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Propagacion-plantas Manzano Guayabo

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PROPAGACIÓN DE PLANTAS DE DURAZNO, CHABACANO Y MANZANO

Dr. Candelario Mondragón Jacobo M.C. Mario Rafael Fernández Montes

Investigadores del Programa de Nopal y Frutales del Campo Experimental Norte de Guanajuato­INIFAP

Dr. Salvador Pérez González Investigador del Programa de Frutales

del Campo Experimental Norte de Guanajuato­INIFAP hasta abril de 2000

INSTITUTO NACIONAL DE INVESTIGACIONES FORESTALES, AGRÍCOLAS Y PECUARIAS CENTRO DE INVESTIGACIÓN REGIONAL DEL CENTRO CAMPO

EXPERIMENTAL NORTE DE GUANAJUATO SAN LUIS DE LA PAZ, GTO., MEXICO FEBRERO 2001

C O N T E N I D O

INTRODUCCIÓN

PROPAGACIÓN COMERCIAL DE PORTAINJERTOS

Durazno Chabacano o albaricoque Manzano

PROPAGACIÓN POR SEMILLA DE DURAZNO Y CHABACANO

Origen y calidad de la semilla Desinfección de la semilla Estratificación de la semilla

En refrigerador A la intemperie

Preparación del sustrato para propagación Desinfección química Desinfección con vapor Desinfección con solarización

Siembra en el vivero

PROPAGACIÓN VEGETATIVA

Propagación de manzano por acodo y enraizamiento Injertación Tipos de injertos

Injerto de yema en "T" en durazno y chabacano Injerto inglés o de lengüeta en manzano Injerto de corona

Recomendaciones generales sobre enjertación Época de enjertación Selección y colecta de varetas

Transporte y almacenamiento de varetas Reducción de la deshídratación de las varetas Alineación de la yema con el portainjerto Contacto entre injerto y portainjerto. Otros cuidados

Causas comunes de falla del injerto

SISTEMA DE PRODUCCIÓN

MANEJO DE LAS PLANTAS EN EL VIVERO

Protección contra frío y vientos Prevención y control de enfermedades

Pudrición de semillas Cenicilla

CALENDARIO DE ACTIVIDADES PARA LA PROPAGACIÓN Y EL MANEJO DE PLANTAS EN EL VIVERO

Transporte de árboles del vivero

SUGERENCIAS PARA LA ADQUISICIÓN DE PLANTA

SECCIÓN DE FOTOGRAFIAS

INTRODUCCIÓN

En la región central de México existen microrregiones con potencial para la producción de durazno, chabacano, manzano y otros frutales de clima templado, favorecidas por la presencia de sierras que modifican los factores limitantes del clima; en estas microrregiones los efectos de las heladas se reducen con la pendiente de los terrenos. En el estado de Guanajuato estas condiciones se encuentran en las estribaciones de las Sierras de Guanajuato y de la Sierra Gorda. La utilización de variedades de bajos requerimientos de frío permite también la utilización de algunas áreas de riego en el estado.

Para el establecimiento con éxito de una huerta de frutales el factor más importante es la utilización de plantas sanas y vigorosas, lo cual va a garantizar la obtención de fruta de calidad, que es el requisito indispensable para asegurar el acceso a los canales de comercialización y la rentabilidad de las huertas. Este es el resultado del plantar una variedad con características del agrado del consumidor, en un sitio con potencial productivo agroclimático, a cuya plantación se le darán los cuidados necesarios para una buena producción.

Los dos aspectos fundamentales a considerar en el establecimiento de una huerta son el origen de la variedad y el vigor de la planta en vivero. En México es incipiente la certificación de variedades de frutales, por lo que se acostumbra confiar en el criterio del viverista respecto a la recomendación de variedades. Sin embargo, las nuevas variedades generadas por instituciones de enseñanza e investigación, como el INIFAP y el Colegio de Postgraduados, pretenden alcanzar en el mediano plazo estándares similares a los que existen en países desarrollados.

En el vivero es posible asegurar el vigor de la planta, el cual depende principalmente del portainjerto y de la capacidad técnica del viverista para la obtención de plantas sanas aptas para el establecimiento en campo. Esto consiste básicamente en prácticas adecuadas de fertilización, riegos, control sanitario, podas y manejo del sustrato.

La propagación de frutales es una actividad profesional de tiempo completo. Sin embargo, cualquier productor en pequeño, con interés y una capacitación mínima, puede emprenderla y satisfacer sus propias necesidades de planta. El conocimiento de la técnica del injerto complementa la capacitación mínima con que debe contar todo fruticultor. A través del injerto es posible la introducción de nuevas variedades sin tener que plantar más árboles, así como la recuperación de árboles dañados de la copa por diversos factores.

En esta publicación se abordan los temas más importantes sobre la propagación de plantas de durazno, chabacano y manzano, que incluyen por un lado la siembra de semillas y la propagación vegetativa para la producción de portainjertos y los cuidados que estas actividades implican. Y por el otro la técnica de injertación, con una explicación detallada del injerto de yema en 'T', comúnmente utilizado en los viveros para plantas de durazno y chabacano menores de un año; el injerto de lengüeta o inglés, utilizado extensivamente en la propagación de manzano; y el injerto de corona, utilizado para la renovación o rejuvenecimiento de la copa de árboles adultos de los tres frutales referidos. Se abordan además temas relacionados con los sistemas de producción de plantas y el manejo de las plantas en el vivero.

Para una mayor comprensión de la técnica de injertación, esta sección se apoya con una serie de ilustraciones elementales para el conocimiento y aprendizaje de la misma por cualquier fruticultor interesado.

PROPAGACIÓN COMERCIAL DE PORTAINJERTOS

Durazno

La producción de árboles francos de durazno se practica en los estados de Veracruz, Zacatecas y Michoacán, donde existen huertas comerciales de variedades criollas. Por sus condiciones climáticas, en el estado de Veracruz se produce planta para patrón a muy bajo precio, por lo que los viveristas lo prefieren. De manera empírica se han utilizado con éxito plantas adquiridas en Veracruz para patrones de huertas comerciales de los estados del centro de México. Las plantas patrón producidas en Zacatecas se utilizan en huertas de las regiones semiáridas de Querétaro, Guanajuato y Aguascalientes.

Sin embargo, para plantar pequeñas superficies de frutales es factible la producción de planta patrón o portainjertos a partir de la siembra de semilla de árboles criollos de la región, con buena carga de frutos y vigor sobresaliente. Se sugiere plantar las semillas el mismo año de cosechadas ya que con el almacenamiento se reduce el porcentaje de germinación de un año para otro.

Chabacano o Albaricoque

En la región centro del país existen muy pocas huertas comerciales de chabacano, generalmente plantadas con variedades criollas reproducidas por semilla, por lo que no existe la necesidad de portainjertos. Si se desea introducir nuevas variedades, para producir los portainjertos se sugiere seleccionar semilla de árboles aislados, vigorosos y con alta producción de fruta.

Manzano

El patrón o portainjerto es lo más importante para la producción del manzano, ya que influye directamente en el tamaño final del árbol, en la densidad de plantación, en la distancia de plantación, en la precocidad, en el sistema de conducción o manejo de copa, en la calidad del fruto, en la productividad, resistencia a plagas y enfermedades, en la tolerancia a daños por frío, en la adaptación al tipo de suelo, principalmente.

En México se utilizan tanto patrones francos propagados por semilla como por acodos, y ambos ofrecen ciertas ventajas. Desde su introducción por la extinta Comisión Nacional de Fruticultura, los patrones enanizantes y semienanizantes de la serie Mailing son utilizados por la mayoría de los viveristas en todo el país, cuya multiplicación se realiza por acodo de trinchera o de montículo.

En diversas regiones del país la multiplicación por semilla o por hijuelos de árboles rústicos es común entre los productores de manzana.

PROPAGACIÓN POR SEMILLA DE DURAZNO Y CHABACANO

Origen y calidad de la semilla

La semilla se extrae de frutos maduros, de preferencia colectados antes de que se desprendan y caigan del árbol. La fruta expuesta a la humedad o podrida en pilas de desechos de cosecha no se debe utilizar como semilla. Al extraer la semilla, ésta se lava y se pone a secar. En el caso del durazno y del chabacano las semillas se pueden extraer rompiendo cuidadosamente el hueso con tijeras de podar, pinzas o martillo para no causarles daños. Una vez extraídas se desechan aquellas que estén arrugadas o de color gris­pardo en el interior, ya que su germinación se reduce considerablemente.

Desinfección de la semilla

Las semillas se desinfectan en una solución que se prepara con un litro de agua hervida a la que se le agregan 100 ml de cioralex y una cucharada sopera de jabón de barra o detergente en polvo. Las semillas se sumergen en esta solución durante tres minutos, se sacan y se enjuagan dos veces con agua hervida fría, y posteriormente se ponen a remojar durante una hora en una solución preparada con 10 g de Captán/litro de agua (Figura 1).

Es muy importante la desinfección de la mesa de trabajo y de las manos de los operarios con alcohol farmacéutico, para reducir el riesgo de contaminación de las semillas.

Estratificación de la semilla

Para germinar, las semillas de durazno y chabacano requieren de un período de exposición al frío, denominado estratificación, el cual puede hacerse de dos maneras:

En refrigerador

Las semillas se mantienen en un refrigerador doméstico, a una temperatura entre 5 y 8 °C. Una vez desinfectadas las semillas se colocan sobre servilletas de papel humedecidas con una solución de Captán al 5%, dejando una separación aproximada de 1 cm entre ellas. Las servilletas con las semillas se introducen en bolsas limpias, de cualquier tamaño, de plástico transparente para observar el progreso de la germinación. La temperatura dentro del refrigerador favorece una germinación uniforme, la cual se inicia a partir de las seis o siete semanas, dependiendo de los requerimientos de frío de la variedad. Las semillas procedentes de lugares más fríos, como Zacatecas, pueden necesitar un período de frío más prolongado.

A la intemperie

En regiones donde el clima es más frío las bolsas con las semillas desinfectadas se colocan en cajas de plástico o madera con capacidad para unas 50­60 bolsas, las cuales se entierran en un lugar sombreado a principios de diciembre. Con esta técnica se satisfacen las necesidades de frío de la semilla. La germinación puede requerir de siete a 10 semanas.

Para estratificar semillas en grandes cantidades (más de 1000) se pueden usar charolas o cajas de plástico de 15­20 cm de profundidad. Las semillas se entierran en capas de 10 cm arena de río desinfectada, aserrín o tierra especial para germinación que se puede adquirir en comercios especializados en materiales de invernadero, la cual siempre debe estar húmeda; las charolas se

mantienen en refrigeración, a una temperatura entre 5 y 8°C. Para comprobar el progreso de la germinación es recomendable extraer muestras de semillas periódicamente.

Preparación del sustrato para propagación

La tierra o sustrato que se usa en las bolsas donde crecerán las plántulas de frutales debe de tener buen drenaje, contener los nutrientes indispensables para el desarrollo de la planta y permitir el crecimiento libre de las raíces. El sustrato se prepara con los recursos disponibles en la región donde se vaya a realizarla propagación.

Por citar un ejemplo, en Guanajuato se puede usar "tierra lama" que es de textura fina, limosa, y se encuentra en bancos a las orillas de los ríos; esta tierra se aligera agregándole arena y "tierra de hoja", en una proporción de ocho partes de tierra lama, una parte de arena y otra parte de tierra de hoja o estiércol bien descompuesto. Los componentes se ciernen para asegurar una mezcla uniforme y facilitar su manejo.

En lugar de tierra de hoja se pueden usar mezclas comerciales de sustrato utilizadas para la plantación de ornamentales en maceta, las cuales se venden en pacas y poseen mayor uniformidad (Sunshine # 3 y sus equivalentes). Estos productos dan buen resultado pero incrementan los costos.

Existen tres métodos de desinfección del sustrato que pueden ser utilizados por el productor de acuerdo a sus recursos: desinfección química, por medio de vapor y solarización.

Desinfección química

Bromuro de metilo. Este producto es el más efectivo para la desinfección de suelos porque elimina enfermedades, plagas del suelo e inactiva semillas de malas hierbas. Sin embargo, por su alta toxicidad y efectos en la contaminación del ambiente, se está retirando paulatinamente del mercado. Se utiliza una lata de bromuro de metilo (una libra) por cada 3 metros cúbicos de suelo. La forma de aplicación de

Figura 1. Desinfección y estratificación de la semilla

Figura 2. Desinfección del sustrato mediante bromuro de metilo, vapor y solarización

este producto se muestra en la Figura 2. La mezcla de suelo que se va a desinfectar se humedece y se cubre herméticamente con plástico, el cual debe permanecer sobre la mezcla de suelo durante tres días a partir del momento en que se perfora la lata con el gas. Después de este tiempo se remueve el plástico y se deja ventilar durante un d la antes de empezar a llenar las bolsas.

Busan 1020. Otro método para desinfectar la tierra consiste en aplicar el funguicida Busan 10­20 de amplio espectro, el cual destruye hongos del suelo que atacan preferentemente a la raíz de las plantas en crecimiento. El Busan 10­20 es un líquido emulsionable que se aplica en dosis de 300 mililitros diluidos en 200 litros de agua; la solución se aplica a la tierra contenida en las bolsas como agua de riego tres o cuatro días antes del trasplante.

Desinfección con vapor

En la Figura 2 se muestra el equipo necesario para desinfectar con vapor la mezcla de suelo. Este método proporciona resultados similares a la desinfección química.

Desinfección con solarización

Este es el método más barato para desinfectar el sustrato. Consiste en envolver y sellar cuidadosamente la mezcla de suelo de unos 10 cm de altura en una pieza de plástico de 3 m de ancho por 4 m de largo y exponerla al sol directo durante tres o cuatro semanas (Figura 2). Otra manera consiste en utilizar bolsas grandes de plástico negro. El inconveniente de este método es el tiempo que se requiere para destruir los patógenos.

Siembra en el vivero

Una vez que las semillas empiezan a germinar y antes de que la radícula exceda los 2 mm

de largo, deben sacarse de la bolsa de plástico con cuidado para evitar que se rompa, y sembrarlas con la raíz hacia abajo, enterrándolas de 1 a 2 cm de profundidad. La semilla se siembra en bolsas de polietileno negro de 20 x 30 cm, perforadas en la base para facilitar el drenaje.

También se pueden producir plantas directamente en el campo, para ser extraídas a raíz desnuda. Las semillas se siembran cada 10 cm a lo largo del surco, en surcos trazados a 1 m de separación. Inmediatamente después de la siembra se da un riego ligero. Dependiendo de la humedad del suelo y de la temperatura del lugar, los riegos siguientes se dan cada tres o cuatro días. Este método se utiliza en Zacatecas.

En cuanto las plántulas empiezan a emerger, aproximadamente a los 10­15 días, se deben proteger de la luz solar directa con una capa delgada de paja. A partir de este momento se sugiere regar tres veces por semana y fertilizar foliarmente cada mes con una solución preparada con 60 g de urea (foliar) a la que se le agregan 60 g de Captán en 100 litros de agua.

PROPAGACIÓN VEGETATIVA

Se refiere a la multiplicación de plantas a partir de partes de la misma planta, como la raíz o el tallo, a través de acodos y enraizamiento de estacas. Las nuevas plantas que se obtienen por este método tienen las mismas características de la planta madre.

Otra forma de propagación vegetativa es el injerto. En este caso el árbol frutal se compone por dos sectores o partes de la planta: la raíz, comúnmente llamada patrón o portainjerto, y la parte áerea, denominada injerto o variedad. En muchos casos ambos corresponden a variedades diferentes que unidas ofrecen mejores características de adaptación al suelo, al clima y al tipo de fruta que demanda el mercado.

Propagación de manzano por acodo y enraizamiento

Este método, también llamado acodo de trinchera, es utilizado comúmente para la multiplicación de patrones o portainjertos de manzano, los cuales son elegidos por su rusticidad, vigor y resistencia a plagas de la raíz como el pulgón lanígero. En este caso se aprovecha la capacidad de enraizamiento de las ramas de manzano al ponerlas en contacto con el suelo.

En el acodo de trinchera se promueve el crecimiento del patrón durante el verano, y antes de que termine esta estación las ramas de las plantas se doblan al ras del suelo y se cubren con tierra, de modo que sólo la parte final de las mismas salga a la superficie. Generalmente en la primavera del siguiente año los tallos enterrados empiezan a emitir brotes que ya tienen raíces propias a todo lo largo de la rama. En el invierno del mismo año se destapan y las nuevas plántulas desarrolladas de esta forma se cortan con tijeras y se extraen a raíz desnuda para su trasplante en bolsa o directamente al campo en el sitio definitivo (Figura 3 A, B, C y D).

También es factible utilizar los acodos de montículo, que consisten en aporcar tierra alrededor de las plantas adultas durante la primavera para favorecer el nacimiento de hijuelos con raíces propias, los cuales podrán "cosecharse" durante el siguiente invierno.

Las plantas obtenidas cada año por acodo de trinchera se injertan por el método inglés o de lengüeta cuando el tallo tenga 1 cm de diámetro o grosor.

Injertación

La injertación es un método de propagación de plantas que tiene las siguientes ventajas: permite obtener plantas con características idénticas a aquellas de donde fue tomada la yema o vareta; propagar plantas que son difíciles de reproducir por semilla; aprovechar las ventajas de ciertos portainjertos, como el vigor o la tolerancia a enfermedades de la raíz; cambiar de variedad en árboles ya establecidos; entrar más rápido a la etapa de producción. También se pueden lograr formas especiales de árboles (esta práctica se utiliza frecuentemente en ornamentales), y es posible recuperar o rejuvenecer árboles viejos dañados.

La injertación es un método de propagación que requiere conocimientos simples de algunos tejidos de las plantas y de su funcionamiento, así como de cierta habilidad manual del injertador que puede mejorar con la práctica.

El diámetro mínimo del tallo de una planta lista para recibir el injerto de yema es de 5­6 mm, aproximadamente del grosor de un lápiz, lo cual ocurre después de 14­18 semanas de plantadas, dependiendo de las condiciones climáticas y de suelo de la zona. El injerto se hace sólo en patrones o portainjertos que estén creciendo activamente. Las herramientas necesarias para injertar son navajas bien afiladas y cinta plástica de 8 a 12 mm de ancho.

Uno de los factores que más influye en el éxito del injerto es la compatibilidad entre la vareta o yema y el portainjerto. Para que haya compatibilidad, las plantas que se planea injertar deben estar relacionadas, es decir, que pertenezcan de preferencia a la misma familia y especie, para que el tipo de los tejidos del tallo sea parecido.

En los frutales de clima templado la familia de las rosáceas, a la que pertenecen la manzana, el durazno, el membrillo, el ciruelo, el chabacano y la pera, es la más importante. Sin embargo, aún dentro de la misma especie pueden presentarse diferentes niveles de aceptación o éxito del injerto. Entre más relacionadas estén las especies a injertar las probabilidades de éxito del injerto aumentan. En los frutales la práctica que se realiza con mayor frecuencia es la injertación de nuevas variedades sobre variedades criollas, que son las que comúnmente se utilizan como portainjertos por su mejor adaptación a la región y por su vigor. Tal es el caso de portainjertos de variedades criollas de durazno para injertar sobre ellas variedades mejoradas.

Existen casos de compatibilidad dentro y entre especies. Por ejemplo, es posible injertar durazno sobre durazno o sobre chabacano y viceversa; sin embargo, el vigor y la duración del árbol de chabacano sobre durazno es menor que si se usara un chabacano criollo como portainjerto. En el caso del injerto de chabacano o durazno sobre ciruelos asegura un mayor vigor de las plantas injertadas.

Tipos de injertos

Injerto de yema en "T" en durazno y chabacano

Para este tipo de injerto, en el lado sombreado de la planta patrón se realiza un corte en forma de "T" que es donde se va a insertar la yema, en el espacio entre un par de hojas (entrenudo). El corte vertical debe ser de aproximadamente 2.5 cm, a una altura de 10 cm del suelo. Con la parte sin filo de la navaja con mucho cuidado se abre la corteza y se inserta la yema, procurando que ésta quede alineada verticalmente con el tallo. Al colocar la yema en el lado sombreado del tallo se reduce la deshidratación de la misma y así se incrementan las posibilidades de éxito del injerto.

Después de insertar la yema se amarra perfectamente con la cinta de plástico para lograr un contacto estrecho entre ambas partes, dejando una pequeña abertura para que emerja la yema (Figura 4 A, B, C y D). Con la finalidad de inducir la brotación de la yema, el árbol se poda a 15­20 cm por encima del injerto.

A las dos o tres semanas después de realizado el injerto la yema empieza a crecer, es entonces cuando se corta el amarre para permitir el crecimiento normal. El portainjerto se debe despuntar cada 10 ó 15 días hasta dejar sólo 1 ó 2 cm, cuando éste alcance los 30 cm de altura. Es muy importante que no falte humedad a las plantas recién injertadas.

Injerto inglés o de lengüeta en manzano

Este tipo de injerto se practica comúnmente en el invierno, durante la época final del reposo de las plantas. Para efectuarlo se usa un portainjerto de 1 cm de diámetro aproximadamente, y de las plantas de la variedad de interés se seleccionan varetas del mismo diámetro. Se realizan cortes en diagonal tanto en el patrón como en la vareta, con una incisión transversal que facilitará la unión de ambas partes. Se unen y con la cinta de plástico se amarran fuertemente para evitar la entrada de aire (Figura 5 A, B, C y D). La parte superior de la púa se sella con cera de campeche y se eliminan todas las ramas laterales para favorecer la brotación de las yemas de la púa.

A las dos o tres semanas las yemas empiezan a brotar, por lo que es el momento de soltar el amarre para permitir el crecimiento del injerto. Durante este período es muy importante que no falte humedad. Las plantas están listas para su trasplante al lugar definitivo después de dos a tres meses.

Injerto de corona

Este tipo de injerto se utiliza para cambiar de variedad en plantas adultas en el invierno, durante la etapa del reposo, y es ampliamente usado en durazno, chabacano y manzano así como en otros frutales como aguacate.

Para el injerto de corona el tronco de la planta se corta transversalmente con un serrote, a 40­50 cm de altura. El corte se afina con una navaja para dejar la superficie lo más lisa posible. El número de púas depende del diámetro o grosor de tallo del árbol que se va a injertar. Por ejemplo, en tallos con menos de 10 cm de grosor se injertan dos púas; y si el tallo tiene más de 10 cm es posible injertar cuatro púas.

Para realizar el injerto se hacen cortes verticales de 5 a 10 cm en el tronco. Se insertan las púas de la variedad deseada y se realiza el amarre con la cinta de plástico y finalmente se sella con cera de campeche tanto en el patrón como en las varetas para evitar la deshidratación (Figura 6 A, B, C, D, E, F, G y H). A las dos o tres semanas los brotes empiezan a crecer, y es el momento de eliminar el amarre. Es muy importante el riego para favorecerel buen desarrollo del injerto.

Recomendaciones generales sobre injertación

Epoca de injertación

El injerto de yema en "T" se puede realizar en verano, o en invierno a "yema dormida". Una señal del crecimiento activo de las plantas es que la corteza del tallo se pueda "despegar", lo cual es requisito indispensable para la colocación de la yema y el prendimiento del injerto. En el caso de los injertos tipo inglés y de corona es recomendable efectuarlos en el invierno, antes de que inicie la brotación.

En la Figura 7 se pueden observar las varetas donadoras de yemas colectadas en verano, y las herramientas necesarias para realizar el injerto; y en la Figura 8 se pueden apreciar las varetas que se utilizan para el injerto de yema dormida y las varetas para el injerto de corona.

Selección y colecta de varetas

Las varetas donadoras de yemas se deben seleccionar de plantas sanas, con crecimiento vigoroso, que estén expuestas al sol. En durazno y chabacano estas varetas se encuentran en las ramas que crecieron durante la primavera,

las cuales son conocidas como "cargadores", ya que durante el siguiente ciclo de producción sus yemas darán lugar a flores y hojas. Las yemas deben estar completamente desarrolladas.

Las varetas para el injerto en verano se colectan después de la cosecha pero antes de que termine la estación de crecimiento. El momento de recolección varía con el cultivar, por lo que es necesario conocer las características de la variedad de interés. Por ejemplo, los cultivares de durazno de floración temprana, como Diamante y San Juan, desarrollan sus yemas antes que los de floración tardía. También es posible colectar varetas durante el invierno y realizar el injerto sobre árboles en reposo.

Transporte y almacenamiento de varetas

A las varetas colectadas en verano se les eliminan las hojas para reducir la transpiración y aumentar su duración. Estas se pueden transportar y almacenar envueltas en franela, papel estraza o periódico humedecido con una solución de 5 g de Captán/litro de agua, protegidas dentro de una bolsa de plástico.

Para prolongar su duración se colocan en el refrigerador a una temperatura de 5 a 8 °C. Las varetas pueden almacenarse hasta por una semana dependiendo de las condiciones de manejo. Una vez extraídas del refrigerador se sugiere no volverlas a refrigerar porque se deterioran más rápido.

Reducción de la deshidratación de las varetas

El corte de yemas de la vareta y la preparación del patrón se deben hacer lo más rápido posible, para evitar la deshidratación de la yema o del patrón. La deshidratación antes y después de realizado el injerto es la causa más frecuente de fallas en el prendimiento del mismo.

Alineación de la yema con el portainjerto

El tejido de la planta fundamental en la práctica del injerto es el cambium, el cual está presente entre la corteza y la madera en el tallo y ramas. El cambium es muy delgado, suave, de color blanquecino, y es el responsable de generar nuevas células que formarán el "puente" entre el injerto y el portainjerto. Al momento de injertar se procura alinear el cambium del injerto con el cambium del portainjerto de manera que queden en la misma dirección. La alineación adecuada depende básicamente de la habilidad del injertadar.

Contacto entre injerto y portainjerto

El contacto estrecho entre el cambium de la yema y del portainjerto es el que va a favorecer la formación de tejido nuevo. Al poner en contacto a ambas partes es muy importante hacer un buen amarre con la cinta de plástico para evitar la formación de bolsas de aire.

Otros cuidados

En plantas recién injertadas se debe poner especial cuidado en cuanto a los riegos. La frecuencia de los riegos depende de las condiciones de clima del lugar y de la capacidad de retención de agua del suelo o del sustrato utilizado.

Otro aspecto muy importante al realizar el injerto es el sellado de la unión patrón­injerto con cera de campeche, con el propósito de evitar la entrada de aire.

En zonas muy calientes se sugiere el uso de malla plástica para proporcionar media sombra a las plantas recién injertadas.

Causas comunes de falla del injerto

Las fallas más comunes de la injertación atribuibles a la técnica son las siguientes: Protección deficiente de las varetas contra la deshidratación, mala colocación de la cinta de plástico al realizar el amarre y falta de protección con cera o colocación tardía de la misma. Cortes imperfectos de la yema, de la vareta o del patrón, que impiden el contacto estrecho entre las dos partes.

Uso de yema o vareta deshidratada. Este problema es común cuando se transporta material de huertos lejanos al lugar donde se va a realizar la injertación. "Estrangulamiento" de la yema. Este problema ocurre al remover la cinta demasiado tarde, o por exceso de presión sobre el injerto al momento del amarre. En el caso del injerto de corona es común que las abejas retiren la cera, lo que provoca la deshidratación del injerto; por esta razón es necesario inspeccionar frecuentemente los injertos y reponer la cera perdida en caso necesario.

SISTEMA DE PRODUCCIÓN

La producción de plantas de frutales de clima templado se realiza bajo dos sistemas: en bolsa o a raíz desnuda.

El primero se utiliza al planear el trasplante durante la primavera y el verano, cuando las plantas están creciendo activamente y por tanto requieren de suelo alrededor de las raíces. El segundo se utiliza exclusivamente cuando se planea realizar el trasplante en invierno, época en que las plantas están en reposo y es factible extraerlas sin suelo, a raíz desnuda. Este es el método más utilizado en diversas partes del mundo para la producción de grandes cantidades de plantas. Bajo este sistema es muy importante cubrir las raíces con aserrín o paja húmeda desde su extracción, durante su transporte o almacenamiento temporal, hasta su plantación en el sitio definitivo.

El primer método implica una mayor inversión al requerir bolsas, el trasplante al lugar definitivo y riegos.

MANEJO DE LAS PLANTAS EN EL VIVERO

Las labores más comunes de manejo de las plantas en el vivero son las siguientes: riegos, fertilización y deshierbes. Las plantas de chabacano desarrollan lentamente, ramifican más pero con poco vigor, por lo que es necesario colocar tutores mientras el tallo mejora su resistencia. La eliminación de hierbas debe ser constante, ya que éstas compiten con el árbol y retrasan el crecimiento. El riego debe ajustarse a las necesidades de la planta mientras permanecen en las bolsas.

Protección contra frío y vientos

En las regiones de clima templado se presentan heladas y vientos fuertes durante el invierno, y el riesgo de heladas se prolonga hasta la segunda quincena de marzo. Por esta razón es muy importante seleccionar adecuadamente el sitio para establecer el vivero. De preferencia debe ser un terreno con pendiente para evitar el estancamiento del aire frío, y es conveniente protegerlo con barreras rompevientos, ya que un viento fuerte daña las plantas jóvenes y afecta el crecimiento de las mismas. Una opción para proteger las plántulas de las heladas son los invernaderos rústicos de plástico, sin equipo de calefacción, los cuales proporcionan hasta 3°C arriba de la temperatura del exterior.

Prevención y control de enfermedades

Pudrición de semillas

Durante la estratificación las semillas pueden ser atacadas por un complejo de hongos que causan pudriciones. Supresencia se puede atribuir a semillas dañadas durante la extracción que contaminan a otras, y a una desinfección deficiente o falta de control de la temperatura durante la estratificación. Para prevenir pudriciones se sugiere extremar precauciones al momento de extraer las almendras para no dañarlas, efectuar la desinfección en un ambiente lo más limpio posible, e inspeccionar constantemente la temperatura de estratificación.

Cenicilla

Independientemente del lugar de procedencia de la semilla, casi todas las plantas criollas de durazno son susceptibles en menor o mayor grado a cenicilla. La presencia de cenicilla se identifica por un polvillo blanco en las hojas y ramas jóvenes en los meses más calientes, en ambientes húmedos, condiciones típicas en los viveros. El control de la cenicilla se logra con aplicaciones alternadas de azufre humectable en dosis de 1 L en 100 L de agua, y con Saprol en dosis de 1.5 L disueltos en 200 L de agua. La primera aplicación se hace de manera preventiva 10­15 días después del trasplante.

CALENDARIO DE ACTIVIDADES PARA LA PROPAGACIÓN Y EL MANEJO DE PLANTAS EN EL VIVERO

En el siguiente cuadro se presenta el calendario de actividades durante un año para la propagación de plantas de frutales:

ACTIVIDAD M ES E S E F M A M J J A S O N D

Obtención de semillas X X X X X Estratificación X X X Siembra de semillas X X X X Trasplante a bolsas X X X Obtención de patrones X X X Inserto de yema X X X X X Inserto de lengüeta Inierto de corona X Control sanitario X X X X X X X X X X Riegos X X X X X X X X X Fertilización X X

Transporte de árboles del vivero

Durante el transporte de árboles del vivero al lugar donde se va a establecer la huerta se deben proteger del viento y del sol, sobre todo en trayectos largos, a fin de evitar su deshidratación y deterioro. Una vez en el campo es muy importante plantar y regar lo más pronto posible para asegurar el rápido establecimiento de las plantas.

SUGERENCIAS PARA LA ADQUISICIÓN DE PLANTA

Si se opta por la compra de planta de un vivero comercial en vez de propagarla, se sugiere tomar en cuenta la siguiente información:

a) Planear el establecimiento de la huerta al menos con un año de anticipación. Durante este período se deben investigar particularidades del cultivo, las variedades disponibles y la demanda de fruta en el mercado.

b) Conocer viveros de prestigio, con presencia continua en el mercado y con amplio conocimiento de las variedades y de las técnicas de propagación.

c) Visitar el vivero antes de comprar los árboles, de preferencia durante la época de cosecha con el propósito de observar la uniformidad y sanidad de las plantas. Los viveristas serios cuentan con huertas selectas o muestras de los árboles de donde obtienen material de propagación. En esta etapa se deben comprobar la calidad y sanidad de las variedades a adquirir. Un bajo precio de planta en vivero generalmente denota poca calidad.

d) Seleccionar árboles sanos, vigorosos, de tamaño uniforme y con el injerto bien adherido y desarrollado.

e) Evitar la compra de árboles viejos o rezagados en el vivero, ya que su establecimiento es más lento y su vida productiva más corta. Estos árboles por lo general son más baratos.

Si requiere información adicional a la contenida en esta publicación escriba, llame o acuda a la siguiente dirección:

CAMPO EXPERIMENTAL NORTE DE GUANAJUATO KM 67 CARR. QUERETARO­SAN LUIS POTOSÍ

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Esta publicación se terminó de imprimir en los talleres gráficos de Diseño e Impresos del Bajío en Febrero de 2001. Su tiraje constó de 1000 ejemplares más sobrantes para su reposición.