Por Que Fui Expulsado

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    POR QUE FUI EXPULSADO DE LA CAMARA DE DIPUTADOS

    Lo que va a continuacin ha sido, en resumen, la parte ms interesante del debate que se desarroll en la Ct?iara de Diputados con motivo de la ca-lificacin de la eleccin de Antofagasta.

    Es til conocerla para que se vea, el espritu de sectarismo que anim entonces a la Cmara.

    Sesin del. 19 de octubre de 1906 ELECCION DE ANTOFAGASTA

    Entrando a la orden del da se puso en discusin la eleccin complementaria de Antofagasta.

    El secretario dio lectura a los antecedentes que obraban en poder de la mesa, declarando que an no haba evacuado su informe la comisin de elec-ciones.

    El diputado Recabarren pidi que se diera lectu-ra al artculo 108 de la ley de elecciones, que dice:

    "Las reclamaciones de nulidad no impiden que los individuos electos entren desde luego en el ejercicio de sus funciones, en las cuales permanecern hasta que la nulidad se declare por la autoridad compe-tente".

    Sigui en el uso de la palabra el diputado Recaba-rren, sosteniendo que en conformidad a dicha dispo-sicin legal, deba la Cmara considerarlo como di-putado electo y fallar, con los antecedentes a la vis-ta, las reclamaciones de nulidad aducidas por su con-tendor Espejo por intermedio de su tutor, ciudadano Rocuant.

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  • Analiz concienzudamente el memorial presentado por Espejo, desvirtuando uno por uno sus cargos an-tojadizos.

    Acumula el ciudadano Espejo agreg Recaba-rren un sinnmero de vicios atribuidos al proceder de los demcratas, procurando hacer creer que el gran nmero de votos que obtuvo se deben a la su-plantacin de electores. Todo esto es ridculo, es ma-lvolo, encaminado slo a formar un concepto odioso para los demcratas de Tocopilla. Todo aquello que afirma que Recabarren llev desde Santiago y Anto-fagasta gente dispuesta a la suplantacin, es una grosera calumnia, digna s del caballero radical, que hoy pretende usurpar de nuevo ese asiento, para dar-le ms honra, ms brillo al partido a que pertenece.

    Los demcratas no sabemos an aplicar los vicios electorales de que no hemos sido autores.

    Ha llegado hasta afirmar que se han llevado de 'Santiago suplantadores profesionales, lo cual es una inexactitud.

    Espejo. Sin embargo, acaban de salir cuatro en libertad.

    Recabarren. Esa misma declaracin del Si'. Es-pejo est probando que el delito no se habr come-tido.

    Sigue en su discurso, y expresa que la alteracin de 10 votos en dos mesas que hace notar, es obra de los radicales de Tocopilla. Precisamente los presi-dentes de esas dos mesas eran radicales y ellos qui-zs hicieron esa alteracin con el fin premeditado de producir esta reclamacin.

    El ciudadano Espejo nada dice de Caracoles, don-de en una mesa que en marzo le dio 20 votos, hoy trae con toda naturalidad 272 votos. Fjese la Cma-ra agrega ayer 20, hoy 272 votos, mientras en diez mesas de Tocopilla saca 324 votos. Esa mesa se anul por viciosa en marzo y en junio tambin y hoy que har la Cmara? Debe tambin anularla.

    Termina expresando que para continuar su defen-

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  • sa necesita tener a la vista las actas de las elecciones de marzo, a f in de tomar como base ese escrutinio, que ha sido errneamente interpretado por el dipu-tado Rocuant, tutor del ciudadano Espjo.

    Puga Borne (presidente accidental). Entiendo que debe el diputado Recabarren completar las dos horas que determina el reglamento para su defensa.

    Sin embargo, si la Cmara no tuviera inconvenien-tes podra aplazarse la discusin de este negocio hasta que llegaran los antecedentes solicitados por el seor Recabarren.

    Rocuant. Yo me opongo. Puga Borne (presidente). Habiendo oposicin,

    debe concluir su defensa el seor Recabarren. Veas. Estimo que esta sesin se ha celebrado con

    el exclusivo objeto de discutir la eleccin complemen-taria de Antofagasta y como no estn en la Cmara los antecedentes y hay necesidad de pedir datos com-probatorios a Tocopilla y Caracoles, y adems ste asunto est an en estudio en la comisin de elec-ciones, formula indicacin para que este negocio vuelva a comisin a fin de que sta pueda informar oportunamente.

    Despus de un corto debate, se puso en votacin la indicacin Veas, aceptada por Recabarren para cumplir con el reglamento. Fue desechada por 18 vo-tos con 14 a favor; 5 diputados se abstuvieron de votar.

    Puga Borne (presidente). En vista del resultado de la votacin, puede continuar usando de la pala-bra el seor Recabarren o renunciar a ella, en con-formidad al reglamento; en este ltimo caso, cedera la palabra al seor Espejo o a su defensor.

    Recabarren. Prosigue analizando el memorial de Espejo, refutando todas sus inexactitudes con incon-trastable acopio de razones y datos que comprobaban su aserto.

    Refirindose al mdico Luis Vergara Flores, expre-sa que es una ofensa para la Cmara traer siquiera

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  • a su seno el nombre de un individuo que ha perdido su decoro y ha sido arrojado de la sociedad. . .

    Espejo. Y habla de decoro el que ha salido de la crcel para venir a sentarse en estos bancos!

    Recabarren. Esa prisin que yo sufr en Tocopi-11a, es la ms hermosa aureola que corona mi frente, y que puedo ostentar con orgullo ante mis conciu-dadanos.

    Yo no he llegado a la crcel a purgar ningn deli-to cometido. Llegu a ella porque all hubo un juez radical que calific delito el ejercicio de un derecho y declar delincuentes a los hombres honrados que se atrevan a luchar por ideales de reivindicacin so-cial y de emancipacin de las clases trabajadoras.

    No es una afrenta para nadie levantar pblicamen-te la bandera de la moran, para protestar de las in-justicias y defender los derechos de los hermanos del trabajo. (Aplausos en las Galeras).

    Contina en sus observaciones hasta el final de la sesin, quedando con el uso de la palabra por haber llegado la hora.

    Sesin del 25 de octubre de 1906

    A peticin de Recabarren se dio lectura a las diversas actas de la eleccin, terminada la cual, a solicitud del mismo diputado, la mesa hizo el escru-tinio definitivo de la eleccin de Antofagasta, con los cmputos oficiales que arrojaban las actas respecti-vas.

    Terminado el escrutinio y una vez conocido su re-sultado:

    Recabarren. Quin tiene la mayora? El secretario. El escrutinio general arroja el: si-

    guiente resultado:

    Por Recabarren 2.882....votos " Espejo 2.834 "

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  • Recabarren. Como ha podido ver la Honorable Cmara, ha habido un error numrico en las cifras indicadas en la proposicin que hizo el seor Ro-cuant, para aprobar presuntivamente la eleccin del seor Espejo.

    En vista de que el escrutinio hecho por la mesa demuestra claramente y sin tacha alguna el verda-dero resultado de la eleccin, pide al seor secretario d lectura al artculo 108 de la ley de elecciones.

    El secretario. "Art. 108. Las reclamaciones de nulidad no impiden que los individuos electos entren desde luego en el ejercicio de sus funciones, en las cuales permanecern has ta que la nulidad se decla-re por la autoridad competente".

    Recabarren. Pido, pues, se d cumplimiento a las disposiciones de este artculo de la ley, que es bastante claro, desde que conforme al escrutinio he-cho por la mesa, tengo 48 votos de mayora sobre el seor Espejo.

    Orrego (presidente). La mesa estima que no ha llegado el caso de aplicar este artculo, en vista de que la Cmara, al calificar la eleccin, aprob pre-suntivamente los poderes del seor Espejo.

    Tiene la palabra el seor Espejo o su defensor. Rocuant. A nombre de su correligionario Espe-

    jo, hace la defensa de su eleccin, tomando como base el escrutinio que se consign en el proyecto de acuerdo que aprobo presuntivamente los poderes de su defendido.'

    Sostiene que esa es la cifra que vale, y no la que se ha ledo en la presente sesin.

    Si el escrutinio aquel era errneo, no importa; ya la Cmara lo acept y no pueden reverse las resolu-ciones que dicte esta corporacin.

    Sera lgico agrega, que una vez conocido el resultado general, se t ra ta ra de cambiar la base con que ambos candidatos fueron a las urnas?

    Formula diversas observaciones, sosteniendo que se han falsificado varias actas en Tocopilla y que,

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  • adems, las actas electorales en aquel departamen-to son enteramente nulas, por cuanto no se hizo la designacin de vocales dentro de los plazos que es-tablece el artculo 46 de la ley de elecciones.

    Afirma que descontando a Recabarren los votos de las actas que acusa de falsificadas, ste pierde por ms de 20 votos.

    Pregunta a la Cmara, que debe fallar como ju-rado en este asunto: Puede fallar en conciencia esta eleccin, estando sindicada de falsificaciones y no habiendo funcionado la mesa de Sierra Gorda y otra, en las cuales la totalidad de los electores son adeptos al seor Espejo?

    Como corresponde replicar al seor Recabarren, y al que habla le sera gustoso duplicar, deja la pala-bra, enviando a la mesa un proyecto de acerdo pa-ra que la Cmara, teniendo como base el escrutinio hecho por l mismo, reconozca definitivamente a Es-pejo como diputado por Taltal y Tocopilla.

    Recabarren. Manifest al llegar a esta honorable Cmara que las observaciones referentes a fraudes cometidos por los demcratas en Tocopilla, carecan de verdad.

    Hoy vengo nuevamente a levantar este cargo gra-tuito, esta ofensa que se lanza sin fundamento serio de ninguna especie.

    Se ha querido traer estas acusaciones para enga-ar la opinin en favor de una persona que viene a ocupar en esta Cmara un asiento que la voluntad popular no le ha concedido.

    Se ha dicho que siendo demcrata la municipali-dad de Tocopilla, yo llevaba un elemento inmenso contra mi contendor. En todo caso, stos elementos estaran equilibrados, por cuanto el seor Espejo contaba con el apoyo decidido e incondicional de las autoridades y de dos partidos.

    El seor Rocuant ha citado en su abono el art-culo 46 de la ley de elecciones, que dispone la de-signacin de las juntas receptoras con 15 das de an-282

  • ticipacin a la eleccin. Pues bien, yo me permito oponerle el artculo 115 de la misma ley, que autori-za para las elecciones complementarias la forma co-mo hizo dicha designacin la municipalidad de To-copilla.

    La transcripcin del acuerdo de esta Honorable Cmara se hizo con gran demora, y no era posible que la municipalidad, en este caso, procediera en conformidad al artculo 46. El municipio procedi correctamente al elegir los vocales de mesa el sbado de la semana anterior a la en que se verific la eleccin.

    Con esto dejo desvirtuado este cargo. Me atrever a calificar de infantil la pretensin

    del seor Rocuant, de que la Cmara sostenga como legtimo un escrutinio que su seora hizo con no-torios errores numricos.

    En conciencia, en estricta justicia, la Cmara de-biera, en este caso, atenerse nicamente a los n-meros que arrojan las actas, que son documentos oficiales, que estn sobre la mesa.

    No concibe que se pretenda, para calificar esta eleccin, partir de la base de un escrutinio que, se-gn se acaba de comprobar fehacientemente, era errneo.

    Me ir de aqu convencido de que no se har obra de justicia, porque tengo la conviccin de que la vo-luntad popular no ser respetada.

    Para sostener inexactitudes se ha apelado al re-curso de que la palabra del caballero debe prevale-cer sobre la del indigente, sobre la del pobre.

    Se ha dicho que la designacin de vocales y otras funciones electorales se hicieron aprovechando la ausencia del seor Espejo. Eso no es verdad. El se-or Espejo no fue a Tocopilla por vergenza, por te-mor de que el pueblo le enrostrara su conducta y le dijera que deba volverse a su casa y abandonar su audaz pretensin.

    Estas declaraciones del seor Rocuant no llevan

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  • envueltas ms intensin que la de prevenir el nimo del pueblo, y preparar la disculpa con que se trata-r de justificar el hecho de arrebatar mi legtima eleccin.

    Quiero dejar establecidos estos hechos para que queden consignados en la historia, que es ms gran-de que los hombres.

    Sin embargo, a pesar de la renuncia que hizo el seor Espejo, envi a Tocopilla a dos representantes, uno de ellos don Justino Leiva, que mand la junta central del Partido Radical, que hicieron una her-mosa campaa y cumplieron la consigna que les ha-ba confiado Espejo.

    Yo no haba odo decir jams que los demcratas tuvieran poder suficiente para intervenir viciosa-mente en las elecciones y poder alcanzar triunfos ilegtimos. Est muy lejos el da en que ellos puedan usufructuar de los elementos de Gobierno en una eleccin.

    Se adujeron estas consideraciones con relacin a las elecciones que tuvieron lugar en Tocopilla el 4 de marzo ltimo; sin embargo, en esa poca no con-tbamos sino con un solo municipal en aquella co-muna. Esto no obst para que obtuviramos en esa eleccin el triunfo de cinco de nuestros candidatos a municipales, lo que deja de manifiesto la superio-ridad de nuestra agrupacin poltica sobre las dems.

    Se habla de una falsificacin; y si la ha habido por qu no se ha enjuiciado a los autores de ella? La verdad es que esos presidentes de mesa, en donde se supone una falsificacin, eran radicales y no de-mcratas, y ellos son los que han establecido esa di-ferencia de diez votos para dar lugar a la reclama-cin de nulidad.

    Por eso ninguno de los representantes del Sr. Es-pejo ni el juez mismo de oficio han iniciado proceso en contra de esos presidentes de mesa.

    Va a terminar la calificacin de las elecciones de Antofagasta y va a quedar como representante de

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  • ese departamento un ciudadano que no h a obtenido el tr iunfo en las urnas.

    Me retirar de este recinto a donde llegu dema-siado pequeo, y me retirar grande, pues veo levan-tarse detrs de m la opinin unnime del pas que no acepta el veredicto de esta corporacin.

    Para predisponer el nimo de los diputados se ha hecho coincidir con esta calificacin de elecciones un fallo d la Corte de Tacna que me condena a prisin por un supuesto delito que se h a llamado de ame-naza a la autoridad. Creo que esta circunstancia no debe influir en el nimo de la Cmara para dictar su resolucin en este negocio.

    Se h a hecho alarde por la prensa de mi conducta personal, que se califica de revolucionaria, de propa-ganda violenta; pero tengo la satisfaccin de que al-gunos movimientos t an to o, ms graves de los que yo he insinuado han sido provocados por la prensa de algunos de los partidos que se encuentran bien repre-sentados en esta Cmara.

    Pero como esas palabras salan de los labios de caballeros, por eso merecieron excusas o sonrisas; las mismas palabras en la boca de los obreros merecen el anatema de todos.

    Cox Mndez. Yo rogara al Sr. Recabarren que no trajera, por el inters de su causa, esta distincin entre caballeros y pobres, que en una Repblica no existe.

    Recabarren. Pero la realidad de las cosas es otra, seor diputado.

    No es que nosotros traigamos aqu esta divisin de clases para acentuarla ante la Cmara; es la Cma-ra la que marca esta divisin cuando el pobre, por el solo hecho de ser pobre, se le seala la puerta.

    Puede ser que me equivoque; pero tengo el presen-timiento de que no se har justicia a mi causa. Oja-l estuviera en un error, porque si la Cmara se ins-pirara en estricta justicia al fallar esta eleccin, ten-dera, con ese solo hecho un puente salvador entre

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  • los que nosotros llamaremos los oprimidos y los que. por diversos factores, constituyen una clase aparte y que nosotros nos atrevemos a calificar de los opre-sores.

    Conozco un poco la historia de la Humanidad y en ella he aprendido que en ms de una ocasin se han producido en los pueblos cataclismos sociales espan-tosos que han precipitado en un mismo abismo a am-bas clases sociales.

    Yo no quiero ver confundirse en un abismo de san-gre a los hermanos de una misma nacin; pero si ello llegara a suceder no seramos nosotros los cul-pables.

    Cuando la clase trabajadora lleva sus representan-tes a las instituciones pblicas bajo el amparo de las leyes existentes, llega la mano enguantada del caba-llero a usurparle su legtima representacin, mani-festndole que no es digna su compaa.

    En este caso, por ejenplo por qu no se retira ese candidato radical que no tiene ms apoyo que la ma-yora ocasional de la Cmara, para dar paso al ver-dadero enviado de los pueblos del norte?

    No me duele retirarme de este recinto; al fin y al cabo no soy yo el ofendido. Es el pueblo que me ha elegido el que tendr que convencerse de que aqu pasando sobre la Constitucin y las leyes se ha vio-lado su voluntad claramente manifestada.

    El Sr. Cox Mndez deca hace un momento, que es necesario abandonar esta tendencia a la divisin de clases.

    Cox Mndez. Indudablemente, seor, hay que abandonarla.

    Recabarren. Yo quiero ver, seor, si esta decla-racin de su seora tiene de parte de sus amigos una traduccin prctica en la votacin sobre las eleccio-nes de Antofagasta.

    Si todos sus colegas se sienten animados de igual sentimiento que su seora, lo natural es que la vo-tacin de este asunto simbolice el respeto al derecho

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  • de los pueblos, perfectamente probado que, en este caso, ha sido ejercitado en mi favor y r.o en favor del Sr. Espejo.

    Ha habido un diputado radical que ha venido a sostener con un candor verdaderamente infantil, que la Cmara no puede tomar en cuenta el cmputo exacto que se ha hecho de los votos, porque hay un acuerdo de la misma que declara bueno un cmputo anterior, que es errneo.

    Tiene esto alguna lgica? Qu dir el pueblo que contempla estos procedi-

    mientos? A qu exponerse a la ira de los pueblos, a los in-

    sultos de los ignorantes, a la expansin de los que se sienten oprimidos?

    Por qu no salvamos en todo lugar el propsito de moralidad?

    Si todos los miembros de la sociedad tienen el de-ber de ser morales, los que se sientan en estos ban-cos tienen doblemente acentuado ese deber.

    Voy a terminar, dejando establecido que las bases invocadas por el Sr. Rocuant, con referencia a la nu-lidad de las elecciones de Tocopilla, no tienen fuerza alguna, son falsas. No se ha probado nada; ha habi-do simples declaraciones que no revisten valor al-guno, que debi desestimar completamente el Juz-gado de aquella localidad.

    He dejado constancia que los vicios que se atribu-yen a la eleccin de Tocopilla, no han sido cometi-dos por los demcratas.

    Terminar manifestando que llevo en mi interior la amargura que me causa contemplar que se pre-tende llevar al pueblo una vez ms a t an triste de-cepcin . . .

    Barros Errzuriz. No se anticipe al fallo de la Cmara; no tiene derecho el seor Recabarren a interpretar las intenciones de los seores diputados.

    Alessandri. Dgame el honorable seor Espejo sus electores'fueron todos caballeros? (risas).

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  • Veas. Pregunte mejor cunta plata llev al norte para comprar sus electores caballeros.

    (Frmase un nuevo desorden en la sala). Recabarren. Parece que existiera el propsito

    manifiesto de no orme. No quiero continuar en este debate, porque no se

    me permite mantenerlo con la calma debida. Rocuant. Rebate el discurso de Recabarren, de-

    fendiendo a Espejo y al Partido Radical. En el desa-rrollo de su discurso, el seor Rocuant, descendi atacando a Recabarren por sus ideas y por su pro-paganda activa en el norte. Falt a la verdad exa-gerando su conducta, calificndola de violenta y sub-versiva, usando trminos bastante hirientes, hasta que fue llamado al orden; y termin con estas tex-tuales palabras:

    En vista de todo lo cual yo declaro que si no hu-biera estricta Justicia para expulsar al seor Reca-barren de la Cmara, ello sera necesario hacerlo por razones de alta moralidad social, y por otras que es-tn vinculadas a la felicidad y engrandecimiento del pueblo, pues, no es tolerable que en la Cmara ven-gan a representarse las ideas de disolucin social que sostiene el seor Recabarren.

    La votacin dio por resultado la anulacin defi-nitiva de la legtima eleccin que me ungi como diputado por Antofagasta.

    Las ltimas expresiones del Sr. Rocuant revelan claramente el propsito que les guiaba: La expulsin de los obreros de ese recinto a donde la clase rica no quiere admitir censores.

    Ni el Sr. Espejo ni su defensor, llevaron ninguna prueba efectiva para invalidar esa diputacin de los demcratas de Antofagasta, pero la Cmara la anu-l porque as convena a sus intereses de clase privi-legiada.

    En la sesin del da 26 de octubre de 1906 se vot una indicacin por la cual se desconoca mi eleccin y se aprobaba definitivamente la entrada a la C-

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  • mara del seor Daniel Espejo que no haba tr iunfa-do en las urnas electorales.

    Votaron aceptando la entrada incorrecta de Espejo los siguientes diputados, que haban jurado por Dios y los Santos Evangelios respetar la Constitucin y las leyes:

    Alemany Lyon Alessandri Mena Bambach Montenegro Baquedano Ovalle Barros Errzuriz Palacios Campillo Pereira Corbaln Pleiteado Correa Bravo Puga Borne Concha, F. J. Ros Flores Rivas Guerra Rivera, J. de D. Gutirrez Rocuant Huneeus, J. Sanfuentes Irarrzaval Subercaseaux P. Izquierdo V. Urza Lamas Zaartu, E. Letelier Zaartu, H. Votaron en contra: Leiva Veas Se abstuvieron: Cox Mndez Fernndez Lbano

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  • En esta votacin aparecen violando la ley, confun-didos, diputados de todos los partidos: Radicales, Conservadores, Liberales-Democraticos, Liberales, Na-cionales e Independientes. Todos juntos, en la ms agradable comunin, desconocan una eleccin leg-tima realizando un acto indigno e ilegal.

    El Sr. Barros Errzuriz que con tanto calor defen-da los fueros de la frmula del juramento, olvid el respeto que deba a su juramento prestado y se entreg en brazos de la pasin y del odio.

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