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Politica Cambio Climatico

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bolivia y el cambio climatico

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  • POLTICA PLURINACIONAL DE CAMBIO CLIMTICO

    (Documento de Trabajo)

  • Lic. Alexandra Moreira LpezMinistra de Medio Ambiente y Agua

    Lic. Gonzalo Rodrguez CamaraViceministro de Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambios Climticos y de Gestin y Desarrollo Forestal

    AUTORIDAD PLURINACIONAL DE LA MADRE TIERRA

    Lic. Benecio Quispe Gutirrez Director EjecutivoAutoridad Plurinacional de la Madre Tierra

    Lic. Julio Gutierrez CahuayaDirector del Mecanismo Conjunto de Mitigacin y Adaptacin para el Manejo Integral y Sustentable de los Bosques y la Madre Tierra

    Ing. Gonzaga Ayala FloresDirector Mecanismo de Adaptacin para Vivir Bien

    Ing. Juan Tadeo Guarani ChoqueDirector Mecanismo de Mitigacin para Vivir Bien

    EQUIPO TCNICO ADMINISTRATIVO APMT

    Calle Mercado N 1328 entre Loayza y ColnEdif. Mcal. Ballivin, Mezzanine Telf.: 2188600/2188601/2188602 - Fax: 2188603Pgina Web: www.madretierra.gob.bo Correo electrnico: [email protected] - [email protected] Paz - Bolivia2015

    Produccin:Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra

    Impreso en BoliviaDistribucin gratuita. Prohibida su venta

  • PRESENTACIN

    Occidente (Europa y Norte Amrica) ha diseado, construido e impuesto al mundo un modelo de desarrollo basada fundamentalmente en una lgica de concentracin y acumulacin de la riqueza y el poder, a partir de relaciones de dominacin y explotacin a la Madre Tierra y a los pueblos y trabajadores del mundo; por tanto, a costa de la vida de las mismas. La angurria por concentrar y acumular riqueza y poder no tiene lmites ni principios ticos: Las elites oligrquicas, nacionales y mundiales, tienen y quieren tener ms dinero y poder a partir de la profundizacin de las relaciones de dominacin y explotacin para mayor concentracin y acumulacin de la riqueza y poder. Estos son los fundamentos de la sociedad moderna y su visin de desarrollo moderno, ahora globalizado, que la conocemos como capitalismo o civilizacin moderno-occidental, que est generando una grave crisis climtica (o cambio climtico) y crisis social a partir de la profundizacin de las desigualdades sociales. El cambio climtico y las profundas desigualdades socio-econmicas son consecuencias inevitables del desarrollo moderno-occidental (del capitalismo).

    En este contexto, adems, el capitalismo, nos ha construido un modelo de consumo que dinamiza el sistema-mundo establecido. Ya no se consume para satisfacer las necesidades vitales, sino vivimos en una poca de consumo por ostentacin, distincin y competencia. En los habitantes de hoy hay una desesperacin por comprar cosas para concentrar y acumular, que simultneamente o en un corto tiempo se convierten en toneladas de basura. Esto es el consumismo irresponsable y despilfarrador sin conciencia de las consecuencias de sus actos, que promueve y exige mayor dominacin y explotacin de la Madre Tierra y a los Pueblos y trabajadores; a costa de una mayor contaminacin atmosfrica (por la emisin de gases de efecto invernadero), de los suelos, de los ros, deforestacin, desaparicin de la biodiversidad, etc. Todo con el fin de optimizar una mayor tasa de ganancia insaciable que se acumula en pocas manos, a costa de la pobreza y miseria de las mayoras. Y, lamentablemente, la ciencia, la educacin y la comunicacin social han logrado construir una subjetividad, individual y colectiva, acorde a los requerimientos del sistema-mundo moderno occidental impuesto, por tanto, colonial.

    Este modelo de desarrollo globalizado (basado fundamentalmente en la quema de los combustibles fsiles y el industrialismo) est provocando un acelerado calentamiento global del planeta, que a su vez, est generando un inevitable cambio climtico (o crisis climtica) que se manifiesta en sequias, inundaciones, heladas frecuentes, granizadas, lluvias fuera de temporada, etc. Y quienes sufren estos impactos con mayor crudeza, son las comunidades y las provincias, los sectores ms vulnerables, los pueblos indgenas. La accin humana, en la lgica de concentrar y acumular, ha herido de muerte al Planeta Tierra, nuestra nica fuente de vida. Al parecer, como muchos diran, nos encaminamos hacia un suicidio colectivo, porque en los hechos, pareciera que nadie est dispuesto a cambiar su modo de vida moderno-occidental, aunque en discurso somos profundamente revolucionarios (incluso marxistas, ecologistas, etc., hasta decimos que

  • la Tierra es nuestra Madre). La desesperacin por concentrar riqueza y poder, a cualquier precio, ha seducido y enloquecido a elites locales y mundiales y esto es el principio del desequilibrio de nuestra relacin con la Madre Tierra.

    En este contexto mundial y local, los Pueblos del Abya Yala y el Presidente Evo Morales Ayma, desde el horizonte indgena (que es la negacin de la modernidad) ha ido planteando, en los diferentes eventos internacionales, que la Tierra es nuestra Madre, nuestra nica fuente de vida, por tanto, Sujeto viviente y poseedora de derechos. Esta afirmacin, inevitablemente debe llevarnos a un cambio de paradigma civilizatorio, por tanto, a la construccin de un modelo de desarrollo en armona y equilibrio con la Madre Tierra, en el horizonte del Vivir Bien, como paradigma civilizatorio alternativo al capitalismo. En consecuencia, tenemos el desafo de construir una economa para la vida, una poltica para la vida, una cultura para la vida, ciencia y tecnologa para la vida; sin lgicas de concentracin y acumulacin a partir de relaciones de dominacin y explotacin de la Madre Tierra y pueblos y trabajadores.

    En este contexto y con estos desafos, el Presidente Evo Morales ha promulgado una serie de normas que han dado nacimiento a la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra, en febrero de 2014, con los desafos de generar acciones que permitan la construccin paulatina de un modelo de desarrollo integral y sustentable, biocentrico, en armona y equilibrio con la Madre Tierra. En este marco y por las razones expuestas, se ha trabajado la propuesta de la Poltica Plurinacional de Cambio Climtico, de acuerdo a la Ley N 300, en absoluta coordinacin y articulacin con Organizaciones Sociales, Ministerios, Gobernaciones, Municipios Instituciones Pblicas y Privadas y Cooperacin Internacional, en dos Encuentros Nacionales y nueve Seminarios-Taller Departamentales. Ahora, el documento sistematizado, aun documento-trabajo, lo ponemos a disposicin de las organizaciones sociales, Instituciones pblicas y privadas y sociedad civil, para que puedan analizar, debatir, cuestionar y proponer modificaciones y/o enriquecimientos en un Encuentro Nacional a realizarse posteriormente, donde, pensamos, deba consensuarse el documento final. El cuidado, proteccin y la construccin de una relacin armnica y en equilibrio con la Madre Tierra, nuestra nica fuente de vida, debera ser nuestra primera responsabilidad comunitaria.

    Finalmente, quiero agradecer al apoyo econmico fundamental de COSUDE, DINAMARCA y PNUD a la APMT, que sin ellos no hubiera sido posible la realizacin del trabajo, mil gracias a todos ellos. Tambin queremos agradecer a la Fundacin Cordillera, LIDEMA, WCS, Biocultura, FUNDESNAP, Organizaciones Sociales y otros, por la participacin comprometida en la construccin de la Poltica Plurinacional de Cambio Climtico.

    Lic. Benecio Quispe GutirrezDIRECTOR EJECUTIVO

    AUTORIDAD PLURINACIONAL DE LA MADRE TIERRA

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    Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra 7

    INDICE

    1 INTRODUCCION 112 ANTECEDENTES 123 CAMBIO CLIMTICO O CRISIS CLIMTICA? 174 ESTADO DE SITUACION Y PROBLEMTICA 184.1 La racionalidad econmica moderna 184.2 El desarrollo y la crisis climtica 244.3 Lo til y lo intil 304.4 El contexto internacional 344.4.1 Vivir Bien en armona y equilibrio con la Madre Tierra 354.4.2 No mercantilizacin de las funciones ambientales de la Madre Tierra 364.4.3 Enfoque Conjunto de mitigacin y adaptacin frente al cambio climtico 374.4.4 Aspectos conceptuales sobre la reduccin de la deforestacin y degradacin 384.4.5 Mecanismo internacional de daos y prdidas 384.5 El contexto nacional 404.5.1 Diagnstico del impacto del Cambio Climtico 404.5.2 Energa, desarrollo industrial y servicios 454.5.3 Soberana Alimentaria. 494.5.4 Gestin del Riesgo. 504.5.5 Gestin Integral del Agua. 544.5.6 Educacin relacionada con Cambio Climtico. 554.5.7 Salud relacionada con Cambio Climtico. 554.5.8 Manejo integral y sustentable del Bosque. 574.5.9 Deforestacin en Bolivia 585 MARCO CONCEPTUAL LEGAL PLURINACIONAL DE CAMBIO CLIMTICO. 61

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    8 Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra

    5.1 Madre Tierra 615.2 Vivir Bien en equilibrio y armona con la Madre Tierra. 615.2.1 Desarrollo Integral. 615.2.2 Objetivos del Vivir Bien a travs del Desarrollo Integral. 625.2.3 Bases y orientaciones del Vivir Bien a travs del Desarrollo Integral en Cambio Climtico. 625.3 Mandato Poltico y Social. 635.3.1 Manifiesto de la Isla del Sol. 635.3.2 Agenda Patritica 2025. 645.4 Mandato constitucional y legal 665.4.1 Ley No. 071 665.4.2 Ley No. 300 665.4.3 Decreto Supremo No. 1696 675.4.3.1 Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra 695.4.3.2 Los Mecanismos: conjunto, de mitigacin y adaptacin al cambio climtico 696 MARCO POLITICO 706.1 Visin poltica de los Sistemas de Vida 706.1.1 Gestin de los Sistemas de Vida de la Madre Tierra 716.1.2 Posicionamiento poltico de Bolivia frente a la mitigacin al Cambio Climtico 736.2 Mecanismos de implementacin 756.2.1 Mecanismo Conjunto de mitigacin y adaptacin para el manejo integral y sustentable de bosques y la Madre Tierra 766.2.2 Mecanismo de Mitigacin para Vivir Bien 776.2.3 Mecanismo de Adaptacin para Vivir Bien 776.2.4 Fondo Plurinacional. 787 HACIA UN NUEVO HORIZONTE 80

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    Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra 9

    7.1 La cualificacin de la produccin como condicin de la restauracin del equilibrio sistmico de la Madre Tierra 848 LINEAMIENTOS PARA LA POLTICA PLURINACIONAL DE CAMBIO CLIMTICO Y ACCIONES ESTRATEGICAS. 888.1 Manejo integral y sustentable de los bosques y sistemas de vida con enfoque conjunto de mitigacin y adaptacin al Cambio Climtico. 888.2 Transformacin progresiva de la matriz energtica, por combustibles menos contaminantes y uso de energas renovables, para la reduccin de emisiones de GEI. 918.3 Implementacin de medidas de eficiencia energtica en la industria, desarrollo productivo, comercio y servicios, para la reduccin de emisiones de GEI. 958.4 Reduccin de Gases de Efecto Invernadero (GEI) provenientes de los residuos slidos y aguas residuales. 978.5 Fortalecer la resiliencia climtica en los sistemas productivos agropecuarios, pisccola y agroforestales, con medidas de adaptacin, para mejorar la seguridad y soberana alimentaria en armona con la Madre Tierra. 1008.6 Restauracin, proteccin y conservacin de los suelos en zonas y sistemas de vida vulnerables y afectados por el Cambio Climtico. 1038.7 Gestin integral del agua, en las zonas y sistemas de vida vulnerables a los impactos del Cambio Climtico para fortalecer la resiliencia climtica. 1068.8 Desarrollo y fortalecimiento de capacidades integrales en gestin de riesgo, en base a la generacin de lneas de conocimiento e investigacin, para la prevencin, mitigacin y recuperacin post desastre frente a eventos causados por el Cambio Climtico. 1118.9 Comunicacin y gestin de la informacin sobre las causas e impactos de Cambio Climtico y el cuidado de la Madre Tierra. 115

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    8.10 Descolonizacin y construccin de una educacin integral holstica en convivencia armnica y en equilibrio con la Madre Tierra en el horizonte del vivir Bien. 1078.11 Generacin y fortalecimiento de capacidades de respuesta y prevencin de enfermedades relacionadas a los efectos del Cambio Climtico a travs del sistema de salud familiar comunitaria e intercultural. 1198.12 Recuperacin y aplicacin de prcticas, tcnicas, saberes y conocimientos ancestrales como medidas de mitigacin y adaptacin a los efectos del Cambio Climtico en complementariedad con tecnologas modernas sustentables. 1228.13 Investigacin y produccin de conocimientos intra- intercultural e inter-cientfico para el Desarrollo Integral en armona y equilibrio con la Madre Tierra. 1268.14 Fortalecimiento de la gestin de recursos financieros de fuentes nacionales e internacionales pblicos y/o privados para planes, programas y proyectos en mitigacin y adaptacin del Cambio Climtico. 1288.15 Promover la produccin y el consumo responsable, necesario, vital y sustentable de los bienes y servicios bsicos, en armona y equilibrio con la Madre Tierra. 1298.16 Promover acciones de responsabilidad en las instituciones, empresas pblicas y privadas para que asuman medidas de mitigacin y adaptacin al Cambio Climtico en sus procesos operacin o produccin. 1329 MATRIZ RESUMEN DE LA POLITICA PLURINACIONAL DE CAMBIO CLIMATICO 13510 BIBLIOGRAFA 147

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    1 INTRODUCCION

    El principal instrumento de normatividad poltica con el que cuenta el pas para enfrentar el cambio climtico es la Ley Marco de la Madre Tierra y el Desarrollo Integral para Vivir Bien. En ella se constituye la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra, como una entidad estratgica y autrquica de derecho pblico con autonoma de gestin administrativa, tcnica y econmica, bajo tuicin del Ministerio de Medio Ambiente y Agua.

    En ese marco, la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra tiene como una de sus funciones principales la formulacin e implementacin de la Poltica y el Plan Plurinacional de Cambio Climtico para Vivir Bien en coordinacin y articulacin con los ministerios y otras entidades del rgano Ejecutivo, entidades territoriales autnomas, organizaciones de las naciones y pueblos indgena originario campesinos, comunidades interculturales y afrobolivianas, organizaciones sociales, econmica productiva de la sociedad civil, cooperativas, asociaciones de productores, entidades financieras, entidades pblicas y privadas y pueblo boliviano.

    As, la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra emprende un proceso de construccin participativa de la Poltica de Cambio Climtico, a travs de la realizacin de dos talleres nacionales realizados en fechas 16-17 abril y el 4-5 de septiembre del 2014, seguidos de nueve talleres departamentales en las capitales de los departamentos del Estado Plurinacional de Bolivia, donde se generaron propuestas de lineamientos y acciones estratgicas en un amplio debate y reflexin de los participantes. En este proceso participaron representantes del nivel central del Estado, gobiernos departamentales, municipales, regionales y autonomas indgenas, organizaciones sociales y productivas de campesinos e indgenas (CSUTCB, CNCIOB, CONAMAQ, CSCIB, CIDOB) COB, juntas vecinales, ONGs, instituciones acadmicas, empresa privada y otras instituciones relacionadas con el Cambio Climtico.

    Es importante destacar, en este proceso de construccin, la participacin conjunta entre la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra y la Secretaria Departamental de Derechos de la Madre Tierra (GAD La Paz); Secretaria Departamental de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente (GAD Santa Cruz); Secretaria Departamental de Medio Ambiente, Tierra y Agua (GAD Pando); Secretaria Departamental de Medio Ambiente, Agua y Madre Tierra (GAD Oruro); Secretaria Departamental de Derechos de la Madre Tierra (GAD Cochabamba); Secretaria Departamental de Medio Ambiente, Cambio Climatico

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    y Desarrollo (GAD Beni); Secretaria Departamental de la Madre Tierra (GAD Potos); Secretaria Departamental de Medio Ambiente y Madre Tierra (GAD Chuquisaca); Secretaria Departamental de Medio Ambiente y Agua (GAD Tarija)En ese contexto, el documento expone el estado de situacin (nacional y global), el diagnstico crtico y las propuestas estratgicas de implementacin para enfrentar el Cambio Climtico. Por ello propone un marco conceptual, poltico y normativo pertinente para una poltica de Estado que plantea criterios, directrices y lineamientos de accin estratgicas formuladas como guas en el proceso de toma de decisiones para enfrentar el cambio climtico, a travs de la orientacin de lineamientos y directrices para la ejecucin de estrategias, planes, programas y proyectos especficos en todos los niveles, sean o no institucionales. El objeto es regular, fomentar y posibilitar una poltica nacional de Cambio Climtico que incorpore acciones de adaptacin y mitigacin con un enfoque estratgico de largo plazo, sistemtico, descentralizado, participativo e integral.2 ANTECEDENTES

    La crisis climtica, ha puesto a la humanidad en la urgente tarea de plantearse soluciones que ataquen las causas reales que ocasionan el calentamiento global y por sobre todo, la acumulacin de destruccin sistemtica que deriva en la ms que probable imposibilidad de reproduccin de la vida en un futuro ya no tan lejano. Hemos llegado a la posibilidad de enfrentar un punto de no retorno. La incapacidad de los pases ricos de proponer alternativas a la grave situacin que atraviesa el planeta, se agrava con la apuesta de las potencias emergentes en replicar un modelo de consumo y produccin que mina toda posibilidad de hacer frente a la situacin actual; a lo cual tambin hay que aadir el empecinamiento de nuestros pases en glorificar el progreso y el desarrollo moderno, siendo estos los credos irrenunciables de una sociedad de consumo que, cuanto ms se expande, ms miseria y destruccin genera. Esto nos lleva a la constatacin de que toda alternativa real, no puede sino cuestionar, de modo radical, el ya insostenible ritmo de crecimiento de la produccin y consumo actual.

    Todas las posibles soluciones que los Estados se han venido planteando, ha sido dentro del marco de la discusin de Naciones Unidas en los marcos conceptuales que imponen los pases ricos, muchas veces en representacin de los responsables actuales del calentamiento global: la industria petrolera. Es de destacar que el calentamiento global (Cambio Climtico) es producto de una civilizacin petrolera que, en pos de la acumulacin de ganancias extraordinarias, ha decidido literalmente quemar el planeta. En ese contexto se han venido promoviendo Cumbres dentro del Convenio Marco de Naciones Unidas para el

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    Cambio Climtico (CMNUCC), donde, a pesar de reconocerse la necesidad de una cooperacin amplia y una respuesta mundial efectiva para enfrentar lo que prefieren los pases ricos llamar cambio climtico, llaman tan slo a impulsar una adaptacin a tal cambio, bajo el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, como compromiso de las partes firmantes del mismo.

    Los conceptos son la manifestacin de relaciones de poder. En ellos se condensan no slo perspectivas sino, sobre todo, formas de vida. Por eso no se trata slo de palabras sino de luchas de poder. Los trminos mencionados reflejan aquello, el poder de imponer no slo agendas o resoluciones sino hasta visiones en el seno mismo de la ONU, pues la ambigedad que connota una adaptacin, parecera indicar la resignacin instituida de no tocar las estructuras del sistema econmico mundial (que patrocinan los pases ricos), mientras se nos sugiere (a los pases pobres) aprender a convivir con las consecuencias que ha ocasionado una concentracin de riqueza global para beneficio exclusivo del primer mundo, en detrimento de la humanidad restante y la Madre Tierra; cuando lo que urge precisamente transformar son las estructuras mismas del sistema econmico-poltico mundial. Por ello es que, trminos, como el de adaptacin merece, de parte nuestra, por lo menos, su resignificacin. Si de cambios se habla, ni la Madre Tierra ni la humanidad debieran cambiar sino el sistema capitalista. Lo mismo puede decirse de la adaptacin: no es la humanidad la que debiera adaptarse a una situacin creada por el capital transnacional sino ste debiera adaptarse a las necesidades reales de la humanidad sobre todo pobre del mundo.

    No podemos proponernos un pasivo acomodo a situaciones que, cada vez, son ms crticas, sino de imaginar e implementar soluciones integrales, factibles y sostenibles en el largo plazo, lo cual involucra, inevitablemente, una profunda crtica al modelo de produccin, distribucin y consumo actuales, es decir, al capitalismo. No es la humanidad la que debiera adaptarse a esta situacin crtica que enfrentamos sino la economa que ha originado la modernidad. Por eso, las responsabilidades comunes pero diferenciadas, no debiera significar la condonacin de responsabilidad a los causantes actuales de la crisis climtica actual, quienes acumulan riqueza prcticamente quemando al planeta.

    Por ejemplo, el Convenio Marco reconoce que todos los pases sufrimos los impactos del calentamiento global, pero, a su vez, identifica a pases particularmente vulnerables. Son pases cuya cuota de contaminacin global es mnima pero son ms vulnerables por las propias condiciones que posee y, hay que aadir, por las condiciones que los pases ricos les han impuesto. El Convenio seala que son pases de baja altitud, insulares, con zonas costeras bajas, zonas ridas, semiridas, zonas expuestas a inundaciones, sequas, desertificacin y pases con ecosistemas montaosos frgiles; por lo que los pases desarrollados deben apoyar a los pases en desarrollo para adaptarse al cambio climtico.

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    Lo que no se dice es que, estos pases, por lo general del tercer mundo, son fuente de abastecimiento de la energa que consume el primer mundo (y en ningn momento se reconoce condiciones de dependencia y sometimiento que imposibilitan a estos pases contar con, por ejemplo, soberana alimentaria, pues tan slo se mencionan condiciones naturales como si su situacin fuera producto de alguna mala suerte).

    En ese sentido, la Convencin Marco, no le queda ms que reconocer (artculo 4, numeral 8) que, estos pases particularmente vulnerables, sin litoral, de trnsito, son pases cuyas economas dependen en gran medida de los ingresos generados por la produccin, procesamiento y exportacin de combustibles fsiles. Pero esta constatacin es todava retrica, pues de ello no se deduce en el documento que es el mercado mundial el ordenador y clasificador de la desigualdad planetaria, que la propia relacin centro-periferia disposicin geopoltica que explica tanto el desarrollo como el subdesarrollo genera los circuitos de dependencia que son tambin causa de la vulnerabilidad de aquellas economas que dependen en gran medida de los ingresos generados por la produccin, procesamiento y exportacin de combustibles fsiles. Se pretende apoyar a los pases en desarrollo con transferencia de tecnologa y apoyando al desarrollo de sus capacidades, pues se menciona que dependen de energas cuya sustitucin es problemtica; pero no se toma en cuenta las estructuras de dependencia sistemtica que desequilibran sus economas y las convierte en meros suministradores de lo que, precisamente, despilfarra el mundo desarrollado (y que se traduce en el subdesarrollo de la periferia mundial): la energa fsil.

    Bolivia est considerada como uno de esos pases particularmente vulnerables, lo cual tiende a generar en la visin hegemnica una suerte de pasividad, vindose a pases como el nuestro, reducidos a simples receptores de ayuda y, en esa medida, obedientes de los dictmenes de los pases ricos. La vulnerabilidad, en este caso, no debiera suponer una suerte de conmiseracin sino de reparacin obligada que debiera asumir el mundo desarrollado. La vulnerabilidad es producto de la injusticia del sistema econmico global. Lo que ellos llaman ayuda es, en realidad, deuda. Bolivia es uno de los 15 pases con mayor concentracin de biodiversidad en el mundo, lo cual representa un activo estratgico invaluable para el medio ambiente planetario; pero, adems, es promotor a nivel mundial de los derechos de la Madre Tierra y abanderado del paradigma del vivir bien en armona y equilibrio con la Madre Tierra como crtica y superacin del paradigma moderno del capitalismo. Su importancia entonces no puede minimizarse en el contexto actual de crisis civilizatoria que atraviesa la humanidad.

    En ese sentido, los propsitos de la Poltica Plurinacional de Cambio Climtico, a travs de los lineamientos y directrices, respetando los marcos establecidos internacionalmente, obedecen a los preceptos constitucionales que dieron origen

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    Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra 15

    a nuestro Estado plurinacional. El vivir bien, en cuanto equilibrio armnico con la Madre Tierra, es el horizonte que da sentido al proyecto de vida alternativo que nace como crtica al capitalismo. Profundizar la crtica significa potenciar sta nuestra alternativa, de modo que haga posible el trnsito civilizatorio hacia un nuevo horizonte vlido no slo para nosotros sino para el mundo entero. Es por ello que, esta Poltica Plurinacional establece un aprovechamiento racional, factible y sostenible de los recursos naturales, coherente con una relacin equilibrada y armnica con la Madre Tierra, que promueva un nuevo tipo de produccin y consumo (adems de tecnologas y conocimientos alternativos), sobre todo, para generar una economa de la Madre Tierra cuyas prerrogativas vayan en concordancia con el horizonte paradigmtico del vivir bien. La Poltica y el Plan Plurinacional de Cambio Climtico, se constituyen, por lo dicho anteriormente, en la expresin normativa de la transicin hacia el vivir bien.

    En el contexto del Convenio Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climtico (CMNUCC), se han creado mecanismos institucionales para promover y apoyar este tipo de polticas y planes, los cuales sirven para generar jurisprudencia internacional y coadyuvar a la consolidacin de polticas de Estado para afrontar al cambio climtico, pues hay que hacer notar que ninguna poltica estatal podra, por s sola y de modo unilateral, enfrentar la crisis climtica, pues sta tiene caractersticas multidimensionales y slo podra ser exitosa si se la enfrenta regional y globalmente.

    Mientras se siguen diseando y precisando mecanismos de adaptacin, mitigacin, transferencia de tecnologa, financiacin y mecanismos de desarrollo de capacidades, la estructuracin de la Poltica que proponemos, no puede depender de diseos ajenos sino partir de la perspectiva propia, precisando crticamente diagnsticos de situacin local y contexto global.

    Los avances realizados en el desarrollo de planes y acciones especficas de adaptacin, principalmente en los llamados pases ms vulnerables, estos estn todava enmarcados en los diseos de adaptacin que promueve el primer mundo, de modo que, aquella planificacin de adaptacin, aunque seale una manera integral, no pasa de ser local, sin repercusin global. Lo integral aqu no seala lo multidimensional de la perspectiva requerida; por eso se insiste en el desarrollo y transferencia de tecnologa, lo cual desdice aquella necesidad expresada de recuperacin y revitalizacin de saberes. Esta recuperacin es fundamental para proponerse de modo decidido una restauracin del equilibrio sistmico de la Madre Tierra como respuesta a la crisis climtica. Por eso no se trata de una simple adaptacin sino de una restauracin de las condiciones que hacen a un equilibrio pleno de la Madre Tierra como condicin de un restablecimiento de la relacin simbitica que establecen ser humano y Madre Tierra. La crisis climtica es la constatacin de la perdida de ese equilibrio.

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    El desarrollo de capacidades o capacity building, que seala la CMNUCC, debera entenderse como el potenciamiento de capacidades locales que apunten a la no dependencia de la tecnologa sobre todo desarrollista (que es una de las destructoras del medio ambiente), y la promocin de tecnologas alternativas que ya no se deduzcan del patrn energtico hegemnico. Los procesos de adaptacin y mitigacin, debieran enfocarse en los modelos de produccin y consumo actuales y adems promocionados por el primer mundo. Estos procesos debieran dar lugar a la recuperacin y revitalizacin de saberes y conocimientos, prcticas, tcnicas y tecnologas ancestrales y locales, a su promocin y desarrollo cientfico.

    En ese sentido, apoyarse en normativas internacionales es fundamental para que una poltica nacional tenga repercusin regional y global. A propsito de aquello, la CMNUCC manifiesta, en su artculo 4, #1, lo siguiente:

    g) promover y apoyar () la investigacin cientfica, tecnolgica, tcnica, socioeconmica y de otra ndole, la observacin sistemtica y el establecimiento de archivos de datos relativos al sistema climtico, con el propsito de facilitar la comprensin de las causas, los efectos, la magnitud y la distribucin cronolgica del cambio climtico, y de las consecuencias econmicas y sociales de las distintas estrategias de respuesta y de reducir o eliminar los elementos de incertidumbre que an subsisten al respecto; h) promover y apoyar () el intercambio pleno, abierto y oportuno de la informacin pertinente de orden cientfico, tecnolgico, tcnico, socioeconmico y jurdico sobre el sistema climtico y el cambio climtico, y sobre las consecuencias econmicas y sociales de las distintas estrategias de respuesta; i) promover y apoyar () la educacin, la capacitacin y la sensibilizacin del pblico respecto del cambio climtico y estimular la participacin ms amplia posible en ese proceso.

    Una de las metas estratgicas, en el futuro inmediato, tendra que ser el desarrollo de procesos de concientizacin, promocin, recuperacin y revitalizacin de saberes y conocimientos, prcticas, tcnicas y tecnologas locales que apunten a una restauracin del equilibrio sistmico de la Madre Tierra como respuesta a la crisis climtica. Los planes que se estn planteando desde lo local y articulados a niveles subnacionales y a una planificacin a nivel Plurinacional; esto pensado tambin como un modo de contribuir a construir soberanas territoriales, que ya no dependan de relaciones exclusivamente mercantiles y capitalistas (que contribuyen siempre a afianzar las estructuras de dependencia) y que, por medio de normativas pertinentes, puedan garantizar la sustentabilidad de acciones locales y planes de recuperacin y restauracin del equilibrio sistmico de la Madre Tierra, como respuesta nuestra y propia a la crisis climtica.

    Se han hecho avances importantes, a nivel local e internacional, logrando incluso que la propuesta boliviana ante el cambio climtico, sea aprobada en la propia

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    ONU, pero todava hay un gran margen de accin que precisa de clarificaciones conceptuales y de horizonte estratgico. Un primer paso ha sido el Mecanismo Conjunto de mitigacin y adaptacin en el marco de la gestin integral de bosques, lo cual genera la necesidad de cambios sustanciales en toda la perspectiva que, sobre la crisis climtica, an prevalece. La Ley Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien, ha logrado ya establecer bases de una Poltica de Cambio Climtico, definiendo acciones operativas para su aplicacin.

    Es en ese contexto, la necesidad de una profundizacin de la perspectiva que emana de nuestra propia Constitucin en torno al vivir bien, aunado a la crtica situacin planetaria que se ve agudizada por el boicot de los pases ricos en las diversas Cumbres sobre cambio climtico, se hace imperativo estratgico el diseo de una Poltica Plurinacional sobre Cambio Climtico. La clarificacin y la explicitacin de un nuevo proyecto de vida que sea capaz de ser traducida en poltica de Estado, es el contenido y la finalidad de esta propuesta.

    3 CAMBIO CLIMTICO O CRISIS CLIMTICA?

    El discurso hegemnico insiste en un concepto que encubre lo crtico de la situacin planetaria, pues la mencin a un cambio supone una adecuacin natural que la humanidad debera de enfrentar, deslindando responsabilidades a los causantes de, por ejemplo, el incremento en el calentamiento global. Que el clima cambie no significa que se encuentre en estado crnico y tampoco advierte de un urgente y necesario giro en el modelo de produccin y consumo actual. Ante el cambio climtico, los pases ricos ofrecen una adaptacin que no significa nunca la renuncia a su propia dinmica econmica, tampoco la transformacin del sistema econmico y financiero mundial. Todas las apuestas tienden a seguir insistiendo en un sistema econmico que, atrapado en una crisis terminal, slo sabe externalizar sus responsabilidades.

    Hablar de cambio climtico es caer en la trampa de quienes han provocado una situacin que se resisten a enfrentar de modo decidido. No estn dispuestos a afectar sus intereses, tampoco a llamar por su nombre a lo que origina el modelo de vida que tanto pregonan; por eso encubren conceptualmente su responsabilidad y hacen aparecer como normal una situacin crtica. El discurso hegemnico habla de un cambio paulatino, que la humanidad debera aceptar como algo natural, por eso se habla de adaptacin o, en el mejor de los casos, de mitigar los efectos. Jams se habla de las causas.

    El concepto de crisis climtica se acerca ms a la constatacin de que se trata de una crisis provocada por un modelo de vida que, en el despilfarro al que acostumbra, tiene constantemente que quemar y destruir a la Madre Tierra para el disfrute perverso de unos cuantos. La ideologa globalizadora llama a esta apuesta suicida desarrollo. La crisis climtica es consecuencia de la civilizacin

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    petrolera; los impactos ambientales de la explotacin, produccin y consumo de energa fsil est conducindonos a un punto de no retorno. La posicin que asumen los pases ricos (los ms consumidores de petrleo) contiene trampas conceptuales que, cuando se disemina en las instituciones globales, nunca logra reconocer las causas reales de la situacin crtica, por eso las soluciones prometidas resultan falsas. Los mismos que causan los problemas, proponen una adaptacin y mitigacin para seguir lucrando en medio de la crisis.

    4 ESTADO DE SITUACION Y PROBLEMTICA

    4.1 La racionalidad econmica moderna

    La crisis climtica es la consecuencia de una racionalidad econmica que produce irracionalidades. Esta racionalidad es la formalizacin lgica de una forma de vida que, por cinco siglos, se ha venido expandiendo de forma violenta por todo el mundo, descomponiendo sistemas de vida, para reinsertarlas en un mundo codificado segn las necesidades del mercado y el capital global. La disposicin centro-periferia es la consecuencia de una previa clasificacin antropolgica que define las fronteras de lo humano: el centro se auto-comprende como centro, es decir, codifica al mundo segn sus necesidades y define tambin a la Madre Tierra y a la humanidad como el objeto de su proyecto de dominacin. Se trata de la devaluacin de la vida a condicin de objeto, cosa a disposicin; desde lo cual es concebible una economa que ya no tiene por referencia el respeto a la vida sino nicamente la reproduccin del capital y la expansin del mercado.

    Si la referencia ya no es la vida, la economa ya no puede advertir el carcter finito de la fuente de toda riqueza, es decir, la vida misma. Una economa futura ya no puede sostenerse segn los ndices que establece su orientacin exclusiva hacia la acumulacin de la tasa de ganancia. Lo que mueve la economa global son las transnacionales y la competencia de stas en torno a la maximizacin de sus ganancias es lo que est destruyendo a la Madre Tierra; el flujo de capital del Sur al Norte, por la arquitectura financiera del dlar, sostiene la insania (locura) de esa economa, que no slo promueve una produccin irracional (para seguir ganando) sino tambin un consumo irracional (para seguir ganando). El capitalismo se expande por la produccin de ese tipo especfico de consumo, porque en el consumo se realiza no slo el capital sino la forma de vida contenida en la mercanca que se consume; porque lo que se consume, en ltima instancia, es la intencionalidad contenida en la mercanca (si lo que se produce ya no es para vivir sino slo para ganar, el producto se descualifica aunque tenga alta calidad y esto es lo que deshumaniza al consumidor).

    La forma de la produccin produce no slo al productor sino al consumidor tambin. La alienacin prototpica de la produccin capitalista contiene esa

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    constancia, muy poco advertida por el economicismo marxista. Por eso, no es lo mismo producir para ganar que producir para la vida. En el primer caso nadie gana, pues si todo consiste en ganar, gano para que otros pierdan, mi riqueza es miseria ajena, lo producido ya no satisface ninguna necesidad sino se vuelve mediacin para que siga ganando, de ese modo mi produccin ya no me humaniza sino me llena de codicia. Un desarrollo ilimitado es la formalizacin de la pulsin de la codicia hecha forma de vida.

    El hecho de que la racionalidad econmica pertinente al capitalismo, tenga como criterio exclusivo de toda accin racional, en ltima instancia, la acumulacin y concentracin del capital, dan cuenta de una transformacin en el concepto mismo de economa que se opera a partir de la economa neoclsica, culminando en el neoliberalismo, donde la expansin ilimitada e irrestricta de las relaciones puramente mercantiles, manifiesta la apuesta ms despiadada de explotacin inmisericorde hacia la Madre Tierra y la humanidad.

    Es a partir de la teora econmica neoclsica, que se rompe con la tradicin clsica de considerar las necesidades vitales como asunto de la economa; aparece as, y de modo progresivo, un nuevo concepto de sujeto econmico. Se sustituye al sujeto necesitado por un sujeto de finalidades arbitrarias. De ese modo, el concepto de economa cambia, ya no se trata de la satisfaccin de necesidades; la economa trata ahora de elecciones y clculos que desplazan a las necesidades reales y, en el clculo, precisamente, comprime toda una nueva racionalidad econmica.

    En la economa poltica clsica, la miseria era considerada una irracionalidad econmica, aunque se la vea como inevitable. A partir de la economa neoclsica y, ms aun, con el neoliberalismo, la miseria ya no se considera una irracionalidad econmica. El problema para esta nueva economa ya no es la vida humana sino la reproduccin exclusiva del capital: la reposicin del capital se convierte en exigencia racional. Solo a partir de una exhaustiva revisin histrica de esta transformacin en la economa, se nos muestra la contundente afirmacin del desprecio por la vida humana que contiene la economa actual.

    Es precisamente la mercantilizacin sin lmites de la vida entera lo que socava la propia existencia de la humanidad y de la Madre Tierra y lo que provoca la rebelin de los lmites. Esta rebelin se manifiesta como un grito superlativo ya no slo del sujeto humano sino de la propia PachaMama; pues es la propia Madre la que interpela con el propio desequilibrio que manifiesta, como crisis ecolgica, las pretensiones irracionales de la economa actual. Ella misma da testimonio de una situacin crtica que requiere un cambio trascendental que involucra a la humanidad entera. La multiplicacin de las crisis se traduce en crisis civilizatoria y arrastra, en su gravedad, la imposibilidad de la vida. Esta gravedad es la que da lugar al surgimiento de una conciencia cada vez mayor: la necesidad de un nuevo horizonte de vida.

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    Ese nuevo horizonte de vida aparece, ya en los albores del siglo XXI, desde la interpelacin producida por los negados y excluidos en 500 aos de modernidad: las naciones y pueblos indgena originario campesinos de Latinoamrica. La apuesta por un nuevo horizonte viene acompaada por una crtica a la perspectiva eurocntrica que sealaba a nuestros pueblos y culturas como atrasadas, prehistricas y superadas del todo. La forma de vida comunitaria de nuestros pueblos haba sido inferiorizada para hacer aparecer a la vida moderna como la ms superior, en consecuencia, como la nica forma de vida posible de ser desarrollada.

    As nace la sociedad moderna, con el prejuicio congnito de creerse superior a toda otra forma de vida. La devaluacin de las culturas y civilizaciones indgenas es entonces consustancial a la exaltacin de la modernidad como la culminacin providencial de la historia humana. En 500 aos de modernidad, el genocidio hacia los pueblos indgenas no ha cesado; cada nuevo proceso de acumulacin de capital, a nivel global, ha venido siempre acompaado de genocidio, destruccin y guerra en el denominado tercer mundo.

    Pero la resistencia tampoco ha cesado y ha hecho posible, en procesos democrticos como en nuestro pas, entrever la posibilidad de la superacin de la crisis global. Desde Bolivia se ha venido proponiendo al mundo un nuevo lenguaje como: derechos de la Madre Tierra, el Vivir Bien, la descolonizacin y el Estado Plurinacional, comprimen una nueva forma de vida y un nuevo horizonte de sentido que le devuelvan a la humanidad la posibilidad de proponerse un mundo ms justo y digno. Por eso la necesidad de superar el conocimiento hegemnico y restaurar lo olvidado y negado que proviene de lo ms nuestro.

    El capitalismo desarrolla una lgica que se manifiesta en la acumulacin concntrica de riqueza. Esta acumulacin concntrica de riqueza ha venido impulsando un dinamismo en la produccin (adems de la distribucin y el consumo) que es patrocinado bajo los trminos de desarrollo y progreso; cuanto ms se intensifica este dinamismo, ms acumulacin se logra, pero a expensas siempre de los factores que hacen posible la produccin de riqueza, de modo que la intensificacin de este proceso significa destruccin acumulada creciente, que se traduce ahora en crisis ecolgica. Los parmetros mismos que impone un desarrollo y un crecimiento ilimitado son los que empujan una produccin que se convierte en literal destruccin, es decir, se destruye para producir; esta constancia descubre otra, muy arraigada en la economa capitalista: la produccin de energa significa quemar energa. Esto destaca un comportamiento suicida de la economa capitalista, pues lo que se quema, en ltima instancia, es la Madre Tierra.

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    Es entonces la propia racionalidad econmica moderna la que parte de presupuestos que originan esta tendencia auto-destructora. El dinamismo liberado de la produccin acumulada y concntrica de riqueza, ya no puede controlarse sino que, ahora, se hace con el control mismo. La misma lgica del mercado auto-referido empieza a actuar a espaldas de los actores y desplegado su automatismo, decide como un verdadero dolo, la vida y la muerte de los actores. Una economa de los negocios, cuyo nico desvelo es la reproduccin del capital, atenta la vida de los productores y, en ltima instancia, la vida de la Madre Tierra (sin Madre Tierra ni trabajo humano es imposible cualquier produccin). Las ganancias extraordinarias que produce este tipo de economa se traduce, en el largo plazo, en miseria absoluta.

    Eso esconde el gran mito de la riqueza moderna. Es una riqueza que impacta y seduce, y tiene que proceder de ese modo, porque encubre demasiadas contradicciones que desata de principio. En el caso de la riqueza moderna se cumple a la perfeccin aquella sentencia popular: no todo lo que brilla es oro y, cuanto ms brilla, menos oro es. Porque, en efecto, la maximizacin en los rendimientos de la produccin se intensifica y la acumulacin global de riqueza se hace impresionante, lo que se traduce siempre como imagen de progreso y desarrollo; cuanto ms crece la economa se cree que todo est bien, pero este crecimiento connota algo que amenaza al propio crecimiento, pues se trata de un crecimiento unilateral que no integra a todos sino todo lo contrario; describe muy bien la economa abstracta, pero nunca la economa concreta, aquella que tiene que ver con la reproduccin de los productores, la gente de carne y hueso.

    Aunque las tasas de acumulacin crezcan positivamente, esto nunca ha querido significar necesariamente un bienestar real en los productores. La prosperidad entonces es aparente (pues nunca es expansiva) y la acumulacin de la tasa de miseria, que crece exponencialmente en la aceleracin de un crecimiento ilimitado, da cuenta del carcter irracional de este crecimiento que desata, en su propia dinmica, decrecimientos paralelos que van mostrando, hoy por hoy, la insostenibilidad de un proceder econmico cuyas pretensiones ilimitadas atentan a los lmites mismos de la propia vida humana y de la Madre Tierra.

    Todos los criterios de evaluacin econmica, como el PIB, la racionalizacin de las funciones de la produccin, la eficiencia, la competitividad, el equilibrio macroeconmico, el balance fiscal, etc., no sirven para advertir el carcter irracional y las consecuencias que desata una economa divorciada de la vida (segn el premio Nobel de economa, Joseph Stiglitz, aquellos instrumentos que son usados para medir el crecimiento econmico slo sirven para medir la competencia en la produccin material. Nunca se refieren al bienestar real). Son los propios fines que se plantea la economa capitalista los que socavan la sostenibilidad de la misma, con el aadido crtico que esa insostenibilidad arrastra

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    ya la imposibilidad de la vida misma. La economa moderna atravesada por el mito del progreso infinito y el desarrollo ilimitado ya no es capaz de advertir los lmites reales que contiene la vida.

    La pregunta que hoy la economa debiera hacerse es la siguiente: es posible un progreso infinito, sostenido por condiciones que son finitas? Toda produccin de riqueza es posible por la existencia del trabajo humano y la Madre Tierra. Sin estas dos condiciones es imposible cualquier tipo de riqueza. La sobrevivencia de una economa, cualquiera que sta sea, depende de la existencia de ambas; ni siquiera el capitalismo puede sobrevivir ante la ausencia de stas. Pero qu pasa si la misma racionalidad econmica, en funcin del desarrollo, socava las nicas fuentes de riqueza?, si la produccin, en funcin slo de la acumulacin de la ganancia, se traduce en destruccin paulatina y sistemtica de estas fuentes? Pasa que esa economa capitalista se hace irracional y el desarrollo que promueve es un desarrollo regresivo que amenaza, ya no slo la sobrevivencia de tal sistema econmico, sino la sobrevivencia de la vida misma.

    La tendencia del desarrollo moderno contiene esa paradoja que se manifiesta, ya no slo en la produccin amplificada de subdesarrollo, sino en la destruccin acelerada de la Madre Tierra. Cuanto ms desarrollo se imprime, ms se destruye. La tasa de acumulacin de miseria ahora se traslada a la propia Madre Tierra y son las especies las sacrificadas por un desarrollo imparable que amenaza a todo el ecosistema que hace posible la vida de la Madre Tierra.

    La explotacin acelerada se vuelve explotacin inmisericorde que la alienta la dinmica del desarrollo capitalista que, para continuar desarrollndose, desarrolla a su vez ese tipo de explotacin; porque, adems, en esa dinmica se descubre que, cuanto ms se destruye, ms ganancias se logra. La infinitud de este tipo de dinmica, al no tener lmites y al estar siempre activada por una competencia, donde quien no gana pierde, conduce al todo al desequilibrio general; por perseguir todos sus propios beneficios, hasta los ms desafortunados, no hallan otra manera de sobrevivencia que la destruccin de lo que queda.

    Frente a la crisis desatada por una racionalidad (muy presente en la economa y poltica actuales) divorciada de la vida y que funda toda una institucionalidad global pertinente a una produccin de riqueza que se traduce en una paralela produccin de miseria a nivel planetario, surge la demanda de los pueblos del Sur de proponerse un nuevo horizonte de vida que trascienda el actual y que genere alternativas a las crisis que el capitalismo ha generado.

    En Bolivia se consolida esta demanda a partir del denominado proceso de cambio, cuyas prerrogativas insisten en un cambio de paradigma de vida urgente, dada la delicada situacin climtica. Proponerse una nueva economa de la vida,

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    poltica de la vida y cultura de la vida, para la produccin y reproduccin de la vida en equilibrio y armona con la Madre Tierra, ya no es un simple deseo y los retos a los cuales se abre el nuevo Estado plurinacional de Bolivia, conllevan la urgente tarea de contar con una poltica de Estado que responda a la urgente tarea de restaurar las condiciones de equilibrio y armona de la Madre Tierra que, precisamente, es lo que ha venido destruyendo el capitalismo.

    Ese es el contexto crtico epocal que vivimos y que se manifiesta de modo radical en la crisis climtica y el trnsito civilizatorio que enfrenta la humanidad en su conjunto y que reclama alternativas urgentes a la decadencia del sistema capitalista (que arrastra en sta al planeta entero y pone en riesgo la propia vida).

    La transicin civilizatoria tiene que ver con el proceso de reconfiguracin geopoltica global que se vislumbra, ya de modo decidido, en el llamado mundo post-Crimea. La decadencia de la hegemona unipolar norteamericana no es en nada resignada; por ello se atizan balcanizaciones y conflictos regionales en diversas partes del mundo, que muestran la dramtica reconfiguracin en el tablero geopoltico de las reas de influencia. Occidente se resiste a adecuar sus necesidades a un nuevo orden multipolar, en tanto las nuevas potencias emergentes calculan prioridades actuales y futuras de lo que sera un mundo sin un solo centro definido. La negativa del Imperio a admitir la realidad de un nuevo mundo donde su hegemona sea recortada seriamente, le obliga a asumir apuestas extremas. El resto del mundo tampoco tiene mucho margen de accin, pues el escenario actual supone una reconfiguracin en torno al acceso de materias primas y recursos energticos. Lo cual se hace ms evidente en regiones estratgicas y de alto potencial conflictivo. El Medio Oriente es ahora el lugar donde la nueva recomposicin estratgica rene a los actores imprescindibles de este cambio de poca; pero no es el nico, pues el mundo entero se convierte en un tablero donde las potencias emergentes y decadentes, apuestan sus fichas, cuando la disposicin geopoltica del siglo XX ha entrado en crisis.

    En nuestro caso, el esclarecimiento de la perspectiva propia tiene que ver con el esclarecimiento del horizonte de vida que se hace alternativa ante la decadencia del capitalismo y del mundo moderno. Este horizonte reclama la restauracin de la condicin de sujeto de la naturaleza. No es lo mismo el concepto naturaleza que Madre Tierra o Pachamama. El que tenga derechos ya establece su condicin de sujeto, de persona, es decir, de Madre. Tematizar ello supone rupturas epistemolgicas de carcter trascendental, pues significa desmontar los principios mismos desde los cuales aparece la ciencia moderna y, en consecuencia, la economa moderna. El planteamiento que hace Bolivia al mundo tiene, en este sentido, carcter revolucionario; pues lo que se deduce, no es slo brindar el diagnstico crtico de la situacin que nos toca enfrentar sino tambin del cmo superar la crisis misma.

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    4.2 El desarrollo y la crisis climtica

    La imposibilidad fctica de lo ilimitado e infinito del progreso y desarrollo modernos es lo que socava todo, porque para realizarse debe forzar a la realidad a comportarse como si fuese infinita e ilimitada, abstrayendo su carcter finito y obligarla a supeditarse a criterios que no guardan correspondencia ni con su ritmo, ni con su dinmica, ni con su equilibrio; condiciones que, al ser alteradas, destruyen su capacidad de reproduccin.

    De ese modo, las metas que se propone el desarrollo, y el modo cmo concibe implementarlas, socavan al desarrollo mismo, por eso produce situaciones regresivas que dan cuenta de lo insostenible de sus propsitos; pero lo ms grave: atenta a la propia supervivencia del conjunto; esto quiere decir que, para sostener ndices positivos de desarrollo, debe destruir sistemticamente lo que hace posible aquello.

    El desarrollo que se propugna tiene su determinacin especfica: es un desarrollo en torno al progreso tcnico-econmico. Lo que se juzga desarrollado es la capacidad intensiva de acelerar este progreso que es, precisamente, el que socava la fuente de toda riqueza. La combinacin del proceso social de produccin se traduce en un proceso inalterable de destruccin sistemtica. Pero esta destruccin no se concibe como una cuestionante al desarrollo, porque los criterios de ste slo miden, lo que en efecto, aparece como indicador de desarrollo: la acumulacin de riqueza material. Cuanta ms riqueza se produce, ms destruccin se provoca; y la constante que empieza a advertirse indica una apuesta suicida: cuanta ms se destruye, ms se gana.

    La economa misma patrocina lo que la socava. Por ello no halla contradiccin entre el desarrollo y la propia racionalidad econmica. Por eso, al interior de esa racionalidad no se concibe que el desarrollo produzca aquellas contradicciones que aparecen; estas son interpretadas, las ms de las veces, como variaciones (o externalidades) que el propio desarrollo es capaz de perfeccionar; es decir, ante los problemas, la nica respuesta es: ms desarrollo. Esta apuesta es ideolgica y descubre los prejuicios que anidan en ella. Pero esto escapa al simple anlisis econmico; remontar ste significa enfrentar la racionalidad que sostiene al sistema que promueve el desarrollo.

    La concepcin actual de desarrollo nace en un contexto preciso del despliegue de un proyecto determinado que, en su globalizacin, va imponiendo esta concepcin como el lugar de emanacin de los criterios que empiezan a interpretar dicotmicamente la realidad econmica del planeta integrado ya en cuanto mercado mundial. Esta interpretacin dicotmica es ya el despliegue de una concepcin que, desde la conquista del Nuevo Mundo, se ha venido haciendo

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    sentido comn y que, una vez tematizado filosficamente, ser el nuevo marco de interpretacin que otorgar legitimidad al proyecto moderno. Entonces, la concepcin de desarrollo viene delimitada por este contexto que cambia, de modo dramtico, en algo ms de dos siglos, la disposicin geopoltica del planeta en un centro nico que corresponde primeramente a Europa occidental, despus Norteamrica y a todo el planeta restante como la periferia de ese centro. Centro y periferia son lo deducido de la primera dicotoma: civilizado-brbaro. El centro es el lugar de lo humano, por eso el desarrollo acontece all.

    Cuando las nuevas repblicas latinoamericanas (antes bajo la potestad espaola) se independizan, el mundo al cual pretenden integrarse, en calidad de independientes, ya se halla constituido en mercado mundial. La expansin martima del Imperio ingls es expansin comercial y estipula ya el modo de insercin. Para ese entonces, la revolucin industrial no slo ha transformado la produccin de bienes materiales sino tambin el transporte; lo que permite dinamizar las operaciones de importacin y exportacin de mercancas. Los requerimientos del mercado se expanden y tambin las necesidades de la produccin de los centros industriales.

    Las repblicas sopesan su independencia de acuerdo a lo que son capaces de ofrecer al mercado mundial. El haber salido triunfantes de una guerra de independencia no les garantiza aquella sino que ahora deben contar con recursos para sostener la independencia misma. La urgencia que administra el modo de su insercin es que el mundo avanza en una direccin irrevocable, el desarrollo y el progreso, a un ritmo que posterga siempre a la periferia.

    Esta situacin no favorece una administracin ms detenida de la independencia lograda sino que coadyuva a una competencia hasta suicida entre las propias nuevas repblicas. La industrializacin del centro de la economa determina a las nuevas repblicas, dentro del mercado mundial, como meros proveedores de materias primas. El grado de su insercin se delimita por los recursos que puedan ofrecer: venden lo que poseen para poder adquirir lo que se produce en el centro. Ingresan como consumidores y la garanta que presentan para ello, son sus propias materias primas; de ese modo, el modo de su ingreso consiste en hipotecar sus riquezas.

    En esas condiciones, la independencia no les asegura soberana sino es al revs, su independencia resulta el abandono a su propia suerte. Por eso hay inters del Imperio britnico en apoyar la independencia, porque sta consiste en arrinconar definitivamente a Espaa y constituirnos en su mercado. La economa moderna ya es explcitamente capitalista y, de su fase dineraria-mercantil, ahora pasa a su fase embrionariamente financiera. Su expansin entonces impone su propio patrn financiero que administra el mercado en la moneda imperante.

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    Ya desde entonces, la homogeneizacin de los intercambios comerciales en torno a una unidad monetaria (primeramente la libra esterlina) constituye la referencia universalmente reconocida para ser admitido en el mercado mundial; en ese sentido, ingresar significa supeditarse a una convencin que estipula los derechos mismos de quienes ingresan. Las nuevas repblicas buscan desesperadamente dotarse de aquellas unidades monetarias de referencia para ser partcipes plenos, es decir, comprar y vender. Pero en una situacin desigual, cuando lo que se compra es ms de lo que se vende (porque los precios de las materias primas no son estipulados por los productores), las unidades financieras empiezan a actuar ms como las unidades de referencia universal para el pago de deudas.

    Esas unidades de referencia son ahora el medio idneo para valorizar los derechos de propiedad; los cuales son ahora exclusividad de los detentadores de aquellas unidades de referencia, porque los propietarios de materias primas dejan de serlo en la medida en que lo que poseen es apenas la hipoteca que garantiza su participacin.

    Esta constante se halla administrada desde aquella dicotoma que precisa hacerse constante para producir aquello que aparece como doctrina de los centros industriales: el desarrollo. El mundo se encuentra estructurado de ese modo y la doctrina que patrocina es la constatacin emprica de esa estructura. Pero la doctrina no nace de s. Lo que es doctrina es la explicitacin de los criterios que organizan una interpretacin dicotmica de la realidad.

    Cuando aparece el desarrollo aparece tambin el subdesarrollo, lo que evidencia una situacin dicotmica que se corresponde al modo cmo se comprende, a s misma y al mundo, la subjetividad moderna. La primera dicotoma no es entonces desarrollo-subdesarrollo sino que, esta dicotoma, es la consecuencia lgica de otro tipo de dicotomas anteriores que fundan, en definitiva, esta ltima.

    La contradiccin que manifiesta un mundo atravesado por el desarrollo, produce la aparicin de centros desarrollados y periferias subdesarrolladas. En esta contradiccin se constata que el desarrollo no se sostiene a s mismo; porque la constante que se verifica es que los recursos (en cuanto, materias primas) se hallan en la periferia, mientras que la produccin de bienes materiales en un centro determinado.

    Esta divisin del trabajo no es indiferente sino la condicin que produce la disparidad en los beneficios; la mantencin de esta condicin garantiza la diferencia cualitativa entre centro y periferia. La periferia, en cuanto suministradora de recursos (sin aprovechamiento autctono), es la que garantiza el desarrollo de un centro que aprovecha estos recursos en beneficio propio.

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    El desarrollo capitalista depende entonces del aprovechamiento de ventajas determinadas que se traducen en el desequilibrio paulatino de cierto mbito perifrico que sostenga el desarrollo de un centro determinado. En ese sentido, condicin para hacer posible el desarrollo, en situacin siempre de competencia, es producir paralelamente algn subdesarrollo, como garanta del desarrollo. Esta contradiccin se da en un sistema-mundo atravesado por el desarrollo; es decir, el subdesarrollo no es algo anterior al desarrollo sino una contradiccin inherente al propio desarrollo. Para que haya desarrollo tiene que producirse subdesarrollo. Para que haya centro debe haber periferia. Lo cual nos lleva al ncleo de emanacin de esta suerte de dicotomas.

    La modernidad nace produciendo dicotomas. El capitalismo mismo es posible por estas dicotomas de carcter estructural. En ese sentido, la conquista del Nuevo Mundo es, no slo lo que hace posible el que haya acumulacin originaria en el capitalismo sino que la conquista es la condicin histrica que funda el proyecto que hace posible al capitalismo. Sin la conquista y posterior colonizacin es imposible que Europa se conciba como centro. Ser centro no es una determinacin slo geopoltica; es, en primera instancia, antropolgica. Se es centro desde una posicin privilegiada que asume una subjetividad que se concibe, a s misma, como criterio de toda interpretacin de la realidad. El mundo ya no es un misterio sino el espacio a disposicin de un proyecto de dominacin. Si la conquista pone a Europa en el centro, lo conquistado es su primera periferia. Entonces, no hay centro sin periferia, por lo tanto, sin el Nuevo Mundo, Europa no poda concebir jams su centralidad.

    La conquista es el suelo emprico donde se reconstituye una subjetividad (en tanto subjetividad moderna) a costa de otra. La positividad que ha de lograr en su subjetividad (en su humanidad) es produciendo la negatividad en otra subjetividad; de ese modo ha de legitimar hasta su aniquilacin. La anulacin de la humanidad del indgena (y del afro despus) es condicin para proponerse las condiciones privilegiadas de su humanidad: su humanidad se llena de toda la humanidad que ha despojado de su vctima.

    Cuando declara que aquella vctima no es vctima sino inferior, ha descubierto la fuente de inversin de todos los valores que pregona. Declarando la inferioridad de su vctima, produce su superioridad. No hay una sin la otra. Es una dialctica maldita que envuelve hasta el sentido mismo de las emancipaciones futuras: se es superior en tanto haya inferiores. En consecuencia, la constitucin de una subjetividad moderna no puede sino producir esta suerte de contradicciones, las cuales generan fiel al suelo fundacional del cual parten desigualdades crnicas; pues su constante ha de ser siempre el constituirse desconstituyendo siempre a otro. Esta dialctica reproduce una dominacin que, naturalizada en la dicotoma superior-inferior, desarrolla una constante de carcter progresivo: nace el mito

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    civilizatorio del mundo moderno. El inferior es salvaje por naturaleza, es atrasado; el superior es el desarrollado, el heraldo de la civilizacin humana; la violencia que desata ya no es violencia sino el precio que exige su misin civilizadora en el mundo.

    La misin civilizadora cobra jugosos beneficios cuyo destinatario es exclusivamente Europa. La administracin de esa centralidad es lo que da origen a una economa que tiene, en la concentracin progresiva de riqueza, el control de sistemas heterogneos del trabajo y la potestad del comercio mundial. La constitucin de esa centralidad es el presupuesto histrico que destaca un hecho que no es anecdtico sino constitutivo de la misma expansin econmica.

    Es en la conquista donde se va constituyendo una subjetividad que se auto-comprende como criterio de referencia nica de toda la expansin que produce. Es la autoconstitucin de un ego autocentrado que experimenta un hecho sin precedentes: pasa de ser un simple hidalgo al ego ensoberbecido de quien puede deponer a emperadores de millones de sbditos y ponerse a s mismo como seor de todo cuanto viere y poseyere. Experiencia el seoro como dominacin absoluta. Aquel ego que personifica un Corts, como el modelo de conquistador que lo arriesga todo por tener tambin todo, ser despus el ego que fundamente la verdad en las ciencias. La ciencia y la filosofa moderna parte siempre de un ego, de un yo abstracto, sin cultura ni historia, que se autoproclama como un ojo de Dios, que juzga todo, pero nunca se juzga a s mismo. Por eso la violencia que desata no es nunca criticada sino siempre justificada.

    La modernidad es la constitucin de esa centralidad, en cuanto superioridad fctica que despliega su dominacin ante la indefensin de un otro despojado de su humanidad. Una superioridad que se muestra blicamente es una superioridad que transfiere, para s, las determinaciones de su nueva condicin; pero esas determinaciones no las produce ella misma sino que son el resultado de un vaciamiento sistemtico de la humanidad del otro (de aquella relacin que establece en trminos de dominacin). El otro es la condicin que hace posible toda esa transferencia reconstitutiva de una subjetividad que experimenta, por vez primera, un seoro absoluto.

    La expansin es entonces dominacin. El derecho nace como derecho de la conquista. Lo que expande es la confirmacin de sus dominios; expansin financiada con la sangre de su conquista. El indgena (y el afro), ya no son reconocidos como vctimas sino devaluados, en lo venidero, como inferiores, y aparecen en la ideologa del mundo moderno como el eslabn ms bajo en la clasificacin humana. De ese modo se concibe la categora de atraso y pre-moderno, lo cual se especifica en una categorizacin hasta moral de una nueva antropologa: el salvaje, como lo opuesto al civilizado, evidencia una clasificacin racial que ha de fundar las clasificaciones posteriores del mundo moderno.

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    Esta clasificacin es fundamental para los patones de las estructuras de poder; desde ella se clasifica no slo la divisin del trabajo, sino tambin el sistema-mundo, clasificando los mercados y el comercio, los recursos y la poblacin mundial. Toda clasificacin tiene, de ese modo, su paradigma antropolgico, en esta clasificacin racial que naturaliza relaciones de dominacin como la ms eficaz estructura de poder que jams se haya conocido.

    La estratificacin social y aristocrtica que produce y desarrolla el mundo moderno, tiene su fundamento en una concepcin racista de la humanidad. Esta clasificacin antropolgica tiene el propsito de ubicar las diferencias, incluso en el mbito moral, en una suerte de lnea evolutiva, que parte de un estado natural, no plenamente humano, donde se encontraran el indgena y el negro (y posteriormente todos quienes no son blancos europeos) y que, por medio de la civilizacin (entendida ya slo como civilizacin moderno-occidental), se desarrolla, hasta alcanzar la madurez evolutiva, lograda slo por el individuo moderno.

    Este paradigma resignifica la ciencia histrica, propiciando una periodizacin que consagra una supuesta lnea evolutiva que culmina con la era moderna: prehistoria-esclavismo-feudalismo-modernidad. Todas las historias se acomodan a esta descripcin, apareciendo como anteriores a lo moderno y, en consecuencia, obligados al desarrollo.

    De all es que se concibe esta categora econmica, social, cultural y civilizatoria, de desarrollo. sta categora carga el prejuicio moderno por antonomasia: el racismo; pues sta surge de una dicotoma que le es consustancial: superior-inferior. Por eso el desarrollo es lo prescrito, como obligacin, incluso moral, que los pases ricos predican en su expansin; el desarrollo se convierte en el nuevo imperativo, por el cual se integra al mundo entero al sistema econmico que se est globalizando: el capitalismo. Las instituciones mundiales nacen con este prejuicio, encubriendo de modos, cada vez ms sofisticados, el precio de ese desarrollo: el subdesarrollo consecuente de los pases pobres (impedidos del desarrollo por razn de su inferioridad, slo ingresan a la arena global como garantes del desarrollo ajeno).

    Si los pases pobres, convertidos en periferia de los centros desarrollados, se condenan a ser meros portadores de recursos para el primer mundo, es porque hay, de modo previo, una devaluacin antropolgica de su humanidad: son prescindibles porque son inferiores, es decir, no plenamente humanos.

    Pero no se trata del simple apetito de algunos sino que la racionalidad econmica misma se hace irracional. Los actores pueden cambiar pero, aun as, la racionalidad sigue siendo la misma. Una economa entendida como ciencia de los

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    negocios, deviene en el negocio de la vida o la vida convertida en puro negocio. El concepto de negocio, business, es lo deducido de la experiencia anglosajona de comercio desigual con los indgenas norteamericanos; el aprovechamiento de oportunidades consiste en hacer ventajas nuestras las desventajas ajenas.

    Slo es concebible el negocio si la ganancia no es igual. La desigualdad es siempre presupuesta en toda operacin econmica que se entiende en trminos de negocio. Que la Madre Tierra y la vida constituyan ahora, de modo explcito, negocio, muestra un aprovechamiento mucho ms desproporcionado; lo cual descubre el carcter ilusorio de unas metas, que se asumen infinitas. Porque el crecimiento ilimitado al que tiende una economa de los negocios descubre, como consecuencia directa, la rebelin de los lmites de ese modo de crecer indefinido.

    Por eso el desarrollo anuncia un proceso regresivo. Habiendo hecho abstraccin de la condicin finita de toda base material, sostiene sus pretensiones sobre lo que no hay. El desarrollo se hace ilusorio, aunque se presente como lo ms realista. Su realismo consiste en la renuncia metdica a la realidad; slo haciendo abstraccin de la realidad, de su carcter finito, puede imaginarse un desarrollo ilimitado. Pero esta ilusin no puede suplantar a la realidad y, cuando pretende aquello, es cuando su carcter destructivo se desnuda.

    Goya deca que el sueo de la razn produce monstruos, del mismo modo, las ilusiones del desarrollo producen subdesarrollo, pero ya no slo en su periferia sino en el propio centro, lo cual se manifiesta en lo regresivo de las tendencias que anuncia; destruyendo todo, el desarrollo subdesarrolla a la vida misma. Por tenerlo todo, acaba no teniendo nada; su tendencia regresiva es tendencia suicida.

    Los lmites aparecen cuestionando ese carcter ilimitado. La humanidad grita, la Madre Tierra grita; todo el mundo admite la insostenibilidad del ritmo acelerado de las dinmicas del desarrollo, pero la economa no se detiene, los mercados y la acumulacin global siguen creciendo, es ms, en plena crisis, las ganancias logran ndices fabulosos. Un mundo atravesado por el desarrollo, manifiesta la irracionalidad de lo racionalizado. El desarrollo entonces manifiesta esta irracionalidad que, a ttulo de lo ms racional, hace posible la destruccin sistemtica de toda fuente de riqueza: lo ms racional es lo ms til y lo ms til es lo que produce ganancias.

    4.3 Lo til y lo intil

    Lo racionalizado es el clculo de utilidad que mide todo convertido en negocio; la razn se instrumentaliza y calcula todo en vistas a la utilidad propia. Una economa fundada en esta racionalidad, slo puede devenir en una ciencia de los negocios; los actores econmicos slo pueden actuar de acuerdo a esa racionalidad y provocar, sin que se lo propongan conscientemente, la destruccin mutua.

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    Cada uno piensa que su accin individual no afecta al resto, de modo que su accin se circunscribe exclusivamente al clculo de utilidad propia que hace cada uno (en vista de sus propios intereses); todos piensan de ese modo, que lo nico racional es el beneficio particular y, cuando todos persiguen exclusivamente sus propios beneficios, la convivencia se encuentra amenazada.

    Hay unos que ganan y otros que pierden y la competencia de los que ganan hace que ms pierdan los que pierden. La accin calculadora no es capaz de calcular que los efectos de la accin individual producen consecuencias en el conjunto, consecuencias por las cuales ya no se responsabiliza nadie, porque lo nico que es considerado propio son las utilidades. Nadie asume responsabilidades porque la responsabilidad es circunscrita al clculo medio-fin que todos cumplen con celo; todos los actores se desentienden de toda responsabilidad que no se circunscriba al cumplimiento exclusivo de sus propios beneficios.

    Lo racional es entonces desentenderse de los efectos negativos del conjunto; cuando todos hacen el clculo de utilidad respectivo, caen en cuenta que hacer algo, no genera ganancias, en consecuencia, no hacen nada. Todos, al perseguir exclusivamente sus propios intereses, ganan relativamente, pero pierden absolutamente. Eso es lo que sucede en las Cumbres sobre el clima: todos los pases ricos, al hacer el clculo de utilidad respectivo, caen en la cuenta que hacer algo por el planeta no genera ganancias, por lo tanto no hacen nada. Calculan muy bien y llegan a la conclusin que lo ms racional es no hacer nada.

    En eso consiste la irracionalidad de lo racionalizado. Esta irracionalidad, que se manifiesta en la exclusin, explotacin y subversin de todas las relaciones humanas y la destruccin de la naturaleza, es legitimada por el propio sistema jurdico que ampara la propiedad privada y el capital. Estas irracionalidades se deducen de las leyes del mercado, por eso el sistema jurdico liberal, pertinente al capitalismo, est siempre del lado del proceso destructivo. Por eso la legalidad burguesa denuncia como limitaciones de la libertad cualquier intento de regular o contener estas irracionalidades. Es decir, la propia libertad es transformada en el motor moral de la irracionalidad de lo racionalizado. De ese modo se convierte en legal explotar al otro o destruir a la Madre tierra. Por eso se concibe que la destruccin es inevitable. La propia legalidad libera de toda responsabilidad a los causantes de la destruccin del medio ambiente. La accin racional se hace fragmentaria y, de modo fragmentario, la libertad individual es la pura inercia de ese proceso destructivo que, en consecuencia, se vuelve auto-destructivo.

    La rebelin de los lmites manifiesta el carcter auto-destructivo de la racionalidad moderna, que produce un individuo sin referencia comunitaria alguna. El ismo de su ego, le amputa toda referencia que no sea su propio yo. La lgica de la acumulacin ilimitada precisa de estos egos atomizados; la sociedad moderna se

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    constituye de ese modo, cuya referencia de vida la constituye el mercado y, como tal, las relaciones humanas, circunscritas a la lgica del mercado, aparecen como puras relaciones mercantiles.

    La atomizacin, enajenacin y cosificacin de la vida son las consecuencias de esta mercantilizacin; al convertir todo en mercanca, uno mismo se convierte en aquello. El proceso de auto-destruccin que sucede afuera se refleja adentro. Los lmites se rebelan, hasta en nosotros, para mostrarnos la irracionalidad de una racionalidad que destruye sistemticamente todo tipo de relaciones comunitarias, para imponer relaciones sociales entre individuos enfrentados, unos a los otros, en su puro clculo de inters individual.

    Por eso el capitalismo no es slo una economa sino una tica; porque la racionalidad que le sostiene contiene una estructura de valores que le dan sentido a la accin propia de los actores y permiten el desarrollo de la propia estructura econmica. En esta estructura de valores es que aparece el mbito que da sentido, no slo a la accin individual, sino a la propia estructura de clases, donde los individuos se sitan de modo natural, legitimando as el sistema econmico. Pero no es una tica a priori sino la tica resultante del automatismo del mercado.

    El capitalismo aparece entonces como la economa resultante de este automatismo; es decir, no es una economa pensada desde las necesidades humanas y, por eso mismo, deviene en una economa de los negocios, cuya referencia ya no es, por definicin, la vida humana (y menos la vida de la Madre Tierra). Una ciencia de los negocios tiene como referencia al mercado, el criterio regulador de las normas del sistema econmico se deduce de la tica del mercado; sta da sentido y cohesin al conjunto del sistema objetiva y subjetivamente, porque a las estructuras institucionales, le corresponden estructuras intersubjetivas.

    El individuo se reconoce en el sistema porque el sentido de ambos se corresponden; la legalidad vigente expresa los valores que hacen a la moral individual. El mundo de la ley es la objetivacin de la tica presupuesta. Entonces, el sistema en su conjunto funciona porque, objetiva y subjetivamente, la sociedad est activada desde aquel principio regulador que comprime la tica del sistema como principio de racionalidad de toda accin.

    El clculo de inters y utilidad propia es lo que circunscribe a la igualdad formal jurdica, las relaciones contractuales, el respeto a la propiedad privada, como constitutivas de la tica capitalista. Todas ellas presuponen un tipo de relacin especfica de ajenidad recproca; como no se sienten pertenecientes son individuos sin comunidad, lo nico que puede unirles es aquello que pueden comerciar, o sea, comprar o vender. El inters de cada uno se convierte en inters general.

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    Ese es el gran mito del mercado y funda la tica que norma la estructura de funcionamiento de la sociedad moderna. Su especificidad es esta racionalidad especfica del capitalismo. Cuando el principio regulador de toda la vida es el inters propio, el clculo de este inters se convierte en principio metdico, por el cual, trabajo y Madre Tierra aparecen como objetos de este tipo de clculo; la maximizacin de los beneficios obtenidos se traducen en acumulacin.

    Pero si ese clculo es principio regulador de toda una sociedad, la competencia de los intereses hace que la acumulacin se haga concntrica, y si toda una sociedad mide sus expectativas de acuerdo al grado de acumulacin que se logra, entonces los individuos ya no ven su inters como puro inters egosta sino como un servicio y hasta un sacrificio que hacen a la sociedad.

    Los intereses particulares ahora hallan su legitimacin en contribuir, mediante esa acumulacin hecha ahorro, a la acumulacin general y al progreso y desarrollo econmicos. Pero la acumulacin capitalista no la produce el ahorro sino la acumulacin de plusvala, que es acumulacin de explotacin; entonces, para producir ms acumulacin se debe desarrollar las formas de explotacin. Y el desarrollo quiere decir, precisamente, eso.

    El desarrollo que concibe la produccin capitalista es precisamente el desarrollo que por su carcter ilusorio, su dinmica y sus propias metas no puede sino destruir sistemticamente aquello que lo hace posible. Por eso los lmites se rebelan y muestran, ya no slo su insostenibilidad sino la irracionalidad misma que le contiene.

    Una crtica al mito del desarrollo sera el desarrollo de la crtica que hace Marx al sistema de categoras de la economa burguesa. Si el marxismo del siglo XX nunca cuestion, ni el desarrollo, ni el progreso moderno, puede explicarse por la ausencia, en sus reflexiones, del paso metodolgico que implicaba la superacin dialctica del horizonte de vida moderna. Se trataba de pasar metodolgicamente del modelo ideal que presupone el capitalismo la modernidad al horizonte de vida de nuestros propios pueblos. Pero como estos, desde los prejuicios modernos, aparecan como lo pre-moderno, es decir, salvajes, irracionales, atrasados, brbaros, etc.; lo nico que apareca como pensable era el horizonte moderno y, desde ste, lo nico posible era modernizarse.

    De ese modo, el desarrollo y el progreso, no slo se mostraban como lo ms racional, sino como lo nico posible para salir del subdesarrollo. Pero la insistencia de esa apuesta nunca logr el desarrollo sino que ahond an ms el subdesarrollo. Situarse en otro horizonte de vida significaba haber trascendido el modelo ideal que justifica, en ltima instancia, al capitalismo y a sus mitos, como el desarrollo.

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    4.4 El contexto internacional

    En todos los escenarios de Naciones Unidas varios pases desarrollados vienen promoviendo sistemticamente para el mundo un nuevo paradigma: la economa verde. Lo que para Bolivia esto no es ms que capitalismo verde o colonialismo ambiental, por ser mediticamente una visin que fomenta la cultura del capital y de la muerte.

    En efecto, la prdida de conexin con la naturaleza por los procesos de urbanizacin de la sociedad moderna del sistema capitalista, extractivista y consumista sin lmites, pretenden expandir la lgica de mercados, asignando un valor a las funciones ambientales o llamados servicios ecosistmicos para beneficio de una sociedad industrializada.

    Detrs de este postulado se pretende desligar las responsabilidades de los pases desarrollados en el apoyo al crecimiento integral de los pases en desarrollo, transfiriendo las responsabilidades principales de la construccin de la economa verde a los esfuerzos del sector privado. Para ello, las prioridades de los pases desarrollados es expandir los mercados de carbono para mitigar el cambio climtico y expandir los mismos hacia los servicios que presta la Madre Tierra a la humanidad, empezndose a valorizar enfticamente la economa en la asignacin de precio a dichos servicios. Es as que la respuesta a la proteccin de la Madre Tierra para el sistema capitalista, es monetizar y crear mercados con la propuesta del pago por servicios ecosistmicos. Finalmente, se trata de incorporar este valor del capital natural en las cuentas ambientales de los pases, de tal modo que se haga visible el valor de la diversidad biolgica y funciones ambientales frente a las decisiones de los pases con relacin a sus acciones de desarrollo.

    Por las irreparables consecuencias del desarrollo moderno indefinido que amenaza a la produccin y reproduccin natural de la Vida Humana y de la Madre Tierra, es necesario que los pases desarrollados vuelvan a crear una conexin entre los seres humanos y la Madre Tierra.

    En esta dinmica, desde el Estado Plurinacional de Bolivia, as como muchos pases donde no se ha dado un proceso de distanciamiento o ruptura entre los seres humanos con la Madre Tierra, desde la lucha de los pueblos del mundo para construir una cultura de vida, igualdad, justicia y equidad, que se nutre de las fuerzas productivas comunitarias y de la lucha anticolonial permanente de las poblaciones indgena originario campesinas contra el Estado colonial y republicano; y de las luchas obreras y movimientos sociales contra los intereses capitalistas del imperialismo, en el marco del reconocimiento del principal aporte. Bolivia en los diferentes foros internacionales de Naciones Unidas, mediante

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    el Presidente Evo Morales Ayma y las principales autoridades y representantes del Estado Plurinacional, tuvieron el privilegio de plantear al mundo un nuevo paradigma de cultura de vida, como un nuevo horizonte civilizatorio del Vivir Bien en armona y equilibrio con la Madre Tierra, propuesta alternativa al sistema capitalista mundial de la cultura de la muerte.

    En su intervencin el Presidente Evo Morales, trata de la diferencia de dos paradigmas:

    Tenemos dos formas de vida, por tanto estn en debate dos culturas de vida: la cultura de la vida y la cultura de la muerte (). La cultura de la muerte, que es el capitalismo es el vivir mejor a costa del otro; y la cultura de la vida Cules son las profundas diferencias entre el Vivir Bien y el vivir mejor. El vivir mejor [es] vivir a costa del otro, explotando al otro, saqueando los recursos naturales, violando a la Madre Tierra, privatizando los servicios bsicos. Mientras que el Vivir Bien, es vivir en solidaridad, en igualdad, en complementariedad, en reciprocidad, no es el vivir mejor? (Evo Morales, COP15, Copenhague-Dinamarca, 2009).

    Ante el avance de la propuesta del paradigma mundial de la economa verde el Estado Plurinacional de Bolivia plantea al mundo, el paradigma del Vivir Bien en armona y equilibrio con la Madre Tierra, como horizonte civilizatorio alternativo al capitalismo, y solucin al deterioro, degradacin ambiental y erradicacin de la pobreza; para la construccin de una cultura de vida.

    4.4.1 Vivir Bien en armona y equilibrio con la Madre Tierra

    En la Conferencia de Rio+20 El futuro que queremos (Ro de Janeiro, Brasil, 2012), el Estado Plurinacional de Bolivia ha insistido en el reconocimiento de la existencia de diferentes enfoques y visiones para alcanzar el desarrollo sostenible. Al mismo tiempo, durante las negociaciones de la Conferencia ha criticado fuertemente al enfoque nico de uso sustentable de la biodiversidad, de economa verde promovido por los pases desarrollados. Sin embargo, en el documento final de esta Conferencia se ha establecido que la economa verde no es un enfoque, sino solamente una de las muchas herramientas existentes para avanzar hacia el desarrollo sostenible; por lo que en su redaccin se reconoce que:

    existen muchos enfoques, visiones, modelos y herramientas disponibles a cada pas, de acuerdo a sus circunstancias nacionales y prioridades, para alcanzar un desarrollo sustentable en sus tres dimensiones, que es nuestra meta mayor (Rio+20, prrafo 56, 2012).

    Bolivia en esta negociacin, ha logrado tambin incorporar otras decisiones importantes vinculadas al reconocimiento de la Madre Tierra, en las siguientes clusulas:

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    39. Reconocemos que el planeta Tierra y sus ecosistemas son nuestro hogar y que Madre Tierra es una expresin comn en muchos pases y regiones, y observamos que algunos pases reconocen los derechos de la naturaleza en el contexto de la promocin del desarrollo sostenible. Estamos convencidos de que, para lograr un justo equilibrio entre las necesidades econmicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras, es necesario promover la armona con la naturaleza.

    40. Pedimos que se adopten enfoques holsticos e integrados del desarrollo sostenible que lleven a la humanidad a vivir en armona con la naturaleza y conduzcan a la adopcin de medidas para restablecer la salud y la integridad del ecosistema de la Tierra.

    La decisin del Primer Consejo de Gobierno del Programa de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente (PNUMA) y la Primera Reunin Mund