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177 Polemica con Julio Cortazar * ..-; Fui amiga personal de Cortdzar; lo admire y lo sigo admirando como escritor; me alegre, con los de mi generacion, cuando optopor el socialismo. Todo lo cual no me impidio disentir con el en una circunstancia his- torica concreta. La muerte de Cortdzar, que foe vivida por mi como algo desoLadoramenteinjusto e irreparable, no me hace arrepentir de esa disension. Creo en la po- lemica y en Lapasion por Las ideas; creo, tambien, que con el enemigo real no se polemiza. Con Pinochet, con VideLa,toda controversiaserla inimaginable (casi resul- ta inimaginable que tengan alguna idea). Por otrapar- te, la ultima vez que Cortdzar estuvo en Buenos Aires modifico sus conceptos sobre lo que habia llamado (ge- nocidio cultural en la Argentina" y nos prometio, a la gente de El Ornitorrinco, un didlogo. Didlogo que no pudo cumplirse: Cortdzar murio dos mesesdespues. II Exilio y literatura En los ultimos tiempos -y segun ciertos en- foques mas emotivos qU,erigurosos- los escritores , • La primera pane de esta polemics se public6 con el titulo "Exilio y lireratura", en El Ornitorrinco N° 7, 1980. La carta personal de Cortazar, la "Carta a una escritora argentina", de Cortazar, y la respuesta a esa carta se pu- blicaron en El Ornitorrinco N° 10, 1980.

Polémica con Julio Cortázar

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    Polemica con Julio Cortazar *

    ..-; Fui amiga personal de Cortdzar; lo admire y losigo admirando como escritor; me alegre, con los de migeneracion, cuando optopor el socialismo. Todo lo cualno me impidio disentir con el en una circunstancia his-torica concreta. La muerte de Cortdzar, que foe vividapor mi como algo desoLadoramenteinjusto e irreparable,no me hace arrepentir de esa disension. Creo en la po-lemica y en Lapasion por Las ideas; creo, tambien, quecon el enemigo real no se polemiza. Con Pinochet, conVideLa,toda controversia serla inimaginable (casi resul-ta inimaginable que tengan alguna idea). Por otra par-te, la ultima vez que Cortdzar estuvo en Buenos Airesmodifico sus conceptos sobre lo que habia llamado (ge-nocidio cultural en la Argentina" y nos prometio, a lagente de El Ornitorrinco, un didlogo. Didlogo que nopudo cumplirse: Cortdzar murio dos mesesdespues.

    II Exilio y literatura

    En los ultimos tiempos -y segun ciertos en-foques mas emotivos qU,erigurosos- los escritores

    , La primera pane de esta polemics se public6 con el titulo "Exilio

    y lireratura", en El Ornitorrinco N 7, 1980. La carta personal de Cortazar, la"Carta a una escritora argentina", de Cortazar, y la respuesta a esa carta se pu-blicaron en El Ornitorrinco N 10, 1980.

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    argentinos damos la impresion de no ser ya indi-viduos diversos, discutibles en tanto escritores, cons-cientemente inmersos 0 no en nuestra realidad; unmilagro ha borrado los matices; hoy somos una es-pecie de abstraccion que cabria dentro de una de estasdos categorias neoplatonicas: radicados en el exterior,10 que equivaldrfa a "condenados fatalmente a vivirlejos de la patria", 0 radicados en.la Argentina, 10 queequivaldrfa a "martires 0 muertos en vida" '. No dis-cuto.que, en muchos casos, la difusion de este esque-ma responda a un proposito de solidaridad intelec-tual. Tampoco discuto que se origine en situacionesindividuales bien concretas. Lo que pongo en duda esque la situacion general del escritor argentino -que,por ejemplo, no es exactamente igual a la del escritorparaguayo 0 chileno; que tiene caracteristicas, proble-mas y salidas propios y que por 10 tanto exige que se10 anal ice en su peculiaridad-, dudo, deda, que esasituacion encaje en el esquema consignado. Y tam-bien pongo en dud a la eficacia historica de erigir rna-

    sivamente en vlctimas a los artistas e intelectuales decualquier pais.

    En primer lugar, esto proporciona una coarta-da y justifica la inaccion: si estamos afuera, el exilicpor sf mismo ya supone una "causa" e implica una"pro testa", ~para que intentar algo mas? Si estamos enel pais, la realidad nos imp one el silencio; nada po-demos hacer, sin contar con que "ya cargamos connuestra cruz" por el simple hecho de estar aca. En se-gundo lugar, este esquema postula implicitamente elcongelamiento de la cultura nacional, su imposibi-lidad absoluta de desarrollarse en -contra- unanueva circunstancia historica y, en consecuencia, deincidir sobre esa circunstancia; en el exterior, la fata-lidad misma del exilio impondda la desvinculacioncon el proceso cultural argentino; en la Argentina, elmedio nos obligaria a la paralisis.

    Un articulo publicado por Julio Cortazar enla revista colombiana Eco (N 205, noviembre de1978) contribuye -no intencionalmente pero de rna-nera decisiva- a este esquema. Que Cortazar sea unode nuestros mayo res escritores y tal vez el mas uni-versalmente querido por nosotros, que su actitud ha-ya sido siempre solidaria con los pueblos de Latino-america, vuelve dignas de atencion sus declaraciones,muchas veces negligentes, sobre nuestra realidad cul-tural. Ya que rio se le puede atribuir mala fe, al menospuede suponersele cierto apresuramiento, una necesi-dad a ultranza de hacer causa comun con los exiliadosaun a riesgo de dar una imagen maniquea de la reali-dad, valiendose de recursos mas pasionales que cien-dficos. Cortazar 10 reconoce: "No tengo ningunaaptitud analitica: me limito aqui a una vision muy

    I Naruralrnenre esta calificaci6n no alcanzaria a los que AbelardoCastillo caraccerizocomo "inreligencia nucleada alrededor de Sur que, aunquealgo raleada por la Decrepitud o la Muerte, es la que hoy vueive a rcpresen-rarnos, junto a Menotri ante el mundo" (Abelardo Castillo, "La decada vacla",El Ornitorrinco, N 6). Mujica Lainez, por ejemplo, parece hallarse en un paisbastante floreciente para las letras, "Esramos allf muy tranquilos (declar6 enEspana, refiriendose a los escritores). Estamos todos: Borges, Sabato. SilvinaOcampo. Bioy Casares. yo, todos los grandes (...). El unico escritor de presri-gio que no esta en la Argentina es Cortazar, que hace veinte anos vive enEuropa." Dejando de lado que par 10 menos dos de los escricores cirados__:'Sabatoy Cowlzar- dificilmenre suscribirJan el espfriru optimista de eseparrafo. y sin poner en discusi6n el indudable valor literario de los escritoresque. segun Mujica Lainez. constiruyen toda la literarura argencilla. vale la penasefialar el criterio elitista y la actirud de jactarse en la propia ignorancia de 10que pasa fuera de la elite, que caracterizarfaa los escritores que se "sienten bien"en epocas culturales como la que estamos viviendo. ,

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    personal, que no pretendo generalizar sino exponercomo simple aporte a un problema de infinitas fa-cetas". Pero pese a este proposito expllcito, Cortazargeneraliza, hace del "de afuera" y del "de adentro" doscondenados sin atenuantes, acomoda la situacion detodos los intelectuales residentes en Latinoarnerica alos requerimientos de su articulo y, con dolor, nosaplasta de un plumazo. .:.. ..- ,

    EI articulo se llama 'America latina: exilio yliterarura", y su inrencion general no solo no es impu-table sino que puede considerarse generosa. Postulaalgo asi como una etica y una estetica del escritor exi-liado; propone la no utilizacion del exilio como disva-lor (mera lamentacion 0 doloroso regodeo en la pro-pia irnpotencia) sino como conversion lucida en unaaccion positiva, en un estfrnulo creador. Que un es-critor use sus palabras para impulsar a otros escritoresa que escriban: eso es 10 que considero un proposirogeneroso. Que para eso se valga de recursos lfrico-demagogicos, que reemplace con retorica 10 que lla-ma falta de "aptitud analitica", no me parece siquierajustificable, sobre todo en alguien que conoce comopocos el valor y el manejo de las palabras.

    Lo primero que vamos a tener en cuenta es elpunto de vista del articulo. Cortazar afirma escribirdesde el exilio, continuamente aporta elementos que10 ubicarian, de manera inapelable, como exiliado:cc me incluyo actualmenre entre los innumerablesprotagonistas de la diaspora. La diferencia esta en quemi exilio solo se ha vuelto forzoso en los ultimos alios(...) Al exilio que podriamos llamar ffsico habria desumarse el ano pasado un exilio cultural (...) Un exi-liado es casi siempre un expulsado, y este no era mi

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    caso hasta hace poco. Quiero aclarar que no he sidoobjeto de ninguna medida oficial, y es muy posibleque si quisiera viajar a la Argentina podrfa entrar enella sin dificultad; 10 que sin duda no podria es volvera salir (...) mi reciente exilio cultural, que corta de untajo el puente que me unia a ~is compat~i~t~ encuanto lectores y criticos de mis libros, ese exilic mso-portablemente amargo para alguien que siempre es-cribio como argentino y amo lo argentino ...". ~Tantaspalabras para demostrar su condicion de exiliado?No bastaba con testimoniar la situacion de los que sidebieron abandonar sus paises? El propio Cortazartuvo la honestidad de declarar alguna vez que el sefue de la Argentina en 1951 porque los altoparlantesperonistas no 10 dejaban escuqhar tranquilo a Barto~.Nunca, hasta ahora, intento justificarse por su condi-cion de exiliado y si algo realmente 10 justifico, paranosotros, fue la obra literaria excepcional que escri-bio, en Paris, pero con lenguaje argentino, y su rna-nera de ir modificando aquella primera concepci6nsobre el ruido y Bartok. Ahora, sin embargo, declaraque su "exilio solo se ha vuelto forzoso en los,ultim~safios", 0 sea, que antes no era forzoso pero SI era exi-lio. ~Exilio? Es valido suponer que al referirse a susprimeros 25 afios pasados en Europa, Cortazar estautilizando el termino "exilic" en sentido poetico, esdecir: nostalgia de la tierra en que transcurrieron lainfancia y la juventud, extrafieza del idioma, extra-neza de las costumbres, etcetera (literalmente, el re-curso no es mas criticable que cualquier otro: unhombre puede sentirse un exiliado mientras caminaentre una multitud en la calle Florida, 0 en medio deuna familia que no 10 comprende; mas melanc6lica-

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    m~nte, y siempre en senti do poetico, hasta se podriaa:umar que todo ser humano es una especie de exi-liado). Tal vez Cortazar quiso decir que de un exilia-do en senrido poerico se convirti6 "en los ultirnosarios" en un exiliado en sentido politico. Pero no 10dice. Hago hincapie en esto porque varios de los rna-lentendidos del articulo se sustentan en el sentido am-bivalenre que se le da al terrnino "exiliado". La'fiostal-~ia del que, voluntariamente 0 no, vive lejos de sutierra y la situacion del que obligadamente ha de-bido marcharse se aluden de la misma manera; las ca-racteristicas de uno y otro se amontonan y asf resultaque to~o aqu~~ escritor que vive lejos de su patria esun escntor exiliado, 10 que 10 convierte a la vez en unnostalgico irremediable y en un expulsado politico.

    Ya refiriendose a los Ultimos afios, Cortazarhabla de su exilio fisico y su exilio cultural. En cuan-to al exi~io fisico, declara que si bien es muy posibleque p.udlera entrar en la Argentina sin dificultad, 10que SIll duda no podria es volver a salir. Creo quelos dos modos adverbiales son un poco excesivos:matematicamente es probable que si Cortazar decidevenir, se presente algun tipo de dificultad, salvable 0no; en CU~to a que "sin duda 10 que no podria ...",ese mecalllsmo de argumentar a priori se parece bas-tante al de la autocensura, algo que siempre hace masdano que la censura misma. Verbigracia: si MariaE~e~aWal~h hu~iera su~uesto ,q~e sin duda su mag-lllftCO articulo ArgentIlla palS-Jardin de infantes"(Diario Clari~, suplemento Cultura y Nacion, agostode 1979) no lba a ser publicado y, por 10 tanto, nohubiera h.echo ningun intento por que se publicara,los argentIllos habriamos perdido algo que hace direc-

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    tamente a nuestra cuestion cultural y a nuestra Iiber-tad. Son los avances que va dando un escritor res-pecto de los limites impuestos, y no. ~a acep~aci6.nprotestona de la fatalidad, 10 que modifica la historiacultural de un pais y, por 10 tanto, la historia. Corta-zar puede elegir 0 no la tentativa de venir, de acuerdoal sentido que Ie otorgue a un posible viaje; 10 queno puede es justificar su no-viaje presuponie~do lainfalibilidad de la derrota, porque eso es estar fijando,tambien, un modelo de conducta.

    En cuanto al exilio cultural, Cortazar 10 fun-damenta en que la publicaci6n de su libro Alguienque anda por ahi solo habria sido autorizada si ,sesuprimlan dos cuentos. Como correspon~e, se .~ego apublicar su libro cercenado, pero ~esta srtuacion al-canza para determinar el exilio cultural de un escr~tor?Arbitrariedades 0 barbaridades como las que cOfiSlgnaCortazar constituyen el ambito en el que, salvo epo-cas excepcionales, han creado y opinado todos losgrandes escritores rebeldes en sus paises: -: no ~s q~eyo, ahora, defienda la censura, la polltlca edlton~antinacional, la prohibici6n de obras y autores Ulll-versalmente reconocidos, la desjerarquizaci6n de lacultura y hasta la franca cerraz6n que debe soportarel sector intelectual -para no hablar de otros sec-tores bastante mas castigados-. Simplemente digoque es esta, y no otra, la situaci6n de nuestros paises,la que pretendemos cambiar tambi~n. con nue~traspalabras. Y que, aun bajo estas cond~clOnes, LatIllo-america viene dando una literatura realmente gran-de, capaz de encontrar un estimulo y lun sentido p~rael acto creador justamente en la hosti'idad del medl~.Y este trabajo continuo por hacer preyalecer la propla

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    concepci6n del mundo hace que un intelectual 0 unartis~a se sienta culturalmenre integrado a su pais;de nmguna manera un exiliado cultural. Hay pocoscasos en que la expresion "exilic cultural" es apropia-da. Unoes el de Leopoldo Marechal, tal vez el masadmirable de nuestros escritores, y Ie pas6 entre losafios 1955 y 1967 sin que hubiera salido nunca de la~gentina. Pero ese silencio que se le impuso ~ sermpuso-s-, esa casi muerte obligada, no tiene nadaqu~ ver con 10 que ocurre con Cortazar, que siguetefi1~ndo absoluta vigencia para nosotros, de quienseguimos comprando libros ya quien hasta tenemosla suerte de leer en los suplemenros culturales de losdiarios, pese a la declaraci6n del propio Cortazar deque su "reciente exilio cultural corta de un tajo elpuente que me unfa a mis compatriotas en cuanto alectores y crlticos de mis libros ...".

    Y aca llegamos a una segunda cuesti6n quevale la pena serialar, la negligencia con que Cortazar,que sf parece haber cortado un tajo con nosotros,sobrevuel~ nuestra realidad cultural. "Y si hay algopeor (escribe), es 10 que podriamos llamar el exiliointerior, puesto que la opresion, la censura y el mie-do en nuestros paises han aplastado in situ muchosj6venes talentos cuyas primeras obras tanto prome-dan. Entre los afios 55 y 70 yo recibia cantidad deIibros y manuscritos de autores argentinos noveles,que me llenaban de esperanza; hoy no se nada deellos, sobre todo de los que siguen en la Argentina."

    5610 me referire a algunas imprecisiones deeste parrafo: 1) Si se Ie preguntara a cualquier escritorargentino in situ, y con un minimo de lucidez, que es10que mas 10 aplasta en la actualidad, probablemente

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    citaria en primer lugar la situaci6n econ6mica. Surespuesta sonaria menos patetica que la enumeraci6nantes consign ada pero se acercaria mas a nuestra rea-lidad y, sobre todo, denunciaria un factor realmenteefectivo de censura y de represion cultural. 2) La cen-sura, en efecto, obstaculiza y reduce la difusi6n deobras literarias, aunque no creo que aplaste la crea-cion literaria; en cuanto ala opresion y el miedo, nosolo nunca han conseguido aplastar la produccionartistica sino que, en general, le han otorgado un sen-tido y hasta han generado nuevas corrientes fo~m~:s.~Que muchas veces retardan y dificultan la difusionde una obra? Cierto. Pero Cortazar no habla de lafalta de exito de los "talentos" sino de su rotundo yfatal aplastamiento. 3) EI ~echo de. que Corta~ar yano reciba tantos libros y manuscntos de escntoresargentinos noveles no indica, necesariamente, que los"jovenes talentos" hayan sido aplastados por nadasino, tal vez, que ya no se les ocurre mandar sus ma-nuscritos a Paris. Puedo intentar una explicacion.En la decada del 60, Cortazar era el acontecimientoliterario mas detonante de la epoca, y tal vez el maspolernico -justamente porque vivia en Paris-. Paralos que ernpezabamos a publicar e~tonces, era ~naespecie de contempora.neo generaclOnal, de a~Illg,oimportante. Un escritor cercano, pese a la leJ~macronologica y Hsica. Para la generacion que emplezaahora, en cambio, es una especie de clasico: muy que-rido y admirado, pero clasico al fin. Ya no se 10 dis-cute; su obra ha decantado sola, y el Cortazar esencialque queda es sin duda un maestro de la n.arrativa,pero no tan proximo como para que a algUlen s~ Ieocurra mandarle un libro primerizo 0 un manuscnto.

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    En cuanto a esos jovenes talentos que en el 55 0 el60 llenaban a Cortazar de esperanza (~Oliveira nodina que 10 "llenaban de hesperanza", Cortazarr), yano son tan jovenes, una parte ha madurado litera-riamente y, con las dificultades ya consignadas, vaconfigurando su obra. Otra parte ill siquiera teniaverdadero talento, Suele suceder, Por otra parte, la de-cada del 60 fue tan brillante, tarreuforica -para "toCiala literatura latinoamericana- que, en cornparacion,otra epoca literaria puede parecer opaca. Con mali cia,tambien se podria preguntar que fue de ese aluvionde obras esplendidas -Cien aiios de soledad, Rayuela,La ciudad y losperros, El siglo de las luces, Las armassecretas, Los fonerales de la Mama Grande, Conuer-sacion en la catedral=- que a los jovenes talentos nosllenaban de esperanza en la decada del 60. Por su-puesto que esa fiesta tenia que ver con un fenomenohistorico que pareda extenderse por toda America.Pero ~que hacemos los escritores, ciertos escritores,cuando el fenorneno se revierte? ~Enmudecemos has-ta que vengan epocas mejores? ~Cambiamos de pais?~Agotamos nuestras palabras en lamentaciones pornosotros mismos? ~O asumimos, por fin, con los ries-gos que implica, el poder modificador que, en epocasmas propicias, solemos asignarle a la literatura?

    La tercera cuestion que quiero seiialar es cier-ta tendencia de Cortazar a generalizar y dramatizarexcesivamente cuando se refiere al exilio de los in-telectuales, y sobre todo, a su propio flamante rol deintelectual exiliado. "Creo que las condiciones estindadas entre nosotros, los escritores exiliados, para su-perar el desgarramiento, el desgarramiento que nosimpbnen las dictaduras (...) EI hecho esti ahi: nos

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    han expulsado de nuestras patrias (sic). En rerrninoscompulsivos y brutales (el exilio) tiene el mismo efec-to que en otros tiempos se buscaba en America latinacon el famoso 'viaje a Europa' de nuestros abuelos ynuestros padres. Lo que ahora se da como forzado eraentonces una decision voluntaria y gozosa (...) Ya nOse trata de aprender de Europa, puesto que induso

    podernos hacerlo lejos de ella (...) se trata sobre todode indagarnos como individuos pertenecientes apueblos latinoamericanos ..." Subitamente, Cortazar

    parece haber olvidado que el hace veintiocho maSque se fue a Paris, que su viaje a Europa no es dema-siado difere~te del que emprendieron "nuestros abue-los y nuestros padres", que no se fue "forzado" sioopor "una decision voluntaria", y que en estos vei.ntio-cho aiios regreso una sola vez en calidad de escntor anuestro pais. Hechos, todos estos, que no desmerecensu obra literaria excepcional ni su opcion afectiva (ya la distancia) por los movimientos progresistas deAmerica latina. Pero 10 desautorizan como latino-americano brutalmente expulsado de su pais en losultirnos mos.

    Creo que Cortazar se ha dejado llevar hasta laexageracion por el valor emotive de las palabras y, amedida que avanzaba en su articulo, se iba olvidandode algo que el mismo planteo al principio: 10 queestaba tratando era "un problema de infinitas face-tas". Si fuera valido el equivalente exiliado-expulsadoque el mismo propone, solo una minima parte de losescritores argentinos en el extranjero entrada dentrode esta categoria. Un enfoque menos desgarrador pe-ro mas realista nos permite ver que el exodo de mU-chos escritores argentinos obedece a razones divers~

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    Entre otras: 1) dificultades economicas y laborales(que, naturalmente, no afectan solo a los escritores),2) un problema editorial grave, que obstaculiza lastareas especificas del escritor, 3) una cuestion de agu-da sensibilidad poerica: sentir que el no puede so-portar 10 que sf soporta el pueblo argentino, 4) labusqueda de una mayor repercusion 0 de una vidamas agradable que esta, 5) la busqueda de un ambit~'de mayor libertad.

    Yes este ultimo punto el unico en que convie-ne detenerse, ya que plantea una cuesrion de fondo.

    La libertad, ~no es el ambito que les corres-ponde a un intelectual, a un creador? ~No es el am-bito que necesitan para desarrollar plenamente supensamienro y su obra artfstica? Sin duda que sf. Lasrestncciones a esa libertad, entonces, ~no son una ra-zO.nsuficiente para que un escritor se sienta obligadoa rrse aun cuando nadie, explicitamente, 10 expulse?Para responder a este interrogante puede considerar-selo segiin dos aspectos: el de la creacion y el del tes-timonio inmediato. En cuanto a la creacion (inde-pendientemente del trarnite posterior, y por supuestoque necesario, de la publicacion), solo el autor pueded~cidir cual es el ambito que necesita para su trabajo.S1le basta con la libertad de su pieza, si necesita unaatmosfera culturallibre, si Ie hace falta ofr su idiornay recorrer su barrio y palpar la realidad de su genre, 0si por el contrario solo a la distancia y a traves de Ianostalgia consigue testimoniar su mundo, esas sonelecciones que, a priori, no son ni buenas ni malas.Turgueniev escribio su obra en Paris y Toistoi nuncasalio de Yasnaia Poliana; Hemingway necesito vivirlos lugares; Cortazar, recordar su Buenos Aires per-

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    sonal desde Paris; Rulfo, quedarse en Mexico. Solosus obras justificaran 0 no estas elecciones. Son elec-ciones egoistas, en el sentido unamuniano, que tie-nen que ver muy poco con el exilio politico; no seexplican sino por la paradojica condicion egoista delacto creador y solo pueden ser juzgadas a partir de laobra que produce esa actitud egoista. Si Gauguinhubiera sido un pinror mediocre, su famoso acto delibertad se habria transformado en una intrascen-den te canallada de entrecasa.

    Algo similar puede aplicarse a la obra de pen-samiento a largo plazo, ala obra cientffica, solo queen ese caso el "ambito propicio" suele consistir enrecursos materiales concretos que, con mucha masfrecuencia que en el caso de la creacion artistica, vuel-ven necesario el exodo.

    En cuanto al aspecto testimonial, en cuanto alejercicio inmediato de la libertad que solo tiene .sen-tido en tanto acnia ahora yaqui sobre los otros, stern-pre esta condicionado por esos otros. En una .is~adesierta yo puedo hacer un ejercicio total de rru li-bertad de expresion, puedo decir mi verdad sobre elmundo tal como la concibo, pero ~para que y paraquien la digo? Y yendo a una situacion menos ex-trema: 2que sentido tiene, para un escritor nacional,testimoniar su verdad si no va a ser lefda por aque-lIos, fundamentalmente sus compatriotas, para quie-nes esa verdad esra destinada? La escrirura comoacto politico necesita el receptor adecuado, no es ungrito en el vacio ni tiene un valor absoluto: su valores circunstancial y, por 10 tanto, debe estar inmersa enla circunstancia sobre la que pre ten de actuar. De mo-do que, en este caso, la busqueda de un ambito de

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    mayor libertad de ninguna manera tendria un carac-ter compulsivo.

    Esto no invalida la eleccion personal de unescritor de irse a vivir adonde le parezca: y muchomenos niega el hecho de escritores que han debidoirse sin posibilidad de eleccion. Simplemente, inten-ta desvirtuar ciertas generalizaciones que nos estantransformando en extrafios para nosotros mismos yque nos imponen una realidad estatica y aplastante.

    No somos heroes ni martires. Ni los de ad. nilos de alIa. El alejamiento, la permanencia en el pro-pio pais, en sf mismos, carecen de valor etico. Los"esfuerzos que los sufridos intelectuales llevan a cabopara mejorar un aspecto de la Argentina" de que ha-bla Marta Lynch en "El duro oficio de ser argentinos"(Clarin, Cultura y Nacion, 2 de agosto de 1979) tam-bien son una bonita generalizacion, una manera re-torica de salvaguardarnos en monton. Se puede ser untraidor adentro 0 afuera, un gran escritor en el propiopais 0 en el extranjero. Se puede asumir una pers-pectiva nacional aun en el exilio y escribir desde latorre de marfil en el propio suelo. Que hizo, que haceun escritor con sus palabras, esa es la cuestion Ultima.

    Ya sabemos que no estamos en el mejor de losmundos. Que muera 0 se silencie un solo hombre,aquf 0 en cualquier lugar del mundo, sin que nadieresponda por su libertad y por su vida, ya es un hechode tanto peso como para que signe cada una de nues-tras palabras y de nuestros actos. Pero no aceptamosque se 10 transforme en nuestro sfmbolo. Porque esoserfa aceptar como sfmbolo la rnuerte. Ya nosotros,aca, nos toea hacer aquello que Cortazar, ahora sf contoda su lucidez de escritor, recomienda a los latino-

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    americanos residentes en Europa: sumergirnos ennuestra situacion y volverla un hecho positivo. Noaceptamos, de Paris, la moda de n~e~tra mu~rte. Es 1avida, nuestra vida, y el deber de vivirla en libertad 10que nos toea defender. Por eso nos quedamos ad, ypor eso escribimos.

    Carta a Liliana Heker

    26 de noviembre, 1980

    Querida Liliana: ,Recibf el articulo y tu carta. AI final me decfs

    que te escriba a 10de tu marna en 1acalle Bulnes, peromuy lilianamente te olvidas de ponerm~ ~1mimero.Sin duda me 10diste en Paris, y yo muy julianamente10perdi, De modo que mando ~st~ co~o una botellaal mar aprovechando una vaga indicacion del proter-vo Ornitorrinco en el sentido de encaminar las cartasa la SADE, horresco reforens. Pero a 10mejor te llega.De todas maneras el texto de mi respuesta se 10 doy aEFE, y las razones las encontraras en e1si te llega, 0 ~ialguna vez te 10hacen llegar desde cualq~ier otro paiSdonde se publique. Como comprenderas, me pare-ceria idiota que EI Ornitorrinco 10publicara, a menosque me engafie totalmente sobre 10 que ocu~r~ enBuenos Aires 2. En fin, creo que en esas pocas pagll1asesto queda sobradamente explicado.

    2 Contra la suposicion de Corrazar, su "Carra a una escritoraargentina" y esta carta personal fueron publicadas en El Omitorrinco.

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    Si tenes algun comentario hde luego me gustarfa . ,que acerme (des-.teria resbalosa y no ,pol~e se que todo esto es rna-cho menos estando prete~ 0 entenderla bien ni mu-te pongo rni nueva ~: le~~sdel ~u.garde los hechos),

    . CCIonpanstna.Saludos a los ornitorri b

    afecto de siempre. ncos en loque, y mi

    ..-,

    Julio

    Carta au na eScrttora argentina

    Querida Liliana Heker ' "literatura" (en EIO . . ,tu artIculo Exilio y

    rnztorrmco Bu Aifebrero de 1980) 11 ,enos res, enero-eva como subn 1 "Pcon Cortazar" Nun h l.d rtu 0 olemica. ca e 0 VI ado "1 ' . "

    emparenta Con "polemos" la que po errnca seresto la palabra .' guerra, y por eso de-por "dialogo". deft prefdlero sustituirla mentalmentebi , ,ono e ru texto d dlen esa es tu inten " e uzco que tam-, . Clon, y que 10 de" 1-' . "mas bIen una ranada del . . ~o r.::mlca es

    tis Ia hibridaci6n p ornlltornnco, SIme permi-, ara que os Ie t ' bsos se relaman 1 . f . . c ores mas elico-as auces antI d 11tirones de cam' clpan 0 SI as rotasISetas y otras de '

    de intelectuales ansios d ;OstraclOnes propiasel gusto, pero desde lu os ~ ver ad. No les daremoslejos el uno del ot egoI uscaremos la verdad, tan

    ro en e espa . drreno comun que I'd CIOpero esde un te-

    , 0 se e sobra .queremos. ' compartlmos y

    Para esto, sin embar 0 hno pareces haber pensad . gl 'h ay un problema que. o. a acer publ"tlcas, me invitas ob . Icas tus cr1-

    Vlamente a responder a traves de

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    EI Ornitorrinco 0 de cualquier organo de prensa ar-gentino. ~Pero que prensa? Ami afirrnacion de sen-tirme dolorosamente separado de mi pueblo en elplano cultural, despues de prohibiciones inequfvo-cas, contestas que exagero puesto que incluso se melee en "los suplementos culturales de diarios". 51, escierto, en la medida en que esos suplementos selec-cionan los textos que les envia la Agencia EFE, a lacual destino tambien esta carta y que distribuye susrnateriales en diversos palses. ~Tehas preguntado quetextos seleccionan esos suplememos? Respuesta: losexdusivamente literarios, cuando en estos ultimostres afios he escrito sobre todo articulos directamentereferidos al estado de cosas en nuestro y nuestrospaises. ~Que satisfacci6n puede tener alguien comovos leyendo un texto mio cuya publicacion dependeexclusivamente de que no contenga una sola lineaque moleste a los dispensadores de la libertad deexpresi6n? En resumen: si quiero que esta respuesta,que EFE va a enviar a esos diarios que todavia mepublican alia, te liegue como carta abierta, tengo queredactarla como vos has redactado tu texto, es decirhablando de todo menos de 10 que pone en marchaese todo. Y pasa que yo no tengo por que escribir aSl,puesto que mis ardculos se publican en muchosotros paises y esa es mi manera de dar a conocer 10mas ampliamente posib1e 10que me parece necesarioy util, y a la vez confiar en su ingreso, por diversasvias, a su destinataria natural que es la Argentina.Curio so cambio de cartas abiertas, como yes, en elque vos evitas hablar de 10 unico que en el fondo meimeresa hablar ami, y yo preveo que mi respuestasolo te llegara un dia indirectamente y no en los

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    I

    :11

    I

    suplementos dominicales de Buenos Aires, a menosque estos te la ofrezcan amablemente recortada adusum delphini.

    Para empezar este imperfecto diaIogo, se meocurre .que no tenias demasiadas criticas que hacer-me; en todo caso, e1 hecho de que apruebes mi puntode vista general sobre e1 exilio de tantos inte1ectualeslatinoamericanos (en el sentido de volverlo afirrnari.vo y combativo, quitandole toda la negatividad queencierra como nocion estereotipada) anula casi total-mente tus discrepancias colaterales; pero me gustariadejar en claro algunas cosas, precisamente para queesa nocion positiva del exilio se de en todos nosotros,aqui y alIa, sin ambiguedades pe1igrosas. Empiezo,muy d.pidamente, por una rectificacion personal: temolesta que yo haya explicado con cierto detalle porque y como me considero un exiliado de la Argen-tina, y pareces creer que he buscado sumarme ahora-despues de tantos afios de vivir en Europa- a losque han debido abandonar mas 0 menos forzosamen-te sus paises. Aunque n las frases que citas quedabien claro que no solamente no me estoy "mandandola parte" de exiliado sino que me fui hace mucho delpais porque me dio lagana, agrego ahora para vos quelas circunstancias actuales me llevan a sentirme tanexiliado como cualquier otro, y que solo en esas con-diciones me he creido y me creo con derecho a ha-blarles a mis coexiliados de toda America latina parainvitarlos a una lucha positiva y no a la usual nos-talgia llorona. No solamente no reclamo una anti-guedad injustificada en este triste empleo, sino queen muchas entrevistas, que desde luego no conocespor las razones ut supra, he insistido ~n la no cion para

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    mf compulsiva del exilio, y por 10 tanto en.~u~ no erapara nada mi caso; si en el articulo que cnncas se mefue eso de que el exilio "solo se me ha. vueIt~ forzosoen los ultimos aiios", lamento la patinada involun-taria y dejo definitivamente en claro q~e j~as fui n~me cref un exiliado hasta eso que mas arnba ll~e"circunstancias actuales", concretamente el golpe rru-litar del 76 y la censura subsiguiente, expresa.o taci-ta, que imp ide cosas como la publicacio~ de.parte demis textos de la misma manera que te impide avosahondar explicitamente en las causas fundamentale~del exilio. En cuanto a que consideres exagerada rruafirmacion de que salir de la Argentina me serla masdiflcil que entrar, lamento que hayas ~asado ~or altola fecha en que se publico esa afirrnacion, a fines del78 cuando la escalada de latortura, los asesinatos y

    , I

    las desapariciones llegaba a su pu~t~ mas m~nstruo-so. Ya se que ahora, mientras escribias tu articulo, ~apaz del cementerio deja crecer poco a poco !os pasn-tos del olvido, y que casi seguramente nadie se me-terfa conmigo en la Argentina a pesar de vi~jas cuen-tas por cobrar, la del Tribunal Russell, por ejemplo, ypara de contar. .

    Estas acIaraciones personales eran necesanasaunque sin importancia esencial; 10 impor~an~e. meparece la tremenda contradiccion entre el pnnClplO yel final de tu articulo. Hacia el final te alegras de queyo haya tornado partido por un~ ~inamica -~ar~ ~f10 mas belicosa posible- del eXllIo; pero al pnnclplome acusas de contribuir directa 0 indirectamente auna division abstracta y mortecina entre exiliados enel exterior, "condenados fatalmente a vivir lejos de lapatria", y exiliados en la Argentina, 0 sea, "martires 0

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    muertos en vida". Bueno, si esto fuera asi, me pre-gunto para que diablos andariamos yo y muchosotros removiendo el hormiguero si no hay mas quemartires 0 condenados que remover. Precisamente, eltemor de que estos destinos puedan pegarse como eti-quetas prefabricadas (por la Casa Rosada) en la espal-da de los exiliados es la raz6n que nos lleva a mpchosa decirle a la junta por todos los medios a nuestroalcance que el tiro del exilio le ha salido por la cula-ta, y que vamos a seguir peleando desde adentro ydesde afuera por el unico exilio que nos parece vali-do: es el que les espera a ella y a sus cornplices inter-nos y externos, igualito que a Somoza, igualito que aBatista.

    Pero hablando ahora de nuestro oficio, Lilia-na, hay algo que no entiendo en tu razonamiento.Discutis mi noci6n de "exilic cultural" en el sentidode que la supresion 0 censura del pensamiento escritoes materia corriente en nuestros paises, y una vez maste parece que exagero. En primer terrnino, hay eso deque mal de rnuchos, consuelo de tontos; en segundo,10 que ahora nos interesa concretamente avos y a mies la Argentina en ese plano, y el hecho de que enGuatemala 0 Bolivia 10 censuren a Fulanito no mo-difica para nada mi repulsa a toda censura en nuestropais. Vos decis que a pesar de esa situacion general,Latinoarnerica sigue dando "una literatura realmentegrande", 10 cual es archicierto porque los escritoresdecentes respondemos casi siempre al principio del"challenge and response". Pero aqui no se trata de losescritores sino de los lectores, Liliana; el verdaderoexilio se produce cuando cualquiera de nosotros es-cribe algo y despues de haberlo escrito no 10 puede

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    publicar en su pais. ~Por que, como siempre, poner elacento en el escritor, hacer elitismo gremial, cuandoel escritor se defendera como gato panza arriba den-tro 0 fuera del pais, y seguira siendo siempre unescritor? El problema no es ese, sino que de golpe elescritor queda privado de sus lectores, roto el puentede la comunicaci6n; y si esto es duro para nosotros,poco importa frente al hecho infinitamente peor deque todo un sector de lectores queda privado delescritor. Ahi los verdaderamente exiliados son los lee-tores, que dia a dia enfrentan un panorama en el quefaltan la mayo ria de los libros 0 articulos escritos enel exterior, y solo cuenta con los del interior en lamedida en que su contenido no vaya mas alla de 10tolerado. Acabo de leer en Mexico los textos de Gre-gorio Seiser sobre el grotesco episodio en torno a ElPrincipito, nada menos; acabo de publicar en Mexicoun libro de cuentos que contiene dos 0 tres que jamaspodrlan ver la luz en la Argentina. Que mis lectoresleyeran esos cuentos seria mi rnas alta recompensa, nopor haberlos escrito sino porque estarian dondedeben estar, en manos argentinas. No sera asi, salvominimas excepciones, y vos 10 sabes de sobra. Claroque nadie se va a morir por no leernos a los de afuerao a los de adentro; pero, como dice la gente, no ternoriras pero te ids secando.

    Para terminar me acusas de exagerado (10 soycon frecuencia) al hablar de las razones del exilio exte-rior. En vez de denunciar la causa central de ese exilio(ya se que no pedes hacerlo, pero entonces no habriaque tocar el terna publicamente y con fines polemi-cos) acumulas otras razones que yo parezco ignorar:dificultades econ6micas, problemas editoriales, cues-

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    tiones de "aguda sensibilidad polftica" que vuelve in-soportables las condiciones intern as y busqueda deun "ambito de mayor libertad", todo eso es cierto ymalditamente cierto, pero todo eso es nada frente a larazon esencial. Si a los escritores sumas los artistas ylos cientfficos argentinos desparramados en el rnun-do, te encontras con un pais atrozmente empobre-cido en el plano cultural. y' fa gran mayoria d~esagente no se ha ido por las razones que enumeras; si nosiempre han sido obligados por la amenaza, 10 hansido por la imposibilidad de seguir diciendo 10 quecreian su deber decir; cuando un Rodolfo Walsh 10dijo, 10 eliminaron dnicamente al otro dia. Esto, Li-liana, no nos da a los de afuera ninguna jerarquia conrespecto a los que siguen en el pais; simplemente,aquellos que un dia decidan decir 10 que verdadera-mente piensan tendran que reunirse con nosotrosfuera de la patria. Hay y habra, claro, lenguajes cifra-dos en la Argentina, muchas cosas se dicen hoy entrelineas, y eso ya es mucho; pero ese tipo de cornuni-cacion criptica no va mas alla del drculo que conocelas claves, y escapa por completo allector de la calle ydel vasto interior, ese lector en cambio comprenderiatan bien los ultirnos cuentos de Hurnberto Costan-tini que, por supuesto, seran publicados en Mexico yno en Buenos Aires.

    Tenes toda la razon, Liliana, no somos niheroes ni martires: una vez mas somos gente barridaafuera 0 aplastada adentro. Discutir estas cosas entrenosotros es perder un tiempo que no pierden los quenos barren y nos aplastan; por eso no te he contesta-do para polemizar, como creo que tampoco vos meescribiste para eso. Una vez en unclub de aficiona-

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    dos de provincia vi ados boxeadores que se suble-varon al mismo tiempo contra el arbitro y le anun-ciaron que le iban a romper la cara si no los dejabanseguir como les daba la gana en vez de pararlos y cen-surarlos a cada momento. Asl, Liliana, as! creo quevamos a seguir todos nosotros desde afuera y desdeadentro; el ring es grande, yal arbitro 10 conocemosde sobra.

    Julio Cortazar

    Respuesta de Liliana Heker3

    Cortazar: la etimologla de la palabra "polerni-ca" no modifica su connotacion actual, que la apro-xima mas a la controversia que a la guerra. El hechode que usted deteste esa palabra ("... 'polernica' se em-parenta con 'polernos', la guerra, y por eso detesto lapalabra") no debio impedirle advertir que en mi nota"Exilio y literatura' (EI Ornitorrinco, N 7) se ponianen discusion algunas cuestiones: 1) el rol que debe 0no corresponderle a un escritor bajo un regimen mi-litar como el que actual mente gobierna la Argentina;2) S1, en terminos de eficacia, pesa mas el comedoejercicio de la libertad en el autoexilio 0 el ejercicioriesgoso de una libertad restringida en el medio que

    J Premediradamente eludo el tureo en rni respuesra. Por razonescronol6gicas resulta narural que Cortizar utilice esre rrararniento para dirigirsea mi. La redproca, en cambio, conferira a mi rexto un tono algo ajeno al carac-rer que prerendo darle a mi respuesra. Esta no es una carta personal: es un texroen el que se discure, no s610 con Cortazar, cui! debe ser la rnilitancia de unescritor en el pals que eligi6 como SUYD. (Nota que pel'tenece al texto original.)

  • --I200

    se pretende modificar; 3) el alcance de las expresiones"exilic" y "exilio cultural".

    Yo basaba mi nota en algunas opiniones suyasde "America latina: exilio y literatura" (Eco, N 205),con las que no coincidia y que citaba rigurosamente.Si a su vez usted hubiera discutido mi texto nos ha-briamos aproximado un poco mas ala verdad. En esoreside la virtud de las polernicas; nadie las gani-'o' laspierde, ni matan a nadie, como ocurre con las gue-rras: permiten conocer una opini6n y sus objeciones.

    No se trataba de romper sillas ("...para que loslectores se relaman las fauces anticipando sillas rotas,tirones de camiseta y otras demostraciones propias deintelectuales ansiosos de verdad"). "Romper sillas","darse tirones de camiseta" son expresiones que alu-den mas a la sensibilidad furbollstica que a la con-frontaci6n de ideas entre escritores que disienten en-tre ellos. Tampoco se trataba de responderle a unacordial interlocutora imaginaria, como usted en defi-nitiva hizo. Vale decir: usted eludi6 la discusi6n.

    En su "Carta a una escritora argentina" nohay una sola cita ni una sola sintesis rigurosa de mispalabras; tampoco, el menor indicio de que las hayaleido con atenci6n. En cambio, su ret6rica sugiereuna misteriosa polemista que escribe movida por sen-timientos personales ("... te alegras de que yo hayatornado partido ...", "...te molesta que yo haya expli-cado con cierto detalle ", pareces creer que hebuscado sumarme ahora "); una polemista bastanteoriginal ya que, en terrninos generales, esta de acuer-do con las opiniones que pretende cuestionar ("...seme ocurre que no tenias demasiadas criticas que ha-cerme ...", "...el hecho de que apruebes mi punto de

    201

    vista general ...", anula casi totalmente tus disere-pancias colaterales ..."). .

    Pero el caso es que en todo mi articulo no heexpresado un solo sentimiento pers~nal; le p:opongoque los busque atentamente. Es mas, recurnr a sen-timientos personales cuando se esta tratando una cues-ti6n ideo16gica indica endeblez en los argumentos, 0demagogia. Y, adernas, yo no apruebo su punto ~evista general; al contrario: uno de los asuntos que dis-cuto en particular es el punto de vista de su .t~xto, elque usted haya abordado el problema del exilio con-siderandose a si mismo un exiliado 4. Lo que si des-taque es la intenci6n general de ese texto, Dosveces:en el cuarto parrafo y en el parraio final. Concre-tamente escribi: "Su, intencion general no s610 no esimputable sino que puede consid~~arse gener~sa (...)propone la no utilizaci6n del exilic ~omo ~l~valor,sino como conversi6n lucida en su aCC16npositrva, enun estimulo creador". Y en el parraio final: "Y a no-sotros, aca, nos toea hacer aquello que Cortazar, ahoraS1 con toda su lucidez de escritor, recomienda a loslatinoamericanos residentes en Europa: sumergirnosen nuestra situacion y volverla un hecho positive".Ahora que tiene esta nueva oportunidad de leerme,tal vez advertira a que queda reducida la "rremendacontradicci6n entre el principio y el final de tu artfcu-10". Cuidemos los adjetivos, Cortazar. Una contradic-

    +Usred me dice: "... si en el articulo que citas se me fue eso de queel exilio 's610se me ha vuelto forzoso en los ultimos afios' lamento I~patinadainvoluntaria ... ". Ocurre, sin embargo, que en su texto usted hace qumce men-ciones a su condici6n de exiliado. Dice, entre otras cosas: "Nos han expul~ad~de nuestra patria...". Como veri, resulta muy diffcil atribuir su autodenoml-naci6n de exiliado a una "patinada involuntaria".

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    ~i6n no se vuelve mas contradictoria porque se la ca-lifique de "tremenda". Si adernas esa contradicci6n noexiste, hay derecho a pensar que usted a veces utilizalas palabras como meros ruidoso

    E1h.echo, supuesto por usted, de aprobar yo elpunto de vista general (yo escribf "intencion") de suarticulo anularia casi totalmenre las discrepancias co-laterales. Esa .apreciaci6n suya es purarnenre subj~ti-va. Las cuesnones que usted considera "colarerales"-y que constituyen el terna central de mi discu-si6~- s?n las que atafien ala actitud que, a traves dela hlsto:la, han venido asumiendo en todos los pafseslos .escntores con conciencia nacional: en tender quela literatura y el pensamiento cumplen un rol dentro~e. un proceso muy vasto y complejo, en el que par-ncipa todo el pueblo, y que es a los intelectuales aquienes corresponde definir el signo y Ia gravitaci6nde ese rol, y resistir y oponerse a una "cultura" irn-puesta por el orden dominante.

    2Estas cuestiones le parecen colaterales? Perotal vez eso no tendria que sorprendernos. En 1951 austed le desagrad6 la realidad del peronismo; no in-tento entender esa realidad ni modificarla: simple-men.te se ~e. a Paris. Nadie 10 echo,. no huy6 pormot~vos politicos: se fue. Queda muy claro, y usted 10admire, que no era.un exiliado, y tambien queda muyclaro que no conslderaba Ia cuestion nacional comoasunto suyo. En treinta aiios, usted sin duda ha mo-dificado. su concepci6n general del mundo: viaj6 aCuba, dIce haber optado por el socialismo adhiri6a los movimientos de Iiberaci6n. Pero nunc: volvi6 aIa ~gentina. Por ~ltimo, ya hace anos, eligi6 nacio-nalIzarse frances. La historia de 10 que usted enfatica-

    203mente llama "rni pueblo" segufa sin parecerle asuntosuyo. Cierto, si, una vez volvi6: en abril de 1973 vi-sito nuestro pais. En esa oportunidad nos confes6 ala gente de El Escarabajo de Oro que no entendia larealidad argentina. Es natural: un pais, visto de cerca,es complejo. Desde 1951 hasta 1973 habian pasadomuchas cosas: obreros, intelectuales, politicos, estu-diantes, habfan actuado, habian sido silenciados, ha-bian disentido, habian retrocedido 0 avanzado, habianido modificando con sus actos la realidad nacionalhasta llevarla a esa situaci6n de abril de 1973 queusted consider6 favorable para visitarnos. En esaepoca se adhiri6 de hecho al proceso que estaba vi-viendo la Argentina. Public6 una novela, Libro deManuel, que de ninguna manera estaba a la altura desus mejores textos, pero que yo misma defendi comoopcion (El Escarabajo de Oro, N 46, 1973). Ese librono valia por su poder modificador ni como hechoartistico; su valor circunstancial residia en demostrartacticarnente que Julio Cortazar, uno de nuestrosmejores narradores actuales y muy leido por la dere-cha, Cortazar, que empez6 publicando en Sur, hablaroto manifiestamente con la derecha.

    Ese libro era una adhesi6n. Y, si me permitedefinir su conducta, yo diria que en general ustedacnia de adherente. Apoya movimientos, se rnanifies-ta partidario, se solidariza. Ese es un rol Iegirimo, sinduda, y Ie perrnite hacer pesar su prestigio. Y sus pri-vilegios. En efecto, Ie guste a usted 0 no, su situaci6nes de privilegio: escritor no exiliado, no habitante deun pais sometido, difundido internacionalmente yademas, ahora, casi frances. No se del caso de muchosargentinos que se hayan ubicado en una situaci6n tan

  • 204

    II

    cornoda para luchar por "su pueblo". Pero, si ustedquiere, admitamos que en eso, en la impune lejaniaque usted ha elegido, resida su eficacia. La suya.

    Lo curioso es que ahora, en virtud del riesgoque otros: hombres han corrido por quedarse en supatria, y aun de la rnuerte de otros hombres, ustedconvierte su vivir en Paris en una -la- eleccioncombativa: usted ahora es un escritor con concie~~ianacional que ha elegido el mejor camino. El unicoposible, al parecer. Lo recomienda a los otros escrito-res a:genti?os. Esc~ibe: "Simplemente, aquellos queun dfa decidan decir 10 que verdaderamenre piensantendran qu~ reunirse con nosotros fuera de la parria".

    Quiero sefialar tres puntos de ese parrafo:1) El uso de "nosotros". ~En que legion se

    esta enrolando mediante el pronombre "nosotros"?~E~ la de los escritores argentinos que desde hacetrernta afios viven en Paris? ~En la de los escritoresargentinos que, ante la deprimenre situacion nacio-nal, han decidido vivir mas cornodos en el extran-jero? ~En la de los poquisimos escritores argentinosque: profundamente ligados siempre a la realidadnacional, han debido irse por razones polfricas con-cretas? La aclaracion seria importante ya que sucarta, como usted mismo 10 advierte, esta destinadaa lectores extranjeros, quieries, al no tener referen-cias, daran a su Frase cualquier ;entido, 0 el suril-mente heroico (jah, "polemos"!) que desiiza su retori-ca. "Tendran. ~ue reunirse con nosotros" implicarfauna orden rnIhtar, llegar en peloton a esa especie depuesto de avanzada de la literatura nacional, puestoen e~que usted ya se ubico irrevocablemente por lagraCla del pronombre "nosotros". Usted ya 10 ha

    ,III',

    205

    elegido; ahora, los valientes tendran que seguirlo. No1 (( es la unica vez que usted se ampara en e nosotros.

    En la respuesta que le da a Julio Huasi, y que publicoen parte Reportaje a Lacultura (N 2), dice: "~Dondeestan, quienes son los verdaderos exiliados? ~Noso-tros, dispersos en el planeta, 0 rodo un pueblo priva-do de sus mejores artistas y escritores?". Ad la expre-sion "nosotros, dispersos en el planeta" confiere a susituacion particular un dramatisrno que, al aplicarloa su situacion real, resulta un poeo cornice. Y novoy a enumerar por ahora a todos los dramaturg?s,narradores, poetas, aetores, directores de teatro, pm-tores y rmisicos que actual mente viven en la Argen-tina porque la sola expresion que usted utiliza, "losmejores", dentro de la cual se.enrola, es tan megalo-mana que no neeesita ser refutada 5. En cambio Ievoya recordar que "todo el pueblo" siempre ha esta-do privado de sus mejores artistas y escritores. Y. nosolo por la eensura. Esa es una de las razones por lasque ciertos escritores decidimos quedarnos:. porquees este pais nuestro el que queremos cambiar. Estarealidad -un pueblo real que no tiene acceso a lacultura, gente que a veces no tiene para comer, de-socupados, desapareeidos por los que nadie respon-de, hombres a los que eehan del trabajo por plegarsea un paro-, todo esto es la realidad nacional. ~Sepuede, a Ia vez, elegir afrontarla y elegir vivir enParis? Quiza. Pero, ~sedebe?

    s sin entrar por ahora en consideraciones de efieaeia poliriea, Lereeuerdo que en Laaetualidad viven en LaArgentina eseritores e~mo Borge~ 0Sabaro 0 Bioy Casares 0 Mujica Lainez. Este heeho haee que su JUlelo raxanvo

    sea, por Lomenos,' diseutibLe.

  • rI 206

    2) La expresion "decir 10 que verdaderamentepiensan". Usted escribe: "...aquellos que un dia deci-dan decir 10 que verdaderamente piensan tendranque reunirse con nosotros fuera de la patria". Y yole preg':lnto: ~a quien se 10 van a decir entonces?Cit~ 10 que .ya escribi: "~Que sentido tiene, para unescriror nacional, testimoniar su verdad si no va aser l.eida por aquellos, fund~mentalmente SUS'-com-patnotas, para quienes esa verdad esta destinada?La escritura como acto politico necesita el receptoradecuado, no es un grito en el vacfo ni tiene unvalor absoluto: su valor es circunstancial y, por 10tanto, debe estar inmersa en la circunstancia sobrela que pretende actuar". Su planteo sobre la escri-rura de sus textos politicos es exactamente el opuesrodel que. yo propongo: usted desplaza al receptor enbeneficio del derecho de Cortazar a decir 10 que seIe Ocurra. Pero decir 10 que a uno se Ie OCurre noes 10 mismo que tener Iucidez politica. Usted escribe:"...yo no tengo por que escribir as! puesto que misarticulos se publican en muchos paises y esa es mimanera de dar a conocer 10 mas ampliamente posi-ble 10 que me parece necesario y util". Usted se emo-cion a con su libertad. "Yo no tengo por que escribirasi puesto que mis articulos se publican en muchospaises." Lo felicito. Pero ocurre que para algunos in-telectuales argentinos "publicar en muchos paises"no atemperaria el hecho de "publicar intrascenden-cias en la Argentina". Esos intelectuales no ponen elacento en "publicar" sino en "testimoniar la realidadnacional".

    No los calma ser difundidos a traves del pla-neta: buscan pesar sobre la circunstapcia argentina.

    I I

    207Usted podrla argumentar con todo derech? que eseno es su proposito. Pero no 10 argu~e~t~; elige, al pa-recer, la ubicuidad: el parrafo que cite ( Yo no teng?por que escribir asf pue~~oque .mis :rticulos ~epubli-can en muchos paises ... ) terrmna: ...y confiar en suingreso, por diversas vias, a su destinataria natural quees la Argentina". Esa confianza en que sus textos, lle-garan "por diversas vias" es un proyecto demasla~ovago, demasiado fundado en el azar -0 en el t~abaJ~yel riesgo de otros-. ~Seha pregunta~~, Cort~zar, ,Slsus textos politicos son 10 bastante sol~dos, Sl ~stanfundados en un conocimiento de la realidad nacional10 suficientemente profundo como para que valga lapena que alguien aquf se haga cargo ~e ~s~ ';clandes-tinidad" que usted propone .ara su difusioni

    3) La conducta que usted propone -q~e losque tengan algo que decir se vayan de la Argentm~-es curiosa. La derecha no 10 habda expresado meJor.Yo no creo que aquellos q~e forzosamente han debid?irse suscribieran esa frase suya. No creo que un escn-tor profundamente argentino como H~mberto Cos-tantini, al que usted cita, que un escntor co~ claraconciencia nacional como David Vinas, a qU1en nocita, les recomendara a todos los escritores de la Ar-gentina que tienen algo que decir 10 ~ismo que ustedles recomienda. El exilio es una fatal1dad, 0 una des-dicha, no una militancia demoledora. Un escritor,individualmente, puede elegir irse: su obra y sus act~sjustificaran 0 no esa eleccion. Lo que no pue~~ es en-gir su decision personal en programa polmco; nopuede proponer el exodo en ,~on:bre de una presun-ta combatividad fundada en deClr 10 que verdadera-mente se piensa". Dedrselo a quien, y para que, esos

  • 208son los interrogantes que debe plantearse todo in-telectual lucido y a partir de las respuestas que se dedecidir si su camino mas eficaz es el de marcharse.Proponer el exodo como "praxis" supone creer que lahistoria de los pueblos la dirige Dios. Un dia pondraun gobierno a nuestro gusto y todos volveremosgozosos. No, Cortazar, Un pais no es un hotel turfs-tico en el que nos quedamoscuando la estadia nosresulta grata, y al que abandonamos cuando la aten-cion no nos satisface. Un pais, el sentido de su histo-ria son entrafiables cuestiones que nos conciernen atodos. Los intelectuales, los artistas, tenemos un pa-pel que cumplir; no el mas importante, desde luego,ya que siempre es el pueblo el que define un proceso.Pero la funci6n que nos corresponde no la vamos adejar en manos de otros.

    Usted tiene demasiada fe en la censura, en elorden establecido. Nadie puede alterar ese orden, deahi que todo intelectual-usted en particular- bajola censura sea un exiliado cultural. Tarnbien es posi-ble invertir el razonamiento; usted necesita llamarse asf mismo exiliado, de ahi que acepte que la censura esinamovible e inexorable -de no. ser asf, tendria quebuscar los modos de traspasarla, en lugar de condo-lerse por su condici6n de exiliado-. Le dejo a usteddecidir el orden de las proposiciones. Lo cierto es queescribe: ''A mi afirmaci6n de sentirme dolorosamenteseparado de mi pueblo en el plano cultural, despuesde prohibiciones inequivocas, contestas que exagero".Yoy a dejar de lado el analisis de las expresiones "do-lorosamente" y "mi pueblo". Y apenas voy a sefialarque 10 que usted sintetiza "contestas que exagero" esun fragmento de rni texto (pag, 4, col, 1, lineas 46 y

    209ss.) donde, entre otras cosas, hablo de 1asituaci6n delos pueblos 1atinoamericanos, de 1a situacion en quehan creado siempre los escritores rebeldes en sus pat-ses, y donde, para fijar el alcance de 10 que podriallamarse "exilio cultural", hago un paralelo entre el si-lencio a que fue sometido durante doce afios en supropia patria uno de nuestros mayores y mas Integrosescritores, Leopoldo Marechal, y la difusion que, aunresidiendo usted en el extranjero, tienen sus textos enla Argentina. Advertira que la Frase "contestas queexagero" traiciona un poco mi pensamiento.

    Yoy a detenerme ahora en la expresi6n "pro-hibiciones inequivocas" que explicaria la separaci6nentre usted y "su" pueblo y, por 10tanto, su exilio cul-tural. .

    Toda prohibici6n es en si un hecho absoluto:dificilmente admite un adjetivo como "inequivoca".En nuestro pais, en particular, suele manifestarse sinninguna sutileza: nadie necesita agregarle adjetivospara dade dramatismo. Pero adem as ocurre que, en-tre tantas obras prohibidas como hay en la Argentina,sus obras no estan prohibidas. Como usted mismoafirmo, en el caso de Alguien que anda por ahi un re-presentante del gobierno le sugiri6 a Editorial Su-damericana que no publicara dos cuentos de ese 1ibro-vale decir que, en ultima instancia, eso habria sidouna autorizacion equivoca y no una "prohibicion ine-quivoca" y 10 cierto es que el1ibro, comp1eto, figuradesde hace tiempo en 1a lisra de best-sellers--. 0 seaque, como en el caso de 1a"tremenda contradiccion" ,hay derecho a suponer que se esta disimu1ando el usode un sustantivo -"prohibiciones"r tras el ruidodel adjetivo, "inequivocas". Si la presunta prohibicion

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    de su libro le daba derecho a declarar en Colombiaque a usted 10 hablan expulsado de su patria, ahoraque ellibro se vende en todos los quioscos y librerias,~que va a declarar?: ~que el gobierno argentino 10 harecibido con los brazos abiertos?

    Hay otro hecho, mas significativo, que inva-lida su Frase"sentirme dolorosamente separado de rnipueblo en el plano cultural". Mucho aiit~s de queBruguera difundiera Alguien que anda por ahi, la re-vista Contexto publico el mas explfcitamenre cornpro-metido de sus cuentos: "Apocalipsis en Solentiname".Y eso tal vez le recuerde algo que parece olvidar: lacultura de un pueblo no la decretan sus gobiernos. Seabre paso como puede, a pesar de la censura y de larepresion, Crea sus propias vias, cuando se Ie cierrantodas las vias. Espero que esto le ayude a "entendermi razonamiento". Usted dice: "...hay algo que noentiendo en tu razonamiento, Discutis mi nocion de'exilio cultural' en el sentido de que la supresion 0censura del pensamiento escrito es materia corrienteen nuestros paises, y una vez mas te parece que exa-gero". Y luego de este parrafo -tan poco claro, por10 demas, que s610 usted y yo sabemos 10 que quisodecir-, me explica con paternal condescendenciaeso de "mal de muchos, consuelo de tontos". Gracias.Pero yo no deda algo tan esnipido como "que enGuatemala 0 Bolivia 10 censuren a Fulanito" (el ha-llazgo es de su prosa) vuelve menos inquietante lacensura en la Argentina. Nada de eso. Textualmentededa: ''Arbitrariedades 0 barbaridades como las queconsigna Cortazar constituyen el ambito en que, sal-vo epocas excepcionales, han creado y opinado losescritores rebeldes en sus pafses. Y no es que yo,

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    ahora, defienda la censura (...). Simplemente digo 'que es esta, y no otra, la situacion de nuestros palses,la que pretendemos cambiar tambien con nuestraspalabras. Y que aun bajo estas condiciones, Latino-america viene dando una literatura realmente gran-de, capaz de encontrar un estimulo y un sentido parael acto creador justamente en la hostilidad del medio.Y este trabajo continuo por hacer prevalecer la propiaconcepcion del mundo hace que un intelectual 0 unartista se sienta culturalmente integrado a su pais; deninguna manera un exiliado cultural".

    Como vera, su Frase "una vez mas te pareceque exagero" una vez mas ha traicionado mi pen-samiento. Usted dice no entenderlo del todo; tratarede iluminarlo con esta..pregunta: ~Desde cuando unescritor espera que el oficialismo 10 auto rice a serparte de la cultura de su pueblo? En situaciones comola que estamos viviendo, el escritor utiliza sus pa-labras para revertir la rnuerte cultural que le quierenimponer desde arriba. Se escribe a pesar de la censuray contra la censura. Y ya que las palabras son un ries-go, se aprende a no dilapidarlas, a explotar al maximosus posibilidades de eficacia. Un ejemplo negativoexplicara mejor 10 que quiero decir. Usted rnanifies-ta 10 que, segun su deseo, le esperaba al gobiernoargentino; dice con infantil enojo: "Igualito que aSomoza, igualito que a Batista". Como argumentopolitico, admit ira que no es de los mas lucidos que sehayan expresado en el destierro, No tiene mas finali-dad que la de dejar inscripta su santa indignacion,Supongo que es facil, y hasta gratificante hacerlo, so-bre todo si el riesgo de publicar las palabras que unopronuncia 10 corren otros. Pero aca, cada uno de

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    II

    nosotros corre el riesgo por sus propias palabras;de ahi que, al pronunciarlas, tratemos de que sirvana una causa concreta, y no a nuestra propia vanidad.Usted me did que no le exigi6 a nuestra revista quepublicara su carta. Cierto. Y le diria mas: usted eligi6que su carta no se publicara en la Argentina. Entre elexabrupto ese de Batista y Somoza y la posibilidad deque sus palabras fueran leidas poorlectores argentinos,eligi6 el exabrupto.

    Usted no parece creer que haya una acci6n po-sible en tanto oficialmente no 10autoricen a la acci6n:revela una fe excesiva en la represion y en la censura.Me pregunta: "2Que satisfacci6n puede tener alguiencomo vos leyendo un texto mio cuya publicaci6n de-pende exclusivamente de que no contenga una solalinea que rnoleste a los dispensadores de la libertad deexpresi6n?". Coincidira conmigo en que el terrnino"satisfacci6n" no es el mas afortunado para vincularlocon un texto literario. Un plato de ravioles satisface:La literatura inquieta, 0 conmueve, 0 moviliza. Perodejando esto de lado, 2que conclusiones se pueden ex-traer de ese parrafo? Yo extraerfa, fundamental mente,dos. SegUn usted, ningun texto suyo publicado actual-mente en la Argentina merece ser leido por "alguiencomo yo" -supongo que "alguien como yo" es al-guien que piensa que la literatura no es un mero pasa-tiempo-. Y me pregunto: si sus textos no merecenun lector asl, ~que lector merecen?, Nue lector frivolosupone usted para esos escritos? Y tambien me pre-gunto: ~Es etico que un escritor permita la publica-ci6n de un texto suyo si cree que s6lo va a admitir unalectura pasatista? Usted me dice: "2Te has preguntadoque textos (mios) seleccionan esos suplementos?". Le

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    respondo: ni mas ni menos que los que usted haescrito, Un escritor es responsable de todas las pala-bras que publica. Si las cree triviales, tiene una solu-ci6n: no darlas a conocer; sobre todo, no mandarselasa "su' pueblo, y Ie recuerdo que la valoraci6n negati-va que usted hace de los textos que publica en laArgentina es suya, no mia.

    Pero vamos a la segunda conclusi6n. Usteddice: "...un texto rnio cuya publicaci6n depende ex-clusivamente de que no contenga una sola linea quemoleste a los dispensadores de la libertad de expre-sion". Esta muy claro que su convencimiento del ca-deter infalible de la represi6n y la censura 10 lleva ahacer del autoexilio una actitud de combate: la unicaposible. En otro parrafo dice, refiriendose a la cartaque me dirige: " ...preveo que mi respuesta s610 tellegara un dia indirectamente y no en los suplemen-tos dominicales de Buenos Aires". Y yo le pregunto:.Desde cuando la unica via directa de expresi6n que~iene un escritor son los suplementos dominicales?

    No, Cortazar, un intelectual no tiene por queser tan candoroso; no espera que ningun gobierno Iede permiso para expresar sus ideas, ni que los suple-mentos dominicales 10 inviten a manifestar su pen-samiento. Cuando los medios masivos acceden a di-fundir parte de ese pensamiento, mucho mejor. Peroaun si eso no ocurre, siempre hay modos de inge-niarselas. Y es precisamente en epocas como estacuando se hace mas necesario crear vias marginales yaprovechar todos los recursos posibles -la sutileza,por ejemplo- a pesar de los decretos oficiales.

    Es cierto, la censura vuelve nuestra prosa me-nos explicita; pero tambien es cierto que la realidad

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    III

    hace a nuestras palabras mas eficaces. Hoy, en la Ar-gentina, hasta Borges se ha vuelto un escritor poll-tico. Que paradoja: para los argentinos, una decla-racion de Borges publicada en un diario de aca esmucho mas revulsiva que las de usted, publicadas enotros paises.

    Declaraciones, solicitadas, movimientos tea-trales, talleres literarios, revistas de literatura, soh>he-chos que usted sin duda ignora. Usted vive en Paris y,al parecer, conHa en los suplementos dominicales. Noson buenas maneras de entender la realidad culturalde nuestro pais. Pero, ya que sus Fuentes de informa-cion son tan precarias, podria, al menos, tener el cui-dado de no generalizar acerca de 10 que pasa en laArgentina. En la respuesta a Huasi que antes cite,usted dice: "Los que han seguido alla (se refiere a losescritores y artistas argentinos que vivimos ad) estanobligados a volver a una especie de 'arte por el arte'''.~A que se refiere concretamente? ~A la obra de Ma-nauta, de Tejada Gomez, de Blaisten, de Castillo, deBeatriz Guido, de Asis, de Lastra, de Martini Real,de J. J. Hernandez, de Marta Mercader, de ElviraOrphee, de Marta Lynch, de Manzur, de Piglia, deFogwill, de Brailosky, de Rabanal, de Medina, de AnaMaria Shua, de Gusman? ~Alteatro de Cossa, de Dra-gun, de Halac, de Somigliana, de Pavlovsky, de AidaBortnik, de Griselda Gambaro, de Viale? ~A los rex-tos criticos de Beatriz Sarlo, de Pezzoni, de Romano,de Kovadloff, de Sasturain? ~Ala poesia de juarroz, deVeirave, de Aguirre, de Alonso, de Boido, de OlgaOrozco, de Aulicino, de Pozzi, de Freidernberg, deIrene Gruss, de Genovese? ~Atodos los escritores jo-venes que se e~tan formando en los talleres? ~A los

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    cuarenta y dos auto res y directores y a los doscie?tosacto res de Teatro Abierto? ~Ala pintura de Berni, deAlonso? ~Cuales obras de cuales autores sedan. con-sideradas por usted "arte por el arte"? Y aver SI aca-bamos de entender su severo criterio estetico: ~pon-de ubicaria cada una de sus propias obras? Ultimoround; Sesentay dos, modelopara armar; Un tal L~c~s;cuentos como "La banda", 0 "La barca 0 nueva visitaa Venecia"; ~como los calificaria? ~Arte comprorneti-do, frivolidad, arte por el arte, mala literaturar

    No, Cortazar, 10 mas probable es que cuandose juzgue historicamente la literatura de esta epoca. seadvierta justamente nuestra ruptura con el art: ~orel arte". Para no hablar de que quienes hemos vividodesde denrro este proceso argentino estamos en me-jores condiciones que usted de crear una literatura detestimonio.

    Y algo mas. Usted me dice: "En cuanto ~ queconsideres exagerada mi afirrnacion de que salir dela Argentina me seria mas diflcil que entrar, lamentoque hayas pasado por alto la fecha en que s: publicoesa afirmacion, a fines del 78 ...". Y me explica, desdeParis, 10 que ocurria entonces en la Argentina. La-mento que usted haya pasado por alto,.Cortazar, ~uea fines del 78 yo estaba en la Argentina. Me pnvode conmoverlo contandole por que mi situacion eramenos confortable de 10 que podria haber sido lasuya ad. No importa demasiado. Esa ~n~?nfortabi-lidad es la que la mayo ria de nosotros eligio. Muchosestamos para la resistencia. Otros ya vendran para losfestejos.