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HERRI PROGRAMA 2011 POLITICA SOCIAL Como consecuencia de la crisis económica de los últimos años y las políticas neoliberales que se han desarrollado amparándose en ella, las necesidades sociales, la pobreza y la exclusión social, casi se han duplicado en Euskal Herria: A día de hoy más de 175.000 personas están paradas, excluidas socialmente y sin medios económicos de subsistencia; otros muchos ciudadanos subsisten gracias a pensiones o jubilaciones míseras. Cada vez se nos impone una política anti-social con mayores recortes. En estos momentos las prestaciones sociales no aseguran unos ingresos mínimos. A pesar de que muchas veces pase desapercibida, la pobreza tiene una presencia cada vez mayor en la sociedad en la que vivimos. Siendo un elemento que ineludiblemente debemos tener en cuenta y afrontar. En el contexto actual, debemos mencionar la situación que vive la juventud de Euskal Herria. En concreto, se debe mencionar la función específica que cumple en la sociedad capitalista de hoy en día el llamado "colchón familiar". y es que el siguiente dato resulta realmente significativo: si la mayoría de la juventud de Euskal Herria optará por abandonar el hogar familiar la tasa de pobreza aumentaría un %60. Para hacer frente a esta situación, es imprescindible hacer frente al modelo capitalista patriarcal. En el camino al socialismo, también es necesario tomar medidas estructurales que aseguren unas condiciones de trabajo dignas y el reparto de la riqueza. Es necesario hacer frente a todos los niveles, a los responsables de la crisis actual, la banca y las políticas neoliberales. Entre las medidas a impulsar y que necesitan del compromiso de todos se encuentra; el fomento del trabajo digno, proponemos la reducción de la jornada laboral y acabar con la temporalidad contractual. En cuanto al reparto de la riqueza, proponemos como primer paso que todas las personas que no tengan unos ingresos mínimos reciban un salario social equiparable al salario mínimo interprofesional (SMI). De cara al futuro, fomentaremos un debate para definir el umbral de pobreza de Euskal Herria, que será utilizado para establecer los ingresos mínimos para vivir con dignidad. Evidentemente, los ayuntamientos no tienen capacidad para responder a todas las necesidades y urgencias sociales que tienen entre sus ciudadanos y ciudadanas, pero si la capacidad de exigir a otras instituciones que cumplan con sus obligaciones al respecto, además de, en la medida de sus posibilidades, enfocar su política municipal en esta dirección. Para poner en marcha las medidas citadas, debemos reivindicar y trabajar en pos de una política fiscal y presupuestaria de izquierdas y redistributiva para todo Euskal Herria. Ello se traduce en la lucha en contra del fraude fiscal, en tomar medidas para impedir la evasión fiscal posibilitada por la propia legislación, en reformar el IRPF para garantizar su progresividad, pedir la re- implantación del impuesto de sociedades... Para ello, sin embargo, es imprescindible tener voluntad política. Voluntad que no muestran quienes hoy en día tienen la principal responsabilidad. De cualquier manera, no nos podemos conformar con realizar estas peticiones globales únicamente a nivel nacional y en las instituciones provinciales. Aunque los presupuestos municipales son cada vez más limitados, también es posible dar pasos efectivos para luchar en contra de las necesidades sociales y la pobreza desde los propios ayuntamientos. Sólo hace falta voluntad política.

Politica social

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HERRI PROGRAMA 2011 POLITICA SOCIAL

Como consecuencia de la crisis económica de los últimos años y las políticas neoliberales que se han desarrollado amparándose en ella, las necesidades sociales, la pobreza y la exclusión social, casi se han duplicado en Euskal Herria: A día de hoy más de 175.000 personas están paradas, excluidas socialmente y sin medios económicos de subsistencia; otros muchos ciudadanos subsisten gracias a pensiones o jubilaciones míseras. Cada vez se nos impone una política anti-social con mayores recortes. En estos momentos las prestaciones sociales no aseguran unos ingresos mínimos. A pesar de que muchas veces pase desapercibida, la pobreza tiene una presencia cada vez mayor en la sociedad en la que vivimos. Siendo un elemento que ineludiblemente debemos tener en cuenta y afrontar. En el contexto actual, debemos mencionar la situación que vive la juventud de Euskal Herria. En concreto, se debe mencionar la función específica que cumple en la sociedad capitalista de hoy en día el llamado "colchón familiar". y es que el siguiente dato resulta realmente significativo: si la mayoría de la juventud de Euskal Herria optará por abandonar el hogar familiar la tasa de pobreza aumentaría un %60. Para hacer frente a esta situación, es imprescindible hacer frente al modelo capitalista patriarcal. En el camino al socialismo, también es necesario tomar medidas estructurales que aseguren unas condiciones de trabajo dignas y el reparto de la riqueza. Es necesario hacer frente a todos los niveles, a los responsables de la crisis actual, la banca y las políticas neoliberales. Entre las medidas a impulsar y que necesitan del compromiso de todos se encuentra; el fomento del trabajo digno, proponemos la reducción de la jornada laboral y acabar con la temporalidad contractual. En cuanto al reparto de la riqueza, proponemos como primer paso que todas las personas que no tengan unos ingresos mínimos reciban un salario social equiparable al salario mínimo interprofesional (SMI). De cara al futuro, fomentaremos un debate para definir el umbral de pobreza de Euskal Herria, que será utilizado para establecer los ingresos mínimos para vivir con dignidad. Evidentemente, los ayuntamientos no tienen capacidad para responder a todas las necesidades y urgencias sociales que tienen entre sus ciudadanos y ciudadanas, pero si la capacidad de exigir a otras instituciones que cumplan con sus obligaciones al respecto, además de, en la medida de sus posibilidades, enfocar su política municipal en esta dirección. Para poner en marcha las medidas citadas, debemos reivindicar y trabajar en pos de una política fiscal y presupuestaria de izquierdas y redistributiva para todo Euskal Herria. Ello se traduce en la lucha en contra del fraude fiscal, en tomar medidas para impedir la evasión fiscal posibilitada por la propia legislación, en reformar el IRPF para garantizar su progresividad, pedir la re-implantación del impuesto de sociedades... Para ello, sin embargo, es imprescindible tener voluntad política. Voluntad que no muestran quienes hoy en día tienen la principal responsabilidad. De cualquier manera, no nos podemos conformar con realizar estas peticiones globales únicamente a nivel nacional y en las instituciones provinciales. Aunque los presupuestos municipales son cada vez más limitados, también es posible dar pasos efectivos para luchar en contra de las necesidades sociales y la pobreza desde los propios ayuntamientos. Sólo hace falta voluntad política.

1. Desenmascarar las ayudas institucionales actuales (Renta básica, REMI de Iparralde y AES de la CAV). Hay dos razones fundamentales para ello: por un lado, es imposible vivir con dignidad sólo con el dinero de las ayudas; por otro lado, los solicitantes deben cumplir unos requisitos muy estrictos para recibirlas, lo que genera que muchas personas en estado de necesidad vean sus solicitudes rechazadas. Debemos reivindicar los derechos económicos mínimos para vivir con dignidad tanto en los pueblos y barrios como ante los propios ayuntamientos. Para empezar, debemos intentar que todas las personas que tengan ingresos menores al salario mínimo interprofesional pidan ayudas sociales aunque no cumplan los requisitos para ello. De esta manera, dejaremos en evidencia que la legislación actual en materia social es insuficiente. 2. Que las personas que no obtengan unos ingresos económicos mínimos tengan acceso gratuito al transporte público. Al ser el transporte un servicio indispensable en nuestra sociedad, a través de esta medida podemos aliviar, aunque sólo sea en parte, la economía de las personas sin trabajo. Como el transporte público está en manos de diversos titulares, debemos plantear estas peticiones en una institución u otra dependiendo de su titularidad: en los ayuntamientos en el caso de las compañías municipales, ante el Gobierno de Gasteiz en el caso de Euskotren, y ante las Juntas Generales y el Parlamento de Navarra en el caso de los trayectos subvencionados por las diputaciones forales y el Gobierno navarro. En el caso de RENFE, una vez alcanzado un acuerdo, se debería restar del cupo el dinero recibido. 3. Se pondrán medios para aligerar el gasto en energía (gas y electricidad) de las personas que no tienen unos ingresos económicos mínimos Dado el alto nivel de ganancias de las empresas de energía, reivindicamos que asuman el gasto de energía de las unidades de convivencia cuyos ingresos estén por debajo del umbral de pobreza. 4. Que todas las unidades de convivencia que no tengan unos ingresos económicos mínimos puedan pedir una prórroga en el pago de todos los impuestos municipales. Esta medida ya se está aplicando en muchos municipios, por lo que el desafío es ponerlo en práctica en todo Euskal Herria. 5. Que todas las unidades de convivencia que no tengan unos ingresos económicos mínimos puedan pedir una prórroga en el pago de sus gastos de vivienda a su respectivo ayuntamiento. Simbólicamente se pagará un euro de renta al mes. Se adoptarán las medidas oportunas para poner en marcha esta iniciativa. 6. Hacer frente a la privatización de los servicios sociales y poner los medios necesarios para que los ayuntamientos garanticen los servicios sociales públicos. Hoy en día, se está fomentando la privatización de los servicios sociales básicos como consecuencia de la política retrógrada de las distintas administraciones en funcionamiento en Euskal Herria. Así las cosas, los servicios universales no están garantizados y las condiciones laborales de los trabajadores de este sector son cada vez más precarias. La consecuencia de todo ello en los servicios sociales básicos es muy grave, y cada vez es más frecuente que sólo las personas con recursos económicos puedan hacer frente a las necesidades sociales básicas. En el caso de carecer de esos recursos, serán las mujeres, como sucede en estos momentos, las que deberán tomar una vez más el peso de ofrecer esos servicios. Por todo ello, y teniendo en cuenta que son los ayuntamientos las instituciones más cercanas a los ciudadanos, les

exigiremos que se posicionen a favor de mantener los servicios públicos y de garantizar las necesidades sociales básicas. Entre esos servicios están los siguientes: residencias para la tercera edad, centros de día para ancianos, servicios a domicilio, servicios mínimos para personas con incapacidad física o psíquica, atención especializada para enfermos terminales o con necesidades particulares, y comedores públicos. Igualmente, debemos impulsar que las personas que llevan a cabo estos servicios sean trabajadores municipales. La asunción de todas estas medidas puede ocasionar un crecimiento del gasto social de los ayuntamientos, máxime en el actual contexto de crisis. Como todos somos conscientes del estado lamentable que viven las finanzas municipales desde hace mucho tiempo, y como las propuestas de la izquierda abertzale deben ser reales y realizables al objeto de mantener y ganar credibilidad. Sabiendo además que los ayuntamientos no tienen todos los medios para afrontar esta grave situación, la base de nuestra propuesta será: La mejor gestión posible de los medios que tengamos, a favor de quien más lo necesite y aumentar la presión política a las instituciones por encima de los ayuntamientos, para que cambien la política neoliberal (política que ha fracasado claramente) y en consecuencia reivindicar pueblo a pueblo una mayor capacidad de financiación para los ayuntamientos. De la misma manera, deberíamos realizar estudios para marcar prioridades. Una vez recogidos los datos necesarios, debemos impulsar la puesta en marcha de las prioridades marcadas. Evidentemente, el trabajo a realizar no se puede limitar a la mera presentación de mociones. En primer lugar, debemos de buscar pueblo a pueblo y barrio a barrio el apoyo de las instituciones, asociaciones vecinales, sindicatos y demás movimientos sociales que luchen en contra del paro y la exclusión social. Hay que tener en cuenta la especial importancia del trabajo de sensibilización a realizar, ya que posibilitará que los políticos de ayuntamientos y diputaciones tengan muchas dificultades para rechazar este tipo de medidas. Evidentemente, las medidas citadas deben quedar reflejadas en los presupuestos, ya que es el único modo de romper la vieja inercia de encauzar el gasto social únicamente a través del dinero que se recibe de las diputaciones forales.

7. Cada ayuntamiento debe tener un protocolo de protección para hacer frente a la violencia contra las mujeres. A pesar de que existen leyes, protocolos y acuerdos inter-institucionales para gestionar los casos de violencia contra la mujer, su falta de eficacia ha quedado demostrada una y otra vez. Por ello, cada vez que se da un caso de violencia de género, el ayuntamiento correspondiente debe impulsar un protocolo local para gestionarlo. Este protocolo queda bajo la responsabilidad de cada ayuntamiento y por tanto debe tomar en cuenta los medios y recursos disponibles a nivel local. Dentro de las competencias en manos del ayuntamiento, éste debe garantizar como mínimo los siguientes servicios a las mujeres en situación de peligro:

• Asistencia integral las 24 horas del día (Ertzaintza, Policía Municipal, ambulatorio, ayuda psicológica y jurídica...).

• Garantizar casas de acogida a las mujeres obligadas a abandonar sus hogares. • Ayudas urgentes para garantizar a corto plazo la no dependencia económica de las

personas sin recursos.

Zure ahotsa, gure HITZA-tu tienes la palabra.