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Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 ESTIGMA Y DISCRIMINACIÓN EN LA EXPERIENCIA DE MIGRACIÓN. MUJERES PERUANAS TRABAJADORAS DOMÉSTICAS EN BRASILIA 1 Delia Dutra 2 Este artículo analiza cómo un grupo de mujeres peruanas, trabajadoras domésticas, con más de tres años de residencia en la ciudad de Brasilia, capital de Brasil, vive la experiencia de ser “otras” y “diferentes” en una ciudad con características históricas y urbanas muy específicas cuando se compara con otras de Brasil y de la región. El análisis se realiza desde una perspectiva interaccionista, teniendo como base las narrativas de las propias migrantes, buscando comprender los procesos de alterización y de autoidentificación que ellas explicitan al momento de explicar su experiencia cotidiana de migrantes. Palabras-clave: Peruanas, Brasilia, Trabajo Doméstico, Interacciones cotidianas. O presente artigo analisa como um grupo de mulheres peruanas, trabalhadoras domésticas, com mais de três anos de residência na cidade de Brasília, capital do Brasil, vivenciam a experiência de serem “outras” e “diferentes” numa cidade com características históricas e urbanas muito específicas quando comparada a outras do Brasil ou da região. A análise se realiza desde uma perspectiva interacionista, tendo como base as narrativas das próprias migrantes, buscando compreender os processos de alterização e de autoidentificação que elas explicitam no momento de explicar sua experiência cotidiana de migrantes. Palavras-chave: Peruanas, Brasília, Trabalho Doméstico, Interações Cotidianas. This paper analyzes how a group of Peruvian women, domestic workers, with more than three years of residence in the city of Brasilia, capital of Brazil, live the experience of being "other" and "different" in a city with historical and urban characteristics very specifics, in comparison with other Brazilian cities. The 1 Artículo escrito en el marco de nuestra tesis doctoral intitulada: Mulheres migrantes peruanas em Brasília. O trabalho doméstico e a produção do espaço na cidade. Departamento de Sociología de la Universidad de Brasilia, 2012. El desarrollo del proyecto de tesis contó con el financiamiento del programa Nacional de Becas de Doctorado del CNPq (Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico), Brasil. 2 Doctora en Sociología, Universidad de Brasilia. Investigadora del Centro Scalabriniano de Estudios Migratorios – CSEM, Brasilia. Correo electrónico: [email protected] 64

Peruvian Women Migration at Brasilia

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  • Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012

    ESTIGMA Y DISCRIMINACIN EN LA EXPERIENCIA DE MIGRACIN. MUJERES PERUANAS TRABAJADORAS DOMSTICAS EN BRASILIA1

    Delia Dutra2

    Este artculo analiza cmo un grupo de mujeres peruanas, trabajadoras domsticas, con ms de tres aos de residencia en la ciudad de Brasilia, capital de Brasil, vive la experiencia de ser otras y diferentes en una ciudad con caractersticas histricas y urbanas muy especficas cuando se compara con otras de Brasil y de la regin. El anlisis se realiza desde una perspectiva interaccionista, teniendo como base las narrativas de las propias migrantes, buscando comprender los procesos de alterizacin y de autoidentificacin que ellas explicitan al momento de explicar su experiencia cotidiana de migrantes.

    Palabras-clave: Peruanas, Brasilia, Trabajo Domstico, Interacciones cotidianas.

    O presente artigo analisa como um grupo de mulheres peruanas, trabalhadoras domsticas, com mais de trs anos de residncia na cidade de Braslia, capital do Brasil, vivenciam a experincia de serem outras e diferentes numa cidade com caractersticas histricas e urbanas muito especficas quando comparada a outras do Brasil ou da regio. A anlise se realiza desde uma perspectiva interacionista, tendo como base as narrativas das prprias migrantes, buscando compreender os processos de alterizao e de autoidentificao que elas explicitam no momento de explicar sua experincia cotidiana de migrantes.

    Palavras-chave: Peruanas, Braslia, Trabalho Domstico, Interaes Cotidianas.

    This paper analyzes how a group of Peruvian women, domestic workers, with more than three years of residence in the city of Brasilia, capital of Brazil, live the experience of being "other" and "different" in a city with historical and urban characteristics very specifics, in comparison with other Brazilian cities. The

    1 Artculo escrito en el marco de nuestra tesis doctoral intitulada: Mulheres migrantes peruanas em Braslia. O trabalho domstico e a produo do espao na cidade. Departamento de Sociologa de la Universidad de Brasilia, 2012. El desarrollo del proyecto de tesis cont con el financiamiento del programa Nacional de Becas de Doctorado del CNPq (Conselho Nacional de Desenvolvimento Cientfico e Tecnolgico), Brasil. 2 Doctora en Sociologa, Universidad de Brasilia. Investigadora del Centro Scalabriniano de Estudios Migratorios CSEM, Brasilia. Correo electrnico: [email protected]

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    analysis is performed from an interactionist perspective, based on the narratives of migrants themselves, seeking to understand the processes of othering and the expression of self-identification by the woman whenever they explain their everyday experience of migrants.

    Keywords: Peruvian woman, Brasilia, Domestic Work, Everyday interactions.

    INTRODUCCIN

    Este artculo analiza cmo un grupo de mujeres peruanas, trabajadoras domsticas, con ms de tres aos de residencia en la ciudad de Brasilia, capital de Brasil, vive la experiencia de ser otras y diferentes en una ciudad con caractersticas histricas y urbanas muy especficas cuando se compara con otras de Brasil y de la regin. El anlisis se realiza desde una perspectiva interaccionista, teniendo como base las narrativas de las propias migrantes, buscando comprender los procesos de alterizacin y de autoidentificacin que ellas explicitan al momento de explicar su experiencia cotidiana de migrantes.

    Se trata de diez mujeres que ya vivieron (pasado) o estn en este momento (presente) viviendo la experiencia de residir en el mismo local en que trabajan, fenmeno que se denomina servicio domstico interno, lejos de sus familias, de sus afectos y de sus referencias culturales de origen. Por lo tanto es en este contexto muy especfico en que acontecen las interacciones cotidianas que les brindan elementos para explicar lo que significa este tiempo presente, apoyndose y alimentndose de recuerdos y proyectos.

    En sus narrativas observamos cmo se tejen las especificidades de las relaciones sociales con esos otros, sean tanto del ncleo familiar y comunitario de origen, como de su contexto presente en la ciudad y en el lugar donde viven-trabajan; cmo son significados sus valores, creencias, sus miedos y sueos, y que acaban otorgndoles un lugar como mujeres, madres, esposas, hijas que sustentan y cuidan de los dems. Y esto se hace a la distancia, lejos de sus cosas, de sus historias, de sus vnculos. Sin embargo, ellas se descubren ms cerca de s mismas, de otras facetas de s mismas que slo en Brasilia, en el mbito del proceso de migracin, ellas consiguen desarrollar.

    En tales descubrimientos, ellas construyen historias de mujeres migrantes propias y especficas de cada una, donde podemos identificar elementos que son

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    comunes no slo a las diez que contribuyeron con nuestra investigacin, como tambm a otras cuyas historias pueden llegar a se espejarse en este estudio3.

    Estructuramos nuestro texto, en primer lugar, por medio de una contextualizacin de la situacin migratoria en la regin con especial atencin a la relacin Per y Brasil, y ms especficamente al flujo de mujeres peruanas que llegan a la ciudad de Brasilia para trabajar en el sector de servicios domsticos. Ese contexto permite abordar y comprender mejor lo que presentamos en segundo lugar donde desarrollamos la metodologa de trabajo e iniciamos la fundamentacin terica focalizndonos en caracterizar la situacin y las perspectivas de las migrantes sobre esta situacin vivida, es decir, el estigma, la discriminacin y la experiencia de la alteridad durante este proceso migratorio. En el apartado destinado a la conclusin destacamos los principales hallazgos, ellos posibilitan continuar avanzando en las investigaciones que venimos realizando actualmente.

    CONTEXTO DE MIGRACIN REGIONAL

    La movilidad humana tanto en el mbito nacional, regional como internacional ha estimulado la enorme diversidad etnocultural existente ya no slo en los pases considerados desarrollados como tambin en los denominados emergentes.

    Los flujos de migracin entre pases dentro del continente latinoamericano vienen tornndose cada vez ms significativos en el escenario internacional migratorio. Probablemente el endurecimento de las polticas de inmigracin en los pases del hemisferio norte, as como las recientes crisis en el sistema econmico internacional, hayan estimulado an ms estos movimientos. Esto plantea desafos cada vez mayores para pases como Brasil, hoy considerado un destino que ofrece oportunidades de sobrevivencia para muchos ciudadanos de la regin a pesar de los casi cuatro millones de brasileos que emigraron tambin en busca de oportunidades fuera del pas4.

    3 Existen situaciones correlativas e investigadas en trabajos tales como: de las migrantes brasileras trabajadoras domsticas en Estados Unidos (Fleischer, 2000), de las del nordeste brasilero en el Distrito Federal, Brasil (Girard, 2002, 1993), las filipinas en Canad, o las filipinas en Europa (Anderson, 2001), las de Europa del Este en Italia (Stefanelli, 2011), las asiticas y africanas en el Lbano (Jureidini, 2009) o las migrantes andinas en Espaa, entre muchas e innmeras situaciones todas contemporneas teniendo en comn la condicin de ser mujeres pobres que migran para emplearse en el sector domstico (o home care) como respuesta a una situacin de fuertes carencias que sufren en sus comunidades de origen. 4 Ver http://www.justica.sp.gov.br/novo_site/Noticia.asp?Noticia=4937 , Consultado: 10 de febrero de 2012.

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    Al analizar el mapa inmigratorio brasilero, se constata que el incremento ms reciente de los ciudadanos provenientes de pases de Amrica del Sur, ha permitido a Brasil retomar su tradicin inmigratoria que estaba ms o menos estancada desde la posguerra (Souchaud, 2010:270). Tomando como base el anlisis hecho por Souchaud (op.cit.), podemos avanzar en la comprensin de quin es ese migrante que se traslada dentro de la regin y se establece en Brasil. Este autor identifica dos principales grupos de migrantes que llegan al pas por motivos y perodos diferentes:

    Los migrantes argentinos, chilenos y uruguayos llegaron en grandes cantidades a partir de la dcada de 1970 y en muchos casos huyendo de los regimenes militares. (...) La situacin (...) de los inmigrantes paraguayos, bolivianos y peruanos es diferente. En lo que concierne a los peruanos y bolivianos, el crecimiento de la poblacin inmigrada aparece censo tras censo y se acenta notoriamente en el ltimo perodo intercensitario (entre 1991 y 2000) (Souchaud, 2010:270).

    Adems de este incremento cuantitavo sistemtico en Brasil de los inmigrantes provenientes de pases de la regin, tal es caso de Per, pas de origen de las migrantes que constituyen el universo de anlisis de nuestra investigacin, sabemos que tal situacin es vivida por miles de mujeres migrantes en el mundo que se caracterizan por ser pobres, dispuestas a dejar su familia en el pas de origen para emplearse en el sector de servicios domsticos y as enviarle el dinero producto de su trabajo. Esa migracin (trabajadoras domsticas), presenta simultneamente, por un lado, especificidades con relacin a las otras modalidades migratorias actuales y, por otro, una estandarizacin de quin y cmo migra la migrante.

    Mujeres migrantes que adems de sufrir la separacin de sus referencias culturales y afectivas, deben esforzarse por lograr integrarse a una sociedad que posee cdigos de convivencia diferentes a lo que estaban acostumbradas. Sin embargo, cabe destacar que la discriminacin y su consecuente dificultad para la integracin al mercado de trabajo, por ejemplo, no es una experiencia para ellas exclusiva del proceso migratorio, ya que tambin lo han sufrido en su pas de origen.

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    Esto porque en Per, al igual que en otras sociedades tambin formadas por un acentuado mosaico tnico, donde el hombre blanco5 y sus descendientes dominaron y continuan oprimiendo al indgena, al ms pobre, al campesino, a la mujer, en la historia de este pas el fenmeno del racismo se constituye como uno de los ms graves conflictos sociales que impide el establecimiento definitivo del proyecto de nacin (Bjar, 2004: 15). Desde la independencia del pas, en 1821, hasta nuestros das, son discriminados todos y cualquier grupo social que no sea considerado blanco (Ibidem).

    En 1980, Per inicia un largo proceso de veinte aos de violencia de origen poltica, que tendr como saldo ms de 69 mil peruanos y peruanas muertos, o desaparecidos, en manos de organizaciones subersivas y tambin, de agentes del propio Estado peruano. El informe de la Comisin de la verdad y reconciliacin6, del ao 2003, expressa que las dos ltimas dcadas del siglo XX, son una marca de horror y deshonra para el Estado y la sociedad peruanos.

    Sobre este asunto comenta una de nuestras entrevistadas7, y lo adelantamos aqu considerando la pertinencia de sus palabras:

    En verdad nosotros sabemos muy bien que quien violaba y asesinaba, all en Ayacucho [regin del interior del pas], eran los militares que se hacan pasar como terroristas. El Sendero Luminoso, no haca eso con los campesinos, al contrario, ellos explicaban que luchaban para defender nuestros derechos.... Pero... lleg un momento que nuestros propios padres nos dijeron: vyanse de aqu, ustedes que son adolescentes, muy jvenes, si ellos las encuentran las van a violar. As fue que nos fuimos de nuestro pueblo, a pie.... salimos en grupo, ramos varias, y despus de algunos das andando, con miedo, conseguimos llegar a Lima... fue difcil... as fue que comenzamos nuestra vida en la ciudad con 15 aos (Teresa).

    5 Como en muchos pases de Amrica Latina, en Per el blanco no es discriminado de la misma forma que s sucede con otros grupos tnicos. Igual situacin se vive en Brasil, por ejemplo, en donde ser blanco no pasa necesariamente por el color de la piel, sino sobre todo, por ser tratado como (Ianni apud Schwartzman, 2007); ou sea, ser blanco pasa por una cuestin de clase y origen social. 6 Disponible en: http://www.cverdad.org.pe/ifinal/index.php, consultado en: noviembre, 2010. 7 Los nombres que registramos de las entrevistadas son ficticios de forma a preservar sus identidades. El perfil de ellas y la metodologa utilizada, se presenta en el prximo tem.

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    BRASILIA, CIUDAD DE MIGRANTES

    Fundada en 1960, Brasilia fue especialmente diseada y construida en el centro del pas. Vigilada y controlada, es una ciudad que recibi siempre importantes flujos de migracin interna, as como migracin internacional tradicionalmente vinculada al cuerpo diplomtico de los ms diversos pases.

    Por todo esto, es considerada un microcosmo de la cultura brasilera, por su capacidad de atraccin de contingentes migratorios de diferentes regiones (Nunes, 2004: 14). Esta ciudad planificada se consolid bajo un modelo de poblamiento polinucleado y excluyente (Paviani, 1997: 42), y es resultado de un largo proceso geopoltico, ya que la idea de construirla data de 200 aos atrs (Idem, p.45).

    En la ciudad la fuerza es de los lentos (Santos, 1994), pues aquellos que andan rpido los que se trasladan por las vas rpidas de la ciudad, pierden la capacidad de observar las sutilezas de su tiempo cotidiano. La mirada de estas mujeres migrantes, confinadas al espacio de trabajo, es minuciosa, tpica de aquellos que vienen de afuera y ven diferente a lo que ve el ciudadano local. Ellas ven con otros colores, otras formas; una mirada que busca comprender y apropiarse de los pocos momentos y espacios urbanos a que tienen acceso.

    De esa forma, para estas migrantes, Brasilia se contrapone a su idea de ciudad, los gustos y disgustos encuentran su contraparte con aquello dejado en su pas de origen, con el presente vivido y el futuro soado. Tal como expresa Calvino en las Ciudades Invisibles, debemos recordar que cada ciudad se contrapone al desierto que se opone (...) (Calvino, 2003:24). Y ese desierto va siendo construido y transformado en la memoria individual de cada migrante, que no debe ser entendida como algo aislado, sino en relacin a sus cuadros sociales reales (Halbwachs, 1990, 1994), que sirven de puntos de referencia en la reconstruccin de la memoria.

    La nueva ciudad de residencia, Brasilia, los recorridos en ella trazados, las personas que en ella encuentran, los objetos con los que interactan, son justamente los que desencadenan los recuerdos de la otra ciudad, otros paisajes, otros afectos y otras experiencias. Es con base en eso que ellas van narrando sus vivencias actuales, sus historias pasadas y sus sueos. Se observa en algunas de las migrantes cambios en sus concepciones de lo urbano, de lo bonito y lo manifiestan como una dificultad que debern pasar cuando sea la hora de regresar.

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    Pienso que voy a sufrir un poco cuando regrese. El da que vuelva ya no podr disfrutar ms de eso, del verde de Brasilia en esta poca de lluvia. Regresar all [Lima] es volver a una ciudad sucia, llena de polvo. () Adems es difcil acostumbrarse luego de andar por una ciudad en que nadie te dice nada. Si no haces nada malo, en la calle uno anda tranquila, miras y consigues ver hasta muy lejos. Mira para all, ves como se puede ver el lago bonito desde aqu? Me gusta el da que regrese sentir falta de esto (Amelia).

    Nos interesa enfatizar nuevamente que estas mujeres migrantes salen de la ciudad Lima y llegan directamente a Brasilia con el nico objetivo de emplearse en el sector de servicios domsticos, pues les han dicho que all hay trabajo, a pesar de que muchas han confesado que soaban con migrar para Espaa, Italia o Estados Unidos, pues se ahorra dinero ms rpido. Por esto es que podemos pensar Brasilia como una puerta ms viable (ms cerca y de ms fcil acceso) y un poco ms segura que se abre para ellas.

    Hasta hace poco tiempo atrs, Brasilia no era considerada una ciudad integrada al circuito de ciudades tpicas brasileas receptoras de contingentes migratorios de latinoamericanos con este perfil especfico. La idea que predomina en el migrante que llega a Brasilia es la de lugar vinculado al mundo administrativo (sede del aparato estatal federal), de la diplomacia o de organizaciones internacionales. Esto nos lleva a pensar que, si bien esta ciudad no se constituye como polo de atraccin evidente de migrantes regionales pobres en busca de trabajo, s puede ser pensada como un polo de atraccin silencioso de lo que se acostumbra a llamar mano de obra migrante no calificada.

    METODOLOGA DE TRABAJO Y CARACTERIZACIN DE LA SITUACIN LABORAL

    Vine para Brasilia porque en mi pas ni siquiera consigo un trabajo como este que tengo aqu. All si tienes 40, 45 aos buscar trabajo en casas de familia es imposible, no te contratan, pues para ellos yo ya estoy vieja. Y si por acaso conseguiera, nunca ganara el salario que s recibo aqu.....

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    Porque yo no tengo estudios, la nica cosa que consigo hacer es limpiar la casa de los otros (Elena. nfasis aadido).

    As como Elena, las dems nueve migrantes que conforman el grupo elegido para investigar son mujeres peruanas cuyo origen social pobre les marca tanto por la falta de acceso a la educacin en mbito formal, por estar desempleadas en su pas de origen o poseer una situacin de empleo precaria, como por pertenecer a un grupo tnico histricamente discriminado en el mbito urbano de Per: las denominadas cholas o serranas. Se trata de campesinas o hijas de campesinos, de origen indgena que llegan a la capital (Lima) en busca de trabajo, y cuya lengua materna es generalmente el quechua.

    Las diez migrantes dejaron familia en Per para migrar a Brasilia, algunas piensan retornar, otras construyen una nueva vida en esta ciudad. Para poder caracterizar de forma breve y clara a cada una de ellas, presentamos en anexo un cuadro donde describimos las siguientes variables: edad, momento de llegada a Brasilia, las veces que retorn (o no) a Per, los principales motivos de la migracin, la situacin de documentacin en Brasil, la familia que dejaron en Per y la profesin antes de migrar. Consideramos tales variables significativas pues nos permiten comprender de qu migrantes estamos hablando.

    Para seleccionar estas diez mujeres, realizamos una primera fase exploratoria de investigacin de campo (de septiembre a diciembre de 2008) donde tuvimos oportunidad de conocer 19 mujeres con perfil muy semejantes, todas trabajadoras domsticas en Brasilia. El criterio para posteriormente seleccionar el grupo de diez fue el tiempo mnimo de tres aos de residencia en la ciudad y la disponibilidad para realizar entrevistas en profundidad. Con cada una de ellas fueron realizados un promedio de cinco encuentros durante el perodo comprendido entre marzo y octubre de 2009, y posteriormente, entre abril y diciembre de 2010.

    Las entrevistas en profunidad fueron realizadas con base en algunos ejes fundamentales que nos sirvieron como gua: el origen (recuerdos de infancia y juventud, familia dejada en Per), la familia hoy (relaciones dentro del ncleo, situacin financiera, resignificacin de los afectos), Brasil (destino elegido o no, prenociones sobre el pas) y Brasilia (la ciudad, interacciones con los ciudadanos locales).

    En este artculo nos concentramos ms en el anlisis de las respuestas dadas sobre este tlimo eje temtico, si bien entendemos, desde el punto de vista analtico, que los anteriores puedan aparecer como contextualizacin de la

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    situacin. Dentro de ste, realizamos el anlisis en funcin de dos principales categoras: (i) el estigma y la discriminacin que sienten y sufren, como consecuencia no slo de la situacin vivida en el presente, como tambin en el pasado; y (ii) la construccin del otro/a con sus diversas interpretaciones afectadas por creencias y valores.

    El anlisis se hace desde una perspectiva interaccionista facultando comprender los procesos de integracin social de estas migrantes. La migracin se presenta como un medio para cambiar de vida a travs de la oportunidad (o encrucijada) que la divisin sexual e internacional del trabajo les ofrece para emplearse en el sector de servicios domsticos. Las entrevistas en profundidad posibilitan reflexionar sobre cmo explican su integracin a la ciudad, el da a da en el trabajo, el sentido de estar especialmente afectadas por sus historias pasadas y por los proyectos a futuro.

    Cabe destacar que todas las migrantes con las que tuvimos oportunidad de conversar durante la fase exploratoria de nuestra investigacin, trabajan un promedio de 16 horas diarias, 6 das por semana. Algunas de ellas, aunque quisieran contribuir con nosotros, no tenan la posibilidad de encontrar momentos que permitieran la realizacin de las entrevistas en profundidad que proponamos. Otras tambin, manifestaban temor de hablar, sentimiento tpico de la migrante en situacin de intensa vulnerabilidad.

    Esto sucedi sobre todo con aquellas que estaban en situacin irregular de documentacin. La realidad de estas mujeres migrantes en lo que concierne a la documentacin es diversa. Algunas trabajan con lo que en Brasil se denoma visa de cortesa. Es un documento que puede ser otorgado nicamente por diplomticos8, y que les permite permanecer temporalmente en el pas bajo la responsabilidad de aquella persona que las contrata y que firma asumiendo su proteccin y seguridad. Es concedido por un perodo corto y puede ser renovado siempre que el empleador desee hacerlo. En caso que desista del contrato, la visa pierde valor y el empleador es responsable por garantizar el retorno de la trabajadora al pas de origen.

    Mientras dura su contrato de trabajo y, en consecuencia, mantiene la validez de la visa cortesa, la trabajadora est habilitada a trabajar nicamente para esa familia, quedando imposibilitada desde el punto de vista legal de cambiar de trabajo. Esta

    8 Recordamos que Brasilia es la ciudad capital del Brasil, ciudad administrativa sede principal del aparato estatal, del cuerpo diplomtico y de organismos internacionales.

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    situacin provoca una relacin de ambivalencia ya que, por un lado este documento las protege permitindoles trabajar, obtener ingresos para enviar para sus familias y de forma legal, pero por otro lado se genera una situacin de explotacin respaldada en lo que Weber denomina de poder de disposicin (1944: 63). O sea, la posibilidad de disponer, sea de hecho o garantizada por cualquier medio (coercin, por ejemplo), de la fuerza de trabajo. El trabajo domstico se transforma en ese trabajo y para ese empleador domstico. Estamos frente a una relacin asimtrica donde se pone de manifiesto el inters de una clase, y que puede asumir diversas formas, ya que se constituye por la interaccin y discusin de las experiencias cotidianas y las interpretaciones que de ellas se hacen (Bottomore, 2001).

    A pesar de esto, algunas asumen el riesgo y dejan empleos en las que son sometidas a condiciones de extrema precariedad. Eso significa quedar en situacin irregular de documentacin en Brasil. Muchas de aquellas que se encontraban en tal situacin, consiguieron obtener la residencia en este pas gracias a una Amnista9 concedida por el estado brasileo en el 2009. En sus lecturas de la situacin, encontramos elementos comunes en el grupo y otros especficos a cada migrante, cuando, por ejemplo, se manifiestan sobre los otros y las otras con quienes ellas interactan durante su experiencia de migracin, o cuando explican sentirse estigmatizadas y discriminadas, no slo por ser inmigrantes, sino tambin discriminadas por su identidad profesional.

    La alta concentracin de mujeres migrantes en el sector de servicios domsticos y de cuidados no slo se puede explicar por las decisiones que cada una de ella toma de migrar con base muchas veces en la expectativa de ganar salarios mejores que los que pueden tener en su pas de origen o, simplemente, tener un trabajo, sino que tambin resultan de procesos de discriminacin que encuentran sus races en la clase social, sexo, grupo tnico, estatus profesional y migratorio, que a su vez se apoyan en una naturalizacin de las diferencias (Comas dArgemir, 2009:184). Para muchas, la tarea de cuidar de los dems y de la casa se inicia desde que son pequeas, algo comn en contextos como el del grupo que aqu estudiamos.

    9 Es importante destacar que la Amnista anterior fue en el ao 1999. Al ser beneficiado por la amnista, la persona obtiene la residencia provisoria en el pas. La concesin de residencia permanente es dada despus de un perodo de dos aos de trabajo legal comprobado, entre otros requisitos. Cabe destacar que a inicios del 2012, Per ratific el tratado del Mercosur lo cual ahora permite a los ciudadanos peruanos residir legalmente en el pas. Esto sin dudas contribuye a disminuir la situacin de precariedad laboral para las migrantes, si bien que no da garantas del goce pleno de los derechos laborales.

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    Cuando mi padrastro sala para trabajar yo cuidaba a mis hermanos, pero era una nia y no saba la responsabilidad que tena..... Cuid mis hermanos hasta los 14 aos. (Luca)

    El origen social de ellas aparece como un marcador (estigma) que las distingue y las condiciona a desarrollar determinadas tareas, como la de cuidar de los dems. Algo que para el resto de la sociedad, e inclusive para ellas mismas, puede llegar a ser una tarea natural justamente por tratarse de mujeres y por pertenecer a un determinado estrato social. Es en este sentido que las mujeres migrantes aqu estudiadas, frente a una situacin de ausencia total de propiedad de bienes, lo nico que tienen para ofrecer es su trabajo sumado a la condicin de ser mujer, migrante, pobre, con poco (o ninguna) educacin formal y sin familia en Brasil que pueda demandarle tiempo generando tensiones con la demanda de trabajo. Se puede establecer un dilogo entre estas condiciones de vida en que se encuentran estas migrantes y aquello que Weber (1969) denomin de situacin de clase. Pese a que pueda parecer una contradiccin, tales condiciones poco ventajosas, o situacin de clase, que las caracterizan, se vuelven una ventaja competitiva en el mercado de trabajo siguiendo la perspectiva de un cierto perfil de empleador si se las compara con las trabajadoras domsticas nacionales.

    Preferimos las peruanas, pues son menos sindicalizadas [que las brasileras], ms responsables y dedicadas. Estn determinadas a mejorar de vida. Ellas no quieren para sus hijos la vida que sus padres les dieron. Eso resulta en una actitud de mayor compromiso con el trabajo (Empleador de origen europeo. nfasis aadido)10.

    Las migrantes que estudiamos viven o ya vivieron en el lugar donde trabaja y tienen muy pocas (o ningunas) actividades fuera de este espacio, hecho que resulta en un aumento de la utilidad total sobre el servicio recibido por el empleador en funcin de las horas extras diariamente trabajadas por las mujeres y sin remuneracin adicional. Este rgimen de trabajo lleva a que tales instancias sean muy restrictas a ese entorno especfico: lo domstico e interno. Es importante concebir dicha particularidad. Las tareas son trabajos domsticos en el mismo lugar en que viven y la tenue lnea entre trabajo-y-vivienda se desvanece cada vez ms. Por lo tanto, cabe discernir que es desde all que las migrantes

    10 La casi totalidad de nuestras entrevistadas no hablan en sus trabajos sobre la contribucin con nuestra investigacin. Sin embargo, hubo un caso de una de ellas que tena un buen dilogo con los empleadores y decidi contarles. De inmediato, su jefe manifest su deseo de conocernos. Por este motivo, tuvimos acceso a una conversacin, experiencia muy interesante e inesperada para el proceso de la investigacin.

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    configuran su nuevo destino y vivencia; desde esa perspectiva espacial postulan y soportan sus procesos simblicos para modelar sus interacciones. Aunque haya una disminucin gradual de la utilidad marginal (i.e. la utilidad generada por la calidad de su trabajo en cada hora a ms trabajada), desde una perspectiva nicamente economicista, resultar en un mayor beneficio final para el empleador.

    Mi cuarto, no es mi cuarto...en l slo duermo... slo puedo entrar a las 9 y media o 10 de la noche, para acostarme; me despierto a las 6 de la maana... y trabajo todo el da. Desayuno en 10 minutos, y en el almuerzo lo mismo... Mi jefa est todo el tiempo presionndome, pidiendo cosas, agregando ms y ms (Carmen).

    Siento asfixia de estar trancada. Preciso salir los fines de semana... por ejemplo ahora, me llamaron, pidieron para volver hoy sbado y dormir en la casa... pero yo tena planes de salir con mi hermana, or msica, descansar. Y como trabajamos en la casa... ellos disponen de nuestro tiempo libre. Te dicen: pero slo si puedes... pero como podra decirle que no puedo... Ellos me tratan bien, no tengo quejas sobre esto, pero el horario ellos no respetan. No hay forma de huir de esto. Cuando se vive en el mismo lugar de trabajo es as, ellos pagan y nosotros estamos para servirlos (Maria).

    De esta forma, se va conformando un orden social donde la distribucin de la honra social o prestigio social (Weber, 1969:58) deja prcticamente vaca la profesin de trabajadora domstica. Sin embargo, de acuerdo con Weber, la honra de estatus no precisa necesariamente estar ligada a una situacin de clase (1969:65). Destacamos, en ese sentido, las siguientes apreciaciones y precisiones por parte de una entrevistada,

    Por ejemplo... ahora que estamos aqu [restaurante al borde del lago11] de todas las personas que estn en las otras mesas ninguna percibe que yo trabajo en casa de familia. En este momento yo soy una ms de este grupo (Carmen. nfasis aadido).

    11 Un lugar destacado y especfico para un determinado sector de la poblacin de esa ciudad al que la entrevistada no tendra acceso a no ser por esta situacin creada en el proceso de la entrevista.

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    Ya rechac un empleo porque la seora quera obligarme a usar uniforme. Mira, las jefas peruanas adoran eso, insisten en que uno use uniforme. Sabes por qu? Porque ellas tienen miedo que las visitas de la casa no perciban quin es la seora y quin es la empleada (Carmen).

    En el cotidiano del trabajo, no slo se da una lucha por la sobrevivencia y por la realizacin de proyectos y sueos, sino tambin en algunas de ellas se da una angustia por la falta de estima social (Weber, 1969: 65). En el da a da sienten, sufren y eso parece alimentar mucho ms la motivacin en recuperar cierto prestigio social en el pas de origen para ellas y para sus familias. Parece ser como que en Brasilia ya no hubiera chances mientras continen trabajando en el servicio domstico. Y, cambiar de empleo parece algo imposible.

    Trabajar, luchar hoy para otorgar y en algunos casos devolver esa honra y estima social a los hijos e hijas, as como tambin a veces al marido/compaero, a travs del envo de dinero para que estudien, consuman y as despus en el futuro (aquello con lo que ellas suean) volver y usufructuar de esa honra que no tenan o no tienen. Trabajar en Brasilia se torna un medio de obtener o recuperar un estatus, independientemente que eso pueda suceder o no.

    Cuando regrese, voy a pedir a mis ltimas dos jefas que hagan una carta de recomendacin, pero como cocinera y no como empleada domstica. No es por mentir, pero s que all [Per] eso me da otro lugar a decir que en Brasilia fui empleada domstica. Mejor decir que trabaj como cocinera de diplomticos (Mara. nfasis aadido).

    Dentro de lo que podemos identificar como una misma clase social estara la profesin de trabajadoras domsticas, cocineras en casas de familia, jardineros, etc. Sin embargo, existen particularidades, de la misma forma que sucede con otros grupos sociales, que se refieren al desarrollo del estatus que, en la lnea de pensamiento de Weber (1969: 67), entendemos que se trata de una cuestin de estratificacin basada en la usurpacin.

    O sea, en el cotidiano del trabajo, estas migrantes relatan momentos de orgullo cuando son elogiadas, por ejemplo, por los invitados de sus jefes por motivos de la buena calidad de la cena que preparan. Habra ciertas tareas asociadas a recompensas especiales por la posibilidad de interactuar con invitados detentores de un alto grado de honra y estima social (ministros, diplomticos). Segn alguna

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    de ellas, eso las torna especiales y diferentes de las trabajadoras domsticas brasileras. Pues, cocinar para eventos importantes les devuelve cierto estatus usurpado durante la mayor parte de su tiempo de trabajo y, a veces, tambin en el tiempo de ocio.

    Esto significa que no siempre ellas se sienten desacreditadas o estigmatizadas; por momentos algunas sienten que consiguen pasar a la categora de las personas desacreditables, sirvindonos de conceptos goffmanianos. En el momento de la interaccin, sea en el mbito laboral o no, las migrantes, como cualquier persona, buscan manipular la informacin sobre aquello que las marca socialmente. Evidentemente que las posibilidades reales de manipular tal informacin muchas veces son pocas, pues estn las caractersticas de aquello que no puede ser escondido: los trazos fsicos, la forma de hablar o vestir, y que ellas sienten como un estigma.

    EL ESTIGMA Y LA DISCRIMINACIN: EL SUFRIMIENTO DE LAS CHOLAS

    En el marco de esta investigacin, entendemos que estas mujeres migrantes al llegar a Brasilia, una experiencia completamente nueva, ocupan un espacio en donde no slo dejan sus marcas como tambin son marcadas. Pasan a ser un habitante ms de una ciudad que cambia y a su vez las transforma, que las absorve en diversos grados, intengrndolas, rechazndolas, pero que difcilmente las ignora. Cuando el inmigrante y el nativo se encuentran en la presencia inmediata uno del otro, ocurre una de las escenas fundamentales de la sociologa porque, en muchos casos, esos momentos sern aquellos en que ambos lados enfrentarn directamente las causas y efectos del estigma (Goffman, 1988:23).

    Cuando estaba esperando Amelia llegar, me qued sentada en un paradero de mnibus, sabiendo que en ese ya no paran ms. Parece que era uno antiguamente, pero ahora ya no ms. Entonces... yo vea las personas pasar caminando y me miraban. Todo el mundo pasaba y miraba, pero nadie me deca nada... Comenc a reir y pensaba, esos brasileros deben estar pensando pobre, esa indgena, ella no sabe que aqu no pasan ms mnibus [re mucho] Pero claro que yo s! (Teresa. nfasis aadido).

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    Resulta interesante evaluar qu elementos nos permiten definir quin puede ser de hecho considerado habitant de la ciudad y quin est habilitado a ser llamado de barbare. O sea, quin es que posee la marca del igual y normal, y quin carga la marca del diferente y extrao (Vidal, 1996:47). Esto porque interesa comprender cmo ese contacto entre husped (barbare) y anfitrin (habitant) se vive, se explica y se siente, se niega y se afirma, se representa y se traduce en el nuevo contexto de interaccin.

    Para estas migrantes muchas veces el anfitrin, el considerado normal e integrado por ellas mismas, puede ser tambin un jefe que es extranjero. Sin embargo, es alguien que, diferentemente de ellas, recibe otro estatus profesional, posee otras marcas visibles que si bien no le inhiben su diferencia frente al ciudadano local, stas generalmente no lo colocan en situacin de inferioridad social, sino por el contrario. Se trata de diferencias que marcan su condicin de ser diplomtico, alto funcionario de organismos internacionales o familiares de stos. O sea, tenemos el caso de un diferente por su condicin de extranjero y empleador, que recibe a otra diferente y, en ese contexto de interaccin laboral, quien recibe pasa a ser un anfitrin para la mujer migrante que establece una relacin contractual de servicio para con l. Es la marca de aquel que le concede, por medio de la visa cortesa, la posibilidad de estar en Brasilia. Por lo tanto, es un extranjero diferente porque: da, otorga, permite, posibilita y, de cierta forma, compromete.

    Tenemos, por lo tanto, de un lado una mujer migrante que sufre por el choque cultural, por el nuevo estilo de vida, por tener que aceptar su identidad profesional durante las 24 horas, ya que vive y trabaja en un ambiente donde es considerada trabajadora domstica, pero nunca ser reconocida en su papel de madre, esposa, amiga, vecina. Y por otro lado, un empleador muchas veces extranjero pero sentido como alguien del lugar por estas migrantes. Pues es quien dicta las normas de trabajo y de convivencia cotidiana, su familia es la que demanda los servicios e interacta con ellas siempre en la condicin de empleada de la familia los siete das de la semana y a toda hora.

    En esta lnea, entendemos que en la interaccin de una conversacin entre lo que Goffman denomina como contactos mixtos, en el intercambio de miradas, en los silencios, se reafirman prenociones tanto de un lado como del otro. Quien carga el peso de un estigma (marcas en su propio cuerpo, formas de hablar y expresarse), o sea, aquel que se siente en condicin inferior o de diferencia con relacin al otro, experimenta un estar en exhibicin en una escena que le causa

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    fuerte sensacin de no saber aquello que los otros estn realmente pensando de l. O, incluso, puede responder anticipadamente a travs de una capa defensiva que le otorga un cierto bienestar o sensacin de dominio de la situacin (Goffman, 1988:22-26).

    La presencia del otro que juzgamos como diferente, nos coloca de inmediato frente a un espejo que constantemente est proyectando nuestra capacidad de aceptar nuevas formas de alteridad. Esto tanto desde el punto de vista del que recibe como del que llega. Significa decir que, la capacidad de aceptar otras formas de vida es colocada a prueba no slo para el habitante local, sino tambin para el propio sujeto migrante que llega y pasa a ser o sentirse diferente a los dems, sean estos los habitantes del lugar que le acoge o aquellos dejados para atrs.

    All en Per, en Lima, las personas discriminan. Nos miran mal a los que venimos del interior, que somos campesinos. Por ejemplo, cuando voy a visitar mi familia, quedo muy nerviosa en el aeropuerto al llegar a Lima. No me sucede eso en Brasil, aqu no, pero all, parece que el polica peruano a quien debo entregar los documentos me mirase como diciendo vamos a ver... aqu viene esta cholita. Ellos discriminan mucho. (Teresa. En negritas: nfasis de la entrevistada. En cursivas: nfasis aadidos).

    Puede entenderse que tanto en el caso del barbare como del habitant, al depararse con lo que Goffman denomina de contactos mixtos, van a interactuar en funcin de la significacin atribuda a la situacin. Los significados que toda accin, todo acto de interaccin, poseen para un individuo son resultado de procesos de interaccin previos (lo ya vivido) y de la interpretacin propia (self interaction, manipulacin de significados), tambin formada en el contexto de interaccin (Blumer, 1998). Entendemos que Goffman piensa un ser humano activo (agente), que lleva adelante estrategias para (sobre)vivir con sus recursos, debilidades y posibilidades contextuales: frente a los otros somos vulnerables a que sus palabras y gestos traspasen nuestras barreras psquicas (...) pero, tambin tenemos recursos para hacer vulnerables a los otros (Goffman, 1983:4). Significa, por lo tanto, que esa presencia corporal en la nueva ciudad entre los contactos mixtos no slo ofrece riesgos, sino tambin posibilidades de accin.

    Nuestra lengua es el quechua, entre nosotros aqu [Braslia] hablamos siempre quechua. Cuando llegamos por primera vez

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    a Lima, hace aos, senta mucha vergueza de hablar porque las personas me miraban de una forma... yo saba que era porque estaba hablando mal. Despus s, con el tiempo me acostumbr a hablar el castellano. (...)Yo intento mantener mi lengua, siempre habl quechua con mis hijas. Ellas entienden todo, pero no les gusta hablar, me responden siempre en castellano. Creo que sienten verguenza, porque los cholos somos muy discriminados en Lima. Aqu [Brasilia] no tanto, no siento tanta verguenza cuando preciso hablar portugus, quedo nerviosa s, pero, no me siento tan mal as como me sucedi al inicio all (Teresa).

    El problema de la discriminacin y el racismo en Per, entre los propios peruanos, se constituye en uno de los ms graves conflictos sociales. Para Cardoso de Oliveira (2000), el problema social de la discriminacin dentro de las fronteras del propio pas, es un elemento que debe ser llevado en cuenta en la dinmica del proceso identitario. Esta discriminacin dentro de Per con las cholas, hace que muchas de las migrantes entrevistadas manifestasen sentirse ms aceptadas en Brasilia que en Lima. Entendemos que la discriminacin que pueden sufrir en Brasilia pasa ms por una cuestin de relacin de trabajo, donde ellas sienten mucho ms el estigma por ser trabajadoras domsticas, que por la condicin de ser inmigrantes.

    La seora casi no habla conmigo, la verdad que es una vida de mucha soledad. Siento que ella me discrimina bastante, as como los hijos, slo me hablan cuando estn saliendo de la casa que dicen chau Teresa, es todo lo que me hablan (Teresa).

    La posibilidad de sentirse discriminadas por los habitantes locales, por el hecho de ellas ser extranjeras, de hablar diferente y tener trazos indgenas, por ejemplo, aparentemente no lo han sufrido mucho. A simple vista eso puede ser constatado como un punto pacfico, pero toma otra figura bastante opuesta cuando analizamos la situacin y entendemos que lo anterior puede ser explicado, en cierta medida, por la poca participacin de ellas en actividades fuera del trabajo debido al poco tiempo libre disponible y, sobre todo, entendemos que esta percepcin resulta del contrapunto que hacen con las situaciones de discriminacin anteriormente sufridas en su pas de origen cuando llegaron del interior a vivir a Lima. La marca del sufrimiento por ser discriminadas dentro del

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    propio pas, por el hecho de ser consideradas cholas, afecta la interpretacin que hacen del presente vivido y las situaciones de discriminacin.

    Aqu en Amrica Latina, las personas que tienen la posibilidad de casarse con alguien de una clase superior, con un trabajo mejor y, por lo tanto, mejoran de posicin, esas se sienten como si fuesen reinas y los otros [las empleadas] los vasallos. Son muy clasistas... clasifican a las personas (Carmen).

    Observemos que Carmen comienza hablando de las personas y poco a poco pasa a hablar de un contrapunto femenino que hace alusin directa a la figura de la seora con quien ellas interactan ms en el contexto laboral. Podemos afirmar que en su presente en Brasilia se sienten menos cholas y bastante ms annimas o menos estigmatizadas desde ese punto de vista. Sin embargo, la situacin de confinamiento en que viven, el sentimiento de estar aisladas, as como el vaco de honra y falta de estima social que sufren por su profesin, afecta mucho la forma en que ellas leen su entorno y caracterizan a los otros y las otras con quienes interactan.

    LA CONSTRUCCIN DE LOS/AS OTROS/AS

    La alteridad es una categora fundamental del pensamiento humano, pues, de acuerdo con Beauvoir (1976:18), ninguna colectividad ir jams definirse como tal sin de inmediato apuntar para el Otro. Este otro, as como su propio self, tendrn siempre alguna(s) cualidad(es) que los particulariza, algn adjetivo para nombrarla(s) y que, muchas veces, acaba tornndose un estigma. O sea, una marca caracterstica que los incluye (nosotros) o los excluye de un determinado grupo (ellos/as) o categora.

    El trmino categora es perfectamente abstracto y puede ser aplicado a cualquier agregado, en este caso a personas con un estigma particular. Gran parte de aquellos que se incluyen en determinada categora de estigma pueden referirse a la totalidad de los miembros por el trmino grupo o un equivalente, como nosotros o nuestra gente. De igual forma, los que estn fuera de la categora pueden designar los que estn dentro de ella en trminos grupales (Goffman, 1988:32).

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    El otro con relacin al nosotros, o al yo, puede por momentos ser aquel que hace parte de nuestro grupo de referencia. No siempre el otro es el que es completamente diferente y extrao. Significa que, en nuestra investigacin, no siempre el otro ser el ciudadano local (habitante de Brasilia), o los empleadores con quien se establecen relaciones ms verticales que de pares.

    Nosotras, como extranjeras que somos, tenemos que aguantar bastante cosa, callar la boca en muchas ocasiones, cosa que no ocurrira se ellos hubieran contratado una empleada brasilera. Las brasileras... ellas s, van a quejarse caso no respeten sus horarios, no van a quedarse calladas. Adems, tambin yo siento miedo de cambiar de empleo. Mismo que ya me sucedi en el trabajo anterior de no tener un buen salario, cuando uno se acostumbra a la relacin con la familia, a los hbitos de ellos, se siente miedo de cambiar. Porque uno vive en la casa, entonces nunca se sabe cmo ser esa relacin con ellos, cmo uno va a ser tratada (Diana).

    Ese otro para estas mujeres, tambin pueden ser otras migrantes en situaciones semejantes, provenientes de Per o de otros pases12, o las brasileras a quienes poco conocen. La propia familia dejada en el pas de origen puede convertirse por momentos en el otro con quien las migrantes se contraponen por las diferencias en los valores, creencias que surgen como consecuencia de los cambios que van experimentando durante el proceso migratorio y con quienes mantienen contacto a travs de diversos medios de comunicacin.

    Observamos inclusive durante las entrevistas que aparece un sujeto masculino como un otro al cual se contraponen; o sea, un otro ms abstracto al que las migrantes hacen referencia en muchas oportunidades como los hombres y, de cierta manera, lo reconfiguran en la relacin que establecen a partir de los relatos: la nueva vivencia les permite el proceder a dar nuevos significados a las interacciones masculino-femenino, mantenidas antes del proceso migratorio. Qu suceder caso alguna de ellas regrese, es algo que no puede ser determinado desde estas instancias de vida que ellas tienen en Brasilia.

    Yo como mujer espero que el hombre que est a mi lado pueda decir tambim mira yo estoy aqu, para apoyarte,

    12 Durante nuestra investigacin de campo exploratoria (2008), conocimos trabajadoras domsticas migrantes provenientes de otros pases como: Bolivia, Honduras, Colombia, Paraguay, Ecuador. Sin embargo, en Brasilia, el colectivo de las peruanas empleadas en el sector domstico es el mayor.

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    defenderte... simplemente me he sentido muy sola... pues no he visto ese hombre a mi lado, que me defienda... simplemente he quedado sola, para defenderme... y me pregunto... puxa vida!13.. soy hombre o soy mujer? [re] (Eloisa).

    Los hombres son muy dominantes, creo que an ms aqu, en esta regin... Aqu en Amrica del Sur... pero tambin en Amrica Central... (Diana).

    En esta lnea de pensamiento, observamos que, una categora puede funcionar en el sentido de favorecer entre sus miembros las relaciones de formacin de grupo, pero, sin que en su conjunto total se constituya un grupo (...) (Goffman, 1988:33). Adems, siguiendo el pensamiento de Goffman, y tomando en cuenta la ambivalencia del vnculo que las migrantes pueden establecer con el grupo de otras migrantes, con grupos dejados en las comunidades de origen o con la propia familia, es comprensible que puedan ocurrir oscilaciones en el apoyo, en la identificacin y participacin en el mismo.

    Hace pocos das me llam Amelia y me dijo te vas en septiembre? Yo fui bien sincera, le dije que estaba cansada de todo esto... Ella me sugiri, no, vamos a buscar juntas otro empleo. Pero... como ya te dije, yo ya no quiero ms esta vida para m. Despus de algunos das, Amelia vuelve a llamarme, y toca en el mismo asunto. Para resumir, yo termin la conversacin diciendo nadie puede ser feliz lejos de su familia, lejos de sus hijos, y le cont todos mis proyectos que pienso llevar adelante retornando a Per. Sinceramente, creo que eso la deja furiosa, siempre est dicindome la misma cosa espera, espera dos aos ms, regresando, podemos trabajar juntas, no vas a olvidarte de m? No? (Carmen).

    En otra instancia de nuestra conversacin, Carmen nos expresaba:

    Me cans, s me cans de en mi tiempo de descanso estar siempre con ellas [otras migrantes]. Slo se habla de trabajo, de la familia, de la nostalgia, y eso cansa... me he quedado ms por mi lado, me gusta leer y a veces me quedo acostada

    13 Expresin apropiada por la migrante del portugus. Sinnimo de Mi Dios!.

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    leyendo, descanso un poco y no estoy siempre en la misma (Carmen).

    Este tipo de situaciones provoca los denominados ciclos de incorporacin (Goffman, 1988:47) en los que tanto se aceptan oportunidades de participacin en el grupo, como tambin pueden recharzarse y luego volver a aceptarlas. Inclusive, agrega el autor, habr oscilaciones correpondientes en las creencias sobre la naturaleza del propio grupo y sobre la naturaleza de los normales14 (ibidem). Podemos agregar, que hay oscilaciones sobre cmo ellas se ven a s mismas mujeres, migrantes, madres, esposas, amigas, empleadas capaces de salir adelante, pero tambin, por momentos cansadas por no ver alternativas a su situacin presente. Estas formas diversas que una misma migrante tiene de auto-interaccin producen cambios en sus formas de ser y estar con los otros y otras.

    CONCLUSIN

    Como cualquier ciudad, Brasilia ofrece oportunidades, en mayor o menor grado, de ser recorrida, de ser vivida. Sin embargo, para el caso de muchas de estas migrantes, al vivir y trabajar en un mismo local, pierden la instancia que el resto de los trabajadores poseen de volver para casa diariamente, de trasladarse de barrio, y ocupar espacios donde puedan asumir otros papeles sociales diferentes de aquel de ser trabajadora domstica. Las formas de interaccin son reducidas y establecidas casi exclusivamente en el contexto de una relacin laboral, podramos decir, las 24 horas. Eso no es insignificante cuando buscamos comprender de qu maneras y sobre cules particularidades se establecen las significaciones de mis situaciones de vida y las del otro.

    El lugar que ellas hoy ocupan, as como el que podrn ocupar en el futuro, se construye en relacin a personas, espacios, funciones en la familia y en la sociedad en general. Ese lugar se explica y se relata mucho en relacin al dominio masculino y al del trabajo, sea de forma implcita o explcita. Ntese que el espacio del trabajo y la relacin con lo masculino son, generalmente, vividos como los dominios de la autoridad, y se constituyen como sus pontos fuertes de referencia, inclusive viviendo lejos de figuras familiares que tanto marcaron sus vidas. Aqu entramos en otro aspecto importante, no slo de las reconfiguraciones de lo masculino o femenino en s, sino de las relaciones. De los lazos que se

    14 El autor se sirve de dos trminos: los normales y los estigmatizados.

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    restablecen desde y en la experiencia de la migracin y que tensionan las formas de relaciones anteriores que an mantienen los que quedaron en el lugar de origen. Eso otorga la posibilidad de comprender que tambin lo que qued all en la tierra se hace presente y constante en el aqu migrante y debe ser cotidianamente negociado.

    Tambin el lugar de ser mujeres proveedoras del sustento material para sus familias, se conforma en funcin de los proyectos para cuando dejen de ser trabajadoras domsticas, cuando cambien de vida, siempre con muchas dudas sobre qu ser de ellas. Hoy son ellas que cuidan y sirven a los otros, maana ser que habr alguien para cuidar de ellas?

    Podemos decir que viven el presente marcado por una actitud sacrificial muy fuerte alimentada por los sueos de que un da a travs de sus hijos que quedaron en Per y estudian, o del dinero que economizan para en un futuro invertir, puedan deshacerse de esta identidad profesional (trabajadoras domsticas) que les provoca un sentimiento de vaco de honra y falta de estima social. Sentimiento que no slo es producto de la interaccin con esos otros y otras que encuentran durante de su proceso migratorio. Se trata de un sentimiento que tambin refleja mucho de cada una de ellas, por la experiencia de discriminacin sufrida a lo largo de sus historias de vida.

    Es por todo esto que, durante esta experiencia migratoria, las migrantes van tomando mayor conciencia de las diferencias entre ellas y los otros; diferencias que identifican en el mbito de las interacciones cotidianas como estigmas que las marcan a ellas y a los dems. Hablamos de una toma mayor de conciencia de tales diferencias, porque el propio proceso de migracin, el hecho de tomar distancia con su cultura de origen, sus grupos de referencias y sus afectos, as como el contacto con una nueva cultura y nuevos valores, van produciendo cambios en lo que ellas consideran como otros y otras.

    O sea, los empleadores (autoridad), el padre o marido dejado en el pas de origen (autoridad que en algunos caso va cambiando el peso que tienen en sus vidas), las otras migrantes (relacin de pares), los ciudadanos locales de Brasilia, la familia en general (a quien ellas deban explicaciones, pero ahora ya no tanto), los hijos (con quien establecen ya no slo relacin de cuidado y proteccin como tambin sentimientos contradictorios por ser las nicas proveedoras del sustento material), y, finalmente los hombres como categoria abstracta mencionada de forma recurrente durante las entrevistas a quienes ellas parecen contraponerse buscando encontrar y delimitar su lugar como mujeres.

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    Son mujeres que suean, toman decisiones siempre que les sea posible. Son migrantes y sobrevivientes que viven para servir y luchan para un da vivir sus propias historias, ya no ms la de los otros. Estos otros y otras que siempre sern parte de sus vidas y de sus historias.

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    ANEXO

    Perfiles de las migrantes Edad Llegada

    Brasilia Veces

    retorn Per

    Motivos migracin

    Documentacin Brasil

    Familia Per Profesin antes de la migracin

    Amelia 49 2004 nunca pagar deudas Irregular hasta Amnista 2009

    marido y ama de casa

    Casada pagar facultad dos hijos Limpiadora de los hijos Vendedora

    Teresa 48 2006 dos: visitar familia

    dar sustento familia

    Irregular hasta Amnista 2009

    marido, dos ama de casa

    Casada consultar mdico

    pagar facultad hijas

    hijas, un hijo Limpiadora

    una nieta Desempleada

    Elena 42 1998 una: visitar famlia

    juntar dinero Irregular hasta nacer

    madre, hermanos

    Estudiante

    Casada c/ retornar estudiar primer hijo Cantante peruano Facultad (4 hijos en

    en Brasilia Brasilia) Carmen 40 2005 una: fines

    2010 pagar deudas Visa Cortesa marido, tres micro-empresaria

    Casada no retourn

    hijos textil

    Mara 39 2005 una: 2011 y

    pagar deudas Visa Cortesa Enamorado vendedora calle

    Soltera no retourn

    ahorrar abrir pequeo

    madre, sobrino empleada de

    emprendimiento su hermana Carmen Marta 48 1990 dos: visita Trabajo:

    acompa Irregular hasta

    casamiento Madrina Trabajadora

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  • Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012

    Recibido: 01 de Junio de 2012

    Aceptado: 09 de Septiembre de 2012

    casada c/ familia peruana (no tiene hijos) Domstica brasilero que migr Brasilia Mariana 41 1991 nunca Trabajo:

    acompa Irregular hasta

    casamiento Hermanos Trabajadora

    Casada c/ familia peruana primos Domstica brasilero que migr Brasilia (2 hijos en

    Brasilia)

    Luca 32 2005 tres: visita Trabajo: contratada

    Irregular hasta Amnista 2009

    Hermanos Trabajadora

    Soltera familia peruana Domstica que ya viva

    Braslia

    Eloisa 46 2002 dos: visita Trabajo: acompa

    Visa Cortesa tres hijos micro-empresaria

    Divorciada familia americana pequeo negocio con ex-marido

    luego de migrar

    1o en Argentina

    2o Suriname, 3o Brasilia

    Diana 29 2006 nunca, cuando retorne

    trabajo, mejor Visa Cortesa Enamorado Trabajadora

    Soltera ser para quedarse en Per

    Salario Domstica

    89