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PLAN DE GESTIÓN DE AVES ACUÁTICAS EN HUMEDALES Y RIBERAS AFECTADAS POR
GRAVERAS Proyecto QUARRY-CONNECT “Beneficios de la gestión de la biodiversidad en graveras restauradas y en activo
para la conectividad ecológica de humedales y riberas en el Oeste Peninsular”.
Plan de gestión de aves acuáticas en humedales y riberas afectadas por graveras
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1. LOS ECOSISTEMAS DE HUMEDALES
De entre las numerosas definiciones existentes del vocablo humedal, se selecciona la aportada por
la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional (Convención Ramsar) así:
extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de aguas, sean éstas de régimen natural
o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las
extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros. Este amplio concepto
comprende un amplio abanico de ambientes cuya característica ecosistémica común es la presencia del
agua.
Estos entornos albergan una importante biodiversidad y constituyen el hábitat de nume rosas especies de animales y plantas (Dugan 1990).
2. LOS HUMEDALES Y LAS AVES ACUATICAS
Las aves acuáticas constituyen uno de los componentes más emblemáticos de la fauna que habita los humedales. Muchas especies de aves
acuáticas han desarrollado adaptaciones morfológicas para hacer mejor uso de los recursos que brindan los humedales. Otras, como muchos
paseriformes, no exhiben adaptaciones particulares al medio acuático y utilizan estos ambientes en forma temporal, por ejemplo durante el período de
nidificación y cría.
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El papel de las aves acuáticas es muy importante en estos ecosistemas, bien como consumidores y por tanto reguladores de las poblaciones de
invertebrados y vertebrados acuáticos, bien como aportadores de materia orgánica o como modificadores del ambiente circundante.
Así mismo, los humedales ofrecen el refugio y alimento a este grupo faunístico en forma de nidificación y alimentación.
Nidificación: Muchas especies de aves nidifican en humedales, empleando la vegetación palustre como soporte para nidos o refugio contra
predadores. Diferentes especies construyen sus nidos en los diferentes estratos de vegetación. Algunas lo hacen en altura utilizando los tallos de las
macrófitas como sostén, tal es el caso de garzas (Ardeidae) y algunos paseriformes. Otras especies construyen sus nidos en la superficie del agua, ya
sea anclándolos a la vegetación emergente, como las gallinetas (Rallidae), o en forma de grandes plataformas construidas en base a la acumulación de
material vegetal, como en el caso de las anátidas (Anatidae).
Alimentación: Los humedales también son áreas de gran importancia para la alimentación de aves
acuáticas, las que han desarrollado diferentes adaptaciones y técnicas particulares en función del tipo de hábitat y
clase de alimento. En base a estos dos factores las especies pueden reunirse en grupos funcionales.
Aves que buscan el alimento caminando aguas someras (limnícolas, garzas).
Aves que nadan y zambullen para buscar el alimento (patos, gallinetas)
Aves que detectan el alimento en vuelo o desde perchas (martines pescadores, gaviotas,
paseriformes)
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3. FACTORES QUE CONDICIONAN EL USO DE LOS HUMEDALES
La diversidad y abundancia de aves acuáticas que habitan un humedal depende de diversos factores,
como el régimen hidrológico, tamaño y heterogeneidad de la masa de agua y estructura de la vegetación. Las
aves acuáticas raramente se distribuyen uniformemente dentro del humedal, sino que la riqueza y abundancia de
éstas están asociadas a las características ambientales locales (diversidad de tipos de vegetación emergente y
sumergida, la presencia superficies limosas, la heterogeneidad morfológica del humedal, los aportes de y
nutrientes o la presencia de ictiofauna).
De esta forma, las aves limnícolas ocupan las áreas cercanas a la orilla tanto para su búsqueda de
alimento como para el descanso nocturno; las gallinetas prefieren zonas de profundidad media para la
alimentación y la nidificación mientras que las anátidas se localizan en la zona más profunda y con mayor cantidad de nutrientes.
El tamaño del humedal es otra de las características básicas que influyen en la diversidad de las especies y su abundancia, siendo proporcional a
la diversidad presente y su heterogeneidad.
La estructura de la vegetación constituye uno de los factores más determinantes de la presencia y abundancia avifaunística, ya sea para la
alimentación, refugio o nidificación. Las aves responden visualmente a la estructura de la vegetación, que depende a su vez de la composición de
especies y de la disposición espacial de las diferentes comunidades florísticas (Weller op. cit.). La estructura de la vegetación es de vital importancia
para muchas especies de aves que nidifican en humedales palustres, tal es el caso de limnícolas, garzas, ánades o paseriformes.
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Las zonas de pastizales inundables que bordean los ambientes acuáticos son utilizadas durante la cría por pequeñas especies de aves que
requieren escasa cobertura de vegetación (como los rálidos). Por otro lado, la vegetación más permanente y alta que crece en lagunas más profundas
sirve a las especies de mayor tamaño que requieren de una mayor cobertura, soporte para nidos y de una alimentación compuesta de organismos que
se desarrollan en aguas más permanentes, tal es el caso de algunos patos y garzas.
Muchas aves acuáticas que explotan la vegetación de los humedales, necesitan también de sectores de aguas abiertas para aterrizar, nadar y
alimentarse. Los claros que se forman en la vegetación palustre incrementan el efecto borde y facilitan el acceso a la misma (Weller op. cit.). Permiten
además la entrada de luz solar, necesaria para el desarrollo de la vegetación sumergida y de los invertebrados que constituyen el alimento de las aves
acuáticas.
Al respecto las diferentes especies responden a diferentes relaciones cobertura de vegetación-agua
abierta. Weller y Fredrickson (1974) encontraron una asociación entre el aumento de la riqueza y abundancia de
aves acuáticas, y el aumento del número de claros y zonas de aguas abiertas en un humedal con vegetación
palustre y dominancia de Typha sp. No obstante, con niveles muy bajos de cobertura vegetal se observaba una
disminución en la disponibilidad de alimento y sitios para nidificación.
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4. ACTUACIONES PARA MEJORA DEL HÁBITAT
A partir de las premisas descritas se detallan a continuación posibles actuaciones a realizar en graveras para fomentar la presencia de las aves
acuáticas potenciales del territorio de actuación:
Morfología de las orillas perimetrales: Conocidas las preferencias por la heterogeneidad e irregularidad
de las márgenes por parte de las aves acuáticas, se propone el diseño y adecuación de las orillas a esta
morfología. De esta forma, las aves encontrarán diversos nichos ecológicos y abundantes zonas de refugio,
ambos aspectos deseados por es te grupo faunístico a la hora de establecerse en un hábitat, evitando las orillas
rectilíneas en ausencia de áreas de amparo. Así mismo, orillas con aguas someras y suaves taludes en los que la
profundidad aumenta de forma progresiva favorece la presencia de limnícolas al encontrar su fuente de
alimentación en los sustratos acumulados.
Análisis de la calidad de las aguas: Es imprescindible mantener una calidad de las aguas adecuada, sobra decir que se debe evitar la presencia
de contaminantes tóxicos y vertidos, pero es muy necesario controlar el exceso de materia orgánica en las aguas a través de parámetros como DBO. El
exceso de nutrientes favorece la eutrofización de las aguas que disminuye la diversidad del humedal.
Establecimiento de islas flotantes de biodiversidad: Son numerosas las especies de aves acuáticas que establecen sus áreas de nidificación
como anátidas, gallinetas, etc. Con el fin de favorecer su asentamiento se propone la colocación de plataformas cuadradas que favorezcan estas áreas
de anidamiento. Pueden ser fabricadas a partir de cuatro tuberías de PVC de diámetro de 15 cm unidas entre sí por cuatro codos del mismo material. Se
debe imprimar con una pintura plástica adecuada para PVC con el fin de resistir más tiempo a las condiciones meteorológicas adversas (a ser posible de
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colores verdes o marrones para facilitar la integración de las mismas). A continuación se coloca una pieza de malla de sombreo 90% de 105 g/m2 en el
fondo de la estructura y se anuda con cuerdas plásticas (nylon) resistentes a la humedad, realizando un trenzado en el fondo con el fin de dotarla de
mayor estabilidad. Esta estructura está dotada de la flotabilidad necesaria para soportar los rizomas de espadaña que se colocarán sobre ella con el fin
de facilitar su colonización y establecer la Isla de Biodiversidad deseada. Es recomendable anclar al fondo de la laguna dichas estructuras con el fin que
el viento no las desplace acercándola a la orilla.
Aporte de tierra vegetal: Con el fin de dotar de zonas de refugio y alimentación a ardeidas, es recomendable el aporte de tierra vegetal provista
de rizomas de Thypa sp. y Phragmites australis así como del banco de semillas de plantas autóctonas y adaptadas a las condiciones de humedad del
entorno favoreciendo así el asentamiento de carrizales y espadañales que alberguen a estas emblemáticas aves.
Colocación de cajas nido: El asentamiento de poblaciones de paseriformes en un humedal se logra mediante el fomento de la fuente de
alimentación así como de las zonas de cría. Existen numerosas empresas que pueden facilitar cajas nido prefabricadas para estos
insectívoros, pero no siempre cumplen las dimensiones favorables para su ocupación además de tener un elevado coste. Por ello, a
continuación se ofrecen las pautas óptimas para su construcción según en el Manual para construir cajas nido, del Grup Ecologista
Xoriguer. Se debe utilizar una tabla de contrachapado o pino de 15 cm de ancho por 1,5 cm de grueso. Las medidas propuestas se
indican para la fabricación nidales para lavanderas. Se trata de una caja nido de frontal abierto, con una altura de 25 cm y una
profundidad y anchura de 15 cm. El orificio de entrada debe ser de 15 x 5 cm y estar colocado a una altura de 20 cm. Se deben colocar
en árboles a una altura de entre 1 y 3 metros para facilitar su colonización.
Se pueden utilizar clavos galvanizados o cola de carpintero para la unión de dichas piezas y debe utilizar una porción de goma o caucho para
unir el techo de forma que se pueda abrir fácilmente. También debe existir una pequeña perforación en la base que sirva de drenaje en caso de fuertes
lluvias. Se les puede aplicar una capa de aceite de linaza de forma anual, exclusivamente en el exterior y nunca alrededor del orificio de entrada. Es
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aconsejable con una orientación entre norte y sureste, evitando la luz directa del sol y los vientos fuertes. Para ubicarlas en el árbol evitando dañarlo, se
debe colgar la caja de una rama con un alambre resistente a las condiciones meteorológicas (bajas temperaturas, precipitaciones, etc.) La limpieza
periódica de las cajas debe realizarse entre octubre y noviembre, época en la que no estarán ocupadas.
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