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POS MODERNIDAD, ETICA Y EDUCACION PREFACIO DE LA SEGUNDA EDICION El hecho de este texto, conciso y en parte bastante arido, llega a su segunda edición, comprueba el interés de muchos lectores por el tema de la ética y su relación con la educación, en el contexto de los conturbados y difíciles tiempos en que vivimos. Se siente en el aire una paradoxal relación entre la destrucción de muchos valores tradicionales y la aspiración por nuevos principios orientadores de la acción y del comportamiento humano. El hombre vive el distanciamiento de los principios éticos antiguos, referente a realidades históricas del pasado y la carencia de nuevos sentidos y valores. La reacción contra la tradición perfecta, universalista y autoritaria se dio por el refugio en el individualismo hedonista y privatista. Hoy parece que se tornan de manifiesto los limites y la insuficiencia de tal individualismo. Donde apenas reina el

Pos Modernidad

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POS MODERNIDAD, ETICA Y EDUCACION

PREFACIO DE LA SEGUNDA EDICION

El hecho de este texto, conciso y en parte bastante arido, llega a su segunda edicin, comprueba el inters de muchos lectores por el tema de la tica y su relacin con la educacin, en el contexto de los conturbados y difciles tiempos en que vivimos.Se siente en el aire una paradoxal relacin entre la destruccin de muchos valores tradicionales y la aspiracin por nuevos principios orientadores de la accin y del comportamiento humano. El hombre vive el distanciamiento de los principios ticos antiguos, referente a realidades histricas del pasado y la carencia de nuevos sentidos y valores.La reaccin contra la tradicin perfecta, universalista y autoritaria se dio por el refugio en el individualismo hedonista y privatista.Hoy parece que se tornan de manifiesto los limites y la insuficiencia de tal individualismo. Donde apenas reina el individuo con sus intereses egostas, vale la ley del mas fuerte y se instala un Darwinismo social que oprime tanto como el autoritarismo anterior del cual el hombre siempre quiso liberarse. Por eso estamos en la bsqueda de nuevos caminos, de nuevos principios que regulen la convivencia social de forma democrtica y justa. Es preciso reveer y re-pensar las costumbres y las normas, generar un nuevo hecho, re-fundar la tica. En que trminos eso debe ser hecho y sobre que fundamentos, es una de las preocupaciones centrales de la cultura contempornea.El hombre mientras sea social carece de principios generales que limiten los instintos y apetitos individuales e impongan respeto a los derechos de todos. Vivimos en una poca en que los recursos de la influencia, del ejercicio del poder y de la exploracin que ultrapasan los limites de lo imaginario. Una poca en que hasta la seduccin , el mas refinado de los recursos de dominacin , elude la percepcin de los dominados, hacindolos sentir seores, cuando en verdad no pasan de esclavos.El hedonismo y el placer personal se inscriben tan profundamente en las aspiraciones del hombre contemporneo que, para fluirlos, los acepta de buen grado muchas veces, ser sumiso y servicial. Mientras, aunque esta situacin sea real y constatable, percibe en contra-partida, el surgimiento de una nueva conciencia que emerge del cansancio y de la frustracin y busca nuevas formas de autonoma y realizacin humanas. El tema de este pequeo libro es el de los fundamentos para una nueva tica , que los cambios y la precaridad de los valores exigen. Son tres las perspectivas que se debaten: primero, el reconocimiento generalizado de que el sueo moderno de una sociedad mejor,resumido en forma de grandes narraciones histricas , parece no ser realizado, por lo menos no como se imagino en el principio de la modernidad; segun, la conviccin de los pos-modernos de que el proyecto moderno de progreso permanente e ilimitado en direccin de una vida mejor, fue una gran ilusin y de que la modernidad esta superada; tercero, la confianza de los aun modernos de que la modernidad se desvio, si, de la ruta incialmente trazada, yendo por caminos peligrosos y trgicos , pero que los errores pueden y deben ser corregidos. Si de un lado hay un relativo concenso alrededor del primer punto, por otro lado, sigue la polmica entre aquellos que continan creyendo que el gran proyecto de la modernidad la conquista de un futuro mejor por el uso de la razn aun continua valido y los que creen que tal proyecto definitivamente fracaso. Son dos formas de lectura de la realidad que dan origen a dos ticas distintas. Una que abandona de una vez la utopia del progreso universal y se refugia en el individual, en particular y en el local, y otra que cree en el universal, pero se basa, no en principios trascendentales, pero en concensos histricos , amplios y generales. La percepcin de poner la balanza entre estas dos tendencias puede sealizar un profundo cambio para el hombre y la sociedad del futuro, me parece, una razn principal del inters del lector. Los educadores en particular, deben sentirse involucrados por este debate, porque de su orientacin depende la respuesta a la pregunta de que como y para debemos educar a los nios y a los jvenes.En el centro de las preocupaciones del hombre y de la sociedad contempornea esta la incorporacin de normas justas de limites que garantizan el respeto a la naturaleza y a la dignidad humana y que induzcan a un comportamiento solidario. Es una exigencia de la recuperacin de la perspectiva social ante la supremaca peligrosa del hedonismo individualista, de los placeres y de las ventajas personales, ante el bien comn y la sociedad. Por instinto el hombre es individualista y egosta, por educacin , puede convertirse en social y solidario. De ah la relacin entre la tica y la educacin.Tengo plena consciencia de que hay elementos nuevos, autores y pensamientos que no fueron contemplados en el texto o que se destacaron posteriormente, pero pienso que el libro atrae al debate que aun continua, y que, dia a dia mas preocupa a aquellos que estn involucrados en la practica pedaggica. Esta es la razn que me llevo a no hacer grandes cambios con excepcin de algunas correcciones de escritura. Reafirmo que me sentira recompensado si el libro continuase provocando, junto a nuevos lectores el inters por el tema de la tica y de la educacin y los estimulara a pensar esta relacin .Estariamos asi, autor y lectores, contribuyendo para encaminar el tema que sabemos que es importante y urgente para el hombre de hoy y el de maana.

PRESENTACION

El presente trabajo fue originalmente preparado para hacer parte de un libro organizado por mi colega y amigo CLAUDINEI LOMBARDI. Despues de terminado, en tanto, el texto se revelo inadecuado para su finalidad por ser demasiado extenso. Surgio, entonces la idea de publicarlo como texto autnomo en la serie Polemicas de Nuestro Tiempo, cuyo espacio me fue gentilmente ofrecido por la Editora Autores Asociados.El texto que ahora reformulado presento al lector se compone de tres partes. En la primera cubriendo los tpicos uno y dos, trato de ofrecer una visin general de algunos de los temas que me parecen centrales en el contexto de las transformaciones que marcan el momento cultural contemporneo , fijndolos a partir del antagonismo existente entre las posiciones aun modernas y las pos-modernas. En la segunda, busco reflexionar al respecto de las implicaciones que derivan de los elementos anteriormente destacados sobre el campo de la tica. Por eso, pongo mano de la tentativa de Habermas de refundar la tica en trminos congnitivistas en base de la racionalidad comunicativa y, como contra-punto de la tesis de LIPOVETSKY, segn el cual estamos viviendo hoy una poca pos-moralista. En la tercera y ultima parte, hago algunas consideraciones al respecto de la repercusin de la controversia tica aun moderna o ya pos-moderna en el campo de la educacin. Se trata como no poda dejar de ser, de los limites del espacio disponible de una tentativa provisoria de aproximacin a la tematica que, como se sabe, es cubierta y compleja. Creo, no entanto el mal grado esta limitacin , que el estudio podr ser til al lector en la medida en que se ofrece una introduccin general en una de las grandes polemicas de nuestro tiempo en la cual, no solo apenas estn involucrados muchos de estos, los mas importantes pensadores de la actualidad, pero que, efectivamente, , es de mayor inters, sobretodo, de aquellos que, tanto en trminos teoricos como practicos, estn interesados o involucrados en la practica educativa. Tarea esta que no debe ser entendida como restringida a la institucin escolar, aunque ella se destaque en el texto, pero como una responsabilidad de la sociedad como un todo. La educacin formal es apenas una de las caras del proceso educativo. Mismo no habiendo condiciones de un detallamiento mayor, me gustara esclarecer, en principio, mi posicin con relacin al tema, una vez que ella influya los puntos de vista que asumo a lo largo del texto. En trazos generales las lecturas y reflexiones que vengo realizando (GOERGEN, 1996n pp, 5-28)me acercan a la posicin teorica de JURGEN HABERMAS que reconoce, como en otro momento ya lo haban hecho sus maestros HORKHEIMER Y ADORNO, las aporas del proyecto iluminista , sin dejar de lado el concepto moderno de la razn y de la posibilidad de, a su ver, construir un proyecto emancipador de la humanidad, y no estando de acuerdo, por consiguiente, de la posicin de los llamados pos-modernos, segn los cuales el concepto de razn con trazos de universalidad y la posibilidad de interferir en los caminos de la humanidad son ideas del pasado, hoy vacias de sentido. Pienso, en tanto, que muchos insights pos-modernos, son altamente esclarecedores de las condiciones histricas en que vivimos, debiendo por consiguiente ser tenidas en cuenta por los que se disponen a reflexionar el espritu de nuestro tiempo.Me sentiria recompensado se, adems de ofrecer esta introduccin general, el texto viese el despertar junto a uno u otro lector el inters por la cuestin de tica y, quien sabe, motivar un enganche en este debate que, no tengo la menor duda es uno de los asuntos de mayor relevancia teorica y practica de la contemporiaridad. De nuestra conciencia tica depender, en gran medida, el futuro de cada uno y de todos.

INTRODUCCION

Max Weber defini la modernidad como lo mas destacado del mundo. Nietzsche, Heidegger, Adorno y Horkheimer y Foucault, tratan, cada uno a su manera, el destacamiento de la modernidad. En particular Lyotard (1985) en base a sus focalizaciones, radicaliza la lectura de los trazos centrales de la contemporaneidad, por el diagnosticada como pos-modernidad, al reconocer en ellas elementos que, a su ver, configuran una nueva fase de la histora que substituye la modernidad. Se baso en torno de esta tesis una importante polmica con relevantes implicaciones teoricas en diversas areas del conocimiento, en particular en el de la filosofa y de la epistemologa. Pero tambin otros campos teorico-practicos como los de la educacin y de la tica, estn siendo afectados por este debate. Examinar esta relacin entre pos-modernidad, tica y educacin es el objetivo del presente trabajo. Estamos saliendo de la dcada del ya no hay nada que hacerNuestro destino individual era gobernado por leyes ocultas y poderosas del mercado y no nos quedaba otra cosa que someternos a ellas. La desfragmentacin entre lo individual y el colectivo era casi completa: no haba proyecto individual ni colectivo de emancipacin. La vida deba ser vivida como parte, hago algunas consideraciones al respecto de la repercusin de la controversia tica aun moderna o ya pos-moderna en el campo de la educacin. Se trata como no poda dejar de ser en los limites del espacio disponible, con una tentativa provisoria de aproximacin a la tematica que, como se sabe, es cubierta y compleja. Creo, sin embargo, y no estoy de acuerdo con esta limitacin . que el estudio podr ser til al lector en la medida en que ofrece una introduccin general en una de las grandes polemicas de nuestro tiempo, en la cual, apenas estn involucrados muchos de los mas importantes pensadores de la actualidad, pero que, efectivamente, es de mayor inters, sobre-todo de aquellos que, tanto en trminos teoricos como practicos, estn interesados o involucrados en la practica educativa. Tarea esta que no debe ser entendida como restringida a la institucin escolar, aunque ella se destaque en el texto, pero como una responsabilidad de la sociedad, como un todo. La educacin formal es apenas una de las caras del proceso educativo.Asi mismo no habiendo condiciones de un detallamiento mayor, me gustara esclarecer, en principio, mi posicin en relacin al tema, una vez que ella tome influencia de los puntos de vista que asumo a lo largo del texto. En lneas generales, las lecturas y reflexiones que vengo realizando (GOERGEN, 1996, PP.5-28) me acercan a la posicin teorica de Jurgen Habermas, que reconoce, como en otro momento ya lo haban hecho sus maestros Horkheimer y Adorno, las aporas del proyecto iluminista, sin salir del concepto moderno de razn y de la posibilidad de, a su vez, construir un proyecto emancipador de la humanidad, y, discordando, por consiguiente, de la posicin de los llamados pos-modernos segn los cuales el concepto de razn con lneas de universalidad y la posibilidad de interferir en los caminos de la humanidad, son ideas del pasado, hoy vacias sin sentido. Pienso, mientras, que muchos insights pos-modernos son altamente esclarecedores de las condiciones histricas en que vivimos, debiendo, por consiguiente ser tenidas en cuenta por los que se disponen a reflexionar el espritu de nuestro tiempo.Me sentira muy recompensado, si, adems de ofrecer esta introduccin general, el texto despierta junto a uno u otro lector el inters por la cuestin de la tica , quien sabe, motivar un enganche en este debate que, no tengo la menor duda, es uno de los asuntos de mayor relevancia teorica y practica de la contemporaneidad. De nuestra conciencia tica depender , en gran medida, el futuro de cada uno y de todos.

Nos era dado vivirlos por los que desde sus escondidos centros de poder conducan los destinos de la humanidad. El futuro porque de todo imprevisible, se haba tornado externo a las preocupaciones de las personas: estn tenan apenas preocuparse en estar preparadas para competir y vencer en un mundo regido por la ley del mas fuerte. La sensacin era de desamparo y desorientacin, sentimientos anestesiados por la alucinada bsqueda del aqu y ahora.Si hablar de esas cosas como si ellas pertenecieran al pasado es extemporneo porque ellas aun no cambiaron, hago lo mismo asi como forma de arriesgar el diagnostico de que nos encontramos en el umbral del surgimiento de una nueva conciencia. Parece que se tornan visibles las primeras seales de una nueva percepcin, una conciencia de que es urgente y tambin posible hacer algo para curar las heridas de la profunda degradacin en que la sociedad cierra el segundo milenio. La ciencia es la tecnologa, los dos fogosos caballos de batalla del iluminismo condujeron el carruaje del mundo occidental, a la par de confort y bienestar, a la orilla de los abismos asustadores de las dicotomas individuales y sociales en que la seguridad y fragilidad, conocimiento e ignorancia, riqueza y pobreza, salud y enfermedad, opulencia y misera, vida y muerte cohabitan lado a lado. En el contexto del sistema econmico neoliberal, ocurre un distanciamiento cada vez mayor entre los grupos que recogen la abundancia de los frutos del desarrollo cientfico tecnolgico y aquellos que quedan al margen del camino condenados al hambre y la miseria. Los designios de Dios, regidos por la lgica propia, no pueden ser contrariados con el argumento de que sus resultados son parciales, que favorecen a algunos y degradan a otros. El gran lema de la ultima dcada fue el de la globilizacion de la economa que, desimpedida de las barreras del Estado y de la preocupacin social y deslizando por los carriles aceptados de la tecnologa de la informacin, puso fin a cualquier proyecto o mismo control social y poltico. Mi expectativa es que nos encontramos en el umbral de una nueva conciencia. Si el ultimo siglo fue el de la intervencin en los recnditos espacios de la naturaleza, lo que se inicia abre el escenario de la intervencin en los secretos de la vida. Si constatamos con pesar que la ciencia y la tecnologa incurrieron en desvos de cuyas consecuencias la humanidad jams podr olvidarse, la posibilidad de manipulacin de los cdigos de la vida puede traer consecuencias aun mas asustadoras y para algunos hasta fatales. Conscientes de eso, diversos grupos sociales ( mujeres, jvenes, cientficos, educadores, grupos religiosos etc.) hacen oir sus alertas de que asi como esta yendo no puede continuar. A mi ver, estas voces son seales del emerger de una nueva conciencia de que es preciso hacer algo. Hay manifestaciones que sealizan nuevas preocupaciones con temas casi olvidados como la vida, la muerte, la tica, la esttica, la naturaleza. Preocupaciones en fin, que dicen respecto al sentido de la evolucin cultural, economca y poltica en cuyo flujo por ahora fluctuamos como millares de pequeos barcos, a la deriva. Parece que un numero creciente de personas esta dispuesta a orientar su existencia, a no tolerar mas su alejamiento del proceso histrico y a retomar la pregunta fundamental a respecto del sentido de la vida, individual y colectiva. Si este mi optimismo ( construido sobre la idea de que hay aun limites de tolerancia y, donde ya no los hubiera, estos debern ser restablecidos) es una ilusin, no puede ser ilusin la conviccin de que, ante las desgracias y los riesgos de otras aun mayores que estn en nuestras puertas, es necesario estimular un proceso de concientizacin que sea capaz de neutralizar estas amenazas. La concienca de que pensar la vida como un proyecto aun viable representa pensar la vida en el seno de la vida, con los otros y con la naturalezaCon esto puede ser que el proyecto moderno, construido en la separacin de la edad medieval y cuyos efectos benericos y malficos estamos viviendo hoy, tome nuevos rumbos. Puede ser que el hombre , conciente de los riesgos no solamente del desvirtuadamente de la vida, y su eventual perdida definitiva, proceda, a correcciones de recta de los rumbos del futuro. Por lo menos esto debera ser nuestro esfuerzo comn; abrir el angulo de la mirada para que esto pueda extender nuevamente todos los seres humanos tornndose con igual derecho fluidores de las conquistas del desarrollo.Aquello que un dia fue imaginado como un porvenir glorioso al final de cuentas no dejo al hombre mas feliz. Libre de la sumisin religiosa y guiado nicamente por su razn, el hombre seria el dueo de su destino, se imaginaba. Mal desconfiaban los iniciadores de ese programa de esta razn libertadora de las celdas de autoritarismo, habra de convertirse, ella misma, en una especie de un nuevo Dios cuyas divinidades menores, habran de conducir a los hombres a una nueva forma de alineacin. Esta cuestin, desde el siglo XIX con NIETZCCHE en el inicio del siglo XX con Heidegger y a seguir con Adorno y Hockheimer tanto como en presente con Habermus e Lyotard, se torno la gran polmica que viene acompaado por el desenrrolar de los tiempos modernos.La capacidad de intervenir a travs de los recursos de la ciencia y de la tecnologa en la naturaleza y en la vida, de invadir los espacios mas intimos e influenciar los destinos individuales y los rumbos de la sociedad, de formar opiniones y manipular voluntades, desacoplados de los verdaderos intereses humanos y sociales torno nuevamente y trgicamente actual la discusin del tema de la tica.Parece necesario establecer limites y normas que ordenen las recientes capacidades de intervencin del hombre en la naturaleza y en la vida. Pero eso es posible? Podemos llegar a un acuerdo al respecto de la validez de las normas que sean vinculantes para todos, o sea, cuyo cumplimiento pueda ser exigido de todos?.Estas son las razones de que tantos autores importantes hacen de la tica una de sus preocupaciones centrales. Pero antes de estas cuestiones puedan ser decididas, a travs de si es que un dia lo sern, la practica se adelante a la teora; el cambio de mentalidad, el nacer de una nueva conciencia precisan ser estimulados a travs del proceso educativo, educacin y formacin tica, se tocan, necesariamente.