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1

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DEL CINCUENTENARIO DE LDEL CINCUENTENARIO DE LDEL CINCUENTENARIO DE LDEL CINCUENTENARIO DE LDEL CINCUENTENARIO DE LA COFRADÍA DEA COFRADÍA DEA COFRADÍA DEA COFRADÍA DEA COFRADÍA DE

NUESTRO PNUESTRO PNUESTRO PNUESTRO PNUESTRO PADRE JESÚS ORANDO EN EL HUERTOADRE JESÚS ORANDO EN EL HUERTOADRE JESÚS ORANDO EN EL HUERTOADRE JESÚS ORANDO EN EL HUERTOADRE JESÚS ORANDO EN EL HUERTO,,,,,

CON LCON LCON LCON LCON LA CRUZ A CUESTA CRUZ A CUESTA CRUZ A CUESTA CRUZ A CUESTA CRUZ A CUESTASASASASAS

Y VIRGEN DE LOS DOLORES.Y VIRGEN DE LOS DOLORES.Y VIRGEN DE LOS DOLORES.Y VIRGEN DE LOS DOLORES.Y VIRGEN DE LOS DOLORES.

(1958 - 2008)(1958 - 2008)(1958 - 2008)(1958 - 2008)(1958 - 2008)

Cofradía de la Oración en el Huerto

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“Mi historia no solo se remonta hace 50 años. Mi historia comenzó hace 2008. Ayer…

fue ayer, cuando me entregaron al pueblo que me mandó crucificar… ayer…. fue ayer,

cuando me desnudaron y pusieron sobre mí un manto de grana. Fue ayer… ayer, cuando

sobre mi cabeza incrustaron la corona que decían de rey, la corona de espinas. Y cuando

me gritaron con burla y arrodillado me decían “¡¡salve rey de los judíos!!”, mientras me

pegaban con una caña en la cabeza… y me escupían…


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· Señor cura párroco D. Vicente Molero Tabas.· Sr. Vicario parroquial D. David Rodríguez González.· Sres. Párrocos de Hinojosa· Sr. Presidente y Junta de Gobierno de la Cofradía de Nuestro

Padre Jesús Orando en el Huerto.· Sres. Presidentes y Hermanos Mayores de las Cofradías y Her-

mandades de Semana Santa.· Sres. Presidentes de las Hermandades de Gloria.· Hermanos fundadores de nuestra Cofradía.· Sr. Alcalde y miembros de la Corporación Municipal.· Cofrades. Miembros de la banda . Costaleros· Señores y señoras, hinojoseños todos.

Quiero agradecer a Justo Ayuso sus palabras de presentación, porel cariñoso perfil que ha trazado sobre mi vida. Palabras cordiales,producto del afecto y cariño que mutuamente nos dispensamos.Gracias Justo.

Nunca he sido pregonero de nada. Nunca pensé en ser pregonerode nada. Nunca creí merecer tan alto honor, como el que me brin-dó el actual presidente de mi cofradía Gumersindo Romero y JustoAyuso en el pasillo central de esta bendita catedral de la Sierra, alofrecerme hacer el Pregón del cincuentenario de nuestra Cofradía.Y sin dudar ni un momento, les dije: “Acepto”. Creo que seré capazde hacer el pregón, pero de lo único que no estoy seguro es si serécapaz de decirlo o tendréis que terminar de leerlo por mí.

Y en esas estamos.

Yo no tengo más méritos para ser pregonero de este cincuentenarioque mi condición de nazareno, de antiguo capataz, de hinojoseñoenamorado de las costumbres, de la fe y tradiciones de mi pueblo,de mi tierra, de mis gentes y de nuestra Cofradía.


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Ante todo mi gratitud más profunda por haber pensado en mí paraeste pregón, a la actual Junta de Gobierno .

La ilusión se mezcla con la responsabilidad que conlleva esta her-mosa tarea. Deseo que estas palabras que van a salir de lo másprofundo de mi corazón, también lleguen y toquen el vuestro.

Hablar del Cincuentenario de nuestra Cofradía y de nuestra Sema-na Santa no es tarea fácil. Cada persona guarda dentro de sí mismauna Semana Santa única, la que cada año le hace ser y sentir. Sentir-se nazareno y ser nazareno. Pero en ese sentir, hay vivencias queson inexplicables, porque quedan para los sentidos, para el recuer-do, para el conocimiento profundo de lo que significa vestir la túni-ca del nazareno y ser hermano Cofrade de JESÚS Orando en elHuerto.

Quién os habla sólo pretende convertir este manojo de palabras,mitad historia ,mitad memoria, pues otros fines no persigue estepregón, en un acto de recuerdo y homenaje a aquellos cofrades, aaquellos hinojoseños de vocación, de voluntad, de costumbre y hastade oficio que fijaron los cimientos de una cofradía que nació conun horizonte concreto y determinado: fomentar la devoción por laPasión de Jesús.

Y todo ello en orden a la consecución de las actividades apostóli-cas, la formación cristiana y del mayor esplendor y solemnidad denuestras procesiones.


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Hinojosa se convierte cada año en el escenario de los hechos

más trascendentes de la historia de la humanidad: La Pasión de

Cristo, que se manifiesta en todo su esplendor cuando se revive en

las calles de nuestro pueblo durante la Semana Santa.

Desde tiempos lejanos, los hinojoseños , mantenemos los ritos

y tradiciones religiosas más íntimamente ligadas al Amor a Cristo y

a su Madre la Virgen María. Sentimientos que se viven con la entre-

ga más absoluta y que escenificamos cada año durante nuestra

Semana de Pasión.

Es la Semana de los olores que desprenden los lirios, rosas,

azucenas y claveles que forman los tapices ,a las que le dan vida

actualmente las primorosas manos de Chema y de Paqui y que

acompañan a nuestros Cristos y Vírgenes. Del olor a campo y a

primavera que impregna nuestras calles y plazas desde los encinares

de nuestra cada vez más deteriorada dehesa .

La de los colores que forman las túnicas de nuestros nazarenos

en su peregrinar por nuestro pueblo y caracterizan a nuestras co-

fradías.

Es la Hinojosa de los sonidos que acompañan nuestras proce-

siones. El sonido de cornetas, tambores y timbales en el silencio de

la noche, son cantos que suben al cielo como improvisadas plega-

rias.

La Hinojosa, de la sonrisa de los niños y mayores cuando se


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enfundan su traje de nazareno, mientras aprietan con la otra un

cirio o una cruz compartiendo intensamente el dolor de Cristo en

la Cruz.

Es la Semana de los sentimientos y sensaciones, de las lágrimas

que desde los ojos o el corazón brotan al contemplar los bellos

rostros de nuestros Cristos y Vírgenes, de nuestras Dolorosas que

sufren junto a su Hijo para nuestra salvación.

Y los verdaderos protagonistas de esta magnífica historia que

cada año rememoramos y que renueva nuestro compromiso con

Cristo, son precisamente las Cofradías de pasión de nuestra queri-

do pueblo. Ellas son como agrupaciones y asociaciones de fieles

uno de los mejores vehículos de difusión del Evangelio y de la Fe .

Hoy en esta antigua y renovada iglesia parroquial de San Juan

Bautista , Catedral de la Sierra, desde la que en la tarde noche del

Domingo de Ramos se nos anuncia que Cristo dio su vida por

nosotros quiero reconocer la labor desarrollada desde su funda-

ción a una de las Cofradías hinojoseñas, que han contribuido y con-

tribuyen al enriquecimiento social y espiritual de todos los

hinojoseños: La Cofradía de Jesús Orando en el Huerto, con la

Cruz a cuestas y Virgen de los Dolores, mi Cofradía, nuestra Cofra-

día.

Se funda nuestra Cofradía en el mes de Marzo del año 1958 y

se erige canónicamente en esta maravillosa Iglesia Catedral de San

Juan Bautista.


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Según reza el capítulo 1 de sus antiguos estatutos su objeto es

fomentar la devoción por la pasión de Nuestro Padre Jesús, vene-

rando las imágenes de Jesús Orando en el Huerto y Jesús con la

Cruz a cuestas.

Quince días antes del jueves Santo , el 10 de Marzo de 1958 ,

un grupo de hinojoseños recogiendo la inquietud y el sentir de

numerosos paisanos, se reunieron en el hogar parroquial de San

Juan Bautista con el por entonces párroco de esta Catedral D.

Manuel Murillo Murillo, manifestándole el deseo de constituir una

cofradía penitencial (la primera de esta clase que funcionará en

nuestro pueblo), que plasmara el espíritu religioso de Hinojosa y

de nuestra Semana Santa. Contribuyendo así a realzar nuestras pro-

cesiones, dándole brillantez y vistosidad y al propio tiempo, un sello

de austeridad y religiosidad.

Eran pocos los días que faltaban para la celebración de la Se-

mana Santa , pero lejos de amilanarse, D. Antonio brindó con entu-

siasmo su apoyo a esta iniciativa, que nacida de la fe y de la creencia

en Jesús , estos hombres supieron trasmitir a todo un pueblo.

El tiempo era corto , pero la ilusión y la fe lo alargan. Se forma

la primera directiva formada por: D. Gregorio (Francisco) Plá (Ma-

yordomo), D.Miguel Casco (Tesorero), D. Manuel Prados (Secreta-

rio), D. Bautista Murillo Barbancho, D. Dimas Mateos Romero y D.

Casimiro Sánchez Esquinas( vocales). En quince días fueron cerca


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de 70 las personas que acudieron presurosas a formar parte de

esta iniciativa.

Rápidamente se encargó a unos talleres de Olot (Gerona) la

imagen de Jesús Orando en el Huerto y en unas provisionales y

humildes andas de madera se preparó todo para la ocasión.

Quince días dan para mucho cuando la voluntad es firme y no

solo se consiguió la imagen sino que se logró uniformar a unos 70

cofrades (tarea no fácil por aquellos tiempos).

Y en la noche del Jueves Santo de ese mismo año, pudo oírse

por primera vez ,el sonido del chirriar de las puertas de la catedral

de la Sierra para ver la salida de la imagen de Nuestro Padre Jesús

Orando en el Huerto.

Y por primera vez las calles de nuestro pueblo presenciaron

un tanto asombradas y muy emocionadas el desfile de nuestros

nazarenos con su hábito penitencial austero, silenciosos, con un

recogimiento y un orden que causó admiración en todos los que lo

contemplaron.

Y pudo verse como largas hileras de hombres portando el

farol que iluminaba su fe, alfombrando de penitencia el duro grani-

to y el barro crudo de nuestras calles, escoltaron y siguieron a

Jesús en la rememoración de las interminables horas del calvario.

Así nació nuestra Cofradía


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Los años que siguieron fueron de un intenso trabajo y en 1959

se adquiere la imagen de Jesús con la Cruz a cuestas por 15.000

ptas., acompañada del Cirineo. Esto supuso un gran desembolso

económico para la cofradía, ya que la imagen es una magnífica talla

en madera, obra del escultor valenciano Casterá Masiá. El desem-

bolso era tan grande que hubo que hacer una especie de acciones,

sin interés alguno, de 250 pesetas que las suscribían aquellos cofra-

des que voluntariamente quisieron. Se suscribieron un total 50

acciones.

Y es en este mismo año de 1959, cuando un reducido número

de 5 cornetas y 3 tambores acompañan a nuestras imágenes. Un

reducido número, que sería el germen de la gran banda de corne-

tas y tambores que ha perdurado durante estos 49 años y que para

nuestra Cofradía ha sido santo y seña de nuestra identidad.

No había niño que no deseara pertenecer a la banda. Muchos

lo conseguimos, aunque este que les habla no fuera de los que

aportaran gran cosa a la sonoridad de las marchas que nuestro

amigo Leoncio, nos escribía en la pizarra de las escuelas de San

Gregorio. !Qué noches aquellas¡

Me referiré a la banda y aquellas personas que la han hecho

grande posteriormente.

En el año 1960 se encargó la construcción de un paso digno

de tales imágenes. Y no hubo que ir a buscarlo fuera. El gran tallista


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local Don Joaquín Sánchez Jurado fue el autor de la admirable obra

de estilo gótico del paso de nuestras imágenes de Cristo. Este paso

se terminó totalmente y fue dorado por Ramón Pérez García en

los años 1962 – 1963, pasando a ser hoy en día una verdadera obra

de arte y un gran patrimonio para nuestra Cofradía. Es este año

cuando se acuerda reducir el itinerario a las calles que estén

adoquinadas, toda vez que el paso a partir de ahora irá montado

sobre ruedas

Tal y como se recoge en el libro de la Semana Santa de 1967:

“Las cifras dan idea de lo hecho: suma hasta la fecha lo invertido

por la Cofradía desde su fundación, más de trescientas mil pese-

tas“. (Que en aquellas fechas ya era dinero).

En 1981, se constituye la Sección Femenina con 28 mujeres

que vestirán túnica y antifaz azul y cordón blanco. Las mujeres

desfilaran acompañando en su dolor y soledad a la Virgen de los

Dolores. Sus primeras representantes fueron Doña Rosario Sánchez

Pozuelo y Doña Pilar Caballero Rubio. Esta Sección Femenina como

tal desaparece en 1990 cuando las mujeres pasan a vestir la misma

indumentaria que los hombres.

Es a partir de 1984 cuando la Semana Santa adquiere un nuevo

renacer, un auge especial, al volver las Cofradías a la antigua cos-

tumbre de sacar sus pasos a hombros de costaleros. La adopción

de esta antigua costumbre, rescata para la Semana Santa, al igual

que lo harán las bandas de cornetas y tambores y las agrupaciones


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musicales, a un buen número de jóvenes que querían y necesitaban

participar, pero no encontraban el camino para hacerlo. El recogi-

miento de sus padres y abuelos, se transforma hoy en pasión, ale-

gría y fe cuando llevan sus imágenes en medio del sufrimiento, el

dolor y la devoción.

Un grupo de jóvenes planteamos a la Directiva de la Cofradía,

la posibilidad de volver a sacar nuestros pasos a hombros. Igual que

nuestro párroco fundador D. Antonio; Miguel Casco, Gregorio Plá y

su Junta Directiva, lejos de amilanarse tuvieron confianza y fe en la

juventud, que cómo ellos decían, teníamos que ser los que llevára-

mos a buen puerto la obra que habían empezado y posibilitar su

supervivencia a través del tiempo.

Quiero agradecer y creo que nunca se le agradecerá lo sufi-

ciente a todos ellos, así como el apoyo incondicional que siempre

tuvimos de nuestro consiliario D. Vicente Molero, por la confianza

que depositaron en nosotros, en aquellos momentos difíciles. Lo

que planteábamos era una ilusión de jóvenes, al igual que en 1958

y ellos sin rasgarse las vestiduras supieron ver el futuro de nuestra

cofradía. Supieron dar un paso atrás para que nosotros, jóvenes

emergentes y con ilusión, diéramos un paso adelante. Ello nos per-

mitió unir esfuerzos y contar con la sabiduría de los mayores y la

ilusión de los jóvenes para que nuestra Cofradía se revitalizara y

volviera a ser Santo y Seña de nuestra Semana Santa.

Los dos años siguientes sacamos el paso de Jesús Orando en


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el Huerto sobre ruedas. El dinero escaseaba y se pidieron volunta-

rios para sacar los pasos. Voluntarios que no faltaron en aquellos

años. Dicen nuestras actas redactadas por D. Manuel Prados, así:

“En segundo lugar hemos de traer el punto de los costaleros.

Ya que el año pasado hubo ofrecimientos de hermanos cofrades

que se comprometieron a llevar el paso en forma totalmente gra-

tuita y desinteresada. Esto aunque supone un sacrificio para quie-

nes lo hacen, es también cierto que supone un ahorro considerable

de dinero para la cofradía, además de tener la tranquilidad de que

su comportamiento será siempre correcto, lo que por desgracia

no ha ocurrido otros años“.

Es en 1986 cuando por primera vez juntamos una cuadrilla de

costaleros para sacar el paso de nuevo a hombros. El paso estaba

preparado para poder cargarlo, ya que así había sido en un princi-

pio, y no hubo que tocarle nada. Lo primero fue elegir el capataz.

Ninguno nos habíamos visto en otra más gorda, sabíamos lo que

habíamos visto en televisión de Sevilla, pero pare usted de contar.

Justo Ayuso Gómez, Manolo Pozo y un servidor fuimos los elegidos

para coordinar tan importante misión.

Y ni cortos ni perezosos, con más miedo que vergüenza, em-

pezamos los ensayos.

¡Qué buena cuadrilla de costaleros!.

Estábamos sin saberlo participando de una manera importan-

te en la historia y en el futuro de nuestra Cofradía.

- ¡Tos por igual costaleros!


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- ¡Qué no se mueva una flor!

- Llevadla despacio, que es la madre de Dios,

Y es mu honda su pena por el hijo que perdió.

- ¡Qué redoblen los tambores!

- ¡Silencio¡

- Que se haga el silencio, que solo se oiga el chirriar de

las trabajaderas y el aliento entrecogido, de los que ponéis

vuestro corazón para llevarla al cielo.

_ ¡Mete riñones y llora¡

_ Ya no duelen las heridas de las trabajaderas en los hombros

amoratados. Ya no hay más que sentimiento. Sentimiento de Dolor,

de Amargura y de Soledad en la noche callada.

¡ Este año pesa más!

- Este año como tos. Mete riñones y calla que arriba

llevas la madre de Dios y al Cristo de sus entrañas.

- ¡ Nos vamos ¡

- ¡Un momento..!

- Ya estamos tos

- ¡Vamos al cielo con ella! ¡Qué no se mueva una flor!

Huele a cera. Los corazones palpitan a un ritmo acelerado.


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Maniobra de salida-

- ¡Los que se quedan dentro¡ ¡Los demás fuera!

¡Qué no roce ni un varal¡

¡Izquierda atrás, más bajo¡

¡Qué nadie levante na!

Ya estamos en la calle.

¡No se ha movido una flor!

¡Baja las patas del paso!. Destraba las faldillas ya.

Enhorabuena costaleros.

Gracias capataz.

¡Capataz!

Dos ojos para veinte corazones acelerados. Una voz y un lla-

mador para veinte voluntades que se aúnan.

Una fe ciega en él de veinte hombres o mujeres que saben que

no les va a defraudar.

¡No vas de señorito capataz!.

Pasamos por el convento.

¡Aquí la mejor levantá¡.

Ya entramos en la plaza.

¡Pasito corto. Sufriendo, que la saeta pondrá el colofón profun-

do a la carne magullá.

Este año ya encerramos.


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El próximo Dios dirá. Si todo ha salido bien..

¡Enhorabuena costaleros!

Si algo ha salido mal....

La culpa es mía del capataz.

Por justicia tengo que nombrar a todos aquellos hombres jó-

venes que por primera vez en la historia moderna de nuestra co-

fradía dieron un paso adelante para glorificar a Jesús en su Oración

en el Huerto y catapultar nuestra Cofradía al futuro.

Bajo el paso de Jesús Orando en el Huerto y junto a los ya

nombrados capataces estuvieron:

· Manuel Vargas

· Alberto Montenegro

· Antonio Aranda

· José Granados

· Ernesto Ramírez

· Pedro Castelo

· Tomás Murillo

· Antonio Cerro

· Luis Morales

· Matías Fernández

· Isidro Cercano

· Luis Leal

· Paco Jurado

· Francisco Murillo

· Gregorio Luna (Actual capataz del paso de la Vir-

gen de los Dolores)


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· Antonio Jarilla

· Alejandro Rubio

· Abundio Díaz

· Antonio Mateos

· Jesús Fernández

· Manolo Pozo

Espero no haberme dejado a nadie, porque sería una falta im-

perdonable.

Creamos nuestro propio argot de costaleros. No nos fijamos

de nadie, ni de nada. Cargamos a hombros y no a costal, porque

quisimos que perdurara la tradición e historia de nuestra Cofradía

y el Jueves Santo de 1986, precedidos de las notas del Himno Na-

cional, se abrieron las puertas de esta Catedral de la Sierra para

que aquella cuadrilla de magníficos costaleros sacara a la calle a

Jesús Orando en el Huerto.

La fortuna nos sonrió ese mismo año y en la Lotería del 22 de

Diciembre, nuestra Cofradía reparte 250 millones de pesetas en

nuestro pueblo. Muchos fueron los afortunados, ya que Miguel Cas-

co en el estanco había vendido, como era habitual participaciones

de 80 pesetas.

También nuestra Cofradía llevaba jugando tres participaciones.

Nunca nos habíamos visto así y nos faltó tiempo para gastarlo. Pronto

lo decidimos. Y que manera mejor de gastarlo que comprando un

paso nuevo a la Virgen de los Dolores.


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Nos fuimos corriendo a Lucena a los talleres de los Hermanos

Angulo y se compró el paso y los varales que hoy luce

majestuosamente la Virgen, ya que hasta este momento había des-

filado sobre ruedas.

Se forman dos cuadrillas de costaleros. Es elegido capataz del

paso de Cristo mi amigo Manolo Pozo y yo me quedo de capataz

con la Virgen. Muchas reuniones, conversaciones y ensayos nos cos-

tó sacar los dos pasos con costaleros y muchas las horas que tuvi-

mos que pasar para hacer la entrada y salida por la dificultad que

entrañaban los grandes escalones de la puerta principal.

Muchas horas y esfuerzo costaron las maniobras de entrada

de nuestras imágenes el Jueves y el Viernes Santo.

En 1989 es elegido Presidente de la Junta de Gobierno de nues-

tra Cofradía D. José Manuel Murillo Murillo (Mané) y es este el

relevo generacional que nos permitió seguir creciendo en nues-

tros días. La llegada de gente joven, da un nuevo impulso a todos

los proyectos que teníamos que hacer para adaptarnos a los nue-

vos tiempos.

Es en este periodo cuando se restaura la Virgen de los Dolo-

res, la imagen de Jesús con la Cruz a cuestas, y el Cirineo, al que se

le viste con ropa.


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Es recuperada una antigua tradición de nuestra Cofradía y de

nuestro pueblo: la procesión del Viernes de Dolores.

Se inicia el diseño y bordado por las sensibles manos de José

Luis Guerra del techo del palio de nuestra Virgen.

Trece años estuvo José Manuel Murillo (Mané), presidiendo la

Junta de Gobierno en unos momentos difíciles económicamente

hablando. Si antes una de las fuentes de financiación importantes

para que nuestra cofradía saliera a la calle con la dignidad que siem-

pre le había caracterizado, eran los ingresos procedentes de la lo-

tería que Miguel Casco vendía en el estanco de la corredera, ahora

había que buscar una fuente de financiación que nos permitiera

afrontar los gastos procedentes de la restauración de nuestras imá-

genes y pasos. Y de esta necesidad surgió una bonita idea que trata-

ba de aunar tres aspectos importantes para nosotros.

Primero y fundamental como he dicho antes, financiarnos eco-

nómicamente.

Segundo, ofrecer un aspecto cultural y de diversión a nuestro

pueblo.

Y por último, matar el gusanillo de todos los que empezamos

en aquel proyecto y que nos gustaba el teatro.

Así en el año 1998 nace dentro de nuestra Cofradía el grupo


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de teatro “ Colodrín- Colodrado. Magistralmente dirigido por José

Manuel Murillo Fernández (Chema), el grupo de teatro, dio un nue-

vo impulso en el aspecto económico y sobretodo en el aspecto de

las relaciones personales de sus miembros.

Se han montado hasta ahora 6 obras y son multitud de anéc-

dotas las que se pueden contar del grupo. El grupo Colodrín

Colodrado sigue siendo fiel a los objetivos con que fue fundado y

ayuda económicamente de una manera importante a que nuestros

pasos sigan saliendo a la calle con la magnificencia que les caracte-

riza.

Durante los años 2002-2006 es José Manuel Murillo Fernández

(Chema), la persona elegida para dirigir la Junta de Gobierno y

aunque él dice que durante su periodo no se hicieron grandes co-

sas, tengo que contradecirle, porque él supo contagiarnos a todos y

continuar con la labor emprendida 50 años antes. Los grandes

cambios son la suma de pequeñas decisiones que en todo momen-

to supiste tomar.

Se terminó de bordar el techo del palio de Nuestra Sra. de los

Dolores, que tan majestuosa estaba el jueves Santo del año 2003.

Bellamente ataviada por las manos expertas de sus camareras Luisa

Plá y Carmen Casco. Camareras que arreglan a la Virgen con pasión

y ternura como antes lo hicieran Dña. Carmen Ledesma y Dña.

Carmen Cerro.


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En el año 2006, accede a la Presidencia D. Gumersindo Rome-

ro (actual presidente), por lo que el futuro de nuestra Cofradía

está en buenas manos.

El invierno va pasando, y el tiempo no se para ni por nada, ni

por nadie, y la primavera como siempre llega de nuevo, y con ella la

Pasión, momento en que los nazarenos nos apresuramos a rebus-

car en cada rincón de nuestras casas, todos los elementos que com-

ponen nuestras vestiduras, nuestros hábitos, nuestras túnicas, con

ese olor tan característico de ropas guardadas con mimo y entra-

ñable cariño que impregna cada fibra, porque todo es poco para

conmemorar una primavera más, que la Semana Santa llega y que

vamos a ser protagonistas de nuevo de la Pasión de Jesús.

Cuando llega el tiempo de Cuaresma, nuestra Cofradía se hace

Vía Crucis, procesión viva. Los nazarenos, año tras año volvemos a

inundar las entrañables calles de este pueblo que acoge el sufri-

miento de Jesús, el dolor y las amargas lágrimas de su Madre.

Como cada primavera dejaremos el corazón desnudo sosteni-

do por los clavos de nuestro fervor, una vez más nos pondremos la

túnica, cubriremos nuestros rostros, alzaremos al cielo nuestros

gorros, quedaremos en el anonimato y elevaremos desde lo mas

profundo de nuestras almas las oraciones, las plegarias, las peticio-

nes, los secretos mas íntimos.


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En estos momentos me gustaría contaros algunas de mis vi-

vencias de Semana Santa en la cofradía de Nuestro Padre Jesús

Orando en el Huerto.

Durante muchos años tuve que compartir el traje con mi tío

Blas Cerro. Él se vestía en la procesión del Jueves Santo y me dejaba

a mí su ropa para que pudiera procesionar yo en la mañana del

Viernes.

Las noches del Jueves Santo para mí eran como las noches de

Reyes. Toda la noche en vela, esperando el amanecer para poder

disfrutar de mi pasión por esta Cofradía.

Muchos días antes, los nervios ya están a flor de piel, pero

cuando llega el Jueves Santo la sangre de mis venas aumenta su

temperatura. Por la mañana temprano hay que pasar a encañar las

flores que Chema y Paqui, colocarán con esmero y primor para

que luzcan aún más nuestros Pasos. Es para mí un ritual que no

quisiera perder mientras pueda. Es una mañana para compartir con

personas de nuestra Cofradía, en torno a un barreño de flores y a

una pausada conversación.

Los turistas y forasteros se acercan a la parroquia para ver

como va el exorno de nuestros pasos. Se reviven viejos encuen-

tros con Hinojoseños que traen a sus hijos a conocer nuestro pue-

blo y especialmente nuestra Semana Santa.


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Una vez terminada la labor y seguros de que nuestros titulares

un año más podrán estar en la calle con la mayor dignidad y con un

nudo en el estómago nos vamos a comer. Poco, porque los nervios

no permiten que entre más.

La tarde más larga del mundo.

¡Qué larga se me hace la tarde del Jueves santo!.

Hasta que llega la hora de ponerte el traje de capataz antes,

ahora de nazareno y hacer estación de penitencia con nuestro pa-

dre Jesús Orando en el Huerto y la Virgen de los Dolores.

Uno de los momentos que más me agrada, es el estar presente

a la hora de encender las velas. Antes de capataz, me gustaba hacer-

lo yo mismo, ahora no me atrevo a pedirlo, pero es un momento

que no quiero perderme cada año. Es algo insignificante para la

mayoría, pero muy especial para mí. Porque la Semana Santa es

cuestión de sentimientos, de sensibilidades, de fe.

Cuando el reloj marca las nueve, los últimos rayos de sol se

van difuminando hasta que finalmente desaparecen para dar paso a

la noche de Jueves Santo que acompañará a la solemne Procesión

de Jesús Orando en el Huerto, acompañado de la Virgen de los

Dolores.

Los costaleros llevan sobre sus hombros el sagrado peso de la

Oración del huerto, que nos transporta hasta el Monte de los Olivos,

donde Jesús vive de manera anticipada su inminente pasión.

Cuando llega la hora señalada, me cuesta dejar la Virgen de los


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Dolores para incorporarme a mi fila. Me hago el remolón, para

poder hacer mi estación de penitencia lo más cerca posible de ella.

Y Llega el Viernes Santo. Después de una noche intensa de

trabajo, Jesús Nazareno con la cruz a cuestas, coronado de espinas

y sometido al escarnio de los que le acusaban, está dispuesto a

llevar su cruz, nuestra cruz, por las calles de Hinojosa. Su cara refle-

ja el dolor y los malos tratos, pero a pesar de ello es un rostro

sereno, tranquilo. Nos da sosiego, paz, no acusa con su mirada ni

guarda rencor. Con porte de rey y con la ayuda del Cirineo en su

peregrinar.

Decía el poeta:

No te canses, nazareno, de buscarme

Di mi nombre a las brisas mañaneras

Que, al oirlo en tus voces lastimeras,

te dirán donde puedes encontrarme

Y María a compaña a su hijo en las horas de dolor. En medio de

la multitud que le insulta, le injuria, lo acusa y se burla de Él. Para

ella tuvo que ser terrible pero con su silencio comprende y fortale-

ce a su hijo.

Una imagen imborrable para mí del viernes santo, es cuando


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el paso de Jesús con la Cruz a cuestas y el de la Virgen de los

Dolores llegan a la entrada de la plaza. Llegada la recta final de la

procesión , Jesús y María marchan parejos al compás del paso en-

trecortado de los costaleros y de las marchas de nuestra banda .

María se enfrenta a Jesús y le saluda y se acerca a él, como querien-

do abrazarlo y despedirse porque sabe que la hora final ha llegado.

Los costaleros meciendo sus tronos, los capataces emociona-

dos por el sublime momento, y mi emoción se hace llanto la mayo-

ría de las mañanas del viernes Santo, cuando veo, a los acordes del

Himno Nacional los costaleros, que con paso armonioso salvan el

último escalón de la Catedral para llevarlos al interior del templo.

Cansados, pero satisfechos, se abrazan con sus capataces. Sudo-

rosos y llorosos por la emoción. Felicitándose, porque han sabido

llevar nuestros pasos con la maestría de los mejores cargadores y

con el convencimiento del trabajo bien hecho.

Enhorabuena Gregorio y Francisco, porque cada año lleváis

nuestros pasos con el buen gusto y el saber hacer de los mejores

capataces.

En este momento, quiero hacer una mención especial a la ban-

da de cornetas y tambores de nuestra cofradía.

Como he dicho anteriormente, se funda en el año 1959 con 5


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cornetas y 3 tambores siendo dirigida y ensayada por Blas Villarejo.

Al año siguiente son ya 18 los componentes de la banda.

En 1964 se termina de completar el uniforme al adquirirse los

correajes blancos que lucen en la actualidad.

Es en 1975, cuando se estrena el banderín que va abriendo

marcha en los desfiles, bordado por las Madres Concepcionistas.

Era tanto lo que la cofradía sentía por D. Manuel Murillo, que

en 1981 la banda de cornetas y tambores acompaña su féretro

hasta el cementerio a toque de tambor.

A Blas Villarejo, le sucedió en la dirección de la banda Domingo

Gil Acedo, posteriormente fue Manuel Torres y por último Leoncio

Cáceres Murillo, que lleva en la actualidad 40 años en la banda de

cornetas y tambores.

Por la banda han pasado multitud de niños y jóvenes a lo largo

de estos 49 años. Ha sido escuela de música, escuela de conviven-

cia, escuela de hacer amigos en unos tiempos en los que era una

de la pocas diversiones que podíamos tener los chavales de enton-

ces. Durante todo este tiempo, la banda con los altibajos que puede

haber en cualquier orden de la vida, ha sabido sobreponerse a to-

dos los avatares del tiempo sabiendo llenar de ilusión los sueños de

cientos de niños.


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No he conocido a otro Jefe que no sea Leoncio Cáceres “el

abuelo”, y quiero hacerle un pequeño homenaje en este pregón a

este hombre sin el cuál, a la banda, le hubiera costado sobrevivir en

más de una ocasión. Con sus aciertos y sus errores, hoy podemos

disfrutar de que nuestra banda goce de muy buena salud. Buena

salud que se ve confirmada por el incremento año tras año de sus

componentes, por la calidad de sus interpretaciones y por la con-

cesión de la medalla de plata de la ciudad de Hinojosa, otorgada

por el Excmo. Ayuntamiento en pleno.

Ahora se inicia un nuevo periodo, donde nuestra banda trata

de acomodarse a los tiempos que corren. Esperemos que sean tan

fructíferos como estos 49 años que hoy celebramos.

Y a vosotros costaleros, que cada año sentís en vuestros hom-

bros el dulce peso de la Pasión, llevad llenos de orgullo la imagen de

nuestros titulares. Es el momento idóneo para renovar nuestras

promesas. Los pies desnudos del penitente darán muestras de que

la fe sigue muy viva, el eco de las oraciones estará nuevamente

presente, nuestros labios darán las gracias una y mil veces, por po-

der saborear, rememorar y compartir un año mas la Pasión de Cristo.

Quiero dedicar en este punto un recuerdo para todos los co-

frades fallecidos desde que se fundó la Cofradía. Estoy seguro de

que el Señor Jesús los habrá recibido en el cielo, desde donde cada

año contemplarán – apartando nubes – nuestros desfiles


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procesionales.

Especialmente tengo que hacer mención a dos personas: a nues-

tro saetero Pedro Rodríguez “Machaquito”, que mientras pudo,

nunca le faltó una saeta a nuestros titulares, y a mi amigo Julio

Rodríguez, vecino de Belalcázar y costalero de la Virgen de los

Dolores a la que sentía como suya.

Las bodas de oro que este año conmemoramos no han de ser

para nosotros un mero acontecimiento importante, que lo es. Tie-

ne que ser algo más: Un propósito de continuar nuestra vida como

cofrades, dando amor a nuestra cofradía y siendo testimonio vivo

de nuestra fe .

Todo el esfuerzo cofrade tiene que tener una razón y un por-

qué, no marcado en unos estatutos, sino en una manera de vivir la

Cofradía. Y ésta, no es un grupo que la dirige o gobierna, es el total

de cofrades que pertenecemos a ella. Y pertenecemos a ella por-

que queremos vivir el misterio que fielmente representan nuestras

imágenes.

No solo el Presidente, Hermano Mayor y la Junta de gobierno

son los que tienen la obligación de llevar a buen fin todo. Junto a

ellos, debemos formar una apretada piña y colaborar, ayudar y tra-

bajar por mantenerla viva.


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Hemos de considerarla como una hija a la que todos le he-

mos dado vida, cuidado y alimentado durante estos cincuenta años.

Ahora estamos muy orgullosos de verla desarrollada y hermosa y

como buenos padres y madres queremos y debemos enriquecerla

cada año.

Participemos de todos los actos que nuestra Cofradía ha pro-

gramado para la celebración de este cincuentenario, porque todos,

todos ...somos la Cofradía de Jesús Orando en el Huerto.

Este pregonero, seguirá guardando recuerdos entrañables cuan-

do procesiona y ha procesionado de capataz, de nazareno o detrás

de la Virgen de los Dolores. Y hoy como ayer a éste nazareno le

tiembla la voz y el alma, y se le empañan los ojos al pregonar el

cincuentenario de nuestra Cofradía.

Muchas gracias y buenas noches

Hinojosa del Duque 23 de Febrero 2008

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Pregón Cincuentenario.Juan A.Antón