4
¿PODEMOS CONOCER EL UNIVERSO? Reflexiones sobre un grano de arena. Por: CARL SAGAN "Nada hay rico como el inagotable caudal de la naturaleza. Sólo nos muestra su superficie, pero tiene millones de brazos de profundidad". RALPH WALDO EMERSON La ciencia es más un modo de pensamiento que un cuerpo de conocimientos. Su objetivo es averiguar el funcionamiento del mundo, buscar las posibles regularidades, comprender las relaciones que existen entre las cosas, desde las partículas subnucleares - que pueden ser los componentes de toda la materia- hasta los organismos vivos, la sociedad humana y, por último, la totalidad del cosmos. Nuestras percepciones pueden estar distorsionadas por la educación y los prejuicios, o simplemente como consecuencia de las limitaciones de nuestros órganos sensoriales, que, por supuesto, sólo perciben directamente una parte muy pequeña de los fenómenos del Universo. Incluso una pregunta tan sencilla como la de si, en ausencia de rozamiento, cae más rápido una libra de plomo o un gramo de lana, fue contestada incorrectamente por Aristóteles y casi todo el mundo antes de Galileo. La ciencia basa en la experimentación, en la voluntad de poner en duda los viejos dogmas, en la intención de ver el Universo tal como realmente es. Por ello, en ocasiones la práctica científica exige valor, aunque sólo sea necesario para poner en entredicho la sabiduría convencional. Aparte de esto, la estrategia principal de la ciencia consiste en pensar realmente sobre algo: la forma de las nubes que, de vez en cuando, presentan contornos inferiores igualmente marcados cuando se encuentran a la misma altitud; la formación de una gota de rocío sobre una hoja; el origen del hombre o de una palabra, como, ejemplos, Shakespeare o "filantrópico"; la causa de las costumbres sociales humanas, como el tabú del incesto; por qué una lente puede quemar un papel cuando pasa a través de ella la luz del Sol; por qué un insecto palo se parece tanto a una ramita; cuál es la razón de que la luna parezca seguirnos cuando andamos; qué es lo que nos impide clavar un túnel hasta el centro de la Tierra; qué significado tiene "abajo" en una Tierra esférica; cómo puede el cuerpo convertir la comida de ayer en el músculo y tendones de hoy; hasta donde se extiende el Universo -¿es infinito o, si no lo es, tiene algún sentido preguntarse por lo que se encuentra al otro lado? Algunas de estas cuestiones son muy sencillas. Otras, y en particular la última, son misterios de los que todavía hoy no se conoce la respuesta. Es natural que nos hagamos preguntas de este tipo, y todas las culturas se las han planteado de una u otra forma. Las repuestas eran casi siempre del tipo "esto es porque es así", intentos de explicación ajenos a toda investigación experimental o que ni siquiera se basan en observaciones comparativas rigurosas. La mentalidad científica, sin embargo, analiza críticamente el mundo, como si pudiera existir muchos mundos alternativos y cosas que no existen; de ese modo nos vemos forzados a preguntarnos por qué existe lo que vemos y no algo distinto. ¿Por qué son esféricos el Sol, la Luna y los planetas? ¿Por qué no adoptan la forma de pirámides, cubos o dodecaedros? ¿Por que no tienen una forma irregular y caprichosa? ¿Por qué son simétricos los mundos? Si se dedica algún tiempo a elaborar hipótesis, a comprobar si tienen sentido y concuerdan con lo que ya conocemos, a desarrollar pruebas que permitan confirmar o desechar tales hipótesis, se estará haciendo ciencia. Y si se práctica esta forma de pensamiento más y más, cada vez se hará mejor. Penetrar en la esencia de algo - por pequeño que sea, incluso una brizna de hierba, como dijo Walt Whitman-

¿PODEMOS CONOCER EL UNIVERSO? Reflexiones sobre un grano de arena. Por: CARL SAGAN

Embed Size (px)

DESCRIPTION

"Nada hay rico como el inagotable caudal de la naturaleza. Sólo nos muestrasu superficie, pero tiene millones de brazos de profundidad". RALPH WALDOEMERSON

Citation preview

  • PODEMOS CONOCER EL UNIVERSO? Reflexiones sobre un grano de arena.

    Por: CARL SAGAN

    "Nada hay rico como el inagotable caudal de la naturaleza. Slo nos muestra su superficie, pero tiene millones de brazos de profundidad". RALPH WALDO EMERSON La ciencia es ms un modo de pensamiento que un cuerpo de conocimientos. Su objetivo es averiguar el funcionamiento del mundo, buscar las posibles regularidades, comprender las relaciones que existen entre las cosas, desde las partculas subnucleares - que pueden ser los componentes de toda la materia- hasta los organismos vivos, la sociedad humana y, por ltimo, la totalidad del cosmos. Nuestras percepciones pueden estar distorsionadas por la educacin y los prejuicios, o simplemente como consecuencia de las limitaciones de nuestros rganos sensoriales, que, por supuesto, slo perciben directamente una parte muy pequea de los fenmenos del Universo. Incluso una pregunta tan sencilla como la de si, en ausencia de rozamiento, cae ms rpido una libra de plomo o un gramo de lana, fue contestada incorrectamente por Aristteles y casi todo el mundo antes de Galileo. La ciencia basa en la experimentacin, en la voluntad de poner en duda los viejos dogmas, en la intencin de ver el Universo tal como realmente es. Por ello, en ocasiones la prctica cientfica exige valor, aunque slo sea necesario para poner en entredicho la sabidura convencional. Aparte de esto, la estrategia principal de la ciencia consiste en pensar realmente sobre algo: la forma de las nubes que, de vez en cuando, presentan contornos inferiores igualmente marcados cuando se encuentran a la misma altitud; la formacin de una gota de roco sobre una hoja; el origen del hombre o de una palabra, como, ejemplos, Shakespeare o "filantrpico"; la causa de las costumbres sociales humanas, como el tab del incesto; por qu una lente puede quemar un papel cuando pasa a travs de ella la luz del Sol; por qu un insecto palo se parece tanto a una ramita; cul es la razn de que la luna parezca seguirnos cuando andamos; qu es lo que nos impide clavar un tnel hasta el centro de la Tierra; qu significado tiene "abajo" en una Tierra esfrica; cmo puede el cuerpo convertir la comida de ayer en el msculo y tendones de hoy; hasta donde se extiende el Universo -es infinito o, si no lo es, tiene algn sentido preguntarse por lo que se encuentra al otro lado? Algunas de estas cuestiones son muy sencillas. Otras, y en particular la ltima, son misterios de los que todava hoy no se conoce la respuesta. Es natural que nos hagamos preguntas de este tipo, y todas las culturas se las han planteado de una u otra forma. Las repuestas eran casi siempre del tipo "esto es porque es as", intentos de explicacin ajenos a toda investigacin experimental o que ni siquiera se basan en observaciones comparativas rigurosas. La mentalidad cientfica, sin embargo, analiza crticamente el mundo, como si pudiera existir muchos mundos alternativos y cosas que no existen; de ese modo nos vemos forzados a preguntarnos por qu existe lo que vemos y no algo distinto. Por qu son esfricos el Sol, la Luna y los planetas? Por qu no adoptan la forma de pirmides, cubos o dodecaedros? Por que no tienen una forma irregular y caprichosa? Por qu son simtricos los mundos? Si se dedica algn tiempo a elaborar hiptesis, a comprobar si tienen sentido y concuerdan con lo que ya conocemos, a desarrollar pruebas que permitan confirmar o desechar tales hiptesis, se estar haciendo ciencia. Y si se prctica esta forma de pensamiento ms y ms, cada vez se har mejor. Penetrar en la esencia de algo - por pequeo que sea, incluso una brizna de hierba, como dijo Walt Whitman-

  • constituye una experiencia estimulante, para la cual tal vez el hombre sea, en este planeta, el nico ser capacitado. Somos una especie inteligente y, en consecuencia, el uso de nuestra inteligencia nos reporta placer. En este aspecto, la mente es como un msculo. Cuando pensamos correctamente, nos sentimos bien. La comprensin es una forma de xtasis. Pero, hasta qu punto podemos conocer realmente el Universo que nos rodea? En ocasiones esta pregunta se plantea con nimo de obtener una repuesta negativa, por miedo a un Universo del cual pudiera llegarse a conocer todo. Algunos cientficos afirma que pronto se conocer o, incluso que ya se conoce todo aquello que merece la pena conocerse, anunciando la llegada de una era dionisiaca o polinesia en la que el inters por los descubrimientos intelectuales se apagar y ser reemplazado por una apagada languidez, una era de "lotfagos" que bebern leche de coco fermentada u otro alucingeno suave. Esta teora, adems de difamar a los polinesios, que fueron intrpidos exploradores (y cuyo breve descanso en el paraso est llegando, tristemente, a su fin), y de menospreciar el estmulo para los descubrimientos intelectuales que proporcionan algunos alucingenos, es errnea y carece de seriedad. Plantemonos una pregunta ms modesta: no ya si podemos conocer el Universo, la Va Lctea, una estrella o un planeta, sino si podemos conocer a fondo y en todos sus detalles un grano de sal. Consideremos un microgramo de sal de mesa, una partcula lo suficientemente grande como para poder distinguirla sin ayuda de un microscopio si se dispone de buena vista. Ese grano de sal contiene alrededor de 1016 tomos de sodio y de cloro, es decir, un 1 seguido de 16 ceros, diez mil billones de tomos. Si queremos conocer ese grano de sal, tendremos que determinar al menos las posiciones tridimensionales de cada uno de estos tomos. (En realidad, deberamos saber mucho ms, como por ejemplo, la naturaleza de las fuerzas que existen entre los tomos, pero nos contentaremos con reflexionar sobre un saber modesto.) Ahora bien, es esta cifra superior o inferior al nmero de cosas que el cerebro puede llegar a conocer? Cul es la capacidad del cerebro para conocer? Este cuenta con aproximacin 1011 neuronas, que son las clulas responsables del funcionamiento de nuestra mente, gracias a su actividad elctrica y qumica. Una neurona cerebral tpica puede contener un millar de pequeos cables, las denominadas dendritas, que la conectan con las neuronas contiguas. Si, como se cree, a cada una de esas conexiones corresponde un bit de informacin almacenada en el cerebro, el nmero total de datos que la mente est en condiciones de acumular no es superior a 1014, es decir, a cien billones. Cifra que, sin embargo, no representa ms que el 1% de los tomos de nuestro grano de sal. En este sentido, pues, el Universo es inexplicable e increblemente inmune a todo intento humano de comprenderlo por completo. Si no podemos conocer en trminos absolutos un grano de sal, mucho menos podemos comprender el Universo. Pero examinemos un poco ms a fondo nuestro microgramo de sal: la sal es un cristal en el que, a no ser que existan defectos en su estructura reticular, la posicin de cada tomo de sodio y de cloro est predeterminada. Si pudiramos introducirnos en este mundo cristalino, veramos una fila tras otra de tomos dispuestos ordenadamente, formando una estructura en la que se alternan regularmente los de sodio y los de cloro, y que, por tanto nos permitira determinar la capa de tomos en que nos encontramos y todas las capas superiores e inferiores. La posicin de cada tomo de un cristal salino absolutamente puro podra especificarse con unos 10 bits de informacin. Esto no supondra una gran carga para la capacidad de almacenaje de informacin del cerebro.

  • Si el Universo estuviese regido por leyes naturales tan regulares como las que determinan la estructura de un cristal de sal, no hay duda que sera posible su conocimiento. Incluso aunque estas leyes fueran muchas y complejas, los seres humanos podran ser capaces de entenderlas todas. Aun cuando estos conocimientos excedieran la capacidad de almacenaje de informacin del cerebro, existira la posibilidad de registrar la informacin adicional fuera de nuestro cuerpo, por ejemplo en libros o en memorias de computadora, por tanto, de conocer el Universo. Como es fcilmente comprensible, los seres humanos estn muy interesados en encontrar regularidades, leyes naturales. La bsqueda de las reglas, que es la nica forma posible de entender este Universo tan vasto y complejo, se denomina ciencia. El Universo fuerza a quienes lo habitan a comprenderlo. Aquellos para los que la experiencia diaria constituye una confusa maraa de acontecimientos impredecibles e irregulares, se encuentran en grave peligro. El Universo pertenece a aquellos que, aunque slo sea en cierta medida, logran descifrarlo. Es un hecho de por s asombroso que existen leyes naturales, reglas que resuman de manera adecuada, no slo cualitativa sino tambin cuantitativamente, el funcionamiento del Cosmos. Imaginemos un Universo en el que no existiesen dichas leyes, en el que las 1080 partculas elementales que componen un cosmos como el nuestro se comportaran de forma arbitraria. Para comprender un Universo de estas caractersticas necesitaramos un cerebro de tamao equivalente, como mnimo, al de dicho Universo. Imposible adems que ste pudiera albergar vida e inteligencia, dado que los seres vivos o inteligentes necesitan un cierto grado de estabilidad y orden internos. Incluso aunque en un Universo mucho ms aleatorio existieran seres de inteligencia superior a la nuestra, no habra en l mucha sabidura, pasin ni alegra. Por suerte para nosotros, vivimos en un Universo en el que al menos ciertas partes importantes son cognoscibles. Nuestro sentido comn y nuestra historia evolutiva nos han preparado para comprender en cierta medida el mundo cotidiano. Sin embargo, cuando intentamos abordar otras esferas, el sentido comn y la intuicin se convierten en guas poco fiables. No puede por menos que resultar sorprendente el hecho de que, al aproximarnos a la velocidad de la luz, nuestra masa aumente indefinidamente, se acumule nuestro espesor en la direccin del movimiento y el tiempo se dilate para nosotros. Muchas personas piensan que esto es una tontera, casi todas las semanas recibo alguna carta de protesta en este sentido. Pese a ello, es una consecuencia prcticamente segura no slo de los experimentos realizados sino tambin de ese brillante anlisis del espacio y el tiempo realizado por Albert Einstein que se denomina Teora especial de la relatividad. Carece de importancia que estos efectos nos parezcan absurdos. No estamos acostumbrados a viajar a velocidades prximas a la de la luz. En este campo, el testimonio de nuestro sentido comn no es fiable. Considrese una molcula aislada compuesta por dos tomos con forma similar a la de una pesa de halterofilia, como por ejemplo una molcula de sal. Dicha molcula gira alrededor de un eje, constituido por la lnea que conecta a los dos tomos. Pero, en el mundo de la mecnica cuntica, el reino de lo nfimo, a este tipo de molculas no les esta permitida cualquier orientacin; puede por ejemplo, adoptar una orientacin horizontal o vertical, pero no inclinada. Algunas posiciones rotatorias les estn prohibidas. Prohibidas por qu? Por las leyes de la naturaleza. La estructura del Universo limita, o cuantifica, la rotacin. Esto es algo que no podemos experimentar directamente en la vida diaria; nos sentiramos extraos y torpes si, al realizar unos ejercicios gimnsticos, pudisemos extender los brazos hacia los lados y hacia arriba, pero no adoptar alguna de las muchas

  • posiciones intermedias. No habitamos en el mbito de lo diminuto, en una escala de 10-13 cm, en un mundo en el que doce ceros separan la coma decimal de la primera cifra. Las intuiciones de nuestro sentido comn no cuentan. Lo que cuentan son los experimentos - en este caso la observacin del extremo infrarrojo en el espectro molecular- que demuestran que la rotacin molecular esta cuantificada. La concepcin de que el mundo impone restricciones a las posibilidades del hombre resulta sin duda frustrante. Por qu no son posibles las posiciones rotatorias intermedias? Por qu no podemos desplazarnos a una velocidad superior a la de la luz? Hasta el presente, slo podemos decir que as es como esta constituido el Universo. Tales prohibiciones no slo nos obligan a mostrarnos ms humildes, sino que hacen ms comprensible el Cosmos. Cada restriccin corresponde a una ley natural, a una regularizacin del Universo. Cuantas ms sean las restricciones que limiten las posibilidades de la materia y de la energa, mayor ser el nmero de conocimientos que podrn adquirir los seres humanos. El hecho de que el Universo pueda llegar a conocerse no slo depende del nmero de leyes naturales que puedan aplicarse a fenmenos muy diferentes, sino tambin de que poseamos la capacidad y flexibilidad intelectual necesarias para comprenderlas. Nuestras formulaciones de las regularidades de la naturaleza dependen con toda seguridad de la peculiar constitucin de nuestro cerebro, pero tambin, en grado muy importante, de las del Universo. Por mi parte, prefiero un Universo en el que haya muchos factores desconocidos y en el que, al mismo tiempo, sea mucho lo que se pueda llegar a conocer. Un Universo en el que todo fuese conocido sera esttico y montono, tan aburrido como el paraso de algunos telogos pobres de espritu, y un Universo no cognoscible no sera lugar apropiado para un ser pensante. El Universo ideal para nosotros se parece mucho al que habitamos, Y creo adivinar que esto no es una simple coincidencia.