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Premios Certámenes

1er Premio de Fotografía

ntura

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Tercer premio de Pintura (fragmento)


SUMARIO

4 Presentación de los Certámenes

� Certámenes 8 de Marzo 2011

5 Primer Premio del Certamen de Literatura

7 Segundo Premio del Certamen de Literatura

10 Tercer Premio del Certamen de Literatura

12 Primer Premio del Certamen de Fotografía

13 Segundo y Tercer Premio del Certamen de Fotografía

14 Primer Premio del Certamen de Pintura

15 Segundo y Tercer Premio del Certamen de Pintura

� Certamen de Poesía “Palabras de Otoño” 2010

16 Primer Premio

17 Segundo Premio

18 Tercer Premio


edicamos como siempre unlugar muy especial, dentro denuestra semana conmemora-tiva del 8 de Marzo a dar a

conocer los premios ganadores delos certámenes que desde hace másde 19 años se realizan en colabora-ción con entidades del Consejo Localde la Mujer de Fuenlabrada. Este añoademás se han sumado en el encar-te los premios ganadores del concur-so de poesía "Palabras de Otoño",convocado por la Asociación deMujeres Creativas "Rosa Montero".

Los medios artísticos permiten no sólocultivar la creatividad personal, sinodifundir mensajes que nos llevan a lareflexión. Ese es precisamente elobjetivo que las entidades, MujeresJóvenes Pandora, MujeresProgresistas por la Igualdad yMujeres Fuenlabreñas quieren conse-guir convocando los certámenes defotografía, pintura y literatura, respec-tivamente.

Como siempre, estos certámenes,han contado con una amplia partici-

pación, tanto de hombres como demujeres, que han encontrado en laexpresión artística un tiempo parapensar en clave de igualdad, reivindi-car o poner de manifiesto una situa-ción.

El gran éxito de estos certámenesestá, por supuesto, en las entidadesque los convocan, que han sabidoescoger temas que han permitidohablar de la Igualdad desde el len-guaje de lo artístico. Y, por supuesto,gracias a las personas que han queri-do compartir y participar en estos cer-támenes. Sigo contando con todosvosotros y vosotras para darle a lasemana conmemorativa del 8 deMarzo ese toque personal que desdeFuenlabrada y el Consejo Local de laMujer le venimos dando. Mis felicita-ciones y agradecimientos a las aso-ciaciones de mujeres deFuenlabrada.

Raquel LópezConcejala de Igualdad y Empleo

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XIX CERTAMEN DE LITERATURA

Primer Premio:

"El secreto de la media luna creciente"

Autora: Manuela Colado Moreno driana llegó de puntillas, apenas sinser notada, como una esbelta y frá-gil bailarina volando sobre el rojotapiz de su nuevo escenario. Su

breve, pero delicado gimoteo inundó de unallovizna primaveral la estancia desnuda y des-teñida donde comenzó el principio, nueva-mente.Le bastaron escasos segundos para escudriñarcon su todavía visión oscurecida lo que acon-tecía en las afueras de su anterior paisaje.Solo pudo reconocer el placentero aroma delos restos de placenta y liquido amniótico quepululaban prendidos sobre ella y el vientresacro de su pletórica madre.Las horas lentas comenzaron su peregrinar.Una voz con armadura de fantasma separó elabrazo divino que une alma y materia, y elcordón aún latente combatía anclado a lavida. Fue aseada, explorada por unos ojosfamélicos como el frío mármol, ¡estaba com-pleta y sana! Lo único que la diferenciaba delos demás bebes que nacieron esa tarde, erauna pequeña marca con forma de luna encuarto creciente, de un color rojo azulado quetenía en la parte interior de su antebrazo dere-cho. De pronto, un penetrante silencio se hizo en elparitorio, su apenas imperceptible lloro, cesó,la niña se había quedado dormida, momentoque aprovechó el equipo médico para llevar acabo sus planes.

El sabor a madre, no pudo ser degustado porlos demandantes sentidos del nuevo comien-zo: Adriana. ¡Silencio vibrante. Soledad.Mujer sin albor. Mujer en ruinas…!

Inmediatamente, sin dar tregua ni explicacio-nes el médico certificó una "muerte súbita".Todo les salió según habían planeado.La sorprendida e incrédula madre, se resistíaa darlo por cierto, pidió ver el cuerpo de subebé con inmediata insistencia. Una matrona,le mostró rauda y velozmente ante su confu-sión, una criatura rota, color escarcha quehoras antes dejó de existir. Su sueño maternalse cristalizó de un negror de invierno, enquis-tándose en lo más profundo de sus entrañasperpetuamente…Todo seguía su curso: Adriana, seguía sumidaplácidamente en su angelical sueño. Sus nue-vos progenitores, una joven y acomodadapareja pudieron ver sus deseos realizados, serpadres, a golpe de talonario.La niña fue llevada lejos, acunada por platea-da melodía sobre un carruaje color oro car-mesí. Su llegada transformó en un herviderode vigor la nueva biografía de su recién estre-nado linaje.La pequeña, recibió una educación basadasiempre en los valores humanos: civismo,honestidad, respeto, solidaridad… en ella seforjó una personalidad arrolladora de unadulzura exquisita. Su visión y fantasía infantil, la llevaban amenudo a interesarse por esa marca conforma de media luna en su fase creciente. Sumadre, le contaba siempre la misma historia:"érase una vez… hace muchos años, en unaparte de nuestro planeta la noche comenzó aaproximarse, el sol, que era muy envidiosoporque la luna siempre venía acompañada deun séquito de rutilantes estrellas enamorandoa quienes las miraban y hablando a las pare-

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ORGANIZADO POR LA ASOCIACIÓN DE MUJERES FUENLABREÑASTEMA: ¿QUÉ SUEÑAN LAS MUJERES?


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jas con voces arrulladoras entrelazando suslatidos temblorosos al son transparente decampanillas celestiales, entonces, él, enfureci-do la encerró en una cárcel de fuego quetrenzó con sus rayos de bronce hirviente y yano pudo escapar. Las estrellas tomaron unadecisión: agruparse todas para iluminar la tie-rra, y así, la gente no caminase mas en oscu-ridad, pero estaban tan lejos que su luz nofue suficiente. Un cometa, se ofreció aayudarlas, y con la fuerza de un mete-oro subió a su caballo de hieloapagó los barrotes y la liberó, abrióuna rendija en el firmamento enforma de media luna en cuartocreciente y salieron triunfantes.Colorín colorado…" Adriana hizo una pregunta: -¿mamá, esa luna del cuento escomo la que yo tengo en mibrazo? - si mi amor, tu eresesa luz que alumbró nuestranoche vencida…"Luna, lunera, cascabelera…"La edad de los cuentos pasó,y la de la niña también; lashoras encantadas quedaronpara siempre jugueteando enel jardín de los sueños pueri-les en su tarde de plenitud. Su amor por los libros y la lite-ratura la llevaron a estudiar filo-logía, se doctoró y fue una des-tacada escritora. Los años sesucedieron, y con ellos, tambiénlas vidas de sus dos seres más que-ridos.Una tarde tostada de verano, sin fin,vaga, con todo el tiempo por venir, se dispu-so para embalar todas las pertenencias apro-vechables de sus padres, ya que había decidi-do poner en venta la casa. Comenzó por lahabitación de matrimonio. Llamó su atenciónun pequeño cofre semiescondido entre lassabanas de hilo del ajuar aromatizadas denaftalina, ¡allí estuvo sepultado su secreto!Tenía entre sus manos una partida de naci-miento y defunción, junto con un recibí porvalor de cien mil pesetas fechados hacía cua-renta años, los mismos que ella contaba. Sudespecho fue inmediato, pero el amor recibi-do pudo más.Ofuscada por el hallazgo, su pensamientoascendió al azul más profundo y se posósobre la frente coronada de cruel invierno desu madre biológica, en el lamento umbrío desus lágrimas mudas, y va, lentamente, fun-diéndose con la neblina.Un pálpito primaveral dulcificó el dolor del

tiempo. Adriana, sin dilación, hizo averigua-ciones con los escasos datos que contaba;para su sorpresa, halló una asociación dedi-cada a investigar casos de supuestas adopcio-nes irregulares acaecidas durante esa época,se puso en contacto con ellos y tras una ince-sante búsqueda encontraron a la mujer, a la

madre que la había parido, a la madre, juntocon su sueño silenciado, con su maternidadrecién estrenada fresca en la memoria alboro-zada de una quimera que se empeñó en man-tener viva la llama de la verdad. Madre,madre, campana atrayente del alma… El encuentro madre e hija fue sublime; laspalabras chorreaban puras, formando guir-naldas cristalinas, sus manos se tornaronaterciopeladas, la recostó sobre su regazoaspirando de nuevo su esencia, y la raíz de suflor ya plateada dejó de sangrar.Solo hubo una interpelación por parte deAdriana: ¿madre, qué significado tiene para tiesta media luna en cuarto creciente? - hijaquerida, es la sonrisa de mi sueño, tú, quevoló embriagado de dicha hacia el cielo alenterarme que ya morabas dentro de mi ser. "Luna, lunera, cascabelera…" �


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l despertador del móvil sonaba porsegunda vez, era increíble lo rápidoque podían pasar diez minutos cuandouna tiene sueño. Se levantó de la

cama estirándose y quejándose del dolor deespalda. -Tengo que dejar de dormir contigo. -Miró a suhijo de cinco años que dormía plácidamenteocupando toda la cama- Ya no me acuerdoen qué momento de la noche me cambié dehabitación. -Sonrió ante ese comentario.Miró desde el pasillo a su habitación de matri-monio donde solo quedaba una cama dese-cha y vacía, Paco ya se había marchado a tra-bajar, hoy no le había oído marcharse. Se diouna ducha rápida no fuera a ser que el peque-ño ángel despertara y la llamara cuando seestuviera enjabonando la cabeza como lamayoría de las veces. Esta vez no la llamó,pudo terminar su rapiducha como ella la lla-maba y vestirse. Se asomó a ver, Mario dormíaprofundamente. Miró su reloj y pensó que qui-zás hoy le dejaría secarse el pelo con el seca-dor, sin perder tiempo se fue de nuevo al bañoy con el secador al mínimo comenzó a secar-lo. Paraba para escuchar de vez en cuando,había merecido la pena levantarse media horaantes. Siempre lo hacía pero hoy Mario seguíadormido como debía ser. Mientras ponía denuevo el secador en funcionamiento un extra-ño pi…pi…pi… se metió en sus oídos. Denuevo lo apagó y se quedó escuchando, nada,silencio en toda la casa. No le dio importanciay peinándose con los dedos, pensó que hoy lollevaría suelto, incluso se pintaría.Miró el reloj, le daría a Mario diez minutos másantes de levantarlo para ir al colegio. Abrió la

ventana de su habitación mientras hacía sucama, luego se fue a la cocina y metió en ellavavajillas los platos de la cena que anocheno le dio tiempo fregar. Se calentó un café enel microondas pero el clin del café listo fuecambiado por un pi…pi Abrió y cerró la puer-ta esperando oírlo de nuevo, esta vez fue elclim de siempre. Era la segunda vez en lamañana que oía ese dicho sonido, sin embar-go no le dio importancia se bebió su café y fuea despertar a Mario.Le vestía medio dormido mientras le hablabadulcemente.

-Vamos cariño hoy por fin es viernes, maña-na no madrugaremos.Si tú quieres pensó, ya que los sábados elángel tenía la manía de madrugar más queningún día.Le dio de desayunar para tardar menos, le lavóla cara, los dientes, le peinó y salieron por lapuerta hacia el coche. Abrió con el mandopero no se oyó el clac de los seguros de laspuertas si no un pi…pi... Miró a Mario. Ésteestaba apoyado en la puerta del coche medioadormilado detrás de ella.

-¿Lo has oído, cielo?-Le preguntó-¿El qué?-Bostezó Mario

-Ese extraño pi...- Cerro con el mando,ahora sí se oyó el clac de los seguros al cerrar-se y al subirse. Volvió a hacerlo hasta queMario la llamó.

-Mamá ¿Qué haces?-La miraba con extra-ñeza.

-Nada hijo sube.Veinte minutos después estaba dando aMario un beso en la puerta del cole y de-

çSegundo Premio:

"Qué sueñan las mujeres"

Autor: Luís Gómez

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seándole feliz día. Hoy no lo recogería ella sino su padre.Atrapada en el atasco de siempre a la entra-da de Madrid puso la radio. No se escuchababien la emisora, había un ruido de fondo,un…pi...pi…pi… continuo. Comenzaba aasustarse, quizá fueran sus oídos. Se los tapóintentando conseguir silencio pero el sonidono venía de allí si no de la radio, salía por losaltavoces en un crescendo y de golpe, la radiose sintonizó perfectamente, ya solo se escu-chaba la música claramente. No quiso pensarque le estaba pasando tenía demasiadascosas que hacer y no le dio más importancia.En su trabajo como secretaria de un impor-tante abogado no paró en todo la mañana ycuando se dio cuenta era la hora de comer. Seextrañó que Paco no la hubiera llamado, élsiempre lo hacía y a ella le gustaba, aunquesu madre la decía que era para controlarla, aella le gustaba. Su feje la invitó a comer dán-dole las gracias por su fabuloso trabajo yantes de contestarle, un aviso se abrió en sumente. A Paco no le gustaría que comiera conél, a Paco no le gusta…El pensamiento se per-dió.

-Comeré contigo.- respondió a su jefe hacien-do oídos sordos a aquella advertencia, que nosabía de dónde había salido.Comieron algo rápido y volvieron a trabajar,una hora más tarde su jefe salía en una emer-gencia diciéndola, que esperaba una visita,no tardaría en volver pero necesitaba queellos no se fueran de la oficina, que le espe-raran allí, era muy importante. Ella asintiócon la cabeza mientras él salía casi corriendopor la puerta. Media hora más tarde dos hom-bres entraron peguntando por su jefe.

-Siéntense señores, Don Joaquín les espe-raba pero ha salido en una urgencia, no tar-dara, si quieren un café o cualquier cosamientras esperan no tienen más que pedírme-lo.

-Les dedicó una sonrisa algo pícara. De nuevo una alarma se activo en su mentediciendo. "A Paco no le gusta que sonrías aotros hombres. A Paco no le gusta..." Pero quédemonios estaba pasando hoy. Los hombresla miraban y ella se dio cuenta de que su son-risa había desaparecido, estaba seria y teníael ceño fruncido.

-No se preocupe ¿Señorita?-Pregunto uno

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de ellos.-Señora- Contestó a la pregunta del clien-

te algo áspera.-Tomaremos algo fuera, no se moleste,

señora.-No es molestia- La sonrisa volvió a su cara

y su voz se volvió melosa otra vez -Siéntense yles traeré algo, un café, refresco o algo másfuerte.

-Ahí nos ha ganado, si tiene whisky somostodo suyos.

-Eso está hecho, siéntense mientras lo trai-go- Los clientes se sentaron en los sillones dela sala de espera - ¿Solos o con hielo?- Volvióa sonreír coquetamente.

-Con hielo.- Respondieron a la vez. Se fue a prepararlos, cuando volvió, su jefe

se encontraba estrechando las manos de losclientes.

-Te puedes ir si quieres, yo tengo mucho quehablar con estos señores y creo que puedoprescindir de ti hasta mañana.- Cogió losvasos de sus manos y se los dio a cada clien-te, no sin antes guiñarla un ojo y gesticulandoun gracias mientras entraba en su despachocerrando la puerta.Ella asintió y se preparó para marchase, sesentía realizada en su trabajo y alegre.Su móvil sonó dejándola helada, no era la

melodía de Melendi que tanto le gusta a supequeño si no el maldito pi…pi…pi…pi. y depronto Melendi….Porque te quiero como elmar, quiere al pez que nada dentro….Cortó lallamada sin mirar quien era, con lo bien quele había ido el día estas cosas la estabandejando helada. Se negó a sí misma volverpensar en ello destrozando aquel día tan per-fecto. Anhelaba volver a casa, probablemente a lascinco tendría el mismo atasco para salir deMadrid que cuando entró y así era. Hizointención de poner la radio pero no lo hizo, elrecuerdo del pi se reprodujo en su cabeza y sededico a mirar a los otros coches. Observóque algunos conductores la miraban y la son-reían, quizá todavía a sus cuarenta y dosaños no había perdido ese sexapil, se sintióguapa pero la voz de su cabeza habló... noeres guapa… No vales para nada…Si te vieraPaco sonreír así te bajaría los humos conuna…Una intensa pitada del coche de atrás la sacóde aquel estado de hipnosis, pidió perdón consu mano a través de la ventanilla y condujo,solo condujo. Una vez que llegó a casa, en elgaraje con el motor apagado del coche,pensó en todo lo que la había pasado hoy. De

dónde salía ese sonido que solo ella parecíaoír y jamás recordaba que Paco le hubieraprohibido o dicho semejantes cosas. Algomalo le pasaba, entraría en casa y le contaríaa Paco todo lo que le había pasado.Abrió la puerta, dijo hola, enseguida Mariollego corriendo y sin dejarle soltar las cosasque tenía en la mano se la echó encima.

-Mamá por fin llegas, papá me estaba con-tando un cuento.Sus males desaparecieron al abrazar a su hijocon fuerza.

-Cariño ¿Qué tal el día?Paco estaba de pie mirándola con una sonri-sa y el libro que leía a Mario en sus manos.Ella volvió abrazar a su bebé.

-¿Pasa algo?- Le pregunto -¿Cariño?-No, ahora no.- Ella se levantó apretando la

mano de su hijo y besando a su marido-Cuéntame a mí también el cuento antes deque vaya a preparar la cena.

- La cena ya esta preparada tú solo relájate.Se dejó caer en el sofá con su marido y su hijoa cada lado y cerró los ojos, se encontrabafeliz.

En la unidad de cuidados intensivos solo seoía el pi.pi.pi.pi. de los monitores cardiacoshasta que uno produjo un sonoropi…pi..piiiiiiiii.. La enfermeras salieroncorriendo hacían el box. La mujer que seencontraba allí tenia cuarenta y dos años, laúltima víctima de maltrato de género, el mari-do le había dado tal paliza que la había deja-do en coma.

-Vamos cariño, no te rindas.-La enfermeraque ayudaba en la reanimación hablaba a lapaciente.Después de dos minutos estresantes el moni-tor volvió a su pi…pi… Las constantes vitalesvolvían a la normalidad. El médico se retiródando nuevas instrucciones a las enfermerasde guardia pero la más joven se quedo atrásmirando a aquella mujer.

-Tania ¿Qué haces? Tenemos que hacer laronda.-Otra enfermera se acercó a ella.

-¿Crees que sueña estando en coma?-Preguntó la más joven.

-Espero que sí.-¿Y en qué puede soñar una mujer que ha

sido maltratada así?-Espero que sueñe con una vida feliz, que es

lo que no tuvo. Un marido que la quiera, quela respeté, quizá un hijo, quién sabe. -Puso sumano en el hombro de Tania-Vamos dejémos-la soñar ya no hay nada que podamos hacerpor ella, solo esperar…… �


ania se miró al espejo. Tenía unasgrandes y oscuras ojeras producto dela mala noche que había pasado. Laincertidumbre de lo que acontecería

ese día no la había dejado dormir, a pesar deque el cirujano la había recomendado tranqui-lidad y descanso.

¡Hola mujer afortunada! - se dijo mirán-dose fijamente a los ojos. -Hoy va a ser tu grandía. Todo o nada como siempre has anhelado.

Se metió en la ducha y dejó que el aguatibia recorriera su cuerpo, se enjabonó condeleite, pero evitando en todo lo posible, comosiempre, tocar su sexo.

Salió, se secó y volvió a mirarse al espe-jo. Tania o Antonio, Antonio o Tania.Ya casi no lo recordaba, su memoria se confun-día en la lejanía del pasado, en aquellos añostristes y difíciles en los que su identidad estabaescondida, atrapada en una dura coraza deincomprensión, y sus deseos más íntimos, eranvíctima de la realidad. Carne disfrazada dedeseo, piel vestida de esperanza, amores impo-sibles, volcanes consumidos en el límite de laprivacidad.

Así había sido ella, así había sido suvida, hasta que la última vejación abrió la puer-ta de su jaula de lágrimas cristalizadas y deci-dió volar hacia otros paisajes en los que pudie-ra ser caudal anónimo y forjarse tal y comosiempre había deseado.

Sus pensamientos volvieron al presentey su mirada se posó nuevamente en la imagenque le devolvía el espejo:Tania, una mujer degrandes y tristes ojos, tez morena, aún conimperfecciones que sabía disimular muy biencon el maquillaje, largos brazos y un torso pro-

porcionado, con bonitos y perfectos senos,caderas estrechas y largas piernas. ¿Tania oAntonio?. Qué más le daba ya, Tania le habíaganado muchas batallas a Antonio en los últi-mos años y se aproximaba la batalla final quela haría ganar definitivamente la guerra. Su pro-pia y reflexiva guerra.

Mientras se secaba el pelo sus recuer-dos volaron al país de nunca jamás y volvió aser aquel pajarillo inseguro, acorralado por lacrueldad de los demás niños, por los reprochesde sus hermanos, las palizas de su padre …

"Antoñito mea como las niñas y nuncajuega con los niños". se reían los otros .

"¿Dónde has escondido mis collares?" lepreguntaba su madre con dulzura. Su madre,único salvavidas en el mar tormentoso de suvida. Bálsamo anónimo e invisible a los ojos delos demás. Sólo con cruzarse sus miradas seentendían. Ella sabía de su sufrimiento y se tra-gaba la impotencia con caricias alentadoras.

"O te portas como un macho o no salesa la calle". Palabras habituales de su padre.Desprecios difíciles de entender por un niño,miradas encendidas que quemaban más queuna bofetada, hasta que llegó el ultimátum: Ocambias o te vas de esta casa.

Y se fue. Guardó su alma de mujer enuna maleta y cogió el tren de las ausencias y lasdistancias sin dejar huella, en busca de su ley.

Y ahora se encontraba allí, frente a símisma, después de innumerables avatares, dedías interminables buscando una salida a supenosa situación, pero con la inestimable com-pañía de su seguridad y la convicción de quellegaría a ser ella misma, por encima de incom-prensiones, de burlas y roles establecidos.

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çTercer Premio:

"A propósito de Tania"

Autora: Mª del Pilar Vázquez Carbonero

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Dispuesta a librar su batalla final, la decisiva."El dios que reparte los sexos equivocó

mi papeleta un día", solía decir, burlona, justifi-cando ante ella misma y los demás su compor-tamiento. Sonreía con la cabeza muy alta y des-pués en sus momentos de soledad procurabamantener una actitud positiva y borraba de unmanotazo cualquier lágrima furtiva de preten-diera empañar su objetivo.

Tania acabó de vestirse, cogió unpequeño maletín en el que llevaba lo imprescin-dible para su estancia en el hospital y salió a lacalle con paso resuelto

. Su amiga Lydia la esperaba en un taxi. Lydia, su única amiga, confidente y compañe-ra de trabajo. Juntas habían reído y llorado, sehabían dado aliento mutuamente y habían pro-curado desdramatizar su situación en múltiplesocasiones llevando la cuenta de cúantas ham-

burguesas les quedaban aún por preparar parapoder cumplir sus sueños: Tania llevar a cabo suoperación y Lydia poder traerse a su hija de supaís.

Tania serena y sonriente veía pasar antesus ojos las luces del hospital, tumbada en lacamilla, recorriendo los pasillos que la llevabanhasta el quirófano, agarrada de la mano de suamiga.

"Ánimo Tania, todo va a salir perfecta-mente, no te preocupes" - oyó la voz de su doc-tor.

Cerró los ojos: "Adiós Antonio, sabes,no te guardo rencor, tú también has sido unavíctima como yo. Espero ganar esta batalla o losdos moriremos en el intento".

Una dulce y esperanzadora sonrisa ibailuminando su cara, mientras la anestesia corríapor sus venas. �


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Primer Premio: "JUGANDO A SER MAYOR"

Autor: José Luís Morales Martín

Organizado por la Asociación de Mujeres Jóvenes Pandora

Tema: Nuevos modelos masculinos hacia la igualdad

XIV CERTAMEN DE FOTOGRAFÍA


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Segundo Premio: ""SIN TÍTULO"

Autor: Gabriel Díaz de la Morena

Tercer Premio:

"EL ESPEJO DONDE MIRARSE"Autora: Luz Cortés Marín


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XIII CERTAMEN DE PINTURAOrganizado por la Asociación de Mujeres Progresistas

por la Igualdad (AMPPI)

Tema: Las mujeres en el arte de la pintura

Primer Premio: "ESPERANZA"

Autor: Pablo Rodríguez Lucas


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Segundo Premio:

"EL BAÑO"

Autora: Evangelista Esparza Tevez

Tercer Premio:

"ALEGRÍA Y SUFRIMIENTO DE FRIDA KAHLO"

Autor: Evaristo Palacios Yuste


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II CERTAMEN DE POESÍA "PALABRAS DE OTOÑO"

Organizado por la Asociación Mujeres Creativas "Rosa Montero"


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Ayuntamiento de FUENLABRADAConcejalía de Igualdad y Empleo

1er Premio de Pintura


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