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PROCESO DE DIÁLOGO Y CONSTRUCCIÓN DE ACUERDOS SOBRE EL MARCO LEGAL DEL SISTEMA DE JUSTICIA PARA ADOLESCENTES MAPA DE ACTORES Ciudad de México Septiembre de 2014

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PROCESO DE DIÁLOGO Y CONSTRUCCIÓN DE ACUERDOS SOBRE EL MARCO LEGAL DEL SISTEMA DE JUSTICIA PARA ADOLESCENTES

MAPA DE ACTORES

Ciudad de México Septiembre de 2014

ÍNDICE

RESUMEN EJECUTIVO 4

INTRODUCCIÓN 7

ANTECEDENTES 7 METODOLOGÍA 7 ADVERTENCIA AL LECTOR 8

I. CONTEXTO Y PREOCUPACIONES GENERALES 10

II. PRINCIPIOS PROCESALES DE JUSTICIA PARA ADOLESCENTES 12

PREOCUPACIONES 12 GENERALES 12 CONTENIDOS DE LA LEY FEDERAL DE JUSTICIA PARA ADOLESCENTES 13 RECOMENDACIONES 14

III. ESPECIALIZACIÓN E INTEGRALIDAD DEL SISTEMA DE JUSTICIA PENAL PARA ADOLESCENTES 15

PREOCUPACIONES 15 ESPECIALIZACIÓN 15 INTEGRALIDAD 17 RECOMENDACIONES 18 ESPECIALIZACIÓN 18 INTEGRALIDAD 18

IV. MEDIDAS CAUTELARES Y SOLUCIONES ALTERNAS 20

PREOCUPACIONES 20 MEDIDAS CAUTELARES 20 SOLUCIONES ALTERNAS 21 RECOMENDACIONES 21

V. EJECUCIÓN DE MEDIDAS PRIVATIVAS Y NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 23

PREOCUPACIONES 23 GENERALES 23 MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 24 MEDIDAS PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 24 RECOMENDACIONES 26 GENERALES 26 MEDIDAS EN LIBERTAD 27 MEDIDAS PRIVATIVAS 27

ANEXOS 29

ANEXO 1: PERSONAS ENTREVISTADAS 29 ANEXO 2: CUESTIONARIO GUÍA 31

RESUMEN EJECUTIVO

El presente mapa es un estudio exploratorio de distintas opiniones y propuestas en torno al marco legal del sistema de justicia para adolescentes en México. Este documento está compuesto por la síntesis de 44 entrevistas con actores clave de los siguientes sectores: 1) academia y expertos; 2) organizaciones de la sociedad civil; 3) organismos internacionales; y 4) gobierno, así como tres grupos focales en los que participaron 20 varones que cumplen o cumplieron una medida en el sistema de justicia para adolescentes. La mayoría de las entrevistas se realizaron en persona entre mayo y agosto de 2014; algunas se hicieron vía telefónica por cuestiones de tiempo y presupuesto. El objetivo de este mapa es servir como insumo para el diseño de un proceso de diálogo y la construcción de acuerdos sobre el tema. El Centro de Colaboración Cívica (CCC) ha conformado un grupo asesor o grupo convocante con las siguientes instituciones: Fundación Mexicana para la Reintegración Social, Instituto de Justicia Procesal Penal, Institución Renace A.B.P., Red de Especialistas en Seguridad Pública y Red por los Derechos de la Infancia en México. Las funciones de dichas instituciones consisten en asegurar la calidad técnica de las recomendaciones y propuestas que emanen del proceso y coordinar la estrategia de diálogo con autoridades gubernamentales. Por su parte, el CCC funge como institución facilitadora del diálogo y secretaría técnica del proceso, además de garantizar la pluralidad de visiones y enfoques en la materia. Las entrevistas fueron realizadas por el CCC, organización civil no partidista y sin fines de lucro, cuya misión es fomentar una cultura y capacidades de diálogo, colaboración y abordaje pacífico de los conflictos en México, así como habilitar procesos de cambio que – a través del diálogo plural– permitan fortalecer la democracia, el estado de Derecho y el desarrollo sustentable.

HALLAZGOS Preocupaciones generales Si bien este proceso estuvo centrado en conocerlos criterios mínimos que deben componer el marco legal del sistema de justicia para adolescentes en México, muchas de las personas entrevistadas hicieron énfasis en la importancia de considerar varios aspectos del contexto actual que inciden en el desarrollo de las y los adolescentes. En concreto, mencionaron lo siguiente:

• La debilidad institucional del sistema de justicia en México como un reto que deberá afrontar el nuevo sistema de justicia integral para adolescentes.

PERSONAS ENTREVISTADAS Academia y personas expertas: 14 Organizaciones de la sociedad civil: 11 Organismos internacionales y gobierno: 19 Usuarios y ex usuarios del sistema: 20

TOTAL: 64 personas

• La situación de vulnerabilidad de las y los adolescentes, que se debe a la ausencia histórica de programas, políticas públicas y legislaciones que garanticen un sistema de protección de derechos específicos.

• El contexto actual de inseguridad y violencia en el país, acompañado de la percepción de que un número creciente de adolescentes están involucrados/as en conductas delictivas y de mayor gravedad.

• La deficiencia en la información disponible sobre las problemáticas que aquejan a las y los adolescentes—incluyendo la referente a la comisión de delitos—que impide, como consecuencia, la planeación y ejecución de políticas públicas eficaces para atenderles

• La difusión de discursos a través de los medios de comunicación que criminalizan y estigmatizan a los adolescentes.

• La endeble aplicación y efectividad de los mecanismos formales de denuncia por violaciones a los derechos humanos durante los procesos judiciales y la ejecución de medidas, lo que contribuye a incrementar la impunidad.

Principios procesales de justicia para adolescentes Con respecto a los principios generales del proceso penal aplicables a los adolescentes, existen preocupaciones en torno a tres dimensiones:

• La falta o inconsistencia en la aplicación de criterios específicos del debido proceso para adolescentes.

• La existencia de una posible contradicción entre el principio de publicidad y transparencia del sistema y la protección de la identidad de las y los adolescentes en el proceso judicial.

• La falta de definición/la definición imprecisa en la materia del derecho a la que corresponde el sistema integral de adolescentes.

También existen algunas preocupaciones específicas con respecto a la Ley Federal de Justicia para Adolescentes, que entrará en vigor en diciembre de 2014. Preocupan, especialmente, su falta de armonización con estándares internacionales en la materia y la contradicción con la Reforma Constitucional de 2008 al establecer un sistema mixto y no uno acusatorio. Especialización e integralidad del sistema de justicia penal para adolescentes Para todas las personas entrevistadas es fundamental que el sistema de justicia para adolescentes sea verdaderamente especializado, particularmente con respecto a tres dimensiones:

• Especialización orgánica, es decir, en materia de su estructura y funcionamiento. • Especialización de competencias en relación con otras áreas del sistema de justicia. • Especialización del personal, considerando a todos los actores que operan el sistema

de justicia. Asimismo, las personas entrevistadas aseguran que la integralidad del sistema, a la que refiere el artículo 18 constitucional, debe atenderlos cinco subsistemas: la prevención, la procuración e impartición de justicia, la reinserción y el seguimiento de las y los adolescentes. Sin embargo,

encontramos diferentes opiniones sobre la manera en que esta integralidad debe entenderse en el marco legal de justicia para adolescentes. Medidas cautelares y medios alternos de solución de controversias Las personas entrevistadas señalan su preocupación con respecto a:

• La frecuencia y discrecionalidad con la que se utiliza la privación de la libertad como medida cautelar, así como la ausencia de criterios, infraestructura y seguimiento para la implementación de las mismas.

• La escasa utilización de medios alternos de solución de controversias en el sistema de justicia para adolescentes.

Ejecución de medidas privativas y no privativas de la libertad A decir de las personas entrevistadas, es muy preocupante que la privación de la libertad continúe siendo una práctica recurrente en el tratamiento de las y los adolescentes a pesar de que, de acuerdo con el artículo 18 constitucional, el internamiento deberá ser el último recurso aplicable y por el menor tiempo posible. Son también alarmantes las condiciones y el trato que se da a las y los adolescentes en los centros de internamiento, así como la inexistencia de reglamentos y normativas internas o su falta de concordancia con estándares internacionales. Con respecto a las medidas no privativas de libertad, se señalaron las siguientes preocupaciones:

• La falta de adecuación de los programas educativos, culturales y recreativos con respecto a las necesidades e intereses de las y los adolescentes.

• Los escasos esfuerzos para que las familias y personas cercanas, así como instituciones relevantes en la ejecución de estas medidas se involucren.

INTRODUCCIÓN

ANTECEDENTES El desarrollo del presente mapa de actores se enmarca dentro del “Programa de Diálogos sobre Seguridad Ciudadana”, iniciativa convocada y facilitada por el Centro de Colaboración Cívica (CCC) y financiada por Open Society Foundations. El Programa de Diálogos tiene como objetivos promover el intercambio y la generación de conocimiento, construir relaciones de confianza entre actores interesados en la seguridad ciudadana y desarrollar, de manera colaborativa, propuestas técnicamente viables y que cuenten con un amplio consenso, para que sirvan de insumo en la elaboración de legislaciones y políticas públicas que busquen mejorar la seguridad, la justicia y la garantía de los derechos humanos en nuestro país. Los principales temas abordados por el Programa de Diálogos en el periodo 2013-2014 incluyen:

• Marco legal de los derechos de las víctimas. o Reglamento de la Ley General de Víctimas. o Procedimiento de Declaratoria de Ausencia por Desaparición. o Vinculación entre el Código Nacional de Procedimientos Penales y la Ley

General de Víctimas. • Justicia para adolescentes.

o Criterios mínimos para el marco legal del sistema de justicia especializado para adolescentes.

Para abordar el tema de justicia para adolescentes, el CCC ha conformado un grupo asesor o grupo convocante con las siguientes instituciones: Fundación Mexicana para la Reintegración Social, Instituto de Justicia Procesal Penal, Institución Renace A.B.P., Red de Especialistas en Seguridad Pública y Red por los Derechos de la Infancia en México. La función de dichas instituciones es asegurar la calidad técnica de las recomendaciones y propuestas que emanen del proceso, así como coordinar la estrategia de diálogo con autoridades gubernamentales. Por su parte, el CCC funge como institución facilitadora del diálogo y secretaría técnica del proceso, además de garantizar la pluralidad de visiones y enfoques en la materia.

METODOLOGÍA El presente mapa es un estudio exploratorio de las opiniones y propuestas de diferentes actores en torno al sistema especializado de justicia para adolescentes en México. Este documento está compuesto por la síntesis de 44 entrevistas con líderes de los siguientes sectores: 1) academia y expertos; 2) organizaciones de la sociedad civil; 3) organismos internacionales; y 4) gobierno, además de tres grupos focales con 20 adolescentes varones que cumplen o cumplieron una medida en el sistema de justicia para adolescentes. La mayoría de las entrevistas se realizaron en persona

PERSONAS ENTREVISTADAS Academia y personas expertas: 14 Organizaciones de la sociedad civil: 11 Organismos internacionales y gobierno: 19 Usuarios y ex usuarios del sistema: 20

TOTAL: 64 personas

entre mayo y agosto de 2014, mientras que algunas se hicieron por vía telefónica por cuestiones de tiempo y presupuesto. El objetivo del presente mapa de actores es servir como insumo para el diseño de un proceso de diálogo y construcción de acuerdos sobre el marco legal del sistema especializado de justicia para adolescentes. Las entrevistas fueron realizadas por el CCC, organización civil no partidista y sin fines de lucro, cuya misión es fomentar una cultura y capacidades de diálogo, colaboración y abordaje pacífico de los conflictos en México, así como habilitar procesos de cambio que –a través del diálogo plural– permitan fortalecer la democracia, el estado de Derecho y el desarrollo sustentable. El CCC, en colaboración con el grupo convocante de este proceso, elaboró una primera lista de personas a entrevistar que se nutrió, más adelante, con recomendaciones de las personas entrevistadas. La lista final puede encontrarse en el Anexo 1. El cuestionario que sirvió de guía durante las entrevistas se encuentra en el Anexo 2. El presente documento está dividido en cinco capítulos. El primer capítulo presenta, a manera de introducción al tema, las preocupaciones generales que se mencionaron durante las entrevistas y los grupos focales. Por preocupaciones generales nos referimos a aquellas cuestiones estructurales o de contexto que no necesariamente pueden estar contenidas en el marco legal del sistema de justicia para adolescentes, pero que deberían estar presentes en la reflexión sobre el mismo, puesto que lo influyen enormemente. El capítulo dos se enfoca en los principios procesales de justicia para adolescentes. En este capítulo se recuperan las opiniones de las personas entrevistadas sobre los principios y procedimientos generales del proceso penal en aplicables en la justicia para adolescentes, así como aquellas relacionadas exclusivamente con el contenido de la Ley Federal de Justicia para Adolescentes, que entrará en vigor en diciembre de 2014. El tercer capítulo contiene las perspectivas de los actores con respecto a la especialización e integralidad del sistema de justicia para adolescentes. Los capítulos cuatro y cinco se centran en las medidas cautelares y los medios alternativos de solución de controversias, y en la ejecución de medidas privativas y no privativas de la libertad, respectivamente.

ADVERTENCIA AL LECTOR Sin excepción, el CCC se apega al código de ética de la Asociación para la Resolución de Conflictos, que establece que: “El facilitador debe mantener imparcialidad hacia todas las partes. La imparcialidad significa estar libre de favoritismos o sesgos, sea por escrito o por acciones, además de un compromiso para servir a todas las partes por encima de cualquier parte en particular, incluso el contratante”. El CCC no promueve una agenda propia en materia de justicia para adolescentes, ni persigue interés alguno en este tema más allá de asegurar un diálogo incluyente, apartidista y efectivo. Este análisis no es un documento legal, reporte técnico o estudio de planeación; tampoco es un estudio exhaustivo de todas las opiniones de los individuos y organizaciones interesados en la justicia para adolescentes. El presente mapa documenta exclusivamente las perspectivas de las personas entrevistadas para este fin. No pretende describir todos los hechos relacionados

con el tema, sino que se limita a la información recabada durante las entrevistas y nuestra interpretación de la misma. Cualquier error u omisión es responsabilidad únicamente del CCC.

I. CONTEXTO Y PREOCUPACIONES GENERALES En 2005 se aprobó una reforma constitucional de gran envergadura que modificó la aproximación del Estado mexicano al tratamiento de adolescentes que cometen una conducta tipificada como delito. A decir de algunas de las personas entrevistadas, esta reforma surgió en el marco de un rezago histórico en la protección, promoción y garantía de los derechos de la infancia en México. Si bien el Estado mexicano había firmado y ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989 y 1990, respectivamente, el tratamiento de las y los adolescentes en el proceso penal aún implicaba restricciones al goce y ejercicio de los derechos consagrados en la Convención. Con el fin de armonizar los marcos jurídicos nacionales y estatales a los estándares establecidos por la Convención y otros instrumentos internacionales, la reforma constitucional de 2005 impuso a la federación, los estados y el Distrito Federal la obligación de crear de un sistema especializado de justicia para adolescentes, con una distinción etaria definida (señalando como adolescentes a aquellos entre 12 y menos de 18 años de edad) y una doctrina de protección integral de derechos. A pesar de lo anterior, la mayoría de las personas entrevistadas y quienes participaron en los grupos focales se mostraron preocupadas por los pocos avances en materia de justicia penal para adolescentes. Aunque esta situación pueda ser consecuencia de fallas u omisiones en el marco legal, en las entrevistas también se hizo énfasis en una serie de elementos de contexto o estructurales que, si bien no serán resueltos a través de legislaciones, deben tomarse en cuenta en cualquier reflexión sobre el marco legal del sistema de justicia para adolescentes. a) Debilidad institucional Una de las principales preocupaciones generales mencionadas por las personas entrevistadas se refiere a la debilidad institucional que aqueja a nuestro país. En particular se mencionaron la corrupción e impunidad rampantes que afectan a los sistemas de justicia y penitenciario en México. Esto implicará un reto para la puesta en marcha del sistema de justicia para adolescentes, pues los incentivos e inercias de dichos sistemas pueden “contagiarlo” fácilmente. b) Desinterés en las y los adolescentes Personas de todos los sectores y participantes en los grupos focales subrayaron el poco interés que la sociedad y el gobierno han puesto en las y los adolescentes, lo que ha ocasionado situaciones de vulnerabilidad que, en algunos casos, pueden empujar a cometer conductas ilícitas. Concretamente se mencionó la ausencia histórica de programas y políticas públicas que contribuyan al desarrollo pleno de las y los adolescentes; también se criticó, por algunas personas de sociedad civil, que exista un marco legal específico para el proceso penal de las y los adolescentes, pero no uno que contribuya a garantizar sus derechos fuera de procesos judiciales. c) Contexto de inseguridad, violencia e impunidad Otra preocupación general mencionada por miembros de todos los sectores se refiere al contexto generalizado de crimen violento que vive el país desde hace varios años. En concreto,

se subrayó la percepción de que un número creciente de adolescentes está involucrado en conductas delictivas y de mayor gravedad; algunas personas de la academia apuntaron, sin embargo, que la comisión de delitos por parte de adolescentes ha ido a la baja. Con respecto a la impunidad, desde todos los sectores se hizo referencia a la endeble aplicación y/o efectividad de los mecanismos formales de denuncia por violaciones a los derechos humanos, lo cual alimenta los ciclos de violencia e inseguridad en el país. d) Falta de información Otra preocupación general que se mencionó repetidamente tiene que ver con la deficiencia en la información disponible sobre las problemáticas que aquejan a las y los adolescentes, incluyendo la referente a la comisión de delitos, lo que impide la planeación y ejecución de políticas públicas eficaces para atenderles. e) Estigmatización Finalmente, existe una preocupación compartida entre sociedad civil sobre la difusión, a través de los medios de comunicación, de discursos e historias que criminalizan y estigmatizan a los adolescentes, lo cual podría ser uno de los factores que explican la percepción de que más adolescentes están involucrados en conductas delictivas.

“Los medios colaboran con el uso de la prisión preventiva, contribuyen a la fabricación de culpables, obstaculizando la reinserción social y dañando a las familias. Refuerzan el comportamiento de criminalidad de los adolescentes al exhibirlos en los medios”.

II. PRINCIPIOS PROCESALES DE JUSTICIA PARA ADOLESCENTES

PREOCUPACIONES GENERALES a) Criterios procesales específicos Una de las principales preocupaciones mencionadas por todas las personas entrevistadas corresponde a la heterogeneidad de los marcos legales estatales en los criterios y

procedimientos a seguir cuando un adolescente ha cometido una conducta tipificada como delito. Preocupa particularmente la aplicación distinta de medidas y la duración de las mismas, con un rango que va desde los cuatro hasta los veinte años, dependiendo de la conducta y del estado en el que se haya cometido.

En todos los casos se señaló, además, que la ausencia de criterios y prácticas especializadas durante la detención y las etapas subsecuentes del proceso de investigación constituyen fallas graves que deben atenderse de manera inmediata. En la mayoría de las entrevistas, así como en los grupos focales, se hizo una crítica profunda a los abusos que se cometen durante las detenciones, que van desde amenazas, amedrentamientos y detenciones prolongadas fuera de la ley hasta formas físicas y psicológicas de violencia, algunas de las cuales podrían considerarse tortura. Asimismo, se hizo énfasis en que las autoridades en muchas ocasiones se niegan a reconocer la minoría de edad de las y los adolescentes en su custodia, lo cual tiene implicaciones graves en la garantía de sus derechos específicos. Como agravante de lo anterior, personas de todos los sectores criticaron la falta de sensibilidad y capacitación de las autoridades, particularmente de aquellas que tienen el primer contacto con adolescentes que cometen una conducta ilegal. b) Principio de publicidad y protección de la identidad Algunas personas de la sociedad civil y la academia también externaron su preocupación sobre la posibilidad de contradicción entre la necesidad de garantizar la transparencia y publicidad del sistema, por un lado, y la protección de la privacidad de las y los adolescentes en el proceso judicial, por el otro, contradicción que se hace manifiesta principalmente en las prácticas de algunos medios de comunicación. Asimismo, algunos participantes de los grupos focales subrayaron la falta de control, o incluso connivencia, de las autoridades en la exposición en los medios de comunicación de adolescentes imputadas/os y que se encuentran en las agencias especializadas de justicia para adolescentes.

“Se está violando el espíritu de lo que dice la Constitución sobre el uso de medidas privativas de la libertad como último recurso y por el tiempo más breve posible, pues en algunos estados hay penas de hasta 20 años para adolescentes”.

"No debe haber delitos graves en justicia para adolescentes; la Constitución prevé los casos que requieren prisión preventiva. Si no debería existir en el sistema para adultos, mucho menos para adolescentes, porque se viola la presunción de inocencia. Se debe optar por esto de manera excepcional en el caso que se merezca."

c) Derecho especializado para adolescentes Por último, es importante aclarar que existe una diversidad de opiniones sobre cuál es el ámbito del derecho al que compete la justicia para adolescentes. Si bien hay coincidencia entre las personas entrevistadas con respecto a que la reforma al artículo 18 constitucional implica un parteaguas con respecto al tratamiento de adolescentes imputados al establecer un sistema especializado e integral, para algunas personas es adecuado que esta especialización se encuentre en el ámbito del derecho penal, mientras que un par de miembros de la academia consideran que se debe abordar desde el derecho especializado de menores. CONTENIDOS DE LA LEY FEDERAL DE JUSTICIA PARA ADOLESCENTES a) Establecimiento de un sistema mixto En las entrevistas también se manifestaron preocupaciones referentes a los vacíos y las contradicciones en la Ley Federal de Justicia para Adolescentes. La mayoría criticó que prevea un sistema mixto en el que se distinguen los procedimientos según el tipo de conducta—sistema acusatorio para delitos no graves y sistema inquisitivo para delitos graves—y que sólo establezca la figura de jueces de distrito especializados, sin delimitar la división de funciones y atribuciones como lo hace el nuevo sistema de justicia, que contempla jueces de control, de oralidad y de ejecución de sanciones. A decir de las y los entrevistadas/os, esto contraviene los principios que emanan de las reformas al artículo 18 constitucional de 2005, que establecieron el sistema especializado de justicia para adolescentes, así como los principios de la reforma constitucional en materia de seguridad pública y justicia penal de 2008, la cual estableció el sistema acusatorio para cuestiones penales. b) Severidad de las medidas Todas las personas entrevistadas consideran alarmante el aumento de 5 a 7 años en la duración de las medidas que contempla la Ley Federal de Justicia para Adolescentes, que contradice el principio contenido en el artículo 18 de la Constitución, de acuerdo con el cual la privación de la libertad debe utilizarse sólo como último recurso y por el menor tiempo posible. c) Problemas de constitucionalidad Para algunas personas de la academia, el gobierno y la sociedad civil, resulta preocupante que la constitucionalidad de la Ley Federal pueda cuestionarse, pues ésta contempla como sujetos de aplicación no sólo a adolescentes (de 12 a 18 años de edad), sino también a adultos jóvenes (18 a 25 años de edad), grupo que no está considerado en el artículo 18 constitucional. Quienes mencionaron esta preocupación consideran adecuado que se incluya a los adultos jóvenes en el sistema especializado de justicia para adolescentes, pero subrayaron que haría falta reformar la Constitución para evitar que la Ley Federal, de entrar en vigor, esté en contradicción con la Constitución.

Por otro lado, un miembro de la sociedad civil y dos personas del gobierno sostuvieron que, si bien la Ley Federal intenta retomar los principios que velan por el interés superior del adolescente, haciendo así alusión a lo consagrado en diversos instrumentos internacionales, existen aún vacíos que deben subsanarse. En concreto, no se contempla el derecho a la participación de las y los adolescentes en sus procesos de justicia, ya sea como víctimas o victimarios. RECOMENDACIONES Para atender algunas de las preocupaciones anteriores se hicieron las siguientes propuestas: a) Criterios procesales específicos

• Formular y aplicar criterios procesales específicos al sistema de justicia para adolescentes, tales como disminuir el tiempo en que un(a) adolescente pueda estar a disposición del Ministerio Público; favorecer la aplicación de medidas cautelares en libertad que tomen en cuenta la edad y la conducta; y que el plazo de investigación sea menor o igual a seis meses.

• Establecer un sistema de control de la legalidad en las detenciones para evitar abusos y malas prácticas a través de la elaboración de protocolos y la capacitación y especialización de policías en el tema.

• Crear un protocolo para la comprobación de la minoría de edad de adolescentes detenidos, de tal forma que, en caso de duda, se suponga siempre que la persona detenida es menor de edad.

• Dotar de mayor flexibilidad a los jueces para que puedan tomar en consideración cuestiones adicionales a la actuación de defensores de oficio y ministerios públicos.

b) Principio de publicidad y protección de la identidad

• Evitar las malas prácticas de los medios de comunicación mediante candados en las leyes secundarias, considerando los artículos 5 y 55 del Código Nacional de Procedimientos Penales, que establecen límites a los medios de comunicación.

• Crear espacios y prácticas de vigilancia ciudadana de la prensa y de aquellos funcionarios que propician la exhibición mediática de las y los adolescentes.

c) Unificación de las legislaciones en la materia Miembros de todos los sectores afirmaron estar de acuerdo en la creación de una ley de alcance nacional en materia de justicia para adolescentes que unifique los procedimientos penales. En algunos casos se hizo énfasis en que esta ley deberá respetar y aprovechar los avances que se han dado a nivel local para evitar retrocesos o esfuerzos dobles.

“El sistema de justicia para adolescentes es un sistema especializado, porque atiende las características especiales de los adolescentes con reglas y principios propios; no es un sistema penal de adultos, lo que comparte con este último son las garantías.”

III. ESPECIALIZACIÓN E INTEGRALIDAD DEL SISTEMA DE JUSTICIA PENAL PARA ADOLESCENTES De acuerdo con todas las personas entrevistadas, uno de los principales retos que enfrenta México para garantizar los derechos de adolescentes que han cometido una conducta tipificada como delito es la implementación de un sistema verdaderamente especializado e integral, que esté en armonía con los estándares internacionales en la materia—la Convención de los Derechos del Niño, las Directrices de Riad, Reglas de Beijing, Reglas de Tokio, Reglas de la Habana, entre otras—y que cumpla efectiva y eficientemente su principal función: reintegrar de manera adecuada y expedita a las y los adolescentes.

PREOCUPACIONES ESPECIALIZACIÓN En este rubro encontramos preocupaciones en torno a tres dimensiones: la especialización orgánica del sistema de justicia para adolescentes, la especialización de competencias y la especialización del personal que lo compone. a) Especialización orgánica Varias personas del gobierno consideran alarmante que el sistema para adolescentes no posea recursos ni autonomía específicos en el marco del sistema judicial y penitenciario, por lo que, en algunos casos, no se cuenta siquiera con presupuesto propio para operar. Hay que sumar a ello el poco interés y conocimiento que las autoridades y la ciudadanía tienen sobre este sistema de justicia, lo que contribuye a mantener dichos tribunales en condiciones precarias, casi inoperantes. b) Especialización de competencias En la mayoría de las entrevistas se manifestó inquietud por la falta de operadores del sistema (jueces, ministerios públicos, defensores de oficio, entre otros) especializados en adolescentes. Personas entrevistadas del gobierno, de la academia y la sociedad civil mencionaron que en diversos estados los jueces de los tribunales de justicia para adolescentes son, al mismo tiempo, jueces en el sistema penal para adultos. Se considera que al dividir el tiempo en sistemas distintos, es difícil que los jueces logren una verdadera especialización, por lo cual, en la mayoría de estos casos, se juzga a las y los adolescentes sin tomar en cuenta su condición de personas en desarrollo. Este problema está relacionado con la escasez general de recursos humanos y materiales suficientes para satisfacer la demanda del sistema. En opinión de algunas personas entrevistadas, si bien las funciones y competencias de los operadores del sistema son claras y corresponden a sus cargos, no se cuenta con personal ni recursos suficientes para atender la

“No basta ser especialista en lo adversarial, sino en la psique del adolescente, se debe desarrollar un trato especial, se debe cuidar hasta la manera de hablarles.”

“Las autoridades carecen de un enfoque de derechos de la niñez y de la adolescencia, no saben cómo interpretar el interés superior, hay mucha re-victimización. No hay sensibilización ni capacitación.”

demanda que existe. Hubo quienes mencionaron, sin embargo, que puede haber contextos en los que la demanda no sea suficientemente alta para crear un sistema exclusivo de adolescentes. c) Especialización del personal Las personas entrevistadas mencionaron diversas preocupaciones en este rubro. En primer

lugar, señalaron que el personal que compone al sistema no siempre cuenta con los perfiles adecuados, tanto en términos de formación profesional como de vocación personal. A decir de algunas personas del gobierno y la academia, es alarmante que diversos operadores (jueces, defensores de oficio y directivos de Comunidades

de Internamiento y Tratamiento) se integren al sistema especializado de justicia para adolescentes “como castigo” o simplemente porque vieron una oportunidad de crecimiento profesional. Otro aspecto que consideran preocupante muchos miembros del gobierno y algunos de sociedad civil es que la capacitación especializada del personal generalmente se limite a conocer los marcos jurídicos especializados para adolescentes, careciendo así de una formación más amplia e interdisciplinaria sobre la adolescencia que permita dar una atención integral y adecuada. Asimismo, para la mayoría de las personas entrevistadas, tal capacitación no siempre cuenta con un enfoque que integre, de manera transversal, una perspectiva de derechos humanos, de género y los principios del sistema acusatorio oral. En línea con lo anterior, ciertas personas de la academia y de la sociedad civil hicieron hincapié en la inexistencia de programas académicos de calidad especializados en el tema. Algunos miembros de la academia hicieron referencia a la creación reciente de cursos y capacitaciones ad hoc, aunque resaltaron que no cuentan con la supervisión y/o la certificación de instituciones educativas reconocidas. Una persona de la academia mencionó que el único programa educativo formal sobre justicia para adolescentes aún se basa en el enfoque tutelar y no toma en cuenta las reformas de 2005 ni el nuevo paradigma internacional sobre el tema. En todas las entrevistas se afirmó que la especialización de personal debe ser extensiva a todos los involucrados en el sistema de adolescentes: policías, ministerios públicos, defensorios de oficio, defensores particulares, jueces y personal de las comunidades de tratamiento especializadas en adolescentes; algunas personas mencionaron que esta capacitación debe ser continua.

“La protección integral para adolescentes sólo se logrará si se cumplen efectivamente el artículo 4 y el artículo 18 constitucional; no puede entenderse un sistema de justicia sin un sistema de protección de derechos que atienda las causas de la conducta delictiva”.

“Se debe partir del interés superior de los adolescentes y la integralidad, la interdependencia y la indivisibilidad, con medidas individualizadas, caso por caso se debe decidir lo que es mejor para el

“De todas las diferencias entre el sistema de adultos y adolescentes, la reintegración es la más importante, a través de una medida se pueden abrir opciones de vida para los

INTEGRALIDAD Miembros de todos los sectores consideran inadecuado que el marco legal de justicia para adolescentes esté tan enfocado en el aspecto procedimental o jurisdiccional y no tome en cuenta sus subsistemas: prevención, procuración e impartición de justicia, reintegración social y seguimiento. Dos personas de la sociedad civil criticaron, además, que exista un marco normativo para adolescentes que han cometido una conducta tipificada como delito, pero no para las y los adolescentes en general. Asimismo, subrayaron la falta de mecanismos claros de coordinación interinstitucional que puedan garantizar un enfoque integral del problema. a) Prevención Si bien desde todos los sectores se sostuvo que la prevención es parte integral del sistema de justicia para adolescentes, existe una diversidad de opiniones con respecto a su inclusión en el marco legal de justicia para adolescentes. Para personas de la academia y sociedad civil, así como algunas del gobierno, la prevención debe considerarse desde un enfoque de justicia social, mas no penal, por lo que debe formar parte de un sistema de protección y garantía de los derechos de los adolescentes que el Estado debe proveer. b) Procuración e impartición de justicia Personas entrevistadas de todos los sectores mencionaron que, en la mayoría de los casos, la impartición de justicia no implica un verdadero análisis de la situación familiar, social, comunitaria y de vulnerabilidad de las y los adolescentes. A decir de algunas/os funcionarias/os del gobierno, la especialización del sistema en materia de procuración e impartición de justicia debe incluir la aplicación de criterios individualizados y proporcionales en la elaboración de las medidas, siempre con el objetivo de responder a las necesidades de las y los adolescentes, y concordar con el principio socioeducativo de este sistema. En este sentido, la procuración e impartición de justicia deben enfocarse en brindar una experiencia de legalidad a los y las adolescentes, que les permita reconocer la responsabilidad de sus actos. c) Reintegración Social Para la mayoría de las personas entrevistadas hay dos preocupaciones centrales ligadas a la reintegración social. Por un lado, el marco normativo no es lo suficientemente específico sobre

los criterios que se deben atender para garantizar una verdadera reintegración de las y los adolescentes. Por otro lado, la mayoría de los operadores del sistema carecen de creatividad, voluntad y recursos para favorecer la reintegración social en las medidas que implementan. En casi todos los casos se afirmó que

“En ocasiones, los adolescentes que salen de una Comunidad de Tratamiento no tienen a dónde ir. Al dejar a muchos adolescentes en la calle, el propio sistema los empuja a la reincidencia.”

este elemento es fundamental en el sistema de justicia para adolescentes y, como tal, debe ocupar un lugar preponderante en el marco normativo y en la operación del sistema. d) Seguimiento Miembros de todos los sectores consideran inquietante la falta de seguimiento formal al evaluar la situación de vulnerabilidad de las y los adolescentes que concluyen sus medidas en el sistema de justicia, así como el éxito de las medidas de reinserción. Aunque algunas personas entrevistadas alertan, incluso, sobre los riesgos de establecer mecanismos formales/institucionales de seguimiento, pues podrían derivar en hostigamiento y acoso, lo que mermaría la reintegración efectiva de las y los adolescentes a su familia y comunidad.

RECOMENDACIONES Para atender algunas de las preocupaciones anteriores, se hicieron las siguientes propuestas: ESPECIALIZACIÓN a) Especialización orgánica - Dos personas del gobierno propusieron la autonomía orgánica y presupuestaria de los tribunales de justicia para adolescentes con respecto a los tribunales superiores de justicia de los estados, para así garantizar la imparcialidad del sistema y juicios justos para las y los adolescentes.

b) Especialización de competencias - Se recomienda garantizar la existencia de jueces de control, jueces de proceso oral y jueces de ejecución de medidas especializados en el sistema integral de justicia para adolescentes. Es necesario, entonces, contar con un presupuesto suficiente para el funcionamiento de los tribunales correspondientes. - Algunas personas sugieren la exclusividad de los operadores del sistema. c) Especialización de personal - Se propone trabajar con instituciones educativas y centros de investigación para desarrollar una oferta académica de calidad en materia de justicia para adolescentes. - Se debe capacitar y sensibilizar a las personas encargadas de operar el sistema: policías, ministerios públicos, entre otros. - Se considera necesario transversalizar la perspectiva integral de la adolescencia para incluir la de género y de derechos humanos, así como el sistema acusatorio oral. INTEGRALIDAD Reintegración social - Se sugiere establecer “casas de transición” o de “medio camino” que ayuden a las y los adolescentes en su paso del centro de tratamiento a la plena reintegración a su comunidad y

familia. Dichas casas serían especialmente útiles para adolescentes que no deseen o puedan volver al seno familiar o a sus comunidades de origen.

IV. MEDIDAS CAUTELARES Y MEDIOS ALTERNOS DE SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS PREOCUPACIONES MEDIDAS CAUTELARES a) Privación de la libertad Con respecto a las medidas cautelares, las personas entrevistadas se mostraron preocupadas por el uso generalizado de la prisión preventiva. En todos los casos se mencionó que, de acuerdo con el marco legal vigente, la privación de la libertad como medida cautelar o sancionadora debe utilizarse como último recurso y por el menor tiempo posible. Afirmaron que al recurrir repetidamente a ella, especialmente como medida cautelar, se violenta el principio de presunción de inocencia. De acuerdo con varios miembros de la sociedad civil y la academia, lo anterior se debe a que no hay claridad sobre qué órganos deben encargarse de las medidas cautelares, además de que no se cuenta con la infraestructura adecuada para llevarlas a cabo. En ocasiones, la escasez de recursos económicos y humanos dificulta la implementación de medidas cautelares en libertad, lo que propicia su incumplimiento y fomenta que se opte con mayor frecuencia por la privación de libertad. Además, estas medidas no se formulan de manera específica atendiendo a la edad y delito de las y los adolescentes. Por último, en algunas entrevistas se señaló que existe discrecionalidad y, en algunos casos, corrupción en la dictaminación de medidas cautelares, como cuando se solicita una fianza para evitar la prisión preventiva, lo que resulta en una práctica discriminatoria. b) Condiciones de la prisión preventiva Personas de todos los sectores y participantes en los grupos focales mencionaron también como una preocupación que las y los adolescentes con medidas cautelares privativas de la libertad en ocasiones deban convivir con adolescentes que ya han recibido una sentencia, pues, como se menciona en el párrafo anterior, no se cuenta con la infraestructura necesaria para asignarles espacios físicos separados. Asimismo, en algunas entrevistas se criticaron las condiciones que viven las y los adolescentes en prisión preventiva, así como las prácticas de intimidación, hostigamiento y violencia física y psicológica que sufren quienes enfrentan su proceso judicial en internamiento. Algunas preocupaciones concretas son:

• Sobrepoblación en dormitorios: en los grupos focales se mencionó que en muchas ocasiones hay más de cincuenta personas en un dormitorio y, por falta de camas, muchas de ellas deben de dormir en colchones en el piso.

• Condiciones generales de salud: participantes en los grupos focales y personas de la sociedad civil subrayaron la mala calidad de los alimentos y los servicios médicos, así como la falta de higiene de las instalaciones.

• Abusos: personas de la sociedad civil, el gobierno y participantes en los grupos focales afirmaron que en las prisiones preventivas ocurren numerosos abusos, tanto por parte

"La justicia restaurativa en ocasiones es más efectiva que la justicia punitiva, las autoridades no deben sobrerreaccionar en sus sanciones; por ejemplo, en delitos menores como el robo, no se debe penar con internamiento porque las consecuencias son peores."

de las autoridades como de otras personas internadas, que comúnmente consisten en agresiones físicas, robos, hostigamiento, acoso o castigos colectivos.

• Falta de oferta o espacios para actividades: en los grupos focales se hizo referencia a la falta de actividades interesantes/pertinentes para las y los adolescentes o, en su defecto, la falta de espacios suficientes o adecuados para llevarlas a cabo.

SOLUCIONES ALTERNAS En casi todos los casos se señaló que el enfoque de justicia restaurativa que privilegia la justicia para adolescentes no se está aplicando de manera adecuada. En la mayoría de las entrevistas, así como en los grupos focales, afirmaron que en muchas ocasiones, debido al tipo de delito cometido, pudo haberse evitado un proceso judicial o una medida en internamiento y resuelto la situación mediante mecanismos alternativos de solución de controversias. Sostuvieron que lo anterior se debe a diferentes razones:

• Persiste una visión punitiva, y no de reparación del daño y de reintegración a la comunidad.

• No existen las capacidades ni los recursos para aplicar estos mecanismos ni darles seguimiento, lo que genera un sentimiento de incertidumbre cuando se recurre a ellos.

• Debido a que existe poca experiencia y éxito en su aplicación, existe una percepción de impunidad social cuando se utilizan.

Además, de acuerdo con una persona del gobierno, es preocupante que los jueces sean los encargados de la justicia restaurativa, pues se atenta así contra los objetivos de evitar la judicialización de los procesos que se atienden por mecanismos alternos y de respetar la distinción de competencias entre operadores.

RECOMENDACIONES Para atender algunas de las preocupaciones anteriores, las personas entrevistadas mencionaron las siguientes propuestas: MEDIDAS CAUTELARES

a) Privación de la libertad • Buscar la formulación e implementación de mecanismos para asegurar que la

privación de la libertad como medida cautelar sea el último recurso • Garantizar que las medidas cautelares se dictaminen considerando dos características

específicas: la edad del o la adolescente y el tipo de delito cometido

b) Condiciones de la prisión preventiva • Mejorar las condiciones e infraestructura de la prisión preventiva, garantizando

estándares mínimos de salud, higiene, alimentación y seguridad para adolescentes

“Se debe evitar la judicialización de adolescentes, evitar vincularlos a proceso. Si ya entraron, debe haber la posibilidad de suspensión a proceso, favoreciendo que los jóvenes se comprometen a realizar ciertas actividades para terminar con su proceso; el compromiso de los adolescentes no debe ser coaccionado, sino mediante exigencias propias a su edad y necesidades.”

Muchas de las personas entrevistadas refieren como un modelo a seguir la Unidad de Medidas Cautelares (UMECA) que opera en el estado de Morelos. SOLUCIONES ALTERNAS

• Privilegiar las soluciones alternativas para delitos no graves cometidos por adolescentes y, en opinión de algunas personas del gobierno y la sociedad civil, también para delitos graves, reconsiderando la gravedad y la tentativa del delito.

• Favorecer en todo momento la reconstrucción de la relación entre víctima y victimario • Garantizar la autonomía de los centros de justicia alternativa con respecto a los

tribunales.

“Uno de los mayores problemas es la falta de coordinación de todos los involucrados en la intervención con los adolescentes en conflicto con la ley. Al no haber articulación, no hay procesos de acompañamiento a las familias y a las personas; son intervenciones satelitales, sin continuidad”.

“Hay una predisposición cuando saben que son homicidas, ni los defensores de oficio hacen algo para defenderlos. Existe un tabulador del tiempo por el tipo de delito, la medida no es individualizada; no existe la presunción de inocencia, porque el sistema en sí mismo está corrompido”.

V. EJECUCIÓN DE MEDIDAS PRIVATIVAS Y NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD PREOCUPACIONES GENERALES La mayoría de las personas entrevistadas comparten algunas preocupaciones fundamentales con respecto a la ejecución de medidas en la justicia penal para adolescentes. a) Diseño y función de las medidas En todos los casos se hizo referencia a la falta de concordancia entre el diseño de las medidas y lo que establece el artículo 18 constitucional: que éstas deben ser proporcionales a la conducta en cuestión y tener como finalidad la reintegración social y familiar, así como el pleno desarrollo de la persona y sus capacidades. Se afirmó que la extensa utilización de la privación de la libertad es el principal obstáculo para lograr lo anterior. Además, es preocupante que las medidas que se dictan no resulten de una valoración particular del adolescente y del acto cometido. En esta misma línea, algunos miembros de la sociedad civil estimaron preocupante que las medidas pocas veces consideren las relaciones de las y los adolescentes con sus familias y personas cercanas, pues esta omisión también contraviene la finalidad de reintegración social de las y los adolescentes. b) Ejecución de las medidas La mayoría de las personas entrevistadas se mostraron preocupadas por la carencia o insuficiencia de vinculación entre instituciones gubernamentales, la sociedad civil, la iniciativa privada y otros actores sociales que permita una adecuada implementación de las medidas en libertad o privativas. Varias personas de sociedad civil hicieron referencia a la poca apertura de las autoridades para permitir convenios de colaboración al ejecutar medidas en libertad o al interior de los centros de internamiento. Señalaron también la falta de continuidad en estos esfuerzos colaborativos, que se debe a los frecuentes cambios en el personal directivo de los centros y las direcciones generales de tratamiento. Asimismo, miembros del gobierno apuntaron a la escasez de recursos humanos y materiales para la ejecución de medidas. Por último, para personas de la sociedad civil, el gobierno y participantes de los grupos

focales, es una preocupación mayor que no existan mecanismos para garantizar la suspensión del proceso y el cambio de medida de acuerdo al cumplimiento de los objetivos del adolescente.

“Existe también en la ley un catálogo amplio de medidas como la libertad asistida, trabajo a la comunidad, la conciliación, etc., pero en la realidad no se ha instrumentado porque no existen programas de aplicación, la mayoría recurre al internamiento.”

“Cuando me trasladaron al Consejo Tutelar, me dieron ropa sucia que no era de mi talla, ahí las instalaciones son deplorables, la celda nada más tiene una letrina; las autoridades argumentan que no hay nada en la celda para evitar suicidios.”

MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD En este rubro, la mayoría de las personas entrevistadas coincidieron en diversos puntos:

• La necesidad de un diseño y ejecución adecuados para que dichas medidas efectivamente cumplan su función socioeducativa y reintegradora. Por ejemplo, desde la sociedad civil y la academia se criticaron las medidas de externamiento que se limitan a un servicio a la comunidad, como la limpieza de las calles o el mejoramiento de la infraestructura. Dichas personas afirmaron que muchas autoridades ven tales medidas como una forma de “trabajo gratuito” y no se preocupan porque las y los adolescentes que las llevan a cabo comprendan la relación de la medida con el delito cometido, para que se cumpla así la función socioeducativa mencionada. En la misma línea, en algunas entrevistas se mencionó que estas medidas contribuyen a la estigmatización de las y los adolescentes, en lugar de empoderarlos o cambiar las condiciones que favorecen la comisión de la conducta delictiva.

• Para algunos miembros del gobierno y sociedad civil, es alarmante que en los operadores del sistema no existan la voluntad y creatividad suficientes para el diseño y la dictaminación de medidas en libertad, lo que explica el abuso de las privativas, incluyendo la prisión preventiva.

MEDIDAS PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD La principal preocupación de la mayoría de las personas entrevistadas tiene que ver con la infraestructura, el personal y las condiciones que se viven dentro de los centros de internamiento. A continuación se presentan los principales aspectos negativos que fueron identificados: a) Infraestructura deficiente y en mal estado En ciertos casos se mencionó que, a pesar de que algunos centros de internamiento son amplios, en ocasiones el espacio destinado a las y los adolescentes es insuficiente, pues la falta de personal obliga a confinarlos en espacios reducidos para facilitar la vigilancia. Además, participantes de los grupos focales señalaron que las carencias y los problemas de mantenimiento son recurrentes, lo que contribuye a hacer de estos centros espacios poco dignos. b) Separación por rangos etarios Aunque las y los adolescentes que se encuentran en un centro de internamiento deberían estar separados por diferentes rangos etarios, a decir de las personas entrevistadas no siempre se garantiza esta separación, lo cual puede dar lugar a malos tratos y abusos. Sin embargo, algunos participantes de los grupos focales mencionaron como un aspecto positivo la mezcla de edades, pues los mayores suelen ayudar a los menores a entender y sobrellevar su internamiento.

“El trato con los psicólogos es muy deficiente, solo me dieron terapia familiar una vez, porque siempre se cancelaban o se posponían.”

“Los custodios delegan el orden a los internos con más poder para que los demás hagan lo que ellos quieran.”

c) Personal poco capacitado e insuficiente Los participantes en los grupos focales y la mayoría de las personas entrevistadas criticaron la carencia de personal como psicólogos, educadores y trabajadores sociales especializados en los centros de internamiento y señalaron que en el personal existente persiste un aparente “deseo” de castigar a las y los adolescentes, en lugar de que se preocupen por su reintegración futura y el respeto a sus derechos. d) Reglamentos y normativas internas deficientes A decir de personas de la sociedad civil, la academia y organismos internacionales, así como de los participantes en los grupos focales, muchos centros de internamiento siguen utilizando los reglamentos y normas del sistema tutelar. Algunos miembros de sociedad civil incluso mencionaron que existen centros que no cuentan con reglamento alguno, por lo que funcionan mediante las decisiones discrecionales de su dirección. e) Abusos y tratos crueles e inhumanos Varios miembros de la sociedad civil y la academia, así como participantes en los grupos focales, mencionaron la comisión generalizada de abusos y otras formas de violencia, tanto por parte de otros adolescentes como de las autoridades de los centros. Algunas personas afirmaron que se practican castigos que podrían considerarse tortura, como choques

eléctricos, confinamiento prolongado y privación de alimentos, bebidas y visitas, entre otros. Asimismo, se mencionaron casos en los que las autoridades de los centros incentivan la violencia

entre adolescentes internados como medio de castigo. f) Tráfico y abuso de substancias Personas que participaron en los grupos focales, de la sociedad civil y el gobierno discutieron el tráfico de substancias ilegales, afirmando que es tolerado y, en ocasiones, operado por las autoridades de los centros de internamiento. Algunas personas sostuvieron que se incentiva el abuso de substancias para mantener a las y los adolescentes más tranquilos y porque representa un gran negocio para las autoridades de los centros. g) Condiciones de salud y alimentación deplorables Participantes de los grupos focales refirieron que la alimentación y la atención médica en los centros de internamiento son sumamente precarias. Otra preocupación, manifestada por algunas personas de sociedad civil, es la vulnerabilidad que resulta de la atención y el cuidado precarios que reciben las adolescentes embarazadas o madres en internamiento. h) Programas poco pertinentes e insuficientes para su tratamiento Participantes en los grupos focales hicieron hincapié en la ausencia de programas educativos, recreativos y deportivos que respondan a los intereses y necesidades de las y los adolescentes en internamiento. En algunos casos se mencionó que existen programas, pero que se llevan a cabo en espacios limitados y con pocos lugares para participantes.

“Una vez a la semana tenemos visitas con familiares directos, pero a mí me gustaría que no sólo fuera la familia.”

i) Derechos sexuales y reproductivos de las y los adolescentes Personas de sociedad civil y participantes en los grupos focales criticaron que no se garanticen los derechos sexuales de las y los adolescentes en internamiento. Se subrayó que sólo a quienes son padres o madres, o están en un concubinato se les permite tener visitas conyugales y que no existen, además, espacios adecuados para estos fines. Asimismo, algunas personas mencionaron que tales visitas sólo se permiten a parejas heterosexuales. j) Falta de participación, vinculación y cercanía de familiares u otras personas cercanas Los participantes de los grupos focales, así como algunas personas de la sociedad civil, señalaron que en los centros de internamiento se incentiva muy poco el involucramiento de los familiares u otras personas cercanas a las y los adolescentes. La restricción de visitas a familiares consanguíneos y cónyuges fue mencionada como un factor que lo limita. RECOMENDACIONES Para atender las preocupaciones anteriores, se ofrecieron las siguientes sugerencias: GENERALES Diseño y función de las medidas

• Los adolescentes no son completamente responsables de la situación o del acto delictivo que cometieron, por lo que la medida que se utilice debe ser proporcional. También deben tomarse en cuenta sus necesidades y, antes que el daño, el riesgo en el que puso a la víctima.

• Para juzgar, lo que se toma en consideración es el hecho, no a la persona, mientras que para dictar una medida hay que atender las necesidades del adolescente y asegurarse de que estén cubiertas cuando se dicte la sanción (educación, rehabilitación de adicciones, etc.).

• Se deben favorecer en todo momento medidas de orientación y protección, antes que de internamiento. Si se recurre al internamiento, éste no debe superar los 5 años de duración.

Ejecución de las medidas • Debe preverse la figura de unificación de medidas en beneficio del o la adolescente

cuando esté sujeto a varios procesos simultáneos, con el fin de integrarlas sanciones y hacerlas más breves.

• Se recomienda formalizar la relación con las organizaciones de la sociedad civil u otras instituciones coadyuvantes en la implementación.

• Es necesario garantizar la existencia de un reglamento claro para la autoridad ejecutora, que ahora es la autoridad judicial. Los jueces de ejecución deben brindar un seguimiento continuo (por ejemplo, trimestral) a los adolescentes que se encuentran cumpliendo sus medidas.

MEDIDAS EN LIBERTAD • Garantizar su función socioeducativa y empoderadora

Personas de la sociedad civil recomiendan que las medidas en externamiento ayuden al empoderamiento y la satisfacción personal de quien las cumple. Algunos ejemplos concretos pueden ser la educación para adultos o el trabajo con bomberos u otras instituciones respetables.

• Acompañamiento y apoyo a las familias Desde la sociedad civil se sugiere que las medidas en externamiento estén acompañadas de un trabajo con la familia de las y los adolescentes que las cumplen, con el fin de facilitar su reintegración.

• Vinculación interinstitucional Se recomienda la colaboración con instituciones gubernamentales, como la Secretaría de Educación Pública y el Instituto para el Desarrollo Integral de la Familia, entre otras, y con asociaciones no gubernamentales, educativas y del sector privado para el desarrollo y cumplimiento de estas medidas.

MEDIDAS PRIVATIVAS

• Capacitación y sensibilización del personal Los centros de internamiento deben ser dirigidos por personas plenamente capacitadas y sensibilizadas para el trato con adolescentes. Quienes se encarguen de la seguridad también deben contar con una preparación especial. Desde la sociedad civil y la academia se enfatizó la necesidad de que los/as custodio/as y el personal de seguridad de los reclusorios para adultos no ocupen los mismos puestos en los centros de internamiento, particularmente si no han recibido la capacitación necesaria.

• Protocolos de actuación Personas del gobierno y de la sociedad civil proponen la elaboración de protocolos estandarizados de actuación que normen la operación y administración de los centros de internamiento, garantizando así el respeto a la dignidad y los derechos de las y los adolescentes en tratamiento.

• Recursos y personal suficiente Miembros del gobierno, la sociedad civil y la academia mencionaron la necesidad de que los centros cuenten con el presupuesto y el personal suficiente para que se operen de manera digna. Las personas entrevistadas señalaron la importancia de priorizar la contratación de maestro/as, psicólogo/as y talleristas, y no sólo de personal de seguridad.

• Actividades escolares, culturales y deportivas Desde todos los sectores se mencionó la obligación de garantizar la continuidad de las actividades escolares de las y los adolescentes en tratamiento, así como la importancia de contar con actividades culturales, recreativas y deportivas.

• Instalaciones de los centros de internamiento Los espacios deben ser dignos y asegurar la salud, la higiene y la convivencia sana de las y los adolescentes en internamiento, considerando la diversidad de sus rangos etarios. Una de las personas entrevistadas de la academia sugiere también una separación de acuerdo con el tipo de delitos cometidos.

• Rendición de cuentas Personas del gobierno recomiendan que el personal de los centros de internamiento rinda informes a autoridad judicial y se faculte, en el marco jurídico, al juez de ejecución para evaluar las condiciones de internamiento. Asimismo, un miembro de la sociedad civil recomienda el diseño de mecanismos de denuncia eficientes, de manera que las y los adolescentes puedan acudir a ellos en caso de abusos o violaciones a sus derechos.

• Espacios específicos para las adolescentes embarazadas o que son madres Desde la sociedad civil se señaló que los centros deben contar con espacios adecuados para mujeres embarazadas o madres, de manera que se cubran sus necesidades particulares y se eviten situaciones de riesgo y malos tratos.

Por último, una buena práctica referida en varias entrevistas fue la experiencia de Costa Rica en la ejecución de sanciones. Las personas entrevistadas mencionaron algunas de sus características positivas como ejemplos a seguir para el caso de México:

• La ley de ejecución de sanciones de Costa Rica contempla la facultad de los jueces para visitar, supervisar e incluso ordenar el cierre de los centros.

• En ese país existe un centro de internamiento en donde sólo jóvenes de 18 a 21 años cumplen sus sanciones.

• El Ministerio de Justicia evalúa a las organizaciones de la sociedad civil interesadas en coadyuvar con el sistema de justicia y determina quiénes pueden participar.

• Las sanciones en Costa Rica se ejecutan a través de convenios interinstitucionales; la ley prevé la coordinación con otros ministerios, como los de Educación y Salud, para la ejecución de sanciones.

ANEXOS

ANEXO 1: PERSONAS ENTREVISTADAS

No. Persona Institución Sector 1 Sofia Cobo Tellez Instituto Nacional de Ciencias Penales Expertos

2 Alicia Beatriz Azzolini Bincaz Instituto Nacional de Ciencias Penales Expertos 3 Luis Gónzalez Placencia Instituto Nacional de Ciencias Penales Expertos 4 Luis Rodríguez Manzanera Instituto Nacional de Ciencias Penales Expertos 5 Arturo Alvarado M. El Colegio de México Expertos 6 Francisco Castellanos Tetratech Expertos 7 Mónica González Contró Instituto de Investigaciones Jurídicas.

Universidad Nacional Autónoma de México Expertos

8 Susana Camacho Management Systems International Expertos 9 Clara Scherer Experta independiente Expertos 10 Carlos Tiffer Juez especializado en adolescentes (Costa

Rica) Expertos

11 Joao Saraiva Juez especializado en adolescentes (Brazil) Expertos 12 Tania Luna López Luna y Darquistade, Abogados. Expertos 13 Cristina Solís Zambrano Luna y Darquistade, Abogados. Expertos 14 Ruth Villanueva Castilleja Academia Mexicana de Ciencias Penales Expertos 15 Marco Lara Khlar Instituto de Justicia Procesal Penal OSC 16 Tobyanne Ledesma Organización Fuerza Ciudadana OSC 17 Gloria Alcocer Organización Fuerza Ciudadana OSC 18 Saúl Sánchez Save the Children OSC 19 Teresa Almada Promoción Juvenil A.C. OSC 20 Laura Carrera Lugo Centro de Estudios y Análisis para la

Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia

OSC

21 Joaquín del Bosque Hogar Integral de Juventud OSC 22 Fernando Montoya Hogar Integral de Juventud OSC 23 José Antonio Enríquez Tamez Observatorio Ciudadano de Prevención,

Seguridad y Justicia de Chihuahua OSC

24 Leticia Salinas Consejo de Seguridad y Justica de Chihuahua OSC 25 Nashieli Ramírez Ririki Intervención Social OSC 26 Mercedes Castañeda Reinserta un Mexicano OSC 27 Paula Ramírez España Fondo de las Naciones Unidas para la

Infancia, oficina en México OI

28 Jorge Emilio Iruegas Procuraduría General de la República Gobierno 29 María de los Ángeles

Fromow Rangel Secretaría Técnica del Consejo de Coordinación para la Implementación del Sistema de Justicia Penal

Gobierno

30 Rubén Vasconcelos Méndez Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas Gobierno

31 Carlos Ríos Espinosa Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas Gobierno 32 Ana Virinia Pérez Güemes y

Ocampo Tribunal Unitario de Justicia para Adolescentes del Estado de Morelos

Gobierno

33 Rosalía Martínez de León Tribunal Unitario de Justicia para Adolescentes del Estado de Morelos

Gobierno

34 Mónica Valdez González Instituto Mexicano de la Juventud Gobierno 35 Pablo Gómez Instituto Mexicano de la Juventud Gobierno 36 Angélica de la Peña Comisión de Derechos Humanos del Senado

de la República Gobierno

37 Elías Rafful Centro Nacional de Prevención del Delito y Participación Ciudadana

Gobierno

38 Carlos Agular Centro de Atención Especial "Dr. Alfonso Quiroz Cuarón"

Gobierno

39 Sandra Ortega Directora Centro de Internamiento para Adolescentes, Pachuca

Gobierno

40 Juana Rosa Corte Juzgado Especializado en Justicia para Adolescentes Oaxaca

Gobierno

41 Juan Miranda Márquez Ministerio Público Reclusorio Sur Gobierno 42 María del Rosario Tirado

Gutiérrez Juez Sexto Oral Reclusorio Sur Gobierno

43 Juan Carlos Cervantes Gómez Centro de Estudios de Derecho e Investigaciones Parlamentarias de la Cámara de Diputados

Gobierno

44 Sara Patricia Orea Primera Sala de Justicia para Adolescentes DF Gobierno 45 Sadot Javier Andrade Segunda Sala de Justicia para Adolescentes

DF Gobierno

ANEXO 2: CUESTIONARIO GUÍA

1. Por favor platíquenos un poco sobre su relación (personal y/o de su organización) con el tema de adolescentes en conflicto con la ley.

2. ¿Cómo deberíamos atender la problemática de adolescentes en conflicto con la ley?

3. En una visión ideal ¿Qué criterios mínimos debería contener el marco legal sobre

adolescentes en conflicto con la ley?

4. Hoy en día, ¿cuáles son los vacíos y tensiones del marco legal mexicano sobre adolescentes en conflicto con la ley? ¿Qué es lo que más le preocupa de estos problemas normativos?

5. ¿Cuáles son los principales “focos rojos” que identifica para la correcta operación de

este marco legal en México?

6. ¿Qué buenas prácticas existen en México o en otros países en materia de la legislación sobre adolescentes en conflicto con la ley y/o su aplicación?

7. ¿Qué se necesita para garantizar la implementación del Sistema Integral de acuerdo a

las normas y a las mejores prácticas internacionales?

8. ¿Qué personajes/grupos cree que deberían participar en este proceso de entrevistas? ¿Hay alguno que piense diferente a usted o a tu organización que nos recomendaría entrevistar para conocer su punto de vista?

9. Antes de finalizar, ¿tiene alguna duda o comentario adicional sobre el proceso o

sobre la problemática en general? ¿Desea agregar algo o aportar documentos para mejorar nuestra comprensión de su perspectiva?