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phtls capitulo 18

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A

fnales

del decenio de

1960, el

doctor

R,

Ada¡rs

Cowley

concibió laidea

de un

periodo

tempora.l

crucial

durante

el

cual

es

importa¡te

empezax

la

47Cj

SOPORTE

VITAL

DE

TRAUI\4A

PREHOSPITALARIO.

OCTAVA EDICIÓN

atención dennitiva

del

paciente

con tmumatismo

y

lcsiones

críticas.

En

un¿

ent¡evista

expresó:

Hay una "hom

dorada" entle la vida

y

la

mue¡te.

Si

ustcd

es

lesio,

nado

gravemente,

cuenta con menos de

60 minutos

par¡

sob¡e-

r.ivir.

Tal

vez

no muem

entonces,

puede

ser 3

dias o 2 semanas

después,

pe¡o

algo ha

pasado

en

su

cuerpo

que

es

ineparable.l

¿Hay

una base

para

este concepto?

la

respuesta

es,

defi:riti-

vamente,

sÍ No obstalte,

es

impofta¡te

darse

cuenta

de

que

un

paciente

no siempre

tiene

el

lqio

de una

"hora

dorada-" Aquel

con una

he¡ida

penetrante

del

coüzón

puede

conta¡

con sólo unos

minutos

paxa

recibiI

una

atención

defnitiva antes de

que

el shock

causado

por

la lesión

se luelva

irreve¡sible,

En el otro lado

del espectro

se

encuentra

un

paciente

con

üra

hemorragia intema

lent¿"

en

proceso,

por

u¡ra

fractua

de

fémur

aislada, quien puede tener

l?¡ias

homs o

más

pam

alc¿fizar el

tratamiento

defnitivo

y

logar

la reanimación.

Debido a

que

la ¡l¿¡ru dor?d¿ no

es

un

periodo

estricto

de

60

minutos

y

va.ría

de un

paciente

a

otro, con

base

en

las

lesiones,

la

denominación

miás

ap¡opiada

que

debe

usarse es

Periodo

de

ote,

Si

un

pacicnte

gmvemente

lesionado

puede

obtener

atención

defi-

nitivq

esto

es, el

conhol de la hemorragia

y

su rea¡imación

dent¡o

de

ese

Periodo

de

oro

particula¡,

su

posibilidad

de supervivencia

mejora

mucho.¿ El Comité

de

Tfaumáología

del

Anelican College

of Surgeons

(ACS)

ha utilizado el conce.pto

de

Periodo

dorado

pa¡a

enfatiza¡

la

import¿ncia

del tr¿nsporte de

un

paciente

a

insta-

Iaciones donde

se disponga de irunediato

de cuidados expertos

de

h¿umatología.

Ningura

lamad4

escena¡io

o

paciente,

son iguales.

Cada uno

requiere

de la

flexibilidad

de

los

proveedo¡es

de

atención

de la salud

para

actuar

y

reaccionax

aJrte las

situaciones

confomre

se

prcsentan,

El cüdado

prehoq)italario

de

traumatologa

debe

reflejar

estas

contingencias. Sin embargo, las

metas

no

ca¡nbian:

l. Tener acceso

al

paciente.

2.

Identiffcax lesiones

que

ponen

en

riesgo la vida

3.

Prepara¡

y

transpoftax

al

paciente

a

las instalaciones

apro-

piadas

más cercanas en el

menor

tiempo.

La

mayoría

de las

técnicas

y

principios

discutidos no

es

nueva

y

se incluyen en

los

prog¡amas

de

t¡atamielto inicial.

El

Soporte

lital

de txauma

prehospit¿lado

(PlITfS)

es diferente

en

las

siguientes

formas:

l. hovee

pnícticas

actuales de

trutamiento

basada,s en

pr.ue-

bas

paxa

el

paciente

de

traunatologí¿

2.

Brinda un abord4je

sisterirático

paxa

establecer

l¿¡s

pdo-

rid¿des

de

La

atención

del

paciente

de

traumatología

que

presentó

lesión

en

múltiples

órganos, ¿pa¡?tos

y

sistemas.

3. Provee

un

esquema

o¡ganizado

para

las

intervenciones.

El

progra¡u

de

PIITIS

instn¡ye en

el sentido de

que

el

prc

veedor

de atención

prehospitala¡ia

puede

hacer

juicios

correctos

que

lleven a

un

buen

resultado

sólo si esá

provisto

de una buena

base de

conocimientos.

Los

fundamentos del

p¡og¡ama

de PHTLS

son

que

la atención

del

paciente

debe ser

guiada

por

el.Tuiicio, no

pot

vr

ptttocolo,

de

ahí

e.l detalle médico

pro\,isto

en este

curso.

En

este

capítulo

se abord¿ür

y

"se

coq¡mt¿¡"

los

aspectos clave de los

cuidados

de tlau

mal

ología

prehospiLa.laria.

Por

qué

rnuel.en

los

pac ¡entes

de ü|"aLttr.|a

l.os estudios de análisis

de las

causas de muefe

de los

pacientes

de

haunatología revela¡r va¡ios

tenas

comunes.

Un

estudio

de

miás

de

700

muefes de

pacientes

tr"ümatizados

en

Rusia

mosüó

que

la mayoía

de éstos

sucumbieron rápidarnente

debido

a

que

sus

lesiones

podían

clasifica¡se en

una

de

las

siguientes tles

categorías:

pérdida

sa¡rguínea

masilla

aguda

(369¿t,

lesión

gr¿ve

de

órganos

ütales

--{omo

el

ce¡ebro-

(30%)

y

obstrucción de

vías

respi¡ate

rias

e insuficiencia ventilatoria

aguda

(25%).r

En

un

estudio

publicado

en

el año

2010

se documento

que

76% de los

pacientes

que

muriercn

úpidamente fue a

causa

de

lesiones

en

cabez4 aorta

y

corazón,

cuya supervivencia

eru

imposible.'

En

un

an¡ílisis de 753

pacientes

de

t¡aunatología

que

murieron

debido a sus lesiones en

un centro

hoslitalaxio de nivel

I,

el doctor Ronald

Stewaxt

y

colabor¿dores.

encontra¡on

que

5l% muúeron

por

taumatismo

$ave

del sistema

nen'ioso

central

(SNC)

(p.

ej-,

lesión

encefáüca

traunática),

21%

por

shock irreversible,

25%

por

tmumatismo

grave

del

SNC

y

shock irle-

versible,

y

3%

por

insuficiencia

de

ó€anos

mrlLltiples.s

Pero

¿qué

les

está

ocurrie.ndo a

esos

pacientes

en

el ámbito

celular?

Como

se

abo¡dó en

el

Capítulo

4

(Fisiología

de la vida

y

la muerte),

el

proceso

metabólico

del cue¡po

hu¡na¡o

es impulsado

por

la energ4

de

mane¡a

semejante a

cualquier

¡n,&uina-

El shock

se considera un

fraca.so

de

la

producción

de

energía en

el

cuerpo.

Como las máquinas,

el cuerpo

humr¡o

genera

su

propia

energí4

pero

debe

tener

combustible

pa.¡?

logra¡lo. Los combustibles

del

cuerpo

son oúgeno

y glucosa, y puede

alrna.cna¡

ésta en forma

de

carbohidratos

complejos

(glucógeno)

y

gmsa

para

usarla

poste-

riormente.

Sin embaxgo, el oígeno no

se

puede

almacena¡.

Debe

se¡

provisto

constantemcnte

a las células del cuerpo. El

ate atmosférico

que

contiene oxígeno llega

a

los

pulrnones po¡

acción del

diafragna

y

los múscr¡los

intercosta-les,

se

difunde a havés

de la6

parcdes

alvec

la¡es

y

capilares, donde

se

une a Ia hemoglobina

en

los eritrocitos

(RBC), y

después

se

transporta a los tejidos corporales

por

medio

del

apaxato

ci.rculatoúo. En

presencia

de

o{ígeno,

las

células

de

106

tejidos

"queman"

la

glucosa

mediante una serie

compleja de

proce-

sos

metabólicos

(glucólisis,

ciclo de

lcebs

y

t&nsporte de electro-

nes)

a

fin de

producir

Ia energía necesa¡ia

para

todas las ñmciones

coq)orales. Esta

energͿ se

almacena como

trifosfato

de adenosina

(AIP).

Sin

suficiente

energia

(ATP),

las

actividades

metabólic¡s

esen-

ciales no

pueden

realizarse

de nu¡era

norrnal,

y

las células empiezan

a

morir

y

los

drganos a

presenta-r

insunciencia.

La

sensibiüdad

de las células ante la carencia de oxigeno

va¡ía

de

r.rn

órgano

a

otro

(figu¡a

l&D. I¿s

células de

un

órgano

pueden

dañaxse

fat.l.lment€,

pero

continúan ñmcionando durante

algún

tiempo

(véa¡se

las

complicaciones

del shock

prolongado

en los

Capítulos

,1

y

9,

Fisiología de Ia vida

y

Ia muerte

y

Shock respectiva

mente).

Esta muerte diferida de las células,

que

provoca

insuficiencia

de los ó¡ga¡ros, es lo

que

el

doctor Cowley ¡efeía

en su not¿ original.

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cAPfTULo

18 Princ

pios

dorados de

la atenc ón

de

trauma

prehospitalarrario

477

Figura'18-1

Cuando el corazón es

privado

de

oxígeno,

Jas células

mrocárdicas

no

pueden

producir

suficiente

energía

para

bombear

sangre

hacia

los

demás

tejidos.

Por ejemplo, un

paciente perdió un número significativo

de

eritrocitos

y

volumen sanguíneo después

de una

herida

en

la

aorta

por

arma de

fuego.

El

corazón continúa

latiendo durante

varios

nrinutos antes de

fallar.

El rellenado

del sistem¿

vascular

después de

que

el

corazón

ha estado

stn oxigeno durante

varios

rninutos no

restab ecerá

la

función

de las células

lesionadas,

proceso

que

se denom¡na shock

irreversible.

Aunque la isquemia

puede

dañar virtualmente todos

los

tejidos, como se observa en el

estado de shock

gr¿ve,

el daño

de los órganos

no ocurre

a

rnisrno tiempo.

En os

pulmones

suele

ap¿recer el síndrome de

insuficiencia respir¿tor¡a

¿guda

en

las 48 horas sigu entes a un suceso

isquérnico,

en

tanto

que

las

insuficiencias renal

y

hepátlca agudas

se

presentan

por

lo

general

varios

días

después.

Aunque todos

los telidos

corporales

se

ven

afectados

por

la

nsuf c

enc

a de oxigeno,

alqunos son

más

sensibles a

la isquemia. Por ejemplo,

un

pac

ente

que

tuvo una lesión encefál c¿ traumática

puede

presentar

edema,

lo

que

desemboca

en

un

daño

cerebral

perrnanente.

Aunque las

células cerebr¿les

de

n

vel

elevado

dejan de

funcion¿r

y

mueren, e resto

de

cuerpo

sobrev

ve

y p.rede

f.r.cioldr

dur¿nLe

¿no..

t.

Garantizar

la seguridad

de

los proveedores de atención

prehospitalaria

y

el

pac¡ente

La seglrri(lad

en

el csccna¡io sigue si(\rdo la

llláxirnd

priodd¿d

¿rl

¿tril)ar a todo sitio

dcl

{ll¡e

se

hizo

un^

ll¿nl¿(la

pü?

solicit¿r

¿lyuda

médic¿.

Los

pro\,oc(lores

dc ¿fencil')ll

plehosl)il¿l¡ri¡

dcbell cles¿l

üollal

y pradi(tu

una alerl¿

sittlacidlill

en

túl()s

los

tipos

(lo

cscc-

nario

(Figua

l&2). I)i(ha ale¡fa

no sób ir(luye ia scgulid¡d del

pacicnfo,

sino 1¿r¡lbién

l¿L de

qllicnes

¡-espon(lcD anto

t¡na

tug([cia.

(l)n

b¡Lse

en

la

inforin?¡ción

p¡o\ista

p()r

el

dcsp¿cll¿l(lo¡.

a

n1cnudo

se

puc(len

plevor

las

anrenazils

poterlaialcs

arltes

de

llcgar al

csce-

n¿rrio.

En

un¿ colisi(i

de

vdrículos ¿rutomoll)r'cs.

IiLs

silu¿r(iones

del riesgo

puedr.n

ür(luir tráfiao. maleri¿ücs

pcligros{)s,

incerrdios,

derranlcs de

(

{)¡[bustiblc

y caí(li¡

de

lÍncas dc cncrgia

eléctrica.

En

un

inci(lente

quc

involucra a un{

\íctimá

c(nr

una hc¡ida

por

¿rma

(le

fuego.

tal

lcz r'luie¡l

la

causó

¿ún

se

encu€1ltfe

en cl ¿rea.

Figura 18-2

Gar¿ntrce

la

segufid¿d de o

p¡ovecdores

de

¿tencrón

prehosprl¿

¿r

a

y

el

p¿c

ente.

¡rren¡e

o

lofe5

& B¿rt eli

te¿fn

¡g

Fotoqrdii¿ .le

Darrerr

5t¿h

m¿rl

l.ll sho(k causa l¿

Nuellc si no

se

tút¡

¿l

pacicnte

¿rpropi¿danrente,

IX)r

lo

qrLe

.11

recomen(l{'} su

tliursporle rápi(lo

i

qtüól¿uro ¿rl(e

una

hemo[asia

inlaln¿l a

fin

cle

conholarla.

El l)aúod()

(lorado

rol)resont¿

u inter.',alo

(hlranlo

ol

cr¡¡l una

scúe dc

sl¡(esos

dcl esta(lo

dc

shockemlx

oran, b

quepone

en ú('sgo

la

supervivenci¡,

pero

sa

tlat¿

(i¿si

sicmprc

(lc

tül¿

(ril'clt¡lsl¿ncia

/r'¿re¡19¡rk,si

sc rccibe

l¡r atención apr()l)i¡da con

rapidcz. No

i¡liciar

irfcnenciones apropi¿dils

con

('l

plopósito

dc mejolnr la oxigcn¿

ción

y

(

ontrola¡

la hemorragiapclnútc

que

el sho(k av¿ncc

y

sc

lorne

i/??¡rd.sib¿e.

Patil

que

los

p¿cicnles

de

¿urrlatol(

)gía

teng¿m la mcjor

posibilid¡(l

de

supen'i1,cncia.

I¿rs ürteNcncjoncs

(leben

inici¿r'se

(on

rm sólido

sistcma

dc conlruúcaciollcs de

l¡¡genci¿,

que

sc¿ de

liicil

acc(.so

p¿¡¡

k)s

(ilrd¿danos.

Los

(

leq)a(h¿ttlot es entre¡lados

I)üeden

crüpezar

el

proceso

de

llrov('r

atención

al otr\1'r'

irlsh'tlc-

cioncs

prcli¿Ls

¿l

lleg¿r'cl

p¿cionlc.

conro

el conh ol d('la hemon agi¿

El

cr¡jda(lo

continúa con

el

¿rn-ibo

de los

plortttlores

dc atcrr(ión

plchospil¡l¿ria, y

so l('

(l¿

seguimiento

on

el sa.r"r'icio

de urgen( ias

(SL),

el

qui¡ól¿üro y

la u¡lidad .lc

(\¡i(la(los

intcnsi'os

(t

CI). L¿¡ üau

nr¿tologí¿

es

un depollc de equilx)'.

¡ll

p¿r(

iente

"g¿ur¿"

cuando

to(los los rlúcnlbfos

d(l eqrúpo

dc

tmullr¿tologí¿

<lcsde aqut'llos

.n

el

canrpo

hasla los

(lel

centro hospil¿rl¿rrio- trabqian.juntos

pam

¡lender ¿l

paci('nte

i¡rilivi(hral.

Los

principios

fundarnentales

de

atención

pFehospitalania

del

traurna

Dn

los

capítulos

lnece(lentes

sc dis(\ltió ln \'aloraci(il

)

el Tl.¿I¿

nliento dc los

p¿cientes quc

tuvio¡on

lesión dc un

órg¿ulrJ, ¿par¡lo

o

sislema

cor?o¡¡l ospecli(

o-

-{unquc

('n

este libro se

p¡-esent:ú

in(li

vi(hul¡ncnfe

los ¿p¿r'atos

y

sisl(.nl¿rs corpor-a.¡cs,

la

nr¿woría

(k'

los

pa(

ientos

(r)n

ruli¡

losiórl

gr¿\.e

presenl¿I

dal-io

(le

más dc un ínlarlo,

¿])arato o sislerni¡ colp()r¿1. de ¿ürí la donomina( ión de

p¡aiento

con

tl¿nmatis¡¡o d(' r)lr-lltiples apalalos

y

sistemas

(tanll)ién

cono( ido

(ott\o

l

ittnüi¡(l

¡zr¡{.&,

).

th

pr()\'eedor

(lc

aten(

i(jn

prehospit¡l¿ria

n(\'esili{ rccoll()( eI

y pli(nizal

cl

tratanricnlo

d('k)s

pa(

iontes

con

rIll¡ltiples lesiorcs,

sigüicndo

los

"Principios

dorados d(' la atclción

I

r¡ürnaf okigica

pr¡hoqlil¡lari¿i

.

Page 4: phtls capitulo 18

8/19/2019 phtls capitulo 18

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47E, SOPORTE

VITAL DE TRAUMA

PREHOSPITALARIO,

OCTAVA EDICIÓN

Cua¡rdo ha ocurrido

un

crimen

violento,

el

personal

de seguidad

pública

debe coordinaxse

con el SMU

para

entrar

al escena¡io a fn

de

asegurax la zona

y

acelerax la atención de los

pacientes

lesionados.

Un

proveedor

de

alención

prehospitalaxia

que

corre

un riesgo inne-

cesa¡io

puede

tarnbién convertirse en 'fctima

Al hacerlo

ya

no

es de

utilidad

par¿

el

paciente

de traunatología

y,

por

el contraxio,

agrega

dificultades

de

trat¿miento al es€ena¡io. Esto

se

aplica t¿mbién

a los

casos de desastres

naturales, como terremotos

y

tornados,

así

como

los

causados

por

seres hrnnanos,

como

explosiones

o asesinatos

masivos

por

arma de fuego. Sólo

quienes

tienen

un entrena.rniento

apropiado

pueden

ingresar

a esos escenaxios

pa¡a

realizar

actiü-

dades de rescate.

OtIo

aspecto fundamental de la

seguridad implica

el

uso

de

precauciones

esl'ándar. l¿ sanse

y

otros líquidos co4)or¿les

pueden

transmitir infecciones, como

las

causadas

por

el vi¡¡s de inmunode-

ficiencia hunana

(VIH)

y

la hepatitis B

(\¡HB).

Siempre

deben

usaEe

medidas

de

protección

---+omo

los

guantes-,

en

especi¿.1

cuardo

se atiende

a

pacientes

de

traumatología

en

p¡esencia

de sange

y

líquidos corporales.

También

deben

garantizarse

la seguridad

del

paciente

y

las

posi-

bles

situ¿ciones

peligrosas.

lncluso si un

paciente

involucrado en

rma

colisión

de vehículos

automotores no

presenta txastomos

que

pongan

en

riesgo

la üd4

que

pueden

ser

identincados

en la

".lora-

ción

primaxi4

es

apropiado retirarlo

rápido del escena¡io

cuando

se

observan circunstancias

que

ponen

en riesgo

su

seguridad, como rma

probabüdad

potencial

de

incendio

o

una ubicación

precaria

úesgosa

de un vehículo.

2. Evaluar

la situación

del

escenario

para

determinar la neces¡dad

de

recursos

adicionales

Al acudir al

escena¡io,

e

irunedial¿mente

después

del arribo a este,

se realiza

una

rápida

leloración pa¡a determinal

si

se reqüeren

¡ecursos

adicionales

o especializados,

por

ejemplo,

más unidades

de

s€rvicios médicos de

wgencia

(SMLD para

atender al núfi¡ero de

pacientes

reporiado,

equipos de combate

de incendios

y

de rescate

especiales,

personal

de la compañia de electricidad, helicópteros

de atención médica

y

médicos

para qyuda¡

en la selección

de un

gran

nurnero de víctimas, etcétem. Debe

preveNe

Ia necesidad de

estos

recursos

y

soücitarse

tan

pronto

como

sea

posible,

además

de

aseguax

un conducto

de

comunicación

designado,

3. Reconocer Ia

cinemática

que

originó

las lesiones

En el

Capítulo

5,

Cinemática

del

traum4

se

proporcionan

al

lector los

fundamentos acerca de cómo la

energía cinédca

se

puede

traducir

en lesiones

para

el

paciente.

Conforme se

a¡riba

al

escenario

y

se

ubica al

paciente,

se

nota la

cinemática

de la

situación

@igura

1&3).

Comp¡ender los

principios

de

la

cinemática

conduce a

una mejor

valoración

del

paciente.

El

conocimiento de

pat¡ones

de

lesión

espe-

cÍflcos

ayrda a

predecir

las

circwBtancias

y

saber

qué

ex¡rlorar.

Ia

cofisidemción

de

la cinemática

no

debe

retrasa¡ el inicio de la

laloraaión

del

paciente

y

su

atención,

pero puede

incluirse

en

la

valo-

ración

global

del

escenaxio

y

en

preguntas

dirigidas

al

paciente y

los

testisos.

Figuje l8-3

Reconozca

la

cinemátic¿

que

produjo

las

lesiones.

Fuente: cortesíá de N,l¿rk Woolcock.

r

Caldas

.

Muerte

en

el

compartim¡ento

de

pasajeros.

.

Adultos:

desde

más

de

6.1 metros

(un piso

de un

edificio r

Datos

por telemetría

de vehfculos. compatibles

con

un

equ¡vale a

3

metros).

alto

r¡esgo

de

lesión.

.

N¡ños: más de 3 metros, o

dos

o tres veces

su talla.

r

Colisión de

vehiculo

contra un

peatón

o

ciclista

que

es

I

Colis¡ones

automovilísticas

de

alto

riesgo.

proyectado,

atropellado o impactado s¡gnificativamente

.

Intrus¡ón,

incluida la

deltecho:

más

de 0.3

m del

sit¡o del

(a

más de 30

km

por

hora).

ocupante; más de 0.5 m en cualquier

sitio.

r

Colisión

de una motocicleta a más de 30

knr/h.

.

Expuls¡ón

(parcial

o completa) de un automóv¡I.

Fue,')ter

adaptado de Esquema de la tom¿ de decrsión de selec(ión en

elcampo:The NátonalTr¿u.¡¿

fnage Protocol,

US

Dep¿rtment

of

He¿lth and Human Seturces,

Cente6 for

Disease

Control and

Prevention.

Page 5: phtls capitulo 18

8/19/2019 phtls capitulo 18

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CAPíTULO 18 Principios dorados de

la

atención

del

trauma

prehospitalariario

479

La cinemática

también

tiene

importanci¿

fundanental

en

la

determinación

del

destino

hospitalario

para

un

paciente

de trauma-

tología

En los

Cente$ for

Dise¿se

Control

and Prevenüon se descri-

bieron

los

crite¡ios

del

mecanismo

de

lesión

p¿¡a

seleccionar los

centros

de traumatologia

(ngura

1&4).

4. Usar

de

evaluación

pr¡mar¡a para

identificar

circunstancias

que ponen

en r¡esgo la

vida

El concepto medula¡

en el

prog¡ama

PtITLS

es

el énfasis

en la

val¡>

mción

pñmaxia (primera

inspección) adopt¿do

del

Progama

de

Sopofe

Vital Avanado

por

Tl¿una

(ATIS, por

sus siglas en inglés)

paxa

Médicos, con

instrucción

del

Comité de Tiaumatología

de

la ACS.

Este bre.ve

sondeo

permite

evaluar la^s funciones

vit¿les con r¿pidez

y

las

circunstancias

que

ponen

en

úesgo

la

üd4 identificadas mediante

una

Élor¿ción

sistemática

del

ABCDE:

vías aéreas, respimción,

circulación, discapacidad

y

exposición/ambiente

(del

inglés @¿n

og,

breathing,

circulatio|t, disabilitA,

etposdent)ircrLnent)

(Frgwa

18-5). Se

provee

tul

abodde

inicial

al escenario

y,

como cuidado de

campo, se recibe

información mediante

wrios

senüdos

(vista,

oído,

olfato,

tacto),

que

detle dj,stribui¡se,

colocarse en un esquena

prie

fitaxio de lesiones

que

poncn

en riesgo

la vida o una extremidad,

y

\rsarse

paxa

estruciura¡ un

plan

de tr¿tamiento

correcto.

l-a

valoración

primaria

impüca una filoGofía de

"trate

de acuerdo

con las reglas".

Al identifica¡

problemas

que ponen

en riesgo la vida,

se

inician los cuidados en el tiempo

rnifu breve

posible.

Aunque se

aprenden

en

forma

$adual,

muchos aspectos

de la

valoración

primaria

pueden

realizaFe de

rnanera simr¡ltánea- Durante el

tans-

porte,

debe

sopesaEe

la valoración

primaria

a

intervalos razonables,

de manera

que pueda

evalua¡se la eficacia de

la5 intervenciones

y

aborda¡

nuevos requerimientos.

En niños, emba¡azadas

y

adultos

mayores debe, considerarse

Ias

lesiones:

1

Más

graves

que

su aspecto

ertemo

2.

Con

una

influencia sistémica

más

intensa

3.

Con un

mayor

potencial

de

p¡oducir

una descompensación

úpida

En

las embanzadas hay

al nenos

dos

pacientes

por

cuidar:

la mqjer

y

el

feto,

ya que

ambos

pueden

haber

presentado

lesión.

El

abordqie

de las necesidades de Ia mqter mejora

la.s

posibilidades

de

supewivencia

de ambos, mad¡e

y

feto. l,os

mecanismos

compen-

s¿toúos

difieren en

la

embaxazada

y

t¿l vez no revelen anomalías

hasta

que

la

paciente

estrí

gravemente

afectada

(véase

el Capítulo 13,

Tlauma abdominal, tema

"TFaumatismos

en la

paciente

obstétdca;').

La

valoración pdmaxia también provee

una

estructura

paxa

establecer

prioridades

de

tmtaniento

cuando se debe atender

a

numerosos

pacientes.

En un incidente de mo¡talidad

múltiple,

por

ejemplo,

los

pacientes

en

quienes

se han identificado

problenas

graves

cn vías respi¡atorias,

ventilación

o

perñ¡sión,

se trat€¡

a¡tes

que

aquellos

con

sólo

grados

alterados de la conciencia

En

el

Capí-

tulo

19, Manejo de desastrcs,

se

abord¿

con

mayor

deta.lle este tema.

Presencia de

cualquiera

de los siguientes

trastornos

que

ponen

en

r¡esgo Ia v¡da:

1. Vía

aérea

inadecuada

o

bajo amenaza

2.

Alteración de

la

ventilación debido

a:

I

Frecuencia ventilatoria anormalmente rápida o

lenta

Hipoxia

(saturación

de

oxígeno

[Spor]

menor

de

95%, e

incluso

con oxigeno

complementario)

D¡snea

¡

Neumotórax abierto o

tórax

inestable

r

Sospecha

de neumotórax

.

Sospecha

de

neumotórax

a

tensión

Hemorrag¡a externa significativa, o

sospecha de

hemorragia interna

Shock

(incluso

compensado)

Estado neurológico anormal

I

cal¡ficac¡ón de

13 o menos

en

la escala de coma

de Glasgow

(GCS)

r

Actividad

convulsiva

I

Déficit

sensor¡al

o motor

Traumat¡smo

penetrante

de cabez¿. cuello o tronco,

o

proximal

al codo

y

la rod¡lla

en

las

extrem¡dades

Amputac¡ón o semiamputación

proximal

a los dedos

.

o artejos

8.

Cu¿lqu¡er traumatismo en

presenc¡a

de:

a

a

a

Antecedente de tr¿stornos médicos

graves

(p.

ej.,

¿rteriopatfa coronaria, enfermedad

pulmonar

obstructiva crónica. trastorno

hemorrág¡co)

Edad mayor de 55 años

Niños

Hipotermia

Quemaduras

Embarazo

de més de

20

semanas

Valoración

de

un

trastorno

de

alto riesgo

por

el

proveedor

de atención

prehospitalaria

3.

5.

Page 6: phtls capitulo 18

8/19/2019 phtls capitulo 18

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4ac,

SOPORTE VITAL

DE

TRAUIVA

PREHOSPITALARIO,

OCTAVA EDICIÓN

5.

Proveer un control

apropiado

de

vias

aéreas

mientras mantiene

la

estabilización

de la columna

cervical,

como está indicado

El conhol

de

la vía

aérea sigue

siendo la

prioridad

m¡íxima

en

el

hat¿niento

de

pacientes

con lesiones

graves.

Esto

debe hacerse

mienhas

se mantienen

la

cabeza

y

el cuello alineados en

posición

neutr4 si así lo

indica

el mecanismo de la lesión.

Todos los

provee-

dores de

atención

prehospitala¡ia

deben

ser

capaces

de

ejecutax

"deshezas

esencia.les"

del

cuidado de las vías aé¡eas

con

faci-

lidad: Iimpieza manual

de

la vía

aére4 ma¡riobras manuales

pam

abrir

la vía aérea

(compresión

del

maxilar

superior

y

elevación del

mentón traumatizados), aspiración,

y

uso de sondas

orofaríngeas

y

nasofaríngeas.

La necesidad de

cuidado avanzado

y

complejo de las vías aéreas

y

Ia selección

de la

técnica

y

el

dispositivo

para

asegu¡axlo

dependen

de

la.s c¿pacidades

de

pensamiento

criüco

del

proveedor

de

atención

prehospitalari4

así como de factores como su nivel

de

entrenamiento

y

destxeza,

la facilidad

del

trat¿¡niento, las consideEciones

anató

micas

y

el üempo

requerido

paxa

llegar

a

las instalaciones

donde

se

recibirá

al

paciente.

Dum.nte muchos años, la intubación endotraqueal

ha sido la

técnica

prefeúd¿ para

controla¡ la vía aérea de un

paciente

de

h¿u-

matología

cíticamente

enfermo en el

conterto

prehospitá.lario-

Esta

recomendación, si bien basada

en

el de ATLS,

se ha.v'r¡elto cada vez

más

controvertida

debido

al

sugimiento

de más datos

prehospit¿la-

úos

acerc¿

del cuidado

de la

via

aérea

(véase

el

Capítulo

8,

Vía

aérea

y

ventilación). Como

ya

se comentó,

las

p¡eocupaciones

relaciG

nadas con la

intubación

endotraqueal

prehospitalaxia

incluyen

mala

posición

¡ro detectada

y

rea.lización

insuficiente

del

procedimiento

par¿

mantener

la

competencia,

así

como

los

¡e

ltados contrastantes

de

pacientes que

fueron sometidos

a

intubación

endotraqueal. En un

estudio

se

mostró que los

pacienies

prehospitala¡ios con

lesiones

significativas

que

se

tx¿ta¡

por

intubación

endotTaquea.l,

en compa-

ración con aquellos a

quienes

se les administró

ventilación

con

bolsa

y

masc¿¡illa antes de axriba¡ a un centro tr¿unatológico,

üenen el

mismo ¡esultado.d

-E¿

alg¿ras

cil't:ünstancías, cqmo antc kt

prorrí-

midad, de

instalacion¿s

d.e re.cep?ión

qpropiada"s,

kL de.cisíón

tntis

p'ud.entc pusle

ser cetuh'orse en ItJs d.eshezas esenc¿ales d¿I anülndo

de la

uín

aéres

A

el

tmnsportc

nip¿d,o dpL

paciente

a aee haspita¿.

I¿

ventilación con

bols¿

y

mascaxilla

debe

realiza¡se

co[ectarnente

y

con la

misma atención

a

106 detalles

de la

ventilación

adecuada

que

cuando se realiza intubación

endotraqueal.

Puede

considera$e

la

intubación

endotmqueal

paxa

pacientes

que presenta¡:

r

Calificación de 8 o menor en la escala de coma

de

Glasgow

(EcG)

.

Reque¡imiento

de

concenh¿.iones

elewdas de

oúgeno

pa¡a

mantener

su s¡rturación

(SpOr)

mayor de

95%

r

Requerimiento de ventilación asistida

por

una

frecuencia

ventilatoria

o un

volumen

por

minuto menores

r

Hemáoma

cervical en ex?ansión

a

Quemaduras

de vías aéreas o

pulmona¡es

 

Alteración

del

estado ment¿.I

aue modific¿

la

Dosición

natural dc la lensua

Si bien la

realización

de ürla

intubación endotraqueal

en e

campo

paxece

tener

sentido, no hay

pmebas

concluyentes

de

que

repercuta

en una menor

tasa

de morbilidad o

mortalidad

en

e

paciente

tr¿unatizado.

Varios eshrdios

realizados

en San Diego,

Cali-

fomi4

mostraxon

qüe

la hiperventilación em frecuente después de

la

intubación

endotraqueal

y

se relacionaba

con un

peor

resultado

y

meno¡ supervivenciai3

l,os auto¡es señala¡on

que

el

disposiüvo

en

no ela

el

problem4

sino

que

más bien fueron la falta de cuidados

después

de

su

inserción

y

a la

atención

a los

detalles

de

ventilación lo

que

prodqjo

las

complicaciones.

Después de

coloc¿¡

el

tubo endotraqueal, debe

precisa¡se

y

conflrma¡se su

posición

apropiada con una combinación de

valc

ración clínic¿

y

dispositivos adwvantes, en

pa¡ticular

la capnome-

tría

continua

(véase

el Capftulo

8, Vía aerea

y

ventilación).

Siempre

debe

conflrmaxse

la

colocación del tubo endotraqueal cua¡do hay

rm cambio

súbito

en

la

lectua de c¿pnogra.fra o satuación

de

oí-

geno

deslues de

pasar

a

un

paciente

hacia

o

fuer¿ de

la camill4

al meterlo o saca¡lo

de

la

ambulanci4

luego

de

ü.rqjes

bruscos

o

traqueteo dura¡rte el hansporte

del

paciente por

carninos

:regr¡lares,

y

de su

paso

a

una

camilla

en

el

SU.

Además

del

tubo endotraqueal,

hay muchos dispositivos

que

pueden

usaxse

pa¡a

el cuidado de

la

vía

a€rea.

Cuando ha sido

indi-

cada la intub¿ción endotxaqueal,

y

ésta

no

puede

efectuaEe,

estos

diq)ositivos representan buenas

opciones

(véase

el

algoritmo

de

cuidado de la vía a€rea

provisto

en el Capítulo 8, Vía aerea

y

ventila-

ción). Se

puede

intentax la venülación mediante destrez¿s esenciales

o

con

dispositivos como una

vía

aérea

de

doble

luz o

mascarilla

laxíngea. Si

se

puede

lograx la

ventilación

adecuada,

se considerarán

intentos adicionales

de

intubación

con uso

de las técnicas retrógr¿da

o

digital,

Si

no

se

puede

logra¡

la ventilación, la üicotiroidotomía

es

una opción aceptable.

6.

Ventilación

de sostén

y

administración

de

oxígeno

para

mantener la SpO,

por

arr¡ba de 95%

I-a valoración

y

el

tratamiento

de la

\€ntilación

es ot¡o aspecto cla 'e

en

el

cuidado

del

paciente

gmvemente

lesion¿do. l,a frecuencia

normal

en el

paciente

adulto es de

12

a

20

ventilaciones

por

minuto.

Una frecuencia meno

que

esta a

menudo

interfiere de

mafie¡a

significativa

con la capacidad del

cuerpo

de oxigenar los erihocitos

que

pasa¡

a través de

los

c¿pila¡es

pulmonares y

retirax

el

dióxido

de carbono

producido por

los

tejidos.

I-os

pacientes

con

bradipnea

requieren auxilio ventilatorio asistido

o

total con un dispositivo de

bolsa

y

m¿scarilla conectado ¿

una

fuente de

oigeno

complemen-

tario

(fracclón

de oxígeno

inspilado

[Fiq]

mayor

de 0.85).

Cua¡rdo

los

pacientes presenta¡r taquipnea

(frecuencia mayor

de

20

respiracionelminuto en el adulto),

debe

determinarse su

ventilación

por

minuto

(volumen

de

ventilación

pulmonar

m¡¡lti-

pücado por

la frecuencia ventilatoria).

Para

rm

paciente

con

dec¡e-

mento

significativo

en

el

volumen

minuto

(ventilaciones

rápidas

poco profundas),

debe asistirse la

ventilación

con un

dispositivo

de

bolsa

y

masca¡illa conectado a una fuente de

oígeno

complemen-

ta¡io

(¡'iO,

mayo¡ de 0.85).

De ser

posible,

la

ügilancia del

dióxido

de ca¡bono

al

flnal

de la expiración

(ETCQ)

puede

ser

útil

pa¡a

asegur¿¡ ulr respaldo

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CAPíTULO

18 Principios

dorados

de la atención

del

trauma

prehospitalariario

4E¡1

7.

Control de cualquier

hemorragia

del estado de shock,

incluidas

externa

significativa

férulas apropiadas en

las

lesiones

ventllatorio

sufciente.

Un decremento súbito

en el ETCO¿

puede

indicax desalojo del

tubo endot¡?queal

cuando es colocad4 o rur

decremento

súbito

de

la

perñrsión

[hipotensión

intensa o

paxo

caxdiopulrnonar).

Debe administra¡se

oígeno complementaxio

a cualquier

pa-

ciente

de

traumatología con

hastomos

que

ponen

en

riesgo

la

üdq

o

que

se

sospecha¡r.

Si está disponible,

se

puede

usax oximetría de

pulso

para

mantene¡

la

S o"

rnayor de

95%

(a

nivel

del

mar).

Si

la

precisión

de la

lectura

de la oximetría

de

pulso

genera

dudas, o si no

se

dispone

de esa

tecnología,

se

puede

administrar oxígeno mediante

un¿

mascarilla

sin

retomo

al

paciente

con respiración espont¡íne4

o

con

un dispositivo

de

bolsa

y

mascaxiüa conectado a oxígeno

complementario

(FiO"

mayor

de 0.85)

a fn

de

brindar

rcspaldo

venti-

latorio

asistido

pa¡cial

o total.

Si se

provee

ventilación

asistid4 debe

teneFe cuidado

de evitar

La

hipeNentilación inadvetida

En el

paciente

con lesión encefálica

h'aulnáüc4 la

hiperventiLación

en aus€ncia de signos de aumento de

la

p¡esión

intr¿craneal

o

de hemiación

encefrálica

puede

compre

meter

la irrigación sanguínea cerebnl, causax

vasoconshicción

y

provoca¡

un

peor p¿mo¡am¿

En el

paciente

de traumatología,

la hemorragia externa significa-

tiva es

un

dato

que

requiere atención

inmediata. Debido

a

que

no

se dispone de sangre

para

administración en el contexto

prehos-

pitalaxio,

el

control

de la hernonagia se vuelve la

preocupación

primordial

para

los

proveedores

de

atención

p¡ehospitalaria

a fui

de mantener un número sufciente

de eritrocitos circula.ntesi cadd

eritrocíto cüento,. Las lesiones de extremidades

y

las heúdas

del

cuero cabelludo, como laceraciones

y

a\,'ulsiones

paxciales,

pueden

asociarse con

una

pérdida

sanguínea

que

ponga

en

riesgo

la

üda.

Ca.si

toda hemoragia

exterf¡a

se

control¿ f¡ícilnente al apücar

presión

directa en el sitio sangr te,

o,

si

los recrusos

son

limitados,

mediante

el uso de

un

t¡eie

a

presión

crcado

por

cojinetes de

gása

de l0 x l0 cm

y

un

vendqje elastico.

Para

aplicar apropiada¡nente la

presión,

la

gasa

debe empacarse de

maneru estrecha en el inteúor

de la herid4 de modo

que

esté en contacto di¡ecto

con la superficie

sangrante,

no

sólo

encim¿ de eüa. El

propGito

del empaquetado

apropiado de una herida es

hacer

presión

directa sobre los vasos

sa¡rguíneos seccionados o desgarrados;

la

gasa

no

es

me¡¿mente

rur

dispositivo

de a¡rapamiento

usado

pa¡a

evita¡

que

la sangre escurra

Después de

que

se

ha empacado estrechamente la

gasa

en la herida,

debe

hace$e

presión

sobre

el

empaquetado

pa¡a

mantenerlo fuerte-

ment€ aprisionado contra el sitio sangrante.

Esbo

se logra al apücar

presión

ma.nual sobre el

dispositivo durante

5

a

6

minutos

o

más

para

asegurar

que

la hemorragia

se detenga Sin emba¡go, si el

paciente

esLá b4io trat¿niento con a¡gún tipo de medicamento anticoagulante

(incluido

el ácido acetilsalicílico),

se

rcquerirá

m'ás

tiempo.

Si la

presión

directa

sobre

ün

vend4je compresivo apropiada-

mente

empacado no

puede

controlar

la hemoragia

extem¿

de

la

exhe-

midad,

el

siguiente

paso

es rest¡in$r

la irrig¿rción

sa¡rguínea

con

lm

tomiquete correcta¡nente aplicado. El

uso

militax de

este importante

dispositivo

demostxó

su eficacia

en

las

guerr¿s

de Iraq

y

Afganislán,

y

moshri mínimas

complicaciones, En

ocasiones,

la

aplicación

de

un

solo tomiquete

tal

vez

no

ocluya

por

completo

la axteria

y

detenga

la

hemorragia. En tales casos

s€

puede

requerir un

segundo

tomiquete,

aplicado apenas

proximal

al

primero

(véase

el Capíuno 9,

Shock).

Pa¡a la hemorragia extema en sitios

donde no

se

puede

aplicar

un

tomiquete

para

compúmir un vaso

sanguíneo

sa¡rgrante

(tronco,

cuello,

parte

alta de

una

extremidad

o la ingle),

puede

utiliza¡se

lm

agente

hemoslático. A semqianza del empaque

de una

herid4

debe

inseÍarse

y

empa€axse una

g¿sa

impregnada con el agente en el inte-

úor

de la

herid4

y

aplica¡ presión

al

menos durante

3

minutos.

Pa¡a un

paciente

en shock

evidente

por

hemoragia edema,

deben evita¡se

las medidas de reanimación

pretendidas

(p.

ei.,

administración de soluciones

int¡avenosas

lwl)

antes de contxolax

en forma adecuada

la hemorragia. Los intmtos dn reqnima¿ión

nunca

tendrán érito en

presenciq,

d,e unq

hemonagiú efitema

cor¿smnrc.

El

control

de la hemoEagia extema

y

el

reconocimiento de

sospecha

de hemonagi¿ intema combinados

con

el

trar¡sporte

adecuado

a las instalaciones apropiadas más cercanas

rcpresentan

oportunidades

paxa

el

proveedor

de

atención

prehospitalaxia

de

tener

un impacto siglificativo

y

salvar muchas

vidas.

8. Proveer el

tratamiento

básico

musculoesquelét¡cas,

así como

el

restab¡ec¡miento

y

manten¡m¡ento

de la

temperatura

corporal

normal

Al

fnal de la valo¡ación

primaria

el

cuerpo

del

paciente

eslá

expuesto,

de ma¡era

que

el

proveedor

de atención

p¡ehospit¿laria

puede

revisaxlo rápidarnente en busca de lesiones

que pongan

en

riesgo la üda.

Una

vez concluido esto, debe

cubrirse nuevamente al

paciente,

ya que

la hipotermia

puede

ser fatal en cualquie¡

paciente

traumatizado

güve.

El

paciente

en

shock

enfrenta

una desventqja

debido al decremento notorio en la

producción

de energía

resr¡l-

tante de la

inadecuada

perfusión

tisular.

l,a

pérdida

de c¿lor

por

exposición

irnecesaxi¿

tiene

un

efecto

negativo en el

paciente

cítico de

t¡?umatología. La tríada de

la

muerte

(hipotermi4

a.ídosis

y

coagulopoúío

[disminución

de la capacidad

de la coagu-

lación

sanguíneal) corresponde a los síntomas de menor

produc-

ción de energía

y

metabolismo ar¡aerobio.

Un

paciente

con

frío

que

esá

temblando ha iniciado

el

camino descendente hacia la muerte.

Si la temperatura en

la

arnbulalcia es cómoda

pa¡a

usted,

vestido

por

completo, entonces

posiblemente

sea

muy fría

pam

el

paciente.

Una hipotermia

grave

puede

su¡gir cuando no se mantiene la

temperatura

coq)o¡al

del paciente.

I¿

hipotermia

altera de mane¡a

drástica

la capacidad del sistema de

coagulación

sangufnea corporal

para

log¡ar

la

hemostasia- ta sangre se coagula como resultado

de

una compleja seúe

de

reacciones

enzfnáticas

que

foman rma matriz

de

flbrina

que

atrapa

a

los

eritrocitos

y

detiene la

hemoragia

Estas

enzimas acbian dentro de un rango muy estrecho de temperatura-

Un

descenso

en la temperatura

corpora.l

por

debqio

de

35

'C

puede

contribuÍ

significativamente

a

la apaxición

de rma

coagulopatía

Por

lo tanto,

es

impoftante

mantener

el

calor corporal

mediante

el r¡so

de

[iantas,

y

¡establecerlo

con

reanimación

y

un ambiente cálido

dentro

de

la

ambulancia

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8/19/2019 phtls capitulo 18

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442

SOPORTE

V

TAL

DE

TRAUIV1A PREHOSPITALARIO,

OCTAVA

EDICIÓN

('uando

ocllue la fractum de un hucso

liugo, el ntúsculo

y

el

tejido conectivo circund¿rntcs a menu(lo se dcsgalmn.

Este daño

tisular', aunado a la

henonagia

de los

extrernos

(le

los huesos

iracfu

rados,

puede

car$a¡

una hemoüagia

intema

signilicativa,

que

va

de

500 mL en una

fi¿({u¡a

del

húnero

h¿lsta I a 2 L

cn

una

sola fractu¡a

de lé¡Iur

El tratinniento rudo

de una

cxl¡enúdad

fiacturada

puede

empeorar el da.ño tisular

y

agr¿var l¿ hcrnorTagia. Las Ién

as alud¿lr

a

disnrinui¡

la

pér(lida

dc

sangr-e

adicional

en los

tejidos

cir:cun-

dantcs

y

a

consen-ar

los critrocitos

circúlantes

pala

el

transpo¡te

de oxigeno. Por csc moti\,o,

así

como

para

d

l¡atarniento dcl dolor,

se colocan fén¡las

en las

oxlrcnúdadcs

liactumd¿Ls.

En

un

paciente

de

tmumatología

gm\€nü,¡llc

lesiotrado t¿l \'ez

no h¿yatiempo

par¿

coloc¿l unaférulaa

cad¿ fractura irdi\idual.

En

cambio, la

inmoülización

del

pacienl.c

sobre un t¿blero largo

servirá

como fénüa

pa¡a

\,inualmcntc tod¿s

las

fra(l.l¡r¿¡s

en

una

posición

anatómica

y

disminuirá l¿ ll('monagia intem¿.

l'na

posible

excep

ción

es

l¿r fiactura

mediocli¿¡fis¿uia

dcl

fé¡rur L)ebido

al

esp¿r.smo

dc

los ñ¡crtes mrtcr¡los del muslo, éstos

se contraen

y

hace¡r

que

los

exlrelrlos del hueso se supclponga¡l ent¡e sí, lo

qüe

causa

daiio

a

los tejidos más

prórirnos.

Estos tipos de fractlu-as

se c{mlrolan mejo¡

medialte

una fén¡la

(:le

trucción, si el

tiempo

penrúte

su ¿plicación

dumntc el tr-anspofe. Para

l¿

rn¿yoria dc las enrcrgenci¡s

po¡

tlair,

nratisnlo, cua¡clo

no

se idcntifican circrmstanci¿-s

que pongan

en

üesgo

la

\ida cn

la

valoración

primaria,

cada

lcsión

que

se

sospcchc

en

una crr't¡enúdad

deberá scr

¿tendida

con

la

coloca(ión de una

fén¡la aprcpiada.

9.

Mantener

la

estabilización

manual

de la

columna

vertebral hasta

que

el

pac¡ente

sea

inmovilizado

Cüando

se

hace

contacto

con el

pacienle

llaunratiza(lo,

debe

ini-

ciarse

la

estabilización

(lo

la

colunlna cen'icnl

v

mantcncr ést¿l

hast¿

que

dicho

pacicnte (1)

sea

innro\ilizado

con

un

(lispositi\-o

apropiado. o

(2)

sc considc¡e

que

cun\te los lcquerirüientos

p¿r¿r

una

inno\ilización

mquí(lca

(ngura

l8-6).

l,¿r

inmo\iliz¿r(:ión ¡aquí-

dea s¿rlislactoria

implica

l¿

(.stabiliz¿(

ión de

ln

cabcza a

la

pehis.

Dicha

inrno\,iliz¿( i(-)n no

clebc

inteúorir con

la

capacidad

del

paciente

de

ab r l¿

boc¿.

ni imp¿ctaf

en

la

fuirción

yentilatoria,

I¿

inmo\ilización laquí.loa

después

de un

I

laumatisNo

no

pene-

tnarte,

está

indica(la

si

cl

paciente

Drcscnta

altemción dol

gmdo

dc

concien(ia

(califica(

ión meno¡de 15 del

I.l(lG),

dolo¡de cuello, mani'

festación neurdógica. hipe¡sc¡rsibilida(l raquídca

y

a¡om¿üía

¿rnató-

mica,

o

déficit

nrotor

o

scnsorial idcntificado a la erploración fisica.

Si

el

paciente ha

süiido

un

mc(:¿rüsrrro

dc lesión preocupante,

esL:

indicada

la

inmoliliz¡ación

raquídea cuando

presenta

datos de

intoxi-

cación

por

alcohoL o fár'macos,

u¡a lcsión si$rifi(¿rl,ira

quc

dc$ía la

atenció¡r

o

imposibilid¿d

de comunicaFe

debitlo

a

su

cdad

o

por

ulra

barc¡a del lenguaie

(\'éasc

la

sección Indicaciones

de la

inmo\i

liza(ión

\ertchral,

en el

c¿¡l)ítr¡lo Ttaunla vertel)ral).

Se

llev¿r

¿ cabo la

i¡r¡rovilización

raquídea

del

paci.'ntc

con

truu

matisNo

penetr¿nlc

sólo cua¡do

prescnta

¡nanifestacionrs

neuro-

lógic¿s

relacionad:rs

con

la

column¿

\'ertebml. o

si

se

riota

déficil

sensoúal

o

motol ¿¡ la er?lor¿rción

fisic¿L

En un ostudio

sc

encontró

que

cl result¿ü)

cs

peor paxa

los

p¿cicntes

co¡I

traunatisnlos

peno-

trantes

a

quienes

lcs fue

rcalizada

una

innro\ilización uquídea

DrehosDitalaria

i¡ülccesari¿.'

10. lniciar el transporte de

los

pac¡entes

traumatizados

cr¡t¡camente

lesionados

a

las

instalac¡ones

aprop¡adas más cercanas

tan

pronto

como

sea

pos¡ble

después

del arribo

delSMU alescenario

Numerosos estudios ha¡r ¡¡rostmdo

que

los

r¡lrasos

cn

el

transporlc

de

pacientes

tr'aunlatizados

a

inst¿lacioncs

de

re( r'pción hospit¿lari¿

¿propi¿d¿s

aumenlan

la

t¿Ls¿ de mon¿lidad

(Fi8um

l8-7).

Si

bion

los

Inr)\,eedor.os

de aten(

ió¡

prehospit¿la¡ia

sc h¡n vuelto

compe

tentes

er

cl tlat¡mienlo de

l¿Ls

rías

a(í¡eas,

el r{spaldo

vontilalorio

y

la ad¡¡rinistr¿(

ión

de

soluciones

I ',

los

pacientes

de

traumatologia

nlás

cíticanrente

lcsionados se encüentlan en shock hentorrásico

v

Figura

18-6

Manteng¿

La sujeción

manual

de

a

co

umna

vertebra

h¿sta

que

el

pac

ente se¿

Inmovr

izado

Fuer¡e

Corles

¿

de

R

ck

Br¿dy.

Figur.r

18'7 n

c e e transporte

de os

p¿crentes

de traur¡atologia

criticarnente

esionados

¿ ¿s

inst¿

¿a

ones apfop ada5

¡¡ás

cetcan¿s con

un afrbo en

10 r¡rnutos

de5de e esce¡¿no del

s n estro

Fuer¡e

Cortes,¿

co R:.1 3r¿dy

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CAPÍTULO

18

Principios

dorados

de

la

atención

del

trauma

prehospitalariario

4Bg

necesita¡

dos cosas

que

no

pueden

proveerse

en el contexto

prchos-

pitalario; (1)

sangre

(especifrcamente

erit¡ocitos)

para

tra¡rsportar

oígeno

y plasma

a fln

de

proveer

la

coagr¡lación,

y (2)

controlax la

hemorragia

intema.

Puesto

que

la sangre humana es

perecedera,

no

es conveniente

administrdla en

el lugax de los

hechos

en

la

mayoía

de las circunsta¡cias.

Las soluciones c¡istaloides

restablecen

de

manera temporal el

volumen inhavascular,

pero

no

sr¡stifuyen la

capacidad

de tra¡rsporte de oxígeno de

los

eritrocitos perdidos y

la deficiencia de

factores de coagulación en el

plasm¿,

por

lo

que

escurren con mpidez hacia el espacio

inte¡sticial

y

crea¡r

problemas

en el

interc¿mbio de oxígeno. Algunas unidades de

SMU

a¡om

portan plasma

líquido

para

tiempos

de

transporte

prolongados.

Este

plasma

no requierc

descongelación

y puede

durax hasta 30

días

en

refrigeración. En

Europa, las unidades de SMU transpoft¿n ahora

plasma

liaf.liza¿o

(congeladeseco),

que

no

requiere

refrige¡ación

y

tiene una

semivid¿

prolongada.

Se

reconstituye

por

dilución

con

soluciones cristaloides.

De

manera

similal,

el

conhol

de

la

hemonagia

intema

casi

siempre rcquiere

una inter¡r'ención

quiniL¡$ca

u-rgente

que

debe

¡ealizarse

en un

quirófano.

la reanimación nunca

puede

logüIse

en

el

paciente

con hemor¡agia

intema

consta¡rte. Por

lo tanto,

la meta

del

proveedor

de

cuidados

prchospitalarios

es dedica¡

el

menor

tiempo

posible

en el

escena¡io.

Esta

preocupación

por

limita¡ el

tiempo en

el

escenaxio rlo

debe consideraxse con una

mentalidad de

"cargar

y

correr", donde

no se hacen

intentos

por

abordax

problemas

clave a¡tes de iniciax

el transpoúe,

En

su

luga¡, los favorecedores del PHTLS

¡ecomiendan

una

fflosoña de

*intewención

limitada

en

el

escena¡io",

que

se centra

en

ürla valoración nápida cuya finalidad es identi.ficar arnenazas

para

la üda

y

realizar las

intervenciones

que

s€

crca mejolarán

el resul-

tado. l,os ejemplos incluyen cuidado

de vías aéreas

y

ventil,ación,

control de

hemon¿gia extema

e

irunovilización

raquídea. No

debe

perderse

tiempo

precioso

en

procedimientos que pueden

instituirce

en el hayecto

a

las i¡st¿laciones

receptoras. Los

pacientes

crítica-

mente lesionados (ver

Figua l&5)

deben

transportarse

tan

pronto

como

sea

posible

después

del axribo del

SMU al escenario, ideal-

mente en

I0 minutos,

siempre

que

sea

posible

(sección

'Platino

de

l0

minutos" del Periodo dorado.

Son excepciones

razonables

del

Periodo

de

platino

de

l0

minutos las circunstancias

que

requieren

tiempo

paxa

cerciorarse acerca de

la

existencia de escena¡io inse-

guro,

como

el

que

la

policía

veriflque

que ya

no esh4

presente

el

a¡acante.

El

hospital

rztís cerca?2o tal vez no sea el md"s

apropiad.o

como

instalación

de

recepción

dc

muchos

pacientes

de tx¿umatología

l,os

pacientes que

cumplen algunos criterios

fisiológicos,

anatómi-

cos o del mecanismo de

lesión

para

ser llevados a

un centro

trau-

matológico se

beneflcian

dc

instalaciones a

cargo de

personal

experimentado en especialidades

y

recursos

para

el

tuata¡niento

de

traumatismos.

Idealmente, los pacientes que crunplen

los crite-

rios fisiológicos, anatómicos o del

mec¿nismo de lesión,

y

aquellos

con circunstancias especiales,

deben hansport¿rs€ directamente

a

un centro

de

haumatología

si

hay

al$mo

denho

de

una distancia

r zonable

(p.

ej., tiempo de

conducción

de 30 minutos). T[mbién

se

pueden

utilizar helicópteros de

medicina

aérea

paxa

txansportax

pacientes

direct¿¡nente desde

el escenaxio

hasta

los centros de

traumatología, teniendo en cuenta

que

el

a¡ribo del helicópte¡o

no rebiue el tiempo

de

transporte

por

tierra

hasta

el

hospital

más

cercano cuando no es

fácil

contar

con un centro

de

t¡aumatología.

Cada comunidad debe dccidi¡,

media¡te

co¡Benso de cirqianos,

médicos de urgenci¿s

y proveedores

de atención

prehospitalaxi4

a

dónde

debeia tra¡rsporla¡se ¿ los

pacientes

t¡aumatizados.

Thles

derisiones

debedan incorporarse

a

protocolos

que

designen las

mejores i¡stalaciones de destino,

\^s

'tvis

apropiulas

y

cercanas.

En

la mayoría

de las circunstancias es apropiado

evita¡ centros no

traumatológicos

paxa

a.lcanzax uno

de

tmumatología.

Incluso

si

esto

produce

rm

incremento modemdo del tiempo

de tm¡rsporte, aquel

tra¡scr¡rrido

hasta la atención

defnitiva seÉ

más

breve.

Idea.lmente,

en el

contexto

urbano, un

p¿ciente

con lesión

grave

a¡riba a un

cenuo

de

haumatología

en

25

¿

30

minutos

después

del accidente.

El hospita.l debe ñxrcionax t¿¡1 efic^zmente

como los

provee-

dores de

atención

prehospitalaria

para

continuar

la

reanimación

y,

de ser necesaxio, el tra.¡'rsporte del

paciente

rápida¡nente al

quirófa¡o

(todo

dentro

del

Periodo dorado)

paxa

controlar

l¿ hemorragia

y

evit¿r

que

el

shock se tome

irreversible

11.lniciar

la

administrac¡ón

de

so¡uc¡ones intravenosas tibias

de

restitución

en eltrayecto

a

las

instalac¡ones de recepción

El

inicio

del transporte de

un

paciente

de tr¿umatología

gravemenie

lesionado mmca debe

ret¡asaxse

tan sólo

paxa

insert¿¡ cateteres IV

o administ¡a¡ soluciones.

Aunque las soluciones

cristaloides

resta-

blecen

el

volumen de sa¡gre

perdido

y

mqjoran

la

perftrsión,

no

transportan

oígeno. Además, restablecer

Ia

tensión a¡terial

nomal

puede

dax como result¿do

rma

hemorragia adicion¿l

del

paciente por

rotura

de

un

coágulo en

v¿sos

sangúneos

dañados

que

en u¡

prin-

cipio se coagr¡laron,

lo

que

aumenta

la

mortalidad.

En c¿¡nino a las i¡rst¿laciones de

recepción

se

pireden

inseft¿¡

dos catéteres

IV

de

gran

calibre e iniciax la administ¡-ación de una

solución

cristaloide übia

(39

'C),

preferentemente

de Ringer lactato.

l,a solución se administra

entibiada

pa¡a

ayudax

a

prevenir

la

hip(}

termia.

I-¿

reanimación

por

volumen se indiüdualiza

de

acuerdo con

las circrürst¿ncias clínicas

e

implica

sopesar

la

necesidad de

perfu-

sión de órganos üta.les con el riesgo de u¡a nueva

hemor¿gia"

ya

que

la tensión

arte¡ial

aumenta

(véase

Capítulo

9,

Shock, sección

Cont¡ol

de

la

reaniÍración

por

volumen).

Pa¡a

los

pacientes

adultos

con sospecha de

hemon?gia

incon-

trolada en

tórax,

abdomcn

o

retroperitoneo, se elige tr¿tarniento

con

soluciones IV

para

ma¡rtener una tensión arterial media de 60

a 65

milímehos

de

mercurio

(nm

Hg)

(tensión

a¡terial sistólica

de

80 a 90

mn Hg), a menos

que

s€ sospeche lesión del SNC

Qesión

traünátic¿

encefálica

o de

la

médula espinal),

en

cuyo

caso

es apro-

piada

una te¡rsión axterial sistólica diana de al menos 90 mm Hg. Si se

cont¡oló

ya

una hemorragia extema aislada

(p.

ej.,

por

aplicación

de

un tomiquete a una extremid¿d a¡nputada),

se

administ¡a solución

IV entibiada

para que

los

signos

vitales regresen a cifras notmales, a

menos

que

el

paciente presente

d¿tos

dc shock recurrente

de

cla.ses

m

o

ry

en

cuyo

c¿so

los

üquidos son

valorados

hasta

una

tensión

aferial media de 60 a 65 mm Hg. Se

pueden

i¡sert¿¡

catétercs

IV

y

administrar soluciones durante

la

extracción

o

mientras se

espera el

¿rr¡ibo de un

helicóptero

de atención

médica

aérea

Esta situación no

da como

resultado un retraso en el tmnspo¡te

pa.r¿

iniciax la reani-

mación

por

volumen.

l,os

proveedores

de soporte

vital

b¡isico

(S\B)

deben consi-

derar

ü

encuent¡o con un soporte vital ¿va¡zado

(SVA) (unidades

por

aire o

üer¡a)

cuando trasladan ¿ un

parciente

crítico

y

el

tiempo

de

transporte es

prolongado, par¿

brindax

intervenciones

y

ügi-

lancia

que

no esLín disponibles

por

medio de los

proveedores

de

atención DrehosDitalaxia de

nivel

biisico.

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4g¡4 SOPORTE VITAL

DE TRAUIVA

PREHOSPITALARIO,

OCTAVA EDICIÓN

12. Verificar los antecedentes

médicos

del

paciente

y

realizar

una

evaluación secundaria

cuando

se

han resuelto

satisfactoriamente

o

se

han

descartado los problemas

que ponen

en riesgo la vida

Si se

encuentnn circrnstancias

que ponen

en

riesgo Ia

üda

cn la

valoración

primaria,

deben

re¡rliza¡se

las

intervenciones

clave

y

transportax al

paciente

denho de los 10 minutos

del Periodo

de

platino.

Por

el

contra.rio,

si

no se identifican

circunsta¡cias

que

pon-

ga¡r

en

riesgo

la

vid4 se

hace una

valo¡a( ión

secunda.ria

que

consistc

en

una erTloración física

sistemática de cabeza

a

pies

con la

flna-

Iidad de identiñcax todas las

lesiones.

Tanbién

se

aplica

un inte-

rogatorio

SAMPLE

(síntomas,

alergias, medicamentos,

procesos

médicos

previos,

la

última

comidq

eventos

que preceden

a

la

lesión)

dur¿nte

la

valoración secundaria.

Se re¿üza u¡ra

valor¿ción secundaria

de los

pacientes

de

tmuma-

tología críticamente lesionados solo

si el

tiempo lo permite

y

una vez

que

se

han contrclado de mane¡a apropiada

la.s

circunstancias

que

ponen

en

riesgo

su

vida En

¿lgunas

situaciones donde

el

paciente

se

localüa ce¡ca de una instala¡rión de recepción aprcpiada, tal

vez

mrnca

se

pueda

complet¿x

una

valorución

secundaria.

Este

abordqjc

asegura

que

la

atención de los

proveedores

prehospitaldios

se

cenke

en

los

problemas

m¡ás

g¡aves,

que

podrían

deri."'ax

en la

muerte

si

no

se

tratan

de

manera

apropiad4

y

no a lesiones de

menor importancia-

Debe evaluarse con frecuencia el estado de

las

r,ías

aéreas,

los

sistemas respiratorio

y

circr¡latorio del

paciente,

así como sus sig-

nos

vitales,

porque

aquellos

que

inici¿lmente no

presentan

lesiones

que

pongan

cn

riesgo la

vida

más

taxde

podrían

desarollaxlas.

13.

Proveer

alivio

adecuado del

dolor

l,os

pacientes que

han sufrido una

lesión

grave

experiment¿rán

grados

significativos de

dolor.

Es

apropiado

proveer

analgésicos

pa¡a

aliviarlo,

en

tanto no

haya ot¡as contraindicaciones

pam

la

administración de

analgésicos,

con¡o

la hipotensión,

que pueden

empeorar debido al medicamento.

Alguna vez se

pensó que

la

provisión

de aliüo

del

dolor

enmasca-

raría los sfntomas

del

paciente y

¿rlteraxí¿

la

capacidad del equipo

de

trarünatología

de

evaluarlo

en

lorma adecuada

después

de

su

a¡ribo

al

hospiL¡I. Numerosos estudios

han

mostmdo

que

esto, de hecho,

no

ocune. No debe

permitiEe

que

los

pacientes

tenga¡ dolor

dura.¡rte

su

transporte.

Los

proveedores

de

atención

prehospitalaria

deben

admi-

nistrar

analgésicos

par¿

brindar

un

aliüo

¿decuado al

dolor.

¡

Documentación

escúta

del

encuenho

en el informe de

cuidados

del

paciente (ICP)

La

atención

del

paciente

de

h?urnatología es

una labor de

equipo.

La

respuesta

a

un

paciente

haunatizado en

estado

cútico

se

inicia

por

el

proveedor

de atención

prehospitalaria y

continúa

en el

hospita.l. hoveer

información del contexto

prehospitalario

¿.

pe¡sonal del

hospital

que

rccibe

al paciente

permite

Ia

notificación

y

movilización de

¡ecusos

apropiados

para

asegurar

su rcce{)ción

óptima

Al

a¡ribar

al

hospital receptor, ide¿lnente

un

centro

de

traumatología

par¿

los

más

gmvemente

lesionados,

el

proveedo¡

dc

atención

prehospitalaria proporciona

un

informe verbal

a

quienes

se

encaxgaxán

de

la

atención del

paciente.

Este

informe debe se

sucinto

y

preciso,

y

servir

paxa

informa¡ aI

persona.l

rcceptor:

¡

El estado

actual

del

paciente

 

L¿

cinética

de

lalesión

.

Los datos de

elaluación

¡

I¿s

inten€nciones

realizadas

¡

La

respuesta

del

paciente

a tales

intervenciones

Debido

a

la capacidad

del

proveedor

de

atención

prehospi-

talaria

de entrevist¿x a

micmbros

de l¿

familia

y

testigos,

y puesto

que

el estado mental

dcl

paciente puede

deteriora¡se

dua¡te

e

tra¡sporte, dichos

proveedores

t¿l vez tengan infonnación

clave

indispensable

p¿rra

la v¡¡loración

y

el tmtamiento dcl

paciente que

el

pe¡sonal

hospit¿lario

quizá

no

pueda

discemir.

la

comunicación

directá

del

proveedor

prehospitalario

con el

hospitala¡io

durante

l¿

entrega del

paciente

en las

instalaciones receptoras

a.segura la conti

nuidad

de

la

atención

de ést€.

Al

concluir las obligaciones de atención del

paciente,

el

pre

veedor de ¿tención

prehospitalaria

llena de mane¡a cuidadosa

y

prccisa

un

ICP

Como otlos formatos

médicos,

este documento

silve como rm registrc

organizado

del encuentro con el

paciente

Un ICP incluye toda la

infomación

importante

proporcionada po

el

paciente y

sus

famüares o

testigos, así

como los

datos

identifl

c¿dos

en

la

erTloración

fisica- Adem¡is,

se refieren las intervenciones

realizadas, así

como cualqüer cambio

observado

en el

est¿do de

paciente

dúranle

su

valo¡¿ción

y

revaloración.

Aunque hay diferentes opciones

para

la

docun¡ent¿ción, todo6

los ICP deben

"proveer

una

imagen"

al

lector

del aspecto del

paciente

y

una

cronología

de las

intervenciones.

Los

ICP

deberán ser

precisos

po¡que

constituyen

lur documento

médico

legal.

hoveen informa

ción

c¡ucia.l

que

se incluye

en

los

¡egishos de traumatología

de

hospital

y

pueden

utilizarsc

pa.m

la

investigación.

15.

Sobre

todo, ningún

daño

adicional

El

principio

médico

que

señala

"Sobre

todo,

nin ¡ín daño adicional"

se atribuye al antiguo médico

griego

Hipócrates.

Aplicado a

la

atención

prehospitalaria

del

paciente

de traumatologfa, este

prin

cipio

puede

adquirir

muchas

formas: estructuración

de un

plan

de

respaldo

para

el cuidado de

las

vías

aéreas

antes de

iniciar la intu

bación en secuencia rápida,

p¡otección

de un

pacientc

respecto

de

detritos

en

el

aire durante

su

extmcción

de un

vehÍculo

estTopeado

o

control

de una hemo¡Tagia

ertema

signifcativa

antes de

inicia

la

re¿rimación

con

yolunren.

La

er?eriencia reciente

ha most¡ado

que

los

proveedo¡es

de

¿tención

prehospit:¡laria pueden

realiz¿r

con

seguridad

rnuchos

de

los

procesos que

salva¡r

la

üda

y

que

s

suministran

en

un centro de

traumatologja.

Sin embaxgo,

el tema

14.

Proveer

una

comun¡cación

amplia

y prec¡sa

acerca del

paciente y

las

circunstancias de

Ia

lesión

al

personal

de

las

instalaciones receptoras

La comunicación

ace¡c¿

de un

pacicnte

de traunatología con

el

peFonal

del hospital

que

lo recibe implica tres componentes:

.

Alert¿

antes del

a¡ribo

.

Infome

veria.l

al

arfiba-r

Page 11: phtls capitulo 18

8/19/2019 phtls capitulo 18

http://slidepdf.com/reader/full/phtls-capitulo-18 11/12

cAPlTutO

'18

Principios

dorados de

la atención

del

trauma

prehospitalariar¡o

¿tBE¡

en el contexto

prehospitalaxio

no

es

"Lo

que

pued,m

los

provee-

dores de atención

prehospitalaria

hacer

por

los

pacientes

de

tIau-

matología

cíticamente

lesionados", sino

"Lo

que

d.eberían

hacer

los

proveedores

de atención

prehospitala¡ia por

los

pacientes

de

traurnatología

críticamente

lesionados".

Cuando se

¿tiende a un

paciente

cúticamente lesionado,

es necesado

que

los

proveedores

de

atención

p¡ehospitalaria

se

pregunten si

sus

acciones en el escenario y durante

el

transporte

lo

beneficiax¡in de

manem razonable. Si la

respuesta

a

esta

pregunta

es no o

incierta, tales acciones deben

eüt¿rse

y

hacer

énfasis en el

hansport€ del

paciente

de

mumatología

a

las

instalaciones

aprc

piadas

más

cercanas.

Las

intervenciones deben limitaxse

a

aquellas

que

previenen

o tratan

el

deterio¡o

fsiológico.

l,a atención

de

haumatologÍa

debe

segui¡ un

coniunto

determi-

nado de

prioúdades que

establecen un

plan

efic¿z

y

eficiente

de

acción, basado en

los

periodos

tempor¿les

disponibles

y

cualquier

daño

presente

en

el escenaxio,

pa¡aque

el

paciente

sobrevi

(Figr¡ra

1&8).

Deben integraxse

la intervención

y

estabilización apropiadas

Inc¡dente relac¡onado con un traumat¡smo

Y

Valoración del escenario

 

Valorac¡ón

primaria

.

Estab¡l¡zación de

vías

aérealraquid€a

.

Respirac¡ón

.

Circulación

.

M¡nusvalía

.

Expos¡c¡ón/amb¡ente

.

Trát€se según sea

necesario

t

Les¡ones

de

aparatos o s¡stemas múltiples

o

que ponen

en riesgo la vida

'--l

}Y

NO

Y

Inmovil¡zac¡ón

raquídea,

si está

ind¡cada

f

Inicie rápido

el

lransporte

(a

la ¡nsta¡ación

apropiada

más

cercana)

Y

Bevalore la

valoración

pr¡mar¡a

I

Valorac¡ón

secundar¡a,

adecuada

'f

Intervenciones

y

valorac¡ón

cont¡nua en el trayecto

Y

Valorac¡ón

secunoana,

¡nterrogator¡o

SAMPLE

f

Maneje

las

les¡ones

como sea

apropiado

Y

Revalore

la

valorac¡ón

primaria

?

In¡cie

el transpone

y

coordinaxse entre el terreno de

los hechos, el

SU

y

el

quirófano.

Es

indispensable

que

todo

p¡oveedor

de

atención de la salud

en

cualquier

ámbito de atención

y

cada

etapa

del tratamiento esté

en armonía

con

el

resto del equipo.

OtIo componente impo(¿nte

del

principio

de

"Sobre

todo,

ningún daño

adicional' se relaciona con el

tema

de la

lesión

secun-

daxia. Se

ha hecho énfasis en

que

la lesión ocurre no sólo

por

el

suceso

traumático inicial, sino

t¿¡nbién

po¡

las consecuencias

fisioló

gicas

resultantes del traumatismo

dirccto. EspecÍnc¿mente,

hipoxi4

hipotensión

e hipotermi4

producen

lesiones adicionales a

la

lesión

pdmaria.

No

deiectax

que

esos

problemas

están

presentes

y permitir

que

se desa¡Tollen

durante el tratamiento,

o no coraegirlos en forma

oporturq

da luga¡ a mayores complicaciones,

que

incrementan la

mo¡bllidad

y

la moÍalidart.

En la discr¡sión del tema de

no

provocar

mayor daño debe con-

sidem¡s€

el concepto de

"daño

económico", adeftás

del

sentido

común

de daño frsico. Dspecíflcamente,

los fabricantes inhoducen de

manera regula¡ nuevos medic¿mentos

y

dispositivos

disۖados

pa¡a

sr¡stituir

o

mqiora¡ modalidades

preüas

de tratamiento.

Es impor-

tante

considerax

varios

aspectos antes

de

implementar un trat¿miento

nuelno,

que

incluye:

¡

¿Cu.á]

es

la

prueba

médica

que

nuevo tratamiento?

I

¿Es

la nueva

intervención

tan

ante¡iores?

rcspalda

la effcacia

del

buena

o

mejor

que

las

r

¿Cómo

se compar¿ el costo

de la

provisión

de una nueva

intervención con el de la existente?

Como

principio

general,

debe haber

pruebas

médic¿ts conün-

centes

que

demuestren

que

una nue ?

intervención es

a.l menos

tan

buenay

preferente¡nente

mejor

que

los tratamientos

previos

a¡tes de

que

se

acepte e implemente de Íianera formal.

El

costo

de una

nueva

intervención

a

menudo

rebasa el

de una con la

que ya

se cuenta En

ausencia

de

pruebas

que

indiquen supe¡ioridad

de la nueva

interven-

ción, los cargos agregados

al

paciente

no

se

justiffcan

y,

por

lo tanto,

constituyen

un daño económico.

Po¡ ütimo, no causar mayor

daño

a

veces

signiflca

provoca.r

uno menor.

Como

se

expone en el

Capítr-rlo

1,

Soporte

vital

de

trauma

prehospitalario:

pasado,

presente

y

fuhuo,

los

pacientes

de

trauma-

tología cíticamente

lesionados

que

a¡¡iba¡

a

un centro especializado

pueden

tener un

peor

resultado cuando

se

transport¿n

por

SMU

y

no

en tur vehículo

privado.

Un

factor

de

úesgo signific¿tivo

que p¡oba-

blemente contdbuya

a

la

mayor

tasa de

moftalidad es

la

paúicipación

de

los

proveedores

de atención

prehospitalaxia

bien

intencionados

que

no comprenden

que

el haumatismo es una enfermedad

quiru¡-

gic4

la mayoía de los

pacientes

cúticamente

lesionados requiere

una

intervención

q¡ri¡irgica

inmediata

para

sa.lvar

su üda" Cualquier

situación

que

rehase la interyención

quinigica

se

traduce en

mayor

hemorragi4 mayo shock

y,

por

último,

la muerte.

lncluso con la reanimación mejor

planeada

y

ejecutada" no

todos los

pacientes

de traurnatología se

pueden

sa.lvax. Sin

embargo,

con la atención centr¿da en

los motivos

de una muerte

traumática

tempraJr4

rül

porcentqje

mucho mayor

de

pacientes puede

sobre

üvir con una

menor

t¿sa de mo¡bilidad

residual

que

la

que

resultala

desde

otros

puntos

de

vist¿,

sin

el

beneficio

de

un control

correcto

y

expedito en

el

teEeno

de

los

hechos. ¿os

¿r¿ftripi.o$

rtauid,metutules

Que

se

tncluuen

m

ld

Da.loroÍión rdpidn

del

PHTI"S,

interuenciones

clú18

en el

tenena

U

trl]ns?orte

nipil.a

a

las i ataktcí.ones apr'o-

pi,qrlas

md

cerc,e:nt1"s, ham

ÍLostt'

ln

ÍLejorar las

resultqd.os

d.e

Los

pacíentes

d,e

turumutologí&

críticanentc

le.siorlttdos.

¡gura 18-8

Algoritmo de

respuesta

ante

los traumatismos.

Page 12: phtls capitulo 18

8/19/2019 phtls capitulo 18

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.IElE¡

SOPORTE

VITAL

DE

TRAUMA

PREHOSPITALARIO.

OCTAVA

EDICIÓN

Los

hincipios

de

oro

del

cuidado

prehospitalario

de

traumatologfa

son:

1. Cerciorarse

de la

seguridad

de

los

proveedores

de

atención

prehospit¿laf,ia y

el

pa.iente.

2. Valora¡

la

situación del €scenario

para

determinar

la necesidad de

recursos adicionales.

3. Reconocer la cinética

que

prodqio

las

lesiones.

4.

Usa¡ el

abord4te

de

".lor¿aión primaxia

paxa

identificax

los

trastomos

que

ponen

en

riesgo

la

üd¿.

5.

Proveer

un

control

de

vías

aérc¿s apropiado mientras rnantiene la estabilización de la cohKüa cervical,

como

está indicado.

6. Respaldar la

ventilación

y

proveer

oxígeno

paxa

ma¡rtene¡

una

Spq mayor

de

95%.

7.

Conholax

cualqüer

hemorragia extema signiñcati 1a"

8, ho 'eer h'ata¡niento

b¡ásico

del shock, incluyendo férulas

en las

lesiones musculoesqueléticas

y

el restableci-

miento

y

mantenimiento

de la

temperatura corpo¡al

normal.

L Mantener la estabilización

de la

columna

en

foma manual

hasta

que

se

inmovilice

al

paciente.

10.

Inicid el

hanspoft€

de

los

pacientes

de

traunatología crítica¡nente l€sionados

¿ las

instalaciones apropiadas

miás

cercafias, tan

pronto

como

sea

posible,

después

del

arribo del

SMU

¿l

escenario.

11. Iniciax

la reposición de fluidos con soluciones intravenosas tibias en el tr¿yecto a las instalaciones receptoras

12. CercioraEe de los

a¡rtecedentes médicos

del

paciente

y

realice

la

valorución

secundaxi¿

cuando los

problemas

que

ponen

en riesgo la üda han

sido

tral¿dos

satisfactoriaÍiente

o

se

descartaron.

13,

Proveer alivio adecuado del dolor.

14. Mantener

una comunicación

exlBrstiva

y

precisa

acerca

del

pa.iente

y

las

circunstancias

de

la

lesión

¿

p€rsonal

de las instalaciones ¡eceptoras.

15.

Sobre

todo, no

c¿usa¡

mayor

daño.

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