8
¡PELIGRO, PARARRAYOS RADIACTIVO! Un año después del comienzo de las investigaciones de la Plataforma Málaga Amianto Cero y el sindicato de Enseñanza de Málaga (CGT) sobre amianto visible instalado en la escuela comienza a dar fruto el trabajo realizado. No nos referimos cuando hablamos de resultados positivos a ningún logro en cuanto a la retirada de amianto visible en ningún lugar. No se ha quitado ni un centímetro cuadrado de amianto como consecuencia directa de nuestro trabajo. Ni por ese trabajo se va a eliminar absolutamente ningún amianto. Lo hemos dicho otras veces, sólo en la comunidad educativa, especialmente en las familias, está el poder de hacer que la administración deje de proferir excusas inadmisibles y libere presupuesto suficiente para retirar el amianto instalado de aquí a 2028, empezando de inmediato por los lugares donde hay amianto claramente deteriorado. Buscando en los archivos del Sindicato de Enseñanza, casualmente, han aparecido unos documentos de un valor incalculable para el caso que nos asiste. Nos referimos a la lucha que CNT, luego CGT (CNT), ahora sólo CGT contra los pararrayos radiactivos que remataban los tejados de infinidad de edificios privados y públicos, entre ellos muchos colegios e institutos. Las similitudes de esta lucha con la actual del amianto son evidentes. UNA MIRADA A LA HISTORIA DE LA LUCHA POR LA SALUD EN LA ESCUELA QUE ALUMBRA LA BATALLA CONTRA EL AMIANTO Publicación del Sindicato de Enseñanza de Málaga. Abril 2016

¡PELIGRO, PARARRAYOS RADIACTIVO! Aulalibre ABRIL 2016

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Allow download. Unlock the Premium Plan to enable download without sign-in from embeds.

Citation preview

AULALIBRE

¡PELIGRO, PARARRAYOS

RADIACTIVO!Un año después del comienzo de las investigaciones

de la Plataforma Málaga Amianto Cero y el sindicato de

Enseñanza de Málaga (CGT) sobre amianto visible instalado

en la escuela comienza a dar fruto el trabajo realizado. No nos

referimos cuando hablamos de resultados positivos a ningún

logro en cuanto a la retirada de amianto visible en ningún

lugar.

No se ha quitado ni un centímetro cuadrado de

amianto como consecuencia directa de nuestro trabajo. Ni

por ese trabajo se va a eliminar absolutamente ningún

amianto. Lo hemos dicho otras veces, sólo en la comunidad

educativa, especialmente en las familias, está el poder de

hacer que la administración deje de proferir excusas

inadmisibles y libere presupuesto suficiente para retirar el

amianto instalado de aquí a 2028, empezando de inmediato

por los lugares donde hay amianto claramente deteriorado.

Buscando en los archivos del Sindicato de Enseñanza,

casualmente, han aparecido unos documentos de un valor

incalculable para el caso que nos asiste. Nos referimos a la

lucha que CNT, luego CGT (CNT), ahora sólo CGT contra los

pararrayos radiactivos que remataban los tejados de infinidad

de edificios privados y públicos, entre ellos muchos colegios e

institutos. Las similitudes de esta lucha con la actual del

amianto son evidentes.

UNA MIRADA A LA HISTORIA DE LA

LUCHA POR LA SALUD EN LA

ESCUELA QUE ALUMBRA LA

BATALLA CONTRA EL AMIANTO

Publicación del Sindicato de Enseñanza de Málaga. Abril 2016

La instalación de pararrayos radiactivos en el estado español

Durante los años sesenta y setenta se instalaron gran cantidad de pararrayos radiactivos entodo el territorio del estado.Años atrás, en los años veinte, se había lanzado una ferozcampaña publicitaria para sustituir los simples y baratos pararrayos tradicionales por lossofisticados y caros de naturaleza radiactiva.

El material radiactivo más empleado eran finas

planchas de americio 241 que se colocaban en la

cabeza del aparato. Pronto los estudios demostraron

que no eran más eficientes, sino más caros y

potencialmente peligrosos. Destacamos entre estos

estudios el realizado por la Nuclear Regulatory

Comission (EEUU) que concluye:“la contaminación

debida al uso de pararrayos radiactivos es un riesgo

para el público.Aunque se puede considerar un riesgo

limitado, ha de constar que de ningún modo es

inexistente”.

A pesar de esta y otras publicaciones

internacionales en España “se llegó a exigir en las

normas de Industria que los organismos públicos

dotaran a sus edificios de tan modernos artilugios.

De ahí que los colegios adoptaran el

cacharro.”(El País, 6 de septiembre de 1993).Alguien

tendría buena mano en el Ministerio.

Con el Amianto ha pasado algo muy similar.

Aunque aquí sí que tenemos identificados a los

responsables empresariales de tan notable “logro

comercial”.

Desde los años treinta del siglo XX se

comienzan a conocer las consecuencias mortíferas del

uso de amianto. No obstante, la fuerza de las

empresas comercializadoras hace que este barato,

resistente y mortal material se siguiera usando

masivamente. En España la empresa encargada de

producir los diferentes productos que contienen

amianto, entre ellos el fibrocemento, se llama Uralita y

es propiedad de la familia March, el imperio

todopoderoso de uno de los personajes predilectos

del régimen franquista: Juan March.

Con el incremento vertiginoso de población

que supuso el babyboom de los años sesenta-setenta

las ciudades se ven desbordadas de población y el

régimen franquista acomete el Plan Urgente para

Andalucía (PUA) que supone la construcción de un

número importante de megacentros escolares en las

zonas de mayor crecimiento de población: los barrios

populares de grandes ciudades como Málaga. En esos

edificios se utiliza amianto masivamente, dado su bajo

coste.Todo un éxito para la educación asistencial

franquista y para Uralita, que literalmente se forra con

estas construcciones.

Con el cambio de régimen, la llegada y

consolidación del nuevo régimen de la transición no

supone un cambio de materiales de construcción y la

venta de amianto, que cuenta con infinidad de

evidencias científicas que demuestran su toxicidad

sigue engordando las cuentas de Uralita.

Cambios normativos y movilización.

Desde el comienzo de los años ochenta

infinidad de colectivos como la Asociación de

Ecologistas para la Defensa de la Naturaleza

(AEDENAT) o la CNT hicieron una campaña

importante de concienciación sobre los riesgos de la

radiactividad hasta lograr que se generalizase el

rechazo a los pararrayos radiactivos.Tal fue la presión

que se realizó sobre el gobierno que, en 1986, se

hubo de cambiar la Ley, prohibiendo el uso de estos

pararrayos a la vez que se decretaba su retirada a

cargo de las arcas públicas (Decreto 1428/1986 de 13

de junio).

La Empresa Nacional de Residuos Radiactivos

(ENRESA) sería la encargada de asumir las tareas de

desinstalación de los artefactos nocivos. En 1987 se

fija un plazo de un año para la retirada. Como es

habitual no se cumple, la administración es muy hábil

en desobedecer sus propias normas, algo que no

tolera a nadie más que a sí misma.Así nos iremos

hasta 1993, fecha de inicio real de la retirada segura

de los pararrayos.

Pero no en todas partes tendrán que esperar

tanto tiempo para ver cómo se retiran los aparatos.

En Motril, donde concurren varias circunstancias

favorecedoras de la movilización: El APA (ahora

AMPA) del colegio Francisco Mejías está muy

concienciada y activa, el pararrayos se instaló en 1979

y estaba muy deteriorado, la normativa estatal y la

implantación en la localidad del Sindicato de

Enseñanza de la CNT hacen que se logre retirar el

pararrayos relativamente pronto.

El 9 de noviembre de 1987 el APA del CP

Francisco de Mejías se dirige a ENRESA para

comunicarle a la empresa que el estado de su

pararrayos es muy deficiente y que, visto que “el

ritmo de los desmantelamientos nos parece cuanto

menos lento” al haberse retirado 12 de entre las

60.000 solicitudes habidas en toda España durante un

año, no van a permitir más dilaciones, buenas palabras

vacías o evasivas.

La misiva, firmada por Christian Giordano,

pone en conocimiento de ENRESA la disposición que

tienen en el colegio de no dar un paso atrás hasta que

no se acometa la retirada del aparato radiactivo.Así

se comunica que “hemos venido desarrollando

distintas gestiones y medidas de presión de carácter

local, provincial, regional y nacional, con objeto de que

nos sea desmantelado con urgencia el pararrayos

radiactivo” para continuar con rotundidad afirmando

que “en todo este proceso que venimos sufriendo no

hemos recibido una sola respuesta oficial por escrito

(…) –ante ello- nuestra Asociación, con el apoyo

unánime del Consejo Escolar del Centro y del

colectivo de profesores, ha decidido exigir aVds, a

ENRESA (…) que desplacen un técnico cualificado a

nuestro Centro para revisar en profundidad el estado

de la instalación”, además se da un plazo más que

razonable para que se produzca la visita del técnico

(15 días) después del cual endurecerán las

movilizaciones y se insta a la retirada del pararrayos

“en todo caso antes de julio de 1988”.

Finalmente, fruto de la movilización de toda la

comunidad educativa, el pararrayos se pudo retirar.

En el caso del amianto la normativa es clara en

cuanto a la prohibición de la instalación de nuevos

materiales con amianto y aunque en España todavía

no se haya legislado en este sentido, la UE ha fijado en

2028 la fecha límite para una Europa sin amianto

instalado.Aunque no exista una fecha concreta para la

retirada del amianto en el estado español, la

normativa sí es clara en cuanto a la obligación de

cambio de los materiales con amianto cuando haya

finalizado su vida útil, en el caso del fibrocemento, es

decir, de las placas de Uralita o los bajantes y tuberías,

la vida útil podemos fijarla en torno a los 40 años

(Amianto en la Escuela, página…) por lo que al menos

todos los colegios e institutos que tengan instalado

fibrocemento desde los años 70 tienen que quitarlo lo

antes posible.

Al igual que ocurría con los pararrayos, la

retirada del amianto es muy delicada, por lo que ha de

realizarse de manera controlada por personal

especializado y en periodo vacacional, limpiando muy

bien la zona una

vez retirado el

material

cancerígeno.

Como fuere, sólo

hay una posibilidad

real de que la

administración

educativa retire la

uralita de la

escuela pública:

con la movilización

de la comunidad

educativa liderada

por las familias y

contando con el

apoyo del claustro

y el equipo

directivo de los

centros. Ni el

Sindicato de Enseñanza, ni la plataforma Málaga

Amianto Cero, ni ningún periodista estrella va a

solucionar el problema colectivo que hay al menos en

26 centros públicos de Málaga (24 recogidos en

Amianto en la Escuela, más uno de Ronda y otro de

Campanillas de los que hemos tenido recientemente

conocimiento. Habrá más con toda seguridad), sólo las

personas implicadas en esta problemática, es decir, las

madres y padres que tienen a sus hijas e hijos en cada

colegio afectado y las personas que trabajan en ese

colegio concreto, actuando conjuntamente y con su

acción decidida harán la fuerza necesaria para que la

administración se avenga a razones.

En 1989 el problema

seguía estando plantado en

los tejados de los centros

educativos. El hecho de

adjudicarle a ENRESA toda la

responsabilidad hizo que

otras administraciones se

dedicaran a una de sus tareas

favoritas, nadar y guardar la

ropa.Así la Junta de

Andalucía comunica a CNT,

tras petición de ésta, la lista

de Institutos de Enseñanzas

Medias que tienen instalados

pararrayos radiactivos el 10

de febrero de 1989 como

mero trámite de

cumplimiento del Real

Decreto 1428/1986 de 13 de junio.

Antes de eso, mirar para otro lado.Tal es la

dejación de funciones que hacen las administraciones

que CNT denuncia el 30 de noviembre de 1987 la

instalación en la provincia de Almería de dos

pararrayos radiactivos después de la prohibición en el

Colegio Público Federico García Lorca de Cabañuelas

Altas (Vicar) y en el Instituto de FP de Roquetas de

Mar.

En la misma nota de prensa CNT precisa que

“ha informado de todo ello a la Administración, sin que

hasta el momento se haya recibido una respuesta”,

añadiendo “CNT piensa que ya es hora de que los

organismos públicos tomen las medidas oportunas

para garantizar, al menos antes de que se consiga el

desmantelamiento total, una revisión inmediata que

verifique los niveles de radiactividad existentes, ya

que el problema afecta aproximadamente a 500

trabajadores de le enseñanza y a unos 10.000

alumnos”.

La indignación de CNT se debe al silencio

recibido tras la comunicación efectuada en ante la

Delegación Provincial de Educación y Ciencia en

Almería con fecha 20 de noviembre de ese mismo

1987. En el punto tercero de esta comunicación

Miguel Sánchez Chica, secretario provincial de CNT

refleja el sentir de la organización anarcosindicalista

“no queremos ser alarmistas, pero creemos que es

muy poco lo que hasta ahora ha hecho la

Administración para conseguir que se retiren estos

pararrayos radiactivos. Enviamos un dosier completo

de lo que se ha publicado hasta ahora”.

En Málaga es el Sindicato de Sanidad de la

CGT (CNT) el que

en mayo de 1989

organiza a toda la

Federación

Provincial para

hacer la campaña

pro-retirada de los

pararrayos con

americio 241 bajo el lema:“En su bloque, en el

colegio de su hijo, en la mayoría de centros oficiales,

en los comercios que usted visita…hay un pararrayos

radiactivo”.

En Jerez de la Frontera, ante la misma

inacción de las instituciones públicas, el Sindicato de

Enseñanza del mismo sindicato comunica que “está

El papel de las

administraciones públicas.

al igual que lo ocurrido con lospararrayos, el amianto tiene unclaro componente de clase: los

beneficios incalculables para loscapitalistas, las enfermedades,también innumerables, para las

clases populares

Si los centros que llevan la lucha de forma

aislada consiguen federarse entre sí constituyendo

alguna plataforma intercentros y trabajan

solidariamente, las posibilidades de éxito son mucho

mayores.

Que tengamos conciencia de lo que podemos

denominar en cierto modo nuestra “poca importancia”

no quiere decir que las personas que formamos CGT y

la Plataforma Málaga Amianto Cero no estemos

dispuestas a ayudar en todo lo que sea posible, esos

colegios en lucha tienen todo nuestro apoyo.

elaborando un mapa radiactivo del municipio de Jerez” además de

criticar duramente las palabras del Director General de ENRESA

quien había restado públicamente importancia al asunto asegurando

que eran “inofensivos”, a lo que José Luis Oliva contesta con una

contundencia no falta de ironía:“¿Cómo se explica que ningún

municipio acepte su almacenaje? ¿Por qué no se los lleva él a su casa

o los mete en el Ministerio? ¿Qué necesidad tenemos de recibir

continuamente radiaciones por muy pequeñas que sean estas?”.

A día de hoy, volviendo al amianto, nos encontramos con un

panorama todavía más desalentador. La desmovilización entre

profesorado y familias y alumnado alcanza cotas prácticamente

insuperables. El poder, representado en este caso por la

Administración educativa, alcanzó cotas de control orwelianas y le

basta con pequeñas presiones, simples y falaces declaraciones del tipo

“no hay dinero” y, sobre todo, la ocultación vergonzante de

información a las personas afectadas.

La cuestión de la desinformación no es menor. Recordamos que la

Junta de Andalucía promulgó la Ley 1/2014, de 24 de junio, de

Transparencia Pública de Andalucía donde se hacen grandilocuentes

manifestaciones en pro de la necesidad de que toda la población

conozca la documentación que emana de las distintas

administraciones públicas andaluzas, entre otras instancias.

La Junta de Andalucía hace otra extraordinaria proeza:

Enresa ha retirado más de 22.000cabezales radiactivos de

pararrayos, la mayoría de elloscon Americio 241

incumple las normas que su Parlamento

elabora. Un caso singular de

desobediencia civil, una objeción de la

norma escandalosa. Esta ley es, como

tantas otras, un esperpéntico brindis al

sol.

EL ESTADO ESTADO, EN ESTE CASO LAJUNTA DE ANDALUCÍA, DEBE SUFRAGARLA RETIRADA DEL AMIANTO INSTALADO

Y EMPRENDER ACCIONES LEGALESCONTRA LAS PERSONAS QUE SE HAN

ENRIQECIDO A COSTA DE NUESTRASALUD, COMO ES EL CASO DE LA

FAMILIAR MARCH.

Tras mucho pelear, con más de un lustro de retraso, se comienza la

retirada de pararrayos radiactivos. El proceso que comenzó en 1987 no

concluye hasta entrado los años 90 y es la presión de las familias y los

claustros de profesorado (más de las primeras que de los segundos) la que

hace efectiva la eliminación de los aparatos.

¿Quién fue capaz de eliminar el problema antes? Lógicamente los

centros que contaban con una mejor organización y unas AMPAS más

concienciadas del problema. El caso del Motril, con la retirada del

pararrayos durante el curso

1987/1988 es paradigmático.

Aquí se conjugan todos los

elementos imprescindibles para

tener éxito en un proceso de

lucha.

Con esto que acabamos

de relatar llegamos al objeto de

este trabajo, que no es otro que

buscar ejemplos en nuestro

pasado reciente que nos

orienten en el momento

presente. Dejando de lado el

componente negativo que tienen

la célebre sentencia “el pueblo

que no conoce su historia está

condenado a repetirla” decimos

que es necesario que “el pueblo

conozca su historia, para

repetirla”, así cabe preguntarse

qué nos enseñó la Historia, qué

sirve y qué no sirve para

solucionar un problema de salud

pública como este al que nos

enfrentamos. Intentemos dar

respuesta a esta cuestión.

En primer lugar es

fundamental tomar conciencia

del problema. En el caso del

amianto instalado es

fundamental tener claro que el

problema tiene dos caras: cara A,

el amianto instalado en los

centros educativos que

constituye un peligro real para la

salud pública; y cara B: la

administración educativa que no

va a dejar de trabar las acciones

que se emprendan por todos los

medios.

Merece la pena detenerse

unos instantes en esta forma

obscena en la que está

interviniendo la delegada de

educación en Málaga Dª. Patricia

Alba junto con su jefe de

planificación D. Marcelo Gaitán

LA SOLUCIÓN DEL PROBLEMA

LA DELEGACIÓN DE EDUCACIÓN EN MÁLAGASIGUE NEGANDO QUE EXISTAN EVIDENCIAS

CIENTÍFICAS EN CONTRA DEL AMIANTO

¿Cuál es el motivo de esta resistencia a que este problema salga a la luz

pública? Sencillamente la responsabilidad política que estas

personas y el partido que los sustenta, el PSOE, tienen en esta cuestión. El

régimen que el PSOE andaluz ha instaurado en la Junta de Andalucía es el

responsable directo de que en esta tierra nuestra tengamos una penosa

red de centros educativos, muchos de ellos de época franquista,

construidos en gran número con uso masivo de amianto y otros

materiales de dudosa calidad.

El régimen del PSOE ha tirado a la basura cientos de millones de

euros –queremos dejar claro que con la expresión “tirar a la basura” nos

referimos a los bolsillos de insignes socialistas que legal o ilegalmente se

han forrado y que son, en efecto, un deshecho humano-, millones de euros

que debían haberse usado para dotar a la comunidad de, por ejemplo, una

red de centros públicos decente, sin amianto, sin goteras, sin fallos

estructurales, sin calor o frío terrible según la estación del año…

Cuando las personas afectadas toman conciencia del problema

que tienen llega el segundo momento de trascendencia en el proceso de

solución. Nos referimos a la organización de estas personas para presionar

y obligar que la administración educativa cumpla con su cometido y

elimine el peligro que supone el amianto.

Sería ideal que el Consejo Escolar su pusiese a la cabeza de las

reivindicaciones y promoviera la lucha. Pero actualmente las direcciones

de los centros educativos son, como dicen muchas directoras y directores

“parte de la administración” y no dudan en alinearse con el poder y en

contra de las familias y los claustros –y contra su propia salud, temen más

a la Junta que a un cáncer-. Es muy posible que ejerzan un férreo control

sobre los Consejos Escolares para impedir que este órgano colegiado

encabece la lucha.

En los centros donde el AMPA funciona de manera independiente

la asociación de madres y padres es el medio más eficaz para organizar la

lucha. Si el AMPA no entiende la necesidad de retirar el amianto del

colegio tendrán que ser las madres las que se autorganicen para acabar

con el material cancerígeno.

En el caso que nos atañe son muchos los centros afectados y es

posible que sólo pequeños grupos –organizados en torno al AMPA o por

su cuenta- se movilicen dentro de cada centro. La unión de estas

personas en una federación o plataforma contra el amianto en la escuela

sería de mucha utilidad.

Organizado el núcleo inicial de personas concienciadas dentro de

cada escuela y unidos estos grupos entre sí, hay que llevar a cabo una

labor pedagógica que amplíe progresivamente el número de personas que

luchen contra el amianto.

Las posibilidades de difusión de información que brindan las redes

sociales e Internet compensarán la falta de atención que inicialmente se

tendrá de los medios de comunicación tradicionales, muy conservadores e

influenciados por el poder.

No obstante la afirmación anterior, conforme la cuestión del

amianto sea incontenible y desborde la capacidad de control de la Junta

de Andalucía –hecho que ocurrirá-, los medios de comunicación

recogerán la información relacionada con las movilizaciones y acciones

que realicen las familias para visibilizar el problema.

Una adecuada

organización de la lucha requerirá

tomar decisiones colectivas en

las que intervengan el mayor

número posible de personas. Sin

duda las asambleas abiertas a la

participación de toda la

comunidad educativa son el

medio adecuado a esta toma de

decisiones. La asamblea decide

las acciones a realizar y las

impulsa del modo que crea más

conveniente.

Después habrá que

obligar a la Junta a que firme un

compromiso donde fije

claramente que el amianto se va

a retirar y el plazo en el que se

efectuará la retirada.

El proceso de retirada del

amianto es sumamente peligroso.

La comunidad educativa debe

estar al tanto de todos los

detalles de la obra y exigir que se

cumplan por completo las

medidas de seguridad

contempladas en la legislación

vigente.

En conclusión, y como

hemos subrayado infinidad de

veces, son las personas afectadas

las que tienen que llevar adelante

la lucha, contando para ello, si lo

desean, con nuestra ayuda.

Nuestro papel finaliza, si

no se nos demanda otra cosa, en

la denuncia por todos los medios

posibles del problema existente y

del patético papel que está

realizando la administración en la

cuestión del amianto. En este,

como en todos los asuntos de la

vida en sociedad, la neutralidad

no es posible. Cualquier acción

tiene unas consecuencias positiva

–favorables a la retirada del

amianto- o negativas

–desfavorables a esta retirada-

así que cada cual elija el lugar

donde quiere estar y actúe en

consecuencia.

11 PA S O S p ro p u e sto s a d e l e ga c i ó n PA R A U N

D E S A M I A N TA D O S E G U R O