque de innumerables partes se pedían al virreylicencias para "poner comedias" o "decir colo-quios ", no sólo en el mes de septiembre, que secelebraba a San Miguel Arcángel, sino en otrasépocas del año, que con pretextos cívicos o reli-giosos, se ponía la Villa de fiesta.

Pero lo más interesante y original era lanota indígena en las fiestas, sobre todo en lasreligiosas. Los indios contribuían (como hastala fecha ) con sus "danzas" y música. Si SanMiguel no tuvo, como Acapulco o Saltillo, susfamosas y lucidas fiestas comerciales, derrochó,en cambio , su alegría en las conmemoracionesreligiosas en las que, como dije , los indios delas cercanías tomaban la mejor parte. Las prin-

cipales funciones eran las de Covadonga, de Lo-reto, de Guadalupe y de San Miguel , esta últimala más importante.

Ocho días antes de la festividad del arcán-gel, o en lenguaje litúrgico en la "octava" ante-rior, sale (pues aún se conserva) el "convite"con su desfile de carros adornados y las "andas"con asuntos religiosos , precedidas de unas des-cubiertas de "moros" y "cristianos" a caballo,que tienen todo el sabor de las primitivas danzasdel siglo XVI, puestas y arregladas por los fran-ciscanos.

Llegan el viernes ordenados en cuadrillas,tanto de hombres como de mujeres, profusa-mente adornados. Los vestidos consisten en unasenagüillas cortas de variados colores y entera-mente bordadas de chaquira y lentejuelas; lascamisas también bordadas y adornadas de cuen-tas, las medias de colores muy vivos , y guara-ches nuevos. En la cabeza , sobre grandes ca-belleras postizas , tremolan enormes y coloridospenachos de plumas, llenos de cuentas, vidriosy espejos, con alguna imagen de santo al frente.

Cada grupo o cuadrilla tiene sus "capita-nes generales" y sus "alféreces ", que se distin-guen de los demás por sus bastones de mandoy de "locos' 'o "viejos' que son el elementocómico.

La música se hace por medio de unas espe-cies de guitarras pequeñas forradas con capara-zones de armadillo, y tocan más de veinte dan-zas distintas, en que cambian el paso al gritogutural de mando del capitán general.2

El sábado de esa misma semana empiezalo típico de San Miguel , cuando quema el pue-blo los "monos " en la plaza , a veces en númerode cien, que son grandes muñecos que recuer-dan los "judas" de Semana Santa y que sonregalados por el comercio en pequeño . La dife-rencia que hay entre estos "monos" y los judases que los de San Miguel son sostenidos engrandes astas por hombres del pueblo, que loshacen moverse de un lado para otro cuandoarden, formando un curioso y fantástico minuetocallejero.

A las tres de la tarde de ese mismo día,las danzas indias, que han permanecido en elatrio de la Parroquia desde el anterior, salenhasta el barrio de San Juan de Dios para recibirallí los "súchiles" o "cruceros ", que son unostableros de flores con figuras diversas , ya seanhumanas, hagiográficas o simplemente decorati-vas. Los "súchiles" (de xóchitl, flor) 3 son gene-ralmente de ocho a doce metros de alto y deuno cincuenta a dos metros de ancho, predomi-nando, en medio de un mar de colores , los tonosmarfil y amarillo . Casi siempre son cinco o seis"súchiles " y suben a la plaza a las cinco de latarde en una procesión formada por un "súchil"y una danza, otro "súchil" y otra danza, y asísucesivamente . Al llegar a la plaza se dan tresvueltas a su alrededor y luego se plantan enel suelo enfrente de la Parroquia a modo deofrenda.

En la noche hay música municipal y sere-nata y se encienden los castillos de pólvora.

El domingo, que es el verdadero día de la

( 2) Carlos Díez de Sollano. Las fiestas de San Miguel.Revista Mexicana de Estudios Históricos.

( 3) Están adornados con Cucharilla y Cenpualxuchitl. 21

Page 4: PARTE SEGUNDA - HispanistaPARTE SEGUNDA LA VILLA DE SAN MIGUEL EL GRANDE. SU ESPLENDOR LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII S I el esplendor económico puede decirse que empieza con la misma

fiesta, empieza con cohetes y "mañanitas", hastalas diez de la mañana , en que tiene lugar en laiglesia la solemne misa , que es frecuentementecelebrada por un obispo.

Las dos de la tarde es la hora de la ofrenda,curiosísima ceremonia católica-pagana , en la quelos danzantes, entrando de rodillas y sin dejarde tocar sus guitarras, ofrecen, poniendo en unagran mesa dispuesta al efecto, los regalos quele traen a San Miguel, consistentes en jícaras ybateas de flores, frutos, dulces, panes, tortillas ybaratijas. Un sacerdote, revestido de capa plu-vial, bendice cristianamente las ofrendas y ento-na luego responsos por las almas de los "padresmayores" y por el "alma de los cuatro vientos",que parece referirse, esto último, a las almastodas del purgatorio. La ceremonia termina alas seis, saliendo los danzantes otra vez de ro-dillas hacia atrás y llevándose los regalos, queson repartidos después entre ellos en una capilla"de indios" por el barrio de San Juan de Dios,a puerta cerrada y con prácticas mágicas deabolengo precortesiano. Después de la ritualcomida se reparten las flores y se fuma mari-guana, embriagándose además con "colonche",bebida abundante en el mes de septiembre porestar formada del licor de la tuna.

El domingo termina, como es natural, enjolgorio y escándalo, y el lunes en la mañanaes la despedida, en la que se promete al "SeñorSan Miguelito Arcángel" que volverán al añosiguiente.

LA SOCIEDAD SAN MIGUELENSE DEL SIGLO XVIII

El siglo XVIII es, en toda la Nueva Espa-ña, la época de su mayor esplendor económicoy artístico. Es el tiempo en que se construyenlos más costosos y magníficos edificios, tantociviles como religiosos. A la severa arquitecturadel XVI ( la más alta en calidad ) sigue el im-perio del barroco en el XVII, y por último, irrum-pe el más desaforado churriguera, ostentoso yespléndido , que basta por sí solo para mostraren el fondo una época de aprovechamiento. Esentonces también cuando surgen las riquísimasfamilias de mineros y hacendados que formaronla aristocracia criolla, y empieza a formarse len-tamente la auténtica nacionalidad mexicana.

La villa de San Miguel el Grande no podíaquedarse atrás y ve realizado en este siglo suhonroso apelativo. Sus templos y edificios prin-cipales datan de esta centuria y su escogidasociedad hace decir al padre Morfi: "Mucho ymuy lucido es su vecindario y de mejor sociedadque el de Querétaro".' Ilustres fueron las fami-lias De la Canal, De Landeta, Malo, De Lanza-gorta, De Sauto, De Allende, etc., de muchosde cuyos miembros tendré que hacer menciónen esta historia. Tuvo además la rica Villa untítulo de nobleza dado en su hijo y vecino donFrancisco José de Landeta Urtusáustegui Sara-bia y Rueda, a quien hizo Fernando VI, Condede Casa de Loja y Vizconde de Landeta, el 2de diciembre de 1753, "por su limpieza de san-gre y probanza de su hidalguía", amén de 22,000ducados de "estimación" para el monasterio deSan Juan de los Reyes de Toledo. El título fueconcedido con ese nombre por ser poseedor, don

(1) Fray Agustín Morfi. Viaje de Indios y Diario del22 Nuevo México.

Page 5: PARTE SEGUNDA - HispanistaPARTE SEGUNDA LA VILLA DE SAN MIGUEL EL GRANDE. SU ESPLENDOR LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII S I el esplendor económico puede decirse que empieza con la misma

Retrato del pintor Ibarra en la Casa de Loreto de Tepotzotldn.

23

Page 6: PARTE SEGUNDA - HispanistaPARTE SEGUNDA LA VILLA DE SAN MIGUEL EL GRANDE. SU ESPLENDOR LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII S I el esplendor económico puede decirse que empieza con la misma

LA CASAY

ivlA YORA ZG 0

E T,A CANAL

dela

'illa, de „usa Miguel el Grande

(Nueva España)

MIGUEL J. MALO ZOZAYA

ilíieu,ói^^ de 1., Al, d. la

ol Gexe.Jo gía y 11 , 1 .rlc.r,a "Aík.t.1 P.ulilla" d<, C ¡l J.r.itira; del }ru!I(ift, ptrtr .r^t-^ 4: '

(.er;r.r1; del lur/!!irír, 1 +ttri1/.rr:utt.t dr f:t17e.rlr,.gi.i } 1lei.í!.:r<.u

dt ;t(r^l,; l r d^ I Si Nri •1.) i de (1,7J! U l'.¡ Al

24

Page 7: PARTE SEGUNDA - HispanistaPARTE SEGUNDA LA VILLA DE SAN MIGUEL EL GRANDE. SU ESPLENDOR LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII S I el esplendor económico puede decirse que empieza con la misma

j .\

^\ llt't^^l . } lr^. ► 1 V 11.r1I1 1l. l 'ill•^jrr ►,c

iJirjl ► .. ` t Il 1 1 ill 11,,,, r^'//r17^r ► 11, +: l,l ► lir t+I/I

r t/ .',1 l/1 li /1 ► ( ► I ► I r^/ ► l l//IIrrll ¿/11 . ► rt11! ,'I

l r//TI ' /I /l7/1/.^ . 11,E ¡Uh///1.^ Iltrrt /lll. ! lr/ll

/ti /¡/¡ 111 / 11/ 1 1. , 1 ,i1/I/^//l^ /s, lll^/ll, r/ . 1 ill

IlllrÍl II. r,, ► I/,/^^/,, 1`/r/I/frrll, CO ' 1 iDU,

'^ 111 : 111

.Jiul:l. ► 111 ► 111 ► 1^ .,. I'lll ► ,^., ,l1 /rl., OF1l, rl^...( ' 1 1 1 1 1 rh lrltA

pri.` 11 ► 1 1 ► r1 1 1111111/i l .^. II

1'/ f f/1. ►' ¿Il ll ► , ^ d rl.^jl^l1 ►.^. j (.'j/..//,. /l1(1f

^) l /,rl/I/.^ : ^ ri /1,,; (Il' 1r // ('1 ► l//i ¡n . 1 'rr^la1111I1.^. } (('^1/l^rr.' 1/1 ir7/,^ ^• IllfÍlf`1/

1 ('t ► i i .^ ( 111(11) I

lfl^ I id . ,

)

^' i! Ir ► u/t ► , ► /1h

1 1 rr7lrA 11 11, /1• ti/¡1 411 1.^, ^ 11 /II/II

Hoja del título del conde de Casa de Loja.

Page 8: PARTE SEGUNDA - HispanistaPARTE SEGUNDA LA VILLA DE SAN MIGUEL EL GRANDE. SU ESPLENDOR LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII S I el esplendor económico puede decirse que empieza con la misma

Francisco José, de las casas de Loja y Valher-mosa, en Castilla la Vieja.

Fue el Conde natural de San Miguel, endonde nació a principios del siglo XVIII, hijode don Francisco de Landeta y Lahera, de Viz-caya, y doña Francisca de Urtusáustegui, de an-tigua familia sanmiguelense. Cuando fue agracia-do con el condado era Regidor decano y AlférezReal. "Y habiéndose visto en mi consejo de laCámara -reza la real cédula- por resoluciónmía a consulta suya de 23 de octubre pasadode este año, he vino en ello y en que os nomi-néis Conde de Casa de Loja y en su conformi-dad es que vos, el referido don Francisco Joséde Landeta y vuestros hijos, herederos y suceso-res, cada uno en su tiempo, perpetuamente parasiempre jamás , os podéis llamar e intitular, lla-méis e intituléis, llamen e intitulen, os hagoe intitulo Conde de Casa de Loja"... "y queos guarden y hagan guardar todas las honras,franquicias, libertades, exenciones, preminencias,prerrogativas, gracias, mercedes y demás cere-monias que se guardan y deben guardar a losotros Condes de estos mis reinos, todo bien ycumplimiento, sin faltaros cosa alguna y queporque según las órdenes dadas por el SeñorRey Don Felipe IV (que santa gloria haya) alas personas a quienes se diere título de Condee Marqués ha de preceder primero el de Vizcon-de y quedar suprimido por despacho del día de lafecha os he dado el de Vizconde de Casa de Lan-deta, el cual queda roto y cancelado en mi secre-taria de la Cámara de Gracia y Justicia.. ."2

El segundo conde fue don Manuel de Lan-deta, que murió sin sucesión, por lo que el títu-lo pasó a su hermana, doña María Josefa, casadacon don Joaquín Francisco Díez de Sollano, ori-ginario de Puebla. Con este enlace pasó el títuloal apellido Díez de Sollano, siendo el cuartoconde don José Díez de Sollano, maestrante deRonda, que murió el año de 1836. Fue su esposadoña Josefa Dávalos y Gamarra, de quien tuvoal quinto conde don José Vicente, a quien reva-lidó la reina Isabel II, en 1860, el título deconde de Casa de Loja. El sexto conde, sinuso del título, fue don Carlos Díez de Sollanoy de la Peza, nacido en San Miguel el 20 dediciembre de 1867. Fué ilustre abogado, ocupan-do altos puestos de su profesión en Guanajuato,donde nació el que actualmente debería ser elséptimo conde, don Carlos Vicente Díez de So-llano y Malo.

Otra notable familia de San Miguel fué laque llevó por apellido el de De la Canal. Empe-zó en la tercera década del siglo XVIII condon Manuel Tomás de la Canal y Bueno deBaeza, Caballero de Calatrava y descendientede rancia nobleza española. Nació en México el3 de enero de 1701, ciudad donde ejerció "obrasmuy de agrado de Ntr. Señor, como lo voceala Santa Iglesia Catedral en un retablo que lecosteó en su testamento" (según Carlos Díez deSollano, fue el de San José), favoreció tambiéncon su dinero a los santuarios de Guadalupe ylos Remedios y ayudó a la construcción de laSanta Casa de Loreto y capilla de San José enel colegio jesuítico de Tepozotlán, por lo cualfue retratado por el pintor José de Ibarra en1735 en la pintura conmemorativa de esa ca-pilla.(2) Ricardo Ortega y Pérez Gallardo. Historia Genea-

26 lógica de las Familias más Antiguas de México.

Por el año de 1732 se fue a establecer aSan Miguel el Grande "inspirado por Dios -se-gún quiere el P. Castillón- y en donde adquirióvastas propiedades"3 y añade: "En esta villaestá tenido y se tiene por hombre enviado deDios para plantar y edificar de todos modos yasí lo reconoce en lo temporal este vecindarioagradecido, que confiesa deberle a su piedad losmuchos aumentos que desde su transporte tieneen sus intereses el lugar, y también espiritual-mente".

Gastó de su peculio más de 200,000 pesosen adornar y hermosear la Villa, elevando tem-plos y casas, construyendo caminos y ejerciendoabundantemente la caridad. Miles de familiasle debieron el sustento, y el auge industrial aque llegó San Miguel "se debió en gran partea lo que favorecía con sus avíos a los tejedoresde sarapes y rebozos la noble casa de los Dela Canal, pues les habilitaban la lana de unatrasquila para la época de la subsiguiente y lesfiaban grandes cantidades de algodón y demásmaterias primas sin el menor interés"'

Murió don Manuel Tomás de la Canal el15 de abril de 1749, tres días después de suesposa, la señora Doña María de Hervás y Flo-res, y fueron sepultados ambos en la capilla deLoreto, que habían construido en 1736.

Dejó nueve hijos, cinco mujeres y cuatrovarones, de los cuales son bien conocidos donJosé Mariano de la Canal, regidor decano y alfé-rez real, que llevó a cabo la jura del rey CarlosIV, en 17915 y que casó con doña Josefa deLandeta, hija del primer conde de Casa de Loja,y doña María Josefa Lina de la Canal, la pri-mogénita, fundadora del monasterio de la Con-cepción, de quien me ocuparé después.6

(3) Archivo General de la Nación. Tomo de HistoriaN° 113, pag. 208.

(4) Carlos Díez de Sollano.

(5) Mandó cincelar la medalla de proclamación en elaño de 1791. ( Ver lámina en la página 98)

(6) Miguel J. Malo Zozaya . La Casa y Mayorazgo Dela Canal. México 1962.

Page 9: PARTE SEGUNDA - HispanistaPARTE SEGUNDA LA VILLA DE SAN MIGUEL EL GRANDE. SU ESPLENDOR LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII S I el esplendor económico puede decirse que empieza con la misma

Arcángel San Miguel.

LA IGLESIA EN SAN MIGUEL

La Iglesia Católica, civilizadora de Améri-ca y productora de su arte, dejó su huella, her-mosa y perdurable, en San Miguel, haciendo desu paisaje ese mosaico de torres y cúpulas quecaracterizan toda visión colonial mexicana. Allíestán los templos y conventos sanmiguelensespregonando su antigua riqueza y su alto espíritureligioso, pues la villa de San Miguel el Grandese distinguió siempre por su piedad. Desde sufundación tuvo curato y poco después conventofranciscano, y además de su patrono San MiguelArcángel, juró el primero de enero de 1733 aSan Juan Bautista por patrono también, pormedio del ayuntamiento, prometiendo levantarleun templo, lo que no se llevó a cabo. Poco tiempodespués juraba la Villa a la virgen de Loretoque tan conocida hiciera don Manuel de laCanal y en 1763 "se juró por patrono de la villaa San José, contra rayos y tempestades, prome-tiéndole en señal de feudo y tributo anual so-lemnizar las funciones de sus desposorios conmisa cantada y sermón".

Para 1789 había ya tantos patronos celes-tiales y con ello tantas fiestas, que el gobier-no acordó suprimir algunas para emplear los

dineros que en ellas se gastaban en otras cosas,pero el muy católico ayuntamiento protestó ale-gando que "para los noventa y un pesos quese gastaban en la fiesta de la Virgen de Gua-dalupe, que era de las más costosas", no vallala pena. Añaden los representantes de la Villa,que lo eran nada menos que don Ignacio deAldama, don José Manuel de Sauto, De lasFuentes y otros, que les dejen continuar enlibertad con sus fiestas religiosas y sus regocijoseclesiástico-populares. El gobierno de México,convencido, contestó otorgando plenas libertades,diciendo que "Las demostraciones religiosas quecon el sagrado vínculo del juramento han pro-testado el Ayuntamiento de San Miguel el Gran-de, no deben limitarse ni reducir especialmenteen las circunstancias de ser los noventa y unpesos aplicados para solemnizar dichas funcio-nes un gasto en que se interesa el beneficio pú-blico y sumamente moderado y por causas muyjustas".

Los templos elevados por la piedad sanmi-guelense fueron La Parroquia, San Francisco, ElOratorio, La Concepción, San Juan de Dios, San-to Domingo, Santa Ana, San Antonio y algunascapillas más.

LA PARROQUIA

El curato de San Miguel fué erigido en1564 por el Illmo. señor don Vasco de Quiroga,a quien correspondía por pertenecer la Villa alobispado de Michoacán y lo confirió a un sa-cerdote del clero secular.

Posteriormente a la capilla de ramas de losprimitivos franciscanos, se construyó la primeraiglesia hacia los años de 1578, pues según dicenlas Ordenanzas de ese año, a los indios que ro-basen ganado de españoles se les condenaba porlos dueños "el tiempo que les pareciere en eledificio de la iglesia de la villa de San Miguelque al presente se edifica".'

Después, durante el siglo XVII, se sabe queen 1683 se edificaba una nueva iglesia, la cual"tenía acabado el cuerpo pero se ha rajado lapared de la parte sur y le falta la torre y elretablo".

Hasta principios del siglo XVIII se edificóla actual parroquia, la cual, salvo la fachada yarreglos interiores, es la misma que hoy seconserva.

No obstante que los franciscanos fueron losprimeros que edificaron iglesia en el pueblecillofundado por uno de ellos, no labraron convento.A pesar de las afirmaciones del padre Beaumontno fué la fundación del convento de San Fran-cisco sino hasta el siglo XVII, como se explicarádespués.

La jurisdicción del curato de San Miguelera muy extensa, comprendiendo a la villa deSan Felipe y a la congregación de los Dolores,hasta el año de 1790, en que don Juan de Sante-lices "justicia mayor y subdelegado de San Mi-guel, cumpliendo con un oficio de 15 de diciem-bre que le dirigió el intendente de Guanajuato,don Andrés Amat de Tortosa, separó la con-gregación de la villa de San Miguel".2

(1) Archivo General de la Nación . Ordenanzas. TomoII, pag. 220.

(2) Pedro González. Historia de Dolores Hidalgo. 27

Page 10: PARTE SEGUNDA - HispanistaPARTE SEGUNDA LA VILLA DE SAN MIGUEL EL GRANDE. SU ESPLENDOR LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII S I el esplendor económico puede decirse que empieza con la misma

Fachada de la Parroquia. Grabado antiguo.

El templo parroquial es de una sola nave demagnífica altura y amplitud, en forma de cruzlatina, con capillas laterales comunicadas a laiglesia por grandes y pesados arcos . La cúpulaes hexagonal, sencilla y bien construida, que daluz abundante al altar mayor y los cruceros. Enel siglo XVIII sus altares fueron probablementeretablos de madera dorada, pero a mediados delsiglo XIX el cura don José Alejandro Quesadarenovó toda la iglesia quitándolos y sustituyén-dolos por los actuales de piedra, de estilo neo-clásico, como fue la detestable moda de finesdel siglo XVIII hasta mediados del XIX, modaarquitectónica que reaccionaba contra el churri-guerismo en forma brutal, supliéndolo con unneo-clasicismo vacío, sin ambiente ni tradición,que representaron en México los arquitectosTolsá y Tresguerras principalmente. En su furiarenovadora, llena de odio e incomprensión contratodo lo que significase barroquismo, destruyeronmonumentos únicos e inapreciables, haciendo demuchas iglesias, llenas antes de colorido y be-lleza, frías imitaciones neoclásicas.

El altar mayor fue copia exacta del altarprincipal del Sagrario Metropolitano, y despuésfue cambiado por el actual que no queda deslu-cido y está hecho a todo costo. El padre Romero,refiriéndose al anterior, dice que estaba ador-nado con esculturas de Arce y Perusquía, losfamosos escultores queretanos, y con pinturasde Cabrera y Rodríguez Juárez, pero nada deeso hay ahora, pues sólo la estatua de San Mi-

28 guel es de talla antigua.

Page 11: PARTE SEGUNDA - HispanistaPARTE SEGUNDA LA VILLA DE SAN MIGUEL EL GRANDE. SU ESPLENDOR LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII S I el esplendor económico puede decirse que empieza con la misma

Plaza y parroquia antiguas.Lo que sí es verdaderamente notable es el

"camarín" o capilla posterior al altar principalque ostenta una artística bóveda octogonal, obra,según se cuenta, de don Francisco Eduardo Tres-guerras, que data de 1786. Descansa esta capillasobre una magnífica bóveda plana (Tresguerrasconstruyó varias bóvedas planas) que sirve detecho a la notabilísima y original cripta dondeeran sepultados los curas, vicarios y personajesnotables de la Villa y a la cual se entra por elcuerpo de la iglesia. Cuando el archiduque Ma-ximiliano visitó esta cripta, dicen que exclamó:"Esta es una tumba digna de reyes".

Allí yacen, en bellas tumbas policromadas,el cura don Francisco Uraga, que lo era en elhistórico año de 1810, y algunos otros sacerdotesde esa época, como don Francisco Terán muertoen 1822, don Vicente del Cerro y Casas (quefue conspirador en las juntas de Allende) y otrosmuchos, cuyos epitafios, sostenidos por graciososangelucos pintados, proclaman sus grados y vir-tudes. A la entrada se lee en un bloque de piedra:

AQUÍ SE DEPOSITAN LOs SAGRADOSRESTOS DE LOS MINISTROS DEL ALTAREN TORNO DE LAS ARCAS COLOCADOSCOMO EN SU NATURAL Y PROPIO LUGAR.LEVANTE UNA MEMORIA LOS CUIDADOS

QUE POR TU BIEN MOSTRARON SIN CESAR.HAZ POR ELLOS AQUÍ FERVIENTES PRECESPUES POR TÍ LAS HICIERON MUCHAS VECES.

Y en la tumba del cura Uraga crece la piedaddel anónimo versificador de cementerios:

¿Dé VAS SANMIGUELEÑO APRESURADO?VUELVE LOS OJOS AL LUGAR SOMBRÍOQUE ENCIERRA LAS CENIZAS DE TU AMADO.¡OH, NO LE MIRES CON SEMBLANTE FRÍO!

DÉJALE DE TUS LÁGRIMAS REGADOCUAL QUEDA EL MUSGO DEL ROCÍOLLORA , SÍ, PUES EN ÉL (YO SOY TESTIGO)SE HALLA TU CURA Y TU MEJOR AMIGO,

Después del altar mayor siguen los laterales,de no mala construcción en general y los de lascapillas de inferior mérito. La sacristía y el bau-tisterio han sido nuevamente edificados por el

actual señor cura don Enrique Larrea, que hatenido el laudable cuidado de cubrir sus paredescon las magníficas pinturas que antaño adorna-ron los altares y cuerpo de la iglesia.

Esta colección pictórica es verdaderamentenotable. Hay en la sacristía una "Presentaciónde la Virgen" de José Rodríguez Juárez y dos deJuan Rodríguez Juárez: "La Visitación" y "Pe-tición de Posada" y una hermosa "Piedad" detamaño natural, quizá también de Juan R. Juá-rez, lo mismo que dos lienzos que representanlas conversiones de san Bruno y san Francisco,que forman colección con otras que posee elOratorio.

En la antesacristía hay varias pinturas entrelas que descuellan una "Adoración de los Reyes"sin firma, de muy buena labor y colorido,' y unacolección de pequeños cuadros de la vida de laVirgen, además de un gran cuadro cuyo asuntoes el purgatorio, y un retrato, muy maltratado,del obispo Díez de Sollano.

En la capilla del Señor de la Conquista (la-teral izquierda) hay una "Anunciación" de gran-des dimensiones . Es una magnífica obra de arte,desgraciadamente deteriorada, que debe ser deJuan Rodríguez Juárez, lo mismo que una"Asunción" en mejor estado.

En el bautisterio, cuya vieja y monumentalpila recibió las aguas lustrales que bautizaron alos héroes de la Independencia, hay otros doscuadros de Juan Rodríguez Juárez, que con ellosbastaría para afirmar que fue uno de los mejorespintores de la colonia. Son una "Presentaciónde Jesús al templo" y una "Adoración de lospastores".

Las buenas esculturas son pocas. El San Mi-guel del altar mayor, de talla policromada, unpoco ingenuo en su expresión y el Cristo de laConquista, escultura de rancio abolengo y sabro-sa historia, son las mejores. Esta última es obrade los indígenas de Pátzcuaro.

Se cuenta que a fines del siglo XVI, frayFrancisco Doncel, evangelizador de la región de

( 3) Es copia del cuadro de José Juárez. 29

Page 12: PARTE SEGUNDA - HispanistaPARTE SEGUNDA LA VILLA DE SAN MIGUEL EL GRANDE. SU ESPLENDOR LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII S I el esplendor económico puede decirse que empieza con la misma

30

El Santo Cristo de la Parroquia.

San Felipe, y fray Pedro Burguense, mandaronhacer a Pátzcuaro dos crucifijos de tamaño natu-ral para emplearlos en las procesiones y que,cuando volvían ellos mismos, muy contentos conlas imágenes , fueron atacados cerca de Chama-cuero, en el arroyo que hoy se llama del "fraile"por una banda de chichimecas que los asesinaron.Dice la leyenda que el padre Doncel murió abra-zado al Cristo, que se venera en la iglesia parro-quial de San Felipe, y que aún hace pocos añosse descubrían las rojas señales de su sangre en elpecho del Jesús crucificado. Los cadáveres fue-ron recogidos por el cura de San Miguel y lossepultaron en la capilla en que hoy está elCristo, siendo fray Francisco, con aquel frayBernardo, compañero de fray Juan San Miguel,el segundo mártir franciscano que albergara lareligiosa Villa.

En su parte exterior tenía la Parroquia unafachada sencilla con dos torres,4 pero fue susti-tuida por la actual, de estilo gótico, a fines del(4) El obispo de Michoacán decía en carta de mayo de

1743: "Sólo puedo testificar que después de per-fecta la iglesia y sacristía y no habiendo sitio en

siglo pasado. Fue el arquitecto el maestro can-tero sanmiguelense don Zeferino Gutiérrez. Estafamosa fachada, muy reproducida en fotografíasy periódicos, y que agrada tanto a la mayoríade las personas, es un error arquitectónico. Noencaja, de ninguna manera, con el ambiente yla arquitectura local, además de que su toscafactura no tiene nada de la gracia y finura quedistinguen al verdadero gótico. El señor Gutié-rrez, sin atenerse a la tradición ni comprendersu sentido, sin tratar de armonizar con el con-junto, levantó su masa pseudo-gótica sobre laantigua iglesia del siglo XVIII, mexicanísima,destruyendo la hermosa visión colonial de laplaza; mas no es culpa del ignorante e ignoradoalbañil-arquitecto don Zeferino Gutiérrez, sinodel abominable gusto artístico que privó durantecasi todo el siglo XIX.S

El atrio fue también transformado. Altospilarones que pretenden ser góticos, unen, frentea la plaza, las antiguas rejas; por el lado ponienteaún se conservan tres o cuatro de los noblespilares de antaño, en cuyas oquedades, en formade nichos, había un vía-crucis pintado al templeen graciosas figuritas llenas de colorido. Peroestán borrándose por momentos...

Las campanas de la Parroquia, de todos tiem-pos y tamaños, son muy buenas. La mayor sellama "San Miguel", naturalmente, y data deprincipios del siglo pasado. Otra se llama "SanPedro", hecha en 1838. Otra es de 1808 y la másantigua, "La Luz", de 1732, fue consagrada ensu segundo centenario; las demás fueron consa-gradas en 1885, fecha en que se colocaron en lanueva fachada gótica.

Hacia la izquierda de la iglesia principal,desembocando al atrio, se levanta la de San Ra-fael, compañero jerárquico del arcángel SanMiguel, que también ha cambiado su fachadapor una torre indefinible y que quiere parecersea la de la Parroquia, obra que se creyeron obli-gados a efectuar quienes pensaron que habíandejado convertida en una maravilla la iglesiamadre de la ciudad. Conserva, sin embargo, suantigua portada con un bello medallón de piedraen que está esculpido un Santo Cristo arriba dela ventana del coro, a la cual, lo mismo que alas demás, se le quiso forzar a ser gótica apun-tándole el arco. Su interior es de una sola naveamplia y majestuosa a pesar del abandono a queestá sometida. Algunas esculturas no desprecia-bles, pinturas y exvotos, recuerdan su antiguamagnificencia.6

En San Miguel es conocido este templo conel nombre de la "Santa Escuela" porque allí

qué extenderse con la fábrica se empezó y acabóotra torre, desigual a la que se había hecho prime-ro, sirviendo las dos para afearse mutuamente, ypor último se discurrió otra tercera, separada de laiglesia aunque no distante , para poner el reloj..."Archivo General de la Nación. Hospitales. TomoLI, exp. 5, fol. 62.

(5) Se ha incorporado de tal manera al paisaje y a la"idea" de San Miguel, que se hace indispensable,aunque desvirtúe sus características coloniales his-panoamericanas.

(6) Hay un gran retablo pintado, churrigueresco, quedice: "A devoción de Benito de Silva y de Fran-cisco Silvestre Yáñez y todos los hermanos funda-dores de la hermandad de la Beatísima Trinidady se acabó este lienzo a 15 de enero de 178.años". Juan Baltazar Gómez.

Page 13: PARTE SEGUNDA - HispanistaPARTE SEGUNDA LA VILLA DE SAN MIGUEL EL GRANDE. SU ESPLENDOR LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII S I el esplendor económico puede decirse que empieza con la misma

fundó el padre felipense Luis Felipe de Alfaroesa asociación piadosa a mediados del sigloXVIII.

Desde los principios de la Villa permitió elemperador Carlos V una congregación de indios-tarascomexicana , a la cual se agregaron despuéslos indígenas tlaxcaltecas y de otras razas, atodos los cuales, "para fervorizarlos y acariciar-los en la católica fe, les dio sitio para que fabri-casen morada en que estuviesen en mansión lospobres peregrinos y curación medicinal y des-canso a los enfermos , y que edificasen una iglesiaen que les administrasen los santos sacramentosy sepultasen los que pasan de esta vida, ayudán-doles para que lo consiguiesen con el noveno ymedio de los siete decimales que se situaronpara el ministerio y fábrica parroquial dotán-dole de esta porción para el edificio del dichohospital y habiéndose señalado planta y sitio enque se fundó, y tomada la posesión a vista, cien-cia y paciencia de la república española, detiempo inmemorial a esta parte..."

Estuvo este hospital en la parte posterior dela Parroquia, en la calle que se llamó del Hos-picio . El año de 1683 estaba ya cayéndose, porlo que don Pascual Hernández , gobernador deindios , acudió al alcalde mayor y "capitánde fronteras " don Antonio de Urtusáustegui,pidiéndole evitase la ruina total del edificio. Ledice que se han perdido los papeles y se handestruido las paredes "por lo que padecen losnaturales sin tener iglesia en qué sacrificar alverdadero Dios el culto de sus festividades" yaunque supone, debido a la cercanía , que el cultopodía tenerse en la iglesia parroquial , "de estono gozaban , pues se les pide interés compuestode fábrica" y como eran pobres "no pueden con-descender a este asiento y se entierran en elcementerio a sujeción de los animales que escar-ban los sepulcros , sacándolos para comer". Sequejan los indios, además , de que el noveno ymedio que el rey les concedió "en lo antiguo"les fue quitado injustamente para la fabricaciónde la Parroquia , por lo que suplican se les de-vuelva y para mejor inclinar a las autoridadesa la pronta reparación del hospital , hacen ha-blar a varios testigos imparciales del estado queéste guardaba en 1683 , uno de los cuales, el másexplícito , dice que vio unos paredones de adobe"que dicen era la iglesia del hospital , que tieneuna puerta que cae al cementerio , y otra quecae al poniente , y las puertas se han podridoaunque con buena clavazón de bronce y del ladooriente con puertas a las casas donde vive elbeneficiado de esta villa ( el cura ) y en la esquinade dichos paredones que cae al dicho cementerio,una torre de adobes medio caída y arruinada yen la otra esquina que corresponde a dichasparedes hacia el sur veo la sacristía que dicenera de la iglesia, toda caída y más abajo haciael poniente conjunto a dicha sacristía otro apo-sento de adobes destechado , donde echen loshuesos de los difuntos , y otra que dicen era lacasa de los enfermos, y de ésta corresponde unaposento con puerta a la calle que viene del pue-blo de los indios hacia la plaza de esta villa,también de adobes, cubierto de morillos maltra-tados y podridos ". Tal era la ruina del hospitalde indios en el siglo XVII . No sé si sería restau-rado como los indios lo pedían . El padre Romerono nos dice sino que "La iglesia del hospital deindios que estaba cerca de la parroquia era su-

mamente antigua y fue derribada hace pocosaños por orden del diocesano para construir allíla casa cural ", pero, según la anterior descrip-ción, no estaba donde se hizo la casa cural, sinomás al poniente, en lo que hoy es la esquina delas calles del Hospicio y Cuna de Allende, endonde hay unas paredes antiguas , a modo de igle-sia, con techo , sin cúpula, y en éste una toscalinternilla que bien pueden ser los restos de laantigua iglesia . El Hospital desapareció, muyprobablemente , refundido en el de San Juande Dios , que data del siglo XVIII.

EL CONVENTO DE SAN FRANCISCO

Aun cuando, como he dicho, los cronistasfranciscanos Beaumont y otros aseguran que loprimero que hubo en el pueblo de San Miguelen materia eclesiástica , fue un monasterio fran-ciscano, no es así . Si bien es cierto que un frailede San Francisco fundó la primera iglesia, esono quiere decir , ni era posible , que la erigiese enconvento . Además, el padre La Rea es clarísimoen este punto . Dice, refiriéndose a San Miguel:"Dejó la provincia ( franciscana ) su administra-ción por falta de ministros porque todos eranmenester en Michoacán, por estar el golpe degente en él" y más adelante : "La provinciade Michoacán tenía en 1583 veintiuna casasdesde la de Tzintzuntzan en 1524 hasta la deTolimán ; desde esta fecha a 1606 se fundarondieciocho más, salvo la de San Miguel que sefundó después acá". La Rea escribía esto en 1638,así es que la fundación tuvo lugar entre 1606 yeste último año.'

El padre Romero es más explícito: "La fun-dación de este convento pasó de la siguientemanera : En principios del siglo XVII preten-dieron los vecinos fundar uno de San Agustín,pero el provincial de éstos no quiso admitir laspropuestas , y entonces llamaron a los francisca-nos, quienes acudieron gustosos a evangelizar unpueblo fundado por Fray Juan de San Miguel".Los agustinos dirían después , por boca de sucronista Escobar , que ellos buscaban los curatospobres y no las comodidades...2

Así pues, no sólo fray Juan de San Miguel yel padre Cossin pasearon el benemérito cordónfranciscano por la villa en el transcurso del sigloXVI.

La primera iglesia franciscana es el TercerOrden . Su arquitectura es pobre, sencilla y fuer-te. Un solo cañón liso y sin cúpula, apoyado engruesos y salientes contrafuertes y sin torre, pues

(1) La presencia de fray Angel como guardián delconvento franciscano y hospital de los naturalesen San Miguel en la temprana fecha de 1552, seha confirmado gracias a un documento del ArchivoGeneral de la Nación ( Tierras , vol. 359 , exp. 2,fojas 1 a 7 vuelta ) encontrado por Miguel J. MaloZozaya , en el que, a propósito de una permutaque hicieron los indios, de una estancia de ganadomayor llamada del Hospital o San Gabriel por ladel tesorero Juan Alonso de Sosa llamada Tequis-quiapan o San Rafael se dice que: "En el pueblode San Miguel de los chichimecas ... Porque eneste pueblo de San Miguel hay indios que entien-den y hablan la lengua mexicana y hay tarascosy otomíes y chichimecas blancos. .. Los cuales sehablaron en las dichas lenguas los unos a los otrosen presencia del reverendo padre fray Angel, guar-dián del monasterio de dicho pueblo. . . "

( 2) Americana Thebaida , pag. 139. 31

Page 14: PARTE SEGUNDA - HispanistaPARTE SEGUNDA LA VILLA DE SAN MIGUEL EL GRANDE. SU ESPLENDOR LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII S I el esplendor económico puede decirse que empieza con la misma

Iglesia del Tercer Orden.

32

Page 15: PARTE SEGUNDA - HispanistaPARTE SEGUNDA LA VILLA DE SAN MIGUEL EL GRANDE. SU ESPLENDOR LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII S I el esplendor económico puede decirse que empieza con la misma

Fachada lateral de San Francisco.

Page 16: PARTE SEGUNDA - HispanistaPARTE SEGUNDA LA VILLA DE SAN MIGUEL EL GRANDE. SU ESPLENDOR LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII S I el esplendor económico puede decirse que empieza con la misma

Torre de San Francisco.

la espadaña que hoy tiene es posterior . Conservaaún todo su aspecto primitivo de principios delsiglo XVII, no teniendo, artísticamente hablan-do, nada de notable , pues sus altares modernosson muy feos y una pintura mural , debajo delcoro , de José Baltasar Gómez , es mediocre. Alprincipio se llamó de San Antonio , cuya estatuaen piedra se ostenta en la fachada , pero después,como la iglesia mayor y el convento , se llama deSan Francisco . El convento es probablementeconstrucción de fines del siglo XVII, quedandoinconcluso , pues su segundo claustro sólo tieneel primer piso.

La iglesia principal , la de San Francisco, es34 del siglo XVIII. Su primera piedra se puso en

1779 y la última, de la torre, en 1799, hacién-dose, en parte, con el dinero que dejaban lostoros, pues el subdelegado Veyra, cuando pedíaal virrey permiso para torear, le explica, paramejor inclinarle el ánimo, que de los rendimien-tos que daba la fiesta brava "se entregaban losresultados al síndico de N.P.S. Francisco parala fábrica de su nueva iglesia, que se está Cons-truyendo en parte a expensas de esos arbitrios",pero debe referirse, sin duda, a la terminaciónde la torre y al arreglo interior de los altares ydecoración que por ese tiempo se verificaban,pues la iglesia ya estaba terminada completa-mente.

La torre de estilo neoclásico, es probable-mente diseño de Tresguerras. La fachada, deestilo churrigueresco, es hermosísima, de muyrica y fastuosa labor en piedra que "imprime-según bella frase de Villaurrutia- en los pla-nos severos del convento y de la iglesia mismauna fugitiva danza de piedra en aquella inmo-vilidad".

El doctor Atl cree que es obra de LorenzoRodríguez, el genial arquitecto del Sagrario yde la Santísima, de la ciudad de México. Para1768 Lorenzo Rodríguez había terminado el Sa-grario y pudo en 1780 dirigir el convento de SanFrancisco de San Miguel el Grande, pero no haybase documental alguna para asegurarlo, a másde que habría que adjudicarle la fachada de laparroquia de Dolores que, sin duda, es de la mis-ma mano, y otras construcciones de ese tiempotan maravillosas congo la Valenciana de Guana-juato, de las cuales no se conoce el autor.3 Laportada lateral quedó inacabada.

El decorado interior del templo se hizo si-guiendo los lineamientos neoclásicos, por lo quese ha visto en ello la mano de Tresguerras.Tiene nueve altares, algunos de buen gusto ybello dibujo. El mayor tiene un gran tabernáculosostenido por columnas corintias, y dos enormescolumnas jónicas le hacen marco a todo el altary sostienen el remate, por cierto de un pésimogusto. Los altares que con más razón podíanatribuirse a Tresguerras son los laterales delpresbiterio: en los dos medallones, en la partealta, hay dos pinturas que representan, el de laizquierda, una virgen, y el de la derecha unapaloma, símbolo del Espíritu Santo, que tienenparecido a las ejecutadas por Tresguerras y que,sabiendo la costumbre que tenía de pintar oesculpir algo él mismo para las obras que hacía(como la estatua del san Elías del Carmen deCelaya y las pequeñas pinturas del altar mayordel Carmen de San Luis Potosí), no es difícilfueran suyas, dado el caso que hubiera efectuadoel arreglo interior de San Francisco."

Tiene este templo mucha luz, quizá dema-siada, que juega con el color rosa dominante enlos altares y que deja una fría impresión; perola deliciosa armonía de sus arcos, las oportunasdimensiones de sus cruceros, su magnífica altura,

(3) No pudo ser su autor Lorenzo Rodríguez, puestoque había muerto en 1774.

(4) Que Tresguerras trabajó en San Miguel es indu-dable, pues él mismo lo dice en sus Ocios. "Hedesempeñado obras en este ramo (arquitectura) enGuanajuato, San Miguel, Valladolid, Celaya y Que-rétaro, como es constante, disfrutando estimacionescomo el que más, tratando siempre con hombresdoctos como un doctor Gamarra, un Pedro Septién,un doctor Michelena". (Pag. 271).

Page 17: PARTE SEGUNDA - HispanistaPARTE SEGUNDA LA VILLA DE SAN MIGUEL EL GRANDE. SU ESPLENDOR LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII S I el esplendor económico puede decirse que empieza con la misma
Page 18: PARTE SEGUNDA - HispanistaPARTE SEGUNDA LA VILLA DE SAN MIGUEL EL GRANDE. SU ESPLENDOR LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII S I el esplendor económico puede decirse que empieza con la misma

Ventana de la portería de San Francisco.

Page 19: PARTE SEGUNDA - HispanistaPARTE SEGUNDA LA VILLA DE SAN MIGUEL EL GRANDE. SU ESPLENDOR LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII S I el esplendor económico puede decirse que empieza con la misma
Page 20: PARTE SEGUNDA - HispanistaPARTE SEGUNDA LA VILLA DE SAN MIGUEL EL GRANDE. SU ESPLENDOR LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XVIII S I el esplendor económico puede decirse que empieza con la misma