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PODER JUDICIAL DEL ESTADO
SUPREMO TRIBUNAL DE JUSTICIA
TERCERA SALA
NÚMERO DE TOCA FECHA EN QUE SE DICTÓ LA SENTENCIA
820-2014 22 VEINTIDÓS DE MAYO DEL AÑO 2015 DOS MIL QUINCE
Puntos resolutivos
Por lo expuesto y fundado ...
San Luis Potosí, S.L.P., a 22 veintidós de mayo del año 2015
dos mil quince.
V I S T O, para resolver el toca 820-2014, formado con motivo del
recurso de apelación interpuesto por la parte actora, en contra de la sentencia
definitiva de fecha 12 doce de marzo del año 2013 dos mil trece, pronunciada
por el Juez Quinto del Ramo Civil de esta capital, en el expediente 340/2012,
correspondiente al Juicio Ordinario Civil Reivindicatorio, promovido por
ELIMINADO y ELIMINADO ambos a través de su apoderado legal el
Licenciado ELIMINADO, en contra de ELIMINADO; y,
R E S U L T A N D O
PRIMERO.- La sentencia que se combate en sus puntos
resolutivos señala: “PRIMERO.- Este Juzgado fue competente para conocer
del juicio. SEGUNDO.- La vía ordinaria civil fue correcta. TERCERO.- Las
partes comparecieron con personalidad. CUARTO.- Resultó improcedente
la Acción de Prescripción, que en vía de reconvención ejercitó
ELIMINADO y/o ELIMINADO, en contra de CC. ELIMINADO y ELIMINADO
a quien se absuelve de las prestaciones exigidas. QUINTO.- No se entró al
estudio del fondo de la acción de Reivindicación promovida por CC.
ELIMINADO y ELIMINADO, a través de su representante legal LIC.
ELIMINADO, en razón a los argumentos expuestos en la parte
considerativa, en consecuencia se dejan a salvo sus derechos para que
los hagan valer en la vía y forma que corresponda. SEXTO.- Se absuelve a
las partes del pago de costas y gastos. SÉPTIMO.- NOTIFÍQUESE
PERSONALMENTE.”.
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SEGUNDO.- Inconforme la parte actora con la sentencia cuyos
puntos resolutivos han quedado transcritos, interpuso recurso de apelación, el
cual se admitió en ambos efectos, enviándose los autos del expediente al
Tribunal de Alzada para su substanciación, tocando conocer por cuestión de
turno a esta Tercera Sala, quien mediante proveído de 5 cinco de diciembre del
2014 dos mil catorce, con fundamento en lo dispuesto por los artículos 945 y
953 del Código de Procedimientos Civiles vigente en el Estado, admitió y
confirmó la calificación de grado hecha por el Inferior, asimismo, se pusieron
los autos a la vista del parte apelante para que dentro del término de 6 seis
días procediera a expresar los agravios que a su derecho corresponde. En el
propio auto se hizo del conocimiento de las partes litigantes el derecho que les
asiste para manifestar su conformidad o inconformidad para que sus datos
personales señalados en el artículo 3° fracción XI, de la Ley de Transparencia y
Acceso a la Información Pública del Estado, se incluyan en la publicación que
se haga del presente fallo, sin que hubiesen manifestado nada al respecto.
Posteriormente, se hizo constar la presentación oportuna de los agravios
formulados por la parte actora, ahora apelante; así como que la parte apelada
no dio contestación a los mismos. Por auto de 27 veintisiete de marzo del año
que transcurre, se concedió el término de 3 tres días para que las partes
formularan los alegatos de su intención; y, finalmente, el 18 dieciocho de mayo
del año 2015 dos mil quince, se citó para resolver el presente asunto,
turnándose el expediente al Magistrado Ponente, a quien por sorteo aleatorio
correspondió conocer, para la formulación del proyecto de resolución.
C O N S I D E R A N D O
PRIMERO.- Los agravios formulados por el Licenciado
ELIMINADO, en representación de los señores ELIMINADO y ELIMINADO, a
la letra dicen: “I.- Inicialmente debe precisarse que las garantías de
seguridad jurídica [Derechos subjetivos públicos a favor de los
gobernados, pueden ser oponibles a los órganos estatales, a fin de
exigirles que se sujeten a un conjunto de requisitos previos a la comisión
de actos que pudieran afectar la esfera jurídica de los individuos, para
que éstos no caigan en la indefensión o la incertidumbre jurídica, lo que
hace posible la pervivencia de condiciones de igualdad y libertad para
todos los sujetos de derechos y obligaciones] contenida en el artículo 1°,
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de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Por lo que
“Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones
o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente
establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del
procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al
hecho” (sic); La garantía individual produce como efecto la disminución,
menoscabo o supresión definitiva del gobernado, autoriza solamente a
través del cumplimiento de determinados requisitos precisados en el
artículo 14, como son la existencia de un Juicio seguido ante un tribunal
previamente establecido, que cumpla con las formalidades esenciales del
procedimiento y en que se apliquen las leyes expedidas con anterioridad
al hecho juzgado y que “Nadie podrá ser molestado en su persona,
familia, domicilio, papeles o posesiones sino en virtud de mandamiento
escrito de la autoridad competente que funde y motive la causa del
procedimiento” (sic). La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha
establecido de manera reiterada que entre las garantías de legalidad y
seguridad jurídica, previstas en el artículo 16 constitucional, se encuentra
la relativa a que nadie puede ser molestado en su persona, posesiones o
documentos; si no en virtud de mandamiento escrito de la autoridad
competente que funde y motive la causa del procedimiento, y dicha
obligación se satisface cuando se expresan las normas legales aplicables
y las razones que hacen que el caso particular encuadre en la hipótesis
de la norma legal aplicada. Ahora bien, el incumplimiento a lo ordenado
en el precepto constitucional anterior se puede dar de dos formas, a
saber: que en el acto de autoridad exista una indebida falta de
fundamentación y motivación del acto, o bien, que se dé una falta de
fundamentación y motivación del acto. La indebida fundamentación
implica que en el acto si se citan preceptos legales, pero estos son
aplicables al caso particular; por su parte, la indebida motivación consiste
en que en el acto de autoridad si se dan motivos pero éstos no se ajustan
a los presupuestos de la norma legal citada como fundamento aplicable al
asunto. Atendiendo fundamentalmente a la repercusión que puedan tener
en la esfera de los derechos sustantivos del gobernado, esa característica
no sólo puede concurrir en los actos de privación con efectos
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permanentes o definitivos, sino también en los de molestia temporal,
porque con ellos pueden verse afectados ese tipo de derechos. Todas las
autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de
promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de
conformidad con los principios de universalidad, interdependencia,
indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá
prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos
humanos, en los términos que establezca la ley. Los criterios
jurisprudenciales de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con
independencia de que el Estado Mexicano haya sido parte en el litigio
ante dicho tribunal, resultan vinculantes para los Jueces nacionales al
constituir una extensión de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, toda vez que en dichos criterios se determina el contenido de
los derechos humanos establecidos en ese tratado. La fuerza vinculante
de la jurisprudencia interamericana se desprende del propio mandato
establecido en el artículo 1º. Constitucional, pues el principio pro persona
obliga a los Jueces nacionales a resolver cada caso atendiendo a la
interpretación más favorable a la persona. En cumplimiento de este
mandato constitucional, los operadores jurídicos deben atender a lo
siguiente: (I) cuando el criterio se haya emitido en un caso en el que el
Estado Mexicano no haya sido parte, la aplicabilidad del precedente al
caso específico debe determinarse con base en la verificación de la
existencia de las mismas razones que motivaron el pronunciamiento; (II)
en todos los casos en que sea posible, debe armonizarse la
jurisprudencia interamericana con la nacional; y (III) de ser imposible la
armonización, debe aplicarse el criterio que resulte más favorecedor para
la protección de los derechos humanos. Es menester precisar que
conforme al artículo 1º. Constitucional, vigente a partir del 11 de junio de
2011, el Poder Judicial ejerce un control de convencionalidad ex oficio en
materia de derechos humanos, lo cual implica que la interpretación de las
normas secundarias se efectúe a la luz de tales derechos. Si se parte de
ello, la interpretación anterior es congruente con el artículo 25 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, que establece el
derecho de toda persona a un recurso sencillo, rápido y efectivo ante los
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Jueces o tribunales competentes. En el acceso a la justicia los órganos
jurisdiccionales deben evitar en todo momento, prácticas que tiendan a
denegar o limitar ese derecho.- A fin de satisfacer efectivamente el
derecho fundamental de acceso a la justicia, debe acudirse al artículo 25
de la convención americana sobre derechos humanos, el cual prescribe la
obligación por parte del estado, de conceder a toda persona bajo su
jurisdicción, un recurso judicial efectivo contra actos violatorios de
derechos, los cuales pueden estar reconocidos tanto en la legislación
interna, como en la propia convención. Así mismo, en la interpretación
que se ha hecho de este numeral por parte de la corte interamericana de
derechos humanos, ha sido criterio sostenido que, para la satisfacción de
dicha prerrogativa, no basta con la existencia formal de un recurso, sino
que éste debe ser efectivo; es decir, capaz de producir resultados o
respuestas y tener plena eficacia restitutoria ante la violación de derechos
alegada; en otras palabras, la obligación a cargo del estado no se agota
con la existencia legal de un recurso, pues éste debe ser idóneo para
impugnar la violación y brindar la posibilidad real, no ilusoria, de
interponer un recurso sencillo y rápido que permita alcanzar, en su caso,
la protección judicial requerida. En estas condiciones, la existencia de
esta garantía constituye uno de los pilares básicos, no sólo de la
convención americana citada, sino de todo estado de derecho. Por tanto,
los órganos jurisdiccionales deben evitar, en todo momento, prácticas
que tiendan a denegar o limitar el referido derecho de acceso a la justicia.
El derecho fundamental de acceso a la impartición de justicia, se
encuentra detallado a su vez por diversas especies de garantías o
mecanismos tendentes a hacer efectiva su protección, cuya fuente se
encuentra en el derecho internacional, y que consisten en las garantías
judiciales y de protección efectiva previstas respectivamente en los
artículos 8, numeral 1 y 25 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, Es razonable que deban tenerse como Agravios todos los
razonamientos que, con tal contenido, aparezcan y aunque no guarden
un apego estricto a la forma lógica del silogismo, sino que será suficiente
que en alguna parte del escrito se exprese con claridad la causa de pedir,
señalándose cuál es la lesión o agravio que el quejoso estima le causa el
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acto, resolución o ley impugnada y los motivos que originaron ese
agravio, para que deba ser estudiado. II.- Los poderdantes ocurrieron ante
el Juez menor como actores del Juicio enunciado en línea que anteceden
como ACTORES, en los siguientes términos: JUEZ CIVIL EN TURNO.
PRESENTE. LIC. ELIMINADO, en representación de los señores
ELIMINADO y ELIMINADO, como lo acredito debidamente con los Poderes
Notariales expedidos a favor del signante, por el Notario Público número
ELIMINADO, con ejercicio en la Ciudad de México D.F.; y Notario Público
número ELIMINADO, y del Patrimonio Inmobiliario Federal, con ejercicio
en Ciudad ELIMINADO; respectivamente, autorizando para oír y recibir
todo tipo de notificaciones aún las de carácter personal a la Licenciada en
Derecho ELIMINADO, quien las recibe en el domicilio ubicado en la
ELIMINADO número ELIMINADO; barrio de ELIMINADO en esta Ciudad
Capital; ante Usted con el debido respeto, comparezco para exponer: Por
medio del presente ocurso, vengo a demandar en la Vía Ordinaria Civil y
en Ejercicio de la acción Reivindicatoria a la Señora ELIMINADO, quien
puede ser debidamente emplazada a juicio y notificada en el domicilio
ubicado en la calle ELIMINADO número ELIMINADO, ELIMINADO, del
Fraccionamiento ELIMINADO, en esta Ciudad capital demanda que hago
por los siguientes conceptos: a).- Por la Declaración Judicial mediante
sentencia ejecutoriada, mediante la cual se decrete que mis poderdantes
son legítimos propietarios con justo título del inmueble ubicado en la
calle ELIMINADO número ELIMINADO, ELIMINADO, del Fraccionamiento
ELIMINADO, en esta Ciudad capital; conforme el ELIMINADO Testimonio
de la Escritura Pública, en que se consignó el contrato de compraventa
que otorgó el señor Ingeniero ELIMINADO a favor de los señores
ELIMINADO y ELIMINADO, respecto de una fracción del lote de terreno
número ELIMINADO, manzana ELIMINADO, ubicado en la calle de
ELIMINADO número ELIMINADO, del fraccionamiento ELIMINADO de esta
Ciudad capital, debidamente protocolizado ante la fe del notario público
número ELIMINADO con ejercicio en esta Ciudad Capital, y asentado en
el acta número ELIMINADO, tomo ELIMINADO, inmueble que cuenta con
una superficie de ELIMINADO, ELIMINADO metros cuadrados, con las
siguientes medidas y colindancias: AL NORESTE: ELIMINADO AL
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SUROESTE: ELIMINADO AL SURESTE: ELIMINADO AL NOROESTE:
ELIMINADO b).- Por la REIVINDICACIÓN, ENTREGA MATERIAL y
DESOCUPACIÓN del bien inmueble ubicado en la calle ELIMINADO, en
esta Ciudad capital. c.- Por el pago de Daños y Perjuicios que se hayan
originado por la demandada con motivo de la ilegal desocupación que
tiene del inmueble materia de la reivindicación, mismos que serán
regulados, cuantificados y reclamados en el momento procesal oportuno.
d).- Por el pago de Costas y Gastos que se originen con motivo de la
tramitación del presente juicio. Se funda y motiva la demanda en base a
las siguientes consideraciones de hecho y derecho: HECHOS: 1.- Como
se acredita con el ELIMINADO Testimonio de la Escritura ELIMINADO, en
que se consignó el contrato de compraventa que otorgó el señor
Ingeniero ELIMINADO a favor de los señores ELIMINADO y ELIMINADO,
respecto de una fracción del lote de terreno número ELIMINADO, ubicado
en la calle de ELIMINADO de esta Ciudad capital, ELIMINADO
debidamente protocolizado ante la fe del notario público número
ELIMINADO con ejercicio en esta Ciudad capital, y asentado en el acta
número ELIMINADO; mis poderdantes son Legítimos Dueños
copropietarios al ELIMINADO y ELIMINADO, del inmueble referido en
líneas que anteceden. Documento que se adjunta como número 1. 2.-
Dicho inmueble cuenta con una superficie de ELIMINADO, con las
siguientes medidas y colindancias: AL NORESTE: ELIMINADO AL
SUROESTE: ELIMINADO AL SURESTE: ELIMINADO AL NOROESTE:
ELIMINADO. Y cuenta con el siguiente antecedente registral: folio real
ELIMINADO; Inscripción ELIMINADO a fojas ELIMINADO, tomo
ELIMINADO de Escrituras ELIMINADO a nombre de los señores
ELIMINADO y ELIMINADO, como se acredita con el Certificado de Libertad
de Gravamen expedido por la Subdirectora de la Dirección General del
Registro Público de la Propiedad, mismo que se anexa como número 2.
3.- Con fecha ELIMINADO ante la fe del Notario Público ELIMINADO, con
ejercicio en la Ciudad de México, D.F.; la señora ELIMINADO, otorgó al
suscrito Poder Especial, mediante testimonio protocolizado en el libro
número ELIMINADO.- Escritura número ELIMINADO; documental que se
acompaña como anexo 3. 4.- Así mismo, el ELIMINADO, ante la fe del
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Notario Público número ELIMINADO y del Patrimonio Inmobiliario Federal,
con ejercicio en Ciudad Madero, Tamaulipas, el señor ELIMINADO, otorgó
a favor del suscrito Poder Especial, mediante testimonio protocolizado
mediante volumen ELIMINADO escritura ELIMINADO, el cual se adjunta
como anexo 4. 5.- Es el caso que al requerir mis poderdantes el inmueble
a la ahora demandada ELIMINADO; y haber realizado innumerables
gestiones extrajudiciales para que les sea devuelto, no se ha obtenido
una respuesta positiva, negándose sistemáticamente a entregarlo. 6.- Y
como mis ahora poderdantes tienen pleno derecho sobre el citado
inmueble y como no tienen posesión material del mismo debido a
posesión indebida de mi demandada, se promueve la presente demanda a
fin de que una vez que se declare que mis poderdantes son legítimos
propietarios del inmueble ubicado en la calle ELIMINADO, en esta Ciudad
capital, se decrete la reivindicación y entrega material del inmueble en
cuestión con sus frutos y accesorios. 7.- Con la ocupación indebida del
inmueble multicitado, se han causado a mis poderdantes daños y
perjuicios, consistentes en los años materiales que ha sufrido el
inmueble, así como los perjuicios que se derivan del uso y disfrute ilegal
de la propiedad, los cuales a la fecha se siguen ocasionando, por lo que
los referidos daños serán regulados y ajustados en su momento.
DERECHO. I.- La competencia para conocer del presente juicio la
disponen los artículos 116, fracción III, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, 90 y 91 de la Constitución del Estado Libre y
Soberano de San Luis Potosí, 143, 144, 145, 155 fracción III, del Código de
Procedimientos Civiles del Estado de San Luis Potosí y 51 fracción XIII,
de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado. II.- En cuanto a la
personalidad e interés jurídico son aplicables los artículos 44, 46 y 47 del
Código Procesal Civil en aplicación. III.- En cuanto a la Vía es procedente
la Ordinaria Civil y en ejercicio de la Acción Reivindicatoria de
conformidad con los artículos 252, 253, 254 y relativos del Código de
Procedimientos Civiles. IV.- Es aplicable en cuanto al fondo del asunto lo
señalado en los artículos 776 y 777, del Código de Procedimientos Civiles
en el Estado. Por lo anteriormente expuesto y fundado: PRIMERO.- Se me
tenga con el presente escrito, documentales públicas y copias simples de
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ley, demandando en sus términos a la señora ELIMINADO. SEGUNDO.-
Se sirva admitir la presente demanda y se corra traslado a la demandada
propuesta y se le emplace para que dentro del término de ley dé
contestación a ésta. TERCERO.- Previo substanciamiento del
procedimiento y el trámite legal correspondiente se dicte sentencia que
favorezca los intereses de mis poderdantes y en su momento se decrete
el lanzamiento con los requisitos procesales que deben observar las
formalidades esenciales del procedimiento consagradas en la carta
magna. PROTESTO LO NECESARIO. SAN LUIS POTOSÍ, S.L.P. AL DÍA DE
LA FECHA DE SU PRESENTACIÓN. (RÚBRICA) LIC. ELIMINADO
Conforme el turno correspondiente a la oficialía de partes del Supremo
Tribunal de Justicia en el Estado común a los Juzgados Civiles fue
turnado al Juzgado Quinto del Ramo Civil registrándose bajo el índice de
dicho Órgano Jurisdiccional con el número 340/2012, siguiendo sus
etapas procesales correspondientes hasta que se emitió la resolución
incivil (sic) que por este medio se combate. III.- Me causa agravio la
resolución recurrida inicialmente en lo correspondiente a lo considerado
de la resolución que se impugna al no precisarse en los argumentos
esgrimidos por el Juez natural que la actora en reconvención manifestó
tácitamente que “la calidad de propietaria, que si bien es cierto, es de
mala fe, puesto que no cuento con un título que me acredite como
propietaria, esto debido a que así lo dispuso la persona que tenía el título
de propietario, de manera pública, pacífica” y con mayor juicio no reúne
los elementos de prescripción positiva o usucapión. IV.- Me causa agravio
la resolución que se impugna en su considerando QUINTO al no discurrir
el Juez de la causa que las siguientes pretensiones: “Por la Declaración
Judicial mediante sentencia ejecutoriada, mediante la cual se decrete que
mis poderdantes son legítimos propietarios con justo título del inmueble
ubicado en la calle ELIMINADO, en esta Ciudad capital; conforme el
ELIMINADO Testimonio de la Escritura Pública, en que se consignó el
contrato de compraventa que otorgó el señor Ingeniero ELIMINADO a
favor de los señores ELIMINADO y ELIMINADO, respecto de una fracción
del lote de terreno número ELIMINADO, ubicado en la calle de
ELIMINADO de esta Ciudad capital, debidamente protocolizado ante la fe
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del notario público número ELIMINADO con ejercicio en esta Ciudad
capital, y asentado en el acta número ELIMINADO; inmueble que cuenta
con una superficie de ELIMINADO, con las siguientes medidas y
colindancias: AL NORESTE: ELIMINADO AL SUROESTE: ELIMINADO AL
SURESTE: ELIMINADO AL NOROESTE: ELIMINADO b).- Por la
REIVINDICACIÓN, ENTREGA MATERIAL Y DESOCUPACIÓN del bien
inmueble ubicado en la calle ELIMINADO, en esta Ciudad capital. c.- Por
el pago de Daños y Perjuicios que se hayan originado por la demandada
con motivo de la ilegal ocupación que tiene del inmueble materia de la
reivindicación, mismos que serán regulados, cuantificados y reclamados
en el momento procesal oportuno. d.- Por el pago de Costas y Gastos que
se originen con motivo de la tramitación del presente juicio. da (sic) vez
que se encuentran jurídicamente fundamentadas con las documentales
agregadas a la demanda inicial propugnando las pretensiones que se
demandan. V.- Me causa agravio la resolución incivil (sic) al razonar el
Juez menor que la acción que advierte es improcedente toda vez que
deriva de una acción personal, en la que ambas partes reconocen la
existencia de una relación anterior de concubinato DEJANDO DE LADO y
en estado de indefensión a la copropietaria del inmueble la señora
ELIMINADO sin valorar los elementos probatorios aportados tanto
documentales como en el desahogo de la prueba confesional y de manera
contradictoria a los argumentos esgrimidos en que se basa para declarar
que no se probó la acción de Prescripción o Usucapión al considerar
como no poseedora los bienes del concubinato y no ejercer un poder de
hecho al no serlo por compraventa, donación, comodato o el
arrendamiento etc; pretenda de manera infundada se pueda declarar un
derecho de alimentos cuando no fue ejercitada en su momento y que si se
disfruta de una casa en que se tenga cohabitación y que no se establezca
que el inmueble no es propiedad de ambos y se debe obligar a desocupar
el inmueble y recuperarlo al ejercer una acción real como es la
reivindicación al no existir una obligación alimentaria por lo que LOS
PROPIETARIOS del inmueble deben de hacer válido su derecho teniendo
la obligación DE QUE SE LES RESTITUYA EL INMUEBLE A SUS
LEGÍTIMOS DUEÑOS. VI.- Me causa agravio la resolución impugnada al
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considerar que no se entra al fondo del asunto privando de sus garantías
individuales a la copropietaria del inmueble la señora ELIMINADO, las
cuales establecen que “Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus
propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante
los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las
formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las leyes
expedidas con anterioridad al hecho” (sic); y que nadie puede ser
molestado en su persona, posesiones o documentos; sino en virtud de
mandamiento escrito de la autoridad competente que funde y motive la
causa del procedimiento. Todas las autoridades, en el ámbito de sus
competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y
garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En
consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar
las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca
la ley. Es menester precisar que conforme al artículo 1º. Constitucional,
vigente a partir del 11 de junio de 2011, el Poder Judicial ejerce un control
de convencionalidad ex oficio en materia de derechos humanos, lo cual
implica que la interpretación de las normas secundarias se efectúe a la
luz de tales derechos. Si se parte de ello, la interpretación anterior es
congruente con el artículo 25 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, que establece el derecho de toda persona a un
recurso sencillo, rápido y efectivo ante los Jueces o tribunales
competentes. En el acceso a la justicia los órganos jurisdiccionales
deben evitar en todo momento, prácticas que tiendan a denegar o limitar
ese derecho.- A fin de satisfacer efectivamente el derecho fundamental de
acceso a la justicia, debe acudirse al artículo 25 de la convención
americana sobre derechos humanos, el cual prescribe la obligación por
parte del estado, de conceder a toda persona bajo su jurisdicción, un
recurso judicial efectivo contra actos violatorios de derechos, los cuales
pueden estar reconocidos tanto en la legislación interna, como en la
propia convención. Así mismo, en la interpretación que se ha hecho de
este numeral por parte de la corte interamericana de derechos humanos,
ha sido criterio sostenido que, para la satisfacción de dicha prerrogativa,
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no basta con la existencia formal de un recurso, sino que éste debe ser
efectivo; es decir, capaz de producir resultados o respuestas y tener
plena eficacia restitutoria ante la violación de derechos alegada; en otras
palabras, la obligación a cargo del estado no se agota con la existencia
legal de un recurso, pues éste debe ser idóneo para impugnar la violación
y brindar la posibilidad real, no ilusoria, de interponer un recurso sencillo
y rápido que permita alcanzar, en su caso, la protección judicial
requerida. En estas condiciones, la existencia de esta garantía constituye
uno de los pilares básicos, no sólo de la convención americana citada,
sino de todo estado de derecho. Por tanto, los órganos jurisdiccionales
deben evitar, en todo momento, prácticas que tiendan a denegar o limitar
el referido derecho de acceso a la justicia.”.
SEGUNDO.- Los motivos de inconformidad expuestos por el
recurrente, en relación con las constancias de autos, son inoperantes por
insuficientes por una parte, e infundados por la otra, por las siguientes
consideraciones.
En efecto, por cuanto hace a los motivos de disenso identificados
como uno, dos, tres y cuatro en su pliego de inconformidades,
substancialmente el recurrente expone lo que son las garantías de seguridad,
que se encuentran contenidas en el artículo 1º de la Constitución; asimismo
establece, lo determinado por el artículo 14 Constitucional, cuáles son los
efectos que producen las garantías individuales; destaca lo determinado por la
Suprema Corte de Justicia de la Nación respecto al artículo 16 Constitucional,
respecto a la fundamentación y motivación de todo acto de autoridad; además,
destaca las obligaciones que tienen las autoridades del país, impuestas por el
artículo 1º Constitucional; también destaca que los criterios emitidos por la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, resulta vinculante para los jueces
nacionales, aun cuando México no haya sido parte en litigio en el que se hayan
emitido y que ello se desprende del artículo 1º Constitucional; y que a partir de
la reforma Constitucional, el Poder Judicial debe ejercer un control de
convencionalidad ex oficio en materia de derechos humanos, evitándose
denegar o limitar el derecho, satisfaciéndose efectivamente el derecho de
acceso a la justicia; que el Estado Mexicano debe otorgar el recurso efectivo
contra aquellos actos que violenten sus derechos; que ante todo se debe
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procurar el equilibrio procesal; precisando que debe tenerse como agravio todo
razonamiento en el que se exprese con claridad la causa de pedir aunque no
se exprese la lesión o agravio en forma de silogismo.
A continuación, el recurrente procedió a transcribir textualmente la
demanda que dio origen al juicio natural, señalando que la misma fue turnada
por la Oficialía de Partes del Supremo Tribunal de Justicia del Estado al órgano
correspondiente, siendo el Juez del conocimiento y que el procedimiento se
siguió por sus etapas procesales correspondientes hasta el dictado de la
sentencia recurrida.
Posteriormente, señaló que le causa agravio el fallo recurrido
puesto que el A quo, al no pronunciarse respecto a la manifestación de su
contraria en reconvención, respecto a que manifestó tácitamente: “la calidad de
propietaria, que si bien es cierto, es de mala fe, puesto que no cuento con un
título que me acredite como propietaria, esto debido a que así lo dispuso la
persona que tenía el título de propietario, de manera pública pacífica”, y que
destaca, no reúne los elementos de prescripción positiva o usucapión.
Además, señala que le causa agravio que el A quo, no se haya
pronunciado respecto a las prestaciones que fueron reclamadas en su escrito
de demanda, procediendo a trascribirlas textualmente.
Ahora, es menester precisar las consideraciones vertidas por la
Juez del conocimiento, que la llevaron a tener por no demostrada la acción
principal ni la reconvencional y por ende, absolver a las partes demandadas
respectivamente de la satisfacción de las prestaciones reclamadas, siendo de
destacarse que de la resolución recurrida, se observa, que el Inferior en grado,
primeramente procedió a analizar la acción reconvencional consistente en la
prescripción positiva respecto del inmueble materia de la litis, respecto de la
que estableció que los elementos que estaba obligada a probar la actora en
reconvención eran: a) que la demandada aparezca como propietaria del bien,
cuya prescripción se reclama, en el Registro Público de la Propiedad y de
Comercio de esta Ciudad; y b) Que la actora tenga la posesión del inmueble
de que se trata, en concepto de propietaria, de buena fe, pacífica, continua,
pública y por el tiempo necesario exigido por la ley para prescribir.
Luego, estableció que la actora en reconvención no había
justificado ninguno de dichos elementos, pues por cuanto hace al primero de
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ellos, no había justificado que el inmueble en cuestión se encontrara inscrito en
el Registro Público de la Propiedad a nombre de sus contrarios, pues no había
aportado probanza alguna con la que se justificara ese extremo, ni hizo suyas
las que ofrecieron sus contrarios y menos, señalaron no contar con ellas,
precisando el archivo en el que se encontraran.
Por cuanto al segundo de los elementos referidos, también
estableció el A quo que no se encontraba acreditado puesto que no quedó
revelada la causa generadora de la posesión del bien que pretendía prescribir
positivamente, la que destacó que de no exponerse ésta, se encontraba
imposibilitado para determinar si se cumplía con dicho elemento, precisando
que sólo la posesión que se ostenta en calidad de dueño, es la que es
susceptible de producir la prescripción, ejemplificándolo al citar la compraventa,
donación, comodato, etc., pues precisó que sólo revelando la causa
generadora de la posesión, podía determinarse si se trata de una posesión
originaria o derivada, así como computar el término desde que se posee para
efectos de verificar si se encuentra satisfecho el tiempo para prescribir de
buena o de mala fe.
Determinando el A quo, que en la especie se desprende que la
actora en reconvención refirió estar en posesión a virtud de concubinato,
señalando que la posesión que produce este tipo de situación, no es la
necesaria para prescribir positivamente, pues la posesión susceptible de
protegerse es la civil o la precaria, pero no la simple tenencia material o
detentación de la cosa, como es el caso de la actora en reconvención;
concluyendo por ende, que la actora en reconvención no probó su acción
reconvencional.
Luego, procedió a analizar la acción principal reivindicatoria,
respecto de la que una vez que estableció las prestaciones reclamadas y los
hechos en los que se sustentó la acción, determinó que los elementos de la
acción reivindicatoria que estaba obligada a probar la parte actora, eran los
siguientes: a) Que el actor ostente la propiedad del bien objeto de la
reivindicación; b) Que el demandado esté en posesión de la cosas perseguida;
y c) La identidad de la misma, o sea que no pueda dudarse cuál es la cosa que
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pretende reivindicar y a la que se refieren los documentos fundatorios de la
acción.
Asimismo, señaló que previo al estudio de los precisados
elementos de la acción, era de destacarse la improcedencia de la acción, pues
las pretensiones de la parte actora derivan de una acción personal, misma que
sustentó bajo las consideraciones literales siguientes:
“Previo al estudio de los elementos de la acción se advierte
que ésta es improcedente toda vez que deriva de una acción personal, en
la que ambas partes reconocen la existencia de una relación anterior de
concubinato en la que procrearon a un hijo, producto de esa unión, por lo
que al haber terminado por voluntad de las partes, la restitución del
inmueble materia del presente juicio se debe intentar a través del ejercicio
de una acción personal, toda vez que el demandante o propietario del
inmueble permitió a la concubina que ocupara el inmueble con motivo de
ese vínculo y con pleno conocimiento del actor. Efectivamente, el
concubinato es la unión de hecho formada entre un hombre y una mujer
que cohabitan públicamente haciendo vida en común, sin estar unidos en
matrimonio; la unión de hecho entre los concubinos produce efectos
jurídicos a favor de éstos y de los hijos que procreen durante el periodo
que hayan vivido en común. La permanencia de esta vida en común
genera el derecho para ambos concubinos de disfrutar una cada en la que
tendrá lugar la cohabitación y, como consecuencia de ello, que
establezcan su domicilio en un inmueble que no sea propiedad de
ninguno de ellos, que sea propiedad de ambos, o que el dominio del
inmueble pertenezca sólo a uno de ellos, ya sea que lo haya adquirido
antes o durante la relación de concubinato. Por lo anterior se concluye
que, mediante la acción personal basada en la disolución del
concubinato, en virtud de que los poseedores derivados sólo pueden ser
compelidos a restituir un bien mediante acciones personales relacionadas
con el vínculo jurídico que les permitió adquirir la calidad de poseedores.
De similar forma, es decir, por medio del ejercicio de la acción personal
correspondiente, puede reclamar la desocupación del inmueble a los
hijos con derecho a alimentos que, tras la separación de sus padres,
hayan permanecido en él, pero en tal caso debe otorgarles el valor
16
correspondiente al rubro habitación. Asimismo, igual acción personal
debe ejercerse si el cónyuge o los hijos, como acreedores alimentarios,
permanecieron en el inmueble con posterioridad al divorcio o terminación
del concubinato, por virtud de un convenio o sentencia que así lo
previniera, ya que en esa hipótesis la modificación o cesación de la
obligación alimenticia que promueve el cónyuge propietario del bien
puede llevar a su desocupación. Los anteriores argumentos tienen apoyo
en la tesis de la Novena Época, Registro: 165641, Instancia; Tribunales
Colegiados de Circuito, Tesis Aislada, Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, XXXI, Enero de 2010, Materia(s): Civil, Tesis:
I.7º.C.140 C, Página: 2000, bajo la voz: ACCIÓN REIVINDICATORIA. ES
IMPROCEDENTE SI SE INTENTA CONTRA QUIEN DETENTA LA
POSESIÓN QUE DERIVA DE LA UNIÓN DE HECHO ENTRE LOS
CONCUBINOS, POR LO QUE DEBE EJERCERSE LA ACCIÓN PERSONAL
BASADA EN LA TERMINACIÓN DEL CONCUBINATO.- (la transcribe). Por
lo anterior se declara que en cuanto a la acción principal, ejercitada por la
parte actora ELIMINADO y ELIMINADO, por conducto de su Apoderado
Legal, el C. ELIMINADO, no se entró al fondo del asunto por los
argumentos expuestos con antelación, en consecuencia se dejan a salvo
sus derechos para que los hagan valer en la vía y forma que
corresponda.”.
Primeramente conviene señalar que tal como lo refirió el
recurrente, en materia judicial no es menester formular el concepto de agravio
con el rigorismo del silogismo jurídico, porque en materia de legalidad basta
con que la parte agraviada exprese en sus argumentos la causa de pedir,
origen de su reclamo, para de esa manera proceder al estudio de su
cuestionamiento; por ello, resulta pertinente definir cuál es el requerimiento
suficiente para atender los argumentos de la parte agraviada, lo que se logra
clarificando lo que se debe entender y en qué consiste la causa de
pedir (ELIMINADO).
De la jurisprudencia sustentada por la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, se obtiene que para considerar
suficiente y analizar un agravio, no es necesario que se formule bajo la
formalidad del silogismo, sino que es suficiente que se exprese con claridad la
17
causa de pedir, para lo cual deberá señalarse la lesión o agravio que la
inconforme estima le causa el acto, resolución o ley que reclama, así como los
motivos que originaron ese agravio; de ahí que de acuerdo con la última parte
de la jurisprudencia relativa, la causa de pedir se integra al señalar con
claridad cuál es la lesión o agravio que la recurrente estima le causa el
fallo apelado, así como los motivos que originaron ese agravio.
En la doctrina, la ELIMINADO a que se refiere la jurisprudencia en
comento, es el motivo o título de demanda, que si bien es fácil determinar al
inicio de las controversias judiciales ante el Juez del conocimiento, no lo es
tanto en la apelación por la diversidad de agravios que reclaman los
inconformes; de ahí que la jurisprudencia señalada precisa la necesaria
concurrencia de dos elementos para la integración de la ELIMINADO en la
apelación: 1. El agravio o lesión que se reclame del acto que se combate,
consistente en el razonamiento u omisión en que incurre el órgano que
emitió la resolución controvertida, que lesiona los derechos del
recurrente; y 2. Los motivos que lo originen, es decir, la necesaria
concurrencia del argumento jurídico que apoya la afirmación de la lesión.
Al establecer que para la procedencia del estudio de los agravios,
basta con que en ellos se exprese la causa de pedir, obedece a la necesidad
de precisar que aquellos no necesariamente deben plantearse a manera de
silogismo jurídico o bien, bajo cierta redacción sacramental, pero ello de
manera alguna implica que los recurrentes se limiten a realizar meras
afirmaciones sin sustento o fundamento, pues es obvio que a éstos
corresponde exponer razonadamente por qué estiman ilegales los actos que
recurren; en ese sentido, es conveniente aclarar que, la determinación de la
causa de pedir o ELIMINADO en comento, se refiere únicamente a aquellos
juicios en donde se aplica el principio de estricto derecho, pues donde existe
suplencia, el tribunal de alzada debe proceder al estudio íntegro del negocio
jurídico.
Apoya lo expuesto, la jurisprudencia P./J. 68/2000, emitida por el
Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en la página 38,
del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XII, agosto de
2000, Novena Época, que dice: "CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. PARA QUE
SE ESTUDIEN, BASTA CON EXPRESAR CLARAMENTE EN LA DEMANDA
18
DE GARANTÍAS LA CAUSA DE PEDIR.- El Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación considera que debe abandonarse la tesis
jurisprudencial que lleva por rubro: „CONCEPTOS DE VIOLACIÓN.
REQUISITOS LÓGICOS Y JURÍDICOS QUE DEBEN REUNIR.‟, en la que, se
exigía que el concepto de violación, para ser tal, debía presentarse como
un verdadero silogismo, siendo la premisa mayor el precepto
constitucional violado, la premisa menor los actos autoritarios
reclamados y la conclusión la contraposición entre aquéllas,
demostrando así, jurídicamente, la inconstitucionalidad de los actos
reclamados. Las razones de la separación de ese criterio radican en que,
por una parte, los artículos 116 y 166 de la Ley de Amparo no exigen
como requisito esencial e imprescindible, que la expresión de los
conceptos de violación se haga con formalidades tan rígidas y solemnes
como las que establecía la aludida jurisprudencia y, por otra, que como la
demanda de amparo no debe examinarse por sus partes aisladas, sino
considerarse en su conjunto, es razonable que deban tenerse como
conceptos de violación todos los razonamientos que, con tal contenido,
aparezcan en la demanda, aunque no estén en el capítulo relativo y
aunque no guarden un apego estricto a la forma lógica del silogismo, sino
que será suficiente que en alguna parte del escrito se exprese con
claridad la causa de pedir, señalándose cuál es la lesión o agravio que el
quejoso estima le causa el acto, resolución o ley impugnada y los motivos
que originaron ese agravio, para que el Juez de amparo deba estudiarlo.".
Ahora, de una confrontación entre lo resuelto por el Inferior en
grado y lo esgrimido por el apelante en los motivos de inconformidad que aquí
se analizan, esta autoridad considera que los mismos devienen inoperantes
para modificar o revocar el fallo que por este medio se combate; habida cuenta
que al formularlos, se limitó substancialmente a hacer manifestaciones
generales y abstractas relativas substancialmente a destacar el contenido de
los artículos 1º , 14 y 16 Constitucionales, 25 de la Convención Americana de
Derechos Humanos y a los mecanismos bajo los cuales deben actuar las
autoridades judiciales, así como los principios rectores bajo los cuales deben
emitirse los actos de autoridad; además, a transcribir la demanda y
prestaciones reclamadas en la misma.
19
Sin embargo, esos planteamientos de manera alguna tienden a
combatir o a destruir los razonamientos que se expresaron en el fallo apelado y
aún más tampoco se hacen valer circunstancias de hecho y de derecho que
tiendan a demostrar y puntualizar violación alguna, en las que en concepto de
la inconforme haya incurrido el juzgador, pues no expone las razones por las
cuales considera que el fallo impugnado, resulte ilegal, soslaya destacar cuál
de los razonamientos efectuados por el Juez natural, es el que considera que le
agravia; máxime que era menester que precisara en concreto, cuál de todos los
hechos expuestos por el Inferior en grado, fueron los que considera que no se
encuentran ajustados a derecho, o que en todo caso, analizó indebidamente,
pues no debe perderse de vista que el recurso de apelación no es una
renovación de la instancia, para que baste con que se manifieste de manera
genérica la inconformidad con el fallo y sin más, se proceda a realizar un nuevo
estudio sobre la litis, sin que sea precisada violación específica, por lo que no
puede argumentarse de manera general una omisión o un estudio inexacto, sin
que se establezca de manera delimitada en qué se hizo consistir la misma en
concreto, además, de que es indispensable que también se precise la forma en
que tal circunstancia, incidiría en el fallo, es decir, si lograría variarlo a su favor.
A lo que se suma, el hecho de que, el apelante se olvidó de
controvertir las consideraciones vertidas por el Inferior en la resolución
reclamada, pues por cuanto hace a la acción reconvencional, nada dijo,
respecto a si los elementos de la acción de prescripción positiva, que debía
probar su contraria, era lo que indicó; tampoco precisó, si es cierto o no, que
para acreditar el primero de los elementos de la acción, era necesario que
hubiera aportado pruebas, ni si en todo caso, debía hacer suyas o no las
ofrecidas por la contraparte, o señalar el archivo en el que se encontraran; sin
que señalara, si es cierto o no que en autos no hubiera probanzas que
justificaran que el inmueble en cuestión, no se encontrara inscrito en el
Registro Público de la Propiedad y de Comercio; menos aún, precisa si es
correcto o no que debiera revelarse la causa generadora de la posesión; ni si la
posesión necesaria para prescribir, es la que se ostenta en calidad de
propietario; o que sea o no verdad, que la posesión necesarias para generar la
prescripción y protegida por la ley, sea la que se tiene en calidad de propietario
o bien la precaria; si es verdad o no que la posesión que detenta la actora en
20
reconvención, es derivada no es apta para producir la prescripción y que en la
especie es la que detenta la reconventora; tampoco refieren si es o no verdad.
Por cuanto hace a la acción principal reivindicatoria, tampoco
precisó si es verdad o no que los elementos de la misma que debía probar esa
parte recurrente, fueran a) Que el actor ostente la propiedad del bien objeto de
la reivindicación; b) Que el demandado esté en posesión de la cosa
perseguida; y c) La identidad de la misma, o sea que no pueda dudarse cuál es
la cosa que pretende reivindicar y a la que se refieren los documentos
fundatorios de la acción; ni si debió estudiar previamente la procedencia de la
acción conforme al tipo de posesión que detenta la demandada; ni si es verdad
o no que lo que debió ejercitar la parte actora fuera una acción personal y no
una real como lo hizo; tampoco controvierte si en verdad ambas partes
reconocieron que hubiera existido concubinato entre la demandada y
ELIMINADO; ni si esa relación terminó o no; menos aún combate el aspecto
relativo a si es cierto o no que al haber terminado esa relación de concubinato,
la restitución del inmueble en el que habitaron en común, debía intentarse a
través del ejercicio de una acción personal, al haber permitido el propietario del
inmueble que la concubina lo ocupara con motivo de ese vínculo; si es cierto o
no que en la especie, debía ejercitarse una acción personal como
consecuencia de que la posesión que detenta la enjuiciada es una posesión
derivada, al tenerla con motivo del concubinato que hubo entre ella y su
contrario; tampoco señala si es verdad o no si el concubinato genera el
derecho a disfrutar de una casa en la que tendrá lugar la cohabitación, aunque
el inmueble sea o no de la pareja o sólo de uno de ellos, adquirido durante o
antes del concubinato; ni si es cierto o no que los poseedores derivados de un
inmueble sólo pueden ser compelidos a restituir un bien, mediante las acciones
personales relacionadas con el vínculo jurídico que les permitió adquirir la
calidad de poseedores; y menos aún expuso si el criterio en que se sustentó el
A quo, cobra aplicación al caso o no. Esto es, el recurrente no combate de una
por una, las razones en las que se sustentó el Juez de origen, para determinar
tal improcedencia de las acciones principal y reconvencional.
A lo que cabe agregar, que no basta con que señale que le causa
agravio la resolución recurrida y transcriba el escrito de demanda y las
21
prestaciones reclamadas, ni que precise genéricamente la interpretación de
normas constitucionales y de la convención interamericana de derechos
humanos, así como principios de derechos, pues como se ha venido
destacando, lo que debió señalar el recurrente, eran no solamente los
razonamientos que considerara que en forma errónea sostuvo el A quo, sino
que debía exponer, las razones por las que en su concepto resultaba
equivocado, si ello derivaba de que el sustento jurídico del Juez no fuera el
correcto o si la interpretación realizada sobre los dispositivos legales en que
consideró que encuadraba la acción resultara inexacta o en su caso, que la
forma en que estaba interpretando el criterio jurisprudencial en que se sustentó
fuera incorrecta, para lo que inclusive era menester que también señalara la
forma en que debiera ser interpretada y las razones de ello y de qué forma
incidían en el ejercicio de la acción; de lo que es claro que el disconforme,
omitió precisar la razón jurídica por la que en su concepto es procedente la
acción ejercitada e inexacto lo determinado por el Inferior en grado.
Entonces, al no haber controvertido el recurrente la totalidad de
los puntos torales que llevaron al A quo a considerar improcedente la acción
ejercitada, así como no haber combatido las razones en las que sustentó su
determinación el Juez de origen, es decir, al haber omitido impugnar la
consideración destacada en los párrafos que anteceden, es suficiente tal
circunstancia para que permanezcan inalterables, al ser ineludiblemente
insuficientes para revocar o modificar el fallo recurrido sobre el tópico en
estudio, toda vez que las consideraciones no controvertidas, son suficientes
para sustentar la determinación de la Juez de origen, las que al no haber sido
impugnadas, conlleva que deban subsistir para seguir rigiendo en el sentido del
fallo, habida cuenta que esta autoridad no puede estimar que se cause algún
agravio, por la sola afirmación del recurrente, sin que se haya precisado o
fijado circunstancia alguna que demuestre que las consideraciones del Juez
son incorrectas, ya sea porque se aplicó o interpretó indebidamente un
precepto legal o bien porque siendo aplicable no se empleó, dado que la
legalidad o ilegalidad de una resolución se debe hacer valer en función a los
motivos de disenso que en su contra se enderecen, pues adoptar lo contrario,
significaría estar supliendo la deficiencia de los agravios en un caso que no
está permitido hacerlo, por ser la materia que nos ocupa de estricto derecho.
22
Encuentra apoyo lo anterior, en el criterio sustentado por la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, en su jurisprudencia visible en la
Gaceta al Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, número 76,
Abril de 1994, a fojas 75, que a la letra reza: “AGRAVIOS INSUFICIENTES.-
Cuando en los agravios aducidos por el recurrente no se precisan
argumentos tendientes a demostrar la ilegalidad de la sentencia, ni se
atacan los fundamentos legales y consideraciones en que se sustenta el
sentido del fallo, se impone confirmarlo en sus términos por la
insuficiencia de los propios agravios.”. Así como la tesis sustentada por el
Primer Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, que se encuentra visible en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo I de Mayo de 1995,
Novena Época, página 333, que a la letra dice: “AGRAVIOS INSUFICIENTES
EN LA APELACIÓN, SON AQUELLOS QUE NO ATACAN TODAS LAS
CONSIDERACIONES QUE SUSTENTAN EL FALLO DE PRIMERA
INSTANCIA.- Si en la sentencia de primer grado el Juez del conocimiento
expresó diversos argumentos independientes entre sí y suficientes cada
uno de ellos para sostener el sentido del fallo; al no ser impugnados en
su totalidad por el apelante, en los casos en que el recurso es de estricto
derecho, la sala responsable debe tener a los agravios respectivos como
insuficientes para revocar la sentencia recurrida, porque aun cuando los
expresados fueran fundados, ello no traería como consecuencia revocar
esa resolución, precisamente por quedar subsistente por falta de
impugnación, algún otro motivo que rige el sentido de la sentencia
materia del recurso.”.
Ahora bien, por cuanto hace al quinto y sexto de los motivos de
disenso expuestos por el recurrente en su pliego de inconformidades, es de
considerarse que resulta infundado, puesto que por una parte, conviene aclarar
al disidente, que de ningún modo se deja en estado de indefensión a
ELIMINADO, pues por el contrario, se le dejaron a salvo sus derechos para
que los hiciera valer en la vía y forma correspondiente, lo que la deja en aptitud
de intentar en la vía y forma correcta, la acción que en derecho proceda, para
que recupere la posesión plena del inmueble de mérito.
Pero además, es de destacarse que si bien es cierto que
ELIMINADO, se ostenta como copropietaria del inmueble cuya reivindicación
23
se intentó, ello no lleva a desconocer la causa generadora de la posesión que
detenta ELIMINADO, es decir, en principio, esta última, no entró a poseer en
calidad de propietaria por mutuo propio, sino de concubina del copropietario
ELIMINADO, esto es, este último en su calidad de propietario de una parte
alícuota del inmueble, dispuso conferir una posesión derivada a la demandada,
con motivo de una relación de concubinato, la que al haber terminado, conlleva
a que se finiquite todo lo existente entre ellos, entre tales aspectos, lo
correspondiente a la habitación de la que venía disfrutando la demandada, sin
embargo, tal cuestión, como bien lo precisó el A quo, corresponde a una acción
personal y no real como la que se ejercitó en el caso, puesto que en principio
debe atenderse a la causa a virtud de la cual la demandada entró en posesión
del inmueble de mérito, resultando como ya se dijo, que ella lo hizo con el
consentimiento del copropietario a virtud de la relación de concubinato
existente entre ellos; de ahí que contrario a lo aseverado por el disconforme, no
se deja en estado de indefensión a la copropietaria ELIMINADO, pues por una
parte, en la resolución reclamada, se expresaron las razones y fundamentos a
virtud de los cuales, no era factible entrar al estudio de la acción intentada, por
lo que ante ello, no es factible entrar al estudio de los elementos de la acción y
por tanto, tampoco a las probanzas que fueron allegadas para justificar cada
uno de ellos y por otra parte, se le dejaron a salvo sus derechos para que los
hiciera valer en los términos correspondientes; deviniendo lo infundado de lo
que al respecto se alega.
Además, conviene aclarar que las causas por las cuales se
desestimó la acción de prescripción positiva, fue en principio por no haberse
justificado que el inmueble en cuestión se encontrara inscrito en el Registro
Público de la Propiedad a nombre de sus contrarios; por otra parte, porque no
se acreditó la causa generadora de la posesión del bien que pretendía
prescribir positivamente, imposibilitándose al A quo, para determinar si se
cumplía con dicho elemento, precisando que sólo la posesión que se ostenta
en calidad de dueño, es la que es susceptible de producir la prescripción,
ejemplificándolo al citar la compraventa, donación, comodato, etc., sin
embargo, aclaró que en la especie, la causa generadora de la posesión, que
había referido la actora en reconvención, fue a virtud de un concubinato,
destacando el Juez de origen, que tal posesión, es derivada y no originaria, y
24
que por tanto ésta no es la clase de posesión que puede producir la
prescripción positiva.
En ese tenor, es que no existe contradicción ni incongruencia
alguna entre lo determinado por el A quo, al resolver la acción reconvencional,
con la principal, pues en ambos casos, se sustentaron las respectivas
consideraciones en que la posesión que detenta la demandada, es una
posesión derivada con motivo del concubinato con ELIMINADO, pues fue el
domicilio en el que cohabitaron durante esa relación.
Además, también debe aclararse que el A quo, no estableció que
debiera declararse un derecho de alimentos; sino que explicó sustancialmente
que el concubinato genera derechos y obligaciones, entre los que se encuentra
el de otorgarse el rubro habitación, mismo que forma parte integrante de los
alimentos; luego, es claro que a tal aspecto se refería el A quo, cuando hizo
referencia a la cuestión alimenticia, haciendo su derivación en su rubro
habitación; lo cual, no es un actuar caprichoso del Juez del conocimiento, sino
que, como incluso lo precisó el recurrente en los diversos motivos de disenso,
en todo juicio se deben de respetar las normas del procedimiento, vigilando la
equidad procesal, con la debida garantía de seguridad jurídica y de audiencia;
de modo tal, que precisamente por respeto a esos extremos, es que el Juez del
conocimiento, no puede pronunciarse respecto de una acción que fue intentada
en una vía y forma diversa a la que las leyes prevén para esa pretensión, pues
de resolver una acción personal, bajo la faceta de una real, atenta contra todo
principio jurídico; de ahí que carezca de razón el recurrente en lo que al tema
adujo.
Finalmente debe decirse que si bien es verdad que los
propietarios de un inmueble tienen el derecho de demandar la desocupación y
entrega material del inmueble de su propiedad, a aquél que lo posea; sin
embargo, siempre deberá intentarse en la vía y forma correcta, lo que depende
de la causa y calidad por la cual, quien lo detenta, entró a poseerlo, siendo que
si en la especie, como ya se ha venido señalando, fue a razón de la relación de
concubinato entre ELIMINADO y la demandada, es claro que la desocupación
pretendida, debe ser intentada a través de la acción personal, tal y como lo
sostuvo el A quo.
25
Es así pues, la acción reivindicatoria es la que tiene el propietario
para ejercitar contra un tercero los derechos emergentes del dominio, a fin de
constatar su derecho y lograr la restitución de la cosa.
Luego, la reivindicación compete a quien no está en posesión de
la cosa, de la cual tiene la propiedad y su efecto será declarar judicialmente
que el actor tiene dominio sobre ella y que el demandado se la entregue con
sus frutos y accesiones en los términos previstos por el Código Civil.
En ese contexto se puede válidamente concluir que la acción
reivindicatoria constituye la más propia y eficaz defensa ordinaria de la
propiedad, pues tiene como finalidad el reconocimiento del derecho de dominio
y, en consecuencia, la restitución de la cosa que indebidamente retiene un
tercero con el cual no se mantiene ningún vínculo jurídico.
Ahora, en las acciones personales se busca la tutela de un
derecho personal, es decir, de un crédito u obligación.
Entre las características de las acciones personales, cabe señalar
las siguientes:
1) Se ejercitan tan sólo contra el deudor de la obligación, es decir,
contra quien está obligado al cumplimiento.
2) Se extinguen con el cumplimiento de la obligación.
3) No suponen preferencias de ninguna especie en cuanto al
crédito o la obligación cuya satisfacción se persigue.
4) Se rigen por una regla de competencia determinada por el
domicilio del deudor o el lugar del contrato.
Por tanto, debe atenderse a la situación personal de quien detenta
la posesión del bien que se pretende reivindicar, o sea establecer la naturaleza
del acto jurídico para saber qué tipo de posesión tiene aquél que posee el
mueble o inmueble, así como la calidad de tercero, entendiéndose como tal a
alguien completamente ajeno al propietario de la cosa, en los términos de la
respectiva legislación civil que regula esos aspectos, en tratándose de
distinción entre posesión originaria y derivada, pues el que la posee a título de
propietario tiene una posesión originaria, el otro, una posesión derivada; de lo
que se desprende que si previamente a la posesión existió una relación de
26
carácter contractual entre el propietario del bien y el poseedor que no tiene el
de propietario, existe una posesión derivada de aquel acto jurídico.
De ahí que, la existencia de una relación personal de carácter
contractual entre actor y demandado que justifique la posesión de este último
excluye el ejercicio de una acción real como la reivindicatoria y precisa que se
ejerza la acción personal respectiva, derivada precisamente de la posesión que
deriva del vínculo de concubinato que existió.
En la práctica, el caso más común de esa posesión derivada que
impone el ejercicio de una acción personal, con exclusión de la reivindicatoria,
es la del arrendatario; sin embargo, existen otros actos jurídicos que pueden
dar lugar a esa clase de posesión, como, el vínculo de matrimonio o el
concubinato, que es el que en la especie se surte en el juicio de origen y que
lleva a que deba intentarse la acción personal y no la real que se ejercitó.
Ahora, cuando el actor ejerce la acción reivindicatoria es
necesario, para la procedencia de la misma, que demuestre tener la propiedad
del bien, la posesión de éste por su contraparte y la identidad respectiva.
No obstante lo anterior, la demostración de esos elementos puede
no ser suficiente para la procedencia de la aludida acción real, como ocurre,
cuando la posesión es derivada, es decir, concedida al poseedor por el
propietario en virtud de algún acto jurídico que permita a aquél retener
temporalmente la cosa o el bien.
Asimismo, en virtud del matrimonio o el concubinato, los
contratantes pueden establecer su domicilio conyugal o bien, en el que
cohabitaran en un inmueble que no sea propio de ninguno de ellos, en tanto
gocen de la autoridad propia antes indicada; que sea propiedad de ambos; o,
que el dominio pertenezca sólo a uno de ellos, ya sea que lo haya adquirido
antes o durante el matrimonio.
En el caso de este último supuesto y al existir el vínculo de
concubinato, el inmueble sede del domicilio cohabitacional permanecerá en
todo momento como propiedad del concubino respectivo, quien conservará la
posesión originaria, mientras que el diverso integrante de la pareja tendrá una
posesión derivada, cuya causa precisamente se encuentra en el concubinato.
27
En consecuencia, una vez que se disuelve el concubinato, el
concubino que tenga el carácter de poseedor derivado deberá desocupar el
inmueble, pues terminó el acto causal de la posesión.
Por ende, tal y como lo sostuvo el Juez del conocimiento, para el
caso de que sea disuelto el vínculo de concubinato, sin que se hubiera
desocupado el inmueble en el que se cohabitó, el propietario del bien tiene
derecho a recuperar la posesión, pero, no podrá ejercerlo a través de una
acción real, como la reivindicatoria, sino que deberá intentar la acción personal
basada en dicha disolución.
Esto es así, en virtud de que la posesión que detenta el concubino
que carece del carácter de propietario es derivada, precisamente porque tiene
su origen en un acto jurídico consistente en el vínculo del concubinato, en
virtud del cual el concubino propietario le entregó la posesión del inmueble al
establecerse el domicilio en el que cohabitaron durante el concubinato y los
poseedores derivados sólo pueden ser compelidos a restituir un bien a través
de acciones personales relacionadas con el vínculo jurídico que les hizo entrar
a poseerlo; de ahí lo infundado de los motivos de disenso en estudio.
Sirve de apoyo a lo anterior, por identidad jurídica, la
Jurisprudencia 1a./J. 89/2006, sustentada por la Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, localizable en la página 40 del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXV, Febrero de 2007, Novena
Época, que es del tenor literal siguiente: “ACCIÓN REIVINDICATORIA. ES
IMPROCEDENTE SI SE INTENTA CONTRA QUIEN DETENTA LA
POSESIÓN QUE DERIVA DEL VÍNCULO MATRIMONIAL CELEBRADO
BAJO EL RÉGIMEN DE SEPARACIÓN DE BIENES, POR LO QUE DEBE
EJERCERSE LA ACCIÓN PERSONAL BASADA EN LA DISOLUCIÓN DE
ESE VÍNCULO.- En el régimen de separación de bienes, cada uno de los
cónyuges conserva la propiedad y administración de sus respectivos
bienes y pueden establecer su domicilio conyugal en un inmueble que
sea o no propiedad de ambos o que pertenezca sólo a uno de ellos, ya
sea que lo haya adquirido antes o durante el matrimonio. En este último
supuesto, cuando existe un régimen de separación de bienes, el inmueble
ocupado como domicilio conyugal permanece como propiedad del
28
cónyuge que lo adquirió, conservando éste la posesión originaria,
mientras que el otro integrante del vínculo tendrá una posesión que
deriva a causa del matrimonio. Ahora bien, sin menoscabo de ese
dominio exclusivo de uno de los cónyuges, el bien inmueble debe
destinarse principalmente a la satisfacción de los alimentos del otro
cónyuge y de los hijos que, en su caso, se hayan procreado, cubriéndose
así, específicamente, el rubro relativo a la habitación. Por tanto, una vez
disuelto el matrimonio celebrado bajo el régimen de separación de
bienes, sin haber hijos procreados por ambos esposos, el cónyuge que
tenga el carácter de poseedor derivado debe desocupar el inmueble, por
haber terminado el acto jurídico causal de la posesión, e incluso puede
ser condenado a ello, si así se reclamó, en la sentencia que declare el
divorcio; además, tal desocupación también procede si el cónyuge
poseedor derivado tiene derecho a alimentos, pero en tal supuesto el
esposo deudor alimentario debe otorgarle el valor correspondiente al
rubro de habitación que dejará de cubrirse con el que fuera el domicilio
conyugal. En ese sentido, y en caso de que no exista la condena a la
desocupación y entrega del inmueble en la sentencia de divorcio, y el
cónyuge poseedor derivado se abstenga de desocuparlo voluntariamente
tras la disolución del vínculo matrimonial, el propietario del bien tiene
derecho a recuperar la posesión, pero no a través de una acción real,
como la reivindicatoria, sino de la acción personal basada en dicha
disolución, en virtud de que los poseedores derivados sólo pueden ser
compelidos a restituir un bien mediante acciones personales relacionadas
con el vínculo jurídico que les permitió adquirir la calidad de poseedores.
De similar forma, es decir, por medio del ejercicio de la acción personal
correspondiente, puede reclamar la desocupación del inmueble a los
hijos con derecho a alimentos que, tras el divorcio de sus padres, hayan
permanecido en él, pero en tal caso debe otorgarles el valor
correspondiente al rubro habitación. Asimismo, igual acción personal
debe ejercerse si el cónyuge o los hijos, como acreedores alimentarios,
permanecieron en el inmueble con posterioridad al divorcio por virtud de
un convenio o sentencia que así lo previniera, ya que en esa hipótesis la
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modificación o cesación de la obligación alimenticia que promueva el
cónyuge propietario del bien puede llevar a su desocupación.”.
Asimismo, es aplicable el criterio sustentado por el Quinto
Tribunal Colegiado en materia Civil del Primer Circuito, que se lee en la página
1273 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXIV,
Agosto de 2011, Novena Época, que reza: “ACCIÓN REIVINDICATORIA. ES
IMPROCEDENTE CUANDO SE PROMUEVE CONTRA QUIEN TIENE LA
POSESIÓN DERIVADA DE UNA RELACIÓN DE CONCUBINATO.- La acción
reivindicatoria no es idónea para que el propietario de un inmueble lo
recupere de su concubina o concubinario, en su caso, cuando le permitió
ocupar ese bien con motivo de ese vínculo y con pleno conocimiento de
aquél, pues es evidente que la causa generadora de la posesión que
detenta el demandado nació de una relación de convivencia común. De
esta manera, si el concubinato hubiere terminado por voluntad de los
contendientes, la restitución del inmueble debe intentarse a través de las
acciones personales que deriven de la conclusión de esa unión o vida en
común, pero no mediante la acción real reivindicatoria. Inclusive, las
semejanzas que, en ciertos aspectos, guarda dicha figura jurídica con el
matrimonio tornan aplicable, en lo esencial, la jurisprudencia 1a./J.
89/2006 de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
de rubro: "ACCIÓN REIVINDICATORIA. ES IMPROCEDENTE SI SE
INTENTA CONTRA QUIEN DETENTA LA POSESIÓN QUE DERIVA DEL
VÍNCULO MATRIMONIAL CELEBRADO BAJO EL RÉGIMEN DE
SEPARACIÓN DE BIENES, POR LO QUE DEBE EJERCERSE LA ACCIÓN
PERSONAL BASADA EN LA DISOLUCIÓN DE ESE VÍNCULO.".
En esa tesitura, ante lo inoperantes por insuficientes por una
parte, e infundados por la otra los conceptos de agravio formulados por el
apelante, con apoyo en las anteriores consideraciones y además con
fundamento en lo dispuesto por el artículo 936 del Código de Procedimientos
Civiles, se confirma la sentencia definitiva de fecha 12 doce de marzo del año
2013 dos mil trece, pronunciada por el Juez Quinto del Ramo Civil de esta
capital, en el expediente 340/2012, correspondiente al Juicio Ordinario Civil
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Reivindicatorio, promovido por ELIMINADO y ELIMINADO ambos a través de
su apoderado legal el Licenciado ELIMINADO, en contra de ELIMINADO.
TERCERO.- En otro orden de ideas y toda vez que el presente
asunto no encuadra en la hipótesis prevista por el artículo 135 fracción II, del
Código Procesal Civil, no se hace especial condena en costas por lo que a esta
segunda instancia se refiere.
CUARTO.- En virtud de que ninguna de las partes litigantes
manifestó su inconformidad respecto a que sus datos personales señalados en
el artículo 3°., fracción XI de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información
Pública del Estado, se incluyan en la publicación que se haga del presente
fallo, con fundamento en lo dispuesto por los artículos 3º., 18, 23 fracción III, 44
y relativos de la Ley en cita, así como 13 fracción XIII, 14, 15 fracción I, 21 y 22
del Reglamento del Poder Judicial del Estado para la aplicación de la
mencionada Ley, hágase del conocimiento de las mismas que la sentencia
pronunciada en el presente asunto estará a disposición del público para su
consulta, cuando así se solicite, incluidos los mencionados datos, sin perjuicio
de la protección que por mandato constitucional deba hacerse de oficio en
relación a los mismos.
Por lo anteriormente expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO.- Los agravios formulados por la parte actora y
apelante, fueron inoperantes por insuficientes por una parte, e infundados por
la otra.
SEGUNDO.- En consecuencia, se CONFIRMA la sentencia
definitiva de fecha 12 doce de marzo del año 2013 dos mil trece, pronunciada
por el Juez Quinto del Ramo Civil de esta capital, en el expediente 340/2012,
correspondiente al Juicio Ordinario Civil Reivindicatorio, promovido por
ELIMINADO y ELIMINADO ambos a través de su apoderado legal el
Licenciado ELIMINADO, en contra de ELIMINADO.
TERCERO.- No se hace especial condena en lo que respecta al
pago de costas, en lo que a segunda instancia se refiere.
CUARTO.- Al no existir inconformidad de las partes litigantes, la
presente sentencia estará a disposición del público para su consulta, cuando
así se solicite, incluidos los datos personales de las mismas, conforme al
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procedimiento de acceso a la información, sin perjuicio de la protección que por
mandato constitucional deba hacerse de oficio en relación a los mismos.
QUINTO.- Con copia certificada de la presente resolución,
devuélvase el expediente al juzgado de su origen para los efectos legales
correspondientes y en su oportunidad archívese el toca como asunto concluido.
SEXTO.- Notifíquese personalmente, comuníquese y cúmplase.
A S Í, por unanimidad de votos lo resolvieron y firman los señores
Magistrados que integran la Tercera Sala del H. Supremo Tribunal de Justicia
del Estado, Licenciados ELIMINADO, ELIMINADO y ELIMINADO, quienes
actúan con Secretaria de Acuerdos que autoriza y da fe, Licenciada
ELIMINADO, siendo ponente el ELIMINADO de los Magistrados nombrados y
Secretaria de Estudio y Cuenta, Licenciada ELIMINADO. Doy Fe.