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Pastor_La Razón Utópica Del Inca Garcilaso

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-- --- -- ---La razón utópica del Inca Garcilaso

~eatriz Pastor Dari:mouth College ~

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En realidad la piedra es mirada de diStinta manera, porque les dice distintas cosas, por indios y españoles.

Antorúo Cornejo-Polar

De todas las crónicas escritas por autores indígenas sobré la-América prehispánica y su conquista hay una que ha merecido consistentemente, por encima de todas las demás, el calificativo de utópica: los Comentarios Reales del Inca Garcilaso de la Vega. De ella dijo :V!arcelino Menéndez y Pela yo -siempre lapidario..., que-e-.;• . .'.'..no~:eL1 como 1a deT;:imás ).foro, corrio la Ciudad del sol" (~!enendez-Pelayo, I, 392). Juicio tan catégorico como equivocado, ya que ni los Comentar'.os,son novela ni su proyecció!l ut\'ipica ~e ajusta a los modeíos de la utopía renad!!'\tista más que en sus aspectos más superficiales. Pero lo cito aquí porque, con toda su inexactitud, el juicio de Menéndez y Pela yo señala la dirección en que se ha orientado desde el siglo XL'< gran parte de la discusión critica sobre el utopismo del Inca.

La complejidad de la obra del Inca Garcilaso es tan considerable y la bibliografía sobre ella tan extensa que quiero, de entrada, acotar muy claramente mi propio proyecto de lectura. De ningún modo me propongo una lectura exhaustiva ni totalizadora de los CJm.mlarios ni, mucho menos, de la obra del Inca Garcilaso, simplemente quiero reenfocar, en un breve esbozo, la función que le corresponde al pensamiento utópico en la articulación de una de sus obras - los Comentarios ;\i:a!.:s- iluminando los elementos que configuran su discurso historiogr;ifico como discurso utópico.' El consenso que subyace la percepción gent:rai de la representación del lncario que desarrollan los 1...omcntarios ,'\caí.es como texto utópico se apoya principalmente sobre dos aspectos: la idt:alización del pasado Inca y la relación de esa representación idealizada con un fenómeno más amplio y heterogéneo: !a llamada utopía andina. Considero que amfos son relevantes, pero su función dentro del pensamiento utópico que articula el texto es subordinada.

Es obvio que la representación del lncario en los Comentario~Real~"_ convoca un espacio del deseo, un ideal, ~l reino mismo de la armenia . .Como .. ~ es obvio tambiéri que los elementos que articulan la representadGin de ese reino~deJa-.armonia~ontraponen implícitamente y errcontraste radical-a la- - -----­reafü:!ai:h:fe- Ia-com:¡uista. Etproyecto histórico inicial parece ser común a ambos: fundación del lncario y colonización española de A.mérica: -,,En este valle mandó Nuestro Padre el Sol que paremos y hagamos nuestro asiento y morada para cumplir su voluntad. Por tanto, Reina y hermana, conviene que cada uno por su parte vayamos a conocer y atraer a esta gente para los

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adoctrinar" (Comentarios Reales, vol.I, 39. Subrayado mío). Son las palabras - de.i primer Inca en el momento de fa primera fundación: la dcl Cuzco. P~,

a partir de este enunciado -que enlaza la filosofía del Incario con la justificación ideológica de la conquista en un proyecto análogo: civilización y adoctrinamiento religioso- la distancia que separa las fundaciones y colonizacion~ que puntúan la representación del Incario, por una parte, y la de la conquista, por otra, son insalvables. Del contrapunto implícito o explicito entre ambos se desprende una critica radical de la conquista española y de la sociedad colonial.

Los reyes incas de los Comentarios Reales no son agresores. Son maestros: "su padre el Sol los había enviado del cielo para que fueran maestros y

., bienhechores de los moradores de toda aquella tierra" (C.R., I, 39). Sus conquistas se basan en la negociación y, sobre todo, en la evidencia tangible del .benefici~ q11e apórtan a los que se acogen a la protección del Inca, aceptando su autoridad y siguiendo sus enseñanzas: "cotejando los indios entonces y después sus descendencias con la del Inca, y viendo que los beneficios que habían hecho lo testificaban, creyeron firmísimamente que era hijo del Sol ... confesando que ningún hombre humano pudiera haber hecho con ellos lo que él" ( C.R., I, 48-49). En contraste radical con la realidad de la conquista ~spañola, la cita, que se refiere a las fundaciones y conquistas de Manco Cápac, subraya que éstas fueron siempre un beneficio que redundaba en el bien de todos los nuevos sujetos del imperio. Sinchi Roca aclara que "teniendo el nombre Inca como su propio Rey, tenían la 1nismn obligación de acudir al servicio del Sol, padre comün a todos ellos, y al provecho y beneficio de todos sus comarcanos" (C.R., !, 93). Maita Cipac perdona a los vencidos en la conquista de Hatunpacasa y Cac-Yauiri, diciéndoles que "les daba entera libertad, y con palabras suaves les dijo que no había ido a quitarles sus vidas ni haciern;las sino a hacerles bien ... c1ue su padre el Sol no lo había enviado a la tierra para que matase indios sino para que les hiciese beneficios" (C.R., !, 128y133). Y el parlamento de los ancianos Charcas ante la.inminente conquista de su territorio por Inca Roca proyecta un modelb de conquista y colonización que es la antítesis misma .del de la española:

Los más ancianos y mejor considerados dijeron que mirasen que, por la vecindad que con los vasallos del Inca terúan, sabian años había que sus leyes eran buenas y su gobierno muy suave; que a los vasallos trataban como a propios hijos y no como a súbditos; que las tierras que tomaban no eran las que los indios habían menester sino l<>s que les sobraban, que no

-- -p~dián Íabrar, y-qüelacosecha de las tierras que a su costa hacía labrnr era -el tributo-que llevaba; y no-la· hacienda de los indios, antes les.,aba el [nea de la suya toda la que sobraba del gasto de sus ejércitos y co:le; y que en prueba <le lo qué habían -dicho-no querían traer otras razones, más que mirasen desapasionadamente cuán mejorados estaban al presente los vasallos del [nea que antes no lo fuer.in, cuánto más ricos y prósperos, más quietos, pacíficos y urbanos; cómo habían cesado !,1s Jisenciones y penJencias que por causas muy livianas solla haber entre ellos. cuanto

_La razón utópica del Inca Garcilas..,0~0 _,,4Hl~--

más guardadas sus haciendas de ladrones, cuánto más seguraSsus mujeres __ ._. ______ ahíjas de fornicarios iadúlteros; y, en suma,_:cuán certificada toda la

- repuoliCii que ru el neo ru-er pobre, ru:elgrancle ru eidliCó1iáblif dé-recibfr--agravio (C.R.,.!, 201):_. _______ ' · __ _

En el contraste implícito entre el !JlCJ_delCJ__cie expansión imperial del Incario y el occidental, la realidad de la colonia se presenta en toda sú violencia, en toda su injusticia y en todo su horror. Sin duda, frente a esa realidad histórica del Perú colonial, la representación del Incarío, perfecto centro -como el ombligo del Cuzco- del reino de la armonía, se presenta como espacio que invierte los elementos centrales que configuran la realidad histórica, como espacio de la nostalgia, como arti¡:ulación simbólica de la pérdida. En ese sentido el Incario de los Comentarios Reales tiene, en tanto ·que" espacio alternativo idéaL una proyección utópica. Pero su proyección utópica no equivale a la propuesta de retomo a un pasado mejor, que pasaría por la expulsión de los españoles, sino que se inscribe en y se subordina a un proyecto utópico mucho más complejo.

El deseo de retomo al !ncario, la nostalgia del pasado y el rechazo de la conquista ligan los Comentarios Reales a lo que FloresGalindo llama la utopía andina: "La utopia andina son los proyectos (en plural) que pretendían enfrentar esta realidad (la q¡ie se constituye a partir de la conquista). Intentos de navegar contra corriente para doblegar tanto a la dependencia como a la fragmentación. Buscar una alternativa en el encuentro entre la memoria y lo imaginario: la vuelta a la sociedad incaica y e! regreso del Inca. Encontrar en la reedificación del pasado la solución a los problemas de identidad" (Flores Galindo 15). Flores Calinda rastrea el desarrollo v las maniÍestaciones múltiples y heterogéneas de esa utopía andina que parn'.: G!exu;iaJeeonstruccíón del pasado andino como espacio de neutralización simbólica de las contradicciones del presente histórico pa.ra proponer un Perú sin españoles que se ajuste a los términos de un modelo anterior: "la ciudad ideal nQ queda fuera de la _hi§toria o remotamente en el inicio de los tiempos. PoF el contrarío es un acontecimiento histórico. Ha existido, tiene un nombre: el Tahuantinsuyo. Unos-gobernantes: - los Incas. Una capital: el Cuzco. El contenido que guarda esa construcción ha sidq cambiado para imaginar un reino sin hambre, sin explotación, y donde los hombres andinos vuelvan a gobernar. El fin del desorden y de la oscuridad" (Flores Galindo 15). Pero, aunque el enlace entre e?sos aspectos de los Comentarios Reales y ia utopia que analiza Flores Galindo son innegab!'es, el proyec¡o que articuL1 en [os Comenmrios Reales e[ pensamiento utópico del [nea GMcilaso no se identifica en abso!Uto con el retomo del111carfo a-un Peru sin españoles que propone la

-utopía··a:ndina.- Los- puf1tos<.ie·conarcto·soITdarps;pe~ las diferencias son tocfovía más significativas ypr()_fundas. • ·

. Sin duda el [nea Garcilaso es un ~sFitor c~n¡ple}o y contradictorio. Las osc!lac1ones entre la reivindicación del Perü prehl.spánico y la'¡lsimilación, h,1sta el vi¡tuosismo, de !<1 lengua y la tradición humm1ista de ['c1s invasores; o ia lealtad apasionada hacia su-pais de origen y su exilio permanente en

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España; o la vacilación de la persona narrativa, dividida entre un yo indio y un ni:lSoti'osespañol, incompatibles a todas luces, no se pueden ignorar ni son fácile5 de e.xplicar. Sin duda, algunas de las oscilaciones de sus te.xtos son ______ _ resultado de"la tensión entre la organización y transmisión de la cultura de ~· sl.is antepasados y las ideas de la escritura y del libro del Renacimiento europeo" (Mignolo 208). Pero tiendo a pensar que esa tensión no aclara más · que algunas de las apare~tes contradicciones del texto, y no necesariamente

·" leS más importantes. Creo, más bien, que una relectura de los Comentarios Reales en relación

con dos cuestiones fundamentales: los modos de articulación específicos del ~' perisan1.iento utópico y la configuración historiográfica como discurso

simbólico,: <!specíficamente utópico, puede iluminar muchos as rectos fundamentales del proyecto d.ellnca Garcilaso y de la composición del texto, áclarando contradicciones que no se han explicado sistemáticamente.

Refiriéndose a la forma particular en que Garcilaso narra el e)'isodio de la traición de Cajamarca, dice Antonio Cornejo-Polar: "Discordantes con respecto al significado de otras crónicas los Comentarios imaginan la catástrofe como obra de la codicia y construyen un espado en el que el diálogo (insisto, sin 1.i interferencia de l.i letra) hubiera sido posible" (Cornejo-Polar +l,). La diferencia que señala entre la narración de Garcilaso y la de ºt:°ºs cronistas peruanos como Guamán Poma o españoles como Betanzos. es tumfamental y l.i explicación c::mvincente. Es, en efecto, la necesidad de" abrir un espacio ·para él diálogo'' la que organiza la narradón de este episodio en la'' gran voz disidente" de G,ircil.1so. L.1 puntu.iii:: .. i.:ión de Antonio Cornejo-Polar es fundilmental par01. l.i lectura que propongo de los Gmr~ntmios porqtie. entre todos los episodios que se narran en sus dos partes, el de l.i traición de Cajamarca tiene una importancia absolutamente central. Es. ~1i .:orno señala Susana Jakfalvi Leiva. "el centro hacia el cual y desde el ..:ual deviene signific;:itivo el discurso de Garcil.iso" (J.1kfalvi Leiva lü;"-lOS\; La

· .. iiTI.p.ostbili9ad d¿l diálogo ~ntre ...-~nct:dores y .,_·t!11cidos t.!S un hecho históri\.'.'o ~onipr;J(\,JO ~n 141 conquista dt! . .\t1H~r:c.1 :·· =n !..i r~.1lid .. uJ :..:oi1.)11i~1L El .Ji .. llogo se convierte. en d ,fü:curso del !nc:i G.ircil,1so. en la 1netcitora d;:ive de neutraliz,Ki0n de oposiciones histcric.Js funcL1t~1ent'1les. Ent:e p'1sado prehisp.üuco y presente colonial; entre el vencido,¿¡ quien la ideo logia colo1ual ¡:lefine como figura de carencia -de historia, de lengu.i, de razon. de humanidad- v el vencedor, que se constituye dentro de esa misma ideología como sujeto h¡;tórico, figura de autoridad. de c:ultura y de poder. El diálogo indica, en ese juego de oposiciones, d lugar simbólico de resolución posible: el discurso, locus utópico por excelencia en el pensamiento utópico de Garcilaso

Ningún episodio adquiere en la memoria y en la conciencia colec~';'a~e __ los vencidos la intensidad emblemática de esa traición. Simboliza la ruptura irreparable entre el pasado y el presente y compone una figura del traum~ de la pérdida que contiene algunos de los elementos centrales que caractenzan ·el nuevo orden colonial: codicia, violencia, incomunicación, desconocimiento.

•' La narraaió~ que hace el Inca Garcilaso de ese episodio revela, en la selección -- -----'~..,'~;r.n ,-J., PlPmentos. un proyecto de resolución que contiene las

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claves del proyecto utópico que articulan los Comentarios. Reéiiicido-asus elementos mínimos, el episodio de Cajamarca narra una imposibilidad: el :

---CfüílOgo;e-Humina-elinititnfe una-d:inámica:-violencia y desconocimiento. Marca_ también el origen simbólico de una historia y un orden social: el de la colonia. Este se levanta sobre una contradicción fundamenta! que, históricamente, se saldó con la destrucción del primero de sus ~os- -representado por Atahuallpa en el episodio- por el otro: Pizarra. Cornejo­Poiar señala que la agresividad y los ir.sultcs sirnbo!iz~T'!. en· el wanka.2 la incompatibilidad de los dos términos: "agresión en la que cada quien expulsa al otro de su mundo humano" y que revela la contradicción fundamental sobre la que se contruye todo el orden colonial: '.'la historia de Cajamarca es, en ese sentido, la historia de una contradicción" (Cornejo-Polar 38).

En la convergencia de los tres elementos fundamentales que articulan la figuración del episodio de Cajamarca en los Comentarios: imposibilidad del diálogo, dinámica desconocimiento-violenci<i e incompatibilidad de los dos términos de la oposición fundamental: indio/ español, se define ya el proyecto utópico que conii~ra ia'1'_!iil«!ción !:ústoriogr:ifica delos-Comcntarics .. Frente_ a la dinámica destructiva que se nutre de desconocimiento, a la un posibilidad de un diálogo cerrado por los invasores, y a la incompatibilk~ad que enfrenta a españoles con incas en la colonia, el pensamiento utópico del lnca articula un texto que propone la reapertura del diálogo, la neutralización de la violencia y la resolución simbólica de la oposición fundamental indio-español. El texto de los Canu:nturiosse articula como discurso utópico en l;i. medida en que configura un espacio simbólico de resolución de estos elementos, que para G.ircilaso son los puntales fundamentales que sostienen y perpet_únn los horrores del regim<!n colo1ual en 1.m proceso histórico en el que se consuma la destrucción total de su pueblo. ~o es un espacio del deseo. Es un espacio alternativo: el unico que le está ,1bierto a un venddo expulsado del espacio histórico en el momento de una derrota que se vive en los téi!minos que dramatizad relato de 1.1 lr•1ición de C..ijanurca. G,1rcilaso es consciente de esa substitución .. iel acceso pleno al espado histórico -el deseado- por la creación, a traves de la escritura, de espacios de resolución simbólica. En el capitulo XIX explic"3 brevemente lo que se propone narrar en los Comentarios, con el doble propósito de iluminar el pasado inca y de crear tiña base de equiparación entre el Perú prehispá!'ico y la historia de Occidente, y concluye diciendo: "De mi parte sé que he hecho lo que he podido, no habiendo podido lo que he deseado" (C.R. L 46). El acceso al espacio del deseo es imposible para Garcilaso y el texto se define, en esta admisión, como espaciCYstp:ibólico de resolución de esa imposibilidad.

La representación de la historia~d.dlncario comó figuración-de+ rein~ de · 1a-annonia se integra en el proyecto utópico de Garcilaso y contribuye a la configuración de los Comentarios como discJ:!rso utópico, pero desde una función subordinada. El proyecto utópico de neutralización de oposiciones y resolución simbólica de conflictos que formula su pensamiento utópico no se circunscribe a la figuración del Incario como modelo de orden ni a una propuesta de retomo al pasado o de reactualización del modelo en el presente.

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Pero su figuración cumple una función muy importante dentro de ese ·· proye:to. Por un lado, forma pa* _de. UI)a_ ~t!'.ª-t~giª-g~~gi.!=irn.¡t~~A_e -~ __ ·---­alteridad del mundo inca, en general, y del narrador indio, en particular. Por el otro, configura una base simbólica de negociación, transformando implicitamente los términos históricamente incompatibles: lnca/Occidente, en compatibles. Éstas son dos de las funciones de los elementos que organizan la representación idealizada del Incario, aunque no son las únicas. La descripción detallada del esplendor de los templos, especialmente del templo del Sol, con su insistencia en la presencia casi cegadora del oro -símbolo de valor máximo entre los españoles - certifica la riqueza material y cultural de un mundo otro pero incuestionablemente civilizado (C.R. r; 163 y ss.). Lo mismo sucede con los capítulos I-IX del libro sexto (C.R. !, 9-97) que explican la organización social, sistemas de notación escrita y numérica, rituales y sistemas de comunicación. El paralelo entre procesos históricos en ambos mundos -conquistas paralelas - y la equiparación de misiones - civilización de pueblos bárbaros- sitúa a los dos bandos en una posición equivalente, destruyendo la identificación española de lo inca con lo Otro y de lo Otro con lo bárbaro. El reconocimiento de la inferioridad tecnológica y científica de los Incas --que "adrnirábanse de los efs:tos pero ne procuraban buscar las causas" - se complementa con su superioridad en cuestiones de filosoña moral: "En el ejercicio de esta ciencia se desvelaron tanto que ningún encarecimiento llega a ponerla a punto" (CR. !, 115 y 117). Sobre esta reivindicación precisamente se apoya una inversión que transforma sustancialmente la relación de calidad y superioridad de los dos términos de la oposición incas-españoles. Porque esa filosofía moral que es la piedra angular del orden modélico del reino de la armonía se ajusta mucho más exactamente a la ética cristiana occidental que la realidad del orden colonial, con la que contrasta siempre de forma implícita. Toda la justificación ideológica de la empresa comercial y politica de la conquista se apoya sobre una filosofía moral. El que el_[ncario de la representación de Garcilaso se ajuste mucho mejor a los términos de esa filosofía civilizadora y evangelizadora que la colonia tiene el efecto ineludible de redefinir cualitativamente los dos términos, invirtiendo cualidades y neutralizando oposiciones. La figuración ¡:l~l reino. de la armonía legitima la cultura prehispánica y a su portavoz -el Inca- transformando lo Otro en equivalente, el bárbaro en civilizado, y abriendo y autorizando implícitamente en el lugar del espacio cerrado para el diálogo de la oposición inicial un espacio de neo-ociación posible. Esa es la función precisa con la que se inscribe

. la.figuración.,';'tópica.dellncario dentro del proyecto utópico del !nea Garcilaso en sus Comentarios: legitun.· ac.ión del ~eto, autorización del mensa!·~, creación

. -de -~;;~~pacio simbÓli~;-d;:~;;-g-qci~ción:· ~------· ··. ------ ·,- .·---·--.·--·. ~---··

-· Pero, ·cuáles son los elementos que entran en juego en esa n goc1ac1on y qué es l~ que se negocia? De nuevo el punto de partida simbólico está, claro, en el episodio de Cajamarca que contiene sus puntos centrnles: reapertura del diálogo, neutralización de la violencia, resolución de la contradicción fundamental inca-español en esa historia que se ha convertido

específicamente en "historia de la contradicción". En los Comentarios, el pensamient-0 -utópico -de Garcilaso elabora una propuesta µtópica de resolución de estas tres cuestiones. Esta propuesta se apoya ·sobre tres formulaciones fundamentales: su teoría de la lengua, su teoría del conocimiento, y su creación de un nuevo sujeto para un orden utópico nuevo.

La centralidad de la cuestión de la lengua en el proyecto del Inca es evidente desde el principio de los Comentarios. De 1.a lengua trata la "Advertencia" al lector que precede el texto. Cualquier'·b-ansmisit>n de conocimiento y cualquier negociación pa-?an necesariamente por la comunicación. En su" Advertencia" Garcilaso subraya el papel fundamental de la competencia lingüística para el establecimiento de la comunicación. "Para que se entienda mejor lo que con el favor divino hubiéremos~e escribir", comienza el texto, y sigue con una serie de p,u~~alizaciones que deben orientar al lector en relación con dos problemas. El primero es de simple inteligibilidad: ''tiene tres maneras diversas para pronunciar algunas sílabas, muy diferentes de corno las pronuncia la lengua española,' en las cuales pronunciaciones consisten las diferentes significaciones de~ ri1.ismo vocablo'' (C.R. I, 7). El conocimiento imperfecto de las reglas de pronunciación L.-riposibilita la comprensión del mensaje. El segundo tiene que ver con Ia posibilidad de caer, por incompetencia lingüística -desconocimiento de pronunciación o léxico- en interpretaciones erróneas o en malentendidos. Garcilaso· adopta en esta primera advertencia el papel de traductqr o intérprete sin problernatizarlo. Pero, a lo largo de los Comentarios, va afupliando su discusión de la competencia lingüístic:i1 cuestionand<:> una y otra vez la validez de la traducción para.tender un puente lingüístico y epistemológico entre dos sistemas lingüísticos y culturales diferentes. En el capítulo V del libro!, por ejemplo, señala, habl;¡;;,do de! nombre del Perú, que la existencia de un t.érmino no asegura Ía transferencia del concepto y que así sucede precisamente con el de Peni, que los indios" no toman ese nombre en la boca, corno nombre nunca por ellos impuesto, y, aunque por la comunicación de los españoles en_tieyiden lo que quieren decir, ellos no usan de él porque en su lenguaje no tuvieron nombre genérico para 11ombrar en junto los reinos ... Supieron nombrar cada provincia por su propio nombre ... eJllpero nombre propio que significase todo el reino junto no lo tuvieron'' (CR. !, 16). En el capitulo XVII del libro segundo avisa de la necesidad de conocer no sólo el equivalente morfológico y léxico sino el funcionamiento de toda la lengua para poder comprender la red de prácticas y asociaciones culturales en las que se genera el significado de cualquier vocablo: "El nombre Yupanqui fue nombre impuesto por sus virtude.s y hazafía.~ .. J:'. p_~a que .sevean. algu~as !11a_ner<'l~ de_l~¡¡bl¡¡r_qu~_Ic:is_ indios del Perú en su len~a general tuvieron, es de saber que esta dicción Yupánqülesverbo;y-11abladefosegundapersc)na- -del futuro imperfecto de! indicativo modo, número singular, y quiere decir contarás, y con sólo el v.erbo, dicho así absolutamente, encierran y cifran todo lo que de un Príncipe se puede contar en buena parte, como decir contarás sus grap.des hazañas, sus excelentes virtudes, su clemencia, su piedad y mansedumbre, etc., que es frasis y elegancia de la lengua decirlo así. La cual,

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como se ha dicho, es muy corta en vocablos pero muy significativa en ellos mismos" (C.R. I, %). Y en el capítulo lI del libro segundo reivindica la necesidad de.un;i competencia vérdaderamente bilingüe euando corrige la

• il'lterpretadón que .hace Cieza de León del término Paduzcámac, demostrando que_ l;t_simple btlsqueda de términos literalmente equivalentes no liberá el significado exacto: "Pachacámac quiere decir el que . da ánima al mundo universo; Yert toda su propia y extensa significación quiere decir el que hace con el u.."live.'So lo aue el ár.ima con .el cuerno. Pedro de Cieza, capítulo setenta y dos dice asÍ: 'El nombre de este d~~onió quería decir haced~r del mundo porque Cama quiere decir hacedor y Pacha mundo' ... etc. Por ser

''españolnosabíalalengua tan bien como yo, que soy indio Inca" (CR. I, 96). Algo parecido sucede con el capítulo V del libro 2 d,onde Garcilaso utiliza la larga discusión del término Huaca. para iluminar el sentido múltiple de la palabra y la compleja red de relaciones lingüísticas y culturales dentro de las cuales se genera en cada instancia su significado. . ..

El problema central que se plantea en todos estos ejemplos es el de la comunicación, pero, más específicamente, el de las condiciones de "funcionamienlo de una lengua como instrumento de diálogo. El telón de fondo es el estado caótico del panorama lingüístico de la colonia y el desbarajuste de la comunicación en la sociedad colonial:

.... ,

Los. indios no saben de suvo o no osan dar relación Je estas cosas con la . p~pia significación y decia'.ración d" los vocablos, viendo que los cristianos españoles las abominan todas por cosas del demonio, y los españoles tampoco advierten en pedir noticia.J.,ellas con llaneza, .mtes las confirman por cesas dlabóliC:lS como las imaginan. Y tambi.;n lo ~a usa el no saber de fundamento la lenb'llª general dt! los lnc:tS para ver y <!ntt!nder la deducción y composición y propia sib'nilie>.ción Je las semejantes dicciones. Y por esto en ,-us historias Jan otro nombre a Dios, que t!S Tici Viracocha, qu" yo no se qu~ signifique ni ~Uos tampoco . .. Y Jsí como aquellos indios no tuvieron -atención a cosas espt!CUlativas, sino rl cos.Js n1.:itt!ryales, así t.?Stos sus v¡¿rbos no sign4'1c.:m ¿ns¿ñar cesas ¿spi.ritu..:i!es ni 11~c~r obr:J.S grandiosc;iS y divinas, como hacer d mundo, ~te. sino que sib•n.iiican h.>cer y enseñar artes y oficios bajos y mecánicos, obras que pertenecen a lus hombres y no a la divinidad. De toda cual materiali<.lad está muy aj.:n.i !.i significución del nombre Pachacámac, que, como se ha dicho, quiere Jedr el que hace con el mundo universo lo que el alma con el cuerpo, que es darle vida, aumento y sustento, etc. Por lo cual consta claro la impropiedad de !os nombres nuevamente compuesto (CR. !, 63-4).

Para Garcilaso la causa de e.$te estado de cosas es clara: "La causa .. -·" principal de esto_es.la gran confu5ión de lenguas por la cual no se comunican

unos con otros". Pero la discusión de ia lengua tiene en los Comentarios una -- dimensión que sobrepasa la estrictamente lingüística. La lengua es en

Garcilaso también una cifra de alteridad que inscribe reiteradamente en el discurso historiográfico de los Comentarios la complejidad y riqueza de la cultura del pasado Inca, una metáfora que recuerda insistentemente la

• "~ •t - -'-- --..l--~¡,.;t...f,.. ,...¡n~,...;h-~hl~ n~~:imi1FthlP.

--Es lo que demuestra, por ejemplo, la diferencia entre en coñocimiento dei ~ocablo Huaca y el del. lugar que ocupa en un sistema religioso en el que se · mtegra de fo_nna preasa. La falta de conocimiento de la lengua, por otra parte, es metáfora de la confusión y desintegración del orden social. La larga cita que incluye Garcilaso del Padre Bias Valera en el capítulo III deliU.l5hi 8 lo • ··• demuestra. La utilización de la lengua como metáfora de alterid~d 0 de desintegración es complementaria y se relaciona con una de las creencias más firmes de Gartilaso. De nuevo se" puede remontar el origen de esta idea ai paradigma de Ia traición de Cajaman:a. Es ia idea de que la i..""tcam.-et~~cia lingüística cierra la comunicación abriendo simultá:rleamente el caJmo a la confusión y la violencia. En contraste con la realidad coloni~l, en la representación del Incario la competencia lingüistica se convierte en metáfora de la armenia: , · ·

Entre otras cosas que los Reyes- Incas inventaron para buen gobierno del imperio, fue mandar que todos sus vasallos .:iprend.iesen la lengua de >-U

corte que es_ la que bO}"i~rnos ltmgna genetat ya.ra cuya enseñanza pusieron en cada provincia maestros !nc::tS de los de priviÜegio; y es de saber que !os lnc:is tuvieron otra lengua particular, que hablaban entre ellos, que no la entendían los demas indios ni les .era ücito aprenderla, como lenguaje divino .. . Mandaron aquellos reyes aprender la lengua general por dos respectos princip.ales. El uno fue por no tener delante de.sí tanta muchedwnbre de intérpretes como fuera menester para entender y responder a tanta variedad de lenguas y naciones como había en su Imperio. Querian los !nos que sus vasallos les hablasen boca a boca (a lo menos personalmente y no por terceros) y oyesen de la suya ~l despacho de sus . · negocios, porque .:ilcanzaron cuánta más satisfacción y consuelo de úrla misma palabra dicha por el Príncipe. que no por el ministro. El otro respecto y m.is pnncipal fue porque las naciones extrañas (las cuales, como atrás dijimos. por no entenderse unas a otras se tenían por enenügas y se hacían crud guerra), hal;>lándose y comunic.inJose lo interior Je sus corazones, se amasen unos a otros _como si fueran una familia y parentela y' perdiesen [a.·

esquiveza que !es c;i.ú.saba d no entend.erse (C.R. !, 87).

La descripdón de la política lingüística del Incario concluve con la reafirmación de sus efectos: "Con este artificio domesticaron y ucieron los Incas tanta variedad de naciones diversas y contrarias en idolatría y costumbres corno las que hallaron y sujetaron a su Imperio, y los trajeron mediante la lengua a tanta unión y amistad que se amaban como hwmanos, por lo cual muchas provincias que no alcanzaron e[ Imperio de les Incas, aficionados y convencidos de este beneficio, han aprendido después acá la lengua general del Cuzco y la hablari i¡ se.eritieñden con ella muchás naciones de diferentes leRguas; y por ella sol~ ·se· han hecho amigos y-confederados donde solían ser enemigos capitales" (C.R. l, 87). En la narración de Garcilaso, la política lingüistica se convierte en clave simbólica del reino de la armonía, substituyendo, en contraste inevitable con la colonia, la fuerza i la violencia por la comunicación y el entendimiento.

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Pero, ¿cómo adapta y I'{i!formula Garcilaso en el contexto de su proyecto -~~-~-~~•-------~~pic~resolución-decontradiccienes eentrales-al Cl'clencolonial la política

lingüística del Incario? La propuesta delinca es inequívoca: se trata de crear una competencia bilingüe en indígenas y españoles que los eduque en el conocimiento de la lengua general y del español, de que" se les enseñe a los indígenas el español con la claridad y competencia necesarias para que no se superponga con la lengua general del Cuzco" Gakfalvi Leiva 77). El telón de fondo de esta puntualización es la preocupación de Garcilaso por la corrupción, entendida como deformación progresiva de la herencia prehíspánica, que se perdería sin remedio, en una asimilación ignorante por parte de los invasores sin que los amerindios tengan recursos para combatir unos mecanismos de reducción y transculturación que, sin un conocimiento sólido del español, les serian incomprensibles. Hay un incidente que ilwnina toda esta problemát¡ca y su importancia central en la propuesta bilingüe del

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Inca Garcilaso: ·

Uno qe estos navíos subió más que los otros y ... vio un indio que a la boca de un ria, de muchos que por toda aquella tierra entran en la mar, estaba pescando .. , ... Le preguntaron por señns y pcr pafo.bras qué tierra eri2 aquella y cómo se llamaba. El indio, por los ademanes y meneos que con manos y rostro le hadan (como a un mudo) entendía que le preguntaban, mas no entendía lo que le preguntaban y a lo que entendió qut! era el preguntarle, respondió a prisa {antes que le hiciesen algún mal) y nombró su propio nombre, diciendo Berú, y añadió otro y dijo _Pelú. Quiso decir: "Si me preguntáis cómo me llamo yo me digo Berú, y si me preguntáis dónde estaba, digo que estaba en el ria". Porque es de saber que el nombre Pelú en el lenguaje de aquella provincia es nombre apelativo y significa río ... Los cristianos entendieron conforme a su deseo, imaginando que el indio les había entendido y respondido a propósito, como si é! y ellos hubieran hablado en castellano; y desde aquel tiempo, que fue el año de mil quinientos quince o dieciseis, llamaron Perú a aquel riquísimo y grande Imperio, corrompiendo ambos nombres, como corrompen los españoles casi todos los vocablos que toman del lenguaje de los indios de aquella tierra (C.R. l. _15-16).

La corrupción lingüística es, en el texto, la indicación exacm de un proceso mucho más amplio de corrupción de todo un sistema cultural y de un universo epistemológico que los conquistadores ignoran e instrumentalizan sin escrúpulos, dotándolos, como a la lengua, de los significados que más les convienen.

- --- -.Las necesidad de enseñar a los nativos el uso del español se refuei:za por ____ :::: _ Ja elección.del_ pr:gpio_Gar<;ilaso. Su dominio extragrdinario d<;te~rañt:>l _~n ______ --_

todos sus registros demuestra hasta qué punto es consciente de '\ú.e el acceso -al espacio discursivo del poder sólo puede efectuarse a través de esta lengua.· --Pero la lucidez de esta elección, históricamente determinada, no equivale a ninguna propuesta asimilacionista. La reivindicación de la lengua general

. es la condición misma del retomo de la armonía a un orden colonial que se

La razón utópic:a __ .:ii:I Inc_a s;~~oc~49-· --= caracteriza sistemáticamente por la confusión, la desintegración y la anarquía. 1..a competencia en español es sólo un arma de negociación con el poder, y una garantía de preservación de la propia herencia lingüípt:ica y cultural a través del c;onocimiento de los mecanismos y procesos mentales del invasor. Una garantía de la posibilidad de "organizar aquella libertad enajenada a través de la recuperación del lenguaje". Desde el punto de vista del proyecto utópico de Garcilaso la propuesta bilingüe equivale a" anular las oposiciones establecidas entre dos series cerradas e infecundas en su aislamiento" Gakfalvi Leiva, 74 y76), y proyecta la apertura de un diálogo que vu~lve a ser posible en la neutralizai::ión utópica, a través de la lengua; _de la opos!d9n inca-español como universos contrarios e incompatibles. ; · ·

La propuesta de Gatcilaso en relación con la necesidad de una politic:i bilingüe que recupere la lengua general y establezca firmemente el dominio del español se inscribe en su programa utópico doblemente. Como desbloqueo de la incomunicación, que inició la conquista, con la apertura de un diálogo múltiple que desplace el silencio del vencido cuestionando el monólogo del vencedor; y como condición necesaria para un entendimiento que sólo puede lograrse a través de la circulación del conocimiento indígena bloqueado por el poder colonial.

La recuperación de ese conocimiento y su difusión a través de la escritura es, obviamente, uno de los propósitos declarados de los Comentarios. Pero la integración de este propósito en el proyecto utópico de Garcilasq~r apoya en una percepción particular: la que ve en la ignorancia la causa fundamental de la explotación y de la destrucción del mundo prehispánico. Ignorancia y armonía se encuentran, al igual que destrucción y conocimiento, en i:elación inversa. El conocimiento, la recuperación y la difusión del saber indígena se conv~, en el !Jensamiento utópico:de:G,¡¡rdfoso,.enla de la reinstauració~ po~ible de la armonía en el Perú. No una armonía que duplique el pasado Inca, sino una armonía lograda en la negociación de poder y alteridad. La importancia central del conocimiento en la creación de todo orden y armonía ~e inscribe en la figuración u tópica del fncario que articulan los Comentarios, desplazando la noción cronológica de la historia propia de occidente. Como va ha sido señalado, el desarroll.,. del Incario se ordena primordialmente cle acuerdo con el principio de géne~is del saber y no de la temporalidad: "la génesis del saber, ubicado según la interp.re.tación de la tradición que hace Garcilaso de la época de los pri.meros reyes; ~e dará luego como un desarrollo hacia el perfeccionamiento en el cual no.hay ·en realidad un antes y después absolutos. . .. Garcilaso formula las adquisiciones en

_r_elación.con un paradigma.mora! que se mantiene inalte_r:<lb!e_a _lo largo __ dg_la _ ___ ~c:esiói:_cJ.E! _l_o~~E!_.V~~-~~as'.'._G~J<_fa.lyi_~e~\1'1_9_6). ____ , ____________ _

El punto de partida del proyecto historiográfico del Inca en los Comentarios es su- compromiso con una realidad-" anteS--destruída--que conocida" (C.R. L -±6) Los Comentarios se proponen invertir esa relación, exorcizando la destrucción con el saber. En el recorrido que hace Garcilaso p~r la historia del saber pre~ispánico hay una descripc~ó_I_l 'lue proyecta con

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particulár fuerza la presencia de un saber que ilumina el mundo intrincado y no a¡;únilable de la civilización Inca: la descripción de la fortaleza de Cuzco.

La obra mejor y más soberbia que mandaron hacer para mostrar su poder y majestad fue la fortaleza de Cuzco, cuyas grandezas son increíbles a quien no las ha visto, y al que las ha visto y mirado con a tendón le hacen imaginar y creer que son hechas por vías de encantamiento y que las hicieron demonios y no hombres; porque la multitud de las piedras, tantas y tan grandes como las que hay puestas en las tres cercas (que más son peñas que piedras) causa admiración ... Pues pasar adelante con la imaginación y pensar cómo pudieron ajustar tanto unas piedras tan grandes que apenas pudieran meter la punta de un cuchillo por ellas, es nunca acabar ... Muchas de ellas están tan a¡ustadas que apenas se aparece la juntura; para ajustarlas tanto era menester levantar y asentar la una piedra sobre la otra muchas veces, porque no nrvieron escuadra ni supieron valerse siquiera de una regla para asentarla encima de una piedra y ver por elfo si estaba ajustada con la otra .... Tengo para mi que no son sacadas Je canter¡¡s, porque no tienen muestra de haber sido cortadas, sino que llevaban las pequeñas sueltas y desask!as (que los canteros llaman tomos) que por aquellas sierras h.illaban, acomodadas para la obra; y como las hallaban asilas asentaban, porque unas son cónc:ivas de un c:ibo y convexas de otro y sesg:idas de otro, unas eón puntas a las esquinas y otras sin ellas; las cuales faltas y Je!!l<JSías no las p::cx."'..lraban quitar ni emparejar ni añ.idir, sino que e! vacío y cóncavo de una ?eña grandisima lo henchiJ.n con el lleno y convexo de otra pt!fla tan gr:inde y mayor, si mayor la podiJ.n hallar; y por el semejante el sesgo o derecho de una peña igualaban con el derecho o sesgo de otra; y la esquina que faltaba en una peña la suplían sac::indola de otra, no en pieza chic1 que ~olarnente hinchiese aquel!.l falta, sino .mimando otra peña con una punta sac:ida Je ella, que CU.'Tipliese la falta de id otra; Je manera que la intención d" aquellos indios pareccqu" ru" no poner en aquel muro pie<lras chicas, para suplir las faltas Je las grar.Jes smo '-lue todas fuesen de a.Jmi::iblt! ¡,'I'andeza, y que unas a otras se abr:iz;isen, favon.>Ciendose toJas supliendo od;i ~~al Ll falta Je Ll otra, p.lr3 m.lyor majest.1J Jd eilifico · (C.'<. ll, 1.+2-1-H).

Las murallas de[ Cuzco se aparecen a !os ejes de Garcilaso <:omo un gigantesco rompecabezas._ Un rompecabezas que combina, de forma magistral. fuerza, técnica, ingenio y perfección. En d texto esa perfecta forma desafía tanto la razón del comentarista -de ahí la referencia a los encantadores- como la comprensión desde una cultura tecnológicamente más avanzada, que tiene que suplir, al contemplarla, el conocimiento con la imaginación. Se erige como un enigma. Un enigma que simultáneamente convoca la presencia del m1.l(1.do destruído a través de sus ruinas (ritual análogo ai de Alva lxtlilxochitl) y reciterda la imposibilidad de captar [a complejidad del mundo prehispánico desde la cultura tecnológicamente más avanzada de los invasores. El ver en la descripción de la muralla de la fortaleza del Cuzco el símbolo mismo del Incario no es una imposición arbitraria. El propio Garcilaso hace explícita esa relación dentro del texto:

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La razón utópica del Inca-Garctiaso-..-S-:r-

Los Inca5, según lo manifiesta aquella su fábrica, parecé que quisieron mostrar por ella la grandeza de su podei; como se ve en la inmensidad v majes.i:id de.~ obra; la cual se hizo más para admirar que no-para airo &~ Tambten qw.sieron hacer muestra del ingenio de sus maestros y artífices, no sólo en la labor d~ Ja cantería puli. ·da (que los espatioles no ª5'\ban de encarecer), mas tamb1en enla obra decanteria tosca, en la cual no ~traron menos primor que en la otra. Pretendieron asimismo mostrarse hombres de guerra en la traza del edificio, dando a cada lugar lo necesario pan defensa contra los enemigos (C.R. !I, 143).

1 Fuerza, .cult:ira y poder se p:oyectan en esa muralla, que el te1?

construye mmuc1osamente como s1mbolo del universo Inca, símbolo qlll.e simultáneamente convoca y defiende la integridad del pasado. La muralla­es un enigma que contiene tanto los elementos que articulaban ese universo que la conquista clausuró - grandeza, cultura, fuerza y poder- como las claves de su orden perfecto. Unas claves que resultan ser igualmente relevantes para el proyecto utópico que Garcilaso va tejiendo en la narración de sus Comert!aric:_s. Li. muralla,..simbo!o de .ur..a cultura, constituve un todo en el que las partes encajan de forma tan perfecta y armoniosa qu~ no queda ni resquicio para la punta de un cuchillo. Y esto a pesar de la heterogeneidad, desigualdad e irregularidad de las formas que lo integran. Lo fundamental· en relación con el proyecto utópico de Garcilaso y su inscripción en la imagen de la muralla es el principio que rige la transformación de lo diverso, heterogéneo y fragmentario - las piedras- en una coherencia armoniosa y perfecta. Ese principio es el de negociación. Las piedras no se transfoxman ni mutilan cortándolas para darles a todas la misma forma - "las cuales faltas o demasías no las procuraban emparejar ni a1i.adir" - sin6 que sé van ensamblando y encajando manteniendo y respetando en todo momento su div~rsidad e integridad porque, concluye Garcilaso "la intención de aquellos md1os fue ... _que unas y otr::!S se abrazasen, favoreciéndose todas,.su?liendo cada cual la taita de b otra, para mayor majestad del edificio". Ese es, en el texto <ie Garcilaso, d principio fundamental ·i_Ue subyace la armenia del pasado [nea que él reconstruye en sus Canu:nt.i:-ics. Y es también el principio que subyace su proyecto utópico de armonización de contrarios v neutralización de oposiciones en la.colonia. El único que permite l~ transformación de elementos dispares e irreductibles en su diferencia v particularidad - tan irreductibles como las piedras- en un todo armonios~ en el que cada parte cumple su función en la creación de un orden ¡:l2rfecto: la muralla. ,.,.

La actitud de Garcilaso hacia la realidad histórica - la conquista española- contra la que se recorta su.proyecto utópico es .inequívocamente critica. Es un proceso de destrucción-y de barbarización. La figura de la muralla ilumina la visión critica que subyace la narración de Garcilaso, esta vez en el relato de la función que le asignan los españoles:

Los españoles, como envidiosos de sus admirables victorias, debiendo sustentar aquella fortaleza aunque fuera reparándola a su costa, para que

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.por ella vieran en siglos venideros cuán grandes habían sido las fuerzas y ·~ agravi~s, sirv:éndose de .illos poco menos que de animales y despreciando ~ánimo de los que la ganaron yJ'uera.e.tE:mll memq@de sus hruw'jª5'-I!()'----"""4'"°.____ __ __ .... cua1.::ti.:1era gen':° de respeto qu7 se les tenga, que es tan vulgar y tan iiolamente no la sustentaron, más ellos propios la derribaron para edificar ·1 perrucoso engano, como saben los que con algún celo y consideración han sus casas particulares que hoy tienen en la ciudad deL Cuzco, que, por -1 andado entre ellos y visto sus secretos y avisos, y juntamente el poco casó ahorrar la costa y la tardanza y pesadumbre con que los indios labraban que. de .todos ell?s ha~en los ~e pie:isan que saben mucho, que son de las piedras para los edificios, derribaron to.do:·· Las piedras mayores,' que :f or~o los mas neao~ y mas confiados de sL Es tan perjudicial esta servían de vigas en los soterraños sacaron para umbrales y portadas, y la5- - -:; oplIUon que no veo medio con que pueda mejor deshacerse que con dar a piedras menores para los cimientos y paredes; y para las gradas de las entender el orden y modo de proceder q¡.ie estos tenían.cuando vivían en escalerasbuscabanhiladasdepiedradelaltorquelesconveníay,habiéndola su ley·:· Mas como sin saber nada de esto entramos por la espada sin hallado, derribaban todas las hiladas que había encima de la que habían ~ orrles x:u entenderles, no nos parece que merecen reputaci(m las cosas de menester, aunque fuesen diez o doce hiladas o muchas más. De esta manera los mdios, smo como caza habida en el monte y traída para nuestro servicio echaron por tierra aquella gran majestad, indigna de tal estrago, que _ Y anto¡o. Los hombres más curiooos y sabios que han penetrado y alcanzado eternamente hará lástima a los que la miren con atención de lo que fue sus secretos, su estilo y gobierno antii¡;uo, muy' de otra suerte lo juzgan, (C.R. II, 143). maravillándose que hubiese tanta orden y razón entre ellos (Ó. r, 1l7-

118).

El bastión simbólico del poderío Inca y la cifra de todo un saber se convierte por la codicia e ignorancia de los conquistadores en simple piedra útil, material burdo para la construcción de un orden diferente. El principio de reducción rige la creación de todo este nuevo orden colonial, en un proceso de transformación que corrompe y destruye el mundo que la muralla figura, vaciándolo de significado, cortando sus lazos con el pasado y su historia, imporúéndole un significado y una función ajenos.

Ese,pooceso de corrupción y destrucción del universo Inca, que se levanta sobre la ignÓrancia, define para Garcilaso la esencia misma de la conquista, y es en relación con él donde se define la importancia central del conocimiento dentro de su pensamiento utópico. La destrucción de la fortaleza no es un ejemplo aislado. Duplica la del templo de Viracocha (C.R. 1, 260) y se prolonga en la de las acequias del sistema de regadío prehispánico (C.R. t 264). En ambos casos -templo de Viracocha y fortaleza del Cuzco - la confrontación simbólica entre el invasor y el mundo prehispánico subraya dos elementos: la ininteligibilidad d_e ese mundo cuyas huellas trazan las enigmáticas piedras de las murallas, y la ansiedad del conquistador frente a esa ininteligibilidad. La envidia que Garcilaso les atribuye a los españoles socava la imagen oficial de la superioridad occidental, inscribiendo en ella la carencia y la vulnerabilidad. Para Garci!asg los dos episodios son ejemplos emblemáticos de los términos de una confrontación: la del poder colonial con el mundo prehispánico. En el plano histórico esa confrontación se había salda® desde el momento de la derrota con la destrucción que se inicia en el encuentro de Cajamarca. En la base misma de esa destrucción el Inca ve una causa fundamental, y se aplica a citar autoridades indiscutibles en apoyo a su tesis, desde Pedro de Cieza hasta José de Acosta. Dice Acosta;

.. . - ·--~~abie~~o tra:~: 1: q~e-to~a a :·:~~gión que u~a~an los l~os p~~:;~~--en este libro escribir sus costumbres y policía y gobierno para dos fines. El uno, deshacer la falsa opinión que comúnmente se tiene de ellos como de gente bruta y bestial y sin entendimiento, o tan corto que apenas merece ese nombre; del cual engaño se sigue hacerles muchos y muy 110.table~

~a~ <?arcilaso, con:o_ para Acosta, la relación entre nuevo o~den y pasado prehisparuco se .ha deflI'Udo en la histqria de la colonia como mutuamente excluyente. La exflusión se basa fundamentalmehte en el desc;~nocimiento y, en el pensamiento utópico del Inca, el conocimiento se convi¿rte en tercer término imposible que neutraliza la oposición fundamental, indicando la s~lida de la serie histórica y abriendo un espacio simbólico para un futuro diferente.

Pasado !nea - Realidn<j. colonial 1 '

Conocimiento

La runciórt-utóplca de los Comentarios se re1:ciona, en este sentido, con su capaci~ad de hacer posible ese tercer término, de configurarse corno el espacio va'.1d~ y legitimo de. la recuperación de la historia, d~ la producción de! saber mdigena y de la transmisión del col')ocirniento. ·•·.Son esas tres funciones las que convierten este texto, en relacÍón con la ¡:¡.r~blernática clel conoc1m1ento, en discurso utópico, lugar simbólico C!e la transformación del vacío .e~ _significante y del desplazamiento de l'l_,destrucción por la negoaac1on.

El último elemento central sobre el que se articula la propuesta utópica que foX:Uula Garalaso en sus Comentarios es la construcción del sujeto.3 La centralidad de la problemática de la identidad se subrava con claridad v frecuencia en los Comentarios tanto a nivel personal como c;lectivo. De hech~, uno ~e los con~~stes más radicales que se establecen entre las ·C:onquistas del lncar:w, específicamente la d.eJx:l_anco_.Cápac,_y_JasQ.n9yista española, se relaciona con esta cuestión. Los capitu!os X,'(l-X,'(I!-X,"<IIL v X,'(fV del libro¡ describen con todo detalle un complejo ritual que ilumina la; múltiples fonnas en las que la conquista del primer Inca era, de manera fundamental. un acto s1mbólic~ ~ue conferia identidad a los nuevos súbditos. El ritual tenia, según

. la narracion de Garcilaso, varias fases. Com~nzaba con la enseñanza y la

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transmisión de valores y seguía con la concesión de divisas. La primera divisa es la trenza: "El primer privilegio que dió el Inca a sus vasallos fue

-¡:riandarles que a imitación suya trajeran todos en común la trenza en la cabeza, empero que no fueran de todos los colores, como la que el Inca traía, sino de un color.sólo y que fuese negro". La segunda es el peinado: "que anduviesen trasquilados, empero con difere."lcia de unos vasaI!os a otros y de todos ellos al Inca, porque no hubiera confusión en la división que mandaba". La tercera spn las orejas: "pasados algunos meses y años les hizo otra merced, más favorable que las pasadas, y fue mandarles que se horadaran las orejas. Mas también con la limitación del tamaño del horado de la oreja, que no llegase a la mitad de como los traía el Inca, sino de medio atrás, y que trajesen cosas diferentes por orejeras, según la diferencia de los apellidos y provincias". Concluye Garcilaso puntualizando que "las diferencias-que el Inca mandó que hubiese en las insignia!!", demás de que eran señales para que no se confundiesen las naciones y apellidos, dicen los mismos vasallos que tenían otra significación y era que los que más se asemejaban al rey esos eran de mayor favor y de más aceptación" (C.R. !, 50-51). Todo el proceso de concesión 'él.e insignias a los pueblos conquistados representa simbólicamente la creación de un orden i!n el que cada uno recibe, como máximo privilegio, una identidad que le confiere un lugar dentro del nuevo cosmos, precisando el lugar que ocuoa tan'to en relación con otros pueblos como en relación con la jerarquía que'.~¡-.cabeza el Inca. El carácter sagrado y fundamental de este preces.o de concesión de identidades se subrava i::n el texto de dos formas. En pnmer lugar, .JI re'iterar el autor que la c;ncesión de una identidad es el más alto ;mt•1l~g1d,'el que culmina la serie de beneficios que los conquistados han ido reeibiendo va de '.\!aneo C1pac. En segundo lugar,¡ través de la reaccion de los .propios. conquistados: - "Enf:Te si unos con of:Tos decían que el Inca, no contento de haberlos sacado de fieras trocándolos en hombres, ni satisfecho de los muchos beneficios que les h.ibi.i he\:ho en ense1'iar!es las cosas necesarias para !a \·ida humana y las leyes naturales para la vida moral y el conocimien~o de su ::ios el Sol, que bastaba ?ara qt:e tueran escl.ivos pi::rpetuos, se hab1a hum.inado a darlos sus insignias reales, y últim.imente, en lugar de imponerles pechos y tributes, les había comunicado la majestad de su nombre" ( C.R. (, 53). Las últimas tres lineas contienen un elemento más: la comparación entre una conquista benéfica y constructiva que eleva a los conquistados a la n¡ituraleza del conquistador "humanándolos" con la comunicación del nombre real. y of:Ta - la española- que se reduce a la explotación despiadada de sus nuevos súbditos, abrumándolos con pechos y tributos. Conquista inca y conquista española son procesos antitéticos. La primera humaniza al conquistado,_ La segtirt~a lo d~humarúza rt!_duciéndo!o progresivamente a

la categoría de bestia. En Perú, como en México, U!10 de los efectos inmediatos del trauma

radical de la conquista fue la pérdida del sentido de la propia identidad. Todas las crónicas indígenas de recontrucción de antigüedades o antiguallas prehispánicas -es decir de recuperación del pasado- cumplen entre sus funciones fundamentales fa de crear un marco simbólico nuevo de referencia

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histórica que llene el vado creado por el trauma y la represión, y ta de delinear un mapa posible para el trazado de las señas de una identidad perdida, ·­devolviendo su legitimidad al vencido y restituyéndole un pasado, una historia y una cultura. Los O:rmentarios no son una excepción en ese sentido. Pero en ellos toda la_ problemática de la identidad, en su vertiente ~onal y colectiva, se integra -lado por lado- con la propuesta de eriSefuru:a de lenguas y la de recuperación del saber indígena, en un proyecto utópico de gran coherencia y envergadura. El telón de fondo contra el cual se recorta la problemática de la identidad en los Comentarios es una realidad que es el reverso de la que describen las conquistas de Manco Cápac. Frente·al proceso de creación de identidad, cultura y orden, la conquista española se define como proceso de desintegración de ~j¡rras y destrucción de identil:!ades: A nivel colectivo esa desintegración se condensa en la oposición Inca-Español cuyos témúnos y resultado dramatiza en su origen el episodio paradigmático de Cajamarca. A nivel personal esa contradicción fundamental que da forma al Perú colonial y condiciona las opciones de todos sus súbditos se concreta en una escisión fundamental que ~rberar a de ±oda la -obr11 .de Garcilaso, en una serie de vacilaciones y oscilaciones que condiciona~ tanto sus sucesivas -y a veces conflictivas- autodefiniciones como los cambiÓs de distancia con respecto a uno y otro bando y las historias y tradiciones q~e les corresponden.

La naturaleza de esa escisión se enuncia por primera vez en forma explícita no en la voz del narrador sino en la de su tio, que es quien representa para él la fuente misma de sabiduría y autoridad. Hablando en respuesta a las preguntas de su sobrino acerca de las hazañas del primer Inca, puntualiza el tío: "En este distrito mandó poblar nuestro Inca más de cien pueblos, los mayores de a cien casas y otros de a menos, según la capacidad de los sitios. Estos fueron los primeros principios que esta nuestra ciudad (Cuzco) tuv.o para haberse fundado y poblado como lcl ves. Estos mismos fueron los que tuvo este nuestro grande y famoso imperio que tu padre y sus compañer~s­nos quitaron"' (CR. I, -11). El marco más amplio de definición de una identid<!d personal es, claro, la oposición !nea-Español. Pero éste se complica ailn más~ con una segunda escisión: entre dos linajes incompatibles que convergen de forma imposible en su persona. Es esta incompatibilidad lo que indica la tensión entre el tu y el nos. Una tensión que no indica fusión ni síntesis sino falta de pertenencia al linaje primero -que se adscribe al padre del Inca- o al segundo, en la ambigüedad de un nos que, precedido por la prese¡¡cia del padre invasor tampoco puede acabar de incluir a Garcilaso totaMn.ente, dejándolo en una especie de limbo, suspendido entre dos linajes antagónicos de los que participa, pero a los cuales no puede pertenecer· del todo · legítimamente. Esta falta de legitimidad se complica-todavía rriás con otro factor: la bastardía de Garcilaso, que lo hace doblemente ilegítimo de cara al orden colonial: como indio y como bastardo.

La construcción del sujeto en los GJmentarios se integra en el proyecto utópico de Garcilaso en relación con la doble problemática identitaria -colectiva y personal- con una función muy definida: la de crear una figura

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de resolución simbólica que neutralice ambas contradicciones fundamentales: Indio-Español y légitimo-bastar1fo, transformando.ilegitimidad en.~ legitimidad y exclusión en·part:icipación. Una figura que no puede ser ae síntesis - por no haber síntesis posible entre los términos de la oposición fundamental- sino de neutralización de la oposición misma.4 Es decir, una figura utópica: el mediador. El texto se convierte en el lugar simbólico de creación y legitimación de esta figura que contiene las claves de la reinstauración de la armonía perdida. Por eso mismo la legitimación de la autoridad"del autor de la narración y de la propuesta son fundamentales en los Comentarios. La complicada red de autodefiniciones que pone en juego Garcilaso ~n su texto no es simple expresión de una necesidad personal de legitimación o de un" desgarrón" de la conciencia del Inca, sino parte de una estrategia deliberada de autorización de la propuesta utópica.

Algunos estudios críticos ya han apuntado en esa dirección cuando puntualizan que "la validación de la escritura mestiza de Garcilaso, específicamente en los Comentarios, no tiene únicamente que ver con la duplicidad de sus fuentes ni siquiera con el esfuerzo por preservar las fidelidades que debe a uno y a otro de sus ancestros; se refiere, en lo esencial, a la construcción -o mejora la autoconstrucción- del sujeto que habla ene! texto y del espacio desde el cual lo hace" (Cornejo-Polar 93). La validación de ese sujeto es la condición necesaria de validación de la propuesta utópica, y el juego de múltiples posiciones discursivas que caracteriza al narrador de los Comentarios revela las estrategias de Garcilaso en la búsqueda del punto de ~nunci<Íción exacto que legitime su pensamiento utópico y autorice su propuesta.' . .

El n,arrador de los Comentarios se define desde la Advertencia inicial como indio qui:! escribe como indio: "Para atajar esta corrupción me sea lícito, pues soy indio, que en esta historia yo escriba como indio" (C.R. I, 7). La elección de la escritura se acota (es" para atajar corrupciones"), pero la filiación no. El "soy indio" es rotundo e inequívoco. Pero no estable. La afirmación rotunda y absoluta responde a la necesidad de autorizar más allá de cualquier duda, y frente a todos los cronistas españoles, su conocimiento único de la lengua, la cultura y el pasado indígenas. Es también condición necesaria de autorización de los dos punt9s _primeros de su propuesta utópica: educació~ bilingüe y transmisión del saber indígena. A lo largo del texto esa identidad

~ esencial del indio se desdobla en toda una multiplicidad de funciones dictadas '¡,·! por los imperativos de legitimación del narrador y de recepción del texto, l para eclipsarse en el últitno libro, donde cede el paso a una identidad de

., ... ~ .. . . _ . ~le<;_c:i<)_n,J::?_l~_d.~_1:'ieto._utóP.ico:_ el mestizo. Es el ser indio lo que le permite ~'f!A :í : . a Garcilaso autorizar -frente al peso de los cronistas oficiales-:¡Ja superio_r_ ····· ___ t _____ --· ---exactiiild-cfesufe:-<tO:--vaGC!a su ftinclcH1de éórnentarista: "que ·,i intención

1 no es. contradecirles sino servirles. de comento. y glosa y de intérprete en muchos -ceb!os indios, que, corno extranjeros en aquella lengua, interpretaron' fuera de la propiedad de ella" (C.R. 1, 6); de traductor, con acceso a fuentes más directas que, por razones lingüísticas, culturales, y sociales les están vedadas a los españoles: "Esta larga relación del origen de l

La tazón utópica. del fnra Garcilaso • 57

sus Reyes me dio aquel Inca, tío de mi madre, a quien yo"'" fu pedí, la cual yo he procurado~cir fielmented~mi lengua mate~Jlll!..es..!a-del-lnca,en-·-··­la ajena, que es la castellana ... Otras cosas semejantes, .1unque pocas, me dijo este Inca en las visitas y pláticas que en casa de mi rn¡¡dre se hacían, las cual.es pondré adelante en sus lugares, citando elautor, y r···,1¡1rn·e de no haberle preguntado otras muchas para tener ahora la noticia de,.¡¡.,~. sacadas de tan buen archivo, para es~~birlas aquí" (C.R. l, 42); y de intérprPte de palabras y hechos, c~mo el significado del Cuzco como ombligo (C.R. [, 83), 0 el de Yupanqm cor::io verbo, para comprender todo lo. que ddli1jo tle tal verbo 0 nombre se puede querer decir (C.R. I, 96). Finalmente"~ la autodefinición inicial como in~io l~ que lo calific~ como historiador m~,1 competente que cualqmer espanol: que. corno U:d10 natural d~ aquella ti••rr;;i, ampliamos y extendernos con la propia relac1on lo que los lustoriadon··1 ''>pañoles, como extranjeros, acortaron por no saber la propiedad de la lengua ni h<iber mamado en la leche aquestas fábula~ y verdades como yo las mam.-•" (C.R. r, 83).

Las funciones múltiples que puntean en el textr1 las sucesivas autodefiniciones del Inca cuestionan implícitamente la "f''>síción radical bárbaro/civilizado, pero hacen mucho más que esto. In-.. rihf!n en el texto dos transformaciones fundamentales: la del que' no sabe n1 puede hablar (el indio) - "que yo, como indio traduje en mí tosco romano!" - "11 el que habla mejor y con mayor precisión que los propios escritores w'f''>rioles; v la del que no tiene d~;echo a saber "porq~e las fuer:as de un ir.dio rio pueden presumir tanto . en el que_sa.bl'? .mas q1:1e. nadie. Conju0;;cJas, estas dos transformaciones marcan el ingreso simbólico del indir,, a través de la. escritura, en el. ámbito del conocimiento y del discurso.

_e,ero, dentro de! texto mismo, la función de traductor ·1~rnnsmisor que reclama el narrador :e problei:'~~za. La traducción es un m;-;,0 privilegiado . de acceso de lo rnargmal o perifenco al espac10 de c1rculaci1j1: .;,, conocimiento y cultura (Jakfalvi Leiva 15). Del mismo modo que la P":'''71encia total al sistema cultural que se intenta transmitir ~s condición ne< •-.o,;:a de acceso «l conocimiento. Pero eR el texto ni la tradufción es capaz de lr;;.·.::nner fielmente los signos de una cultura en los de otra, ni el conoclmic:r:::~ :irofundo que sólo se adquiere con la leche materna puede garantizar_.la !.:<:.~misión de un universo cultural a otro. La discusión sobre la imposibiliG.o,:.:. de armonizar un término como Talma11tins11yo con e!' concepho de rr"1:,, ·.!el Penl, v ]a ininteligibilidad de las piedras de la J:I\Uralla de la fÓrtalc:zo:. ·;,,¡Cuzco,; del templo de Viracocha -por citar sólo dós,ejemplos~ !"o der. ..-.tran. Ni~•!Ún universo cultural es reducible a los términos de otró: ning·j;· ::::ter¡ia cul~ral puede ser perfectamente .transpuesto en los signos ·> ;tro. y esta

_ ___ punt_'.l;ali~;i_ció12._d~e_n.~i:~-d~.!_t_e~t.o ili:i..!!.1 ina <:L~-ª!l~? _.-:-..aquí.vaca. la. impos1b1hdad de cualquier. smtests de contrarios, a la vez · ... ~ KOta v aclara los límites de la primera defirúción·del sujeto--"soy ::-::.:;' - v. de sus múltiples funciones. El indio letrado cumple una funciér. ~-..-óm~ntal: en su figura se consuma simbólicamente el acceso c~el sujeto ';-,·:c. J( ámbito del poder discursivo e interpretativo. Pero no es, con su vaiv·~:-. -;;- ~scilaciones y

vacilaciones, la figura utópica de resolución de la contradic-..·.- ':md;¡ment:iÍ.

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58 • Beatriz Pastor

La figura utópica de resolución es,_en el texto de Garcilaso, la del mestizó~-- --- .,. identidad de elección que reclama "a boca llena" el Inca al final de sus -Comentarios: "A los hijos de espafü:il y de india o de indio y española nos llaman mestizos, por decir que somos mezdados de ambas naciones; fue impuesto por los primeros españolés que t.Uvieron hijos·en indias, y, por ser nombre impuesto por nuestros padres y por su significación, me lo llamo yo a boca !lena y me honro con él" (CR II,266). Pero, ¿cuáles la "significación" exacta de esa figura para Garcilaso? El uso del término ''mezclados" es muy equívoco, porque el mestizo no es una figura de fusión o de síntesis imposible de contrarios. ":Niezclado'' indica en el pensamiento de Garcilaso una condición diferente que Antonio Cornejo-Polar recoge en otro término muy gráfico: · entr_everado. Hay entrelazamiento perpetuo e irredu~bl~ de elementos tan disímiles conio Jo son los universos culturales que md1can; -No hay mezcla que implique la disolución de ninguno de los términos en un proceso de fusión o asimilación. .. .

El mestizo que proyecta l.i construcción del sujeto en los Comcntanos es una fig>.ira de mediación. No ilumina un proyecto de asimilación ni de unión de contr::irios sino de negociación entre los términos [nea-Español cuyos universos respectivos deben preserv,1rse por igual. Desde d punto de vista de l.i oroblem."itica identitarid personal Je Gdrcilaso. el mestizo es figura de n~st>l~don-i.\Ut! tn.u1sfon1h\ i ... 1 lll ... H~in ... did .. h.l, t!l1 rel .. h':l.'11 Lon .. unbos térn1inos, en centralid.1d con respecto .i los Jos. Y, a nivel colet:tivo, el mestizo es el nuevo sujeto utópico, bicultural y bilingüe, que puede tender un puente para la negod.adón, neutralizando la_ contr<1dicción histórica fundamental y abriendo el .;amino para la realiz3ción dd Peru utópico. Un Perú que >e

situ.1 no en •!1 ptts.1do - identifü:,indose con el lm::irio- sino en el futuro, en .1:1 visiun utór.ic::i de un.i socied..iJ jusi:.:. que em:.ime ~'or is-u.ti los v,ilores ·incas v .:ristlano-occidenta!es, sólo incompatibles de~~tro de la realidad hístóri.c:i co~rompida y <legrad.ida de l..l colonia. Sl mestizo es la dave de re,1lización de todo el provecto utópico del lm:.i. Como es figura de neutr:liiZ:lción de 1,1 oposicón rad..il. cuitural e h.istór.o '-lue enfrentaba a los dos ti!rminos de la contradkción. por ser figura de negodadón permanente 'entre dos universos culturales de ¿xcelencia equivalente. Es el que garantiza la armonización de ks contrarios frente a la imposibi;idad demostrada -recuérdense los limites de traducción y explicación- de reducirlos a un común d~nominador, de englobarlos sintéticamente. o de homogeneizarl~s reduciéndolos a los términos del Otro. Se ha subrayado ya la importancia capital de esta figura como apuesta la más alta del !nea a fav~r de la ªn:'onía:

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p~ento utópico, se puede argumentar que no es tanto'"que G~o . -----~--persr~ ~:niosam~te.una armonía hecha de unión. Lo que la figura del ··

mestíZo ilwrururennas-b1en que;-aunc:¡ue-unión y síntesis de contrarios son imposibles, el retomo de la armonía no lo es. Pero, al revés de lo que sucederi¡¡ si la propü~ta utópica se redujera a un retomo al Inc. ario utópi~o doJl,i.e toda contradicaon cesaba, la armonía no puede instalarse en la historia ~que a través de la neutralización de los contrarios. Una neutralización que sólo es p_osib~~ ·pa,.-a Garcilaso a través de :ir~ com~T'\icación y un conoci!I'..ie..rtto que s1en~n. '.as bases f'.~. el reconocmuento de la mutua alteridad y para la mediaaon y negoaaaon permanente de sus diferencias, Es decir, que no es tanto que el Inca persiga la unidad y tropiece con la fragmentación irreductible sino que comprende con toda lucidez que la armonía no pasa por la unidad imposible -racial, cultural e históricamente- sino por la negociación de una heterogeneidad irreductible. Es precisamente esa visión -necesariamente utópica en un contexto histórico marcado por la contradicción fundamental Inca-Español, que la propuesta de Garcilaso neutraliza S0Ím~~li~amente-:- fa que ~a e'. sign.o..Ce --!a_uta.pre la rOF"">eSta hngu1Stica del Inca, su teona del conocimiento y su construcción del mestizo como sujeto utópico del nuevo orden y agente del retorno de lá armonía al mundo caótico de la colonia.

En la medida en que propugna la neutralización de la contradicción fundamental sobre la que se apoya y con la que se justifica ideológicamente todo el orden colonial, el discurso de Garcilaso en los Comentarios es un discurso disidente y subversivo. La recuperación de un pasado abolido por la fuerza, la transmisión !egitirnadora de un saber ignorado, y la reivindicación de una lengua silenciada por el invasor son condiciones no negociables dentrO del discurso utópico del Inca. Como es parte ineludible del mismo la critica radical de la conquista como proceso de destrucción de un mundo armonioso y de corrupción de los ideales cristianos occidentales. Pero eso no implica ni que .su propuesta utópica se identifique con el retomo al pasado de la utopía andina ni que su discurso critico sea exactamente un discurso de ~esístencia frente a la realidad del poder occidental. El discurso utópico de <:;arcilaso articula, con todos sus elementos, un proyecto que, más que alentar la resistencia, propone y busca la negociación y la resolución, en la neutralización de contrarios, como punto de partida para el advenimiento utópiéo de una armonía históricamente imposible.•

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NOTAS

1·En mis incursiones por el complicado universo Garcilasista me han servido de guía, -- ------ -- de forma especial aunque no exclusiva, los trabajos de: José Dutand, Alberto Flores

"Ahora entendido en términos de violencia y empobrec1m1ento, casi como .mutilación de la_ completud de un ser que la conquista hizo pe~az~s,· el_ ·mestizaje -que es la señal mayor y más alta de la apuesta GarCilaC!Sta a

. { . favor d~ la irmonía de dos mundos- termina Por-reinstalarse - precisamente en el diséurso que lo ensalza- en su condición eq~ív~ca y precana, ,densamente ambigüa, que no convierte la unión en armorua smo - al reves -en convivencia forzosa, dificil, dolorosa y traumática" (Cornejo-Polar 99). c;r.ln m1p n>intev-ando la construcción del nuevo sujeto mestizo al marco del

_ =t ~alindo, MaxHemández,SusanaJakfalvi;;¡_¡,;va, E. Pupo Walkery Margarita Zamora.

TI -Tomo el término rua11ka del análisis que hace Cornejo-Polar de las representaciones de la tragedia_ de la muerte de Atahuallpa. En él se aclara que, según Lira "tragedia no es un eqmvalente exacto de Wanka, pero sí el más aproximado y no cabe otra

_ _ ____ forma de traducción" (56, nota 81). __

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60 • Beat:dz Pastor ==========~§§§§§1~~-~-~§~~~-ª~~~~~~~-~---~~-ª-=-~--~·-==-=-=-=·-=-~-=-=-=··=··====~~· . ----·- .. ~ ---- --·----- ---------------·-- --- ~·--- --· -- ..

·-==========~====~;;;;~========·~~1==================================-=========== ··-----.1 La lectura de los Gmumtarios en relación con la búsqueda de una identidad propia es uno de los temas que han despertado más interés entre los gí_~~-9~G.ll.lP!aso~· __ - _-,.. ______ _ N-0 voy-a-intentar-en modo alguno recapitular la prodÜédón Critica sobre el tema ni volver sobre lo ya dicho. Me propongo sólo mostrar la _función que cumple -la exploración de la problemática de la identidad dentro del proyecto utópico más amplio en el que se integra dentro de los Comentarios. 4 Para quien sea lo bastante iluso como para acariciar la idea del mestizaje y ver al

.,.. mestizo como figura de síntesis, Gaxcilaso clarifica en su propia persona que en el " mestizo no sólo no se resuelven las escisiones y oposiciones sino que se multiplican.

Las· palabras del tío no dejan lugar a dudas a este respecto. 5 No me parece que la necesidad de legitimación se vincule tanto a la disidencia del discurso (Cornejo-Polar 93) como a la urgencia de posibilitar la aceptación de una propuesta de neutralización de contrarios a través del aprendizaje de la lengua, la transmisión del saber y la recuperación de culturas de la que depende todo el futuro de su pueblo. Y a la aguda conciencia que tiene de su vulnerabilidad como enunciador de pensamiento y discurso. 6 Ll primera versión de este ensayo se publicó en: Beatriz Pastor, El íardí11 y el peregri110: e11sai¡os sobre el pensamiento utópico lati11oanzerica110, (Amsterdam; Rodopi, 1995).

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