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Consideración de los sumideros de CO2 en la ordenación del territorio del S. XXI i
Equation Chapter 1 Section 1
Proyecto Fin de Master
Ingeniería Ambiental
Consideración de los sumideros de CO2 en la
ordenación del territorio del S. XXI
Autor: María Vázquez Romero
Tutor: Eladio Martín Romero González
Departamento de Ingeniería Química y
Ambiental
Escuela Técnica Superior de Ingeniería
Universidad de Sevilla
Sevilla, 2015
Consideración de los sumideros de CO2 en la ordenación del territorio del S. XXI ii
Consideración de los sumideros de CO2 en la ordenación del territorio del S. XXI iii
Proyecto Fin de Master
Ingeniería de Ambiental
Consideración de los sumideros de CO2 en la ordenación del territorio del S. XXI
Autor:
María Vázquez Romero
Tutor:
Eladio Martín Romero González Profesor Asociado
Departamento de Ingeniería Química y Ambiental
Escuela Técnica Superior de Ingeniería
Universidad de Sevilla
Sevilla, 2015
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Índice
0. INTRODUCCIÓN A LA HIPÓTESIS 7
1. PLANTEAMIENTO 7
CAMBIO CLIMÁTICO ............................................................................................................. 8
LUCHA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO ......................................................................... 11
2. LOS SUMIDEROS DE CO2 EN EL MARCO DEL DIAGNÓSTICO Y GESTIÓN DEL CAMBIO CLIMÁTICO 14
DEFINICIONES .................................................................................................................... 14
OBJETIVOS DE LOS SUMIDEROS ..................................................................................... 15
LEGISLACIÓN ..................................................................................................................... 16
CÓMO ACTÚAN................................................................................................................... 16
CICLOS DEL CO2 ................................................................................................................ 17
3. ORDENACIÓN DEL TERRITORIO EN ESPAÑA, ANDALUCÍA 20
MODELO TERRITORIAL DE ANDALUCÍA .......................................................................... 21
OBJETIVOS DEL MODELO TERRITORIAL DE ANDALUCÍA .............................................. 23
4. VINCULACIÓN ENTRE LA ORDENACIÓN DEL TERRITORIO Y LOS SUMIDEROS 24
CONSEGUIR UN OBJETIVO ENMARCADO EN EL PACTO DE ALCALDES ...................... 26
5. COMPROMISOS DE KIOTO EN EL CONTEXTO MUNICIPAL 27
LA SOSTENIBILIDAD COMO MARCO DE REFERENCIA ................................................... 29
6. CONCLUSIONES Y PROPUESTA 30
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 33
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0. INTRODUCCIÓN A LA HIPÓTESIS
A lo largo de este trabajo se intenta confirmar la influencia que pueden tener los sumideros de CO2 en la ordenación de territorio del S. XXI, a través de la siguiente cuestión.
¿La ordenación del territorio determina el cumplimento de los objetivos del Pacto de Alcaldes?
1. PLANTEAMIENTO
El importante crecimiento económico en la sociedad desde mediados del siglo pasado, ha estado asociado a un notable aumento del consumo energético, este aumento del consumo energético se produce a la par que la mejora del nivel de vida de la ciudadanía, provocando problemas ambientales y económicos que pueden frenar el desarrollo y afectar al bienestar de la humanidad. Entre estos impactos destacan especialmente los que se derivan de la emisión de gases de efecto invernadero, fundamentalmente CO2, estos gases son los principales causantes del cambio climático.
El desarrollo industrial alcanzado en nuestro planeta ha supuesto que la concentración de gases de efecto invernadero (GEI) haya aumentado hasta un 35% desde el siglo pasado, provocando que la propia naturaleza se encuentre limitada a la hora de equilibrar las concentraciones de dichos gases en la atmósfera. La incorporación de estos gases de efecto invernadero está potenciando el efecto invernadero natural, calentando la Tierra y dando lugar al cambio climático.
En 2006 España superó su cuota de emisiones asignada por la UE para emisiones de CO2, es el país industrializado donde más se han aumentado las emisiones desde 1990, año de referencia establecido por el Protocolo de Kioto. Mientras que Europa, en conjunto, alcanzó el objetivo de reducción global de las emisiones.
En 2012 las emisiones de gases de invernadero disminuyeron un 1,9% respecto al año anterior. Después del descenso experimentado en 2012, las emisiones alcanzan un incremento del 18,7% respecto a 1990. En el periodo 2008-2012 España emitió una media de 24,5% más frente al año base, superando así el 15% asignado por el Protocolo de Kioto. A pesar del descenso de las emisiones de GEI en 2012, España sigue siendo uno de los países industrializados donde más han aumentado las emisiones respecto a 1990, por lo que ocupa el penúltimo lugar de toda la Unión Europea respecto al cumplimiento de las obligaciones adquiridas por dicho protocolo.
En Andalucía el incremento de las emisiones ha sido del 55%, superando la media nacional de emisiones. Además el 60% de esas emisiones proceden de sectores difusos como son el transporte y la edificación.
El 93% de las emisiones se debe al consumo de combustibles fósiles en centrales térmicas, vehículos, industrias, comercios y viviendas, el 7% restante en gran parte se debe a procesos industriales sin combustión, fundamentalmente la fabricación de cemento.
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La emisiones de CO2 por sectores para el año 2013 se distribuye :
CAMBIO CLIMÁTICO
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) para el Quinto Informe de Evaluación aprobado en septiembre de 2013, confirma que el calentamiento global es inequívoco, y se atribuye a la acción humana con una certidumbre superior al noventa por ciento. Después de esta afirmación son necesarias nuevas formas de afrontar el problema. Una parte importante de esta responsabilidad de actuación contra el Cambio Climático deberían ostentarlas las ciudades, ya que les corresponde un alto porcentaje de emisiones de GEI aproximadamente un 80% debido al desarrollo de la vida cotidiana.
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) define “cambio climático” en su artículo primero, párrafo segundo, como “cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables”.
El término "efecto de invernadero" es el fenómeno por el que parte de la energía calorífica emitida por la corteza terrestre, es retenida y reflejada por determinados gases que forman parte de la atmósfera, impidiendo que se produzca un enfriamiento progresivo de la Tierra. Estos gases conocidos como gases de efecto invernadero permiten mantener los límites de temperatura en los niveles adecuados para el desarrollo de la vida en la Tierra, sin la actuación de estos gases, la vida tal como la conocemos no sería posible, ya que el calor emitido por el planeta se disiparía en el espacio produciendo unas temperaturas extremadamente bajas.
Imagen 1: Emisiones de CO2 mundial para el año 2013. Elaboración propia datos Excerpt from CO2 emissions from fuel combustion (2015
edition)
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El funcionamiento teórico del efecto invernadero es sencillo: la radiación solar calienta la superficie de la Tierra, esta energía es emitida de nuevo hacia la atmósfera y los GEI retienen parte de dicha energía. Las radiaciones infrarrojas emitidas por la Tierra son retenidas por los GEI y remitidas a la superficie terrestre calentándola de nuevo.
Por "gases de efecto invernadero" se entiende aquellos componentes gaseosos de la atmósfera, tanto naturales como antropogénicos, que absorben y remiten radiación infrarroja. Entre estos gases se encuentran: dióxido de carbono (CO2), responsable del 60% del efecto invernadero, óxido nitroso(N2O) y el metano (CH4), que son liberados por la industria, la agricultura y la combustión de combustibles fósiles.
Como se ha visto, la mayor concentración de actividades con mayor influencia sobre el cambio climático se encuentran concentradas en los núcleos urbanos, de esta forma se pude afirmar claramente que los efectos del cambio climático y consecuencias del efecto invernadero se producen de forma más acusada en estos núcleos.
Asimismo el IPCC alerta que los impactos adversos del calentamiento global del planeta serán más graves cuanto mayores sean las emisiones acumuladas, por lo que estos impactos los sufrirán aún con mayor intensidad las generaciones futuras. La cuestión más importante en relación al Cambio climático, es cómo y cuánto nos afecta.
Imagen 2: Efecto invernadero. Fuente imágenes de google (nature office)
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EFECTOS SOBRE EL MEDIO AMBIENTE
Las temperaturas en el Ártico han subido unos 5ºC en el siglo XX, los glaciares de las montañas se han reducido sensiblemente en el hemisferio Norte, se han detectado migraciones de especies animales y vegetales hacia latitudes más altas y algunas han modificado sus fases de reproducción. Todas ellas son consecuencias del aumento de temperatura experimentada hasta el momento. Así, estudios científicos prevén que para este siglo las temperaturas medias globales aumentarán entre 1,4 y 5,8º C.
En agosto de 2004, la Agencia Europea para el Medio Ambiente dio a conocer un informe en el que ponía en evidencia que Europa es muy sensible al cambio climático: el nivel del mar subirá, habrá menos precipitaciones, menos recursos hídricos, aumento del proceso de erosión del suelo, que dará lugar a un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos.
La Península Ibérica se encuentra situada en un área de transición climática, por lo que es una de las zonas más vulnerables y se verá muy afectada.
EFECTOS SOBRE LA SALUD
En diciembre de 2003, la Organización Mundial de la Salud (OMS), elaboró un estudio en el que se ponía de manifiesto las repercusiones del cambio climático en la salud. Millones de personas podrían verse amenazadas por el aumento de la malaria, la desnutrición y las enfermedades transmitidas por el agua, todo esto como consecuencia de los efectos sobre el medio ambiente.
EFECTOS SOBRE EL EMPLEO
Aparte de un desafío científico y medioambiental, el cambio climático es también un desafío político, económico y social. Algunos de los impactos que tendrá el cambio climático sobre la economía y el empleo son: escasez de agua, menor rendimiento de las cosechas, aumento del precio de los alimentos, inadaptación de la ganadería, reducción de la productividad de los ecosistemas marinos, daños en las infraestructuras.
La solución a tal amenaza pasa por un modelo energético sostenible, y apuesta por una revolución energética capaz de reducir las emisiones de CO2 para evitar un cambio climático peligroso.
Imagen 3: Incremento de la temperatura global. Fuente Imágenes de google (Cambio climático Global.com)
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LUCHA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO
Los gobiernos se han comprometido a mantener el calentamiento global en menos de 2º C por encima de los niveles preindustriales. El Panel Intergubernamental en Cambio Climático calcula que para conseguirlo, las emisiones de todo el mundo han de disminuir entre el 41% y el 72% hacia 2050.
El principal hito en el proceso de las negociaciones internacionales en materia de cambio climático fue la firma del Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), que tuvo lugar con motivo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible celebrada en Río de Janeiro en 1992. La Convención entró en vigor en 1994, tras ser ratificada por 189 estados.
Durante la CMNUCC se aprueba el denominado Programa 21 o Agenda 21, lo que llevó a Europa a tomar una serie de iniciativas como la Conferencia Europea de Ciudades y Pueblos Sostenibles celebrada en mayo de 1994 en la Ciudad de Aalborg que tuvo como objetivo trasladar los resultados de la Cumbre de Río de Janeiro (1992) al nivel local europeo, y en particular, los requisitos de la Agenda Local 21 que consisten en desarrollar estrategias de acción a largo plazo hacia la sostenibilidad.
El objetivo fundamental de la CMNUCC es: “lograr la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en el sistema climático. Ese nivel debería lograrse en un plazo suficiente para permitir que los ecosistemas se adapten naturalmente al cambio climático, asegurar que la producción de alimentos no se vea amenazada y permitir que el desarrollo económico prosiga de manera sostenible”.
Después de esta primera Conferencia Europea de Ciudades y Pueblos Sostenibles han tenido lugar seis más en las que se han tratado diversos temas:
- II Conferencia Europea sobre Ciudades Sostenibles se celebró en septiembre de 1996, en Lisboa (Portugal) en la que se inicia y desarrolla la Agenda 21.
- III Conferencia Europea de Ciudades Sostenibles, celebrada en Hannover (Alemania) en el año 2000. Se establecen indicadores comunes sobre aspectos sociales, económicos y ambientales para evaluar los progresos realizados en el desarrollo de la sostenibilidad local.
- IV Conferencia Europea de Ciudades y Pueblos Sostenibles 2004 Aalborg (Dinamarca) Inspiración para el futuro.
- V Conferencia Europea de Ciudades y Pueblos Sostenibles celebrada en Sevilla (España) en 2007
- VI Conferencia Europea de Ciudades y Pueblos Sostenibles Dunkerque (Francia) 2010
- VII Conferencia Europea de Ciudades y Pueblos Sostenibles Ginebra (Suiza) 2013 Identificar los mecanismos institucionales para combatir la crisis económica y ambiental.
- VIII Que tendrá lugar el próximo mes de abril de 2016 en Euskadi (España)
Estos compromisos se crearon para que sirvieran de apoyo a los gobiernos locales europeos en su tarea de implementar la Carta de Aalborg que integra 10 campos de actuación, que a su vez cuentan con cincuenta subcompromisos o actividades clave y acciones concretas para el desarrollo local sostenible. Estos compromisos se han convertido en importantes guías para trabajar en la mejora
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de la sostenibilidad a nivel local.
En el periodo 1994- 1999, por primera vez se hizo hincapié de forma explícita en la necesidad de incluir la sostenibilidad ambiental en las estrategias de los Fondos Estructurales para el desarrollo económico. El Reglamento del Consejo (CE) Nº 1260/1999 estableció reconocer la necesidad de contar con un alto grado de protección y la mejora del medio ambiente y que, en particular, “conviene que esta acción integre las necesidades de protección medioambiental en la definición y aplicación de las medidas de los Fondos Estructurales”1.
El Protocolo de Kioto, vigente desde 2005, es el acuerdo de mayor importancia en el ámbito del cambio climático. En él los países desarrollados y los países en transición se comprometen a reducir sus emisiones de GEI en más de un 5% respecto a los niveles del año base. Esto permite establecer en los países que ratifiquen el Protocolo una serie de mecanismos que permiten su desarrollo económico sin comprometer el medio ambiente. Estos mecanismos se denominan Mecanismos de Flexibilidad, entre ellos se cuentan: Mecanismos de potenciación de sumideros, Comercio de Emisiones, Mecanismos para un Desarrollo Limpio (MDL) y Mecanismos de Aplicación Conjunta.
En los compromisos adquiridos en la ratificación del Protocolo se incluyen la reducción global de las emisiones de CO2 en un 50% de aquí a 2050, reducir entre un 25 y un 40% las emisiones en el mundo desarrollado de aquí a 2020, y entre un 80 y un 95% de aquí a 2050.
En el artículo 3 del Protocolo de Kioto se definen aquellas actividades relacionadas con el Uso de la Tierra, Cambio de Uso de la Tierra y Silvicultura (UTCUTS) que deben ser consideradas en el inventario de emisiones. El artículo establece la obligatoriedad de cuantificar el balance de carbono de las actividades de forestación, reforestación y deforestación, y propone como actividades de cuantificación voluntaria el restablecimiento de la vegetación, la gestión de bosques, la gestión de tierras agrícolas y la gestión de pastizales. España seleccionó, entre estas actividades de cuantificación voluntaria, la gestión de bosques y la gestión de tierras agrícolas.
El Inventario de gases de efecto Invernadero de España para el intervalo de 1990-2009, muestra que las emisiones netas en el sector UTCUTS en el año 2009 supera en un 28% las de 1990, por lo tanto 13 puntos por encima de su meta para el periodo 2008-2012. Aunque cabe destacar que desde el año 2008 la tendencia de aumento de la emisiones se redujo y ésta continuó en el año 2009 con un descenso del 9,2%
En la Estrategia Española de Cambio Climático y Energía Limpia (Horizonte 2007-2012-2020) define el marco de actuación que deben abordar las Administraciones Públicas en España para asegurar el cumplimiento por nuestro país de sus obligaciones en el Protocolo de Kioto, y para ello establecen las 11 áreas de actuación contra el cambio climático.
1 Artículo 5 Reglamento (CE) No 1260/1999 : Considerando que, con su política de mejora de la
cohesión económica y social, la Comunidad pretende asimismo promover un desarrollo armonioso, equilibrado y duradero de las actividades económicas, un elevado nivel de empleo, la igualdad entre hombres y mujeres y un alto grado de protección y mejora del medio ambiente; que, en particular, conviene que esta acción integre las necesidades de protección medioambiental en la definición y aplicación de las medidas de los Fondos Estructurales y que contribuya a eliminar desigualdades y a promover la igualdad entre hombres y mujeres; que las medidas de los Fondos pueden permitir asimismo luchar contra todo tipo de discriminación por motivos de raza u origen étnico, discapacidad o edad especialmente por medio de una evaluación de las necesidades, de incentivos financieros y de una mayor cooperación.
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- Cooperación institucional
- Mecanismos de flexibilidad
- Cooperación internacional y cooperación con países en desarrollo
- Comercio de derechos de emisión
- Sumideros
- Captura y Almacenamiento de CO2
- Sectores Difusos
- Adaptación al cambio climático
- Difusión y Sensibilización
- Investigación, desarrollo e innovación tecnológica
- Medidas Horizontales
El punto que nos interesa es el de los sumideros, por lo que en el siguiente punto (2. Los Sumideros de CO2 en el Marco del Diagnóstico y Gestión del Cambio climático) se desarrollaran los objetivos y medidas descritos en la estrategia española contra el cambio climático.
Con las medidas adoptadas contra el cambio climático por España se espera no superar el aumento del 37% con respecto a las emisiones del año base, esto supone 22 puntos de diferencia respecto al compromiso del 15%, de los cuales el 2% debe alcanzarse mediante sumideros y el resto mediante mecanismos de flexibilidad.
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2. LOS SUMIDEROS DE CO2 EN EL MARCO DEL DIAGNÓSTICO Y GESTIÓN DEL CAMBIO CLIMÁTICO
DEFINICIONES
El concepto de sumidero, en relación con el cambio climático, fue adoptado en la CMNUCC de 1992. Según la Convención, un sumidero es “cualquier proceso, actividad o mecanismo que absorbe o elimina de la atmósfera un gas de efecto invernadero, un aerosol o un precursor de un gas de efecto invernadero”.
Los mecanismos de protección contra el cambio climático, basados en los sumideros, pretenden compensar los excesos de GEI con la capacidad de absorción de CO2 por parte de las diferentes especies.
En los últimos años se ha puesto de manifiesto la relevancia de los sumideros terrestres frente a los marinos (fitoplacton) debido a la limitada producción de los nutrientes primarios en el entorno marino. Aunque la vegetación terrestre también está limitada por los nutrientes, hay que destacar su potencial de almacenamiento en la madera, a eso debemos sumarle el incremento de la belleza del paisaje, mantenimiento de la biodiversidad, mejora del balance hídrico, atenuación de la meteorología extrema…
La vegetación terrestre constituye un importante almacenamiento natural de dióxido de carbono, cada día retira cientos de miles de toneladas de la atmósfera a través de los procesos fotosintéticos.
La capacidad de secuestro de carbono en el suelo, a nivel de un país entero, es una alternativa importante a la hora de negociar cupos de emisión de CO2 a la atmósfera: cuanto mayor sea esta capacidad, mayor será el cupo permitido (actualmente en España es aproximadamente 15%).
Los sumideros de carbono terrestres cumplen un papel importante en la mitigación del cambio climático dada su capacidad para fijar carbono atmosférico.
Imagen 4: Sumideros de CO2, su distribución en la Tierra. Fuente: IPCC 2011
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OBJETIVOS DE LOS SUMIDEROS
Los objetivos de los sumideros son:
- Aumentar la capacidad de absorción de CO2 de la atmósfera por las formaciones vegetales.
- Cumplimiento del objetivo fijado en los Planes Nacionales de Asignación (PNA) elaborados por el Gobierno, que prevén la compensación del 2% de las emisiones del año base por actividades de uso de la tierra, cambio de uso de la tierra y selvicultura.
Entre las medidas establecidas por PNA para aumentar la cantidad y calidad de los sumideros de carbono en el territorio español y alcanzar, como mínimo, el 2% establecido en 2008-2012, destacan las siguientes:
Aumento de la superficie forestal.
Restauración de la cubierta vegetal.
Potenciar la actividad de investigación y desarrollo sobre el papel del sector forestal como captador de gases de efecto invernadero.
Establecimiento de acciones preventivas para evitar los incendios forestales.
Aumento del carbono absorbido en sistemas agrícolas mediante la disminución del laboreo, la producción ecológica.
Potenciar la gestión sostenible de los ecosistemas forestales a través del aumento de la superficie forestal.
Establecimiento de un marco institucional y legislativo para incentivar la participación del sector privado.
Promover el Fondo para patrimonio Natural creado en la Ley de Montes de 10/2006, para inversiones en trabajos preventivos, gestión forestal sostenible de nuestros montes.
Desarrollo y diseño de un sistema de información ágil, exhaustivo, preciso y eficaz para el conocimiento y la determinación del carbono absorbido.
La actividad forestal es de vital importancia en la estrategia global de mitigación del cambio climático en su función de sumideros de CO2.
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LEGISLACIÓN
En el Protocolo de Kioto se establecen las actividades que pueden ser contabilizadas en el Inventario de Emisiones. Las normas de contabilización del Protocolo de Kioto2 establecen que sólo aquellas absorciones producidas por actividades realizadas desde 1990, directamente inducidas por el hombre y, ante todo verificables, pueden ser contabilizadas y sólo se contabilizarán las absorciones producidas por estas actividades entre 2008 y 2012, es decir, no se contabiliza el carbono almacenado, sino que se contabiliza el aumento de carbono absorbido, que cumple con los requisitos que establece el Protocolo durante el periodo de compromiso.
CÓMO ACTÚAN
La fotosíntesis es el principal mecanismo de secuestro natural de carbono, por lo que cualquier sistema natural que albergue organismos fotosintetizadores puede constituir un sumidero de carbono. La vegetación, a través del proceso de fotosíntesis, fija CO2 atmosférico y lo transforma en cadenas de carbono que componen la biomasa vegetal.
Los sumideros naturales absorben casi la mitad del CO2 producido por los humanos en los últimos 15 años (valores subestimados) IPCC Fourth Assessment Report: Climate Change 2007.
El potencial de los sistemas agrícolas para comportarse como sumideros netos de CO2 depende del tipo de cultivo instalado (herbáceo o leñoso) y de las prácticas agrícolas empleadas, principalmente de las técnicas de laboreo, de fertilización, de riego y de control de plagas y enfermedades, para potenciar la capacidad de absorción de carbono de los cultivos será necesario aplicar técnicas agronómicas basadas en la correcta selección de especies y la gestión optima de los residuos obtenidos durante la preparación de los suelos y la producción.
Como es de esperar, los cultivos leñosos presentan mayor capacidad de almacenamiento de dióxido de carbono que los cultivos herbáceos, ya que el balance anual de estas es neutro, el aumento de la biomasa viva es igual a la pérdida por recolección.
En cambio, durante el desarrollo de los cultivos leñosos se producen varias etapas durante la fase decrecimiento, vegetativa, la tasa de fijación será positiva, posteriormente en la fase de madurez el balance se vuelve neutro.
Cuando el árbol muere se inician los procesos de descomposición, el CO2 se libera volviendo a la atmósfera, de este modo los árboles que sean longevos mantendrán el CO2 retenido todos los años que vivan, conservando un flujo continuo ya que con la muerte de un árbol grande se deja espacio para varios jóvenes ocupen su lugar.
Es fundamental conocer, potenciar y proteger los sumideros existentes a la vez que generar otros de forma prioritaria.
Como ya se ha mencionado, la capacidad de secuestro es muy variable,
2 Artículo 3.3 Protocolo de Kioto: “Las variaciones netas de las emisiones por las fuentes y la absorción
por los sumideros de gases de efecto invernadero que se deban a la actividad humana directamente relacionada con el cambio del uso de la tierra y la silvicultura, limitada a la forestación, reforestación y deforestación desde 1990, calculadas como variaciones verificables del carbono almacenado en cada período de compromiso, serán utilizadas a los efectos de cumplir los compromisos de cada Parte incluida en el anexo I dimanantes del presente artículo. Se informará de las emisiones por las fuentes y la absorción por los sumideros de gases de efecto invernadero que guarden relación con esas actividades de una manera transparente y verificable y se las examinará de conformidad con lo dispuesto en los artículos 7 y 8”.
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dependiendo de las condiciones. Un bosque puede capturar entre 3,5 y 35 toneladas de carbono por hectárea y año en sus primeros 100 años de vida. De igual manera la vegetación produce oxígeno, de modo que una hectárea arbolada puede producir el oxigeno necesario para 6 personas cada día. Un árbol sano de 20 años puede absorber una cantidad de carbono, en un año, equivalente al emitido por un vehículo conducido entre 10.000 y 20.000 km La cantidad de carbono secuestrado por un árbol está directamente relacionado con su tamaño.
CICLOS DEL CO2
El carbono almacenado en la biosfera se encuentra distribuido entre los océanos, las reservas geológicas y los ecosistemas terrestres. Estos compartimentos presentan intercambios dinámicos de carbono con la atmósfera, intercambios en los que la actividad humana tiene gran influencia.
El carbono fijado por el ecosistema terrestre se distribuye dinámicamente entre la biomasa vegetal viva, la biomasa vegetal muerta y el suelo. La biomasa vegetal viva hace referencia al conjunto formado por la vegetación aérea viva (tronco, ramas, hojas, etc.) y la vegetación subterránea viva (raíces), mientras que la fracción de biomasa muerta está compuesta por la madera muerta, las ramas y raíces secas, la hojarasca y la materia orgánica en descomposición. En el suelo se localiza el carbono orgánico procedente del proceso de humificación, teniendo esta fracción gran importancia en el balance final de absorción de CO2.
El carbono fijado en estas tres fracciones puede liberarse de forma natural a la atmósfera a través de los procesos de respiración de los distintos órganos de las plantas y de la actividad microbiana del suelo, responsable de la mineralización de
la materia orgánica.
Los incendios forestales, las plagas y las enfermedades pueden acelerar los procesos de degradación de la materia orgánica y con ellos la liberación de carbono a la atmósfera, completándose el flujo de retorno de carbono a la atmósfera.
Imagen 5: Fotosíntesis Fuente: Los Sumideros de Carbono a Nivel Local
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CICLO BIOQUÍMICO
Se conoce como ciclo bioquímico del CO2 al conjunto de espacios, subsistemas de almacenamiento y a los circuitos que permiten el paso del gas bajo diferentes formas químicas entre los compartimentos que se encuentra, por ejemplo el paso de la atmósfera a los océanos o de la atmósfera a la vegetación o del suelo a la atmósfera. Estos pasos son muy dependientes de los factores ambientales. También es importante considerar el tiempo de residencia del CO2 en cada uno de los compartimentos que puede ser de horas o días hasta centenares o millones de años.
La mayor parte del carbono del planeta se encuentra de forma no disponible en el interior de las rocas a gran profundidad. Por otro lado una parte muy importante del dióxido de carbono del planeta se encuentra secuestrado por la vegetación.
La proporción de CO2 que se encuentra en la atmósfera se regula de forma natural mediante bucles de realimentación del ciclo, a través del dióxido de carbono fijado por los organismos fotosintéticos y por la difusión en los sistemas oceánicos. El incremento anual de CO2 en la atmósfera se estima en 1ppm.
El CO2 emitido a la atmósfera, es absorbido con facilidad por el agua, convirtiéndose en ácido carbónico (H2CO3). Este ácido débil influye sobre los silicatos que constituyen las rocas y se producen los iones bicarbonato (HCO3). Los iones bicarbonato son asimilados por los animales acuáticos en la formación de sus tejidos. Una vez que estos seres vivos mueren, quedan depositados en los sedimentos calcáreos de los fondos marinos. Los grandes depósitos de piedra caliza en el lecho del océano así como en depósitos acotados en la superficie son verdaderos reservorios de CO2.
Imagen 6: Ciclo bioquímico del CO2 Fuente: Imágenes de google
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CICLO BIOLÓGICO
Se producen intercambios de carbono entre la respiración de los seres vivos y la atmósfera. La retención del carbono se produce a través de la fotosíntesis de las plantas, y la emisión a la atmósfera, a través de la respiración animal y vegetal. Este proceso es relativamente corto.
CICLO TERRESTRE
En este ciclo, el carbono orgánico del suelo representa la mayor reserva e interacción con la atmósfera y se estima en cerca de 1,500 Pg C a un metro de profundidad.
Imagen 7: Ciclo terrestre del CO2 Fuente: Implementación del Suelo de La C.C. de Andalucía como sumideros de CO2
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3. ORDENACIÓN DEL TERRITORIO EN ESPAÑA, ANDALUCÍA
Se podría considerar la Ley de Suelos de mayo de 1956 como punto de partida de la cultura urbanística que se ha ido fraguando y consolidando a lo largo de la segunda mitad del S. XX.
La planificación urbana y territorial se puede definir como un proceso de toma de decisiones encaminadas a la realización de los objetivos económicos, sociales, culturales y ambientales mediante el desarrollo de visiones espaciales, las estrategias, los planes y la aplicación de una serie de principios, mecanismos institucionales y participativos y procedimientos reglamentarios.
El urbanismo del siglo XXI tiene como principal reto atender a la conservación, rehabilitación y recualificación de la ciudad existente, frente a la imperiosa demanda de más suelo para urbanizar que ha sido su rasgo más característico a lo largo del siglo XX.
En 1979 se transfieren los medios para el ejercicio de las competencias en materia de urbanismo a las comunidades Autónomas, 3 por lo que dichas competencias en cuanto a ordenación territorial recaen sobre la comunidad autónoma, en este caso Andalucía.
La actividad urbanística se define en la Ley 7/2002, de 17 de diciembre, de Ordenación Urbanística de Andalucía como: “La actividad urbanística es una función pública que comprende la planificación, organización, dirección y control de la ocupación y utilización del suelo, así como la transformación de éste mediante la urbanización y edificación y sus consecuencias para el entorno.”
La ordenación urbanística se rige, en el marco y de acuerdo con la Ley, 7/2002, de 17 de diciembre, de Ordenación Urbanística de Andalucía por los principios rectores de la política social y económica establecidos en los artículos 45, 46 y 47 de la Constitución Española y los objetivos básicos contemplados en el artículo 12.3 del Estatuto de Autonomía para Andalucía.
En el Artículo 3 de dicha Ley se establece que los fines de la actividad urbanística que son:
- Conseguir un desarrollo sostenible y cohesionado de las ciudades y del territorio en términos sociales, culturales, económicos y ambientales, con el objetivo fundamental de mantener y mejorar las condiciones de calidad de vida en Andalucía.
- Vincular los usos del suelo a la utilización racional y sostenible de los recursos naturales.
- Subordinar los usos del suelo y de las construcciones, edificaciones e instalaciones, sea cual fuere su titularidad, al interés general definido por esta Ley y, en su virtud, por la ordenación urbanística.
La estructura autonómica del Estado ha trasladado a las mismas, las competencias en materia de urbanismo, abriendo la posibilidad de regulaciones diferenciadas en ellas. Esta situación se ha visto confirmada con la Ley del Suelo (6/1998) que remarca cuáles son las competencias estatales sobre las que legisla y cuáles las propias de las autonomías.
Las Directrices Internacionales sobre Planificación Urbana y Territorial están destinados a ser un marco para la mejora de las políticas globales, planes, diseños y procesos de ejecución, lo que conducirá a ciudades más compactas,
3 La constitución Española en su Título VIII. De la Organización Territorial del Estado Capítulo tercero. De
las Comunidades Autónomas Artículo 148 3.ª Ordenación del territorio, urbanismo y vivienda.
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con mayor inclusión social, mejor integradas y conectadas y territorios que fomenten el desarrollo urbano sostenible y resistentes al cambio climático.
Las estrategias de desarrollo de la ciudad y los planes de desarrollo integrados podrían dar prioridad a las decisiones de inversión y fomentar las sinergias e interacciones entre las zonas urbanas.
- Planes de uso de la tierra contribuye a la protección de las áreas ambientalmente sensibles y para la regulación de los mercados de tierras.
- Planes de extensión y de relleno urbano, minimizan los costos de transporte y de prestación de servicios, optimiza el uso de la tierra y el apoyo a la protección y la organización de los espacios urbanos abiertos.
- Modernización y reequipamiento.
Por su parte, el urbanismo tiene en el cambio climático un factor importante que condiciona su diseño y desarrollo. Las propuestas de ocupación y distribución en el territorio urbano de los distintos usos y actividades (viviendas, equipamientos sociales, actividades económicas, servicios e infraestructuras) deben tener en consideración las características actuales y futuras del clima y los efectos del cambio climático, de forma tal que la estructura y el metabolismo urbano estén plenamente adaptados a las condiciones cambiantes del clima.
El metabolismo urbano, entendido como los flujos de energía y los ciclos de materia que circulan y alimentan a las ciudades y territorios donde se asientan, se ve específicamente afectado por los efectos del cambio climático, que ocasionan impactos en múltiples áreas, servicios y sectores, donde la planificación y gestión por parte de las Administraciones locales aportan soluciones que minimizan la vulnerabilidad.
MODELO TERRITORIAL DE ANDALUCÍA
La ordenación del territorio Andaluz está regulada por el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA).
Se fundamenta en dos tipos de consideraciones. Por un lado, contiene el conjunto de referencias territoriales básicas que deben ser tenidas en cuenta por las políticas de ordenación territorial y por las actividades con incidencia sobre el territorio. Por otro lado, enuncia un conjunto de principios orientadores en los que deben sustentarse las estrategias de ordenación y desarrollo territorial a escala regional.
A través de sus referencias y principios, el Modelo sugiere las líneas esenciales a partir de las cuales es posible progresar en la conformación de Andalucía como espacio común, articulado y cohesionado.
Pretende ser una contribución a la configuración territorial del proyecto común, en donde los diferentes componentes del territorio puedan engarzarse internamente y proyectarse hacia el exterior.
La formulación a mediados de los ochenta, de una propuesta de Sistema de Ciudades, y la aprobación en 1990 de las Bases para la Ordenación del Territorio de Andalucía, constituyó una aportación fundamental para un primer entendimiento global de Andalucía.
Las políticas sectoriales con mayor incidencia territorial han ido incorporando en sus instrumentos de planificación criterios acordes con los objetivos de integración y articulación regional. Así, particularmente, han sido los casos de la planificación de infraestructuras (Plan Director de Infraestructuras de Andalucía) o de las
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planificaciones de servicios y dotaciones a la población (sanidad, educación, servicios sociales, cultura, deporte o equipamientos ambientales). Ello ha repercutido en una sustancial mejora de la calidad de vida de los ciudadanos y en la reducción del desequilibrio histórico entre las áreas urbanas y las rurales.
Debe ser capaz de dar respuesta a nuevas exigencias de la política territorial, cada vez más amplias y complejas y con mayor necesidad de integrar perspectivas ecológicas y económicas.
En este sentido, es necesario destacar que la propuesta de Modelo Territorial se orienta a dar respuesta a los principales nuevos retos que tiene planteados Andalucía en el contexto de las nuevas tendencias y formas de organización espacial derivadas del proceso de globalización económica y del desarrollo de la sociedad de la información.
Andalucía ha de optar firmemente por el impulso de la modernización de su base productiva desde la perspectiva de la innovación tecnológica y la cada vez mayor integración exterior. Desde la perspectiva territorial, ha de marcarse el objetivo esencial de integrarse plenamente en el territorio de las redes urbanas que forman el entramado básico de la sociedad y la economía de la información.
Los problemas derivados de la falta de integración económica y de los desequilibrios territoriales tienen, finalmente, una traducción espacial en los procesos ecológicos o ambientales. La concentración espacial de la población y la actividad económica en el litoral y en las áreas metropolitanas, con formas muy expansivas de urbanización (asimilando a ese concepto el espacio de las nuevas agriculturas litorales), han dado lugar a la aparición de importantes desequilibrios ecológicos:
- Degradación de paisajes rurales centenarios de gran valor cultural (Vega de Granada, Aljarafe, Alcores, hoyas y vegas litorales, tramas urbanas de la Vega del Guadalquivir, etc.).
- Desaparición de espacios naturales de especial valor ecológico (especialmente en el litoral), y la fragmentación de ecosistemas.
- Contaminación de suelo, agua y atmósfera, que en algunos enclaves de concentración industrial puede llegar a afectar de forma significativa a la calidad de vida de la población.
- Generación de un modelo de consumo de recursos naturales (suelo, agua, energía, materiales) crecientemente ineficaz.
Este modelo territorial se dirige a dar respuesta a los siguientes problemas:
- Desequilibrios económicos
- Desequilibrios territoriales
- Desequilibrios ecológicos
La incorporación de variables ecológicas en las estrategias de las economías urbanas, el turismo o la agricultura intensiva empiezan a ser cada vez menos un componente voluntarista o anecdótico de la actividad para convertirse en un factor determinante de su futuro y de su competitividad a largo plazo.
El sistema de ciudades, formado por el conjunto de asentamientos de la región constituye el elemento básico de referencia del Modelo para el diseño de sus estrategias de desarrollo.
La organización urbana, sin embargo, no puede ser entendida como un artificio desligado del continuo territorial en el que se localiza. El funcionamiento y la sostenibilidad global del sistema de ciudades están condicionados por un
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envolvente de recursos naturales con el que dicho sistema mantiene vínculos económicos y ecológicos.
La competitividad global del sistema productivo andaluz depende, en gran medida, del adecuado manejo de sus recursos naturales. La gestión racional de esos recursos implica dos perspectivas interdependientes:
Los sectores productivos que utilizan los recursos naturales han de adecuar su manejo a las condiciones de su capacidad de renovación, es decir, al uso más eficiente a largo plazo de los stocks.
La evolución del sistema productivo en su conjunto ha de garantizar las condiciones ambientales de la región mediante el control de los niveles de contaminación, destrucción de la biodiversidad o degradación de los paisajes.
Se trata, pues, de tomar en consideración al territorio en sí mismo como soporte de usos y actividades económicas y bienes patrimoniales capaces de sustentar procesos de desarrollo, enmarcando dichos procesos en una perspectiva de gestión sostenible de los recursos naturales. En esta perspectiva, es preciso evitar que el desarrollo económico conlleve una pérdida de los valores patrimoniales (ecológicos y culturales) o que la permisividad ambiental sea utilizada como factor de competitividad del territorio regional.
En este contexto, el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía propone un referente basado en la zonificación de Dominios y Unidades Territoriales, en las que es posible y deseable plantear estrategias integradas y diferenciadas, de gestión económica y ecológica del territorio.
El Modelo Territorial de Andalucía es, básicamente, la expresión de un orden que resulta de fomentar y consolidar las relaciones cooperativas entre ciudades y asentamientos, entre éstos y el territorio y los recursos naturales.
En definitiva se trata, de contribuir mediante medidas de política territorial a la transformación de esas estructuras (tanto de escala intermedia o supramunicipal como regional) en redes o sistemas, en ámbitos de relación en los que cada elemento considerado (ciudad, territorio o recurso) salga reforzado y enriquecido, contribuyendo activamente a la vertebración de toda la región y a la activación de sus potenciales de desarrollo.
OBJETIVOS DEL MODELO TERRITORIAL DE ANDALUCÍA
Constituyen la expresión más global de la política territorial andaluza y pueden resumirse en:
1. Consolidar Andalucía como un territorio articulado físicamente, integrado económicamente y cohesionado socialmente en el marco de la comunidad española y europea.
2. Favorecer un desarrollo económico solidario y territorialmente equilibrado, que contribuya al incremento de la calidad de vida, el bienestar social y el uso racional de los recursos naturales y culturales.
3. Contribuir al desarrollo y aprovechamiento de las capacidades y valores propios del conjunto de la región y de cada una de sus partes, en la perspectiva de su plena integración en el territorio de las redes y de la sociedad de la información y el conocimiento a escala global.
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4. VINCULACIÓN ENTRE LA ORDENACIÓN DEL TERRITORIO Y LOS SUMIDEROS
En la actualidad, el 80% de los europeos vive en un entorno urbano en este medio, las emisiones de dióxido de carbono atmosférico son mayores debido a la concentración de focos emisores (vehículos, calefacciones, consumo eléctrico) la vegetación de las zonas verdes en las ciudades y pueblos, juega un papel fundamental para contrarrestar éstas emisiones. Hasta ahora la principal función de la vegetación en el entorno urbano era paisajística, actualmente existe una nueva visión, que pretende potenciar la capacidad de absorción CO2 para mejorar la calidad del aire de las ciudades. Para ello es necesario conocer las emisiones que se producen en una ciudad determinada y la capacidad de secuestro de las diferentes especies vegetales que se encuentran en dicha ciudad, con el fin de establecer un listado de las especies que más contribuyen a la mejora de la calidad del aire.
El proyecto Bosques por Ciudades de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, es un proyecto piloto en el estudio de la vegetación urbana como sumidero natural de dióxido de carbono, que pone de manifiesto el importante papel que juegan el arbolado urbano en la mitigación del cambio climático.
El consumo energético y la emisión de gases de efecto invernadero están altamente relacionados con los modelos de desarrollo territorial. Estos modelos influyen en elementos tales como la generación de desplazamientos, el tipo de transporte urbano e interurbano que se utiliza, las tipologías urbanas de consumo de energía y la densidad urbana. El tratamiento preventivo debe ser el elemento prioritario en la selección de las alternativas posibles. La adecuada valoración de las necesidades de infraestructuras, la definición de criterios de ordenación territorial, la evaluación precisa de los impactos y la previsión de las partidas presupuestarias necesarias para afrontar soluciones menos agresivas con el entorno y la financiación de los sobrecostes derivados de las medidas correctoras han de servir para diseñar una correcta estructuración sostenible del territorio.
La ordenación urbanística establecida en los instrumentos de planeamiento, en el marco de la ordenación del territorio, tiene por objeto
- La incorporación de objetivos de sostenibilidad que permitan mantener la capacidad productiva del territorio, la estabilidad de los sistemas naturales, mejorar la calidad ambiental, preservar la diversidad biológica, y asegurar la protección y mejora del paisaje.
Uno de los retos más importantes que tiene planteado en la actualidad el urbanismo, es el desarrollo territorial y urbano sostenible. Es decir, el de seguir contribuyendo al progreso sin olvidar los requerimientos y la triple dimensión (económica, social y ambiental) de la sostenibilidad, y en particular, entendiendo el suelo como un recurso económico, uno de los más valiosos elementos naturales de los que disponemos, y en cuya regulación se hace preciso conjugar toda una serie de factores diversos: el medio ambiente, la calidad de vida, la eficiencia energética, la prestación de servicios y la cohesión social.
Dichos principios se recogen a nivel europeo en la Carta de Leipzig Sobre Ciudades Europeas Sostenibles, y en la Declaración de Toledo, y, a nivel estatal la Ley de Suelo (Real Decreto Legislativo 2/2008, de 20 de junio, por el que se aprueba el texto refundido de la ley de suelo) dedica su artículo 2 al Principio de desarrollo territorial y urbano sostenible, que dice lo siguiente: “La prevención y minimización, en la mayor medida posible, de la contaminación del aire, el agua, el suelo y el subsuelo”.
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La plantación de árboles en jardines y parques, el incremento de zonas verdes y cinturones verdes periurbanos arbolados y la promoción de zonas ajardinadas en propiedades privadas o fomentar el uso de huertas urbanas, son algunas medidas que permiten incrementar la capacidad de secuestro de carbono de las zonas urbanas, todo esto contribuye a reducir la huella ecológica.
Como ya se ha visto el cambio climático es una realidad por lo que hay que buscar medias para ralentizar el proceso lo máximo posible, una de las medidas que se están tomando es el fomento de los sumideros:
El mantenimiento del carbono fijado mediante la conservación y protección de los ecosistemas terrestres, de eta forma se evita la emisión a la atmósfera.
Aumento del carbono fijado por los ecosistemas, mediante la estimulación de su capacidad de fijación y el impulso de aquellos ecosistemas con mayor potencial de secuestro.
Para ello, la ordenación territorial, entendida como la clasificación del suelo según usos potenciales y el establecimiento de las condiciones de desarrollo adecuadas para atender de forma sostenible las necesidades múltiples de la sociedad, constituye una herramienta con implicación directa en la regulación del sector UTCUTS y en la mitigación del cambio climático, siendo en el ámbito local responsabilidad del planeamiento urbanístico municipal.
Se estima que la energía empleada en la producción de los materiales que componen un edificio se aproxima a una quinta parte de la energía total consumida a lo largo de su vida útil (Unión Europea, 2003). Otro punto importante es fomentar el uso de la madera como materia de construcción, ya que de esta manera el tiempo de retención del carbono es más elevado y además desciende la producción de los elementos tradicionales de construcción y consecuente mente disminuyen las emisiones vinculadas a dicho sector. La energía consumida para la producción de una cantidad concreta de madera es aproximadamente la mitad de la necesaria para producir la misma cantidad de hormigón y varias veces menos de la necesaria para producir la misma cantidad de acero. Asimismo habría que tener en cuenta la capacidad de aislamiento térmico que proporciona la madera, lo que se traduce en ahorro energético procedente de la climatización de los edificios contribuyendo así a la eficiencia energética que es otro punto fundamental a la hora de combatir el cambio climático.
Es fundamental fomentar otros criterios como el desarrollo de ciudad compacta/concentrada, que permite una red vial más funcional y eficiente. La movilidad produce una serie de efectos, que más allá de su trascendencia en el proceso mismo de movilidad, influyen en el desarrollo económico y social para así poder seguir fomentado el desarrollo sostenible en el camino hacia una sociedad descarbonizada.
También habría que tener en cuenta otras actuaciones que no sean concretamente en el entorno urbano como pueden ser:
- Protección y recuperación de humedales, para ello habría que realizar un seguimiento continuo de los mismos.
- En el caso de la gestión de pastizales, es fundamental la selección de especies y el control de la carga ganadera
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CONSEGUIR UN OBJETIVO ENMARCADO EN EL PACTO DE ALCALDES
La lucha contra el cambio climático requiere de acciones a todos los niveles: global, nacional y local, en los que el mantenimiento y el fomento de los sumideros de carbono se ha puesto de manifiesto como una herramienta decisiva.
En la ratificación del pacto de alcaldes, el papel de los sumideros adquiere un papel relevante, por lo que la potenciación de los mismos es una de las herramientas más importantes con la que cuentan las comunidades autónomas para combatir el cambio climático.
En el caso de Andalucía es importante resaltar que el 23% de su superficie está protegida, lo que supone una importante superficie de potenciales sumideros, para ello tienen que ser gestionados adecuadamente para obtener su máximo aprovechamiento.
El papel que desempeña la vegetación es clave a la hora de diseñar una estrategia para atenuar los efectos nocivos de los GEI, debemos ser conscientes que la vegetación trabaja 24 horas al día para mejorar la calidad del aire.
España ha abordado esta cuestión de los sumideros de carbono a través del Plan Forestal Español 2002- 2032, con objetivos ambiciosos de reforestación de 3,8 millones de ha. además de la adopción de la Ley 2/2011, de 4 de marzo, de Economía Sostenible que prevé que las Administraciones Públicas establezcan un sistema de incentivos a los sumideros de carbono y un sistema de compensación de emisiones mediante dichos sumideros. La Ley 2/2011, de 4 de marzo, de Economía Sostenible, en su artículo 2, se menciona la necesidad de garantizar el respeto ambiental y el uso racional de los recursos naturales. Además, establece que la acción de los poderes públicos debe guiarse por principios como la promoción de energías limpias, la reducción de emisiones y el eficaz tratamiento de residuos, así como el ahorro y eficiencia energética.
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5. COMPROMISOS DE KIOTO EN EL CONTEXTO MUNICIPAL
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente estima que las iniciativas de colaboración existentes para conseguir reducciones equivalentes a 3 gigatoneladas de dióxido de carbono en 2020, y que implican a empresas, ciudades y regiones, están en marcha.
Como ya se ha puesto de manifiesto, España está a la cola de los países en la carrera contra el cambio climático, por lo que será muy complicado alcanzar los objetivos. La potenciación de los sumideros sería una buena solución para minimizar los costes económicos que supone la adecuación al Protocolo de Kioto.
Los edificios son, pues, una parte importante en el consumo energético de una ciudad y, por extensión, de la sociedad. Su consumo energético y el impacto ambiental asociado pueden ser reducidos de manera drástica relacionadas con las características principales de la ordenación del territorio y de los edificios.
La política territorial y municipal debe ir encaminada a reducir la demanda energética, promoviendo el modelo de ciudad mediterránea densa, compacta y con mezcla de actividades, con barrios donde viviendas, trabajo y servicios estén próximos en el espacio, aminorando la segregación espacial y social de las ciudades que induce al aumento en las necesidades del transporte, y limitando el crecimiento de las grandes áreas metropolitanas.
La sostenibilidad y más en concreto, el desarrollo sostenible, se ha convertido en el referente común de cualquier sensibilidad o preocupación relacionada con la protección del medio ambiente, con el ahorro de energía o con el ahorro de los recursos naturales.
En la Estrategia Europea de Adaptación se identifica como acción el fomento de la adaptación en el marco de la iniciativa Pacto de los Alcaldes, dicho movimiento fue presentado por la Comisión Europea en 2008 con el fin de respaldar y apoyar a las autoridades locales en la aplicación de políticas de energía sostenible en los municipios y tiene prevista la promoción de un compromiso voluntario al que se podrán unir las entidades locales para desarrollar estrategias locales de adaptación y actividades de concienciación.
El potencial de absorción por actividades UTCUTS en España, para el periodo 2008-2012, se ha estimado en un 2% de las emisiones del año base. Este 2% se ha calculado siguiendo los criterios establecidos por el Protocolo de Kioto de “carbono absorbido contabilizable", esto quiere decir que el potencial real de captación de los sumideros en España es más alto, pero el potencial de carbono “contabilizable" según el Protocolo, para facilitar el cumplimiento de los compromisos adquiridos en el ámbito de este Protocolo, supone una pequeña parte de este potencial total.
Las características del microclima urbano condicionan las necesidades energéticas de los futuros desarrollos urbanos. Por consiguiente, la clasificación del suelo y la asignación de edificabilidad, densidad, tipos y características del asentamiento tendrán en cuenta las condiciones del microclima. El planeamiento debe tener como objetivo la consideración del suelo como un recurso natural limitado, fijar objetivos de ahorro energético a la ordenación, distribuir la edificación, las zonas verdes y los edificios de servicios de manera que permitan el mayor y mejor uso energético de todos ellos, en función de las tipologías escogidas y de las condiciones climáticas de la zona.
El planeamiento debe tener por objetivo la política de transporte para la reducción de emisiones de CO2 y de la contaminación acústica: fomentar los desplazamientos a pie o en transporte público.
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Utilizar la urbanización y las zonas verdes para el ahorro energético, tanto para el control climático como en su energía contenida. Considerar los árboles y plantas como agentes condicionantes de las condiciones climáticas.
Un ejemplo claro de la capacidad de captura de dióxido de carbono por parte de la vegetación urbana puede ser el expuesto por Manuel Enrique Figueroa Clemente: Un individuo de Plátano de Sombre (Platanus hispanica) en la ciudad de Sevilla puede tener 4.000 hojas, lo que supone que en un calle con 50 árboles de 20 años existe una superficie captadora de CO2 de 400 m2, lo que corresponde a 1.000kg de CO2 al año. (En la avenida de la Borbolla en Sevilla se podría fijar en un año una tonelada de CO2).
España tiene en sus manos definir medidas forestales de mitigación internacional y promover también el desarrollo de proyectos de prestación y reforestación en países en desarrollo cuyas fijaciones de CO2 sean verificables, de manera que permitan a nuestras empresas y a España alcanzar sus metas de reducción de reemisiones y cumplir con los cupos asignados a la hora de presentar sus balances anuales.
Es evidente que asumir todas estas medidas de potenciación y creación de sumideros en el entorno urbano supone un coste económico, por ello sería necesario calcular cuánto cuestan los árboles y cuánto nos ahorramos para mejorar la calidad del aire. En ciudades americanas con cobertura de árboles del 11% (500 árboles por hectárea), el ahorro de dinero público está estimado en un millón de dólares. Este ahorro de dinero público está relacionado con el ahorro energético, retención de agua, absorción de nutrientes y mejora del microclima.
El efecto de los sumideros ha sido valorado entre un 4 por ciento y un 6 por ciento de las emisiones totales. El aumento del sumidero de carbono en las últimas décadas se corresponde, en general, con el crecimiento de las superficies repobladas derivado de las actuaciones anteriores al Plan Forestal de España 2002- 2032.
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LA SOSTENIBILIDAD COMO MARCO DE REFERENCIA
Como es sabido, la definición más conocida entiende por "desarrollo sostenible aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus necesidades" (Informe Brundtland, Comisión Mundial del Medio Ambiente y el Desarrollo).
Ya no se habla sólo de sostenibilidad, hay que atacar directamente a la reducción de las emisiones, además buscar los medios para conseguir alcanzar una sociedad descarbonizada.
El Fondo de Carbono para una Economía Sostenible, de carácter público y adscrito a la Secretaría de Estado de Cambio Climático, tiene por objeto generar actividad económica baja en carbono y contribuir al cumplimiento de los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero asumidos por España mediante la adquisición de créditos de carbono, promoviendo actuaciones de ámbito nacional.
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de Naciones Unidas, reconoce la actuación de los sumideros como actividad de vital importancia en la estrategia global de mitigación de cambio climático y recomienda su utilización en el cumplimiento de la normativa.
El objetivo último del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático es lograr la integración de medidas de adaptación al cambio climático basadas en el mejor conocimiento disponible en todas las políticas sectoriales y de gestión de los recursos naturales que sean vulnerables al cambio climático, para contribuir al desarrollo sostenible a lo largo del siglo XXI.
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6. CONCLUSIONES Y PROPUESTA La legislación se limita a sancionar y establecer un orden (numero de viviendas por hectárea, densidad) por lo que sería necesario que en ella se integren la ordenación urbanística y la protección y desarrollo del medio ambiente para alcanzar los objetivos del Pacto del Alcaldes.
Se debería incorporar una nueva política que definiera el suelo como sumidero de CO2, aprovechando la gran capacidad de almacenamiento que este posee. Las próximas conferencias deben avanzar en la valoración del tema de los sumideros naturales de carbono con dinámica de captura del CO2 En cualquier caso, hay que tener en cuenta que no se producirá un secuestro de carbono en cantidades masivas, a menos que se produzcan cambios en el uso del territorio, como sustituir los cultivos que dan lugar a suelos pobres en carbono como pueden ser los cultivos de secano, por otros usos que acumulen grandes cantidades de carbono como prados y bosques.
España es un país con un largo historial de deforestación, incendios y pastoreo excesivo, por lo que la pérdida aculada de carbono respecto del contenido original es enorme, (según indica Rovira et al en su trabajo sobre estimación del carbono orgánico en los suelos españoles), implica que las posibilidades del suelo español para actuar como sumidero son muy elevadas, al menos en teoría.
Son indispensables actuaciones de regeneración urbana en áreas residenciales en las que destaque el impulso de la sostenibilidad ambiental en los edificios y en los espacios públicos, siguiendo los criterios de los Eco-municipios.
Potenciar una arquitectura bioclimática, que tenga como objetivo el aprovechamiento óptimo de las condiciones climáticas es otra forma de potenciar el desarrollo urbano sostenible ya que este tipo de construcciones son más eficientes desde el punto de vista energético. Crear espacios urbanos que ofrezcan una mayor calidad de vida, que comporten un menor consumo de energía y un menor impacto sobre el medio ambiente, aún no son objetivos plenamente integrados en el proceso de cualquier proyecto. También habría que plantear algún tipo de ventaja para aquellos municipios y comunidades que potencien los sumideros ya que esto supondrá un beneficio a nivel global.
Todavía queda un largo camino por recorrer para alcanzar los objetivos fijados de reducción de emisiones, por lo que la industria automovilística, las distintas administraciones y los propios usuarios tienen que implicarse en la reducción de la contaminación mediante el desarrollo de energías alternativas y el uso racional del vehículo.
Además, nuestro país debe establecer una senda de reducción de emisiones acorde con las recomendaciones científicas, con objetivos ambiciosos para 2020, 2030 y 2050. Las emisiones de CO2 en España siguen acopladas al desarrollo económico, y faltan medidas estructurales que encaminen a nuestro país a un modelo de desarrollo bajo en carbono.
Después de analizar los diferentes puntos que se exponen en este trabajo se puede afirmar que es necesaria la ejecución y adopción de las diferentes medidas abordadas para conseguir alcanzar los objetivos propuestos y para ello debe modificarse la legislación referente a la ordenación del territorio ya que en ningún momento hace referencia al impulso de los sumideros como apoyo para alcanzar los objetivo de reducción de emisiones de GEI.
Por lo tanto la Ordenación del Territorio no determina el cumplimiento de los objetivos fijados en el Pacto de Alcaldes.
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