Pruden, Hernan-Boligauchos, Sobre Algunas Represetaciones de Los Boliviano-Argentinos

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    Revista Electrnica

    Temas deAntropologa

    y MigracinDossier (especial):El Parque Indoamericano en diciembrede 2010: otras tramas, otras miradas

    Equipo de Investigacin sobreAntropologa y Procesos Migratorios

    Instituto de Ciencias Antropolgicas,Facultad de Filosofa y Letras,Universidad de Buenos Aires

    Publicacin semestralN 1

    Junio 2011Buenos AiresArgentina

    Proyecto Migraciones, Estado y alteridadesen perspectiva antropolgica.UBACyT 20020090200311ISSN 1853-354X

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    Revista Temas de Antropologa y Migracin, N 1, Junio 2011, Pg: 8389, ISSN: 1853-354X

    Boligauchos: Sobre algunasrepresentaciones de los boliviano-argentinos en la ltima decada1

    Hernn Pruden

    La ciudad de Santa Mara de los Buenos Aires gan una mdica pero creciente

    reputacin, que en 1776 la llev a convertirse en capital del Virreynato ltimo del Ro dela Plata, debida a su condicin de puerto en el Ocano Atlntico para la plata del Cerro

    Rico de la Villa Imperial de Potos. Ambas ciudades compartieron muchas cosas durante

    mucho tiempo. No es casual que Mariano Moreno estudiara en la Universidad de Char-

    cas, hoy Sucre, capital (pero no sede de gobierno) del Estado Plurinacional de Bolivia.

    Tampoco parece casual que como tanto gusta repetir a los migrantes- el primer pre-

    sidente de Argentina haya sido boliviano. Lo dicen del militar de carrera Cornelio

    Saavedra, nacido cerca de Potos, quien presidi la Primera Junta de 1810. Si ahora en

    el siglo XXI las fronteras son permeables, antes ni siquiera existan. Potos y BuenosAires eran, ya desde aquellas pocas, parte de un mismo espacio socioeconmico.

    Este origen en comn fue relegado al olvido, en la medida en que la Rep-

    blica Argentina se convirti, proceso agroexportador y modernizador mediante, en

    un pas de inmigracin, al tiempo que la Repblica de Bolivia nacida en 1825 segua

    siendo el pas americano con mayor poblacin indgena. La dplice condicin de ser

    tan cercanos y tan diferentes parece haber generado fascinacin para ambos lados. A

    las expediciones militares del sur siguieron misiones diplomticas, cientcas y -tras

    la Revolucin de 1952- polticas. Luego de ese triunfo revolucionario pergeado por

    el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) desde el exilio en la Argentina pe-

    ronista, huestes de trotskistas rioplatenses, menos fascinadas por el MNR que por el

    sindicalismo minero, viajaron para aprender del ejemplo insurreccional boliviano: una

    frecuentacin que falt al Che Guevara, y que se le reproch no haber tenido sucien-

    temente en cuenta durante su frustrado proyecto foquista nal.

    1 Una versin previa de este artculo apareci publicada como Costureros, cocineros, constructoresy bailarines: cuerpos migrantes en danza portea desde Bolivia hasta Bolivia Construcciones enRevista Def-Ghi 3, 2010, 104-108.

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    Los intercambios continuaron uidos cuando comenz en Bolivia la dictadura

    de Hugo Banzer, compaero del Colegio Militar del argentino Jorge Rafael Videla.

    Juntos implementaron el Plan Cndor, en coordinacin con otras dictaduras sudame-

    ricanas. Este momento alcanz su clmax y su apoteosis con la presencia de asesores

    militares argentinos durante la narcodictadura de Luis Garca Meza y tuvo su contra-cara en los asesores argentinos presentes en el gobierno de Evo Morales.

    De estos intercambios binacionales, uno de los ms prolongados, continuos y

    crecientes, pero slo tardamente advertido, fue la migracin desde Bolivia, ocasio-

    nalmente poltica, pero abrumadoramente econmica, hacia la Argentina en general y

    hacia Buenos Aires en especial. La capital argentina se ha convertido as en una de las

    dos o tres mayores concentraciones de bolivianos en el mundo (Bolivia incluida).

    Nos proponemos revisar, desde las imgenes y las letras de la ltima dcada,

    algunos acercamientos a la migracin de los bolivianos hacia Buenos Aires: el largome-

    traje Bolivia(2001) de Israel Adrin Caetano, los videos Copacabana(2008) de Martn Re-

    jtman y Hacerme Feriante (2010) de Julin DAngiolillo, la novela Bolivia Construcciones

    (2006) de Bruno Morales y el ensayo Extraos en la ciudad (2009) de Beatriz Sarlo.

    La pelcula Bolivianarra tres das y una noche en la vida de un trabajador mi-

    grante boliviano. Filmada en blanco y negro, los personajes utilizan sus nombres reales

    como ccionales. La pelcula podra describirse como realista: como si evitara adrede

    todo maquillaje, toda estetizacin, toda contaminacin con el sptimo arte. Vemos los

    avatares que atraviesa Freddy, el principal protagonista. En una Argentina pre-default,

    los nicos que trabajan, de modo evidente, son l y Rosa, una moza paraguaya. El resto,

    ya sean el dueo de la parrilla, los taxistas que lo frecuentan y un vendedor ambulante,

    no parecen trabajar demasiado, ni necesitarlo. Unas cuantas imgenes herederas del

    pster de la Unin Obreros de la Construccin de la Repblica Argentina (UOCRA) que

    rezaba NOS VIENEN A ROBAR EL PAN- muestran la malvenida que da a los migrantes

    una clase media en crisis, no slo incapaz de distinguir la gura de bolivianos, peruanosy paraguayos, sino que cree, en efecto, que ellos vienen a robarles el pan. La confusin,

    valga la aclaracin, no afecta slo a los protagonistas, sino tambin al guionista.

    Tras la ptina realista, una serie de incongruencias aparecen. Vemos en Bolivia

    llegar a un migrante que no tiene a nadie, cuando sabemos que la migracin tiende

    a darse en redes familiares, que preparan y acolchonan la llegada a destino. Frente a

    un ipper, Freddy le cuenta a Rosa que en Bolivia trabajaba con una mquina cose-

    chadora. A no ser que Caetano haya inventado la mquina cosechadora de coca, envez del usual mtodo de cosecha a mano, se trata de una mquina que an no existe.

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    Freddy parece dudar del guin, pero con la consuetudinaria etiqueta de comporta-

    miento boliviana, a la cual hace referencias Bruno Morales en Bolivia Construcciones,

    preri evitar corregir al director de la pelcula y, en cambio, recit a regaadientes esa

    ridcula lnea del guin.

    Caetano hace una pelcula de denuncia. Su visin de los bolivianos est basada

    sobre una conviccin personal acerca de las injusticias que estos migrantes tienen que

    vivir. Incluso procura hermanarse. Al referirse el Oso, uno de los taxistas habites de

    la parrilla, el mismo que luego asesinar a Freddy, a unos uruguayos hijos de puta,

    Caetano, uruguayo de nacimiento, se posiciona dentro de las minoras que padecen la

    xenofobia en Argentina. Con el objetivo de denunciar los males argentinos, Caetano ol-

    vida entender las complejidades de la vida de los bolivianos en Buenos Aires. Las situa-

    ciones de placer de Freddy se limitan de hecho a una sola noche, a una ltima cena, enla cual se le permite probar un poco de lo que fue la abundancia argentina. Come carne

    asada con vino tinto, va a bailar y a beber cerveza Quilmes, juega a un ipper y tiene un

    encuentro amoroso. Momentos todos que pasa junto a Rosa, su compaera de trabajo,

    que es paraguaya. Pero incluso en las situaciones de esparcimiento aparece un aguaes-

    tas argentino: Enrique, el dueo del restaurante, le interrumpe la cena para decirle que

    se cuide de Rosa; un desconocido intenta quitarle a su compaera de baile; lo reprimen

    mientras juega al ipper, pues Freddy haba golpeado el juego; el portero del hotel se

    guarda el cambio del costo de la primera noche.

    Con esto, la pelcula no pierde, necesariamente, algn mrito como posible de-

    nuncia de la explotacin econmica que sufren miles de migrantes, a la cual se suma la

    discriminacin por parte de las fuerzas represivas o por argentinos xenfobos. De todos

    modos, en vez de llamarse Bolivia, un mejor nombre habra sido Argentina, ya que sobre

    Bolivia y los bolivianos no aprendemos casi nada y lo que aprendemos lo aprendemos

    mal, como si la pelcula quisiera nombrar un problema que ni los propios realizadores

    buscaron comprender porque antes prerieron quedarse en un lugar comn.

    El video Copacabanano narra nada en particular. Son imgenes y visiones re-

    lacionadas con la entrada de la Virgen de Copacabana que cada octubre desde hace

    alrededor de cuatro dcadas rene a la comunidad de bolivianos en Buenos Aires en

    lo que parece ser la mayor esta de bolivianos fuera de Bolivia compitiendo con el

    festival, ms precolombino, de Alasitas, que se repite cada enero. Lejos de la lgica

    investigativa de los documentales, Copacabanani busca causas ni propone respuestas.

    Su director se acerc a la esta y luego como en una especie de asociacin libre fue

    siguiendo elementos que, uno tras otro, lo fueron llevando hasta el lmite de la Argen-tina con Bolivia. Dej atrs La Quiaca, y pas a Villazn. Un documentalista de vieja

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    escuela seguramente dira que en vez de seguir adentrndose en Bolivia hasta llegar al

    Santuario de Copacabana, se qued a mitad de camino, o en la puerta, en la frontera.

    Pero como Rejtman plante en algunas entrevistas donde coment sus propsitos, no

    era su intencin dar respuestas, ms bien parece una bsqueda curiosa con curiosos

    resultados, que ms que responder preguntas, genera curiosidad.

    Es as que lo que comenz como un documental comisionado por un canal de

    televisin del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, por azares del destino termin

    convirtindose en algo que podramos llamar documental de autor.

    Como en sucesivos parpadeos, Rejtman nos muestra imgenes de la fantasa

    boliviana. Preparacin de la esta, ensayos, la entrada misma; as como muestra tra-

    bajos en el taller, y el cruce de la frontera. Y el momento intimista: un antiguo partici-pante u organizador del festejo de los migrantes muestra su lbum de fotos, al tiempo

    que nos hace un recorrido por Bolivia. Nos da pistas, abre preguntas sobre temas va-

    riados como cuestiones laborales, migratorias, festividades populares, relacin de los

    migrantes con su tierra de origen y el lugar en que viven. El documental de Rejtman,

    por otro lado, tiene una extraa cualidad: no cae en la exotizacin folklorista -ya que

    algo pulcro, neutro y controlado lo balancea- y sin embargo al mismo tiempo muestra

    una fascinacin por el otro.

    Buena parte de las preguntas que surgen al ver Copacabana, encuentran respues-

    tas en el documental Hacerme feriante de Julin DAngiolillo. El video resulta de una

    investigacin sobre los complejos comerciales conocidos como La Salada, que en los

    ltimos aos adquirieron mayor visibilidad en los medios de comunicacin, debido

    al caudal de capitales y mercancas que mueven. Tambin un crimen les dio fama o

    notoriedad, con la muerte de uno de sus administradores. El video de

    DAngiolillo nos muestra imgenes de archivo de la poca de gloria de una Argentina

    peronista y del desarrollo concomitante de La Salada como balneario. A estas im-

    genes de medio siglo atrs, se yuxtaponen otras, ms actuales, que ilustran el augecomercial de las ferias instaladas en el antiguo balneario. Indaga tambin el videasta

    las actividades del negocio de copiado de pelculas de terror en DVD, estudia, visual-

    mente, las complejas tareas manuales de patronaje, corte y overlock. Nos muestra las

    radios donde se teje la red de comunicacin de la comunidad boliviana en Buenos Ai-

    res, y en cuyas ondas se encuentran ofertas de trabajo, de vivienda y de compra-venta

    de mercancas. Podemos ver el operativo de seguridad que se arma dos veces a la

    semana para resguardar los intercambios que se producen en la feria. Esta imagen del

    mercado es complementada con el ritual de la esta, donde vemos a una fraternidadbailar morenada.

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    No faltan en el video el debate y las formas de asociacionismo dentro de una

    de las cooperativas, como tampoco las formas de negociar entre los encargados de los

    carritos en la feria y unos punteros del alcalde frente al intento de implementacin de

    una ley nacional. Es as que DAngiolillo se ensucia las manos con cuestiones de pro-

    duccin e intercambio y con la poltica; a diferencia de Rejtman, que elige esquivar casipor completo la voz en off y los dilogos, a travs de las palabras nos muestra detalles

    difciles de ver con la mera imagen.

    La novela Bolivia Construccionescomienza con el relato en primera persona del

    viaje de un migrante desde Potos hasta Buenos Aires, as como de sus aventuras en

    la ciudad, en el mundo laboral de las construcciones, en el mundo hedonista de la

    comida y la bebida, pero ante todo frente al descubrimiento de lo desconocido: la mi-

    gracin como acto de conocimiento. O acaso slo los viajeros, cronistas, naturalistasy cientcos producen conocimiento al alejarse de su mundo? Si entendisemos la mi-

    gracin en base a un relato como el que hace Caetano, nos quedaramos pensando que

    los migrantes slo trabajan, son discriminados y entre una y otra cosa, pueden comer,

    bailar y copular (que no sera poco, de no ser tan apocalptico el relato).

    Morales nos muestra una ciudad involuntariamente, aprogramticamente mul-

    ticultural. Lo hace a travs de los ojos de un visitante. Esa mirada le permite ir mas all

    que la mirada del local que confunde como en los personajes de la pelcula de Cae-

    tano- a los extranjeros, que bajo rbricas como boliguayoses capaz de incomprender al

    mismo tiempo a bolivianos y paraguayos. El narrador de la novela vive en el borde.

    Desde ah escribe: desde la frontera entre un barrio de lo que fue parte de la industrio-

    sa Babel de principios del XX, Barracas, que ahora se enfrenta, en el siglo XXI, a otra

    Babel, la de la villa 1-11-14.

    Morales no slo se detiene a hurgar en las diferencias entre los distintos orge-

    nes nacionales que llegan a Buenos Aires, sino que en Bolivia Construccionesaparecen y

    reaparecen, trasladadas y traducidas a la no siempre dulce tierra argentina, cuestionesregionales, diferencias entre potosinos y cruceos, con cochabambinos y sucrenses.

    Tanto estas diferencias, como las que tienen (y mantienen) con peruanos, paraguayos

    y argentinos aparecen de distintos modos. De las que resaltan ms la comida y el acen-

    to como expresiones de la diferencia, como modo de distinguirse, como muestra de

    una diversidad que Caetano no puede ver (o no sabe o no le interesa reejar).

    Del peruano, clsico de la confusin peruano-boliviana, el annimo personaje

    de Morales se distinguir por su comida y por sus hbitos. En la novela, Quispe, men-tor del annimo narrador, enfatiza el carcter de comida rpida de la culinaria perua-

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    na, reducindola a una importacin de china o a un ceviche aguachento. La compa-

    racin implcita son las largas cocciones de sopas y picantes bolivianos del altiplano,

    en una comida basada en la carne vacuna, y que prescinde del omnipresente combo,

    en el resto de Latinoamrica, de arroz y frijoles. Reconocer en secreto el narrador la

    suculenta cualidad del caldo de gallina, que ir a buscar seguido a lo de las chicas pe-ruanas. Tambin aparecer una distincin en que los bolivianos vienen a trabajar en

    vez de a robar, como, segn un personaje, harn los del pas vecino norteo de nuestro

    norteo vecino.

    La cuestin del adobo ser clave en las diferencias con la comida argentina. El

    plato tpico argentino, el asado, ser descrito por otro personaje de Bolivia Construc-

    ciones como carne sin adobar, casi como una especie de cosa brbara, dndonos una

    pista sobre el acto de condimentar como rasgo de cultura: para sumar una subcate-gora a la de lo cocido opuesta a lo crudo- que seria lo adobado. Si a los peruanos el

    narrador-personaje tena que reconocer el caldo de gallina, los argentinos se jactan en

    la novela de que en Argentina hay ms carne, que los platos salen ms ricos. Tambin

    lo diferenciarn cuestiones de acento a la hora de hablar y de impolitenessa la hora de

    preguntar o responder sin que a uno le pregunten.

    Otros puntos de distincin con el argentino son el carcter y su cultura poltica.

    El argentino aparecer como nervioso y susceptible, como gustoso de que lo vean culto

    en todas las reas en las que se puede serlo, incluida por cierto las de la ideologa y la

    accin y militancia polticas. En los hechos, la novela Bolivia Construccioneslo muestra

    no tan comprometido, como en el caso del personaje argentino, irnicamente llamado

    Ernesto (Che Guevara, muerto en Bolivia?) que vive con su hermano Ariel (el arielis-

    mo de bellas almas que no se manchan las manos de Rod?), que agita una murga por

    los derechos de los inmigrantes, y que se va a ver un video alemn. El estudiante,

    sin embargo, les dice a los albailes bolivianos que lo escuchan sin replicarle nada, que

    admira los huevos de los pueblos del altiplano, capaces de quemar un alcalde por

    haber cometido un acto de corrupcin.

    Bolivia Construccionesse basa en un escrito previo, gestado a su vez en incur-

    siones, charlas y contactos cotidianos con la comunidad boliviana, que se haba pre-

    sentado incluso a un concurso a relatos de migrantes, donde obtuvo un premio con su

    voz impostada, otorgado por un peridico titulado, precisamente, Vocero Boliviano. Y

    si bien el pseudnimo Bruno Morales dijo cada vez que pudo que no intenta darle voz

    a un grupo que de hecho- ya tiene voz, el haber sido aceptado y premiado como un

    relato verosmil incentiv en su autor la idea de la fuerza posible de esa voz, devenidaccional.

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    Convertido en un libro distinto por entero en sus intenciones y en sus alcances,

    lleg a un premio mayor, el de Novela de La Nacin-Sudamericana, que gan en 2006,

    y cuyo jurado subi la apuesta de la verosimilitud, planteando que el libro nos permi-

    ta or voces de una supuesta Amrica Profunda. Resulta interesante que ninguno de

    los jurados ni de un premio ni del otro- deben vivir en la geografa del relato de Mo-rales; por lo tanto, desde afuera este relato les parece ms que convincente: es un relato

    sobre algo intuido antes que vivido. De hecho, desde la asociacin que recibi como

    donacin el dinero del premio que recibi Morales, como desde el consulado boliviano

    que pidi una condecoracin de Morales a Morales, de Evo a Bruno, el relato era el de

    un ajeno. Algo que sin duda era parte del experimento de Bruno Morales.

    Referencias

    CAETANO, ADRIN, 2001, Bolivia. DVD.

    DANGIOLILLO, JULIN, 2010, Hacerme feriante. DVD.

    MORALES, BRUNO, 2006, Bolivia construcciones,Buenos Aires, Sudamericana-La

    Nacin.

    REJTMAN, MARTN, 2006, Copacabana. DVD.

    SARLO, BEATRIZ, 2009, La ciudad vista: Mercancas y cultura urbana, Buenos Aires,

    Siglo XXI.

    Hernnprudenes licenciado en sociologa por la Universidad de Buenos Aires.

    Actualmente, est nalizando un doctorado en historia en la Universidad Estatal

    de Nueva York, Stony Brook. Public artculos acadmicos y de divulgacin sobre

    historia boliviana, robos de arte y meteoritos en medios de Bolivia, Argentina,

    Espaa y Alemania.

    E-mail: [email protected]