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01.- Al oído Si quieres besarme ... besa, -yo comparto tus antojos-. Mas no hagas mi boca presa, bésame quedo en los ojos. No me hables de los hechizos de tus besos en el cuello. Están celosos mis rizos, acaríciame el cabello. Para tu mimo oportuno, si tus ojos son palabras, me darán, uno por uno, los pensamientos que labras. Si quieres besarme ... besa, -yo comparto tus antojos-. Mas no hagas mi boca presa, bésame quedo en los ojos. Pon tu mano entre las mías, temblarán como un canario y oiremos las sinfonías de algún amor milenario. Tiene un matiz de alabastro y un misterio de pagoda. ¡Mira la luz de aquel astro! ¡La tengo en el alma toda! Si quieres besarme ... besa, -yo comparto tus antojos-. Mas no hagas mi boca presa, bésame quedo en los ojos. ¡Oh! ¡qué perfume tan fino! ¡No beses mis labios rojos! En la noche de platino, bésame quedo en los ojos. Alfonsina Storni Musicado por Imanol y Amaya Uranga

Pequeño Divertimento Poético: La solución

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Page 1: Pequeño Divertimento Poético: La solución

01.- Al oído

Si quieres besarme ... besa, -yo comparto tus antojos-. Mas no hagas mi boca presa, bésame quedo en los ojos. No me hables de los hechizos de tus besos en el cuello. Están celosos mis rizos, acaríciame el cabello. Para tu mimo oportuno, si tus ojos son palabras, me darán, uno por uno, los pensamientos que labras. Si quieres besarme ... besa, -yo comparto tus antojos-. Mas no hagas mi boca presa, bésame quedo en los ojos. Pon tu mano entre las mías, temblarán como un canario y oiremos las sinfonías de algún amor milenario. Tiene un matiz de alabastro y un misterio de pagoda. ¡Mira la luz de aquel astro! ¡La tengo en el alma toda! Si quieres besarme ... besa, -yo comparto tus antojos-. Mas no hagas mi boca presa, bésame quedo en los ojos. ¡Oh! ¡qué perfume tan fino! ¡No beses mis labios rojos! En la noche de platino, bésame quedo en los ojos.

Alfonsina Storni

Musicado por Imanol y Amaya Uranga

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02.- Álamo blanco

Arriba canta el pájaro y abajo canta el agua. (Arriba y abajo, se me abre el alma.) Entre dos melodías la columna de plata. Hoja, pájaro, estrella; baja flor, raíz, agua. Entre dos conmociones la columna de plata. (Y tú, tronco ideal, entre mi alma y mi alma.) Mece a la estrella el trino, la onda a la flor baja. (Abajo y arriba, me tiembla el alma.)

Juan Ramón Jiménez

Musicado por Carmen Linares

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03.- Baladilla de los tres ríos

El río Guadalquivir va entre naranjos y olivos. Los dos ríos de Granada bajan de la nieve al trigo. ¡Ay, amor que se fue y no vino! El río Guadalquivir tiene las barbas granates. Los dos ríos de Granada, uno llanto y otro sangre. ¡Ay, amor que se fue por el aire! Para los barcos de vela Sevilla tiene un camino; por el agua de Granada sólo reman los suspiros. ¡Ay, amor que se fue y no vino! Guadalquivir, alta torre y viento en los naranjales. Dauro y Genil, torrecillas muertas sobre los estanques. ¡Ay, amor que se fue por el aire! ¡Quién dirá que el agua lleva un fuego fatuo de gritos! ¡Ay, amor que se fue y no vino! Lleva azahar, lleva olivas, Andalucía. a tus mares. ¡Ay, amor que se fue por el aire !

Federico García Lorca

Musicado por Pata Negra y Mercedes Sosa

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04.- Rima VII. Del salón en el ángulo oscuro

Del salón en el ángulo oscuro, de su dueño tal vez olvidada, silenciosa y cubierta de polvo, veíase el arpa. ¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas, como el pájaro duerme en las ramas, esperando la mano de nieve, que sabe arrancarlas! ¡Ay, -pensé-, cuántas veces el genio así duerme en el fondo del alma y una voz, como Lázaro, espera que le diga: "Levántate y anda"! Gustavo Adolfo Bécquer

Musicado por Benito Moreno

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05.- Desnudos

Por el mar vendrán las flores del alba (olas, olas llenas de azucenas blancas), el gallo alzará su clarín de plata. (¡Hoy! te diré yo tocándote el alma) ¡O, bajo los pinos, tu desnudez malva, tus pies en la tierna yerba con escarcha, tus cabellos verdes de estrellas mojadas! (...Y tú me dirás huyendo: Mañana) Levantará el gallo su clarín de llama, y la aurora plena, cantando entre granas, prenderá sus fuegos en las ramas blandas. (¡Hoy! te diré yo tocándote el alma) ¡O, en el sol nacido, tus sienes doradas, los ojos inmensos de tu cara maga, evitando azules mis negras miradas!

(...Y tú me dirás huyendo: Mañana)

Juan Ramón Jiménez

Musicado por Javier Bergia

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06.- Es rubia, el cabello suelto

Es rubia: el cabello suelto Da más luz al ojo moro: Voy, desde entonces, envuelto En un torbellino de oro. La abeja estival que zumba Más ágil por la flor nueva, No dice, como antes, "tumba": "Eva" dice: todo es "Eva". Bajo, en lo oscuro, al temido Raudal de la catarata: ¡Y brilla el iris, tendido Sobre las hojas de plata! Miro, ceñudo, la agreste Pompa del monte irritado: ¡Y en el alma azul celeste Brota un jacinto rosado! Voy, por el bosque, a paseo A la laguna vecina: Y entre las ramas la veo, Y por el agua camina. La serpiente del jardín Silba, escupe, y se resbala Por su agujero: el clarín Me tiende, trinando, el ala. ¡Arpa soy, salterio soy Donde vibra el Universo: Vengo del sol, y al sol voy: Soy el amor: soy el verso! José Martí

Musicado por Pablo Milanés

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07.- La aurora de Nueva York

La aurora de Nueva York tiene cuatro columnas de cieno y un huracán de negras palomas que chapotean las aguas podridas. La aurora de Nueva York gime por las inmensas escaleras buscando entre las aristas nardos de angustia dibujada. La aurora llega y nadie la recibe en su boca porque allí no hay mañana ni esperanza posible: a veces las monedas en enjambres furiosos taladran y devoran abandonados niños. Los primeros que salen comprenden con sus huesos que no habrá paraísos ni amores deshojados; saben que van al cieno de números y leyes, a los juegos sin arte, a sudores sin fruto. La luz es sepultada por cadenas y ruidos en impúdico reto de ciencia sin raíces. por los barrios hay gentes que vacilan insomnes como recién salidas de un naufragio de sangre.

Federico García Lorca

Musicado por Loquillo y L.E. Aute

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08.- Que el amor no admite cuerdas reflexiones

Señora, Amor es violento, y cuando nos transfigura nos enciende el pensamiento la locura. No pidas paz a mis brazos que a los tuyos tienen presos: son de guerra mis abrazos y son de incendio mis besos; y sería vano intento el tornar mi mente obscura si me enciende el pensamiento la locura. Clara está la mente mía de llamas de amor, señora, como la tienda del día o el palacio de la aurora. Y el perfume de tu ungüento te persigue mi ventura, y me enciende el pensamiento la locura. Mi gozo tu paladar rico panal conceptúa, como en el santo Cantar: Mel et lac sub lingua tua. La delicia de tu aliento en tan fino vaso apura, y me enciende el pensamiento la locura.

Rubén Dario

Musicado por Enrique Bumbury

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09.- Romance de la luna, luna

La luna vino a la fragua con su polisón de nardos. El niño la mira, mira. El niño la está mirando. En el aire conmovido mueve la luna sus brazos y enseña, lúbrica y pura, sus senos de duro estaño. Huye luna, luna, luna. Si vinieran los gitanos, harían con tu corazón collares y anillos blancos. Niño, déjame que baile. Cuando vengan los gitanos, te encontrarán sobre el yunque con los ojillos cerrados. Huye luna, luna, luna, que ya siento sus caballos. Niño, déjame, no pises mi blancor almidonado. El jinete se acercaba tocando el tambor del llano. Dentro de la fragua el niño, tiene los ojos cerrados. Por el olivar venían, bronce y sueño, los gitanos. Las cabezas levantadas y los ojos entornados. Cómo canta la zumaya, ¡ay, cómo canta en el árbol! Por el cielo va la luna con un niño de la mano. Dentro de la fragua lloran, dando gritos, los gitanos. El aire la vela, vela. El aire la está velando. Federico García Lorca

Musicado por Camarón, Paco de Lucia y Tomatito

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10.- Romance de la pena negra

Las piquetas de los gallos cavan buscando la aurora, cuando por el monte oscuro baja Soledad Montoya. Cobre amarillo, su carne, huele a caballo y a sombra. Yunques ahumados sus pechos, gimen canciones redondas. Soledad, ¿por quién preguntas sin compaña y a estas horas? Pregunte por quien pregunte, dime: ¿a ti qué se te importa? Vengo a buscar lo que busco, mi alegría y mi persona. Soledad de mis pesares, caballo que se desboca, al fin encuentra la mar y se lo tragan las olas. No me recuerdes el mar, que la pena negra, brota en las tierras de aceituna bajo el rumor de las hojas. ¡Soledad, qué pena tienes! ¡Qué pena tan lastimosa! Lloras zumo de limón agrio de espera y de boca.

¡Qué pena tan grande! Corro mi casa como una loca, mis dos trenzas por el suelo, de la cocina a la alcoba. ¡Qué pena! Me estoy poniendo de azabache carne y ropa. ¡Ay, mis camisas de hilo! ¡Ay, mis muslos de amapola! Soledad: lava tu cuerpo con agua de las alondras, y deja tu corazón en paz, Soledad Montoya. * Por abajo canta el río: volante de cielo y hojas. Con flores de calabaza, la nueva luz se corona. ¡Oh pena de los gitanos! Pena limpia y siempre sola. ¡Oh pena de cauce oculto y madrugada remota!

Federico García Lorca Musicado por Fito Paez

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11.- Romance del enamorado y la muerte Yo me estaba reposando anoche como solía, soñaba con mis amores, que en mis brazos se dormían. Vi entrar señora tan blanca muy más que la nieve fría. - ¿Por dónde has entrado, amor? ¿Cómo has entrado, mi vida? Las puertas están cerradas, ventanas y celosías. - No soy el amor, amante: La muerte que Dios te envía. - ¡Hay muerte tan rigurosa, déjame vivir un día! - Un día no puedo darte, - una hora tienes de vida. Muy deprisa se levanta, más deprisa se vestía. Ya se va para la calle, en donde su amor vivía. - ¡Ábreme la puerta, blanca, ábreme la puerta niña! - ¿La puerta cómo he de abrirte si la ocasión no es venida? Mi padre no fue a palacio, mi madre no está dormida. - Si no me abres esta noche, ya nunca más me abrirías; la muerte me anda buscando, junto a ti vida sería. - Vete bajo la ventana donde bordaba y cosía, te echaré cordel de seda para que subas arriba, si la seda no alcanzare, mis trenzas añadiría. Ya trepa por el cordel, ya toca la barandilla, la fina seda se rompe, él como plomo caía. La Muerte le está esperando

abajo en la tierra fría: Vamos, el enamorado, la hora ya está cumplida. Anónimo

Musicado por el duo uruguayo Washington Carrasco & Cristina Fernández

Page 12: Pequeño Divertimento Poético: La solución

12.- Sé todos los cuentos

Yo no sé muchas cosas, es verdad. Digo tan sólo lo que he visto. Y he visto: que la cuna del hombre la mecen con cuentos, que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos, que el llanto del hombre lo taponan con cuentos, que los huesos del hombre los entierran con cuentos, y que el miedo del hombre... ha inventado todos los cuentos. Yo no sé muchas cosas, es verdad, pero me han dormido con todos los cuentos... y sé todos los cuentos.

León Felipe Musicado por el grupo AGUAVIVA