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PRESENTACIÓN

Antecedentes: las traducciones bíblicas para la liturgia La Conferencia Episcopal Española perfila su identidad como institución permanente al servicio de los obispos y de las iglesias diocesanas de España en 1965, año de la clausura del Concilio Vaticano II, y adquiere personalidad canónica propia en 1966. Se puede decir que ya antes de su constitución formal, la Conferencia Episcopal se había preocupado de ofrecer a los fieles una traducción adecuada de los textos de la Sagrada Escritura que se proclaman en la liturgia. Porque el 3 de diciembre de 1964, el Consejo encargado de llevar adelante la reforma litúrgica ordenada por el Concilio daba su aprobación a un Leccionario dominical y festivo en español. El ferial y santoral aparecería en 1967. Se trataba de la traducción de las lecturas bíblicas del misal de san Pío V, en su última revisión por el beato Juan XXIII. No era todavía el actual leccionario, más desarrollado y ordenado en un ciclo trienal dominical, del que no se iba a disponer hasta los años 1969 (B), 1970 (C) y 1971 (A). Pero la traducción era básicamente la misma, es decir, la que habían preparado, desde octubre de 1963, Luis Alonso Schökel, Ángel González Núñez, José María González Ruiz y José María Valverde; Juan Mateos se incorporaría más tarde al equipo de revisión. La iniciativa había partido del Secretariado Nacional de Liturgia, órgano asistente de la Comisión Episcopal de Liturgia, creada en 1960 por la Conferencia de Metropolitanos. El 7 de diciembre de 1966, la Biblioteca de Autores Cristianos publicaría el Salterio del Breviario Romano, una traducción española, de Luis Alonso Schökel, presentada por la Comisión Episcopal de Liturgia como texto experimental, y que es básicamente la misma que se adoptaría en la Liturgia de las Horas reformada, que habría de ver la luz primero en tres volúmenes, en 1972, y más tarde en cuatro, en los años 1979-1981. Las traducciones bíblicas para uso litúrgico se fueron completando con las misas feriales, del propio y del común de los santos, las rituales y votivas, entre otras. Su uso las acreditó como textos por lo general muy bien logrados, pues, siendo fieles a los originales, vertían los diversos géneros de los libros sagrados de acuerdo con el genio propio del español de nuestro tiempo. Debe hacerse constar con gratitud el gran servicio prestado por aquellos traductores. Oportunidad y conveniencia de una traducción bíblica completa Sin embargo, se echaba en falta que la Conferencia Episcopal no hubiera procurado una traducción completa de la Sagrada Escritura elaborada con criterios semejantes a los empleados en la versión de los textos bíblicos utilizados en los libros litúrgicos. Tal propósito fue tomando cuerpo en los años noventa, hasta llegar a su feliz realización en la obra que el lector tiene hoy en sus manos: la Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. Los motivos y los hitos principales del trabajo realizado son los siguientes. La conciencia de que era conveniente, y aun necesario, acometer la elaboración de esta Biblia fue propiciada por diversos factores, entre los que parece obligado mencionar al menos tres: la necesidad de revisar la traducción de los textos bíblicos que se venía utilizando en la liturgia, el deseo de seguir avanzando en la fructífera utilización de la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia y la oportunidad de contar para ello con un instrumento de referencia. En efecto, ya algunos de los autores de las traducciones litúrgicas mencionadas habían continuado por su cuenta el trabajo, llegando a publicar el texto completo de la Biblia en dos recensiones: primero, la llamada Nueva Biblia Española (1975) y, más tarde, la titulada Biblia

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del peregrino (1993). En estas obras introducían ciertas correcciones elementales y se hacían eco de los avances logrados en el mejor conocimiento de los textos sagrados. Pero, además, desde la experiencia en la utilización de los libros litúrgicos, pastores y fieles laicos habían ido haciendo llegar a la Conferencia Episcopal no pocas sugerencias para la revisión de las traducciones empleadas. Por otro lado, la lectura y la meditación de la Sagrada Escritura se había ido extendiendo cada vez más en toda la Iglesia, según el deseo del Concilio. La proliferación de traducciones de todo tipo era, por una parte, testigo de esa evolución positiva y, por otra, signo del desafío planteado a la formación exegética y espiritual, imprescindible para que el uso de la Biblia resultara verdaderamente fructífero como alimento de la fe. A este respecto, el documento de la Pontificia Comisión Bíblica La interpretación de la Biblia en la Iglesia, de 1993, se reveló como un instrumento de gran valor para el necesario discernimiento del camino recorrido, evitando tendencias improductivas y promoviendo una comprensión de la Sagrada Escritura acorde con su espíritu y con su fin. Sujetos e hitos de un largo y esmerado trabajo En el encuentro de obispos y teólogos que tuvo lugar en Madrid en septiembre de 1995, precisamente sobre el documento La interpretación de la Biblia en la Iglesia, emergió con fuerza la demanda de una versión completa de la Sagrada Escritura en la que se integraran, con las necesarias revisiones, los textos bíblicos ya traducidos y utilizados en la liturgia, y realizada según el espíritu que había guiado la traducción de estos textos treinta años antes. Se pensaba que tal versión de la Sagrada Escritura, promovida por la Conferencia Episcopal y, llegado el momento, asumida por ella como texto oficial, habría de mostrarse como un instrumento de referencia para toda la labor evangelizadora de la Iglesia en su ineludible raigambre bíblica. La Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, impulsora principal de aquel encuentro de 1995, y la Comisión Episcopal de Liturgia hicieron suya la demanda —sentida, por lo demás, desde tiempo atrás— y la presentaron a los órganos competentes de la Conferencia Episcopal. Estos crearon en 1996 una Comisión a la que se encargó la puesta en marcha y luego la supervisión de los trabajos de elaboración de la Sagrada Biblia que habría de ser la oficial de la Conferencia. Dicha Comisión coordinadora estaba constituida por los presidentes y los secretarios de las mencionadas Comisiones Episcopales, dos biblistas, un liturgista y un teólogo. La Comisión coordinadora propuso la creación de un Comité Técnico, aprobado también en 1996 y constituido por un Presidente, el Prof. Dr. D. Domingo Muñoz León; un Secretario, el Prof. Dr. D. Juan Miguel Díaz Rodelas, y tres vocales. El Comité elaboró los criterios que habrían de guiar todo el trabajo y que fueron aprobados por la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal en febrero de 1997. A propuesta del Comité Técnico, colaboraron en el trabajo veinticuatro especialistas procedentes de los diversos centros de estudios superiores de España, París y Roma: Rafael Aguirre Monasterio, Ángel Aparicio Rodríguez, Gonzalo Aranda Pérez, Antonio Artola Arbiza, Jesús María Asurmendi Ruiz, Nuria Calduch Benages, José Cervantes Gabarrón, Francisco Contreras Molina (†), Juan Miguel Díaz Rodelas, Alfonso de la Fuente Adánez (†), Jorge Juan Fernández Sangrador, Félix García López, Jesús García Recio, Santiago García Rodríguez, Andrés Ibáñez Arana (†), Juan Antonio Mayoral López, Fernando Morell Baladrón, Víctor Morla Asensio, Domingo Muñoz León, Antonio Rodríguez Carmona, Horacio Simian-Yofre, Julio Trebolle Barrera, José Ángel Ubieta López, Jaime Vázquez Allegue. A todos ellos, nuestro reconocimiento y gratitud.

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En junio de 2007 se pudo contar con un primer texto completo de la Biblia, llamado «provisionalmente definitivo». Había sido revisado por el Presidente y el Secretario del Comité Técnico, con la ayuda de un Secretario técnico, y sometido a revisión literaria y, parcialmente, a experimentación litúrgica. Este texto fue enviado en la fecha mencionada a los obispos miembros de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal y de las Comisiones Episcopales para la Doctrina de la Fe y de Liturgia, así como a otros cuatro obispos nombrados ad hoc, y a todos los que desearon estudiarlo. El Comité Técnico fue recibiendo de ellos, durante un año, numerosas observaciones, de cuya evaluación dio cuenta en un informe presentado a la Comisión Permanente de junio de 2008. Introducidas las enmiendas de dicho informe aprobadas por la Comisión Permanente y atendidas las indicaciones de esta, el llamado «texto revisado» fue enviado en septiembre de 2008 a todos los obispos miembros de la Conferencia Episcopal Española. En noviembre del mismo año, la Comisión Permanente dio su aprobación al conjunto de la Biblia —texto, introducciones y notas— y la Asamblea Plenaria al texto bíblico solo, con la mayoría cualificada necesaria para que pudiera ser utilizado en el futuro en los libros litúrgicos, previo su reconocimiento por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. El texto fue sometido a la Congregación en julio de 2009. Mejorado con no pocas observaciones que la Congregación tuvo a bien hacer tras un detallado estudio, la traducción recibió la recognitio el 29 de junio de 2010, solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo. A modo de autorizada introducción general, esta Biblia lleva una sustanciosa Instrucción pastoral de la XCI Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, titulada La Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia. Quiera el Señor que —como desean los obispos— esta Sagrada Biblia, preparada con tanta paciencia y esmero en prolongación del tradicional servicio de nuestra Conferencia Episcopal a la Palabra de Dios en la mesa eucarística, ampliado ahora a toda la obra evangelizadora de la Iglesia, contribuya al encuentro vivo de cuantos la lean con el Verbo de Dios hecho carne. Madrid, 30 de septiembre de 2010, fiesta de San Jerónimo.

+ Juan Antonio Martínez Camino Obispo Auxiliar de Madrid

Secretario General de la Conferencia Episcopal Española

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XCI ASAMBLEA PLENARIA DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA

INSTRUCCIÓN PASTORALLA SAGRADA ESCRITURA EN LA VIDA DE LA IGLESIA

El único depósito de la Palabra de Dios

1. Lámpara es tu palabra para mis pasos (Sal 119, 105). Dios, que habita una luzinaccesible (1 Tim 6, 16), dispuso en su sabiduría infinita revelarse a sí mismo y dar aconocer el misterio de su voluntad, para que el hombre, creado a su imagen y semejanza,llegara a participar de su misma vida1. Esta revelación no fue interrumpida por el pecadode nuestros primeros padres, sino que, después de la caída, Dios reiteró su alianza a loshombres y los fue guiando, por los profetas, con la esperanza de la salvación2. Mediantepalabras y obras ha ido comunicando gradualmente su designio salvífico a través delpueblo elegido, a fin de que la Palabra de Dios, como antorcha que brilla en las tinieblas,guiara sus pasos.

Al cumplirse la plenitud de los tiempos (cf. Gál 4, 4), envió Dios a su Hijo, «laPalabra única, perfecta e insuperable del Padre»3. En Cristo, Palabra de Dios hecha carne,el Padre nos lo ha dicho todo4. Gracias al misterio de la Encarnación, la luz de la gloriadivina ha brillado ante nuestros ojos con nuevo resplandor, de modo que conociendo aDios visiblemente, podemos ser llevados al amor de lo invisible5. La comunicación que elPadre ha hecho de sí mismo por su Verbo en el Espíritu Santo sigue presente y activa en laIglesia: «Dios, que habló en otros tiempos, sigue conversando siempre con la esposa de suHijo amado; así el Espíritu Santo, por quien la voz viva del Evangelio resuena en la Iglesia,y por ella en el mundo entero, va introduciendo a los creyentes en la verdad plena y haceque habite en ellos intensamente la palabra de Cristo»6. «Sin embargo, la fe cristiana no esuna “religión del Libro”»7. El cristianismo es la experiencia de la verdad y de la vida quese nos comunica en el acontecimiento, «no de un verbo escrito y mudo, sino del Verboencarnado y vivo»8.

2. La Iglesia, cumpliendo el mandato de su esposo (cf. Mt 28, 19), ha transmitidodesde la época de los apóstoles el testimonio de Cristo a todos los hombres, a través de lapredicación, el testimonio, las instituciones, el culto y los escritos inspirados. Losapóstoles, sabiendo que Dios quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de laverdad (1 Tim 2, 4), transmitieron a sus sucesores, los obispos, y, a través de estos, a todaslas generaciones de todos los tiempos, todo lo que habían recibido de Cristo y aprendido del

1 Cf. CONCILIO VATICANO II, Constitución dogmática sobre la divina revelación Dei Verbum(= DV), 2.

2 Cf. Misal romano, plegaria eucarística IV. 3 Catecismo de la Iglesia católica (= CEC), 65. 4 Cf. SAN JUAN DE LA CRUZ, Subida al monte Carmelo, 2, 22; CEC 65. 5 Cf. Misal romano, prefacio de Navidad I. 6 DV 8; CEC 79. 7 CEC 108. 8 SAN BERNARDO, Hom. miss. 4, 11; cf. CEC 108.

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Espíritu Santo9. «Esta transmisión viva, llevada a cabo en el Espíritu Santo, es llamadaTradición en cuanto distinta de la Sagrada Escritura, aunque estrechamente ligada a ella»10.«La sagrada Tradición y la Sagrada Escritura están íntimamente unidas y compenetradas.Porque surgiendo ambas de la misma divina fuente, se funden en cierto modo y tiendena un mismo fin. Ya que la Sagrada Escritura es la palabra de Dios en cuanto se consigna porescrito bajo la inspiración del Espíritu Santo, y la sagrada Tradición transmite íntegramentea los sucesores de los apóstoles la palabra de Dios, a ellos confiada por Cristo Señor y porel Espíritu Santo para que, con la luz del Espíritu de la verdad la guarden fielmente, laexpongan y la difundan con su predicación; de donde se sigue que la Iglesia no derivasolamente de la Sagrada Escritura su certeza acerca de todas las verdades reveladas. Por esose han de recibir y venerar ambas con un mismo espíritu de piedad»11. La Sagrada Escrituray la sagrada Tradición constituyen el único depósito de la Palabra de Dios que Cristo entregóa la Iglesia a través de sus apóstoles. En Él, como en un espejo, la Iglesia peregrinantecontempla a Dios, fuente de todas sus riquezas12.

La Sagrada Escritura: Palabra de Dios en lenguaje humano

3. «Habiendo hablado Dios en la Sagrada Escritura por hombres y a la manerahumana, para que el intérprete de la Sagrada Escritura comprenda lo que Él quisocomunicarnos, debe investigar con atención lo que pretendieron expresar realmente loshagiógrafos y plugo a Dios manifestar con las palabras de ellos»13. La Sagrada Escritura estáformada por los cuarenta y seis escritos del Antiguo Testamento y los veintisiete del Nuevo.«El Antiguo Testamento prepara el Nuevo mientras que este da cumplimiento al Antiguo; losdos se esclarecen mutuamente; los dos son verdadera Palabra de Dios»14. A pesar de ladiversidad de libros que la componen, «la Escritura es una porque única es la Palabra deDios, único el proyecto salvífico de Dios y única la inspiración divina de ambosTestamentos»15. Al estar compuesta por muchos libros recibe con frecuencia el nombre deBiblia, palabra formada a partir del plural del término griego biblíon, que significa «libro».Algunos de sus libros se fueron configurando como obras literarias en un largo proceso queduró años e incluso siglos. Otros fueron escritos como obras unitarias en un espacio detiempo mucho más breve. Todos llevan el sello del autor o autores humanos que intervinieronen su composición, de la lengua en que fueron escritos originalmente, de la cultura, lascostumbres y usos de las comunidades en cuyo seno nacieron y para las cuales fueroncompuestos. También dejaron su impronta en los libros de la Biblia las circunstanciashistóricas de su composición. La Sagrada Escritura es, pues, palabra humana, que, tanto enla singularidad de los distintos libros como en su conjunto, puede compararse a otras obrasliterarias e históricas que ha producido el espíritu humano.

4. Ahora bien, la Sagrada Escritura es, ante todo, Palabra de Dios, pues, en lacondescendencia de su bondad, Dios mismo ha hablado por medio de hombres y al modohumano16. El Espíritu Santo inspiró a los autores humanos de la Sagrada Escritura, los cualesescribieron lo que el Espíritu ha querido enseñarnos. Por eso afirmamos que Dios mismo es

9 Cf. Compendio. Catecismo de la Iglesia católica (= CCEC), 12.10 CEC 78.11 DV 9.12 Cf. DV 7; CEC 97.13 Cf. DV 12.14 CEC 140.15 CCEC 23.16 Cf. DV 12.

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el autor de las Escrituras, que están inspiradas y que enseñan sin error las verdades necesariaspara nuestra salvación17.

Porque son Palabra de Dios, el pueblo de la antigua alianza ya dio a estos libros elapelativo de «sagrados» y denominó al conjunto «Sagrada Escritura», un nombre que seimpuso desde el principio entre los cristianos, pues había sido utilizado también por nuestroSeñor Jesucristo y por los apóstoles. Porque son Palabra de Dios, el antiguo pueblo de Israelprimero y la Iglesia después, han leído, proclamado, venerado y transmitido los libros de laBiblia de generación en generación. Israel lo hizo con los del Antiguo Testamento. LaIglesia, con los del Antiguo Testamento y con los del Nuevo. Su conjunto es reflejo vivo dela alianza de amor que Dios ha querido mantener con la humanidad y que alcanzó sucumplimiento, consumación y superación en Jesucristo, la Palabra de Dios hecha carne.

Cristo, Palabra única de la Sagrada Escritura

5. Cristo «es a un tiempo mediador y plenitud de toda la revelación»18; por eso,quien ignora a Cristo se cierra a la comprensión de las Escrituras19. El Señor Jesús, Verboencarnado, ha llevado a plenitud la obra de la salvación, realizada con gestos y palabras, yha manifestado plenamente el rostro y la voluntad de Dios, de modo que hasta que vengade nuevo en gloria y majestad no hay que esperar ninguna nueva revelación pública20. Enconsecuencia, la Iglesia enseña que «a través de todas las palabras de la Sagrada Escritura,Dios dice solo una palabra: su Verbo único, en quien Él se dice en plenitud»21. Para leercon provecho las Escrituras es necesario contemplar en ellas el rostro de Cristo22. Sihablamos de la Biblia como de un solo libro es porque todo él nos habla de nuestro Señor:«Toda la Escritura divina es un libro y este libro es Cristo, porque toda la Escritura divinahabla de Cristo, y toda la Escritura divina se cumple en Cristo»23. «La Iglesia sabe bienque Cristo vive en las Sagradas Escrituras»24. Precisamente por eso ha tributado siemprea las divinas Escrituras una veneración semejante a la que reserva al cuerpo mismo delSeñor25. Como si de una sola palabra se tratara, los autores sagrados hacen resonar en susbocas al único Verbo de Dios. De ahí que sea siempre actual la exhortación de san Agustínde Hipona: «Recordad que es una misma Palabra de Dios la que se extiende en todas lasEscrituras, que es un mismo Verbo que resuena en la boca de todos los escritores sagrados,el que, siendo al comienzo Dios junto a Dios, no necesita sílabas porque no está sometidoal tiempo»26.

17 Cf. DV 11; CEC 105-108; CCEC 18. 18 DV 2. 19 «Cristo permanece oculto para ti. Lees sin entender» (SAN JUSTINO, Dial. 113, 1). 20 Cf. DV 3; BENEDICTO XVI, Ángelus (6-11-2005). 21 CEC 102; cf. Heb 1,1-3. 22 «La contemplación del rostro de Cristo se centra sobre todo en lo que de él dice la Sagrada

Escritura que, desde el principio hasta el final, está impregnada de este misterio, señaladooscuramente en el Antiguo Testamento y revelado plenamente en el Nuevo» (JUAN PABLO II, cartaapostólica Novo millennio ineunte [6-1-2001], 17).

23 HUGO DE SAN VÍCTOR, Noe 2, 8; cf. CEC 134. 24 BENEDICTO XVI, Discurso al Congreso internacional en el XL aniversario de la constitución

conciliar «Dei Verbum» (16-9-2005). 25 Cf. DV 21. 26 SAN AGUSTÍN DE HIPONA, Psal. 103, 4, 1.

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6. En cuanto Palabra de Dios en lenguaje humano, la interpretación de la Escrituraexige que se reconozca en ella tanto la acción del Espíritu Santo como la de los diferentesautores humanos que han escrito bajo su inspiración. Consiguientemente, es preciso estudiarel modo de composición de los libros, la intención de los autores, y otros muchos elementosliterarios e históricos. Las aportaciones de la exégesis, en este punto, han supuesto una granriqueza, pero, al mismo tiempo, no debemos olvidar que, en cuanto Palabra inspirada, laSagrada Escritura «se ha de leer e interpretar con el mismo Espíritu con que fue escrita; portanto, para descubrir el verdadero sentido del texto sagrado hay que tener muy en cuenta elcontenido y la unidad de toda la Escritura, habida cuenta de la Tradición viva de toda laIglesia, y de la analogía de la fe»27.

El rigor en la aplicación del método histórico para conocer la intención de los autores,el contexto en el que escribieron y sus peculiaridades lingüísticas no es un obstáculo parasituarse ante el texto sagrado con actitud creyente. La Iglesia ha recordado que «la SagradaEscritura debe ser leída e interpretada con la ayuda del Espíritu Santo y bajo la guía delMagisterio de la Iglesia, según tres criterios: 1) atención al contenido y a la unidad de todala Escritura; 2) lectura de la Escritura en la tradición viva de la Iglesia; 3) respeto de laanalogía de la fe, es decir, de la cohesión entre las verdades de la fe»28.

Resuenan en estos criterios la enseñanza de los Santos Padres, en quienesencontramos un modelo siempre válido de lectura e interpretación de las Escrituras. SanGregorio Magno, por ejemplo, afirma reconocer diversos sentidos en el texto bíblicocuando nos acercamos a él con los ojos de la fe, es decir, cuando confesamos que la realidadno se agota en lo que captan los sentidos. La Sagrada Escritura no se agota en lamaterialidad de sus letras, sino que ha sido escrita por la acción del Espíritu Santo29. Enella, por tanto, se deben reconocer dos estratos: el interior y el exterior30. Entregarse a latarea de interpretar la Palabra de Dios es saberse invitado al banquete del Señor y estardispuesto a saciar el alma con la variedad de alimentos que Él mismo nos sirve31.

La Palabra de Dios en la vida de la Iglesia y la familiaridad con ella

7. «En los sagrados libros el Padre que está en los cielos se dirige con amor a sus hijosy habla con ellos; y es tanta la eficacia que radica en la palabra de Dios, que es, en verdad,apoyo y vigor de la Iglesia, y fortaleza de la fe para sus hijos, alimento del alma, fuente puray perenne de la vida espiritual»32. «La Iglesia no vive de sí misma, sino del Evangelio, y enel Evangelio encuentra siempre de nuevo orientación para su camino»33. Es, por ello,

27 DV 12. Cf. LXXXVI ASAMBLEA PLENARIA DE LA CEE, Instrucción pastoral Teología ysecularización en España. A los cuarenta años de la clausura del Concilio Vaticano II (30-3-2006), 18.

28 CCEC 19.29 «Se cree por la fe que el autor de este libro es el Espíritu Santo» (GREGORIO MAGNO, Mor Praef

2: CCL 143, 8; BPa 42, 75). 30 «El libro de la Sagrada Escritura está escrito por dentro alegóricamente y por fuera

históricamente; por dentro, en sentido espiritual, y por fuera, en el sentido corriente y llano de laletra» (GREGORIO MAGNO, Hom Ez I, 9, 30: CCL 142,139; BAC Normal 170, 339).

31 «Abundar de delicias junto al Omnipotente significa saciarse de su amor en el banquete de laSagrada Escritura. En Él encontramos tantas alegrías como interpretaciones se ofrecen para nuestroprogreso espiritual. Para alimentarnos, unas veces es suficiente solo el sentido literal, otras veces nosrecrea interiormente con el sentido moral y alegórico que está escondido en el texto» (GREGORIO

MAGNO, Mor 16, 24: CCL 143A, 812-813). 32 DV 21. 33 BENEDICTO XVI, Discurso al Congreso internacional en el XL aniversario de la constitución

conciliar «Dei Verbum» (16-9-2005).

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necesaria la familiaridad con las Escrituras santas para adquirir la excelencia delconocimiento de Cristo Jesús (Flp 3, 8), pues «desconocer la Escritura es desconocer aCristo»34. De ahí que la Iglesia recomiende de modo especial e insistentemente a todos losfieles la lectura asidua de las divinas Escrituras35. «Recuerden que a la lectura de la SagradaEscritura debe acompañar la oración para que se realice el diálogo de Dios con el hombre,pues “a Dios hablamos cuando oramos, a Dios escuchamos cuando leemos sus palabras”»36.Esta recomendación, ampliada con la necesidad del estudio, se dirige de forma particular«a todos los clérigos, especialmente a los sacerdotes, diáconos y catequistas dedicados poroficio al ministerio de la Palabra»37. El ministerio de la Palabra, que incluye la predicaciónpastoral, la catequesis, la instrucción cristiana y, en puesto privilegiado, la homilía,encuentra en la Sagrada Escritura su principal alimento, a partir del cual está llamado a darfrutos de santidad38. También los candidatos al sacerdocio, para poder ser un día buenospastores de almas, «a ejemplo de Jesucristo, Sacerdote, Maestro y Pastor», deben «buscar aCristo en la fiel meditación de la palabra de Dios»39. La misma recomendación se extiendea cuantos viven su vocación cristiana con una consagración especial en el ámbito de la vidaconsagrada: «tengan ante todo diariamente en las manos la Sagrada Escritura, a fin deadquirir, por la lección y la meditación de los sagrados libros, el sublime conocimiento deJesucristo»40.

8. En el empeño de hacer crecer entre los fieles la valoración de las SagradasEscrituras tienen los teólogos una tarea imprescindible. La Teología, en cuanto vive de la fede la Iglesia y está al servicio de su misión41, ha de encaminar a los fieles hacia lacomprensión más profunda del mensaje de Cristo. De los teólogos espera la Iglesia oracióny rigor científico, adhesión fiel al Magisterio y diálogo atento con la cultura contemporánea;todo lo cual será posible si hacen del estudio de la Sagrada Escritura el alma de su laborteológica42.

Como la Teología, también la catequesis está llamada a extraer «siempre su contenidode la fuente viva de la Palabra da Dios, transmitida mediante la tradición y la Escritura»43. Yes que, la Sagrada Escritura, leída e interpretada en el seno vivo de la Tradición eclesial, esfuente de la catequesis en cuanto proporciona sus contenidos doctrinales (catequesis comohistoria de la salvación), inspira sus actitudes (catequesis como formación a la vidaevangélica) e introduce en la comunión viva de la Iglesia (catequesis como mistagogiabíblica y litúrgica).

9. El fuerte impulso dado por el Concilio Vaticano II a la valoración de la Palabra deDios nos ha permitido conocer en los últimos años una verdadera «primavera bíblica»44 en lavida de la comunidad eclesial. Al inicio del nuevo milenio, el gran papa Juan Pablo II, harecordado la necesidad de mantener con vigor la orientación conciliar para seguir cosechandofrutos de renovación: «La Sagrada Escritura ha recibido el honor que le corresponde en la

34 SAN JERÓNIMO, Com. in Is., Prol.: PL 24, 17; BAC Normal 667, 5; cf. DV 25; CEC 133.35 Cf. DV 25; CEC 133.36 CEC 2653; DV 25.37 DV 25.38 Cf. DV 24.39 CONCILIO VATICANO II, Decreto Optatam totius, 4. 8.40 CONCILIO VATICANO II, Decreto Perfectae caritatis, 6.41 Cf. JUAN PABLO II, exhortación apostólica postsinodal Ecclesia in Europa (28-6-2003), 52.42 Cf. DV 24.43 JUAN PABLO II, exhortación apostólica postsinodal Catechesi Tradendae (16-10-1979), 27.44 Cf. BENEDICTO XVI, Ángelus (6-11-2005).

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oración pública de la Iglesia. Tanto las personas de forma individual como las comunidadesrecurren ya en gran número a la Escritura, y entre los laicos mismos son muchos los que sededican a ella con la valiosa ayuda de estudios teológicos y bíblicos. Hace falta [...] consolidary profundizar esta orientación, incluso a través de la difusión de la Biblia en las familias. Esnecesario, en particular, que la escucha de la Palabra se convierta en un encuentro vital, en laantigua y siempre válida tradición de la lectio divina, que permite encontrar en el texto bíblicola Palabra viva que interpela, orienta y modela la existencia»45. «La Iglesia siempre deberenovarse y rejuvenecerse, y la Palabra de Dios, que no envejece ni se agota jamás, es el medioprivilegiado para este fin»46.

El acceso a las Sagradas Escrituras en la liturgia

10. A la preocupación por animar a la lectura de la Sagrada Escritura y a hacer de ellainstrumento privilegiado del encuentro con Dios en la oración, ha corrido parejo el interés yel esfuerzo para que los fieles cristianos tengan fácil acceso a la Escritura. El espacio sagradode la liturgia es el ámbito privilegiado donde este acceso se realiza de forma viva y eficaz47,pues en la mesa del cuerpo y la sangre del Señor y en la mesa de la Palabra se ofrecepermanentemente a la Iglesia el único pan de vida que es Cristo48. Ciertamente, ha sidopreocupación constante de la Iglesia, desde sus orígenes, que el pueblo cristiano gozase en lamayor medida posible de la facultad de comprender la Palabra de Dios, principalmente en lasagrada liturgia, en cuya celebración «la importancia de la Sagrada Escritura es sumamentegrande»49.

La Palabra de Dios escrita resuena de manera especial cuando las palabras de losprofetas, de los evangelistas y de los apóstoles se proclaman en la liturgia y muyespecialmente en la celebración de la Eucaristía. En efecto, «la economía de la salvación, quela Palabra de Dios no cesa de recordar y de prolongar, alcanza su más pleno significado enla acción litúrgica, de modo que la celebración litúrgica se convierte en una continua, plenay eficaz exposición de esta Palabra»50. Por eso, «cuanto más profunda es la comprensión dela celebración litúrgica, más alta es la estima de la Palabra de Dios, y lo que se afirma de unase puede afirmar de la otra, ya que una y otra recuerdan el misterio de Cristo y lo perpetúancada una a su manera»51.

11. El Concilio Vaticano II dispuso que los «tesoros de la Biblia se abrieran conmayor amplitud», de modo que la mesa de la Palabra de Dios se preparara con mayorabundancia para los fieles52. Este mandato del Concilio lo concretó la reforma litúrgicaposconciliar aumentando notablemente las lecturas obligatorias u opcionales que se

45 JUAN PABLO II, carta apostólica Novo millennio ineunte (6-1-2001), 39; cf. PONTIFICIA COMISIÓN

BÍBLICA, La interpretación de la Biblia en la Iglesia (15-4-1993), especialmente la parte IV:«Interpretación de la Biblia en la vida de la Iglesia».

46 BENEDICTO XVI, Discurso al Congreso internacional en el XL aniversario de la constituciónconciliar «Dei Verbum» (16-9-2005); cf. Audiencia General (25-4-2007).

47 «El lugar privilegiado de la lectura y de la escucha de la palabra de Dios es la liturgia, en la que,celebrando la Palabra y haciendo presente en el sacramento el cuerpo de Cristo, actualizamos laPalabra en nuestra vida y la hacemos presente entre nosotros» (BENEDICTO XVI, Audiencia General[7-11-2007]).

48 Cf. DV 24.49 SC 24; cf. JUAN PABLO II, constitución apostólica Scripturarum thesaurus (25-4-1979).50 Leccionario de la misa, introducción de la editio typica altera (21-1-1989), 4.51 Leccionario de la misa, introducción de la editio typica altera (21-1-1989), 5.52 Cf. SC 51.

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incluyeron en los leccionarios de la misa y de la liturgia de las Horas. Se logró así que, enel ciclo litúrgico trienal (leccionario dominical) y en el bienal (leccionario ferial), como enlos restantes leccionarios, el pueblo cristiano pueda escuchar en la liturgia «las partes mássignificativas de la Sagrada Escritura»53.

Al impulso de los decretos conciliares54, la Congregación para el Culto Divinoelaboró nuevos leccionarios, que los obispos de todo el mundo procuraron traducir cuantoantes a las muchas lenguas vernáculas en que la Iglesia, extendida por toda la tierra, celebrasu liturgia y expresa su fe. En España, la Conferencia Episcopal encargó dicha tarea a ungrupo de especialistas en Sagrada Escritura, de lingüistas y literatos que trabajaron conilusión, competencia y dedicación ejemplares. Concluyeron su tarea en el año 1967, cuandoaún no habían transcurrido tres años de la clausura del Concilio. En 1970, la Santa Sedeaprobó la traducción española de los leccionarios. Con las correcciones y mejoras que sehan introducido en las ediciones posteriores, se ha ido logrando el propósito conciliar deque el pueblo tenga fácil acceso a la Sagrada Escritura, al menos en sus partes mássobresalientes. También se ha ido avanzando en la consecución de uno de los objetivos dela proclamación litúrgica de la Palabra: que los fieles acojan «con fe y espíritu agradecido»el alimento que Dios les ofrece con su Palabra y respondan directamente a ella en la oracióny en toda la existencia55.

La versión oficial de la Conferencia Episcopal Española

12. Ocurre, sin embargo, que en el caso de los textos bíblicos que se proclaman enla liturgia y, de forma muy significativa, en el de los salmos, himnos y cánticos, latraducción que se escucha en las celebraciones litúrgicas difiere de la que se puede leer enlas otras muchas versiones de la Biblia que se han venido realizando antes y, sobre todo,después del Concilio Vaticano II. En relación con estas versiones cabe afirmar que, cuandose han realizado de acuerdo con los criterios señalados por el Vaticano II, es decir, exactitudrespecto de los textos originales y necesaria adaptación al genio propio de la lenguavernácula, han facilitado el encuentro de los fieles con la Palabra de Dios56. Con todo, noparece exagerado afirmar que el hecho mismo de la proliferación de traducciones a lalengua vernácula y, en particular, las diferencias ya señaladas frente a la versión que seproclama en la liturgia no contribuyen a que las palabras sagradas se vayan grabando en elcorazón de los fieles y puedan aflorar espontáneamente en el estudio, la catequesis, laoración, la celebración litúrgica y cualquier otro ámbito de la existencia cristiana57.

13. Pensando sobre todo en este objetivo, la Conferencia Episcopal Españolaaprovechó la oportunidad que le brindaba la necesidad de revisar la traducción de los

53 SC 51. 54 Cf. SC 36 y 54. 55 Cf. Institutio Generalis Missalis Romani, Editio typica tertia (10-4-2000), 55, 56, 59;

Leccionario de la misa, introducción de la editio typica altera (21-1-1989), 7. 56 Cf. DV 22. 57 «Para que los fieles puedan retener en su memoria al menos los textos más significativos de la

Sagrada Escritura, y puedan influir en su oración personal, es muy importante que la traducción dela Biblia, destinada al uso litúrgico, goce de una cierta uniformidad y estabilidad; de modo que encada territorio haya solo una traducción litúrgica aprobada, que se emplee en las diversas partes delos libros litúrgicos. Una estabilidad de este tipo se ha de desear especialmente en aquellas partes deuso más frecuente, como el Salterio, que es el libro fundamental de la plegaria para el pueblocristiano» (CONGR. PARA EL CULTO DIVINO Y LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS, instrucciónLiturgiam authenticam [28-3-2001], 36).

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actuales leccionarios, muy sentida en distintos ámbitos de la vida eclesial, y creó unacomisión que, además de llevar a cabo la citada revisión, tradujera también los otros textossagrados que no se proclaman en la liturgia, aplicando los mismos criterios en ambas tareas.Se trataba ciertamente de una labor hermosa y de indudable trascendencia eclesial; por ello,el grupo de especialistas a quienes la citada comisión invitó en su momento a colaborar enel proyecto, aceptó gustosamente la invitación y ha trabajado durante una década con ilusión,competencia y dedicación. La Conferencia Episcopal Española, tras una cuidadosa revisión,se complace ahora en ofrecer a todos los fieles el fruto de ese trabajo en la esmerada ediciónque ha preparado la Biblioteca de Autores Cristianos. Es la versión de la Sagrada Escrituraque la Conferencia Episcopal Española asume como propia.

14. La Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española es laúnica traducción que se podrá utilizar en la liturgia formando parte de los leccionarios, unavez que la Santa Sede conceda la preceptiva aprobación de los libros litúrgicoscorrespondientes. Será también la traducción a la que se remitan los documentos de la propiaConferencia Episcopal y se citará en los catecismos y otros materiales de formación cristianadebidamente autorizados. Se acudirá normalmente a esta versión en todos los actos eclesialesde piedad, enseñanza y evangelización. Su utilización habitual será también muyconveniente en las clases de Teología, aunque el carácter singular de este ámbito de la vidaeclesial justifica, lógicamente, que en él se recurra con mayor frecuencia a otras traduccionesy, sobre todo, a la Biblia Neovulgata, única versión oficial para toda la Iglesia católica58,además de la debida atención a los textos originales; de este modo resultará aún más patentela riqueza insondable contenida en los libros sagrados, que ninguna traducción podrá agotarnunca del todo.

Al ofrecer al pueblo cristiano esta nueva traducción de la Sagrada Escritura, losobispos de la Conferencia Episcopal Española ponemos bajo la materna intercesión de lasantísima Virgen María los frutos de santidad que esperamos se deriven de esta iniciativa.Ella nos recuerda constantemente que a la escucha atenta de la voz del Señor ha de seguir laobediencia fiel: Hágase en mí según tu Palabra (Lc 1, 3 8).

Madrid, 7 de marzo de 2008.

58 Cf. JUAN PABLO II, constitución apostólica Scripturarum thesaurus (25-4-1979).

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SAGRADA BIBLIA

VERSIÓN OFICIAL DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA

BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS MADRID - 2010

SIGLAS Y ABREVIATURAS

De los libros bíblicos Abd (ías) ...................................... 1535 Ag (eo) ......................................... 1573 Am (ós) ........................................ 1521 Ap (ocalipsis) .............................. 2075 Bar (uc) ........................................ 1381 Cant (ar) ...................................... 1055 Col (osenses) ............................... 1967 Cor (intios) ................................... 1893 Crón (icas) ..................................... 555 Dan (iel) ....................................... 1463 Dt (Deuteronomio) ........................ 241 Ecl (esiastés) ................................ 1041 Eclo (Eclesiástico) ....................... 1099 Ef (esios) ...................................... 1949 Esd (ras) ........................................ 639 Est (er) ........................................... 723 Éx (odo) ........................................... 79 Ez (equiel) ................................... 1395 Flm (Filemón) .............................. 2007 Flp (Filipenses) ............................ 1959 Gál (atas) ..................................... 1937 Gén (esis) ......................................... 13 Hab (acuc) ................................... 1561 Hch (Hechos de los Ap.) .............. 1811 Heb (reos) .................................... 2011 Is (aías) ........................................ 1189 Job .................................................. 833 Jds (Judas) ................................... 2067 Jdt (Judit) ....................................... 699 Jer (emías) ................................... 1283 Jl (Joel) ........................................ 1513

Jn (Juan) ................................................ 1765 Jon (ás) ................................................... 1539 Jos (ué) ..................................................... 301 Jue (ces) ................................................... 343 Lam (entaciones) ................................... 1369 Lc (Lucas) .............................................. 1703 Lev (ítico) ................................................ 135 Mac (abeos) ............................................. 745 Mal (aquías) ........................................... 1597 Mc (Marcos) .......................................... 1667 Miq (ueas) .............................................. 1545 Mt (Mateo) ............................................. 1613 Nah (ún) ..................................................1555 Neh (emías) .............................................. 653 Núm (eros) ............................................... 181 Os (eas) .................................................. 1497 Pe (dro) .................................................. 2037 Prov (erbios) .......................................... 1005 Re (yes) .................................................... 465 Rom (anos) ............................................ 1867 Rut ............................................................ 377 Sab (iduría) ............................................ 1069 Sal (mos) .................................................. 883 Sam (uel) .................................................. 387 Sant (iago) .............................................. 2029 Sof (onías) .............................................. 1567 Tes (alonicenses) ................................... 1975 Tim (oteo) .............................................. 1991 Tit (o) ..................................................... 2001 Tob (ías) ................................................... 677 Zac (arías) .............................................. 1581

Otras AT Antiguo Testamento lit. literalmente LXX Septuaginta, los «Setenta» NT Nuevo Testamento NVg Neovulgata s. siglo/s Vg Vulgata añadidas al final de una cita: par paralelo/s s / ss versículo/s siguiente/s (uno/varios)

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ANTIGUO TESTAMENTO

Misión de Josué: conquistar la TierraPrometida*

11 Después de la muerte de Moisés, sier-vo del Señor*, dijo el Señor a Josué,

hijo de Nun, ayudante de Moisés: 2 «Moi-sés, mi siervo, ha muerto. Anda, pasa elJordán con todo este pueblo, en marcha ha-cia el país que voy a darles a los hijos deIsrael. 3 Os voy a dar toda la tierra en la quepongáis la planta de vuestros pies, como leprometí a Moisés. 4 Vuestro territorio se ex-tenderá desde el desierto hasta el Líbano, ydesde el gran río Éufrates hasta el MarGrande, en occidente (toda la tierra de loshititas)*. 5 Mientras vivas, nadie podrá re-sistirte. Como estuve con Moisés, estarécontigo; no te dejaré ni te abandonaré. 6 ¡Ánimo, sé valiente!, que tú repartirás aeste pueblo la tierra que prometí con jura-mento a sus padres.

7 Tú ten mucho ánimo y sé valiente paracumplir toda la ley que te dio mi siervoMoisés; no te desvíes a derecha ni a iz-

quierda y tendrás éxito en todas tus empre-sas. 8 Que el libro de esta ley no se te cai-ga de los labios; medítalo día y noche, paraponer por obra todo lo que se prescribe enél; así tendrás suerte y éxito en todas tusempresas. 9 Lo que yo te mando es que ten-gas valor y seas valiente. No tengas miedoni te acobardes, que contigo está el Señor,tu Dios, en cualquier cosa que emprendas».

10 Entonces Josué dio a los responsablesdel pueblo la orden siguiente: 11 «Recorredel campamento y dad esta orden al pue-blo: “Abasteceos de víveres, porque den-tro de tres días pasaréis el Jordán, para ira tomar posesión de la tierra que el Señor,vuestro Dios, os da en propiedad”».

Colaboración de las tribus de Transjordania*

12 A los de Rubén, Gad y media tribude Manasés les dijo: 13 «Acordaos de loque os mandó Moisés, siervo del Señor.El Señor, vuestro Dios, os da el descan-

1 Tras la muerte de Moisés, Dios suscitó un continuador: Josué. El Señor estará con el nuevo caudilloigual que estuvo con Moisés (Éx 3,12).1,1-11 El autor interpreta la historia que va a contar: tierra de Canaán es un don del Señor, que se la entregaráa los israelitas, igual que les ha entregado la Transjordania que correspondía a las dos tribus de Rubén y Gad,y a media tribu de Manasés (Núm 32; Dt 3,18-20). Pero el don divino no dispensa del esfuerzo humano.1,1 El título «siervo del Señor» se le otorgó a Moisés en el momento de su muerte (Dt 34,5; véase tam-bién Éx 14,31; Núm 12,7), pues, pese a algunos fallos pasajeros, fue un instrumento dócil del plan sal-vador de Dios. El título se dará también a Josué cuando muera (24,29), a los profetas, a David y, sobretodo, al «Siervo del Señor» de Isaías.1,4 Esos límites coinciden aproximadamente con las fronteras del imperio de David, si se incluyen lospaíses que sometió a tributo.1,12-18 A las tribus de Rubén y Gad, y a media tribu de Manasés, que se habían establecido enTransjordania (Núm 32), se les exige ser solidarias con las tribus hermanas; más adelante se contará cómocumplieron esta exigencia (22,2-4).

L I B R O D E J O S U É

PRÓLOGO DE LA CONQUISTA (1)*

1,1: Núm 27,12-23; Dt 34 | 1,10: Dt 11,31; 16,18 | 1,12: Núm 32; Dt 3,18-20; Jos 22,1-6.

17

Rajab y los espías de Josué en Jericó*

21 Josué, hijo de Nun, mandó en secretodos espías desde Sitín*, con este encar-

go: «Id y reconoced la región y la ciudadde Jericó». Ellos se fueron, llegaron aJericó y entraron en casa de una prostitutallamada Rajab y se hospedaron allí. 2 Perollegó el aviso al rey de Jericó: «Mira, unoshijos de Israel han llegado aquí esta tardea reconocer el país».

3 Entonces el rey de Jericó mandó de-cir a Rajab: «Saca a los hombres que hanentrado en tu casa, porque han venido areconocer todo el país». 4 Pero ella metióa los dos hombres en un escondite y lue-go respondió: «Es cierto, vinieron esoshombres a mi casa, pero yo no sabía dedónde eran. 5 Y, al oscurecer, cuando seiban a cerrar las puertas, los hombres semarcharon, pero no sé adónde. Si salís rá-pidamente tras ellos, los alcanzaréis».

6 Rajab había hecho subir a los espías ala azotea y los había escondido entre unoshaces de lino que tenía apilados allí.7 Salieron algunos hombres en su busca ca-mino del Jordán, hacia los vados; en cuan-to salieron, se cerró la puerta de la villa.

8 Antes de que los espías se acostaran,Rajab subió a la azotea, donde ellos esta-ban, 9 y les dijo: «Sé que el Señor os hadado el país, pues nos ha invadido una olade terror, y toda la gente de aquí tiemblaante vosotros; 10 porque hemos oído queel Señor secó el agua del mar Rojo antevosotros cuando os sacó de Egipto, y loque hicisteis con los dos reyes amorreosde Transjordania, Sijón y Og, consagrán-dolos al exterminio; 11 al oírlo, ha desfa-llecido nuestro corazón y todos se hanquedado sin aliento a vuestra llegada; por-que el Señor, vuestro Dios, es Dios arri-ba en el cielo y abajo en la tierra*.

so, dándoos esta tierra. 14 Vuestras mu-jeres, vuestros pequeños y vuestro gana-do se quedarán en la tierra que os hadado Moisés en Transjordania; pero vo-sotros, los soldados, pasaréis el Jordánen orden de batalla, al frente de vuestroshermanos, para ayudarles, 15 hasta que elSeñor les dé el descanso*, lo mismo quea vosotros, y también ellos tomen pose-sión de la tierra que el Señor, vuestroDios, les va a dar. Entonces volveréis a

la tierra de vuestra propiedad, la queMoisés, siervo del Señor, os dio aquí enTransjordania».

16 Ellos le respondieron: «Haremos loque nos has ordenado, iremos adonde nosmandes; 17 te obedeceremos a ti igual queobedecimos en todo a Moisés. Basta queel Señor, tu Dios, esté contigo como es-tuvo con él. 18 El que se rebele y no obe-dezca tus órdenes, las que sean, que mue-ra. ¡Tú, ten ánimo, sé valiente!».

JOSUÉ 1-2

1,15 La posesión de la tierra es el descanso tras la peregrinación hacia la patria (Dt 12,9; 25,19; Jos 21,44;22,4; 23,1; 1 Re 8,56; Sal 95,11), la seguridad de no ser turbados por los enemigos de alrededor (21,44; 22,4; 23,1), la paz en la obediencia al Señor. La carta a los Hebreos traslada el tema del descan-so a la patria definitiva (3,7-4,11).2 Que la tierra sea un don no excluye la conquista, lo cual exige la precaución del espionaje. El pasajeexplica también la permanencia de la familia de Rajab en medio de Israel y, sobre todo, se desarrolla eltema del don de la tierra.2,1 Sitín («Las Acacias»): la estepa al nordeste del mar Muerto (Núm 25,1).2,11 Recordando el éxodo y la victoria de Israel sobre los reyes de Transjordania, Rajab, mujer cananeay ramera, hace una magnífica confesión de fe (de estilo deuteronomista) en el Señor, el Dios único,Creador y Señor de la Historia. Mt 1,5 la incluye entre los antepasados de Jesucristo (Mt 1,5); Heb 11,31la alaba por su fe y Sant 2,25 por sus obras.

2,1: Núm 13,1-20 | 2,8: Heb 11,31; Sant 2,25 | 2,10: Núm 21,23.35; Dt 2,26s.

LA CONQUISTA (2-12)

18

12 Ahora pues, juradme por el Señor que,por haberos tratado yo con bondad, vosotros también trataréis con bondad a lacasa de mi padre. Y dadme una señal se-gura 13 de que dejaréis con vida a mi pa-dre y a mi madre, a mis hermanos y her-manas y a todos los suyos y que noslibraréis de la matanza».

14 Ellos le respondieron: «¡Nuestra vida acambio de la vuestra, con tal de que no nosdenuncies! Cuando el Señor nos dé el país,te trataremos con bondad y lealtad».15 Entonces ella los descolgó con una sogapor la ventana, porque su casa estaba pegan-do a la muralla y vivía en la misma mura-lla. 16 Y les dijo: «Caminad hacia el montepara que no os encuentren los que os andanbuscando. Quedaos allí escondidos tresdías, hasta que ellos regresen; luego podréisseguir vuestro camino». 17 Contestaron:«Nosotros respondemos de ese juramentoque nos has exigido, con esta condición:18 cuando entremos en el país, ata esta cin-ta roja a la ventana por la que nos has des-colgado y reúnes aquí, en tu casa, a tu pa-dre y a tu madre, a tus hermanos y a todala familia de tu padre. 19 Si alguien sale delas puertas de tu casa, su sangre caerá so-bre su cabeza. Nosotros no seremos respon-sables. Pero, si alguien pone su mano sobrecualquiera que esté contigo en casa, su san-gre caerá sobre nuestras cabezas. 20 En cam-bio, si nos denuncias, quedaremos libres deljuramento que nos has exigido». 21 Rajabcontestó: «De acuerdo».

Y los despidió. 22 Ellos se marcharon yella ató la cinta roja* a la ventana. Se me-

tieron en el monte y estuvieron allí tresdías, hasta que regresaron los que fueronen su busca; por más que los buscaron portodo el camino, no dieron con ellos.23 Entonces los dos espías se volvieronmonte abajo, cruzaron el río, llegaron has-ta Josué, hijo de Nun, y le contaron todolo que les había pasado. 24 Le dijeron: «ElSeñor nos da todo el país. Toda la genteestá ya temblando ante nosotros».

El paso del Jordán*

Preliminares

31 Josué madrugó, levantó el campa-mento de Sitín, llegó hasta el Jordán

con todos los hijos de Israel y pernocta-ron en la orilla antes de cruzarlo. 2 Al cabode tres días, los responsables fueron porel campamento 3 y dieron esta orden a lagente: «Cuando veáis moverse el Arca dela Alianza del Señor, vuestro Dios, trans-portada por los sacerdotes levitas, empe-zad a caminar desde vuestros puestos de-trás de ella. 4 Así sabréis el camino pordonde tenéis que ir, porque nunca hastaahora habéis pasado por él; pero a una dis-tancia del Arca como de unos dos mil co-dos; no os acerquéis más».

5 Josué ordenó al pueblo: «Purificaos,porque mañana el Señor obrará prodigiosen medio de vosotros». 6 Y a los sacerdo-tes les dijo: «Alzad el Arca de la Alianzay pasad el río delante de la gente». Ellosalzaron el Arca de la Alianza y marcha-ron delante de la gente.

JOSUÉ 2-3

2,22 Algunos Padres ven en esta cinta roja una prefiguración de la sangre de Cristo y en Rajab una fi-gura de la Iglesia.3,1-4,19 En primavera, con el deshielo de las nieves del Hermón, el Jordán baja imponente; ello suponíaun grave problema para los humanos, no para Dios: las aguas se dividirán ante el Arca de la Alianza, tro-no visible del Señor invisible, que participa en la guerra al frente de las huestes de Israel (Jos 6; Núm10,35s; 1 Sam 4,3-8); así, la peligrosa aventura se convierte en una tranquila procesión litúrgica. El re-lato procura marcar el paralelismo con el paso del mar Rojo (Éx 14-15). Como en Josué culminó la epo-peya del antiguo éxodo, los Padres ven en él la figura de Cristo, autor del nuevo éxodo: los nombres deambos son idénticos en hebreo.

2,15: Jos 6,22-25; 1 Sam 19,12; Hch 9,25; 2 Cor 11,33 | 3,5: Éx 19,10-15.

19

La amada5 Soy morena pero hermosa,

muchachas de Jerusalén,como las tiendas de Quedar,como las lonas de Salmá*.

6 No os fijéis en mi tez morena,pues el sol me ha bronceado.Mis hermanos se enfadaron

conmigo;me pusieron a guardar las viñas.¡Y mi propia viña no la guardé!

7 Dime, amado mío, dónde pastoreas,dónde sesteas al mediodía,para que no sea como una errante,tras los rebaños de tus compañeros.

El coro8 Si no lo sabes por ti misma,

la más bella de las mujeres,sigue las huellas del rebaño,y lleva a pacer tus cabritillasjunto a las chozas de los pastores.

El amado*

9 Te comparo, amada mía,a la yegua de la carroza del faraón.

10 ¡Bellos son tus flancos oscilantes,y bello tu cuello entre collares!

11 Te haremos collarines de orocon engastes de plata.

11 Cantar de los cantares.De Salomón.

La amada*

2 ¡Béseme con los besos de su boca!¡Tus amores son más dulces que el vino!

3 ¡Qué exquisito el olor de tusperfumes;

aroma que se expande es tu nombre;

por eso te aman las doncellas!4 Llévame contigo, ¡corramos!;

condúzcame el rey a su alcoba;disfrutemos y gocemos juntos,saboreemos tus amores

embriagadores.¡Con razón te aman las doncellas!*

C A N TA R D E L O S C A N TA R E S

PRÓLOGO (1,1-4)

1,2-4 El presente epigrama es un verdadero proemio del libro: Presentación de la mujer (esposa y «rei-na») y del varón (que es el «rey»), plantas y aromas, sabores y el sentido del gusto, movimiento y pre-sura, doncellas y enamoramientos. Esta temática será desarrollada a lo largo del Cantar.1,4 En la traducción se suple la elipsis del sujeto verbal desde el paralelismo con 1,3c.1,5 Quedar (y tal vez Salmá) es una tribu de beduinos, descendientes de Ismael (Gén 25,23).1,9-11 Por primera vez resuena la voz de un hombre, que celebra con imágenes encendidas los encantosde su amada.

1,4: Cant 6,8 | 1,7: Sal 23,1-3; Jn 10,1-16 | 1,8: Jer 31,21.

PRIMER POEMA (1,5-2,7)

20

La amada*

8 ¡Un rumor...! ¡Mi amado!Vedlo, aquí llega,saltando por los montes,brincando por las colinas.

9 Es mi amado un gamo,parece un cervatillo.Vedlo parado tras la cerca,mirando por la ventana,atisbando por la celosía.

10 Habla mi amado y me dice:«Levántate, amada mía,hermosa mía y vente».

11 Mira, el invierno ya ha pasado,las lluvias cesaron, se han ido.

12 Brotan las flores en el campo,llega la estación de la poda,el arrullo de la tórtolase oye en nuestra tierra.

13 En la higuera despuntan las yemas,las viñas en flor exhalan su perfume.

Dúo

12 Mientras el rey yacía en su diván,mi nardo exhalaba su perfume.

13 Bolsita de mirra es mi amado para mí:

entre mis pechos descansa.14 Es mi amado para mí un manojito

de alheña,en las viñas de Engadí*.

15 ¡Qué bella eres, amada mía,qué bella eres!¡Palomas son tus ojos!

16 ¡Qué bello eres, amado mío,cuán delicioso!¡Y nuestro lecho es frondoso!

17 El techado de nuestra casa es de cedro,y nuestro artesonado, de enebro*.

21 Soy un narciso de la llanura*,una rosa de los valles.

2 Como rosa entre espinases mi amada entre las mozas.

3 Como manzano entre árbolessilvestres,

es mi amado entre los mozos:desearía yacer a su sombra,pues su fruto me es dulce al paladar.

4 Me llevó al banquete,y enarboló sobre sí la bandera de

su amor.5 Tendedme entre las tortas de pasa,

recostadme entre las manzanas,porque estoy enferma de amor.

6 Su izquierda bajo mi cabezay su diestra me abraza.

7 Os conjuro, muchachas de Jerusalén,por las gacelas y las ciervas

del campo,que no despertéis ni desveléis

a la amadahasta que ella quiera.

CANTAR DE LOS CANTARES 1-2

1,14 El oasis de Engadí, al noroeste del mar Muerto, es proverbial por su encanto, que evoca los de laamada.1,17 Se trata de los materiales con los que se construyó el templo (véase 1 Re 6,15s).2,1 «Sarón» es aquí un nombre común (llanura), paralelo al valles del verso siguiente.2,8-17 La voz y el movimiento dan unidad a toda la canción. El rumor de 2,8 se torna voz audible en2,10.13. Es la voz del amado, que manifiesta su deseo de escuchar la voz de la amada en 2,14. Acasoambas voces se fusionan en 2,15.

2,3: Cant 8,5 | 2,6: Cant 8,3 | 2,7: Cant 3,5; 8,4 | 2,12: Ecl 12,5; Cant 6,11; 7,13s.

SEGUNDO POEMA (2,8-3,5)

21

El poeta

6 ¿Quién es esta que sube del desierto,como columna de humo,perfumada con mirra y olíbano,con tantos aromas exóticos?

7 ¡Mira: La litera de la Sulamita!Sesenta valientes la escoltan,de los más valientes de Israel.

8 Todos ellos empuñan la espada,son adiestrados guerreros:cada uno con la espada al flanco,contra las emboscadas nocturnas.

9 El rey Salomón se ha hecho un palanquíncon maderas del Líbano:

10 hizo de plata sus columnas,de oro su respaldo,

«Levántate, amada mía,hermosa mía, y vente».

14 Paloma mía, en las oquedades de la roca,

en el escondrijo escarpado,déjame ver tu figura,déjame escuchar tu voz:es muy dulce tu vozy fascinante tu figura.

15 «Atrapadnos las raposas,las raposas pequeñitas,que devastan nuestras viñas,nuestras viñas floridas».

16 Mi amado es mío y yo suya,¡se deleita entre las rosas!

17 Hasta que surja el díay huyan las tinieblas,ronda, amado mío*,sé como un gamo,aseméjate a un cervatillosobre las colinas de Beter.

31 En mi lecho, por la noche,buscaba al amor de mi alma;

lo buscaba, y no lo encontraba*.2 «Me levantaré y rondaré por

la ciudad,por las calles y las plazas,buscaré al amor de mi alma».Lo busqué y no lo encontré.

3 Me encontraron los centinelasque hacen la ronda por la ciudad.—«¿Habéis visto al amor de mi

alma?».4 En cuanto los hube pasado,

encontré al amor de mi alma.Lo abracé y no lo solté,hasta meterlo en mi casa materna,en la alcoba de la que me concibió.

El amado5 Os conjuro, muchachas de Jerusalén,

por las gacelas y las ciervas del campo,

que no despertéis ni desveléis a la amada

hasta que ella quiera.

CANTAR DE LOS CANTARES 2-3

2,17 Al muchacho se le invita, no a «retornar», sino a «dar vueltas», a «girar/rondar» en torno a lamujer.3,1 Herida por amor, la mujer busca con denuedo al «amor de su alma». Tanto lo ama, que no se arre-dra ante los peligros de la noche. Una vez hallado, el amado se desvanece en el sueño, y la mujer con-tinúa con su herida.3,6-5,1 Una voz anuncia la llegada de un personaje femenino: la esposa, la Sulamita. La acompaña uncortejo bien equipado para defenderla. El esposo, Salomón, llega sin previo aviso. La plata, el oro, la púr-pura y, sobre todo, el amor realzan la importancia del palanquín. Esposo y esposa ya están ataviados parala boda.

2,16: Cant 6,3 | 3,1: Jn 20,13 | 3,4: Jn 20,17 | 3,5: Cant 2,7 | 3,6: Cant 6,10; 8,5.

TERCER POEMA (3,6-5,1)*

22

de púrpura su asiento;recamado de marfil en su interior*.

11 Muchachas de Jerusalén, salid;Contemplad, muchachas de Sión,al rey Salomón con la coronaque le ciñó su madre,el día de su boda, día de fiesta en su corazón.

El amado*

41 Qué bella eres, amada mía,qué bella eres!

¡Palomas son tus ojostras el velo!Tus cabellos, como un rebañode cabras que triscapor la sierra de Galaad.

2 Tus dientes, cual hatode ovejas trasquiladas,que suben del baño;todas ellas gemelas;ninguna solitaria.

3 Cinta escarlata tus labios,y tu habla, fascinante.Dos cortes de granada tus mejillastras el velo.

4 Tu cuello, cual torre de David*, edificada con sillares:mil escudos penden de ella,los paveses de los valientes.

5 Tus dos pechos, dos críasmellizas de gacelaque pacen entre rosas.

6 Hasta que surja el día,y huyan las tinieblas,iré al monte de la mirra,a la colina del incienso.

7 ¡Toda bella eres, amada mía,no hay defecto en ti!

8 ¡Ven del Líbano, esposa,ven del Líbano, acércate!*

¡Desciende de la cumbre del Amaná,de las cumbres del Senir y del

Hermón,de las guaridas de leones,de los montes de leopardos!

9 Me has robado el corazón,hermana mía, esposa;me has robado el corazóncon una sola mirada tuya,con una vuelta de tus collares.

10 ¡Cuán bellos son tus amores,hermana mía, esposa!¡Tus amores son más dulces que

el vino!¡más exquisito que el bálsamoel olor de tus perfumes!

11 Néctar destilan tus labios, esposa mía,miel y leche bajo tu lengua;la fragancia de tus vestidos,cual fragancia del Líbano.

12 Eres huerto cerrado*,hermana mía, esposa;manantial cerrado, fuente sellada.

13 Es tu seno paraíso de granados*,con frutos exquisitos:alheña con nardos,

CANTAR DE LOS CANTARES 3-4

3,10 En este verso y en los dos que siguen traducimos según la NVg.4,1-15 En el idilio de 2,8-17 dejábamos a la muchacha soñando. Ahora se pasa de la presencia entreve-rada al encuentro. Todo el idilio es una loa de la amada, entonada por el hombre. Tal vez deberíamos aña-dir a este idilio 6,4-5a, y leer estos versos desplazados tras 4,1a, con lo que quedaría aislada la repeticiónde 6,5b-7.4,4 Esta referencia a la torre de David debe relacionarse con 2 Sam 8,7.11.4,8 Estas palabras iniciales son una súplica, a la que corresponde la invocación de 4,16. Quien suplicaasí, se confiesa cautivo del amor (4,10), remitiéndose al primer epigrama (1,2b). Las palabras de la es-posa virgen (4,16b) ponen algo de inspiración al poema antológico del esposo.4,12 El hebreo tiene más fuerza que la traducción castellana: cerrado por dentro y acerrojado por fuera.4,13 La traducción de este verso es dudosa, la que proponemos se fundamenta en Neh 3,15 y en la ins-cripción de Siloé.

4,1: Cant 4,3; 6,5-7 | 4,4: Ez 27,10s | 4,5: Cant 7,4.

23

NUEVO TESTAMENTO

Genealogía

11 Libro del origen de Jesucristo, hijo deDavid, hijo de Abrahán*. 2 Abrahán en-

gendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob,Jacob engendró a Judá y a sus hermanos.3 Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zará,Fares engendró a Esrón, Esrón engendró aArán, 4 Arán engendró a Aminadab, Amina-dab engendró a Naasón, Naasón engendróa Salmón, 5 Salmón engendró, de Rajab, aBooz; Booz engendró, de Rut, a Obed;Obed engendró a Jesé, 6 Jesé engendró aDavid, el rey. David, de la mujer de Urías,engendró a Salomón, 7 Salomón engendró aRoboán, Roboán engendró a Abías, Abíasengendró a Asaf, 8 Asaf engendró a Josafat,Josafat engendró a Jorán, Jorán engendró aOzías, 9 Ozías engendró a Joatán, Joatán en-gendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías,10 Ezequías engendró a Manasés, Manasésengendró a Amós, Amós engendró a Josías;11 Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.12 Después del destierro de Babilonia,Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engen-dró a Zorobabel, 13 Zorobabel engendró aAbiud, Abiud engendró a Eliaquín, Eliaquín

engendró a Azor, 14 Azor engendró a Sadoc,Sadoc engendró a Aquín, Aquín engendró aEliud, 15 Eliud engendró a Eleazar, Eleazarengendró a Matán, Matán engendró a Jacob;16 y Jacob engendró a José, el esposo deMaría, de la cual nació Jesús, llamadoCristo. 17 Así, las generaciones desde Abra-hán a David fueron en total catorce; desdeDavid hasta la deportación a Babilonia, ca-torce; y desde la deportación a Babiloniahasta el Cristo, catorce.

Anuncio a José18 La generación de Jesucristo fue de esta

manera: María, su madre, estaba desposadacon José y, antes de vivir juntos, resultó queella esperaba un hijo por obra del EspírituSanto. 19 José, su esposo, como era justo yno quería difamarla, decidió repudiarla enprivado. 20 Pero, apenas había tomado estaresolución, se le apareció en sueños* un án-gel del Señor que le dijo: «José, hijo deDavid, no temas acoger a María, tu mujer,porque la criatura que hay en ella viene delEspíritu Santo. 21 Dará a luz un hijo y tú lepondrás por nombre Jesús, porque él salva-rá a su pueblo de sus pecados».

1,1 Este versículo introduce todo Mt 1, incluido 1,18-25. La genealogía de Jesús responde al uso bíblico(Gén 5; 10; 36) y a la importancia de las genealogías en Israel después del exilio. Jesús aparece empa-rentado con el gran patriarca Abrahán, origen del pueblo, y con el rey David, de cuya descendencia de-bía nacer el Mesías; es decir, en él se cumplen las promesas de Dios.1,20 El género literario de las apariciones en sueños se emplea varias veces en Mt 1-2; las revelacionesdivinas y su cumplimiento se corresponden de forma estricta (1,20-24; 2,12; 2,13s; 2,19-21).

E VA N G E L I O S E G Ú N S A N M AT E O

EVANGELIO DE LA INFANCIA (1-2)

1,1: Gén 2,4; 5,1; Lc 3,23-28 | 1,2: Gén 3,16; 22,18 | 1,3: 1 Crón 2,1-15; Heb 7,14 | 1,5: Rut 4,18-22 | 1,6:2 Sam 12,24 | 1,7: 1 Crón 3,10-16 | 1,12: 1 Crón 3,17.19; Esd 3,2 | 1,18: Lc 1,31-35; 2,1-7.

25

22 Todo esto sucedió para que se cumplie-se lo que había dicho el Señor por medio delprofeta: 23 «Mirad: la Virgen concebirá ydará a luz un hijo y le pondrán por nombreEnmanuel, que significa “Dios-con-nos-otros”»*. 24 Cuando José se despertó, hizo loque le había mandado el ángel del Señor yacogió a su mujer.

25Y sin haberla conocido, dio a luz un hijoal que puso por nombre Jesús*.

Visita de los Magos*

21 Habiendo nacido Jesús en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, unos

magos* de Oriente se presentaron enJerusalén 2 preguntando: «¿Dónde está elRey de los judíos que ha nacido? Porquehemos visto salir su estrella y venimos aadorarlo». 3 Al enterarse el rey Herodes, sesobresaltó y todo Jerusalén con él; 4 convo-có a los sumos sacerdotes y a los escribasdel país, y les preguntó dónde tenía que na-cer el Mesías. 5 Ellos le contestaron: «EnBelén de Judea, porque así lo ha escrito elprofeta: 6 “Y tú, Belén, tierra de Judá, noeres ni mucho menos la última de las poblaciones de Judá, pues de ti saldrá unjefe que pastoreará a mi pueblo Israel”».7 Entonces Herodes llamó en secreto a losmagos para que le precisaran el tiempo enque había aparecido la estrella, 8 y los man-dó a Belén, diciéndoles: «Id y averiguadcuidadosamente qué hay del niño y, cuan-do lo encontréis, avisadme, para ir yo tam-

bién a adorarlo». 9 Ellos, después de oír alrey, se pusieron en camino y, de pronto, laestrella que habían visto salir comenzó aguiarlos hasta que vino a pararse encima dedonde estaba el niño. 10 Al ver la estrella,se llenaron de inmensa alegría. 11 Entraronen la casa, vieron al niño con María, su ma-dre, y cayendo de rodillas lo adoraron; des-pués, abriendo sus cofres, le ofrecieron re-galos: oro, incienso y mirra. 12 Y habiendorecibido en sueños un oráculo, para que novolvieran a Herodes, se retiraron a su tie-rra por otro camino.

Huida a Egipto y matanzade los inocentes

13 Cuando ellos se retiraron, el ángel delSeñor se apareció en sueños a José y le dijo:«Levántate, toma al niño y a su madre yhuye a Egipto; quédate allí hasta que yo teavise, porque Herodes va a buscar al niñopara matarlo». 14 José se levantó, tomó alniño y a su madre, de noche, se fue a Egipto15 y se quedó hasta la muerte de Herodespara que se cumpliese lo que dijo el Señorpor medio del profeta: «De Egipto llamé ami hijo». 16 Al verse burlado por los magos,Herodes montó en cólera y mandó matar atodos los niños de dos años para abajo, enBelén y sus alrededores, calculando el tiem-po por lo que había averiguado de los ma-gos. 17 Entonces se cumplió lo dicho por me-dio del profeta Jeremías: 18 «Un grito se oyeen Ramá, llanto y lamentos grandes; es

MATEO 1-2

1,23 Los LXX tradujeron el hebreo doncella por el griego virgen. Mateo descubre así en el texto una pro-fecía de la concepción de Jesús por obra del Espíritu Santo en el seno de María, la Virgen.1,25 La frase griega que traducimos y sin haberla conocido, dio a luz... refleja muy probablemente unaexpresión aramea, cuyo sentido es el indicado.2,1-12 Este pasaje sintetiza la teología de Mateo: hay un conflicto entre dos realezas, la de Herodes y lade Jesús; pese a conocer las Sagradas Escrituras, las autoridades judías y todo Jerusalén (4-5) se sobre-saltan ante el nacimiento del Mesías y no lo reconocen; frente a ellos, unos paganos (los Magos) lo bus-can, lo encuentran, lo adoran y le ofrecen sus dones.2,1 Tal vez se trate de astrónomos babilonios, especialistas en escudriñar los fenómenos naturales.

1,23: Is 7,14; 8,8.10 | 2,1: Lc 2,1-7 | 2,2: Núm 24,17 | 2,6: 2 Sam 5,2; 1 Crón 11,2; Miq 5,1-3 | 2,9: Núm9,17 | 2,13: Gén 46,1-7; Éx 1,15-22; 2,15 | 2,16: Núm 23,22; 24,8 | 2,18: Jer 31,15.

26

Comienzo del ministerio de Jesús

Presentación y actividad de Juan el Bautista

31 Por aquellos días, Juan el Bautista sepresenta en el desierto de Judea, predi-

cando: 2 «Convertíos, porque está cerca elreino de los cielos»*. 3 Este es el que anun-ció el profeta Isaías diciendo:

«Una voz grita en el desierto:“Preparad el camino del Señor,allanad sus senderos”»*.

4 Juan llevaba un vestido de piel de came-llo, con una correa de cuero a la cintura, yse alimentaba de saltamontes y miel silves-tre. 5 Y acudía a él toda la gente de Jerusalén,de Judea y de la comarca del Jordán; 6 con-fesaban sus pecados y él los bautizaba en elJordán. 7 Al ver que muchos fariseos y sa-duceos venían a que los bautizara, les dijo:«¡Raza de víboras!, ¿quién os ha enseñado

a escapar del castigo inminente? 8 Dad el fru-to que pide la conversión.

9 Y no os hagáis ilusiones, pensando:“Tenemos por padre a Abrahán”, pues osdigo que Dios es capaz de sacar hijos deAbrahán de estas piedras. 10 Ya toca el hachala raíz de los árboles y todo árbol que no dé buen fruto será talado y echado al fuego.11 Yo os bautizo con agua para que os con-virtáis; pero el que viene detrás de mí es másfuerte que yo y no soy digno de llevarle lassandalias. Él os bautizará con Espíritu Santoy fuego*. 12 Él tiene el bieldo en la mano:aventará su parva, reunirá su trigo en el gra-nero y quemará la paja en una hoguera queno se apaga».

Bautismo de Jesús

13 Por entonces viene Jesús desde Galileaal Jordán y se presenta a Juan para que lobautice. 14 Pero Juan intentaba disuadirlo di-ciéndole: «Soy yo el que necesito que tú me

Raquel que llora por sus hijos y rehúsa elconsuelo, porque ya no viven»*.

19 Cuando murió Herodes, el ángel delSeñor se apareció de nuevo en sueños a Joséen Egipto 20 y le dijo: «Levántate, coge alniño y a su madre y vuelve a la tierra deIsrael, porque han muerto los que atentabancontra la vida del niño». 21 Se levantó, tomó

al niño y a su madre y volvió a la tierra deIsrael. 22 Pero al enterarse de que Arquelaoreinaba en Judea como sucesor de su padreHerodes tuvo miedo de ir allá. Y avisado ensueños se retiró a Galilea 23 y se establecióen una ciudad llamada Nazaret. Así se cum-plió lo dicho por medio de los profetas, quese llamaría nazareno*.

MATEO 2-3

2,18 Belén era el sitio tradicional de la familia de Raquel; en Ramá se habían reunido los deportados quepartían para el exilio (Jer 40,1) y a quienes llora su madre.2,23 El griego usa el adjetivo «nazoreo», en alusión posible al «nazireo» Sansón (Jue 13,5-7) o al «reto-ño» de Is 11,1. En cualquier caso, es una forma gramaticalmente posible del gentilicio de Nazaret.3,2 En lugar de «reino de Dios», Mateo usa normalmente la expresión «reino de los cielos», más judíaque aquella, pero cuyo sentido es el mismo.3,3 Mateo lee Is 40,3 en la versión de los LXX. Sustituye «los senderos de nuestro Dios» por sus sende-ros, con lo que el texto puede aplicarse a Jesús.3,11 El fuego, que puede ser símbolo de purificación (Mal 3,2; Zac 13,9), debe entenderse aquí comosigno de castigo (véase 3,12). El Bautista anuncia así la dimensión de juicio del Dios que se acerca.

2,20: Éx 4,19-20 | 3,1: Mc 1,1-8; Lc 3,1-18; Jn 1,19-28 | 3,3: Is 40,3 | 3,9: Jn 8,33-40; Rom 9,7s; Gál 3,7; 4,21-31 | 3,10: Mt 7,19 par; 12,33 | 3,11: Lc 13,6-9; Jn 1,26-33; 15,1-6 | 3,13: Mc 1,9-11; Lc 3,21s; Jn 1,29-34.

PROCLAMACIÓN DEL REINO DE DIOS EN GALILEA (3-7)

27

bautices, ¿y tú acudes a mí?». 15 Jesús le con-testó: «Déjalo ahora. Conviene que así cum-plamos toda justicia»*. Entonces Juan se lopermitió. 16 Apenas se bautizó Jesús, saliódel agua; se abrieron los cielos y vio que elEspíritu de Dios bajaba como una paloma yse posaba sobre él. 17 Y vino una voz de loscielos que decía: «Este es mi Hijo amado,en quien me complazco»*.

Tentaciones de Jesús*

41 Entonces Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el

diablo. 2 Y después de ayunar cuarenta díascon sus cuarenta noches, al fin sintió ham-bre. 3 El tentador se le acercó y le dijo: «Sieres Hijo de Dios, di que estas piedras seconviertan en panes». 4 Pero él le contestó:«Está escrito: “No solo de pan vive el hom-bre, sino de toda palabra que sale de la bocade Dios”». 5 Entonces el diablo lo llevó a laciudad santa, lo puso en el alero del templo6 y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate aba-jo, porque está escrito: “Ha dado órdenes asus ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiececon las piedras”». 7 Jesús le dijo: «Tambiénestá escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”».8 De nuevo el diablo lo llevó a un monte al-tísimo y le mostró los reinos del mundo y sugloria, 9 y le dijo: «Todo esto te daré, si te

postras y me adoras». 10 Entonces le dijoJesús: «Vete, Satanás, porque está escrito:“Al Señor, tu Dios, adorarás y a el solo da-rás culto”». 11 Entonces lo dejó el diablo, yhe aquí que se acercaron los ángeles y lo servían.

Vuelta a Galilea12 Al enterarse Jesús de que habían arres-

tado a Juan se retiró a Galilea. 13 DejandoNazaret se estableció en Cafarnaún, junto almar, en el territorio de Zabulón y Neftalí,14 para que se cumpliera lo dicho por mediodel profeta Isaías:

15 «Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,camino del mar, al otro lado del Jordán,Galilea de los gentiles. 16 El pueblo que ha-bitaba en tinieblas vio una luz grande; a losque habitaban en tierra y sombras de muer-te, una luz les brilló»*.

17 Desde entonces comenzó Jesús a pre-dicar diciendo: «Convertíos, porque está cer-ca el reino de los cielos».

Llamamiento de los primeros discípulos

18 Paseando junto al mar de Galilea vioa dos hermanos, a Simón, llamado Pedro,y a Andrés, que estaban echando la red*

en el mar, pues eran pescadores. 19 Lesdijo: «Venid en pos de mí y os haré pes-cadores de hombres». 20 Inmediatamente

MATEO 3-4

3,15 Justicia, palabra muy frecuente en Mateo, significa la adecuación a la voluntad de Dios, verdadero objetivode la vida del creyente (véase 5,6.10.20; 6,1.33; 21,32). Aquí es Jesús quien vive su condición de Hijo de Dioscumpliendo la voluntad del Padre, que, a veces, se concreta en el cumplimiento de las Sagradas Escrituras en él.3,17 En el bautismo Jesús es ungido con el Espíritu y el mismo Dios lo proclama Siervo, Profeta, Mesíasy su único y amado Hijo. La voz que se escucha combina Is 42,1; Sal 2,7 y Gén 22.4,1-11 Los textos bíblicos citados pretenden presentar a Jesús reviviendo las tentaciones de Israel en su cami-no de cuarenta años en el desierto; pero, a diferencia de Israel, el Nazareno se mantiene fiel a Dios, su Padre;aquí y hasta el final (véase 16,21ss; etc.) esa es la forma en que él realiza su condición de Hijo de Dios.4,16 De forma insospechada, pero respondiendo al plan de Dios manifestado en la Escritura, Jesús comien-za su vida pública en Cafarnaún, la Galilea de los gentiles; la apertura a lo universal, difícil de asimilarpara una comunidad tan judeocristiana como la de Mateo, queda así señalada como voluntad divina.4,18 La red de la que habla el texto es la llamada «esparavel», que es redonda y que los pescadores arro-jaban en el mar metiéndose ellos en el agua.

3,17: Mt 12,18; 17,5; Jn 12,28 | 4,1: Mc 1,12s; Lc 4,1-13 | 4,4: Dt 8,3 | 4,6: Sal 91,11s | 4,7: Dt 6,16 | 4,10:Dt 6,13 | 4,12: Mc 1,14s; Lc 4,14 | 4,15: Is 8,23-9,1 | 4,18: Mc 1,16-20; Lc 5,1-11; Jn 1,35-42 | 4,20: Mt8,19-22; 13,47-50; 19,27.

28

Por sus referencias a la prisión (1,16-20; 2,14-18), la carta a los Filipenses formaparte del grupo de escritos paulinos llamado cartas de la cautividad, si bien con ca-racterísticas peculiares.

Circunstancias y fecha de composición

El tiempo de composición de Filipenses depende de la cautividad en la cual se si-túe la carta. Si se tratara de la prisión de Cesarea o de Roma, se colocaría en el co-mienzo de los años 60. En cambio, si la carta hubiera sido escrita en alguna otra pri-sión anterior (Heb 23,3; 2 Cor 11,23) podría pensarse en los años 50.

Frente a lo que ocurre con otras cartas de la cautividad, la autoría paulina de estacarta nunca ha sido puesta en tela de juicio. Por otra parte, ha sido abundante el re-curso eclesiástico a este escrito, sobre todo del himno de 2,6-11.

División

La división de la carta no es fácil. Su contenido, algo heterogéneo, no se presta aesquemas de desarrollo doctrinal unitario. Sin embargo la homogeneidad temática dealgunas secciones permite esbozar una distribución de las partes principales:

Introducción: 1,1-11.Datos personales y exhortaciones a la unidad: 1,12-2,30.Sección autobiográfica: 3,1-4,20.Conclusión: 4,21-23.

Contenido

A pesar de sus reducidas dimensiones, es una carta de gran importancia. Está diri-gida a la primera comunidad evangelizada por Pablo en Europa. Rebosa cordialidad,alegría y esperanza. Su verdadera joya teológica es el pasaje sobre la humillación ygloria de Cristo (2,6-11), el himno cristológico más notable de todo el NuevoTestamento. En la carta se contienen además las primeras indicaciones sobre lo queserá en decenios posteriores la estructura jerárquica de la Iglesia (obispos, diáconos).Son importantes las informaciones autobiográficas de Pablo (3,5-14). Revisten singu-lar valor las afirmaciones sobre el encuentro del creyente con Cristo después de lamuerte (1,21-23). Las referencias a los judaizantes completan el cuadro de informa-ciones de las demás cartas sobre este penoso conflicto del cristianismo naciente. Laactividad de colaboradores como Timoteo y Epafrodito pone una nota de singular vida

FILIPENSES

INTRODUCCIÓN

29

en el escrito. La actitud de la Iglesia de Filipos en cuanto a la colaboración económi-ca es también un dato novedoso en la vida de Pablo, reacio a recibir una retribuciónpor sus trabajos apostólicos.

FILIPENSES

30

Pablo en la cárcel*

12 Quiero que sepáis, hermanos, que misituación personal ha favorecido más bien elavance del Evangelio, 13 pues el personal delpretorio y todos los demás ven claro que es-toy preso por Cristo. 14 De este modo la ma-yoría de los hermanos, alentados por mis ca-

denas a confiar en el Señor, se atreven mu-cho más a anunciar sin miedo la Palabra. 15 Algunos anuncian a Cristo por envidia yrivalidad; otros, en cambio, lo hacen conbuena intención; 16 estos porque me quiereny saben que me han encargado de defenderel Evangelio; 17 aquellos proclaman a Cristopor rivalidad, con intenciones torcidas, pen-

Saludo

11 Pablo y Timoteo, siervos de CristoJesús, a todos los santos en Cristo que

residen en Filipos, con sus obispos y diáco-nos*. 2 Gracia y paz a vosotros de parte deDios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.

Acción de gracias y súplica*

3 Doy gracias a mi Dios cada vez queos recuerdo; 4 siempre que rezo por voso-tros, lo hago con gran alegría. 5 Porquehabéis sido colaboradores míos en la obradel Evangelio, desde el primer día hastahoy. 6 Esta es nuestra confianza: que el

que ha inaugurado entre vosotros estabuena obra, la llevará adelante hasta elDía de Cristo Jesús. 7 Esto que siento porvosotros está plenamente justificado: osllevo en el corazón, porque tanto en la pri-sión como en mi defensa y prueba delEvangelio, todos compartís mi gracia. 8 Testigo me es Dios del amor entrañablecon que os quiero, en Cristo Jesús. 9 Y estaes mi oración: que vuestro amor siga cre-ciendo más y más en penetración y ensensibilidad 10 para apreciar los valores.Así llegaréis al Día de Cristo limpios eirreprochables, 11 cargados de frutos dejusticia, por medio de Cristo Jesús, paragloria y alabanza de Dios.

1,1 La mención de los obispos y diáconos prepara la formación de las expresiones técnicas con las quese designarán los ministerios en la Iglesia (véase Hch 20,28; 1 Tim 3,2.8).1,3-11 Primera Iglesia fundada por Pablo en Europa, Filipos se tomó además muy en serio la obra evan-gelizadora del Apóstol; ello explica las cálidas expresiones de congratulación por esta colaboración. Nofalta la referencia al día de Cristo (1,10) como condición firme de perseverancia.1,12-2,30 Este pasaje contiene informaciones autobiográficas de gran interés sobre las actividades de Pablo.

C A RTA A L O S F I L I P E N S E S

INTRODUCCIÓN (1,1-11)

1,1: Rom 1,1-7 | 1,5: 1 Cor 1,4-9 | 1,8: Rom 1,9 | 1,9: Col 1,9s | 1,13: Ef 3,1.

DATOS PERSONALES Y EXHORTACIONES A LA UNIDAD (1,12-2,30)

31

sando hacer más penosas mis cadenas. 18 ¿Qué más da? Al fin y al cabo, de la ma-nera que sea, con hipocresía o con sinceri-dad, se anuncia a Cristo, y yo me alegro, yseguiré alegrándome*. 19 Porque sé que estoserá para mi bien gracias a vuestras oracio-nes y a la ayuda del Espíritu de Jesucristo.20 Lo espero con impaciencia, porque en nin-gún caso me veré defraudado, al contrario,ahora como siempre, Cristo será glorificadoen mi cuerpo, por mi vida o por mi muerte.

Interés por los filipenses

21 Para mí la vida es Cristo y el morir unaganancia*. 22 Pero, si el vivir esta vida mor-tal me supone trabajo fructífero, no sé quéescoger. 23 Me encuentro en esta alternativa:por un lado deseo partir para estar conCristo que es con mucho lo mejor; 24 peropor otro, quedarme en esta vida, veo que esmás necesario para vosotros. 25 Convencidode esto, siento que me quedaré y estaré avuestro lado, para vuestro progreso en laalegría y en la fe, 26 de modo que el orgu-llo que en Cristo Jesús sentís rebose cuan-do me encuentre de nuevo entre vosotros.

El combate apostólico

27 Lo importante es que vosotros llevéisuna vida digna del Evangelio de Cristo,

de modo que, tanto si voy a veros comosi tengo de lejos noticias vuestras*, sepaque os mantenéis firmes en el mismo es-píritu y que lucháis juntos como un solohombre por la fidelidad al Evangelio, 28 sin el menor miedo a los adversarios;esto será para ellos signo de perdición,para vosotros de salvación: todo por obrade Dios. 29 Porque a vosotros se os ha con-cedido, gracias a Cristo, no solo el don decreer en él, sino también el de sufrir porél, 30 estando como estamos en el mismocombate; ese en que me visteis una vez yque ahora conocéis de oídas.

Cristo modelo de vida

21 Si queréis darme el consuelo deCristo y aliviarme con vuestro amor, si

nos une el mismo Espíritu y tenéis entra-ñas compasivas, 2 dadme esta gran ale-gría: manteneos unánimes y concordescon un mismo amor y un mismo sentir*.3 No obréis por rivalidad ni por ostenta-ción, considerando por la humildad a losdemás superiores a vosotros. 4 No os en-cerréis en vuestros intereses, sino buscadtodos el interés de los demás.

5 Tened entre vosotros los sentimientospropios de Cristo Jesús*:

6 El cual, siendo de condición divina,no retuvo ávidamente el ser igual a Dios;

FILIPENSES 1-2

1,18 La prisión de Pablo ha sido ocasión para un verdadero discernimiento entre los cristianos: unos hantomado nuevos estímulos para continuar su obra; otros se han lanzado a la predicación con espíritu en-vidioso. A Pablo le importa sin embargo que el misterio de Cristo sea conocido de todos.1,21 La fe de Pablo en el más allá descubre en la propia muerte motivos de gran confianza: tras el de-rrumbamiento de la tienda corporal (2 Cor 5,8), espera el encuentro con Cristo, aunque no con una acti-tud pasiva, sino en el esfuerzo por aprovechar el tiempo para procurar el mayor bien a los hombres.1,27 La relación de Pablo con sus cristianos de Filipos estuvo marcada por las continuas ausencias. Pese a todo,el recuerdo cordial y el frecuente contacto epistolar, junto con las muchas noticias que le trasmitían sus colabo-radores, formaron el vínculo de una unión eficaz entre el Apóstol y los cristianos de aquella comunidad.2,2 La preocupación que provoca en Pablo la situación de los filipenses permite adivinar una situaciónmuy humana: rivalidades, rechazos mutuos, vanidad; por ello, con amor paterno, los invita a superarse.2,5 En 2,6-11 Pablo recoge probablemente un himno, patrimonio común de las primeras comunidades.En él se presenta a Jesús en tres momentos: preexistencia divina, vida histórica en humildad y someti-miento, y exaltación gloriosa, apareciendo así como el modelo perfecto de las disposiciones interioresque el Apóstol pide al cristiano.

1,20: 1 Cor 6,20 | 1,21: Gál 2,20; Col 3,3s | 1,23: 2 Cor 5,6-9 | 1,29: 2 Tes 1,4-7 | 1,30: Col 1,24-29 | 2,2:1 Cor 1,10-16.

32

7 al contrario, se despojó de sí mismo*

tomando la condición de esclavo*,hecho semejante a los hombres.Y así, reconocido en su condición

como hombre,8 se humilló a sí mismo,

hecho obediente hasta la muerte,y una muerte de cruz.

9 Por eso Dios lo exaltó sobre todo10 y le concedió el Nombre-sobre-todo-

nombre*;de modo que al nombre de Jesústoda rodilla se dobleen el cielo, en la tierra, en el abismo*,

11 y toda lengua proclame:Jesucristo es Señor,para gloria de Dios Padre.

Hijos de Dios sin tacha

12 Por lo tanto, queridos hermanos, yaque siempre habéis obedecido, no solocuando yo estaba presente, sino muchomás ahora en mi ausencia, trabajad porvuestra salvación con temor y temblor, 13 porque es Dios quien activa en vosotrosel querer y el obrar para realizar su desig-nio de amor. 14 Cualquier cosa que hagáissea sin protestas ni discusiones, 15 así se-

réis irreprochables y sencillos, hijos deDios sin tacha, en medio de una genera-ción perversa y depravada, entre la cualbrilláis como lumbreras del mundo, 16 manteniendo firme la palabra de lavida. Así, en el día de Cristo, esa será migloria, porque mis trabajos no fueron in-útiles ni mis fatigas tampoco. 17 Y si misangre se ha de derramar, rociando el sa-crificio litúrgico que es vuestra fe*, yo es-toy alegre y me asocio a vuestra alegría;18 por vuestra parte estad alegres y ale-graos conmigo.

Timoteo y Epafrodito colaboradoresde Pablo*

19 Con la ayuda del Señor Jesús, espe-ro mandaros pronto a Timoteo, para ani-marme yo también recibiendo noticiasvuestras. 20 Porque no tengo a nadie tande acuerdo conmigo que se preocupe le-almente de vuestros asuntos. 21 Todos bus-can su interés, no el de Jesucristo. 22 DeTimoteo, en cambio, conocéis su probadavirtud, pues se puso conmigo al serviciodel Evangelio como un hijo con su padre.23 A él precisamente espero enviároslo encuanto vea clara mi situación; 24 aunque,

FILIPENSES 2

2,7 [1] La condición divina («existir en la forma de Dios») y la categoría correspondiente («ser igual aDios») no fueron para Cristo un bien al que aferrarse o una presa codiciada; frente a la actitud de Adán(Gén 3,5), él «se despojó de su rango» («se vació»), es decir, asumió una verdadera condición humanacon todas sus consecuencias, o sea, hasta la muerte.2,7 [2] El término no tiene connotaciones sociológicas, sino antropológicas (el ser humano es siervo fren-te a Dios, que es su Señor) y teológicas (Cristo es el Siervo del Señor).2,10 Frente a la condición humana asumida libremente, Cristo recibe el nombre que le corresponde, esdecir, el nombre de Señor, un título exclusivo de Dios en el AT y que, aplicado a Cristo, pone aquí demanifiesto la gloria de su exaltación.2,10 Cielo, tierra, abismo, es decir, las tres dimensiones del cosmos según los antiguos, doblan las rodi-llas, es decir, aceptan el señorío de Cristo sobre todo.2,17 El Apóstol interpreta su situación de acuerdo con la doctrina sobre la muerte sacrificial de Cristoen favor de los hombres: la posibilidad de un final de martirio, que él vislumbra en la cárcel, es unaofrenda sacrificial, semejante a las libaciones, que caería sobre la ofrenda de la conducta cristiana de susfieles, también ella sacrificial.2,19-30 Reaparecen las informaciones personales de Pablo y de sus colaboradores y se describe con granviveza las condiciones en que discurría la vida del Apóstol, en estrecha unión de destino con todos losmiembros activos de la Iglesia.

2,7: Is 53,12; 2 Cor 8,9; Gál 4,4 | 2,8: Rom 5,19 | 2,9: Is 52,13 | 2,10: Is 45,23 | 2,11: Rom 10,9 | 2,15:Dt 32,5; Mt 17,17 | 2,16: Gál 2,2; 4,11; 5,7 | 2,19: Hch 16,1; 1 Cor 4,17; 16,10s.

33

Entrega de Pablo a Cristo

31 Por lo demás, hermanos, alegraos, enel Señor. A mí no me cuesta nada re-

petiros lo ya dicho otras veces, y a voso-tros os dará seguridad. 2 ¡Cuidado con losperros, cuidado con los malos obreros,cuidado con la mutilación!* 3 Los circun-cisos somos nosotros, los que damos cul-to en el Espíritu de Dios, y ponemos nues-tra gloria en Cristo Jesús, sin confiar enla carne. 4 Aunque también yo tendría mo-tivos para confiar en ella. Y si algunopiensa que puede hacerlo, yo mucho más:5 circuncidado a los ocho días, del linajede Israel, de la tribu de Benjamín, hebreohijo de hebreos; en cuanto a la ley, fari-seo*; 6 en cuanto a celo, perseguidor de laIglesia; en cuanto a la justicia de la ley,irreprochable. 7 Sin embargo, todo esoque para mí era ganancia, lo considerépérdida a causa de Cristo. 8 Más aún: todolo considero pérdida comparado con laexcelencia del conocimiento de Cristo

Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo, ytodo lo considero basura con tal de ganara Cristo 9 y ser hallado en él, no con unajusticia mía, la de la ley, sino con la queviene de la fe de Cristo, la justicia queviene de Dios y se apoya en la fe. 10 Todopara conocerlo a él, y la fuerza de su re-surrección, y la comunión con sus pade-cimientos, muriendo su misma muerte, 11 con la esperanza de llegar a la resurrec-ción de entre los muertos.

La meta*

12 No es que ya lo haya conseguido oque ya sea perfecto: yo lo persigo, a versi lo alcanzo como yo he sido alcanzadopor Cristo. 13 Hermanos, yo no pienso ha-ber conseguido el premio. Solo busco unacosa: olvidándome de lo que queda atrásy lanzándome hacia lo que está por delan-te, 14 corro hacia la meta, hacia el premio,al cual me llama Dios desde arriba enCristo Jesús. 15 Todos nosotros, los madu-

con la ayuda del Señor, confío en ir pron-to personalmente. 25 Entretanto, me consi-dero obligado a enviaros de nuevo aEpafrodito, mi hermano, colaborador ycompañero de armas, a quien vosotros en-viasteis para que atendiera a mi necesidad.26 Él os echa mucho de menos y está an-gustiado porque os habéis enterado de suenfermedad. 27 De hecho, estuvo a punto demorir, pero Dios tuvo compasión de él; no

solo de él, sino también de mí, para que nose me añadiera una tristeza a la otra. 28 Oslo mando lo antes posible, para que vién-dolo, volváis a alegraros, y yo me sienta ali-viado. 29 Recibidlo, pues, en el Señor, conla mayor alegría; estimad a personas comoél, 30 que, por la causa de Cristo, ha estadoa punto de morir, exponiendo su vida paraprestarme, en lugar vuestro, el servicio quevosotros no podíais.

FILIPENSES 2-3

3,2 Cambia el tono del discurso, que se convierte en un duro ataque a quienes desautorizan a Pablo y enuna posterior defensa de la misión y doctrina del Apóstol.3,5-11 Como en Gál 3,13-16, Pablo resume su vida anterior a la experiencia de su encuentro con Cristoen el camino de Damasco (5s), el cambio total de vida que ello supuso y los nuevos valores que entra-ron a regular su existencia (7-11).3,12-16 Mediante un típico vocabulario deportivo, Pablo describe la vida cristiana como un esforzado ycontinuado camino hacia la meta, que exige un duro combate espiritual.

3,1: 2 Cor 13,11 | 3,3: Jer 4,4; Rom 2,25-29; Flp 2,17; Col 2,11 | 3,5: 2 Cor 11,22 | 3,6: Hch 8,1.3; Gál1,13s | 3,9: Rom 1,16; Gál 2,16 | 3,10: Rom 1,4; 6,4; 8,11.17.

SECCIÓN AUTOBIOGRÁFICA (3,1-4,20)

34

ros, debemos sentir así. Y, si en algo sen-tís de otro modo, también eso os lo reve-lará Dios. 16 En todo caso, desde el pun-to a donde hemos llegado, avancemosunidos.

La imitación cristiana

17 Hermanos, sed imitadores míos y fi-jaos en los que andan según el modelo quetenéis en nosotros*. 18 Porque —como osdecía muchas veces, y ahora lo repito conlágrimas en los ojos— hay muchos queandan como enemigos de la cruz deCristo: 19 su paradero es la perdición; suDios, el vientre; su gloria, sus vergüenzas;solo aspiran a cosas terrenas. 20 Nosotros,en cambio, somos ciudadanos del cielo,de donde aguardamos un Salvador: elSeñor Jesucristo. 21 Él transformará nues-tro cuerpo humilde, según el modelo desu cuerpo glorioso, con esa energía queposee para sometérselo todo.

La práctica cristiana*

41 Así, pues, hermanos míos queridos yañorados, mi alegría y mi corona,

manteneos así, en el Señor, queridos. 2 Ruego a Evodia y también a Síntiqueque piensen lo mismo en el Señor. 3 Y ati en particular, leal compañero, te pidoque las ayudes, pues ellas lucharon a milado por el Evangelio, con Clemente y losdemás colaboradores míos, cuyos nom-

bres están escritos en el libro de la vida.4 Alegraos siempre en el Señor; os lo re-pito, alegraos. 5 Que vuestra mesura la co-nozca todo el mundo. El Señor está cer-ca. 6 Nada os preocupe; sino que, en todaocasión, en la oración y en la súplica, conacción de gracias, vuestras peticionessean presentadas a Dios. 7 Y la paz deDios, que supera todo juicio, custodiarávuestros corazones y vuestros pensamien-tos en Cristo Jesús. 8 Finalmente, herma-nos, todo lo que es verdadero, noble, jus-to, puro, amable, laudable, todo lo que esvirtud o mérito, tenedlo en cuenta. 9 Loque aprendisteis, recibisteis, oísteis, vis-teis en mí, ponedlo por obra. Y el Dios dela paz estará con vosotros.

La generosidad de los fieles*

10 Me alegré muchísimo en el Señor deque ahora, por fin, haya vuelto a florecervuestro interés por mí; siempre lo habíaissentido, pero os faltaba la ocasión. 11 Aunqueando escaso de recursos, no lo digo por eso;yo he aprendido a bastarme con lo que ten-go. 12 Sé vivir en pobreza y abundancia.Estoy avezado en todo y para todo: a la har-tura y al hambre, a la abundancia y a la pri-vación. 13 Todo lo puedo en aquel que meconforta. 14 En todo caso, hicisteis bien encompartir mis tribulaciones. 15 Vosotros, fi-lipenses, sabéis además que, desde que salíde Macedonia y empecé la misión, ningunaiglesia, aparte de vosotros, me abrió una

FILIPENSES 3-4

3,17-21 Los adversarios de Pablo andan obsesionados por valores (judíos) ya superados (17-19); frente aello, la esperanza cristiana se centra en los bienes escatológicos de la resurrección según el modelo delCristo glorioso (20s).4,1-9 Se ofrecen a continuación interesantes consejos sobre las diversas circunstancias de la vida cristia-na: ante todo, la concordia (2s); luego, una vida en alegría, como conviene a la novedad cristiana (4-7),y, por fin, el ideal superior de una suma de valores positivos (8s).4,10-20 Cierra la carta una serie de recuerdos personales en los que resalta la gratitud de Pablo por el in-terés que los filipenses le han demostrado, y la referencia a las condiciones en que se desarrolla la vidadel Apóstol en el momento de firmar el escrito.

3,17: 1 Cor 11,1; Gál 4,12; 2 Tes 3,7 | 3,20: Hch 3,20s; Col 3,1-4; 1 Tim 1,1; Heb 11,13-16 | 3,21: Rom8,23; 1 Cor 15,23-28.47-49 | 4,3: Dan 12,1; Ap 20,12-15 | 4,6: Mt 6,25-34 | 4,9: 1 Tes 2,13; 2 Tes 3,7 |4,13: 2 Cor 12,9-10; Col 1,29 | 4,15: Hch 16,12-40.

35

21 Saludad a cada uno de los santos enCristo. 22 Os mandan saludos los herma-nos que están conmigo. Os saludan todos

los santos, en especial los que están al ser-vicio del César. 23 La gracia del SeñorJesucristo esté con vuestro espíritu.

cuenta de haber y debe. 16 Ya me mandas-teis a Tesalónica, más de una vez, un sub-sidio para aliviar mi necesidad; 17 no es queyo busque regalos, busco que los interesesse acumulen en vuestra cuenta. 18 Tengo lonecesario, y me sobra. Estoy plenamentesatisfecho habiendo recibido de Epafrodito

vuestro donativo, que es suave olor, sacri-ficio aceptable y grato a Dios. 19 En pago,mi Dios proveerá a todas vuestras necesi-dades con magnificencia, conforme a su ri-queza en Cristo Jesús. 20 A Dios, nuestroPadre, la gloria por los siglos de los siglos.Amén.

FILIPENSES 4

4,16: Hch 17,1 | 4,18: Gén 8,21; 2 Cor 2,15; Flp 2,17 | 4,21: Hch 9,13.

CONCLUSIÓN (4,21-23)

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1. Lecturas para los domingos

I Adviento(A) Is 2,1-5Rom 13,11-14aMt 24,37-44(B) Is 63,16b-17.19b; 64,2b-71 Cor 1,3-9Mc 13,33-37(C) Jer 33,14-161 Tes 3,12-4,2Lc 21,25-28.34-36

II Adviento(A) Is 11,1-10Rom 15,4-9Mt 3,1-12(B) Is 40,1-5.9-112 Pe 3,8-14Mc 1,1-8(C) Bar 5,1-9Flp 1,4-6.8-11Lc 3,1-6

III Adviento(A) Is 35,1-6a.10Sant 5,7-10Mt 11,2-11(B) Is 61,1-2a.10-111 Tes 5,16-24

Jn 1,6-8.19-28(C) Sof 3,14-18aIs 12,2-3.4bcd.5-6Flp 4,4-7Lc 3,10-18

IV Adviento(A) Is 7,10-14Rom 1,1-7Mt 1,18-24(B) 2 Sam 7,1-5.8b-12.14a.16Rom 16,25-27Lc 1,26-38(C) Miq 5,1-4aHeb 10,5-10Lc 1,39-45

Navidad(1.ª) Is 62,1-5Hch 13,16-17.22-25Mt 1,1-25(2.ª) Is 9,1-6Tit 2,11-14Lc 2,1-14(3.ª) Is 62,11-12Tit 3,4-7Lc 2,15-20(4.ª) Is 52,7-10Heb 1,1-6Jn 1,1-18

ÍNDICE LITÚRGICO

En este índice litúrgico de textos bíblicos, elaborado conforme al Ordo LectionumMissae, una serie de letras y de números muestran los diferentes ciclos de lectura.

Así, las letras (A), (B) y (C) en los domingos y fiestas del Tiempo de Adviento,Navidad, Cuaresma y Pascua, corresponden a las lecturas del primero, segundo y ter-cer año, respectivamente.

En cambio, los números (1) y (2) que acompañan a las lecturas de las ferias delTiempo Ordinario corresponden a aquellos textos que habrán de leerse en el ciclo pri-mero o en el segundo, según el número.

Se han suprimido las citas de las lecturas ad libitum que podrían sustituir a las lec-turas indicadas en primer lugar.

Respecto a los textos bíblicos que se hallan en los formularios comunes para la ce-lebración de la Eucaristía, aparecen en primer lugar las citas que se leen fuera delTiempo de Pascua y, a continuación, las que corresponden a dicho tiempo.

PROPIO DEL TIEMPO

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Sagrada FamiliaEclo 3,3-7.14-17aCol 3,12-21(A) Mt 2,13-15.19-23(B) Lc 2,22-40(C) Lc 2,41-52

Santa María, Madre de DiosNúm 6,22-27Gál 4,4-7Lc 2,16-21

II después de NavidadEclo 24,1-4.12-16Ef 1,3-6.15-18Jn 1,1-18

Epifanía del SeñorIs 60,1-6Ef 3,2-3a.5-6Mt 2,1-12

Bautismo del SeñorIs 42,1-4.6-7Hch 10,34-38(A) Mt 3,13-17(B) Mc 1,7-11(C) Lc 3,15-16.21-22

I Cuaresma(A) Gén 2,7-9; 3,1-7Rom 5,12-19Mt 4,1-11(B) Gén 9,8-15l Pe 3,18-22Mc 1,12-15(C) Dt 26,4-10Rom 10,8-13Lc 4,1-13

II Cuaresma(A) Gén 12,1-4a2 Tim 1,8b-10Mt 17,1-9(B) Gén 22,1-2,9a.10-13.15-18Rom 8,31b-34Mc 9,2-10(C) Gén 15,5-12.17-18Flp 3,17-4,1Lc 9,28b-36

III Cuaresma(A) Éx 17,3-7Rom 5,1-2.5-8Jn 4,5-42(B) Éx 20,1-171 Cor 1,22-25Jn 2,13-25(C) Éx 3,1-8a.13-151 Cor 10,1-6.10-12Lc 13,1-9

IV Cuaresma(A) l Sam 16,1b.6-7.10-13aEf 5,8-14Jn 9,1-41(B) 2 Crón 36,14-16.19-23Ef 2,4-10Jn 3,14-21(C) Jos 5,9a.10-122 Cor 5,17-21Lc 15,1-3,11-32

V Cuaresma(A) Éx 37,12-14Rom 8,8-11Jn 11,1-45(B) Jer 31,31-34Heb 5,7-9Jn 12,20-33(C) Is 43,16-21Flp 3,8-14Jn 8,1-11

Domingo de RamosProces.: (A) Mt 21,1-11

(B) Mc 11,1-10(C) Lc 19,28-40

Misa: Is 50,4-7Flp 2,6-11(A) Mt 26,14-27.66(B) Mc 14,1-15.47(C) Lc 22,14-23,56

Jueves SantoÉx 12,1-8.11-141 Cor 11,23-26Jn 13,1-15

Viernes SantoIs 52,13-53,12Heb 4,14-16; 5,7-9Jn 18,1-19,42

ÍNDICE LITÚRGICO

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Vigilia PascualGén 1,1-2,2Gén 22,1-18Éx 14,15-15,1Éx 15,1-2.3-4.5-6.17-18Is 54,5-14Is 55,1-11Is 12,2-3.4bcd.5-6Bar 3,9-15.32-4,4Ez 36,16-17a.18-28Rom 6,3-11(A) Mt 28,1-10(B) Mc 16,1-7(C) Lc 24,1-12

Domingo de ResurrecciónHch 10,34a.37-43Col 3,1-4Jn 20,1-9

II Pascua(A) Hch 2,42-471 Pe 1,3-9Jn 20,19-31(B) Hch 4,32-351 Jn 5,1-6Jn 20,19-31(C) Hch 5,12-16Ap 1,9-11a.12-13.17-19Jn 20,19-31

III Pascua(A) Hch 2,14.22-331 Pe 1,17-21Lc 24,13-35(B) Hch 3,13-15.17-191 Jn 2,1-5aLc 24,35-48(C) Hch 5,27b-32.40b-41Ap 5,11-14Jn 21,1-19

IV Pascua(A) Hch 2,14a.36-411 Pe 2,20b-25Jn 10,1-10(B) Hch 4,8-121 Jn 3,1-2Jn 10,11-18(C) Hch 13,14.43-52Ap 7,9.14b-17Jn 10,27-30

V Pascua(A) Hch 6,1-71 Pe 2,4-9Jn 14,1-12(B) Hch 9,26-311 Jn 3,18-24Jn 15,1-8(C) Hch 14,21b-27Ap 21,1-5aJn 13,31-33a.34-35

VI Pascua(A) Hch 8,5-8.14-171 Pe 3,15-18Jn 14,15-21(B) Hch 10,25-26.34-35.44-481 Jn 4,7-10Jn 15,9-17(C) Hch 15,1-2.22-29Ap 21,10-14.22-23Jn 14,23-29

Ascensión del SeñorHch 1,1-11Ef 1,17-23(A) Mt 28,16-20(B) Mc 16,15-20(C) Lc 24,46-53

VII Pascua(A) Hch 1,12-141 Pe 4,13-16Jn 17,1-11a(B) Hch 1,15-17.20a.20c-261 Jn 4,11-16Jn 17,11b-19(C) Hch 7,55-60Ap 22,12-14.16-17.20Jn 17,20-26

Vigilia de PentecostésGén 11,1-9Rom 8,22-27Jn 7,37-39

Domingo de PentecostésHch 2,1-111 Cor 12,3b-7.12-13Jn 20,19-23

ÍNDICE LITÚRGICO

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© Biblioteca de Autores Cristianos

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Portada de Sagrada Biblia.

Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española Para la portada de Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española se ha tomado un motivo pictórico del Beato de Facundo, que se conserva en la Biblioteca Nacional de España; denominado también Beato de San Isidoro de León, por ser ahí donde se encontraba originalmente, o Segundo Beato de la Biblioteca Nacional. Es un manuscrito iluminado de mediados del siglo XI, realizado por encargo de los reyes Fernando I de Castilla y Sancha de León. No se conoce el nombre del iluminador, aunque sí el del copista: Facundo. Es el más lujoso manuscrito ilustrado medieval que se custodia en la Biblioteca Nacional de España. Contiene el Comentario al Apocalipsis de Beato de Liébana. El Agnus Dei aparece en el folio 116 v. y ocupa el centro de la denominada Gran Teofanía. En ella se representa al Cordero degollado, rodeado por los cuatro vivientes y los ancianos que tañen cítaras, y, en la parte superior, el Pantocrátor, sentado en un trono y con un libro sellado entre las manos que sólo el Cordero puede abrir. Este, de pie y apoyado sobre tres patas, agarra con la delantera derecha una cruz, siguiendo así los cánones de representación paleocristianos del Agnus Dei. Los cuatro vivientes aparecen en Ezequiel 1,4-26 y Apocalipsis 4,6-11. Tienen rostro de hombre, de león, de toro y de águila, y se han convertido en símbolos de los cuatro evangelios canónicos. En Apocalipsis 5,1-14, se lee:

1 Vi en la mano derecha del que está sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos. 2 Y vi a un ángel poderoso, que pregonaba en alta voz: «¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?». 3 Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro ni mirarlo. 4 Yo lloraba mucho, porque no se había encontrado a nadie digno de abrir el libro y de mirarlo. 5 Pero uno de los ancianos me dijo: «Deja de llorar; pues ha vencido el león de la tribu de Judá, el retoño de David, y es capaz de abrir el libro y sus siete sellos». 6 Y vi en medio del trono y de los cuatro vivientes, y en medio de los ancianos, a un Cordero de pie, como degollado; tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados a toda la tierra. 7 Se acercó para recibir el libro de la mano derecha del que está sentado en el trono. 8 Cuando recibió el libro, los cuatro vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero; tenían cítaras y copas de oro llenas de perfume, que son las oraciones de los santos. 9 Y cantan un cántico nuevo: «Eres digno de recibir el libro y de abrir sus sellos, porque fuiste degollado, y con tu sangre has adquirido para Dios hombres de toda tribu, lengua, pueblo y nación; 10 y has hecho de

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ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes, y reinarán sobre la tierra». 11 Miré, y escuché la voz de muchos ángeles alrededor del trono, de los vivientes y de los ancianos, y eran miles de miles, miríadas de miríadas, 12 y decían con voz potente: «Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza». 13 Y escuché a todas las criaturas que hay en el cielo, en la tierra, bajo la tierra, en el mar —todo cuanto hay en ellos—, que decían: «Al que está sentado en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos». 14 Y los cuatro vivientes respondían: «Amén». Y los ancianos se postraron y adoraron.

Sólo Cristo, Cordero degollado y victorioso, ha podido romper con su pasión y resurrección los sellos que velaban el sentido pleno de las santas Escrituras, que ahora, a la luz del misterio pascual, se manifiestan como Palabra de Dios siempre viva y eficaz.

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