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lujo respiratorio dirigido (FRD): Una técnica de hipnorelajación para el alivio del dolor. Autor/es: José Carlos García Jacomino*; Marta Martín Carbonell**. Palabras clave: Hipnosis, Relajación, Dolor. Keywords: Hypnosis, Relaxation, Pain. Antecedentes y bases conceptuales Se trata de una técnica para el entrenamiento del sujeto en auto hipnosis para el alivio del dolor, surgida al calor de los trabajos de investigación desarrollados por un grupo de psicólogos cubanos en la Clínica del Dolor del Hospital Docente Clínico Quirúrgico 10 de Octubre, en la Habana, en la década de los 90. Este Grupo de Investigaciones Psicológicas del Dolor promovió una serie de estudios acerca del dolor crónico, y uno de sus resultados fue la creación de tecnología propia, entre ellos, la técnica de hipnorrelajación FRD la cual se presentó por primera vez en la Conferencia Internacional del Hospital Psiquiátrico de La Habana , celebrada en el Palacio de las Convenciones en 1994, con los resultados de su aplicación en 25 pacientes con dolor crónico (García, Grau, Martín, Cesar , Bosh , 1994) La fase respiratoria de la FRD tiene sus antecedentes mas inmediatos en el trabajo con una adaptación de la técnica de relajación respiratoria R.- 12, utilizada para el tratamiento de la ansiedad situacional y para síntomas obsesivos (García, Castro, González, 1986), la que consideramos a su vez, una variante del ejercicio de relajación simple de H. Benson (1975). El otro referente fundamental de la técnica FRD se halla en un ejercicio de origen yoga (Ramacharaka, 1905), basado en la visualización del aire inspirado, combinado con una sugestion de alivio del dolor; lo que fue usado también por Mantak Chia (1990), pero a la manera taoista, en “La Sonrisa Interior “. Existe una version occidental de este mismo ejercicio, propuesta por Michael Reed (1991) para el tratamiento del dolor de espalda, llamada Meditación de

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lujo respiratorio dirigido (FRD): Una técnica de hipnorelajación para el alivio del dolor.

Autor/es: José Carlos García Jacomino*; Marta Martín Carbonell**.

Palabras clave: Hipnosis, Relajación, Dolor.

Keywords: Hypnosis, Relaxation, Pain.

Antecedentes y bases conceptuales

Se trata de una técnica para el entrenamiento del sujeto en auto hipnosis para el alivio del

dolor, surgida al calor de los trabajos de investigación desarrollados por un grupo de

psicólogos cubanos en la Clínica del Dolor del Hospital Docente Clínico Quirúrgico 10 de

Octubre, en la Habana, en la década de los 90. Este Grupo de Investigaciones Psicológicas

del Dolor promovió una serie de estudios acerca del dolor crónico, y uno de sus resultados fue

la creación de tecnología propia, entre ellos, la técnica de hipnorrelajación FRD la cual se

presentó por primera vez en la Conferencia Internacional del Hospital Psiquiátrico de La

Habana , celebrada en el Palacio de las Convenciones en 1994, con los resultados de su

aplicación en 25 pacientes con dolor crónico (García, Grau, Martín, Cesar , Bosh , 1994)

La fase respiratoria de la FRD tiene sus antecedentes mas inmediatos en el trabajo con una

adaptación de la técnica de relajación respiratoria R.- 12, utilizada para el tratamiento de la

ansiedad situacional y para síntomas obsesivos (García, Castro, González, 1986), la que

consideramos a su vez, una variante del ejercicio de relajación simple de H. Benson (1975).

El otro referente fundamental de la técnica FRD se halla en un ejercicio de origen yoga

(Ramacharaka, 1905), basado en la visualización del aire inspirado, combinado con una

sugestion de alivio del dolor; lo que fue usado también por Mantak Chia (1990), pero a la

manera taoista, en “La Sonrisa Interior “. Existe una version occidental de este mismo

ejercicio, propuesta por Michael Reed (1991) para el tratamiento del dolor de espalda, llamada

Meditación de la Flauta. Es conveniente recordar que el propio ejercicio respiratorio de

Benson se considera una variante de técnica Zen modificada (Grenet y Martínez, 1992), por lo

que debemos considerar ahora todo lo que estas técnicas deben a la medicina tradicional

oriental.

Una tercera fuente la podríamos ubicar en la hipnosis ericksoniana, de ella el FRD toma el

enfoque de utilizar las experiencias del paciente para propiciar los cambios que queremos

lograr (Martín, 2006), de manera que no se inducen visualizaciones específicas, sino que se

dan sugerencias de final abierto para estimular la creatividad del paciente ; el paso de una a

otra fase depende de los logros alcanzados en la anterior y de las respuestas específicas del

sujeto; y el contenido de las sugestiones para el alivio del dolor en la tercera fase, se elabora a

partir de los resultados de la segunda fase.

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Otra de los referentes de la técnica son los entrenamientos en auto hipnosis, como por

ejemplo, el Entrenamiento Autógeno (Schultz, 1932). En este tipo de entrenamientos lo que se

busca es propiciar en el sujeto el desarrollo de habilidades de autocontrol, a través de la

práctica sistemática de ejercicios que van ganando en complejidad.

El objetivo fundamental de la FRD es dotar al sujeto de una herramienta para que pueda de

manera rápida y fácil, lograr un estado de bienestar psíquico y aliviar el dolor. La técnica

consta de tres fases que se pueden enseñar de manera independiente: la primera consiste en

un ejercicio respiratorio, la segunda combina el ejercicio respiratorio con la visualización y en

la tercera se elaboran junto al paciente las sugestiones específicas para el alivio del dolor a

través de imágenes mentales, o sea, que se utiliza la técnica como un procedimiento de

inducción hipnótica para el autocontrol del dolor.

Ya se enseñen las tres fases en una misma sesión, ya se enseñen de manera separada en

dos o tres sesiones, es muy importante demarcar que cada fase es independiente y que debe

terminar con un interrogatorio exhaustivo al paciente acerca de la experiencia, pues esta es la

fuente fundamental de información para la planificación de las fases posteriores, durante esta

etapa de entrenamiento.

La idea de combinar el entrenamiento en ejercicios respiratorios, visualizaciones generales y

visualizaciones guiadas en tres momentos demarcados por una entrevista se basa en la

necesidad de ahorrar tiempo y esfuerzos en la práctica clínica, ya que con esta técnica

logramos los objetivos de entrenar al sujeto y de lograr mejoría de manera simultánea.

Los ejercicios respiratorios tienen una probada eficacia para inducir relajación (Labrador, De la

Puente y Crespo, 1993) y por ende, tienen un efecto inmediato de alivio del dolor (Martín,

2006). Son además muy fáciles de aprender para cualquier sujeto, lo que resulta

especialmente útil en aquellas situaciones clínicas en las que se necesita un alivio inmediato

del dolor y una rápida sedación del paciente, como ocurre en los servicios de urgencia, en

cirugía, etc.

La visualización libre tiene la ventaja que nos permite evaluar en la práctica las preferencias y

modalidades particulares de sugestibilidad del sujeto, además de que ella en sí misma tiene

efectos terapéuticos de relajación y alivio del dolor (Smith, 1990). También entrena al sujeto

para el uso de la visualización focalizada, que no resulta imprescindible enseñársela a todos

los pacientes, pues hay personas que logran un alivio importante del dolor y la ansiedad

solamente con los ejercicios anteriores (García, Bosh, Rabí, Hernández, 1996).

El FRD está pensado como una técnica coadyuvante en el tratamiento del dolor, de ninguna

manera sustituye los procedimientos habituales de diagnóstico y tratamiento, y en nuestra

experiencia, su eficacia se incrementa en los marcos del tratamiento multidisciplinario cuando

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se combina con otras técnicas de MTN como la acupuntura y la auriculoterapia (García, Bosh,

Rabí, Hernández, 1996).

La conveniencia de presentar la técnica al paciente como un ejercicio de autocontrol, de auto

hipnosis, de relajación o de respiración, la decidirá el terapeuta a partir de su conocimiento del

caso. Nosotros usualmente la presentamos como un ejercicio de respiración y visualización

(imaginación) que permite aliviar la ansiedad y el dolor asociado a la misma, pues así es bien

aceptada por los pacientes; pero insistimos en que lo importante es adecuar la consigna a las

necesidades de cada caso en particular.

Al ser un entrenamiento, es imprescindible la práctica del sujeto en el hogar y su

generalización a situaciones de la vida cotidiana como recurso contra el dolor y la ansiedad,

así como contra la depresión y los trastornos del sueño asociados a la crisis dolorosa.

Hemos encontrado que resulta útil para el alivio del dolor en patologías como ciatalgias,

dorsalgias, cervicalgias, patologías de hombro y rodilla, neuritis intercostales,

cervicobraquialgias, asi como en dolor por cáncer, o sea, fundamentalmente en problemas de

dolor crónico (García, Bosh, Rabí, Hernández, 1997, 2001; García, Bosh, Rabí, Hernández,

Sánchez, 2002(a)). También ha resultado eficaz para la reducción de las cifras tensionales en

pacientes hipertensos (García, Bosh, Rabí, Hernández, Sánchez, 2002(b)).

La técnica FRD: paso a paso

<U>Paso 1: Fase respiratoria</U>

La fase respiratoria es terapéutica en sí misma, además de servir de preparación para lo que

vendrá después. Con los ejercicios respiratorios se puede lograr reducción de la ansiedad, el

descenso de cifras tensionales, mejoría del sueño y la distensión necesaria al paciente con

dolor.

Originalmente, en la primera sesión sólo entrenábamos al sujeto en esta fase respiratoria y se

le indicaba al paciente practicar en su medio habitual durante 3 días los ejercicios

respiratorios, antes de iniciar la segunda fase de entrenamiento en visualización; de hecho

todavía con muchos pacientes procedemos de esta manera. Sin embargo, esto no es

imprescindible, y en una misma sesión se pueden entrenar al paciente en las tres fases, o

solamente dos, a criterio del terapeuta.

Postura: Paciente acostado en decúbito supino, en postura relajada, brazos al lado del cuerpo,

piernas semiabiertas, vista al frente sin precisar un punto en el espacio, manos semiabiertas

Es conveniente que el terapeuta modele ante el paciente cómo se hace el ejercicio. Se le

indica respirar de forma pausada, tomar el aire lentamente, sin llenarse los pulmones, realizar

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una pequeña retención del aire (3-4 segundos}, y luego realizar una espiración lenta también (

“deja salir el aire hasta que te vacíes”) y descansar (pausa). Repetir este ciclo de forma rítmica

y encadenada.

Una forma de indicarla puede ser:

“Inspire lentamente por la nariz, sin llenar los pulmones, solo haga una inspiración normal,

pero de forma lenta, como si estuviera llenando una vasija de agua. Retenga el aire unos

segundos y ahora espírelo, también lentamente, hasta que se vacíe. Descanse unos

segundos y repita el mismo ejercicio, tratando de hacerlo de forma lo más cómoda para Ud., a

su ritmo, a su manera. No se ponga metas, no tiene que concentrarse en nada, solo respirar

cómodamente, despacio, como le hemos indicado, mientras permanece tranquilo,

descansando”

Los elementos claves de esta inducción son:

• No concentrarse en la respiración, dejar que fluya de manera natural, ya que el concentrarse

en la respiración puede ser inconveniente en los pacientes con dolor pues promueve la

focalización en las sensaciones internas, lo cual aumenta la percepción de dolor. Además,

puede provocar disnea por un efecto paradójico frecuente cuando se trata de controlar

voluntariamente, procesos fisiológicos que como la respiración, son involuntarios.

• La respiración es lenta, a la manera del Tai-Chi, pero no profunda. La respiración profunda

puede provocar hipercapmnia, mientras que la respiración lenta se asocia a estados de

tranquilidad y relajación.

• Nótese que se introducen sugestiones indirectas de descanso, comodidad y tranquilidad.

En esta fase, no se instruye al paciente acerca de pensamientos o imágenes particulares, ni

siquiera poner la mente en blanco, solo respirar lenta y tranquilamente y dejar que la

respiración fluya con comodidad y naturalidad. No se utiliza el conteo pues esto marca un

ritmo, y aquí lo que se busca es que el paciente vaya encontrando el ritmo que más le

acomode, además hay personas que rechazan el conteo.

El sujeto puede o no cerrar los ojos, esto no se indica y si el paciente pregunta se le responde

que como sea más cómodo para él. En nuestra experiencia, la mayoría de las personas

cierran los ojos. El terapeuta debe observar la práctica del sujeto y corregir cualquier error,

aclarar dudas, etc.

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Los tipos de errores más frecuentes son: respirar profunda o aceleradamente, y no hacer

pausas de descanso, los cuales debemos evitar para prevenir los molestos efectos

secundarios de la hipercamnia.

Es conveniente, al cabo de unos minutos de práctica, cuando ya sabemos que el paciente

está cumpliendo adecuadamente la consigna, dejarlo solo, pero estar cerca para prestar

apoyo si lo necesita. En ese caso, se le explica al sujeto “ahora se va a quedar un rato

practicando este ejercicio, yo voy a estar cerca para cualquier cosa que necesite” y se reitera

la consigna. Se deja solo al paciente sin decirle exactamente el tiempo real que estará

haciendo el ejercicio, pero sí controlándolo. El paciente guardará esta experiencia en el

llamado “tiempo mental” y la repetirá posteriormente durante un lapso de tiempo más o menos

similar en su práctica individual. Recomendamos dejar al paciente solo para fomentar la

autonomía y porque para algunas personas resulta molesto sentirse observado.

El tiempo de práctica del ejercicio varía entre 7 y 13 minutos, en nuestra experiencia menos

tiempo no favorece el logro máximo de los efectos terapéuticos intrínsecos a la respiración,

mientras que más tiempo puede conducir a que el paciente se duerma o pierda el interés.

Cuando ya ha pasado el tiempo que consideramos necesario, entonces interrumpimos el

ejercicio. Esto no requiere de ningún ritual especial, pero no debe hacerse de manera brusca.

Si el paciente (como ocurre frecuentemente) está muy relajado y con los ojos cerrados,

podemos tocarlo suavemente en el hombro y en voz baja y tranquila, decirle que ya puede

terminar.

Se debe suspender el entrenamiento en la fase respiratoria si se produce ansiedad secundaria

a la misma o sensación de falta de aire, lo que puede suceder en personas que no

comprendieron bien la instrucción de respirar despacio. Respirar profundamente puede

provocar sensación de mareo, lo que puede corregirse enseñando de nuevo la técnica de

forma correcta. Otra opción es abandonar los ejercicios respiratorios y pasar directamente a la

visualización.

Si se produce tos en esta fase respiratoria, lo que es frecuente en fumadores o asmáticos, se

indica descansar y continuar después, suprimiéndose la fase de retención.

En pacientes muy preocupados o deprimidos puede solamente indicarse la respiración en esta

primera sesión ya que la visualización puede estimular la preocupación o el llanto. En

pacientes con poco tiempo, es mejor también solamente la realización de la respiración y dejar

la visualización para otro momento mas propicio, pues no se concentran bien.

Al finalizar el ejercicio, se indaga sobre cómo se sintió, se aclaran dudas, etc. Si para el

paciente resultó fácil la fase respiratoria, podemos pasar a la del entrenamiento en

visualización. Si ha habido dificultades o si creemos que por alguna razón para el sujeto es

más conveniente desarrollar más la habilidad de respirar adecuadamente, no se pasa a la

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próxima fase. Entonces, se le explica al paciente que es necesario que practique

sistemáticamente este ejercicio, se indica repetir 3 veces al día acostado, sentado y hasta de

pie. Se indica también hacerlo por la noche antes de dormir pues induce el sueño.

En los casos en que solo se enseña el entrenamiento en respiración en esta sesión, pero

creemos que resultará conveniente entrenar al paciente en la segunda fase, se indica

practicar este ejercicio por 3 días como mínimo y se cita para una próxima sesión.

<U>Paso 2: Fase de Visualización</U>

Una vez el paciente está entrenado en la fase respiratoria, puede pasarse a las

visualizaciones. Esto puede hacerse durante la misma sesión o en la próxima

De nuevo el paciente acostado en la misma postura, se le indica entonces respirar al mismo

ritmo que en la fase respiratoria, realizando un continuum entre la inspiración, la retención y la

espiración, siempre respetando las pausas de descanso y el volumen ligero de aire inspirado.

Transcurridos algunos minutos, se le sugiere imaginar que ese mismo aire que espira es como

una corriente de aire que recorre su cuerpo externamente y hacia abajo, es decir, hacia los

miembros inferiores, pasando por su tórax y abdomen. Puede recordar o imaginar un lugar

agradable donde haya estado y al que le gustaría volver, mientras siente como el aire refresca

agradablemente su cuerpo.

Una forma de indicar este ejercicio es:

“Ahora vas a comenzar a respirar como ya has aprendido, una vez que lleves un rato

respirando y te sientas cómodo, puedes comenzar a imaginar ese aire que estás respirando,

que es como una corriente de aire que entra y sale y recorre tu cuerpo hacia abajo. Puedes

tratar de recordar un lugar que te haya gustado, o en que te gustaría estar, e imaginarte que

estás ahí, respirando de esta manera agradable, y que el aire que entra y sale recorre tu

cuerpo de arriba hacia abajo. Y puedes permanecer durante un rato en este lugar agradable,

respirando y sintiendo como el aire recorre tu cuerpo de arriba abajo”.

Las claves de la inducción son:

• Orientar la visualización lo más abierta posible, centrándose solo en que sea agradable.

• Se debe orientar la visualización de cómo el aire recorre el cuerpo, pero sin que el sujeto

sienta que tiene que lograr esto como una meta.

Esto se fundamenta en nuestro interés en fomentar al máximo la autonomía y la movilización

de los propios recursos del paciente.

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No todas las personas logran tener visualizaciones, sin embargo, en nuestra experiencia es

mucho mayor el por ciento de los que sí lo logran. Hemos recogido las referencias de 1045

pacientes acerca de los contenidos de las visualizaciones (García, 2006). Los principales

contenidos han sido: viajes turísticos, visualizaciones relacionadas con el mar o la playa,

relacionadas con situaciones interpersonales positivas (relaciones con familiares, pareja, etc.),

visualizaciones cromáticas, elementos naturales como frutas y flores asociadas a olores o no y

otras relacionadas solamente con el recorrido del aire, interno (por ejemplo: El aire recorre mis

pulmones) o externo (por ejemplo: el aire recorre el cuerpo por fuera), en este último caso hay

quienes sienten el aire en zonas distales por ejemplo: los pies) y otros en las zonas del dolor o

cercanas a la misma. Algunas personas reflejan sensaciones relacionadas con temperatura

(calor) o de levitación.

Como puede verse, el contenido es muy variable. De ahí la necesidad de evaluar

cuidadosamente el mismo para poder elaborar las sugestiones específicas de la tercera fase.

Recuérdese que esto es un entrenamiento, por lo tanto, nosotros explicamos al paciente la

forma de hacer el ejercicio y cuando comprobamos que ha comprendido y que ha comenzado

a realizar el ejercicio respiratorio, le dejamos solo nuevamente durante 12 o 13 minutos. Se

finaliza de la misma manera que el anterior.

En el interrogatorio se valora como se sintió, el alcance de los efectos terapéuticos de la

sesión en términos de reducción de la ansiedad y el dolor y el contenido específico de las

visualizaciones, así como sus fuentes: si se basaban en recuerdos, en fantasías, etc. También

se exploran las características específicas de la visualización en términos de nitidez, de

asociación con otras sensaciones, de color, etc.

Si esta evaluación da como resultado que consideremos que el paciente puede beneficiarse

con este ejercicio sin necesidad de pasar a la tercera fase, pues se indica su práctica

sistemática. Generalmente, no es necesario en este momento que el paciente haga el

ejercicio tres veces al día, sobretodo si ya ha estado practicando de manera sistemática la

respiración, puede indicársele que lo practique sólo una vez al día o en el momento que tiene

dolor.

<U>Paso 3: Focalizando</U>

En esta fase, se realizan sugerencias dirigidas al alivio del dolor, basándonos en las

experiencias específicas de la visualización anterior, en las características del dolor, la

experiencia anterior del sujeto, sus estrategias habituales para lograr alivio del dolor, sus

expectativas, etc.

Por ejemplo, el paciente que siente que el aire recorre su cuerpo puede ser instruido para que

trate de llevar el aire hacia la zona dolorosa y sentir como el aire espirado refresca

agradablemente la zona dolorosa, o barre la basura que está allí provocando el dolor, o que

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provoca un calor agradable que alivia el dolor, etc. Si el paciente visualizó que estaba en la

playa y tuvo sensaciones de calor (frecuentes en la relajación) se le enseña que puede

aprovechar esa sensación de calor para sentir como ese calor contrarresta el frío del dolor, o

puede ver como la luz del sol ilumina las zonas dolorosas provocando alivio, etc.

Nótese que para lograr este ejercicio se necesita saber bien como el paciente describe su

dolor, cuál es el tipo de sugestión que le funciona mejor, cuales son su expectativas con

respecto al tratamiento, etc. Toda esta información se obtiene a partir del interrogatorio que se

realiza en las dos fases anteriores.

Una vez que ya hemos encontrado junto al paciente (insistimos en la importancia en que este

sea activo en la selección de las sugestiones) cuales son las sugestiones que vamos a probar,

se orienta realizar el ejercicio de la misma manera que en las fases anteriores, o sea,

comenzar con la respiración, regresar a la visualización y a partir de ella, ir dándose a si

mismo las sugestiones específicas. Se termina de la misma forma que en las ocasiones

anteriores.

Si el ejercicio funciona adecuadamente, notará que ya no será necesario indicarle al sujeto su

práctica sistemática, pues él se apropiará del mismo como una estrategia de autocontrol del

dolor (García, 2006). Se debe alertar al paciente acerca de que puede que en algún momento,

el ejercicio no sea tan eficaz, pero que no por eso deje de practicarlo, pues con el tiempo irá

ganando cada vez más en habilidades para lograr el autocontrol.

Por otra parte, el paciente con dolor crónico debe aprender a ser realista ya que de alguna

manera, las crisis dolorosas son inevitables (piénsese en el dolor reumático, por cáncer, etc.)

por lo que se trata entonces de que logre disminuir la severidad del dolor para que gane en

autonomía y autoeficacia y tenga una mejor calidad de vida.

Resultados de las investigaciones

En una muestra de 20 pacientes con dolor crónico agudizado (García, Bosh, Rabí, Hernández,

1996), la media de reducción del dolor al aplicar FRD fue de 2.OO grados en la escala de 0 a

5 grados de dolor. En otro estudio de los mismos autores realizado en 1997) en una muestra

similar de 25 pacientes, la media de reducción de dolor en dicha escala fue de 1.44 grados.

En el 2001 realizamos otra investigación con 45 pacientes con dolor lumbar, el promedio de

reducción de dolor fue de 1.80 grados (García, Bosh, Rabí, Hernández, 2001). En el año 2002

(García, Bosh, Rabí, Hernández, 2002), en 30 pacientes con patología de rodilla dicho

promedio fue de 1.80 grados y en el año 2003 en 35 pacientes con fibromialgia, la reducción

lograda fue de 2.2O grados (García, 2006) En todos estos estudios predominaron las mujeres,

con edades entre 20 y 75 años, con grado de escolaridad medio y ocupación predominante de

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técnicos y amas de casa. El dolor fue evaluado mediante la Escala Análogo Visual antes y

después de la aplicación de FRD.

En otro estudio se aplicó el FRD a 52 pacientes hipertensos con dolor, encontramos que la

reducción de las cifras tensionales fue como promedio de 15.87 mm Hg en la tensión sistólica

y de 8.85 mm Hg en la tensión diastólica (García, Bosh, Rabí, Hernández, Sánchez, 2000),

mientras que otra investigación con pacientes hipertensos sin dolor mostró que la cifra de

reducción promedio fue de 17.86 mmHg para la la tensión sistólica y de 11.14 mm Hg para la

tensión diastólica (García, 2006).

En la mayoría de los pacientes de estos estudios, se logró además la reducción de la

ansiedad y de los trastornos del sueño acompañantes a la crisis dolorosa o hipertensiva.

Conclusiones

EL FRD es una técnica útil, fácil de aprender por los pacientes y que tiene efectos

terapéuticos a corto plazo, lo cual resulta conveniente en el tratamiento del dolor. Se necesita

profundizar en investigaciones para determinar la potencia-eficiencia de sus diversos

componentes, así como para establecer su eficiencia en relación con otras técnicas similares.

Sin embargo, puede ser considerada como una herramienta más en el arsenal de

procedimientos de intervención de médicos y psicólogos cuya misión es aliviar el sufrimiento y

mejorar la calidad de vida.

Bibliografía

1. Benson H (1975): La respuesta de relajación. New York: William Morrow and cía,

2. Chia M (1990): La Sonrisa Interior. Madrid: Editorial Sirio

3. García JC (2006) Evaluación de la eficacia del flujo respiratorio dirgido para el control del

dolor. Tesis doctoral (en preparación), Universidad Médica de la Habana

4. García JC, Castro AR, González L (1986): Tratamiento de la ansiedad situacional con

técnica de relajación R-12. Segunda Jornada Científica del Hospital Psiquiátrico Provincial

Docente Luis Ramírez López, Guantánamo

5. García JC, Grau JA, Martin M, Cesar D, Bosch F (1994): Tratamiento combinado de

relajación FRD en pacientes con dolor crónico. Libro Resumen de la Conferencia Internacional

del Hospital Psiquiátrico La Habana, Palacio de las Convenciones

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6. García JC, Bosh F, Rabí MC, Hernández M (1996): Tratamiento combinado de

hipnorelajación en pacientes con dolor crónico agudizado. Rev. Dolor de la Sociedad

Española de Reumatología, 11 (2), supl.29, p.65-66

7. García JC, Bosh F, Rabí MC, Hernández M (1997): Tratamiento con FRD en pacientes con

dolor crónico. Rev. Dolor de la Sociedad Española de Reumatología, 12 (5), supl. 5, p. 54-55

8. García JC, Bosch F, Rabi MC, Hernandez M, Garrido B (2001): Técnica de hipnorrelajacion

FRD en pacientes con Dolor bajo de Espalda. Revista Cubana de Reumatologia,Volumen III,

Número 2, (Numero especial), p. 91.

9. García JC, Bosch F,Rabi MC,Hernandez M, Sánchez Melo G (2002): Técnica de

hipnorrelajación FRD en pacientes con patología de rodilla. Revista Cubana de Reumatología.

Numero dedicado al Congreso Nacional de Reumatologia., p.73.

10. García JC, Bosch F,Rabi MC,Hernandez M, Sánchez Melo G, Oviedo E (2000): Técnica de

hipnorrelajacion FRD en pacientes hipertensos con dolor. Trabajo presentado en el V

Congreso Cubano de Reumatologia, La Habana, Palacio de Convenciones

11. Grenet E, Martinez B (1992): Relajacion. Editorial Academia, La Habana,

12. Labrador FJ, De la Puente ML, Crespo M (1993). Técnicas de control de la activación:

relajación y respiración. En: Labrador FJ, Cruzado JA, Muñoz M (eds) Manual de técnicas de

modificación y terapia de la conducta. Madrid: Pirámide, cap. 13: 367-95

13. Martín M (Ed): Psicología, Hipnosis y Relajación en la atención al dolor (libro aceptado

para su publicación por la Editorial Pirámide, Valencia, España) 2006, 650 p

14. Ramacharaka Y (1905): Ciencia Hindú de la Respiración, Buenos Aires: Editorial Aries

15. Reed M (1993) : Tratamiento del dolor de espalda. (folleto), España

16. Sánchez Melo GA, .Bosch F, García JC, Diaz-Leonard JA (2001): Tratamiento de

hipnorrelajacion FRD en pacientes sometidos a Artroscopia de Rodilla. Revista Cubana de

Reumatologia, 3, (2) ,p.77

17. Schultz JH (1959). Autogenic Training: a psychophysiologic approach to Psychotherapy.

New York: Grune y Stratton, versión inglesa del original: Das Autogenic Training

(Konzentrative Selbnstenspannung), de JH Schultz en 1932

18. Smith JC (1990). Cognitive-behavioral relaxation training. New York: Spriger

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Cómo cumplir tus propósitos este año con PNL

Ejercicios y aprendizaje con... Pnl Programación NeurolingüisticaCómo cumplir tus propósitos con PNL

Conseguir una buena figura, bajar de peso, mejorar la alimentación, tener mejor carácter, ser más

puntual, dejar de fumar, subir las notas en el colegio o conseguir un mejor trabajo, son algunos de

los propósitos más recurrentesque las personas siempre realizan al arrancar el año. Seguramente

que este 2012 no será la excepción, aunque puede ser que ocurra lo mismo que en años anteriores: las

promesas se van olvidando a medida que pasan los días, y la intención original queda completamente

abandonada. ¿Cómo evitar que esto ocurra?

Existe algo llamado la Programación Neurolingüísitca (PNL), una disciplina y un arte que estudia

la percepción individual y mental que tiene una persona del mundo. La PNL es hoy uno de los

enfoques más usados para mejorar la comunicación, diseñar e implementar cambios duraderos, así

como para el desarrollo de la excelencia personal, relacional y profesional y un instrumento muy usado

en el coaching.

Vicens Olivé, experto en el tema y autor del libro “PNL & Coaching“, ofrece algunas claves simples para

lograr que todos lleguemos al final de 2012 con los propósitos cumplidos. En primer lugar, Olivé señala

que es fundamentalformular los objetivos en positivo. Bajo esta perspectiva, en lugar de pensar

“bajar de peso”, la persona debe proponerse llegar a pesar 60 kilogramos.

“La neurología no procesa el negativo. Si yo te digo que no pienses en el sol, inmediatamente piensas

en el sol”, remarca Vicens, y en contraparte aconseja que “ya puestos a formular deseos, hay que

orientarse en lo que sí se quiere” y no a lo que no se desea. Así, si el propósito es perder peso, en el

inconsciente se evoca precisamente lo que queremos evitar: el peso.

En el propósito, también recurrente, de dejar de fumar Olivé recomienda que se cambie ese enunciado

por otro que se formule en positivo y que podría ser “quiero fumar sólo cinco cigarrillos al día” o “quiero

destinar el dinero que me gasto en tabaco a viajar” o “quiero tener buena salud“. Lo importante,

subraya, es encontrar lo que a cada persona le puede motivar y empujar a dejar de fumar.

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También es vital que el objetivo sea concreto. “Decir que quiero encontrar el amor de mi vida puede

parecer un deseo muy concreto, pero en realidad es una abstracción y el cerebro no funciona con

abstracciones”, insiste Olivé.

“El hombre propone y Dios dispone, pero cuanto mejor hecha esté la propuesta, pues Dios dispone

mejor”, sostiene el “coach”, quien recomienda ser un poco niños a la hora de establecerse objetivos.

“Cuando escriben una carta a los Reyes Magos son muy concretos porque su neurología no les da para

cosas abstractas, así que hay que ser un poco niños para pedir objetivos”, subraya.

Así que si lo que se pretende es encontrar el amor hay que ser concreto y especificar cómo es para

cada a uno el amor y qué implica. Por ejemplo, para alguien una pareja ideal puede ser esa que tiene

unos valores parecidos, un proyecto común de vida o que sea divertida. Hay, en definitiva, que hacer

una carta detallada a los Reyes Magos pidiendo qué es lo que se quiere.

En tercer lugar, uno debe plantearse si se consigue ese objetivo, qué se pierde y qué se gana. Olivé

propone hacer un análisis honesto y detallado porque “hay muchos objetivos que no se consiguen

porque uno no quiere renunciar a lo que tiene. (…) Si pierdo 20 kilos pues posiblemente no podré comer

todo lo que como ahora, si tengo una pareja voy a perder mi libertad o si no ya no fumo pues ya no

participo en el corrillo de amigos que salen a echar un cigarro fuera de la oficina”, ejemplifica Vicens.

“Todo tiene un precio y conseguir un objetivo pues también lo tiene. ¿Estoy dispuesto a pagar ese

precio o no?,sería la pregunta”, según este coach. Asimismo, es importante ser consciente de los

recursos con los que cada uno cuenta.

“En PNL partimos de que todos tenemos todos los recursos dentro, de modo que si te conectas

dentro de ti puedes llegar a ellos. El ‘coaching’, la PNL, las terapias ayudan también a sacar estos

recursos”. Recursos de los que conviene tirar para lograr los propósitos que se formulan con la llegada

del nuevo año son la valentía, el coraje, la capacidad de sorprenderse, entre otros. Es difícil, por

ejemplo, encontrar pareja si se hace lo mismo de siempre, así que un recurso para conocer a alguien

sería hacer algo diferente, ir a otros sitios y, por ejemplo, apuntarse a un club de tenis o a clases de

cocina.

Es positivo, además, revisar si existe algún freno interno que impida lograr ese objetivo. “Podemos

hacernos la pregunta ¿qué me impide conseguir lo que quiero?“, dice Olivé, quien vuelve al ejemplo

de la pareja y detalla que, por ejemplo, hay gente que en el fondo piensa que no puede encontrar

pareja. “Si la misma persona puede solucionarlo, pues genial, si no podría ser bueno buscar la ayuda de

un ‘coach’ o de un terapeuta”, remarca.

Lo siguiente sería establecer un plan de acción, en el que se determine cuál será el primer paso a dar,

cuál será el segundo y cuál, en definitiva, el camino a seguir. Eso sí, el camino tiene que ser flexible de

modo que se pueda cambiar de dirección si hace falta. “La idea es subir a la cúspide de una montaña,

pero puedes ir por un sendero o por otro“, dice Olivé.

TRATAMIENTO DEL DOLOR Y LA FIBROMIALGIA CON HIPNOSIS Y PNL

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Ejercicios y aprendizaje con... Pnl Programación Neurolingüistica” No brain , no pain ” es decir , sin cerebro no hay dolor.

El dolor es una experiencia mental. Cuando los receptores periféricos del dolor (nociceptores)

transmiten una señal dolorosa a través de nuestros nervios hasta el cerebro, no es más que un impulso

eléctrico que el cerebro interpretará como dolor. Del mismo modo , la diferencia entre ruido y música es

una experiencia mental, depende de la interpretación que nuestro cerebro da al impulso auditivo y eso

varía entre una persona y otra. Mientras para muchos adolescentes Mozart es aburrido, para muchos

amantes de la música clásica, AC/DC es una cacofonía.

Hay interesantes estudios sobre el dolor en miembro fantasma, un miembro que ha sido amputado o

que no tenemos de nacimiento y sin embargo nuestro cerebro nos envía una percepción de dolor

procedente de él. Incluso muchos pueden precisar el dedo exacto del que procede, ¡aunque no exista!

El dolor es útil e imprescindible para evitar daños a nuestro cuerpo, nos avisa de algo que nos está

hiriendo para que podamos retirar a tiempo la parte que está en peligro.También nos avisa de que algo

no va bien y merece nuestra atención: por ejemplo un deportista que ignora un dolor leve en una

articulación acabará con una lesión más severa. El cuerpo se comunica con nosotros a través de los

síntomas para que le prestemos atención y pongamos soluciones al respecto. Cuando el cuerpo

necesita reposo para reparar una parte dañada, el dolor es lo que asegura que lo hagamos.

Además, nuestro cuerpo puede marcar prioridades y anular un dolor si la ocasión lo merece. La mayoría

de personas que entran a una consulta cojeando de dolor, correrían como atletas para escapar de un

tigre hambriento y no sentirían dolor hasta haber pasado el peligro ¿o no es así? Su sistema

neurohormonal les daría una descarga de analgesia para superar el peligro. Hace unos años , mi hija y

yo fuimos atropellados y me rompí dos costillas. No sentí dolor alguno hasta que mi hija estuvo atendida

en el hospital, una hora más tarde. Entonces me relajé y pude notar mi dolor y la dificultad al respirar.

Hasta entonces mi cerebro bloqueó esta señal, había cosas más prioritarias que atender.

Hay muchos estudios que demuestran que según el componente emocional de un dolor, cambia su

evolución y pronóstico y la respuesta a los analgésicos. Por ejemplo, no evoluciona igual un dolor por un

golpe fortuito que si es resultado de una agresión. Lo que pensamos sobre el dolor, influye sobre el

mismo ( recordemos que el cerebro interpreta y modula esta señal de una manera que sólo empezamos

a comprender).

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Pero no todo el dolor es útil y nos avisa de algo evitable, hay dolores que se cronifican sin ningún

sentido aparente. A veces, simplemente es una lesión crónica que el cuerpo no puede reparar y

necesita de cirugía, pero en otras, la lesión ya no existe o sencillamente no hay una causa objetiva para

ese dolor. ¿qué ocurre entonces? Nuestro cerebro interpreta una señal dolorosa que en realidad no se

origina fuera del cerebro. Y lo más curioso es que hasta la fibromialgia más limitante, se cura

temporalmente ante un tigre hambriento ( yo siempre tengo tigres hambrientos en mi consulta para

estos casos…). Se ha establecido un circuito anómalo que transmite dolor sin necesidad de estímulo a

los nociceptores, es como un bucle que se retroalimenta.

El dolor crónico, tiene además un efecto emocional muy potente que acentúa su percepción, ocupa cada

vez más espacio en nuestra consciencia hasta eclipsar todo lo demás. Este círculo vicioso nos atrapa

cada vez más, hasta que todo en nuestra vida gira alrededor del dolor, los analgésicos no consiguen ya

controlarlo y una sensación de desesperación y limitación se cierne sobre nosotros hasta llevarnos a

una depresión que empeora todavía más el cuadro. De hecho muchos dolores crónicos responden

mejor a los antidepresivos y a los anitiepilépticos que a los analgésicos ¿curioso no?

La fibromialgia, enfermedad desconocida por los médicos e incomprendida para mucha gente, responde

mal a cualquier fármaco, sin que la ciencia aclare el porqué. Hay muchas teorías, probablemente porque

ninguna explica lo que realmente ocurre. Y sospecho que dentro de ese cajón de sastre que llamamos

fibromialgia también hay muchos trastornos distintos que entremezclan la hipersensibilidad al dolor,

estados emocionales, enfermedades reumáticas o neurológicas aún por descubrir…confío que con el

tiempo se arroje nueva luz que ayude a todas esas personas que sufren.

Sin entrar en aspectos físicos, de los que tan poco sabemos todavía , está demostrado que si

intervenimos en el proceso cerebral que proporciona la vivencia de dolor, conseguimos mejorar éste. Y

ahí es donde la hipnosis, como herramienta que nos permite intervenir sobre los procesos

inconscientes, es de gran utilidad. Nuestro inconsciente, como director de orquesta, maneja todos

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nuestros estados internos, nuestros procesos no conscientes que gobiernan nuestro cuerpo y por lo

tanto es una puerta a los funcionamientos de nuestra mente que modulan nuestra experiencia de dolor.

En la hipnosis de espectáculo, que nada tiene que ver con la hipnosis clínica terapéutica, todos hemos

visto como se puede generar anestesia de un miembro y clavar una aguja sin sentir dolor, pero eso,

aunque espectacular, no es útil dada su efímera duración, pero sí que nos abre un mundo de

posibilidades sobre lo que nuestro cerebro es capaz de lograr.

El tratamiento del dolor con hipnosis, usado en Unidades de Dolor de muchos hospitales, ha

demostrado ser mucho más que un placebo como antaño se creía, y es efectivo en el contexto de un

tratamiento multidisciplinar.

Lo primero, para tratar el dolor con hipnosis, es partir de un diagnóstico médico correcto. Si el dolor nos

está avisando de una metástasis ósea, por ejemplo, sería una terrible negligencia usar la hipnosis para

mejorarlo y que eso retrase el diagnóstico.

Una vez hecho un diagnóstico médico de certeza, vendrá el diagnóstico psicológico: con qué sucesos

vitales coincidió el inicio del dolor o qué lo agrava, que “utilidad” tiene ese dolor para la persona, en que

situaciones emocionales el dolor mejora o empeora, cuáles son sus creencias sobre ese dolor, etc. No

hablo de una diagnóstico del DSM ( manual de desórdenes mentales con el que se codifican los

diagnósticos psiquiátricos), sino de un diagnóstico a medida para cada paciente.Cada persona es un ser

único y valioso, no le colguemos una etiqueta que empobrezca la visión que todos van a tener sobre él.

Yo no tengo pacientes fibromiálgicas, tengo mujeres que sienten dolor, cada una es un mundo distinto y

maravilloso por descubrir, no lo reduzcamos a una palabra generalizadora.

Una vez hecho todo esto, y sólo entonces, la hipnosis y la PNL como tratamiento del dolor es una

herramienta útil, que mejorará tanto el dolor, como las limitaciones que produce, como el estado

emocional de la persona.

La hipnosis es una buena herramienta de psicoterapia y de tratamiento del dolor, no es una solución

mágica que todo lo arregla, ni ayuda a todo el mundo de la misma manera. Hay factores que modifican

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el resultado, sobretodo la resistencia consciente o inconsciente a mejorar de su problema, a ser

hipnotizado, a aceptar los cambios que supondrá en su vida mejorar de su dolor, etc. Por todo esto, la

hipnosis debe ser una herramienta más en un proceso de terapia que prepare a la persona para vivir

con éxito todo el proceso.

Y , como ya comenté, en otro artículo,

http://jordireviriego.blogspot.com.es/2012/04/la-hipnosis-de-cada-dia.html

la hipnosis no provoca una pérdida de control del hipnotizado, sólo hará lo que despierto se permitiría

hacer, no es más que un mito eso del control mental del hipnotizador, en realidad, es una autohipnosis

SIEMPRE, el terapeuta da una vía al paciente para entrar en trance y hacerlo o no, es decisión del

paciente en todo momento, y salir del trance también. Es simplemente dejarse llevar, pero siempre

queda un “testigo” en nosotros que nos despertará inmediatamente si el trance no es de su agrado.

En consulta, muchas veces se usa la hipnosis “despierta”, con un trance ligero que permite al consciente

colaborar en todo el proceso, personalmente me parece el nivel de trance más adecuado para tratar el

dolor.

Hay un mundo esperando a que salgas a disfrutarlo, atrévete a descubrirlo.