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PROPUESTA PEDAGÓGICA PARA EL CURSO ECDF
INCORPORACIÓN DEL PEI Y EDUCACIÓN INCLUSIVA EN LA PRÁCTICA
PEDAGÓGICA DE LOS ESTUDIANTES DE 11 JORNADA TARDE DEL
COLEGIO USAQUÉN
Por: Raúl Alfonso Díaz Gutiérrez
Licenciado en Física
A: Luz Dary González Villate
Universidad de San Buenaventura—Bogotá
Facultad de Educación
Curso docente ‘evaluación con carácter diagnóstico formativa—ECDF’
Formulación del proyecto
Bogotá, D.C. 13 de mayo de 2017
7. MARCO TEORICO Teniendo en cuenta los resultados mínimos de la ECDF y las categorías de investigación el
marco teórico se centrará en el PEI (proyecto educativo institucional) específicamente en los
principios y fines del PEI institucional y en la educación inclusiva particularmente en la
diversidad cultural con el propósito de incorporar los propósitos y principios del PEI,
atendiendo a una educación inclusiva en los estudiantes de 11° del IED Usaquén.
7.1. PEI—Proyecto educativo institucional
La educación es un derecho contemplado en diferentes instancias y por diversos
organismos sociales que surge de la necesidad de garantizar la formación académica y
axiológica de los niños y los jóvenes, que continua en la edad adulta. La educación
representa, entonces, un pilar fundamental de la sociedad actual puesto que en ella se
imparten los conocimientos y los valores pertinentes y básicos de la sociedad. Ahora bien, la
sociedad del siglo XXI es considerada como la sociedad del conocimiento (Bells 1976; Roel,
1998; Giner, 2004), en la cual, el conocimiento es la base fundamental de los procesos de
trabajo, de progreso y de sostenibilidad de una sociedad actual, la cual surge a partir de la
investigación. Por lo tanto, la educación representa no solamente un principio y un fin sino
también una estructura social que construye tal conocimiento a partir de sus procesos de
investigación, aprendizaje y formación mediante sus redes de estudios, comunidades
académicas y centros de investigación; denominada escuela.
En este sentido la educación se halla supeditada por factores epistemológicos de la
pedagogía y la ciencia, aunque regulada por factores sociales, económicos y políticos de
orden local o global. Así, en Colombia, la educación responde las necesidades de cada región
o localidad en el marco de los derechos humanos, civiles, y constitucionales dispuestos por
organizaciones mundiales o locales. En consecuencia, las instituciones educativas no se
pueden considerar como actores pasivos y neutros replicadores de modelos y saberes, por el
contrario, han de ser consideradas como generadoras de conocimiento. En este caso los
colegios propenden por convertir a sus estudiantes en sujetos sociales de saber, atentos a las
herramientas existentes actuales, tanto de producción como de análisis del conocimiento para
afrontar en forma adecuada las exigencias de la era del conocimiento. Por consiguiente, el
PEI (proyecto educativo institucional) en Colombia obedece a las necesidades y
compromisos de la Institución Educativa Usaquén teniendo en cuenta las leyes, programas y
convenios del Ministerio de Educación Nacional de Colombia.
De tal manera un PEI de acuerdo a la ley general de educación 115 de 1994 se define
como la carta de navegación de las escuelas y colegios, en donde se especifican entre otros
aspectos los principios y fines del establecimiento, los recursos docentes y didácticos
disponibles y necesarios, la estrategia pedagógica, el reglamento para docentes y estudiantes
y el sistema de gestión. (Ministerio de Educación Nacional, 1994)
Por lo tanto, la elaboración del Proyecto Educativo representa una carta de navegación
que ha de renovarse cada cierto tiempo ante los factores y condiciones de la comunidad en al
cual está sujeto de manera que el proyecto pueda alcanzar sus metas con pertinencia,
eficiencia, cobertura y calidad a la hora de resolver las necesidades y las expectativas
educativas de la comunidad institucional y de la sociedad. Si bien es cierto que el PEI se
construye por parte de la comunidad educativa, un actor primordial en dinamización de dicho
proyecto es el docente, puesto que él es quien incorpora los principios y fines en la práctica
pedagógica, en el curriculum, en la evaluación, en los contenidos, en la formación.
En términos universales un PEI ha de contemplar un individuo con capacidad
reflexiva, analítica y propositiva bajo principios de una sociedad del conocimiento, capaces
de desenvolverse con criterio y autonomía en las diferentes esferas de la sociedad conscientes
de su responsabilidad como gestores renovación e innovación social desde su participación
ciudadana, laboral, familiar, académica, social, etc.
Además, un PEI busca lograr la formación integral de los sujetos que requiere:
inicialmente una articulación con las políticas educativas del país, de los organismos
internacionales y de los derechos universales; con el fin de orientar los principios y fines de
la Institución de acuerdo a sus necesidades en el marco de los requerimientos educativos
nacionales, departamentales y locales, bien se asevera en la ley 115 general de educación "el
P.E.I. es un instrumento que explicita y comunica una propuesta integral para dirigir y
orientar de modo coherente e integrado, los procesos de intervención educativa que se
desarrollan en una Institución educativa” (MEN, 1996).
En consecuencia, un PEI es un proyecto administrativo de carácter educativo que ha
de sustentarse en una misión, una visión y unos principios consensuados, los cuales surgen
de las necesidades y condiciones en la cual inmersa la institución educativa. Igualmente, de
acuerdo a la ECDF un PEI ha de articular los principios y fines del colegio en la práctica
pedagógica por parte de los docentes, ser coherente con las necesidades y condiciones,
propiciar sentido de pertenencia, orientar la construcción del curriculum, determinar el perfil
de los estudiantes de la comunidad educativa; que en la dinámica de una sociedad del
conocimiento ha de promover competencias reflexivas y propositivas en relación con su
contexto local tras la intención de posibilitar una sociedad que promueva la autonomía, la
tolerancia y la pluriculturalidad.
El PEI ha de considerarse un proyecto de carácter administrativo dado que se basa en
fundamentos teóricos como la planificación, la ejecución y la evaluación, componentes que
son necesarios para el desarrollo de una propuesta educativa con un tiempo de renovación de
cinco años para medir y ajustar sus objetivos educativos según factores de la comunidad
escolar. Por consiguiente, lo busca un PEI es formular los fines, determinar los principios,
posibilitar la autonomía, delinear un curriculum, proponer un enfoque pedagógico, propiciar
espacios de participación, consolidar una educación inclusiva, formar estudiantes autónomos
y propositivos.
Por demás, un PEI comprende aspectos educativos respecto a cuestiones pedagógicas;
aspectos administrativos en cuanto a cuestiones financieras, operativas y jurídica; y aspectos
institucionales frente a la visión, misión y fines. Aspectos que trazan el perfil institucional y
su quehacer cotidiano, los cuales se ratifican en el artículo 14 del decreto 1860 de 1994 al
decir que toda institución educativa debe elaborar y poner en práctica con la participación de
la comunidad educativa, un proyecto educativo institucional que exprese la forma como se
ha decidido alcanzar los fines de la educación definidos por la ley, teniendo en cuenta las
condiciones sociales, económicas y culturales de su medio. (MEN, 1994)
7.2. PRINCIPIOS Y FINES
Ahora bien, de acuerdo al PEI del colegio Usaquén se formula su proyecto educativo como
“IMPACTO DE LOS SABERES BÁSICOS Y LA CONVIVENCIA, EN LA FORMACIÓN
DEL CIUDADANO". Siendo su misión y visión respectivamente como reza a continuación:
Misión EL Colegio Usaquén es de carácter oficial formal, de grado preescolar a once, en
modalidad académica, para niños y jóvenes en edad escolar; promueve la sana con vivencia
y la construcción del conocimiento científico y tecnológico, para mejorar calidad de vida
personal y social. Visión Ser la institución educativa líder de Colombia en la formación de
personas íntegras y productivas. Como complemento de las áreas en el plan de estudios, se
desarrollan las cátedras y los proyectos pedagógicos que enriquecen el desarrollo de la
comprensión en los estudiantes. Es así como la Ley de Juventud, Cívica y Urbanidad,
Estudios Afro colombianos, Derechos Humanos y constitución política se desarrolla en el
área de Ciencias Sociales; la formación para el emprendimiento se desarrolla en el Área de
Tecnología e Informática con el acompañamiento de la Fundación Colombia Emprendedora.
La prevención al porte y consumo de estupefacientes y sustancias psicoactivas y el Servicio
Social Obligatorio están incluidos dentro del Proyecto de Vida que desarrolla el equipo de
Bienestar Estudiantil. Además, el proyecto fronteras.
Por lo tanto, el PEI del colegio Usaquén atiende las demandas locales, nacionales e
internacionales al buscar desarrollar y fortalecer en los estudiantes la convivencia
democrática, lograr la excelencia en la calidad educativa, ser productivos en la cotidianidad
para su crecimiento personal con derechos, saberes, valores, criterios y competencias
(cognitivas y productivas) pertinentes para hacer parte de una sociedad del conocimiento de
manera democrática participativa y productiva.
En suma, se puede decir que le PEI del colegio Usaquén acata los parámetros legales,
las exigencias administrativas, las expectativas sociales y los requerimientos pedagógicos
para su realización en cuanto se enmarca en los derechos humanos, la ley 115 general de
educación, la sociedad del conocimiento, la democracia, y las condiciones y necesidades de
la comunidad educativa.
7.3. EDUCACIÓN INCLUSIVA
La noción de educación inclusiva surge a partir de la propia sociedad reclamando sus
derechos a la igualdad, la tolerancia o la participación necesarios para su desarrollo como
personas, ciudadanos e individuos de una sociedad del conocimiento cada vez más exigente.
Esta noción se contempla, entonces, en documentos de la Unesco, gobiernos y repúblicas
democráticas en el mundo para garantizar los derechos humanos a todos sus habitantes sin
distinguir sus particularidades culturales, sociales o fisiológicas. Noción que ha sido debatida
por autores como María Cardona (2006), Carmen Solla (2013) la Unesco (2001), el gobierno
de España (2012), el gobierno de Colombia (1991) y Ministerio de Educación Nacional
(2017)
El estado Colombiano en su Constitución Política de 1991 en su artículo 13 menciona:
Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y
trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades
sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar,
lengua, religión, opinión política o filosófica. El Estado promoverá las condiciones
para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas en favor de grupos
discriminados o marginados. El Estado protegerá especialmente a aquellas personas
que por su condición económica, física o mental, se encuentren en circunstancia de
debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan.
(Senado de la República de Colombia, 1991, p. 33)
Si bien, el estado Colombiano busca ser garante de la diferencia de ideología,
situación, creencia, condición u origen estipulado en la constitución de 1991; el Ministerio
de Educación Nacional hasta el año 2015 no ha divulgado de manera explícita sus políticas
de inclusión denominada ‘educación inclusiva’, hallándose en sus primeros pasos como se
expone en el documento ‘Enfoque de educación inclusiva en la actualización pedagógica de
los educadores’ de marzo de 2017, en el cual se define claramente así
La educación inclusiva es un proceso permanente que reconoce, valora y responde a
la diversidad de características, necesidades, intereses, posibilidades y expectativas
de todos […] a través de prácticas políticas y culturas que eliminan barreras para el
aprendizaje y la participación…(Mineducación, 2017, p. 5)
En tanto la Unesco en su documento ‘Vencer la exclusión a través de aproximaciones
inclusivas en la educación: Un reto y una visión’ (2003) considera la inclusión educativa
como un principio al definir la inclusión como
el proceso de identificar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los
estudiantes a través de la mayor participación en el aprendizaje, las culturas y las
comunidades, y reduciendo la exclusión en la educación. Involucra cambios y
modificaciones en contenidos, aproximaciones, estructuras y estrategias, con una
visión común que incluye a todos los niño/as del rango de edad apropiado y la
convicción de que es la responsabilidad del sistema regular, educar a todos los niño/as
(p.2)
De tal manera, es importante no sólo impulsar políticas de inclusión, sino garantizar
que éstas sean efectivas, ya que suele suceder que existen leyes pero no están al alcance de
las familias, como tampoco se visibilizan en la comunidad educativa al observar que algunos
estudiantes no están escolarizados o se encuentran aislados en los hogares, lo cual no
posibilita que sean ciudadanos productivos y menos de una sociedad del conocimiento.
Por su parte Cardona (2006) define la educación inclusiva como una necesidad de
transformación del aula, que debe iniciar en reformas educativas en pro de garantizar la
oportunidad de participación de todos los estudiantes independientemente de su índole
cultural, fisiológica, o cognitiva, en la cual el docente ha de contemplar y desarrollar los
espacios y criterios necesarios para la participación del estudiante desde sus necesidades y
perspectivas socio—culturales consumada en una postura propositiva por parte del docente
quien propiciar y consolidar una participación pluricultural ha reconociendo el valor de la
diferencia individual y de grupo de sus estudiantes.
La dificultad persistente de una educación inclusiva según Cardona (2006) consiste
en no percibir las diferencias de los demás de una manera acertada, existe un imaginario de
la sociedad con respecto a esas diferencias, del cómo se entienden y de las actitudes que se
desprenden de la comprensión de éstas. De acuerdo a esto, la clave de romper con la brecha
social dada por diferencias tanto físicas como culturales, genéticas o de contexto etc. está en
la inclusión más no en la segregación.
Por consiguiente es necesario diseñar prácticas inclusivas en el aula, que generen la
participación de todos estudiantes quienes deben ser actores activos en su proceso educativo,
es importante emplear un diálogo pedagógico que tenga en cuenta a todos y cada uno de los
estudiantes, que no discrimine a ningún ya sea por sus diferencias individuales o grupales.
Las diferencias existentes en el aula no debe ser un impedimento para garantizar la
participación de los estudiantes, sino una oportunidad de reconocimiento del otro desde el
estudiante como un ser complejo, lleno de particularidades desde su manera de sentir y
expresarse, y no como un colectivo homogéneo o uniforme.
Sin embargo, surgen posturas críticas acerca del término integración, ya que con el
simple hecho de unir grupos con diferencias, no se garantiza que las personas sean valoradas
por lo que son y no por ser diferentes, debido a este desconcierto, nace el término de
inclusión, en donde se debe dar esta valoración del ser, como también la aceptación de que
hubo una exclusión y se llegó a una superación de ésta. Es por esto que el ámbito educativo
es clave en el proceso de inclusión.
El docente en este caso debe entender a los estudiantes desde una postura de
reconocimiento del otro para apreciar sus particularidades, respetar sus diferencias y dar una
mirada constructiva a dicha diversidad para así transformar el aula en un espacio de
convivencia pluricultural en el cual se garanticen los derechos, tendientes a la participación
y la tolerancia; el no sólo ser iguales como una situación natural y no una situación
antinatural.
7.3.1. DIVERSIDAD CULTURAL
Según el Ministerio de Cultura de Colombia
la diversidad cultural es una característica esencial de la humanidad y un factor clave
de su desarrollo. Colombia es un país reconocido por su compleja y rica diversidad
cultural que se expresa en una gran pluralidad de identidades y de expresiones
culturales de los pueblos y comunidades que forman la nación. (Mincultura, 2010)
Así mismo la Unesco en su documento ‘Declaración universal sobre de la diversidad
cultural’ del 2001 define la diversidad cultural como:
La cultura adquiere formas diversas a través del tiempo y del espacio. Esta diversidad
se manifiesta en la originalidad y la pluralidad de las identidades que caracterizan los
grupos y las sociedades que componen la humanidad. Fuente de intercambios, de
innovación y de creatividad, la diversidad cultural es, para el género humano, tan
necesaria como la diversidad biológica para los organismos vivos. En este sentido,
constituye el patrimonio común de la humanidad y debe ser reconocida y consolidada
en beneficio de las generaciones presentes y futuras. (p.4)
La diversidad debe ser vista como un valor, como una característica positiva de la
sociedad. El autor también expone varios conceptos que al desarrollarlos dan como resultado
el concepto de inclusión, entre ellos se encuentran el de sectorización, -que está unido al
concepto de normalización el cual hace referencia a las condiciones y oportunidades que se
le deben brindar a una persona, más no un rasgo de la persona en sí-, que se define por
mantener a la comunidad en su entorno y allí mismo brindarle todos los servicios que
necesite, sin dejar de lado la integración en el medio social, concepto que se refiere a integrar
a las personas con necesidades bien sea educativas, físicas etc. en la sociedad, no segregarlos
ni individualmente, ni tampoco grupalmente, ya que si un colectivo en situación de
discapacidad se interrelaciona con personas en situación de discapacidad o se aísla, no tendrá
la oportunidad de convivir en la sociedad. Para que esto se dé, se deben garantizar a todas las
personas: igualdad de derechos, obligaciones y oportunidades.
Ahora bien, hablando de diversidad, según Ministerio de Educación, Cultura y
Deporte de España (2012) se debe entender como un contraste entre un grupo de personas y
un colectivo en relación a un sinnúmero de características, entre las cuales se pueden
encontrar las genéticas, físicas, culturales, etc. este contraste hace a estos dos grupos de
personas diferentes entre sí, mas no desiguales. Según el autor, la diversidad se manifiesta en
las conductas y en el pensamiento del ser humano, las cuales pueden transformarse a través
de la vida y pueden cambiar de acuerdo a las situaciones.
Según Cardona (2006) y Solla (2013) existen dos grupos de diferencias, las
individuales y las grupales, en la primera se encuentra: la capacidad cognoscitiva general,
estilos cognoscitivos y estilos de aprendizaje, rendimiento académico y personalidad; en la
segunda se pueden encontrar diferencias en la cultura como: clase social, étnica y racial, de
género y lingüística.
De tal manera, la diversidad cultural se entiende como un principio de participación
de toda persona indistintamente de sus particularidades individuales y grupales a razón que
esas particularidades representan sus rasgos culturales que lo definen como persona y ser
social en un mundo globalizado, rasgos culturales los cuales habrá de no solo salvaguardar
sino también de propiciar sus manifestaciones e interacciones sociales da do que representan
el desarrollo de la personalidad en términos de dignidad y respeto. Por lo tanto, atender la
diversidad cultural en el aula de clase representa el primer y básico aspecto para el
crecimiento personal y desarrollo de las habilidades cognitivas, sociológicas, fisiológicas,
laborales y ciudadanas de los estudiantes, más aun, cunado un salón de clase representa un
espacio de convivencia y expresión cultural. Bien lo expone la Unesco (2001) en el artículo
3 de su documento sobre diversidad cultural al considerarla como factor de desarrollo
La diversidad cultural amplía las posibilidades de elección que se brindan a todos; es
una de las fuentes del desarrollo, entendido no solamente en términos de crecimiento
económico, sino también como medio de acceso a una existencia intelectual, afectiva,
moral y espiritual satisfactorio. (p.4)
En este sentido la cantidad de diferencias y particularidades que puede poseer o
proyectar un grupo de estudiantes no representa una barrera sino una oportunidad, al
develarse que ese sinnúmero de diferencias traza la posibilidad de construir espacios de
interacción cultural llena de matices, posturas y acuerdos. Diversidad cultural que
representan un ambiente de aula propicio para llevar cabo experiencias enriquecedoras de
aprendizaje, la cual promete ser germinación de desarrollo y sostenibilidad sociológica,
psicológica, axiológica y espiritual de una sociedad.
Por consiguiente, la educación inclusiva y diversidad cultural representa una
subcategoría en la cual se expresan derechos humanos, principio de participación y acuerdos
de convivencia susceptibles de estudio e interpretación para la presente propuesta
pedagógica, más aun al sopesar que la Unesco (2001) considera la diversidad cultural como
patrimonio de la humanidad.
8. EL PAPEL DEL DOCENTE (ANALITICA DEL PROYECTO) Atendiendo a los resultados de la EDCF se señala que el docente ha de mejorar varios
aspectos de su desempeño pedagógico con el propósito de hacer una introspección reflexiva
sobre su práctica pedagógica, que, en este caso, son: Contexto de la práctica educativa y
pedagógica del docente, y Reflexión y planeación de la práctica educativa y pedagógica. En
este sentido, se subraya que el docente debe, no solamente conocer los fundamentos
pedagógicos (enfoques), sociológicos (pertinencia social) y políticos (leyes y derechos), y
denominación del PEI (principios y fines), sino también, ha de apropiarse y evidenciar de
manera explícita su conocimiento del PEI de la institución donde labora, ya que dicho PEI
se construye a partir y con la comunidad educativa, el cual requiere ser reflejado en sus clases.
De tal manera, de acuerdo con la delimitación y definición del PEI a partir de las
necesidades de una comunidad educativa, bien sean locales o universales, han de ser
asumidos por parte del docente en la práctica pedagógica puesto que ha de revertir las
barreras socio—económicas y culturales de sus estudiantes atendiendo los principios y fines
del PEI de forma coherente en la clase, y fuera de ella; comunicándose de forma propicia con
sus estudiantes.
Así, uno de los criterios a mejorar como docente consiste en canalizar disposiciones
institucionales y necesidades educativas teniendo presente condiciones sociales de la
comunidad e individuales de los estudiantes, a través del saber disciplinar y pedagógico, a
fin de superar la dificultad marcada por la EDCF consistente en desconocer el contexto de la
práctica educativa y pedagógica del docente, y no articular los objetivos principios del PEI
con la clase; la cual se puede cumplir considerando la inclusión educativa, justificada
detalladamente más adelante, porque fomenta los valores pertinentes para el crecimiento
personal.
En este sentido, el papel del docente se orienta hacia el desarrollo de valores
personales y colectivos de competencias ciudadanas, las competencias comunicativas y las
competencias laborales en función de sus principios y fines del Usaquén, que corresponden
a desarrollar una fundamentación y un fortalecimiento de la convivencia, la excelencia
académica y ser productivos; principios éticos y competencias que responden al perfil social
del PEI del colegio.
En consecuencia, incorporar de forma evidente el PEI en nuestras clases representa
evidenciar ante la comunidad educativa un proceso educativo coherente con sus necesidades
porque el PEI está formulado a partir de las carencias educativas, las cuales requieren ser
previstas, desarrolladas y evaluadas en las clases. De tal manera, este ejercicio de reflexión
como docente posibilita transformar nuestra práctica pedagógica conforme a los principios y
fines de PEI del colegio, consideraciones pedagógicas y legales que se deben incorporar en
las clases, ya que continuar con nuestro error pedagógico sobre el PEI impide desarrollar
apropiadamente valores, competencias, criterios y actitudes de los estudiantes. Así, tras una
reflexión de los principios y fines del PEI se requiere precisar y adoptar medidas pedagógicas
transformadoras que respondan mejor a las necesidades de comunidad educativa.
El hecho de incorporar los principios y fines demandan al docente una modificación
de su curriculum disciplinar y adecuarlo a las exigencias de institución y particularidades del
estudiante que tiene por objeto articularlo, evidenciarlo y explicitarlo de manera coherente
para que su labor pedagógica cumpla con las necesidades educativas de la comunidad escolar
y no se perciban como aislados o incoherentes. Es decir, es el docente quien ha de ajustar su
estrategia y criterios de clase de acuerdo las carencias, contenidos, disposiciones y dinámicas
de la comunidad educativa.
Ahora bien, al atender las distintas instancias de los estudiantes con sus
particularidades favorables y no tan favorables se está en el compromiso de hacer cambios
de la práctica pedagógica que generen espacios de aprendizaje diversos. Cambios que
incluyan procesos y criterios educativos ajustables a las situaciones, condiciones o
necesidades particulares para facilitar el aprendizaje de los estudiantes de una manera
diferenciada pero no excluyente ni vergonzosa. Por esta razón, es importante atender las
diferencias culturales y sociales de los estudiantes dado que responden a la inclusión
educativa, la cual enriquece los valores, la cultura, el crecimiento personal y las competencias
sociales de éstos.
Esta reflexión se enmarca dentro de las nociones y posturas de la educación inclusiva
que surge a partir de garantizar el derecho a la educación a todas las personas, bien lo define
el Ministerio de Educación Nacional en el documento ‘Enfoque de la educación inclusiva en
la actualización pedagógica de los educadores’: “es un proceso permanente que reconoce,
valora y responde de manera pertinente a la diversidad de características, necesidades,
intereses, posibilidades y expectativas de todos los niños, adolescentes y adultos”
(Mineducación, p. 4, 2017), más aún, cuando uno de los pilares de la constitución política de
Colombia (1991) se considera que somos un país con una gran pluralidad de identidades y
rica en diversidad cultural.
De tal manera, la Educación Inclusiva por parte del docente se asume como un
compromiso de cambio mediante la participación de sus estudiantes en los espacios
educativos a que haya lugar con el propósito que los valores y habilidades comunicativas se
fortalezcan de forma asertiva. Así, en el día a día, el docente asume un papel de orientador
de las habilidades y capacidades de sus estudiantes porque reconoce sus rasgos (fortalezas y
debilidades), los cuales considera e incluye en su relación docente—estudiante con miras a
fortalecer, mejorar o corregir en buen término los procesos de aprendizaje. En otras palabras,
el docente viabiliza de manera oportuna una práctica, unos contenidos, unos enfoques, una
evaluación pedagógica, y una formación personal y laboral de acuerdo a la diversidad de los
estudiantes y en conformidad con el PEI Usaquén.
No obstante, aunque el colegio Usaquén no describe o puntualiza de una manera clara
una educación inclusiva para atender la diversidad de los estudiantes, es el docente quien en
la práctica pedagógica ha de realizar los ajustes curriculares, pedagógicos y formativos para
adelantar los procesos educativos de los estudiantes indistintamente de sus particulares
colectivas o individuales. O por lo menos es un criterio que debemos atender como docentes
puesto que surge de la reflexión de nuestra práctica y experiencia pedagógica como
profesionales y educadores.
Igualmente, el docente desde su rol ha de gestionar y recomendar a los organismos
institucionales una reflexión y una modificación del PEI en términos de educación inclusiva
dado que no existen políticas escolares explicitas que atiendan la diversidad presente en
nuestra comunidad educativa.
En este sentido, promover la diversidad representa adelantar programas de inclusión
educativa en clase y fuera de ella, amparada o no en PEI institucional del colegio, con
conocimiento o ignorancia, tras una reflexión de las necesidades y características de nuestros
estudiantes que nos conllevan a determinar y asumir medidas educativas transformadoras que
respondan mejor al proceso de aprendizaje y formación de nuestros estudiantes, tal como lo
considera la Unesco (2003) la educación inclusiva comienza con una mayor participación en
el aprendizaje de todas culturas y comunidades reduciendo la exclusión, lo cual genera
tolerancia y enriquecimiento de los conocimientos y los valores.
La educación inclusiva requiere una modificación de la práctica escolar por motivos
socio—culturales que nace a partir de una reflexión educativa por parte del docente de
acuerdo al contexto de cada comunidad educativa a través de la participación y la diversidad,
la cual reclama una renovación de los criterios pedagógicos al momento de realizar una clase,
bien lo considera Cardona (2005) “es una transformación que inicia en el aula”, pero que en
nuestro caso representa una resignificación del aprendizaje, la sociedad y la cultura.
Reflexión que habría de estar respaldada por un sistema educativo incluyente a través de
políticas educativas, dado que obedece a una demanda social de derecho, en este caso de
carácter educativo.
En consecuencia, el llevar a cabo la práctica del PEI y de la educación inclusiva
dinamizada por medio de la diversidad de los estudiantes constituye una resignificación de
la práctica pedagógica, del PEI, del curriculum, y de la evaluación porque el docente al
incorporar los principios y fines del PEI y al desarrollar una educación inclusiva está
construyendo y transformando juicios y valores sociales necesarios y pertinentes para una
sociedad, convocando a los estudiantes a respetarse, tolerarse, entenderse y relacionarse de
manera asertiva a partir de sus diferencias, sin ser denigrantes o estigmatizadores de la
d(e)ferencia por la personalidad individual o colectiva de los otros, entendiendo que “la
escuela inclusiva es a la vez un microcosmos y un camino hacia la sociedad inclusiva” Bartón
(2001). Modificación necesaria por parte del docente en el quehacer pedagógico que apunta
al fortalecimiento del PEI Usaquén ‘impacto de los saberes básicos y la convivencia en la
formación del ciudadano’, sin estigmatizar ni excluir a los estudiantes a causa de imaginarios
de masificación.
En suma, una incorporación de los principios y fines del PEI aunados a una educación
inclusiva representa una transformación pedagógica de nuestro quehacer pedagógico, nuestro
sistema educativo, nuestro PEI institucional, nuestra sociedad y nuestra relación con el otro
con el propósito de velar por el perfil institucional y los derechos en términos generales.
Medidas que serían pertinentes para el ejercicio pedagógico porque responden no solamente
a resolver las dificultades pedagógicas señaladas por ECDF docente1, sino que además,
enriquecen y mejoran condiciones socio—culturales de la comunidad educativa y consolidan
criterios de identidad y pertinencia institucional.
1 1) contexto de la práctica educativa y pedagógica del docente, y 2) reflexión y planeación
de la práctica pedagógica.
9. COMPONENTES DE INTERVENCIÓN
A partir de resignificación de la práctica pedagógica en cuanto a los principios y fines
del PEI y una educación inclusiva se propone realizar una unidad didáctica sobre las
funciones reales y sus diversas aplicaciones que tendrá como escenario un ambiente de
aprendizaje participativo dinamizado mediante el aprendizaje por comprensión con
estudiantes de grado 11°; porque incorporan coherentemente en la práctica pedagógica los
principios y fines del PEI del colegio Usaquén como lo son: El desarrollo integral humano,
El desarrollo del pensamiento lógico, La búsqueda de los saberes, La protección y el uso de
los recursos naturales y el medio ambiente, El dialogo y la concertación, y el fortalecimiento
de nuestra identidad y sentido de pertenencia. Asimismo, su objetivo general que consiste
en Fortalecer la convivencia democrática, lograr la excelencia en la calidad educativa y ser
productivos en la cotidianidad haciendo uso de metodologías participativas y, a su vez,
desarrollan los principios de participación y diversidad concernientes a la educación
inclusiva.
En este sentido, la propuesta didáctica se centra en superar las barreras pedagógicas
por parte del docente empleando una estrategia didáctica, como se ilustra en el siguiente
cuadro
Población objetivo Estudiantes de grado 11° o 10°
Barrera a intervenir Incorporar los principios y fines de PEI en la
práctica pedagógica y educativa
Tipo de estrategia Didáctica, formativa y comunicativa
Además, una propuesta didáctica permite determinar de manera creativa y planeada
los contenidos, estrategias y competencias que se pretenden aprender. Bien lo define Carlos
Fernández-Espada “una unidad didáctica es una unidad de programación de enseñanza con
un tiempo determinado” (2009: 1). La cual, contempla una planeación pedagógica de manera
específica sobre una temática determinada en un tiempo explícito puntualizando qué se
aprende, cuándo se aprende y cómo se aprende.
Igualmente, por motivos epistemológicos, una propuesta didáctica permite un
ambiente de aprendizaje propicio para el desarrollo de competencias persobal y productivas
como lo dice el propio Fernández-Espasa “se utilizada generalmente para generar procesos
integrales del desarrollo” (2009: 1).
Así mismo, se logra articular y organizar parámetros como los objetivos, los
contenidos, las actividades y la evaluación; metodología que permite desarrollar la propuesta
de intervención de manera planeada y reflexiva desde la perspectiva del crecimiento personal,
y su vez, logra articular a criterios institucionales.
De tal manera, el presente instrumento de intervención se realiza con el propósito de
desarrollar los siguientes fines institucionales 1) fortalecer la convivencia democrática, 2)
lograr la excelencia en la calidad educativa, 3) ser productivos en la cotidianidad y por tanto
el fortalecimiento de nuestra identidad y sentido de pertenencia que promueva la sana
convivencia y la construcción del conocimiento científico y tecnológico del PEI del colegio
Usaquén.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Cardona M. María C. (2006) Diversidad y educación inclusiva: enfoques
metodológicos y estrategias para una enseñanza colaborativa. Pearson educación, s.a.
Madrid.
Colegio Usaquén (2016) Proyecto educativo Institucional “Impacto de los saberes
básicos y la convivencia, en la formación del ciudadano”.
Colegio Usaquén (2016) Manual de Convivencia Colegio Usaquén
Ministerio de educación nacional de Colombia (1994) Ley general de educación 115
de 1994
Ministerio de Educación Nacional de Colombia (2016) Resultados rúbrica de
evaluación ECDF docentes de aula.
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Iguales en la diversidad. Instituto de Nacional de Tecnologías Educativas y de
Formación del Profesorado.
Secretaria de Planeación Distrital (2005) San Cristóbal Humana
Save the Children (Solla, C.) (2013) Guía de Buenas Prácticas en Educación
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Madrid. Save the Children.
http://www.mineducacion.gov.co/1621/article-79361.html