Proclamación de Isabel I de Castilla

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Reseña histórica y crónica de la Proclamación de Isabel I como Reina de Castilla

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PROCLAMACIN DE ISABEL I DE CASTILLAn la muy noble e leal cibdad de Segovia treze dias del mes de Dizenbre ao del nascimiento de nuestro seor Jesucristo de mill e quatrocientos e setenta e quatro aos estando ayuntados a concejo la justicia e regidores de la dicha cibdad en la tribuna de la iglesia de Sant Miguel (...) seor Rey don enrique fallescio syn dexar fijo ni fija legitimo heredero que herede estos dichos reynos por lo qual la dicha seora Reyna (Isabel) como su hermana legitima e unyversal heredera deuia subceder e subcedia en estos reynos de castilla e de leon e devia reynar en ellos e pues aqui en esta dicha cibdad se fallaua su alteza que aqu deua ser segund las leyes destos dichos reynos rescebida y obedescida por reina e seora dellos (...) as nos lo cuenta un testigo presencial, don Pedro Garca de la Torre, escribano del Concejo segoviano.

As comenzaba el suceso ms importante que iba a vivir Segovia en su historia, uno de los ms importantes de la Historia de Espaa: la proclamacin como reina de Castilla de Isabel I, nuestra Isabel la Catlica, aquel 13 de diciembre de 1474. (rbol genealgico) Esta reina, y su esposo Fernando, protagonizaron uno de los momentos ms importantes de la historia de la Pennsula Ibrica. En su reinado sentaron las bases de la unificacin de nuestro pas; completaron la Reconquista de la Pennsula conquistando la Granada nazar, el ltimo reducto islmico en Espaa; apoyaron el descubrimiento de Amrica; aunque tambin habr partes negativas: ellos crearon la Inquisicin, expulsaron a los judos de Espaa... Toda una serie de sucesos fundamentales para nuestra historia de mano de una reina que rein por su tenacidad y confianza en s misma. Su proclamacin como reina ha sido considerada por muchos casi como un golpe de estado. Al igual que fue reina poda no haberlo sido y este ao, en que se celebra el quinto centenario de su muerte, vamos a intentar acercarnos un poco ms a ella y a su relacin con nuestra tierra.

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La madrugada del domingo 11 de diciembre de 1474 mora en el Alczar de Madrid el rey de Castilla, Enrique IV. Este rey ha sido uno de los ms vilipendiados de la historia, en parte merecidamente y en parte no. Fue un rey al que no le faltaron ideas -algunas de ellas sern recogidas posteriormente por los Reyes Catlicos-, pero al que le costaba llevarlas a buen trmino por su falta de perseverancia y su indecisin. Eso fue aprovechado por los nobles que tena a su alrededor para manejarlo a su antojo. En todo caso, los cronistas de los Reyes Catlicos se encargaron de arremeter contra l y esa es la imagen que han recogido de l buena parte de los historiadores. Incluso la crnica que nos lo muestra ms favorablemente, la de su cronista oficial, Enrquez del Castillo, fue secuestrada por sus enemigos antes de publicarse y utilizada por estos para publicar previamente otra, la de Alfonso de Palencia, transformando en negativo lo que en la de Del Castillo era positivo. Incluso se le critic por su fsico, era pelirrojo y eso en Espaa estaba mal visto; Judas, el traidor, era pelirrojo. ltimamente algunos historiadores reivindican su figura. Deberamos tener en cuenta todo lo que hizo por Segovia, bastante ms de lo que hizo la propia Isabel que no fue muy generosa con la ciudad a pesar del apoyo que esta le brind siempre. Le concedi un mercado franco los jueves, es decir, libre de alcbalas y otros impuestos -en 1465 se lo concedi tambin a la villa de Cullar-; le concedi dos ferias al ao de 30 das cada una; enriqueci el Alczar; en 1455 reedific la Casa de la Moneda que se encontraba en la parte alta de la ciudad; cuando an era prncipe construy una casa de campo que despus pas a ser convento, el de San Antonio el Real; se construy tambin el Palacio real de San Martn hoy conservado en parte-; as como construy un monasterio donde recogerse para rezar: el Monasterio del Parral. En todo caso, la situacin que deja Enrique en sus reinos es muy difcil. Como nos cuenta el escribano Pedro Garca de la Torre el rey muri sin dejar hijo ni hija legtimo que heredase sus reinos.

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ero realmente el rey s haba tenido una hija, Juana. Por qu no era ella su heredera? Por cuestiones polticas. Se deca que su hija era ilegtima, hija en realidad de uno de sus hombres de confianza, Beltrn de la Cueva, de ah su infausto apodo: la Beltraneja. En 1468 en el Pacto de los Toros de Guisando que pona fin a las desobediencias de los nobles sublevados contra Enrique, el rey haba desheredado a su hija y haba nombrado a su hermanastra Isabel princesa legtima heredera de sus reinos, reconociendo que su matrimonio con la reina Juana era ilegtimo y por tanto su hija no poda sucederle. As, cuando Isabel toma la rpida decisin de proclamarse reina en Segovia le pide su apoyo a la ciudad y esta se lo da, no es la ciudad quien se lo pide a ella. Ella basar esa peticin de apoyo en el nombramiento del Pacto de Guisando. Pero a la hora de su muerte Enrique no haba dejado por escrito que mantuviera su decisin, as que Juana y sus partidarios an tenan opciones de reinar. Por tanto su alzamiento fue como un golpe de estado y una declaracin de guerra a Juana. Guerra que comenzar inmediatamente y que no terminar hasta 1479 con el xito definitivo de Isabel el mismo ao en que Isabel y Fernando suben al trono de Aragn-.

Qu pas con Juana? Muchos segovianos an hablan de ella como la autntica heredera del trono. Esta nia fue tomada como bandera por una parte de la nobleza para hacerse con el poder tras la muerte de Enrique, as como otra parte de la nobleza apoy a Isabel. Gan Isabel, ella busc la suerte, y Juana no la tuvo en absoluto. Cuando Enrique muri Juana tena 12 aos. Al poco de nacer haba sido jurada princesa de Asturias como heredera legtima de la corona de Castilla, y por ello los dos hermanos de Enrique, Alfonso e Isabel seran desplazados un puesto en la sucesin. Era hija de la segunda mujer de Enrique IV, Juana de Portugal, hermana del rey portugus. Una parte de los nobles castellanos, a los que Enrique haba concedido tantos favores y prerrogativas, se rebelaron contra l en numerosas ocasiones pues eran partidarios de una monarqua debilitada que les dejara las manos libres. As, decidieron apoyar como rey al hermanastro de Enrique, Alfonso, que tena 11 aos. Incluso llegaron a coronar a Alfonso en la llamada Farsa de vila, en la que quitaron los atributos de la corona a una efigie de Enrique IV y elevaron a su hermanastro al trono como Alfonso XI. Esto ocurri el 5 de junio de 1465, en una curiosa ceremonia caballeresca que tuvo lugar en vila. Alfonso muri en 1468.

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Hasta entonces Enrique no haba tenido hijos, pero cuando naci una heredera directa, Juana, decidieron eliminar la posibilidad de que ella reinase y una de las posibles maniobras que se urdieron fue la de atribuir la paternidad de Juana a Beltrn de la Cueva, nuevo noble en ascenso social gracias a Enrique IV. Era una buena manera de poner en entredicho al rey para apoyar la causa de Alfonso, y posiblemente fuera tambin una calumnia. As, la vida de Juana fue un continuo descalabro. Mientras fue la posible heredera del trono de Castilla la casaron dos veces y dos veces fueron declarados nulos sus matrimonios; hubo tan numerosos proyectos matrimoniales para ella como posibles apoyos a su causa para ser reina de Castilla; su nombre y su persona fueron siempre manipulados por parte de todos los interesados en ella. Para obtener el apoyo portugus se proyect casarla con Juan, heredero al trono portugus. Pero la casaron con el duque de Guyena, hermano del rey de Francia. En ese momento ella tena 8 aos y el matrimonio no lleg a consumarse. Tambin trataron de casarla con su to el rey Alfonso V de Portugal, mucho mayor que ella. En el Pacto de los Toros de Guisando ya dijimos que su padre designa como su heredera legtima a su hermana Isabel a costa de Juana, su propia hija. Pero adems, el mismo Pacto prev que ella se mantuviera separada de su madre y fuera custodiada en algn monasterio fuera de Castilla para que no creara problemas. Afortunadamente para esta nia de 6 aos esto no se cumpli, aunque en todo caso casi nunca estuvo con sus padres. Cuando en 1474 muere Enrique IV parte de la nobleza castellana se alza contra Isabel en defensa de la corona para Juana. Cuenta con el apoyo portugus a costa de su matrimonio con Alfonso V, el rey de Portugal, para que despus ste pasara a gobernar tambin Castilla. Pero como no tenan dispensa pontificia y eran to y sobrina el matrimonio no fue consumado y fue anulado. En 1479 la guerra civil termina con la firma del Tratado de Alcaovas en el que Juana renuncia a sus derechos al trono. Como ltimo intento incluso se pens en casarla con el prncipe Juan, primognito y heredero de los Reyes Catlicos. Pero no era ms que una formalidad, el prncipe tena un ao y ella 17, tenan que esperar 13 aos y despus de ese tiempo el prncipe an tendra opcin de rechazarla. Finalmente, a los 18 aos, decidi ingresar en un monasterio de Clarisas, en Coimbra, donde muri a los 68 aos, bajo la atenta mirada de Isabel la Catlica, pues no dejaba de ser un importante obstculo que podra interponerse entre ella y el trono.

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ero volvamos a la historia de la que s va a conseguir ser su heredera, la hermanastra de Enrique IV: Isabel. Segn nos cuenta el escribano Garca de la Torre ella recibi en Segovia la noticia de la muerte de su hermano ya avanzado el da 12. Se visti de luto con una sarga blanca -que era la utilizada por las personas principales- y organiz los funerales. Deliber seguramente con su Consejo, con los pocos de l que se encontraban en la ciudad y decidieron actuar con prontitud. Uno de los pocos miembros de su consejo que se encontraba en la ciudad fue Cabrera. l fue uno de los personajes que con su actitud decidi el apoyo de la ciudad de Segovia a Isabel. En 1470 Andrs Cabrera haba sustituido a Juan Pacheco, marqus de Villena y favorito de Enrique IV, en la tenencia de la fortaleza del Alczar y de las puertas de la ciudad. Como veremos en la ceremonia de proclamacin Isabel se la confirmar, dndole uno de los cargos ms importantes de la ciudad, convirtindole en alcalde y Justicia de la ciudad. El martes da 13, estando reunido el Concejo de la ciudad en la tribuna de la iglesia de San Miguel como era costumbre, llegaron los mensajeros de la princesa Isabel, Alfonso de Quintanilla y el doctor Juan Daz de Alcocer, para notificar la muerte de Enrique, y para pedirle a la ciudad que recibiera a Isabel como heredera y seora de los reinos de Castilla y Len, y a Fernando como su legtimo marido. Al haber muerto Enrique IV sin hijo ni hija que fueran herederos legtimos, ella como su hermana, en funcin de lo dispuesto en el Pacto de los Toros de Guisando, era su heredera universal. El Concejo consinti en jurarla y le encarg a los mensajeros se lo hicieran saber a la futura reina.

Tras los funerales de Enrique, Isabel cambi de ropa, se quit la sarga blanca de luto y se puso otras galas ms ricas con joyas de oro y piedras preciosas que realzaban su peregrina hermosura y sobre el cadalso de madera que se haba construido en el atrio de la iglesia de San Miguel y con Isabel sentada en su silla real, estando presente el nuncio del Papa, muchos caballeros y nobles cortesanos y religiosos de las rdenes de San Francisco y de Santo Domingo, fue jurada como reina seora de los reinos de Castilla y Len. La ciudad le pidi que jurara, y ella as lo hizo con la derecha sobre la Biblia y por la seal de la cruz, ser obediente a los mandamientos de la Santa Iglesia y honrar a los prelados y ministros de ella y defenderlos; mirar por el bien comn de sus reinos y de la corona; procurar con todas sus

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fuerzas acrecentarlos y no dividirlos ni enajenarlos; y mantener a sus sbditos en justicia como mejor supiera; y guardar los privilegios, libertades y exenciones que tienen los hidalgos y las ciudades y villas, al igual que lo haban hecho sus predecesores. Luego el corregidor, alcaldes, alguacil, oficiales y hombres buenos, en seal de reconocimiento de seoro le entregaron las varas de justicia (o bastones de mando) de la ciudad, ella los tom y entreg a Andrs de Cabrera, mayordomo de Enrique IV y justicia mayor de Segovia, y l se los entreg a los representantes municipales. Luego Cabrera, alcaide y tenedor del Alczar y de las puertas de la ciudad, con todos sus tesoros y otras cosas, cargo que le haba dado Enrique, le entreg a Isabel todo por ser ella la legtima heredera. Ella le agradeci su lealtad con el rey y le confirm su cargo otra vez a l, haciendole alcaide y tenedor del alczar y de las puertas de la ciudad. l lo recibi de rodillas ante la reina, dicindole a la reina que guardara bien el alczar y en l la acogera siempre y desde l hara la guerra y la paz por su mandato, ponindose as claramente del lado de Isabel en la guerra inminente contra los partidarios de Juana.

La reina pidi que se recogiera todo por escrito, y as lo hizo el escribano Pedro Garca de la Torre, siendo testigos Diego de Ribera y Gutierre de Crdenas y el licenciado Fernando Ynez de Lobn. Nos cuentan los cronistas que los reyes de armas con los pendones de la reina vocearon al pueblo, uno tras otro, la frmula de la proclamacin: Castilla, Castilla, Castilla, por la muy alta e muy poderosa princesa e Seora, nuestra Seora la Reyna Doa Isabel e por el muy alto e muy poderoso Prncipe Rey e Seor, nuestro Seor el Rey Don Fernando como su legtimo marido Despus la reina descendi del Cadalso y entr en San Miguel para rezar ante el altar mayor, tom en sus manos el pendn real, colocado en una lanza, que le tenda Diego de Ribera. La reina ofreci el pendn a Dios en las manos de un clrigo que estaba en el altar para recibirlo. Al parecer la nueva monarca se dirigi despus al alczar, donde durmi esa noche mientras en la plaza la msica alegraba a los all congregados.

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sta proclamacin de Isabel fue personal, Fernando qued a un lado, slo se le reconoca como su marido, y ni siquiera haba estado presente en la proclamacin. Aragn haba esperado otra cosa, no queran que Fernando fuera slo un rey consorte, para ellos no era de recibo puesto que adems en Aragn s funcionaba la ley Slica, es decir, las mujeres no podan heredar la corona, slo podan hacerlo los hombres. Fernando vino a Segovia a celebrar el Ao Nuevo con su mujer y sta le hizo esperar hasta el da 2 de enero en que le prepar la entrada solemne en la ciudad que nos cuenta tambin el escribano Pedro Garca de la Torre, entre otros. El rey fue recibido en la puerta de San Martn. Estaban presentes ms nobles que en ocasin de la proclamacin de la reina pues ya se encontraban en Segovia, con Carrillo, el arzobispo de Toledo al frente, as como el Cardenal Mendoza. Pidieron a Fernando que como rey que iba a ser de los reinos, como marido legtimo de Isabel, su seora natural, para entrar en la ciudad y ser recibido como su rey y seor en ella, tena que prometer y jurar todo aquello que les fue otorgado y prometido por Isabel al ser jurada como reina. As lo hizo, luego el arzobispo tom en sus manos la Biblia y tom juramento a Fernando. As, fue recibido como legtimo marido de la reina, por rey y seor. Luego Juan de Contreras, Rodrigo de Pealosa, Juan Ramrez de Hontoria, Diego de Mesa y Gonzalo Lpez de Cullar le recibieron en la puerta de San Martn, y entraron con l en la ciudad, bajo palio de pao brocado de oro y de seda carmes, llevndole hasta su palacio. As Fernando segua siendo rey consorte. Pero en Castilla seguan las suspicacias de los castellanos a que Fernando interviniera demasiado en el gobierno del reino. Se zanjaron estas suspicacias con la firma de la Concordia de Segovia, otro importante acontecimiento acaecido en la ciudad. Era este un acuerdo para la gobernacin del reino en el que quedaba claro que la reina de Castilla era Isabel, as como Fernando lo sera de Aragn. Cada uno rey de sus estados. Los documentos oficiales apareceran firmados por los dos pero con el nombre del rey delante, as como las armas de la reina precederan a las del rey. En todo caso, ella tendra prcticamente todas las prerrogativas en Castilla.

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En este Acuerdo se definieron los emblemas de los Reyes, los famosos yugo y flechas de los Reyes Catlicos. La Y del yugo coincide con la Y de Isabel; y la F de flechas coincide con la F de Fernando. Esos emblemas los veremos repetidos en multitud de documentos, de libros y de edificios de la poca. Lo que no corresponde a ambos es el emblema tambin muy repetido de Tanto Monta junto con el nudo. Este era emblema personal de Fernando. Realmente los puntos acordados en la Concordia se quedaron solo en acuerdo sobre el papel, porque las circunstancias posteriores, entre ellas la inmediata guerra civil con los partidarios de Juana, hicieron que la reina hubiera de firmar tres meses despus un documento de cesin de poderes a Fernando que le di potestad suprema. De hecho esos poderes cedidos se contradecan absolutamente con el contenido de la Concordia de Segovia, pero haba que hacerlo por la guerra.

De esta manera sentaron las bases de un gobierno conjunto en todos sus dominios, al igual que lo hiz Fernando con ella en 1481 despus de haber heredado sus dominios en el reino de Aragn. Pero, en todo caso, esto no signific una unin total de sus reinos, cada uno sigui siendo el rey de los suyos. Muchas veces se ha considerado el tanto monta como divisa conjunta de ambos, interpretada como que la toma de decisiones en todos sus dominios la poda hacer cualquiera de ellos, la decisin vala igual. Pero no, esa era divisa personal de Fernando, significa que da igual como se consiga el fin que uno quiera, lo que importa es que se consiga. Aqu tenemos uno de los principios que deba seguir el Prncipe de Maquiavelo, una mentalidad bastante distante an de la existente en la Castilla de Isabel. A partir de aqu comenzarn sus problemas en el gobierno, empezando por la inminente guerra civil con Juana la Beltraneja como ya dijimos. Pero antes de continuar con esto vamos a ver otros aspectos del reinado, como los personales, porque an no hemos hablado de cmo era Isabel en persona.

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ra una mujer bastante guapa, de cara muy blanca, ojos entre azules y verdes, segn el momento del da, y dientes blancos y pequeos. Es decir, un aspecto muy anglosajn, lo que no es raro puesto que era nieta de la inglesa Catalina de Lncaster, casada con Enrique III de Castilla. Tambin deba ser de mediana estatura -seguramente bastante bajita para nosotros ahora-, as como un poco corpulenta, pero de miembros proporcionados. Parece que era mujer de respuesta rpida, con buen dominio del castellano, lo que nos indica su buen nivel cultural. Pero tambin poco dada a mostrar sus sentimientos, y como muestra de ello se sabe que incluso se haca cubrir el rostro en sus partos para no demostrar dolor. Aficionada la lectura y al estudio, quiso elevar el nivel cultural de su Corte y para ello trajo a la misma un grupo de humanistas que prepar a sus hijos con una excelente formacin. Quiso tambin que la nobleza castellana estuviera preparada, algo que no haba preocupado hasta entonces. As, los alrededor de 40 pajes, hijos de familias nobles que se educaron en la Corte, lo hicieron con Pedro Mrtir de Anglera, humanista milans nombrado capelln y maestro de los caballeros de la corte en las artes liberales. La reina quera que se aunara la importancia de las letras con la de las armas. As, esta reina impulsar la formacin de la nueva lite de la siguiente generacin, de la nobleza que trabajar con Carlos V, el emperador. Decamos ms arriba que le gustaba leer, pero para esas lecturas posiblemente tuvo que usar gafas, parece que no tena muy bien la vista. Se conservan diferentes lentes. En su Testamentara se dice que en un arca se encontr una caxa vieja con dos pares de antojos, unos quebrados. Muestra de su inters por la lectura es la biblioteca que ella form y que aument considerablemente el nmero de libros de la Corte, en una poca en la que el libro no era habitual en las casas, ni siquiera en las nobles. Su biblioteca consta en su Testamentara y la pena es que termin, como era habitual con las pertenencias de los reyes, en subasta pblica. Tambin era aficionada a coser sus propios vestidos, o al menos sus propias camisas. As enseara a sus hijas tambin a coser y a bordar. Adems era aficionada a tener animales domsticos, y a vestirlos. Se sabe que compr algn vestido y abalorio para sus perrillos y sus gatos. Este gusto lo transmiti a sus hijas. Por sus libros de cuentas se sabe que le encantaban los papagayos y en ellos consta que los compr en varias ocasiones.

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Falsa es, por tanto, esa leyenda que corre sobre su persona acerca de que no se cambiara de camisa hasta conquistar Granada y que todos hemos odo. Realmente si se tienen en cuenta la cantidad de encargos que hace la reina de varas de Holanda entre 1482 y 1492 aos que dur la conquista de ese reino nazar- para hacer camisas para ella y para su familia, esa presunta amenaza no tiene mucho sentido. Realmente era muy aficionada a las buenas telas venidas de fuera, as como a todo lo que fueran objetos del ajuar de una mujer. Le encantaba visitar las tiendas de los mercaderes y las ferias de sus reinos, especialmente la de Medina que era la ms importante de la Corona, as como tambin le gustaban las ferias de Aragn. De hecho lleg a criticrsela por tener demasiada pompa tanto en el vestir como en sus ornamentos personales en general. Si pensamos en la riqueza de los ornamentos que hoy se conservan en iglesias, conventos, monasterios y otros lugares, confeccionados con partes de prendas que en su da us la reina nos podemos hacer una idea de esos gustos tan lujosos. Fue muy aficionada tambin a las joyas, de las que tuvo muchas y de gran calidad. Entre otros motivos, porque el protocolo as lo requera. Estas estn envueltas en un halo de misterio por la historia que nos contaban de pequeos sobre que fueron empeadas para financiar el primer viaje de Coln. Esto no tiene nada de real, aunque s era habitual que las joyas ms caras fueran empeadas para financiar guerras o cualquier otra empresa de los reyes. Algunas despus no eran recuperadas. Una de las ms famosas, que no se ha conservado, es el collar de balajes rubes morados- que haba pertenecido a la madre de Fernando y que ste le regal a Isabel antes de casarse. Llamaba la atencin de viajeros y embajadores por lo abrumador que resultaba. Otra de sus joyas ms importantes es el joyel con el que suele aparecer en uno de sus retratos ms conocido, el atribuido a Juan de Flandes: es una joya prendida o colgada sobre el pecho con la cruz de Jerusaln hecha con 16 piedras rojas que pueden ser rubes; y una venera de Santiago, de color oro y con un diamante en punta en el centro, otros dos a los lados, y 16 perlas alrededor. Este joyel sera adems la ms importante joya que usara la reina por su valor simblico: en l tenemos aunados a Santiago Matamoros, patrn de Espaa, y la cruz de Jerusaln, que puede hacer alusin a la guerra contra Granada tomada como cruzada de la cristiandad.

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Era aficionada tambin a la msica y al baile. Le gustaba organizar fiestas en palacio para celebrar ocasiones especiales como das de fiesta, y otras ms personales como cumpleaos, bautizos, bodas... Una de las diversiones preferidas eran las representaciones teatrales familiares, llamadas momos, en los que participaban amigos, adems de profesionales, para divertir a la corte. Parte de las fiestas cortesanas eran los toros, a los que tambin eran muy aficionados en territorio musulmn. El toro era un smbolo de fuerza y de nobleza. As, los que se enfrentaban a ellos eran unos valientes. Este juego supona una buena demostracin de valor caballeresco y militar, siendo en esta poca los nobles, a caballo, los que los lidian. Suponan un ejercicio de destreza para estos nobles y una manera de entrenarse para la guerra. Pero a Isabel no parece que le gustaran mucho. La reina catlica lleg incluso a prohibirlos si los animales no llevaban envainadas las astas con unos cuernos de buey para que quedaran hacia atrs las puntas y as evitar muertes.

Tambin, como parte de las fiestas cortesanas se incluyeron las justas, los torneos y los juegos de caas. Antes haban sido entrenamientos para la guerra, y ahora haban perdido peligro y haban ganado en espectculo. Todos hemos odo hablar de las justas y los torneos, pero quiz no de los juegos de caas. Estos eran combates simulados entre dos grupos de caballeros montados a la jineta, es decir, con estribo corto, a la manera morisca -que era como le gustaba montar a Enrique IV- y con armadura ligera. Cada grupo atacaba alternativamente lanzndose caas a la manera de jabalinas, mientras los otros se protegan con adargas moriscas. Era un juego muy morisco, y por tanto muy castellano.

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os juegos de caas eran de origen morisco, ya que eran reproducciones de combates de caballera ligera andalus, y de hecho los participantes iban vestidos y tocados a la manera morisca. Haba igualmente otro tipo de elementos en la Castilla cristiana de los Reyes Catlicos que tenan origen en lo islmico, como la vestimenta. La vestimenta usada en Castilla durante toda la Edad Media estuvo muy marcada por la presencia rabe y ese hecho le dio un toque caracterstico con respecto a la del resto de Europa, especialmente en el traje femenino. El traje espaol de los siglos XIII al XV tendr un momento muy brillante dentro de la moda europea, y durante el siglo XVI Espaa impondr su moda en Europa, pues es este el momento en que nuestro pas es potencia hegemnica en el viejo continente y su influencia ser evidente hasta en la moda.

Ya desde el siglo XI se haba adoptado la toca para cubrir el pelo, que tena su origen en el velo mahometano; otros tocados que tuvieron ese origen, y que fueron usados tanto por hombres como por mujeres, fueron los alharemes y los almaizares, que eran tocas moras, algo parecido a los turbantes; tambin las camisas bordadas o con labores muy ricas de pasamanera superpuestas. En general, se usaron muchos ricos tejidos andaluses para confeccionar la vestimenta de los Reyes y de altos personajes de la nobleza y el clero. As se impondr ese lujo oriental en el vestuario. Si nos fijamos en los cuadros de la poca es evidente. Pero tambin esa moda se notaba en costumbres como la de sentarse en el suelo, ya habitual en los reinos cristianos de la Pennsula desde el siglo X. Era habitual que Isabel la Catlica tuviera

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un estrado para utilizarlo de asiento. No era la nica, pues en este momento el estrado se haba convertido en un espacio femenino. El estrado era de madera y habitualmente se tapaba con alfombras o con guadameces para evitar la humedad, y sobre estas se disponan unos almohadones para conseguir hacerlo ms confortable. Por supuesto, la manera ms cmoda de sentarse en estos estrados era a la turca, con las piernas cruzadas, evidentemente tambin de origen islmico. Se puede decir que la esttica islmica se adue de la vida cotidiana de Palacio. Incluso los Reyes Catlicos demostraron esa tendencia al gusto islmico en el uso como residencia de palacios hispanomusulmanes como la Alhambra de Granada, la Alfajera de Zaragoza, el Alczar de Sevilla... aunque tambin usaron otros que no lo eran, como el Alczar de Segovia. Este Alczar de nuestra ciudad era una de las residencias ms importantes y representativas de la Corte. Lo era por tradicin; tambin por la importancia que le daba ser el contenedor del tesoro de los reyes; y por otra parte, tambin era uno de los ms lujosos en buena parte gracias a las obras de decoracin de Enrique IV- y eso supona que el deseo de magnificencia de los Reyes Catlicos se vea perfectamente escenificado en este Palacio. Isabel y Fernando usaron numerosos lugares para vivir en sus desplazamientos, como palacios, alczares, conventos, casas particulares y tambin posadas si no haba otra cosa. La corte castellana siempre fue itinerante, hasta que Felipe II estableci la capital en Madrid, pero la corte de los Reyes Catlicos lo fue especialmente. Se puede decir que pasaron tanto tiempo en camino a lo largo de sus reinos como aposentados en cada lugar, pues estaban poco tiempo en cada sitio. As, ella sola viajar en mulas, aunque tambin poda hacerlo, si el tiempo era peor, en carreta o en andas.

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Tambin en mulas se trasladaban todos los enseres necesarios para hacerles confortable la vida, como los tapices, las alfombras, los muebles tales como las camas, las jamugas, los arcones, arcas y arquetas... Estas servan para decorar las estancias que los reyes fueran a utilizar tanto si se trataba de Palacios como si tenan que usarse para decorar las habitaciones de un mesn o una venta en el camino que tuvieran que transformar en cmodo y lujoso hogar donde pasar la noche. El aposentador real se adelantara para preparar la estancia nocturna de los reyes. As que imaginaos en aquellos lugares del camino donde tuvieran que parar y no hubiera palacio, convento o casa noble y pararan en una simple posada, como quedara de admirada la gente al ver pasar y estacionar a la comitiva!. Los enseres que deban transportar era muchos, pues estos palacios, cuando estaban ocupados por los reyes se convertan en lugares verdaderamente lujosos y exticos. Haba un verdadero horror al espacio vaco, todo se llenaba de objetos. Con la decoracin de las paredes de los salones y habitaciones principales se quera dejar boquiabierto al visitante, y se consegua a juzgar por los relatos que nos quedan de viajeros de la poca, y esto no era fcil teniendo en cuenta que todo se trasladaba, incluso los muebles. Las habitaciones se decoraban de arriba abajo, con zcalos de cermica vidriada hasta media altura, de origen rabe, con diseos geomtricos y colores y formas que nos recuerdan a los islmicos. Las paredes, que hoy vemos desnudas, eran decoradas al llegar los reyes con tapices y colgaduras que daban un aspecto de gran riqueza a la habitacin, a la par que comodidad y resguardo del fro. Tambin eran colocadas ricas alfombras, cortinajes en las ventanas y doseles en las camas, que por otra parte era uno de los pocos muebles que se poda ver en estas habitaciones.

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El nmero de muebles era limitado, pues ya dijimos que los trasportaban con ellos. Las camas para dormir, las arcas o arcones para almacenar y transportar de todo: ropa, libros, comida, y todo lo que necesitara viajar con ellos. Tambin haba alacenas y sillas, generalmente plegables por ser ms cmodas de trasladar. Muchos de estos muebles eran de gusto islmico. Eran muebles gticos pero adornados con atauriques haciendo formas geomtricas. Es una tcnica por la que se incrustan pequeas piezas de maderas finas de diferentes colores, as como piezas de hueso o marfil, sobre otra pieza de madera o bien sobre un soporte de cuero que despus se pega al mueble. El aspecto final es el de una apariencia lujosa. Con la introduccin del gusto renacentista esos motivos geomtricos se convertirn en motivos figurativos como grutescos, jarrones, incluso figuras. De hecho, al igual que en la calle conviven diferentes grupos de personas: cristianos, judos y musulmanes, tambin en el mobiliario convivirn decoraciones gticas con otras mudjares y otras renacentistas. Para completar la decoracin se convirtieron en elemento imprescindible las armaduras de lo blanco, es decir, los techos de madera dorada y policromada, de origen islmico. De ellos podis disfrutar, en cantidad y en calidad, en Segovia. Enrique IV, al que tanto gustaba el arte morisco los puso muy de moda en Segovia y los podis disfrutar en el Alczar, en San Antonio el Real y en muchas iglesias de nuestra provincia. Incluso la vajilla ms lujosa usada en los palacios poda estar hecha en metales nobles como la plata o el oro, pero tambin poda estar hecha en barro, es la llamada de reflejo dorado, que era tambin muy apreciada por imitar los reflejos metlicos de las otras. Era igualmente de origen islmico y fue imitada por los alfareros moriscos asentados en Valencia. Poco nos ha quedado de todos estos elementos del ajuar de los reyes, as como de sus vestidos o joyas, pues todo era vendido en almoneda pblica cuando estos moran para pagar sus deudas. Incluso era habitual vender la cama, excepto si el rey haba muerto de algo contagioso, claro, entonces se quemaba. Aunque con respecto a la cama se empez a extender la costumbre de que la del rey se la quedara su caballerizo mayor y la de la reina su camarera mayor, as que estas camas pasan de generacin en generacin y aparecen en los lugares ms extraos, porque esta costumbre se extendi tambin a la nobleza. En resumen, todos estos elementos nos hablan de un gusto por lo islmico natural en Castilla, puesto que ramos vecinos, y tambin enemigos, de los musulmanes, de hecho aqu mismo los tenamos viviendo. As, ese intercambio de ideas estticas era normal. As, la esttica de la poca compondr un gusto eclctico que har convivir elementos mudjares con otros gticos y otros ya renacentistas.Fuente: http://conocersegovia.es/conocersegoviaIII/Recorrido1/Recorrido1-1.htm

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La Oracin de Juan Daz de Alcocer en la Proclamacin de Isabel La Catlica (1474)El escribano de Segovia pasa inmediatamente a describir la ceremonia, no sin antes significar que l y otros fueron convocados por la dicha seora reyna para dar fe y testimonio de lo que vieran, oyeran y pasara ante ellos. As describe Garca de Torre la ceremonia en la que se pronunci o ley nuestra oracin: 44

Grau 1949, p. 29, y las anteriores citas en p. 25 y siguientes.

EstandoenlaplazamayordestadichacibdadladichaseoraReynaenuncadahalsode maderaqueestauafechoenelportaldeladichaiglesiacontraladichaplazaeasentada en su silla real que ende estaua puesta e estando ende con su alteza micer hanoro de lioneses[LeonorodeLeonoris]nunciodenuestromuysantopadreemuchoscauallerose nobles destos reynos de castilla e de leon e muchos religiosos de las ordenes de san francisco e santo domingo e nuo fernandez de pealosa arcediano de sepulveda e le prothonotariodonesteuandazaamosporsieennombreebozdeldeanecabildodela iglesia mayor desta dicha cibdad e de la clerecia della e otrosi los dichos correjidor alcaldesalguacilrejidorescaualleroseescuderoseprocuradordeladichacibdadeotro muy grand numero de gente de omes e mujeres despues de auer fecho todos ellos grand llantoaaltasbocesporlamuertedeldichoreydonenrriqueluegoeldichodottorjuan diaz de alcocer en boz e en nonbre de todos los susodichos e de su consentimiento fizo ciertaproposicionanteladichaseorareynaenderezandolaspalabrasasualtezaenque en efetto declaro ciertas razones por donde decia pertenescer a la dicha seora reyna la subcesioneherenciaederechodereynarenestosdichosreynosdecastillaedeleonela propiedad dellos como a legitima hermana e universal heredera del dicho seor rey don enrriqueporauerpasadodestapresentevidasindexarfijonifijaquepuedaheredarestos dichosreynoscomodichoeseeldichoseorreyreconosciendoaquestolaouointitulado ejuradoporprincesaesulegitimaherederadestosdichosreynosparadespuesdesusdias enundiadelmesdesetienbredelaoquepasodeseormillequatrocientosesesentae ochoaosemandoesomesmoalosperladosecaualleroseletradosquealliestauancon sualtezaalasazonquelajurasenerescibierenporprincesaesulegitimaherederacomo dichoeserogoepidioadonantoniojacobodeveneriyslegadoapostolicoquealliestaua presentequeconfirmaseeldichoabtoporlaabtoridatapostolicaelomandaseguardara [sic] los conpeliese a ello por censura eclesiastica lo qual todo el dicho legado fizo e mando segund que a todos ellos era notorio por ende que pues su alteza pedia e queria reynar enlos dichosreynos que les prometiese e jurasetodo aquelloquelosotros reyes- 16 -

quenueuamentesucecianenelderechodereynarereynanenestosdichosreynosdeuene acostunbran prometer a sus subditos e naturales e su alteza esto faciendo que ellos estauan prestos de la rescibir e obedescer por su reyna e seora natural e por seora propietariadestosdichosreynosdeCastillaedeLenedelefacerleeljuramentoedarla obedienciaereuerenciaquecomoasureynaeseoranaturalellossontenidosdehacere dar| E luego la dicha seora reyna dixo que ella estaua presta de les facer la dicha seguridadeenfaciendoladixoquejurauaejuroadiosealasealdelaqruz44

ORAIN QUE HIZO EL DOCTOR ALCOER EN SEGOVIA A LA REYNA DOA ISABEL, NUESTRA SEORA, EN NOMBRE DESTOS REYNOS, QUANDO FUE SUBLIMADA Y RESEBIDA POR REYNA DELLOS, MARTES, DA DE SANTA LUZA, XIII DAS DE DIZIEMBRE DE LXXXIIII AOS88. [1]Muyaltaymuypoderosaprincesa,reynaeseora, [2] Quando los das pasados el pueblo de Dios le pidi rey, mostroles su voluntad dndoles a entender que no le plaza, pero, condesendiendo ayradamente a la ymportunidaddellos,diolesalreySal89.Elqual,apartadodelagraciadeDios,regi malaseasupueblo;y,seyendoconformesumuerteconsuvida,acabmal.Alqual, por voluntad de Dios, suedi en su reyno el rey David; y, como fuese ungido por mandadodeDiosepormanodesuprofeta,asfueconplidodegraiaque,conformando conDiossuvoluntadyobras,yhaziendopeniteniadesuspecados,meresiqueDiosse alabase dl, diziendo: Hall varn segnd mi voluntad90. Y as ge lo mostr en el acresentamientoyprosperidadquedioasupuebloensusdasyenelfingloriosoquele dio. [3]Ydespusdelamuertedesterey,syenpreelpueblosyntiyconosiporlaexperienia que,segndelestadodegraiaodeyraenqueconDiosestava,aslesdavareybuenoo malo; y por los mritos de aqul alcanava el pueblo dones y gracias de victoria y prosperidad e paz o ava aotes y tribulaiones, segnd por el discurso de la santa Escripturaclaramenteparese.Laqualesomismodatestimonio[15v]que,quandoDios estavaayradodesupuebloyporsuspecadosdelloslesdavamaldiiones,unadelasms

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grandeseraquelesdarareyesensusaa91,losqualesnoreynaransegndsuvoluntad. YporesoelgrandprophetaIsaasllamavaalreyAsur,aunquemalo,puntadelanade Diosymartillodesuyra92,porqueconlacruellanadeaquelesecutavasusaaensu pueblo. [4] Pues quntos benefiios alcanase el pueblo por mritos de buen rey llena est la santaEscripturadepruevas.Peroaunnocaresemosdenuevotestimonionifueprivada vuestra Espaa de fructo de buen rey, ca se lee que en todo el tiempo que reyn aquel glorioso y bienaventurado rey don Hernando el terero, vuestro progenitor, nunca ovo hambreniaomaloenestosreynos. [5]DeloqualtodopodemostomarverdaderareglaquenotieneDiosolvidado,antesmuy aepto, el ofiio de reynar, y que esta dignidad muy altamente est canonizada por la auctoridaddeDios,tomandoparasnombredereymuchasvezesyendiversoslugares,y nunca fallamos que tomase nombre de emperador, aunque a l es atribuydo el ofiiode ymperar93. [6] Pues, muy exellente seora, reconozca vuestra alteza qunta merced y grandsymo benefiio oy resibe de Dios, que vos yntitula de su nombre y vos pone en su lugar y comete sus vezes en tan grande [16r] y tan noble y tan abastado reyno como ste, en el qual legtimamente subedistes; y vos escoge milagrosamente para que seys reyna y seorasobretantamuchedumbredepuebloyentierratananchaytanfrtile,paraquede mar a mar seoreys. Y por que vuestra grand seora sea arredrada del viio dese[ch]able94deldesagradesimientoyconmayorfervordedevoinyalumbramiento delaverdaddedesgraias95aAquelquetanmilagrosaymisericordiosamente,tendidala mano derecha, vos ha hecho y haze tantas y tan grandes mercedes, quiero recontar algunasdellas,alomenoslasquealpresentesenosmuestranporsusefectos. [7] La primera es que quiso que fusedes engendrada y nasida de real estirpe de la virtuosa y prspera sangre gtica, y parese que misteriosamente produzida en los postrimeros das de vuestro glorioso padre, reservada para suplir la orfandad y biudez que este reyno tena de suesor varn, suplindola muy sabiamente con vuestra grand sufiieniaycontanexcellentemarido,nuestronaturalydevuestraestirpe,yenedady disposiinmuyfloresida. [8] La segunda, y ms miraglosa, que lev Dios para s al rey don Alonso, vuestro hermano,quasyenlaedaddelaynoenia,yprivalreydonEnrrique,nuestroseory- 18 -

hermanovuestro,cuyanimaDiosaya,degenerain,paraquesynynjurianiagraviode tererolegtimamentevinieselarealsuesynavuestramuyescleresida[16v]persona. [9]Laterera,quevimosmanifiestamentequeporconsejodemuchossefablyconert quepersonasmuypoderosas,buscadasastutamenteporreynosestraos,oviesendevenir astosyconmanoarmadavosfueseperturbadavuestralegtimasuesyn.Ydisypados por Dios los tales consejos por muertes y por estorvos no pensados, vos quit la contrariedad y vos preserv as como rosa entre las espinas, para que en tiempo tan oportunovosmostrsedesytanmilagrosamentereynsedes. [10] La quarta, que ha permitido nuestro Seor que padezcades en los das pasados pobreza y retraymiento, soledad, temores y amenazas, por que, exeritada en estas tribulaiones,conoscavuestraseoraelestadodelalibertadylaaltezadeladignidady elpodero,riquezaygloriaenqueoyvospone.Ypermitiqueanspasaseporquesepys aver conpasyn de vuestros subditos, pues supistes padeser quando rades subdita a otro. [11] La quinta, en quanto Dios por maravillosos rodeos yncrebles a los hombres vos traxo a esta muy noble y muy leal ibdad de Segovia, seyendo sta la propria casa y morada del dicho seor Rey, vuestro hermano, para que juntamente tomsedes la posesyndevuestroreynosydestaibdadtangrandeytanynsygneymanfica,puesta enmediodevuestrosreynos,y,loquenoesdeolvidar,conalcardotadodefermosuray fortaleza y grandsyma riqueza. No se deve callar la joya de la lealtad de grand [17r] serviio que el leal mayordomo Andrs de Cabrera ha mostrado en esta jornada, ans guardando la fidelidad que al dicho Rey, vuestro hermano, deva, como syrviendo syn ofensadeaquellaavuestraalteza,asenvidacomodespusdelamuertedeldichoseor Rey. [12]Lasexta,emuchomaravillosa,esqueparatraheravuestrasmanoslibrementeesta suesyn vos quit por su oculto juyzio muchos ympedimentos que vos pudieran embarazar,aspormuertedeestorvadorescomopordesatamientosdeynconvinientes. [13] La sptima es que el dicho seor Rey, vuestro hermano, aviendo muchas vozes queridoponerempachoenvuestrasubesyn,comoatodosesnotorio,agoraestandotan ercano a la muerte conert e asent con algunos perlados e cavalleros grandes de vuestros reynos que vos firmara e otorgara pblica e solennemente la dicha vuestra subesyn,yparadarconclusynenestovenadecaminoparaestaibdad.- 19 -

[14] Por ierto, muy alta seora, veyendo la conclusyn de tan grand fecho tan maravillosa e tan prsperamente acabado, bien podemos afirmar con el profeta que el Seorhizoestoyescosamaravillosaennuestrosojos96.Ypuestodasestasmaravillas por sus secretos juizios ha embiado y descubierto en favor de vuestra alteza, refiriendo lasgraciasal,bienpodradecirvuestrarealseoraloquedezanuestraSeora:Hizo comigograndescosas97elqueespoderoso98.Puesquien[17v]tangrandescosasemba, grandesgraiasmereseydevuestraaltezalaspide,puesenvuestrofavorlashizoas. [15]Querys,muyaltaseora,saberquobrasquiereporgraias?Sabedquequiereque fagys su voluntad; que su voluntad es que santifiquys a vos, exeritando vuestros y actossobretresconsyderaiones:laprimera,sobreelconosimientodeDios;lasegunda, sobre el conosimento de vos misma; la terera, sobre el conosimiento del cargo que sobrevostomyseldadeoy. [16]Digoloprimero,muyesclaresidaseora,queavisdeconsyderarqueavisDios;y sileconosys,temerleeysyamarleeys.Yavysledeamarporqueesbuenodesyens mismo; y porque por sola bondad vos cri e quiso que nasisedes en este mundo por engendramiento de tan altos e poderosos rey e reyna; e vos dot de tan grandes dones naturales,corporalesyspirituales;y,sobretodo,vostruxoporlaformasusodichaatan grandeyaltoestado.YtemedleporqueesReydelosreyesyterriblesobretodosellos;y en respecto de su potenia no ay potenia de hombre ni ay resistenia a su querer ni apelain de su juizio99. Y desto el dicho seor Rey, vuestro hermano, ha sedo buen testigo. [17]Dixelosegundoquedevysaverconosimientodevosmisma.Ycomoquieraquede tantasexcelleniasseysdotada,peroacurdesevuestraseoraquesoysmugeresoysy serys semejante a las otras mugeres [18r] en el naser y en el padeser y en morir, y subjectaalasprisyonesydefectosnaturales,ascomolamspequeamugerdevuestros reynos.Esytenisdiscreinymuchosremediosparasuplirestosdefectos,acordadvos, seora, de lo que dize el Apstol, que todo dado bueno y todo don perfecto de arriba viene;yenotrapartedixo:NuestrasufiieniadeDioses100.PuessydeDioslaovistes y suyo es lo que tens, reconosedle y servidle con ello y obedesedle por ello, como querris que vos obedescan y reconoscan vuestros subditos y naturales por su reyna e seora. Y gurdese vuestra alteza de le desobedeser, porque la desobedienia a todos estadosdepersonasesmuyempeibleymsalosquemsdonesresiben.Yquntoeste viio sea detestable y aborresible a Dios, mustrase por la pena que a nuestro padre- 20 -

Adn dio, allende de la muerte e yra y pecado e ygnorania en que yncurri, ca en el estadodelaynoeniaenqueestovomientraobedecitodaslascriaturasdelatierrale eranalobedientes,yluegocomodesobedesiluegoellasdesobedesieronal,emuchas dellas se le tornaron daosas y enemigas. Pues, seora, si queris ser obedesida de vuestrosmenores,convienequeobedezcysavuestromayor,caiertoesquemayorparte tiene Dios en vuestra persona y en los dichos dones que vos ha dado que vs en las personasybienesdevuestrossubditos.[18v] [18] Dixe, muy exellente seora, que la terera consyderain ava de ser del cargo que tomys.Yparaestomejorconoser,presupongavuestraaltezaqueelreynonoestenlos bienesdelrey,ascomootrosqualesquierbienespartiblesestnenelpatrimoniodesu seor, mas solamente tiene derecho de reynar e administrar el reyno. Y aun, segnd verdaderadoctrina,msderechotieneelreynoalreyqueelreyalreyno,comoquieraque lounoylootrotodoredundaenprodebuenrey.Peroelreyno101tienederechosobreel reydeserporlgovernadoymantenidoenjustiia.Yentreelreyyelreynocalladamente estfechouncontractoporelqualcadaunodellosestobligadoaconpliraquellascosas a que el derecho le obliga. Y por que vuestra real seora no pueda sobre esto pretender ygnoraniaesbienquesepaqudebdadeve,laqualdeaquadelanteesobligadadepagar asusreynos,yqudebdaellosvosdeven. [19] Sepa, pues, vuestra real excellenia que es tenida de amar, honrrar y guardar a sus pueblos, conviene a saber, a los perlados y a la clereza y a las yglesias y a los nobles cavallerosyalossabiosyalasibdadesyalosmercaderesyofiialesylabradorespor lasrazonesquelasleyesdevuestrosreynossobreestoponen.Yellostodossontenidosde vos amar, temer y honrrar y conoser y governar, proveyendo, [19r] guardando y dndovos obedienia y reverenia, lealtad y fidelidad y la paga de vuestros tributos. Y como este contracto obligue a cada una de las partes a conplir su cargo y Dios no es aeptadordepersonas,masygualatodos,sguesequeasesvuestraseoraobligadaa conplirestecontractoporsuparte,comovuestrossubditosenaturalesporlasuya. [20] Mire, pues, vuestra alteza sy quiere resebir dellos lo que vos deven, especialmente sustributosypartedesupanyvinoycrianasquevosdan,queespartedesusudor,con que mantenys vuestro real estado, que a cada uno dellos avys de mostrar amor, ponindoleenlibertad,desatndolelosagraviosyponindoleenseguridadparaquelibre y seguramente trabajen y holgadamente duerman. Y mientra l duerme y descansa que velisvssobrel,puesmientravsdormidesvelalytrabajaparavos. - 21 -

[21]Yconsiderevuestraseorarealque,ascomoabuenreyporbienregirleesdevida aureolaespeialenelieloysumritoesmuygrande,ansalmalreyestnaparejadas penas particulares ms crueles que a otras personas de menor estado, que ans los amansa Dios por la boca del sabio, diziendo que los poderosos poderosamente padeserntormentos102;yenotrapartedizequejuiziomuyduroserfechocontralos quetienenpoderderegir103.Ylarazndesto[19v]nuestroSeorlada,dondedizequea quien ms da ms le es demandado104. Y pienso que ser muy provechoso que vuestra seoratraygacontinuamenteasumemorialascadasdelosmalosreyes. [22]YpuesavuestraaltezaDiosdiodisposyin,honrra,dignidad,potenia,deleytesy riqueza, no es de creer que vos lo dio de balde, mas antes querr que ge lo paguys reconosindoleeamndoleytemindole,puesvosdiodiscreinyfeparaello.Yestas trescosaspuestasenvuestraconsiderainycontinuopensamiento,vosfarseguradela prosperidad y acresentamiento de vuestro real estado. Y con stas terns a Dios por ayudador,que,syaltenysdevuestraparte,noavrporqutemysaloshonbres.Y conlaposesindestereynopodrvuestrarealseoraalcanarelreynoperdurable. [23]Resiba,pues,vuestraaltezadiscretaytemerosamenteestereynotemporalqueDios ashatradoavuestropoder,paraqueconlmerescyselotro.Ysyguiendolaspisadas de vuestros gloriosos progenitores y las leyes de vuestros reynos, plega a vuestra real seorafazer,otorgareprometerlascosassyguientes. Notas1 Este trabajo es adelanto resumido de uno de los captulos de un prximo libro sobre la literatura funcionarial de la Edad Media, que se publicar a principios del ao 2008. Se ha realizado en el contexto de los trabajos de investigacin generados en el proyecto Nexo e innovacin intelectual entre Castilla y Aragn, financiado parcialmente por la Junta de Castilla y Len (ref.: SA041A07) y por el CiLengua. 2 Comprese Nieto Soria 1999, p. 231-32. 3 Ctedra en prensa (a), y Ctedra en prensa (c). Estos trabajos son adelanto reducido de varios captulos que se incluyen en mi libro sobre la literatura funcionarial de la Edad Media, en prensa, y en el que se incluyen varios captulos relacionados a otros aspectos no tratados en estos trabajos ni en los mencionados en la n. 5, relacionados con el manuscrito 19365 y con el 19364.

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4 Garcia 2004, 44. Vase tambin, para la edicin de las piezas incluidas en uno de esos dos manuscritos, concretamente el Esp 216 de la Bibliothque Nationale de France, Garcia 1999. 5 En los trabajos mencionados en n. 2, que se completan con Ctedra en prensa (c). 6 De ah la utilidad del apndice documental organizado por usos que figura en Nieto Soria 1999. 7 Nieto Soria 1993, p. 28-29. 8 Nieto Soria 1993, p. 39. 9 Rbade Obrad 1990, p. 260, que recuerda la reclamacin hecha por Mrquez Villanueva 1974 (1960), p. 83, quien a su vez recuerda la misma reclamacin hecha por Jaime Vicens Vives. 10 Mrquez Villanueva 1974 (1960), p. 396-403. 11 Rbade Obrad 1990, p. 285. 12 Rbade Obrad 1990, p. 261-263, que tiene en cuenta Mrquez Villanueva 1974 (1960), p.73-75. 13 Rbade Obrad 1990, p. 266, 273. 14 Crnica annima de Enrique IV, cap. LXXXVIII (Crnica annima 1991, p. 217-218), de donde proceden las citas entrecomilladas; Lorenzo Galndez de Carvajal, Crnica de Enrique IV, cap. 91 (Torres Fontes 1946, p. 305-306). Extender esta nota en otro lugar, sobre las contradicciones de los cronistas en este asunto. 15 Palencia 1973, p. 168; Crnica annima de Enrique IV de Castilla, cap. LXVI (Crnica annima 1991, pp. 159-161), que lo toma de Valera 1941, p. 97-99; la Crnica de Galnez sigue esta narracin (Torres Fontes 1941, 238-239). La crnica de Enrquez del Castillo evita, naturalmente, dar la ms mnima seriedad al suceso y no se refiere a debate jurdico alguno (Enrquez del Castillo 1994, p. 236237). 16 MacKay 1987, p. 12-13. 17 Rbade Obrad 1990, p. 274. 18 No se deve callar la joya de la lealtad de grand serviio que el leal mayordomo Andrs de Cabrera ha mostrado en esta jornada, ans guardando la fidelidad que al dicho Rey, vuestro hermano, deva, como syrviendo syn ofensa de aquella a vuestra alteza, as en vida como despus de la muerte del dicho seor Rey (11). 19 Memorias 1835-1913, p. 693-697, 697-698, 700-703. La narracin de estos hechos viene hermosamente enriquecida en la Crnica incompleta de los Reyes Catlicos, ttulo VIII (Crnica incompleta 1934, p. 109-122). Vase la semblanza detallada de Rbade Obrad 1993, en especial para este asunto p. 207-209. 20 Carrasco Manchado 2006, p. 260, 287 y siguientes, esp. 294, 303 y siguientes. 21 Rbade Obrad 1990, p. 267 y 277.

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22 Tumbo 1902-1968, II, p. 331-332, 344-346, 348-350. Labor parecida se le encomendar, esta vez contra los moros, en 1484 (III, p. 476-477). 23 En ese ao es testigo de la jura del prncipe don Juan en Toledo (Carretero Zamora 1993, p.73). 24 Rbade Obrad 1990, p. 276. 25 Carretero Zamora 1988, p. 41. 26 Rbade Obrad 1990, p. 274. 27 Ctedra en prensa (a); pero tngase en cuenta tambin lo que se dice en Ctedra en prensa (c). 28 Rbade Obrad 1990, p. 268; para los niveles de rentas, p. 281 y 283-284. 29 Vase Ctedra 1987. 30 Rbade Obrad 1990, p. 271-273. 31 Ctedra en prensa (a). 32 Ha sido raspado en el manuscrito con lienia de su mayor. 33 Toledo 1992, p. xxii; tambin descrito en Philobiblon (n. 3099; http://sunsite.berkeley.-edu/ Philobiblon/BETA/3099.html [consulta: 6-6-2007]). 34 Lawrance 1984, p. 1100. 35 Nieto Soria 1993, p. 69-71. Examinando otros usos, como los aragoneses, no he sabido encontrar en crnicas ni tampoco en monografas como la conocida de Jernimo de Blancas referencias a estos discursos previos al juramento real o de los herederos del reino. 36 Crnica de Juan II, ao XVIII, iv; en Crnicas 1877, p. 428. 37 Ctedra 1985-1986, p. 25. Para una relacin no cronstica, vase Nieto Soria 1993, p. 221, n.19. 38 Carrasco Manchado 2006, p. 46; para el estudio de la ceremonia, vanse Nieto Soria, 1993,p. 33-35 & 37, y Carrasco Manchado 2006, p. 23-37. 39 Colmenares 1974-1984, II, p. 105-107; Carrasco Manchado 2006, p. 23-25. 40 Grau 1949; Quintanilla 1952. 41 Como la califica Carrasco Manchado 2006, p. 24, partiendo de la definicin de Fogel, 1989. No obstante que los datos sobre los informadores y sus discursos son aclaradores, los que el escribano nos facilita sobre la reaccin de los informados no completaran una ceremonia de este tipo. 42 Carrasco Manchado 2006, p. 102.

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43 Bernldez 1962, p. 26-27; sealado en su comentario a este pasaje por Carrasco Manchado 2006, p. 24. 44 Grau 1949, p. 29, y las anteriores citas en p. 25 y siguientes. 45 Para stos actos, vase Nieto Soria 1993, p. 35-45. 46 Carrasco Manchado 2006, p. 36. 47 Toms de Aquino 1931, p. 19-23. Valera, en su Doctrinal de prncipes, dirigido a Fernando el Catlico cuando todava no era rey ni de Aragn ni de Castilla, desarrolla parecidos argumentos en el primer captulo, aduciendo tambin textos legales de Bartolo de Saxoferrato y de Juan de mola (Penna 1957, p. 174). 48 Gales 1988, p. 100. 49 Campo 1997, p. 37. 50 Sy otro quisyerdes, yd | al libro de nuestra ley, | a do fallarys el rey | anteesor de David, |al qual todos los plebeos | a Dios por rey demandaron | y, complidos sus deseos, | cometi hechostan feos | quellos mesmos lo mataron (Manrique 2003, p. 630). 51 El tema del tirano como mal rey es consecuente del buen rey, por lo que figura en los tratados tradicionales sobre la monarqua, pero es inevitable su presencia especialmente en los tratados escritos en la segunda mitad del siglo xv, como el de Valera, al que dedica con autoridades jurdicas e histricas atencin (Penna 1957, p. 188-191). 52 Carrasco Manchado 1996, p. 15. 53 Como ha glosado Nieto Soria 1993, p. 33, llama la atencin el cuidado que se puso en que se reprodujeran con el mximo detalle las tradiciones rituales ms caractersticas en esta materiade la monarqua castellana, tales como el alzamiento, el besamanos, el homenaje, las frases formularias, la exhibicin pblica del monarca o la utilizacin de smbolos de la realeza; para un estudio de la farsa de vila, vase MacKay 1987 (1985). 54 Pulgar 1983, p. 56-57, como seala Carrasco Manchado 2006, p. 129-130. 55 Carrasco Manchado 2006, p. 131. 56 El juicio sobre el rey difunto no se explicita aqu, pero, aparte estar en la mente de todos los partidarios de Isabel, luego aparece en otros comentarios, en el final del 16, y aludido sin duda tambin en la conclusin de la tercera parte de la oracin (22). 57 Vase Kantorowicz 1946. Sobre el deseo de la expresin proftica imperial extender esta nota en otro lugar. 58 Vase, a propsito de esto, lo que digo en Ctedra en prensa (c), con los detalles bibliogrficos pertinentes.

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59 Otra posibilidad es, naturalmente, admitir una sinalefa, en cuyo caso leeramos subdt otra, pero no podemos asegurar que el cultismo sbdito fuera palabra esdrjula en el siglo xv. Teniendo en cuenta que en la medicin del cursus latino todas las palabras cuentan y se evitan agrupaciones, me arriesgo a mantener no slo aqu, sino en todas las apariciones en el texto la forma llama del cultismo. 60 Para otro uso, aplicado a los hechos de Fernando en este caso, tenemos la exgesis histrica de sus hechos principales en la Epstola que Mosn Diego de Valera enbi al rey Fernando,nuestro seor, despus que ovo tomado la cibdad de Ronda (Penna 1959, p. 31). 61 Vase, sobre este tema, Carrasco Manchado 2006, p. 114-116. 62 Pulgar 1982, p. 55. ste aadir, en contrapeso, la incertidumbre sobre la Beltraneja, fija incierta del rey don Enrique. 63 Ctedra 1989; Carrasco Manchado 2006, p. 134-136, 230-231, 393-394-398, quien seala aqu que la aplicacin de la ideologa neogoticista a Isabel fue posterior a la que se hizo a la figura de Fernando, pero en esta fase triunfalista [aos 1477-1480] Isabel queda tambin incluida; es evidente por el discurso de Alcocer que se articula simultneamente a la llegada al trono de la Princesa. 64 Marineo 1530, fol. 181v; en otros pasajes de los libros XIX a XXI insiste en esto. 65 Casas Homs 1962, I, p. 29. Para el trasfondo histrico de este prlogo, vase Benito Ruano 1968. 66 Puyol 1934, p. 122-123. Para una interpretacin desde la perspectiva de la propaganda, vase Carrasco Manchado 2006, p. 365-366. 67 Torres Fontes 1946, p. 440 & 445 (Aquello que en los cielos se ordena y quiere el consistorio de la Sanctissima Trinidad que se cumpla en la tierra es necesario que ansi sea sin contradicion alguna, etc.). 68 Vase, al respecto, lo expresado en Ctedra 2003, p. 30-49. Para Mara de Silva, Benito Ruano 1965, p. 383. 69 Dcadas, II, iv, 10 (Palencia 1973-1975, II, p. 112). 70 Puyol 1934, 126; Torres Fontes 1944, p. 351; Ctedra 1989, 93, p. 192-193. 71 Los historiadores posteriores, como el autor de la Crnica de Enrique IV atribuida a Galndez de Carvajal (Torres Fontes 1946, p. 453), vocearn que ste fue tambin designio divino, con una sentencia del Libro de Job: Dios disipa los mandamientos de los malos, porque sus manos no puedan cumplir lo que desearon (Iob 5, 12). 72 Carrasco Manchado 2006, p. 387-388. 73 Kantorowicz 1957, p. 65-66, y p. 88-93. 74 Por gracia de Dios venida, | como quando fue perdida | nuestra vida | por culpa de una muger, | nos quiere Dios guarnecer | e rehacer | por aquel modo y medida | que llev nuestra cada. Mendoza 1968, p. 281.

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75 As como nuestro Seor quiso en este mundo nasciese la gloriosa Seora nuestra, porque della procediese el universal Redentor del linaje humano, as determin vos, seora, nascisedes para reformar e restaurar estos reinos, Prosistas 1959, p. 17; Carrasco Manchado 2006, p. 387. 76 Carretero Zamora 1988, p. 149. 77 Boase 1978, p. 11-112. 78 Maravall 1967, p. 181. 79 Para este asunto, vase Carrasco Manchado 2006, p. 138-140, y la referencia a Pulgar en p.139. 80 Carrasco Manchado 2006, p. 125-126. 81 Como concluye Carrasco Manchado al examinar la ceremonia segn el acta segoviana (2006,p. 103). 82 Nieto Soria 1993, p. 43. 83 Como sealada Carrasco Manchado 2006, p. 131-132, Pulgar materializar este principio del consenso general como una de las razones de los derechos de Isabel; nuevamente, aunque en el caso de Alcocer no de forma explcita, ste se adelanta en su discurso a los tpicos que sern moneda corriente muy poco despus. 84 Vase para una distincin ms drstica entre la primera categora de propaganda, ms asptica y ceremonial, y la segunda, ms polmica e incisiva, Carrasco Manchado 2006, 114 -115. 85 Carretero Zamora 1993, p. 73-74 (texto); comentarios en Carretero Zamora 1989, p. 44. 86 Carretero Zamora 1993, p. 76-77. 87 Vase el texto en Carretero Zamora 1992, p. 193; Carrasco Manchado 2006, p. 442, identifica la proposicin de inauguracin en el manuscrito de la Real Biblioteca, II-208. 88 Este ttulo es de mano distinta a la del texto, aunque pienso que de la misma poca. 89 Vase I Sam 8-9. 90 Act 13, 22 (Inveni David filium Iesse, virum secundum cor meum, qui faciet omnes voluntates meas). Este es el pasaje que cita, pero, en realidad, est en relacin con el de la profeca de Samuel a Sal despus del holocausto que ste ofreci sin esperarlo: Qsivit Dominus sibi virum iuxta cor suum: et prcepit ei Dominus ut esset dux super populum suum, eo quod non servaveris qu prcepit Dominus (I Sam 13, 14). 91 Os 13, 11 (Dabo tibi regem in furore meo et auferam in indignatione mea). 92 Cf. Is 10, 5.

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93 Referencia, como he sealado antes, al motto Christus vincit, Christus regnat, Christus imperat de las Laudes regi. 94 Se lee claramente deseable. 95 Graias interlineado. 96 Ps 117, 23 (Domino factum est istud et hoc mirabile in oculis nostris). 97 Despus de cosas aade y tacha q. 98 Lc 1, 49 (Quia fecit mihi magna qui potens est: et sanctum nomen eius). 99 Pespuntea sobre los atributos divinos de Dios como Rey, fundamentalmente a partir de los Salmos; por ejemplo, Ps 46, 3; 75, 12. 100 2 Cor, 3, 4 (Sufficientia nostra ex Deo est). 101 Despues de no, que est aadido corrigiendo, tacha va. 102 Sap 6, 7 (Exiguo patientur).

enim conceditur misericordia potentes autem potenter tormenta

103 Sap 6, 6 (Cito apparebit vobis quoniam iudicium durissimum in his qui praesunt fiet). 104 Lc 12, 48 (o).

Fuente : http://atalaya.revues.org/index576.html

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