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  • 58 | Psiquiatra universitaria

    HAY HERIDAS QUE SANAN (IV). MI cUERpo ES tU cUERpo: UNA foRMA DE tRAUMA RElAcIoNAl tEMpRANo

    Prctica PsicoteraPutica

    HAY HERIDAS QUE SANAN (IV). MI cUERpo ES tU cUERpo: UNA foRMA DE tRAUMA RElAcIoNAl tEMpRANo(Rev GPU 2012; 8; 1: 58-62)

    Elena Gmez castro1

    El trabajo aborda el caso clnico de una paciente joven, hija de un detenido-torturado, tratada du-rante tres aos y medio en IlAS. Se da cuenta de los efectos de la traumatizacin severa posible de comprender a partir de la experiencia traumtica que afecta la matriz parental. Se concede especial importancia a lo que se manifiesta en la corporalidad de la paciente. En esta presentacin se consi-dera la teora winnicottiana como aquella que, dentro del psicoanlisis, nos acerca especialmente a la concepcin relacional del cuerpo y sus manifestaciones. El autor enfatiza en la historia personal de los cuidados y deriva de ella la concepcin de continuidad del existir como un aspecto relevante en la experiencia infantil. Desde este enfoque, la angustia, como aquella que se relata en el caso de la paciente, puede ser comprendida como un aspecto de la trama intersubjetiva. por otra parte, desde estas nociones tericas se comprende que la disociacin a la que recurre el nio como mecanismo de-fensivo es una falla en el papel regulador del ambiente, que conduce a que los afectos permanezcan como sensaciones corporales al no ser reconocidos ni regulados por el ambiente que rodea al nio. la tortura, un tipo de traumatizacin extrema padecida por los padres de la paciente, afect directa-mente la disponibilidad emocional con sus hijos, lo que representa una ruptura en la continuidad del existir que tendr, frecuentemente, expresiones en la relacin con el propio cuerpo.

    TRAUMA Y HERIDAS SOCIOPOLTICASTRAUMA AND SOCIOPOLITICS INJURIES

    INTRODUCCIN

    E l carcter relacional del nio con el medio queda claramente expresado en la concepcin de D. W. Winnicott2 acerca del desarrollo emocional temprano. A partir de este autor adquiere fuerza la nocin acerca

    de la importancia de las experiencias tempranas y el rol central de stas en la constitucin del self. Este plan-teamiento terico realizado a mediados del siglo XX ha sido uno de los que, al interior del psicoanlisis, ha faci-litado el acercamiento al conocimiento proveniente de otras disciplinas, tales como el psicoanlisis emprico

    1 Mdico-Psiquiatra. Psicoanalista ICHPA. Dra. en Psicoanlisis. Miembro ILAS, docente y supervisora experta en Trauma y Psi-coanlisis Relacional. Miembro IARPPCHILE [email protected].

    2 Desarrollo emocional temprano.

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    ElEna GmEz Castro

    y la neurociencia. A su vez, este autor ha influido en nuevas corrientes psicoanalticas como el Psicoanlisis Relacional y el Intersubjetivo3.

    UN CASO CLNICO Y CORRELATO TERICO

    Blanca vino a consultar a ILAS acompaada de su ma-dre. Sus 25 aos no se dejaban traslucir en su aspecto fsico, ya que su forma de vestir, su manera de hablar y su actitud eran ms bien la de una pequea-gran-nia.

    Uno de sus problemas era el miedo a estar sola. ste y otros temores haban comenzado mucho tiempo atrs, durante su pubertad y adolescencia. No iba a nin-gn lugar sola, deba siempre ir acompaada de alguno de sus padres o de ambos. La angustia era constante y su vida de adulta joven estaba muy limitada, no as sus estudios, los que haba terminado con bastante xito. La conducta de sus padres era acompaarla, especial-mente en los traslados a la universidad, esperarla, en suma, vivir en torno a las actividades acadmicas de su hija, temiendo siempre que sufriera alguna descom-pensacin angustiosa.

    Probablemente lo ms llamativo en Blanca era su exceso de peso y una manera muy peculiar de vestirse, lo que en conjunto produca la sensacin de estar fren-te a una nia.

    R. Rodulfo en su libro El nio y el Significante (1989) se hace una pregunta muy similar a la winnicottiana respecto a si es posible hablar de un nio sin hablar de su medio: la cuestin de qu es un nio, en qu con-siste un nio, conduce a la prehistoria tomndola, no slo en el sentido que Freud le otorga (Primeros aos de vida que luego sucumben a la amnesia) sino la pre-historia en direccin a las generaciones anteriores (pa-dres, abuelos) a la historia de esa familia (1989 p. 18), es decir, a lo que precede a un nio, a lo ocurrido, antes de que propiamente exista. En relacin con el tema que desarrolla este artculo, esto quiere decir que aquello que un nio respira, en el lugar que ocupa en la familia, ocurre a travs de una serie de prcticas cotidianas que incluyen tambin al cuerpo.

    3 La Teora Intersubjetiva y el Modelo Relacional corres-ponden a las nuevas perspectivas que se han originado en el Psicoanlisis norteamericano a partir de los aos 80, emergiendo como posiciones crticas al interior de la psicologa del yo. Ambas teoras describen a la subjetivi-dad como un proceso irreductiblemente relacional y se interesan por las condiciones intersubjetivas o el contex-to emocional en el cual las configuraciones subjetivas se logran y se mantienen.

    Blanca naci durante la dictadura militar en Chile, su padre trabaj activamente, desde su profesin, en contra del rgimen. Cuando Blanca tena 4 aos fueron a detener al padre en su casa. Esta detencin fue hecha con violentos golpes hacia l, de los cuales ella y su her-mano fueron testigos. Mientras el padre estaba deteni-do, la familia sali al exilio y despus de un ao y medio se reunieron todos. La infancia de Blanca no fue fcil, su madre tuvo una depresin severa, su padre abandon la profesin y se mantuvo, durante ese periodo, muy poco activo. Ella comenz a subir de peso, fue some-tida a numerosos tratamientos de carcter restrictivo que incluyeron varias hospitalizaciones, para reducir de peso, transformndose su cuerpo en el centro de ten-sin y atencin de la familia. Junto con ello a los 7 aos comenz a presentar otras dificultades y luego prdida de visin en su ojo derecho sin causa pesquisable, lo que sin embargo adquiri otro significado cuando en un examen de salud de su padre, los mdicos le detec-taron a ste una ceguera traumtica producto de la tor-tura, la que afectaba su ojo derecho.

    Este descubrimiento ejerci en la familia una fuer-te sensacin de unin y consolid la idea de que esta-ban muy cercanos y comunicados, afianzndose entre ellos una relacin fusionada, especialmente de Blanca con su padre. Al poco tiempo, durante la pubertad co-menzaron los sntomas angustiosos de la paciente con manifestaciones fbicas (agorafobia) y crisis de pnico. Desde entonces se siente segura solamente cerca de sus padres y slo la presencia de ellos puede tranqui-lizarla. Esto conduce a que se desenvolviera de manera limitada por esta necesidad de la presencia real y con-creta de sus padres. Blanca regres a Chile, junto a su familia, a los 19 aos. Ingres a la universidad, estudi la misma profesin de su padre, terminando su carrera de manera exitosa.

    La paciente habla de su infancia:

    En el exilio siempre me asaltaban los recuerdos de la noche en que detuvieron a mi pap. Era como si los tuviera grabados porque yo lo vi todo. Mi hermano y yo asustados en pijama y sin entender nada. Los gritos eran de mi mam y mi pap ca-llado recibiendo los golpes.

    No s por qu empec a engordar, pero lo peor fueron las hospitalizaciones en las que ni mis paps me podan visitar, me senta como en una crcel.

    Para D.W. Winnicott (1949) en un comienzo exis-te un cuerpo que implica psique-soma, es decir, el

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    inicio de la existencia es psicosomtico y son dos as-pectos diferenciables, slo desde el punto de vista del observador. Desde esta perspectiva los trastornos del psique soma son alteraciones del cuerpo, o del funcio-namiento corporal, que se encuentran asociados con estados de la psique. Est presente en estos trastornos una angustia psictica subyacente, aunque en muchos casos sta se manifiesta claramente, por ejemplo, en factores hipocondriacos o neurticos. Para entender el planteamiento de este autor es necesario tener presen-tes los inicios del desarrollo infantil, el que se caracte-riza como una fase de dependencia absoluta. En este momento de la vida, uno de los logros que dependen de la adaptacin del ambiente a las necesidades del beb es lo que Winnicott denomina personalizacin. Con este trmino el autor se refiere a que la adquisi-cin de un esquema corporal personal depende de la relacin con los cuidadores. Y quiere a la vez dar nfasis a la despersonalizacin que es la condicin en la cual el beb experimenta una escisin entre la mente y el cuerpo y no se siente dentro de su cuerpo. Es slo con el logro de la personalizacin que la piel puede ser el lmite entre el self y el no self, y se puede experienciar que la psique habita el cuerpo4.

    Todo esto puede ocurrir cuando por parte de la madre o de la figura materna existe la capacidad para sumar su participacin emocional, a la que original-mente es fsica y fisiolgica. Gradualmente la psique y el soma, aspectos de la persona en desarrollo llegan a estar relacionadas en un proceso de interrelacin mutua. Esta interrelacin de la psique con el soma se instaura en la temprana fase del desarrollo individual (Winnicott, 1949, pp. 244).

    Se desprende entonces que la salud es la conser-vacin de la relacin entre cuerpo y psique en el desa-rrollo temprano del individuo y sta se relaciona con la continuidad del existir. Los lmites y relaciones entre el cuerpo y la mente toman forma en un contexto rela-cional especfico. Estas ideas al ser consideradas por H. Krystal (1988) conducen al planteamiento que los lmi-tes entre la experiencia de la mente y del cuerpo son producto del contexto ya que las tempranas experien-

    4 Donald Winnicott diferencia psique, soma y mente. Psi-que para Winnicott es la elaboracin imaginativa de las partes, sentimientos y funciones somticas. Para este concepto usa a menudo en su obra sinnimos como fan-tasa; realidad interna y self. Respecto de la mente, plantea que sta describe un funcionamiento intelectual y que es un signo de disociacin que existan individuos que sienten que su mente es una entidad que no es parte de su sentido de self.

    cias son slo sensaciones corporales, las que mediadas por la participacin de los adultos que rodean al nio, alcanzan la forma de estados subjetivos los que luego pueden ser articulados verbalmente.

    Respecto del trauma que ocurre en etapas tem-pranas, para D. W. Winnicott sera necesario analizar el comportamiento del ambiente respecto al individuo en desarrollo, es decir, analizar el contexto para entender el trauma, ya que, para este autor, el trauma es una falla relativa a la dependencia (Winnicott, 1965), y siempre se relacionara con el derrumbe de la confiabilidad de un ambiente predecible promedio (Winnicott, 1965, pp. 178). El concepto de trauma es nuclear en la teora de Winnicott (1949, 1956, 1960, 1965, 1971) en tanto se asocia a su idea de la importancia del ambiente faci-litador y de sus fallas en el logro de la continuidad del desarrollo del individuo. Resulta esencial la idea de que la familia representa para el nio en desarrollo una pro-teccin contra el trauma.

    Desde estas nociones winnicottianas, la teora in-tersubjetiva psicoanaltica plantea que el curso y desa-rrollo de las experiencias traumticas ocurren dentro del contexto intersubjetivo del nio y sus cuidadores y la caracterstica central del trauma sera la ausencia de respuesta afectiva esperada, el quiebre del sistema de cuidado y proteccin. El resultado sera un estado de desorganizacin, de desintegracin, de invasin de afectos impensables, insoportables (Stolorow, At-wood, 1992, pp. 128).

    Uno de los primeros recuerdos angustiosos de Blanca, alrededor de los 6 aos, la ubica sola con su ma-dre en el departamento en el que vivan durante el exi-lio, mirando con temor el movimiento de las cortinas en el balcn y tratando de escrutar la actitud materna. Las ideaciones suicidas de la madre fueron la preocupacin permanente de este grupo familiar en ese periodo que coincide con su sobrepeso, con un creciente aislamien-to y una gran dificultad para experimentar estados de tranquilidad:

    estoy segura de que ella intent suicidarse, no me sirve que me diga que no es as, yo la perciba, no poda dejar de mirarla.

    ya era grande cuando me enter de que en el mo-mento que fueron a detener a mi pap mi mam estaba embarazada, ella tuvo una prdida y creo que de eso nunca se pudieron recuperar.

    Al acercarse a la adolescencia, Blanca comenz a presentar los sntomas propios de una angustia de se-paracin (tal y como en la actualidad se describen para

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    ElEna GmEz Castro

    los adultos) los que condujeron al tipo especial de vida de ella y sus padres en los ltimos 10 aos previos a consultar.

    En el estudio actual de los circuitos neurales que ocurren en la estructura cerebral existen nuevas apre-ciaciones que es el momento de considerar: la primera es que el cerebro se desarrolla durante toda la vida y la segunda es que existen momentos cruciales (las as llamadas ventanas crticas) en las que junto a cambios estructurales (puntos de arousal) ocurren cambios funcionales (puntos de equilibrio). Ambos ocurren al interior de un vnculo, lo que no es otra cosa que decir que somos sujetos sociales y que incluso nuestro cere-bro es profundamente relacional5. Nuestra historia de desarrollo emocional temprano queda registrada en la memoria implcita, en aquella forma de hacer memoria que no alcanza el nivel del lenguaje, pero que guarda la historia de las formas relacionales escrita con los padres. Todo esto constituye el modelo de regulacin afectiva personal que incluye al cuerpo, el que se pone de manifiesto de manera especial en la adolescencia, al momento de necesariamente relacionarnos con otros. Este aspecto neurobiolgico implica que experiencias de miedo y de separacin ocurridas en la infancia van a dejar huellas somticas (memorias) especialmente en la relacin de estas emociones intensas con las respues-tas viscerales y msculo-esquelticas.

    Blanca durante su adolescencia reinici la nunca superada dependencia con sus padres recurriendo a los antiguos patrones que al parecer le dieron una escasa seguridad durante su infancia. No poda estar sola ni poda dejar a sus padres, ya que la sensacin perma-nente en la distancia era que la invadan agonas primi-tivas ligadas a la muerte propia y a la de ellos. Su cuerpo desde entonces ha expresado la detencin en el desa-rrollo y el encierro reverberante en la corporalidad de su infancia. En su cuerpo y en los sntomas agorafbicos es posible reconocer su historia vincular caracterizada por temores y angustias, por videncia y por dao. Tambin se hace evidente que la forma de superar esos temores y de expresar cuidado ocurri a travs de la fusin y no resolucin de la dependencia infantil. Toda esta matriz de dependencia y de autonoma fallida se exacerb frente a la innegable necesidad de separarse, hacer una vida propia y sobre todo de tener un cuerpo propio.

    5 La neurociencia plantea que en los primeros momentos del nacimiento, a los 6 aos de edad y en la adolescencia es crucial el papel que juega el ambiente en facilitar o dificultar la autorregulacin de los mecanismos angus-tiosos.

    Blanca curs con xito sus estudios pero en medio de una gran soledad y distanciamiento de los modos ha-bituales de la adolescencia. Su relacin con los hombres era a travs de las redes virtuales y frente a ellos se sen-ta en medio de un mundo desconocido y angustiante.

    En el periodo de la adolescencia la relacin con los pares va a estar influenciada por la forma en que se han dado las relaciones tempranas del nio y sobre todo por el logro versus el no-logro de la estructuracin del self o sentimiento de s mismo.

    En los procesos que acompaan a la urgente ne-cesidad de salir al mundo y de relacionarse con otros; en el inevitable duelo respecto de las figuras paternas y en el nuevo lugar social y familiar que debe ocupar el adolescente se genera disconfort y angustia, y es en-tonces cuando el adolescente puede recurrir a antiguos patrones o atreverse a explorar con otros nuevos.

    En ILAS hemos discutido y planteado que en el caso de los hijos como Blanca se producira un tipo de experiencia traumtica que al ser experimentada por el sistema parental, afecta a los hijos. Con estos ltimos no es posible hablar estrictamente de una segunda generacin, ya que ellos mismos han experimentado directamente una experiencia traumtica, habitual-mente en torno a la prdida y a la separacin, pero, al mismo tiempo, son hijos de padres que vivieron expe-riencias de persecucin y el impacto de estos hechos est presente en sus vidas.

    Hemos planteado la existencia de un Trauma Rela-cional Temprano6 en el que lo central es el efecto que tie-ne la atmsfera relacional en la que ocurre el desarrollo emocional de los hijos, la que est centrada en la memo-ria de la violencia y la amenaza vital. Ocurre en ellos la interrupcin del sistema de apego, de la comunicacin emocional y por ende del sistema de regulacin afecti-va. Entre las manifestaciones de este trauma especfico siempre va a estar incluido el cuerpo, ya que ste en la infancia es el lugar de la memoria implcita o sensorial.

    Al comienzo Blanca caminaba con muchos tropie-zos en su terapia. Asista a las sesiones, siempre acom-paada por uno de sus padres. Cuando la paciente consult en ILAS, la familia acababa de abandonar una terapia familiar infructuosa, experiencia que haca dif-cil abordar el sistema familiar desde esta perspectiva. En la relacin teraputica resultaba difcil la integracin de su actual experiencia angustiosa ante la separacin a sus experiencias traumticas de la infancia. Ella pareca

    6 Gmez E. 2006. Tesis Doctoral: Trauma Psquico tem-prano en hijos de personas que han sido afectadas por traumatizacin de etiologa social.

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    entender mucho acerca de lo que haba sucedido en su familia, sin embargo sus recuerdos no parecan ayu-darla en la necesaria integracin de sus sensaciones afectivas y corporales. Del cuerpo ella no hablaba y se resista a su innegable presencia (con ello me refiero a su apariencia en la que el exceso de peso era evidente). Todo lo anterior pareca imprimirle al proceso terapu-tico un ritmo lento y dificultoso. En Blanca la desregu-lacin afectiva producida por la interrupcin de la vida familiar estaba presente como un drama silencioso en su cuerpo. Significaba no tener un cuerpo propio sino un cuerpo comn, una unin concreta que no poda in-terrumpirse sin un riesgo mortal.

    En el momento de convocarse la Comisin sobre Prisin Poltica y Tortura7, la familia comienza a tener un cambio. En una conversacin familiar el padre ex-presa el deseo de dar su testimonio acerca de su de-tencin y tortura, una iniciativa que es acogida por la paciente y por la madre. A partir de ese momento el congelamiento de la experiencia de la tortura del padre y sus efectos en el sistema parental comienza a movili-zar algunos cambios. El padre testimonia ante la Comi-sin y participa en un grupo teraputico de hombres que compartan la experiencia de haber estado deteni-dos y torturados. Una iniciativa teraputica propuesta por el ILAS que se llev a cabo en nuestra institucin.

    Blanca tiene acceso, en este periodo, a algunos escritos guardados por su padre en los que describa la tortura fsica y psicolgica a la que fue expuesto. El quiebre del silenciamiento parental produce, en un comienzo, un aparente empeoramiento de la paciente: recrudecen sus sntomas y aumenta la dificultad de es-tar a solas. Por un largo periodo sus padres debieron mantener la puerta de su dormitorio abierta y darle todo tipo de seguridad.

    Sin embargo, lentamente el congelamiento de la relacin de Blanca consigo misma comenz a transfor-marse. Participa en un concurso literario con un cuento infantil y obtiene un especial reconocimiento, lo que la incentiva a participar en un grupo colectivo de escri-tores. Por primera vez va sola a estos encuentros y su preocupacin va cambiando, se comienza a interesar por su vida sexual y por el conocimiento de la historia de s misma.

    Probablemente el trabajo teraputico debera haber continuado por ms tiempo que los tres aos y medio que dur. Sin embargo, entre sus decisiones de

    7 La Comisin sobre Prisin Poltica y Tortura en el perio-do 2004-2005 recogi el testimonio de 27.255 personas, cifra que ascendi posteriormente a 30.000.

    mayor autonoma estaba el deseo de continuar en este camino de otra manera. Cuando dejamos de vernos, ella se encontraba postulando a un trabajo e iniciaba una vida de pareja en que estaba presente su sexualidad.

    La experiencia con Blanca hace plausible el plan-teamiento que el camino de sobreadaptacin del nio frente a la falla ambiental incluye el precio de su propio cuerpo, y que la escasa conexin con las necesidades propias puede conducir a un falso-self que se encarna en una nocin falsa del propio cuerpo. Es este falso-cuerpo, lugar de efecto de los afectos constreidos y no expresados del dolor, el que, junto con el self, deber di-ferenciarse y recorrer el largo camino de la autonoma.

    Para terminar una frase de la paciente en su ltima sesin:

    el otro da me mir al espejo, parece que nunca me haba visto, me llam la atencin que parezco una nia

    REfERENCIAS

    1. Gmez E. (2006) Trauma Psquico temprano en hijos de per-sonas que han sido afectadas por traumatizacin de etiologa social. Tesis Doctoral en Psicoanlisis. Texto no publicado

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