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PODER JUDICIAL DEL ESTADO
SUPREMO TRIBUNAL DE JUSTICIA
CUARTA SALA
SENTENCIAS QUE CAUSARON ESTADO
NÚMERO DE TOCA FECHA EN QUE SE DICTÓ LA SENTENCIA
229-2014 04 cuatro de diciembre de 2014 dos mil catorce
San Luis Potosí, San Luis Potosí, 4 cuatro de diciembre de 2014 dos mil catorce.
V I S T A S para su cumplimentación, las ejecutorias de fecha 13 trece de noviembre de 2014 dos mil
catorce, pronunciadas por el Primer Tribunal Colegiado del Noveno Circuito, dentro de los Juicios de Amparo Directo Civil
números 678/2014 y 679/2014, promovidos por ELIMINADO y ELIMINADO, respectivamente, en contra de la sentencia
de fecha 23 veintitrés de junio de 2014 dos mil catorce, dictada por esta Cuarta Sala dentro del toca 229-2014, relativo a
los recursos de apelación interpuestos por los demandados ELIMINADO y ELIMINADO, en contra de la sentencia
definitiva de fecha 28 veintiocho de enero de 2014 dos mil catorce, dictada por la Juez Octavo del Ramo Civil de esta
Capital, dentro del expediente 579/2013, referente al Juicio Extraordinario Civil por Otorgamiento de Escritura, promovido
por ELIMINADO, en contra de ELIMINADO y ELIMINADO; y,
R E S U L T A N D O:
PRIMERO. La sentencia definitiva apelada en sus puntos resolutivos, al tenor dice: “...PRIMERO.- Este
Juzgado fue competente para conocer del presente juicio. SEGUNDO.- La parte actora del juicio compareció con
personalidad. TERCERO.- La Vía Extraordinaria Civil ejercitada por la parte actora, fue la correcta. CUARTO.- La señora
ELIMINADO, careció de legitimación pasiva para ser demandada, resultando por ende innecesario entrar al estudio de la
acción intentada en su contra, así como de la contestación a la demanda que realizara, lo anterior por las razones
expuestas en el considerando cuarto de la presente sentencia QUINTO.- Por lo tanto, se absuelve a la señora
ELIMINADO, de las prestaciones que le reclamó el actor en el escrito inicial, por carecer de legitimación pasiva en la
causa. SEXTO.- Ahora bien la parte actora ELIMINADO, demostró los elementos constitutivos de su acción de
otorgamiento de escrituras; en tanto que la diversa demandada ELIMINADO, no justificó las excepciones y defensas
hechas valer. SÉPTIMO.- Se condena a la demandada ELIMINADO, a otorgar la escritura de propiedad a favor del actor
ELIMINADO, respecto del lote de terreno número ELIMINADO ubicado en la ELIMINADO de esta ciudad, lo que deberá
hacer ante el notario público que para tal efecto elijan los actores, lo anterior sin perjuicio de tercero que pudiera tener
mejor derecho respecto del inmueble materia de la litis y de que el título reúna los requisitos intrínsecos y extrínsecos, así
como salvo mejor derecho de tercero que no haya venido al juicio. OCTAVO.- Se absuelve a la demandada ELIMINADO,
de la prestación que le reclamó la parte actora en el inciso B) del capítulo de prestaciones del escrito inicial, lo anterior
por las razones expuestas en el considerando cuarto de la presente resolución. NOVENO.- Se condena a la demandada
ELIMINADO, a pagar al actor ELIMINADO, la cantidad que resulte por concepto de costas judiciales, toda vez que no
obtuvo sentencia favorable, lo anterior previa su regulación en ejecución de sentencia. DÉCIMO.- En ejecución de
sentencia se deberá conceder a la demandada ELIMINADO, el término de 5 cinco días para que voluntariamente cumpla
con la misma, apercibida que en caso de no otorgar el Título de Propiedad correspondiente dentro de dicho término, éste
Juzgado lo hará en su rebeldía. DÉCIMO PRIMERO.- Notifíquese personalmente...”
SEGUNDO. Inconformes con dicha sentencia, ELIMINADO y ELIMINADO, interpusieron recursos de
apelación, los que admitió la juez resolutor en ambos efectos y que por razón de turno tocó conocer a esta Cuarta Sala,
dictándose la sentencia de apelación correspondiente en fecha 23 veintitrés de junio de 2014 dos mil catorce, bajo los
siguientes puntos resolutivos: “...PRIMERO. Los agravios expresados por la apelante ELIMINADO, resultaron infundados.
SEGUNDO. Los agravios formulados por el apelante ELIMINADO, resultaron inoperantes. TERCERO. Se confirma la
sentencia definitiva de fecha 28 veintiocho de enero de 2014 dos mil catorce, dictada por la Juez Octavo del Ramo Civil
de esta capital, dentro del expediente 579/2013, relativo al Juicio Extraordinario Civil por Otorgamiento de Escritura,
promovido por ELIMINADO, en contra de ELIMINADO y ELIMINADO. CUARTO. Se condena a la apelante ELIMINADO,
al pago de costas de ambas instancias a favor del actor; no así a ELIMINADO. QUINTO. Con copia certificada de la
presente resolución devuélvase el expediente al juzgado de su procedencia para los fines legales consiguientes, y en su
oportunidad, archívese el toca como asunto concluido. SEXTO. Notifíquese personalmente, comuníquese y cúmplase…”
TERCERO. Inconformes con la sentencia pronunciada por esta segunda instancia, ELIMINADO y
ELIMINADO, interpusieron juicios de garantías, de los cuales conoció el Primer Tribunal Colegiado del Noveno
Circuito, asignándoles los números 678/2014 y 679/2014, respectivamente, autoridad que determinó amparar y
proteger a las citadas quejosas contra los actos reclamados; mediante auto de fecha 24 veinticuatro de noviembre de
2014 dos mil catorce, se tuvo por recibida la ejecutoria y en el mismo proveído, se ordenó turnar los autos a la
Magistrada Ponente para la elaboración del proyecto de resolución; y,
C O N S I D E R A N D O:
PRIMERO. Por auto de fecha 24 veinticuatro de noviembre de 2014 dos mil catorce, se dejó insubsistente
la sentencia del 23 veintitrés de junio del presente año, con motivo de la concesión de la protección de la justicia federal a
las quejosas ELIMINADO y a ELIMINADO.
SEGUNDO. En el Amparo Directo Civil, expediente 678/2014, promovido por ELIMINADO, en fecha 13
trece de noviembre de 2014 dos mil catorce, el Primer Tribunal Colegiado del Noveno Circuito dictó sentencia, en cuyo
punto resolutivo SEGUNDO, textualmente dice: “...La Justicia de la Unión AMPARA Y PROTEGE a ELIMINADO, contra
las autoridades y por los actos que reclamó su apoderado ELIMINADO, que se precisan en el resultando primero de esta
ejecutoria y que aquí se dan por reproducidos. El amparo se concede para los efectos precisados en el último
considerando de esta ejecutoria...”.
Asimismo, en el Amparo Directo Civil, expediente 679/2014, promovido por ELIMINADO, el Primer
Tribunal Colegiado del Noveno Circuito el 13 trece de noviembre de 2014 dos mil catorce, pronunció la ejecutoria, en
cuyo punto resolutivo ÚNICO, textualmente dice: “...La Justicia de la Unión AMPARA Y PROTEGE a ELIMINADO, en
contra de la autoridad y el acto que se precisan en el resultando primero de esta ejecutoria y que aquí se dan como
reproducidos. El amparo se concede para los efectos precisados en el último considerando de esta ejecutoria...”.
Precisado lo anterior, esta Sala Colegiada procede a dictar nueva resolución, en cumplimiento cabal a las
Ejecutorias pronunciadas por el Primer Tribunal Colegiado del Noveno Circuito.
TERCERO. Los agravios formulados por el apelante ELIMINADO, indican: “...1.- Es causa de Agravio lo
señalado por la Inferior bajo Su RESOLUTIVO CUARTO, mediante el cual textualmente decretó: “La señora ELIMINADO,
careció de legitimación pasiva para ser demandada, resultando por ende innecesario entrar al estudio de la acción
intentada en su contra, así como de la contestación a la demanda que realizara, lo anterior por las razones expuestas en
el considerando cuarto de la presente sentencia.”. Lo anterior es así, dado que la Inferior al pronunciar Su Sentencia no
observó lo establecido por el Numeral 81 del Código Adjetivo Civil, que a la letra reza: “Las sentencias deben ser claras,
precisas y congruentes con las demandas y las contestaciones y con las demás pretensiones deducidas oportunamente
en el pleito, condenando o absolviendo al demandado, y decidiendo todos los puntos litigiosos que hayan sido objeto del
debate. Cuando éstos hubieren sido varios, se hará el pronunciamiento correspondiente a cada uno de ellos.”. A mayor
abundamiento, la Inferior en síntesis y para lo que aquí interesa, al señalar que la excepción de Legitimación pasiva
opuesta por la diversa Demandada ELIMINADO resulta improcedente, lo que conlleva a la A quo a determinar que mi
Poderdante no es causahabiente, dado que de la documental pública que obra en la foja 20 veinte frente y vuelta de
autos, se desprende que operó a favor de la señora ELIMINADO, la traslación del dominio del inmueble materia del
presente juicio, de ahí que la señora ELIMINADO, al ya no ser la propietaria no puede considerársele como la titular para
otorgar la escritura de propiedad a favor del señor ELIMINADO, al haber perdido el dominio pleno sobre el bien en
cuestión al tratarse la acción de otorgamiento de escrituras de una acción personal, siendo este el motivo por el cual la A
quo decreta que quien es la obligada a escriturar el bien inmueble es la diversa demandada ELIMINADO. Sin embargo, la
incongruencia con la que se conduce la Inferior radica en que por una parte al inicio de ésta controversia se me otorga el
carácter de diversa Demandada, ya que al momento de emitir el auto de admisión o radicación de la demanda, ordena el
emplazamiento a mi Poderdante con dicho carácter, sujetándome con ello entre otras cosas, a lo dispuesto por el Artículo
257 Fracción III del Código de Procesal Civil, esto es, a Contestar la Demanda ante el Juez que emplazó a mi
Poderdante. Continuando con dicha figura jurídica (diversa demandada) el trámite del Juicio hasta la Sentencia, y dando
como resultado que de la misma se desprenda que operó a favor de la diversa demandada ELIMINADO, la traslación del
dominio del inmueble materia del presente juicio, sin tomar en consideración lo manifestado en mi Contestación de
Demanda, la cual se produjo en base al emplazamiento efectuado por el Juzgado y ordenado en el auto de radicación, de
lo que se advierten diversas violaciones a lo estipulado en los Artículos 254 y en especial el 255 del Código en cita, que
dice: “Si la demanda fuere obscura o irregular, el juez debe prevenir al actor que la aclare, corrija o complete de acuerdo
con los artículos anteriores, señalando en concreto sus defectos; hecho lo cual le dará curso. El juez puede hacer esta
prevención por una sola vez y verbalmente. Si no le da curso, podrá el promovente acudir en queja al superior.” Lo que
en la especie no aconteció, y que trajo como consecuencia, que mi Mandante de inicio, tuviera ese carácter (diversa
demandada) y que en Sentencia, el Juzgador resuelva absolver a mi mandante de todas y cada una de las Prestaciones
que le fueron reclamadas por el actor, siendo omisa la A quo en prevenir al actor para que aclarara su demanda, es decir,
contra quien de las demandadas ejercitaba su acción, y definir si a la suscrita me llamaba como tercero a juicio, de dicha
omisión, es, que se deriva el Agravio que me irroga, pues en caso contrario, de haberse apegado a Derecho, lo
procedente hubiera sido prevenir al actor por la aclaración de demanda a que se constriñe el Numeral citado. Violación la
anterior, que dio origen a que el Juzgador condene a la diversa demandada a otorgarle escrituras a favor del actor
respecto de un inmueble que aún es de mi propiedad, puesto que si bien es cierto existe un contrato de compraventa
entre la diversa demandada y mi poderdante, el mismo hasta la fecha no ha sido perfeccionado de conformidad con lo
establecido por los Artículos 2147, 2148 y 2151 del Código Civil, mismos que entre otras cosas y en especial, refieren
que la figura de un contrato de compraventa requiere para su validez formal, que el mismo sea otorgado en escritura y
más aun cuando se trata de bienes inmuebles, en especial el artículo 2151 del citado Código Civil, refiere claramente que
la venta de bienes raíces no producirá efectos contra tercero sino después de registrada en los términos prescritos en
éste código, lo que en la especie no aconteció, y más aún que la A quo, refiere en Su Resolución (a foja 20) que condena
a la diversa demandada ELIMINADO a otorgar la escritura de propiedad a favor del actor ELIMINADO respecto del
inmueble de mi propiedad cuyas características se omiten por economía procesal, lo anterior sin perjuicio de tercero que
pudiera tener mejor derecho respecto de dicho inmueble así como salvo mejor derecho de tercero que no haya venido a
juicio, mas sin embargo y derivado del razonamiento ambiguo y oscuro que realiza el Juzgador me causa especial
Agravio en el sentido de que ordena y condena a la diversa demandada a escriturar a favor del actor el inmueble de mi
propiedad aún y cuando resuelve que mi Poderdante carece de legitimación pasiva y que aunado a eso al haber
trasladado el dominio, resuelve indirectamente equiparando y elevando la citada figura a desconocer a mi poderdante
como propietaria del tantas veces citado inmueble, Lo que trajo como consecuencia, un acto más de incongruencia en la
sentencia que por este medio se recurre que el Inferior se apoye en lo que establece el artículo 33 Fracción I y 47 del
Registro Público del Estado, que a la letra rezan: “Los actos que se inscribirán en el Registro son los siguientes: I. Los
títulos por los cuales se crea, declare, reconozca, adquiera, transmita, modifique, limite, grave, extinga el dominio,
posesión originaria y los demás derechos reales sobre inmuebles;…” 47.- En la Sección Inmobiliaria se inscribirán todos
aquéllos títulos o documentos por los cuales se cree, declare, reconozca, adquiera, transmita, modifique, limite, grave o
extinga el dominio, la posesión de bienes inmuebles o cualquier derecho real sobre los mismos, y las demás
resoluciones, actos, títulos y contratos que las leyes o decretos ordenen expresamente que sean registrados. Lo que en
la especie tampoco aconteció, tan es así, que el propio juzgador por un lado reconoce a mi Poderdante como la legítima
propietaria del inmueble de referencia y por el otro lado, condena a la diversa demandada a otorgar escrituras a favor del
actor respecto del inmueble que aún es de mi propiedad, por lo que, resulta incongruente dicha determinación, ya que me
priva de un derecho que solamente a mi Poderdante corresponde. No obstante de todo lo anterior, se observa que el A
quo, en su determinación resuelve la legitimación pasiva como si poderdante la hubiese opuesto, lo que en la especie no
sucedió, ya que de los autos se desprende que quien opone lo fue la diversa demandada, mas sin embargo, tal parece
que el Juzgador no hace una correcta valoración de las manifestaciones vertidas en el escrito de contestación presentado
tanto por la diversa demandada como de mi poderdante, o bien, suponiendo sin conceder, confunde a las diversas
demandadas, pues es con ésta excepción que absuelve a mi poderdante y determina que no tiene la personalidad para
otorgar la escritura de propiedad a favor de ELIMINADO, según la A quo al haber perdido el dominio pleno sobre el bien
en cuestión (foja 7). En este tenor, al resolver el Inferior que: la titular de la obligación de otorgar escritura al actor es
ELIMINADO, por consiguiente la diversa demandada ELIMINADO, carece de legitimación pasiva en la causa y de la
calidad necesaria para ser demandada en juicio por sus propios derechos, resultando por lo tanto innecesario entrar al
estudio de la contestación a la demanda que realizara la señora ELIMINADO (foja 9). Motivando con esto, que me cause
agravio, toda vez que me deja en completo estado de indefensión al desestimar mi contestación en los términos y con el
carácter que me otorgó al momento de radicar la demanda instaurada por el señor ELIMINADO, mas sin embargo, juzga
a mi poderdante al establecer que la misma al trasladar el dominio respecto del inmueble materia del presente recurso,
de igual manera lo hizo con la propiedad, pero evidentemente realiza un razonamiento por demás irregular, excediendo
sus facultades, al privar del derecho de propiedad, mismo que pública y legalmente hasta la fecha le corresponde
solamente a la titular, siendo esta mi Poderdante. 2.- Finalmente, es causa de Agravio la Sentencia Definitiva
pronunciada el día 28 de Enero de 2014, concretamente, lo relativo a Su RESOLUTIVO QUINTO, que a la letra reza: “Por
lo tanto, se absuelve a la señora ELIMINADO, de las prestaciones que le reclamó el actor en el escrito inicial, por carecer
de legitimación pasiva en la causa.” Lo anterior es así, en virtud, de que del citado RESOLUTIVO claramente se advierte
que la Inferior, absolvió a mi Poderdante de las Prestaciones reclamadas; sin embargo, omitió Condenar al actor a pagar
a mi poderdante la cantidad que resulte por concepto de costas judiciales, máxime que se compareció a juicio como
consecuencia inmediata de las prestaciones reclamadas por el actor a mi Poderdante, independientemente de que haya
absuelto a mi Poderdante por carecer de legitimación pasiva en la causa; por lo tanto, es causa de Agravio, el hecho de
que la Inferior omitiera condenar al Actor al pago de costas judiciales, previa su regulación en ejecución de sentencia...”.
CUARTO. Los agravios expresados por la apelante ELIMINADO, dicen: “...Antes de expresar los motivos
de disenso que le causa la sentencia recurrida a mi autorizante, quiero hacer la aclaración que el abogado autorizado en
términos del artículo 118 del Código de Procedimientos Civiles, está facultado para expresar los agravios en la
tramitación del recurso de apelación correspondiente, pues si bien el citado numeral no dispone dicha facultad, ha sido
criterio de nuestros más altos tribunales que si le faculta para interponer el recurso, bajo el principio de derecho de quien
puede lo más puede lo menos, también el abogado cuenta con la facultad de realizar todo trámite que la sustanciación de
los propios medios de impugnación exige, como lo es la expresión de agravios. Lo anterior encuentra sustento en el
criterio judicial cuyo texto y rubro se transcriben a continuación: AUTORIZADO PARA OIR NOTIFICACIONES EN EL
JUICIO CIVIL. SUS FACULTADES. (LEGISLACION DE SAN LUIS POTOSI). El artículo 118 del Código de
Procedimientos Civiles de San Luis Potosí, estatuye que la facultad de oír notificaciones autoriza al abogado para
interponer los recursos que procedan en respuesta a la notificación y para alegar. A mayoría de razón, tal autorización
abarca el cumplir con los requisitos que la interposición de esos recursos exige, como lo es, tratándose de la apelación,
formular agravios, aun cuando el autorizado no haya directamente interpuesto el recurso; es decir, si está facultado para
realizar lo más, que es la interposición de los recursos, también está en aptitud de llevar a cabo lo menos, como lo es el
trámite que la sustanciación de los propios medios de impugnación exige.1 Sentado lo expuesto, procedo a señalar los
motivos de agravio que le causan al aquí recurrente la sentencia dictada por la Juez Octavo Civil, dentro del expediente
579/2013, relativo al Juicio Extraordinario Civil por Otorgamiento de Escrituras: PRIMERO. LA A QUO VIOLÓ EN
PERJUICIO DE MI AUTORIZANTE EL CONTENIDO DEL ARTÍCULO 81 EN RELACIÓN CON EL ARTÍCULO 1° AMBOS
DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES DEL ESTADO DE SAN LUIS POTOSÍ, EN RAZÓN DE QUE EMITIÓ
UNA SENTENCIA CARENTE DE UNA DEBIDA FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN PUES ANALIZÓ
INDEBIDAMENTE LA FIGURA DE LEGITIMACIÓN PASIVA EN LA CAUSA. Mi mandante sostiene que la sentencia que
se recurre es ilegal en virtud que se hizo un indebido estudio de la figura de legitimación pasiva en la causa así como del
convenio verbal celebrado entre el actor y las diversas demandadas en cuanto a la obligación de otorgar las escrituras a
favor del primero, así como las probanzas que obran en autos, específicamente la confesión a cargo de ELIMINADO,
como se expondrá a continuación. El A Quo señaló en su resolución los siguientes argumentos bajo los cuales concluye
que la excepción de falta de legitimación pasiva en la causa promovida por la demandada ELIMINADO es improcedente
(a fojas 5 a la 9 de la sentencia), por las siguientes razones: Dicha excepción es improcedente ya que la señora
ELIMINADO, se identifica con la persona a quien según el contrato base de la acción es la obligada a otorgar la escritura,
lo anterior es así en virtud de que de que (sic) obra en la foja 21 veintiuno frente y vuelta de autos, el contrato de compra
venta de fecha 26 veintiséis de enero de 1995 mil novecientos noventa y cinco, se advierte en el rubro vendedor el
nombre de la señora ELIMINADO, y en el rubro comprador se advierte que el nombre del señor ELIMINADO, de ahí que
ese contrato rige las obligaciones, entre el vendedor y el comprador; y siendo esto así es incuestionable que la señora
ELIMINADO, al haber firmado el citado documento en su carácter de vendedora ahora tiene la obligación de cumplirlo por
tanto, conforme a los artículos 1628, 1629, 1630, 1632, 1639, 1668, 2081 y 2082 del Código Civil del estado, está
obligada a cumplir todas las obligaciones que se deriven frente al señor ELIMINADO, y debido a ello, es que el
promovente del juicio le puede reclamar el otorgamiento de escrituras; así que ale existir identidad entre la persona que
firmo el documento base de la acción como vendedora, con la persona a quien la parte actora le demanda el
otorgamiento de escrituras, se por ello que la señora ELIMINADO, sí tiene legitimación pasiva en la causa para ser
demandada en el presente juicio. No obsta para lo anterior lo alegado por la señora ELIMINADO, en el sentido de que
derivado del acuerdo que tuvieron ella y la señora ELIMINADO, en su concepto es ésta última la que tiene la obligación
de escriturar, toda vez que dicho acuerdo no puede surtir efectos jurídicos en relación con el ahora actor puesto que de la
documental pública que obra en la foja 20 veinte frente y vuelta de autos, se desprende que opero a favor de la señora
ELIMINADO, la traslación del dominio del inmueble materia del presente juicio, de ahí que la señora ELIMINADO, al ya
no ser la propietaria no puede considerársele como la titular para otorgar la escritura de propiedad a favor del señor
ELIMINADO… De lo transcrito se desprende que el Aquo determinó improcedente la excepción de falta de legitimación
pasiva en la causa por las siguientes razones: a. Que del contrato de compraventa que exhibió el actor como documento
fundatorio de su acción se desprende que mi autorizante tiene la calidad de vendedora y por ende la obligación de
otorgar en escritura pública dicho acuerdo de voluntades, atento a lo dispuesto por los artículos 1628, 1629, 1630, 1632,
1639, 1668, 2081 y 2082 del Código Civil del estado y 27 del Código de Procedimientos Civiles. b. Que el acuerdo verbal
entre las partes - ELIMINADO ELIMINADO y ELIMINADO no puede surtir efectos jurídicos en relación con el ahora actor
en virtud que la señora ELIMINADO ya no es la propietaria del bien. Pues bien, mi mandante considera que los anteriores
argumentos son infundados, ilegales y carente de todo sustento en virtud que, los dispositivos legales que enuncia no
establecen que el vendedor es el único obligado a tirar las escrituras públicas. En efecto, específicamente el artículo 27
del Código de Procedimientos Civiles dispone: Artículo 27. El perjudicado por falta de título legal tiene acción para pedir
que el obligado le extienda el documento correspondiente. Por su parte el artículo 2214 del Código Civil del Estado
establece lo siguiente: Artículo 2114. El vendedor está obligado: I. A entregar al comprador la cosa vendida; II. A
garantizar las calidades de la cosa; III. A prestar la evicción. De ambos preceptos legales no se concluye que sólo el
vendedor sea el obligado a escriturar, pues la acción de otorgamiento de escrituras no sólo se deriva de un contrato de
compraventa ya que no es el único acto traslativo de dominio que establece nuestro código, por ello la norma habla de
obligado y no de vendedor, aunado a que la obligación no sólo se puede derivar de un contrato sino también de la ley. Se
afirma lo anterior toda vez que existen figuras como la causahabiencia, las disposiciones a favor de tercero, la
substitución del obligado, cesión de derechos, etc., de las cuales se deriva que no sólo el obligado primigenio -vendedor-
, tiene la obligación de cumplir sus obligaciones, sobre todo considerando que la acción proforma es una acción personal
no real, esto es, persigue a la persona obligada no al bien, o en este caso al acto traslativo de dominio. Ahora bien, una
vez puntualizado lo anterior, se hace necesario resaltar que la falta de legitimación pasiva en la causa no se funda en que
la obligada a escriturar es la señora ELIMINADO pues de ella adquirió mi autorizante, sino en virtud del convenio verbal
que celebraron las tres partes involucradas en el presente litigio. En efecto, ELIMINADO, ELIMINADO y ELIMINADO
acordaron que ésta última sería la persona que otorgaría las escrituras públicas a favor del aquí actor, esto por ser lo más
rápido y conveniente para todos. Esto es, hubo una substitución de la persona obligada a otorgar las escrituras y esto fue
un acuerdo voluntario al que llegaron las partes involucradas, convenio que de ninguna forma viola precepto legal alguno
por lo que es válido e incluso así fue reconocido por el propio actor tanto en su escrito de demanda como en la audiencia
de confesión de posiciones. En su demanda ELIMINADO por conducto de su apoderado señaló: 8.- Cabe señalar que la
señora ELIMINADO dijo a mi mandante Arq. ELIMINADO, que para evitar el gasto de dos traslados de Dominio y los
otros impuestos que deben pagarse en una operación de compraventa dos veces, iba a pedir a la señora ELIMINADO
que hiciera directamente la escrituración del terreno a él, a mi poderdante, en lo que hubo conformidad con la finalidad de
que las cosas se hicieran pronto. Es de suponerse que igualmente hubo ese acuerdo entre la señora ELIMINADO y la
señora ELIMINADO, en obvio de tiempos y gastos. Asimismo, en la prueba confesional por posiciones al ser declarado
confeso, el actor aceptó: Que acordó con la señora ELIMINADO que ésta le otorgaría las escrituras correspondientes del
bien señalado en la posición marcada con el número 1, (posición marcada con el número 3 de la cual fue declarado
confeso mediante acuerdo de fecha 11 de noviembre de 2013). Ambas confesiones tienen pleno valor probatorio en
términos de lo dispuesto por los artículos 381 y 383 del Código de Procedimientos Civiles, en virtud que fue hecha por
una persona capaz de obligarse, con pleno conocimiento y sin coacción ni violencia, sobre hechos propios y conforme a
las prescripciones del código, además que la hecha en la demanda no requiere su ratificación ni ser ofrecida como
prueba. Probanzas que como se dijo, corroboran lo expuesto por mi autorizante en cuanto al convenio verbal de las
partes por medio del cual hubo substitución de obligado en el otorgamiento de las escrituras y de donde se desprende la
excepción de falta de legitimación pasiva en la causa, medios de convicción que no fueron valorados por la A quo lo que
hace su sentencia ilegal. Tan es cierto lo expresado que obra en autos el certificado de libertad de gravamen que el
propio actor acompañó a su escrito de demanda, del cual se desprende que el licenciado Agustín Castillo Toro solicitó la
información que en él se contiene con el objeto de otorgar el contrato de compraventa que celebrarán la señora
ELIMINADO como vendedora, y de otra parte, el señor ELIMINADO como comprador, y en cuyo anverso se observa que
obra un primer aviso preventivo de dicha compraventa, documento que al haber sido expedido por un funcionario en
ejercicio de sus funciones –subdirectora del Registro Público de la propiedad y del Comercio-, tiene pleno valor probatorio
en términos de lo dispuesto por el artículo 388 de la Ley Adjetiva Civil. Con dicha probanza se puede concluir no solo la
veracidad de lo afirmado por mi autorizante en cuanto a que hubo una substitución de obligado sino también que se
realizaron actos jurídicos para materializar el convenio verbal celebrado por las partes. Por tales motivos resulta ilegal e
infundado lo determinado por la Juez Octavo Civil toda vez que al estudiar la excepción propuesta por la señora
ELIMINADO se limitó a analizar el contrato de compraventa sin valorar y justipreciar los demás elementos de prueba que
obran en autos, además que no analizó dicha excepción en los términos expuesto sino en un sentido diverso, haciendo
su resolución violatoria al principio de legalidad y exhaustividad de las sentencias, contenido en el artículo 81 de la Ley
Adjetiva Civil. Lo anteriormente expuesto, lo ha interpretado los Tribunales del Poder Judicial de la Federación en la
jurisprudencia por reiteración, del siguiente tenor literal: PRUEBAS, FALTA DE VALORACION DE LAS. ES VIOLATORIO
DE GARANTIAS. Si en el acto reclamado, la responsable dejó de valorar alguna de las pruebas rendidas por una de las
partes, dicha omisión es violatoria del principio de valoración de las pruebas y de la garantía individual de audiencia, si
con tales medios de convicción se pretendían acreditar los elementos de la acción o excepción deducidas en el pleito, por
lo que, lo procedente es conceder el amparo para el efecto de que la autoridad responsable dicte una nueva resolución
subsanando la violación en que incurrió, valorando las cuyo estudio omitió.2 [Énfasis añadido] Así como la tesis de rubro y
texto siguiente: PRUEBAS, LA FALTA DE ESTUDIO DE LAS, RESULTA VIOLATORIA DE GARANTÍAS. La omisión del
examen, así como la falta de expresión de las razones por las cuales se otorga o niega convicción al material probatorio
por el juzgador al momento de emitir una resolución, constituyen vicios que se traducen en violaciones a los artículos 14 y
16 constitucionales, por transgredir el principio de legalidad, dada la falta de motivación de la resolución correspondiente,
ya que las pruebas aportadas por la partes deben ser valoradas de manera razonada, al momento de dictarse la
resolución.3 [Énfasis añadido] Por tanto, al ser una condición de la acción deberá analizarse por sus Señorías la
excepción de falta de legitimación pasiva en la causa a la luz de lo expuesto y lo acreditado en autos, sirve de sustento la
tesis de rubro y texto siguiente: LEGITIMACIÓN EN LA CAUSA. CONSTITUYE UNA CONDICIÓN DE LA ACCIÓN Y NO
UN PRESUPUESTO PROCESAL. Los presupuestos procesales son los requisitos sin los cuales no puede iniciarse ni
tramitarse con eficacia jurídica un proceso. Por ello, se trata de cuestiones de orden público que deben ser analizadas
incluso de oficio por el juzgador, antes de efectuar el estudio del fondo del asunto. Los presupuestos procesales deben
distinguirse de las condiciones de la acción, ya que éstas son necesarias para que el actor obtenga una sentencia
favorable. Entre los presupuestos procesales se encuentran la competencia, la procedencia de la vía, la personalidad y el
litisconsorcio pasivo necesario. En cambio, entre las condiciones de la acción se encuentra la legitimación en la causa,
que consiste en la calidad en virtud de la que una acción o derecho puede ser ejercido, por o contra una persona en
nombre propio. Así, la legitimación en la causa puede ser vista desde dos ángulos: como la identidad de la persona del
actor, con aquel a quien la ley concede la acción (legitimación activa), y como la identidad de la persona del demandado,
con aquella contra la cual es concedida la acción (legitimación pasiva). La legitimación en la causa constituye una
condición de la acción porque únicamente en el supuesto de que se acredite la legitimación del actor y del demandado,
tiene posibilidad de éxito la demanda, pues si falta en una o en otra parte, la demanda tiene que ser desestimada.4 De lo
anterior queda evidenciada la ilegalidad y falta de sustento de la resolución que por este medio se recurre, siendo lo
jurídicamente procedente que sus Señorías, considerando lo argumentado sobre la indebida determinación del A quo de
que mi autorizante sí está legitimada pasivamente en la causa, analicen la excepción propuesta y resuelvan que
ELIMINADO carece de legitimación pasiva y en consecuencia revoque la sentencia dictada por la Juez Octavo Civil y
declaren procedente la excepción planteada y se absuelva a mi autorizante de las prestaciones reclamadas. SEGUNDO:
VIOLACIÓN A LOS ARTÍCULOS 81 Y 83 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES DEL ESTADO, EN RAZÓN DE
QUE AL SER PROCEDENTE LA EXCEPCIÓN DE FALTA DE LEGITIMACIÓN PASIVA EN LA CAUSA NO SE
ENCUENTRAN ACREDITADOS LOS ELEMENTOS DE LA ACCIÓN INTENTADA EN CONTRA DE LA APELANTE. El
artículo 14 del Pacto Federal consagra la garantía de legalidad, misma que obliga al juzgador a decidir las controversias
sometidas a su conocimiento, considerando todos y cada uno de los argumentos aducidos en la demanda, en su
contestación, así como las demás pretensiones deducidas oportunamente en el pleito. A su vez, el artículo 16
Constitucional contiene el derecho fundamental de legalidad, conforme al cual, todo acto de autoridad debe encontrarse
debidamente fundado y motivado, entendiéndose por lo primero la obligación de la autoridad que lo emite, para citar los
preceptos legales, sustantivos y adjetivos, en que se apoye la determinación adoptada; y por lo segundo, que exprese
una serie de razonamientos lógico-jurídicos sobre el por qué consideró que el caso concreto se ajusta a la hipótesis
normativa. En la especie el artículo 81 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, refrenda que las sentencias
deben ser claras, precisas y congruentes con las demandas y las contestaciones y con las demás pretensiones
deducidas oportunamente en el pleito. Bajo estas premisas, mi autorizante estima que la Juez Octavo Civil de esta capital
violó en su perjuicio el principio de legalidad, en relación con el principio de congruencia y exhaustividad de las
resoluciones judiciales. Lo anterior se afirma en razón de que, como ya se dijo, la A QUO estudió de forma indebida la
excepción de falta de legitimación pasiva en la causa propuesta por la señora ELIMINADO basándose para ello en el
simple análisis del contrato de compraventa sin valorar los otros medios de convicción aportados con los que se
demuestran plenamente dicha excepción y por ende que el incumplimiento en el otorgamiento de las escrituras no es
atribuible a ella. En efecto, el A QUO declara improcedente la excepción de falta de legitimación pasiva y en
consecuencia resuelve la procedencia de la acción intentada teniendo por acreditado el elemento de incumplimiento a
cargo de mi autorizante. Sin embargo, la Juez Octavo Civil no estudió ni mucho menos valoró la totalidad de las pruebas
que fueron sometidas a su conocimiento durante el Juicio Extraordinario Civil promovido por mi contraparte y que constan
dentro del expediente. Con las pruebas aportadas y ya referidas en el concepto de disenso que precede, se acreditó en
autos la procedencia de la excepción planteada por mi autorizante por ende, al no ser ella la obligada en otorgar las
escrituras que demanda el actor, no se puede tener por acreditado el tercer elemento de la acción consistente en el
incumplimiento de la parte demanda a su obligación de otorgar la escritura correspondiente a la parte actora. Esto es así
en virtud que, si existe ese incumplimiento no es atribuible a mi mandante pues por acuerdo verbal de las partes se
acordó que dicha obligación sería a cargo de la diversa demandada ELIMINADO –tan es así que el actor también le
reclama a ella el otorgamiento de las escrituras del bien objeto de la compraventa-, por tanto, es indudable que en autos
se acreditó la excepción ya referida y por tanto, el tercer elemento de la acción en contra de la señora ELIMINADO no
está acreditado, por lo que debió absolvérsele de las prestaciones reclamadas en el presente juicio. Por tanto, mi
autorizante sostiene que la determinación que se recurre es infundada, esto debido a que existen dentro del sumario de
origen pruebas suficientes para demostrar la procedencia de la excepción y en consecuencia no se acredita en autos el
incumplimiento en otorgar las escrituras como elemento de la acción atribuible a ella. En ese orden de ideas, es
inconcuso que la sentencia recurrida es violatoria de los artículos 14 y 16 de la Constitución Federal, así como del
Principio de Congruencia de la Resoluciones Judiciales consagrado en el artículo 81 del Código de Procedimientos
Civiles. En razón de lo expresado, y considerando el indebido contenido fundamental y motivacional de la sentencia
dictada por la Juez Octavo Civil en el juicio génesis del presente recurso, lo justo es que sus Señorías revoquen la
sentencia recurrida y se decrete que quedó demostrado en juicio la excepción de falta de legitimación pasiva en la causa
y por ende que se no se acreditó el tercer elemento de la acción consistente en el incumplimiento en otorgar las
escrituras públicas a cargo de ELIMINADO...”.
“1 Octava Época, Registro: 229871. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Tesis Aislada. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación. Tomo II, Segunda Parte-1, Materia(s): Civil. Página: 138.”
“2 No. Registro: 394,900, Jurisprudencia, Materia(s): Común, Octava Época, Instancia: Tribunales
Colegiados de Circuito, Fuente: Apéndice de 1995, Tomo VI, Parte TCC, Tesis: 944, Página: 648, Genealogía:
APENDICE ’95: TESIS 944 PG. 648.”
“3 No. Registro: 188,128, Tesis aislada, Materia(s): Común, Novena Época, Instancia: Tribunales
Colegiados de Circuito, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XIV, Diciembre de 2001, Tesis:
VI.1º.P.28 K, Página: 1787.”
“4 Novena Época, Registro: 163322. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito: Tesis Aislada. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXII, Diciembre de 2010. Materia(s): Civil, Tesis: XV.4º.16 C.
Página: 1777.”
QUINTO. Son fundados los agravios expresados por ELIMINADO.
Previo a dar respuesta a los argumentos de disenso, es pertinente la transcripción de las consideraciones
que sirvieron de base para la concesión del Amparo Directo Civil 678/2014, que textualmente dicen: “…SEXTO.- Es
fundado el concepto de violación que se examinará, atendiendo a la causa de pedir, conforme a la jurisprudencia del
Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de la voz: “CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. PARA QUE SE
ESTUDIEN, BASTA CON EXPRESAR CLARAMENTE EN LA DEMANDA DE GARANTÍAS LA CAUSA DE PEDIR”6. En
efecto, este Primer Tribunal Colegiado considera que le asiste la razón a la quejosa, en cuanto aduce que la
determinación de la Sala responsable referente a que carece de legitimación para ser demandada, es violatoria de su
derecho fundamental de audiencia, porque se le priva de intervenir en un juicio ante un tribunal previamente establecido,
en el que se discute el otorgamiento de la escritura de propiedad de un inmueble respecto del que ella tiene la titularidad.
A fin de corroborar tal aserto, conviene precisar que de lo narrado por el actor en su demanda natural, se desprende lo
siguiente: 1.- La demandada ELIMINADO, ahora inconforme, celebró contrato con reserva de dominio con el organismo
público descentralizado del Gobierno Federal, denominado CORETT, respecto del lote de terreno ELIMINADO, con una
superficie de ELIMINADO, cuya escritura de compraventa se inscribió en el Registro Público de la Propiedad y del
Comercio, bajo el número ELIMINADO, el once de noviembre de mil novecientos noventa y cuatro, habiéndose
cancelado la reserva de dominio mediante inscripción ELIMINADO. 2.- El trece de diciembre de mil novecientos noventa
y cuatro, ELIMINADO, celebró contrato de compraventa respecto del terreno mencionado, con ELIMINADO, por la
cantidad de cuarenta y cuatro mil pesos, mediante un primer pago de veinticuatro mil pesos y cuatro pagos mensuales y
consecutivos de cinco mil pesos, con vencimiento, el primero de ellos, el trece de enero de mil novecientos noventa y
cinco. 3.- El veintiséis de enero de mil novecientos noventa y cinco, ELIMINADO, ostentándose como dueña del predio
aludido, lo vendió al actor, en la cantidad de cincuenta mil pesos, los que el comprador pagó, pues entregó un anticipo de
veintiocho mil pesos y posteriormente hizo dos aportaciones de catorce mil y ocho mil pesos, respectivamente, con lo que
cubrió el total de la operación del acto jurídico. 4.- El contrato de compraventa celebrado entre ELIMINADO y
ELIMINADO, no se formalizó en escritura pública, por lo que esta última le dijo al demandante, que para evitar el gasto
de dos traslados de dominio y los diversos impuestos que debían cubrirse, le iba a solicitar a ELIMINADO, que hiciera
directamente a él la escrituración del terreno, situación con la que el actor estuvo de acuerdo. 5.- El seis de octubre de mil
novecientos noventa y cinco, se inscribió un primer aviso preventivo de compraventa en el Registro Público de la
Propiedad y de Comercio a favor del actor y posteriormente se registró un segundo aviso preventivo. 6.- El siete de mayo
de dos mil doce, el notario público número cinco, solicitó al Registro Público de la Propiedad y de Comercio, un certificado
de libertad de gravámenes del lote de terreno referido y la respuesta a esa petición, fue que la propietaria del inmueble es
ELIMINADO, que se encuentra libre de toda responsabilidad y gravamen, así como que existe un aviso preventivo de
compraventa, en el que la vendedora es dicha persona y el comprador ELIMINADO. Por su parte, de la contestación de
la demandada ELIMINADO, se advierte que: 1.- Aceptó que vendió al actor el inmueble materia del contrato de
compraventa, el que adquirió de ELIMINADO, aunque aclaró que sí era la propietaria del mismo, por lo que no existe
fraude a acreedores. 2.- El contrato de compraventa que celebró con la diversa demandada no se había escriturado, por
lo que decidieron que para evitar dos escrituraciones, ELIMINADO, otorgara directamente la escritura al actor, por lo que
el cumplimiento de la obligación es atribuible a esta persona. A su vez, la diversa demandada ELIMINADO, dijo que: 1.-
El trece de diciembre de mil novecientos noventa y cuatro, celebró contrato de compraventa con su codemandada
ELIMINADO, aclarando que ese acto jurídico no se llevó a cabo ante el notario público número cinco, sino que
únicamente se ratificó el contenido del acuerdo de voluntades ante dicho fedatario.2.- El trece de diciembre de mil
novecientos noventa y cuatro, sólo recibió de ELIMINADO, la cantidad de veinticuatro mil pesos, por concepto de anticipo
del precio de venta pactado, pero que dicha persona no ha cubierto los pagos mensuales por la suma de cinco mil pesos.
3.- El actor manipuló el contenido del documento exhibido como número cinco, específicamente donde aparece escrito a
mano el nombre de “ELIMINADO”, pues resulta inverosímil que esta persona haya plasmado erróneamente su propio
nombre, ya que suponiendo sin conceder, el correcto sería el de ELIMINADO. 4.- En el párrafo quinto del anexo cinco, se
precisó “Así como otorgar la escritura definitiva de compraventa a favor de la compradora, o de quien éste indique una
vez que la ‘Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra’ (CORETT), le haya entregado el título de
propiedad debidamente registrado”, lo que demuestra el engaño del que fue objeto el actor por parte de ELIMINADO, ya
que ésta se obligó a entregar la escritura definitiva a favor del comprador, una vez que CORETT le entregara el título de
propiedad, cuando lo cierto es que dicha persona sabía que tal documento sería entregado a ELIMINADO, por ser con
quien se celebró el contrato de compraventa. 5.- Acordó con su codemandada que se escriturara a favor del actor, pero
con la condición de que esto ocurriera una vez que aquélla le cubriera la suma de veinte mil pesos, conforme al contrato
de compraventa que celebraron el trece de diciembre de mil novecientos noventa y cuatro. 6.- De las manifestaciones del
actor se advierte que el inmueble controvertido continúa siendo propiedad de ella. Ahora bien, los datos relacionados
ponen en evidencia que no existe controversia sobre la celebración del contrato de compraventa entre ELIMINADO con
ELIMINADO, ni tampoco respecto del diverso contrato de compraventa celebrado entre ELIMINADO con el actor
ELIMINADO, habida cuenta que en los escritos de contestación, existe reconocimiento expreso. Lo mismo debe decirse,
respecto al hecho referente a que como el contrato de compraventa celebrado entre ELIMINADO y ELIMINADO, no se
formalizó en escritura pública, se acordó que ELIMINADO, otorgara dicho documento directamente al actor, toda vez que
las partes en juicio aceptaron ese hecho. Por tanto, lo confesado por las partes en torno a los hechos referidos, surte
efectos de confesión plena, en términos del artículo 3837 del Código de Procedimientos Civiles, conforme al cual, la
confesión hecha en la demanda, en la contestación o en cualquier otro acto del juicio, hará prueba plena sin necesidad de
ratificación ni ser ofrecida como prueba. Ahora bien, precisado lo anterior, debe decirse que en la sentencia de primer
grado, se declaró improcedente la excepción de falta de legitimación pasiva opuesta por la demandada ELIMINADO, bajo
los argumentos de que como ésta vendió el inmueble controvertido al actor, es quien resulta obligada a otorgar la
escritura; que no puede surtir efecto el acuerdo verbal a que hizo alusión y que como ELIMINADO, ya no es la propietaria
del bien raíz materia de la litis, no se le puede considerar titular para otorgar la escritura referida. Asimismo, en dicha
resolución de primera instancia, se resolvió que la aquí quejosa carecía de legitimación pasiva, considerando ocioso el
estudio de su contestación, por lo que se le absolvió de las prestaciones reclamadas (fojas 130 a 141). Por su parte, en
relación al recurso de apelación interpuesto por la hoy inconforme, el Tribunal ad quem confirmó la sentencia de primer
grado, por estimar que no tiene legitimación, ya que no intervino en la compraventa celebrada entre ELIMINADO y
ELIMINADO; que el acuerdo verbal invocado por las partes en juicio, referente a que ELIMINADO firmaría la escritura
directamente al actor, no puede obligar a la promovente a formalizar el contrato, ya que la ley es precisa en señalar a la
persona obligada a otorgar el título legal, que de considerar que se vulneró su derecho por guardar el vínculo de
contratante con ELIMINADO, se encontraba en aptitud legal de ejercer en diverso juicio la acción correspondiente, pues
la circunstancia de que el inmueble controvertido esté inscrito a su nombre, es insuficiente para considerar que tiene
interés jurídico. Luego, lo fundado de los conceptos de violación, estriba en que se impide a la quejosa intervenir en un
juicio, por considerar que carece de legitimación pasiva, sin tomar en cuenta si tal legitimación puede resultar de una
causahabiencia con el actor, en su calidad de comprador del inmueble materia de la compraventa, cuyo cumplimiento se
demandó. Efectivamente, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, resolvió, que por regla general el
contrato de compraventa es “de ejecución instantánea”, ya que las prestaciones de las partes se ejecutan en un solo
momento, salvo cuando se celebra con reserva de dominio o se pacta el pago del precio a plazos; que en la compraventa
de ejecución instantánea no hay un acto jurídico en el cual un tercero pueda sustituirse en calidad de causahabiente,
pues sostener lo contrario, implicaría que toda persona que adquiera la propiedad de un bien resultaría ser causahabiente
del primer titular. Las anteriores consideraciones se plasmaron en la jurisprudencia 1a./J. 82/2013 (10a.), registro IUS
2004657, publicada en la página 951, Libro XXV, Octubre de 2013, Tomo 2, Décima Época, del Fuente: Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, que dice: CAUSAHABIENCIA. NO EXISTE ENTRE QUIEN ADQUIERE UN
DERECHO DE PROPIEDAD DEL TITULAR REGISTRAL Y LOS TITULARES REGISTRALES ANTERIORES AL
VENDEDOR, SI SE TRATA DE COMPRAVENTAS DE EJECUCIÓN INSTANTÁNEA, SIN QUE ELLO IMPLIQUE QUE EL
ADQUIRENTE SEA EN AUTOMÁTICO TERCERO DE BUENA FE REGISTRAL. La "causahabiencia" es la sustitución de
la persona de quien directamente emana el negocio jurídico, por otra que queda ligada por los efectos de dicho negocio
como si personalmente hubiese intervenido en la formación de la relación jurídica que le dio origen. Por virtud de la
causahabiencia, el concepto de "parte" de un negocio jurídico se extiende a la persona que sustituye al causante, de
manera que no se le puede tener como tercero, a pesar de no haber intervenido para nada en la celebración del mismo.
En esa tesitura, el causahabiente se integra a la relación jurídica original, por virtud de la cual, una de las partes puede
exigir a la otra el cumplimiento de las obligaciones asumidas. Sin embargo, una vez agotadas las obligaciones asumidas
por las partes, el contrato se termina, debido a que se cumplió con su objeto. De manera que la causahabiencia sólo
puede tener lugar mientras continúa vigente la relación jurídica en la cual el causahabiente se sustituye, puesto que no es
posible que un tercero se integre como parte a un acto jurídico que ha cesado. Ahora bien, el contrato de compraventa es
por regla general "de ejecución instantánea", porque las prestaciones de las partes se ejecutan en un solo momento.
Salvo cuando se celebre con reserva de dominio, o se pacte el pago del precio a plazos, por regla general, las
obligaciones derivadas del contrato de compraventa se agotan en el momento en que la misma se celebra. De manera
que en la compraventa de ejecución instantánea no hay un acto jurídico en el cual un tercero pueda sustituirse en calidad
de causahabiente. Sostener lo contrario, implicaría que toda persona que adquiera la propiedad de un bien resulta ser
causahabiente del primer titular. El causahabiente a título particular se coloca en la situación jurídica que tenía su
causante en relación con un acto jurídico concreto, en el cual lo sustituye, de manera que se integra a una relación
jurídica determinada, para asumir las obligaciones derivadas de esa relación jurídica exclusivamente; mas no puede
atribuírsele la obligación de cumplir con las obligaciones que hayan asumido terceros con quienes no tiene vínculo
jurídico alguno. No obstante, el hecho de que no exista la causahabiencia aducida, y por lo tanto, no se pueda ejercitar
una acción personal, no quiere decir que el tercero adquirente resulte ser, en automático, un tercero de buena fe registral,
puesto que sólo puede tener dicho carácter quien: (a) haya adquirido un derecho real sobre el inmueble de que se trate
de quien aparece como titular registral, por virtud de un acto jurídico que se presuma válido al momento de la adquisición
o de una resolución judicial; (b) haya inscrito en el Registro Público de la Propiedad a su favor el derecho real adquirido;
(c) haya adquirido a título oneroso, entendiendo por tal, que debe existir una proporción razonable entre el valor de la
cosa y el precio o contraprestación pagado por ella; y, (d) siempre y cuando no haya pruebas suficientes de su
conocimiento respecto de los vicios del título de su vendedor, en su caso, o éstos no se desprendan claramente del
propio Registro Público de la Propiedad. Cuestiones que el juzgador debe valorar en cada caso concreto para determinar
si el tercero es de buena fe registral o no, pues la ausencia de buena fe del tercero adquirente no se debe a que sea
causahabiente de los titulares anteriores a su vendedor, sino a que no puede aducir desconocimiento de los vicios de su
título.” En la ejecutoria de la que se originó dicha jurisprudencia (consultable en la página 909, del Libro, Época y
Semanario en consulta), el más alto tribunal de justicia en el País, decidió: 1.- Que si dos personas celebran un contrato
de compraventa, poniéndose de acuerdo en el precio y cosa objeto del contrato, el comprador queda obligado a pagar el
precio acordado, y el vendedor a transmitir la propiedad de la cosa. Quedando ambas partes facultadas para exigir de su
contraparte el cumplimiento de la obligación asumida. 2.- Que una vez agotadas las obligaciones asumidas por las
partes, el contrato se termina, debido a que se cumplió con su objeto. Tomando en cuenta que no queda alguna
obligación pendiente, y por tanto, ningún derecho correlativo para exigir su cumplimiento, el contrato se da por terminado.
3.- Que conforme a lo anterior, la causahabiencia sólo puede tener lugar mientras continúa vigente la relación jurídica en
la cual el causahabiente se sustituye, puesto que si el contrato ha dejado de surtir efectos y se ha dado por terminado, ya
no hay obligaciones que cumplir ni derechos correlativos para exigir su cumplimiento. Esto es, no es posible que un
tercero se integre como parte a un acto jurídico que ha cesado. 4.- Que el contrato de compraventa es por regla general
“de ejecución instantánea”, porque las prestaciones de las partes se ejecutan en un solo momento. Salvo la regla de
excepción, en que la compraventa sea a plazos, por regla general, las obligaciones de las partes se agotan en el
momento en que se celebra. 5.- Que así sucede cuando se adquieren mercaderías para el consumo cotidiano, y también
es muy frecuente en la compraventa de inmuebles. Incluso en los casos de inmuebles adquiridos con créditos
hipotecarios, la compraventa se agota en el momento en que se firma la escritura de compraventa, en cuyo caso, el
comprador adquiere la propiedad del inmueble, y por ello puede hipotecarlo en el mismo acto a favor de su acreedor, y el
vendedor obtiene en ese mismo acto el pago del precio. Lo que se prolonga en el tiempo es el contrato de mutuo que
celebran simultáneamente el propietario del inmueble y el acreedor hipotecario. 6.- Que, salvo en aquellos casos en que
se celebre un contrato de compraventa con reserva de dominio, o se pacte el pago del precio a plazos, por regla general,
las obligaciones derivadas del contrato de compraventa se agotan en el momento en que la misma se celebra. 7.- Que el
causahabiente a título particular se coloca en la situación jurídica que tenía su causante en relación con un acto jurídico
concreto, en el cual lo sustituye, de manera que se integra a una relación jurídica determinada, para asumir las
obligaciones derivadas de esa relación jurídica exclusivamente; mas no puede atribuírsele la obligación de cumplir con
las obligaciones que hayan asumido terceros con quienes no tiene vínculo jurídico alguno. Por tanto, a fin de resolver
sobre la falta de legitimación pasiva de la aquí quejosa, el Tribunal de alzada debe examinar la naturaleza de los
contratos celebrados entre las partes en juicio, para determinar si aquélla se puede surtir por una posible causahabiencia
con el actor, conforme a lo establecido en la jurisprudencia mencionada, que en términos del artículo 2178 de la Ley de
Amparo, es de observancia obligatoria, entre otros, para los tribunales judiciales del orden común de los Estados y del
Distrito Federal. En las relatadas condiciones, procede conceder la protección constitucional solicitada, para el efecto de
que la Sala responsable: 1.- Deje insubsistente la sentencia reclamada. 2.- Pronuncie otra, en la que examine la
naturaleza de los contratos celebrados entre las partes en juicio, a fin de resolver sobre la legitimación pasiva de la aquí
quejosa puede surgir de una causahabiencia con el actor, acorde a la jurisprudencia intitulada “CAUSAHABIENCIA. NO
EXISTE ENTRE QUIEN ADQUIERE UN DERECHO DE PROPIEDAD DEL TITULAR REGISTRAL Y LOS TITULARES
REGISTRALES ANTERIORES AL VENDEDOR, SI SE TRATA DE COMPRAVENTAS DE EJECUCIÓN INSTANTÁNEA,
SIN QUE ELLO IMPLIQUE QUE EL ADQUIRENTE SEA EN AUTOMÁTICO TERCERO DE BUENA FE REGISTRAL.” 3.-
Con plenitud de jurisdicción resuelva la controversia planteada, tomando en cuenta lo decidido en el amparo 679/2014,
con el que el presente juicio se encuentra relacionado. Finalmente, con fundamento en los artículos 192, 193, último
párrafo, 238 y 258 de la Ley de Amparo vigente, se determina que la presente ejecutoria deberá ser cumplida dentro del
término de diez días siguientes a aquel en el que la responsable sea notificada, apercibida que de no hacerlo así sin
causa justificada, se impondrá a su titular una multa de cien días de salario mínimo general vigente en el Distrito Federal,
es decir, $6,729.00 (SEIS MIL SETECIENTOS VEINTINUEVE PESOS 00/100 M.N.), y llegado el caso, este Primer
Tribunal Colegiado remitirá los autos a la Suprema Corte de Justicia de la Nación con proyecto de separación de su
cargo. Cabe decir, que al no estar en presencia de un caso urgente y notorio perjuicio para la parte quejosa, la autoridad
responsable cuenta con el referido término para dar cumplimiento a la sentencia, sin perjuicio de que lo haga de
inmediato. Dado el sentido del presente fallo, se estima innecesario ocuparse de las diversas alegaciones mediante las
que la quejosa se duele de una incorrecta interpretación de los artículos 1669 del Código Civil y 27 del Código de
Procedimientos Civiles, pues las mismas podrán quedar insubsistentes al dictarse la nueva sentencia por parte de la Sala
responsable. Por lo expuesto, fundado y con apoyo además en los artículos 73, 74, 75, 77, 170 y 189 de la Ley de
Amparo y 37, fracción I, inciso c), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación en vigor, se resuelve…”
Como se adelantó, son fundados los argumentos de agravio, en el sentido que no se atendió
adecuadamente lo estatuido por el artículo 81 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, el cual previene: “Las
sentencias deben ser claras, precisas y congruentes con las demandas y las contestaciones y con las demás
pretensiones deducidas oportunamente en el pleito, condenando o absolviendo al demandado, y decidiendo todos los
puntos litigiosos que hayan sido objeto del debate. Cuando éstos hubieren sido varios, se hará el pronunciamiento
correspondiente a cada uno de ellos.”. En efecto, el hecho de que la juzgadora haya determinado improcedente la
excepción de falta de legitimación pasiva, que opuso en el juicio la diversa demandada ELIMINADO, a la aquí
inconforme ELIMINADO, no le permite intervenir en el juicio a defender su derecho; violentando en su contra su
derecho fundamental de audiencia, ya que se le priva de intervenir en juicio, ante un Tribunal previamente
establecido en el que se discute el otorgamiento de la escritura del inmueble respecto en el que ella tiene la
titularidad; pues considerar que la mandante ELIMINADO no es causahabiente del actor, es jurídicamente
inadecuado, por los argumentos siguientes.
Considerando los lineamientos del amparo que se cumplimenta y que tienen como sustento la
Jurisprudencia 1a./J. 82/2013 (10a.), registro IUS 2004657, que conforme al artículo 217 de la Ley de Amparo es de
observancia obligatoria para esta Sala Colegiada, que bajo el rubro dice “CAUSAHABIENCIA. NO EXISTE ENTRE
QUIEN ADQUIERE UN DERECHO DE PROPIEDAD DEL TITULAR REGISTRAL Y LOS TITULARES REGISTRALES
ANTERIORES AL VENDEDOR, SI SE TRATA DE COMPRAVENTAS DE EJECUCIÓN INSTANTÁNEA, SIN QUE ELLO
IMPLIQUE QUE EL ADQUIRENTE SEA EN AUTOMÁTICO TERCERO DE BUENA FE REGISTRAL”, cuyo contenido, por
economía procesal, se da por reproducida como si se insertase a la letra para todos los efectos legales. Precisado lo
anterior, debe decirse que para resolver sobre la falta de legitimación pasiva de ELIMINADO, se procede a examinar la
naturaleza de los contratos privados de compraventa celebrados entre las partes contendientes, con el objeto de
determinar si ELIMINADO es causahabiente del actor, de acuerdo a los lineamientos del amparo y lo establecido en la
jurisprudencia citada, que le permita legitimación para ser demandada y a su vez intervenir en un juicio ante un Tribunal
previamente establecido. Por lo tanto, cabe decir que en el caso que nos ocupa, no existe controversia sobre la
celebración del contrato de compraventa entre ELIMINADO con ELIMINADO, ni tampoco respecto del diverso contrato
de compraventa celebrado entre ELIMINADO con el actor ELIMINADO, habida cuenta que en los escritos de
contestación de demanda vertidos por ELIMINADO y ELIMINADO, existe reconocimiento expreso. Así mismo, debe
decirse, respecto al hecho referente a que como el contrato de compraventa celebrado entre ELIMINADO y ELIMINADO,
no se formalizó en escritura pública, se acordó que ELIMINADO, otorgara la escrituración directamente al actor, toda vez
que las partes en juicio aceptaron ese hecho. Por tanto, lo confesado por las partes en torno a los hechos referidos, surte
efectos de confesión plena, en términos del artículo 383 del Código de Procedimientos Civiles, conforme al cual, la
confesión hecha en la demanda, en la contestación o en cualquier otro acto del juicio, hará prueba plena sin necesidad de
ratificación ni de ser ofrecida como prueba.
Y respecto de la forma y modo en que pactaron las partes, del celebrado entre ELIMINADO y
ELIMINADO, se evidencia que es un contrato privado de compraventa a plazos, pues al momento de la celebración se
entregó la posesión del predio a la compradora y una parte del precio convenido, quedando un saldo pendiente de pagar
en cuatro emisiones; y con relación al contrato celebrado entre ELIMINADO con el actor ELIMINADO, de igual manera, el
comprador sólo entregó una parte del precio, quedando pendiente un saldo.
Ahora bien, tomando en consideración que el contrato privado de compraventa celebrado entre la
demandada ELIMINADO con la diversa demandada ELIMINADO, evidentemente que no se ejecutó debido a que no se
extendió la escritura respectiva; de igual modo ocurrió con el segundo contrato privado de compraventa que ELIMINADO
celebró con el actor ELIMINADO, pues fue celebrado a plazos. De ahí, conforme a los lineamientos del amparo que se
cumplimenta y a la Jurisprudencia citada, la causahabiencia tiene lugar, en primer término, porque aún está vigente la
relación jurídica entre ELIMINADO con ELIMINADO, ya que no se formalizó en escritura pública la compraventa, y el
inmueble materia del contrato citado se encuentra registrado a nombre de ELIMINADO, circunstancia por la cual no ha
dejado de surtir efectos entre ambas contratantes, ni se ha dado por terminado, existiendo obligación de cumplir derechos
correlativos de ese contrato para exigir su cumplimiento. Por lo tanto, no opera la regla general en cuanto a que el
contrato de compraventa haya sido de ejecución instantánea, pues está vigente la relación jurídica, porque las
prestaciones de las partes no se ejecutaron en un solo momento, por haberse celebrado a plazos, no se agotó el contrato
al momento de la celebración. Entonces, la demandada ELIMINADO, se colocó en la situación jurídica a título particular
de ELIMINADO, integrando una relación jurídica que tenía como causante, de asumir las obligaciones derivadas
exclusivamente del acto jurídico que ésta celebró con el actor. Pues el hecho de que ELIMINADO, al transmitir el bien a
través de la compraventa a plazos a ELIMINADO sin haberlo formalizado y a su vez la compradora vende a ELIMINADO;
más aún por haberlo convenido verbalmente entre el actor y las demandadas, evidentemente que se integró la relación
jurídica entre la primera y el último, dando lugar a dar por existente la figura jurídica de la causahabiencia; y
consecuentemente su derecho a comparecer a juicio y su legitimación para ser parte demandada a fin de no
privarla de intervenir en un juicio ante un Tribunal previamente establecido, en el que se discute el otorgamiento
de la escritura de propiedad de un inmueble respecto del que ella tiene la titularidad.
Por tanto, al quedar evidenciado que la sentencia de primer grado apelada vulnera la esfera jurídica de la
aquí inconforme, con fundamento en el artículo 936 del Código de Procedimientos Civiles del Estado esta Alzada debe
sustituirse en la Natural, a efecto de dilucidar sobre la acción de otorgamiento de escritura promovida por ELIMINADO,
en contra de ELIMINADO y ELIMINADO. Para este proceder, sirve de apoyo la Tesis de Jurisprudencia: “Época: Novena
Época Registro: 165887 Instancia: Primera Sala Tipo de Tesis: Jurisprudencia Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta Tomo XXX, Diciembre de 2009 Materia(s): Civil Tesis: 1a./J. 80/2009 Página: 25 APELACIÓN
EN MATERIAS CIVIL Y MERCANTIL. AL NO EXISTIR REENVÍO, EL TRIBUNAL DE ALZADA ESTÁ FACULTADO PARA
REASUMIR JURISDICCIÓN Y PRONUNCIAR LA RESOLUCIÓN CORRESPONDIENTE, AUN CUANDO EL JUZGADOR
NO HAYA RESUELTO LA LITIS EN PRIMERA INSTANCIA. Del contenido de los artículos 1336 del Código de Comercio
y 683 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Sinaloa, se desprende que el recurso de apelación es un
medio de impugnación ordinario por el cual el tribunal de alzada puede confirmar, reformar o revocar las resoluciones
emitidas por el inferior. Respecto a la apelación en materias civil y mercantil, la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
ha establecido la inexistencia del reenvío. Así, se considera que no pueden limitarse las funciones del tribunal de alzada
para reasumir jurisdicción y decidir lo tocante a los puntos litigiosos no resueltos en el fallo que se recurre ante ella, o en
su caso, sustituir íntegramente al juez para pronunciar la resolución que legalmente corresponda, aun cuando no se haya
resuelto la litis en primera instancia. Sin embargo, el tribunal de apelación que advierta, previo al fondo, que existe una
omisión o que no se encuentra satisfecho algún presupuesto procesal, deberá, sin examinar los agravios de fondo,
revocar la sentencia recurrida y ordenar la reposición o regularización del procedimiento en lo que sea necesario en aras
de satisfacer los presupuestos procesales y el debido proceso como condición para el dictado de la sentencia, sin que
ello pueda tomarse como reenvío al no implicar la devolución al inferior para efectos de que asuma de nueva cuenta
jurisdicción sobre aspectos propios de la sentencia definitiva. Contradicción de tesis 48/2009. Entre las sustentadas por el
Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Sexto Circuito, Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Tercer Circuito,
Primer Tribunal Colegiado del Decimosegundo Circuito y Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito.
27 de mayo de 2009. Cinco votos. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Fernando A. Casasola Mendoza. Tesis
de jurisprudencia 80/2009. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de fecha ocho de julio de dos
mil nueve.”
Asimismo, por haberse encontrado a ELIMINADO legitimada pasivamente en la causa para ser
demandada, conforme al artículo 1° del Código de Procedimientos Civiles del Estado que al tenor dice: “El ejercicio de las
acciones civiles requiere: I.- La existencia de un derecho o la necesidad de declararlo, preservarlo o constituirlo; II.- La
violación de un derecho o el desconocimiento de una obligación; III.- La capacidad para ejercitar la acción por sí, o por
legítimo representante; IV.- El interés en el actor para deducirla. Falta el requisito del interés siempre que no pueda
alcanzarse el objeto de una acción, aún suponiendo favorable la sentencia.”; como resultado de la figura de la
causahabiencia con el actor en su calidad de comprador del inmueble cuya escrituración se demanda; es innecesario el
estudio de los demás argumentos planteados en vía de agravio, pues al resultar fundado el señalamiento de disenso
analizado y por ende suficiente para analizar el estudio del fondo del negocio, en sustitución de la Jueza Instructor, en
donde se le tomará en consideración el escrito de contestación de la demanda así como las pruebas que ofertó en el
juicio que presentó ante la Instructor. Sirve de apoyo el criterio siguiente: “Época: Novena Época Registro: 193338
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Tipo de Tesis: Aislada Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta Tomo X, Septiembre de 1999 Materia(s): Común Tesis: III.3o.C.53 K Página: 789 CONCEPTOS DE VIOLACIÓN.
CASO EN EL QUE SI UNO DE ELLOS RESULTA FUNDADO, HACE INNECESARIO EL ESTUDIO DE LOS DEMÁS. Si
uno de los conceptos de violación se estima fundado debido a la incongruencia de la sentencia reclamada, al
haber incurrido la responsable en la omisión de estudiar la totalidad de los agravios expresados por el inconforme,
resulta innecesario hacer el estudio de los restantes conceptos que tienden al fondo del negocio, porque los
mismos serán objeto del estudio que realice la autoridad responsable al emitir el nuevo fallo en cumplimiento de
la ejecutoria de amparo, ya que de hacerlo, la autoridad federal sustituiría a la responsable, lo que no es permitido por
virtud de que los tribunales federales no son revisores de dicha autoridad. Amparo directo 232/99. Mario A. de León
Venegas. 6 de mayo de 1999. Mayoría de votos. Disidente: Jorge Figueroa Cacho. Ponente: María de los Ángeles E.
Chavira Martínez. Secretario: Eugenio Isidro Gerardo Partida Sánchez.”
SEXTO. Los agravios formulados por ELIMINADO, son esencialmente fundados, por los motivos y
consideraciones legales que se expresan.
Al cumplimentar la ejecutoria contenida en el Amparo Directo Civil 679/2014, es pertinente la transcripción
de las consideraciones en que se sustenta la resolución, las que al tenor dicen: “…QUINTO.- Son sustancialmente
fundados los conceptos de violación que se examinarán. En efecto, este Primer Tribunal Colegiado considera que le
asiste la razón a la quejosa, en cuanto aduce que la Sala responsable no estudió exhaustivamente los agravios que hizo
valer al interponer apelación contra la sentencia de primer grado, relacionados con su falta de legitimación pasiva para
ser demandada y con la figura de la causahabiencia. Lo anterior es así, porque en el escrito respectivo, la hoy
inconforme, en lo que interesa dijo: En efecto, específicamente el artículo 27 del Código de Procedimientos Civiles
dispone: “Artículo 27.” (Se transcribe).--- Por su parte el artículo 2214 del Código Civil del Estado establece lo siguiente:
“Artículo 2144.” (Se transcribe).--- De ambos preceptos legales no se concluye que sólo el vendedor sea el obligado a
escriturar, pues la acción de otorgamiento de escrituras no sólo se deriva de un contrato de compraventa ya que no es el
único acto traslativo de dominio que establece nuestro código, por ello la norma habla de obligado y no de vendedor;
aunado a que la obligación no sólo se puede derivar de un contrato sino también de la ley.--- Se afirma lo anterior toda
vez que existen figuras como la causahabiencia, las disposiciones a favor de tercero, la substitución del obligado, cesión
de derechos, etc., de las cuales se deriva que no sólo el obligado primigenio -vendedor-, tiene la obligación de cumplir
sus obligaciones, sobre todo considerando que la acción proforma es una acción personal no real, esto es, persigue a la
persona obligada no al bien, o en este caso al acto traslativo de dominio.--- Ahora bien, y una vez puntualizado lo
anterior, se hace necesario resaltar que la falta de legitimación pasiva en la causa no se funda en que la obligada a
escriturar es la señora María de los Ángeles Leyva Bravo pues de ella adquirió mi autorizante, sino en virtud del convenio
verbal que celebraron las tres partes involucradas en el presente litigio.--- En efecto, ELIMINADO, ELIMINADO y
ELIMINADO acordaron que ésta última sería la persona que otorgaría las escrituras públicas a favor del aquí actor, esto
por ser lo más rápido y conveniente para todos.--- Esto es, hubo una substitución de la persona obligada a otorgar las
escrituras y esto fue un acuerdo voluntario al que llegaron las partes involucradas, convenio que de ninguna forma viola
precepto legal alguno por lo que es válido e incluso así fue reconocido por el propio actor tanto en su escrito de demanda
como en la audiencia de confesión de posiciones.--- En su demanda ELIMINADO por conducto de su apoderado señaló:
--- “8.- Cabe señalar que la señora ELIMINADO dijo a mi mandante ELIMINADO, que para evitar el gasto de dos
traslados de dominio y los otros impuestos que deben pagarse en una operación de compraventa dos veces, iba a pedir a
la señora ELIMINADO que hiciera directamente la escrituración del terreno a él, a mi poderdante, en lo que hubo
conformidad con la finalidad de que las cosas se hicieran pronto. Es de suponerse que igualmente hubo ese acuerdo
entre la señora ELIMINADO y la señora ELIMINADO, en obvio de tiempos y gastos.”.--- Asimismo, en la prueba
confesional por posiciones al ser declarado confeso, el actor aceptó: --- Que acordó con la señora ELIMINADO que ésta
le otorgaría las escrituras correspondientes del bien señalado en la posición marcada con el número 1, (posición marcada
con el número 3 de la cual fue declarado confeso mediante acuerdo de fecha 11 de noviembre de 2013).--- Ambas
confesiones tienen pleno valor probatorio en términos de lo dispuesto por los artículos 381 y 383 del Código de
Procedimientos Civiles, en virtud que fue hecha por una persona capaz de obligarse, con pleno conocimiento y sin
coacción ni violencia, sobre hechos propios y conforme a las prescripciones del código, además que la hecha en la
demanda no requiere su ratificación ni ser ofrecida como prueba.--- Probanzas que como se dijo, corroboran lo expuesto
por mi autorizante en cuanto al convenio verbal de las partes por medio del cual hubo substitución de obligado en el
otorgamiento de las escrituras y de donde se desprende la excepción de falta de legitimación pasiva en la causa, medios
de convicción que no fueron valorados por la a quo lo que hace su sentencia ilegal.--- Tan es cierto lo expresado que
obra en autos el certificado de libertad de gravamen que el propio actor acompañó a su escrito de demanda, del cual se
desprende que el licenciado Agustín Castillo Toro solicitó la información que en él se contiene con el objeto de otorgar el
contrato de compraventa que celebrarán la señora ELIMINADO como vendedora, y de otra parte, el señor ELIMINADO
como comprador, y en cuyo anverso se observa que obra un primer aviso preventivo de dicha compraventa, documento
que al haber sido expedido por un funcionario en ejercicio de sus funciones -subdirectora del Registro Público de la
Propiedad y del Comercio-, tiene pleno valor probatorio en términos de lo dispuesto por el artículo 388 de la Ley Adjetiva
Civil.--- Con dicha probanza se puede concluir no solo la veracidad de lo afirmado por mi autorizante en cuanto a que
hubo una substitución de obligado sino también que se realizaron actos jurídicos para materializar el convenio verbal
celebrado por las partes.--- Por tales motivos resulta ilegal e infundado lo determinado por la Juez Octavo Civil toda vez
que al estudiar la excepción propuesta por la señora ELIMINADO se limitó a analizar el contrato de compraventa sin
valorar y justipreciar los demás elementos de prueba que obran en autos, además que no analizó dicha excepción en los
términos expuesto sino en un sentido diverso, haciendo su resolución violatoria al principio de legalidad y exhaustividad
de las sentencias, contenido en el artículo 81 de la Ley Adjetiva Civil.--- Lo anteriormente expuesto, lo ha interpretado los
Tribunales del Poder Judicial de la Federación en la jurisprudencia por reiteración, del siguiente tenor literal: ---
“PRUEBAS, FALTA DE VALORACION DE LAS. ES VIOLATORIO DE GARANTIAS.” (Se transcribe).--- Así como la tesis
de rubro y texto siguientes: --- “PRUEBAS, LA FALTA DE ESTUDIO DE LAS, RESULTA VIOLATORIA DE GARANTÍAS.”
(Se transcribe).--- Por tanto, al ser una condición de la acción deberá analizarse por sus Señorías la excepción de falta de
legitimación pasiva en la causa a la luz de lo expuesto y lo acreditado en autos, sirve de sustento la tesis de rubro y texto
siguientes: --- “LEGITIMACIÓN EN LA CAUSA. CONSTÍTUYE UNA Condición DE LA ACCIÓN Y NO UN
PRESUPUESTO PROCESAL.” (Se transcribe).--- De lo anterior queda evidenciada la ilegalidad y falta de sustento de la
resolución que por este medio se recurre, siendo lo jurídicamente procedente que sus Señorías, considerando lo
argumentado sobre la indebida determinación del a quo de que mi autorizante sí está legitimada pasivamente en la
causa, analicen la excepción propuesta y resuelvan que ELIMINADO carece de legitimación pasiva y en consecuencia
revoque la sentencia dictada por la Juez Octavo Civil y declaren procedente la excepción planteada y se absuelva a mi
autorizante de las prestaciones reclamadas.” (fojas 11 A 16 del toca de apelación). Al resolver dicho medio de
impugnación, el Tribunal ad quem resolvió: a) Que la ahora inconforme tiene legitimación pasiva para otorgar la escritura
del inmueble que vendió al actor, porque conforme al artículo 1632 del Código Civil, el contrato de compraventa que
celebraron se perfeccionó por el consentimiento expreso de las partes, por lo que aquélla se obligó no solo al
cumplimiento de lo expresado pactado, sino también a sus consecuencias y una de éstas, es el otorgamiento de la
escritura; b) Que de acuerdo al numeral 2082 de la ley sustantiva civil, la venta existe y es obligatoria para las partes por
haber convenido sobre la cosa y su precio, por lo que el derecho o la obligación de obtener y dar forma al contrato, sólo
surge entre los contratantes, debido a que el diverso artículo 1669 del citado ordenamiento legal, consigna que cuando la
voluntad de las partes consta de manera fehaciente, cualquiera de ellas puede exigir que se dé al contrato la forma legal,
acorde a lo dispuesto en el artículo 27 del Código Procesal Civil; c) Que aun y cuando ELIMINADO, aparece como
propietaria del inmueble materia de la compraventa, la obligación de escriturar recae en la hoy promovente del amparo,
por ser una obligación personal que se originó por la segunda venta, sólo respecto del comprador para exigir el
otorgamiento de la escritura; d) Que no era óbice a lo expresado, la existencia del acuerdo verbal referente a que
ELIMINADO, otorgaría la escritura a ELIMINADO, habida cuenta que como no se dio cumplimiento al mismo, se dio inicio
al juicio natural; e) Que mediante la acción ejercida el actor no puede obligar a ELIMINADO, a que le otorgue la escritura
correspondiente, porque entre ellos no existe relación contractual y al momento de celebrar el segundo acuerdo de
voluntades, quien adquirió la obligación fue la segunda vendedora; en sustento de lo que reprodujo la tesis de la voz:
“ACCIÓN PRO FORMA DERIVADA DE LA SEGUNDA COMPRAVENTA PRIVADA DE UN INMUEBLE. DEBE
EJERCITARSE CONTRA EL VENDEDOR QUE TRANSMITIÓ LA PROPIEDAD AL ACTOR, Y NO CONTRA EL PRIMER
ENAJENANTE DE AQUEL QUE APARECE INSCRITO EN EL REGISTRO PÚBLICO.”7 De lo expresado se advierte, que
el Tribunal de apelación omitió dar respuesta frontal a lo que se invocó, en el sentido de que de lo dispuesto por los
artículos 27 del Código Procesal Civil y 2114 del Código Civil, no se desprende que sólo el vendedor sea el obligado a
escriturar, ya que dicha obligación no deriva sólo de un contrato de compraventa, pues por ello se hace referencia a
“obligado” y no a “vendedor”, ya que la obligación también se puede derivar de la ley. Además, se desprende que el
Tribunal ad quem precisó, implícitamente, las razones por las que no existe causahabiencia entre ELIMINADO y el actor
ELIMINADO, pues al respecto decidió (tomando en cuenta los argumentos de la tesis que citó), que aunque la citada
ELIMINADO, aparece como propietaria del inmueble materia de la compraventa, en el Registro Público de la Propiedad y
de Comercio, la obligación de escriturar es de la quejosa por ser una obligación personal que se originó por la segunda
venta, en la que fue precisamente ella quien contrajo obligaciones; sin embargo, su determinación resulta carente de
fundamentación, dado que la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, resolvió, que por regla general
el contrato de compraventa es “de ejecución instantánea”, ya que las prestaciones de las partes se ejecutan en un solo
momento, salvo cuando se celebra con reserva de dominio o se pacta el pago del precio a plazos; que en la compraventa
de ejecución instantánea no hay un acto jurídico en el cual un tercero pueda sustituirse en calidad de causahabiente,
pues sostener lo contrario, implicaría que toda persona que adquiera la propiedad de un bien resultaría ser causahabiente
del primer titular. Las anteriores consideraciones se plasmaron en la jurisprudencia 1a./J. 82/2013 (10a.), registro IUS
2004657, publicada en la página 951, Libro XXV, Octubre de 2013, Tomo 2, Décima Época, del Fuente: Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, que dice: CAUSAHABIENCIA. NO EXISTE ENTRE QUIEN ADQUIERE UN
DERECHO DE PROPIEDAD DEL TITULAR REGISTRAL Y LOS TITULARES REGISTRALES ANTERIORES AL
VENDEDOR, SI SE TRATA DE COMPRAVENTAS DE EJECUCIÓN INSTANTÁNEA, SIN QUE ELLO IMPLIQUE QUE EL
ADQUIRENTE SEA EN AUTOMÁTICO TERCERO DE BUENA FE REGISTRAL. La "causahabiencia" es la sustitución de
la persona de quien directamente emana el negocio jurídico, por otra que queda ligada por los efectos de dicho negocio
como si personalmente hubiese intervenido en la formación de la relación jurídica que le dio origen. Por virtud de la
causahabiencia, el concepto de "parte" de un negocio jurídico se extiende a la persona que sustituye al causante, de
manera que no se le puede tener como tercero, a pesar de no haber intervenido para nada en la celebración del mismo.
En esa tesitura, el causahabiente se integra a la relación jurídica original, por virtud de la cual, una de las partes puede
exigir a la otra el cumplimiento de las obligaciones asumidas. Sin embargo, una vez agotadas las obligaciones asumidas
por las partes, el contrato se termina, debido a que se cumplió con su objeto. De manera que la causahabiencia sólo
puede tener lugar mientras continúa vigente la relación jurídica en la cual el causahabiente se sustituye, puesto que no es
posible que un tercero se integre como parte a un acto jurídico que ha cesado. Ahora bien, el contrato de compraventa es
por regla general "de ejecución instantánea", porque las prestaciones de las partes se ejecutan en un solo momento.
Salvo cuando se celebre con reserva de dominio, o se pacte el pago del precio a plazos, por regla general, las
obligaciones derivadas del contrato de compraventa se agotan en el momento en que la misma se celebra. De manera
que en la compraventa de ejecución instantánea no hay un acto jurídico en el cual un tercero pueda sustituirse en calidad
de causahabiente. Sostener lo contrario, implicaría que toda persona que adquiera la propiedad de un bien resulta ser
causahabiente del primer titular. El causahabiente a título particular se coloca en la situación jurídica que tenía su
causante en relación con un acto jurídico concreto, en el cual lo sustituye, de manera que se integra a una relación
jurídica determinada, para asumir las obligaciones derivadas de esa relación jurídica exclusivamente; mas no puede
atribuírsele la obligación de cumplir con las obligaciones que hayan asumido terceros con quienes no tiene vínculo
jurídico alguno. No obstante, el hecho de que no exista la causahabiencia aducida, y por lo tanto, no se pueda ejercitar
una acción personal, no quiere decir que el tercero adquirente resulte ser, en automático, un tercero de buena fe registral,
puesto que sólo puede tener dicho carácter quien: (a) haya adquirido un derecho real sobre el inmueble de que se trate
de quien aparece como titular registral, por virtud de un acto jurídico que se presuma válido al momento de la adquisición
o de una resolución judicial; (b) haya inscrito en el Registro Público de la Propiedad a su favor el derecho real adquirido;
(c) haya adquirido a título oneroso, entendiendo por tal, que debe existir una proporción razonable entre el valor de la
cosa y el precio o contraprestación pagado por ella; y, (d) siempre y cuando no haya pruebas suficientes de su
conocimiento respecto de los vicios del título de su vendedor, en su caso, o éstos no se desprendan claramente del
propio Registro Público de la Propiedad. Cuestiones que el juzgador debe valorar en cada caso concreto para determinar
si el tercero es de buena fe registral o no, pues la ausencia de buena fe del tercero adquirente no se debe a que sea
causahabiente de los titulares anteriores a su vendedor, sino a que no puede aducir desconocimiento de los vicios de su
título.” En la ejecutoria de la que se originó dicha jurisprudencia (consultable en la página 909, del Libro, Época y
Semanario en consulta), el más alto tribunal de justicia en el País, decidió: 1.- Que si dos personas celebran un contrato
de compraventa, poniéndose de acuerdo en el precio y cosa objeto del contrato, el comprador queda obligado a pagar el
precio acordado, y el vendedor a transmitir la propiedad de la cosa. Quedando ambas partes facultadas para exigir de su
contraparte el cumplimiento de la obligación asumida. 2.- Que una vez agotadas las obligaciones asumidas por las
partes, el contrato se termina, debido a que se cumplió con su objeto. Tomando en cuenta que no queda obligación
alguna pendiente, y por tanto, ningún derecho correlativo para exigir su cumplimiento, el contrato se da por terminado. 3.-
Que conforme a lo anterior, la causahabiencia sólo puede tener lugar mientras continúa vigente la relación jurídica en la
cual el causahabiente se sustituye, puesto que si el contrato ha dejado de surtir efectos y se ha dado por terminado, ya
no hay obligaciones que cumplir ni derechos correlativos para exigir su cumplimiento. Esto es, no es posible que un
tercero se integre como parte a un acto jurídico que ha cesado. 4.- Que el contrato de compraventa es por regla general
“de ejecución instantánea”, porque las prestaciones de las partes se ejecutan en un solo momento. Salvo la regla de
excepción, en que la compraventa sea a plazos, por regla general, las obligaciones de las partes se agotan en el
momento en que se celebra. 5.- Que así sucede cuando se adquieren mercaderías para el consumo cotidiano, y también
es muy frecuente en la compraventa de inmuebles. Incluso en los casos de inmuebles adquiridos con créditos
hipotecarios, la compraventa se agota en el momento en que se firma la escritura de compraventa, en cuyo caso, el
comprador adquiere la propiedad del inmueble, y por ello puede hipotecarlo en el mismo acto a favor de su acreedor, y el
vendedor obtiene en ese mismo acto el pago del precio. Lo que se prolonga en el tiempo es el contrato de mutuo que
celebran simultáneamente el propietario del inmueble y el acreedor hipotecario. 6.- Que, salvo en aquellos casos en que
se celebre un contrato de compraventa con reserva de dominio, o se pacte el pago del precio a plazos, por regla general,
las obligaciones derivadas del contrato de compraventa se agotan en el momento en que la misma se celebra. 7.- Que el
causahabiente a título particular se coloca en la situación jurídica que tenía su causante en relación con un acto jurídico
concreto, en el cual lo sustituye, de manera que se integra a una relación jurídica determinada, para asumir las
obligaciones derivadas de esa relación jurídica exclusivamente; mas no puede atribuírsele la obligación de cumplir con
las obligaciones que hayan asumido terceros con quienes no tiene vínculo jurídico alguno. Por tanto, si el Tribunal de
alzada implícitamente resolvió que no existe causahabiencia entre la demandada ELIMINADO y el actor ELIMINADO, sin
tomar en cuenta la naturaleza de los contratos celebrados entre las partes en juicio, es inconcuso que su determinación
carece de fundamentación, atendiendo a que conforme a lo establecido en el artículo 2178 de la Ley de Amparo, la
jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, funcionando en pleno o en salas, es obligatoria, entre otros,
para los tribunales judiciales del orden común de los Estados y del Distrito Federal. En las relatadas condiciones, procede
conceder la protección constitucional solicitada, para el efecto de que la Sala responsable: 1.- Deje insubsistente la
sentencia reclamada. 2.- Pronuncie otra, en la que conforme a lo decidido en la presente ejecutoria, se pronuncie en
torno a todos los agravios expresados por la ahora quejosa y al resolver lo relativo a la falta de legitimación pasiva de la
aquí quejosa y al tema de la causahabiencia, tome en cuenta la naturaleza de los contratos de compraventa celebrados
por las partes en juicio, conforme a la jurisprudencia intitulada “CAUSAHABIENCIA. NO EXISTE ENTRE QUIEN
ADQUIERE UN DERECHO DE PROPIEDAD DEL TITULAR REGISTRAL Y LOS TITULARES REGISTRALES
ANTERIORES AL VENDEDOR, SI SE TRATA DE COMPRAVENTAS DE EJECUCIÓN INSTANTÁNEA, SIN QUE ELLO
IMPLIQUE QUE EL ADQUIRENTE SEA EN AUTOMÁTICO TERCERO DE BUENA FE REGISTRAL.” 3.- Con plenitud de
jurisdicción resuelva la controversia planteada, tomando en cuenta lo decidido en el amparo 678/2014, con el que el
presente juicio se encuentra relacionado. Finalmente, con fundamento en los artículos 192, 193, último párrafo, 238 y 258
de la Ley de Amparo vigente, se determina que la presente ejecutoria deberá ser cumplida dentro del término de diez
días siguientes a aquel en el que la responsable sea notificada, apercibida que de no hacerlo así sin causa justificada, se
impondrá a su titular una multa de cien días de salario mínimo general vigente en el Distrito Federal, es decir, $6,729.00
(SEIS MIL SETECIENTOS VEINTINUEVE PESOS 00/100 M.N.), y llegado el caso, este Primer Tribunal Colegiado
remitirá los autos a la Suprema Corte de Justicia de la Nación con proyecto de separación de su cargo. Cabe decir, que al
no estar en presencia de un caso urgente y notorio perjuicio para la parte quejosa, la autoridad responsable cuenta con el
referido término para dar cumplimiento a la sentencia, sin perjuicio de que lo haga de inmediato. Dado el sentido del
presente fallo, se estima innecesario ocuparse de las diversas alegaciones mediante las que la quejosa se duele de una
indebida valoración de pruebas, así como las relativas a que de resultar condenada en el juicio natural, sería
materialmente imposible la ejecución de la sentencia., porque no cuenta con las escrituras públicas del inmueble
controvertido, habida cuenta que las mismas dependerán de lo que se resuelva en la sentencia que dicte la responsable
en cumplimiento a la presente ejecutoria…”
De acuerdo a los lineamientos de la ejecutoria a cumplimentar, al resolverse se atiende la Tesis de
Jurisprudencia 1a./J. 82/2013 (10a.), registro IUS 2004657, la cual es de observancia obligatoria conforme al artículo 217
de la Ley de Amparo, que bajo el rubro dice “CAUSAHABIENCIA. NO EXISTE ENTRE QUIEN ADQUIERE UN
DERECHO DE PROPIEDAD DEL TITULAR REGISTRAL Y LOS TITULARES REGISTRALES ANTERIORES AL
VENDEDOR, SI SE TRATA DE COMPRAVENTAS DE EJECUCIÓN INSTANTÁNEA, SIN QUE ELLO IMPLIQUE QUE EL
ADQUIRENTE SEA EN AUTOMÁTICO TERCERO DE BUENA FE REGISTRAL”, la que por economía procesal, se da
por reproducida como si se insertase a la letra para todos los efectos legales.
Ahora bien, los argumentos de disenso formulados por la abogada autorizada de la demandada
apelante ELIMINADO, en los cuales señala que:
* En la resolución impugnada se vulneró el contenido del artículo 81 en relación con el artículo 1°, ambos
del Código de Procedimientos Civiles del Estado, por emitirse la sentencia carente de una debida fundamentación y
motivación.
* Por haberse analizado en forma indebida la figura de legitimación pasiva en la causa de ELIMINADO.
* Por haberse analizado indebidamente el convenio verbal celebrado entre ELIMINADO y ELIMINADO y
ELIMINADO, en cuanto a la obligación de otorgar las escrituras a favor del primero.
* Por no haberse analizado adecuadamente las pruebas existentes en autos, como la confesión a cargo
de ELIMINADO,
* Que son infundadas e ilegales, las consideraciones de la jueza que vertió para determinar que está
legitimada en la causa, porque los artículos que se citan en la resolución, no establecen que el vendedor es el único
obligado a tirar las escrituras públicas.
* Que de los artículos 27 del Código de Procedimientos Civiles y del artículo 2114 del Código Civil del
Estado, no se concluye que sólo el vendedor sea el obligado a escriturar.
* Que la acción de otorgamiento de escrituras no sólo se deriva de un contrato de compraventa, pues no
es el único acto traslativo de dominio que establece el Código Civil, porque la disposición normativa habla de obligado y
no de vendedor, aunado a que la obligación no sólo se puede derivar de un contrato sino también de la ley.
* Que entre otras cuestiones, existe la causahabiencia, las disposiciones a favor de tercero, la
substitución del obligado, cesión de derechos; de ellas deriva, que no sólo el primer vendedor tiene la obligación de
cumplir sus obligaciones, tomando en cuenta que la acción pro forma, es una acción personal no real, porque persigue a
la persona obligada no al bien, en este caso, al acto traslativo de dominio.
* Que la falta de legitimación pasiva en la causa no se funda en que la obligada a escriturar es la señora
ELIMINADO, porque la substitución se funda en que las tres partes celebraron un convenio verbal en cuanto a que la
persona obligada a otorgar las escrituras es ELIMINADO; lo cual no infringe ningún precepto legal.
* Que el actor reconoce expresamente respecto de ese acuerdo verbal y en la prueba confesional por
posiciones, declarado confeso, aceptó que ELIMINADO le otorgaría las escrituras correspondientes; que las confesiones
tienen pleno valor probatorio en términos de lo dispuesto por los artículos 381 y 383 del Código de Procedimientos
Civiles, pues corroboran lo expuesto, de donde se desprende la excepción de falta de legitimación pasiva en la causa
* Que de la información contenida en el certificado de libertad de gravamen que el actor acompañó al
escrito de demanda, en el anverso se observa que obra un primer aviso preventivo referente al contrato de compraventa
celebrado por ELIMINADO como vendedora y ELIMINADO como comprador; documento que tiene pleno valor probatorio
en términos de lo dispuesto por el artículo 388 del Código de Procedimientos Civiles del Estado. Con esa prueba se
demuestra que hubo una substitución de obligado.
* Que la Juez instructor se limitó a analizar el contrato de compraventa sin valorar y justipreciar los demás
elementos de prueba que obran en autos, analizando su excepción en sentido diverso, haciendo su resolución violatoria
al principio de legalidad y exhaustividad de las sentencias, contenido en el artículo 81 del Código de Procedimientos
Civiles del Estado.
* Que por ser una condición de la acción debe analizarse la excepción de falta de legitimación pasiva en
la causa a la luz de lo acreditado en autos.
* Afirma que se vulneran los artículos 81 y 83 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, sostiene
que al ser procedente la excepción de falta de legitimación pasiva en la causa, no se acreditan los elementos de la acción
de otorgamiento de escritura en contra de ELIMINADO.
* Citando como vulnerados en su perjuicio los artículos 14 y 16 de la Constitución y el artículo 81 del
Código de Procedimientos Civiles del Estado, concluyendo que la Jueza estudió de manera indebida la excepción de falta
de legitimación pasiva en la causa propuesta por ELIMINADO, soportándose solo en el análisis del contrato de
compraventa, sin valorar los otros medios de convicción, con los que demuestra dicha excepción; y al no ser ELIMINADO
la obligada a otorgar la escritura que demanda el actor, no está acreditado el tercer elemento de la acción consistente en
el incumplimiento de la parte demandada de otorgar la escritura correspondiente a la parte actora. Que por ello, el
incumplimiento no le es atribuible, por ese acuerdo verbal de que la diversa demandada ELIMINADO era la obligada, por
lo que debió absolvérsele de las prestaciones reclamadas en el presente juicio
En respuesta a los señalamientos de agravio, de acuerdo a los lineamientos del amparo que se
cumplimenta y tomando en consideración el diverso Amparo Directo Civil 678/2014, debe decirse que en el caso no
existe controversia sobre la celebración del contrato de compraventa entre ELIMINADO con ELIMINADO, ni tampoco
respecto del diverso contrato de compraventa celebrado entre ELIMINADO con el actor ELIMINADO, habida cuenta que
en los escritos de contestación, existe el reconocimiento expreso de las partes. Lo mismo debe decirse, respecto al hecho
referente a que como el contrato de compraventa celebrado entre ELIMINADO y ELIMINADO, no se formalizó en
escritura pública, se acordó que ELIMINADO, otorgara dicho documento directamente al actor, toda vez que las partes en
juicio aceptaron ese hecho. Por tanto, lo confesado por las partes en torno a los hechos referidos, surte efectos de
confesión plena, en términos del artículo 383 del Código de Procedimientos Civiles, conforme al cual, la confesión hecha
en la demanda, en la contestación o en cualquier otro acto del juicio, hará prueba plena sin necesidad de ratificación ni
ser ofrecida como prueba.
Por tanto, en observancia a la Tesis de Jurisprudencia citada y conforme a los lineamientos de la
Ejecutoria que se cumplimenta, son totalmente fundados los señalamientos de agravio precisados con antelación, porque
en el caso tiene lugar la figura de la causahabiencia debido a que continúa vigente la relación jurídica originada del primer
contrato celebrado entre ELIMINADO y ELIMINADO, pues no ha dejado de surtir efectos ni se ha dado por terminado,
existiendo derechos correlativos para exigir el cumplimento; cabe decir que en el caso, no opera la regla general "de
ejecución instantánea”, debido a que las prestaciones de las partes no se ejecutaron en un solo momento, pues en el
contrato de compraventa pactaron el pago del precio a plazos estando pendiente la escritura pública; por lo tanto, la
causahabiencia tiene lugar, porque la demandada ELIMINADO, se colocó en la situación jurídica a título particular de
ELIMINADO, la que ésta tenía como causante en relación con el acto jurídico celebrado con el actor ELIMINADO,
integrando una relación jurídica determinada, de asumir las obligaciones derivadas exclusivamente de la misma, es decir
del contrato de compraventa del lote de terreno ELIMINADO; consecuentemente, al ser ELIMINADO la obligada a
otorgar las escrituras del inmueble que se demanda por estar inscrito el mismo a su nombre, la C. ELIMINADO,
carece de legitimación pasiva en la causa para ser demandada.
Así las cosas, considerando que la sentencia apelada vulnera la esfera jurídica de ELIMINADO, este
Tribunal de Alzada debe sustituirse en la Natural, a efecto de dilucidar sobre si procede o no la acción de otorgamiento de
escritura promovida por ELIMINADO, en contra de ELIMINADO y ELIMINADO.
SÉPTIMO. En Sustitución de la Natural, y con fundamento en lo dispuesto por el artículo 936 del Código
de Procedimientos Civiles del Estado, que previene: “El recurso de apelación tiene por objeto que el tribunal de segunda
instancia confirme, revoque o modifique la resolución dictada por el inferior.”; que faculta a esta Alzada, procede a
dilucidar respecto de la acción ejercitada por ELIMINADO.
En el caso que nos ocupa, ELIMINADO, compareció a juicio en ejercicio de lo dispuesto por el artículo 27
del Código de Procedimientos Civiles del Estado, a demandar a ELIMINADO y ELIMINADO, por el otorgamiento y firma
de escritura respecto del lote ELIMINADO, con las medidas y colindancias siguientes: ELIMINADO; con una superficie de
ELIMINADO. Asimismo exigió también el pago de daños y perjuicios ocasionados por no haberse otorgado la escritura en
la fecha cuando se liquidó en su totalidad el monto del precio pactado por el inmueble y el pago de costas y gastos que
se originen por la tramitación del juicio.
La demandada ELIMINADO, compareció a contestar la demanda manifestando no haber dado causa
legal para que se le demandara, señalando como obligada a ELIMINADO a otorgar la escritura correspondiente a favor
de ELIMINADO señalando como cierto lo manifestado por el actor; precisando que acordaron entre las partes que
ELIMINADO le escrituraría directamente al actor ELIMINADO; señalando como falso de que en múltiples ocasiones le
haya reclamado la escrituración. Oponiendo las excepciones y defensas que derivaran de la contestación así como la
falta de legitimación pasiva en la causa.
Por su parte, ELIMINADO, al contestar la demanda instaurada en su contra, negó el derecho de las
prestaciones que le fueron exigidas, oponiendo las excepciones y defensas, falta de acción y falta de derecho, por que su
mandante no celebró ningún contrato de compraventa con el actor; falsedad en la demanda por hacer creer hechos y
manifestaciones de que su poderdante está obligada a escriturar el lote de terreno que en ningún momento adquirió a
través de su representada; obscuridad en la demanda por omitir manifestar la circunstancia de tiempo modo y lugar los
hechos mencionados en los puntos número 5, 8, 10 y 11; sine actione agis negando la demanda por que no le asiste
ningún derecho al actor para reclamar la escrituración. En el capítulo de hechos manifestó esencialmente que:
* En ningún momento su mandante celebró contrato de compraventa con el actor, que no recibió pago
alguno de éste.
* Es falso que ante la fe del Notario Público Número 5 haya celebrado el contrato de compraventa con
ELIMINADO, por que solamente fue ratificado ante el fedatario el contenido íntegro del contrato.
* Que únicamente recibió de ELIMINADO el anticipo por la cantidad de veinticuatro mil pesos.
* Que ELIMINADO ha omitido cubrir los cuatro pagos restantes por la cantidad de cinco mil pesos cada
uno.
* Desconoce el motivo y las circunstancias por las que aparece escrito el nombre de ELIMINADO en el
contrato de compraventa celebrado entre ELIMINADO y ELIMINADO. Que se manipuló el contenido del documento.
* Que la diversa demandada ELIMINADO le debe el resto del saldo del precio pactado en el contrato de
compraventa, por la cantidad de veinte mil pesos.
* Que sí existió acuerdo para que su mandante escriturara a favor de ELIMINADO, con la condición de
que ELIMINADO le cubriera la totalidad de los pagos a que se obligó en el contrato que celebraron ambas.
* Que en los primeros días de octubre de mil novecientos noventa y cinco ante el Notario Público Número
5 el actor ELIMINADO, ELIMINADO y ELIMINADO, ELIMINADO y ELIMINADO; para firmar la escritura pero que el
notario le dijo que no podía escriturar hasta que ELIMINADO le pagara a ELIMINADO la totalidad del precio.
* Por lo que no le asiste el derecho al actor, porque no se le ha cubierto el resto de los pagos, ni llevó a
cabo contrato de compraventa alguno, por que fue ELIMINADO que le vendió el lote de terreno.
La acción de otorgamiento de escritura se encuentra prevista en el artículo 27 del Código de
Procedimientos Civiles del Estado y los elementos a demostrar en términos del artículo 273 de la Codificación Adjetiva
son: a) La existencia del contrato de compraventa; b) El pago total del precio pactado en dicho contrato; y, c) La negativa
del vendedor a otorgar la escritura pública correspondiente.
La demandada ELIMINADO, para acreditar su excepción y defensa de la falta de legitimación, ofreció y
deshogó la confesional a cargo del actor, al que se le declaró confeso de las tres posiciones declaradas procedentes, por
no haber acudido a absolverlas, con esta prueba, se corrobora la existencia del contrato de compraventa celebrado entre
la oferente y el actor; que tenía conocimiento de que a su vez el predio lo adquirió mediante contrato de compraventa que
celebró con ELIMINADO; que acordó con esta última de que le otorgaría la escritura correspondiente del bien
mencionado. Medio de convicción que se le otorga el valor de prueba plena conforme al artículo 383 del Código de
Procedimientos Civiles vigente del Estado.
Por otro lado, la diversa demandada ELIMINADO, para acreditar las excepciones y defensas opuestas,
ofreció prueba confesional a cargo de ELIMINADO, la cual se desahogó absolviendo las posiciones el apoderado legal
ELIMINADO; quien negó los hechos contenidos en las posiciones declaradas procedentes. Por lo tanto, tal prueba no es
eficaz para demostrar las excepciones y defensas que opuso ELIMINADO, al contestar la demanda instaurada en su
contra. Y si bien es cierto que ofreció prueba testimonial, consta la certificación a fojas 103 de los autos que no acudió el
apoderado legal ELIMINADO, ni presentó a los dos testigos que ofreció para acreditar lo expuesto en todos y cada uno
de los puntos de la contestación de la demanda.
Ahora bien, a efecto de evitar repeticiones innecesarias, como la demandada ELIMINADO, hizo suyas las
pruebas documentales que aportó ELIMINADO en el escrito de demanda, se analizarán bajo el siguiente contexto: Con
respecto a la escritura que contiene el contrato de compraventa con reserva de dominio que celebró la Comisión para la
Regularización de la Tenencia de la Tierra (CORETT) con ELIMINADO respecto del lote ELIMINADO con una superficie
de ELIMINADO y las siguientes medidas y colindancias: ELIMINADO. Documento inscrito en el Registro Público de la
Propiedad y de Comercio bajo la Inscripción número ELIMINADO; por lo que se le da el valor de prueba plena conforme
a los artículos 323 fracción I y 388 del Código de Procedimientos Civiles vigente en el Estado.
Consta además copia fotostática certificada de la Subdirectora del Registro Público de la Propiedad de la
constancia de fecha 6 seis de junio de 1995 mil novecientos noventa y cinco, de la anotación marginal, donde se ordena
liberar la reserva de dominio, suscrita por el Delegado Estatal de la Comisión para la Regularización de la tenencia de la
Tierra (CORETT), respecto del inmueble a escriturar.
Contrato de compraventa ratificado ante la presencia del Notario Público Número 5 con ejercicio en esta
Ciudad licenciado Agustín Castillo Toro, celebrado entre ELIMINADO y ELIMINADO; con el cual se corrobora lo
manifestado por las partes en cuanto a la existencia de ese contrato, en el que se pactó la venta del predio descrito como
lote ELIMINADO, estipulándose el precio de N$44,000.00 (Cuarenta y cuatro mil nuevos pesos 00/100 M.N.),
conviniendo a la firma se entregaba la cantidad de N$24,000.00 (Veinticuatro mil nuevos pesos 00/100 M.N.);
obligándose a pagar el resto la suma de N$20,000.00 (Veinte mil nuevos pesos 00/100 M.N.), mediante cuatro pagarés
iguales, mensuales y consecutivos, cada uno de ellos por la cantidad de N$5,000.00 (Cinco mil nuevos pesos
00/100 M.N.), venciendo el primero el día 13 trece de enero de 1995 mil novecientos noventa y cinco; tomando
posesión material a la firma del contrato, obligándose a otorgar la escritura definitiva de compraventa a favor de la
compradora o de quien le indicara; documento que se le da el valor de prueba plena conforme los artículos 331 y 392 del
código de Procedimientos Civiles vigente en el Estado.
En relación del documento glosado a fojas 21 de los autos, consistente en el contrato de compraventa
celebrado entre ELIMINADO en su carácter de comprador y ELIMINADO en su carácter de vendedora del predio descrito
como lote ELIMINADO y con las medidas descritas pactaron el precio en N$50,000.00 (Cincuenta mil nuevos pesos
00/100 M.N.), entregándose a la firma del contrato la cantidad de N$28,000.00 (Veintiocho mil nuevos pesos 00/100
M.N.), quedando pendiente un resto por la cantidad de N$22,000.00 (Veintidós mil nuevos pesos 00/100 M.N.) mediante
un pagaré el día 26 veintiséis de febrero de 1995 mil novecientos noventa y cinco, obligándose la vendedora a
transmitirlo libre de toda responsabilidad y gravamen y responder del saneamiento para el caso de evicción; de otorgar la
escritura definitiva de compraventa a favor del comprador o de quien éste le indique. Documento que fue ratificado ante la
presencia del Notario Público Número 5 licenciado Agustín Castillo Toro, al no haber oposición de las demandadas se le
da el valor de prueba plena de conformidad con los artículos 331 y 392 del Código de Procedimientos Civiles vigente en
el Estado.
Documento privado que obra glosado a fojas 22 de los autos, consistente en un recibo suscrito por
ELIMINADO de fecha 8 ocho de marzo de 1995 mil novecientos noventa y cinco por la cantidad de N$14,000.00 (Catorce
mil nuevos pesos 00/100 M.N.) mediante cheque número 1501164 de Bancomer como parte del precio de un terreno de
ELIMINADO. Al no haber oposición de las partes se le da el valor en términos de los artículo 331 y 392 del Código de
Procedimientos Civiles vigente en el Estado.
Recibo de fecha 8 ocho de abril de 1995 mil novecientos noventa y cinco, glosado a fojas 23 de los autos
por la cantidad de N$8,000.00 (Ocho mil nuevos pesos 00/100 M.N.) por concepto de pago total de la compraventa del
lote ELIMINADO con superficie de ELIMINADO ubicado en ELIMINADO, suscrito por ELIMINADO y por ELIMINADO en
su carácter de vendedora y comprador respectivamente.
Copia fotostática certificada por la Subdirectora del Registro Público de la Propiedad de la Escritura,
antes analizada sacada de su original que obra en esa Oficina Registral bajo la inscripción número ELIMINADO y que
consta de 4 cuatro fojas útiles. Documento que se le da el valor de prueba plena conforme los artículos 323 fracción I y II,
388 del Código de Procedimientos Civiles vigente en el Estado.
Certificado de Libertad de Gravamen expedido el 8 ocho de mayo del 2012 dos mil doce por la
subdirectora del Registro Público de la Propiedad y de comercio del Estado respecto del ELIMINADO ubicado en el
poblado ELIMINADO, haciendo constar la anotación marginal del primer aviso preventivo solicitado por el licenciado
Agustín Castillo Toro respecto de la compraventa , apareciendo como enajenante ELIMINADO y como adquiriente
ELIMINADO. Documento al que se le confiere valor pleno conforme a los artículos 323 fracción II y 388 del Código de
Procedimientos Civiles vigente en el Estado.
De las pruebas documentales analizadas, del enlace del acervo procesal existente en autos, existen los
contratos de compraventa celebrado entre ELIMINADO con ELIMINADO; también el celebrado entre ELIMINADO con
ELIMINADO; respecto del mismo inmueble, demostrados fehacientemente. Lo mismo debe decirse, en relación con el
hecho referente de que el contrato de compraventa celebrado entre ELIMINADO y ELIMINADO no se formalizó en
escritura pública; y como la compradora posteriormente lo vendió a ELIMINADO, acordaron verbalmente que la primera
otorgara dicho documento directamente al actor. La conducta procesal de las partes y las manifestaciones hechas en
torno a los hechos referidos, surte efecto de confesión plena en términos del artículo 383 del Código de Procedimientos
Civiles que previene: “La confesión hecha en la demanda, en la contestación o en cualquier otro acto del juicio, hará
prueba plena sin necesidad de ratificación ni ser ofrecida como prueba.”
De esta forma, los datos relacionados ponen en evidencia que no existe controversia sobre la celebración
del contrato de compraventa entre ELIMINADO con ELIMINADO y que no se formalizó en escritura pública, ni tampoco
se controvierte respecto de la existencia del diverso contrato de compraventa celebrado entre ELIMINADO con el actor
ELIMINADO, habida cuenta que en los escritos de contestación existe reconocimiento expreso, acordándose que
ELIMINADO otorgara la escritura de propiedad del inmueble materia de la compraventa directamente al actor; de lo
confesado por las partes en torno a los hechos referidos, y conforme a lo dispuesto por los artículos 27 del Código de
Procedimientos Civiles del Estado y 2114 del Código Civil vigente se desprende que no sólo el vendedor está obligado a
escriturar, pues dicha obligación no deriva sólo del contrato de compraventa pues por ello se hace referencia al obligado
y no al “vendedor”, ya que la obligación también se puede derivar de la ley; consecuentemente ELIMINADO no tiene
legitimación para ser demandada, por la acción de otorgamiento de escritura, a virtud de las pruebas que han sido
valoradas aunado a que el inmueble cuya escrituración se demanda no está registrado a su nombre. Por otra parte, si
bien por regla general el contrato de compraventa es “de ejecución instantánea”, ya que las prestaciones de las partes se
ejecutan en un solo momento, salvo cuando se celebra con reserva de dominio o se pacta el pago del precio a plazos;
que en la compraventa de ejecución instantánea no hay un acto jurídico en el cual un tercero pueda sustituirse en calidad
de causahabiente, pues sostener lo contrario, implicaría que toda persona que adquiera la propiedad de un bien resultaría
ser causahabiente del primer titular. Las anteriores consideraciones se plasmaron en la jurisprudencia 1a./J. 82/2013
(10a.), registro IUS 2004657, publicada en la página 951, Libro XXV, Octubre de 2013, Tomo 2, Décima Época, del
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, que dice: CAUSAHABIENCIA. NO EXISTE ENTRE QUIEN
ADQUIERE UN DERECHO DE PROPIEDAD DEL TITULAR REGISTRAL Y LOS TITULARES REGISTRALES
ANTERIORES AL VENDEDOR, SI SE TRATA DE COMPRAVENTAS DE EJECUCIÓN INSTANTÁNEA, SIN QUE ELLO
IMPLIQUE QUE EL ADQUIRENTE SEA EN AUTOMÁTICO TERCERO DE BUENA FE REGISTRAL. La "causahabiencia"
es la sustitución de la persona de quien directamente emana el negocio jurídico, por otra que queda ligada por los efectos
de dicho negocio como si personalmente hubiese intervenido en la formación de la relación jurídica que le dio origen. Por
virtud de la causahabiencia, el concepto de "parte" de un negocio jurídico se extiende a la persona que sustituye al
causante, de manera que no se le puede tener como tercero, a pesar de no haber intervenido para nada en la celebración
del mismo. En esa tesitura, el causahabiente se integra a la relación jurídica original, por virtud de la cual, una de las
partes puede exigir a la otra el cumplimiento de las obligaciones asumidas. Sin embargo, una vez agotadas las
obligaciones asumidas por las partes, el contrato se termina, debido a que se cumplió con su objeto. De manera que la
causahabiencia sólo puede tener lugar mientras continúa vigente la relación jurídica en la cual el causahabiente se
sustituye, puesto que no es posible que un tercero se integre como parte a un acto jurídico que ha cesado. Ahora bien, el
contrato de compraventa es por regla general "de ejecución instantánea", porque las prestaciones de las partes se
ejecutan en un solo momento. Salvo cuando se celebre con reserva de dominio, o se pacte el pago del precio a plazos,
por regla general, las obligaciones derivadas del contrato de compraventa se agotan en el momento en que la misma se
celebra. De manera que en la compraventa de ejecución instantánea no hay un acto jurídico en el cual un tercero pueda
sustituirse en calidad de causahabiente. Sostener lo contrario, implicaría que toda persona que adquiera la propiedad de
un bien resulta ser causahabiente del primer titular. El causahabiente a título particular se coloca en la situación jurídica
que tenía su causante en relación con un acto jurídico concreto, en el cual lo sustituye, de manera que se integra a una
relación jurídica determinada, para asumir las obligaciones derivadas de esa relación jurídica exclusivamente; mas no
puede atribuírsele la obligación de cumplir con las obligaciones que hayan asumido terceros con quienes no tiene vínculo
jurídico alguno. No obstante, el hecho de que no exista la causahabiencia aducida, y por lo tanto, no se pueda ejercitar
una acción personal, no quiere decir que el tercero adquirente resulte ser, en automático, un tercero de buena fe registral,
puesto que sólo puede tener dicho carácter quien: (a) haya adquirido un derecho real sobre el inmueble de que se trate
de quien aparece como titular registral, por virtud de un acto jurídico que se presuma válido al momento de la adquisición
o de una resolución judicial; (b) haya inscrito en el Registro Público de la Propiedad a su favor el derecho real adquirido;
(c) haya adquirido a título oneroso, entendiendo por tal, que debe existir una proporción razonable entre el valor de la
cosa y el precio o contraprestación pagado por ella; y, (d) siempre y cuando no haya pruebas suficientes de su
conocimiento respecto de los vicios del título de su vendedor, en su caso, o éstos no se desprendan claramente del
propio Registro Público de la Propiedad. Cuestiones que el juzgador debe valorar en cada caso concreto para determinar
si el tercero es de buena fe registral o no, pues la ausencia de buena fe del tercero adquirente no se debe a que sea
causahabiente de los titulares anteriores a su vendedor, sino a que no puede aducir desconocimiento de los vicios de su
título.” En la ejecutoria de la que se originó dicha jurisprudencia (consultable en la página 909, del Libro, Época y
Semanario en consulta), el más alto tribunal de justicia en el País, decidió: 1.- Que si dos personas celebran un contrato
de compraventa, poniéndose de acuerdo en el precio y cosa objeto del contrato, el comprador queda obligado a pagar el
precio acordado, y el vendedor a transmitir la propiedad de la cosa. Quedando ambas partes facultadas para exigir de su
contraparte el cumplimiento de la obligación asumida. 2.- Que una vez agotadas las obligaciones asumidas por las
partes, el contrato se termina, debido a que se cumplió con su objeto. Tomando en cuenta que no queda alguna
obligación pendiente, y por tanto, ningún derecho correlativo para exigir su cumplimiento, el contrato se da por terminado.
3.- Que conforme a lo anterior, la causahabiencia sólo puede tener lugar mientras continúa vigente la relación jurídica en
la cual el causahabiente se sustituye, puesto que si el contrato ha dejado de surtir efectos y se ha dado por terminado, ya
no hay obligaciones que cumplir ni derechos correlativos para exigir su cumplimiento. Esto es, no es posible que un
tercero se integre como parte a un acto jurídico que ha cesado. 4.- Que el contrato de compraventa es por regla general
“de ejecución instantánea”, porque las prestaciones de las partes se ejecutan en un solo momento. Salvo la regla de
excepción, en que la compraventa sea a plazos, por regla general, las obligaciones de las partes se agotan en el
momento en que se celebra. 5.- Que así sucede cuando se adquieren mercaderías para el consumo cotidiano, y también
es muy frecuente en la compraventa de inmuebles. Incluso en los casos de inmuebles adquiridos con créditos
hipotecarios, la compraventa se agota en el momento en que se firma la escritura de compraventa, en cuyo caso, el
comprador adquiere la propiedad del inmueble, y por ello puede hipotecarlo en el mismo acto a favor de su acreedor, y el
vendedor obtiene en ese mismo acto el pago del precio. Lo que se prolonga en el tiempo es el contrato de mutuo que
celebran simultáneamente el propietario del inmueble y el acreedor hipotecario. 6.- Que, salvo en aquellos casos en que
se celebre un contrato de compraventa con reserva de dominio, o se pacte el pago del precio a plazos, por regla general,
las obligaciones derivadas del contrato de compraventa se agotan en el momento en que la misma se celebra. 7.- Que el
causahabiente a título particular se coloca en la situación jurídica que tenía su causante en relación con un acto jurídico
concreto, en el cual lo sustituye, de manera que se integra a una relación jurídica determinada, para asumir las
obligaciones derivadas de esa relación jurídica exclusivamente; mas no puede atribuírsele la obligación de cumplir con
las obligaciones que hayan asumido terceros con quienes no tiene vínculo jurídico alguno. Entonces, resulta la
causahabiencia de ELIMINADO, con el actor ELIMINADO, en su calidad de comprador del inmueble materia de la
compraventa cuya escrituración se demandó. Por tanto, al tomarse en cuenta la naturaleza de los contratos de
compraventa a plazos, celebrados entre las partes, evidentemente que la obligada a otorgar el título correspondiente le
compete a ELIMINADO, sin que obste que ELIMINADO haya sido quien celebró con el actor el contrato de compraventa
que pretenden formalizar, puesto que las partes acordaron que la titular del derecho registral debía de otorgársela; por
ende evidentemente que, como ya se precisó con antelación, ELIMINADO, carece de legitimación pasiva en la causa,
pues, la obligada a extender el título legal correspondiente que señala el artículo 27 del Código de Procedimientos Civiles
vigente en el Estado, es ELIMINADO.
Del enlace lógico y natural de las pruebas, la demandada ELIMINADO no probó la excepción que opuso
en cuanto a que ELIMINADO no le haya liquidado el resto del saldo del precio pactado en el contrato de compraventa,
pues del contrato se desprende claramente que los pagos se pactaron mediante cuatro pagarés iguales, mensuales y
consecutivos cada uno de ellos por la suma de N$5,000.00 (Cinco mil nuevos pesos 00/100 M.N.), sin que hubiera
aportado medio de convicción alguno para acreditar esa falta de pago. En cambio el actor, con las pruebas documentales
que aportó, en términos del artículo 273 del Código de Procedimientos Civiles vigente en el Estado, acreditó
fehacientemente los elementos de la acción de otorgamiento de escritura, la celebración del contrato de compraventa, el
cumplimiento de pago y la negativa de la demandada a escriturar el inmueble materia de este juicio, pues en la
contestación de la demanda se opuso a otorgar la escritura, no obstante que se había convenido verbalmente de que
ésta le otorgaría la escritura correspondiente a ELIMINADO.
Cabe decir que el actor del juicio exigió como prestación el pago de daños y perjuicios, sin embargo los
medios de prueba analizados en su totalidad, de su enlace lógico, no evidencia que se hubieren ocasionado y menos aún
que el actor ELIMINADO en el escrito de demanda, además de que no los cuantificó, no precisó en qué consistían ni qué
los causó, pues el hecho de que no se haya otorgado la escritura en todo el tiempo que transcurrió desde que adquirió el
predio, por sí mismo no pueden deducirse ni cuantificarse; por tanto, al no haberse probado, no se concede tal
prestación, tomando en consideración que el actor está obligado a probar los hechos constitutivos de su acción, por así
exigirlo taxativamente el artículo 273 del Código de Procedimientos Civiles vigente en el Estado.
Así las cosas, lo que procede en consecuencia es revocar la sentencia impugnada bajo los argumentos y
consideraciones de esta Sala, por encontrarse acreditado que ELIMINADO, probó la acción de otorgamiento de
escrituras ejercitada; procediéndose a condenar a la demandada ELIMINADO, en su carácter de causahabiente, a
otorgar a ELIMINADO la escritura del bien inmueble descrito en la demanda y en el Instrumento base de la acción; y,
declarar la procedencia de la excepción de la falta de legitimación pasiva de ELIMINADO.
Asimismo, con sustento en el artículo 135 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, es
procedente hacer especial pronunciamiento de condena en costas de primera instancia por el trámite del juicio a
ELIMINADO, no así en esta instancia por actualizarse la hipótesis normativa contenida en la fracción II del citado artículo
135 de la Codificación Adjetiva.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO. Los agravios formulados por el apelante ELIMINADO, resultaron fundados.
SEGUNDO. Los agravios expresados por la apelante ELIMINADO, resultaron esencialmente fundados.
TERCERO. Se revoca la sentencia definitiva de fecha 28 veintiocho de enero de 2014 dos mil catorce,
dictada por la Juez Octavo del Ramo Civil de esta capital, dentro del expediente 579/2013, referente al Juicio
Extraordinario Civil por Otorgamiento de Escritura, promovido por ELIMINADO, en contra de ELIMINADO y ELIMINADO,
para quedar como sigue: “...PRIMERO.- Este Juzgado fue competente para conocer del presente juicio. SEGUNDO.- La
parte actora del juicio compareció con personalidad. TERCERO.- La Vía Extraordinaria Civil ejercitada por la parte actora,
fue la correcta. CUARTO.- ELIMINADO, probó los hechos constitutivos de la acción de otorgamiento de escritura, no así
el pago de daños y perjuicios. En tanto que ELIMINADO no probó sus excepciones y defensas. QUINTO.- Por su parte,
ELIMINADO careció de legitimación pasiva en la causa para ser demandada. SEXTO.- Consecuentemente, se condena
a ELIMINADO, al otorgamiento y firma de escritura a favor del actor ELIMINADO, del lote de terreno ELIMINADO
ubicado en ELIMINADO, para ello, previamente, deberá indicar la parte actora ante el Notario Público de su elección.
SÉPTIMO.- Se absuelve a la demandada ELIMINADO, de las prestaciones que le fueron exigidas. OCTAVO.- Se
condena a la demandada ELIMINADO a pagar al actor ELIMINADO, por conducto de su Apoderado General para Pleitos
y Cobranzas ELIMINADO, las costas y gastos por el trámite del juicio, previa regulación que se haga en ejecución de
sentencia. NOVENO.- Se concede a la demandada ELIMINADO el improrrogable término de 5 cinco días para que de
manera voluntaria cumpla con el otorgamiento, apercibida legalmente que en caso de no otorgar la escritura
correspondiente, este Juzgado lo hará en su rebeldía. DÉCIMO.- Notifíquese personalmente...”
CUARTO. No se condena a costas en esta instancia a ninguna de las partes.
QUINTO. Remítase copia certificada de esta sentencia al Primer Tribunal Colegiado del Noveno
Circuito, como constancia del cumplimiento dado a las ejecutorias que pronunció, dentro de los Juicios de
Amparo Directo Civil números 678/2014 y 679/2014, en fecha 13 trece de noviembre de 2014 dos mil catorce.
SEXTO. Con copia certificada de la presente resolución devuélvase el expediente al juzgado de su
procedencia para los fines legales consiguientes, y en su oportunidad, archívese el toca como asunto concluido.
SÉPTIMO. Notifíquese personalmente, comuníquese y cúmplase.
A S Í, por unanimidad de votos lo resolvieron y firman los magistrados licenciados ELIMINADO,
ELIMINADO y ELIMINADO, los dos primeros integrantes de la Cuarta Sala del Supremo Tribunal de Justicia del Estado,
y la última, integrante de la Tercera Sala por excusa de la licenciada ELIMINADO, siendo ponente la primera de los
nombrados, quienes actúan con secretaria de acuerdos licenciada ELIMINADO, quien autoriza y da fe.