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PEDRO PARAMO- JUAN RULFO Zucarelli, Romina Abigail En esta gran novela mexicana el autor nos presenta una narración distinta a las trabajadas a lo largo del año, plantea una lectura particular de México, nos sitúa en un lugar, en una cronología confusa, en una situación extraña, en un infierno terrenal. Si bien se nos da una ubicación, se construye un lugar en el cual las historias pasadas y presentes van a desarrollarse, a cruzarse, el tiempo no se especifica, aunque el momento de aparición de carranzistas aportará un indicio histórico importante. Sabemos que la causa de la desolación, de la pena, de la pesadez se vincula con una época que parece repetirse o no terminar jamás. Esta es una novela de pecados, olvidos, abandonos, expiaciones, búsquedas y desesperanzas. Se nos muestra la representación de una nación cargada de culpas y almas que siguen contando historias, donde la muerte y la vida dialogan, donde los límites se confunden y la verdad se pone en duda. No quedan niños en las calles y mucho menos risas ya cansadas de reír, es la pena lo que se conserva tras largos periodos de crisis; las tierras que se disputan quedarán

Pedro Paramo

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Page 1: Pedro Paramo

PEDRO PARAMO- JUAN RULFO

Zucarelli, Romina Abigail

En esta gran novela mexicana el autor nos presenta una narración distinta a las

trabajadas a lo largo del año, plantea una lectura particular de México, nos

sitúa en un lugar, en una cronología confusa, en una situación extraña, en un

infierno terrenal.

Si bien se nos da una ubicación, se construye un lugar en el cual las historias

pasadas y presentes van a desarrollarse, a cruzarse, el tiempo no se

especifica, aunque el momento de aparición de carranzistas aportará un indicio

histórico importante.

Sabemos que la causa de la desolación, de la pena, de la pesadez se vincula

con una época que parece repetirse o no terminar jamás.

Esta es una novela de pecados, olvidos, abandonos, expiaciones, búsquedas y

desesperanzas.

Se nos muestra la representación de una nación cargada de culpas y almas

que siguen contando historias, donde la muerte y la vida dialogan, donde los

límites se confunden y la verdad se pone en duda.

No quedan niños en las calles y mucho menos risas ya cansadas de reír, es la

pena lo que se conserva tras largos periodos de crisis; las tierras que se

disputan quedarán desoladas y las muertes innecesarias acabarán con

cualquier posibilidad de progreso.

Es difícil distinguir a quienes realmente viven y sería fácil admitir que es posible

que salvo el visitante, nadie más lo haga.

La muerte arrasó con este pueblo, sólo quedan cuerpos que reservan esencias

agotadas, remembranzas de malestar, dolores impuestos en una patria que

tenía los elementos para dar felicidad y no lo hizo.

Page 2: Pedro Paramo

La corrupción; la obligación de callar ante las injusticias; el caudillismo

impuesto por un hombre, Pedro Páramo, moviendo los hilos del caos, de lo

poco que se refleja sobre la maquinaria revolucionaria; la corrupción política y

religiosa; el desprecio por la vida ajena e incluso propia como sucedió con

Miguel, llevaron a individuos comunes a convertirse en pecadores que el dinero

salva sólo en las palabras de un cura, pero no en la realidad, ya que una

sentencia superior, incorrupta obligó a culpables y víctimas a pagar sus deudas

rondando en un México sombrío, sumido en las llamas.

Es constante el llanto, las decisiones de los habitantes en relación a las

mujeres, las posesiones y los crímenes no fueron las correctas y lejos de

desaparecer sus huellas con la culminación de la vida, se repiten, se relatan

constantemente, se pagan, cargan el aire y lo contaminan.

Es innegable que en Comala hay vida: viven los rencores, viven atisbos de

solidaridad, vive la esperanza del perdón, vive el deseo de partir, tanto en la

madre al marcharse y en el visitante tras su viaje, como en las almas que

aspiran ascender de este pozo aún peor que el infierno y a la vez el de regresar

como en Dolores, pero no a esta situación presente sino a los tiempos en que

todo era diferente, donde el caos y la injusticia aún no se imponían con Pedro

Páramo, donde la Revolución por reclamos que jamás fueron satisfechos,

exigidos por medio de las armas, desorganizadamente, aún no tenía lugar.

En la obra encontramos imágenes muy significativas, una de ellas aparece en

el recorrido por la casa de la anciana al ingresar en el pequeño pueblo:

     “Parecía que me hubiera estado esperando. Tenía todo dispuesto, según me dijo haciendo que la siguiera por una larga serie de cuartos oscuros, al parecer desolados. Pero no; porque, en cuanto me acostumbré a la oscuridad y al delgado hilo de luz que nos seguía, vi crecer sombras a ambos lados y sentí que íbamos caminando a través de un angosto pasillo abierto entre bultos”

Page 3: Pedro Paramo

Esta vivienda es una representación de Comala, un lugar de espacios

deshabitados, oscuros, en apariencia desocupados pero solamente en

apariencia.

Nuevos aires son esperados con júbilo, un cambio, un hálito de luz aún

sabiendo que no queda nada por hacer, que se arrasó con todo en una lucha

entre hermanos que jamás tuvo sentido

Si relacionamos esta imagen con la Revolución podemos establecer ciertos

vínculos: este proceso lejos de ser una contienda de enemigos e ideales claros,

fue confusa, fue un camino oscuro donde la luz existente, de los sueños,

planes de futuro era demasiado débil en comparación a las ambiciones y los

intereses que se mezclaban en la lucha, quienes participaron se adaptaron a

esta realidad, y en esas sombras supieron reconocer bultos que se

atravesaban, no personas, hermanos, sino simples sombras que era necesario

exterminar para llegar al final esperado.

En ese camino se escuchan llantos, gritos, confesiones, primero tenues, luego

claros, pero se volvieron parte de su vida, dialogaron con ellos, entraron en

contacto con una muerte constante y muchos dejaron de estar vivos sin

saberlo.

En relación a Juan Preciado, cuando logra adaptarse a esta realidad de

interconexiones entre dos mundos, el de los vivos y los espíritus; a esta

oscuridad de penas, lamentos y sujetos que no se saben muertos, en donde

sólo una luz de esperanza se puede vislumbrar, puede dialogar con los

habitantes, conocerlos y tejer por medio de los relatos de estos bultos, estas

sombras que se mueven libremente en los espacios que les pertenecen, que

les son permitidos, una historia completa, compleja que no tiene un final feliz.

Elementos rescatados de análisis a obras sobre la Revolución Mexicana se ven

reflejados aquí:

En Pedro Páramo encontramos el caudillismo, la apropiación de tierras ajenas

en mano de poderosos, la libre violación de las leyes humanas y divinas

perdonadas por temor al poder, a las armas y al dinero.

Page 4: Pedro Paramo

Las mujeres como objetos de sujetos poderosos que lejos de respetarlas y

apreciarlas las utilizaban para satisfacer necesidades egoístas o procrear,

incapaces de opinar, de defenderse de los abusos.

Susana, si bien es querida por Pedro, no puede decidir libremente, se sabe

objeto de pago a una deuda familiar, asume este rol como propio a su

condición, pero pese al amor que le profesa Páramo no otorga la posibilidad de

elegir sin imponer una responsabilidad al hacerlo.

Elementos dispersos, interrelacionados entre sí, generalmente manifestados en

acciones y comentarios elaboran un mapa regional propio, un relato de la

mexicanidad de los tiempos de revolución.

Con esta obra el lector realiza, de la mano de este joven visitante, un recorrido

por una realidad enfocada por el autor con ingenio, sutileza y gran poder

imaginativo.

Es posible apreciar Pedro Páramo sin conocer el contexto social, político,

económico y religioso que lo inspira, pues no deja de ser una obra maestra

desde lo puramente estético, la estructura, los juegos del lenguaje y el

contenido narrativo, sin embargo habiendo asumido una mirada consciente del

proceso atravesado por este país latinoamericano no sólo mediante la revisión

de documentos históricos sino literarios, realizando múltiples intertextualidades,

esta novela queda elevada a un nivel superior, pues resulta ser un claro

ejemplo de la posibilidad del artista de volver a la literatura el lienzo sobre el

cual se esboza y graba una historia, una cultura, una nación que podrá ser

interpretada de múltiples maneras, que no obliga a un modo correcto de leerla

pero genera la necesidad de un compromiso, una apreciación especial, de un

trabajo de reconstrucción y un profundo replanteamiento de valores.

Zucarelli, Romina Abigail