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Pluralidad en la esfera de lo públic o político' Introdu cción Tmia'Ul Rinc6n C:o. .. e/Ji del &>sario El como una concepción sobre nuestra manera humana de com- prender, es t ar y actuar en el mundo está pn:sente en distintas filosofías y tradi- ciones de la mosofía contemporánea. Me atrevería a decir que es la concepción que está presente, por ejemplo, en la ob ra del segundo Wittgenstein), explicitada en conceptos que han tenido tanta rcle,·ancia e impacto en la elabo ra ción teó- rica, política, social y cultural de la segunda mitad del siglo xx, como los con- ceptos de «formas de vida" y .jue!,,'DS de lenguaje". Esta mi sma concepción es la que está también presente en la obra de Hannah Arendt -en la que me deten- dré en esta presentaci6n- la obra de pensadores y pensadoras de tradicion es filosóficas distintas como Isaiah Ber li n, Hilary Putnam o Martha Nussbaum J , quienes expresamente han defendido la plumlidad de cultu ra s y formas de vida humanas. Atendiendo al título de esta m<.'sa, deseo centrar mi presentación sobre el estado de la cuestión en algunas ,.:flexiones hechas desde la masaría sobre el pluralismo en la política y, más conc retBmenle, sob re el pluralismo en el espacio o esfera de lo público politico. Para ello, asumiré, aquí, varias cuestiones: en primer lugar, asumiré que en las sociedades contemporáneas (de una moderni- dad tardfa o pos tmodernidad) tiene sentido seguir hablando de esferas diferen- tes y, concretamente, de la esfera pública como una esfera distinta a la esfera privada; en segundo lugar, asumiré lo público político como el espacio en el que tienen lugar los comunes, aquellos que nos interesan como comunidad política, y respecto de los cuales conversamos, deliberamos, decidimos y actua- 1 )"l ".a: • Pl",.Ii, .... ,,, d ".,...Je> ho eue"",'" .n la l" co l"',a ,. 2 L. Wingr ... "in, ... ,lig ... ·ion., filowfi« .. , Barcelona, 2002. 3 1. Btrl in. C,,,, ,,,, .,,,,,,,,,,,,..,b,, L,I¡¡"',""¡, M...JriJ, 1998, H. P,,,nom .• Pra!:"""i,,,, Rd",ivi.m. • [Juca,i"" f,.,r Dt-n'lOCr.cy •. en \"({,,-J, anJ lif •. Camb ridg e. H""·,,n.! Uni\"" ... ir, · Pre ... I'P- 182· 197 1'1'. !ll· 141 ; M. N" .. b",,,, fr""r¡"" of j""" •. j)j .. N",i"""li,v. Sprd .. M.m,,"''''',/>. C.,,,,brí,lgo. The ""1' P'o .. "f brv,,,J Univcr,i,)· Prol\. 1006. E ... "I.filos ISSN 0121·3628 "Cl ubr, 1008 d. AIl,ioif"¡" pp. hlJ-11 i

Pluralidad en la esfera de lo público político

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Page 1: Pluralidad en la esfera de lo público político

Pluralidad en la esfera de lo público político '

Introducción

Tmia'Ul Rinc6n C:o. .. e/Ji del &>sario

El como una concepción sobre nuestra manera humana de com-prender, es tar y actuar en el mundo está pn:sente en distintas filosofías y tradi-ciones de la mosofía contemporánea. Me atrevería a decir que es la concepción que está presente, por ejemplo, en la obra del segundo Wittgenstein), explicitada en conceptos que han tenido tanta rcle,·ancia e impacto en la elaboración teó-rica, política, social y cultural de la segunda mitad del siglo xx, como los con-ceptos de «formas de vida" y .jue!,,'DS de lenguaje". Esta misma concepción es la que está también presente en la obra de Hannah Arendt -en la que me deten-dré en esta presentaci6n- la obra de pensadores y pensadoras de tradiciones filosóficas distintas como Isaiah Berlin, Hilary Putnam o Martha NussbaumJ ,

quienes expresamente han defendido la plumlidad de culturas y formas de vida humanas.

Atendiendo al título de esta m<.'sa, deseo centrar mi presentación sobre el estado de la cuestión en algunas ,.:flexiones hechas desde la masaría sobre el pluralismo en la política y, más concretBmenle, sobre el pluralismo en el espacio o esfera de lo público politico. Para ello, asumiré, aquí, varias cuestiones: en primer lugar, asumiré que en las sociedades contemporáneas (de una moderni-dad tardfa o postmodernidad) tiene sentido seguir hablando de esferas diferen-tes y, concretamente, de la esfera pública como una esfera distinta a la esfera privada; en segundo lugar, asumiré lo público político como el espacio en el que tienen lugar los comunes, aquellos que nos interesan como comunidad política, y respecto de los cuales conversamos, deliberamos, decidimos y actua-

1 )"l".a: • Pl",.Ii, .... ,,, d ".,...Je> ho eue"",'" .n la l" col"',a ,. 2 L. Wingr ... "in, ... ,lig ... ·ion., filowfi« .. , Barcelona, 2002. 3 1. Btrl in. C,,,,,,,,.,,,,,,,,,,,,..,b,, L,I¡¡"',""¡, M...JriJ, 1998, H. P,,,nom .• Pra!:"""i,,,,

Rd",ivi.m. l· • [Juca,i"" f,.,r Dt-n'lOCr.cy •. en \"({,,-J, anJ lif •. Cambridge. H""·,,n.! Uni\"" ... ir,· Pre ... I'P-182· 197 l· 1'1'. !ll· 141 ; M. N" .. b",,,, fr""r¡"" of j""" •. j)j .. N",i"""li,v. Sprd .. M.m,,"''''',/>. C.,,,,brí,lgo. The ""1' P'o .. "f l·brv,,,J Univcr,i,)· Prol\. 1006.

E ... "I.filos ISSN 0121·3628 "Cl ubr, 1008 d. AIl,ioif"¡" pp. hlJ-11 i

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m05 en nuestrll condición de lIgentcs o actores y, en tcreer lugar, asumiré también el espacio de 10 público político como un espacio de apr.:nJim-je$ dinintos, ell05, aprendizajes IYlOr.Iles, aprendi laj.:s étic05 y aprendhlljes de virtudc$ polít ica¡¡i, De acuerdo con es ta catllcterizacióll, mi ide;¡ es que, vinculada n lo piiblko, la noción de p/ura/hmo imprime la esfem pública politi-C¡l tul setllido ne, e$ilTiarn .. normlltivo que upo!m como cri teriu ori.:mador de nuestrus juicios \' acciones y que, :lunque lo refuerza, es diferente del scmidu norm¡ltivo atribuido ;¡ la <."5fena pública como lugar de formación de una opiniÚll públic¡¡ critka·. Mi deseo, entonces, el el de tnatar de responder a la pregunta por la del carácter nornl:ltivo de la noción de . pluralismo Cll 1" esf.: r:l pllbliea política_. En esa pcrspcctiva, mi intuición quc la concepción sobre la pluralidad en lu públicu político, presente en los pensadore" que aquí trataré de seguir, ofrece una conc.:pción de lo publico qoc resulta afín a una concepción .!tica politicll comprometida con el V<llor intrínseco quc tiene cada vida humana y con la proh:cción y conservación que esa vid:l merece. A pcS:lr de la fT3b.¡lidad de la edcra pública, que se hace e)(plícita en eS ta concepción (y ;¡ la que voy ¡¡ rderirm ... de nmnera especial), es ta form;¡ el.: pensar lo público político, desd.: la pluralidad, contribuye a articular una concepción de la políti-ca diS lintil a ot ras en I;¡s qu.: la vida de 10$ humanO) o de ciert<n seres humanos puede invisibilizada o sacrificflJfl en aras de convcniendM o logms políticos; y muestra, en esa medida, que, .:n nuestm condición de o

político$, no cs tanlO$ (onados a tener qu.: decidir, en la <!l;f.:ra de lo público, .:ntre la ,·¡da y los derechos de 10$ $eres humanos (o de ciertO!i s.: res humanO$) , de un lado, y el \' resultados dcl poJcr, del otro;.

Son tr<.'s que deseo como hilo conductor <.'n ción; i) la del pluralislIlo como una nu solo de hu sociedades llamadas liberales sino de nu.:stra cunJición hUlllalla; ii) la del pluralimlO en el espado de lu público político como una forma posible de COnVlvellcia inclush·a \' n<> como un m.:to,) modus l'il'elldi; y iii) la del plumlismo en el espaciu de 10 Pllblico

CrwqUlO noo:i60 .. p", ... n. ",,' •• ,!. II"n,,,,,k o, I,....J." loO' uf\:> noo:ión c"",,por· ,;'b roo< ,tóficOl r ,t"Ófic ... do lo público J .. ,¡",,.. " •• hClon." de s" n .. .k,c, t. JcI do l. pti"",.b, romo lo Ymm¡ nnJ W fUI .. ;." <J{

1'1'- 119.120), <omod "'i'«wdo la r ar"viJaJ Jo. cualquit. JIC"',ona ..Id (...,.] .Í(",,,, dí"""ho a "xcl .. i, "la. OIm" >in q"" COI" <1"" h,'Y defi"i .... ",n" ¡mo .. ,1.-10. ,,"Un ' ,,,

que ... (","" iJ.,an rr"llÍ\» J. e"" S ;\1 """,,"C'o. C. T1"dx,u' .• Nonlbr." el I1L,I_, on Ma,la Hrnc'" l· P"hLJe G",ilf (compilad""',I.

&t ¡" jw:kia. 11 ..... "",.;. .. T"'-> Mhlto. Uniw.,,JaJ N'''''OOl,,1 Jo. Jc 11l""'.i.¡:>c;"""0 FiJo.óhcu, pp... 151. 176; J. R:.wIs. &t ¡" J ...........

Al "''1....: .. ,. J. H .. b.;'m ..... lli>lQflll &. ¡., pMbIc ... lo! !r""",""",,·"'" .. >I ..... ... &. L, ",ItI p¡",h1k<l; N. Trarun<1fioot<>li!'"I !"" Mi.: SfJt.-". hnp:fI""v.w."'p ... blk., ..... ' r ! ..... Publ;, SI'I..,,,,. ,\ ,,, d ... ,,"ie o( Ac.u ,lI)" E.",in8 C"lhut",. eJ .. 11""-'"",,, un,1 ,n" P"b/j,: S¡J ... ", P", ... 1992. rp. 11.l9-1 H .

7 J>i...'1>" ,"tu í. ,." l:o, "'01/:1, lI!tlí'"i,,,,, ,." b. .. i.".id "·,,Ii,noo I'nli,IC'''.

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político como posibilidad de reconocimi<,nto de la IIulnerabilidaJ de tado ser humano, expresada en un reconocimiento pílblico, también inclusivo, de la pér-dida, el .1aito y d Judo. Creo que I':stas estiln prl':scntes --:l\ln cuando de maneras distintas- <,n los pcnsador<,s y pt:nsadoras qu<, trataré de seguir en esta pres<,ntación: Hannah Arend!, John Rawls, Seyla y Judi!h Buder. Al fina!' r siguknJo el mismo hi lu conductor, trataré de enfatizar, desde lUla pers-pl':ctiva intercsada, que tra ta de pensar la realidad de violencia, exclusión y dllím qul': ville una sociedad como la colombiana, I':n tres id ... as: i) lo que signifi-ca Unll concepción del pluralismo en la <,sfera pública política como posibilidad de negación de la \-iolencia: ii) lo que signifka una conco:pción de! pluralismo en la esfera pública como construcción inclusiva de III política: y iii) lo que significa una conc<'pci,jn del pluralismo en la esfera pública como rt:conoci-miento explicito J<, las IIictimas, de sus rdatos, d<, sus daños y de sus duelos.

Mi presentación eml acotada, en cierta forma, a la refl ... xión sobre la esfera p(lblica que pooríamos llamllr _local., d<' las sociedades locales, sin que <,110 signifique qw es ajena a la discusión sobre el sentido, la posibilidlld y la necesi-dad misma de una o:sfeta pública trasnacional o global o de <,sferas públiclls transnacionalesl . Igualmente, conviene aclarar que al referirmo: a la esfera p(l-blica, en singulllr, no estoy desconociendo la e)l.istencia, I':n las sociedades, de esferas públicas diversas y plurales, tal y como ha sido pU<'HO de rdieve, entro: otros amores, por Nancy

La pluralidad como condición de la esfera publica la autora contemporánea que e.\tableció con una mayor claridad la relación

entre la pluralidad y la existencia misma Ji! lo público político fue Hannah Arendl, y por eso considi!ra apropiaJo iniciar esta aproximación desdi! su p<!nsa-miento, des tacando Jos nociones: noción de y la noción de lo público político como el lugar de la plurali,lad y, a la IIez, de la

Como sabemos, para ArenJt la realidad Je la esfera pública radica _en la simuhilnea presencia Je innuml':rables p<!rsp<!ctillas y :>ospectos I':n los qul': se pre-senta el mundo común y para d que no cabe inventar medida o Jenominador común- o Pues, como ella seitala, _si bil':n el mundo común es el lugar de reunión J<, toJos, \.jukne.> cstán prescnt<,s ocupan diferente.> en el ( ... ]. Ser vislO y oído por otros Jeriva su Sib'11ifica,lu del hechu de que toJos ven y oyen

8 Al ""1",<(0, N. T"m,,,,,,io,,,,jj,jn, ,h. p"¡,j,, Sph.:,·., <>p. ch, J. El ",Úd,n, .. ,,,,;,.,/i,ko. M:oJriJ. TtllIta. 2006: P. Vi, ... ,. .J..ln M"lr;,,,d, )..bJ,;J. T Jc S ..... "",. 1003

9 N. fr,,,,·,, • Rc,¡'jnking ,,,,. P"blk Sph",,·. A , (1 ,h.;- (,i,ic o( AcHJnlly hilling 1).,"""""'1'- . en C"lh" un (eJ.). 11'1"'''10''' n"J ,1" I'"hik C"mbriJg,;. )..11T P"''' . 1992.

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JesJe una pmiciÓll difere ll!c_. Este e$ -según Arendt- el signillclldo de la vida públin"'. El recullucimiemo de. hu perspectivas, COIllO conJición de realiJlId de III csfern pública, tal y como se da en d pensamiento de Arel\llt, implica el reconocimiento J I.' la .:xistencia de la pluralidad como condición de existencia JI' III esfcr1l p(Iblica. Como ha señalado Fernando Broncano, _las perspectivM existen en la nwdida en que existen espacios en los que pued.:n coexistir una pluralidad de perspectivas_" . Al respecto, vale b pena recordar también quc ArenJt nunCfl cerró d polencial de las perspcctivM que podían conc urrir a la configuración de 10 público y de lo común, y, de estfl maneta, dejó siempre abierta la pmibilidlld a III aparición de nuev¡¡s y distintas perspectivas, id.mtifi. cando, además, la igulI ldad como el principio más profundo de lo p(Iblico ll .

noción de .:sfera pública en Arendt establece, a$Í, deKle el reconocimiento de la plura lidad de perspectivas, como condición de la uistencia misrnll de lo públi. co, una limitación radical a un concepto totalizador de 10 público y a la po5ibili. dad de mundos totllli tarios.

Jumo II esta caractcrizlIción de la esfern pública, como lugar de presencill d.: plurales pcnpectivu, Arendt consideró también que el espacio de aparición, la .:sfera públic:I mlb allá de su formal constitución y organización, cobra eKis· rencia sien\pre quc los sercs humano.s _se agrupan por el diIKurso y la acci.3n_ u; siendo la esencial condición hunmna de la pluralidad, .eI actu:lr y jun· to.s_, condición, n su vez, _de todas las formas de organización

El sentido Je la :lcci.3n política, propia de la esfcra pública (constituida a parti r de la pluralidad de perspeCTivas), es, en Arendr, el dc -establccer rdacio · nes y crear nucvas y no el de _violar y destruir_o Y la palabra y el diIKuno se emplc:ln, a $U vcz, en la esfera pública, para .d .. oscubrir real .. lades_ y no para -velar in tenciont..os_ u. La csfern pliblica es, de este modo, en la concep· ción arendtiana, un espacio en el que la violencia !lO tiene cabiJ ;!. La violencia !lO es proplll de 10 p(Iblico político. Es, como eJl;! lo dice, pre.poIflica, porquc 1:1

, , ¡ . ron", "t\ I q"" 11<> el

cot\ll"'I"Ie" Ji"",,,, ... , , " , (

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PaoJó. Bá..oca. l007. 1'. 196. t .; 1,. 1'01' 12 . H l' !lS. 1:; Ibi.I .. r.!lJ.

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o.'),)¡od '1 .. ¡" 01 "" I"'p.'I"m/d

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mamener la comuniJad política_. A esto podemos llamarlo -nos dice Rawb--el hecho de la opre,ión.l'/.

De acuerdo con e51:1S consideraciones de podría decir que una cultura política JenlOCrfi lica (ret:Olloccdoca y respelUO$a del pluralismo de vi-siones del mundo) es radicalm<.'.nte opu<.'.sta al ejercicio opresivo del poder, 0,

dicho en la dirección contraria, un ejerc icio opresi\'o del poder es radicalmente opuesto a una cultura política deme<::rárica. Conforme e$lO, a hacer dOlO precisiones: i) el pluralismo de visiones y perspectivas es un hecho de las sociedadd, tal y como hoy las cone<::cmos, y ii) Jos procedimientos y formas de adopd ón de principios de justicia compartidOll por una sociedad polílica y de las cuestiones o ¡¡sumos públicos que son comunes a quienes integran esa :!OCie-dad, así como el contenido de esos principios y asuntos, no podrían neg¡¡r ni suprimir el pluralismo de visiones cxistentes en la sociedad, sin d¡¡r paso ¡¡ un lI50

opresivo del poder y ¡¡I propio hecho de la opresión, con toda su brutalidad y crueldad_

POOoam05, ahora, completar lo que habíamos dicho antes, ¡ei'I¡¡lando que: i) el pluralismo de visiones o de perspectivas del mundo difereme.s, y aun opucs-tas, es ULllI condición CONotutiva de una esfera públic¡¡ política como tal, esto es, sin pluralismo Je penpcctivas emilllOS privados de es{er¡¡ -y aquí estalllOS siguiendo a Arendt-: y ii) que el reconocimicnto y respeto dd hecho del plura-lismo de perspectivas es un hecho que caracteriza una esfera póblica política democ,:r:hica -y aquC e$lamOll 5iguiendo a Rawls-. Y poJríamos avamar un poco más y considerar, expresamente, que es en relación con IIna pública con-cebida cn estos que cabe afirmar, con ArenJt, el principio de igualdad y la simetría de las perspeclivas, de un lado, y la imposibilidad oormativa de violencia, del ouo, y, con Rawls, la imposibilidad normativa de la opresión. La. tlfera pública polúlcd, concebida de esta manera, M1quiere, asr, el sentido de un rCi:jucrimielllo normativo: tk lo que no ckbt so pena de la destrucción o 1" imposibilidad misma de lo público político.

Ahora, ¡hasta dónde extendemos el ámbi to de esa esfera póbl¡ca política fundada en el pluralismo de perspectivas, y libre por así decir-lo, dt: l¡¡ violencia y la opresión?

Como sabemos, Arendt estableci6 una difer..:nci;l casi ()ntológica ent1\: csfcl<l pública y esfera privada y, conforme a ello, cOIl¡¡idt:r6 que en lu pllblico solo len-drí¡¡n lugar, correctamente, los asumos humanos apropiados a las exigencias de lib.:rtaJ e iglmlJaJ impuestas por la esfera pública. AT\'nJt tuvo dific ultades, en est,. p¡¡ra aceptar en lo público la presencia Je cierto=; ¡¡sumos (3'1u':llo=; ligaJ06 con o Jerefn1inflJos por lo que ella ¡J.:ntificó con"lO d mundo de la necesi-

[9 IhtJ_, 1'1>- 61)-61.

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d;.J)I". y, en el caso de R .... wls, es muy cl;.ro quc su tcorí;. circunS<.:ribe lo público político lo qUI: élll;.mó "elementos constitucion;.les esenci;.les. y de justicia básic;.. l!. En contr:lstl: con restricciones, y en con odias, Seyl:l IXnhabib ha defendido una noció" abieTla e indll.si,'O J.: la .:sfera pública, y lo h<1 hecho a partit JI' hacer explicilOs tres elementos: la ;.gcnJ:I de la esfera públi-Cll, el ;.cceso y quien.:. acceJen a ella, y el lugar de la csf.:rn pública!l.

IXnhabibl1 no r<!S tnn!.'!' I¡¡ ¡¡gcnJa Je I¡¡ cOTwersación pública :1 asuntos pre-Jetermin¡¡dos -como lo hace R:twls y también, en cierta form;., Arendt-, y -con· trario a R:twls- sitúa I¡¡ esferl'l pl,blic<'l en la sociedad civil y no .'0010 en el Estado y sus organiZilciolle$. La esfera pública, en Bcnhabib, abarca, en términos de ag.:nda y lugar, tanto I¡¡ cultura política pública como el ll;.mado por Rawl. cultural •. este moJo, la plut<'llidad de per.¡pectivas o de visiones del mundo o de subjetivid;.des pasa a estar, como un hecho "isible, en el centro de 10 público y no solo en m transfondo. Y pasa a est¡¡rlo, como eKpresión de la lucha en torno a lo que es incluido en I¡¡ agenda pública y a quién llccede a la esfera Pllblka. Una lucha que Bcnhabib considera, en sí misma, una lucha por la justicia y la libertad. Así, la pluralidad, ;.Jemás de constitutiva de lo público -como lo es y¡¡ en Arendt- se convierte ell¡¡ misma en un asunto de [o públiCO. Como lo vere-nlO5, más adelante, con Butler, esta noción ;.biena e inclusiva de [a esfera pública nos po:nllite pcns;.r de un modo mucho más amplio el sentido normatil'O de lo Pllblico político -esto es, la dolencia "j la opre.:iÓn como /o no debe ser.

Oc este primer ejercicio reconstructivo, y tr¡¡(;.ndo de responder a la pregunta inicialmente sugerida, deseo sostener dos fuertes: i) el de 1;. esfera política, como esfer;. y/o fundada en un pluralismo de que se explicita en aquello que no deber ser (/a violencia ;1 ", opresión), y 1'11 I'SII' sentido, su carácter de criterio orient;.dor de nuestros juicios y

en tanto ;.ctores o políticos; y ii) condición abierta e inclusil'a de una esfer;. pública que se configura a partir del pluralismo: en términos del carácter amplio y abierto de 10 que en ella se discute -incluid;. la cuestión misma del plur;.lismo--, de quienes;. ella acceden; y Jellugar amplio que ella ocupa, que v;. más allá del Estado y del puJer ' lue desde él so: ejerce. Voy a tratar de seguir, ahora, a pMtir de Buder, el otro hijo conductor de esta reconstrucción: la esfera pública como lugar l'Ipropi;.do de [¡¡ presencia de la I'ulnerabilid;.d hum;.na.

10 Al H.F. Pi,kin, • ¡''''icia. J..I. rel""ión público l' p,iv"Jo • . R ...... w ''''',oom.,i,,,,,o J. FikJwfiu. Ib/i,i.:" .' liumm,iJ.oJ ... m'tu 6. N" 14: S<gunJo ",nl<m( 2005, hU I':/I " ...... ·.In.;'llucion.l.us.e,¡.'"oc.ri.; S.lknh"bib, . MoJel. oiPublk Space •• en Siro"";,,, ,h. Sdf. G""J ..... Cornm,mil"< "".1 r""mod.mi,m ¡" I:"r!u";,. . .

21 J. •. li¡"'",li,m<l looli,i,,".>, Mexko, FCE, 1995 2 Z Un:. "pro .• I"""lón ,Imll.r eS'" en Fenichd Pi,kin Iuf!. ,·je.) l' en

,he P"blic 51,1,,·,,·. A C,,,, ,,lbu ,;'¡n 'o ti,,· ( ,I,i( of Aeu,,,II)" hi>1ing o.,m"",,,,,y.): Vimo (uf!. dI. ) Jd;"·,-.Je ",mhi.'n, 1:> c",eg",;" Je .m"hitl,J., la ;J,." J,.. un:> 1'"l>lic:> ,,.., .... JuriJa (y Ji"¡"m) a "",11" h"h ¡""J¡, 1'''' la 1'),,,,, 1 ¡J:.J Je , u¡'¡"" 1";' h,J,·,.

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La esfera públk a de las plu ral idades como lugar de reco nocimiento de la vulnerabilidad humana, d e la perd ida y del daño

Butler, al igual que Are!ndl, rl."COllOCe en el cspad o público, como lugar de la discusión pública, el lugar de la1 narraciones plurales, que se h;¡cen tamo en primera perSOn;¡ como en segunda y terce!Ta person a. u historia comp;¡rtida o común que nace en la esfera de lo público, requiere no solo la que hacemos en calidn,1 de paciemes de un hecho, sino tambi.!n nues tra capaciJaJ de ser dcstinat;¡riO$ de las narr;¡ciones hechas en segunda persona y la narradón de un nO$OUO$ más ;¡mplio. Este reconocimiento de la pluralidad es (al vc¡ más e:rcplícitamente radical e!n Butler que en Arendt, porque no solo Se! e KpreS;¡ en el reconocimiento do.' la individualidad de cada ser humano , de su c;¡ lid;¡d de único e irrepetible, y de la individualidad de la acción, como en ArenJr, sino, sobre todo, en el reconocimiento de nuestra individualidad corporal, de nuestra condición de cuerpos y de cuerpos diferentes que aparecemos como lales en la esfera pública. Es;. pluralidad $O! e:rcpresa, e!n Buller, también en la apertura sin lfmite a las distintas formas de comunicación y de lenguaje$ políticos que pue· den hacersc presentes e!n la esfera pública, )' en el uplrcito reconocimiento no solo del dehate sino d,d disenso y de los puntos Je \'isl3 crrticos a las políticas oficiales y a la propia cultura cívica l ' . u concepción de esfera p(lblica en Buder es, as!, la de una es{eril pública abierra, cuidadosa dc la no c)(c\u· sión \. atema a las de y opresión.

Ahora bien, lo que desl!o del de Butle!r robre la esft'ra pública política no es solo d reconocimicmo de una pluralidad de perspectivas )' de n;¡Tracione5, inclusiva de los pumO$ de vista crítkO$ y del dis,", nso. sino esp.:· cialmeme dos ideas nuevas, que están íntimamente rdacionadas: i) la esfera pública como el lugar ¡¡propiado del dudo. del dudo público que construye memoria pública e identidades colectivas, y, en este sentido, como el lugar aproo piado de la explicitaci6n de la vulnerabilidad de toda vida humana \' de la pér· dida; y ii) la fragilidad de la esfera pública misma. Una fragilidad que incluye la contingenciil que es propia de nuesna condición humilnal! , pero qUe! trilsciende esa contingenciil para situarSe! en los bordes de la configuración misma do.' lo público. C reo, en relación con <,sta idea, qllC una y como prt'nsión de la ff:lgilidaJ de til propia esfera p(lblica fundamental para poder dar cllenta adcClwdllmo.'nt .. no solo de la vulnerabilidad hunl:lna que apart'ce y

23 S. . Mo..kb of P .. blic •. Si"",'n" !>dI- ClmJ,,'. Comm,,"il)' ""J fu.ImOdtmi.m in Conl..,.."......., filM.:.. y",k. R", ... lnIrr. 1992. pp. 89. 120) y l.u ,.nv.Ji,.-,..;.., •• Jo

..... I"fT"" /¡>0<JId.,d J¡, . .....J.,J ... lo ...... rIoboI. BOJe"'" Ai' .... NLI""",, !1Xl6. pp. 18-1-190. H J. B .. '¡.. •. V",," /> .... , ...... El ,..,.to. JrI JwIo '" .m"'¡". B .. , ............ •. p..MJó., !006. poli . 2) .... , ''''1'<''1<>. H. ", ... , ... h. U. c ...... ·;.;.. <JfI. . 11 .. U . N" • .t,,,,,m. 1 ... ¡,"t'I..W J../ 1 .... " .

fu""",, • ;,;.." . " L:. ,."""1,,, In filow{l;l :'"'1" . ¡"t.,J,iJ. 1..;. .k l. h IrJ",,,, 199>

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s.: visibl.: en lo p(lblico (a dc sus y pérdidas) sino también de irIS pmibilidades de daño qu.: pueden nacer en o provenir de la propia

Trataré de desarrollar dos ideas sigllkndo d p.:nsamiemo d.: Buder. La vuln.:rabiliJaJ humana s.: explica, en Burler, d.:sde nuestra condición

..le cuerpos expuestos y n ... c ... sitados, y partes de un intercambio recíproco de reconocimiemos1ó • Pensar d cuerpo .como de vulnerabilidaJ humana común a fOJoS./) abre, enfOnces, la posibilidad de pensar la elaboración del sentido de una comunidad política, en su esfera p(lblica, a partir dd reconoci-miento de la vulnerabilidad humana, de las pérdidas y de los dudoso La cuestión que permite aquí la pregunta por el carácter inclusivo o exclusivo de lo p(¡blico, y por el akanc ... y fuer¡:a JI' su semido nornlativo, no ya, en forma directa, la presencia ° no de una pluralidad abierta de p.:rspectivas, sino a quién atribui· mos vulnerabilidad -y, en esa medida, atribuimos humanidad- y, en consecuen· cia, a quién permitimos, ... n lo público, la expresión de su duelo por las pérdidas sufridas. La inclusión o no en lo público ..le distintas perspectivas, de otras pers-p.:ctivas o de nuevas perspectivas, iguales y merecedoras de reconocimiento, se nos hace visible a !ravé! de la inclusión o exclusión de los duelos y de su expre-sión pública; o, dicho d ... otra manera, se nos hace visible a través de la inclusión o no dd sufrimiento humano que ac.:ptamos o no I/IW humano. Como señala Buder, . Ia distribución diferencial del dolor que decide qué clase dI! sujeto merece un dudo y qué dase de sujeto no, produce y mantiene ciertas concep-ciones excluyentes de quién es normativamenle humano.13• En otras palabras, y también con Burler, las posibilidades de duelo pl,blico de qUI! disponemos . ha-cen visibles las normas que produccn lo

y aquf entra -desde las posibilidades del duelo público con que contamos o con que nos permitimos contar- la segunda cuestión que quiero resaltar, y de la que depende, en forma esencial, la indusividad o exclusividad de la esfera pú-blica: la fragilidad de la esfera pública desde sus fracturas y exclusiones. Para hacerlo deseo hacer un breve regrero a Arend! y a Benjabib y, después, retomar la ideil de BUller.

Arendl considerabi! que en el ámbito público .no cuenta nada que no se pueda ver y y, en esa medidil , ella cornideraba .la visibilidad y la audibilidad [ ... 1 de primordial importancia. J\). U, p(lblico se nos presenla aquí, en una de sus dimensiones, tal y como lo ha recorutruido Fenkhcl Pitkinl ' , como aquello

26 J. Gi,·j,,, ..... co",u al Ort.,.,l! , Fordham U,,¡VCT>;ty !'re ... looi y \ód" 1''"'<''"'' El po<k. J.J J",lo y ,·ioI.-ná", op. ,·¡I.

l7 j . Vida P,,,,,,ria. El p.¡J., del d",,1o .'/" "io/"".-;", up. di .. 1', n. l8 1""'., pp. 16-11. 29 I""!.. p. 74. 30 H. A,c,,,h,ll,,pon,,,hi/iJ,,J 1 J""m, <'1>. "' •• p . 192. 31 Op. d •.

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1m;""" lIinnln c:c.-dli

que puede ser accesible, a Ahora. lo que y audible en lo públi<o está definido, COnltl lo ha explici lado Bennabib, por la agenda o agemlas de lo público, por los actores que aparecen en lo público r. de un moJo fundamental. por la manera en que esos actores aparecen en lo público. La amplillld. real y potencial, de de los actores y d.:: sus moJos de aparición. J.::t.::rmina, como señala &mhabib. la inelusividad o -desde una mi·

inl'ersa- I¡¡ e:telusiviJad de la esfera p(,blica. ViS[as dcMk d enfoque de Buder, a t¡¡ c¡¡racteríst;c;a y p(Kencia de lo público

(I¡¡ visibilidad y audibilid¡¡d de lo que allí aparece) son, a la un¡¡ condición de su e:tfrema fragilidad y de su posibilidad de quiebre. la (ra!.,¡lidad de lo público nace de su inversión: de la censura y de la autocensura, de I¡¡s omisiones y olvido!; in tencionales, de lo que es e:teluido de la esfem pública y dd di:sc;urso público, de lo que. en palahnu de Buder, dIO puede ser dicho r no puede ser mostrado. en lo público, en sfntesis, &:: los límites de lo públieo mismo. Estamos aquf no tanto frente a la raJical demucción o ¡¡ la imposibilidad de lo pí,blico político ""'POr el ejercicio de la violencia y la anulación de la palabra o por la eliminación del pluralismo y el ru,'1; ho de la opresión- como frente al qUiebre interno, a la fragili. d'ld interna de la esfera pública. a una violcnci¡¡ que se ejerce desde SIIS bonIes, y que condena a lo superfluo o a lo invisible 11 quienes en dla no logran aparecer. Es la violencia que se ejerce dew la esfera pública y no confm la esfera públicn y. que. por eKl mismo. puede $er ejercida aún en hu que se der.nen y entien-den a sí mismas tomo democráticas. y, respo.'1; lo de las cuales, no dudaríamos en reconocer I¡¡ existencia de una esfera públicall .

Una pregunta que plausiblemente podría formularse es si una comprensión de lo público polrtico, co,"o lugar de presencia de una pluralidad de perspecri· vas, nos lidiar adecuadamente con csa fragilid ad. Siguiendo a Buder, tal vez podríamos responder que sí, porque aun cuando una concepción de la esfera pública como esfera de una plural id¡¡d de perspectiv;ls no sea condición sufkiente de 1;1 pre$enci;l de locIM las perspectivas que deberían est;lr en ella, si es una condición nccesMia, P O TllllC, por printipio, es una concepción ¡Ilelusiva: en 10 público tienen lugar tener lugar- lodas las perspectivas. A partir de este principio. podemos pregunta r y por las perspectivas no C$tán; podemos preguntar por _quién califica como un en lo públicú. ConlO lo ha señnlaJo Benhabib" . la lucha por en la esfera pública poJlí.

JZ SoIm- . .. .. r"",k tn",bitn. 3 Yoon¡,: U"" .. ·• <md 1"" PoI,·fir. of J)iffl!"rl'no.· •• No", York. Princtlon U"n .... "'tv 1990). Youn¡ '1"" t:. ($ Digo q"'l" "OI,. ,," los '"jiJoo n' ......... .k la. "", .. -J,oJ.: •• l· '1"'1" "" n un ... O) ...Id poJ". <!IIC' roJ.ia ,,)t.eo .... >01.:1" ... ",,, .k.Je un Em.,Jo OJ'tC,¡vu.

H J. Bud .. ,. _F"nJan",,,IO' d ("n,j""",o y J¡. <" .. ,ión Jd ·s"",,,,,,,.I,,.ni."IO·. "" R",·¡"" \ 'rnm"". NU UnO(II. pp. 7· \.

H S. Ik"lmbib •• ). Io.kl. o( P"l>lic Sp"''''' "" S""(II"" O."da. Con,m",."v '''',/ r.""......,s..,..,.,,,, ;" <:'''''''''J'In"''''" EIh .. · .. N"", ' ""'-l. L 992.

'"

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tic:l, por ser reconociJo en dl:l, es, en SI una lucha por h jU:;tlcia, y se d;¡ Jesde la propia esfera pública, desJe su de configllr;¡ciun,

como lug:lr qu<, <,xi,te en ra1ón Je la pluraHd;¡d, consider;¡ción .Ie lo pllbli-co polltico, ;¡bre I;¡ posibiliJad de confromar, ,lesdt: lo pllblinl mismo, Ins 16gic;¡s de .. xclusiÓn, d .. omisión y de olvido qu<.' atravies;m I;¡ estCr:\ pllblica ,

En este sentido, un;¡ conct:pción dt: pluralid;¡d de pcrspcctiv;¡s po_ Jer ayml<lrnos a prevenir y evimr la deHealización la <,xpr<,si6n de Butl<.'r-de s<'res humanos. Desrt:alización que se produce ;¡ I invisibilizar, en lu públicu, su vulnerabiliJad, su dañu y su sufrimiento, cumu d¡o.ilos y sufrimientos Jumwnm, [ksde I;¡ lógica de la pluralidad, las narraciones de daiio, recibidas y permitiJas en lo público, no solo J<,bcn s<, r las o l:ls d<, un .nosotros_ cercano y familiar, sino las _tuyas. y I;¡s de _otros_, que no nos son, <'Il principio, cercanos ni f:mliliares ,

Pooríamos decir, despub de eSle segundo ej<,rcicio de reconst rucción, que hay una línea dd penS(lmiento contemporáneo sobre la esfera public;¡ política que nos permite sostener, ;¡ pMtir dd reconocimiento de I;¡ plur;¡liJaJ de pcrs-pecti\'lIS en lo público, tres ideas estrechamente vinculadas .. ntre sí; i) la esf .. r;> pública política como po5ibiluJad nomWC;I '1l (tanto ':tica como política) n<'ga· ción la violt:ncia y la opresión: ii) la <,sfera pllblica como .1<, construc-ción inclusiva y plural de la polftica: y ¡ii) la esf<,r;¡ pública como lugar d<,

.. nto inclusivo y explícito I;>s \'Íctimas, J<, sus rdatos, de sus dm'uy.) y de su.> duelos, Stas tr<,s id<,as articulan un s<,mido normativo J<, lo público político qlle, al mismo tiempo que nos orienta sobre Ilu .. srras :;.c¡itudes, ¡uici»> r acciones en lo público lo que no debe 5l'T y lo deb.-ria sn), nos aJviert<, nos akrta también sobr<, la p.'rJida d<, lo público r sobre las violenCias que desJe lo público llegar a ser ejercidas, D<, es te modo, el sentido normativo d<, lo publico IlOS ayuda a cuidar de lo Pllblico mismo,

Ex curso: a m odo de conclusión

Para ir concluyenJo, y " moJo de ex curso, des .. o desarrollar .. ntc las tres ideas usandu como idea :miculnJora \(1 (,hi mn, y res .. ltando dús cuestiun.-s, vincubJas ambas al hilo grueso ha permilidú tejer eot<l presentación: el plura lism'l en la pílblica política, b pr imera clles¡i,ill, tiene que ver cun b en que I;¡ p<, rspcctiva de las víctimas ad<.j uiere la condición d.- perspecti\'a que, julllv a otras, lu públicu polític,), Y 1"

ti.-n<, que \'er cun b maner;¡ en la presencia de 1<1, \'ictimas I;¡ esfera pl,bl ica es ,'istil y uí,b desde >11 propia plmali,bd y dif,'r<.'nd;¡, Cr .. u qu<.' <.'stas du:; cu<,s riones pl<lnt<.'an d<.'safíus prn(undu,; al senti.l\,! n.lrm:lIÍ\'O 1<1 est"'· ra pública, c;¡d(l<.'1 lugar de b plmali.b.] y (xdllyc'nle de la vi"lend:1 r b "presi"l1, \' las en 'tue h'¡;Ta prescr\',u ,'''c s,'midv,

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Para abordar la primem de cuestiono:s pano del reconocimiento gcm::ml que el mundo occidental -y la llamada comunidad internacional- han hecno, a partir de la segunda mitad dd siglo xx, de la uisttnCw de las vfctinlas. Es decir, no voy a poner en cuestión, aquí, que ese reconocimiento general existe hoy. La prcgunta que deseo nacer cs ¡cómo se nace ese reconocimiento? Y, más específicamente, ¡cómo so:: ese reconocimiento en públicn ! ¡Como SOI\ percibillas las víctimas JesJe otras persp.::ctivasl Desde una cOTlcienciil de fragilidad de la propia esfera pública, y de su capacidad de generar violencias desde sus propios límites, creo que podemos tratar de responder a estas pregun-tas desc ribicndo nes escenario.! distintos y posibles; i) !lnn esfera pública en la que la existencia de las víctimas y su propia perspectiva -con sus propios n"\OJos y lenguajes Je aparición- es reconocida: ii) una esferll p(,blica en la que se reconoce la existencia de las vfctimas pero en la que -por razones distimas- se enmudece su perspectiva. En nombre de la víctima hablan y actúan otras pers-pectivas u otras subjetiVidades; y iii) una esfera pública en la que no se otorga reconocimiento a la existencia de las víctimas y, por tanto, en la que se invisibiliza totalmente la perspectiva de las vfctimas excluidas. En estos uSO!; estamos ame maneF.ls diferentes de trat1l r, en 10 público, con la pel"lópectil'a de las vCctimas.

En el primer caso, la perspectiva de víctima se convierte en un:l perspec· tiva, jUntO a otras, constitmiva de lo publico político y definitoria de 10 que en la esfera publica se di$Cute y (k·cide». Acorde con ese reconocimiento, las \'ícti-mas participan como actOTe$ en la definición de lo público \' en la. transforn13-ción de las condiciones de tu victimilación. Es, tal vel, el ideal normativo de una esfen. pública abierta e indasiva que, por principio, se niega a ser exclu\'eme. En el segundo caso, la propia esfera publica, aun cuanJo reconoce en su existencia, aliena a la vfc:tima, la priva de su condición de IIC lor o agente políti-co y la instrumentaliza o, como se dice hoy en cllenguajc de los de rechos huma-nO$, la re-victimiza. La inclusión se pervierte y se transforma en una nueva forma de extlusión, con el riesgo de producir en propia esfera pública nuevas formas de viokncia (de negación de la palabra, de silencios impuestos {) formas Je expresar o) deci r SlIpctpuestas, como las a las m.1neras de expresión ,k las vlc:timas) o de opresión (,le imposición de nlodos de ver el mundo). En el ílhimo caso, la esfera püblica aUOptflr lenguajes, mooos Je decir y nom-brar, mecanismos y formas que Solo permi ten ver y rccomxer a las víc tim:ls que se nombran cumu mies, a lfl.:i que se recunoce nombre, rasn o y condición Je víctima. Son estas las vfc:timflS que r'xislt'Il . Su pel"lópeCliva es una

}5 Al ""P«10. Z. S;oum.¡on, I>t...!erniJM,. huIo.:"w>to, TokJo. 1991: J. """",,,,_ e hij!QT;a mOrid d,I"I I" M.J,iJ , Cite,hu, ZOOI: C. C,n!, TI ..

Po",Jipn: Th.a,... ,,{ E,·il. U"k."i'f P,c.,. lOOl: T. ToJ",..,v. 1m obr,,,,,.k 1" ",,"moru,. a"cd ... n". P"iJú,..ll\"'(l.

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PluTnlid"'¡ .,.1" lo •. ,,, poIlrko

per5pcctivll quc o bien puedc ser incluida -t>n un sentido ¡;onstituti\'o- cn esfcra públka o bien puede ser sometida -<amo en el scgundo y por tas raroncs- a nuevas formas de violencia (los silencios impuestos) o de opresión (imposición de representaciones y/o interpretaciones). Las ot r:lS víctimas, I:ls invisibi!i¡ad:ls en su e:tistencia misma por los mccanismOli y lenguajes de selec-ción, no adquieren entidad de víctimas, no existen como tales. Como ha $Cñala-Jo Buder, uno de esos mecanismos son las posibilidades permitidas y autori¡::ldas de duelo públko. El duelo que no cabe cn eS:ls posibilidades es invisible <,n lo público y lo es, con él. la víctima, su daño y su sufrimiento. Sin embargo, no son estos los únicos mecanismos de invisibili¡:ación en lo público de algunas o de ciert¡¡s víctimas: están también -<amo lo han sugerido Bude"" y Youngl1_ los lenguajes políticos permitidos cn lo público, I¡¡s TlIzones que son autori:¡adas pllra comar como rarones públicas, las pertenencias, subjetividades e identidades de las víctimas. Una esfera públka que, a Través dc Icnguajes ylo mecanismos, invisibilila algonas o ciertas víctimas, es una csfera excluyente, que, como lo lInotamos lIntes, g.!nera violcncias desde sus bordes o desde sos propios límites.

u segunda de las cuestiones, nos coloca tambi¿n frente 1I111lcance y fUCT:¡lI del 5Cntido normalivo de la esfera pública, y puede ser plantcllda con sentido en reladón con un:! en que no solo existencia de víctim¡¡s sino tllmbién su perspectiva son reconocidas, esto es, ser con sentido respecto de unll esfera pública que, por principio, es inclusiva, porque lo que ¡¡quí preguntamos es ¡cómo es vistll y oída la propill pluralidad ydifcrcncia que existe en perspectiv:! de las víctimas! La pregunta se estos términos, porque uno de los muchos rccorridos por las víctimas en su lucha por su reconocimiento en la esferll pública hll sido el h¡¡ccr notoria y re1evllnte no solo su existencia sino su propia pluralidlld r difcrencill:;'. UlS vícti-mas no conforman ni en un Vno, que pueda ser adeculldamente expresado -sin historias, sin rostros, sin nombres, sin subjetividades- en un¡¡ única o perspectiva. us perspectivas de las víctimlls m n plurllles en sí mismas, porque sus cxpcriencias de daño y sufrimiento son distintas, singulMes y no intercllmbiablesl9 r, además. no aparecen ni se expresan cn lo pírblico de una misma manera. Pero, igualmente, porque las víctimas lo son lo han sido, en

casOli, por la propia invisibilidad o negaci,ín de la diferencia y la pluwli-dad o por 11I pretcnsión de eliminar diferencill pluTalidlld. Cuando esto ha succJklo o cuando esto sucede, al reconocer la cxisrencia de las víctimas se nos

36 ¡. Burle •. p ... "mid. El poJ.. J..I " 01.-..,;,,. o¡.. d •. 37 I.M_ Y'-"mg. f.ltm",·r,,,-)'. Ntw YOfk. Oxfo,d Uni,·tni'l· p,tSS, 38 Al . t.peet". D. Coope •. I?"rhinking Eq,,,,jj,y ,mJ rht 1¡1I", o{ Dif/,,,:n ••. yo,k. Can,briJgc UnÍ\·""ity P,e ... 2004: J. Tml"'l'. Mukinl IV"oI, lto·"", 1/a. g...." S'""",..J. On

l'oIiri.-, . C"",bri,llI'" H .. rv,,,J Un;"" .. ir\, P,e ,,'. 2006 39 Al C. Thid,,,,,,.,,,,. _<l.

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ha hecho o se n05 hace visible la pluralidad y human .. como Crco C¡1IC Je eslO hcll\O$ sido Icslip en el siglo XX y lo que llevamos del siglo, con el reconocimiento, en su condición de "fctimas de exclusión, violen· da u opresión, J e las mujeres, de los niños y nii\as, de los los pueblos y comuniJ .. ues indígenas, de las personas que viven e n condici ones de discapacidad, por solo recordar algunos de los reconocimientos de plurali.lad y diferencia que hemos aprendido II hacer a partir del momento en que IT\OI$ la de csas víc timas. En estt;: caro, el rdO Je una esfeffi pública inclusiva -o que se reclama como tal- estaría en su sentido de la pluralidad y en la potencia del mismo; en los recursos (normativos, cogni tivos y afcc tivos) de que

quiencs habi tan en -como actores o agentes políticos- para preve · nir y superar las cegueras que nacen de nuestra humana tendencia a vivi r en el munJa corno en nuestra casa, en donde todo nos resulta famili ar y conocido.

Se podña sugeri r, entonces, que la forma en que en la esfera pública y ckuk la esfera pública sean establecidos 105 lenguajes, los modos de deci r y nombrar y los mecanismos de reconocimiemo de las vfctimas y de sus perspectivas, as! como el pluralismo qtK' existe en enas perspectivas, se convierte en un porente test para evaluar su inclusividad y 1" fuena y alcance de su sentido normat;'·o.

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