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    CAPÍTULO 22º: PERSONALIDAD, PROCESOS PSICOLÓGICOS YCONDUCTA DE SALUD

    1. INTRODUCCIÓN

    Hoy día las principales causas de mortalidad podrían prevenirse con solo cambiardeterminados hábitos de conducta y estilos de vida.Pero, ¿por qué la gente no desarrolla aquellos hábitos de conducta que podríanincrementar su bienestar y calidad de vida.Para responder se ha seguido básicamente dos líneas de investigación. La hipótesiscentral que guía la primera de ellas es que hay características de personalidad,factores estables de diferenciación individua, que predisponen, o facilitan, eldesarrollo y mantenimiento de ciertos patrones de conducta.La segunda línea se centra en el análisis de los procesos cognitivos, afectivos,

    motivacionales y volitivos que, junto con los factores situacionales o contextuales,explicarían qué tipo de conducta se pone en marcha, en qué circunstancias y cómose mantiene o cambia a lo largo del tiempo.

    2. APROXIMACIÓN ESTRUCTURAL

    De acuerdo con la hipótesis que guía la primera línea de investigación, algunasvariables de personalidad predisponen a los individuos al desarrollo de conductasque podrían ser peligrosas para su salud. De igual manera, otras variables depersonalidad parecen estar asociadas al desarrollo de conductas protectoras de lasalud.La identificación de tales variables y el análisis de su asociación con diferentestipos de conducta, permitiría la evaluación de la vulnerabilidad del individuo yfacilitaría la identificación de las variables sobre las que debería centrarse laintervención orientada a la mejora de los niveles de salud del individuo y de lapoblación en general.

    2.1 Rasgos de personalidad y conducta de salud

    Con el propósito de someter a prueba esta hipótesis global, se ha llevado a cabo ungran volumen de investigación, esencialmente de carácter correlacional. Hayvariables de personalidad que están consistentemente asociadas con conductas deriesgo, como Impulsividad, Psicoticismo, Neuroticismo, Ansiedad u Hostilidad,mientras otras variables tienden a presentar una asociación positiva con conductassaludables, como Tesón, Afabilidad, Optimismo, Resistencia o expectativa deAutoeficacia.

    El principal problema al que se ha enfrentado este tipo de investigaciones es elempleo de una gran diversidad de constructos de personalidad, frecuentemente

    redundantes y medidos con diferentes instrumentos, junto a la ausencia de un

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    marco de referencia conceptual que pudiera dar coherencia a esta área deinvestigación.En los últimos años se ha alcanzado un significativo consenso en torno al empleo delModelo de los Cinco Factores como marco de referencia para la investigación sobrelas relaciones entre personalidad y salud.La investigación resultante ha demostrado cómo el Modelo de los Cinco Factoresincorpora la mayor parte de los resultados de investigación generados a partir deotros modelos teóricos y asociados con las dimensiones de Extraversión,Neuroticismo y Apertura Mental.De igual manera esta investigación ha mostrado que las dimensiones de Afabilidad

    y Tesón son también relevantes para el desarrollo de conducta saludable y el logrode más elevados niveles de bienestar psíquico y físico.Con respecto a la dimensión de Afabilidad, son sobradamente conocidos los efectosnegativos para la salud asociados a niveles bajos en esta dimensión. Elevados

    niveles en la misma podrían contribuir al desarrollo de un entorno social quereduciría el estrés y facilitaría el logro de mayores niveles de salud y bienestar. Laevidencia ya disponible indica que esta dimensión está asociada al desarrolloregular de ejercicio físico, prácticas de autocuidado, menor consumo de sustanciaspotencialmente peligrosas, y mejor control dietético.La dimensión de Tesón parece asociada a mejor condición física, mayor adherenciaal tratamiento médico, mejores hábitos de salud y longevidad. Este efectoprotector de la dimensión de Tesón podría explicarse por sus característicosingredientes de esfuerzo y persistencia, que favorecen el éxito social y mejoran lacalidad de vida; siendo al mismo tiempo factores esenciales para el mantenimiento

    de la conducta al logro de los objetivos y metas que nos proponemos alcanzar.

    2.2 Estado actual de la cuestión

    Junto a esta evidencia relativa al papel que el Modelo de los Cinco Factores puede jugar, tres cuestiones requieren una mayor atención.

    - si el Modelo de los Cinco Factores es un marco de referencia suficientepara abarcar las diferentes variables de personalidad empleadas en lainvestigación sobre personalidad y salud,

    - interesa conocer hasta qué puntos estos cinco grandes factores depersonalidad explican suficientemente las relaciones observadas hastaahora entre salud y factores más específicos de personalidad,

    - es preciso conocer igualmente los mecanismos y procesos que podrían estarmediante entre estas dimensiones básicas y comunes de personalidad y losdiferentes criterios de salud.

    Para ofrecer una respuesta hemos llevado a cabo recientemente una serie deestudios en los que básicamente se ha trabajado con datos de autoinformeprocedentes de inventarios y escalas empleados para la medida de rasgos

    generales y variables específicas de personalidad, estrategias de afrontamiento,

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    apoyo social, acontecimientos vitales y cotidianos, creencias sobre la salud eindicadores diversos de conducta.

    2.2.1 Factores generales y específicos de personalidad

    Nuestros datos tienden a mostrar que la mayoría de las medidas depersonalidad comúnmente empleadas en este ámbito de investigaciónpueden ser agrupadas en dos grandes conjuntos. El primero de ellosde carácter emocional, integrado por variables como Ansiedad,Depresión, Hostilidad, Impaciencia, Cinismo, Alineación paranoide,estilo de Afrontamiento de carácter emocional y Locus de Controlexterno. El segundo conjunto, de carácter motivacional-energético,estaría integrado por variables como Competitividad, Autoeficacia,Optimismo, Internalismo y estrategias de Afrontamiento centradas

    en el problema.Con respecto a las cinco grandes dimensiones de personalidadseñaladas, Neuroticismo y Afabilidad se integran en el primerconjunto; mientras Tesón, Extraversión y Apertura mental lo haríanen el segundo.Para analizar más en profundidad hasta qué punto las diversasvariables de personalidad comúnmente empleadas en la investigaciónsobre personalidad y salud podrían estar representadas por laestructura integrada por los Cinco Grandes, estudiamos el grado enque estas cinco grandes dimensiones de personalidad explicaban la

    puntuación que los individuos obtenían en variables más especificasde personalidad.Estos análisis mostraron que la mayoría de estas variablesespecíficas podrían ser explicadas por los Cinco Grandes, y másespecíficamente por las dimensiones de Extraversión, Neuroticismo,Afabilidad y Tesón. Esto quiere decir que, la valoración sobre lapersonalidad que aportan cada una de estas variables específicaspuede quedar sumida en la valoración que ya ofrece la evaluación deestas Cinco Grandes dimensiones básicas de personalidad.La dimensión de Apertura mental, por el contrario, parece estar pocorepresentada por las variables específicas de personalidad másfrecuentemente empleadas en la investigación sobre Personalidad ydesarrollo de conductas de salud.En este sentido, nuestros datos son consistentes con los de Marshall

    y colaboradores al reflejar cómo los Cinco Grandes integran lasvariables de personalidad empleadas en la investigación sobre salud,aunque este solapamiento es sólo moderado.Nuestros datos mostraron que las Cinco grandes dimensiones depersonalidad explican menos del 30% de la varianza de muchas de

    estas variables, incluyendo variables tan significativas en estecontexto como Optimismo, Impaciencia, Depresión, Locus de Control,

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    o estrategias de Afrontamiento centradas en el problema. Enconsecuencia, puede resultar prudente tomar en consideración lacontribución potencial de algunos de estos factores específicos y suevaluación independiente.

    2.2.2 Personalidad y criterios de salud

    Para responder a la segunda cuestión ¿hasta qué punto los CincoGrandes pueden dar cuenta de las relaciones observadas entre salud

    y factores específicos de personalidad?, hemos analizado lasrelaciones existentes entre los Cinco Grandes y criterios de saludcomo información de síntomas diversos y el desarrollo de hábitos desalud.Estos análisis mostraron que las asociaciones tradicionalmente

    encontradas entre criterios de salud y variables de personalidad,prácticamente se reproducen en las asociaciones encontradas entrelos criterios de salud considerados y las Cinco Grandes dimensionesde personalidad.Puede apreciarse cómo la dimensión de Neuroticismo se relacionanegativamente con salud. Por el contrario, las otras cuatrodimensiones podrían tomarse como características de personalidadfavorecedoras de la salud.Estos resultados refuerzan la utilidad del Modelo de los CincoGrandes Factores como marco de referencia conceptual desde el que

    interpretar las relaciones entre personalidad y criterios diversos deconducta de salud. Sin embargo, algunos aspectos de personalidadestrechamente relacionados con criterios de salud parece que noquedan suficientemente representados por estas cinco grandesdimensiones.En consecuencia convendría dedicar en un próximo futuro mayoresesfuerzos de investigación encaminados a la identificación de lascircunstancias, bastaría con la sola evaluación de estas cincodimensiones básicas de personalidad y en cuáles será preciso tomarcomplementariamente la medición de otras variables específicas depersonalidad.

    2.2.3 Factores y procesos mediacionales

    Finalmente, con respecto a los posibles mecanismos que servirían depuente entre estas cinco dimensiones generales de personalidad ysalud, llevamos a cabo análisis de las asociaciones existentes entreestas dimensiones de personalidad, posibles factores mediacionales ycriterios de salud.

    Nuestros datos al respecto son:

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    1º Las Cinco dimensiones de personalidad parecen consistentementeasociadas con factores y procesos dinámicos como las estrategias deafrontamiento que la gente emplea, el mantenimiento de un entornode apoyo social estable, el tipo de acontecimientos a los que hacefrente, la calidad del entorno en que se desarrolla la vidadiariamente y las creencias que mantiene sobre la salud. Puedeapreciarse el carácter poco favorecedor de la salud de la dimensiónde Neuroticismo. Un patrón claramente distinto, más favorable aldesarrollo de conducta saludable, muestran las otras dimensiones depersonalidad.2º Estos factores y procesos median la asociación significativaexistente entre personalidad y criterios de salud. Este efectomediacional viene a poner de manifiesto que la asociación entrepersonalidad y criterios diversos de salud, que hemos venido

    comentando se explica en gran medida por la actuación de procesosdinámicos y procesos psicosociales.

    Estos resultados son interesantes porque van más allá del simpleacercamiento estructural e identifican factores, mecanismos yprocesos que median las asociaciones entre factores de personalidad

    y conducta de salud.Resumiendo, los datos aportados por esta primera línea deinvestigación son importantes para la identificación de diferenciasindividuales en frecuencia, intensidad y predisposición a desarrollar

    conductas de riesgo, o por el contrario, conductas preventivas ypromotoras de salud.Sin embargo nos dicen poco acerca de las razones por las que estasdiferencias ocurren.

    3. PROCESOS PSICOLÓGICOS Y CONDUCTA DE SALUD

    3.1 Modelos de conducta de salud

    A estas cuestiones se ha intentado dar respuesta desde diversos modelos teóricos,de entre los que resumiremos las ideas centrales de aquellos que mayor atenciónhan recibido: el Modelo de Creencias sobre la Salud, la Teoría de la UtilidadSubjetiva Esperada, la Teoría sobre la Motivación de Protección, la Teoría de laAcción Razonada, y la Teoría de la Conducta Planificada.

    3.1.1 Modelo de Creencias sobre la Salud

    En este Modelo se sostiene que el desarrollo de una determinadaconducta preventiva dependerá de las expectativas y valoraciones

    que el individuo mantiene respecto de:

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    • la probabilidad que cree tener de sufrir las consecuencias negativaspotencialmente asociadas a la conducta de riesgo que actualmentedesarrolla ( suscept ibi lidad per cibi da ).

    • La gravedad que asigna a tales consecuencias. Se considera aquí nosólo el impacto que tales consecuencias pueden tener para la salud,sino que el individuo valor igualmente su posible impacto en otrasesferas de su vida, como el trabajo, la familia... ( gravedadpercibida ).

    • Los benef icios que cree le reportará la conducta preventiva.• Las di f icult ades y ob st áculos que podrían impedirle llevar a cabo la

    conducta preventiva, o disminuir su atractivo potencial.

    Junto a estos cuatro determinantes principales se sugieren otrosfactores a tener en cuenta. Este es el caso de condiciones internas o

    externas que podría facilitar el que se tome la decisión de cambiarde conducta y adoptar modos de vida saludable.

    Hipótesis: desde este marco de referencia se entiende que laposibilidad de que se adopte una determinada conducta protectorade la salud será mayor mientras más elevados sena los niveles desusceptibilidad y gravedad percibidas, mayores los beneficios que seobtendrían de la conducta preventiva y menores los costes ydificultades para llevarla a cabo.

    PERCEPCIONESINDIVIDUALES FACTORES MODIFICANTES PROBABILIDAD DE ACCIÓN

    Variables demográficasVariables psicosociales

    (personalidad, calse social,presión del grupo de pertenencia

    y referencia)

    Beneficios percibidosCostes percibidos

    • Susceptibilidadpercibida a laenfermedad X

    • Gravedad percibida dela enfermedad X

    Amenaza percibida Probabilidad de ejecutar la

    acción de salud

    Claves para la acciónCampañas en MCMConsejos médicos

    Enfermedad familiar o amigo(modelo)

    Artículos en revistas

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    3.1.2 Teoría de la Utilidad Subjetiva Esperada

    Este modelo es en gran medida una ampliación del de Creencias sobrela Salud, introduciendo una mayor especificidad, al identificar lasrelaciones existentes entre las distintas expectativas y valoracionesque sostiene el individuo, y por otra, la postular las relacionesexistentes entre expectativas y conducta.El supuesto central de este modelo establece que las personasevalúan el coste, beneficios y posibles consecuencias de las distintasalternativas de conducta disponibles en cada situación y momentodeterminados y elige aquella alternativa que le puede reportarmayores beneficios.Una segunda matización importante que se incorpora en esta teoríaes la necesidad de contextualizar la percepción de vulnerabilidad,

    según se vaya a llevar a cabo, o no, la conducta preventiva. Endefinitiva, esta contextualización de las expectativas acerca de lasposibles consecuencias de la conducta y la gravedad de las mismas,permite una definición más operativa de los posibles beneficiosasociados a las distintas respuestas alternativas posibles.Desde esta perspectiva se espera que:

    • la intención de llevar a cabo la conducta preventiva se incremente enla medida en que se perciba que: puede ser beneficiosa y que lavulnerabilidad es elevada si no se adopta la conducta preventiva.

    • Por el contrario, es poco probable que la conducta preventiva se

    desarrolle si: supone un elevado coste o se percibe elevadavulnerabilidad aun realizando tal conducta.

    Gravedad si no serealiza laconducta +

    Gravedad si serealiza la +

    conducta

    Beneficios de laconducta

    +

    +Susceptibilidad -

    Utilidad relativa de la +conducta/Actitud Conducta

    Coste de la conducta

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    3.1.4 Teoría de la Acción Razonada

    La hipótesis general propuesta en la Teoría de la Acción Razonadaviene a decir que la decisión de adoptar una conducta determinada esfunción esencialmente de:

    • la actitud que uno mantiene hacia la misma; esto es, la valoración quese hace de la conducta.

    • La presión social existente sobre el individuo para que lleve a cabo ono, la conducta (Norma subjetiva).La Actitud está basada en la valoración que se hace sobre todas lasconsecuencias potencialmente asociadas a la conducta en cuestión;mientras que la Norma subjetiva recogería la presencia subjetiva depresiones sociales para que se lleve a cabo o no, la conducta, así comoel nivel de motivación que tiene la persona para hacer caso a dicha

    presión social, por otro. Todo ello relaciona, a su vez, con aquellosaspectos personales y ambientales que caracterizan el contextobiopsicosocial desde el que la persona desarrolla la conducta.Desde esta perspectiva, la decisión de llevar a cabo una conductapreventiva específica va a depender de que:

    § se mantenga una actitud positiva, favorable, hacia la misma,§ se cuente con un entorno social que apoye el desarrollo de la

    conducta,§ exista disposición por parte del sujeto a seguir esta presión

    social positiva y aprovechar el apoyo que le puede prestar

    este entorno social favorable.Como en los otros modelos, se asume que la puesta en marcha ymantenimiento de la conducta será efecto directo de la intenciónformulada al respecto, esto es, de la decisión tomada de llevar a cabola conducta.

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    3.1.5 Teoría de la Conducta Planificada

    En una posterior elaboración de la Teoría de la Acción Razonada, enlo que pasó a denominarse Teoría de la Conducta Planificada, seincorpora como determinante de la intención de conducta, junto aActitud y Norma subjetiva, el Control conductual percibido, esto es,la expectativa que mantiene una persona acerca de su capacidad y losrecursos de que dispone para llevar a cabo con éxito la conducta.Adicionalmente, se sugiere que la percepción de autoeficacia influyeno sólo sobre la intención, sino directamente también sobre la puestaen marcha y mantenimiento de la conducta.A partir de aquí, se predice que una persona tomará la decisión decambiar una conducta de riesgo actual y adoptar en su lugar algunaforma de conducta preventiva y protectora de la salud, en la medida

    en que:• valore positivamente esta conducta,• cuente con un entorno social favorable• se sienta con capacidad y recursos suficiente.

    3.2 Integración y evidencia empírica

    Prácticamente todos estos modelos comparten una hipótesis común, esto es, que laconducta humana es esencialmente racional e intencional. Se espera por tanto que:

    a) primero, para emprender una nueva conducta, o para modificar alguna ya

    existente en el repertorio de conductas del individuo, la gente pone enmarcha un conjunto de procesos cognitivos, afectivos y motivacionales, apartir de los que toma la decisión de emprender un determinado curso deacción.

    b) Segundo, una vez que se ha tomado la decisión, la conducta consistente contal decisión se llevará a cabo automáticamente.

    Esencialmente, el proceso de tomar una decisión se supone está condicionado por:el análisis y evaluación de:

    • los posibles cursos de acción• las potenciales consecuencias asociadas a cada alternativa de

    conducta• la disponibilidad de recursos para lograr o evitar tales

    consecuencias,• el balance coste-beneficio• y las influencias y presiones sociales a favor o en contra del curso de

    acción que uno ha decidido seguir.Los procesos afectivos activados por cada alternativa potencial deconducta.

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    La congruencia existente entre cada alternativa de conducta y las otrasmetas , valores y proyectos que el individuo persigue y mantiene en undeterminado momento, y en general, a lo largo de su vida.

    Integrando los principales factores presente en los diferentes modelos deconducta de salud analizados antes, se puede concluir diciendo que la gentedecidirá cambiar su conducta actual de riesgo y adoptar conductas protectoras dela salud, en la medida en que:

    - perciba que puede sufrir consecuencias negativas y graves para su salud, sicontinúa desarrollando la conducta de riesgo,

    - crea que la conducta protectora alternativa aportará beneficios,- confíe en sus recursos y competencia para controlar las potenciales

    dificultades y obstáculos,- cuente con presiones y apoyo sociales para llevar a cabo la conducta

    protectora y esté motivada,- la información conductual recibida relativa a los riesgos de la conductaactual y de los beneficios de las conductas alternativas active respuestasafectivas positivas,

    - los cambios conductuales sugeridos sean consistentes con las otras metas,valores y proyectos vitales del individuo,

    - el individuo disponga de estrategias volitivas de autorregulación y estédispuesto a emplearlas,

    - y finalmente, el proceso de toma de decisión podría estar influido por lapresencia de estímulos internos o externos que focalicen la atención del

    individuo sobre los riesgos a que se está enfrentando y las ventajas deemprender acciones preventivas; así como por la particular conjunción decaracterísticas personales patrones de conducta que forman lapersonalidad de cada individuo.

    Estos modelos se han tomado como marco de referencia conceptual para el análisisde una gama amplia y diversa de conductas relacionadas con la salud.La evidencia aportada por estos estudios ofrece un considerable apoyo a lashipótesis relativas a la incidencia de los factores y procesos descritos en losdiversos modelos acerca de la adopción de intención y desarrollo efectivo deconductas protectoras para la salud.

    Tomando como marco de referencia la integración de los principales constructospropuestos en el Modelo de Creencias sobre la Salud y en la Teoría de la ConductaPlanificada, uno de los objetivos de nuestra investigación fue analizar los procesospsicológicos que influyen en el desarrollo de intención de cambio de conducta y lanaturaleza de las interrelaciones existentes entre los mismos.Los resultados más significativos de este estudio, ponen de manifiesto cómo, juntoal esperado valor determinante de la Actitud, Control percibido y Norma subjetiva,

    la Intención de cambio de conducta se ve igualmente influida por el Balance coste-beneficios que hace el sujeto y por la percepción de Vulnerabilidad. En este último

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    caso, no obstante, su efecto se debe esencialmente a la mediación del Balance yNorma subjetiva.Puede apreciarse asimismo la asociación significativa existente entre Normasubjetiva, por un lado, y Vulnerabilidad y Balance, por otro. En este segundo casolos datos muestran, no obstante, un significativo efecto mediacional de la Actitud.La interrelación entre las variables analizadas en nuestro estudio se pone demanifiesto, finalmente, en otros efectos mediacionales de interés, como son losejercicios por la Actitud sobre la relación entre Norma subjetiva e Intención; asícomo el desarrollo por Norma subjetiva y Control percibido sobre la asociaciónentre Actitud e Intención.En resumen, nuestros datos indican que la decisión de cambiar, o no, la conductaviene determinada por:

    • la confianza en la propia capacidad y recursos para efectuar el cambio yalcanzar la meta propuesta,

    la valoración del objetivo fijado,• la presencia de elementos en el contexto social, que apoyen el desarrollo dela conducta,

    • nuestros datos subrayan el valor determinante del Balance coste-beneficiosasociado a la conducta y, aunque con menor fuerza, la percepción deVulnerabilidad o necesidad de cambio percibida por el individuo.

    4. DOS CUESTIONES Y PROPUESTAS DE RESPUESTA

    Apoyados en evidencia como la comentada, estos modelos se están tomando en la

    actualidad como marco conceptual para el diseño de programas preventivos ypromotores de salud. Es preciso prestar atención al mismo tiempo a algunascuestiones que la investigación en este contexto ha puesto de manifiesto. Estascuestiones hacen referencia a posibles limitaciones de estos modelos racionales deconducta y, en particular, a los dos aspectos siguientes:

    a) el papel que la percepción de riesgo parece jugar en todo este procesoglobal,

    b) la presencia de discrepancias entre intención y conducta.

    4.1 ¿Es siempre racional la conducta?

    Una hipótesis central de los modelos sobre la conducta de salud anteriormentecitados es que la gente es capaz de percibir el riesgo asociado a sus conductas yque tal percepción les impulsa a iniciar las conductas apropiadas para prevenir odisminuir tal riesgo.La implicación de esta hipótesis es que mientras mayor es la gravedad de lasconsecuencias asociadas a una determinada conducta y mientras mayor es lavulnerabilidad percibida a tales consecuencias, mayor será el deseo y la intencióndel individuo de cambiar dicha conducta y mayor será la probabilidad de que esta

    intención resulte en conducta consistente con la intención.

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    4.1.1 Percepción de invulnerabilidad y conducta

    El problema es que la investigación disponible tiende a mostrar queesta hipótesis no siempre se cumple. Por otro lado, el factorvulnerabilidad es con frecuencia el que menos influencia predictivamuestra sobre intención y conducta. Más aún, los resultados deinvestigación son a veces los opuestos a los sugeridos en la hipótesis:mientras mayor es el riesgo que uno está corriendo, menor parece laintención de cambiar la conducta origen de la amenaza y mayor sumantenimiento en el futuro.Este efecto paradójico es particularmente significativo en aquellassituaciones en que la persona aun percibiéndose como vulnerable, almismo tiempo, cree sin embargo que no será capaz de llevar a cabolas medidas que podrían disminuir el riesgo que está sufriendo; o bien

    cree que las conductas paliativas que se le proponen no seráneficaces para corregir la amenaza a la que se enfrenta.¿Cómo pueden explicar estos datos?. El que con frecuencia en lainvestigación se encuentren correlaciones modestas entre riesgoobjetivo y conducta protectora de la salud es un desafío claro ydirecto a la hipótesis de que nuestras decisiones y conductas estánguiadas por la racionalidad. Si el comportamiento fuese enteramenteracional se esperaría que si uno se percibe vulnerable, deberíavalorar positivamente las alternativas que se le ofrecen para reducirsu nivel de vulnerabilidad y, razonablemente, optaría por aquella que

    crea más beneficiosa y viable.¿Cómo interpretar el hecho de que, en ocasiones, las personas que seenfrenta a serios riesgos objetivos debidos al estilo de vida yconductas que llevan a cabo, no tomen la decisión de cambiarlas, oque si se toma tal decisión, su conducta posterior sea ciertamenteinestable?.

    4.1.2 Mecanismo explicativo

    El mecanismo explicativo más frecuentemente sugerido para explicarestas incongruencias comportamentales y claros ejemplos deirracionalidad es la presencia de sesgos en el proceso cognitivo por elque el individuo valora el riesgo que está de hecho corrigiendo. Estossesgos cognitivos causan una percepción distorsionada de sí mismocomo invulnerable o, al menos, menos vulnerable de lo que realmentese es.¿Qué causa esta distorsión en la percepción del nivel devulnerabilidad? La gente podría estar manteniendo una cierta ilusiónde invulnerabilidad debido a la actuación de procesos cognitivos y

    motivacionales.

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    a) en el primer caso, la percepción del nivel de riesgo estaría afectadapor sesgos en el procesamiento de la información,

    b) en términos motivacionales, este sesgado funcionamiento cognitivopodría interpretarse como un intento de:Mantener la autoestima, la confianza en la propia competencia ycapacidad para hacer frente a los problemas.Evitar las consecuencias emocionales negativas que resultarían de laadmisión del riesgo que uno podría estar corrigiendo.Esta interpretación sería consistente con dos hechos: lainfravaloración de la vulnerabilidad personal es mayor y másfrecuente cuando la situación se percibe como controlable y cuandola conducta en cuestión se ha venido desarrollando durante unperíodo largo de tiempo.1. Percepción de control . En el primer supuesto, cuando la situación

    se percibe como controlable, el reconocer el riesgo que se estácorriendo supone asumir que uno se está comportando de manerapoco responsable; reconocimiento que entraría en conflicto con lacreencia implícita en que uno dirige su vida con sensatez ycoherencia. En tales circunstancias, no debería sorprender que elindividuo se atribuya un menor nivel de riesgo del que realmentepuede estar padeciendo. No sucede lo mismo cuando la situaciónes incontrolable, presumiblemente en estos casos elreconocimiento del riesgo no amenaza la percepción decompetencia y control sobre la propia conducta, y, en

    consecuencia, la percepción de riesgo puede estar mucho menossesgada que el supuesto anterior.

    2. Experiencia conductual .

    4.1.3 Consecuencias

    Existe ya evidencia que muestra que los posibles beneficios a cortoplazo de la percepción de invulnerabilidad podrían ser seriamentecontrarrestados por sus efectos negativos a largo plazo.No obstante, a pesar de la evidencia disponible sobre los efectosnegativos para la salud de este tipo de sesgos, son aún escasas lasinvestigaciones orientadas específicamente al análisis y valoración delas circunstancias en las que la percepción de invulnerabilidad podríaser particularmente dañina y cuándo, por el contrario, podríareportar efectos beneficiosos.

    4.2 ¿Cómo explicar las discrepancias entre Intención y Conducta?

    Desde la racionalidad que parece caracterizar el análisis de la conducta en la

    mayoría de los modelos de conducta de salud, se espera que una vez el individuo ha

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    tomado la decisión de cambiar, esta intención de cambio se traduciráautomáticamente en formas de conducta consistentes con tal intención.Se supone que una vez que el individuo, tras el reconocimiento de las posiblesconsecuencias que puede sufrir si continua fumando, por ejemplo, toma la decisiónde disminuir o abandonar completamente el consumo de tabaco, la conductaapropiada y consonante con esta decisión será una realidad desde ese momento. Noes infrecuente observar significativas discrepancias entre intención y conductareal.Entre las posibles razones aducidas para dar cuenta de estas discrepancias, lastres siguientes parecen las más plausibles:

    - primera, la declaración de intención puede no ser sincera,- segunda, puede producirse un efecto interferente de procesos afectivos

    activados por la información o por las futuras expectativas asociadas a lapropia conducta,

    -tercera, puede ser que los procesos que guían la toma de decisión no seanlos mismos que los que activan y mantienen las conductas consistentes contal intención.

    4.2.1 Fiabilidad del informe sobre Intención de conducta

    Una de las posibles razones, de naturaleza esencialmentemetodológica en este caso, para estas discrepancias es que la gentefalsea sus declaraciones de intenciones.Este sesgo en la declaración de intención y la consecuente

    discrepancia intención-conducta, serían particularmentesignificativos en las conductas preventivas. Mientras que su efectosería menor sobre otras conductas promotoras de salud, a priori másneutras sobre las que la presión social es menor y los individuospodrían sentirse más libres de revelar lo que realmente van a hacer.En tales supuestos, Gibbons y colaboradores sugieren la convenienciade emplear mediciones indirectas que nos permitan acercarnos más alo que realmente el sujeto cree que va a ser su conducta futura; enlugar de preguntarle directamente qué desea hacer en el próximofuturo.

    4.2.2 Significación de los procesos afectivos

    Una explicación alternativa apelaría al papel que pueden jugar losprocesos afectivos activados por la información recibida sobre elriesgo que se está corriendo y por la expectativa de las potencialesconsecuencias futuras asociadas al hecho de continuar con laconducta de riesgo o adoptar la conducta preventiva y promotora desalud. Estos procesos afectivos podrían distorsionar le proceso

    racional de toma de decisión e interferir en el desarrollo deconducta consistente con la decisión tomada.

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    Este papel mediacional de los procesos afectivos ha quedadoclaramente demostrado en estudios como el llevado a cabo porRichard y colaboradores. Un resultado similar se informa en eltrabajo de Miller y colaboradores. La naturaleza de los estadosemocionales asociados a la percepción de amenaza, así como losprovocados por el propio desarrollo de la conducta preventiva,parecían afectar tanto al proceso de toma de decisión, como elposterior desarrollo de la conducta misma.

    4.2.3 Procesos psicológicos y secuencia de conducta

    Podría< suceder, que los procesos psicológicos que intervienen en lafase de toma de decisión sean diferentes a los que mantienen laconducta, o al menos puede que estos procesos, aun siendo los

    mismos, no ponderen de la misma manera en las diferentes fases dela secuencia conductual.Los procesos son probablemente los mismos en las diferentes fasesque forman cualquier secuencia de conducta, pero su significado eincidencia pueden no ser idénticos en cada una de estas fases. Lasposibles discrepancias entre la decisión tomada de modificar en unadeterminada dirección la conducta, o aprender formas nuevas deconducta, y el comportamiento que de hecho e individuo lleva a cabo,pueden deberse al ineficaz funcionamiento de los procesospsicológicos, que de manera más directa y próxima, gobiernan la

    puesta en marcha de la conducta y su mantenimiento a lo largo deltiempo.El proceso de toma de decisión vendría condicionado por procesoscognitivos, sociales, motivacionales y afectivos.La fase postdecisional, a su vez, se vería afectada sustancialmentepor procesos volitivos sin descartar por ello la presencia ycontribución colateral de los otros procesos señalados. Una vez se hatomado la decisión de llevar a cabo una determinada conducta, laimplementación y mantenimiento de la misma dependeránesencialmente de la disponibilidad de estrategias de autorregulación

    y de la capacidad para ponerlas en acción, junto a otros factoresmotivacionales tales como la importancia y valor de la meta, el nivelde autoconfianza, o la fuerza de la intención conductual.

    a) Inicio de la conducta. El que las intenciones se quedencon frecuencia en eso, en buenos propósitos, y no lleguennunca a reflejarse en conductas apropiadas y acordes conla intención, se debe a que no se han planificadoadecuadamente las circunstancias, el momento, o las

    condiciones en que se va a poner en marcha la conducta. Eneste contexto, el inicio de la conducta consistente con la

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    intención, recordemos, vendría facilitado por laformulación contextualizada de la intención, indicando demanera explícita cuándo y en qué circunstancias se llevaráa cabo la conducta necesaria para alcanzar la meta. Enrealidad, al contextualizar la intención conductual, comoestrategia autorreguladora, lo que se hace es establecerlazos de contingencia entre formas específicas deconducta y los contextos situacionales apropiados. Desdeesta perspectiva, el hacer explícita esta asociación sirvecomo factor elicitador de la conducta una vez se presentael contexto situacional apropiado. En palabras deGolwitzer y Brandstätter, la formulación contextualizadade las intenciones conductuales crea fuertes vínculosasociativos entre contextos situacionales específicos y las

    conductas que se ha decidido llevar a cabo. Estos vínculosse supone promueven la ejecución de la conducta al serésta inmediatamente activada en cuanto se presenta elcontexto situacional especificado, de la misma manera quecaracterísticas específicas de la situación ponen enmarcha automáticamente las numerosas conductas quellevamos a cabo habitualmente, sin necesidad de prestaratención expresa a las circunstancias que las estánactivando en cada momento.De esta forma, la probabilidad de que se pase de la

    intención a la conducta se ve incrementada por el valoractivador del doble compromiso contraído. Por una lado, elformulado en la declaración de intención y, por otro, alhacer explícitas las condiciones y circunstancias en que sellevará a cabo la conducta que se ha decidido realizar.

    b) Persistencia de la conducta. El mantenimiento ypersistencia de la conducta hasta que se alcanza la metapropuesta, por otro lado, se verían favorecidos por elempleo de otras estrategias dirigidas a:

    o Mantener el valor motivacional de la intencióno Preservar la conducta de posibles

    interferencias de otras metaso Introducir los cambios y adaptaciones

    necesarios en la conducta para lograr el mayorajuste posible entre intención y conducta, entrelas conductas programada y real.

    Desde esta perspectiva, se espera que la persistencia enlas conductas que uno ha decidido llevar a cabo sefacilitará en la medida en que los individuos:

    o

    Focalicen su atención en aspectos atractivos dela meta.

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    o Hagan énfasis en los correlatos afectivospositivos asociados al cumplimiento de laintención, minimizando o ignorando loscorrelatos afectivos asociados con conductasalternativas posibles o con el posible fallo odificultades para llevar a cabo la intención.

    o Creen o elijan situaciones que favorezcan elcumplimiento de la intención.

    o Planifiquen de manera realista la conductadirigida a la meta, colocándose submetas quepermitan la obtención de feedback y refuerzo acorto plazo.

    o Chequeen periódicamente su conducta paradetectar y corregir posibles discrepancias

    entre intención y conducta.o Se refuercen sí mismos en base a los logros que

    vaya n alcanzando.Para entender, finalmente, el desarrollo y persistencia enconductas protectoras de la salud, es importante tener encuenta: a) la dimensión temporal considerada al establecerla meta a lograr; así como b) la evolución temporal de lasposibles dificultades para llevar a cabo la conducta, comode los potenciales beneficiosos asociados a la misma.a) Dimensión temporal . Así, en el primer caso, el

    establecer metas a corto plazo, o distribuir las metasen submetas, facilita el mantenimiento de su podermotivador y la obtención de feedback periódico enbase al que los individuos podrían detectar posiblesdiscrepancias entre sus intenciones y la conducta quede hecho están llevando a cabo, y regular, en base aesta motivación, la conducta futura.

    b) Evolución temporal de dificultades y beneficios . Escomprensible que resulte difícil el desarrollo de nuevasformas de conducta cuando los costes a corto plazoson elevados y los beneficios aparecen lentamente. Locontrario ocurriría cuando los costes a corto plazo sonbajos y los posibles beneficios aparecen pronto.

    Lo que es importante, de todas maneras es tener en cuenta laconstante interrelación existente entre las variables y procesos queintervienen a lo largo de toda la secuencia conductual: toma dedecisión, inicio y mantenimiento de la conducta.No es posible entender completamente la secuencia conductual, si no

    es contemplándola como expresión de la continua interrelación ycodeterminación existente entre los diversos factores estructurales

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    y procesos que integran y definen el funcionamiento psíquicoindividual, así como de las circunstancias y características delcontexto en que se desarrolla la conducta.

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