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Presentada esta mañana la Exhortación apostólica Evangelii Gaudium con la que el Papa Francisco desarrolla el tema del anuncio del Evangelio al mundo actual. Una nueva etapa evangelizadora caracterizada por la alegría, la renovación, el diálogo y el encuentro de una Iglesia profética con las puertas abiertas. Se detiene "con cierta meticulosidad, en la homilía" el Santo Padre. Dice que "debe ser breve y evitar parecerse a una charla o una clase", debe "hacer arder los corazones", huyendo de "una predicación puramente moralista o adoctrinadora". Subraya la importancia de la preparación: "Un predicador que no se prepara no es "espiritual"; es deshonesto e irresponsable". En definitiva el autor trata de contestar a la gran pregunta, ¿Qué tipo de lenguaje debe usar la Iglesia y qué tipo de discurso teológico es más apropiado para la sociedades pluralistas contemporánea? . Los ciudadanos contemporáneos de nuestro mundo secularizado necesitan tener a su disposición un conjunto de lenguajes, experiencias, prácticas y hábitos cristianos. Me refiero al lenguaje de la vida como el primer e indispensable paso para la praxis eclesial y para la reflexión teológica. Se trata del lenguaje de la liturgia, de la oración, del compromiso cristiano por los pobres, de la vida comunitaria activa, de los procesos mistagógicos para niños y adultos y de las alternativas de vida, entre otros aspectos.

Por Si Acaso

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Page 1: Por Si Acaso

Presentada esta mañana la Exhortación apostólica Evangelii Gaudium con la que el Papa Francisco desarrolla el tema del anuncio del Evangelio al mundo actual. Una nueva etapa evangelizadora caracterizada por la alegría, la renovación, el diálogo y el encuentro de una Iglesia profética con las puertas abiertas.

Se detiene "con cierta meticulosidad, en la homilía" el Santo Padre. Dice que "debe ser breve y evitar parecerse a una charla o una clase", debe "hacer arder los corazones", huyendo de "una predicación puramente moralista o adoctrinadora". Subraya la importancia de la preparación: "Un predicador que no se prepara no es "espiritual"; es deshonesto e irresponsable".

En definitiva el autor trata de contestar a la gran pregunta, ¿Qué tipo de lenguaje debe usar la Iglesia y qué tipo de discurso teológico es más apropiado para la sociedades pluralistas contemporánea?

. Los ciudadanos contemporáneos de nuestro mundo secularizado necesitan tener a su disposición un conjunto de lenguajes, experiencias, prácticas y hábitos cristianos. Me refiero al lenguaje de la vida como el primer e indispensable paso para la praxis eclesial y para la reflexión teológica. Se trata del lenguaje de la liturgia, de la oración, del compromiso cristiano por los pobres, de la vida comunitaria activa, de los procesos mistagógicos para niños y adultos y de las alternativas de vida, entre otros aspectos.