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PONENCIA SORRE LOS DERECHOS HUMANOS Y LA PROBLEMATICA DE SU DOCENCIA por NAPOLE~N ANTONIO CHAVEZ ZÚNIM de la Universidad del Tepeyac BOSQUEJO HISTÓRICO La problemática de la docencia de los derechos humanos es un tema añejo y de implicaciones socio-políticas que derivan de nuestra idio- sincrasia. Si hacemos un recorrido retrospectivo en el tiempo, observamos que los grandes prúceres e iudependentistas latinoamericanos fueron hom- bres enfrascados en la lucha contra la esclavitud y la educación de nues- tros pueblos. Teniendo presente a Simún Bolívar, José Martí, Miguel Hidalgo y Costilla y a muchos otros grandes hijos de América, es como podemos comprender el papel de educadorcs que les permitió hacer iin autentico movimiento libertario, con bases ideológicas y populares que dieron conlo resultado la Independencia Latinoamericana de España. Sin embargo, a lo largo de casi 173 años de historia, como en el caso de Mexico a poco más de un siglo y medio, en otros países hermanos la consolidación de las libertades y derechos propios del hombre, han sido obstaculizados, pues en la gran mayoría de los países latinoamericanos. intereses pollticos y econ6micos de grupos reducidos, así como de las ambiciones extracontinentales qiie dominan nuestra región, impidie- ron e! avance y difusión de los derechos humanos, así como de sil enseñanza, siendo que las dictaduras y golpes de Estado que han suce- dido a lo largo de nuestra Am6rica a traves de muchos años la han coartado. Superada esta situaci0n en muchos países americanos, esta dura realidad sigue aún vigente en otros tantos. Nuestra historia es el reflejo de constante búsqueda de libertad y en todas las épocas ha sido responsabilidad intelectual de los docentes el que sus alumnos coiiozcan las libertades por las cuales el ser humano se dignifica. Des- pues de haber hecho un especial análisis liistórico necesario para cii- tender la trascendencia de1 terna quc nos ocupa examinaremos los [>robleniasmedulares de la enseñanza de los derechos humanos en Lati- iioam6ricn. www.derecho.unam.mx

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PONENCIA SORRE LOS DERECHOS HUMANOS Y LA PROBLEMATICA DE SU DOCENCIA

por N A P O L E ~ N ANTONIO CHAVEZ ZÚNIM de la Universidad del Tepeyac

BOSQUEJO HISTÓRICO

La problemática de la docencia de los derechos humanos es un tema añejo y de implicaciones socio-políticas que derivan de nuestra idio- sincrasia.

Si hacemos un recorrido retrospectivo en el tiempo, observamos que los grandes prúceres e iudependentistas latinoamericanos fueron hom- bres enfrascados en la lucha contra la esclavitud y la educación de nues- tros pueblos. Teniendo presente a Simún Bolívar, José Martí, Miguel Hidalgo y Costilla y a muchos otros grandes hijos de América, es como podemos comprender el papel de educadorcs que les permitió hacer iin autentico movimiento libertario, con bases ideológicas y populares que dieron conlo resultado la Independencia Latinoamericana de España.

Sin embargo, a lo largo de casi 173 años de historia, como en el caso de Mexico a poco más de un siglo y medio, en otros países hermanos la consolidación de las libertades y derechos propios del hombre, han sido obstaculizados, pues en la gran mayoría de los países latinoamericanos. intereses pollticos y econ6micos de grupos reducidos, así como de las ambiciones extracontinentales qiie dominan nuestra región, impidie- ron e! avance y difusión de los derechos humanos, así como de sil enseñanza, siendo que las dictaduras y golpes de Estado que han suce- dido a lo largo de nuestra Am6rica a traves de muchos años la han coartado. Superada esta situaci0n en muchos países americanos, esta dura realidad sigue aún vigente en otros tantos. Nuestra historia es el reflejo de constante búsqueda de libertad y en todas las épocas ha sido responsabilidad intelectual de los docentes el que sus alumnos coiiozcan las libertades por las cuales el ser humano se dignifica. Des- pues de haber hecho un especial análisis liistórico necesario para cii- tender la trascendencia de1 terna quc nos ocupa examinaremos los [>roblenias medulares de la enseñanza de los derechos humanos en Lati- iioam6ricn.

www.derecho.unam.mx

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LIBERTAD DE CÁTEDRA Y AUTONOM~A

UNIVERSlTARIA

Como es conocido de todos los docentes, la libertad de cátedra es un concepto inherente a un derecho humano, pero al mismo tiempo es materia de largas controversias y discusiones que en muchos lugares de nuestra América Latina impidieron esta libertad de los docenies; liasta hace algunos años las Universidades e Instituciones de Educación Media Superior eran coordinados y dirigidos por el Estado, en muchos paises principalmente en America Central en donde el Estado las dirije y controla las actividades acadkmicas, dando como resultado que el do- cente se ve restringido en cuanto a la enseñanza de los derechos humanos.

En los Últimos años las dictaduras regionales Centro y Sudamerica- nas han satanizado a la enseíianza y difusión de las libertades Buina- nas y por cuestiones de su seguridad nacional han irnimpido abrup- taniente en las aulas y reprimido a los maestros y estudiantes que Iian hecho difusión de estos derechos, la actividad docente es restringida a lo meramente propio de sus asignaturas pues, es muy duramente reprimido el que trata de hacer labor de difusión o enseíianza de estos derechos.

En parte la actitud de algunos gobiernos está justificada por con- ceptos como la seguridad nacional y las disposiciones que rigen legal- mente a un Estado de excepción, en el que los ciudadanos no gozan de los derechos de difusión o manifestación libre de las ideas, en vir- tud dc estar amenazada la existencia del orden legal constitucionslmen- te establecido. El mismo fenómeno se observa en Kicaragua a raiz del Derrocamiento de Anastacio Somoza, después del cual el gobierno de Nicaragua declaró un estado de emergencia nacional; en tanto paises como Brasil y Argentina retornan a la Democracia y la vida institucional y la población puede ya manifestar sus ideas libremente. Chile esti todavía sumido en la opresión y represión abierta a cualquier tipo de difusión o enseñanza por derechos humanos.

En México se vive un Estado de Derecho, la docencia se hace libre- mente e incluso es materia de los cursos de la Carrera de Derecho que se imparten en el país. A nuestro modo de ver el problema radica en la alta politización de estas libertades humanas por parte de grupos ideo- 16gicos que radicalizan u obstruyen su correcta enseñanza apartándola de subjetivismos y fanatismos que impiden que los individuos los recla- men pacificaniente.

Según los gobiernos centroamericanos y iudainericanos, el principal ingrediente de la lucha armada se gesto en las Instituciones de Educa- ción Superior alentados por grupos opositores. Ante esta situación tanto la enseñanza como el aprendizaje de estos derechos se convirtieron en centro de desconfianza por parte de 10s gobiernos implicados en estos

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SOBRE LOS DERECHOS HUMAXOS 405

rrioviinientos. Por otra parte, el estric~o control acadéiiiico es tal, que no favorece la iiriplantación de cursos sobre derechos huinanos, seiiii- narioy, elaboración de audiovisuales o de cualquier otro material didác- tico dc apoyo, incluyentlo libros.

E1 uso de la f u e r ~ a y la censura intra y extra aulas, le ha dado ii i i

autkntico niatiz político a la enseiianza de las libertades del Iionibre y las Iia conrcrtido a trüv&s del ciierpo jurídico en delitos contra el E~tado.

LOS DERECHOS IIIJZIAKOS Y LAS TEKDEKCIAS POL~TICAS

MODERNAS SU RFLACIÓN CON LA DOCENCIA

Examinando el marco de referencia que dio origen a lo quc hoy coiioccmos por dereclios humanos, éstos surgieron contra el dcipotismo iliistrado en Francia y son el resultaclo de un proceso político que dio ca&a ve7 mis importancia a los dereclios individuales, enmarcándolos en 1 1 contexto social propio de la Revolución Francesa.

T:st«5 priiicipios soii la hasc en las llamadas democracias occidentales deiitro de las cuales se enciiadran los Estados 1.atinoamericanos.

El docente es parte activa de este devenir político, pero caeríamos eii iiii error, de subjetividad si crcenios que el concepto de dereclios Iiunia- 110s \e constriiie n occidente.

1.;i? riaciones que practican el sistema denominado socialis- iiio iitnibién pre2onan 3 S U particular estilo, los derechos fundamentales del Iioinbre y es por lo tariio fuera de lugar y absurdo que los docentes anteliiisieran cuestiones coirio las tendencias ideológicas en el momento de i!iip;irtir iina cátedra de derechos humanos, pues violarían con su posicióii otro dercclio huniaiio, el de la libertad de opinión y libre nia- nilestación de las ideas, así como también seria violatorio de una co- rrecta enseñanza imponer por la fuerza el propio concepto político por parte del doccnte.

Es iina cuestión de supervivencia, gústenos o no la coexistencia pa- cífica, ;i lo que nos oponemos es a la violencia criminal y persecutoria por CI licclro de disentir o ser oposiciiiri pacífica, oposición muy difc- rente a la [le los beligerantes que se han puesto en esa circunstancia de violeiicia que merecen nuestra condena por ser un factor que impide el goce de derechos humanos.

Pero sin enibargo no es del todo criticable o aun menos que terrible- mente fatal la inexistencia de una posición política comprometida, pues no er creíble una neutralidad eri iin mundo lleno de este choque ideo- lógico. Sin embargo la posición política no basta para señalar que estos dereclios no deben ser trasgiversados o maniatados por la simple po- sici<iii política, son derechos los criales el docente rechaza y está obligado a eriseñarlos con la misnia fuerza de validez tanto para un dirigente

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obrero que para un gran empresario; seria fuera de toda lógica que sólo se concedieran estos derechos a la mayoria y no se concedieran a los opositores politicos que por vias pacíficas buscan el bien común de las fuerzas que representan.

DINSIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS COMO

COMPROMISO DE LA DOCENCIA

Es una constante pauta el que nuestra preocupación se Centre a 10s sectores en los cuales el conocimiento de sus elementales derechos y la lucha por el mejoramiento contribuirá a una mejor convivencia de su entorno social. Las masas populares de obreros y campesinos son aún víctimas de la más brutal explotación y condiciones de vida infra liu- mana y es menester que sean ellos los principales enterados de sus dere- chos mínimos como seres humanos. Sin embargo si es problemática la enseñanza directa, es aún más problemática su enseñanza a nivel ajeno al universitario, la falta de recursos limitan mucho al catedrático que quisiera aventurarse a los parajes campesinos de nuestros países. El bajo nivel educativo es una situación que frena tambikn esta difusión y se limitaria solamente a sencillas charlas en las comunidades, pero es pre- cisamente en regiones dominadas por conflictos agrarios en donde se tornaría más árido y despreciable esta labor pues las razones nunca son oidas en medio del odio fraticida. Es sin duda uno de los retos más difíciles el de vencer a la fuerza con la razón pero es nuestra obli- gación el intento de la necesidad de implantarse conciencia de los dere- chos humanos a temprana edad. El docente no debe preocuparse sola- mente por la educación de los jóvenes o de la gente adulta, también forma parte de nuestro compromiso al velar por la formación de la niñez; existen regiones en las que la violencia y el medio forman parte de la vida de un niño y es a él al que debemos preparar para luchar y no para imitar estos comportamientos. En algunos otros luga- res por fortuna la mayor parte de nuestra America es s610 a traves de las peliculas y la televisión que el menor conoce la violencia.

Habiendo hecho consideraciones sobre la dificultad de la relación educativa dentro y fuera de las Universidades, es necesario señalar las tendencias sobre lo que sería otro de los derechos vinculados con la do- cencia de derechos humanos: la libertad de manifestación de las ideas y opiniones así como del derecho a la información. En primer lugar didias libertades se vcn disminuidas dada la censura previa al material escrito, televisivo, o radiofónico en los lugares en donde priva un estado de excepción. Tambikn es correcto el apuntar que la docencia de 105 derechos humanos no s610 se concreta a una formación sino que crea necesariamente una conciencia social, la cual reclamará las transgresio-

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SOBRE I OS DEKECHOS HUXIANOS 107

nes cometidas y al realizarlos hace, aunque no de modo profesional, labor periodística; existen regiones latinoamericanas en donde la prensa es vista con recelo por esta causa y el periodista o los estudiantes y maestros son víctimas inclusive de agresiones por parte del Estado o gru- pos y les declaran como enemigos del Estado. Para reforzar nuestras observaciones sólo es menester dar tina rápida hojeada a los periódicos 1atino;iinericanos y ver cuántos periodistas son asesinados en paises con- vulsionados. La Difusión Universitaria, así como la comunidad, está fiscalizada por el Estado iniponicndole las niodalidades que sólo a 61 convienen, como es el caso de paises con dictaduras que no aceptan una mayor instrucciún de sus nacionales. Si a lo anterior sumamos el cierre de uiiiversidades, la tendencia a limitar el número de éstas, el alto ín- dice de anallabetismo, la carencia tanto de maestros como de material para la eiisefianz;~, no es dificil el corroborar porque son los grupos opositores los que instruyen de uria manera subjetiva el conocimiento de éstos, entre la población de esos estados invitAndolos al reclamo ar- mado y violento.

Como liemos mencionado ya, los derechos Iiiimanos en nuestra Amé- rica son fuerzas iinpulsadas a través de dos listas, las cuales su confor- taciiin desvirtúa el verdadero carácter humanista de estos derechos.

Convirtiendo a los agentes que desean su difusión y conocimiento en ingredientes de agitación a los hijos ojos tanto de unos como de otros, inclusive la falta de iilstrucciún por parte de los mismos gobernantes, obstruye la labor docente tanto en las aulas como en el inedio social. Peiisanios qiie la dignidad huinana debe prevalecer sobre criterios ideo- Iúgicos y personalistas, pues nuestros pueblos tienen el derecho a deci- dir librenientc sus destinos sir1 intromisioiies ajenas a iiosotros niisnios.

LA LIBERTAD REI.IGIOSA COMO DEKEClfO H U M A N O QtiE

DEBE SER ENSENADO

En el medio univeritario es frecuente encontrar un gran escepticis- mo respecto a las ideas religiosas, sin embargo en much;is ocasiones, este fenómeno se traduce por parte de algunos catedráticos en tratar de afirriiar un concepto en sus aluirinos respecto a una posición de des- crbdito a las ideas religiosas; situación que nos parece correcta piiesto que constitiicionalmente los estados consagran una libertad religiosa qiie ampara incluso a los catedráticos. Cuestionar el credo religioso de iina persona o burlarse de sus creencias por parte de un catedrático es un delito contra la dignidad humana, es entonces necesario el que los do- ceiites iiiipulsen la tolerancia religiosa y no opongan la ciencia a las cues- tiones de fe.

Las circuiist;incias históricas demuestran que durante la Edad Media

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el estado eclesiástico combatió al conocimiento científico, pero en nues- tros días las cuestiones de ciencia y religión han cambiado diametral- mente. Colocarnos en una inquisición científica contra la religi6n des- virtuaria nuestra labor en pro de los derechos del hombre; es, sólo ense- íiando la tolerancia como se garanitza el orden social, además, la voz de la Iglesia aún tiene mucha fuerza entre las comunidades de creyen- tes y en muchos lugares es la única que reclama los derechos humanos en amplios sectores de nuestra América. El concebir a un docente en una posición antagónica con la Iglesia no hace más que profundizar el recelo del estudiante y alejándolo de las aulas universitarias donde se le quieren demostrar sus libertades. Es además una práctica de ca- rácter general el que muchas de nuestras universidades tengan una posición religiosa, pero sin embargo admiten la diversidad de concep- tos diferentes que no entren en confrontación ni en ataques fanáticos. Es quizá el conflicto religioso el que con mayor fuerza puede causar estragos en una sociedad, en México a finales de apenas el siglo pasado fue necesaria una separación del Estado y la Iglesia, por no ser el objetivo de la misma el del Estado político. Consideramos entonces que el criterio de esta enseñanza es de un carácter laico y que impulse la tolerancia, el humanismo así como las manifestaciones cívicas que dan al ciudadano identidad nacional. La supresión de las manifesta- ciones religiosas y una educación que a traves de programas pretenda desvirtuarla, atenta contra los derechos del hombre, por lo tanto el docente debe fomentar la tolerancia y oponerse a la discrimiuaciGn religiosa en cualquiera de sus manifestaciones.

OBJETIVOS DI< LA DOCENCIA

Nuestra opinión es que los derechos humanos enseñados por el do- cente no deben ser un cuerpo frío de principios sino que tienen nece- sariamente que llegar a formar parte de cada uno de los alumnos a lo, que va a dirigir, es imprescindible que cada uno de ellos sea portavoz p defensor de los mismos, que sea parte de sus criterios como futuro profesional del Derecho.

En cuanto a la pob!aci6n general, la concientiración fomentaría una mayor armonía social y un rechazo a cualquier forma de agresión y de intolerancia.

De la manera en que se cumplan estos objetivos, menos difícil y nlás accesibles se volveran 105 sujetos a la enseñanza de estos dereclios gana- dos a lo largo de la historia.

La dignidad humana y la lucha por la paz en nuestras naciones bien parecen el esfuerzo que se fijen los docentes conio objetivo de sensibili- zar a las personas y apartarlas del estigma de la marginación de otros

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SOBRE 1.0s DERECHOS HU\IAPÍOS 409

grupos hunianos que tarnbiin sienten y razonan, y que son merecedores también colno nosotros de la dignidad propia del ser humano para sola- iiieiite alcanzarlo, este objetivo debe tener sociedades justas y ehtar con- viviendo en la paz.

Hasta ahora nos referimos a la libertad de citedra, pero es necesario atender otro aspecto iriedular que bien vale la pena considerar.

Cuando el alumno se encuentra constreñido estrictaniente a lo que el maestro enseña y no existe la posibilidad de que se forme su propio criterio y no se admite la critica a las teorías anacrónicas, es realineiite vio1;itorio de la dignidad humana el no aceptar que el aluniiio, con toda su inexperiencia, pueda aportar elementos útiles para el proceso enseñanza-aprendizaje, incluso deberia scr consultado respecto a la rno- dilicación de un curso o su supresi61i: el catedrático deberia formu1:ir. incl~isive con ellos opiniones mejor fundaclas de su actuaci<iii. En la inmensa niejoria de las universidades latinoamericanas se respiva este arribiente de libertad pero, eii algunas re~ioncs de Amfrica no existe 1:t Iiienor poiibilidad dc esta apertura. 1)iclia apertura debe !,ir ioiisi- derada inclusive eri la elahoraciii~i de iiiateri;tl didActico de apoyo y e11 la diliisión cultural. E1 dinamismo de este proceso renovaria a nuestras esciielas y daría un estilo propio a nuestras iristituciones, ya que el tornar iiiodelos ajenos es dañino a nuestra idiosincrasia. En gran parle nuestra identidad cultural debe ser inipu1s;ida por la libertad y aiitorio- inía más amplia. E1 docente no debe imponer una disciplina basada en !a represión o en la indiIercntia, debe dar a siis alumnos la cap;ici- dad de disciisiún y creatividad.

En cuanto a la enseñanza de los derechos hii:nanos la coniplejidad cie ixesira vida moderna es un reto a la apertura. El docente debe coci- prender qiic la informática, la tecnología de medios cosiriopolitas, re- quieren que los recursos se adapten a nuevas necesidades cuyos gestores son en su mayor parte los jóvenes. Nuestra observación se basa en que los delitos contra la dignidad humana cuentan con aliados como la computación, propaganda internacional lanzada cada vez más lejos v a más lugares con el apoyo de las nuevas ticnicas. Es el joven quien con niayor profundidad se adapta al cambio y afectado por 61, ya no es posible el formalismo ciego refugiado en un mundo teúrico y en base a experiencias pasadas cada día se amplían las bases y los dere- chos humanos por la mayor interrelación de las comunidades nacionales.

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E C O N O M ~ A Y SU R E L A C I ~ N CON LOS DERECHOS

HUMANOS

El docente debe comprender que las causas de muchos malestares y descontentos entre la población radica en sus precarias condiciones de vida. El ECOSOC (Consejo Económico y Social de la O.N.U.) ha reco- nocido como derecho humano la necesidad de un nivel de vida digno d e un ser humano. La marginación y el desprecio por el bienestar de las mayorías es un constante reto para las personas que son docen- tes de los derechos humanos, es m u y amarga la libertad e n medio de la miseria. La violencia es natural e n u n medio que carece de satisfactores, es necesario crear una conciencia social, estos grupos requieren de una constante atención por parte de los grupos universitarios y el Estado.

Es cuestión de conciencia el socorrer y auxiliar a los necesitados, s610 así se dará u n ejemplo positivo al cambio y al respeto de estos dere- chos; el universitario puede hacer mucho por el bienestar de sus comu- nidades por medio de su servicio social. El docente está obligado a crear e n sus alumnos u n humanismo interesado por el bienestar de las comu- nidades marginadas entre siis alumnos. Las ideas discriminatorias e n contra de los hombres por su condición social es inadmisible e n una perbona que se forma como profesionista o en docente. Los derechos humanos n o admiten las divisiones sociales, son obligatoriamente los mismos, es a d e m b u n derecho humano mayor el de bienestar precisa- mente entre los grupos más necesitados. La agitación y la violencia eri- cuentran su cargo de cultivo entre los más desposeídos cansados de su triste futuro. Las naciones más desarrolladas están moralmente obliga- das a asistir a las que tengan carencias mayores. El universitario puede actuar como activo promotor social e impulsar la asistencia a estos gru- pos, el docente debe contribuir a crear una conciencia y u n a acción entre sus criterios como profesionista. Es cierto que existen grandes esfuerzos para aliviar a los que padecen la pobreza, pero el esfuerzo estatal que se hace n o es suficiente, resulta lesivo d e la dignidad h u - mana el insultante gasto militar, principalmente en los paises agobia- dos por las dictaduras. En muchos paises el ejercito auxilia, e n el caso de México, a la población civil marginada; pero este esfuerzo debe ser apoyado a través de la docencia. Sólo eliminando las terribles desigual- dades se entraña el auténtico Estado de derecho por el que aspiraría el docente de los derechos liumanos; debemos desmagar e n hacer esta labor social y humanitaria. AntaAo eran clasistas nuestras instituciones de educación Superior, e n la actualidad son más abiertas y democráti- cas, por lo tanto, es fácil establecer u n diálogo para conocer las carencias d e la población y organizar u n movimiento vigoroso para mejorar sus condiciones, aun cuando afrontemos problemas tan serios como la in- flación y una deuda externa. El catedrático debe ser activo y constante

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SOBRE LOS DERECHOS HU'.IANOS 411

elemento de cambio, pues la concientizaciíin y el ejemplo ayudarán a una mayor justicia social en el futuro, única problemática que es nuestra obligación resolver, pues es imprescindible tomar un papel de respuesta hacia la dignificación del ser humano.

EL DESARROLLO DE LOS DERECHOS A LO LARGO DE LA HISTORIA

CON REI.ACI~N A LA DOCENCIA

Eii iiisestra Aiiiérica la defensa de las clases oprimidas de los margi- nados y desprotegidos siempre fue impulsado por grandes educadores, esta situación se puede observar en la defensa que se hizo de los natu- rales dc .;mirica por Fray Bartolomé de las Casas en México. Hornbrcs dF1a talla de Bolivar instruyeron el papel de la cducacihn dc nuextros l>ucl>los para obtener su educación, la semilla del liberalismo y so movi- miento filosóIico humaiiista lucliaron contra las castas y la opresihn del sistema colonialista de la metrhpoli. En nuestros días es difícil no pen- sar en que gracias a la opiniíiti de distinguidos maestros en h,f.léxico se defiende y amplían nuestros conceptos de profesihn humanitaria y sil firrnc dctersninacióii por el nuevo orden de Derecho en el que se con- sideren los dereclios liunianos en el contexto internacional. Las expe- rienci;is Iiisthricas han sido influenciadas en materia educativa como dereclios del ser humano, deben su desarrollo a hombres tan reconocidos conio don Justo Sierra o muchos inás de nuestra AmPrica. Es entonces nuestra obligacihn Iiisthrica luchar por su ensefianza y vigilar su obser- vancia general por parte de la sociedad. Es realinente sorprendente el avance de las libertades en iiuestra región pero es imprescindible el lu- cliar aún mis de una manera racional y pacifica por nuestra indepen- dencia ecoiii>niica. Las grandes potencias estimulan cada vez menos a loi regímenes anticoiistitricioiiales y totalitarios. Ivlucho de este pensa- miento nuevo es el rcsri1t;ido de la posición de nuestros intelectuales en los foros iriternacionales. Hoy cn día las naciones están inás conscientes iiel c.r:iicrio por la paz, coi.rcsponde a los paises de 1ü Mispn:io;iii!éi-i<:i cl rio permitir un retroceso en los avanccs alcanzados. Así es que aun- que iiiiestros maestros dellcn Iiacer aún mucho en sus cátedras por el ics;:e<:i« <le 1:! di~nidncl hum;ina, éste no s e d nulo cn la medida de qiie. :iiinquc sea lento el cambio, Pste se puede alcaiirar, lograrlo sería, mis que u!in s:itisf:icci61i profesional, nuestro objetivo final y cl cual merece nuestro esfuerzo continuado diariamente.

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DOCENCIA DE DERECHOS HUMANOS Y SU RELACIÓN

CON LOS MEDIOS DE COMUNICACI~N MASIVA

En el desarrollo de la presente exposición se ha hablado en cuanto al docente y su relación prácticamente a un nivel de interacción perso- nal, basta ser un poco observador para poder percatarse de que si los docentes no pueden en muchos lugares de America utilizar la televisiún o la radio para enseñar los dereclios humanos, esto se explica porque el control de estos medios es de carácter y las dictaduras no admiten a los destructores en medios masivos de difusión.

En cuanto a la libertad de informacián se puede decir que esta liber- tad es nula en las zonas empantanadas en un proceso de Iuclia o bajo dictaduras políticas; por lo que respecto a la dificultad para que la po- blación acepte los derechos humanos conscientemente, no debemos cul- parlos puesto que el ambiente actual gira en torno a la violencia como pauta cultural.

La actividad de docencia no se constriñe al área de derecho exclusi- vamente es imprescindible un ambiente de tolerancia y comprensión.

Por otro lado el respeto de estos derechos en las naciones que los aceptan, deben de ser llevados a un cuerpo legal en el cual debe obser- varse y mejorar sustancialmente; es deber inculcar en el alumno que el delincuente es también sujeto de estos derechos por más reprobables que sean sus actos.

Es cuanto al sistema judicial es menester luchar desde la cátedra por su humanizaci6n y un mejor trato de los reos de un delito. La sociedad debe comprender que el constrefiir a una persona a un centro penal, 110

es sino para reeducar al individuo y no para castigarlo y marginar10 O

privarlo de su dignidad humana y aunque en principio carece de libcr- tad no por ello ha perdido sus otros derechos y dignidad humana.

En cuanto a los cuerpos policiacos cabe señalar que no es a través de una violencia indiscriminada como se puede contener a la delincuencia, sino que aquella puede cumplir mejor su función tratando al ciudadano con el respeto que merece, es aquí donde la formaci6n del policía debe- ría contar con una cátedra de estos derechos en beneficio de la ciudadanía, al tener un cuerpo de policía más consciente de sus obliga- ciones y deberes.

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SOBRE 1.0s DEREZHOS HUMANOS

1.A DOCEKCI.4 DE 1.0s Dl<RKCHOS HUMANOS Y l..\

NATURALEZA DE ÉSTOS

La especial manera eri la qiie el docente enfoque el tema de los de- rechos hiimanos, debe ser objeto de una consideraci6n profiinda sobre su naturaleza. Estos derechos han existido desde siempre, nacieron jun- to con la cultura humaiia, sin embargo se libró una ericarnizada batalla de la cual la historia universal no puede desmentir nuestra afirma- ción, desde las luclias que rlesarrollaron los esclavos de la Grecia anti- gua, hasta la última guerra mundial, se librarán antes que nada defen- diendo a la libertad.

Pero en el ámbito latinoamericano nuesira tesis se reafirma, iladas las coiiiliciones especiales de nuestra evolucihn social concomitante con la formaci6n republicana y democriitica de nuestros pueblos.

Es realmeiite digno de mención el rechazo de nuestros pueblos hacia la esclavitu<l colonialista y neocolonialisla. 1.0s universitarios y las per- sonas ilustradas a lo largo de la historia han reclamado por las liberta- des humanas y las han llevado a sus cuerpos legales, eleviindose a un carácler en su mayoría constitiicional.

Es, asimismo, labor del docente qiie las ciilturas de los naturales de America seari respetadas en su carácter original y autúnonio, seria ksa una falta de humanismo el discriminar a grupos humanos indígenas eti niiestra AniCrica por el sólo hecho de iio compartir el mismo estilo y cultura.

1.a doceiicia en general hace inteiitos por incorporar a los grupos indígenas a nuestra cultura, y es visto entonces con buenos ojos, pero eri cuanto se le compromete en llevar a la realidad social la luclia por la dignidad hunrana, de nuestros grupos autóctonos, Ilániensc iiiayas, incas, otomíes u otros muchos, surge el rechazo y la adversión.

Por otro lado, no es justo el tratamierito en materia política que se le da a la mujer, recuerdese que en casi la mayoría de los paises de nuestra América, hasta hace poco más o menos de un siglo, como en el resto del orbe se le ha11 concedido derechos politicos electorales. Pero si nos liniitarnos a sii ámbito de derechos Iiuinanos, existe tina marcada discrimiriacihn por la sola cuestión sexual, es obvio doride se debe luchar y alcanzar compromisos para qiie nuestros intelectuales y maestros den otro giro, y den a la mujer iiii papel mis acorde con la dignidad Iiu- mana que merece.

Es éste un obstáculo a la docencia de derechos que es menester veri- cer ain duda a travks de esfuerzos tenaces y es que no se recrimina la falta de una igualdad jurídica, es precisamente llevar a traves de ésta a la sociedad entera a su aceptacirin libre y con plena conciencia; pues dc otro modo todos los derechos laborales, politicos, intelectuales seriii reducidos y no arnplios como seria menester de una sociedad sana. Es

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414 ANTONIO C ~ V E Z ZÚÑIGA

aquí un cambio que debe ser ampliamente discutido y donde el docente debe fijarse otro compromiso mis.

Examinando ahora al actor central de nuestra ponencia, el docente sería impresionable mirarnos a nosotros mismos desde dos dngulos dife- rentes como profesionista de la enseñanza y como jurista.

En cuanto a nuestro papel como maestros, nuestra responsabilidad no termina con una simple explosión no terminada de principios teóri- cos desvinculados del mundo que la enseña y se impone sobre los dere- chos humanos, debe ser necesariamente vinculada a la realidad, pero como ya se comentó anteriormente esto no es del todo posible en mu- chos lugares y aunque factible en otros.

Seria ideal que junto con esta vinculación practica se diera no sólo un carácter informativo, sino también formativo a la enseñanza, otor- gando los docentes de derechos humanos libertad a sus alumnos y hacer ver a los demás las ventajas de la observación y respecto de éstos.

Desde otra óptica el carácter de juristas de los maestros es inherente a la sensibilidad requerida para esta enseñanza, pero no solamente se requiere esta, sino estar convencido y tener una firme convicción de estos derechos y de su implementación a un compromiso ineludible de los derechos juristas. formando el respeto a los derechos humanos como pilar básico del cual se desprenden todos los otros, y sin duda alguna que el principal derecho humano es el derecho a la vida.