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Prehistoria de América - Parte 1

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tal, so n el re!l~jo de un ont», "(I III( IIIPIi/ tt, I] j' f'~jln,1,nico;

en e stos asbecto s hemo s Gun III/It/II " r 1'1//-1,11,) tid ,'lrltr,11I euo-

lutiuo,

En una obra de slruest», lIt'u'",nlt/lll""lr fl" ,j"/l,, pmeeder

con criteria selection. l\1 '\'Wf~ \' I',., II 1 m II/rJl 1II1rl,'11I"'l' de '

A merica - co nstilu yell /01 fll'"1 dtll/dr' I. !?F'''FIU limll parte

del progreso; en ambo , It' 1II1Iruj",/Nllm Ind 'Ai I " l (,ta pa s d el

desarrollo que dosmme: 1(',,'llfil /l,f.J1 h,.,tllil tumtado, po r

1 0 ta nto , a esos cen im s, nk7Jri,,"Ildli r'I, l/l , ' 1 / 1 1 1 1 1 , 1 II l t l \ manifes-tactones q1.J1 l a.nnllt l r i (;IJ,r!tJlJI tallw·'lto "WlimllJ uuies qu e a

fa descripcuin de /OJ' tril'lfl1!rtlns ci'rr/rIt'olrffftt rJl util: ados en fa

r ec onst ruc cu in ) )an tr nI Jo it 1J !l fn cr del pasod«.

En fa biogra!{a, saluo menctones f',o;jlll'.I(U 'rl el texto,

consignamos s610 obras aparecidas a partir de! je xto d ece mo ,

A elias remitimos al lector para u na m ayo r abundancia de [uen-

tes y complementacion del esquema a que obliga La tarea de

seleccion y sintesi ...

Un estudio de esta naturaleza tiene que apoyarse en los tra-

bajos de muchos inuestigadores, cuyas conclusiones se ha nutilizado en la tests central qu e queremos s us t en t ar . A ellos y

a nuestros colegas, amigos y alumnos que nos han sugendo mo-

dificaciones y nos han mostrado erro res d e apreciacidn a traoes

de la charla cordial, los m as expresioos agradecimientos.

Osualdo S ilv a Ga ld am es

.. Santiago, enero 1977.

x

PAR TE I

Introducci6n

E l d es ar ro llo c ultu ra l

El hombre, como ser organico, est a sujeto a las mismas vicisi-

tudes que afectan la vida de la nora 0 fauna. Lucha por sobrevi-

vir y adaptarse a medios ambientes siempre cambiantes, compi-

tiendo, asi, en 1acontinua lid que conforma la »trarna de la vi-

da«. A traves de ella se gesta la seleccuin natural enunciada por

Darwin cuyo resultado, en el fonda, es la superuiuencia de L

mas apto. Apto, en el sentido, significa tener capacidad para

enfrentar satisfactoriamente nuevas condiciones. El triunfo

[) fracaso de una especie ante el desafio vital, se mide par su

perduracion y multiplicacion a1 0largo de las generaciones.Desde este punta de vista la humanidad, sin duda, ha ten ida

hil.o; ha sabido afrontar diestramente los desafios de su SlS-

Irma ecologico graci~rs-a que posee un factor extraorganico,

In culture, que Ie permite desarrollar una serie de mecanis-

uios apropiados para responder ante circunstancias adver-

4;1~, perfeccionarlos y transmitirlos mediante el lenguaje

y 1 .1 educacion.

I,.a ,"ultura, PO! _definicion, ~~a t~do eI ~ro'ducto del que-1 1 . 1 IT humane: refugio y abrigo contra las inclernencias del

trempo; nerramientas y medias para explotar la naturaleza enx u propio provecho; division de las tareas y especializ acion en

df'l t as labores; V;>_.rm~de org_9.!ili.cion Y.!Kia Y _ R 9 1 i l i f r a - ;

TIOfm<lSque rigen la conducta 0 relaciones entre los rniern-

h r os de unaS"ocledad; medios de expresi6n; elaboraciones rna-

w~'n-rcligiosas y cientificas 0 Iilosoficas, etc. , conforman

rllpiesiones culturales que han permitido el exito adaptativo

tlrl fl,EI1 ro humano.

L J sistema eco_!£g_~_escenario sobre el cual se desenvuelve

III vul.i, eSl! ifir~,gi~gQ..J?ortLes_conj..!:!!lUlqe variables 0 sub-

~1~lnu.' j i J i . f . £ , bi6tic2._. c~ h~. Entre ellos hay11111 uucrdependencia reciproca, 1 0 cual significa que la altera-

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cion de una variable implica la cornple t l l readecuaeidn del sis-

terna; en tal fen6meno reside Btl perman .nt dinamismo que

explica, por otra parte, las innDuat:ivrl,lIs eulturales, compara-

bles ala evoluc ion organica.

- La evolud6n human a, tan to en ·1 p lmw hin[6gica como en

e l cultu;:;J, es un he che i,n rl!'g ah l~ . A traves d e ttiM ~iglas ha ida

domtnando l a n a tu ru le z n y r.lt:pendlcmlu cad n vez en men o r

grada de ella a eo n s e ruen e l a de 10 cual ha experlmentado un

continuo aum en to p oblue lo nal, re fle ]o palpable d e l progreso

que anima a la human idad . L as ~ro l,lrr~il.J..'I, gin em~~g,

aun subsisten en torno al problema de las causas que ongman

oinaU;en 2 1 1 cambia cultural. 5i soarenemca qUI' ~~s

unmeciniilllo de adaptacion, tendrcmos que concluir que son

las propias ~e.s. del sistema ecologlco (as qus.~

_.p.!!lsan. ,a buscar n~as f,ormas d,e a~apta<;,i6n. Cualquier

alteracion de la estructura interna, Imp Ide su normal. funcio-

namiento; debiendo, pues, readecuarse hasta lograr un nuevo

punto de equilibrio entre sus diversas variables. Por ello la

~ de las~es _E:.oes la de ~n pr<!_greso ascenc:!.en~e;al igual que en las modernas economias, expeTimenta peno-

dos de JU!g.e~ocas dc_recesi6n que det~inan su camino

particular hacia un destine estrechamente ligado a su< sistema

I,' ..-- -----

. . f £ Q . . _ o . ! . ' j l S Q : . .

La cultura es, por definicion, un frn6meno multivariable

(Binford, 1965). Sus innovaciones responden al cornporta-

miento de variables que actuan indcpendientcmente 0 en mul-

tiples y complejas cornbinaciones reciprocal! dentro del sistema.

Debido a ello no existen Iactores d~ttlfmjn!l.ntes en e l carnbio

cultural. Tal es el sentidode In f'IJ()luciorl muliilineal (Steward,

1949-[955) aplicada a modelos para cl estudio comparative

del desarrollo cultural.

~d concibe_!.I la c ~lturfl C '()m~ una in~egraci6n de_ras-

~o s y _ secund.cm~s: L ( J ~ P n m e rO B . e c e~ tr o c ~l tu ra t,

se relacionan can las 1I('tiv)dacicj d e ~ub:n~ -'l'lCla, nuentras

que los~,I,IJ1clQ~ s e a ~~ d 3l "1 ('011 tod t t s aquellas manif~~i0~

nes que no derivaa dlft;ctamente d · las rareas econornicas.

Esta: tSo;Ta; que, e n ulrlm e rr.rminu, co·ndicionanfaS""f,O'f'ifl.1S

de organizacion social 0 p o lit ic u, c rl gie n d e se en e l feco del

cual dependen todas las otras expreeiones humanas. El ha-

bitat -ambiente [isico y biotico-s-, de algun modo esta , pues ,

rondicionando la cultura, imprirniendole un particular

personalismo reOejado en la direccion y sentido de su progreso.

1,0 anterior no niega que existan ciertas »regularidades« en

el cambio cultural que permitan formular leyes generales;

hnlls, empero, solo podran obtenerse aislando, tipificando y

clasificando las instituciones pertenecientes al centro cul-

r~1ral a fin de desentranar su cornportamiento ante deterrni-

nadas condiciones.

La posicion expuesta no Ileva implicita un »deterrriinis-mo geografico«: sirnplernente reconoce la accion ~entado-

ra del medio aIJl!!ir))te en _!l .dw.~~e~9 puesto

que, jTIfffi?"ton .~gerir modos de ada_p_wcion, se convierte en e l

coraz6n imRtilinr-a€- los n:1.edius de PLod1u:cion, gestadores

de las relacione~~6~Qis entre los hombres, gennen,

as u vez, "i'ieTaSformas de organizacion social y politica.

EI evolucionisrno multilineal, encarado can criterio ecole-

glee, tiene su contra partida en el eoolucionismo unilineal.

Sus sostenedores arguyen que el desarrollo cultural sigue una

serie de etapas, constituyendo seeuencias que abarcan desdelas sociedades mas pequefias y simples a las mas grandes

y complejas, Argumentan que el progreso se debe a un crecien-

te aumento en la relacion inversion-rendimiento de ener-

gias 10 cual se logra con una mayor eficiencia tecnologica .

~ la ~ca_como elJill_ar fundamental de IClcultu-

~ que esnrnan como un sistema integrado por tres niveles de

variabJes: tecnologicas, sociologicas e ideologicas (White,

(959). EI desarrollo tecnologico provoca modificaciones re-

adaptivas en otros niveles y genera el progreso al incre-

rnentar las energias recibidas p er c ap ita por'afio.• Chi Ide (1936, 1950) acufio los terminos de Revoluc!on

Neoli !Jp ,g_y Revq_luc ion_Urbanp que parecieran dar razon a

quienes proponen la tecnica como base de l progreso; en efecto,

el dominio. soh[e_ja__p~rea dos importantes fe-

n6menas~ 1per .mi. ts.s1_,i !.umento p£'blaci.~mal ~ef1ejado en una

m' lyor ruerza.Je trabajg.Jy libera a parte de ellactel'aSla50res

n rnrias, posibilitando e i surgirniento de otras especializ a-

( 'i"tles que conducen hacia ladivision social del trabajo y a

IfIl"matificaci6n de la sociedad.

M uchos de los fundarnentos conceptuales de Childe se basan

('II -vidcncias ar9ueologicfs del Cercano Oriente. Sin em bar-

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go, investigaciones recientes en III rnisrna a r l 1 O \ , hali tama.do

discutible el efecto revolucionario de 108 l'll'an"es carnbiosculturales prehistoricos. Se hace cadu vel Ill/IS t'viclcnte que

aq uellos fueron consecuencia d un'1 lentn Y ,pHi!lntina e~olu-cion iniciada el mismo momento en que ap,U'!'I'ICl In hurnanidad.

La captacion de e n e r g t a s naturales ha M i (l u prt:()cup~ci.o~fundamental de la hurnanidad; su can t jd rul y rahrl:ld posibili-.'

tan, lirnitan 0 disminuyen el aurnenrc p n l J l , u ' i U l I l l I , base deldesarrollo cultural. De hhl que se preduzca ulla profunda »re-

j lacion de adaptaci6n y explotacicn, ~ tr;wb del a~ente tec~o-logieo, del grlipo humane a su habItat. y a las consecuencias

demogrificas y socioculturalee derivadas de aquellas rela-

ciones« (Helm, [962:630). Arqueol6gicamente 105 restos

asociadas a la economia son, precisarnente, los que perduran

per mas tiempo; los modernos invesrigadores tratan de desen-

trafiar, a traves de ellos, la conducta asurnida por el hombre

en sus interrelaciones dentro del ecosistema. Tal es el funda-

menta de los modelos ecologicos y sisternaticos que, medianteestudios multidisciplinarios, estan orientados a encontrar

una explicacion cientiJica de los aeontecimientos prehisto-

rices.

Los modelos ecologico-culturales

Odurn (!953) definio ecologia como la ciencia qu~ estu?ia

la estructura y funcion de la naturaleza. Como orgamsmo VIVO

el hombre, tarnbien, participa en ella, mezclandose en la com-

petencia por los recursos naturales con un elemento extraso-matico: la cultur a. Esta implica adoptar formas conductuales

materializadas en los instrumentos y obje tos que [uncionan

en el contexte de uno de 105 tres subsistemas culturaies:

tecnologico, sociologicc e ideoI6gico.. ."EI habitat, 0 terruerle sobre el cual una sociedad eJerce

sus actividades, est a definido per las condiciones naturales

de una zona. Medio ambietua, e ll cambic, cs un concepto mas

amplio, puesto que engloba a otr()~ grupos 0 culturas can quie-

nes se establecen tanto lazes .mn.b!6ticos, Q de complementa.

cion econornica, como relaciones d ' comjJf!tencia en la explo-tacion de recursos. Cada sitio arqueol6gico debe, entonces,

analizarse con una perspectiva regional si se intenta explicar

4

la Iuncion cumplida dentro de la compleja red de interaccio-nes entabladas en el medio ambiente. La capacidad de man-

tencion de este (Zubrow, [975) depende de la tecnologia

eonocida para transformar los recursos naturales en bienes

rl"(\nomicos, gestador del Jlujo de energias (Odurn, [97l)

que, en ultimo terrnino, determina el tarnafio poblaeional(capacidad de mantencion) y sus forrnas de organizacion

sociopoliticas.

EI Q[_ogreso tecnolQgico tiende a disminuir la cantidadde niches utiliz ados por as sistemas de obtenoon de alimentos

(Flannery, 1968). A traves de e t, el hombre asume una c61iauc-

ta dest inada a perrnit ir la renovacion y supervivencia de las

especies vegetales 0 animales que utiliza en su dieta cotidiana

evitando, de tal manera , la destrucci6n del sistema eeol6gico

en que se desenvuelve. La distinci6n entre econornias genera-

lizadas y especializadas est a intimarnente ligada a aq uel fe-

n6meno. Coe y Flannery ([964) sostienen que la diferencia fun-

damental entre las sociedades nornades y sedentarias reside,

pr ecisarnente, en el sistema de procuramiento' alimenticio.Las primeras explotan estacionalmente .una gran cantidad de

t li chu .r ecolog icos 0 microambientes , dispersos sobre una vas-

I I superficie, modalidad que les obliga a una continua trans-

bumanaia a fin de arribara tiernpoa las areas donde maduran

Ij)~ vegerales a se agrupan los animales, Las segundas, par el

(till! rario, se concentran en la explotacion de uno 0 mas niches

I';rr,.Wos, obteniendo una mayor productividad que redunda Jr .

F n nurnento de las energias recuperadas. ,,

L"IS explicaciones ecologico-culturales no pueden cons i-

tlrf,lrs(' como reglas generales 0 deterrninistas ya que~I' Itlgrf.ln par el analisis de interacciones y reciprocidades co-

rInpondientes a.un sistema ecologico en particular; por la mis-

1fl!1 Iul6n, los padrones evolutivos de una sociedad tampoco

lllll npllcables a otras distanciadas temporal y espacialrnente.

tin 110 impide, sin embargo, establecer .)regularidades« del

IInpmlamiento humano ante circunstancias especificas,

1111"Ilks. en un estudio comparative del devenir cultural.

Los modelo s sistemico s

conducta humana como un factor de » nlaG~eentre un arnplio numero de sistemas, .cada

~~_-,-- .d(~

, .

5

 

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uno de los cuales comprende fen6menos culturalcs y no cul-

turales" (Flannery, 1967:120). L a partieipacico en cllos con-

sume enorme cantidad de tiernpo y l ·n c T ~ hl a ,I les individuos

por 10 que 5U modo de uida ('Rlft estrecluunento unido al

eq uilibrio Io g rad o e n tre ' invrf 'Ki6norC'nrlimit'f\w energetico

d e l sistema, cuyo Iunc tonamlen t t) t·~ mantenldu, sin variacio-

nes, par una se rle d C" rn ee an lsrn os IW17IUf) t&tICOS. Cuando

elias se rompen 1 1 1 1 1 i ~ . t n a una fr-a.c ln p tuci6n in t .rn a para

alcanzar otro pun to d e 1"41lilihd n C ]ut: p ued e si~n if i( 'ar un pro-greso 0 retrcc sn d . ! ' 1 ~ i~temH Ell 1 " 1 p rime r cn sc p ro c eso s de

» [e edbach« po si ti v( )s 0 nllI1jol[(!rd'll 'cQs motlvan HU expansion

y e l lo g ro d e ( 'stn bU id r\rl e n n ivc le s maH ro rnp le jos ; en el se-

gundo, procC!sos de i ) j ( ' 6 , d b a c k « ( flfJl!(Jt'iw)l, 1 0 retrotraen a

mayor aim ple aa. A m bo s f~n6menos c xp llvan , p ue s, el cam-

bi o 0 dinamismo cultural.

Un estudio siRtemico obliga a aislar cada sistema en que

participa el hombre y a analizarles como variables separadas,

hecho imposible de lograr ".

En arqueologia so ha ap lie ad o un mode l e tornado de labiologia, el organtsmicf ) ftmcional, que considera a cada

elemento como inrerdepecdierue y funeionando para man-

tener eI sistema e n o p era cic n . E~,t ( : eR c t lp a z d e soportar inno-

vaciones encuadradas Cit-OWl d(' el cr tns lirnites, gracias a la

accion de mecanisrnos r'i 'fI;ll ld(lrf '.; ~ise Rohrepasan sobreviene

e l re ac o nd ic io namiemo , Pf '( j( 'I'A O (Pie imp lic a la desapari-

cion del sistema puesto que c.11'f'~lJli ltio final sera distinto.

Los an alisis an te ric re s c uufo rmn n e l Iun d ameruo de

la Nueua Arqueologi«, movlmleruo gilt i)l tenw explicar los

hechos del p as ad o a tra ve s d ,('!In lIl t't or lo lo !d a d e l as c ie r rc ias ,e l abo rando hiporesis, v e r l f l e ~ f1d ()I~ ~ Y e nu nc ia nd o las {e -

y es g en er ale s que "igen la rOl1ciUl ' l f i hum, n il segun reAejan

los objetos que fun c lo naban e n eI contexte d e las multiples

relaciones del ecosistema (Silva, 1 9 7 7 ) ; mediante dichas

leyes sera p o sib le p r( 'd e t: lr d f 'fH n p o r t. , m l e n to adoptado f r en -

te a la oourrencia dl' un ft'n6mcllu d c l l ~ rm inado ,

Perlodos Y ( J t a t H U lin la Illmlucr.ol1 cultural

La evolucion es un proeese d inaOlico a traves del cual la 80-.

ciedad asegllr.a su propia subsistencia y enriquece su bagaje

6

cultural liberandose de una excesiva dependencia del

medic ambiente, Por ello las secuencias evolutivas conllevan

la idea de progreso expresada ya por Morgan (l877) al distin-

guir tres grandes eta pas en el desarrollo de la humanidad:

s~luajlsm o, barbarie y _civitizacion, con sus respectivos

I'staalOsinfiriores, medios y superiores que indicaban l

eon stante transicion entre los elementos culturales. No obs-

tante ello, hoydia la evolucion ha demostrado seguir una

linea zigzagueante, can avances y retrocesos, que no intuyeron

los t;vol~cionistas clasicos ..

Los sistemas clasificatorios tienen su base en tecnologias,

restos materiales 0 motives estilisticos; sin embargo, no de-

bemos olvidar que la cultura es un fenorneno social y como

tal surge del consenso entre seres que traspasan sus tra-

diciones de generation en generacion. De ahi que solo pue-

da ser observada en el comportamiento conductual dentro

d f ' 1 grupo 0 entre los grupos, espejo de la estratificacion econo-

mica y social de una comunidad.~9i22 ha tratadode

III I egral' dichos aspectos en una secuencia cuyo in dice 1 0

Ionstituye la propia Q!.~~~QQ..o_12~ial, claro reflejo de los

IMtlS que unen fuerza y medias de produccion. Reconoce

Iuutro niveles: bandas, tribus, seiiorios y estado s .

t\r9.ldS'21,igicamente las estructuras sociales son _d ificiles

fir detectar ~ pued~n d e ' a l i C l r S e de los· objetos que

'1lIlLio;naban en e.!....::~stema social." Por tal motivo los 'pre-

til~tonadores han debido establecer criterios de ausencia

IJ presencia de ciertos elementos pp.[;'eIaborar sec:r;cias

11'I{I00ules '0, con prop6sitos cornparativos, niveles culturales

m M ~enerales. A_r::b~ criterios han dado origen ~os('Iapus. ); ,

Rowe indica que los primeros son »unidades de tiempo, 0,

ttlil. {·specificamente, unidades. de c~ad((, mien-

I fA~ Lille las )~ umda:de,_Ld.L.Seme@nz~cultura-

J ijll (I [ :)02 :4Q). Krieger es mGplicito al c0l1siderar las. et-a-

tlll~ III'nrno un segmento dentro de la secuencia histories de un

lit i\ determinada, que se caracteriza por el padron dominan-

de ~\1 existencia econornica. La actividad economica y

IitjUf'm,'t de la estructura social de los pueblos antiguos pue-

r n enudo , ser inferidos por los restos arqueologicos y re-r~filu!llllnin~11'eon Ienomenos semejantes, aunque no se conozcan

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rechas. E I termino periodo. par otra parte, d eb e considerarse

como eminentemente crono16gico. As), una vez que dichos

contenidos hayan sido " U 5 I c i d o s en el tiernpc, podemos afir-

mar que t~1 etapa se desarrollo, en tal sitio, durante tal perio-

.~ ••..l.a misma etapa puedc aparecer en diferentes periodos

y en diversas areas y tambien puede finalizar en distintas

epocas« ( 1 9 5 3 : 247). De acue rd o con este predicamento Y en

base a los padrones de subsistencia, estableci6 cuatro eta pasen el desarrollo cultural americano: Paleoindio, Recolecci6n

de Alimen!QL Producci6n de Alimentos y~_Qrbana. '

r Willey_ y ~il!il?s ( [ 9 5 8) utilizaron ))comunes denomina-

dore~ara definir cinco etapas: Litico, Arcazco, F'?!..mativeo,

Cidsico y Postchisico. Las dos prirneras fueron identiflca-

~ acuefdoalas tecnicas emQleadas en la confeccion de

~mientas y la con.si~!.snte ba; alimenticia; enJas siguien-

tes incorporaron I:£..~ones de o~mz.acWn social y politica,

I!EInifestaclones reltglosas, art isticas, etc. At 'anaEzar tares

eta pas comprobaron q u e , debldoal~i~~i~mo de las_ cult uras, sus rasgos present aban una gran vanabllldJld y que

era~lmposible determinar cuando comenza~minaban.

Por ello, las subdividieron en tres Iases ~temprana, media

y tardia-, indicando asi la evolucion de los respectivos »co-

munes denominadores({.

La clasificaci6n del desarrollo cultural en eta pas no pue-

de ser absoluta 0 deterministica; es decir, dentro de .una tra-

die ion cultural, las respectivas secuencias no apareceu, ne-

cesariamente, como una cadena en la que cada eslabon

precede 0 sucede a otro. Contemporaneamente a las altas cul-turas convivieron culturas tardias 0 marginales. Son tardias

aq uellas que, teniendo los rasgos caracteristicos de una etapa,

cronologicamente se ubican en periodos posteriores a ella.

Las marginales, par estar fuera de las areas nucleares, apa-

recen como un a regresion en e l t ie m po .

Una etapa d e .desarrollo puede considerarg_,._ a la ve z ,

como ~~o uJlJld.Q...~ •.J?,r~~y ter-rn inales. Ello, sin embargo, solo es valida si se aplica a las se-

cuencias de una det~Dnil1Jl,dLregi6n, Willey (1 9 66 ). insiste

en la conveniencia" de establecer cronolog!as de areas, evitan·do as! la confusion que se produce con la identificacion de

similares etapas en diferentes tradiciones culturales.

8

Dijusioa )I Contactos Transpacificos

Frecuenternente, aparecen en la literatura arcueolc ,~!UP s . db" rqueo ogr ca, .. a y perlO os aJo una ffilsma d '. , .I ,n f d .. enorrunacion; ello in-r uoe a pro un os errores de mterpreta ..t I'. , .' " clan y muchas de las,1screpanclas que aun exist en entre destacados a 'I

~(' deben a la falta de definicion de las unidad . ileada ogos.. di Id II es ernp ea as pa-

HI, me rr e esarro o cultural (Rowe, [962 A7).

Tanto la clasificacion en etapas como en iodta . rt -;---.--- - _- -- ~,_R;trIO os presen-CIe . as :;ent~Jas y cresve~_as.~ los period~on mas

co~eTIlentes gara comparar »cualquier; tT~o d ,I "_-'tem l22,!jneas; su arbitra"riedad resloee--n 1 -; .el s.vt,u~\.on-h . I se eccion e he-r. _os ~~rtJcu ares, no necesariamente universale L Isificacion por ,$ta~ perrnite la o com . , sd'" a c a-. 'I .. ~ e culturassimi ares perteneClentes a cl.!_alquier per!odo d ',-Sarbltranedad resiQeen la ~. 1- e tJempo.. urados ",-"<;; e os ras,g.os conside-, como. caracterrsncos de aquella etap;;( (S d .

Pr ICe , Ig08' 10-17) , an e rs y

E l cambio no fue un fenorneno unifor

I. me. Ciertas regiones

rvo ucronaron mas rapidarnente que otras l' dIc c· d ' a zan os e como

J os mnova ores que luego difunden sus d bri1 , ' . , escu rrrruentos"lela otras zonas. Se les conoce como '. , areas nucleares en

0pnSlclon a la m,argtnalidad de aquellas qu ibi. N . e rect Ian susIreaciones. 4.deaniad y marainal idad .II fi d --. ~~------ ~ con el. l' lllPo. , rea Irman 0 el dinamisrno de las. c It .. E

rt ' I C ~ ~ ~ ,_u~!!!:as. n algunastlpas os lOCOS nucleares se u61caron en deter . d . "d ~~--- rmna os sines

p,lnt ser esplazados, posteriormente por los qu h bi1 I 1 , J , 1 ' .id . d . ' e a Ian per-

ICCI a margma ros, Tenierido en cue t ' .1 A . . . n a esta problemaricarl.. rnenca, sin embargo, pueden distinguirse dos d ',lIrilS nucleates que coinciden can 10 ,. . gran esJ I' . ... s UOICOS terrrrorios en

r 11m t. surgieron civilizaciones: Mesoamenca v 10 A d CIIilvs: e t b desarrol ,. s n es en·r " n re am as se esarrollo el Area Int di •d ' n ierrne la, centro{n eptor e elementos provenientes tanto dlrtrl ~ur. . e norte como

ramhios culturales rel1ejan al misrno ti, d ,'., '- ernpo, una adap-interna e la cllitura a nuevas condicio -.:.........---~ _ I nes () respuestas

uenc i as Erovementes del~El----r--' -~. .__, . pnmer caso cons-un a . n 1 ! ? UC!QJl rment ras que el se d

dlfuJi6n. Dix"'n ( 1 9 n . . 8) d i .. gun a se ideruifica" ~ isunguio difusiones p .' nmanas,

9

 

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OC E ANOA"TLANTIC( l )

, . ,

. .

" ' , /

Fig. 1 . Mapa que muestTa las areas exlremas de ia Amerio(l Nuclear: Meso-

amerwa y los Ander Centrales.

10

J' ;Btmda ( 1 g [ i 5 ) ; Heine-Geldern (Ir.hh)srutan las tendenci dit. " '.:1"". entre otros, repre-

, , laS tfustorustas que establecen una fuer1 ( ' r e la c io n entre e l surgimiento de I I · 1 ' . -C ' m s v cor . , as a tas cu turas amen-

y cont~ctos transpacifioos provenientes del Asi A

;,~; una sene de evidencias que sefialan semejanz:~ e ~ ~ ;dll~~~~i;ta;sg~s 1 c~lt.uraleb ~merica~os y las tradiciones hin-. '. . e, ~Jano rrente; sin embargo, no son conclu-

yen t es , ya que 51 medios ambientes .sernejantes presentan

dentro de un area cultural, y difusiones secundanas 0 entre

areas culturales,EI hecho de que tanto Mesoamerica cOJllOlos Andes Cen-

trales disfruten de una tradlcion cornun, demuestra la existen-

cia de constantes difusiones primarias dentro de sus respec-

I tivos lirnites,Mas complicadas de establecer son las difusiones sewn-

qarias. Aque l l a s similitudes entre dos dc'las principales cul-

turas fo rm ativas d e M ex ic o y Peru, OLMti-CA. Y CHAVfN, por

ejemplo, pueden ser 'au sa de una difusi6n secundaria que

~igu;io la rut a de los valles interiores centroamericanos, co-

\ombianos y ecuatorianos, 0, como sugiere Coe (196 3) , la

maritima a traves del oceano Pacifico.

Una Iuerte corr iente trata de demostrar que, en cierto mo-

do, la America Nuclear fue un a zona marginal, con r e spe c to

al desarrollo de las c ivillzac lc ne s d e l Viejo Mundo. E kho l m

(19 6 2 , 19 (4 ); Estrada y Evans (19ti3); Meggers, Evans y

b

fi,IJ1Jrilias rodadas un 0 de los I,h/lJJ ' ionislas: a) F:mlcia' b) Ch e emen!os principales utiltzados

IM~!!(/J;:o)(Ekholm, /964), mo, c) Pdnuco (MeXICO), y d) Tres

II

 

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I . ilares a sociedades localizadas muy alej ad as

probe.mas .ven el es acio, es posible esperar que sus respues-

en el tlemp.o t . t fenomeno de convergenclQ 0 muen-tas sean slmtlares, c aro , r umenta ue las semej anzas

cion: para/ela. Meggers (!97_J)' a. g " 'S~ang de China 0 elI lif ayas y las mscnpclOnes '

ent re os g 1 os m " . d . el usa de bastones como simbolc

alto valor aSlg~ado al J~a~des distancias para obtener objetos

de range; los .vlaJes .~ g adrones de asentamiento; Ia

de lujo; la dISpOslclOn_ de l~seJfasis en el culto al felino y laadoracion a las montat;as, e a cornunes a las civiliza-

practica de deformaclOn cranea; n sino' atribuirse a contac-

eiones olmecas y Shang, no pue e ,. las evidencias tam-

tos directos. No obstante, como reconoc.e, de' ahl que para.. d rueba de convergenClaS, 'bien pue en, ser p bl 0 es »presuponer que las

di]. . .stas el pro erna nlos neo .! w!Om., d as origenes independientes,

civilizaC10nes tuv.Leron.. o;ueoe~caso 0 no: (Meggers, 1975 :

debemos descubrir Sl e,se le ada de la mantenida par24), en una postu.ra ~eonca muy a J

los primeros difuSlOnlstas. . Is requiere,

L' robabilidad de contactos interconttne~ta e~ ~emas de otras explicaciones' vias utI!tzadas

r; frec~~n-

por 0 ". . lugar en que se e ectua an,cia de las relaciones: nempo y d enracion existente, son

etc., que a la luz de la escasa ocw_n aso si los hubo, nod·t '1 s de resolver. En cualquicr c, .'

rnuy urci e Ipreponderante en la genesIsejercieron, al .pareeer, un pape

de las civilizaclOnes amencanas.

El escenario geogrtifico

. comienzos fluctuan en-EI PleistoceTlo a Cuatemarw, cuyos . d I Ed d

o 000 aries se ha denomma 0 a . atre 3.000.000 y 1 · 7 5 . . '> han sido bien precisa-

de los HieIOSa'rtPeord;a~~n:~p~~~c~:nt ;~estre fue cubier ta pordas, gran P

glaciales.. d .1 f S r n e n e catalogadas co-Entre las posibles causas e ta enorr ., d 1 It). mente como astron6micas (originadas fuera .e P a~e a

mun , difundidas son aq uellas quesostlene~y terrest res, las m~s . . 'a solar' la interposi-

la existencia de vana:lOn.es de la er~r~L la Ti~rra 0 la for-·cion de una barfera cosmlca entre e 0 Y '. 'de unmacicn de areas frias y ciJidas como consecuenCla

12

descquilibrio en [a cantidad de calor absorbida por la super-

fide terrestre.

Aotualrnente se puede seguir el desplazarniento de los gla-

rialcs gracias a las huellas que dejaron impresas en la super-

Grit' del planeta. Como es natural, cad a nuevo avarice borro

Ins vestigios de los anteriores; sin embargo, los geologos han

logrado identificar ciertas areas marginales en donde se han

enccntrado sedimentos que no sufrieron alteraciones con

I;~~sucesivas fluctuaciones de los hielos. Entre estas, las mas

rla.ras se ubican en el norte de Europa y en el centro-este

tic los Estados Unidos de America. Alii se concentraron los

E. .~t udios que permitieron establecer la existericia de cuatro

periedos glaciales, tres interglaciales y los correspondientes

avances y retrocesos menores.

Nunca la superficie terrestre estuvo total mente cubierta

por los hielos. Debido ala acumulaci6n de una mayor cantidad

de calor, las latitudes medias se vieron libres de ellos, pero,

I'll forma contemporanea a los glaciales, fueron afectadas

POI' precipitaciones que dieron origen a periodos plutnales,

.1iI-rrnados por interpluviales. Cada avance glacial impulse,

hncia el centro del planeta, masas de aire frio, cargadas

cit' humedad, que al chocar con las rnasas calidas de las lati-

t u de s medias, desencadenaron las lluvias Al r n i s rno tiempo,

vieritos inusitadamenre fuertes arrastraron sedimentos

dr arena y tierra, aflorados desde el fonda del mar, y los

'tlepositaron en el interior, formando loess, material muy fe r t i l

fl,.;dcolamente, en ciertas regiones, y dunas en otras. Este

heche, unido a la disrninucion de las lluvias durante los retro-

' PA n s glaciales, fueron causantes de la mayo ria de laseuus aridas y desiertos que se encuentran en aquellas lati-

I\ldt'~. Era las regiones circundantes a los glaciales, por .el

rnntrario, se desarrollaron verdaderos cinturones de tun-

/1(1 y bosques de especies diversas, El mayor impacto de

lIu !(Iaciaciones en los organismos vivos parece haber sido

l i t ueoesaria migraci6n, mezcla y aislamiento de las especies

It ml'llida que se producian las fluctuaciones calidas y Frias.

uchas desaparecieron en tanto que otras experimentaron

mptJl't<lf'ltes . mutaciones. Asi, geologicarnente, se distin-

II existencia de faunas de clima frio y de climas calido.

rnarnuts, renos, zorros polares, alces,

 

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etc., pertenecen a la primera, las segundas estan representa-

das por leones, rinocerontes, hipopOtamos, hienas, etc. AI-

gunas especies como el buey almizelero, el zorro y, probable-

mente, el caballo, parecen haber emigradc junto al medic

geogrifico, razon por la eual sus restos se hallan a bas-

tante distancia de 10 que ha sido eonsiderado como el habi-

tat natural.La amplia djstribuci6n de algunas especies vegetales no

puede explicarse sin el fenomeno de las glaciaciones e, inclu-so, el estudio del polen, hoy dia, es uno de los Indices mas

precisos para medir las variaciones clirnaticas. Bosques de

abeto rojo y abedules poblaron las zonas de dimas Irios y hu-

medos; roble y abeto americano las de c1ima calido y humedo,

rnienrras que en los calidos y secos se desarrollo eI pino.Mamut, mastodonte, tigres dientes de sable, oso, bisonte ,

camellos, perezoso gigante, caballo, tapir y otras especiesmenores como tortuga, cerdo y perro, constituyeron la fau-

na de Norteamerica (Stokes, [966). Sudamerica .fue habi-

tad a p.or milodontes, glyptodontes, perezosos, guanacos, etc.En general, es po sible establecer una gran semejanza en-

tre la flora y fauna americana con la del resto del mundo. La

migraci6n de uno a otro continence ha sido sefialada como

la resultante de una difusi6n de vegetales y microorganis-

mos que, adaptados a dimas Irios, viaj aron a la deriva en los

ternpanos desprendidos de las gran des rnasas de hielo. Sin

embargo, la presencia de una fauna mayor requiere otra expli-cacion. Ella no puede ser sino la union terrestre entre los

continentcs. La existencia d e un puente, como verernos

mas adelante, entre Asia y America es indiscutible, y , desdemuy temprano, debi6 ser utilizado POf los ani males. Solo en

el Pleistoceno se ha eontabilizado un intercambio de 54

especies entre ambos continentes, 4 8 son de clara proceden-

cia asiatica y e 1 resto constituye el aperte americano a la

fauna oriental (Repenning, 1 9 67 ),

I De las cuatro glaciaciones interesa particularmente la ulti-

I, rna por ser el escenario en que se desenvolvio el Homo sa-

piens, el »conquistador( de las tierras americanas Llamada

W urn en el Viejo Mundo y Wisconsin en America, sufri6 una

.serie de fluctuaciones marcadas por peri6dicas regresiones

y transgresiones.

1 4

.EJ ultimo avance de los hielos V ld ,.WIsconsin, y, por ende al PI. ' a ers_, puso termmo almado Holoceno 0 Period'0 R ~Istoceno, dejando paso al lia-

o . eciente que para hos Itigadores, no es mas que un interglacial.' rnuc 0S mves-

EI Holocene fue denominado Neoterm ,estableciendo eiertas fluet .. I' a .. por Antevs ([952),

. . . uaoones c [mati cas bmodificaciones experiment d .. ,en ase a lasla temperatura y la humed:/SAP,ord.do~ elementos del clima:

. SI, istmgue Ires fa . I .meta Anaterm I bi d . . ses. a pri-

, . a , u rca a entre 8 000 Y 5 Cteriza por Frias temper t . .000 a. ., se carac-Altitermal (5.000-2.500 aauCra)sY ,gran'l~umedad. Le sigue e l. . . mas ca ido y se

r runa r con e l Medztermal 0 I· I co, para te r-c Ima actua .

La contribucion de At·la identificacion de los se~i::n~~s espeClal~ente valiosa paratadas por los glaciales. en aq ue as zonas no afec-

.. ,EI esce~a.rio que encontro el hombre durante su enetrC lan a Amenca no fu e , pues esta t ico El d. . p. a-li I ,. mamismo que se In-

~ere por as constantes variaciones elimaticas constit '

~I~ .embargo, e1 indispensable »desafio« que impulsouy~,Illsqueda de respuestas adecuad. . acultural. as y , con ello, la evoluci6n

En/ran los acto res

Ll hombre no es originario d A· ,. L

PC l J 6 00 • d . e merica. os testimonios antro-gIcos in ican que los » . .

IIMI a I . d H primeros americanos: pert ene-a raza e omo sapiens cuya· .. ,

Mundo se estima en alrededor de So 000 ~panCl~n en el Viejo

(' " . anos atras.

I' .•uando llego?, ·que ruta . tili ';> .' .

~~~~~a! : io~~tit~ye~ ·l~s i~ter:o~~~~~~ ~cuutpf:!te:u e~a~~~~po armento amencano Desde la ' d I

4!liN t id ore s se han elaborado la·s' ep~ca e os con-t 1 mas extranas y e oti

t IIM~ara resolverlas, Actualmente gracias a las ~~casIt It{,11Icasde dataci6n y al avancede los est d. . e~-I UN Y ant I'· h .u 1O~ arqueo-

. . ropo _ogICOS, a sido posible reconstruir, en for-bllfll.lllte aproximada la historia de este a ..mll"lt1:g ( , . contecirrncnto

., ran es no pudieron entrar y ocupar el N M·" " ' _ ' 8 u ll'('has teri I uevo un-.. _alii eriores a as asignadas para la aparicion del

\(I"/JlerlS; con esta p~misa coneuerdan los restos de(Texas) que, ubicados hacia 38,"0000 afios atras

I

 

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Fig. 3. Puntas Folsom

/968)

con $" camcterist ica acanuiadura (jennings,

Fig. 4. Puntas lipo Clovis.(,jermings, 1968).

IE

constituye la mas temprana evidencia humana en Arne-rica.

Lewisville y la mayoria de los sitios con una antigiiedad se-

mejante eomparten una caracteristica sobresaliente: care-

cen de puntas de proyectil. Krieger (1964) sostiene que ellos

represent an la primera etapa dentro de la evolucion cultural

que hernos resefiado, proponiendo llamarla periodo sin

puntas de proyectil. Su existencia, aunq ue avalada por mul-

l tiples restos, ha despertado grandes resistencias. S,e arguyeque las mas de las veces se trata de hallazgo~ fjltt'uitos que

no reunen las condiciones, consideradas como'1rqueologica-

mente perfect7spara establecer claras asociaciones con los

estratos geoJPglcos a que se atribuyen; que algunas »herra-

mientas: 1for su tosquedad dificilmente pudieron ser tales;

o que no es posible en tender como una cultura supuestarnente

de cazadores ignor6 el principio de las puntas de proyectiL

Krieger responde que debieron ser inca paces de trabajar y

adelgazar los nucleos para Hproducir 10 que podria llamarse

punta de proyectil« . Bryan (1969) ofrece otra posibilidadlas puntas de proyectil se fabricaron en madera 0 hueso, ma-

teriales que, por ser perecibles, se encuentran ahora desapa-recidos.

No obstante las crlticas, 10 concreto es que existen instru-

mentos atribuibles al hombre, asociados con una fauna extin-

guida en fechas anteriores a las que, general mente, se asig-nan a la invasion de America.

Las prirneras puntas de proyectil aparecen alrededor de10.000 a.C, (Haynes, 1964) . Se trata de las denorninadas San-

dIa que fueron reemplazadas por un gran horizonte de pun-tas acannladas, cuya caracteristica esencial es una curiosa

rnuesca que abarca, desde la base, mas 0 menos las do s

terceras partes de la pieza. Se distinguen dos tipos de acuerdo

it! sitio en que fueron identificadas por vez primera: Clovis

(IO·OOO-9·000a.C.) y~olson (8.000- : . . o . o o . . a . . .GJ.. "":- - - - ,las puntas Clotns se re acionan los resto s del Hombre de

M ames que, can una edad fluctuante entre 10.800 Y 13.000

I I I ' 1 I 1 S atras, constituyeri el mas antiguo testimnnio de »nues-IItl~ primirivos antepasados« (Haynes, (969).

Basados en tales testimonios arqueologicos, los investi-~I!rlnt'e~ se han agrupado en dos tendencias con respeeto al

., ,~

1 7. ..'

 

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~miento arnericano: si se acepta como valido el periodo

sin puntas de proyectil, la invasion debi6 producirse entre

4 :0.000 y~o a:008 arras; si, por el c on t ra r i o , se cons ide-

2iaTaSpuntas de proyectil como la ev ldene ia definitiva, ella

debio realizarse entre 1.,5.000 y 12.000 an os awis. -

~eo16gicamente se ha comprobaclo que Asia y America

estuvieron un ida s , en ciertas e p o o as, a traves d e un puente

terrestre denominado Beringia, cuya formaci6n parece re-

montarse al Terciario (Hopkins, 1967). L a _presenciA...Qe dichopaso Sf: ~QuctuaciQnes S U !e e n ernivel del mar oca-

sionaroru.Ios. ~ns.es_L.E!Locesosglaciares. Teenicamente

se les conoce can el nombre de regreslOnes (baja el nivel de las

aguas) y transgresiones (aumenta el nivel). Par las caracte-

risticas peculiares de la plataforma continental a la altura

del E stre ch o d e B erin g, una regresion de tan solo 46 metros

dej aria al descubierto un angosto puente entre Chukotka

(Asia) y Alaska a traves de las islas San Lorenzo (Hopkins,

1967); una regresi6n de 100 metros expondria a la sriperficie

practicarnente la total idad del fonda marino correspondientea los mares de Bering y de Chukchi (Creager y Me Manus,

19 67) uniendose, de esa rnanera, ambos continentes. Tal

fue la ruta que necesariamente debieron utilizar vegetale8,

ani males y hombres para su paso desde el Viejo a1 Nuevo

Manda.

Aunque Asia y America constituyeron un todo varias ve-

ces durante el transcurso de los glaciales, s610 nos in teres an

las fluctuaciones ocurridas en el ultimo de elias, el Winsconsin,

dividido en tres estadies: \~~nmrano, medio y tardio.---------

. E I ultimo glacial americana fue testigo de d o s grandes re -, gresiones·. la p r ime ra durante el Wisconsin temprano cuan-

do el n ive l baj6 a - J 15 m ts y la segunda e o el Wisconsin

tardio (- 120 mts.), En el Wisconsin medio, una serie de osci-

laciones calidas aumentc el nivel de las aguas cubriendose

gran parte del puente terrestre. De acuerdo con 10 anterior,

5610 en dos eportunidades se conto con las condiciones

apropiadas para la f)invasion« d e f\.merip.a: eD.1re..~- Y

1 S U L oo aries arras lvv;nconsin ti.:mpr~ y entre 28.000 y

l~ afios arras (Wisconsin t a rd i o ) (Muller Beck, 1967). $,

La premisa fundamental en el proceso de invasi6n y expan-

sion por el Nuevo Mundo se refiere al heche de que el hombre,

1 8 19

Fig. 5. Extension alcanzada por Berin ia elglacial (Adaptado de Haag, 1962) . g,. puente terrestre, en el ultimo

adernas de contar con eI 01 tbabilidad d . .....uen e terrestre, debio tener la pro-

de avanzar haCia el interior. Bayrock (196 ) hemostrado que la unica rut a posible f d 5 a_. I " r . : . ____.1!f. un carre or que comurucase A aska con el centro de-N t , . ._ -

.. . --... _,~or eamerrca. ~

dt's~:b:~~:c ~na dOnj~~cion de los glaciales que descendian. . U 0 ana iense y desde las Montaiias Rocallo-

ilitS, dicho corredor permaneci6 cerrado entre los a-

: ' ~ . o o : ' y 1 3 -000, impidiendo el traslado del hombre h . . elInterior a . . aCla e

, . unque , par esa misma epoca, e I puente entre Asia

V Al11enca alcanzaba su mayor extension.

r ,os estudios geologicos - Isena an que solo en tres oportu-

 

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/,nidades ~incidie:on ~a fo.rmacion del pue~te terrestre y e l

\ l ibre correi' :l '5r haCla e l mtenor. Durante el ~~o

(50.000-40.000 anos a t r l i . ' S ' ) y dos veces durante el vv iscon-

sinIafa"io:--antcs del cierre del corredor ('28.000 Y 25.000

afios atr as) 0 con posterioridad a e l (13.000 y 10,000 afios

atr as).

~ A partir de los antecedcnt~s arq~eol6gieos y ge?16gicos ya

senalados, Muller Beck ( 19 0b, Ig b7 ); Bryan (Igbg) y Mac

Neish (1971) han intentado responder las interrogantes que

I plantea el problema del origen del hombre americano.

Para Muller Beck la soluci6n debe buscarse en la £m~

r,!ci6n tipologica entre las industrias del Vie}o y Nuevo undo,

Sostiene que, contemporaneamepte al Wisconsin temprano,

apareci6 en Europa CentraL-i,m/industria derivada de las mas

tempranas tradiciones de Waees (instrumentos trabajados

en ambas caras), cuyas formas caracteristicas incluian ha-

chas de mano, cuchillos, raspadores y gruesas puntas. Pos-

teriorrnente se expandio hacia el Oriente, donde sufri6 algu-na s alteraciones, conservancio, siernpre, el trabajo bifacial.

Las denomina musteroides, debido a que poseen grandes

semejanzas con las industrias Musterienses de Europa Cen-

tral. Hacia el 27,000 fueron reemplazadas por industrias que

poseian un gran porcentaje de instrurnentos de laminas y

dos tipo s de puntas de proyectil: liticas, »en form,a de hoja, rete-

cadas total 0 parcialmen:te en a7;60s ladost ([96b) y de hueso,

\ mas pequenas, con la base hendida. Las llama auriiiacoides

por considerarlas una derivacion de la tradici6n Auri~~ac

europeas. Definidas asi, las tradiciones musteroides y aunna-

Icoides, Muller Beck llega a la conclus~6n ?e que, en .America,

las primeras se asocian con el material litico conoeido como

Complejo El Llano y las segundas como el Complejo El Plano,

ubicados, respectivarncntc, entre el 9·)00 y 7,000 a.C. y

7,000 a 6.500 a.C. COil dichas evidencias a~e?ura que hubo ~?a

primera migraci6n de cazadores paleoliticos con tradicion

musteriense hacia fines del Wisconsin medio (27,000 aries

atr as), ellas constituyeron la base de las industria:s 'que carac-

terizan el Complejo El Llano, Cuando e l corredor fue rea bier-

to, penetraron las influencias aurinacoides, presentes, desde

largo tiernpo en Siberia, que originaron las industrias ti-

picas del Complejo El Plano,

'20 21

Bryan (1969), utilizando los mismos datos insiste en que el

poblan~.Iento de America se produjo cuando aun en Europa no

aparecian las puntas de proyectil (35.000 an os atras) y

que cuando comenzaban a expandirse las tecnicas bifaciales

musterrenses, hace un os 25,000 afios, el corredor terrestre

esraba obstruido por los hielos. Agrega que existio la posibili-

dad d~ que, adernas de las hachas de rnano, eI bagaje cultural

de los mvasores incluyera puntas de madera 0 de hueso.

E~ ~mhic,a ,los diversos medios g~raficos propiciaron

~o,s tecmca~stJ,n~as para la, c?iii'ecei6n de puntas de proyec-

t.~l. enTOSnanos andos se ut i lizo 1a..8iedra y en las selvas troEi-

cales madenr-y-hueso contmuaron siendo las materias primor-

dlales. Estos necllOs. Ie permiten afirmar . 1 . d." que as puntas eproyectil, en especial las acanaladas fueron inve "• . ' v nelon ame-rrrana; cuando el corredor fue abierto se difundieron haeia

cl norte, 10 gue explicaria e l por que solo aparecen en Alas.ka hacia el 4.000 a.C.

Mae Ne~sh (1971), basandose principalrnente en sus recien-

tes excavaciones de Ayaeueho (Peru) tarnbien s"' .', ,.. e muestra par-udario del honzonte Sin puntas de proyecti! al c al d ./' d " d ' ' u enomIna~fl· !ClOn e. mstrumentos de nucleo, afirmando que es POSI-

1 1 , 1 , que se d e r i v e )Jde las tradieiones chopper y chopping-toolrlt'l A· ' .. d. ,- SIa, cuy~ antlgue ad sobrepasa con creces los 50,000

anos« (1971 :46), SI ello es cierto, entonces tendriamos que

i'UIII'lulf que su presencia pudo deberse a una ternprana inva-

~l!l11 dur~nte la prirnera regresion del Wisconsin, La ubica en

~orl.camenca hace unos 40000 arios y en la America del

"1111entre ,25.000 YI5-0oo afios at ras. Distingue una segun-

d o l ,Ir~dlcwn de z~strumentos de lascas y hueso s cuya carac-

:,rllsuca pr~mordlal es la existenci~ de puntas de proyeeti III < 'SOs materiales y que, cronologicamente, se desarrollo

rUIn' 15,000 a 13,000 0,12,000 afios atras en forma coin-

11IIrlliC con la segunda apertura del corredor. Esta tambien

pwlll . ser de ongen asiat ico y quizas se asocie al Ilcomple' 0

huuingkuo del norte de China atribuido entre 40,00'0 J

hi t nOli an?s at ras« (Ibid), Asiatica es tarnbien la t r a r - t f -'lill ,f,. laminas, bunter y puntas [aluiceas'(: 3,ooo-r 2,000 u

I I tltlO I().o~o aries arras) que considera derivadas de

1<1 mdust ri as Malt:a y Buret del Iago Baikal en la region

III Ir'tll ...l de Siberia cuya antiguedad fI t', . ue ua entre 15.000 a

.

,

 

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13.000 afios atras« ilbid), es decir, conternporanea s

ala segunda apertura del corredor

Con Bryan cornparte la opinion de que el hor izonte de pun-

tas acanaladas que el incluye en la tradicion de puntas bifaces

especializadas, fueron creaci6n americana. Sostiene que las

industr ias de este tipo »conforman una sola rradicion que en

su mayor parte representan desarrollos locales del Nuevo M un-

do par 10 que seria OCi050 tratar de buscar sus antecedentes an-

cestrales mas alla del Estrecho de Bering« (Ibid.).Las interpretadones anteriores concuerdan, pues, en que el

poblamiento de America se efectuo en fechas mas tempranas

que las tradicionalmente asignadas, y establecen una estrecha

correlaci6n entre la presencia del puente asiatico-americano,

Beringia, y el corredor libre hacia el interior del continente.

Como ello solo se produjo en dos oportunidades, arnbas fueron

aprovechadas, trayendo las nuevas oleadas de emigrantes, ele-

mentos cuya difusion contribuy6 al desarrollo cultural ame-

ricano. Durante elperiodo en que perrnanecio obstruido el

paso hacia el interior, Beringia alcanzaba su maxima exten-

sion, y en las zonas costeras se instalaron cazadores que Lau-

ghlin (1907) considera los antecesores de esquirnales y aleu-

tianos.

'iGran parte de la primitiva poblaci6n americana debi6 pro-

venir del Asia; los restos fisicos, sin embargo, han demostrado

que ella no fue homogenea. Imbelloni (1958), en base a medi-

ciones de est atura, indices cefalicos, capacidad craneana,

nasal, facial superior, ancho de los huesos, color de la piel y

cabello, etc., ha distinguido once tipos 0 variedades que atri-

I buye a migraciones desde varios puntos en diversas epocas

"fPaYi-Rivet (1960) aport6 pruebas ·antropC!lg~.

as y lingUisticas, apoyando la presencia de g~ australia-

'flos y meianeslcos en America del Sur. La migracI~ra-

hana, como sugiere Mendes Correa (1925), sigui6 la ruta de

la Antartica, mientras que los polinesicos-melanesicos

utilizaron la via transpacifica.

Los antrop6logos nortearnericanos no comparten dichos

puntos de vista, ya que consideran poco claras las evidencias a

»p ruebas«( en que se basan, Birdsell ('95 I), en un estudio

comparative de los esqueletos ha demostrado que los mas

antiguos son, tambien, rnenos mongoJoides que los mas re-

cientes. 'Presume que los primeros pobladores habrian pe.-

'22

teneeido a la raza de los ))am.utians((, variante de Ia mon-

g6lica. . Las siguientes ~asiones estuvieron constituidas

par mongoloides puros, representados, actualmente, par

los ~uiffiaTef.r;1 aislamiento, a que oblig6 el cierre del co-

rredor interior, provoco mutaciones entre los amurians co-

mo consecuencia .de la adaptacion a medios fisicos diversos;

las diferenciaciones se acentuaron aim mas cuando se pra-

d4io, una vez reabierto el corredor, la mezcla entre arnurians y

mongolojdes, resultando asi 10 que. el denomlna ~oloi-

des hidridos», ejemplarizados en los va rios ti pos humanos

prehispanicos. Con respecto a la estatura, Newman (1 962 )

sostiene que es una regia general, en las especies anirnales,

el que aumenten de tamaiio en las regiones frias y disminu-

yan en las calidas, De ella parece no haber escapade' el hom-

bre, como atestiguan las rnediciones efectuadas por el mis-

rno Newman en modernas poblaciones indigenas.

Si aceptamos que las variedades fisicas de la America Pre-

colombina 'resultaron de mutaciones adaptativas a los diversos

medios a:mbientes, tendremos que concluir que las migracio-nes no debierort provenir de multiples focus. Tarnbien los anali-

Ill~ sanguineos abogan por una relativa homogeneidad de la

!'117,aamericana. En efecto, estudios recientes muestran que los

nlUngoloides asiaticos tienen una proporcion que varia en-

H'! ' 20 Y 4 0 ' 7 0 de sangre tipo B; en la americana, en cambio, exis-

I.t' un 850/11de tipo 0 y no se encuentra el tipo B. La gran distri-

huci6n de este ultimo en Africa y Eurasia indicaria, al

nusmo tiempo, que la dispersion del tipo B se produjo con

l'4lsteriorid,ad a la invasion de America (Wolf, 1959), Y

qut" no hubo migraciones despues de ella.Fue, entonces, ~iento en que quedo sJ;!.iJJida._t.mhi-

til ruando los hielos or struyeron la libre comunicaci6n entre

Al. lSkay el interior del continente, la principal causa de las

rnuraciones y diferenciaciones fisicas, ~ sido

i'llIIflli'rolnente co;;p?-ol5ado en dOi'especies de una misma fa-

" 1 I t l i . 1 animal: el bisonte. La siberiana (Bison pnscus crassi-

!II11m) y la americana (Bison bison occidentalis), presentan

vilJ'llIriones que no pueden sino atribuirse a una larga sepa-

IIIf lI'm. E I bisonte asiatico penetro hace unos 8.500 aries

filing (6500 a.C.), es decir, inmediatamente despues de1 1 ' I flpl'rtura del corredor (Bryan, 1999).

 

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jEn sintesis, las evidencias- serbian que el hombre llego

ardiamente al Nuevo Mundo y que, en forma esencial, utili-

zo la ruta terrestre del ~trecho -ie Bering. Sin descartar la

posibilidad de migfaClones en peq uenas oleadas, al parecer

as dos mas importantes coincidieron con el surgimiento de

Beringia y la presencia del corredor interior. Ello ocurrio mas

o menos, 40.000 aiios atras y 13.000 arios arras. Pudieron

producirse migraciones desde otros centros, pero ellas no

afectaron, mayormente, la configuracion fisica de los pri-

meros americanos. 4)"t. _ _

La etapa litica

Desde el instante en que comenzo la invasion de America, has-

ta una fecha cercana al 7.oqo a.C., el desarrollo evolutivo de

la cultura experimenro escasas modificaciones. Ceologicamen-

te coincidi6 con el ultimo glacial, el Wisconsin, y sus respecti-vas fluctuaciones, por 10 que constituyo el periodo en que

el hombre debi6 responder a los retos emanados de un me-

dio ambiente que oscilaba entre 10frio y 10calido.

Limitado en el tiempo, el periodo encierra, tam bien, un pro-

ceso de adaptaciones y readaptaciones que conforman la Qri-

mera etapa cultural americana. De acuerdo con sus._9lr'lill.-

I risticas baSicas ha~do de~~inada Utica (Willey y Phillips,

1959):Pale;Zndio (Krieger, 1964)~-Ca~a?o1E._.de C:~aT"J.fk.s

J:.zes.as (Aveleyra, 19b7), segun se acentuen las actl~k.Stecnicas 0 la economia de subsistencia.

Esta etapa estuvo marcada por un prolundo c,!:mbio .en la

conducta de los inmigrantes COF] respecto a sus Fuentes ahmen-

ticias. Arqueologicarnenre se ha comprobado que aquella

escena, en donde los primeros americanos aparecen luchando

contra grandes presas, esta rnuy distante de la realidad.

Enfrentados a una flora y f una diferentes a la de los me-

dias ambientes polares, debieron experirnentar a 10 largo

de afios, y aprender los habitos de las especies, antes de

poder explotar los nichos mas productivos. En este procesode adaptacion a un medio desconocido, las orillas de lagos,

..,

rios 0 las margenes rnaritimas fueron los sinos preferi-

des por su abundancia relativa de recursos. Peces, maris-

cos _Arboles y ~nimales constitu~a~_~ alim~riio recolectadoy, asentados en regiones menos inhospitas que las tundras

de Siberia a Alaska, lentamente aumentaron en nurnero.

Martin (1973:970), calcula que una vez Ilegados al centro

de Norteamerica, ~ a un ritmo del 3,4% anual.

Ello contribuyq p - derosam.ellte., segun afirma, a la extin-

don _g~.-l?~megafauna .pleistocenrcg y a 'su expansion por1 '1 corrtinentee"

Debido a la regresi6n en el nivel de los oceanos, las terrazas

costeras fueron mas amplias que las actuales y sirvieron de

ruta natural a las avanzadas hacia el sur. Ella es esencial-

mente importante para explicar la travesia del itsmo de Pana-

ma, barrera hasta hoy infranqueable para el trafico hurnano.

La ausencia 0 ~6a de PlJnt':l~ de _pro}'ectil divide alLitico en dos subet _s que, en el fondo, confirrnan las discre-

pancias entre los investigadores respecto almomenta en quese llev6 a efecto el primer poblamiento americana. Krieger

(1964) sostiene la existencia de un horizonte sin puntas de pro-

yecril, sus detractores argumentan, por otro lado, que las asocia-ciones artefactos-animales extinguidos,. no son. validas,

pnr provenir de hallazgos casuales, carecer de estratigrafias,.isemejarse mas a geofactos que a instrumentos, etc. No obstan-

te, numerosos sirios atestiguan su existencia; se tra~est~

tic hachas de f l 1P..nQ~O .Ia~Radores, muy toscos:trabajados bi-

I,wialmente, que se encuentran en niveles considerablemen-

LI' tcmpranos. En Norteamerica, a Lewisville (Texas) se le

'I~i~na una edad de 3H.ooo anos y al igual que Tule Springs

t Nevada), ubicado entre 28.000 y 23.000 afios, presentauuu asociacion de instrumentos humanos con fauna extinta:

!uliallc, camello, pecari, tortuga, mamut, etc. Mas interesan-

It' son las secuencias de la isla Santa Rosa (California), quervldencian las variaciones en la fauna y la cultura a 10 largo de

un periodo de casi 20.000 arios (29500 a 10000 a.C.). LaIIH~'Iprctaci6n mas atrayente con respec;to a la problematica

pluntr-ada par esta subetapa nos la proporciona,~yan\(1g69).

,O~rll'T1e que el hombre traj_o a Ameri(;a un bagaje cuJ-

t 111.11 l 'omparable '"irde las industrii3Lmusterienses de Europa(.rlltl,II, que carecian d~ puntas bifaeiales aunque emplea-

:

I

t

. "

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ban aquella tecnica en la confeccion de otras herrarnientas.

El cierre del corredor entre Alaska y eJ interior impidio que

grupos mas modern os de ernigrantes introdujeran dicha in-

novaci6n en el Nuevo Mundo. Sin embargo, como aqui las

puntas aparecieron antes que se reabriera eJ corredor, COI1-

cluyen que deben ser una~ americana, 10que expli-carla el porq ue de las llamadas puntas acanaladas que no

tienen semejantes en el Viejo Mund;--

\~ En Norteamerica las puntas de proyect.l constituyen. . ! 1 1 : f i _'"' /'.:_ulturas: El Llano, Folsom y El Plano, englobadas bajo una

tradicion c o r nu n , denominada Cazadores de Grandes Presas

(Willey, '967;Jepnin~968). - --~-

L;'ls culturas(!2lLJ'!.ng)se identifican por la presencia de las

~L.1ipo CloVIS. Son de forma lanceolada y alcanzan un

tam~ii2.s!!tIe 7 y 12 c:.ms~La base es concava; desde ella parteuna acanaladura central que abarca entre un cuarto y la mi-

tad de la pieza . Sabre este rasgo se ha especulado mucho. Pro-

bablemente sirvio para asegurar~jor el enmangamiento de

la punta a su asta. Todas las(Plovi$~estan asociadas can espe·cks_animales extinguidas: cabana, tapir, perezoso, mamut, bi-

sonte, etc. Fechas de CH provenientes de Estados Unidos ,

ubican sus inicios hacia eI 9 500 a.C. Par esa misrna epoca el

mamut estaba siendo desplazado por el bisonte, 1(')que se-

ftala ciertos cambios elimaticos (Haynes, Ig(4).

~'~,1.~;;""";;'--"" : ' : ! k ', ~t~." .' - ';'.~~,cIj,-

i i -~':,f' .,' '~r ~~ "

Fig. 6. Sistema de caza utilisado por los cazadores Folsom, segtin un display

del Museo del Parque Nacional de Mesa Verde.

Con la~tin.ci6l_!_i1efinitiva de lo~ mamu s empieza, hacia

el 7.000 a.C., el~sarrollo de las_punt~s Folj_o ,mas pequefiasy menos lanceoladas que las Clovis, pero mas finamente traba-

jadas, E~alamiento central cubre casi tada la pieza. Las

cuhuraS'001so~como evidencia el sitio ho r n o n imo de Nueva

Mexico, nabrian perfeccionado los sistemas de caceria. AI

parecer, la tecniea mas comun era sorprender a los animales

en terrenos de paca consistencia que dificultaban sus movi-

mien~. Tambien se le s g~a hacia gargantas secas, donde

pereclan de sed a del efeeto de las heridas. Ambas f o r rna s su-gieren un incremento en las bandas de cazadores, ya que rep

quieren de mas esfuerzos que el simple sistema de seguir los

rastrQ.§Jie_sangre, utilizado por lo~ cazadores Clovis.

~ l~~Ls~m)cesaron de Iabricarse unos 8.500 aiios arras

(6.500 a.C.))~duso con e~las termin6 la tecnica de las puntas

~JIDalada.s.; ejernplares sin esa caracter-istica y contemgQfa·neas a las Folsom son las llamadas Puntas Midlar;;]. -Una interrogante especial plantean las puntas Sandt;: En

l~ cueva Sandia (Nuevo Mexico) se encontraron,' estratigra-

ficarnente, ubicadas en niveles mas bajos que los correspon-(ih~ntes a las Folsom,. I? .que significaria tarnbien mayor anti-guedad. Se las ha dividido en dos tipos: Sandia I y Sandia

em. ... __ -=:t-=::::::::. ....

o 5

Fig. 7. Punta tipo Sandia II tizquierda} comparada con Solutrenses (MacGowan, 1962).

 

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II; las primeras se asemeJan bast ante a las musterienses de

Europa Central (Mac Gowan, [962) mientras que las

segundas presentan, en la base, una ligera muesca que se ha

considerado como e l embri6n de las puntas acanaladas, Ciertos

investigadores se inclinan a pensar que elias se derivaron de

una emigraci6n con tradicion rnusteriense que penetro al

centro de Norteamerica apenas se reabri6 e l corredor , alrede-

dor del .I 0.000 a.C, Su posicion en la cueva Sandia s610 indi-

ca que pod r i a n ser an re rio re s a las Folsom, pe rc no, ne c e sa -

ria mente, anteriores a las Clovis. No obstantecJ_~~_:~Endgh

hasta e l momento, '!earecen como las unic~ntas no acana-

~~!.emP.r~na.s ql.!e aquellas.

Fig. 8. Puntas pertenectentes al complejo EI Plano (jennmgs, 7968).

otifl.~cion de las Clovis Y.Folsom, s.edesarrollo la ca.iur Plar:.:J.'con una gran variedad de puntas que reciben

P I n 'l're-del lugar en que se identifiearon por primera vez:

Portales. Angostura, Browns, Valley, Cascade, Plaruneui,

r

Scottsbluff, Eden, etc .. Ubicadas cronol6gicamente a. partir

dol 7.oooa.C., se asocian con una fauna moderna: bisonte ,

n nt llo pe , ro ed ore s, e tc ., que correspond en a climas postgla-

riales. Junto can elIas se han hallado morteros y manos de

mole r , 1 0 .q ue d e r n o st ra ria una mayor c!!:;pendencia de los ali-

mcntos vege.t&r:.s.

En sintesis, las evidencias culturales en Norteamerica se

fi.alan que una presencia, bastante temprana, del hombre, po-

drla comprobarse a traves del horizonte sin puntas de pro-

yect i l . Estas s610 aparecen hacia el 10.000 a.C. M Liller Beck

la s considera como el produ~nvasiones que apro-

vecharon la reapertura del corredor terrestre, Bryan, en

carnbio, piensa que ellos fueron una invencion netamente ame-

ricana; su mejor eviden.c~ constituyen las puntas acanala-

das, pero las pun~a.s(§',an~podrian ser e l nexo de union entrelas tradiciones htiCa-s--mustenenses 0 solutrenses europeas

(Mac Gowan;-tgb2;J:enrilngs, Ig6 '8) y las Clovis 0 Folsom.

Par otra parte, las diferencias recnicas parecen haberse de-

bido a un especial acondicionamiento para la caza de una fauna

~ie.mpre caml-'ante a consecuencia de las transformaciones

c l imaticas. vtAj-eVJAI/I/1 C . {fL1-7? - 141"....."e n Mexi '0, el horizonte sin puntas de proyecril esta re-

presentado en los SIUOS de Valsequillo (C14 21.1:150 ±850) y

Tlapacoya (C14 23.190 ± 950), asociados ambos con una

rauna extinta (Haynes, 1964 ) . Las puntas Cloms tienen susrepresentantes en Rancho WIcker (Durango); San Joaquin

(Baja California) y Punta Blanca (Sonora) (Aveleyra, 1967);

las Folsom en e l s it io La Mota (Chihuahua) y en Tequixquiac

(Aveleyra, 19(7) Desgraciadamente, ninguno de los rest as

anreriores posee dataciones precisas; sin embargo, corrobo-

ran, en cierta medida, la ubicacion del Hombr-e de Tepexpan,e m estratos pertenecientes al Becerra Superior del Valle de

Mexico (11.000 a 9.000 aries atras), EI mamut de Santa Isa-

bel de iztapan, asociado can puntas tipo Scottsbluff, ha sido

ubicado par C14 cerca de los q.ooo a.C., mientras q"lie el Se-gundo Mamut,' proveniente del rrusrno sitio, fechado

29

 

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Fig. 9. Cabeza de animal

tal/ada en el sacra de un

camelido. Tequixquiac,

Mexico (Mac Gowan, 79(2)

alr~dedor de l 7.000 a.C., presentaba, entre sus huesos, una pun-

ta tipo Angostura y otra Lerma (Aveleyra, 1967). ,

----j>Mas import antes son los hallazgos de Mac Neish ([964 'a

y b) en Tamaulipas (NE de Mexico) y Tehuacan (Puebla)

Alii, en zonas bast ante aridas, se han preservado elementos

que perrniten reconstruir pricti91mite toda la secuencia de

la evoluci6n cultural mexicana.v' /

La regi6n de Tamaulipas fue excavada en dos zonas; el Ca-

r'i@nlnfiemillo al norte de Ocampo en la Sierra Madre, y la

Sierra de Tamaulipas, propiamente tal. Las primeras fases

de la secuencia, Diablo y Lerma en la Sierra de Tamaulipas e

Infiemillo en la Sierra Madre, abarcan mas de 5.000 ados

de desarrollo cultural. Diablo pertenece a un periodo hu-

medo que finaliz6alrededor del [0.000 a.C. Sus instru-

mentes son t08COS y podrian ubicarse entre los propios del ho-

rizonte sin puntas de proyeetil. Lerma se caracteriza por la

punta que lIeva el misrno nombre; tiene forma de laurel y est a

trabajada bifacialmente. Se Ie encontr6 tambien junto al Segun-

do Mamut de Santa Isabel de Iztapdn. Mac Neish estima

que esta Iase cornenzo cerca del [2.000 a.C. y finaliz6 el

6.8QO a.C., (1958), epoca en que se inicio la fase lnfier-

nillo en la Sierra Madre, cuyo desarrollo ha sido fijado entre

9.000 y 7.500 ados arras.

En el valle de Tehuacan, la fase Ajuereado (10.000 y

7200 a.C., esta, tambien, relacionada con la mas antiguasculturas del continente (Mac Neish, 1964).

30

Gran cantidad de sitios, sin puntas de proyectil, se distri-

buyen a 10 largo de Sudamerica, sus edades fluctuan entre

12.000 y 8.000 anos a.C. Taima-Taima, Muaco y Camare

en Venezuela; Garzon en Colombia; Pikimachay y Chivateros

en Peru; VlScachani en Bolivia; Gatch! y Tagua- Tague en Chi-

le (Krieger, 1964; Willey, [966; Mac Neish, [97[; Meggers,[972) .. Las complejas Zona R O J a y Oquendo, en la costa central

de Peru, tampoco pose en puntas de proyectil. Patterson (1966),

tentativamente, los ubica entre [:.I .000 Y6.000 aries arras.

Al horizonte con puntas de proyectil pertenecen sitios co-

mo El Jobo (Venezuela); El Inga (Ecuador); Viscacham II

(Bolivia); Ayampitin (Argentina); Chiuatero II y Laurico-

cha (Peru), etc.; e.!1-cl~.ex.~o sur de C~ile! las Cueuas- Fell

y ~ tienen fechas de c : : - d e " 10.720 ±300 Y 8.639 ±

400 ados atras, respectivamenre.

Aunq ue dificil de reconst.ru/' por la escasez de evidencias,

la presencia de p'eguedasL!fa:ndas que recolectaban y caza-

ban -par:ecena§g: sidQ i~ica _general de la etapa, La pobla-

ci6n estuvo permanentemente sujeta a las presiones dernogra-ficas que limitaban su crecimiento. Entre ellas, la mas impor-

~

nte debi 6 ser la obtencion d.e alimentos y, por en de, energia.

E J nueleo basico de la organi~ci6n s~ia0_po!itica f.lle.la.Jl.rul:.

a; compuesta por una sola familia que se desplazaba a traves

e extensos territories en busca de ani males . Los primeros

I))'cazadores( carecian de elementos aP.roPiados para dar muer-

te per sus propios medios a la ~u.~ocenica;

aprovechaban las ocasiones en que caian en fangos 0 pantanos

para atacarlos y descuartizarlos en el mismo sitio. Otras veces,

\

las band as unian sus esfuerzos para cazar en forma indi-recta, e s decir, utilizando el arma mas formidable que haya

conocido la hurnanidad: el fuego. Provocaban estampidas

hacia barrancos 0 despena~ c u yo fondo grupos de c a-

I zadores terminaban de dar muerte a los malheridos animates.

Frecuentes debieron ser los infanticidios como solucion al

problema del sobrepoblamient;~Ello refleja Ia dramatics si-

tuacion por la que atraviesan las sociedades que, a pesar de

~u escaso numero, no son capaces de obtener los alimentos in-

dispensables para su sustento. El sexo femenino fue el mas

.11't:ctado por esta medida. D o s hechos aconsejaban a ella; lasLiborcs de caza son tradicionalmente masculinas, y encierran

 

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un hondo peligro, 10 que unido a las escasas perspectivas de

vida, no mas de 30 afios, provoean frecuentes desequilibrios

....) entre hombres y mujeres. k.0s infa.nticidios x ' a '>'eees, ~oei-t dios, ten ian como. mision mantener--tal equilibrio _y_e_vitar

~~~ognifi~as ' 1 /Soeialmente las bandas fuerbn igualitarias. Las unicas dife-

reneias Jtl:ill'enian del l2!"e~tigio que daban a~v.ida.-

~s; en else encuentra el germen de las futuras divisiones

sociales.

Durante esta etapa el hombre tuvo que !~t~r en..JJJ1_Re!!!!a-

nente proceso de aprendizaje. Las cambiantes condiciones

ambien·tales le impidieron acumular las exper iencias nece-

sarias para lograr avances significativos en el proeeso de evol u-

ci6n cultural. Las ocasiones propicias se dieron durante el

Altiterrnal y el Meditermal .....En el ma[£.~mas estable ~p_Q.s.:_.~, se adoptaron las innovaeiones que lIevarian paulati-

namente al sedentarisrno y al complejo dominio de las especies

vegetales. I .

('... ~ -'\7 ! :$V\i (lVi' \

...... La etapa arcaica

n .'A d d .( El reeonocimiento de Jas _e0tenqa l_\.leaes e sus respecnvos

. x me~rn'Brentes, la paulatina e~ti_nci6n de la fauna pleisto-

j , ~a~nTca~ el relativo crecimiento demograJico, son ""algunos an-'

tecedentes de esta etara en la cuaT, tambien, parece romperse

e l aislamiento entre los sectores del continente. Difusiones

ae alimentos c1J1ti'y'ados y~oll?g!a serialan l~istencia

de contactos, direetos 0 a traves de intermediarios, entrepoblaciones muy distantes unas de otras. Sin embargo, su c a-

~'ractt(ristica esencial es t:l~~,,_\lm~~ .~os-vegeta-=-

. res como base primordial de la dieta alimentiCla, E1 hombre,

lentarnente, aprendi6 a conoeer las especies comestibles y a

dcrninarlas hasta lograr producirlas a su ahtojo. Entonces sur-gieron las primeras aldeas agricolas, +pero el proceso fue

largo, tom6 mas de cinco milenios y es por ello que no se puede

hablar de una revoluci6n en los terrninos de Childe. En Meso-

arn~a s,610 hacia el~ a,C. aEarecieron los agricultores,

de »tiempo ccmpleto« ; en Peru un poco mas tarde y, posterior-mente, en eI resto del continente. Es por ello, que el Arcaico

3 '2

constituye una verdadera .y:~n-sici0n - e~e las eeon

~lectQras y producto~~ de alimentos, (fLas transformaciones en l'a-econamla de subsistencia on-

llevaron modificaciones en las estructuras soeiales y politi-

cas, sin que ello signifiq ue todavia la ruptura de la igualdad

~ue tipifican las primeras comunidades.

La evolucion . de re~olect r'€~ y agricultores incipienres,

en Mesoamerica, ha sid, c ramente delineada par Mac Neish

(t951l, 19b4), en las ya sefialadas seeuencias de Tamaulipasy Tehuacan. Elias se ajustan a los padrones, mejor estudia-

dos, de las Culturas del Desierto nortearnericanas. Bajo ese

nornbre se conocen una serie de tradiciones que se desarro-

lIaron en e l medio oeste norteamericano, el sur de Texas y

parte norte de Mexico (Jennings, 1968). Tal escenario su-

fri6, con mayor intensidad, la aridez provocada por el Alti-

termal; ~~bo desec~ci6n ie vegetates y disminucion de

.!! ,::_n_!.EI hombre se vio obligado a adoptar una gran cantidad

de nuevas tecnicas a fin de cornpetir con exito y aprovechar

cabalmente los recursos del sistema eeol6gico. Las estacio-nes deterrninaron una division de las actividades ec.onfu~lic

cas...l en los periodos secos recorrian enorrnes di stancias

en busca de animales mientras que en los humedos recolecta-

ban vegetales y fauna menor. Soeialm_ente se agrupaban en

micro y __!!.!acrobandas, respectivamente (Mac Neish, 1<]64);

ultirnas debieron ~a con tar con 30 individuos.

pas) _lanzas, dardos, arco y flecha, lazes, piedras y

s de maier conforman el· bagaje utilitario que ref1eja

uellas labores. Las cultura!i_del desierto fu e ron respon-

bles, ademas, ~~ !a dornesticacion definitiva de ciertas_especies vegetales como 10 atestiguan los ..E<E.,s~ de .!!_laiz de

Bat Cave (Nueva Mexico) que,con una edad estimada entre

4,000 y 3,000 a.C , son los mas antiguos de Norteamerica (Wil-

ley, 1966).

En Tamaulipas las fases Ocampo (C14 5.230 ± 350 Y 5.650

± 350 a.C. y Flaco (3,947 ± 334) de la Sierra Madre, junto

a Nogales (5.000-3.000 a.Ci), La Perra (3.000-2,200 a.Oi),

y Almagre (2.200-1.500 a.C.) de la Sierra de Tamaulipas,

pertenecen a esta etapa (Mac Neish, 1951l). Durante elias se

observa un incremento en el nurnero de integrantes de 1 'ban-das; para la fase Lerma se calculan no mas de io-rni mbros

I',

7~f \ 1

 

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mientras que en La Perra y Nogales hay un promedio de [5

personas unidas en macrobandas q ue ocup~ban asental~ll:~-

tos semiperrnanentes en las estaciones lluviosas. EI analisis

de los excrernentos ha sefialado una gradual mayor depen-

dencia de la alimentation vegetal, entre las que se contaban

especies silvestres: palta, frejoles comunes y otras probable-

mente domesricadas como el aj [ y dos ([PoS de calabazas

(Lagenaria y Cucurbita pepo). En la fase Ocampo ~erca d:1

8 0 " 1 0 de la dieta era de origen vegetal, pero a las especies culti-

vadas solo .pertenecia un [ 2 " 1 0 del total; en La Perra aumenta

a 15 '7 0 a p a re c ie n d o , por primera vez , e l maiz; en Flaco

sube al 20'70

),- Mas claras son las evidencias de Tehuacdn. La pri.n::ra fa-

se, EI Riego (7 .200 a 5.2ooa.C.) representa la tranSlclOn. en-

tre las culturas de cazadores y las de recolectores y agncul-

tores incipientes. Mac Neish ([964) sugiere que en ella debio

-descubrirse el principio basico de la agricultura: »donde pongo

semillas crecen las plantas". Conocian las calabazas (Cuwr-

bita mixtai, aji y paltas, y , posiblernente, el maiz y algodon.

AI igual que en las Culturas del Desierto,_ha'y evidenc~~je

sesteria y tejidos. Aparecen los primeros enterratorios mten-

~ cionales, raque denota una mayor complejidad en las concep-

\[ ciones Iilosoficas y religiosas.

La fase siguiente, Coxcatlan (.5200-3.400 a.C.), evidencia

un aumento de los camparnentos sernipermanentes, indice

deLincremento poblacTonal, y una_ma_y_o..fvacieda(Ld.e~'::.e~~tE--

Ies: maiz silvestre, aji, paltas, calabazas, amaranto, frejoles

.y zapotes. Abejas (3.400 a 2.300 a.C.) continua con los misrnos

avances. Purron, que abare6 desde 2.300 al 1.500 a.C., in-troduce la priroera cerarnlca hasta ahora conocida en Mexico;

por est a raz6n muchos autores prefieren incluirla dentro de la

siguiente etapa, e l Formauuo; aqui la consideramos como la

fase intermedia entre dos grandes etapas culturales.

Para Peru no Sf! ticnen secuencias tan claras, 10 que dificulta

la tarea de reconstruir esta etapa. Testimonies en la zona

costera permiten inferir un sedentarismo estacional.. Alii

la hurnedad de las neblinas origino, durante el mvierno,

eI crecimiente de pasto y vegetales, alimentos, utilizados tan-

to por el hombre como par los anirnales. Lanning (1967 ) estimaque los eampamentos invernales del Complejo El Encanto

34

(3600 al 2500 a.C.), debieron albergar macrobandas cons-

tituidas por 50 a 6 0 individuos. En verano se disolvian y gru-

pos menores se instalaban a orillas de la costa donde, adernas

de la pesca, parecen haber cultivado especies como ealabazas,

algQd6n, guavas, frijoles y aj i, segun evideneias provenien-

re s de los campamentos en el Valle de Chilca y la Bahia de

Ancon (Lanning, [961).

Las costas mesoamericanas y andinas demuestran que no

existe una ecuaei6n sedentarismo-agricultura. Alii se le-vnnraron aldeas permanentes cUYOS habitantes vivian explo-

tnndo los diversos microambientes del ecosistema. Peces,

mariscos, plantas silvestres ° la caza de aves y animales orien-

laban las actividades econornicas.

Del mismo modo la ceramica, en ciertas regiones del literal

aparece con anterioridad a la agricultura, reafirmando,' .una

vez mas, la imposibilidad de establecer padrones rigidos

e n la definicion de las etapas de desarrollo.

-, En sint~, _!l arcaico muestra una creciente depe~denc, ia * "fi e 108 alimentos vegetales que lievo a la gradual domesticaciony a los primeros ensayos agricolas. Al mismo tiernpo, la pose-

Ri6n d.e mayores fuentes de energia, junto con signif'icar un

-xito en la cornperencia por la adaptacion a las nuevas con-

diciones postglaciales, J_!!Ie!ic6 ~ aumento. de la poblacion

que, en las_tierras alt~s..!..._a:dOpto un semisedentarisrno es-

r.icional. En los meses lluviosos se unian los grupos en macro-

handas a fin de realiza;tai(:as agrarias que requieren de

mas braz.6~. En los rneses de verano se desintegraban y la reco-

keeion, tant~ de vegetales como de animales, alcanzaba su

maxima -expr:es i on .. EI hecho de que siempre la migraci6n est~-donal se realiz ara a traves de superficies mas o.rnenos delirni-

uidas, est aria serialando el temprano surgimiento de un con-

('rpto de territorialidad.

En las regiones costeras, por el contrario, se' asiste a la ge-

JI isis de una vida aldeana. Para elias, la adopcion de la agri-

rultura significo su desplazamiento hacia el interior, cuyos

v,1Iles proporcionaban abundante tierra y agua.

Los nuevos sistemas de vida requirieron la existencia de

un jefe que cornandara las migraciones y. ejerciera ciertas

lunelones religiosas conectadas can las nacientes concepcio-!!['~ en una vida extraterrenal, como se desprende de los en-

35

 

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tierros mtencionales, y relacionara a los hombres con los dio-

ses representados por fen6menos naturales como la lluvia,

tan necesaria para el cultivo en las aridas rierras altas de Me-

xico 0 la costa peruana. La posibilidad de disfrutar de cierto

tiempo libre favoreci6 la aparici6n de cesteria y tejidos y otras

es pecia Iidades.

Las caracterlsticas anteriores, indudablemente, acelera-

ron otra serie de cambios que llevarian al sedentanismo

total y a las transformaciones sociales, politicas y econornicasque ella encierra. Para entonces comenzaria una nueva eta-

pa en el desarrollo de la cultura americana: el Formatiuo,

donde la relativa uniforrnidad arcaica se rompio para dar

paso a las tradiciones mesoamericanas y andinas centrales.

*a agricultura en America

I

Tradicionalmente se concebia a la agricultura como un ele-

mento cuya aparicion serialaba, tamtJ~Ri, los cornienzos de

la ceramica yde tas civilizaciOll_es. Cultivo y sed~n-t;;:~, por

m'ucho tiempo, fueron sinonimos, y todos los elementos carac-

teristicos de las altas culturas se estimaron como consecuen-

cia logica de las transformaciones que produjo la dornestiea-

cion de las plantas. Tal concepcion ha comenzado a revisarse.

Aun en el Cercano Oriente, fuente origin aria de la asociacion

agricultura-civilizacion, recientes investigaciones sefialan que

hubo sedentarismo sin agricultura. Lo rnisrno es valido para

el Nuevo Mundo. Hernos visto como, ~l largo de miles de

afios, el hombre ensayo diversos padro es de asent amiento

y de economias oasicas de subsistenciaentre las que se con-

taban sedentarisrnos estacionales y cultivos esporadicos. 56-

1 0 despues de multiples experimentaciones logro encontrar

aq uellos medios mas adecuados para la explotacion

de su sistema ecol6gi '0; la agricultura fue uno de ellos, pero

no el determinante, como veremos, en el surgimiento de las

civilizaciones.

El desarrollo de la agricultura tambien ha planteado varias

interrogantes. iFue un deseubrimiento americano 0 el resul-

tado de una difusi6n desde el Viejo Mundo.', si la domestica-

ci6n de las plantas es un fenomeno autoctono, ~d6nde se loca-lizaron los focos primarios de ella?; (cuando comenzo ':

63 3 7

j:como se ex plica la existencia de especies comunes a todo

('I continente ': son las preguntas mas corrientes que, gracias

la arq ueologia y la botanica, hoy pueden responderse

n forma mas 0 menos segura.

La agricultura s~,i6 como respuesta a! desequilibrio del 4<

sistema ecol6gico, l!lotivad6 tanto por facto res fisico ambien-' Irules cOl!.l.Q_demograricos~-(fismrnucion de la masa bi6tica~

que alimentaba a Tas poblaciones recolectoras a el aumen- I

(() I oblacional par sobre la capacidad de mantencion de una ;3 )1 ' ~ @ ; i 6 n , pudieron ser, entonces, los factores causativos mas ,

n- lcvantes (Binford, 1968). Ella implica pensar que el fe-

nomeno ocurrio en areas que no podian mantener una po-

Illation .permanentemente estables, estas, como se ha vista,

no corresponden a los asentamientas cost eros , lacustres 0

riberinos, sino que se~r:.!!3.!L.e.u... ..v_aIl!:.s a cuenca.,§jnterio-

res semiaridas,

Las evidencias provenientes de Tehuacan, en Mesoamerica,

{,'uitarrera y Ayacucha, en los Andes Centrales, sefialan que

eran habitados por bandas recolectoras que ejecutaban un mo-

vi rniento anual de trashumancia buscando recursos estacio-

H.11es. Durante el arcaico e l nomadismo sufrio modificaciones '

Y . <II parecer, se limite s610 a pequerios grupos que, luego de

uhl ener los recursos de nichos distantes, volvian con ellos

Ihwia sus campamentos bases, 0 pequefias aldeas, donde

f' encontraba e l resto de la banda. Q:!,izas, junto ' l-li!J1. 'llllFl,1'lycI'on~.rpbien semillas _~ilYJ~sUQ..~n las c~anla.l. del cam-

p . imen to , las que gracias a su gran c:!Pacidad de reRroduccion,

II (j(,tifica-run-a-l-crfi1J slg-tllen e~La observacion y comproba-

l'IClll de CUcno [morrieno- pudo constituir el punto de 'partida

dr In agricultura.

Las especies domesticadas, por efecto de, la accion humana

y SU correspondienre seleccion, sufrieron una serie de cam-

blll~ gerieticos que perrniten detectarlas, en los yacimientos

.ilqueologicos, y distinguirlas de sus ancestros sil vestres.

lndudablernenre las evidencias reseiiadas en el capitulo

.uu erior indican que, par 1 0 menos, Mesoamerica y Peru debie-

, 1111 81 'r el centro de origen de ciefias especies cultivad;s. A

f'1l.1N sc agregan la region tropical sudamericana (Amazonas

V Ori11oro) y el valle del Mississippi en Norteamerica. En

l,t~ ~ C ' i V i < l S del Orinoco y del Amazonas parece encontrarse el

III'lI lid l 'lIl tj1Q_de tuberculQLy-m.~nT Sauer (1959) encuentra

 

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logico que los recolectores de raices hayan pensado en los

tuberculos como el primer elernento susceptible de cultivarse:del mismo modo el rnani cuyas »vainas se encuentran bajo

el suelo y se cosecha escarbandot (1969:121) por su semejan-

za can las raices, habria llamado, des de un comienzo, la

atencion de ·los agricultores incipientes. Ambos debieron ser

el ne c e sa r i o complemento d e carbohidratos para una die-

ta can alto po rc e n ta j e en protein as como debi6 ser la de los

cazadores y pescadores tropicales. Considera que Colombia,

por sus condiciones ideales de tierra, clima y variedad de es-

p ec ie s, c o nst it uy o el centro pionero de la domesticaci6n de

vegetales y que desde all i e1 principio se difundi6 hacia

e l norte y hacia el sur. La tesis de Sauer, aunque interesante,

carece de base arqueol6gica en 10 que se refiere al papel pre-

ponderante de Colombia como foco del nacimiento de la

agriculture prehispanica.

La zona del Mississippi s610 aport6 e l c ult iv o del girasol

y ello en epocas relativamente recientes.

La gran mayoria de las especies debieron, pues, domes.:

ticarse en Mexico-Guatemala 0 Peni-Boluna, .• centres pci-

marios para algunas e spe c i e s que, c omo demuestra Heiser

(qJ65), se intercambiaron en un proceso de difusion semejag-

te al c·ultura!. Entre ellas, la mas importante fue el maiz ,

base aun d e la dieta in d ig e n a , -

X Par mucho tiempo se sostuvo que el.;_rllliVprovino desde

Asia, sin embargo, el de scub r imie n to de polen fosilizado en

est rat os pertenecientes al ultimo interglacial (80.000 alios),

dentro de un pozo de 70 metros excavado en Ciudadde Mexi-

co, afirrna, definitivamente, su ..E.ro~cia _!I_mericana. Hastalos hallazgos d e Tehuacdl1, los ej emplares mas antiguos pro-

venian de Bat Cave (3.000 a.C.) y de la fase La Perra (2.500

a.C.) de Tamaultpa», EI prirnero fue identificado como proto-

tipo de la actual raza Chapalote, mientras que el segundo

pertenecia a la Nat- Tel, Ambas, con la Palomero Toluqueiio

y Arrocillo amarillo} Corman 10 que Wellhausen (1952) lla-

ma lndigenas Antigua;\ para diferenciarlas de las seis razas

hibridas posteriores: G'acahuacintle, Harinoso de Ocho,

Oloton, Maiz Dulce, Breve de Padllia, Dzit-Bacal.

En Tehuacan las excavaciones de cuevas pertenecientes alas Iases EI Riego, Coxcatldn, Purron, etc., arrojaron 2~.607

p!eta.s. Las mas antiguas estaban ubicadas en niveles que flue-

tuan entre 7.200 Y 5.400 an as atras. (5.200-3.4°0 a.C.). Tie-

n en una longitud entre sq Y 25 milimetros; conti en en ocho

hileras de granos con 36 6 72 semillas. Poseian pistilos y es-

tambres. Mangelsdorf ( I g64) las considera como verdaderas

especies silvestres del rnaiz que desaparecieron a traves de

sucesivas hibridaciones can una especie cultivada, el teosin-

te. Alii se encuentra e l origen de los tipos Chapalote y Nal- Tel.

~, los ejemplares mas ternpranos cie maiz (1.000

a,G.) provienen de la cueva Rosamachay. En Ia costa aparece

con posterioridad. En razon de ello se postula una dornestica-

Fig. 1 ' 0 . Desarrollo del maiz

en Norteamerica: A. Mazor-

ca moderna Nal· Tel, B. Re-

COl"lstrucci6n del malZ silues-

tre; CoG. Euoluci6n de la

planta (Jennings, 1%8).

A

D G

39

 

cion independiente para est a area, tesis que no ha podido ser ~ ~nte dima postplei,stocenico y, la extincion de los grandes

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comprobada debido a las ausencias de restos de una especie

silvestre.

Lo anterior demuestra que el maiz fue dornesticado en al-

,r gun lugar de Mesoamerica, desde donde fue llevado hacia' I

el norte y el sur.

~azas y _ frijoles completan la clasica trilogia aljmen-ticia de la America Indigena, I

Las calabazas constituyen uno de los mas antiguos cultivosde America, ya que sus sernillas, adernas del buen sabor,

poseen un alto contenido aceitoso. En America Nuclear se co-

nocen cuatro especies: Cucurbita pepo; Cucurbita moshata;

Cucurbita mixta y Cucurbita maxima. Las tres primeras son

originarias de Mesoamerica, en don de aparecen, en for- I

ma cultivada, hacia el 7000 a.C. La Cucurbita maxima, en cam-

bio, es originaria de! Peru y no se difundio hacia el norte, de'

1 0 que se desprende que existieron dos focos independientes

de dornesticacion para esta familia.

Lo mismo parece ser cierto de los frijoles cuyas cuatro es-pecies: Phaseolus coccineus , Phas eolus acutijolius, Phaseo-

Ius lunatus y Phaseolus vulgaris, sefialan claramente distin-

tos Iocos de domesticacion, incluso solo las dos ultirnas son

comunes a Mesoamerica y Peru.

Aj i, paltas y algodon se encontraban cultivadas en la fase

Coxcatlan de Tehuacan (Mac Neish, 1964), apareciendo pos-

teriormente en Peru, Sus origenes, con la posible excepcion

del algod6n, fueron, pues, mesoamericanos.

Tomates y cacao plantean una serie de incognitas en rela-

cion al intereambio de especies entre am bas areas de Ameri-ea Nuclear. Cultiv do ~ , en .uentra en Mesoamerica rnientras

que en sus formas silvesrres s610 se ha identificado en Peru.

El tabaco, con dOB especies cultivadas: Nicotiana tabacum

y Nicotiana I'll stica, pa)'c~c provenir del noroeste argenti-

no, Peru y Bolivia.

Sudarnericanos son, tambien, los tuberculos: papa, yuca, I

oca, anu, y achira. Unicarnente Jos dos primeros fueron difun-

didos hacia el norte,

1 2 . g i c i l de resolver es el problema que plantea el origen delproceso agricola. Un papel irnportante debieron jugar el cam-

_animales, Ambos feno~ os obhgaron a la busqueda de nue-

vos bienes alimenticios y ala especializacion en la explotaci6n

de los recursos naturales. Ciertos grupos se instalaron a orillas

de rios y mares cj,e'dicados a la pesca; otros intensificaron las

labores de recMecci6n de vegetales y peq uefias pres as ani-

males; y otro s debieron iniciar los prirneros 'pasos de la

domesticacion. EI 'establecirniento de un activo intcrcambio

les permiti6 tener acceso a los diversos productos que com-

plernentaban su dieta alimenticia.

Los primitivos asentamientos permanentes fueron, en su

gran mayoria, simples campamentos estacionales emplaza-

dos en las zonas aridas, Ellos, al mismo tiernpo, constituyeron

laboratorios donde se iniciaron los experimentos con los prin-

cipios basicos de la agricultura: Tamaulipas y Tehuacan en

Mexico, 13 costa en e l Peru. Una vez obtenidos resultados sa-

tisfactorios, fue necesario buscar regiones mas propicias

para los cultivos. En Mexico se ocup6 la costa del Golfo, abun-

dante en agua; yen Peru el objetivo fueron los valles interiores.

En esos centros surgiran las primeras civilizaciones, l6gica

cuI minaci6n del largo proceso evolutivo que hemos rese-riado.

Los sistemas agricolas prehispanos

Las tierras no ofrecen las mismas posibilidades para las ta-

reas agricolas, las hay fertiies y aridas; algunas no req uieren

trabajos previos a la siernbra y otras obligan a una constante

pr eocupacion; J?eogrMica~nt.e el cultivp de ciertas especies

_esta limitado por el clima; etc. Tales fen6menos afectan a la

act ividad agricola imponiendole un sella propio y caracteris-

tico. Los medias empleados para .lo,g.@!:_el me·.Qr a.provecha-

rI1ien~0.i.': las condiciones de la tierra ~ misrno tiempo, ob.-

tener un ventajoso rendim~o de las energias invertidas,

conforman 10st1istemas agTlcolas..

En su forma mas simple los sistemas agri.m.Ias pueden

clasificarse en extensivos e intensiuos, Los primeIQ.s_!'eguie-

ren de grandes superficies de terrt!l.0~n un bajo rendirnien-

to por hectarea. Los segundos oeupan menores superficies pero:obligan a una mayor inversion de ene!gja.

 

El rendimiento de los sistemas agricolas se mide de acuer-

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do a la superfieie destinada a la agricultura, esten 0 no cul-

tivadas, y la relacion inversi6n-recuperaci6n de energias,

ex presadas encalorias.

II Por el mecanismo propio de los sistemas extensivos, una

1 gran cantidad de terrenos permanece sin cultivarse; par esta

~~IIazon el rendimiento por hectarea es rnuy bajo; sin embargo,

~J debido al escaso trabajo que req uiere, su rendimiento por

energias gastadas es altisimo. La contra rio sucede can los

\ sistemas intensivos: pequenas. superficies producen gran.des

cosechas, pero en terminos de rendimientos por hombre-

hora de trabajo, es inferior al de los sistemas extensivos.

.Las regiones tropIC ales constituyen el escenario en que se

desarrollan los sistemas extensivos . Tecnicarnente se conocen

como_!3K!i£Eltuii..Ae ;ozay~enA·merica fue utilizada en las

zonas de la c~sta del Golfo de Mexico, en las selvas de Chiaeas

y e l Pe te n, etc. ~ agriculturas intensiv~ son QIoplaSCle 12-.s

tierras altas donde la falta d~ recursos naturales_4e_agua obliga

a Ia construccion de medios artificiales de irrigaei6n: cana-

les y diques, los que, en conjunto, dan forma a los llamados

.sistemas hldraulis:.os.

r:Desde un punto de vista demografico, los sistemas exten-

sivos limitan el crecimiento de la poblaci6n ya que los terre-

nos dedicados al cultivo permanecen; GDQ§tantes; los inten-sivos favorecen tai crecimiento al disfrutar de los medios

para incrementar las areas irrigadas,

Boserup (lg05) distingue cinco tIpOS de sistemas agrico-

la~erdo a los grades de intensidad: Cuttmo de ~ar(J1:J·t:-

tivo de barbecho de matorral; cultiuo de barbecho corto; cut-

t-;;;;;;;;osecha anual y cultiuo de"7OSeCha multiple. Wolf ( lg66)

los c lasif ic a, segun e l tip o de energia invertido en las labo-

res agricolas, en des clases que llama ecotipos: paleotec-

nicos, los que u tiliaa n e n er gia animal y hu rnana , y neotecni-

cos, los que utilizan ene rg t as artificiales.

En los tipos paleotecnicos, el barbecho difiere segun la

mayor 0 menor intensidad de los cultivos; asi Wolf define cin-

co sistemas que, mas 0 menos , coinciden con los de Boserup. I

Ellos son: sistemas con barbeeho largo; sistemas con barbe- ,

cho por sectores; sistemas con barbecho corto; sistemas de i

4 2

cultiuos permanenies y sIstemas de cultiuos permanentes en

huerta y potrero (tlacolol).

En America Precolombina fueron practicados con algu-

nas va riantes, s610 dos de los sistemas anteriores:

'.a) Cultiuos de roza 0 barbecho largo. Caracteristico de

Jas zonas t r op i c a l e s donde e l clima y las precipitaciones han

dado origen a extensas selvas que se desarrollan sobre panta-

nos 0 una deJgada cubierta vegetacional. _La utilizacion agri-

cola de tales terrenos requiere de un proceso~ue se puede

sil_!ts_tizar en cuatro etapas: I)' "1TaJa de bosque, 2)) Roce 0 que-

rna de ICI!larboles,f3))Siembra r'4»Cosecha. C~mo herramien-

tas se empleaban luego, hacha y coa 0 palo aguzado en un

extrema. Luego de abrir a golpes de hacha, un claro en el

bosque, los matorrales se qu emaban y , sobre la ceniza aun ca.

liente, se abrian surcos donde enterraban las semillas. Un

sistema tan simple implicaba poco trabajo humano; sin em-

bargo, la calidad de las tierras impedia que en cad a claro

o milpa, se obtuviesen mas de dos cosechas continuas.E:l

s~g~ndo ario habia una disminuci6n de hasta el 25% del ren-

dirniento, por eso se abandonaban y se dejaban en descanso

o barbecho, hasta que el bosque las recubriera, 1 0 que, segun

las regiones, tomaba entre l3 y 2 5 afios, Recien entonces

podian volver a ser cultivadas. En este fen6meno reside 10

extensivo del sistema. Si consideramos que el barbecho du-

raba 20 arias, por cada hectarea en cultiuo debian existir

70 libres, si la milpa daba dos cosechas, 0 20 si se reducia a

una sola. Con tales reservas podia mantenerse el cicio

de cultivo .. Este. ~en6m~~t~o ;,omo una preston demogrd-

..f!E!!.que impidio la concentracion de grandes densidades

. de poblacion; al mismo tiempo, el continuo traslado de las

milpas ejer~io un efecto centrifugo, gue mantuvo dispersoslos asentamlentos urbano s.

U~ari..ante de la roza se utiliz6 en las tierras altas y tern- '"

pladas de Mexico; alii, las- mejores condiciones del terreno

permiten dos 0 tres cosechas con un barbecho de igual pe-

riodo. EI sistema es conocido como tlacolol y adopta la forma

de cultivos en huertas 0 calmil y potreros 0 milpa propiarnen-

te .tales. La posibilidad de obtener dos cosechas al ana, ca4-

mil y miipa, favoreci6 tanto a los asentamientos permanen-

tes definitivos como el aumento poblacional.

I •'J.},

. 43

 

La primitiva agricultura de la costa peruana adopto, tam- permiten suponer que ya se practicaba antes del 200 a ..C.

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bien, el sistema de roz .a , aunque los aluviones depositados par

los rios renovaban anualmente los suelos haciendo innece-

sario e l barbecho largo (Lanning, 1967) .

r b) SIstemas intensiuos ° de cultiuos permanenles. Su exis-

tencia se basa en la presencia de t ierras apropiadas y conve-

nientes recursos de agua, que se distribuyen a traves de cons-

trucciones artificiales, razon par la eual, tarnbien se deno-

@inan siste ma s h id rd ulico s. .§_ rendimi~ntoEP£" hO_l"!llu;.e-hora de trabajo, como se ha dicho, es infer-ior al de la roza,

pero 10 perrnanente de los cultivos, asegurado par la Iertili-

z acion de los terrenos, favoreee e l aglutinamiento de la P07

blacion y su crecimiento. Las caracteristicas y necesidades

de los sistemas hidraulicos haeen aparecer poderes centra-

les que distribuyen las aguas y organizan los trabajos de

coristruccion de obras de regadio, delineandose as! 1 0 que

Wittfogel (1957) denomin6~es hidraiilican

Las tecnicas agricolas no sufrieron grandes rnodificacio-

nes. En America no existieron animales de carga que, median-te el arado, aliviaran el trabajo hurnano. ~ Q.azad6.n

co nt inuaron siendo las principales herram·entas, enrique-

cidas por el aporte inca de la taclla. Como abono se utilizaron

las deposiciones humanas a las de los pocos anirnales domes-

ticos: perro y guajalo te s en Meso ame ric a : c uy , llama, alpa-

ca, perro y patos en la sierra peruana, mientras que en la cos-

ta se usaba guano 0 cabezas de pescado.

Las agriculturas l n rensivas no se justifican sin un cultige-

,no que, p ar su alto c on te nid o e ne rg etic o (calorias), compen-

se la inversion que elles requiercn. Para el Cercano Orientedicha especie I'Lie e l trigo : arroz en .. l Lej ana Oriente y

ma iz en America. C ic n l'If"mos d e maiz proporcionan 36 1

calo rias, 357 e l arro z Y : 331:1 rrigo . Elias son, adernas, poseedo-

res de cierta cantidad de protelnas, necesarias para una

dicta bien bala nceada. C i ( ~ 1 1 g,[,1I"n05 de trigo, maiz a arroz

contienen , respectivamenre, 14.0, 9 .4 Y 7.2 gramos de pro-

tei nas,

La agricultura inrensiva . parecio en tiernpos r clativa-

mente recientes. Para Mesoamerica las evidencias mas tem-

pranas se rela,cio~;:;- la Iase Guadalupe (goo al boo a.C.)_Ee Oaxaca (Flannery, 1968). Para Peru los restos de la costa

44

(Lanning, 1967) .

F,g. 17 . Dibu.jo qu.e muestra el funcionamiento de las chinampas (Von

Hagen, /960).

p o s Co.nst~ccio.nes tipicas identifican a la agricultura in_-

I.iY.Je~slva en ~:ner~ca Nuclear: ~Lt.::!razas de cultiuo y las

~hznamk~ estas ultirnas propias deMesuarner ica.

Las terrazas, verdaderos escalones construidos en las Ja-deras de los cerros y sostenidos par muros de piedra, tertian

como objetivo el impedir que las aguas de las lluvias corrie-

ran librernente, erosionando terrenos aptos par; el cultivo.

LLas chinampas se conocen popular mente como ~j~t:fId.:.

tnes 110ta. .. t..ej;~aunque, en real idad, no. flotan. Son plataformas

levantadas en estratos alternados de barro y plant.as acuati-

c~s, que se a~rma~an, a las o.rill6s!ili:1 lag2.., Texc~ me-

diante las raices del arbol ahuehuete (Wolf, 1959) . Estan

separadas par canales, como puede apreciarse en la actual

Xo chimilco, 1 0 que contribuye a darles ese aspecto de flotar.Con ellas, adernas de incorporar n uevos recursos alimenti-

4 . ' )

I

 

cios a la siernpre creciente poblaci6n del Valle de Mexico, se (do etapas mas antiguas La Qoblacion aumento, surgiendo

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obtuvo una de las mas productivas formas de la agricultu-

ra inrensiva, perrnitiendo hasta tres eosechas anuales,

r: ~. ~ 2 evoluci6~ de los sistemas extensivos .a.Jas

,mtenslvos re~ a la presencia de un fuerte poder central que

controlaba y organizaba las labores agricolas, distribu-

'J yendo la sobreproducci6n entre los especialistas no agri-

colas. Este proceso fue basico para e l surgimiento de las civi-

liz aciones y su organizaci6n politica, el Estado.

Finalrnente, y a manera de conclusion sobre la relacion

sistemas de cultivo y poblaci6n, citaremos a Palerm ( [955 :

352) quien .asegura que en Mexico »una comunidad de [00

fa milias (500 individuos) necesira 1.200 ha, cult ivables

en los sistemas de roza; 650 en las tierras de barbechoy calrnil

(tl acolol); 86 en un sistema mixto de barbeeho e irrigacion

y entre 37 a 70 en una agricultura completamente irrigada

(ehinarnpas)«.

La etapajormativa ~ 'J -

,Alrededor de la segunda mitad del tercer milenio antes de

Cristo, la aparicion de la cerarnica y la adopcion definitiy_a

del sedentarismo agricola, determinaron la genesis de un

nuevo nivel en el desarrollo evolu t ivo cultural de America. S e

le denornina Formatiuo para acentuar el hecho de que con

el culminaron los largos ensayos anteriores, produciendose

la necesaria sintesls y reformuiaciones que dar ian nacirnien-

to a las civilizacicnes,Como caract 'r1~ti(,i:I escncial, Willey y Phillips ([ 95 8)

Ie - asignan la ))cxitosa lntegr!lci6n de la agricultura can uqa. I

vida sedentaria bien estableeida«. Fue, tambien, el periodo

durante el cual se produjo la dispersion y difusion de elernen-

tos tales como Ia ceramica, piedra pulida, figurillas de arci-

lla y la agricultura del rnalz y la yuca (Ford, 1969) .

__. La construccion de las primeras aldeas agricolas estuvo

deterrninada por el deseo de proteger y establecer derechos de

r propiedad sobre los campos de cultivo. Asegurado el domi-

nio efectivo de los medics primaries de produccion, se elimi-

naron las presiones demograficas CJue habian experirnenta-

, la necesidad de dietar normas que regular~ relaciones

W \ , entre los individuos, Ellas constituyen las formas de organize-

':» cion SOCial cuya evolucion puede fijarse en niveles semejan-

tes a los del desarrollo cultural. Service (1962 ) los clasifica

en bandas, tribus, seiiorios y estado, asignandoles tal irn-

portancia que sostiene que, de alguna rnanera, sugieren y

limitan todas las otras actividades de la cultura.

af Politicamente !as sociedades se dividen. en tgualitarias y\":' . estratificadas segun presenten 0 no diferencias de rango entre

:.jus miernbros (Fried, [967).

Hay, indudablemente, una estrecha relacion entre la orga-

niz acion social y politica.~ las bandas, como virnos , no se,

...1!f!recian desigualdades salvo en 10 que se refiere al presti-

gio, 1 0 que no encierra, sin embargo, una estratificacion so-

cial en el sentido moderno del concepto. Lo mismo sucede cop

las trib1Js, primer' nive! de!.££.rma!ivo, -Surgidas de las ban-

das eonservaron muchas de sus formas caracteristicas,

dif'erenciandose solo en tamario y actividades basicas de sub-sistencia.

,(I; ~En los senor£B> se observan, .Eor vez primera .. diferencias

~ de rango que sefialan privilegios y obligaciones. Las activi-

'dades econ6micas est an coordinadas por una clase dirigente

que goza del trabajo tributario de la gran ,masa de la poblacion

':\ ' ~ y qu~ ejerce, ademas, Iunciones reiigiosas. El foco de dichas

~ .!ctlvldad~s_ es ~I cen tro _cerem.on} f. }l , dorado de una arquitec-

tura monumental. Desde el se redistribuyen los bienes, produc-

to de una creciente especializacion del trabajo. EI comercio

I con otras comunidades se activa gracias a la obtenci6n de ex-cedentes agricolas y a la misma especializacion artesanal.

J.-igada a este intercambio se encuentrg la difusion cultural.

La incorporacion de nuevas zonas a la esfera de influencias

de determinados setiorios, favoreci6 la creaci'on de colonias

que dependian de las metropolis.

Con la etapa Formatiua tertnina la relativa homogeneidad

en la evolucion cultural americana, iniciandose el desarro-

llo de las tradiciones ,que dar#n origen a las dos grandes areas,

culturales de la America Nuclear: Mesoamerica y Andes

Centrales. Dentro de elias, la configuraei6n geografica trans-forrnara en una verdadera moneda de dos caras a las subsi-

41 , \

 

guientes eta pas. Tierras alras y tierras baj as seran el escena-Iactores de presIOn dernografica, la poblaci6n, naturalmente,

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rio de dos res puestas adaptativas a los desafios planteados

par el media. Las tierras baj as, gestadoras de las transfer-

maciones, deberan dejar el paso a las tierras alras donde se ,

localizaron los gran des irnperios prehispanicos. Sucesivas

limitaciones que la recnologia Iue incapaz de resolver, fa-

vorecieron, como veremos, tal situacion.

A parti r del Formative. pues, dos tradiciones, la costeri a

y la interior, se entrelazaran en rnut uas influencias que de-

terrnin ar ian el s urgimiento de civilizaciones, cada vez maspujantes El producto final [ueron los imperios Azteca de

Mexico e Inca del Peru; ellos sintetizan, en S I mismos, toda

la larga historia que comenzo con la definitive ado pc ion del

~edentarismo y la agricultura.

La etapa cldsica

(

MarCa el nacimiento de las civilizaciones y el terrnino de Re-

volucum-:-Urbq!fa ~pleado por Chil4c.si rve para int roduci r

una d_e sus principales caracter isticas: el surgimiento de ciu-dades que concentraron altas densidades de poblaci6n. Las

rakes del naciente urbanismo se remontan, al igual que la

Imayoria de los elementos que singularizan una civilizacion,

.a las aldeas del Formative . Entre aquellos, Childe sefiala la

~ estratificacion piramidal de la sociedad, cuya cuspide se

encuentra ocupada por la clast dirigente, pequer ia en 011me-

ro, pero poderosa al gozar del control de los medios de produc-

cion y del derecho a r edlstribuir los excedentes, organizar

tdirigir los t rahajos r{dJli['()~, tc.; la presencia de una arqui-

tectura monumental, artesanla especializada y comercioa grandes disu tJ('ias,

Intelectualm me Ins ivillzaciones se definen por el desa-

rrollo del p nsamlentc aspeeulativo y la Iilosofia del tiempo;

la aparicion de Ins ciencias exactas (aritrnetica, geornetria

y astronomia) y la arltl~.C'i6n de terminos abstract os para indi-

car palabras, cone 'Pto~ (, numerales. Al mismo tiempo las ex-

presiones artistic rrOcj311 una mayor sofisticaci6n.

_!.l exit2_. de tal sisternr dependia, en mucho, de la man-

ten cion de un equillbrio entre la sobreproduccion alimenti-

cia y la cantidad de espe ialistas no campesinos. La balanzatendia a deseq uilibrarse si consideramos que, elirninados los

4 9

aumentaba. Debido a este fenorneno la clase dirig_rnl.e

debi6 prestar especial preocupacion ~t~cnicas de irrigaci6n

artificial. Ernprendieron la construccion de canales, diq ues

yacueductos, cuyo dominio les aseguraba, al mismo tiernpo,

la mantenci6n del poder y la perpetuacion .del sistema. Witt-

Fogel (1957) las llama sociedades hidrdulicas, indicando que,

dentro de elias, la evolucion social esta funcionalmente relacio-

nada con las construcciones hidraulicas y la presencia de unEstado cuya burocracia es la unica que po see el derecho de

emprender trabajos publicos, disfrutando, adernas, de su ex-

clusiva propiedad. Tal situacion, un ida a la identificacion

con la Iglesia, le otorga al Estado una fuerza superior a cual-

quier otra institucion. ~si _surge el )~esl?ot~smo oriental«,

en donde el Estado, duefio de los recursos basicos, tien ,

~~as, Ia fuerza para imponer sus decisiones.

J : . i L necesidad de expansion y. la incorporacion de nuevas

.tierr as a los sistemas de irrigaci6n contribuyen a la forma-

cion de los lmperios, ultimo objetivo de las sociedades hi-dr aulicas.

Los modelos de Childe y Wittfogel se basan en evidencias

provenientes del oriente; sin embargo, la evolucion de las ci-

vilizaciories americanas sigue, mas 0 menos, padrones seme-

jantes. La excepci6n mas notable es la estrecha relacion que

Childe establece entre el surgimiento de las civilizaciones

y las ciudades. En efecto, los restos arqueologicos sefialan

que en America ciertas sociedades, presentando todas las

car acteristicas de una civilizacion, carecen de ciudades. EI

caso mas claro esta consrituido por las civilizaciones Olmecay M aya C lasica de Mesoamerica, cuyas formas de asenta-

miento han sido denominadas ciudad dispersa 0 centro cere-

_rJ"!qmal. Willey (1962), en un intento de conciliar la preble-

rnatica que encierran tales conceptos, prefiere hablar de

»civilizacicnes sin ciudades«, termino que se aplico a una si-

tuacion semejante en el Antiguo Egipto.

En concreto, las civilizaciones, como resultado de una Iar-

ga evolucion cultural, constituyen un sistema socioecono-

mico con las caracteristicas ya enunciadas. EJ urbanis-

mo, por el contrario, es una forma especial de ella (Sandersy Price, [ 968) .

 

Definid.as, asi, las civilizaciones engloban las dos ultirnasrtetizadores de la aetividad humana en una deterrninada regi6n

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ttapas de la secuencia cultural, en la America Nuclear. Se co-

ocen, respectivarnente, como Cldsica y Po stclasica.

La Etapa Postclasica

caracterizo, primordialmente, por Ia apanclOn de reinos

militares, cuya expans i on , detect ada arqueologicarnente a

traves del arte y la arquitectura, estuvo acompariada por mo-

vimientos de grupos y el claro deseo de establecer dominiopolitico sobre las regiones conq uisradas. En tal sentido

constituyen verdaderos irnperios.

Las civilizaciones postclasicas perdieron el espiritu reli-

... gioso que plasmo todas las actividades culturales clasicas.

Se observa una gradual y creciente secularizacion de la cul-

tura y la sociedad. En el campo de la arq uitectura se puso es-

pecial enfasis en la edificaci6n de fortalezas y palacios, en

desmedro de la arquitectura monumental dedicada a las

deidades.

Can respecto 4al urbanismo, los testimonios etnograficosnos hablan de ciudades que !legaron a maravillar incluso a

los avez ados guerreros espafioles, familiarizados practi-

camente con todas las ciudades europeas adonde habian lIe-

vado las banderas del incansable ernperador Carlos v.

Los padrones de asentamiento

~~tamicnto, segun 10 define Chang (1968 : 2 ) , 'tiles el

local 0 conjunto d local s Iisicos donde viven los miembros?

de una comunidad, ascguran su subsistencia y ejecutansus funciones social s en un determinado periodo de tiempoj.

Su estudio tienc, pu s, singular importancia en la reconstruc-

ci6n del pasado puesto que reflejan las Iuerzas dinarnicas que

conducen hacia la adopci6n de un determinado modo de vida.

Como producto de un proceso adaptativo, evidencian el

conocimiento, utiliaacion y explotacion del medic ambiente,

y la relacion de estes on el nivel tecnol6gico, las est rue-

turas sociopoliticas, " incluso, las manifestaciones ideolo-

"gicas, expresiones humanas del sistema eco logico.

Los padrones de asentamiento, al reflejar eI comportamien-_to cultural, adquieren la condici6n de docurnentos sin-

y en un tiempo delimitado. Es por e110 que deben definirse

por su f unci6n en relaci6n a otros asentamientos con tempo-

ranees dentro de la misma area. Solo as! podra desentrafiar-

~. 'VI se el verdadero papel que jugaron en la complej a red de interac-

ciones internas y externas, ya que si bien es eierto queI .

un asentamiento eobija a un nurnero determinado de indi-

viduos, estes pueden perteneeer, sin embargo, a un grupo

o soeiedad mayor euyos rniembros se reparten sobre una

vasta superficie.

No obstante 1 0 anterior parece existir una serie de nor-

mas que perrniten definir los padrones de asentamiento de

acuerdo a su ubicac ion temporal y complej idad interior, eviden-

cias de la estructura sociopolitica poseida por la comunidad

~e los habitaba.

La manifestaci6n mas eompleja de los padrones de asenta-

mIento es el urbanismo, concepto que hace referencia a su

.2.'"ganizaci6n espacial y fo'rm~ fisica; &Sta expresa la densidad,

tarnafio y distribuci6n de la poblaci6n en relacion a los cen-

tros economicos, administrativos, religiosos y residencialesque, a su vez, determinan una forma de vida particular: la ur-

bana, caracterizada par la institucionalizacion de las relaciones

interpersonales, agudo contraste con las directas que tipifican

. . r l . mundo rural.

A 1 0 largo de nuestra narraci6n nos referiremos a una

serie de asentamientos cuya definici6n creernos necesaria:

~ 'lMl',-~ T.O - ? . Asentamientos semipermanentcs: se

ubican en aquellos parajes que resultan apropiados para 1 3

ex plotacion estacional de determinados recursos alimenticios.

Ceneralmente eran conjuntos disperses y no albergaban amas de 100 individuos 020 familias unidas en macrobandas.

_~L D.!_A_ .... Conglomerado de casas que cobijaban una

poblacion no mayor a 1.000 personas. Son permanentes.

La actividad economica de sus ocupantes estaba orientada

hacia la especializacion en la explotaci6n de ciertos recur-

sos naturales: extracci6n de minerales, pesca, agricultura,

recoleccion, etc. Un activo intercarnbio entre las aldeas ve-

cinas les daba acceso a todos los productos, complementando

de esta manera, sus econornias. Generalmente, las aldeas,

en razon de su densidad, no presentan diferencias de rango

r IJ

 

a status, salvo cuando forman parte de cornplejos mas avan-

zados,[965), la poblacion debio fluctuar entre 8.580 y [J . [60

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PU EB LOS. Agrupan comunidades con mas de t ,000

habitantes, pero menos de [0.000. Hay una apreciable dife-

renciacion social y economica, refle] ada par la division en

dos areas ocupacionales bien marcadas: urbana, constitui-

da par e l llamado centro ceremonial, foco de las actividades

pol iticas, religiosas, y economicas, y la rural, aledaria a

la anterior, que cobijaba a los agricultores.

c [U DAD E S. Una problematica fundamental plan-

tean los asentamientos de eiertas civilizaciones mesoame-

ricanas (olmecas, mayas) que, par desarrollarse en regiones

tropicales y utilizar e l sistema agricola de la roza, fueron

afectadas por su llamado ejecta centrifugo. U rbanistica-

mente no constituyen una ciudad propiamente tal; con pa-

drones semejantes a los de un pueblo, la organizaci6n social

y politica las identifica, sin embargo, con las ciudades. Se las

ha denominado ciu dad d isp erse (Bernal, [9b8) 0 ciudad

de [ronteras extendtdas (M iles, 1957, 1958) .

a) Ciudad dispersa es aq uella cuyos padrones de asent a-

miento estan condicionados al rnedio geografico en que se

levantan: las tierras bajas tropicales. Cornunmente se las lla-

ma centro ceremonial, termino que nos parece un tanto confuso

La ciudad dispersa constituye un todo, inregrando, a rraves

del foco a centro ceremonial, dos diferentes tipos de asen-

tarniento: grupo (5 a [2 casas), zonas (50 a 100 casas) (Willey

y Bullard, 1965) y el distrito 0 area agricola bajo su dominic;

est a debio ser bastante extensa en consideracion a las ca-

racteristicas del sistema de Ja roza. Tal padron coincidecon la destripcion que hacen los cronistas de las cornunida-

des del Yucatan en la epoca de la conquista. La ciudad disper-

sa, entonces, incluia un pueblo propiamentte tal (centro

ceremonial), »pero la mayoria de la poblaci6n vivia espar-

cida en pequenos parajes (grupos) y rancherias (zonas)

'yendo al pueblo s610 ocasionalrnente, par razones religiosas,

comerciales a ad ministrativas « (Villa Rojas, 196[' 23) .

Cada cas a debio estar habitada par una familia cuyo pro-

medio se ha estimado en 5,6 individuos. Si el centro cere-

monial estaba Iormado por '3 a 26 zonas (Willey y Bullard,

5 2

habitantes.

b) Ciudades. Son eminenternente urbanas, con una po-

blaci6n superior a [0.000 personas. Su funcion principal

es regular la distribucion de los excedentes alimenticios

a fin de sustentar a aq uellos especialistas no agricolas. Los

excedentes se canalizan hacia la ciudad »bajo la forma de

irnpuestos, tributes, diezrnos y alquileres; existen efectivas

sanciones para asegurar su curnplirniento. Considerada

en si misrna, la clase que disfruta de dichos recursostiende a ser parasitajsin embargo, cumple tareas que son indis-

pensables para los productores de alimentos ... La concentra-

cion de artesanos y otros profesionales en la ciudad y la

funci6n de esta, como foco del mercado de intercambio, trans-

forma tal situacion parasita« (Sanders y Price, 1968).

Par sus misrnas caracteristicas , las ciudades tieneri una

estratificaci6n social expresada, urbanisticamenre, en la

existencia de sectores residenciales con diversos grados de

riqueza y lujo.

e ) Ciudades planificadas 0 capitales de los gran-des irnperios postclasicos. Su construe cion fue llevada a

efecto de acuerdo a las funciones que debia cumplir, adecuan-

do sus estructuras a las necesidades adrninistrativas, eeo-

nornicas, culturales y religiosas que debian llenar. La piani-

ficacion puede llevarse a efecto mediante. el agregado de

edificios 0 la rernodelacion de ciertos sectores, por ello no

implica, obligatoriamente, la construccion de una nueva

ciudad.

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