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Pensando sociologicamente Bauman

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Zygmunt Bauman

PENSANDO

SOCIOLOGICAMENTE

to ICES ! BIBLIOTECA

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~~! :.yOQ'v ~', o.c

' 1 " " ' , " " , " , , ' - . , ~ ~ .. : ~Titulo del original en Ingles:

Thinking sociologically

1

1 Oxford, Basil Blackwell, 1990

Copyright © Zygmunt Bauman 1990

I II

z : . . . . . . .:.I' •••.• ",~

Traducci6n de Ofelia Castillo

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, l.S.B.N.950-602-303-4

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INTRODUCCION:SOCIOLOGIA lPARA QUE?

Se puede concebir la sociologia de divers as maneras. La mas

simple consiste en pensar en una larga estanteria repleta de

libros. Todos los libros llevan la palabra "sociologia"en el titulo, el

sub titulo 0 el indice (y por eso el bibliotecario los coloc6juntos en

esos estantes). Los libros consignan los nombres de sus autores,que se autodenominan sociologos (es decir, dentro de su condici6n

de investigadores 0docentes se los califica oficialmente de socio-

logos). Al pensar en estos libros y sus autores uno piensa en el

cuerpo de conocimiento que se acumulo durante los muchos aiios

transcurridos desde que se piensa y se practica la sociologia. Y

piensa tambien que en sociologia hay una suerte de tradici6n que

cumplir, un cierto volumen de informaci6n que todos los recien

llegados al campo -ya sea que quieran practicar la sociologia0ques610 pretendan indagar 10 que ella les ofrece- deben primero

consumir, digerif, incorporar. 0 mejor aun, pensamos en la

sociologia de un modo que incluye el constante flujo de recien

llegados (despues de todo, constantemente se agregan libros a los

estantes): pensamos en ella como una actividJHlpexIDJ!..I!..enLe,na

preocupaci6n continua, una constante verificaci6n del caudal de

sabiduria recibida confrontandola con las experiencias nuevas, un

incremento constante del conocimiento acumulado y su modifica-ci6n en el proceso.

Esta manera de pensar acerca de la sociologia parece natural y

obvia. Es asi como respondemos espontaneamente a cualquier

pregunta del tipo "l,Que es un X?".Si nos preguntan, por ejemplo,

"l,Que es un le6n" sefialamos con el dedo determinado animal, en

la jaula del zoo16gico,en una fotografia, en un dibujo. Y si una

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persona que no habla nuestro idioma nos pregunta "i,Que es un

lapiz?"sacamos del bolsillo elobjeto en cuestion y se 10mostramos.

En ambos casos buscamos y sefialamos un vinculo entre cierta

palabra y cierto objeto. Consider amos que las palabras se refieren

a objetos, representan objetos; cada palabra nos remite a determi-

nado objeto, ya sea un animal 0 un instrumento para escribir.

Encontrar elobjeto a que la palabra se refiere (es decir, encontrar

elreferente dela palabra) es una respuesta conveniente y correcta

para nuestra primera pregunta. Una vez obtenida esta respuesta

ya se comousar una palabra que hasta entonces me era descono-

cida; se con referencia a que, en conexion con que, en que condicio-

nes debousarla. EItipo de respuesta deque estarnos hablando me

ensefia precisamente esto: como usar una palabra dada.

Pero Iarespuesta nome brinda conocimiento alguno acerca c.e1

objeto mismo, del que me han sefialado como referente de lapa1abra sobre 1acua1pregunte, Solose que aspecto tiene el objeto,

de modo que en el futuro podre reconocerlo como el objeto que la

palabra representa. Asl, 10que e1metodo de sefialar con el dedo

puede enseriarrne tiene Iimites, y bastante estrechos. Habiendo

descubierto a que objeto se refiere la palabra, probablemente me

s.entire imp~lsado a seguir preguntando: ""De que modo es pecu-

liar este objeto? i,De que manera se diferencia de otros objetos,

como para que se justifique referirse a el con determinado nom-

bre?". Esto es un leon. Pero esto no es un tigre. Esto es un lapiz,

Pero esto no es una lapicera. Si Hamar le6n a este animal es

correcto, pero llamarlo tigre no10es, debehaber algoque los leones

tienen y los tigres no tienen (ese algo hace que los leones sean 10

que los tigres no son). Debe haber alguna diferencia que separa a

los leones de los tigres. S610descubriendo esta diferencia podemos

saber 10que son realrnente los leones, comoalgo distinto de saber

que objeto representa la palabra "le6n".

Y, par 10tanto, no podemos estar totalmente satisfechos con

nuestra respuesta preliminar ala pregunta acerca de la sociolo-gia. Necesitamos pensar mas. Hemos aceptado que la palabra

"~ociologia" representa determinado cuerpo de conocimiento y

cle~tas practicas que utilizan este conocimiento y almismo tiempo

10 incrernentan; y ahara debemos forrnularnos mas preguntas

acerca de ese conocimiento y esas practicas, i,Quehay en ellos que

loshace claramente "sociologicos"?i,Quees 10que los hace diferen-

tes de otros cuerpos de conocimiento y de otras practicas de

producci6n y utilizacion del conocimiento'?

POl'cierto, 10primero que descubrimos al observar los estantes

de la biblioteca llenos de libros de sociologia es que esos estantes

estan rodeados por otros, y que los libros de esos otros estantes no

son de"sociologia". En 1amayoria de las bibliotecas universitarias

descubririamos, probablemente, que los vecinos mas proximos

son los estantes que llevan las siguientes etiquetas: "histori a",

"ciencias politicas", "derecho, "politica social", "economia". Segu-

ramente los bib1iotecarios que dispusieron los estantes pensaron

que para los lectores seria c6modo y conveniente que estuvieran

cerca. Dieron por sentado (0 asi podemos suponerlo) que los

1ectores que revisaran los estantes de sociologta buscarian, en

algun momento, un libro ubicado, por ejemplo, en los estantes de

historia 0 de ciencias politicas y que esto podria suceder con mas

frecuencia que la busqueda de materia, digamos, de fisica 0 de

ingenieria mecanica. En otras palabras, los bibliotecarios habrian

supuesto que la materia "sociologia" esta de algun modo mas

pr6xima a los cuerpos de conocimiento llamados "ciencias politi-

cas"0"economia" y quiza tambien que la diferencia entre los libros

de sociologia y los 1ibros colocados en su vecindad inmediata es

menos pronunciada, tajante y terminante que las diferencias

entre la sociologia y, por ejemplo, la medicina 0 la quimica.

Ya sea que estos pensamientos hayan cruzado por su mente 0

no, los bibliotecarios actuaron correctamente. Los cuerpos de

conocimiento que ubicaron cerca tienen mucho en comun. Todosellos se ocupan del mundo hecho por e1hombre: de la parte del

mundo, 0 del aspecto del mundo, que lleva la huella de la activi-

dad humana, que no existiria si no fuera por las acciones de los

seres humanos. Historia, derecho, economia, ciencias politicas,

sociologia, todos esos cuerpos de conocimiento discuten las accio-

nes humanas y sus consecuencias. Tienen mucho en comun con

ellas, y por esta razon es correcto agruparlos. Pero si todos estos

cuerpos de conocimiento exploran el mismo territorio, i,que es 1 0que los separa? "Cual es "esa diferencia que hace la diferencia", la

que justifica la division y los nombres diferentes? ;,En que nos

basamos para afirmar que, independientemente de las similitu-des, los terrenos y los intereses comunes, la historia no es sociolo-

gia, y 1asociologfa no es ciencias politicas?

Espontaneamente nos sentimos impulsados a dar una respues-

ta simple: las divisiones entre los diversos cuerpos de conocimien-

to deben reflejar las divisiones del mundo que investigan. Las

acciones humanas, 0 los aspectos de las acciones humanas, difie-

ren entre sf; y las divisiones entre cuerpos de conocimiento

simplemente toman conocimiento de este hecho. Asi, estaremos

tentados de decir que la historia trata de las acciones que tuvieron

lugar en e1 pasado y solo de eso, mientras que la sociologia se

- .I,

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concentra en las acciones actuales 0en las cualidades generales delas acciones que no cambian con el tiempo. La antropologia, por su

parte, nos habla de las acciones humanas en sociedades distantesen e1espacio y diferentes de la nuestra, mientras que la sociologia

cen.tra su atencion en las acciones que tienen lugar en nuestrasociedad (sea 10que fuere 10 que esa expresion signifique) 0 en losaspectos de Ia accion que no varian de una sociedad a otra. En el

~aso _d,? otros parientes cer.canos de.la sociologia, la respuestaobvia suele ser menos obvia, pero siernpre podemos intentarlo.

Veamos: las ciencias poli ticas examinan principalmente las accio-nes qu~ se refi.eren al poder y al gobierno; la econornia se ocupa de

las. acc.lOne.s,vmculadas con el uso de los recursos y 1aproducciony distribucion de productos; al derecho Ieinteresan las normas que

rigen el comportamiento humano y la manera en que tales normas

se formulan, se hacen obligatorias y se ponen en vigor ... Nosdamos cuenta entonces de que si siguieramos razonando asi nos

v~ri~:rr:os obli.gados a deducir que la sociologia es una suerte dedl~clplma residual, que se aliment a de 10que las otras descuidan.M~entras ~as material pusieron las otras disciplinas bajo sus

~IllC:OSCOPIO~, menos fue quedando para los sociologos; como sialla afuera , en e1mundo humano, hubiera un numero limit ado

de hecho~ que esperan ser divididos y agrupados, segun su na-turaleza mtrin~eca, por rarnas especializadas de la investigacion.La desventaja de esta respuesta "obvia" a nuestra pregunta es

que? tal coII_loa mayorfa de las creencias que se nos aparecen comoobvias y evidentemente verdaderas, solo sigue siendo obvia si nos

abste?emos de examinar atentamente los supuestos que debemosasumir para aceptarla. Tratemos, entonces, de desandar laseta pas por las que llegamos a considerar que nuestra respuestaera obvia. __ _.

. ;,pe dond~ sacamos la idea de que las acciones human as se-r f Y ( ~ 'dividen en ~Ierto numero de tipos diferentes? Del hecho de que se Ilas ha clasificado de esa manera y de que a cada archivo de esa!clasificacion se le ha asignado un nombre diferente (de modo quesepamos cuando hablar de politica, cuando de economia y cuandode cuestiones leg.ales; y 10que encontraremos en cada lugar); y delhec,ho de que existen grupos de personas expertas, informadas,creIbl~s y confiables, que afirman tener derechos exclusivos parae.studIar, dar una opinion valida y orientar respecto de ciertostipos de acciones, si bien no respecto de otros. Pero llevernosnuestra indagacion un paso mas adelante: i,como sabemos 10que

es el :rr:u~~o humano "en sf mismo", es decir, antes de que se 10haya dividido en economia, politica 0 sociologia, e independiente-

mente de tal division? Sin dud a alguna, no 10hemosdescubiertogracias a nuestra experiencia vital. No vivimos ahora en politica,

despues en economia; no pasamos de la sociologta a 1a antropolo-gta cuando viajamos de Inglaterra a America del Sur, ni de 1a

historia a la sociologia cuando tenemos mas edad. Si podemos

separar tales dominios en nuestra experiencia, si podemos decirque esta accion, aqui y ahora, pertenece a la politica, mientras que

\

-_otra tiene caracter economico, es solo porque nos han ensefiado a

hacer esas distinciones de antemano. Por 10tanto, no conocemos

\el mundo en sf sino 10 que hacemos con e1 mundo; estamos

, poniendo en practica, por asi decir, nuestra imagen del mundo, un

I modelo pro1ijamente construido con los bloques que nos brindaron

I ellenguaje y nuestra formacion.

-e-L, En consecuencia, podemos muy bien decirque las diferenciasentre las disciplinas academic as no reflejan la division natural delmundo humano ..Es, por el contrario, 1a division del trabajo entre

i) los acadernicos que se ocupan de las acciones human as (unadivision respaldada y reforzada por 1a mutua separacion de losrespectivos expertos, y por los derechos exc1usivos que tiene cad agrupo para decidir 10que pertenece y 10que no pertenece al areaque e110srigen) 10que se proyecta sobre elmapa mental del mundo

humano que llevamos en nuestras mentes y despues desplegamosen nuestros actos. Es esa division del trabajo 1a que da unaestructuraal mundo en que vivimos. En consecuencia, si quere-mos deve1ar nuestro misterio y descubrir 1a ubicacion secreta de

. t - i"esa diferencia que hace 1adiferencia", sera mejor que observemos. r ; - . 'has practicas de las disciplinas rnismas, de las que afpririCipio

" , . » pensamos que reflejaban, modestamente, 1a estructura naturaltr del mundo. Tal vez supongamos ahora que son estas practicas las

que difieren entre si y que si hay una reflexion, ella va en un sentido

exactamente opuesto a1que habiamos creido.i,Ep.que difieren las pr~<:t!cas de las diversas ramas de estudio?

En primer lugar, hay muy poca ~ ninguna- diferencia entre susactitudes hacia 10que seleccionan como objeto de estudio. Todas

r· declaran que obedecen las mismas reglas de conducta cuando

tratan con sus respectivos objetos. Todas se esfuerzan por reunirtodos los hechos relevantes; todas tratan de asegurarse de que sushechos son correctos, de que han sido verificados una y otra vez yde que, por tanto, la informacion acerca de elIos es confiable; todas

tratan de formular sus propuestas ace r ca de los hechos de modotal que se las pueda entender c1aramente y sin arnbiguedades y selas pueda confrontar can 1a evidencia de 1aque afirman derivar,y tambien can cua1quier evidencia que pueda surgir en e1futuro;

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todas tratan devaciar previamente 0de eliminar las contradiccio-

nes entre las propuestas que hacen 0 sostienen de modo de no

hacer en ningun caso dos propuestas que no puedan ser verdade-

ras almismo tiempo. En resumen, todas tratan de estar a la altura

de 10 que prometen; tratan de obtener y presentar sus resultados

de una manera responsable (es decir, de la manera que, se cree,

lleva a la oerdadt. Yestan preparadas para ser criticadas -y para

r~tracta~se de sus afirmaciones- S1 no 10 hacen. Asi que no hay

diferencia alguna en comola tarea de los expertos y su marca -la

responsabilidad academica- se entienden y se practican. Yproba-

blemente tampoco podriamos encontrar una diferencia en la

mayoria de los otros aspectos de las practicas de la erudicion.

Todas las personas reconocidas como expertos, 0 que afirman

serlo, parecen desplegar estrategias similares para recoger y

p:ocesar sus hechos: observan las cosas que estudian ya en su ha-bitat natural (por ejemplo, a los seres humanos en su vida co-

tidiana ':no.rmal"enel hoga~,~n publico, en sus lugares de trabajo

? esparclml~nto) ya en condiciones experimentales especialmente

ideadas y ngurosamente controladas (cuando, por ejemplo, se

observan las reacciones humanas en entornos diseriados delibera-

dam~nte; 0se i~st~ a las per~onas'a res~0I?-dera ciertas preguntas,destmadas a eliminar toda interferencia indeseable); y a la inver-

sa, ~oshec~o~que eligen son las evidencias registradas de obser-

vaclOne~ similares hechas en el pasado (por ejemplo, registros

parroquiales, datos de censos, archivos policiales). Y todos los

academicos comparten las mi~mas. reglas generales de la Iogicapara extraer y convahdar (0 invalidar) las conclusiones que se

desprenden de los hechos que reunieron y verificaron.

Pareceria, por 10 tanto, que nuestra ultima esperanza de encon-

t:ar la buscada "diferencia que hace la diferencia" estuviera en el

tipo de preguntas t.ipicas de cada rama. de la investigaci6n -pre-

guntas que determinan los puntos de vista (perspectivas cogniti-vas) desde los qu~ las acciones humanas son contemp1adas,

e~p10radas y descnptas por los academicos pertenecientes a las

dI~erentes disciplinas -yen losprincipios utilizados para ordenar

la informacion generada por el cuestiona miento y para organizar-

1a en un modele de determinado fragmento 0 aspecto de 1avidahumana.

. En una primera ap~0~maci6n muy burda, la economia, por

ejemplo, observana principalmente la relacion entre los costos y

los ~fectos de la accion humana. Probablemente contemplaria la

accionhumana desde elpunta devista del management de escasos

recursos al que los actores quieren acceder para usarlo en su

beneficio. De modo que veria las relaciones entre los actores como

aspectos de la creaci6n y el intercambio de bienes y servicios,

regulados por la oferta y la demanda. Y finalmente orden aria sus

resultados para construir un modele del proceso por el que se

crean, obtienen y distribuyen los recursos entre diversas deman-

das. La ciencia politica, por otro lado, se interesaria sobre todo en

aquel aspecto de la acci6n human a que modifica la conducta real

o previsible de otros actores 0es modificada por el1a, impacto este

estudiado par 10 general con el nombre de "poder" 0 "influencia",Consideraria las acciones human as desde el punta de vista de la

asimetria de tal poder y la influencia: en la interaccion, algunos

actores resultan modificados mas profundamente que otros. Pro-

bablemente organizaria sus conclusiones alrededor de conceptos

tales como poder, dominacion, autoridad, etc., que se refieren

todos ala diferenciacion de las posibilidades de obtener 10 que laspartes de la relacion buscan.

Estas preocupaciones de la economia y de la ciencia politica

(tanto comolos intereses del resto de las ciencias humanas) noson

en modo alguno ajenas a la sociologfa. Lo descubrimos al hojear

cualquier bibliografia recomendada para estudiantes de sociolo-

gia: esa lista delibros contendra, sin duda, algunas obras escritas

por estudiosos que se autodenominan historiadores, cientistas

politicos 0 antropologos, y son reconocidos como tales. Y sin

embargo la sociologia, al igual que otras ramas de los estudios

sociales, tiene su propia perspectiva cognitiva, su propiaserie de

preguntas para indagar en las acciones humanas, y tambien su

propia bateria de principios de interpretacion.

Comoun primer resumen tentativo podriamos decir que 10que

identifica a la sociologia y leotorga su rasgo distintivo es elhabito

deconsiderar las acciones humanas comoelementos de elaboracio-nes mas amplias, es decir, de una disposicion no aleatoria de los

actores, que se encuentran aprisionados en una red de dependen-

cia mutua (siendo la dependencia un estado en el que la probabi-

lidad deque se realice laaccion y la posibilidad de su exito cambian

en relacion con 10 que los actores son, hacen 0pueden hacer). Los

sociologos se preguntarian que consecuencias tendria esta inter-

dependencia para el comportamiento real y posib1ede los actores

humanos. Estos intereses moldean e1 objeto de 1a indagacion

sociologica: elaboraciones, redes de dependencia mutua, condicio-

namiento reciproco de la accion, expansion 0 limitacion de 1a

libertad de los actores: esas son las preocupaciones mas importan-

tes de 1asociologia. Los actores individuales, como ustedes 0yo,

sonconsiderados por los estudios sociologicos en su condicion de

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unidades, miembros 0 socios dentro de una red de interdependen-

cia ..Podriamos decir que la pregunta central de la sociologia es:

.l.en que sentido tieneImport.ancia que, en cualquier cosa que

hagaI: 0 pu~dan.hac~r, las personas dependan de otras personas;

__en.que seIltldo ~len~ importancia que vivansiernpre (y no pueden

evitarlo) en cornparua de, ell comunicacion en intercambio en

~9[O.pel~I1,~ia,~n. cooperaciou con otros sere's humanos? Es ~ste

tipo d~ pregunta (y rio'tin conjunto aislado de personas o hechossel~cclOnados a los fines del estudio, ni tampoeo una serie de

acetones hur:nanas desco~1u.cidas por otras lfneas de investigacion)

10 que .cons~ltuye el dorninio de la discus ion sociol6gica y define a

la sociologia como una rama relativamente aut6noma de las

cienci~s human as y sociales. La sociologia, podrfarnos entonces'r

deducir, es en primer luga r y sobre todo, una manera de pensar :

acerca del mundo l~urnal1o; en principio, uno podria tarnbien 1 \pensar acerca del rrusmo mundo de diferentes maneras. _ c; ~C

.~nt,r~ esas d~~erent~s forrnas, de las que la manera de pensar r · t - '1'1socl~lo.I£<:~_~.~,dlferencla, OCll!JU un lugar muy especial eillamado+ .

\s~nt,L~~!?lJJnAPero las relaclOn~s de la sociologia =quiza mas que

las d~ o~ras ra:ll1as del conOCllmento- con el sentido cornun (ese

C?n?Clml,en~o nco pero desorganizado, asistematico y con frecuen-

CIa l~~rtlculado e me fable de que nos valemos para el diario oficio

de vIvIr) e~tan llenas de problemas decisivos para su naturalezay su practica.

En realid~?, poeas son las ciencias a las que afecta la expresi6n

de ~u relacion can ~1 sent.ido comun; la mayoria ni siquiera

a?VI~rte que el sentido c?lII~n existe, y.menos atin que puede

significar un problema, Casi todas las ciencias se definen a sf

n~lsmas en funcion de l~mit~Hque las separan de 0 puentes que las

vlllcu~an co~ l~s otras ciencius, es decir, can llneas de investigacion

tan slst7mabcas y respetables como ellas mismas. No creen

compartir con el sentido conuin un terreno 10 suficientemente

arnplio como para preocuparse por trazar Iimites 0 construir

pue~tes. Y debemos admitir que esa indiferencia se justifica. EIsentI~o corniin no tiene practicarnenta nada que decir acerca de las ,.'

cuestiones de las que hablan la fisica, la quimica la astronomia 0 !!

la geolog_ia (y'si algo dice sobre tales cuestiones, s610puede haeerlo .'

por gentileza de las otras ciencias, en la medida en que estas se las\ .(.},

arreglan para qu~ sus rec6nditas conclusiones resulten ininteligi-( \;

bles para 10SJegos). Los tenias de la fisica 0 la astronomia rara vez

aparecen en el ~al11~()de ~i~i()n de los hombres y mujeres corrien-

tes, en la experiencia cotidiuna de personas como usted y yo. De

modo que nosotros, los no expertos, la gente com lin, no podemos

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formarnos una opinion acerca de tales cuestiones, a menos que los

cientificos misrnos nos ayuden (de heche, nos instruyan), Los

objetos explorados por ciencias como las que he mencionado

aparecen s610 en eventos muy especiales, a los que los leges no

tienen acceso: en Ia pantalla de un acelerador de costo multimillo-

nario, en la lente de un telescopio gigantesco, en el extremo de una

sonda de trescientos metros de profundidad. Solo los cientificos

pueden verlos y experimentar con ellos; estos objetos y estos

eventos son posesi6n monopolica de deterrninada rama de laciencia (0hastu de un grupo selecto de especialistas de ese campo)

y no se comparten con nudie que no sea miernbro de la profesion.Como son los {micas poseedores de la experiencia que proves la

materia prima para su estudio, los cientificos tienen el control

total de la manera en que se procesu, analiza e interpreta el

material. Los productos del procesamiento tendran que atravesar

el examen critico de otros cientificos, pero solo el de ellos. No

habran de cornpetir con In opinion publica, el sentido cormin 0

cualquier otra munifestacion en la que pudieran figurar los puntos

de vista de los no especialistas: y ello por la simple razon de que en

las cuestiones que ellos estudian y sobre las que Sf, pronuncian no

hay opinion publica ni punto de vista de sentido comun.Con la sociologia las cosas son muy diferentes, En los estudios

sociol6gicos no hay equivulentes de Ius aceleradores en orrnes ni delos rudiotelescopios. Toda la experiencia que proporciona la mate-

ria prima para las conclusiones de la sociologia (es decir, el

material de que esta hecho el conocimiento sociol6gico) es la expe-

riencia de la gente: comun en la vida comun y cotidiana; una

experiencia en principio accesible a todo el mundo, aunque a veces

no sea asi en la practiea; una experiencia que, antes de ser

colocada Lajo la lupa de un sociologo habia sido vivida par alguien

mas: un L.lJ sociologo, una persona no entrenada en el uso del

lenguaje sociologico, no acostumbrada a vel' las cosas desde un

punto de vista sociologico. A tin de cuentas, todos vivimos en

companfa de otras personas e interactuamos con los dernas. Todos

hemos aprendido muy bien que 10que lenemos depende de 10que

otras personas hagan, Todos nosotros hemos atravesado mas de '

una vez la dolorosa experiencia de una ruptura de lacomunicaci6n

con amigos y extranos. 'l'odo aquello de que la sociologta habla

.\ estuvo ya en nuestras vidas, Y asi debe ser, puesto que de otro

modo ser iamos inca paces de rnanejar nuestros asuntos. Vivir en

icompania de otras personas requiere una gran cantidad de cono-

.cimiento; y ese conocimiento se llama "sentido comun",

Sin embargo, profundarnente inmersos en nuestras rutinas,

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II

casi nunca nos detenemos para pensar acerca del significado de 10

que hemos atravesado; y menos frecuentemente aun tenemos

ocasion decomparar nuestra experiencia privada con eldestine de

otros, ocasion de ver 10 social en 10 individual, 10 general en 10

particular. Y esto es precisamente 10 que los sociologos pueden

hacer por nosotros. Esperamos de ellos que nos muestren como

nuestras biografias individuals se entretejen con la historia que

compartimos con nuestros congeneres. Y aun cuando los sociolo-

gos no vayan tan lejos, no tienen otro punta de partida que la

experiencia vital de todos los dias que comparten con usted y

conmigo, ese conocimiento crudo que saturala vida cotidiana de

cada uno de nosotros. Solo por esta razon los sociologos, por mas

que se hayan esforzado por seguir el ejemplo de los fisicos y los

biologos, apartandose del objeto de su estudio (es decir, contem-

plar mi experiencia vital y, por ejemplo, la del lector, como unobjeto que esta "afuera" y actuar como 10 haria un observador

desapegado e imparcial); solopor esta razon, deciamos, no pueden

apartarse completamente de su conocimiento Intimo de la expe-

riencia que tratan de comprender. Por mas que intenten 10

contrario, los sociologosestan condenados a permanecer en ambos

lados de la experiencia que pretenden interpretar: adentro y

afuera al mismo tiempo. (Adviertase con cuanta frecuencia los

sociologos usan el pronombre personal "nosotros" cuando infor-

man sobre sus conclusiones y formulan sus proposiciones genera-

les. Ese "nosotros" representa un "objeto" que incluye a quienes

estudian y a quienes son estudiados. i,Se imagina usted a un fisico

usando el "nosotros" para referirse a el y a las moleculas? i,0 a los

astr6nomos valiendose de la misma palabra para generalizar

acerca de ellos y las estrellas?)

Todavia hay mas que decir acerca de la especial relacion entre

sociologia y sentido cormin. Los fenomenos que los modern os

fisicos0

astronornos observan y sobre los que teorizan se presen-tan en una forma pristina e inocente, no procesada, libre de

etiquetas, definiciones prefabricadas e interpretaciones previas

(es decir, con excepcion de las interpretaciones que recibieron de

antemano de los fisicos que montaron los experimentos que

produjeron los fen6menos). Ellos esperan que el fisico 0 el astro-

noma les de nombre, los coloque entre otros fen6menos y los

combine para formar un todoordenado: en resumen, esperan que

les den significado. Pero hay pocos, si es que los hay, equivalentessociologicosde fenomenos tan limpios, a los que nunca antes se les

haya dado significado. Todas las acciones e interacciones huma-

nas que los sociologos exploran han recibido algun nombre, y

ademas, los actores mismos han teorizado acerca de ellas, si bien

en forma vaga y pobremente expresada. Antes de empezar a

observarse a ellos mismos, los sociologos fueron objetos del cono-

cimiento de sentido comun. Los actores han dado ya significado y

significacion a familias, organizaciones, redes de parentesco,

vecindarios, ciudades y aldeas, naciones e iglesias y otras agrupa-

ciones mantenidas por la interacci6n humana regular, y las

encaran conscientemente comoportadoras de tales significados.

Los actores legos y los sociologosprofesionales tendrian que usar

los mismos nombres, el mismo lenguaje, al referirse a esas

agrupaciones. Cada termino que los sociologos pueden utilizar

estara ya fuertemente cargado por los significados dados por el

conocimiento de sentido comun de las personas "comunes", comoustedes y yo.

Por todas estas razones, la sociologia esta demasiado intima-mente relacionada con elsentido cornun comopara permitirse esa

distante ecuanimidad con que pueden tratarlo otras ciencias,

como la quimica 0 la geologia. A usted y a mi nos esta permitido

hablar de interdependencia e interaccion humanas, y hablar con

autoridad. i,Acaso no las practicamos y experimentamos? El

discurso socio16gicoes muy abierto: no se invita a todo el mundo

a entrar en el campo, pero tampoco existen limites claros ni

barreras eficaces. Con fronteras mal definidas, cuya seguridad no

es garantizada de antemano (a diferencia de las ciencias que

estudian objetos inaccesibles a la experiencia de los legos), la

soberania de la sociologia sobre el conocimiento social, su derecho

a pronunciarse con autoridad sobre el tema, siempre puede ser

cuestionada. Por eso, trazar un limite entre el conocimiento

socio16gico propiamente dicho y el sentido cornun -que esta

siempre lleno de ideas sociol6gicas- es una cuestion importante

para la identidad de la sociologia como cuerpo coherente de

conocimiento; y por eso los sociologos Ieprestan mas atencion queotros cientfficos.

Podemos mencionar por 10 menos cuatro diferencias fundamen-

tales entre las maneras enque la sociologia yelsentido comun -mi

conocimiento "crudo" del oficiode vivir, por ejemplo, y el de mis

lectores- abordan el topico que comparten: la experiencia humana.

Digamos en primer lugar que la sociologic (a diferencia del

sentido comun) hace un esfuerzo por subordinar-se a las rigurosas

reglas del discurso responsable, que supuestamente esun atributo

de la ciencia (Ia ciencia como algo diferente de otras formas de

conocimiento, notoriamente mas relajadas y menos atentamente

autocontroladas). Esto significa que delossociologos seespera que

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se preocupen especialmente por distinguir -de una manera clara

y visible para cualquiera- entre las formulaciones corroboradas

por la evidencia disponible y las afirmaciones que solo pueden

reivindicar una condicion de suposicion provisional y no verifica-

da. Los soci6logos deben abstenerse de formular ideas que s6lose

sustentan ensus creencias (aun en las mas ardientes yemocional-

mente intensas) como si se tratara de conclusiones verificadas y

que implican la ampliamente respetada autoridad de la ciencia.

Las reglas del discurso responsable exigen que nuestro "taller" -es

decir, el procedimiento que lIev6 a las conclusiones finales y que

supuestamente garantiza su credibilidad- este abierto a un exa-

men publico ilimitado; tacitamente se debe invitar a todo elmundo

a repetir las pruebas y a demostrar -llegado el caso- que las

conc1usiones son err6neas. El discurso responsable debe vincular-

se tambien con otras afirmaciones sobre su tema; no puedesimplemente descartar 0 ignorar otras opiniones que hayan sido

expresadas, aunque se opongan fuertemente a el y sean, por ello,

inconvenientes. Se espera que toda vez que se observen honesta y

meticulosamente las reglas del discurso responsable, la credibili-

dad y en ultima .instancia la utilidad practica de las conclusiones

se veran muy favorecidas, cuando no totalmente garantizadas.

Nuestra fe en la confiabilidad de las creencias respaldadas por la

ciencia se basa, en gran medida, en la esperanza de que los

cientificos acataran las normas del discurso responsable y de que

la profesion cientifica en su conjunto velara porque cada miembro

de la profesi6n asf 10haga, en todos los casos. En cuanto a los

cientificos, todos sefialan las virtu des del discurso responsable

comoun argumento en favor de la superioridad del conocimiento

que ofrecen.

La segunda diferencia tiene que ver con eltamaiio del campo del

que se extrae el material para el juicio. Para casi todos nosotros,

los noprofesionales, ese campo se limita al mundo de nuestra vidapersonal: las cosas que hacemos, la gente que frecuentamos, los

objetivos que queremos alcanzar y los que creemos que otras

personas quieren alcanzar. Rara vez, 0nunca, hacemos un esfuer-

zopor elevarnos por encima del nivel de nuestras preocupaciones

cotidianas, por ampliar el horizonte de nuestra experiencia, ya

que esorequeriria tiempo y recursos que no disponemos 0 que no

estamos dispuestos a invertir en ese esfuerzo. Ysin embargo, dada

la enorme diversidad de las condiciones de nuestras vidas, cada

experiencia basada iinicamente en un mundo individual es nece-

sariamente parcial y muy probablemente unilateral. Estas des-

ventajas s6lopueden rectificarse reuniendo y comparando otras

experiencias, extraidas de muchos mundos individuales. Recien

entonc~~se nos revel~ra la parcialidad de la experiencia individual

y tambien la compleja red de dependencias e interconexiones en

que esta inmersa, una red que se extiende mucho mas alla del

a~bito, que serfa posible examinar desde la perspectiva de la

b.I?grafIade.una sola persona. El resultado general de esa amplia-

cI~n del honzon.te ser~ ~l d~s:ubrimiento del Intimo vinculo que

existe ~nt~e ~abiografta individual y los procesos sociales amplios

que el individuo puede no conocer y seguramente es inca paz de

controlar. Por esta razon, el hecho de que los sociologos adopten

una perspectiva mas amplia que 1aque ofrece el mundo de los

individuos significa una gran diferencia; no s610una dife-rencia

cuantit.ativa (mas datos, mas hechos, estadisticas en 1ugar de

cas?s ~lslados), sino una diferencia en 1acalidad y los usos del co-nocirniento, Para las personas comoustedy comoyo, que persegui-

mos nuestros respectivos objetivos en 1a vida y 1uchamos por

obtener un mayor control sobre nuestra situaci6n e1conocimiento

socio16gicotiene algo que ofrecer que e1sentido comun no tiene.

La tercera diferencia entre sociologia y sentido comun pertene-

ce al modo en que cada uno procede para explicar la realidad

h.umana: a comose las arregla eada uno para explicar satisfacto-

n~mentepor que sucedio esto y no aquello 0 por que las cosas son

asi y no de?tro modo. Supongo que por experiencia propia sabe

(como tambien 10se yo) que usted es "el autor" de sus acciones;

sabe que todo 10que hace (aunque nonecesariamente los resulta-

dos de sus acciones) es un efecto de su intenci6n esperanza 0

prop6sito. Habitualmente usted hace 10que hace a fin de alcanzar

un ?i~rto esta~o.de c.~sasque desea, ya se trate deposeer un objeto,

recibir una.felicitacion de sus profesores 0 poner fin a una disputa

con su n?Vla. Y naturalmente, su forma de pensar acerca de sus

actos lesirve demodelo para dar sentido a todas las otras acciones.

Uno se explic~ esos actos imputando a los demas intenciones que

conoce a partir de su propia experiencia. Esta es la unica manera

que te.nemos de explicar el mundo humano que nos rodea, mien-

tras sigamos sacando nuestras herramientas de explicacion de

nuestros respectivos mundos privados. Tenemos una tendencia a

percibir todo 10que acontece en e1mundo como una consecuencia

de la acci6n intencional de alguien. Buscamos a las personas

responsab1es de 10que ha sucedido; y una vez que las encontramos

creemos que nuestra investigacion ha terminado. Damos par

sentado que detras de cada acontecimiento que nos gusta esta la

buer:a voluntad de alguien; y las malas intenciones de alguien,

detras delos que nonos gustan. Nosresulta dificil aceptar que una

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situaci6n no fue un efecto de la acci6n intencional de un "alguien"

identificable; y no estamos dispuestos a renunciar sin mas a

nuestra convicci6n de que toda condici6n desfavorable podria

remediarse s610con que alguien, en alguna parte, quisiera reali-

zar el acto correcto. Y aquellos que en cierto modo interpretan el

mundo para nosotros -politicos, periodistas, pllblicitarios- son

sensibles a esa tendencia nuestra y hablan de "las necesidades del

Estado" 0de "las exigencias de la economia", como si el Estado 0

la economia estuvieran hechos a la medida de las personas

individuales y pudieran tener necesidades 0plantear exigencias.

Por otra parte, estas personas describen los complejos problemas

de las naciones, los Estados y los sistemas econ6micos (profunda-

mente arraigadas en las estructuras mismas de tales abstraccio-

nes) como los efectos de los pensamientos y los actos de unos pocos

individuos que podemos nombrar y entrevistar frente a unacamara. La sociologia se opone a esa visi6n del mundo personali-

zada. Como sus observaciones parten de abstracciones (redes de

dependencias) y no de actores individuales 0de acciones aisladas,

la sociologta puede demostrar que la conocida metafora del indi-

viduo motivado comoclave para la comprension del mundo huma-

no -incluyendo nuestros pensamientos y actos mas person ales y

privados- es incorrecta. Cuando pens amos socio16gicamente in-

tentamos explicar la condicion human a a traves del analisis de las

multiples redes de la interdependencia hurnana: esa dura reali-

dad que explica tan tonuestras motivaciones comolos efectos de su

realizacion.Finalmente, recordemos que el poder del sentido comun sobre

la manera en que entendemos el mundo y nas entendemos a

nosotros mismos (la inmunidad del sentido comun frente al

cuestionamiento, su capacidad para la autoconfirmaci6n) depen-

dede la indole aparentemente autoevidente de sus preceptos. Esto

descansa, a su vez, en la naturaleza rutinaria y monotona de lavida cotidiana, que informa nuestro sentido comun y es al mismo

tiempo informada por el. Mientras realicemos los movimientos

habituales y rutinarios que constituyen la mayor parte de nuestra

actividad cotidiana, no necesitamos demasiado autoexamen ni

autoanalisis. Cuando se las repite mucho, las cosas se ternan

familiares, y las cosas familiares son autoexplicativas; no presen-

tan problemas ni despiertan curiosidad. En cierto modo, son

invisibles. Nose formulan preguntas porque las personas aceptan

"1 " "1 "ue as cosas son como son, as personas son como son y

afortunadamente pocosepuede hacer al respecto. La familiaridad

es enemiga acerrima de la curio sidad y la critica y, por ende, de la

innovaci6n y el coraje de cambiar. En la confrontaci6n con ese

mundo familiar regido por habitos y por creencias que se reali-

mentan reciprocamente, la sociologia actua como un intruso a

menudo irritante. Perturb a nuestra agradablemente tranquila

forma de vida hacienda preguntas que nadie, entre los "lugare-

fios", recuerda haber oido -y mucho menos respondido- nunca.

Esas preguntas transfarman las casas evidentes en rompecabe-

zas: desfamiliarizan 10 familiar. De pronto la forma de vida

habitual es puesta en tela de juicio; y desde ese momento parece

ser s610 una de las formas de vida posibles, no la "natural" y

tampa cola iinica.

El cuestionamienta y la perturbaci6n de la rutina no son del

agrado de todo el mundo; muchas rechazan el desafio de la

desfamiliarizaci6n porque requiere un analisis racional de cosas

que hasta entonces "funcionaban solas", (Podrfamos traer a cola-cion el cuento de Kipling sobre aquel ciernpies que caminaba

agilmente con sus cien patas hasta que un cortesano adulador

empez6 a elogiarlo por su excelente memoria, que le permitia no

apoyar jamas la pata mimero treinta y siete antes de la ochenta y

cinco, 0la cincuenta y dos antes de la diecinueve. La subitay brutal

toma de conciencia le provoc6 una gran timidez al desdichado

ciempies, que no pudo caminar nunca mas.) Algunos se sienten

humi1lados: aquello que conocian yde 1 0que estaban orgullosos ha

sido devaluado, quizas hasta desvalorizado y ridiculizado; y eso

constituye un choque que a nadie le gusta. Pero, pese a 1 0comprensible que pueda ser el rechazo, la desfamiliarizaci6n

tambien tiene sus ventajas. La mas importante es que ofrece

nuevas e insospechadas posibilidades de vivir la propia vida con

mas autoconciencia, mas comprensi6n y hasta, quiza, con mas

libertad y control.

Para todos aquellos que creen que vivir la vida de una manera

consciente vale el esfuerzo, la sociologia puede llegar a ser unagran ayuda. Si bien mantiene con el un dialogo intima y perma-

nente, la sociologfa aspira a superar las limitaciones del sentido

cormin, trata de abrir las posibilidades que este tiende natural-

mente a cerrar. Al cuestionar nuestro conocimiento de senti do

comun, la sociologia nos impulsa y alienta a reevaluar nuestra

experiencia, a descubrir mas interpretaciones posibles y a tornar-

nos alga mas criticos, a aceptar cada vez menos las cosas como son

actualmente 0 como creemos que son (a, mas bien, coma nunca

habiamos considerado que no eran),

Podriamos muy bien decir que el principal servicio que el arte

de pensar sociol6gicamente puede prestarnos a todos y cada uno

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de nosotros es hacernos mas sensibles: aguza nuestros sentidos,

nos abre los ojos para que podamos explorar las condiciones

humanas que hasta ahora habian permanecido casi invisibles

para nosotros. Y una vez que comprendemos mejor que los aspec-

tos de nuestras vidas aparentemente naturales, inevitables, in-

mutables y eternos fueron creados por medio del ejercicio del

poder y los recursos humanos, nos resulta cada vez mas dificil

aceptar que sean inmunes e impenetrables a la accion de cualquier

ser humano, incluidos nosotros mismos. El pensamiento sociolo-

gico tiene poder por derecho propio, tiene un poder antifijador.Hace otra vez flexible un mundo que hasta entonces era oprimente

en su aparente fijeza: 10muestra como un mundo que podria ser

diferente de10que es. Se puede afirmar que elarte del pensamien-

tosociologicocontribuye a ampliar elpanorama, a aumen tar la efi-

cacia audaz y practica de mi1ib£rjad y tambien de la suya, lector.

Una vez que ha aprendido y dominado ese arte, elindividuo seha-

ce un poco menos manipulable, algo mas resistente ala opresion

y a la reglamentacion exterior; y es mas probable que se resista a

ser comandado por fuerzas que pretenden ser irresistibles.

Pensar sociologicamente significa comprender mas a fondo a la

gente que nos rodea, con sus proyectos y sus suefios, sus preocu-

paciones y sus desgracias. Quiza podamos entonces apreciar

mejor a los individuos en sfmismos y quiza lleguemos a sentir mas

respeto por su derecho a hacer 10 que nosotros estamos haciendo,

y a h~cerlo con placer: elegir la forma de vida que prefieran,

seleccionar sus proyectos, definirse y -finalmente, pero no 1 0

menos importante- defender con vehemencia su dignidad. Tal vez

nos demos cuenta de que al hacer todas esas cosas los demas

tropi~zan con los mismos obstaculos con que nosotros tropezamos,

y se sienten a veces tan amargados y frustrados comonosotros nos

sentimos. Y por ultimo, el pensamiento sociologico favorece la

solidaridad, una solidaridad fundada en la comprension y el

respeto mutuos, una solidaridad que se expresa a traves de

nuestra comun resistencia ante el sufrimiento y de nuestra

unanime condena a la crueldad que 1 0 causa. Si se alcanza ese

efecto, habremos fortalecido la causa de la libertad, porque la

habremos elevado al rango de una causa comun.Pensar sociologicamente puede ayudarnos tambien a entender

otras formas devida, inaccesibles para nuestra experiencia direc-

ta y que con demasiada frecuencia forman parte del conocimiento

de sentido comun solo comoestereotipos, es decir, las caricaturas

tendenciosas y unilaterales de las formas devida degente diferen-

te de nosotros (gente distante 0mantenida a distancia por nuestra

desconfi~nz.a 0nuestro rechazo). La percepcion dela logica inter-

na y el significado de las formas de vida diferentes de la nuestra

puede muy bien impulsarnos a reflexionar sobre la supuesta

dureza del limite que ha sido trazado entre nosotros y los dernas

t" t " "11 " Y b 'n re noso ros y e os. por so re todo, puede llevarnos a

d~sconfiar de la indole predeterminada, natural, de ese limite. Y

bien podria ser,.ad~mas, que esta nueva comprension hiciera que

nuestr~ ~omumcaclon con el "otro" fuera mas facily tuviera mas

probabilidades dellevarnos a un acuerdo. Que reemplazara miedo

y antagomsmo por tolerancia. Ello fortaleceria tambien nuestra

libertad, ya que las garantias de mi libertad no son mas fuertes

que las d~la libertad de todos; ni que la de aquellos que prefirieron

usar su libertad para embarcarse en una vida diferente de la mia.

Solo en tales condiciones puede ejercitarse la libertad de decidir.

Por las razones que acabamos de exponer, se suele considerarque el fortalecimiento de la libertad individual que se intenta

lograr apoyandose en el solido basamento de la libertad colectiva

tie.ne un efecto desestabilizador sobre las relaciones de poder

existentes (que sus guardianes describen como el orden social).

Por es~ la sociologia es acusada a veces de "deslealtad politica" por

los gobiernos y otros duefios del poder que controlan el orden social

(particularmente por los gobiernos dados a limitar la libertad de

sus subditos.y a socavar su resistencia a las normas que -para que

sean obedecldas- deb en ser presentadas al publico como"necesa-

rias", "inevitables" 0"las iinicas razonables"). Cuando asistimos a

una renovada camparia contra el "impacto subversivo" de la

sociologia, podemos tener la eerteza de que se esta preparando

otro ataque a la capacidad de los subditos para resistirse a la

reglamentacion coercitiva de sus vidas. Y casi siempre esas

campanas coinciden con severas medidas contra las formas vigen-

tes de autodefensa de los derechos colectivos: es decir en otras

palabras, contra las bases colectivas de la libertad individual. .Se ha dicho que la sociologia es el poder de los que no tienen

pode~..Pero. no siempre es asf, Nada garantiza que por haber

.adquirido cierta comprension sociologica uno pueda eliminar 0

veneer la resist~x:cia de las "duras realidades" de la vida; el poder

de la comprension no basta para enfrentar las presiones de la

coercion que acompafian al resignado y sumiso sentido cormin.

P~ro si no f~era. por esa comprension, la posibilidad de manejar

bien la p.ropla vId~ y de que las condiciones de vida compartidas

se manejen colectivamente seria menor aun.

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Este libro fue escrito con un proposito: ayudar a las personascomunes, como usted y yo, a ver a traves de las propias experien-cias; y mostrar que los aspectos de la vida aparentemente familia-res pueden ser interpretados de una nueva manera y vistos bajouna luz diferente. Cada capitulo aborda un aspecto de la vida

cotidiana, el conjunto de dilemas y decisiones a tomar con que nosconfrontamos todos los dias, sin tener demasiado tiempo nioportunidad de pensar en enos con profundidad. Y cada capitulopretende suscitar ese pensamiento: no "corregir" el conocimiento

del lector, sino ampliarlo; no reemplazar un error con una verdadincuestionable, sino alentar el examen critico de las creenciashasta ahora sostenidas acriticamente: promover el habito delautoanalisis y del cuestionamiento de todas las ideas que preten-

den ser certezas.Por 10 tanto, este libro esta destin ado al uso personal, aspira aser una ayuda para comprender los problemas que surgen ennuestras vidas cotidianas de seres humanos, En este aspecto esdiferente a otros libros de sociologfa: esta organizado segun lalogica de la vida cotidiana y no segun la logica de.Ia disciplinaacademica que la estudia, Unospocos temas, que interesan a lossociologos profesionales debido a los problemas que enfrentan en

su propia "forma de vida" (es decir, la vida de sociologos profesio-nales) han sido mencionados brevemente o.simplemente omitidos.Por otra parte, a ciertas cosas que estan siempre en el borde delcuerpo principal del conocimiento sociol6gico se les ha dadopreponderancia, segun su importancia en la vida comun, Es asique no se encontrara en este libro ninguna descripcion amplia delasociologia tal como se la practica y ensefia en las institucionesacademicas, Para obtener esa vision abarcadora el lector tendraque recurrir a otros textos; al final dellibro se han incluido algunassugerencias.Un libro dirigido a comentar nuestra experiencia de todos los

dias no puede ser mas sistematico que la experiencia misma. Deallf entonces que la narraci6n proceda en cfrculos en vez deavanzar en linea recta. Algunos temas vuelven para que losconsideremos a la luz de 10 que se ha discutido entretanto. Todoesfuerzo de comprensi6n funciona asi: para avanzar un paso espreciso volver a etapas anteriores. En 10 que creiamos haberen ten dido cabalmente aparecen interrogantes que no habiamosnotado antes. Parece que fuera un proceso interminable, pero esposible beneficiarse mucho en su transcurso.

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