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Universidad Autónoma de Baja California
Facultad de Ciencias Humanas
Terapia Psicoanalítica
Mexicali Baja California 07 de noviembre de 2015
LOS MECANISMOS DE DEFENSA
Son procesos psicológicos que protegen al individuo de la ansiedad y de la
conciencia de amenazas o peligros externos o internos. Esta ansiedad o angustia
es motivada por el peligro de que podamos ser destruidos. En tales circunstancias
el "yo" -nuestra parte consciente- construye barreras que nos permiten rechazar
ciertos impulsos o solucionar conflictos originados por la oposición de las
exigencias del ello y el superyó.
Son defensas desarrolladas por el yo (ego) para manejar la ansiedad o prevenir su
surgimiento. La ansiedad puede tener tres orígenes:
• La ansiedad de realidad, que es el temor que surge ante la amenaza o los
peligros reales.
• La ansiedad neurótica, que es consecuencia del temor de que los impulsos de
ello se salgan de control y lleven al sujeto a cometer un acto por el que será
castigado.
• La ansiedad moral, generada por el temor de los individuos a transgredir el
código moral.
Si el yo (ego) funciona perfectamente no se experimenta ningún tipo de ansiedad,
ya que los peligros externo serían previstos y manejados, los impulsos del ello
serían liberados oportunamente y no se transgrediría ninguna norma ni principio
moral introyectado. Pero esto no ocurre en la realidad donde lo normal es
experimentar diferentes tipos y grados de ansiedad.
Varios teóricos del psicoanálisis han estudiado los mecanismos de defensa, entre
ellos Anna Freud (1966) que identifico hasta 9 mecanismos que el yo puede
emplear para detener la ansiedad, los mecanismos de defensa del Yo contra
peligros intrapsiquicos son:
Represión
Es el mecanismo de defensa más importante, por ello Freud utilizaba
indistintamente los términos defensa y represión. La represión es el proceso que
mantiene a las cosas (particularmente a los impulsos inaceptables del ello) fuera
de la conciencia. Habitualmente es un proceso inconsciente aunque a veces
puede estar facilitado por hechos conscientes. Por ejemplo la semana pasada hizo
algo de lo que se avergüenza, trata de no pensar en ello y a la larga puede incluso
no ser capaz de recordarlo.
La represión de esta manera permite eliminar los sentimientos de dolor o
ansiedad, pero si se utiliza en exceso tiene su costo, ya que hay que emplear gran
cantidad de energía para mantener los eventos rechazados inconscientes
Negación
Es un mecanismo de defensa relativamente simple, es negarse a creer que el
acontecimiento amenazante o aversivo ocurrió o que la condición existe. Un
ejemplo es la madre que se niega a admitir que su hijo murió en combate y sigue
actuando como si estuviera vivo. Son habituales estos mecanismos defensivos en
bebedores, drogadictos o en anoréxicos que niegan el tener ningún problema.
También la persona que aunque es evidente que no es querido por el compañero
lo niega reiteradamente.
La negación es igual en muchos aspectos a la represión: ambas mantienen fuera
de la conciencia cosas que el individuo se siente incapaz de afrontar.
Proyección
Es el mecanismo mediante el cual un individuo atribuye a otro sus propios
impulsos y deseos inaceptables y de esa forma se los oculta a sí mismo. Ejemplos
de este mecanismo son el caso en el que un individuo experimenta hostilidad
hacia los demás, pero cree ver en éstos la hostilidad y el odio hacia él. Otro caso
es el de la mujer que le atrae sexualmente un hombre por el que no debería tener
esos sentimientos y a quien acusa de querer seducirla.
De esta manera el sujeto, descarga parcialmente su impulso mientras que por otra
parte se oculta a si esos sentimientos que considera amenazantes.
Racionalización
Es el mecanismo de defensa en el que el individuo reduce la ansiedad al encontrar
una explicación o excusa racional para asumir una realidad que le resulta
inaceptable. Es el caso del estudiante que el suspenso lo atribuye a una
equivocación del profesor, o el hombre que al ser rechazado por una mujer puede
decirse a sí mismo que después de todo no era tan interesante.
Intelectualización
Se trata del mecanismo de tomar distancia de las amenazas, generando actitudes
frías, analíticas y desapegadas. Es el hombre que al enamorarse de una mujer
trata de entender el porqué de sus sentimientos así como analizar las cualidades
de ella que le han provocado dicho enamoramiento, de esta manera logra poner
distancia entre él y sus deseos.
Formación reactiva
Una manera de protegerse contra la liberación de un impulso inaceptable es poner
énfasis en el opuesto. Tal es el caso de una niña que experimenta celos hacia su
hermanito recién nacido y sin embargo le muestra una actitud muy afectiva con la
que esconde su hostilidad.
Regresión
Es el mecanismo que ante las dificultades para afrontar una amenaza el sujeto
experimenta una regresión a etapas del desarrollo psicosexual más infantiles o
primitivas de afrontamiento en las que había experimentado una fijación. Por
ejemplo, alguien que tenga una fijación oral puede afrontar una situación de estrés
fumando o bebiendo más. Alguien que tiene una fijación anal puede responder al
estrés haciéndose más obstinado y compulsivo.
Cuanto más fuerte fue una fijación a una etapa más alta es la probabilidad de
regresión al modo de funcionamiento característico de esa etapa en una situación
de estrés. La fuerza de la fijación a su vez está en relacionada con el hecho de
experimentar una gratificación plena de las necesidades en esa etapa.
Desplazamiento
Consiste en cambiar el objetivo de un impulso, esto suele suceder porque el
blanco elegido resulta amenazador y al cambiarlo se reduce la ansiedad. Por
ejemplo la estudiante que está furiosa con un profesor y descarga su agresividad
sobre su comprensivo novio evitando la ansiedad que surgiría si atacase
realmente al profesor.
Sublimación
Es el mecanismo que hace que un impulso potencialmente peligroso sea
transformado en un comportamiento socialmente maduro y aceptable. Es el caso
de un estudiante, que ante una nota injusta por parte de un profesor, escribe una
carta de protesta en el periódico escolar criticando la política educativa. Otro
ejemplo es el de la mujer que es atraída por un hombre al que no puede aspirar
por ser el novio de su mejor amiga, y sublima su energía sexual escribiendo un
poema.
Bibliografía:
J. Guimón (1993) “Psicoanálisis y literatura” Editorial Kairós. Barcelona