Upload
ma-luisa-dominguez
View
216
Download
0
Embed Size (px)
DESCRIPTION
Trabajos premiados
Citation preview
Curso 2010/2011
Ganadores:
Primer ciclo de Secundaria
Prosa Primer premio: Mar Sánchez. 2º E.S.O. B. Un detective de cinco estrellas.
Segundo premio: Elías Vecino. 1º E.S.O. G. Las seis pruebas espaciales.
Tercer premio: Un sueño para contar.
Verso Primer premio: Inés Jiménez. 1ºE.S.O. C. Amor.
Segundo premio: Begoña Rivera. 2ºE.S.O. G. Fue difícil olvidarlo.
Tercer premio: Macarena Blázquez. 2ºE.S.O. G. Sentimientos del corazón
Segundo ciclo de Secundaria
Prosa Primer premio: Ana Isabel Mena. 3º A. El horizonte.
Segundo premio: Marc Márquez. 3ºA. Sueños
Tercer premio: Ruth Pérez de San Macario. Hijos del orden y del caos.
Verso Primer premio: Ruth Pérez de San Macario. Traición.
Segundo premio: Carlos Collado, 4ºE. La noche y el día
Tercer premio: Miguel López. 4ºE. Amor y muerte.
Bachillerato
Prosa Primer premio: Manuel Moya. 1º Bach. A. Hacia el cielo.
Segundo premio: Cristian Morgado. 2º Bach. D. Un toro nacido para morir.
Tercer premio: Jaime Guerra. 1º Bach. C. Un día de caza.
Verso Primer premio: José Manuel Redondo Acero. 2º Bach. E. Solo tú.
Segundo premio: Sergio Galán. 2º Bach. E. Tú.
Tercer premio: Cristian Morgado. 2º Bach. D. Hoy les toca a ellos.
Mar Sánchez Garrido
Ana Isabel Mena
Manuel Moya Granado
Mª Inés Jiménez
Ruth Pérez de San Macario
José Manuel Redondo Acero
Un detective de
cinco estrellas
Jennifer se estaba pintando los labios
con un rojo intenso, cuando de
repente, escuchó un ruido detrás de
ella. Se dio la vuelta y detrás había un
hombre con un cuchillo en la mano.
Jennifer intentó huir pero él la
agarró por detrás. La chica intentó
resistirse arañando el brazo del
asesino, pero no consiguió nada. A los
pocos segundos, Jennifer ya estaba
muerta.
Hirel, el asesino, escondió el cadáver
encima de uno de los ascensores del
piso y huyó.
Mientras, en el gran salón del hotel
Strand Palace, Richard Lambert, el
marido de Jennifer, estaba dando una
conferencia sobre casos de
asesinatos en Oxford.
Richard y Jennifer habían quedado en
encontrarse después de la
conferencia, en un restaurante de
Manchester. Richard llegó puntual y
estuvo esperando una hora a su
mujer, con el ramo de rosas y la caja
de bombones que había comprado
para celebrar su aniversario.
Éste, extrañado al ver que su esposa
tardaba tanto, fue a buscarla. Cuando
llegó, no había nadie. Fue a la
habitación de Jennifer y vio una
mancha de sangre en el suelo y la tapa
de un pintalabios. Richard empezó a
preocuparse y llamó a todos los
amigos de Jennifer para saber si
estaba con ellos. Como nadie la había
visto, decidió ir a la policía. Pocos días
después, las autoridades le dijeron a
Richard que su mujer había
desaparecido y que según las
investigaciones, podría estar muerta.
Richard Lambert desesperado y
abatido, decidió llevar él mismo la
investigación.
Empezó inspeccionando el lugar en el
que Jennifer había estado por última
vez, su habitación. Lo primero que fue
a ver, fue la mancha de sangre que
había en el suelo. Cogió una muestra y
la metió en una bolsita de plástico.
Después observó un pintalabios de
color rojo que estaba destapado.
Richard dedujo que su esposa se
estaba pintando los labios cuando
desapareció.
Cuando se agachó para coger el
pintalabios, vio un cabello moreno.
Richard lo cogió y lo metió en otra de
las bolsitas que tenía.
Cuando terminó de registrar la
habitación de Jennifer, empezó con
las otras salas de la casa pero no halló
nada. Al cerrar la puerta de la
vivienda, encontró la punta metálica
de unos cordones y pensando que le
conduciría a alguna pista, Richard lo
guardó y cuando se dirigía al
laboratorio, escuchó a dos mujeres
comentar, que el ascensor
últimamente, desprendía un olor
nauseabundo.
Luego, Richard se fue al laboratorio
para analizar las pruebas.
Mientras esperaba los resultados de
las muestras, empezó a investigar a
algunos de los asesinos más conocidos
de Londres. Una de las imágenes que
vio, le llamó la atención. Era un
hombre con poco pelo, una nariz que le
sobresalía bastante de la cara y un
rostro horrible. Pinchó en la imagen y
leyó: Warren Blake, conocido como
uno de los asesinos más crueles de la
ciudad. Falleció el once de mayo de
mil novecientos sesenta y cinco.
Siguió viendo más imágenes, cuando,
de repente, apareció un hombre que
le resultó familiar. Hizo click en la
imagen y debajo había un texto en el
que aparecían algunos datos de éste:
Hirel Cromwell, nacido en la ciudad de
Oxford, el once de mayo de mil
novecientos sesenta y cinco. A
Richard le pareció muy extraño que
Hirel Cromwell naciese el mismo día y
el mismo año en el que murió Warren
Blake. Pensó que se trataría de alguna
casualidad. También vio que tenía el
pelo negro, por lo que colocó a Hirel
en su lista de sospechosos.
En un párrafo aparte, ponía que Hirel
Cromwell se había fugado de la cárcel
hace unos años y que la policía todavía
no había dado con él.
Cansado de tanto investigar, se fue a
preparar una taza de café, y, de
repente, se le vino a la cabeza el sitio
donde había visto a aquel hombre.
Fue en la cárcel de Newgate, cuando
Richard fue a visitar a un amigo suyo
que trabajaba allí. Lo vio cuando
estaba atravesando el pasillo de todos
los presos.
Cada vez aumentaban más las
sospechas hacia aquel hombre y
Richard le pidió ayuda a un viejo
amigo, William, que trabajaba en la
misma cárcel donde había estado
encerrado Hirel.
Cuando Richard llegó, le preguntó a un
agente de policía que donde podía
encontrar a William:
-Perdone ¿dónde podría encontrar al
detective privado William Scramblet?
-Oh, buenos días ¿por quién acaba de
preguntar usted?
-Por el detective privado William
Scramblet. ¿Sabría usted dónde
podría encontrarlo?
-Claro que sí. Siempre está encerrado
en su despacho.
-Muchas gracias y buenos días.
Cuando por fin lo encontró, Richard
le habló de Hirel y a William le
vinieron muy malos recuerdos de él:
-¿A qué se debe esa pregunta?- le
dijo William a Richard-. Él le dijo que
estaba investigando la desaparición
de su mujer, y, que de momento, el
principal sospechoso era Hirel.
William le contó todas las
complicaciones que este hombre les
había causado a él y a sus compañeros
y también le contó todos los detalles
de la fuga. Le dijo que en su celda,
Hirel había colocado un póster en la
pared y que todos los días, con una
navaja, iba cavando cada vez más,
hasta que llegó a la superficie. -
¿Cómo que hasta la superficie? ¿Es
que estaba encerrado bajo tierra?-
preguntó Richard -.
-Sí. Lo tuvimos encerrado en una
celda subterránea por seguridad.-
dijo William-.
Richard le preguntó que si conocía
algunos de los casos más destacados
de este asesino y William le dijo que
todas sus víctimas habían sido
mujeres.
Richard, le dio las gracias por la
información y se marchó.
Cuando llegó a casa abrió el buzón y
los resultados de las pruebas ya
estaban allí, en sus manos. Nervioso,
abrió el sobre con los resultados y vio
que la sangre pertenecía a su mujer y
que los cabellos, correspondían,
efectivamente, a Hirel. Richard ya
tenía una prueba para admitir que
Hirel había sido el asesino.
Sólo le faltaba encontrar a su mujer
para poder inspeccionarla y encontrar
la prueba definitiva para acusar a
aquel asesino de mujeres.
Pasados unos días, William llamó a
Richard para que comiese con él:
-Escucha Richard ¿qué te parece si
vamos a comer a algún sitio fuera de
la ciudad?
-Vale, quedamos a las doce y media,
en mi portal, y no hace falta que te
molestes en subir, ya bajaré yo.
-De acuerdo, pero no te retrases.
-Tranquilo, no lo haré.
Cuando Richard bajaba por el
ascensor para encontrarse con
William, notó un olor putrefacto, y,
entonces, se dio cuenta. ¡Qué tonto
había sido! Desde el primer día en que
escuchó a aquellas dos mujeres, no se
había percatado de que el cadáver de
Jennifer estaba encima del ascensor.
Richard abrió la trampilla, y, en
efecto, el cuerpo de su mujer estaba
allí. Llamó enseguida a William y los
dos analizaron el cadáver.
Richard encontró un resto de piel en
las uñas de Jennifer y avisó a William.
Fueron corriendo al laboratorio
forense y realizaron una prueba de
ADN. Cuando tuvieron los resultados,
vieron que ese trocito de piel
pertenecía a Hirel.
Richard le contó a la policía todo lo
que sabía sobre este despiadado
asesino.
Las autoridades le dijeron que lo
encontrarían fuera como fuese y
mandaron fotos a todas las comisarías
del país.
En el aeropuerto de Cuba, Hirel
estaba pasando por un control de
seguridad y sonó la alarma del
detector de metales. Los policías le
registraron y encontraron una pistola
escondida en un bolsillo oculto de su
chaleco.
Lo detuvieron y enseguida lo
identificaron como Hirel Cromwell.
Una semana más tarde, ya estaba
encerrado en la cárcel, después de
haber sido declarado culpable.
Richard y el asesino estuvieron
hablando a solas:
-¿Por qué Hirel, por qué? ¿Qué te
hizo mi mujer para que tuvieras que
asesinarla? ¿O acaso no te bastaba ya
con todas las demás mujeres a las que
has matado?- Hirel no contestó y miró a Richard
con una cara llena de rabia.
Cuando ya se lo iban a llevar a su
celda, gritó:
-¡Tú serás el próximo!- Exclamó Hirel
riéndose. Richard se quedó pensativo
y un poco preocupado, pero no hizo
caso a la advertencia.
Desde el día en que su mujer fue
asesinada, Richard tomó la decisión
de ser detective privado para casos
de mujeres maltratadas y restar en lo
posible, la violencia de género,
evitándole a otras personas, lo que no
pudo lograr con su mujer.
Mar Sánchez Garrido
El horizonte
El horizonte, tan impredecible como la
vida misma , que termina en
penumbra. . Muerte.
La historia que os voy a contar
comienza en los ojos de una pequeña
niña , soñadora y juguetona , que
observa el horizonte sentada en el
regazo de su padre .
- Tengo miedo papá. – dijo con un hilo
de voz la pequeña – no quiero crecer ,
no quiero tener que tirar mis juguetes
porque ya no los necesite , no quiero
tener que comportarme como un
adulto , no quiero ver como mis
cabellos van perdiendo su color …
-¿Por qué tienes miedo a crecer ? no
debes tener miedo , porque cuando se
crece, se aprenden las cosas más
bonitas de la vida . – contesto el padre
con una expresión risueña .
Después de estas palabras , abrazó a la
niña con ternura , la cogió en brazos y
la meció hasta que ambos se quedaron
dormidos .
Cuando el sol se despertaba a la
mañana siguiente , los ojos de la
pequeña se abrieron de nuevo . Como
si fuera sonámbula , comenzó a andar
pensando en las palabras que le había
dicho su padre el día anterior .
Caminó y caminó , pero su miedo no se
disipaba, decidió seguir caminando, sin
rumbo fijo , sin ninguna meta , solo con
una esperanza , perder el miedo a
crecer .
Pasaron los días , y la pequeña no
encontraba su camino ,empezaba a
sentirse sola , sin nadie que la
protegiera .
Divisó no muy lejos de allí , un grupo de
niños que corrían , cantaban , se reían..
y se acercó tímida hasta ellos .
-Somos tus amigos ¿ Te apetece venir
con nosotros ?- dijo con voz melodiosa
uno de los niños.
-Mi padre me enseñó que no hay que
ir con desconocidos – respondió la niña
asustada.
-Nosotros no somos desconocidos ,
formamos parte de tu corazón , somos
los amigos que te consuelan cuando te
haces daño , los que te levantan
cuando nadie sabe que te has caído, los
que están siempre a tu lado cuando los
necesitas.
Todos los niños se abrazaron y
comenzaron a jugar juntos , riendo y
saltando. En ese momento , la pequeña
niña descubrió una de las cosas mas
importantes de ser mayor , la amistad .
Juntos , siguieron caminando ,
hablando y cantando , opinando sobre
las vidas de unos y de otros . La
pequeña comenzó a ser mas alta , mas
bella, y mas madura.
Cumplió los diecisiete años , y seguía
caminando en busca de su destino .
Llegó a un tramo del camino en el que
un apuesto chico , con ojos color miel y
cabellos rizados descansaba bajo la
sombra de un viejo roble .
Y se acercó a él con timidez ;
preguntándose en esos momentos qué
significaría el revoloteo de mariposas
que sentía en su estómago .
-¿Qué haces aquí solo?- preguntó la
muchacha con curiosidad.
-Llevo esperando años , pero al fin has
llegado , ya no tendré que esperar mas
.
Dicho esto , ambos se abrazaron
dulcemente , y fue así como la pequeña
descubrió el significado del amor .
Pasaron los años , y la pequeña iba
creciendo cada vez mas , hasta que un
día , uno de sus amigos comenzó a
palidecer , al principio no le dieron
mucha importancia y todos decidieron
seguir su camino . Pero a medida que
avanzaban las semanas se dieron
cuenta de que algo extraño ocurría , su
compañero comenzó a estar cada vez
mas delgado , sus cabellos habían
desaparecido , y el brillo de sus ojos se
había apagado . Pasaron los días y nada
cambiaba , todos se empezaron a
preocupar , pero , a pesar de haberlo
intentado todo , no consiguieron nada y
su querido amigo murió a los pocos
días . Fue entonces cuando la triste
pequeña , conoció el significado de la
enfermedad y la muerte .
La niña siguió su camino , con un
marido que la quería y con unos amigos
que la apoyaban , pero después de lo
ocurrido , aún seguía teniendo miedo a
crecer , añoraba sus juguetes , su niñez
, no quería abandonar todos sus
recuerdos .
Caminó y caminó , y durante este
camino , también aprendió el
significado del compromiso ,el coraje ,
el miedo , la felicidad y vivió muchas
aventuras distintas .
Pasaron muchos años , y llegó el
momento de reflexionar , la pequeña se
había convertido en madre . Miró a los
ojos de su indefenso hijo y se sintió
llena de vida .
En ese momento, recordó aquella
tarde junto al mar, mirando el
horizonte junto a su padre , que le
decía que no debía tener miedo a
crecer. Y entonces comprendió , que no
hay que tener miedo a crecer , y que
por fin había alcanzado el horizonte .
Abrazó a su bebé y le susurró al oído : “
No debes tener miedo , porque cuando
se crece, se aprenden las cosas más
bonitas de la vida… ”
Ana Isabel Mena, 3ºA
Hacia el cielo
Jamás olvidaré esas tardes
de paseo, tus abrazos, tus
sonrisas, tu mano levantándome al
caer, fuiste mi cómplice en juegos
y fechorías, siempre tenías la
palabra justa para justificar mis
travesuras. Nos divertíamos
tanto…
Siempre imaginé que te
vería envejecer cuando mirara el
paso del tiempo en las arrugas de
tu piel, que tu mano iría apoyada en
mi hombro, que te vería tomar el
sol como lo hacían aquellos
girasoles que visitábamos cada
mañana, pero no fue así. Son
lecciones muy duras que enseña la
vida.
La enfermedad apareció
sin previo aviso aquella navidad.
Pero como siempre, no le diste
importancia. Con tus sesenta
primaveras, te veías fuerte como
un roble y capaz de todo, pero fue
mala y traicionera. No nos dio
mucho tiempo, venía a por ti. No
dio opciones, ni una pequeña
esperanza. Por primera vez te vi
llorar y pude sentir tu dolor,
fueron unos meses terribles.
¿Cómo aceptar que te ibas? ¿Cómo
no verte más a mi lado? ¿Cómo no
oír más tu voz? ¿Cómo no verte
reír?
Te fuiste en silencio sin
hacer ruido, sentí tanto dolor,
tanta rabia, tenía tantas
preguntas sin respuesta. Luchaste
tanto en la vida, trabajaste tanto…
Y al final, te fuiste sin disfrutar la
tranquilidad de la vejez.
Muchas de esas preguntas
tuvieron sus respuestas cuando vi
la cantidad de personas que fueron
a darte el último adiós. Cuando vi
la emoción en sus ojos, supe que
no solo habías sido importante en
mi vida sino que además habías
dejado huella en el resto. Me sentí
tan orgulloso…
El ser un hombre de bien,
es la mayor riqueza que podías
poseer y para mí, la mejor de las
herencias.
Aquel día, la muerte apagó
la luz y dejó mi corazón a oscuras.
No podía ser, tenía que ser una
pesadilla. La mirada y los ojos
enrojecidos de mi madre
confirmaron mi peor temor. Esa
vez, su cálido abrazo no me
reconfortó, no alivió mi dolor, ni
sus palabras diciéndome que ya no
sufrías y que nadie muere si vive
en tu corazón. Solo supe que te
ibas, que no volvería a verte. Me
quedaron tantas cosas por
decirte…
Quiero encontrarte en
todas las cosas que te han
pertenecido e incluso en cada una
de mis lágrimas, te busco en cada
nube que hay en el cielo, y en la
noche, en la estrella que más
brilla, y te encuentro. Ya sabes
que nunca fuiste bueno jugando al
escondite. Sé que desde ahí aún te
ocupas de mí y eso, me hace feliz.
No nos despedimos,
tampoco quise porque para mi fue
solo un ‘’hasta luego, abuelo’’.
Manuel Moya Granado. 1º
Bachillerato. A
Amor
Por el camino de la A
Me encontré con la M
y me dijo que la O
estaba con la R.
Qué cara tan linda,
qué ojos tan bonitos.
Qué mirada tan dulce,
Qué alma tan pura y
Qué cuerpo tan sensual.
Bueno dejemos de hablar
De mí.¿Tú,qué tal estás?
Por el sendero voy,sin saber
Dónde ir.
Por el sendero voy, sin poder
Decir que lo que a mí me pierde
Está dentro de ti.
¿Qué es querer? Es un sentimiento
Que no puedo explicar.
Cuando te veo, me brota y cuando tú te alejas contigo se va.
Mª Inés Jiménez, 1º E.S.O. C
Traición Ruth Pérez de San Macario
Quisiera grita a la soledad,
Gritar muy alto y, a la vez,
Susurrar un lo siento amargo,
Desvelar el daño que me corroe el alma.
Pero, ¿y si no fui yo?
¿Quién es el culpable del error?
Quizás agradecería tu arrepentimiento
Y que eso aliviase mi pensamiento.
Ni mis palabras,
Ni siquiera mis lágrimas,
Consiguen borrar aquello que pasó.
¿Quién pierde ahora? ¿Tú o yo?
Probablemente los dos.
¿Qué sacamos de eso?
Tan sólo rabia, tan sólo dolor,
Una herida abierta, un puñal en el corazón,
Un te odio y un adiós.
Desapareces pero vuelves,
Te ignoro pero caigo.
Hasta el próximo error te creo,
Hasta el siguiente fallo te espero.
SOLO TÚ
Todo comenzó un día,
un momento, un instante,
el instante que te miré
y por ti, fascinado quedé
Tenerte delante sin saber qué hacer,
hablar contigo sin saber qué decir,
deseo que no llegue el amanecer
para que de mis sueños no puedas salir.
Por tu simpatía me hechizaste,
con tu delicadeza me enamoraste,
y mi vida, solo yo quiero cuidarte.
Solo quiero decirte la verdad,
la realidad de mis sentimientos,
mis más sinceros deseos…
quiero más que tu amistad.
Solo tú quiero que me quieras,
solo tú quiero que me ames,
solo tú quiero que me sientas
como nunca nadie lo hizo antes.
Sé, que soñarte es mi ficción,
sé, que añorarte es mi destino,
que mi cariño es infinito
sin ponerle condición.
Para que confíes en mi,
cada segundo te entregaré mi corazón,
cada minuto será una ilusión,
cada día te daré mil razones para vivir.
Cuando tus ojos me miran,
cuando tus labios me besan,
quisiera el tiempo parar
y nuestros besos poder congelar.
Por amarte, mi vida arriesgaré,
por amarte, hoy lloro de ilusión,
hoy daría mi vida únicamente por ti
porque solo tú eres la que me hace sentir.
No me hacen falta palabras,
no me hacen falta gestos,
simplemente una mirada
para saber que es cierto me amas.
José Manuel Redondo Acero
Curso: 2º BACH E