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Pensamientos sobre la poética de Pablo Neruda «Posiblemente de otro modo aún menos melancólico.» Al leer el poema Arte poética, de Pablo Neruda, se destaca un verso de modo casi desagradable, a saber, el verso citado en el título de este ensayo. Molesta por múltiples razones: debido al efecto dema- siado prosaico del adverbio «posiblemente», debido a la obstruyente sucesión de expresiones adverbiales y debido a la frase «aún menos melancólico», cuyo significado no parece concordar plenamente con el contexto> porque, a pesar de que el poema es muy oscuro, el lector comprende en una primera lectura que el tono predominante es de tristeza y de suave melancolía. Pero ésta no es la única «contradic- ción» del poema. La paradoja comienza en realidad ya con el título, que promete un texto discursivo y de claro entendimiento, el desarrollo de un programa inteligible, similar a las respectivas ‘<artes poéticas» que suministran Borges y Huidobro, una «Ars poetica’>, que desde Horacio pertenece a la buena tradición de los poetas. Aquí, en cambio, sólo los seis últimos versos parecen desarrollar un programa, lo que tampoco ocurre de modo discursivo, sino como consumación extáti- camente ceJebrada de una escritura poética que en estos versos mismos ofrece testimonio. Los versos restantes, en cambio, impresionan al principio como impenetrables o al menos oscuros, y en lo que al verso del título se refiere, incluso fuera de lugar, cuando no de mal gusto. ¿Intenta aquí Pablo Neruda dar forma con procedimientos poéticos al desquiciamiento que tematiza en el verso II al referirse a una «cam- pana un poco ronca»? ¿Tiene tal vez el irregular verso citado además un significado más profundo como componente del programa, cierta- mente difícil de descifrar, que esta arte poética formula? A primera vista se comprueba lo siguiente: desde el punto de vista de la estruc- tura del poema, el verso se destaca como una especie de línea divi-

Pensamientos sobre la poética de Pablo Neruda - CORE · su entrega a una realidad que se expresa a través suyo en la palabra y para la cual se ofrenda enteramente, una realidad

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Pensamientossobre la poéticade Pablo Neruda

«Posiblementede otro modoaúnmenosmelancólico.»

Al leer el poema Arte poética, de Pablo Neruda, se destacaunversode modo casi desagradable,a saber,el versocitado en el títulode esteensayo.Molestapor múltiples razones:debidoal efectodema-siadoprosaico del adverbio «posiblemente»,debido a la obstruyentesucesiónde expresionesadverbialesy debido a la frase «aún menosmelancólico»,cuyo significado no parececoncordarplenamenteconel contexto>porque,a pesarde que el poemaes muy oscuro,el lectorcomprendeen una primera lectura que el tono predominantees detristeza y de suave melancolía.Pero ésta no es la única «contradic-ción» del poema.La paradojacomienzaen realidad ya con el título,queprometeun texto discursivoy de claroentendimiento,el desarrollode un programainteligible, similar a las respectivas‘<artes poéticas»que suministranBorges y Huidobro, una «Ars poetica’>, que desdeHoraciopertenecea la buenatradición de los poetas.Aquí, en cambio,sólo los seis últimos versos parecendesarrollarun programa,lo quetampoco ocurre de modo discursivo, sino como consumaciónextáti-camenteceJebradade unaescriturapoéticaque en estosversosmismosofrece testimonio. Los versos restantes,en cambio, impresionan alprincipio como impenetrableso al menososcuros,y en lo queal versodel título se refiere, incluso fuera de lugar, cuandono de mal gusto.¿Intenta aquí Pablo Neruda dar forma con procedimientospoéticosal desquiciamientoquetematizaen el versoII al referirseauna«cam-pana un poco ronca»? ¿Tiene tal vez el irregular versocitado ademásun significadomásprofundo como componentedel programa,cierta-mentedifícil de descifrar, que esta arte poéticaformula? A primeravista se compruebalo siguiente: desdeel punto de vista de la estruc-tura del poema,el verso se destacacomo unaespeciede línea divi-

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soria; separael poemaen dos mitades desiguales,provistas con dostipos muy diferentes de enunciados.En el curso de la interpretaciónse aclararási cumple tambiénuna función activa dentro del marcoyel mensajepoetológico del texto.

ARTE Poética:

1 Entre sombray espacio>entre guarnicionesy doncellas,dotadode corazónsingular y sueñosfunestos,precipitadamentepálido, marchito en la frente,y con luto de viudo furioso por cadadía de mi vida,

5 ay> para cada aguainvisible que bebo soñolientamentey de todo sonido que acojo temblando,tengo la misma sed ausentey la misma fiebre fría,un oído que nace>una angustiaindirecta,como si llegaran ladrones o fantasmas

lO y en una cáscarade extensiónfija y profunda,comoun camarerohumillado, comounacampanaun pocoronca,como un espejoviejo, como un olor de casa solaen la que los huéspedesentran de noche perdidamenteebrios,y hay un olor de ropa tirada al suelo, y una ausenciade flores,

¡5 —posiblementede otro modo aún menos melancólico—,pero, la verdad, de pronto, el viento que azotami pecho,las nochesde sustanciainfinita caídasen mi dormitorio,el ruido de un día que arde con sacrificiome piden lo profético que hay en ini, con melancolía

20 y un golpe de objetosque¡lamansin ser respondidoshay, y un movimiento sin tregua,y un nombre confuso’.

La consideraciónde la estructurasintáctica nos permite dar unprimer paso tendientea la comprensiónde estos laberínticos versos.Los versos 1-9 constituyen una unidad sintáctica dependientede laforma conjugada«tengo>’,en la queun Yo, evidentementeel del poeta,hablasobre sí mismo o, mejor dicho, sobresuestado; sólo los últimosdos versosse aislan un poco frente a la sintaxis relativamentedesci-frable del conjunto, ya que resultaun tanto difícil ubicar «un sonidoque nace»al mismo nivel que «sedausente»y «fiebre fría», es decir,como complementodirecto de «tengo».El Yo se destacaademásporsu tendenciaa la formación de oposiciones.«Sombra»vs ‘<espacio»y«guarniciones»vs «doncellas»inician la serieal oponersombrae inte-rioridad contra espacioy doncellas, es decir, contra una perspectivaqueabre un horizonte.«Corazónsingular»y «sueñosfunestos»amplíanestaoposición: «corazón»y <‘sueños»,instrumentosde la introspeccióny de la comunicaciónemocional o imaginaria, aparecencon atributos

1 Texto según Pablo Neruda, Obras completas, 1, Buenos Aires (Losada),1957, 5. 1841.

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de la desconexión(singular) y de la frustración. El verso 3, últimomiembro de un clímax estilístico, conduceestos pares de oposicionesa su punto culminante: en disposiciónde quiasmo se conectanaquídos conceptos que implican violento movimiento y autoproyecciónhacia el futuro (precipitadamente,frente) con caracteresde la transi-toriedad y de la vida que retrocede(pálido, marchito). En cambio,enel verso 4 se moderael movimiento sintáctico: una circunstanciación,querepresentala resolución del clímax y la síntesisde susignificado,colma todo el verso. El poeta iguala aquí su estadocon la tristezadeun viudo rabiosopor cadadía de suvida. «Viudo» es,pues,la fórmulasintética de una escritura poéticabasadaen la pérdida,una pérdidaque se renuevadía a día, es decir> que es fundamentaly posiblementede orden ontológico2 PabloNeruda sabeque él, como poeta, se hallaen una situación aparte (dotado de corazón singular) y que buscalalibertad del sueño>sin encontrarlanunca de mododefinitivo (sueñosfunestos). Su modo de poetizar es una suma de audaz ascencióneinutilidad> de espontáneopatetismoy decadencia(precipitadamentepálido, marchito en la frente). Es la poesía de un hombre que viveen la tristeza, pero que transforma esta tristezaen una ira que recu-pera lo perdido en la forma de una poesíade un «viudo furioso». Esta«ganancia»no es mencionadade modo inmediato. El enunciado delos cuatro primeros versos se limita a expresarel estadodel poetaantesde la composicióndel poemay suspostulados,con figuras alta-mente desconcertantes,y da el primer pasoen la formulación de una«Ars poetica»consideradacomo autotestimoniode la creaciónpoética.Los versos 5-9 consumanel paso siguiente: el poeta reflexiona sobresu entregaa una realidad que se expresaa través suyo en la palabray para la cual se ofrendaenteramente,una realidad que lo absorbe.Esta actitud no es una actitud de mimesis.El poetano quiere relatarni reproducir con exactitud la vida. Quiere más bien comunicarsedemodo inmediato> entusiástico,como en un sueñofebril, con una rea-lidad de la que deseadisfrutar, pero que lo rechaza: «bebo,soñolien-tamente»,«acojo temblando»y «tengo la mismasedy la mismafiebrefría», sueño,temblor y fiebre son empleadosaquí como instrumentosy aparienciade unaexperienciaque excluyeun sentidoconstructivoy,con ello, una aprehensióndel mundo meramentemimética. «Aguainvisible», «sedausente»y «fiebre fría» (subrayadomío) testimonian,sin embargo,que la tensiónde esperaes inútil. Estasparadójicasimá-genesson la formulación de una extática auto-aperturadesdeel inte-

2 La figura del viudo podría derivarse,como en Tango del viudo, de la bio-grafía de Neruda,concretamentede su amor haciaJosie Bus». Existen analogíastextuales con Tango del viudo: «fiebre», «dormitorio», «espacio»> «nombre»,«substancias»y «tirar al suelo los pantalones».Es notablecómo Nerudatrans-forma estetrozo de vida en un elementode su poética.

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rior del recuerdo,una actitud de febril expectativa que transitoria-mente termina en el vacio, en el estado anterior a la creación. Elpoeta se detienehastacierto punto en el umbral, antesde la consu-macióndel poema,para dar testimoniode sí mismo y de suquehacer,suministraen cierto modo una poéticaaplicada.El lector es obligadoa seguir los razonamientosde estapoética y a proyectarsecompleta-menteen el texto si quiere comprenderlos matices de esta poética,que puedeser interpretadahasta sus últimos detalles como un auto-testimonio programático.A primera vista parecetratarse de una va-riación estilística cuando«sed>’ y «fiebre» se conectanuna vez con lapreposición«para» y otra vez con «de»,pero en realidad se trata dedos aspectosdiferentes,e incluso de fasesdiferentes de la escriturapoética. En el caso de «sed para cadaagua invisible» se trata de laextática orientaciónhacia la dimensión infinita de la palabra; el aguaes ya desdeMallarmé,y la escuelade los simbolistas,unametáforadela palabrapoética.En el casode ‘<tengo la misma sedde todo sonido»se trata, en cambio, de receptividad, de recepción de sonidos quedespiertany sustentanla sed.Receptividady tensiónse reúnenen «lamisma sed» y en «la misma fiebre», en la actitud del poeta antesdela creación,mientrasel poemaseencuentraaúnhastacierto puntoenestado de alumbramiento. Esa actitud se hace perceptible primeroen la forma de «un oído que nace»y de una «angustiaindirecta», esdecir, en forma de sonidos aún imprecisos,como un temor que notiene aún objeto, como cuandoalguien> que aún no hemosvisto, estáen la habitación.Resultaextrañoque PabloNeruda compareesapre-senciacon la de «ladrones»y «fantasmas».Pero también esto es unelemento de su poética inmanente implícita en esa imagen. «Fantas-mas» aparecerelacionadocon «invisible» y ‘<ausente»: es un indiciode que en su poesía lo inefable y lo indecible desempeñanun rolimportante.En lo que a «ladrones»se refiere, estapalabra introducela cadenade conotacioneslíricas negativasquecolmanlos versos10-14.Allí aparecen«uncamarerohumillado», «unacampanaun pocoronca»,«un espejoviejo», «un olor de casa sola», todo lo cual, al igual quelos ladronesy fantasmas>son metáforasde lo que surge en el poetaen el instantede demorarseen el umbral del poema.Son imAgenesdelpoema«in statunascendi’>,imágenesque revelan claramentecarenciade armoníay coherencia.En el momento de la «inventio» (para expre-sarlo con un término retórico), las cosasno se ofrecen al poetacar-gadasde significado, sino como un caosvaciado de sentido. Esto sepone de manifiesto no solamentea través del significado de las pa-labras empleadas,sino también por la carenciade todo orden sintác-tico: con una «y» comienza y con dos «y’> termina la serie, fuera detoda relación sintáctica. Lo que aquí se revela de nuevo como auto-testimonio de la escriturapoética podría designarsecon las propias

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palabrasdel poema: una «cáscarade extensiónfija y profunda»: es>en efecto, una fija y profunda cáscaraque está meramenteallí, undesrrealizadomaterialya convertidoen palabraque esperael instantede la creacióny entretantose reducea ser «ausenciade flores». Y asíllegamosal verso que fue nuestropunto de partida: «Posiblementedeotro modo aún menos melancólico».Con este verso se sugiere otravez el carácter transitorio e hipotético de este proyecto> su arbitra-riedad como mera materia para la poesía> pero también su distan-ciamiento de la vida misma.

El poetaquieredecir: el materialdel poema,el queaquíha presen-tado, habríapodido ser diferente, menosimpregnadode la melancolíade la vida de lo que ocurre en estecaso.Con otras palabras: el poetatiene plena concienciade la relativaarbitrariedaddel material elegido.Este material no es eterno> sino contingente, casual, podría habersido de otro modo, por ejemplo: aún menosmelancólico.La ironía deNeruda es significativa y soberana: estospensamientosdesilusionan-tes se intercalan en un verso irregular dentro de un paréntesisinco-nexo, de modo que lo afirmado aparecesubrayadootra vez por laforma misma como se brinda. Tambiénes significativo que esteversoaislado ponga punto final a la parte caótica. O, expresadode otromodo, que esteverso cierre la fase de la ‘<inventio» a modo de desilu-sionante «conclusio”. El verso vincula, sin embargo>también las dospartes del poema, tiene también una función positiva con respectoalos últimos seisversos>y no esanulado por éstos,como podríacreerse.A pesarde las oposicionesque se expresana travésdel «pero»intro-ductorio, el «depronto» y a través de toda la estructura expresivadeestos seis versos, se trata siempre de un «arte poética» de unidadcerrada,en el cual los últimos seis versosno contradicena los ante-riores. Es, en efecto, un importante componentede esta poética elhechode que el poeta seasorprendidopor la verdadsúbitamente,conlatigazosde viento y que «las nochesde sustanciainfinita» y «el ruidode un día que arde con sacrificio’> pidan lo profético que el poetallevaen si, esdecir, que la realidadpida,la redenciónpor suintermedio.Es el momentoprecisode la creación>del anhelode las cosashaciaunorden dicsino. También es significativo que esta oleada de verdad,infinita sustanciade las nochesy ruido del día sucedancon melan-colía, como un <‘golpe de objetos que llaman sin serrespondidos>’,esdecir, como un llamado inútil. El poetano logra acudiral llamado delos elementos,en vano sele megaquerecubrala verdadcon un mantoprofético. El poeta es sólo capazde expresarun movimiento intran-quilo, el de la acometida de las cosas; es capazde ofrecer sólo <‘unnombre confuso»>el nombrede un poemaque permaneceen la oscu-ridad y la vaguedadde la alusión. Palabrascomo «sustanciainfinita»,«sacrificio» y «lo profético» engañanal despertarel recuerdode una

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poéticatradicional segúnla cual la escriturapoéticaesun sacerdocioprofético, al igual que el «furioso» del verso 4, el temblor febril delverso 7 y el «ebrio» del verso 13, términos todos que podrían recordarla noción de embriaguezsagraday furor divino dentro de la poéticaplatónica. PabloNerudaes un poeta«perdidamenteebrio», una «cam-panaun poco ronca”, un autor quesabeque supoesíano tiene accesoal ámbito de la última necesidady que la superaciónde lo contingentele está vedado; un poeta que sabeque su residenciaentre las cosaspermanecea ras de tierra y que su vuelo, por más alto que sea>noes más que un vuelo imaginario y soñado (Arte de pájaros) -

No puedehacersecargodel «golpede los objetos»ni de sudemandade redención,no es capazde plasmarun poemadefinitivo y necesario;escribe sólo un poema que habría podido salirle «posiblementedeotro modo aún menosmelancólico»,es decir, que conservaun ciertogradode arbitrariedad.

Estapreocupaciónubicaa Nerudaen la tradición de los modernos,lo relaciona sobre todo con Mallarmé, el de la poesíapura, el quequería alcanzar la palabra necesariay tuvo que convencersede queen última instancia no era posible eliminar completamenteel azary la arbitrariedad,y que,para pesar de los poetas,siempre quedaba«una ceniza un poco invisible» (Eventail de Mtm’ Mallarmé), y quepor más perfecto que fuera, un golpe de dados no eliminaba el azar(Un coup de dés jamais n’abolira le hasarcl). PabloNeruda no buscala palabra como algo inmaterial, la busca para la redención de unmundo de objetos que han perdido coherencia~, busca la dimensiónsagradade la poesía,y la encuentraparadójicamente>aunqueen formadegradada,en la expresión idiomática de una dimensión mágica delas cosas,en el torbellino de Residenciaen la tierra.

LEO POLLMANNLfniversitát RegensburgInstitut fiir Romanistik

(Alemania Federal)

Es significativo en este sentido que se puedandescubrir vestigios de lavida en el poema (compáresecon nota 2); en cambio, una interpretaciónente-ramentebasadaen el nivel biográfico no tendría validez> ya que la intenciónpoetológicaes la decisiva,segúnel título, que el propio autorcoloca, lo indica.

Diversos rostros de la muerteen César Valle¡o

«La Muerte de rodillas manasu sangreblanca que no es sangre...

que no hay nadie en mi tumbay que me han confundido con mi llanto.»

CÉSAR VALLEJO

En ViernesSanto> el 15 de abril de 1938, murió hacecuarentaañosCésarVallejo. Ante esa efeméridesque nos trae al recuerdovivo lainsignia de la muerte que caracterizóla vida de Vallejo —«en suma,no poseo para expresarmi vida sino mi muerte»—queremoshacerde ella el leit-motiv de nuestrotributo. «Roto el sortilegio de la muerterecién llegada»,a cuarentaaños de trabajos diversos sobre Vallejo yla persistenciade aquéllacomo tema sobreel que giraba el zumo desu quehacer poético, pretendemosdeslindar las diversas acepcionesde esapolisemia,que era más allá de la palabramisma, el ente funda-mental de unapoética quebasándoseen ella hizo del estremecimientoy del lengua]e tantasveces inarticulado una nueva, original y tal vezno superadaexpresión.

Es desdesu infancia tema de un angustiosoy misterioso senti-miento:

Ya en «Absoluta»nos dice:

Mas, ¿nopuedes,Señor,contrala muerte,contrael limite> contralo queacaba?jAy!, la hagaencolor deropaantiguaicómo seentreabrey huelea miel quemada..-

Hasta entoncesse le aparececomo el «límite»> como «sombraenel alma»,como «miel quemada».Sólo despuéstendrá una respuesta:

«¡La tumbaestodavía¡ un sexo demujer que atraeal hombre...I»Pero

* Los textos poéticos fueron tomados de CÉSAR VAILmO, PoesíasCompletas(1918-1938), recopilación y prólogo de CésarMiró, Buenos Aires, Editorial Lo-sada, 1949, y revisadosen CÉsc VÁLLESo, Obra poética compieta, edición confacsímiles,Lima, FranciscoMoncloa editores, 1968.

298 AugustoTamayo Vargas

aún van dominando horizontes del poeta en imágenes.La desazóninterior, el constantegolpear de la existencia son: <‘los heraldos ne-gros que nos mandala muerte...»>los álamosestaránensangrentados;y en el saucedescubreya aquello de que <‘mientrasmis añosse vayancurvando, ¡ curvará guadañasmi ruta veloz»; y hay <‘fríos óleos deluna muriente» y «violentas flores negras»que anticipan ‘<la bárbaray enorme pedraday el trecho glacial»... La tierra ‘<tiene bordes deféretro en la sombra»; y un <‘indio dondonea¡ como un viejo esqui-lón de camposanto»;y las tardesque muchasveces se le asemejanmuertas, tienen penumbrasdonde «llora un trágico azul de idiliosmuertos».Va dominandoel escenariosentimental de Vallejo y retomael connubio modernistade sexo y religión a travésdel sentimientodesufrimientoy muerte:

En estanoche raraque tanto me has mirado,la muerteha estadoalegrey ha cantadoen su hueso...

En algún otro poemaestánunidos esostres elementos:amor, re-ligión y muerte: «Por eso ¡oh negro cáliz! aun cuandoya te fuiste ¡me ahogocon el polvo; ¡ y piafanen mis carnesmás ganasde beber...»

La obsesivapresenciade la muerte,que es «lúgubre tambor» queconstantementeestáresonandoen <‘las sienes»,lo lleva desdeenton-ces—a pesar de su aplastantegolpe— a deseara veces que «un granbeso amortaje a la vida».

Pensaríamosquesi la muerteestáunida al amor, seva sustancian-do con la vida, con la creación; mas a ello llegará después.En tanto,es siempreel final onmipresente,casi confusión de Dios, la eternidadcomo un trágico e inevitable fin de todas las cosas:

Hoy queen mis brujos ojos hancandelascomoen un condenado>Dios mío, prenderástodastus velas>y jugaremosconel viejo dado...Tal vez ¡oh jugador! al dar la suertedeluniverso todo,surgirán~asojerasde la Muertecomodos asesfúnebresde lodo.

Es la noche con su misterio y su angustia,«sorda, oscura», y laTierra —como expresióno síntesisdel universo para el hombre—esun ‘<dado roído y ya redondo’>que ‘<no puedoparar sino en un hueco,¡ en el huecode inmensasepultura»

La muertees en Los heraldos negros fundamentalmenteun golpearde la existencia,una visión de <‘cementerio»,untado en «alegre añonuevo» y un límite dondese inicia el Misterio y lo sintetiza: «Queéles la joroba / musical y triste que a distanciadenuncia / el pasomerí-

Diversos rostros de la muerte en César Vallejo 299

diandode las lindesa las Lindes...” Pero aúnen Trilce continúa siendouna transición, un paso,un ir hacia... «Pero una mañana ¡ sin ma-ñana¡ entre los aros de que enviudemos,margende espejohabrá ¡dondetraspasarémi propia frente ¡ hastaperderel eco ¡ y quedarconel frente hacia la espalda.»Y la separaciónque significa se patentizaen muchosde los poemas:

AlmohadaY sólo cuandohayamosmuerto quién sabe!

Ob no. ¡Quiénsabe!,entoncesnoshabremosseparado.Mas,si> al cambiarel paso,me tocasea míla desconocidabandera,te he de esperarallá,enla confluenciadel sopíoy el hueso,como antaño,como antañoen la esquinade los novios

ponientesdela tierra...

O en este otro:

¡Estásde frentemi amornieta Paloma!De rodillas, ¡ni terrory de cabezaini angustia,madrealmamía!Hastaqueun díasin dos,

esposaTumbami último hierro déel sonde unavíboraqueduerme,padrecuerpomío...!

Como una consecuenciade lo anterior> ]a Muerte llega. La tene-mos esplendorosa,radiante en ‘<Imagenespañolade la muerte»: ‘<Ahípasa la muerte por Irún: ¡ sus pasosde acordeón,su palabrota,¡ sumetro del tejido que te dije> ¡ su gramo de aquel peso que he ca-llado...» ‘<Va buscándome,¡ con su cognac,su pómulo moral, ¡ suspasos de acordeón,su palabrota...>’ «De su imán para abajo, ¡ay demi tumba!»

En toda Españaaporta de mí estecáliz> la muertees la granintrusaque llega destruyendo,aniquilando,volviendo escombrosla obra delhombre. Contraella hay que lucharentonces.Está ella al frente. Llegade fuera. No está dentro de uno, ni «amortajael amor» con un beso.Y así como llega en esepoemario de les últimos años del poeta, tam-bién lleva; y esa conciencia de su recolección produce la sensacióndel vacío, de la ausencia,que sentimosdesdelos más antiguospoemasde Vallejo:

300 AugustoTamayo Vargas

¡Hermano,hoy estoy en el poyo de la casa,dondenos hacesuna falta sin fondo- - -!

Y el poetaasediadopor el recuerdode aquelhermanoniño muertodira:

Miguel tú te escondisteunanochedeagosto,al alborear;peroen vez deocultarteriendo, estabastriste.Y tu gemelocorazónde esastardesextintassehaaburrido de no encontrarte,Y yacaesombraenel alma..-

Y la muerteva cobrando los delineamientosde la soledad.<‘Ya latarde pasó diez y seis veces por el subsueloempagrullado,¡ y se estácasi ausente¡ en e] número de madera amarilla ¡ de la cama queestádesocupadatanto tiempo ¡ allá... ¡ enfrente.»Es el mismo poemaen que expresó: “Samain diría el aire es quieto y de una contenidatristeza...’> «Vallejo dice hoy la Muerte está soldando cada lindero acadahebrade cabelloperdido...>’

En el recuerdo donde se pone a caminar surge en su soledad lavisión de <‘la cuja de los novios difuntos ¡ fue sacada,o tal vez quéhabrá pasado».Los padres están muertos, ella «ya no está’> y sóloquedan<‘dos puertasque al viento van y vienen ¡

sombra a sombra,,

Ante su soledadquecobra caracteresdramáticos—«oh sin madre,sin amada,sin porfía ¡ de aguaitar al fondo a puro ¡ pulso»— a lahoradel «yantar’>, en «el facundoofertorio de los choclos»,cuando«elsírvete materno no sale de la tumba’>, Vallejo irá desesperadohastasu casade Santiago de Chuco: ‘<Esta noche desciendodel caballo, ¡ante la puertade la casa,donde ¡ me despedícon el cantar del gallo.»Y estarácerrada para siempre, sin que nadie le responda...<‘Todosestándurmiendo para siempre.» Y en particular aquella «tahonaes-tuosa de aquellos mis biscochos ¡ pura yema infantil innumerable,madre...>’.Lá que él extraña en la celda, la «amorosallavera de innu-merablesllaves», la que sienteen sueñosde vigilia como aquellaparedlarga que lo lleva por «bromuradosdeclives>’ de la mano.Pero al finalde todo es él el qué se va quedando...y las «marías’> se alejan de susepulcroflorecido. Aun, sin embargo,aquéllaes «la muerta inmortal»hastala cual habráde ¡legar un día parahallar su «arco de asombro».Y allá, en París, soñará: «La mujer de mi padreal oírme> almuerzaysus ojos mortalesdesciendensuavementepor mis brazos...>’

Esta muerte como soledad,como vacio, como ausencia,llega hastael final de la poesíade Vallejo> en poemascomo ‘<La violencia de las

Diversos rostros de la muerte en César Vallejo 301

horas>’, donde va martillando: «Murió doña Antonia la ronca, quehacíapan baratoen el burgo.» Y desfilan el cura Santiago,la jovenrubia Carlota, la tía Albina, el viejo tuerto «cuyo nombre no recuer-do», el perro Rayo, su cuñadoLucas, el músico Méndez...<‘Murió mieternidady estoy velándola.»

Un paso más allá, dentro del sentir existencial de su poesía,estásu ansia de muerte,su querer ir hacia ella, como fin> término y con-clusión adelantadade estedolor de Dios, de estedolor de tiempo, deeste dolor de «vida» y de ‘<nada». De aquella imagen de la muerte,al frente, Vallejo va encontrando la necesidad de consustanciarsecon ella para definir su desasosiego:«Quevaya así, trenzando/ susrollos de crespón: y que ate el gato trémulo ¡ del Miedo al nido he-lado, al último fogón...» ‘<Yo estoy ahorasereno¡ con luz. 1 Y maya

en mi Pacífico ¡ un náufrago ataúd...»«Húmedatierra de cementeriohuelea sangreamada...»Toda«La cenamiserable”,quees a la vezunabúsquedade la comunión que ya esperaen «Agape»,resulta la expre-sión de un fin ya amado o deseado:« ¡Hasta cuándoestaremosespe-rando lo que ¡ no se nos debe...Y en qué recodo estiraremos ¡ nuestra

pobrerodilla parasiempre! ¡Hastacuándo¡ la cruz quenosalienta nodetendrásusremos..2»<‘Y acercay aleja de nosotroscomo negra cu-chara ¡ de amarga esenciahumana, la tumba...>’ En Trilce quiereencontrarel signo de la muerte en un aspa,como estrella; y, por fin,en el poemaLX, tan repetido,pedirá trémulo:

Y se apolilla mi pacienciay mevuelvo a exclamar: ¡Cuándovendráel domingobocóny mudo del sepulcro;cuándovendráacargarestesábadode harapos,estahorrible suturadel placerquenos engendrasin querery el placerquenosDestieRRa!

Vallejo llegó a la concepciónfundamentalde supoesíaa travésdeaquella idea que ya se expresaraen un poemacolonial peruanoatri-buido a Caviedes:«Desdeel nacerme pude recelar ¡ porqueel morirempiezadel nacer.»Que Vallejo exprime con dejo existencial: <‘¿Parasólo morir, tenemosquemorir a cadainstante...?»O en otros términos:‘<¡Haber nacido para vivir de nuestramuerte!» Que luego profundizaen la idea de que la vida es estarsemuriendo y que arribamosa lamuertedondese puedehallar la vida, como síntesisde la experienciahumana.Sólo con la muertese encuentrala plenitud de la vida, en laintegracióndel todo. Lo que ya se anticipabaen «La cenamiserable»,de Los heraldos negros,va haciéndoseconciencia:

Lavazademáximaablucióncalderasviajeras

302 AugustoTamayo Vargas

quesechocany salpicandefrescasombraunánime,el color, la fracción,la duravida,la duravida eterna.No temamos.La muerteesasv..

Por ello resulta: <‘Nuestro pobre día y la nochegrande,a las dosde la tarde inmortal.” A través de un procesopoético,Vallejo trata deexplicarseal hombreen suexistir:

No serálo queaúnno hayavenido,sinolo queha llegadoy ya se ha ido,sino lo quehallegadoy ya seha ido...

El poema «Estáismuertos» es una nueva toma de conciencia deesa vida muriente del hombre que estámuriéndoseal vivir y que notiene por ello conocimiento de la vida. Cuando la halla es cuandoVallejo puedeexclamar: <‘~Dejadme! La vida me ha dado ahoraen todami muerte.>’ Un como preanuncio de esta conceptistaantítesis —lamuertecomo vida, la vida como muerte—se puedehallar en su cono-cido cuento Más allá de la vida y de la muerte, que tiene estrecharelación con el poema: ‘<Esta noche desciendodel caballo»—«LXI»,de Trilce—; y donde despuésde dejar la casa vacía de Santiago deChuco —donde «nadie responde>’; <‘todos están durmiendo para siem-pre’>—, encontraráa la madre muertaabriéndoleel portónde unacasa-hacienday extrañándosede verlo a él queparaella estámuerto.Hayuna trasposiciónsensible,en el campo de la narrativa fantástica,delpoeta que halla viva a la madre muerta y ésta que sabe muerto alpoeta y que se asombrade verlo ante ella.

Los Poemashumanos son una continuadaexhibición de la condi-ción del hombre,de su padecimiento,de sumorirse, y de la tremendasentencia: «quejamás de jamases,su jamás’>. Quehabráde repetirseen otro poema: <‘¡Tanta vida y jamás...!>’ Y así llega por caminoscontradictorios«a gustar de la vida” con el pensamientode la <‘muertequerida y mi café». Y esto como cerrando,por momentos,los ojos ala verdad permanente: «Cómo hermanos humanos, ¡ no deciros queya no puedoy / ya no puedocon tanto cajón, ¡ tanto minuto, tanta ¡lagartija y tanta ¡ inversión, tanto lejos y tanta sed de sed...» Vanpasdndo <‘años de tumba, litros de infinito, ¡tinta, pluma, ladrillos ypendones>’.De vez en cuando se sueñaen que <‘se vive de nada y semuere de todo». Y entoncesdespertamosa la muerte misma en quevivimos. «Ya que,en suma,la vida es ¡ implacablemente,¡ imparcial-mente horrible, estoy seguro.» Trata de explicarse y de salvarseatravés de los objetosy los demás sereshumanos:

Y exijo del sombrero la infausta analogíadel recuerdo,ya que, aveces,asumoconéxito mi inmensidadllorada,

Diversos rostros de la muerte en César Vallejo 303

ya que,aveces>meahogoenla voz demi vecinoy padezcocontandoen maíceslos años,cepillandomi ropaal sondeun muerto,..o sentadoborrachoenmi ataúd...

Paratratar de explicarseestemorirseno quedasino la palabra,laexpresiónde la poesía:<‘tu criatura> el alma, mi palabra»o «la voz delvecino». Y así volvemos girando en torno del tema a aquella su felizfrase: «En suma, no poseo para expresar mi vida sino mi muerte.»

Claro que, ademásquecon la palabra—que aveceses impotente—,a la muerte se le combate —como vemos— con la comunidad, concantar voz a voz, y con esperarel milagro de la resurreccióncuandotodos los hombresseunan como en «Masa”, en corro, diciendo: «¡Nomueras,te amo tanto...!»

AUGUSTO TAMAYO VARGASUniversidad de San Marcos. Lima

(Perú)