PP. CARMELITAS DESCALZOS Franqueo Concertado El … · pos», que es propia del misterio inefable de la encarnación del Verbo. Que San José obtenga para la Iglesia y para el mundo,

EL MENSAJERO DE SAN JOSEP P. C A R M E L I TA S D E S C A L Z O S

Teléf. 983 33 01 69

San Benito, 3

47003 Valladolid

Franqueo Concertado47 - 15

El Mensajerode San JoséEnero-Febrero 2014


Cubiertas ENERO A ABRIL_PORTADAS SEPTI A CICIEM 31/12/13 07:24 Page 2

Enero-Febrero 2014. Nº 445

REVISTA DE LAS ASOCIACIONESJOSEFINAS DE ESPAÑA

Editado por elCentro Josefino Español

Redacción y Administración:PP. CARMELITAS DESCALZOSC/ San Benito, 3Teléf. 983 / 33 01 6947003 Valladolid

Director:P. ROMÁN LLAMAS

Impresión:Gráficas Gutiérrez MartínC/ Cobalto, 7. Valladolid.

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Habla el PapaBeato Juan Pablo II:San José Patrono de la iglesiade nuestro tiempo (II) 3-4

Y le puso por nombre Jesús 5

Las vivencias de José 6-7

Grandes devotos de San José:Carmen Castro (1813-1892),madre de Santa Bonifacia 8-9

La Sagrada Familia, la trinidadde la tierra 10-11

Tenía manos de artista 12-13

Nos encontramos en el colegio¿Con quién?… 14-15

Romance a San José 16

San Juan de Ávila(1500-1569) (II) 17-18

«Ríase por favor» 19

Sumario



Epifanía J. C. Sepulcro Real.Oratorio de Caballeros de Gracia, Madrid.

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El Mensajero de San José¡Gracias a todos!

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HABLA EL PAPA

BEATO JUAN PABLO IISan José Patrono de la Iglesia de nuestro tiempo (II)

a Iglesia trans-forma estas exi -

gencias en oración. Yrecordando que Dios haconfiado los primerosmisterios de la salva-ción de los hombres a lafiel custodia de San Jo-sé, le pide que le conce-da colaborar fielmenteen la obra de la salva-ción, que le dé un cora-zón puro, como San Jo-sé, que se entregó porentero a servir al VerboEncarnado, y que «porejemplo y la intercesiónde San José, servidorfiel y obediente, viva-mos siempre consagra-dos en justicia y santi-dad».

Hace ya cien años elPapa León XIII exhorta-ba al mundo católico aorar para obtener la pro-tección de San José, patrono de toda la Igle-sia. La Carta EncíclicaQuamquam pluries se re-fería a aquel «amor pater-no» que José «profesabaal niño Jesús»; a él, «pró-vido custodio de la Sa-grada Familia» recomen-daba la «heredad que Jesucristo conquistó consu sangre». Desde enton-ces, la Iglesia –como herecordado al comienzo–implora la protección deSan José en virtud de«aquel sagrado vínculoque lo une a la Inmacula-

da Virgen María», y leencomienda todas suspreocupaciones y los pe-ligros que amenazan a lafamilia humana.

Aún hoy tenemos mu-chos motivos para orarcon las mismas palabrasde León XIII: «Aleja denosotros, oh padre aman-tísimo, este flagelo deerrores y vicios… Asíste-nos propicio desde el cie-lo en esta lucha contra elpoder de las tinieblas…;y como en otro tiempo li-braste de la muerte la vi-

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da amenazada del niño Jesús, así ahoradefiende a la SantaIglesia de Dios de lashostiles insidias y detoda adversidad». Aúnhoy existen suficientesmotivos para enco-mendar a todos loshombres a San José.

Deseo vivamenteque el presente recuerdode la figura de San Josérenueve también en no-sotros la intensidad de laoración que hace un siglomi Predecesor recomen-dó dirigirle. Esta plegariay la misma figura de Joséadquieren una renovadaactualidad para la Igle-sia de nuestro tiempo, enrelación con el nuevo Mi-lenio cristiano.

El Concilio Vaticano IIha sensibilizado de nue-vo a todos hacia «lasgrandes cosas de Dios»,hacia la «economía desalvación» de la que Joséfue ministro particular.Encomendándonos, por

tanto, a la protección deaquel a quien Dios mis-mo «confió la custodia desus tesoros más preciososy más grandes» aprenda-mos al mismo tiempo deél a servir a la «econo-mía de la salvación».Que San José sea para to-dos un maestro singularen el servir a la misiónsalvífica de Cristo, tareaque en la Iglesia competea todos y a cada uno: a losesposos y a los padres, aquienes viven del trabajode sus manos o de cual-quier otro trabajo, a laspersonas llamadas a la vi-da contemplativa, así co-mo a las llamadas alapostolado.

El varón justo, quelleva consigo todo elpatrimonio de la Anti-gua Alianza, ha sidotambién introducidoen el «comienzo» dela nueva y eternaAlianza en Jesucristo.Que él nos indique elcamino de esta Alian-za salvífica, ya a laspuertas del próximo

Milenio, durante el cualdebe perdurar y desarro-llarse ulteriormente la«plenitud de los tiem-pos», que es propia delmisterio inefable de laencarnación del Verbo.

Que San José obtengapara la Iglesia y para elmundo, así como para ca-da uno de nosotros, labendición del Padre y delHijo y del Espíritu Santo.

Dado en Roma, junto aSan Pedro, el día 15 deagosto, solemnidad dela Asunción de la Vir-gen María, del año1989, undécimo de miPontificado.


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grabado que realizaron los hermanos Wierix para

la obra del también jesuita Jerónimo Nadal

ﾇImágenes de la Historia Evangélicaﾈ. Para

solemnizar la circuncisión, los artistas la situaban

en un espacio sagrado, la sinagoga, por lo que la

presencia de María hubiese sido imposible. En

realidad, se solía practicar en la casa paterna. El

ministro o ﾇmohelﾈ no debe ser confundido con el

anciano Simeón que interviene en la presentación.

A medida que se plasma este rito en el arte, el

niño se humaniza y se resiste a lo que le pretenden

hacer. En ambos ejemplos, tam-

poco está ausente José, mientras

que en el de San Miguel aparece

insinuado en bajorrelieve un

templo cristiano que recuerda a

la propia iglesia donde está

situado.

El nombre de Jesús es ado-

rado en la parte superior, susten-

tado por dos ángeles dentro de

un sol. Aquel símbolo, que no

había sido inventado por los

jesuitas, sino que antes estuvo

vinculado con el franciscano San

Bernardino de Siena, se identifi-

có tanto con la Compañía de

Jesús que, cuando fue expulsada

de España por Carlos III en

1767, fue borrado de los lugares

donde se encontraba, para evitar

el recuerdo a los jesuitas. En la

actual iglesia de San Miguel solo se salvó en este

relieve de la circuncisión, quizás por formar parte

de una escena evangélica. A pesar de los cambios

litúrgicos del Vaticano II, los villancicos popula-

res continúan recordando a ﾇManolito, chiquito,

rey de los cielos […] que dicen que es más bonito

que el de Juanito, el de Isabelﾈ.

JAVIER BURRIEZA

Y le puso por nombre Jesús

E s inútil. No busquen el de Jesús entre los

nombres anteriores al siglo XIX. Nadie en

el ámbito católico osaba llamarse así. Hasta los

jesuitas fueron criticados cuando se considera-

ron miembros de la Compañía de Jesús. ¡Qué

atrevimiento! Para reemplazarlo estaba el de

Manuel Ya lo profetizó Isaías: ﾇLa Virgen conce-

birá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre

Emmanuel, que significa Dios-con-nosotrosﾈ.

José recibió la encomienda, como María, de darle

el de Jesús, ﾇporque él salvará a su pueblo de sus

pecadosﾈ. Ocurriría en la cir-

cuncisión, ocho días después del

nacimiento.

Hablamos de un rito reali-

zado entre los niños judíos para

simbolizar su acogida en el

pueblo de Israel, imponiéndose

entonces el nombre. El libro del

Levítico, en el Antiguo Tes ta -

mento, había establecido que la

madre estaba excluida de las

prácticas litúrgicas por ser consi-

derada impura. La escena evan-

gélica la narra Lucas sin muchas

precisiones y se empezó a plas-

mar artísticamente de manera

tardía. A partir del siglo XVI fue

habitual en los retablos de los

colegios de jesuitas, pues recor-

dando el ﾇNombre de Jesúsﾈ cele-

braban su fiesta titular el 1 de

enero. Así ocurre en las iglesias de San Miguel de

Valladolid y Santiago de Medina del Campo, anti-

guas casas de la Compañía de Jesús. El autor de

ambos relieves es único, Adrián Álvarez, en los

últimos días de su vida y del siglo XVI.

Los personajes que intervienen en la composi-

ción alimentan la confusión entre la circuncisión

y la presentación del niño en el templo cuarenta

días después del nacimiento. El artista siguió el

Tomado del «Almanaque vallisoletano

«Circuncisión» de Adrián Alvarez, 1595.Real Iglesia de S. Miguel y S. Julián de Valladolid.


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Me llamo Joseph, hijo de Jacob.Mi nombre significa «Dios es mi

ayuda». Tengo 18 años y vivo enun pequeño pueblo de Galilea, llamadoNazaret. Soy un trabajador como tantosotros, ocupado en lo que se presenta: Unasveces en la construcción, otras en peque-ños arreglos y reparaciones. Voy tirandoporque los tiempos son malos. Pero miconfianza la tengo puesta en el Señor Diosde Israel, que nunca abandona a su pueblo.

Estoy comprometido con una joven lla-mada Maryam. Tiene 14 años y es un cielo.Nos entendemos muy bien porque compar-timos plenamente nuestra fe en Dios. To-davía no vivimos juntos pero ya nos faltapoco para formar nuestro hogar. Espero elmomento con verdadera emoción.

Estoy desconcertado, roto, deshe-cho. No entiendo nada. ¿Cómo

puede ser posible lo que he descu-bierto? ¡Maryam está embarazada! No pue-do creerlo. No hemos tenido relaciones to-davía. Pero soy incapaz de dudar de ella, desu fidelidad y de su bondad. ¿Qué ha pasa-do? ¿Qué puedo hacer? Mi honra y la de to-da mi familia está en entredicho. Lo únicoque se me ocurre es, según nuestras leyes,firmarle un documento de repudio y dárse-lo en secreto. ¿Por qué ha tenido que pasar-me a mí esto? Estoy destrozado.

He pasado muy malos días. Peroesta noche he tenido un sueñoque me ha proporcionado una

gran paz y serenidad. Dios mío, sien-to que tú me has hablado. En mi interior ymuy claramente, he escuchado tu voz. Mepides que no rechace a Maryam porque elhijo que va a tener será alguien importante.Tengo que ponerle el nombre de Yoshúa. Ypensando he descubierto que ese nombrequiere decir «Dios salva». ¿Será el Mesíasesperado?

Esto es algo que me supera. No lo en-tiendo del todo.

Al despertar fui corriendo a ver a Mar-yam. Cuando estuvimos frente a frente nosmiramos a los ojos y sin decir una palabra,nos dimos un fuerte abrazo. Después, tuvi-mos que secarnos las lágrimas mutuamente.

Pronto estaremos viviendo juntos. Laquiero mucho.

En casa y ya tranquilos despuésdel jaleo de nuestra boda, Mar-yam y yo hemos hablado larga-

mente. Se me hace difícil resumir nuestra con-

versación.Ella me ha contado su experiencia. Lo

que sintió y escuchó por parte de Dios. Laprofecía sobre ese niño que iba a concebir,su elección como escogida del Señor, el Es-píritu que llenaba a los dos y otras palabrasque no llegó a comprender.

Y también coincidiendo con mi sueño,que el niño debía llamarse Yoshúa.

Ella me comentó sus miedos, sus du-das, sus preguntas… porque todo aquello

Las vivencias de

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le desbordaba. Terminó diciéndome:«Mira, Joseph: Yo me puse en las manosdel Señor, nuestro Dios y le dije: Aquí es-toy. Haré lo que Tú quieres. Sé que esta-rás a mi lado». Y calló mirándome condulzura.

Mi mujer y yo somos conscientes de quetenemos que compartir la tarea de criar,proteger y educar a este niño que nos va anacer.

Que el Señor, Dios de Israel, nos dé lafuerza necesaria para llevarla a cabo.

Maryam se ha marchado conuna caravana en dirección al

pueblo de su prima Isabel. Sonmuchos kilómetros de viaje, pero se ente-

ró de que su prima iba a dar a luz y me di-jo que tenía que partir para echarle unamano.

(Otro misterio. ¿Cómo Isabel, con lomayor que es, ha podido quedar embaraza-da?).

Quizá por eso, a Maryam no hubo mane-ra de hacerle cambiar de opinión. Así quela encomendé a unos parientes que tam-bién viajaban en esa dirección. Imaginoque ya estarán llegando.

Yo no he podido ir porque ahora mismotengo aquí mucho trabajo, que no puedoabandonar.

Según me dijo, faltaban todavía tres me-ses para el parto. Ya me contará cuandovuelva cómo fue el recibimiento por partede Zacarías e Isabel y qué tal se encuentrala criatura que esperaban.

as de JOSÉ

San José protector de la empresaCHOCOLATES DE LA TRAPA

La empresa Chocolates de la Trapa, fundada por los monjes trapen-ses de la Trapa de Dueñas (Palencia) después de dejarla los monjes hapasado por diferentes avatares. Últimamente, en junio de este año de2013, la ha comprado en su totalidad la familia Fernández Calvo parareflotar el negocio con miras a mejorar la calidad del producto y abrirnuevos mercados, aumentando la plantilla de trabajadores.

La anécdota de la jornada en la que se expuso la nueva situación laprotagonizó San José Obrero. Una de las inquietudes que trasladó laplantilla a la familia compradora fue que qué iba a pasar con la imagende San José Obrero que preside la fábrica desde su fundación por losmonjes. La directiva tranquilizó a los trabajadores, asegurándoles quela imagen no sería retirada por nada, porque, aseguró Teresa Pérez:«Hemos tenido situaciones dificilísimas y San José siempre nos haechado una mano». Sí, San José siempre ayuda en todas las necesida-des de alma y de cuerpo, en las necesidades espirituales y materiales.¡Hay tantos casos!

SAN JOSÉ NO FALLA NUNCA.

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Había nacido en Salamanca en aque-llos tiempos tan difíciles que siguieron a laGuerra de Independencia, concretamenteen el año de 1813. Contrajo matrimoniocon Juan Rodríguez, menestral artesano,sastre con su propio taller. Tuvieron seishijos. Hoy puede llamarnos la atención,pero entonces, con aquel régimen demo-gráfico de altísima mortalidad infantil, noera excepcional lo que pasó en aquel ho-gar: de los seis hijos, cuatro murieron entempranísima edad; solamente sobrevivie-ron los dos primeros: Bonifacio y Agustina.Relativamente pronto murió también el pa-dre (a los cincuenta años), obligando a laviuda a trabajar en domicilios y en su tallerdoméstico de costura.

Bonifacia y su madre vivían una espiri-tualidad sencilla y, a la vez, profunda. Unaconjunción de factores hizo que aquel ho-gar de madre e hija (la hermana mayor sehabía casado ya) se convirtiera en una es-pecie de casa de trabajo piadoso en laque concurría un grupo de mujeres oran-tes y, a la vez, trabajadoras en aquel mo-desto taller que evocaba, ya, al de José,María y Jesús de Nazaret. El grupo se lla-mó al principio de «La Inmaculada y SanJosé» y, no tardando, «Asociación Josefi-na». No se olvide que era un tiempo de fer-vor inmaculista y que justamente en aque-llos años se había proclamado a San Josépor «Patrono de la Iglesia universal». Y,además, el ya director espiritual de grupo,asesor y cofundador, el jesuita FranciscoJavier Butiñá, era un ferviente devoto y es-tudioso (nos legó uno de los más hermo-sos libros sobre San José) del carpinterode Nazaret. La animadora era Bonifacia, yla casa en la que rezaban, cantaban, anteel altar de la Inmaculada y San José, era lacasa de su madre, de Carmen, que cuida-ba de todo con la mayor humildad.

Y en aquella casa de Carmen naceríala congregación nueva, modesta, de mu-jeres reunidas en el taller de trabajo y de

Es grato presentar a nuestroslectores, y como gran devotade San José, a una mujer sen-cilla y buena, que pasó casi

desapercibida en su eficacísima presenciaen los orígenes de la congregación de lasSiervas de San José: a María Natalia deCastro, madre, compañera y aliento de lafundadora de las Siervas de San José, San-ta Bonifacia Rodríguez.

GRANDES DEVOTOSDE SAN JOSÉ

CARMEN CASTRO(1813-1892),

Madre de Santa Bonifacia


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oración: las Siervas de San José. Fueronaprobadas oficialmente por el obispo deSalamanca, Lluch y Garriga, catalán devo-tísimo de San José. El otro catalán, padreButiñá, redactó las constituciones y el re-glamento reguladores de la vida común,basada en el mirar al modelo de Jesús,María y José, es decir, al hogar de Naza-ret. Todo ello acontecía el 7 de enero de1874. Poco después, la comunidad de lasprimeras siete siervas de San José se tras-ladaría a otra vivienda más capaz, cercade la Clerecía. Allí tomó el hábito, el día deSan José por supuesto, cambiando sunombre por el de Carmen, allí profesaría,juntamente con las otras siervas. Se trasla-daron a otra morada, hasta que en 1882 seinstalaron en la «Casa de Santa Teresa»,es decir, donde la Santa (gran devota deSan José) vivió cuando llegó a su funda-ción salmantina. Carmen venía a ser comola provisora y la administradora de la co-munidad.

Tuvo que pasar su purgatorio de mur-muraciones y de incomprensiones, que laatacaban a ella pero que apuntaban a lamadre Bonifacia. Todo fue más dolorosopuesto que no contaban ya con el obispoprotector, trasladado a Barcelona,ni con el P. Butiñá. Este había ani-mado la fundación de otra comuni-dad en Cataluña. En un esfuerzopor conciliarla con la de Salaman-ca, la madre Bonifacia y Carmenemprendieron el viaje catalán. Lanoche oscura esperaba a su regre-so a Salamanca: habían desposeí-do a Bonifacia de su cargo de directora. En ella y en su madre secebaron las críticas y menospre-cios. Y la fundadora se vio obligadaa emigrar a Zamora para fundar (en1883) otra comunidad de Siervasde San José.

Floreció la iniciativa zamorana,emigrante de vivienda en vivienda,

hasta dar con las convenientes. Ingresancandidatas, que profesan siempre bajo elsigno y la protección de San José, al quehonran, conducidas por la provisora Car-

men, que se esfuerza para que lasdevociones y los cultos al Santo Pa-triarca, sobre todo en su mes y ensu novena, sean brillantes.

Allí murió, en 1892, Carmen, ensencillez. Como dice su biógrafa,Adela de Cáceres: «hizo el caminoliberador de la humildad de la manode San José, modelo, padre y pro-tector, que supo vivir en la oscuri-dad ocupando el último lugar, sir-viendo y enseñando a Jesús». Todasu vida «tuvo por modelo a San Jo-sé, padre y protector de la Congre-gación».

Teófanes Egido


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Parece ser que el primero que ha apli-cado a la Sagrada Familia de Nazaretel calificativo de Trinidad de la tie-

rra fue el gran Canciller de la Universidadde París, Juan Gersón (1363-1469) en elsermón de la Natividad de la Virgen en elConcilio de Constanza (1414-1418), ser-món eminentemente y muy laudatoriamen-te josefino, con estas palabras muy exaltan-tes de la misma: «Desearía que me saliesenlas palabras para explicar un misterio tan al-to y escondido desde los siglos, la Trinidadde Jesús, María y José tan digna de admira-ción y de veneración» (En la cuarta consi-deración). Como no encuentra palabras pa-ra explicarlo abandona el intento.

Los autores josefinos y predicadoresposteriores no sólo toman la expresión deGersón sino que se atrevieron a interpretar-la, como los pintores a pintarla, –clásico uncuadro de Murillo– Y así un tal Juan de Car-tagena, que cita las palabras de Gersón, sacados consecuencias o aplicaciones, compa-rándola con la Trinidad del cielo: Jesús quees el Hijo de Dios que se encarna, Maríaque concibe al Encarnado, y José, su espo-so, que le cela y oculta hasta que llega eltiempo predefinido de este sacratísimo mis-terio; y, como en el Antiguo Testamento,ante el Sancta Santorum, este sagrado ma-trimonio, como un velo tejido por el Espíri-tu Santo de la variedad de todas las virtudes.Así, pues, esta Trinidad de personas llevó acabo nuestra redención: Jesús como autorde la salvación, María como mediadora yJosé como coadjutor; y así como cuando sevence en la guerra, la victoria se atribuye nosolo a los soldados que lucharon contra losenemigos, sino que se debe también a loscentinelas y exploradores que por caminossecretos metieron furtivamente soldados yarmas; así aquí, la redención del género hu-mano y la victoria sobre su enemigo comúnse debe atribuir solo a Cristo, como causaprincipal, porque él solo en la palestra delCalvario luchó con el enemigo: Yo solo piséel lagar (Is. 63,3). A María debe atribuírseleen cuanto que suministró la carne y la san-gre a Cristo, precio de nuestra redención;también a San José, su esposo, debe atri-buírsele parte porque al fortísimo debeladodel diablo, cuando era niño y muchacho loescondió y, además, lo educó y nutrió, para

LA SAGRADA FAMILIA, la T


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que, hecho, mayor, a su tiempo echara de sulugar a aquel fuerte armado príncipe de lastinieblas y liberar de este modo al génerohumano de la tiránica esclavitud. Me atre-vería a decir que San José, ocultando a Cris-to el Señor, y alimentándolo, educándolofue coadjutor de la reparación, digna de ce-lebrarse, del género humano por el misteriode la Encarnación, único remedio de nues-tra salvación.

En segundo lugar en esta Trinidad de Je-sús, María y José hay que observar que, co-mo en la SS. Trinidad del cielo son tres losque dan testimonio en el cielo: el Padre, elHijo y el Espíritu Santo y los tres son uno,como dice San Juan (1 Jn. 5). Así en la tierrason tres los testigos de la inmensa bondad

de Dios, los mayores sin excepción, Jesús,María y José que por el vínculo de la cari-dad son uno, un corazón y un alma, y comoen el misterio de la Trinidad no se reconoceuna cuarta persona consustancial a las tres,así en la Trinidad de la tierra no se admiteninguno igual a ellos.

Podemos añadir como en la TrinidadBeatísima la esencia de su vida es el amor:«por lo cual es infinito / el amor que lesunía / (a las tres personas), porque un soloamor tres tienen / que su esencia se decía»(San Juan de la Cruz). Dios uno y trino esamor: el Padre es Amor, el Hijo es Amor yel Espíritu Santo es Amor. Pues así en laTrinidad de Nazaret: Jesús, María y José laesencia y realidad de la vida y de las mu-tuas relaciones son también amor. Abis-mos de amor había en el corazón de la Vir-gen María, y esta es su mayor grandeza según Santa Teresita, abismo de amor en elcorazón de San José, que tenía un alma semejantísima a la de su esposa, y, sobretodo, abismos de amor en el corazón de Jesucristo, que es la misma persona de laTrinidad del cielo, encarnada, eso sí, en elseno de María y nacida de ella. Él es todoy puro amor y este amor lo derramó a rau-dales en los corazones de su madre Maríay de su padre José, que le correspondencon todas las fuerzas de su alma, con totalentrega por parte suya. En esta familia sa-grada de Nazaret, en esta Trinidad de latierra hay un solo corazón, una sola alma,una sola vida y un solo amor: el de Jesúsderramado abismalmente en los corazonesde María y de José. En Nazaret solo se vivede amor, que solo en amar es su ejercicio.

P. Román Llamas, ocd

A, la Trinidad de la tierra

Murillo.


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Una pintura alemana del siglo XV(concretamente de 1499) en la

catedral de Xanten representa a SanJosé, San Joaquín y el niño Jesús, bienasegurado de la mano de San José,juega con un caballito de madera quele ha hecho su padre. Y otro pintor dela segunda mitad del siglo XVIII, Francis-co Viva, apellidado Neapel, pinta aSan José con dos caballitos a sus pies,juguetes para su hijo.

José es el padre de Jesús, así lo lla-man los evangelios. Cuando le encon-traron sus padres en el templo entre losdoctores, su madre le dijo amorosa-mente: Hijo, ¿por qué has hecho asícon nosotros? Mira, tu padre y yo muyangustiado te andábamos buscando(Lc. 2,48).

José amó siempre a Jesús desde an-tes que naciera del seno de su esposa

María, desde el momento que el Señorle dijo: José, hijo de David, no temas to-mar a María, tu esposa, en tu casa, por-que lo engendrado en ella es del Espíri-tu Santo (Mt. 1,20). Como padre le amóentrañablemente, le enseñó a andar ycomo cualquier padre amoroso cuidóde él.

Hay una tradición que supone queJosé ya era un hombre maduro cuan-do se casó con María. Y, sin embargo,el conocimiento sociológico del pue-blo judío en aquellos tiempos indicaque los esponsales se hacían entre pa-rejas muy jóvenes.

Él fue sobre todo «el Justo», que enlenguaje bíblico significa «el que obrael bien y es grato a los ojos de Dios». Sualma era hermosa y transparente, tan-to como para que Dios pudiera comu-nicársele en sueños…

Tenía manos de artista para arran-carle a la madera la obra maestre de

Tenía manos de artistaTenía manos de artista


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un mueble precioso, ojos delince para apresar toda labelleza de la mujer María,oídos finísimos para recono-cer entre muchas, las vocesangélicas, y su boca… ¡erade pocas palabras! porquesencillamente hablaban sushechos.

Nadie como él ha sidodelicado ante hechos enapariencia reprobables,cuando se enfrenta a la evi-dencia de que María pue-de haberle traicionado y si-do infiel… solo ese hecho leconvierte ya en el hombremás delicado del mundo,del cual seguramente Jesús, su Hijo,aprendió cómo tratar a las mujeresadúlteras…

Su finura de trato con María es comopara engrandecerlo. Ni siquiera intentahablar con la interesada, simplementepiensa en desaparecer. Y después, co-mo el gran creyente que fue, aceptaen su corazón y en su mente aquelloque no entiende ni comprende, y da elsalto a lo gratuito, al amo incondicio-nal, al «aquí estoy y no quiero estar sinti, María», al «soy tuyo para siempre».

Él, como padre de Jesús, fue sin du-da el mejor educado, el que enseñótoso lo que sabía a Jesús de Nazaret,desde su oficio, hasta su mirada admi-rativa por los campos llenos de trigo enlos que también crecía la cizaña, o loslirios del campo y los pájaros del cielo.El hombre Jesús, aprendió del hombre

José a ser respetuoso y tier-no con la caña que curvael viento, con los niños, conlos ancianos, con los enfer-mos. Pero sobre todo, leenseñó a tratar con las mu-jeres, a respetarlas a hacerde ellas amigas e iguales,como él mismo lo fue deMaría.

San José es el Patronode la Iglesia universal. Esepatronazgo lo instituyó elPapa Pío IX, en 1870. Másrecientemente Juan XXIIIintrodujo su nombre en elCanon romano. En las lec-turas, lo que se refleja fun-

damentalmente, es que Jesús pertene-ce al linaje de David a través de su pa-dre adoptivo, José, que pertenecía aesa Casa.

La familia de Nazaret fue el primerseminario. La casa de José y María fuela escuela de valores donde Jesús cre-ció en «edad, sabiduría y gracia». Jesúsaprendió de José, de modo especial,un oficio, y así era conocido como el hi-jo del carpintero.

Destaca de José el hombre callado,el hombre obediente, el hombre pru-dente. Con razón la Iglesia lo veneracomo Patriarca. Es su protector y, aun-que su esposa –María– sea estrella en laevangelización, no lo es menos el des-tello, sobrio pero firme, que irradia la fi-gura de San José

Eusebio Gómez Navarro


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Seguimos con la Invitación… dever el Colegio por dentro…

«Ver el Colegio por dentro…»Sabemos que en él estamos:

ALUMNOS, PADRES Y EDUCA-DORES. Todos estamos llamados ala misma cita: ENCONTRAR-NOS… Nadie puede andar despistado…porque sabemos que, aún en el despiste, descubrimoseste encuentro.

Todo encuentro es una pregunta:• ¿Quién soy yo para el otro?…• ¿Y quién es el Otro para mí?…Vamos a ser sinceros. Los primeros en preguntar-

se en este encuentro, son los alumnos. Cada uno lohace de una manera distinta, pero lo pregunta…El niño de E. Infantil pregunta con su mirada, bus-cando una acogida… una caricia. Ante su preguntanadie puede huir… escapar. Intenta ponerse a la es-cucha. Porque, entonces, es cuando le estás dandorespuesta. Acércate a él… mírale… y le ayudarás acrecer. No necesitas datos evolutivos aprendidos enTratados de Psicología en ese momento. Solamenteél te basta…

En el Colegio hay niños que están cursando el lla-mado Ciclo Inicial (1.º y 2.º). Es el niño que se re-suelve en una vida de movimiento y entusiasmo. Ex-plora… descubre… nos despierta con sus interrogan-tes. En cualquier momento nos dice ¡Hola!… paraque caigamos en la cuenta de su presencia. Entre losbalbuceos de los primeros pasos para aprender a leery escribir éste niño va desgranando su ser natural…con las podas inoportunas!… Ahí le vemos… a la en-trada y a la salida del Colegio… en el aula y en el pa-tio de Recreo… y hasta por los pasillos, corriendo,desprendiendo frescura de vida y de movimientos…Con estos niños nos encontramos y estamos…

«El colegio es la referencia significativapara chicos y chicas»

Hay niños, en el llamado CicloMedio. Están siempre con ese afánnatural de aprender. El Colegio llenatoda su vida. Es la referencia mássignificativa de sus conversacionesy diálogos. Hablan de lo que juegany aprenden… El profesor es todo paraellos. Lo que él diga tiene validez entodo momento. ¡Hay que ver cómo se

mueven!… Sus ojos están constantemen-te observando… Todo lo quieren ver. Y saben

que explorando y descubriendo aprenden. La vida es-colar la tienen como más organizada. Empiezan a di-ferenciar las diversas actividades y los tiempos en re-alizarlas. Es una etapa típicamente escolar.

Ahí están los chicos del Ciclo Superior. Nos pre-guntan, pero no lo hacen con palabras, sino con esa ti-midez evolutiva de quien no sabe preguntar. Su Yo sedesparrama en sus formas corporales. Que las viveny sienten desorganizadamente. Van cargados de sen-timientos contradictorios. Momentos de añoranza delpasado dorado de su infancia… con expectativas des-lumbrantes de futuro… Me estoy haciendo un lío…y así me siento…: ésta podría ser la expresión for-mulada de esta situación. Buscan el grupo de lapandilla. Se hacen miedosos y cobardes ante la pre-sencia familiar y de los educadores y se refugian enel espacio pequeño e íntimo de la pandilla o compa-ñeros… La Psicología del Igual es la garantía de suseguridad. Tienen que estudiar y cuánto les cuesta…

Nos encontramos en el colegio… ¿CNos encontramos en el colegio… ¿C

El hogarde Nazaret,

el Colegiodonde se

formó Jesús.


15

Los sueños pululan por todos sus costados. Su imagi-nación viaja con una gran movilidad, de tal maneraque les resulta, como imposible, concentrarse en latarea. Oyen lo que suena a su alrededor, pero escu-chan lo que sienten en su interior. Estos momentos noson situación de un instante… se prolongan durantevarios años en este período evolutivo.

No olvidemos que nos preguntan… aunque no oi-gamos sus palabras… Si sabes salir a su encuentro,tal vez, estes respondiendo a su pregunta.

Tienen una gran movida… tanto en su forma exte-rior de actuar como en su interior de sentir.

Hay saltos en la vida que podemos calificarlos co-mo cualitativos. Y uno de ellos es el que realiza elchico de Ciclo Superior a BUP = ESO.

También están los chicos de BUP y COU en el Co-legio. Son chicos que sienten que algo cambia de suvida. Los movimientos de la etapa anterior se vanconfigurando de forma distinta. Su personalidad,aunque diferenciada en cada uno, se vive con una vi-talidad volcánica, donde la intimidad de su fuerza nosabe como expresarse. Sienten que los que están fue-ra de ellos mismos pueden ponerla en tela de juiciomientras lo cuidan con esmero. Los proyectos de suvida se viven tan originalmente que no pueden ser co-rregidos gratuitamente por el primero que se presen-te. Su YO tiene un gran valor para él. Siente la nece-sidad de ser reconocido. Se hace obstinado, porquecree que lo que siente es lo único válido.

Los estímulos que les llegan de fuera son tan ava-salladores que creen que no pueden evadirse de ellos.

Viven la vida sentida y como a lo loco y con ver-tiginoso ritmo como buscando un camino. La vida asíse la siente con amor. La actividad del estudio les re-sulta fría en medio de esta fuerza.

La clave de conexión con ellos es el entusiasmo denuestra relación.

Estos son los primeros en salir a nuestro encuen-tro… No perdemos de vista los datos de su identifi-cación personal. Porque así podemos saber quienesson… y con quienes nos encontramos.

FRANCISCO A. SEVILLANO SEVILLANOPsicólogo

VIVE MEJOR TU VIDA

AYUDAR AL MÁS NECESITADO

Sabemos de qué manera San Francisco de Asíslogró la curación de un enfermo de lepra. Losfrailes querían echar a dicho enfermo del hos-

pital por su carácter rebelde. Francisco pidió a susfrailes poder estar a solas con el leproso. Empezóa lavarlo, de pies a cabeza, con sus propias manos,llenas de amor y de ternura, mezclando con agualas hierbas olorosas que había recogido en el cam-po, ya que las llagas purulentas despedían un fuer-te hedor. Y –como leemos en las Florecillas– «porun milagro divino, la lepra desaparecía, dondeFrancisco tocaba con sus manos transidas deamor, de ternura, de bondad, de paz y de bien…allí la carne comenzaba a sanar.

Y mientras el cuerpo se limpiaba, por fuera, delmal de la lepra… el alma del leproso se purificaba,internamente del pecado, por contrición y por lá-grimas, y adquiría nueva juventud…».

–¡Cuántas personas serán hoy, como ayer, yaquí… o en otro lugar, las que ayudarán, servirán,limpiarán, atenderán con un amor nacido delamor de Dios… hacia otra persona que está nece-sitada de ayuda urgente para su cuerpo y para suespíritu!

Sertillanges afirma: «Amar no es buscar nuestrobien… sino querer el bien». ¡Cuántos hoy se en-tregarán a los más arduos quehaceres, con unasonrisa y una palabra de ánimo en sus labios, unaactitud de acogida, con la luz y la fuerza del másacendrado amor verdadero!

Goethe escribía: «Pienso que lo magnífico deeste mundo no es tanto el lugar donde estamos oel trabajo que realicemos… como la dirección, elsentido, el amor que nos empuja… a movernos».

JOSÉ MARÍA ALIMBAU

o… ¿CON QUIÉN?o… ¿CON QUIÉN?


16

Romancea San JoséEscuchen qué cosa, y cosatan maravillosa, aquesta:un marido sin mujer,una casada doncella.Un padre que no ha engendradoa un Hijo, a quien Otro engendra;un Hijo mayor que el Padrey un casado con pureza.Un hombre que da alimentosal mismo que lo alimenta;al que lo crió, y al mismoque lo sustenta, sustenta.Manda a su propio Señor,y a su Hijo Dios, respeta;tiene por Ama una esclavay por esposa una Reina.Celos tuvo y confianza,seguridad y sospechas,riesgos y seguridades,necesidad y riquezas.

Sor Juana Inés de la Cruz († 1695)

Romancea San José


1717

Gran parte de estas misericor-dias cupo a estos dos biena-venturados casados, la Vir-

gen bendita y San Josef, y entreellas fueron muy grandes las queentre manos tenemos; conviene sa-ber, que la desposada fuese hechaverdadera Madre de Dios, y SanJosef, hombre bajo según el mundoy oficial carpintero, fuese levanta-do a tanta honra de ser verdaderoesposo de la Madre de Dios y de serllamado padre y tomado por ayode aquel que tiene al Eterno Padrepor padre y que es criador de cie-

SAN JUAN DE ÁVILA (1500-1569) (II)los y tierra. Misercordias grandesy tan grandes, que otras iguales nofueron oídas, y bastantísimas paraque ellos fuesen agradecidos a Diosy para que cantasen sus alabanzasy con todo su corazón se alegrasenen Dios.

Mas mirad, que cuan grandesfueron estas mercedes, así fuegrande la tribulación que trasellas el Señor envió, cuya costum-bre es enviar hiel después de lamiel y probar a sus amigos tentán-dolos, como hizo a Abraham. DelSeñor leemos que en su santo bap-tismo fue declarado por voz celes-tial por Hijo carísimo del EternoPadre; mas tras este favor se si-guió ser llevado al desierto a sertentado del enemigo. No se engañenadie ni se tenga por seguro por-que sea recreado del Señor conmercedes y consolaciones, ahorasean espirituales, ahora corpora-les, mas este destierro es lugar detrabajos, es una trabada pelea, esun mar de amargura y una tenta-ción sobre la tierra; y cuando Diosda alguna consolación o prosperi-dad, no es para que el hombre go-ce de ella parando en ella, sino oporque no desmaye en las tribula-ciones que tiene o porque cobrefuerzas para vencer las que lequieren venir.


¿Para qué dan armas a un solda-do, sino para que esté aparejadopara la guerra? ¿Para qué dan decomer a un jumento, sino paraecharle muy buena carga?

Tornemos a nuestros santos des-posados, María y Josef. ¡Qué ri-cos, qué honrados, qué ensalzadosen el acatamiento de Dios, ella contal Hijo y él con tal esposa y conser ayo del Hijo de Dios! Y tras esto viene que Josef vio a nuestraSeñora estar preñada, por tenersu seno crecido; de lo cual recibiótan grande alteración y tristezaentrañables, cual no se puede de-cir. ¡Oh bienaventurado varón, y

AGRADECIENDO GRACIAS Y PIDIENDO FAVORES

OREMOS POR NUESTROSDIFUNTOS

Adolfo Blanco de Boiro, Basílica de Aldeama-yor de San Martín, Juana María Prieto de Ciu-dad Real, Lucía Colomo Marcos de Boadilla deRioseco, Josefa Giraldo de Villafrades de Cam-pos, Enedia Abella de La Coruña, Mª BernardaÁlvarez de Orense, Juan Delgado de Vitigudi-no, Reverendo Valentín Arribas, sacerdote deValladolid.

ÁGREDA, Alfonso García, 3 ¤; EL BARCO DEÁVILA, Rosa Trigo, 13 ¤; ELCHE, María Pa-rreño, 3 ¤; GOTOR, 6 ¤; LA MUELA, 12 ¤;LEÓN, MM. Carmelitas Descalzas, 6 ¤; MÁ-LAGA, Juan José Plaza, 3 ¤; OLIVA DE LAFRONTERA, Carmen Rangel, 13 ¤; PALEN-CIA, MM. Carmelitas Descalzas, 8 ¤; PICAS-SENT, Angelita Ibars, 13 ¤; SALAMANCA,Patrocinio Legido, 3 ¤; Manuel Pérez, 3 ¤;Carmen Felipe, 53 ¤; TALAVERA DE LA REINA, MM. Carmelitas Descalzas, 3 ¤; TARRAGONA, Mª Antonia Garijo, 100 ¤;TORDESILLAS, Acisclo Milán, 50 ¤; VALDEPEÑAS, Juan Bautista Marín, 3 ¤; VA-LLADOLID, Emiliana Álvarez, 3 ¤; MM. Carmelitas Descalzas, 3 ¤; Elene Novo, 3 ¤;Josefina Ortega, 3 ¤; Mª Dolores Peinador, 3¤; Christine Clovet, 3 ¤; Pilar Serrano Sas-tre, 43 ¤; Cándida Gutiérrez, 3 ¤; Félix Albi-llos, 8 ¤; VALLS, Joseph María Ferré, 3 ¤.

GIROS RECIBIDOS

ADALIA, ALBA DE TORMES, ALDEAMAYORDE SAN MARTÍN, CAMPORREDONDO, GO-TOR, ÍSCAR, LA MUELA, TREMOR DE ARRIBA,VELILLA, VILLAFRADES DE CAMPOS, VILLOS-LADA Y ZORITA DE LOS CANES.

MISAS

1 misa encargada por Araceli de Valladolid, 1misa encargada por Aciselo de Torrecilla de laAbadesa.

de cuántas angustias es tu corazóncombatido! ¡Y cómo Dios te ha las-timado en las mesas niñas de tusojos, pues ves preñada a tu esposa,y nunca has llegado a ella, ni pen-saste llegar; porque ella y tú entrambos tenéis hecho voto, decomún consentimiento, de guardarvirginidad por toda la vida! Esta elsanto varón como fuera de sí, ypor una parte viendo lo que veía ypor otra parte acordándose de labondad de esta Virgen y de lasgrandes señales que de sí daba pa-ra ser creída.

18

(CONTINUARÁ…)


1919

–Mamá, ¡qué buena está la paella!–Pues repite, hijo, repite.–¡Qué buena está la paella!

* * *

Un señor le dice a otro:–Amigo tienes un plátano en la oreja.–¿Cómo?–Que tienes un plátano en la oreja.–¿Qué?–¡Dios mío!, ¡que tienes un plátano

en la oreja!–Mira, tío, déjalo porque tengo un

plátano en la oreja y no te oigo.

* * *

En un examen de ciencias:–Dígame la diferencia entre una diso-

lución y una solución.–Meter a un político en un ácido es

una disolución, meterlos a todos esuna solución.

* * *

–Jaimito, ¿qué les vas a pedir a losReyes Magos?

–Cocaína.–Pero, como que cocaína, los Reyes

Magos no traen esas cosas.–Pero los camellos sí.

En un restaurante:–Camarero, camarero ¿tiene Vd.

ancas de rana?–Sí señor.–Pues, brinque hasta la cocina y trái-

game un filete, por favor.

* * *

Por la noche un policía ve a un borra-chín que está dando vueltas a la farolade una plaza.

–¿Qué hace Vd.?–Buscar las llaves que se me han

caído en el portal de mi casa.–¿Y por qué no va a buscarlas allí?–Porque aquí hay más luz y se ve

mejor.

* * *

–¿Qué comió Vd. ayer?, preguntó eldoctor al paciente.

–Patatas.–¿Y qué merendó?–Patatas.–¿Y en la cena? ¿qué cenó?–Patatas.–¡Ya está!, ya sé lo que ha sucedido

esta noche: ¡A Vd. le ha dado un pata-tús!

ESTUDIOS JOSEFINOSRevista de investigación y de información sobre la presencia de San José:

APARECE DOS VECES AL AÑOSUSCRIPCIÓN: 22 E. Misma dirección que «EL MENSAJERO DE SAN JOSÉ»

• En los Evangelios• En la Iglesia

• En la Historia• En la Actualidad

POR FAVORRíaseRíase


EL MENSAJERO DE SAN JOSEP P. C A R M E L I TA S D E S C A L Z O S

Teléf. 983 33 01 69

San Benito, 3

47003 Valladolid

Franqueo Concertado47 - 15



Cubiertas ENERO A ABRIL_PORTADAS SEPTI A CICIEM 31/12/13 07:24 Page 2

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PP. CARMELITAS DESCALZOS Franqueo Concertado El … · pos», que es propia del misterio inefable de la encarnación del Verbo. Que San José obtenga para la Iglesia y para el mundo,