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PODER POPULAR. Si algo define al socialismo son dos cosas: 1) la propiedad social de los medios de producción y 2) el poder popular. En cada una de las todavía pocas experiencias socialistas que hemos transitado hasta el momento entre el siglo pasado y comienzos del presente, estos elementos -con sus respectivas particularidades- han estado puestos siempre como puntos prioritarios en la agenda de la construcción de las nuevas sociedades. No otra cosa podría ser en Venezuela también, donde se está edificando un nuevo modelo: el socialismo del siglo XXI. ¿Qué es exactamente el poder popular? Es el poder que emana del pueblo, pero no esa delegación simbólica, aguada y desabrida, de la democracia representativa, donde cada cierto período se cumple con el rito de elegir a supuestos representantes de la voluntad popular. No, en absoluto. El poder popular es el ejercicio efectivo, a través de la organización y la participación real, de la amplia mayoría de un pueblo en la decisión de los asuntos básicos que le conciernen. El poder popular es más, infinitamente más que la atención de los problemas puntuales de una comunidad acotada, el alumbrado público o el adoquinado de un barrio, la resolución de un problema

Poder Popular

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PODER POPULAR.

Si algo define al socialismo son dos cosas: 1) la propiedad social de los medios de producción y 2) el poder popular. 

En cada una de las todavía pocas experiencias socialistas que hemos transitado hasta el momento entre el siglo pasado y comienzos del presente, estos elementos -con sus respectivas particularidades- han estado puestos siempre como puntos prioritarios en la agenda de la construcción de las nuevas sociedades. No otra cosa podría ser en Venezuela también, donde se está edificando un nuevo modelo: el socialismo del siglo XXI. 

¿Qué es exactamente el poder popular? Es el poder que emana del pueblo, pero no esa delegación simbólica, aguada y desabrida, de la democracia representativa, donde cada cierto período se cumple con el rito de elegir a supuestos representantes de la voluntad popular. No, en absoluto. El poder popular es el ejercicio efectivo, a través de la organización y la participación real, de la amplia mayoría de un pueblo en la decisión de los asuntos básicos que le conciernen. El poder popular es más, infinitamente más que la atención de los problemas puntuales de una comunidad acotada, el alumbrado público o el adoquinado de un barrio, la resolución de un problema específico del transporte colectivo de un sector urbano, o la instalación del agua potable o la edificación de una escuela en una comunidad rural. El poder popular es la democracia real, directa, efectiva, participativa del pueblo soberano, no sólo para atender problemas prácticos puntuales sino para definir y controlar la implementación de políticas macro a nivel nacional, e incluso internacional.

No es fácil su puesta en marcha, y las pocas experiencias habidas hasta ahora (los soviets en la Rusia bolchevique, los

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consejos obreros y campesinos chinos, los Comités de Defensa de la Revolución cubanos, etc.) muestran que implica un camino largo, complejo, no exento de dificultades. Pero así se hace el socialismo, hacia una sociedad nueva, libre de explotación, plena de justicia. Y en la República Bolivariana de Venezuela eso mismo está sucediendo hoy. 

La parroquia “23 de Enero”, en la zona oeste de la capital, Caracas, por detrás del palacio presidencial de Miraflores, con una población de 82.000 habitantes, es un sector de la ciudad con una ya larga trayectoria de organización y lucha popular. Ahí, antes que la actual Revolución Bolivariana tomara cuerpo, los fermentos de poder popular ya eran un hecho. Tal como dice Susana Rodríguez, una lidereza histórica del sector: “El “23 de Enero” es un referente histórico como bandera de lucha, como símbolo de la organización de la comunidad. Pero esto fue combatido desde siempre por la derecha, por los grupos de poder que siempre han querido silenciarnos. Por años todo el barrio estuvo ganado en muy buena medida por los narcos. ¿Por qué se instala todo el negocio de los narcos en el 23 de Enero? Eso no fue casual; hay toda una intencionalidad política en la cuestión. Llega para adormecer, para parar toda esa organización que es ya emblemática dentro del barrio, y de la ciudad, y sin dudas del país. La policía perseguía a la comunidad organizada en vez de dedicarse a perseguir a los delincuentes ligados al narcotráfico. Y hasta podría decirse que hay ahí una cierta complicidad. Si bien es muy difícil demostrarlo en forma fehaciente, todo lleva a pensar que el narco entró al barrio para quebrar la lucha popular, la organización. Alguien le dio la luz verde para que entrara”. Pero justamente la organización de base, el verdadero poder popular que aquí siempre se constituyó, logró vencer esa provocación. “El 23 de Enero va a seguir siendo siempre un emblema de lucha popular. Los medios de comunicación de la oposición siempre continuarán viéndonos con un cristal: siempre seguirán viendo al barrio como una mirada mezquina.

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Lo entendemos, porque ahí hay un odio de clase, y el 23 de Enero constituye un emblema dentro de los sectores populares de a quién tienen que odiar más, por ser los más contestatarios. Eso, por supuesto, nos enorgullece, nos honra. ¿Por qué? Pues porque somos un bastión de respuesta. Por ese motivo los medios siempre seguirán con esa forma de vernos. Pero los que estamos desde este lado sabemos muy bien qué queremos y a qué aspiramos, por eso no nos preocupan esos estereotipos. Nos interesa, por el contrario, llevar a cabo un buen trabajo de base en la organización barrial”, agrega otro líder histórico del sector, Alex Mena.

Hoy el tema del poder popular está puesto sobre el tapete a partir de la propuesta de reforma constitucional introducida por el ciudadano presidente Hugo Chávez. A partir de esas reformas, el poder popular va cobrando cada vez más importancia en la dinámica social que se está estableciendo en Venezuela como soporte fundamental de la nueva sociedad y el nuevo Estado socialistas hacia los que se apunta. La experiencia de poder popular gestada desde años atrás en el 23 de Enero (parroquia a la que también pertenece el propio presidente y donde se ubica el batallón donde está inscripto como aspirante al Partido Socialista Unido de Venezuela) es un elemento que no puede dejarse de tener muy en cuenta para avanzar en este tema del poder popular. 

Argenpress dialogó directamente con habitantes de esta parroquia acerca de estos temas buscando ahondar en su comprensión. Su corresponsal en Venezuela, Marcelo Colussi, entrevistó a cuatro miembros del barrio: Carmen Reyes, Yadira Rodríguez, Juan García y Jimmy Durán, vecinos de todas sus vidas del sector, e igualmente todos aspirantes a militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela. 

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Argenpress: Hablemos un poco de la historia del sector. ¿Por qué este barrio es un bastión tradicional de organización y lucha popular? 

Jimmy Durán: Los antecedentes de todo este proceso de organización popular de nuestro barrio se remontan a antes del año 1958. En aquel entonces hacían vida política aquí dos partidos: Acción Democrática (socialdemócratas) y el Comité de Organización Política Electoral Independiente -COPEI- (socialcristianos). Y por ese entonces la figura represiva era llamada Seguridad Nacional, que manejaba todos los aspectos represivos desde la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, entre 1952 y 1958. Por supuesto se controlaban todas las expresiones de izquierda y popular que surgieran. La población comenzó a levantarse contra la figura del dictador, a quien se le decía un “dictador blando”. El se consideraba un nacionalista. Por aquellos años la política dedicada por Estados Unidos para toda el área latinoamericana eran dictaduras que mantuvieran bajo control las protestas sociales. Luego vendrán lo que podría llamarse las “dictatocracias”, una mezcla de dictadura con democracia formal, es decir: dictaduras disfrazadas. Lo que sucede después del 23 de enero de 1958, cuando cae la dictadura de Pérez Jiménez, es un cambio de hombre por hombre, simplemente. No hubo ahí ninguna transformación sustancial. El país quedó endeudado, dado que la mayoría de las grandes obras de infraestructura que emprendió la dictadura fueron hechas por empresas transnacionales. Esta parroquia, lo que ahora se llama “23 de Enero”, se denominaba por aquel entonces “2 de Diciembre”, y en los monobloques vivían únicamente los marines norteamericanos. Todos estos edificios eran viviendas para militares, solamente. Cuando Pérez Jiménez es derrocado y huye del país, el nuevo gobierno que se instala fomenta la inmigración desde el campo hacia la

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ciudad. Pero comienza a venir una cantidad enorme de población, mucho más de lo previsto, y aquí en Caracas se van dando invasiones de las zonas verdes con construcciones no planificadas. Eso fue dividiendo tajantemente la ciudad entre un sector al Este, con las clases más privilegiadas y sectores de clase media, y el Oeste, con los sectores populares más desposeídos. Es decir: ricos contra pobres. Y para ese entonces lo que había sido el sector de vivienda de los marines, ese barrio “2 de Diciembre”, es tomado por el pueblo y se le cambia el nombre por “23 de Enero”, que es la fecha en que el dictador abandona el poder. Es decir que desde siempre este sector, ya con la elección misma de su nombre, es un modelo de lucha, de resistencia popular. Luego, con el cambio de hombre por hombre, todo se fue manejando con esa lógica de la clara diferenciación social: lo ideológico, a través de los medios de comunicación, a través de la educación. Lo económico, con la entrada absoluta de las transnacionales dominando el país a su antojo junto a los grandes empresarios nacionales. Y la represión, por medio de sus organismos de control de la población, como la Policía Metropolitana, la Guardia Nacional, la Policía Política. Todo esto se puede ver en las décadas del 60, 70 y 80, donde la comunidad vive una represión que podríamos decir suave, dado que se vivía esa dictatocracia, esa dictadura disfrazada de democracia. En estos partidos políticos que mencionábamos: Acción Democrática y COPEI, había muchos luchadores de izquierda. Aquellos que no se sintieron identificados con ese cambio de hombre por hombre, tomaron las armas y se fueron a la montaña. Con el presidente Caldera viene la política que llamaron de la pacificación. ¿Pero qué pacificación? Intervinieron las universidades e impusieron un nuevo modelo de educación: educar al hijo del pobre para que obedezca y educar al hijo del rico para que mande. Todo eso va haciendo que varios grupos de la parroquia 23 de Enero comiencen a levantarse con una propuesta de izquierda, en clandestinidad en algunos casos, o abiertamente otros. Había que enfrentar esos gobiernos entreguistas de Acción

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Democrática y de COPEI que se repartían el poder siempre en beneficio de unos pocos y contra las grandes mayorías; así hasta que se inició el proceso con Hugo Chávez a la cabeza. Pero antes de eso, y de alguna manera preparando las condiciones, en 1989 se dio lo que se conoció con el nombre de “El Caracazo”. Fue una reacción de la población que se inicia por el encarecimiento repentino de la vida, con el aumento del precio de la gasolina básicamente. Antes de eso, en 1984, se había dado una gran devaluación de la moneda que se conoció como Viernes Negro. Ahí las condiciones de vida se van deteriorando, y la comunidad comienza a levantarse. Y estalló en el Caracazo, el cual fue fuertemente reprimido, con una gran cantidad de muertos; hubo saqueo de negocios. La consigna del momento era: “el pueblo tiene hambre / saqueo popular”. Todo eso fue un antecedente del proceso que, años después, comenzaría a gestarse con el presidente Chávez. 

Argenpress: ¿Y cómo se organizó el barrio? ¿Cómo se dio esa democracia participativa desde abajo, genuinamente popular? 

Carmen Reyes: Yo soy campesina de origen, y cuando cayó Pérez Jiménez, nosotros emigramos a Caracas. Los pobres, los campesinos, los asalariados, habíamos sufrido ya demasiado. En el caso de mi familia teníamos el sufrimiento en nuestras almas desde el mandato del dictador Juan Vicente Gómez, porque en ese entonces la policía del gobierno a mi madre le mató tres hermanos y seis sobrinos. Esa policía era terrible, lo peor del mundo: no se le podía decir absolutamente nada. El que protestaba lo engrillaban y se lo llevaban a trabajar a la Sabana. Y después aparecían los huesos. Por eso ahora, cuando surge este hombre que es Hugo Rafael Chávez, al pueblo se le abrió la esperanza. Todos vimos ahí una oportunidad para el pueblo, de salir adelante, de ir construyendo poco a poco el beneficio en hermandad, donde todos tengamos por igual.

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Todavía falta trabajar mucho, pero se siente la revolución, está en todas partes: en el cerebro, en el corazón, en el espíritu. Hay gente que aún piensa sólo en cómo se van a beneficiar ellos solos, sin pensar en los demás. Pero ahí vamos, poco a poco, construyendo. No vamos a decir que no hay problemas, que todo está encaminado: pese a que estamos en este proceso de cambio, todavía hay gente que ve cómo pone trabas. Por eso sólo el pueblo, sólo el poder popular es el que podrá sacar adelante al país, a este proceso, para que esto sea un ejemplo para los otros países hermanos que aún viven en la opresión. Ya que esta entrevista la van a ver fuera del país, a todos les digo que tenemos que unirnos, porque de lo que pase en Venezuela dependerá en muy buena medida lo que pase en estos países hermanos. Tenemos que defender y proteger a nuestro líder, porque una revolución sin Chávez, como por ahí algunos andan diciendo, eso no es posible. La revolución es con Chávez porque si no, no hay revolución. Humildemente quiero decir que esta parroquia 23 de Enero es heroica. Y me gustaría que haga saber al mundo a través de esta entrevista que aquí, en Venezuela, estamos viviendo una verdadera democracia. Una revolución no se crea de hoy para mañana, pero unidos todos, vamos a ir para adelante, paso a paso, lento quizá, lento pero sin pausa. Y aunque tome tiempo, lo iremos haciendo: el pueblo unido, trabajando desde abajo -y eso es el verdadero poder popular- seguirá alimentando esta revolución. La revolución no es acercarse a un concejal o a un diputado para ver qué se puede conseguir; no, eso ni es revolución ni es organización popular. Los revolucionarios de verdad estamos con nuestro presidente porque sólo con él tendremos patria, socialismo o muerte. Y seguro que ¡venceremos! 

EL PODER POPULAR: LA REVOLUCIÓN DESDE ABAJO

Siendo el poder popular el que surge desde abajo es fácil constatar que trae consigo los elementos centrales de nuestra nacionalidad: una tradición de lucha y organización, un mestizaje profundo y fecundo que quiere un país de “todas las sangres”, una voluntad indoblegable de asumir la conducción social y estatal en sus manos lo que implica la liberación nacional y social que acabe con la explotación y el subdesarrollo.

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Pero la búsqueda de la identidad nacional pasa por hacer viable una democracia real, donde todos tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades de vida, trabajo, educación y bienestar. La democracia significa la participación firme y decidida en la conducción del país, significa también abrir las potencialidades políticas, económicas y científicas de nuestro pueblo, especialmente de su juventud.

Lo democrático en un país que lucha por su liberación, es en esencia el autogobierno del pueblo. Esa es la diferencia fundamental entre el nuevo poder y el poder de la burguesía. De lo que se trata en definitiva es que las riquezas naturales y los medios de producción pasen a manos del pueblo organizado y se desarrollen planes económicos y sociales a favor del interés popular y mayoritario.

Lo nacional se conjuga con lo democrático y popular, siempre y cuando resulte siendo construcción del pueblo que busca la igualdad, la justicia y la libertad, no en el papel, sino en la praxis social e institucional. Así el nuevo poder popular, buscando la unidad de la diversidad, plantea y concreta un programa de liberación nacional y la construcción de la democracia popular como paso inmediato hacia el socialismo.

EL PODER POPULAR Y LA GUERRA REVOLUCIONARIA DEL PUEBLO

Es menester señalar que una revolución es más profunda, sólida, democrática y popular si es que en ella han participado el pueblo de manera significativa y heroica. 

El poder popular se va construyendo en el componente central de la estrategia de guerra revolucionaria del pueblo, porque constituye el crisol donde el pueblo se forja para sumir la conducción del estado y la sociedad, luego del triunfo revolucionario. También porque es ahí donde se cristaliza la unidad más amplia de los revolucionarios, los demócratas y los progresistas en la lucha contra el imperialismo y la gran burguesía monopólica. 

Cabe decir que la conciencia, organización y las armas harán posible que el pueblo pase de formas reivindicativas de lucha a formas insurreccionales. Es la conjugación de la política y de la ofensiva final y contundente contra el enemigo de clase. 

Para ello, desde hoy, la consigna de “forjar poder popular” debe llevar en su seno la preparación conciente y profunda de las masas para la guerra y su incorporación paulatina y masiva.

También es importante señalar que no hay que confundir al poder popular con bases de apoyo, pues, el poder popular significa la participación masiva del pueblo en las tareas de la guerra propiamente dicha. No se trata del apoyo a la actividad revolucionaria, sino la participación decidida y fecunda para el triunfo popular. 

En resumen, el poder popular es: CONCIENCIA, ORGANIZACIÓN Y ARMAS, sumado a ello la voluntad política de ganar la guerra revolucionaria del pueblo con la participación total.

FORMAS ORGANIZATIVAS DE PODER POPULAR

En la organización del poder popular lo fundamental es el establecimiento de niveles de organización popular que permita su centralización, politización y la resolución de una serie de problemas que enfrenta la comunidad (pueblo, comunidad o caserío) en un contexto de debilitamiento de la presencia del Estado reaccionario.

Organismo Central.- La máxima autoridad es la Asamblea General, en la cual hoy, se busca la participación total en la discusión de los problemas de la comunidad y sus mecanismos para solucionarlos. Asimismo se procede a la elección, previa evaluación, de los dirigentes del poder popular. La característica principal de estas autoridades es que pueden ser revocados de sus cargos en cualquier momento, por decisión de la misma asamblea que los eligió. Las comisiones que se forman para vida al poder popular son:

a) Comisión de Economía y Producción.- Dado que este poder se desarrolla en plena guerra revolucionaria, es preciso que esta comisión desarrolle su política en dos direcciones:1. Promover, ayudar y participar en la elevación niveles de productividad, que les genere una mayor rentabilidad de forma que una parte de los excedentes pasen a manos de las fuerzas militares guerrilleras, principalmente en productos. Este es el paso previo para definir un nuevo enfoque en los precios de comercialización, como son las

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ventas globales o comunales y las compras también globales.2. Paulatinamente ir modificando las relaciones de producción y el régimen de propiedad.

b) Comisión de Justicia.- La característica principal de la Justicia del Estado burgués es que no existe como norma de regulación equitativa en las relaciones humanas. La actitud del poder popular tiene que ser diametralmente opuesta. La justicia del pueblo debe ser omnipotente, en todos los campos y lugares. La lucha contra la delincuencia, la especulación, el acaparamiento, las inmoralidades, los abusos, la corrupción, las mafias de tráfico de la prostitución, la malversación, el narcotráfico, etc. debe ser implacable y justa por parte de esta comisión. También elabora las normas para su real cumplimiento. Es la asamblea la que sanciona su total cumplimiento, incluyendo las sanciones más duras. Ahora, la sanción debe eliminar al potencial enemigo y no crear más enemigos; debe servir para dar vida total al concepto de justicia y no para satisfacer apetitos personales o grupales. También debe pensar en trabajos en beneficios comunal. 

c) Comisión de Seguridad y Autodefensa.- Esta comisión tiene el deber de velar por la seguridad comunal y su defensa del poder popular. Tiene como principal objetivo de lucha contra los soplones, los infiltrados, los delatores y la organización de la defensa territorial de la comunidad. Para lo cual se organiza en tareas de vigías; para avisar la llegada del enemigo; en tareas de autodefensa aérea construyendo refugios antiaéreos o trasladándose a zonas de repliegue; en tareas de hostigamiento y ataque a puestos enemigos, con uso de explosivos y armas que pueden ser usados como trampas; en tareas de vigilancia a potenciales enemigos del poder popular, para buscar su eliminación o neutralización real y efectiva. 

d) Comisión de Educación y Cultura.- Esta comisión propende a desarrollar una política educativa y cultural que enfatice el aprendizaje de las luchas de nuestro pueblo y su capacidad para construir una nueva sociedad desde abajo. Busca elaborar diferentes contenidos educativos para enseñar a los niños de las escuelas revolucionarias. También dar pasos importantes en la alfabetización de los mayores, los materiales orgánicos deben servir para esta tarea. En el aspecto cultural se debe enfatizar la formación de grupos musicales o teatrales que personifiquen la reconquista de nuestras raíces nacionales.

e) Comisión de Política y Propaganda.- Su labor es fundamental en la concientización y politización de la población. Tiene como misión fundamental lograr la adhesión ideológica y política de las masas. La convicción del pueblo por la revolución hace posible que esta sea fuerte y sólida tanto en la construcción como en su defensa. El socialismo como nueva sociedad necesita de los mayores esfuerzos populares para su concreción, por ello la tarea de esta comisión se torna un importante en su acción. La elaboración de folletos, periódicos murales, grabados artesanales, cuadros, canciones, poesía, teatro, radios locales, festivales populares y charlas políticas y populares son las acciones más simples pero efectivas para lograr ganar la mente y los corazones del pueblo que construye su poder popular. Cada lugar debe tener un mimeógrafo artesanal. 

f) Comisión de Servicios.- Esta comisión vela por el funcionamiento efectivo de dos tipos de servicios:1. Infraestructura, como son: locales comunales, escuelas, caminos, acequias, puentes, linderos y terrenos comunales; y,2. Sociales, como: partidas de nacimiento, matrimoniales, defunciones, títulos de propiedad, etc.