Pdeme lo que quieras,ahora y siempre
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Los personajes, eventos y sucesos presentados en esta obra son ficticios. Cualquier semejanzacon personas vivas o desaparecidas es pura coincidencia.
No se permite la reproduccin total o parcial de este libro, ni su incorporacina un sistema informtico, ni su transmisin en cualquier forma o por cualquiermedio, sea ste electrnico, mecnico, por fotocopia, por grabacin u otrosmtodos, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infraccin de losderechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedadintelectual (Art. 270 y siguientes del Cdigo Penal).Dirjase a CEDRO (Centro Espaol de Derechos Reprogrficos) si necesitafotocopiar o escanear algn fragmento de esta obra. Puede contactar conCEDRO a travs de la web www.conlicencia.com o por telfono enel 91 702 19 70 / 93 272 04 47.
de la imagen de cubierta: Shutterstock de la fotografa de la autora: Archivo de la autora
Megan Maxwell, 2013 Editorial Planeta, S. A. , 2013Avda. Diagonal, 662-664, 08034 Barcelona (Espaa)www.esenciaeditorial.comwww.planetadelibros.com
Primera edicin: marzo de 2013
ISBN: 978-84-08-10547-3Fotocomposicin: Vctor Igual, S. L.Depsito legal: B. 2.296-2013Impresin y encuadernacin: ROMANY VALLS, S.A.
Impreso en Espaa Printed in Spain
El papel utilizado para la impresin de este libro es cien por cien libre de cloroy est calificado como papel ecolgico.
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Megan Maxwell
Esencia/Planeta
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Para LAS GUERRERAS MAXWELL,por ser mi mayor apoyo, y para Jud y Eric,
por ser unos magnficos personajes.
Mil besotes.Megan
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Tras salir de la oficina llego a casa como si me hubieran metido unpetardo en el culo. Miro las cajas embaladas y se me parte el cora-zn. Todo se ha ido a la mierda. Mi viaje a Alemania est anuladoy mi vida, de momento, tambin. Meto cuatro cosas en una mochi-la y desaparezco antes de que Eric me encuentre. Mi telfono sue-na, y suena, y suena. Es l, pero me niego a cogerlo. No quierohablar con Eric.Dispuesta a desaparecer de mi casa, me voy a una cafetera y lla-
mo a mi hermana. Necesito hablar con ella. Le hago prometer queno le dir a nadie dnde estoy y quedo con ella.Mi hermana acude a mi llamada y, tras abrazarme como sabe que
necesito, me escucha. Le cuento parte de la historia, slo parte o sque la dejara sin palabras. Omito el tema del sexo y tal, pero Raqueles Raquel!, y cuando las cosas no le cuadran comienza con eso deEsts loca!, Te falta un tornillo!, Eric es un buen partido! oCmo has podido hacer eso?. Al final me despido de ella y a pe-sar de su insistencia no le revelo adnde voy. La conozco y se lo dira Eric en cuanto la llame.Cuando consigo despegarme de mi hermana, llamo a mi padre.
Despus de tener una breve conversacin con l y hacerle entenderque en unos das ir a Jerez y le explicar todo lo que me pasa, memonto en el coche y me voy a Valencia. All me alojo en un hostal ydurante tres das paseo por la playa, duermo y lloro. No tengo nadamejor que hacer. No le cojo el telfono a Eric. No..., no quiero.Al cuarto da me subo al coche y algo ms relajada me voy a Je-
rez, donde pap me recibe con los brazos abiertos y me da todo sucario y amor. Le cuento que mi relacin con Eric se ha acabado
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para siempre, y l no me quiere creer. Eric le ha llamado varias vecespreocupado y, segn mi padre, ese hombre me ama demasiadocomo para dejarme escapar. Pobrecillo. Mi padre es un romnticoempedernido.Al da siguiente, cuando me levanto, Eric ya est en casa de mi
padre.Pap lo ha llamado.Cuando me ve, intenta hablar conmigo, pero me niego. Me pon-
go hecha una furia; grito, grito y grito, y le reprocho todo lo quetengo en mi interior antes de darle con la puerta en las narices yencerrarme en mi habitacin. Al final, oigo que mi padre le pide quese marche, y de momento me deja respirar. Sabe que ahora soy in-capaz de razonar y que en lugar de solucionar las cosas lo que voyes a liarlas ms.Eric se acerca a la puerta de la habitacin donde me he encerra-
do y con voz cargada de tensin e ira me indica que se va. Pero quese va a Alemania. Tiene que resolver ciertos asuntos all. Insiste unavez ms en que salga, pero al ver mi negativa finalmente se marcha.Pasan dos das y mi angustia es persistente.Olvidar a Eric me es imposible, y ms cuando l me llama conti-
nuamente. No le contesto. Pero, como soy una masoquista pura ydura, escucho nuestras canciones una y otra vez para martirizarmey regodearme en mi pena, penita..., pena. Lo positivo de todo esteasunto es que s que est muy lejos y, adems, que tengo mi motopara desfogarme, embarrndome y saltando por los campos deJerez.Transcurridos unos das me llama Miguel, mi ex compaero en
Mller, y me deja a cuadros. Eric ha despedido a mi ex jefa. Incr-dula, escucho cmo Miguel me cuenta que Eric tuvo una tremendadiscusin con ella cuando la pill en la cafetera mofndose de m.Resultado: al paro. Toma ya! Por perra.Lo siento, no debera alegrarme de ello, pero la malvada que
existe en mi interior se regodea con que esa mala vbora por fin hayarecibido su merecido. Como dice muy sabiamente mi padre, el
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tiempo pone a cada uno en su lugar, y a sa el tiempo la ha puestodonde se merece, en la puetera calle.Esa tarde aparece mi hermana con Jess y Luz, y nos sorprenden
con la noticia de que van a ser padres de nuevo. Embarazo a lavista! Mi padre y yo nos miramos con complicidad y sonremos. Mihermana est feliz, mi cuado tambin y a mi sobrina Luz se la veilusionada. Va a tener un hermanito!Al da siguiente, se presenta en casa Fernando. Al vernos nos
damos un largo y significativo abrazo. Por primera vez desde quenos conocemos no nos hemos comunicado en meses, y eso nos daa entender a los dos que lo nuestro, aquello que nunca existi, porfin se ha acabado.No me pregunta por Eric.No hace la ms mnima mencin de l, pero intuyo que imagina
que lo nuestro o se ha terminado, o pasa algo. Por la tarde, mientrasmi hermana, Fernando y yo tomamos un tentempi en el bar de laPachuca, le pregunto:Fernando, si yo te pidiera un favor, me lo haras?Depende del favor.Ambos sonremos, y le aclaro, dispuesta a conseguir mi propsito:Necesito la direccin de dos mujeres.Qu mujeres?Doy un trago a mi coca-cola y respondo:Una se llama Marisa de la Rosa y vive en Huelva. Est casada
con un tipo llamado Mario Rodrguez, que es cirujano plstico; spoco ms. Y la otra se llama Rebeca y fue novia durante un par deaos de Eric Zimmerman.Judith protesta mi hermana, ni hablar!Cllate, Raquel.Pero mi hermana comienza su perorata y ya no hay quien la calle.
Tras discutir con ella, vuelvo a mirar a Fernando, que no ha abiertola boca.Puedes conseguirme lo que te he pedido, o no?Para qu lo quieres? me contesta.
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No estoy dispuesta a contarle lo que ha ocurrido.Fernando, no es para nada malo puntualizo, pero si pu-
dieras ayudarme, te lo agradecera.Durante unos segundos me mira con solemnidad mientras Ra-
quel, a mi lado, sigue despotricando. Al final asiente, se levanta, sealeja y veo que habla por el mvil. Esto me inquieta. Diez minutosdespus, se acerca a m con un papel y dice:Sobre Rebeca slo te puedo decir que est en Alemania pero
no cuenta con una residencia fija, y la direccin de la otra aqu latienes. Por cierto, tus amigas se mueven en un ambiente de altosvuelos y comparten los mismos juegos que Eric Zimmerman.De qu juegos hablis? pregunta Raquel.Fernando y yo nos miramos. Se traga los dientes como diga algo
ms!Nos entendemos bien y le indico que no se le ocurra contestar a
mi hermana, o se las ver conmigo, y l me hace caso. Es un exce-lente amigo. Finalmente, Fernando se resigna y seala:Ni una tontera con ellas, de acuerdo, Judith?Mi hermana niega con la cabeza mientras resopla. Yo, emocio-
nada, cojo el papel y le doy un beso en la mejilla.Gracias. Muchas..., muchas gracias.Esa noche, cuando estoy a solas en mi habitacin, me siento
furiosa. Saber que al da siguiente, con un poco de suerte, me voya echar a la cara a Marisa me pone cardaca. Esa mala bruja se va aenterar de quin soy yo.Por la maana me despierto a las siete. Llueve.Mi hermana ya est levantada y, en cuanto ve que me preparo
para ir de viaje, se pega a m como una lapa y comienza su incesantechorreo de preguntas.Intento esquivarla.Voy a Huelva a hacerle una visitilla a Marisa de la Rosa. Pero
Raquel es mucha Raquel! Y al final, al ver que no me la puedo qui-tar de encima, accedo a que me acompae. Aunque durante el tra-yecto me arrepiento y siento unos deseos asesinos de tirarla a la
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cuneta. Es tan cansina y repetitiva que saca de sus casillas a cual-quiera.Ella no sabe lo que nos ha ocurrido realmente a Eric y a m, y no
para de desvariar con sus suposiciones. Si supiera la verdad se que-dara de pasta de boniato. Una mentalidad como la de mi hermanano entendera mis juegos con Eric. Pensara que somos unos depra-vados, entre otras muchas cosas an peores.El da en que pas todo, cuando qued con ella, le deform la
realidad. Le cont que esas mujeres
